INTRIGANTE.

 
Premisa Dramática:  
 
La intriga, será el camino para tu propia muerte.
 
Tag Line:  
Escribir para sobrevivir al fracaso o escribir para morir.

Logline: 
 
Mientras Efraín investiga y escribe su best–seller de misterio, se encuentra en medio de una
serie de asesinatos que ocurren en su apartamento, que paradójicamente coinciden con su
proceso de escritura, sin descubrir que él será una de las víctimas. 
 
Story Line:  
Efraín está escribiendo su próxima novela de misterio e investiga a un asesino serial que se
encuentra suelto en la ciudad y la policía aún no ha podido capturar. Inspirado e inmerso en
su ritual de escritura, cada vez que termina un párrafo de su libro, al dar el punto final en su
máquina de escribir, extrañamente muere uno de sus compañeros de apartamento a manos
de un misterioso asesino. Efraín no se da cuenta que él también será una de las víctimas. 

Sinopsis: 
Efraín coloca un acetato de Charles Trenet y su canción favorita “La Mer” en su viejo
tocadiscos, enciende un cigarrillo, acerca su infaltable vaso de Jack Daniels y se sienta en
una silla vieja y roída frente a su escritorio el cual se encuentra su vieja máquina de escribir
Olivetti, en medio de las colillas de cigarrillo a medio fumar, sobras de comida rápida,
periódicos viejos, archivos policiales e informes de medicina legal. Escribe la sinopsis de su
novela, en su escritorio que se encuentra en la sala y tiene vista hacia la penumbra de los
cerros orientales de la ciudad, Efraín no percibe lo que sucede a su alrededor. Andrés muere
saliendo de su habitación, en su bata de baño, y al caer en el piso de la sala deja a la vista
sus bragas de encaje; el sonido de su caída hace que Marcos se asome rápidamente a la sala,
deje caer su caja de condones cayendo en manos del asesino, quien lo ubica en una posición
comprometedora con Andrés. Por último, el asesino se acerca lentamente hacia el escritorio
en donde se encuentra Efraín y le fractura el cuello repentinamente.

En el texto que aparece escrito en la única hoja de su novela y que aún permanece en la
máquina de escribir, frente al cadáver de Efraín, se lee: 

“De aquel inesperado momento, me quedó un recuerdo diáfano y borroso. De una escena
en la que ninguno de los tres hombres, parecía prever lo que pasaría.   
El uno era sospechoso del otro, ambos sabían que eran cuestión de tiempo hasta que el
culpable diera su segundo golpe, como no estar asustado, él no era el culpable, era
cuestión de tiempo.  

En aquel momento de horror solitario, en la mente de aquel barrendero solo había espacio
para una petición. Al tiempo le pido tiempo.”
Una vez finaliza su crimen, Sergio, deja ver su tatuaje, en su brazo derecho que está escrito
en latín: “10:18 Vidi Satan sicut fulgur de caelo”, y en su mano izquierda lleva el libro de
Eduardo Galeano – Las Venas Abiertas de América Latina, se acerca a la vieja máquina de
escribir y teclea lentamente con su mano derecha: El tiempo se puede parar…