Está en la página 1de 28

Los Regocijos Planetarios y los

Orígenes de los Significados de las


Casas y de las Triplicidades
Chris Brennan

Resumen
El objetivo de este documento es demostrar la existencia de un esquema subyacente,
hasta hoy ignorado, en los fundamentos de la astrología Helenística. Demostraré como
este esquema se relaciona con un número de conceptos astrológicos arcaicos siendo la
razón de la asignación de los cuatro elementos a los signos del zodiaco y que finalmente
parece actuar como el motivo del significado de las casas.

Los Gozos Planetarios


Los textos astrológicos producidos en la región mediterránea entre el siglo 1 AC y el
siglo 7 DC se refieren frecuentemente a un esquema consistente en asociar a cada uno
de los siete planetas clásicos con alguna de las doce “casas” o “lugares” (topoi). A la
casa con la que cada planeta era asociado en cada caso, se la acostumbraba denominar
como el lugar donde este planeta se “regocijaba” o donde dicho planeta tenía su “gozo”.
A los fines de este trabajo voy a referirme a estas asignaciones como el sistema de los
gozos planetarios.

Siguiendo a la mayoría de los autores1, los gozos planetarios son los siguientes:

. El gozo del Sol es la casa 9.

. El gozo de la Luna es la casa 3.

. El gozo de Jupiter es la casa 11.

. El gozo de Venus es la casa 5.

. El gozo de Marte es la casa 6.

. El gozo de Saturno es la casa 12.

. El gozo de Mercurio es la casa 1.

1
Las fuentes Primarias para los regocijos son Paulus, Introducción, 24; Olympiodorus, Comentario,
23; Firmicus, Mathesis, 2, 15-19; Retorio, Compendio, 54. El único autor que parece seguir un esquema
diferente es Manilius, el cual será discutido màs adelante.
DIAGRAMA 1: LOS GOZOS DE
LOS PLANETAS

Los gozos parecen haber sido el fundamento de una convención según la cual se le
asignaban nombres a algunas de las casas. En lugar de referirse a estas casas por su
número relativo al signo ascendente (e.g “casa 5”) se referían a estas con un nombre
específico.2

 La casa 9 es referida como el “Lugar de Dios” o simplemente “Dios” (Theos).


 La casa 3 es referida como “Diosa” (Thea).

2
Para los nombres ver Firmicus, Mathesis, 2, 15-17; Paulus, Introducción, 24; Sextus, En contra de los
Profesores, V: 15-20, Valens, Antología, 2, 16:1.
 La casa 11 es llamada “Buen Espíritu” (agathos daimòn).
 La casa 5 se llama “Buena Fortuna” (agathē tuchē)
 La casa 6 se llama “Mala Fortuna” (kakē tuchē)
 La casa 12 se llama “Mal Espíritu” (kakos daimon)
 La casa 1 es llamada el “Timón” (oiax), como en el timón de un barco.

A las restantes casas ocasionalmente se les daban nombres, aunque estos no están
directamente relacionados con los gozos, dado que ningún planeta se regocija en ellas:

 A la casa 2 se la refiere como “Puerta del Hades” (Haidou pulē).


 A la casa 8 se la refiere como lugar “Inactivo” (argos).
 A la casa 10 se la refiere como “Medio cielo” (mesouranēma).
 A la casa 7 se la refiere como el lugar de la “puesta” “caída”- o “declinación”
(dusis).
 A la casa 4 se la refiere como el lugar “subterráneo” (hupogeion).

Los nombres para las casas 10, 7 y 4 son puramente descriptivos en términos de la
ubicación astronómica de estas tres casas. Sin embargo, los nombres para varias otras de
las casas no son astronómicos en naturaleza, en cambio parecen estar asociados con el
planeta que se dice tiene su regocijo en cada una de ellas.

Por ejemplo, la casa 9 se dice que es la casa de “Dios”, y la 9 es la casa donde el Sol
obtiene su regocijo. Opuesta a aquella se encuentra la casa 3, que se llama “Diosa”, y
esta es la casa donde la Luna tiene su gozo. Los dos planetas benéficos, Venus y Jupiter,
se asocian con las dos casas buenas, que son la “Buena Fortuna” y el “Buen Espíritu”,
respectivamente. Por el contrario, los dos planetas maléficos, Marte y Saturno, se
asocian con las casas malas, que son las de “Mala Fortuna” y “Mal Espíritu”,
respectivamente.

Esta estrecha asociación entre el significado de los nombres de ciertas casas y el


significado astrológico de los planetas que tienen su gozo en los mismos lugares parece
implicar una relación entre dos conceptos. Dicha conexión puede ser confirmada por el
astrólogo del siglo cuarto Firmicus Maternus, quien en un punto del material
introductorio de su Mathesis dice que la casa 4 “se llama la Buena Fortuna, porque es la
casa de Venus.” Análogamente, dice que la 6 se llama Mala Fortuna “…porque es la
casa de Marte.” Posteriormente y durante el mismo siglo el astrólogo Paulus
Alexandrinus llamó a la casa 3 “casa de la Luna,” a la quinta “la casa de Venus,” y a la
sexta la “casa de Marte,” etc.

Fechando los gozos


De los varios patrones en la distribución de los gozos, hay dos que se destacan a simple
vista. El primero se relaciona con la doctrina Helenística de la secta (hairesis).

De acuerdo con esta doctrina, los planetas se dividen en dos “facciones” o “sectas”. Hay
una secta diurna que está liderada por el Sol, y una secta nocturna liderada por la Luna.
Los planetas clásicos se dividen parejamente entre las dos sectas, con cada una
recibiendo a un benéfico y a un maléfico. Jupiter y Saturno acompañan al Sol como
planetas diurnos, mientras que Venus y Marte acompañan a la Luna como planetas
nocturnos. Mercurio se estima neutral, capaz de unirse a la facción diurna cuando es
lucero de la mañana o a la secta nocturna cuando es estrella del atardecer.3

Un patrón que es inmediatamente evidente en el orden de los gozos es que los tres
planetas diurnos terminan agrupados en el hemisferio superior de la carta, sobre la
tierra, mientras que los planetas nocturnos se agrupan en la parte inferior de la carta,
bajo la tierra. Esto parece estar relacionado con una doctrina paralela relativa a la secta,
donde se dice que los planetas diurnos se regocijan cuando están sobre la tierra de día y
debajo de la tierra por la noche, así como inversamente los planetas nocturnos se dice
que se regocijan cuando se encuentran bajo la tierra de día y sobre la tierra de noche. 4
Mercurio, que es capaz de unirse a cualquiera de las dos sectas, tiene su gozo en la casa
1, que es una de las dos casas donde un planeta puede estar en cualquiera de los
hemisferios del horizonte y aún mantenerse en la misma casa (debido al uso del sistema
de casas de “signos completos” - signo = casa- en la tradición Helenística).5

Además de este patrón relativo a la secta, es notable también que las luminarias,
benéficos, y Mercurio se regocijan cada uno en alguna de entre las así llamadas “buenas
casas” configuradas con el signo ascendente a través de uno de los aspectos clásicos (i.e.
conjunción, sextil, cuadratura, trígono, oposición), mientras que los dos maléficos se
regocijan en dos de las “malas casas” que no se configuran con el signo ascendente. 6

Estos patrones son bastante directos porque remiten a conceptos básicos, aunque he
descubierto recientemente algunos patrones adicionales que conectan los gozos con
numerosos otros conceptos en la astrología Helenística. Serán discutidos a continuación.

Misterio en Torno a Elementos y Signos.


