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24 de marzo del 2021

Mi querida amiga Anny

Por medio de la presente carta quiero contarte que me he leído un cuento muy
interesante pero un poco raro. El cuento se llamaba Boles, en este cuento se
relataba la historia de una estudiante que vivía en un apartamento de arriendo
junto con otra mujer llamada Teresa, lo interesante de este cuento es que la mujer
era un poco extraña, solitaria, pero un día llega a la habitación del estudiante y le
pide que le haga una carta de amor dirigida para Boles su enamorado, el
estudiante muy sorprendido, puesto que jamás imaginó que esta mujer llegara a
tener una relación, se la hace, esto se volvió a repetir varias veces y Teresa se
emocionaba mucho cuando le dictaba la carta, sin embargo, un día descubrió
todas las cartas en la habitación de Teresa y al indagar por qué estaban ahí, ella
le cuenta algo muy triste que no vas a poder creer.

Teresa estaba tan sola y era tan poco amada, que el hecho de escuchar esas
cosas de amor saliendo de su propia boca la hacían sentir que alguien se
interesaba por ella, es decir ¡No existía ningún Boles, esas cartas eran para ella
misma! Si se mira desde el punto de vista de la literatura para Eagleton, este
cuento constituye un discurso ficcional, en el que se usa específicamente el
lenguaje y realmente no tiene ninguna utilidad práctica, sin embargo, si usa
características especiales, por ejemplo, a la hora de escribir la carta. Este cuento
al principio me pareció intrigante y poco divertido, pero al final me puso a
reflexionar sobre el vacío que tenía Teresa en su corazón. ¿Puedes cree que
alguien se haga escribir cartas para sí mismo? ¿Hasta donde piensas que puede
llegar el ser humano en busca de amor?

Espero tu respuesta

Con amor…

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