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'Hay que creerles'


José Obdulio Gaviria

Un amago de crisis que sirvió para que los dos Jaramillo tuvieran una provechosa
conversación sobre la calumniada política de 'retenciones' de las Farc.

 Mientras 'Mauricio Jaramillo' el 'médico' y Sergio Jaramillo el 'filósofo'


confraternizaban en La Habana, en las goteras de Bogotá un comando de las Farc
(o de una 'bacrim' contratada por las Farc) secuestraba a un joven. El hecho
protagonizado por los hombres de 'Jaramillo' el 'médico' fue la primera prueba de
fuego para su confiado e ingenuo interlocutor, Jaramillo el 'filósofo', porque resultó
que el secuestrado tenía fuertes vínculos con cierto grupo empresarial cuyos
máximos directivos apoyan incondicionalmente a Santos en las llamadas
'negociaciones de paz'.

Hubo un tira y afloje Gobierno-Farc. Sergio Jaramillo pidió a 'Mauricio Jaramillo' la


libertad de esa víctima. Este negó tenerla secuestrada e insinuó, insidioso, que
buscara por los lados del Ejército, la Policía, o la extrema derecha. Jaramillo
transmitió a Santos la respuesta y Santos dijo que "había que creerle". Cuando
parecía que todo iba a quedar de ese tamaño, llegó información de inteligencia
que confirmaba la autoría del secuestro: las Farc. Al Jaramillo del Gobierno,
entonces, le tocó ponerse 'digno'. Buscó al 'Jaramillo' de las Farc y lo conminó a
liberar al 'retenido' so pena de tener que levantarse (¡con dolor en el alma!) de la
rumbosa Mesa habanera.

'Jaramillo', entonces, convocó reunión extra de los "plenipotenciarios farosos".


Granda (ahora Téllez) se lució. Convenció a sus compañeros de que el beneficio
(10 millones de dólares del rescate) era muy inferior al costo (perder la
relegitimación internacional obtenida en Oslo y La Habana e interrumpir el libre
proselitismo político y el abundante reclutamiento de que están disfrutando).

Granda les recordó que Venezuela ya había invertido en 'OlicaFarc' (Operación


Limpieza de cara de las Farc) más del doble del rescate que cobrarían por ese
secuestrado. En fin, que a la semana siguiente la ilustre víctima ya estaba libre. En
el tira y jala, las 'partes' acordaron un 'andreslopisco' "deje así": el Gobierno no se
solidarizaría con esas "quejumbrosas" organizaciones de víctimas del secuestro; y
las Farc, mientras haya reuniones, se abstendrán de hacer nuevas 'retenciones'.
¿Y las ya hechas? Pues que se queden en stand by, dijeron los 'plenipotenciarios'.
Y las familias, que sufran.

El amago de crisis sirvió para que los dos Jaramillos tuvieran una provechosa
conversación sobre la calumniada política de 'retenciones' de las Farc. Nosotros,
le dijo el 'Jaramillo' de las Farc, hablamos no de secuestro, sino de retenciones de
carácter económico. ¿Quiénes le impusieron la guerra a nuestro pueblo? ¡Diga!
Los poderosos, esa clase social a la que pertenecen usted y el presidente Santos.
Me alegra que ustedes dos hayan decidido traicionarla, pero, mientras su clase
tenga el dinero del pueblo, es una obligación nuestra arrebatárselo. Ustedes
impusieron la violencia y la guerra al pueblo, es decir, a nosotros. Por eso
nosotros tenemos el derecho y el deber de ir por esa plata para comprar armas,
alimentos, medicina y todo lo necesario para la liberación del pueblo. Jaramillo, el
filósofo, reviró: -Pero, se ha sabido que ustedes secuestran, perdón, retienen, a
gente pobre... -Fíjate que hay en eso una distorsión muy grande, anotó, paternal,
'Jaramillo'. Las Farc, el Partido Comunista y los movimientos de izquierda en
Colombia tienen cientos de miles de gente que han sido secuestrados por el
Estado colombiano. Y esos no aparecen. Ahora, cuando entremos en la mesa a
descubrir la verdad, el mundo se va a conmocionar realmente de quiénes son los
secuestradores. Pero, te prometo que no vamos a seguir reteniendo personas, por
un objetivo económico, mientras estemos sentados a la mesa. -Esperemos que no
se levanten antes de la reelección, ripostó Sergio. (El próximo miércoles, un
diálogo sobre la "dejación de armas").