Durante los últimos 20 años ha habido algo así como un misterio respecto de como los
cuatro elementos clásicos llegaron a ser asignados específicamente a los signos del
zodíaco con los que están asociados en las tradiciones Moderna y Medieval de la
astrologìa. El esquema estándar desde la antigüedad tardía es el siguiente:

Aries, Leo, Sagitario FUEGO


Tauro, Virgo, TIERRA
Capricornio
Géminis, Libra, Acuario AIRE

3
Cf. Porfirio, Introducción, 4.
4
Valens, Antología, 3, 5.
5
Ver Hand, Signs as Houses (Places) in Ancient Astrology.
6
Firmicus señala esto en el contexto de las casas en Mathesis, 2, 18-19.
Cáncer, Escorpio, Piscis AGUA

En su traducción de 1993 del Libro I de Vettius Valens Antología, Robert Schmidt y


Robert Hand destacaron que Valens es el autor Helenístico más adelantado en
mencionar estas hoy familiares asociaciones entre los cuatro elementos y los signos del
zodíaco.7 Por ejemplo, Valens dice que Aries es ígneo, Tauro terrestre, Géminis aéreo,
Cáncer acuático, etc. Él sin embargo lo hace de una manera que sugiere como si
estuviese tomando la asociación de una fuente anterior, ya que Valens parece dar las
asociaciones por supuestas, como si fueran algo comùn para su tiempo. Schmidt señala
que en cualquier otra parte de la Antología Valens tiende a dejar saber al lector en
cuales casos está innovando, lo que implicaría que no fue Valens mismo quien introdujo
esta relación signo-elemento.8

Fuentes más tempranas tales como Thrasyllus, Manilius, y Doroteo no mencionan el


mismo esquema en el cual los elementos se asocian a los signos del zodiaco, 9 aunque
ellos agrupan los signos en grupos de tres o “triplicidades,” y asocian a cada triplicidad
con un grupo específico de regentes planetarios. Estos son los regentes de triplicidad o
trígono, que están usualmente agrupados de la siguiente forma10 :

7
Valens, Anthology, Book 1, trans. Schmidt, ed. Hand, p. 8, fn. 1.
8
Schmidt, Definitions and Foundations, p. 94.
9
Aunque hay algunas instancias donde Doroteo menciona agua o tierra como siendo una propiedad de
alguno de los signos (e.g. Carmen 5, 10: 2; 23: 2-3; 5, 24: 4-6), el parece estar usando un sistema
diferente al que más tarde se volvería común. Este sistema alternativo, que tiene que ver con las imágenes
asociadas con las constelaciones, fue también mencionado en otros autores tales como Maneto (e.g.
Apotelesmatika, 5: 149-158; 6: 419-422) y Olympiodorus (e.g Comentario, 38,p-136:1-5).
10
Valens, Anthology, 2, 1; Dorotheus, Carmen Astrologicum, 1, 1; Rhetorius, Compendium, 9.
Entonces, mientras que muchos astrólogos agruparon los signos en cuatro triplicidades,
y que asociaron a cada una con un grupo de regentes, no asociaron para nada a estos
signos con elementos particulares. En cambio si asociaron las triplicidades y a sus
regentes con los cuatro vientos, que están conectados con las cuatro direcciones
cardinales, norte, sur, este y oeste. Luego, esta conexión entre las triplicidades y los
cuatro elementos no fue siempre, ni mucho menos, dada por supuesta en la misma
forma en que lo es hoy en día.

Tolomeo, quien fue un contemporáneo más viejo de Valens, no asociaba los elementos
con las triplicidades tampoco, e incluso después del tiempo de Valens el esquema
elemento-triplicidad solo es mencionado esporádicamente por algunos autores
Helenísticos. Retorio menciona definitivamente el esquema en su compendio, el cual
fue compuesto hacia el final de la tradición Helenística durante los siglos 6 o 7 de
nuestra era. Firmicus Maternus también parece haber aludido a los elementos en
conexión con los signos en su texto del siglo 4, aunque la evidencia es algo escasa, ya
que grandes porciones de su Mathesis, donde habría abordado dicho tópico, están
ausentes. Otros astrólogos Helenísticos bien conocidos tales como Porfirio, Efestiòn, y
Paulus guardaron silencio sobre el tema, aunque uno esperaría que mencionaran las
atribuciones elementales en sus textos introductorios si eran consientes o se hubieran
adherido a ellas.

De todo esto podemos concluir que las triplicidades no tienen que estar necesariamente
asociadas con los cuatro elementos, pero podrían. Su asociación puede representar una
adición posterior, o quizás algo sobre lo que los astrólogos no estaban de acuerdo. Lo
último parece ser más plausible, ya que en el caso de Valens y Tolomeo vemos como un
astrólogo emplea las asociaciones, mientras que su contemporáneo que vivió en el
mismo período temporal y la misma localidad, no lo hizo.

Con relación a la difundida adopción del esquema elemento-triplicidad en siglos


sucesivos, sabemos que Retorio se nutrió de Valens y lo cita en reiteradas oportunidades
en su Compendium, probablemente convirtiendo a Valens en el origen de la asociación
de los cuatro elementos con las triplicidades en Retorio. Pingree ha demostrado que el
compendio de Retorio fue accesible a astrólogos como Masha’allah en la temprana
tradición Medieval. Por otra parte, la Antología de Valens fue vertida al lenguaje Persa
Medio de Pahlavi mucho antes, tal vez alrededor del los siglos 3 o 4 DC, y partes de ella
fueron transmitidas a escritores Árabes independientemente de Retorio, de manera tal
que pudo haber habido varios puntos de entrada para la doctrina en tradiciones
posteriores. Cualquiera sea el origen, luego del siglo 8 la asignación de los cuatro
elementos a los signos del zodiaco se volvió usual en los textos astrológicos de
Occidente.

Gozos Asociados Con Tríadas Angulares


El punto de partida inicial para el descubrimiento que estoy por presentar fue una
observación que Robert Schmidt hizo a principios de 2008, que los gozos planetarios
son de hecho los regentes de triplicidad agrupados alrededor de las así llamadas “tríadas
angulares”.

Schmidt acuñó la expresión “triadas angulares” para describir una usual convención que
fue utilizada por la tradición Helenística y a través de la cual las casas se agrupaban en
cuatro grupos de tres, con cada uno centrado alrededor de uno de los cuatro ángulos o
pivotes (kentra). Cada tríada angular consiste de una casa-signo-completo, flanqueada
por dos casas-signos-completos a cada lado de la primera. Las dos casas flanqueando
consisten de una casa-signo-completo cadente que se aleja del ángulo, también conocida
como casa declinante (apoklima), y una casa succedente que se mueve hacia el ángulo,
también conocida como post-ascensión (epanaphora).

Cuando los gozos son vistos en el contexto de las tríadas angulares, notamos que caen
en su lugar de acuerdo a los regentes de triplicidad (ver Diagrama 2). El Sol y Jupiter,
que son los dos regentes principales de la triplicidad que consiste de Aries, Leo y
Sagitario, están en dos de las casas que abarcan la tríada angular alrededor de la casa 10.
Saturno y Mercurio, que son los dos regentes primarios de la triplicidad que consiste de
Géminis, Libra y Acuario, están en dos de las casas que comprenden la tríada angular en
torno de la casa 1. A continuación encontramos a la Luna y a Venus, que son los
regentes de la triplicidad que consiste de Tauro, Virgo, y Capricornio, en dos de las
casas que comprenden la tríada angular alrededor de la casa 4. Finalmente, el último
planeta que es dejado de lado es Marte, que es uno de los regentes primarios de la
triplicidad que consiste de Cáncer, Escorpio y Piscis, y lo encontramos en una de las
casas que comprenden la tríada angular alrededor de la casa 7.

