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Ficha de Cátedra:

Poder

Como ya hemos visto, el Estado es la organización jurídica y política que una sociedad
considera como válida. Dicha institución ejerce soberanamente la administración
política sobre un territorio y su población, buscando el bien común. Tradicionalmente
se considera que los elementos constitutivos o de existencia del Estado son:

POBLACION Grupo de personas o habitantes que integran o residen en el territorio de un Estado.

TERRITORIO Espacio físico en el que el Estado ejerce su poder y su autoridad.

PODER Relación de mando-obediencia, supone una relación de autoridad.

GOBIERNO Conjunto de instituciones que ejercen las funciones del Estado.

La POBLACION es la agrupación de hombres y mujeres. Pueden las personas


agruparse en comunidades y sociedades. Las personas pueden ser nacionales o
extranjeras y los nacionales pueden ser reconocidos como ciudadanos para participar
en la organización política del país.

La NACION se define como un conjunto de personas que se encuentran unidas por


vínculos materiales y espirituales comunes, como una misma cultura, lengua, etnia o
religión; comparten una serie de costumbres y tradiciones que van conformando una
historia.
Un pueblo que habita en un territorio requiere de cierta organización para actuar en
conjunto. De tal modo, la sociedad se organiza políticamente, surge el Estado. En el
seno de esta Institución existe organización, lo que implica dirección y normativas que
conlleven a sus integrantes, la Nación, hacia los fines propuestos, el Bien Común.

El Poder Político es legal cuando se somete a la Constitución y las leyes en tanto se


transforma en autoridad, cuando no cuenta sólo con la fuerza de coacción, sino que
fundamentalmente es obedecido por su legitimidad, por el consentimiento de sus
ciudadanos, quienes consideran a sus gobernantes e instituciones políticas como
buenas, necesarias y justas.

Una cualidad del Poder del Estado es la Soberanía, en el sentido que dicho poder no
admite a ningún otro ni sobre él, ni en concurrencia con él.

PODER

Hay distintas concepciones de poder. El mismo se puede entender como:

1) Conjunto de aparatos e instituciones que garantizan la sujeción de los ciudadanos al


estado.
2) Modo de sujeción que adopta la forma de norma.
3) Sistema de dominación ejercida por un grupo sobre otros.
Nosotros vamos a entender el poder en el sentido Relacional, tomando como base el
pensamiento de Michel Foucault. Esto es entenderlo como: “UNA SITUACIÓN
ESTRATÉGICA COMPLEJA DE UNA SOCIEDAD DADA” de allí que la metáfora que se
utiliza para definirlo sea el de RED.

En consecuencia el concepto plantea las siguientes características:

a).-  No hay un solo centro de donde surja el poder, el mismo es siempre relacional por
lo tanto un mismo sujeto puede ocupar una situación de dominio en una relación
social dada y una situación de dominado en otra.
b).-No se ejerce desde arriba hacia abajo, sino que el sujeto está inmerso en relaciones
de poder que lo atraviesan en múltiple direcciones.

c).- El poder que se ejerce no se adquiere, sino a partir de innumerables puntos y en el


juego de las relaciones móviles y no igualitarias.

d).- Las relaciones de poder son inmanentes a otro tipo de relaciones, tales como
relaciones económica, culturales, de conocimiento.-

e).- Donde hay poder hay resistencia. No hay un centro único de rechazo.-

La ciencia política diferencia el poder de la autoridad. El poder supone fuerza y


coerción, mientras que la autoridad es un conjunto del poder. Es el poder formal que
tiene una persona por su posición en la organización.

Aquí debemos relacionar la política y la ética con el poder. Ellos hacen referencia al
carácter social de los seres humanos. Dentro del poder hay lucha de intereses,
conflictos y resolución del mismo. Si analizamos etimológicamente la palabra política
vemos que se desprende de ella tanto el término “polis”: entendido como la
posibilidad de poder vivir en conjunto. Y “pólemos” que se refiere al antagonismo y al
conflicto.

Por consiguiente en una sociedad democrática va a estar y debe estar siempre


presente el PLURALISMO y por lo tanto es inevitable la lucha por el dominio de unos
por otros. La cuestión del pluralismo no puede separarse de la de poder y el
antagonismo, inextirpables por naturaleza.

Según Hannah Arendt  El poder se despliega en el combate entre adversarios, que


hacen a las contiendas propias de una sociedad plural. Para ella la condición
indispensable de la política es la irreductible pluralidad que queda expresada en el
hecho de que somos alguien y no algo. Lo propio de la condición humana es la acción,
actuar es inaugurar, hacer aparecer algo por primera vez en público, añadir algo propio
al mundo. La libertad es posible entonces en la acción. Ser libre y actuar es uno y la
misma cosa.

Para la autora el sentido de la política es la libertad. El poder termina donde comienza


la violencia y pensar el poder en términos políticos significa evitar la violencia.
Respecto del progreso moral considera que para algunos es el respeto por la libertad
de conciencia y para otros el logro de la justicia como condición de igual acceso a
derechos.-

EL PODER POLITICO

En el poder encontramos el objeto del conocimiento público. El poder en si representa


varias manifestaciones de las cuales el poder público es solo una de ellas. Nos
proponemos estudiar esta última en lo que hace primero a su legitimación y luego a su
organización.