http://m.eltiempo.com/opinion/editoriales/editorial-a-proposito-de-una-columna-/12237631/1/home

Editorial: A propósito de una columna


En concepto de esta Casa Editorial, José Obdulio Gaviria cruzó en su columna del
miércoles una línea que no debería traspasar ningún periodista. Al poner palabras
ficticias en boca de los negociadores del proceso de paz que comenzará en breve,
al hacer pasar una escena inventada como verdadera en aras de probar sus
argumentos y contar una borrosa y amañada versión de la dolorosa historia de un
secuestro -como lo aceptó en una entrevista concedida a W Radio- no solo
irrespetó a sus lectores sino que puso en tela de juicio la credibilidad de las
páginas editoriales de este periódico.

EL TIEMPO, empeñado siempre en el esfuerzo de presentar información veraz, y


siempre pendiente de contar con los más serios y más responsables
colaboradores en su sección de opinión, no lo acompaña en esas deplorables
estrategias a la hora de dar su visión de los hechos. Versión que por demás ha
sido desmentida tanto por las autoridades como por la familia aludida, que logró
salir avante de un trance infame y doloroso.

Gaviria, como los demás columnistas de este diario y de un país que desde su
Constitución reivindica la libertad de expresión, se encuentra en todo su derecho
de opinar lo que quiera sobre lo que bien le parezca. Pero tales posiciones, que en
más de una oportunidad se han apartado de las adoptadas por el periódico que le
ha concedido un espacio, necesitan tener una base de veracidad.

Una vez más, es necesario recordar que damos cabida en nuestras páginas a
personas que representan diversos sectores de la sociedad, como una muestra de
pluralismo y apertura de canales de expresión. En un país que necesita acudir
más a las vías del diálogo y menos a las de la confrontación, es conveniente
escuchar múltiples voces, cada una desde su punto de vista.

Pero el derecho a escribir con libertad conlleva responsabilidades, entre ellas la de


partir de eventos verificables a la hora de emitir juicios de valor. Para decirlo con
claridad, los ejercicios de ficción no son aceptables siempre y menos aun cuando
se usan para hacer sindicaciones de grueso calibre en temas sensibles.

Por tal motivo, reiteramos la necesidad de respetar principios indeclinables en el


oficio periodístico, que deben estar por encima de las posiciones políticas de cada
cual.

http://www.eltiempo.com/politica/gobierno-y-exsecuestrado-desmienten-a-jose-obdulio-gaviria_12237609-4

Gobierno y exsecuestrado desmienten a José Obdulio Gaviria


Por: REDACCIÓN ELTIEMPO.COM | 7:31 p.m. | 19 de Septiembre del 2012

Comisionado de Paz dice que información publicada en columna es falsa y


distorsiona la realidad.

En una carta al director de EL TIEMPO, Roberto Pombo, el comisionado para la


Paz, Sergio Jaramillo, desmintió a José Obdulio Gaviria, que en una columna
publicada este miércoles por este diario sostiene que en los encuentros del
Gobierno con las Farc en La Habana se acordó la liberación del pariente de un
importante empresario cercano al presidente Juan Manuel Santos.

Tras pedir una rectificación del columnista, Jaramillo se refiere a lo dicho por
Gaviria como “una absoluta invención”. Y añade: “El supuesto diálogo que según
el señor Gaviria sostuve en La Habana con ‘Mauricio Jaramillo’ sobre un
secuestrado con “fuertes vínculos con cierto grupo empresarial” nunca ocurrió.
Jamás tuve esa conversación y jamás la tendría”.

El caso al que se refiere Gaviria, un fuerte crítico del gobierno Santos y del
proceso de paz con las Farc, es el de un joven secuestrado hace un mes en
cercanías de Agua de Dios (Cundinamarca), y por el cual los captores pedían 10
millones de dólares.