Podemos encontrar algún material textual que sustente esta conexión entre los gozos y
las tríadas angulares en la obra del escéptico del siglo segundo Sextus Empiricus. Noten
la decisión de Sextus de listar los nombres de los lugares de acuerdo a las tríadas
angulares en su breve miscelánea de la astrología:

O, para hablar más concisamente, el “declinar” del Signo del


“Marcador de la Hora” se llama “Mal Espíritu”, y su “post-
ascensión” “Sin Efecto”; similarmente el declinar del “Mediocielo”
es “Dios”, y su post-ascensión “Buen Espíritu”; y de la misma
manera el declinar del “Anti-Mediocielo” es “Diosa”, y su post-
ascensión “Buena Fortuna”; igualmente el declinar del
“Descendente” es “Mala Fortuna,” y su post-ascensión “Inactiva.”

En este pasaje Sextus demuestra que algunas veces las casas se agrupaban de acuerdo a
las así-llamadas “tríadas angulares”, y es sugestivo que el también eligiese referirse a las
casas por los nombres asociados con los regocijos cuando hizo esto. Probablemente no
es un accidente, sino que más bien puede implicar que estaba basándose en una
vulgarmente conocida relación entre gozos y tríadas angulares en el siglo segundo de
nuestra era.

DIAGRAMA 2: GOZOS Y
TRÌADAS ANGULARES

Conectando Gozos y Regentes de Triplicidad con los Cuatro


Elementos
El primer descubrimiento que hice con relación a los gozos, y el que quisiera demostrar
centralmente en este trabajo, es que el arreglo de los gozos alrededor de las tríadas
angulares de hecho nos proporciona el modo en que los signos del zodíaco llegaron a
ser asociados con los cuatro elementos.

Mi observación es la siguiente: los gozos están dispuestos de manera que el Sol y


Jupiter, que son los dos planetas que mas tarde llegaron a ser los regentes principales de
la triplicidad de fuego, están en la parte superior del diagrama, agrupados en torno de la
tríada angular asociada del Mediocielo o casa 10 (ver Diagrama 3). La Luna y Venus,
que son los dos planetas que luego llegarían a ser los principales regentes de la
triplicidad de tierra, están en el fondo del diagrama, agrupados alrededor de la tríada
conectada con la casa “subterránea”. Saturno y Mercurio, los dos planetas que llegarían
a ser los principales regentes de la triplicidad de aire, están posicionados sobre el
margen izquierdo del diagrama, en la tríada angular asociada con el Ascendente o signo
ascendente. El último planeta restante, Marte, que llegó a ser uno de los principales
regentes de la triplicidad de agua, está sobre el lado derecho del mapa, en una de las
casas que comprende la tríada angular centrada sobre el descendente o casa poniente.

El resultado de este arreglo es que los planetas asociados con el elemento fuego están en
el extremo superior de la carta, los planetas asociados con el elemento tierra en el fondo,
los planetas asociados con el aire a la izquierda, y el planeta de agua queda a la derecha.

Este esquema está construido de una manera que imita o replica la doctrina de los
lugares naturales de Aristóteles,11 cada elemento es dueño de una tendencia natural a
moverse ya sea hacia arriba o hacia abajo, ya sea hacia el centro del Cosmos o
alejándose del centro del Cosmos, con la Tierra en el centro. El Fuego sube hacia las
regiones más altas, mientras que la Tierra se mueve hacia abajo hasta la región más
baja. El Aire asciende hacia arriba y se queda en una posición justo debajo del fuego,
mientras que el agua se establece y descansa sobre la tierra. Entonces la jerarquía de
capas elementales es así:

1. Fuego
2. Aire
3. Agua
4. Tierra
Este ordenamiento de los elementos en términos de las posiciones que se pensaba estos
llevaban en el cosmos fue luego tomada por las escuelas filosóficas Estoica y
Hermética, y entonces habría sido muy difundido y familiar durante el período
Helenístico. La disposición misma parece ser muy deliberada, y el creador del esquema
de los regocijos planetarios habría tenido en mente la doctrina de los lugares naturales al
asignar los elementos a las diferentes tríadas angulares.

Tomado en este contexto, el arreglo de los gozos representa una exposición de la


doctrina de los lugares naturales con los planetas mismos indicando cada uno de
los cuatro elementos en su correcto lugar en el cosmos. Los dos planetas asociados
con el fuego están en la cima del cosmos, reunidos alrededor la casa llamada
“mediocielo” (mesouranēma).Los dos planetas asociados con la tierra están en el fondo
del cosmos, arrinconados alrededor de la casa llamada “subterránea” (hupogeion). Los
dos planetas asociados con el aire están ubicados cerca de la primer casa, que Thrasyllus
denomina “la Ascensiòn (anaphora) y el Ascendente (anatellon), porque los planetas
11
Aristóteles, Sobre la Generación y la Corrupción, 1:2-3.
surgen por el horizonte desde el Ascendente y se mueven hacia arriba, hacia el
Mediocielo. El emplazamiento de los planetas de aire aquí es inteligente porque crea
una situación donde el aire está siendo empujado simbólicamente hacia arriba, hacia el
elemento del fuego. Contrariamente, Marte (el planeta asociado con el agua) está
localizado cerca de la casa 7, llamada el lugar “cadente” (dusis), porque los lugares en
este sector de la carta se dirigen y se mueven hacia abajo en dirección a la casa
subterránea. La ubicación del elemento agua actúa aquí de modo que el agua es
empujada para abajo, hacia el elemento tierra. El resultado final es que el fuego y la
tierra forman los extremos superior e inferior, mientras que el aire y el agua obtienen las
posiciones intermedias, pero la rotación diurna empuja el aire hacia arriba, en dirección
del fuego, y al agua abajo, en dirección de la tierra.

Si tomamos este diseño como deliberado, lo cual sería difícil que no sea, entonces
también ofrece una base original para la aplicación de los cuatro elementos a los signos
del zodiaco. Presumiblemente los signos mismos habían sido ya agrupados en
triplicidades y asociados con ciertos regentes planetarios, pero fue este esquema el que
permitió a las triplicidades el llegar a ser asociadas con cada uno de los cuatro
elementos.

DIAGRAMA 3: GOZOS, TRIADAS &


ELEMENTOS
Adopción versus No Adopción del Esquema Elemental
La asignación de los cuatro elementos a las triplicidades era ya conocida por Valens a
mediados del segundo siglo de nuestra era. Uno asumiría que fue probablemente
conocido por Tolomeo también, porque ambos hombres vivieron en Egipto alrededor
del mismo período, y pueden haber abrevado en las mismas fuentes. Esto implica la
cuestión sobre porqué Tolomeo elegiría no adoptar el esquema elemento-triplicidad si
ya lo conocía. Una posible respuesta es que Tolomeo puede haber decidido
deliberadamente no usar el esquema elemento-triplicidad porque este hubiera causado
un problema conceptual en el ordenamiento de los signos del zodiaco. Tolomeo tenía
una inclinación por las doctrinas filosóficas y cosmológicas Aristotélicas en su
astrología. Una de las doctrinas de Aristóteles mejor conocidas es la asociación de cada
uno de los cuatro elementos con cuatro cualidades complementarias: calor, frio,
húmedo, y seco. En el sistema de Aristóteles el fuego es primariamente caliente, y está
en oposición al agua que es primariamente fría. Por el contrario, la tierra es
primariamente seca, y se opone al aire que es primariamente húmedo.

La total orientación de Aristóteles hacia los elementos se basa en la noción de que estos
son cualidades contrastantes que se ubican en los extremos opuestos de un espectro, y
que “los elementos todos implican contrariedad en sus mutuas relaciones porque
las cualidades distintivas son contrarias.” El esquema elemento-triplicidad que parece
derivarse de los gozos es problemático desde una perspectiva Aristotélica ya que hace
que los signos de fuego sean literalmente opuestos a los signos de aire en el zodiaco, y
los signos de tierra literalmente opuestos a los signos de agua. Si las asignaciones
zodiacales fueran a seguir el esquema Aristotélico entonces los signos de fuego deberían
oponerse a los signos de agua en el zodíaco, y los signos de aire a los signos de tierra.
En cambio, el esquema elemento-triplicidad que primero aparece en Valens sigue un
modelo que fue abogado por una escuela filosófica rival, los Estoicos. En el sistema
estoico el aire se conceptualiza como frio, y es opuesto al fuego caliente, mientras que
el agua se dice que es húmeda, y se opone a la tierra seca. Esto se ajusta a la
organización de los signos de acuerdo al modelo elemento-triplicidad derivado de los
gozos, y de hecho el modelo Estoico de las cualidades es explícitamente adscripto a los
elementos por Valens, quien describe el aire como siendo frio y al agua como húmeda.