Las sociedades recurren a la institución de un poder público para organizarse


políticamente: instauran y reconocen una autoridad que le permita mantener una
cohesión interna, su unidad como formación política. Una de las principales muestras
de vida de este poder público es la producción de todo un marco normativo. La
promulgación de vías de conductas en las que el derecho, llegado el caso, interviene
para revestir de formalidad todo el proceso, concebidas con el fin de influir
directamente en las conductas sociales. En consecuencia para constituir una sociedad
política se requiere la actuación de un poder público (principio de autoridad política).

Al mismo tiempo que se reconoce la existencia de un poder público se reconoce la


necesidad de su justificación. En este plano conceptual es donde se hace presente la
cuestión de la legitimidad del poder público. ¿Qué hace que un cierto poder y los actos
que de él derivan, sean aceptados como legítimos por los integrantes del cuerpo
social? ¿Cómo se justifica la autoridad política y sus mandatos? ¿Cuáles son las
características que hacen de un poder político un poder legítimo?
Legitimación del poder: de Origen y de Ejercicio.-

El análisis nos lleva a establecer distintos momentos. Uno respecto al origen del


poder: aquí la finalidad que se persigue es la aceptación de la institución de una
determinada autoridad (eje. Aparición de un nuevo régimen). En cambio una vez
establecida la autoridad, la finalidad que persigue la legitimación es la aceptación para
que la autoridad instituida permanezca en el poder (legitimación de ejercicio).-

La antigüedad mediante la clasificación de las formas de gobierno llevo a los


pensadores a considerar los fundamentos del origen del poder y de qué modo
ejercerlo. Se discutía si un gobierno era producto del consenso o debía su institución a
la fuerza, si era legal o ilegal, justo o injusto, si perseguía el bien general o por el
contrario, el  bien particular de quien o quienes gobernaban.

Pero la distinción entre legitimidad de origen y de ejercicio comenzó a ser tratada con
detalle por el pensamiento político desarrollado avanzando el siglo XVIII,
especialmente en las obras de Locke y Rousseau. Este tratamiento tardío se debió al
pensamiento del Medioevo que consideraba la soberanía de un poder absoluto y por
ende la imposibilidad de que lo que era considerado legítimo de origen sea
considerado ilegítimo en cuanto a su ejercicio.

La cuestión de legitimidad está íntimamente anudada a la vigencia y subsistencia de


todo poder.

La historia del pensamiento político reconoce por lo menos tres dispositivos genéricos
de legitimación: el religioso, la fuerza y el consenso. Apelando a distintas variantes
estos tres dispositivos pretenden explicar tanto el origen como la subsistencia del
poder, los cuales con sus distintas variantes se han sucedido en el tiempo a medida
que fue necesario justificar, tanto el origen como el ejercicio del poder.
1) El poder de Dios: La creencia de que  el poder de la autoridad que gobierna proviene
de una autoridad de carácter divino superior común de los seres humanos, data de
tiempos inmemoriales.

Esta forma legitimadora de poder fue difundida durante la edad media, entre los
principales pensadores no podemos dejar de lado a San Agustín y Tomás de Aquino.
Ninguno de ellos dudo jamás de la absoluta superioridad de la verdad revelada. La
teoría medieval del Estado era un sistema coherente basado en dos postulados: el
contenido de la revelación cristiana y la concepción estoica de la igualdad natural de
los hombres.

El siglo XVI significará la consolidación de una de las teorías más difundidas en lo que
hace a la justificación del poder como el poder de Dios: la teoría del derecho divino de
los reyes. Entre sus postulados fundamentales cabe destaca la santidad del oficio
regio lo cual significaba la inviolabilidad del derecho del monarca al trono, derivado
directamente de Dios y transmitido hasta él por su legítima herencia. La importancia
de esta teoría estriba prácticamente en las consecuencias prácticas deducidas de ellas:
en primer lugar el deber de obediencia pasiva de los súbditos para con los soberanos y
en segundo, la imposibilidad de que un monarca sea depuesto por un poder externo
como el papado.-

2) El poder de la fuerza: se puede decir que está presente desde las primeras
organizaciones políticas ensayadas por una sociedad. Está asociada a la idea de un
poder absoluto e ilimitado frente a cualquier otro poder semejante. La tesis de que la
fuerza es derecho tiene gran predicamento entre los sofistas de Grecia antigua.-

3) El poder del consenso: Si tuviéramos que elegir una escuela filosófica donde el
consenso se encuentre representado como origen del poder y la autoridad política,
ésta sin duda sería la escuela contractualista en sus diversas versiones. La introducción
por esta escuela de la figura del pacto o contrato social busca plasmar la adhesión
libre y voluntaria de los integrantes del cuerpo social a la autoridad política. No
obstante existen divergencias entre los diversos pensadores, que surgen al analizar el
llamado proceso de formación de consenso que lleva a la instrumentación del pacto,
en relación con la posibilidad de que la fuerza natural pueda ser considerada como
componente de dicho proceso (Hobbes).-

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