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Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad de Ingeniería Civil


Sede Villavicencio

LA MUERTE, FUENTE DE INSPIRACIÓN.

Por: Gelman Morales Ladino

El nobel de literatura en 1982 Gabriel García Márquez narra desde el realismo mágico, una
historia llamada “El ahogado más hermoso del mundo” en la cual se puede reflexionar
acerca de las intenciones que tuvo el autor para escribir una historia tan interesante e
incomparable como esta. Se puede deducir que Esteban se convierte en una fuente de
inspiración para el pueblo.

Para comenzar, se puede pensar que García Márquez se equivoca al exponer que un
ahogado represente tanta belleza, sin embargo, al hacer uso de esta antítesis tiene como
intención mostrar otra perspectiva frente a la muerte. Así lo demuestra en el siguiente
fragmento, “no sólo era el más alto, el más fuerte, el más viril y el mejor armado que
habían visto jamás, sino que todavía cuando lo estaban viendo no les cabía en la
imaginación” (García Márquez, 1994). De modo que, aun siendo un cadáver, los habitantes
del pueblo lo veían como lo más bello que hubieran visto sus ojos.

García Márquez, usa el cadáver como fuente de inspiración para los habitantes del pueblo y
del pueblo mismo, la intención fundamental es demostrar que una persona viva o muerta
(en el caso de Esteban) puede transformar el desierto más grande del mundo, el poder de
inspiración para los demás hacia la búsqueda de una mejor vida.

Adicionalmente, se puede evidenciar que, al iniciar la historia, las personas tienen


oscuridad en sus mentes son faltos de inspiración; así lo describe Gabriel García Márquez
(1994) “El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores,
desperdigadas en el extremo de un cabo desértico”. Así que la única influencia que tuvieron
del mundo exterior fue ese contacto con el cadáver de quien sería Esteban.

Por consecuencia, la inspiración que trajo Esteban al pueblo transformó a lo largo de la


narración a los personajes, empezando por la descripción del espacio, de las mujeres, de las
acciones y demás, los cuales no fueron suficientes para la atención de aquel hombre.
Partiendo de la premisa que antes de su llegada, los habitantes no pensaron en tener lo
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suficiente para ellos, sino hasta la llegada de le ahogado al pueblo. Así tras la llegada del
hombre, cambió la historia en sí.

“Mientras cosían sentadas en círculo, contemplando el cadáver entre puntada y


puntada, les parecía que el viento no había sido nunca tan tenaz ni el Caribe había
estado nunca tan ansioso como aquella noche, y suponían que esos cambios tenían
algo que ver con el muerto,” (García Márquez, 1994).

Así pues, continuaron hasta personificar y dar una identidad al ahogado como Esteban.
Ellas acordaron al punto de convencer a los hombres de que este era maravilloso, tanto que
incluso dimensionaron la personalidad de este si hubiera estado vivo, llegando a conexiones
personales con él.

Además, es evidente hacia el final de la historia que Esteban adquiere un valor de


importancia para las mujeres, pero más adelante para los hombres que lo reconocen como
parte de ellos y de la comunidad y “Fue así como le hicieron los funerales más espléndidos
que podían concebirse para un ahogado expósito”. (García Márquez, 1994).

Finalmente, para resaltar la intención del autor de mostrar el poder que tiene una persona y
las transformaciones que puede tener, como se aprecia a continuación:

Ellos iban a pintar las fachadas de colores alegres para eternizar la memoria de
Esteban, y se iban a romper el espinazo excavando manantiales en las piedras y
sembrando flores en los acantilados, para que los amaneceres de los años venturos los
pasajeros. (García Márquez, 1994).

Los habitantes querían más belleza en el pueblo y apropiarse de Esteban de modo que todos
supieran que un ser tan maravilloso como ese formaba parte de la comunidad. Así es como
al final todos estaban inspirados, transformados y motivados para mejorar todo hasta que su
pueblo y comunidad fuera digna de Esteban y este pudiera ser recordado a través de la
aldea.

Márquez, G. G. (1968). El ahogado más hermoso del mundo. En G. G. Márquez, La increíble y


triste historia de la cándida Eréndira y su desalmada abuela (págs. 50-56). Madrid: Colección
Relato Corto Nº 6. Aguilar de Ediciones.

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