En la medida que Tolomeo tendió a fundamentar mucho de su modelo astrológico sobre


doctrinas cosmológicas Aristotélicas, el puede no haber querido adoptar el esquema
elemental empleado por Valens, incluso si lo hubiera conocido, porque tal esquema
contradice una de las doctrinas cosmológicas Aristotélicas básicas. Astrólogos
posteriores que o siguieron a Tolomeo o a la orientación de Aristóteles respecto de los
elementos tampoco habrían querido adoptar el esquema por razones similares, lo que
puede explicar el reducido número de astrólogos que parecen haberlo adoptado hacia el
tramo final de la tradición Helenística.

La Lógica del Ordenamiento de los Regentes de Triplicidad


Luego de este descubrimiento inicial sobre los gozos y el esquema elemento-triplicidad,
Dykes y yo comenzamos a interrogar por si habría otras doctrinas integradas a este
dispositivo. Un siguiente descubrimiento parece explicar el orden en que los regentes
de triplicidad son usualmente atribuidos.

En la tradición Helenística los regentes de triplicidad eran empleados para un número de


cosas. Una aplicación particular fue relevarlos para dividir la vida del nativo en dos
partes. La primera parte de la vida era gobernada por el primer regente de triplicidad, y
la segunda parte de la vida era dominada por el segundo regente de triplicidad. El tercer
regente de triplicidad se decía que cooperaba con el primer y segundo regentes a lo
largo del curso de la vida. Nuevamente, el esquema es el siguiente:
Valens ensaya un algo tímido intento de explicación al porqué de la asignación de los
planetas a ciertos elementos, aunque sin esto ninguna otra explicación para el
ordenamiento de la asignación de los regentes de triplicidad es ofrecida. Es decir, no
ofrece ninguna razón a porqué el Sol es el regente primario de la triplicidad de fuego
durante el día y Jupiter es el regente secundario, o porqué la Luna es el regente primario
de la triplicidad de tierra por la noche y Venus el segundo, etc. Solo Tolomeo intenta
explicar el orden para la asignación de los regentes de triplicidad, aunque su lógica no
explica plenamente los esquemas utilizados por Doroteo y Valens.

Cuando los Gozos son vistos en el contexto de las tríadas angulares, emerge un patrón.
En ambas los regentes de la triplicidad de fuego y de aire los principales durante el día
van a parar a una casa cadente o declinante, y entonces el regente secundario queda en
una de las casas siguientes dentro de la misma y respectiva triada angular, moviéndose
en sentido contrario a las agujas del reloj (ver Diagrama 4). Esta organización se ajusta
a la asignación de los regentes de triplicidad donde, por ejemplo, el Sol viene primero
de día en la triplicidad de fuego y Jupiter en segundo lugar, o donde en la triplicidad de
aire Saturno viene primero de día y Mercurio segundo.

DIAGRAMA 4: SECUENCIA DE LOS


REGENTES DE TRIPLICIDAD
Parte de la lógica en este caso es que las casas cadentes eran conceptuadas como siendo
primeras en la sucesión de las tres casas que forman una “tríada angular”, porque el
primer signo del zodiaco de cada una de estas tríadas coincide con lo que habría estado
inmediatamente con anterioridad en el ángulo mismo, y ahora se está alejando o
declinando fuera del mismo en función de la rotación diurna. La casa cadente es
entonces seguida de la casa angular misma, y entonces la última casa succedente o post-
ascensional. Luego la secuencia es siempre: 1) casa cadente -> 2) casa angular –> casa
succedente. El orden para la asignación de los regentes de triplicidad de las diferentes
partes de la vida aparece como determinado por el lugar que el regente de triplicidad
ocupa en la secuencia de las tríadas angulares.

Este patrón también es cierto para los regentes de triplicidad de tierra y agua, excepto
que los regentes nocturnos son presentados primeros en las casas cadentes, ya que estos
regentes están bajo el horizonte en la carta, lo que se entiende de ellos como y en tanto
que siendo nocturnos en si. Del mismo modo, el patrón sigue la secuencia nocturna de
los regentes de triplicidad. Dentro de este diseño, la Luna está en la casa cadente, y
entonces se vuelve el regente principal de la triplicidad de tierra durante la noche, y
luego sigue Venus a continuación en la casa succedente, entonces se vuelve el regente
secundario de la triplicidad de tierra durante la noche. Marte es el último planeta que
queda, y está ubicado en la cadente casa 6, así que se vuelve el regente principal de la
triplicidad de agua durante la noche.

Es interesante, que este esquema pueda dar cuenta en parte de la justificación para la
asignación del tercero o regente participativo también. Es notable que en cada instancia
el regente de triplicidad cooperando se encuentre más cercano en el diagrama entre los
planetas de la misma secta. Por ejemplo, el Sol y Jupiter son los regentes principales de
la triplicidad de fuego, y Saturno está cooperando porque es el otro planeta
inmediatamente más cercano a ellos. La Luna y Venus son los regentes primarios de la
triplicidad de tierra, y Marte coopera porque es el siguiente planeta más cercano a uno
de ellos. Finalmente, Marte y Venus son los regentes principales del elemento agua, y la
Luna es el regente cooperando porque ella es el siguiente planeta (nocturno) más
cercano.

El descubrimiento de la conexión entre los gozos y el orden de los regentes de


triplicidad es importante dado que parece aportar una justificación teorética y racional
más consistente para la asignación de los regentes de triplicidad – en particular los
regentes participativos – que las otras explicaciones disponibles a la fecha, tal como la
ofrecida por Tolomeo. Robert Hand destacó en su tratamiento de la asignación de los
regentes de triplicidad que no estaba claro cómo algunos de los regentes participativos
eran asignados, y parece que los gozos pueden ayudar a esclarecer el asunto, aunque en
el proceso se plantea la interesante cuestión de si los gozos o los regentes de triplicidad
surgieron primero.

Configuraciones
Quien haya concebido el esquema alrededor de los gozos planetarios debe haber estado
familiarizado con un número de otros conceptos astrológicos elementales, y puede
demostrarse que aquellos conceptos fueron tomados en consideración para la
formulación del esquema.

Un concepto que es evidente en el diagrama de los gozos es la doctrina de los aspectos o


configuraciones, y hay algunos patrones interesantes en la disposición de los gozos
vistos desde este ángulo.

El diagrama esta construido de manera que ambas luminarias se configuran con sus
compañeros de secta (ver Diagrama 5). Por ejemplo, el Sol se configura por sextil con
Jupiter y por cuadratura con Saturno, mientras que la Luna hace lo mismo con Venus y
Marte respectivamente. Este aparente deseo de hacer que los planetas se configuren con
sus compañeros de secta es probablemente una de las razones por las que los planetas
ocupan las casas que ocupan de acuerdo a los gozos. Por ejemplo, si el Sol tuviese su
gozo en la casa 10 mientras que Jupiter tuviese su gozo en la casa 11, entonces el Sol no
se configuraría con Jupiter, sino que en su lugar los dos quedarían en aversión el uno
con el otro. Por consiguiente, parece haber un tipo de necesidad conceptual para poner
los planetas en las casas que ocupan y asegurar así que las configuraciones estén
presentes.