Según el columnista, el asunto fue tratado en Cuba por Jaramillo y por el delegado
de las Farc para los acercamientos con el Gobienrno alias ‘El Médico’ o ‘Mauricio
Jaramillo’. Y dijo: “Al Jaramillo del Gobierno, entonces, le tocó ponerse digno.
Buscó al ‘Jaramillo’ de las Farc y lo conminó a liberar al ‘retenido’, so pena de
tener que levantarse (¡con dolor en el alma!) de la rumbosa Mesa habanera”.
Gaviria sostuvo que, antes, el guerrillero había negado el secuestro.
Esa conversación, según el hoy Comisionado para la Paz no se dio. “ Cuando una
información falsa sobre una persona es presentada con intencionalidad como
veraz, entramos en el campo de la simple y vulgar difamación”, agregó.

También la familia del joven que estuvo secuestrado y cuya identidad este diario
se reserva por razones de seguridad, negó que la liberación del joven se hubiera
dado por gestiones en Cuba. Sostuvo que la columna de Gaviria “está llena de
falsedades”.

Sin embargo, el miércoles en la mañana, el columnista le dijo a La W que


reprodujo el supuesto diálogo de Jaramillo con el guerrillero basado en “fuentes”
que, según él, “nunca han fallado en este tipo de información”.

Luego le dijo a EL TIEMPO que si la familia del secuestrado “cambió la versión”,


respeta eso porque, según él, quizás lo hace para no verse envuelta en líos.
Incluso en La W afirmó: “Si hay que rectificar, inmediatamente se hará”.

El Comisionado de Paz sostiene que Gaviria tiene "el propósito evidente de


distorsionar con información falsa el esfuerzo del Gobierno por llevar a buen
puerto un proceso de paz con las Farc".

http://www.eltiempo.com/politica/carta-de-sergio-jaramillo-al-director-de-el-tiempo_12237627-4

Carta de Sergio Jaramillo a Roberto Pombo, director de EL TIEMPO


Por: REDACCIÓN ELTIEMPO.COM | 7:45 p.m. | 19 de Septiembre del 2012

Bogotá, 19 de septiembre de 2012


Doctor
ROBERTO POMBO
Director
El Tiempo
L.C.

Estimado señor Director,

Leí con atención la columna “Hay que creerles” de José Obdulio Gaviria en El
Tiempo de hoy. Quiero expresar mi rechazo categórico al contenido de esa columna
y pedir su inmediata rectificación.

Primero y sobre todo, porque presenta como una realidad algo que es una absoluta
invención. El supuesto diálogo que según el señor Gaviria sostuve en La Habana
con “Mauricio Jaramillo” sobre un secuestrado con “fuertes vínculos con cierto
grupo empresarial” nunca ocurrió. Jamás tuve esa conversación y jamás la tendría.

Es un deber elemental de quien escribe en prensa distinguir entre cuáles de sus


afirmaciones son opiniones y cuáles son informaciones, como lo ha dicho la Corte
Constitucional. Cuando una información falsa sobre una persona es presentada con
intencionalidad como veraz, entramos en el campo de la simple y vulgar
difamación.

Segundo, porque suficiente tienen la víctima de un secuestro y su familia con el


horror de sufrir un crimen tan atroz, para tener luego que verse utilizados en una
ficción de mala intención.

Pero hay más. El problema no es sólo la falta de veracidad, sino también el


propósito evidente de distorsionar con información falsa el esfuerzo del Gobierno
por llevar a buen puerto un proceso de paz con las FARC. Y aquí las cosas son de
otro calibre, porque tocan el interés general.

Bienvenida toda la crítica y toda la oposición al proceso -eso nos oxigena, eso nos
mantiene despiertos-, mientras se hagan dentro de los principios elementales de la
razón y el respeto de los derechos. Pero eso no es lo que está haciendo el señor
Gaviria, y eso es grave para el país.

Un saludo cordial,
SERGIO JARAMILLO
Alto Comisionado para la Paz

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