Adicionalmente, el autor del esquema de los gozos también parece haber tenido ya
alguna noción general de la naturaleza o condición cualitativa de los aspectos, en tanto
que el modelo está armado de modo que las dos luminarias se configuren por sextil con
los respectivos benéficos y por cuadratura con ambos maléficos. Esto queda en
consonancia con la convención general de que el sextil es un aspecto más fácil o
favorable, mientras que la cuadratura es más difícil o desfavorable. A menudo se piensa
que las cualidades de los aspectos estaban parcialmente derivadas de la configuración de
los planetas en el Thema Mundi, como lo delineó Firmicus Maternus, aunque los gozos
pueden dar una justificación alternativa y simultánea para la razón de que los sextiles
llegaran a ser tomados o vistos como positivos y las cuadraturas como negativas.

Aclaración de un Problema Conceptual relativo a la Secta


Existe también un concepto adicional integral a los gozos que parece resolver un
antiguo problema relativo al concepto de secta.

En el primer libro del Tetrabiblos Tolomeo intenta explicar la secta exclusivamente


dentro del contexto único de su justificación naturalista, donde los planetas significan
diferentes cosas en la astrología debido a su habilidad para producir diferentes niveles
de calor y humedad. Tolomeo intenta explicar la asociación de Saturno con la facción
diurna diciendo que ya que Saturno es naturalmente frio, se vuelve más moderado
cuando es calentado por el calor del Sol en un tema diurno, y entonces se vuelve más
positivo o constructivo funcionalmente. Similarmente, Tolomeo dice que Marte se
asigna a la secta nocturna porque Marte es naturalmente seco, y entonces cuando se
ubica en un tema nocturno se humedece y luego se vuelve mejor atemperado. En el
modelo de Tolomeo es el hecho de que los maléficos son EXCESIVAMENTE FRIOS
O SECOS lo que los lleva a ser maléficos, mientras que lo que es moderado o templado
se conceptualiza como benéfico.

El problema con la idea de Tolomeo es que esto implica que Saturno no es


inherentemente diurno sino que simplemente se hace más benéfico funcionalmente
cuando se encuentra ubicado en un tema diurno. Del mismo modo, Marte no tiene una
inherente afinidad natural con la facción nocturna, sino que es funcionalmente más
benéfico de noche. De esta forma la lógica de Tolomeo para la secta no explica
realmente como los planetas llegaron a ser asignados a la secta con la que se los asocia,
ni explica como puede de alguna manera decirse de Saturno que este inherentemente
inclinado hacia la facción diurna o Marte a la facción nocturna. En su lugar, la única
cosa que Tolomeo explica es como los maléficos pueden interpretarse como si fueran
funcionalmente más positivos o negativos en una carta dentro del contexto mayor de la
fundamentaciòn naturalista de Tolomeo para la astrología.

Este serio problema conceptual en los argumentos de Tolomeo parece implicar que su
explicación no fue la razón original de la asociación de los planetas con cada una de las
dos sectas. Parece confirmarse por el hecho de que otros autores tales como Porfirio
presentan lógicas alternativas para explicar la secta, la que puede tener que ver con la
frecuencia con que los planetas surgen o se ponen bajo los rayos del Sol. De acuerdo
con esta idea, Jupiter y Saturno se relacionan con la secta diurna porque ellos se ponen
bajo los rayos del Sol con relativamente poca frecuencia, en cambio Venus y Marte
pasan relativamente más tiempo cubiertos por los rayos del Sol. Entonces, como
resultado de su comportamiento astronómico, Jupiter y Saturno tienen más que ver con
la visibilidad y la luz, y Venus y Marte tendrán más que ver con la ocultación y la
invisibilidad. Esta alternativa lógica parece hacer un mejor trabajo al explicar como
cada uno de los planetas pudo ser asociado con su respectiva secta inherentemente antes
que solo funcionalmente, y por lo tanto puede representar algo más aproximado a la
racionalidad original tras las asignaciones de los planetas a cada una de las sectas.

DIAGRAMA 5: CONFIGURACIÒN DE
LOS COMPAÑEROS DE SECTA
Durante el curso de nuestras discusiones Dykes señaló una noción adicional que parece
estar integrada dentro del esquema de los gozos. Este esquema de los planetas de
acuerdo a sus gozos esta parcialmente asociado con la revolución o rotación diurna, ya
que las casas mismas se basan en este ciclo en el que los planetas surgen, culminan, se
ponen, y luego anti-culminan cada día. Cuando los gozos son vistos en este contexto,
parece haber una progresión donde los planetas diurnos se alejan del Ascendente hasta
la casa 9, mientras que los planetas nocturnos se están alejando del Descendente hacia la
casa 3. Esto parece sugerir simbólicamente una suerte de progresión, donde cada uno de
los planetas de las respectivas sectas se vuelve más y más diurno o nocturno,
dependiendo de en que lado del horizonte el planeta se encuentre (ver Diagrama 6)

En el lado diurno del horizonte, la progresión comienza con Saturno, el que parece ser
el menos diurno de los tres planetas que comprenden la facción diurna. El siguiente en
orden es Jupiter, que representa una progresión hacia un estado más diurno. El último y
final es el Sol, donde se completa la progresión, ya que hemos alcanzado lo que es
fácilmente el más “diurno” de los planetas en la carta – la encarnación misma del día
mismo.

Del otro lado del horizonte, el lado nocturno, comenzamos con Marte, el que como
Saturno parece estar algo fuera de lugar en términos de la cualidad del planeta
comparado con sus otros compañeros de secta. Siguiendo en orden de aparición está
Venus, del que se puede decir que es más nocturno que Marte, y entonces representa
una progresión hacia un estado más nocturno. Finalmente llegamos a la Luna, que es el
más nocturno entre los planetas en la carta, y la secuencia queda completa.

La progresión diurna y la progresión nocturna de planetas casi podría parecer indicar


una suerte de proceso de purificación, en el que los planetas se mueven de ser “menos
como su respectiva secta” a ser “más como su respectiva secta”. Lo que es interesante
en esta perspectiva es que puede de hecho explicar el problema conceptual de los
maléficos que Tolomeo intentó manejar un poco insatisfactoriamente en el horizonte de
su modelo. Cuando los maléficos son tomados en este otro contexto de los gozos y su
rotación diurna, algo que se destaca es que los mismos son precisamente los dos
planetas de sus respectivas sectas que cambiaron de hemisferio más recientemente.

Si Saturno se ubica en la casa 12 entonces esto significa que solo recientemente se


desplazó a través de la casa 1 y cruzó el grado del Ascendente, por lo tanto mudándose
del lado nocturno de la carta bajo el horizonte al lado diurno de la carta sobre el
horizonte. Si usáramos la lógica naturalista de Tolomeo luego podríamos decir que
Saturno es el planeta que más recientemente se trasladó desde el hemisferio frio, oscuro,
y nocturno bajo la tierra al hemisferio caliente, brillante y diurno sobre la tierra. En ese
sentido podría decirse definitivamente que es diurno, ya que queda firmemente en el
lado diurno de la carta. Sin embargo, es el menos diurno de los tres planetas diurnos, ya
que solo recientemente ha “cambiado de bando”, por así decir, al reunirse con los
planetas del día en el hemisferio diurno.
El mismo argumento es apropiado en el caso Marte. Si Marte está localizado en la casa
6, entonces sería un planeta nocturno que recientemente ha cambiado hemisferios,
habiéndose mudado de estar encima del horizonte a estar bajo el horizonte una vez que
alcanzó el grado del descendente en la casa 7. Nuevamente, recurriendo a la lógica
naturalista de Tolomeo para continuar el razonamiento podríamos decir que Marte está
firmemente en el bando nocturno ya que está bajo la tierra; pero, ya que solo se mudó
recientemente del lado caliente, brillante y diurno del cosmos al lado frio, oscuro y
nocturno, el todavía está en el proceso de volverse más nocturno, y muchas de las
cualidades diurnas son todavía prominentes en su constitución.

DIAGRAMA 6: PROGRESIÒN DE
LA SECTA

Reconozco que el nivel de pensamiento simbólico que esto requiere combinado con la
falta de respaldo textual explicito puede dificultar la validación o aceptación de estos
argumentos sobre los orígenes de la secta como enteramente plausibles. No obstante,
sospecho que este arreglo es demasiado sugestivo como para ser una mera coincidencia,
especialmente ya que resuelve un claro obstáculo conceptual respecto a la secta que
incluso Tolomeo no pudo solucionar enteramente en el siglo segundo.

Los Orígenes de las Casas


Una de las mayores diferencias entre la astrología Helenística y las tempranas
tradiciones Mesopotámicas de la astrología es la aparente introducción del concepto de
las doce casas. No hay, al día de hoy, alguna evidencia clara de la existencia del uso de
casas en la tradición temprana de la astrología Mesopotámica. Las casas si aparecen en
las primeras fuentes de la tradición Helenística sin embargo. Lo que parece implicar que
o las casas se desarrollaron en la tradición Mesopotámica tardía y nosotros simplemente
no tenemos evidencia de este desarrollo, o que las casas fueron introducidas en algún
momento muy temprano en la tradición Helenística.

En 2010, Dorian Greenbaum y Micah Ross propusieron que el uso del Ascendente,
Mediocielo, y por consiguiente del resto de las casas en la tradición Helenística fue
originalmente motivado en parte por el uso de los decanos en la anterior tradición
Egipcia. Finalmente plantean un convincente escenario para el desarrollo del uso de las
cuatro casas angulares, aunque su argumento no explica de donde derivan los
significados de las otras 8 casas restantes. Este es el hueco que creo que puede ser
llenado en parte con los regocijos.

En la tradición Helenística parece haber habido en circulación un texto sobre las doce
casas que fue atribuido a Hermes Trismegistus, en vista de que tenemos varias
referencias y alusiones a el en los últimos autores. Por ejemplo, durante el primer siglo
Thrasyllus cita a Hermes como fuente de los significados de las casas en su Tabla.
También en el primer siglo, Doroteo comienza su discusión sobre los significados de las
casas anunciando que provienen del “honorable (y) tres veces grande, Hermes, el Rey
de Egipto.” En los siglos 6 o 7 Retorio mencionó al pasar que “Hermes”
deliberadamente designó a la casa 12 como teniendo relación con el tópico del parto.
Firmicus Maternus abrevó en un texto sobre la delineación de casas similar al usado por
Retorio, aunque en su propio pasaje paralelo sobre la casa 12 se refiere más en general a
ciertos “hombres sabios” (prudentissimi viri) que asociaron aquella casa con el
nacimiento. Nuevamente, Antíoco cita un astrologo anterior Timeo, que se dice que
citaba a Hermes el mismo como el autor de un esquemas especifico de casas ventajosas
(chrēmatistikos).

Todas estas referencias parecen indicar que hubo un texto muy influyente sobre las
casas escrito alrededor de la primer tradición Helenística, y que este fue adjudicado a
Hermes Trismegisto. Ya que lo cita Thrasyllus en el primer siglo de nuestra era, esto
significa que debe haber sido escrito algo antes, quizás en el primer siglo antes de
Cristo. Esto lo haría no solo uno de los textos más influyentes que conocemos en la
tradición Helenística, sino que también lo haría uno de los primeros textos sobre las
casas de los que se tiene noticia.
Sin duda, no obstante, el texto de Hermes no fue el único texto primario sobre las casas.
Hubo otro texto en circulación muy temprano que se adjudica a Asclepios, y este texto
aparentemente despliega un singular grupo de significaciones para las primeras ocho
casas-signos-completos. Este sistema fue llamado octatopos, o sistema de ocho lugares.
El octatopos fue atribuido a Asclepios por el autor anónimo del Papiro de Michigan, y
Asclepios también es mencionado por Valens como contribuyente a la doctrina de las
casas. Schmidt ha señalado que muchos de los posteriores tratamientos sobre las casas
parecen representar una síntesis de los sistemas de ocho y doce casas.

Es interesante que en muchas de las cronologías históricas que han sobrevivido de la


tradición Helenística, Hermes es a menudo citado como el autor más antiguo, o como el
fundador de la tradición astrológica. Mientras que podemos vernos inclinados a
desestimar esto como pura mitología, las numerosas referencias a un trabajo sobre las
casas por Hermes son quizás suficientes para hacernos considerar si hubo realmente un
texto temprano sobre la materia que contuvo los principios fundamentales de la
doctrina. Pero que otra cosa podría haber dicho este texto, y cual fue la base teorética
original subyacente a los significados de las doce casas?

Los Significados de las Doce Casas


En la tradición Helenística, los astrólogos no parecen haber seguido la convención
moderna de igualar casas específicas con ciertos signos del zodiaco y los regentes de
estos signos. Por ejemplo, en la astrología moderna la casa uno es equiparada
usualmente con el primer signo, Aries, tal como el planeta que gobierna este signo,
Marte. La casa 2 se asocia con el segundo signo, Tauro y el regente de este signo,
Venus. Muy a menudo, los astrólogos modernos toman prestadas significados del signo
del zodiaco o del planeta asociado con este signo en función de hablar respecto del
significado de una casa específica. A pesar de cuan prevalente esta práctica es en los
tiempos modernos, no hay evidencia alguna de que haya sido usado como método para
determinar los significados de las casas en la tradición Helenística.

En cambio, los astrólogos Helenísticos parecen haber derivado los significados de las
casas a partir de consideraciones tales como la angularidad de la casa o su posición en el
esquema de las tríadas angulares, la configuración del signo ascendente o la carencia al
respecto, y la significación simbólica de la casa en términos astronómicos visuales.
Algunas de las significaciones básicas de las casas pueden derivarse de este modo. Pero
hay una cuarta, poco explorada consideración: los gozos planetarios.

Cuando los astrólogos Helenísticos discutían los significados de las casas a menudo
parece plantearse una conexión entre los significados de las casas y los gozos de los
planetas. Esto se demuestra con especial explicitud recurriendo a Valens:

[La casa de] Dios da indicaciones respecto del padre; Diosa sobre la madre;
Buen Espíritu para los hijos; Buena Fortuna para el matrimonio; Mal Espíritu
para el sufrimiento; Mala Fortuna sobre los accidentes; el Lote de la Fortuna y el
Horoskopos sobre la vida y el vivir; [El Lote de] Espíritu sobre la mente
(Intelecto); Medio cielo para la acción; [el Lote de] Eros sobre el deseo; [el Lote
de] Necesidad sobre los enemigos.

Una de las cosas de las que me di cuenta a lo largo del curso de esta serie de
descubrimientos es que la naturaleza sistemática de los gozos y la forma en que se
combinan diferentes otros conceptos astrológicos implican que el esquema estaba
operando como una especie de construcción fundacional. Esto es parecido a la manera
en que el Thema Mundi parece actuar como una construcción teorética destinada a
explicar los orígenes de las regencias de domicilio, la naturaleza de los aspectos y otros
conceptos. De hecho, Firmicus Maternus dice explícitamente que los astrólogos
anteriores deliberadamente concibieron el Thema Mundi como una herramienta
educativa para transmitir algunos de los conceptos básicos de la astrología. Si esto es
verdad, no sorprendería entonces encontrar otros esquemas deliberados o construcciones
conceptuales también embebidos en la tradición.

Una de las consecuencias del descubrimiento sobre la interconexión de los gozos con
varios otros conceptos es que implica que los significados de las doce casas NO fueron
determinados primero para luego asignarles los gozos a estas casas más tarde,
basándose en alguna suerte de afinidad percibida entre la casa y el planeta. Más bien,
fue al revés. Yo diría que parece ser más factible que los gozos fueron desarrollados
primero, a partir del elaborado sistema que he delineado en este documento, y que las
significaciones de las casas fueron derivadas posteriormente de los gozos en parte. Esto
explicaría porqué a algunas de las casas se les asignaron los nombres que se les dieron:
Porque los planetas asociados con estas casas por medio de los gozos estaban jugando
un significativo papel en la formación del significado de las casas.

La observación de que algunas de las significaciones de las casas se derivan de los


gozos no es nueva, ya que Deborah Houlding planteó este argumento en su libro de
1998 sobre las casas. Lo que es nuevo aquí es el punto de que los gozos mismos eran
parte de una construcción elaborada y sistemática muy tempranamente originada en la
tradición Helenística, presumiblemente a partir de un solo texto, y puede que de hecho
representen una gran parte de la primer justificación para asignar significados a algunas
casas.

Derivando Significados de los Gozos


Cuando las casas son colocadas en el contexto de los gozos, la motivación subyacente a
algunos de los significados se torna mucho más clara. De hecho, los gozos nos aportan
una fundamentación teorética para generar los significados.

En la generación de los significados de las casas a través de los gozos parece haber
habido un profundo énfasis sobre la división de la carta en dos mitades, con un
hemisferio sobre la tierra y otro debajo.

Todo lo que está sobre el horizonte aparece siendo tomado como parte del reino del Sol,
al que el autor de este esquema parece haber asociado con el “espíritu” (Psuchē). Esta es
la razón de porqué la casa 11 es llamada del Buen Espíritu, y la 12 del Mal Espíritu.
Astrólogos sucesivos tales como Valens o Firmicus asociaron al Sol con el concepto de
espíritu, que ellos decían que tenía que ver con el alma y la mente o intelecto. Al
contrario, todo bajo el horizonte fue considerado como parte del reino de la Luna, que el
autor de los gozos asoció con el concepto de fortuna (Tuchē). Esta es la razón de que la
casa 5 se llame la casa de la Buena Fortuna, y la casa 6 se llame la casa de la Mala
Fortuna. Valens asociaba la fortuna con el cuerpo (Soma) y la encarnaciòn física del
nativo.

Una de las potenciales implicancias de esta división entre un hemisferio solar arriba de
la carta y uno lunar debajo es que todo lo que está arriba tiene que ver con el alma y las
cosas relativas a la mente, mientras que todo lo que queda en el fondo de la carta tiene
que ver con el cuerpo y cuestiones materiales. Esto puede seguramente ser parte de un
tipo de división Hermética entre el espíritu y el cuerpo. La consecuencia de esto es que
las significaciones específicas que son atribuidas a las casas habrán de concernir ya al
alma o al cuerpo dependiendo de en que lado del horizonte se encuentren.

Esto nos aporta dos principios teoréticos fundamentales para generar significaciones a
partir de casas específicas en donde un planeta tiene su gozo:

1. Está la casa encima o bajo del horizonte? Si está arriba, entonces tendrá que ver
con el alma. Si está abajo, tendrá que ver con el cuerpo.
2. El planeta asociado con la casa es un benéfico o un maléfico? Si es un benéfico,
entonces la casa señalará cosas buenas. Si es un maléfico, entonces indicará
cosas malas.

Tomando estos dos principios en consideración podemos explicar algunas de las


significaciones básicas que llegaron a ser asociadas con las casas.

Por ejemplo, miremos a la casa 5, que se llama la casa de la Buena Fortuna. Como la
casa 5 está bajo el horizonte, sabemos que habrá de significar asuntos concernientes al
cuerpo. También sabemos que ya que se asocia con el benéfico planeta Venus, las
significaciones serán positivas. De aquí arribamos a la conclusión que la casa 5
significaría cosas positivas que se relacionan con el cuerpo. Coincidentemente, la casa 5
llego a ser una de las casas que significan a los hijos primariamente.

La casa 6 es la casa de la Mala Fortuna. Como está bajo la tierra, se relaciona con el
cuerpo. Al estar asociada con el maléfico planeta Marte, por lo tanto debe significar
algo malo. Luego, la casa 6 indica las cosas negativas relativas al cuerpo, y es la casa
que llegó a ser asociada con las lesiones físicas y accidentes.

La casa 11 es la casa del Buen Espíritu. Está sobre la tierra, entonces se relaciona con la
mente y el alma. Se la asocia con Jupiter, un benéfico, luego debe significar algo bueno.
Entonces la casa 11 indica las cosas buenas relativas a la mente o el alma. Uno de los
significados primarios con los que la casa 11 llegó a estar asociada fue el tema de la
amistad, que era vista por filósofos tales como Aristóteles como la afinidad entre el
alma o el espíritu de dos personas.

La casa 12 es la casa del Mal Espíritu. Está sobre la tierra, entonces es algo relativo al
alma o a la mente. Sin embargo, está asociada con el maléfico planeta Saturno, y debe
significar algo negativo. Luego, la casa 12 significa cosas malas que conciernen al alma
o a la mente. Este es el porque de que llegara a ser asociada con enemigos, así como con
otras cosas tales como el sufrimiento, que podría caracterizarse como una aflicción del
alma.

Mientras que este esquema no puede usarse para generar todas las significaciones de las
casas, si parece dar una convincente justificaciòn para algunos de los principales
significados de las casas que coinciden con los gozos planetarios. Es notable que la
mayoría de los gozos planetarios no coincidan con las casas angulares, dado que las
casas angulares son de las que es más fácil derivar significados, de acuerdo al
significado simbólico de su ubicación astronómica. Por ejemplo la casa 10 es el sector
más elevado y visible del tema, y se dice que representa la reputación pública del
nativo. Esto queda en oposición a la casa 4, que es el punto más bajo y más oculto del
tema, y se dice que significa asuntos relativos a la vida personal tales como el hogar. El
significado simbólico de los ángulos es bastante directo de esto modo, pero es un poco
más difícil derivar significados de las otras casas de acuerdo a su ubicación
astronómica, y aquí es donde Yo creo que los gozos entran en acción.

El único ángulo que contiene uno de los gozos planetarios es la casa 1, que es la casa
donde Mercurio se regocija. Los astrólogos Helenísticos usaron casas-signo-completo,
y en las casas-signo-completo, la casa 1 siempre habrá de estar parcialmente sobre la
tierra y parcialmente bajo el horizonte; esto es porque el grado Ascendente marca
meramente el signo que se vuelve casa 1. De esta forma, Mercurio se sitúa en el punto
de encuentro entre los dos hemisferios, donde el reino diurno del espíritu y el reino
nocturno del cuerpo se unen. No sorprende, entonces, que de la casa 1 usualmente se
diga que significa tanto el cuerpo o vitalidad física como el espíritu (pneuma) del
nativo.

Los Orígenes de los Gozos?


Como destaqué más arriba, la fuente más temprana de que disponemos para la
atribución de los gozos es el texto adjudicado a Hermes Trismegistus, citado por
Thrasyllus. Thrasyllus explícitamente conecta la doctrina de las doce casas con Hermes,
y en el fragmento de Hermes él usa los nombres de las casas, que se conectan con los
gozos. Siendo este el caso, es posible que el esquema que los gozos representan fuera
originalmente introducido con este texto antiguo atribuido a Hermes.

Pero como podemos saber con seguridad que los gozos ya estaban presentes en el texto
de Hermes cuando la única evidencia que tenemos consiste en que algunos nombres de
las casas fueran mencionados? Creo que la respuesta yace en uno de los significados por
los que Thrasyllus cita a Hermes.
Según Thrasyllus, Hermes dice que uno de los significados de la primera casa es
“hermanos.” Esta atribución no tiene mucho sentido en el contexto de la tradición
posterior que tendía a relacionar el tópico de los hermanos a la casa 3. Pero SI tiene
sentido cuando consideramos que Mercurio tiene su gozo en la casa 1, y que uno de los
significados corrientes de Mercurio son los hermanos. De esto podemos concluir
provisionalmente que los gozos estaban sin duda en el texto de Hermes, y que algunos
de los significados de las casas fueron derivados de los gozos. Si el texto de Hermes fue
de hecho uno de los primeros textos sobre las casas, entonces es posible que esta fuera
también la fuente de la doctrina de los gozos planetarios.

Conclusión
Espero haber demostrado en este documento que el esquema de los gozos planetarios
representa una deliberada y muy elaborada construcción, que reúne y motiva las
siguientes cuestiones:

1. La asignación de los cuatro elementos de los signos del zodiaco


2. El orden de la secuencia de los regentes de triplicidad
3. Parte de la justificación para la asignación de la secta planetaria de los planetas
4. La asignación de algunos significados de las casas

Mientras que gran parte de esta discusión es difícil de validar textualmente ya que
estamos discutiendo un modelo conceptual que solamente es referido o aludido
implícitamente en muchos de los textos, siento que la naturaleza sistemática de este
modelo y la forma en que conecta consistentemente diferentes técnicas y conceptos
testifica en contra de que sea un accidente.

Las implicancias de este descubrimiento son de largo alcance, dado que parece que el
esquema de los gozos planetarios ofrece una justificación para un número de conceptos
astrológicos fundamentales y técnicas que han estado en uso entre los astrólogos desde
la antigüedad. Y también añade otra dimensión al debate que ha tenido lugar
recientemente en las comunidades astrológicas y académicas respecto de los orígenes de
la astrología Helenística. Espero que todo esto arroje alguna luz y signifique una
contribución substancial a ambos lados del debate.

Bibliografia

Aristotle, The Complete Works of Aristotle, 2 vols., ed. Jonathan Barnes, Princeton
University Press,
Princeton, NJ, 1984.
Bouché-Leclercq, Auguste, L'astrologie grecque, Leroux, Paris, 1899.
Brennan, Chris, “Hellenistic Astrology,” NCGR Research Journal, Vol. 1, No. 1,
Summer 2010, pp. 15-
24.
“CCAG,” Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, 12 vols., Brussels, 1898-
1953.
Diogenes Laertius, Lives of Eminent Philosophers, 2 vols., ed. and trans. R. D. Hicks,
Harvard University
Press, Cambridge, MA, 1925 (rev. ed. 1931).
Dorotheus of Sidon, “Carmen Astrologicum,” edited and translated in Dorothei Sidonii
Carmen
Astrologicum, ed. David Pingree, Teubner, Leipzig, 1976.
Firmicus Maternus, “Mathesis,” edited in Iulii Firmici Materni Mathesos libri VIII, 2
vols., ed. W. Kroll,
F. Skutsch, K. Ziegler, Teubner, Leipzig, 1897-1913.
Firmicus Maternus, Mathesis, trans. and ed. James H. Holden, American Federation of
Astrologers,
Tempe, AZ, 2011.
Greenbaum, Dorian G., and Micah Ross, “The Role of Egypt in the Development of the
Horoscope,”
Egypt in Transition: Social and Religious Development of Egypt in the First Millennium
BCE, Czech
Institute of Egyptology, Prague, 2010, pp. 146–182.
Hand, Robert, Night & Day: Planetary Sect in Astrology, ARHAT Publications, Reston,
VA, 1995.
Hand, Robert, “Signs as Houses (Places) in Ancient Astrology,” Culture and Cosmos,
Vol. 11, No. 1 and
2, Spring/Summer and Autumn/Winter 2007, pp. 135-162.
Hephaistio of Thebes, “Apotelesmatika,” edited in Hephaestionis Thebani
apotelesmaticorum libri tres, 2
vols., ed. David Pingree, Teubner, Leipzig, 1973-4.
Copenhaver, Brian P. (trans. and ed.), Hermetica, Cambridge University Press, Cambridge,
1992.

Houlding, Deborah, The Houses: Temples of the Sky, Ascella Publications, London, 1998.

Manetho, “Apotelesmatika,” ed. and trans. Robert Lopilato, The Apotelesmatika of Manetho,
doctoral

diss., Brown University, Providence, RI, 1998.

Manilius, Marcus, Astronomica, trans. and ed. G.P. Goold, Harvard University Press,
Cambridge, MA,

1977.

“Michigan Papyrus,” ed. and trans. Frank Egleston Robbins, in Michigan Papyri, Vol. III, Papyri
in the

University of Michigan Collection, Miscellaneous Papyri, ed. John Garret Winter, University of

Michigan Press, Ann Arbor, MI, 1936.

Olympiodorus, “Commentary,” edited in Heliodori, ut dicitur, In Paulum Alexandrinum


commentarium, ed. Æ. Boer, Teubner, Leipzig, 1962.

Paulus Alexandrinus, “Introduction,” edited in Pauli Alexandrini Elementa Apotelesmatica, ed.


Emilie

Boer, B. G. Teubner, Leipzig, 1958.

Pingree, David (trans. and ed.), The Yavanajātaka of Sphujidhvaja, vols. I-II, Harvard University
Press,

Cambridge, MA, 1978.

Pingree, David, From Astral Omens to Astrology: From Babylon to Binaker, Istituto Italiano per
L'Africa

e L'Oriente, Rome, 1997.

Pingree, David, “From Alexandria to Baghdad to Byzantium. The Transmission of Astrology,”

International Journal of the Classical Tradition, Vol. 8, No. 1, Summer 2001, pp. 3-37.

Porphyry, “Introduction,” edited in Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, Vol. 5, Part


4, ed.

Stephen Weinstock, Royal Academy of Belgium, Brussels, 1940, pp. 187-228.

Ptolemy, Claudius, “Tetrabiblos,” edited in Claudii Ptolemaei opera quae exstant omnia, vol. III,
1:

ΑΠΟΤΕΛΕΣΜΑΤΙΚΑ, post F. Boll et Æ. Boer secundis curis, ed. Wolfgang Hübner, Teubner,

Stuttgart & Leipzig, 1998.

Ptolemy, Claudius, Tetrabiblos, Book 3, trans. Robert Schmidt, ed. Robert Hand, The Golden
Hind

Press, Berkeley Springs, WV, 1996.

Rhetorius of Egypt, “Compendium,” ed. and trans. James H. Holden, Rhetorius the Egyptian,
American

Federation of Astrologers, Tempe, AZ, 2009.

Schmidt, Robert H., and Ellen Black, “Peak Times and Patterns in the Life of Dane Rudhyar,”
NCGR

Geocosmic Journal, Fall 2006, pp. 35-43.

Schmidt, Robert, “Facets of Fate: The Rationale Underlying the Hellenistic System of Houses,”
The

Mountain Astrologer, Issue #88, Dec/Jan 2000, pp. 83-126.


Schmidt, Robert H., Kepler College Sourcebook of Hellenistic Astrological Texts, Phaser
Foundation,

Cumberland, MD, 2005.

Schmidt, Robert H. (trans. and ed.), Definitions and Foundations, The Golden Hind Press,

Cumberland, MD, 2009.

Sextus Empiricus, Against the Professors, trans. R. G. Bury, Harvard University Press,
Cambridge, MA,

1949.

Tester, Jim, A History of Western Astrology, The Boydell Press, Woodbrige, UK, 1987.

Thrasyllus, “Table,” edited in Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, Vol. 8, Part 3, ed.
Petrus

Boudreaux, Lamertin, Brussels, 1912, pp. 99-101.

Valens, Vettius, “Anthology,” edited in Vettii Valentis Anthologiarum Libri Novem, ed. David
Pingree,

Teubner, Leipzig, 1986.

Valens, Vettius, The Anthology, Book 1, trans. Robert Schmidt, ed. Robert Hand, The Golden
Hind

Press, Berkeley Springs, WV, 1993.

Valens, Vettius, The Anthology, Book 2, Part 1, trans. Robert Schmidt, ed. Robert Hand, The
Golden

Hind Press, Berkeley Springs, WV, 1994.

También podría gustarte