Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Moore - Pensar Desde Las Plantas
Moore - Pensar Desde Las Plantas
*
Jason W. Moore†
¿Cómo conocemos una crisis ecológica cuan- erróneo como culpable de confundir los datos
do la vemos? Para gran parte del mundo, la res- biosféricos con hechos históricos. Este enajena
puesta es un poco como el viejo cliché acerca de los datos de la totalidad del cambio histórico,
definir la pornograf ía: lo sé cuando la veo. Las confundiendo el tiempo y el espacio con la his-
respuestas de sentido común a las preguntas toria y la geograf ía. Las acumulaciones molecu-
espinosas siempre tienen un núcleo de verdad. lares, los agotamientos geológicos, las difusoras
Pero, ¿es el sentido común un buen sentido? El toxificaciones, se han convertido en hechos his-
cambio climático está incuestionablemente im- tóricos (y en potenciales indicadores de crisis
plicado en la crisis de nuestros tiempos, y no ecológica) a través de los movimientos de la civi-
hay duda de que el CO2 y los gases de efecto in- lización humana, y sobre todo del sistema-mun-
vernadero son importantes para estos cambios. do moderno.
Pero ¿tiene sentido comprender el calentamien- Si esta historia es vista típicamente como una
to global principalmente como una acumulación historia de relaciones humanas con consecuen-
de moléculas? El pensamiento que sigue de este cias ambientales, una síntesis más amplia es su-
sentido común podría oscurecer más de lo que gerida por cuatro décadas de pensamiento verde:
aclara sobre las turbias realidades significadas la modernidad no actúa sobre la naturaleza sino
por el lenguaje de la «crisis ecológica». Porque el que se desarrolla a través del tejido de la vida. Yo
fetichismo molecular no es tan empíricamente he dado en llamar esta síntesis emergente «eco-
* Publicado originalmente bajo el título «Crisis: Ecological or World-Ecological?» en: Caroline Wiedemann y Soenke
Zehle (editores), Depletion Design: a Glossary of Network Ecologies. Amsterdam: Institute of Network Cultures, 2012, 73-
78. Artículo traducido por Luis Alfredo Garrido Soto.
†
Jason W. Moore es profesor titular de sociología en la State University de New York (Binghamton), coordinador de la
World-Ecology Research Network, e investigador asociado del Fernand Braudel Center en SUNY-Binghamton
Es autor de Capitalism in the web of life (Verso 2015).
71
Laberinto nº 47 / 2016
logía-mundo». El sistema-mundo, en esta visión, nes y sus inevitables crisis— hechas y rehechas
es una ecología-mundo capitalista. Es una civili- por medio de la actividad constructora de am-
zación que une la acumulación de capital, la bús- bientes de todas las especies (¿hoy alguien duda
queda de poder y la producción de la naturaleza que las malezas, o enfermedades, son actores
en unidad dialéctica. Ecología-mundo es una históricos significativos?). A través del oikeios,
forma de nombrar los procesos por medio de los aparecen nuevas conexiones históricas, hechas
cuales la civilización capitalista emerge como un posibles gracias al trascender la violencia sim-
baile de naturalezas humanas y extra-humanas. bólica del dualismo cartesiano. Aquí las múl-
Es una forma de reenfocarse en el baile mismo, tiples modernidades de la ecología-mundo ca-
abarcando a los individuos pero no reducible a pitalista —financiarización, industrialización,
sus interacciones. Esta óptica es una protesta revoluciones científicas, hegemonías cultura-
contra el dualismo cartesiano y una alternativa les, formaciones patriarcales y órdenes raciales
a él, aborda el capitalismo como una relación (todas estas y más)— son reveladas como ma-
de toda la naturaleza, incluyendo aquellas rela- nojos desordenados de naturalezas humanas y
ciones simbólicas y materiales entre humanos a extra-humanas. Estos manojos son a la vez sim-
menudo vistas como incuestionablemente so- bólicos y materiales, y no es por ningún motivo
ciales. Las relaciones del capital, el trabajo, y el un simple (o incluso útil) ejercicio para separar
poder se mueven a través, no alrededor, de la los dos. Al frente y en el centro está la dialéctica
naturaleza. Ellas mismas son «fuerzas natura- a través de la cual los humanos simultáneamen-
les específicamente aprovechadas» (Marx). Las te crean y destruyen múltiples ambientes, por
economías-mundo no interactúan con ecolo- medio del cual cada ambiente simultáneamente
gías-mundo; las economías-mundo son ecolo- estimula y desestimula el manojo específico de
gías-mundo. especies que sostiene (humanos, entre otras).
En este concepto, ecología no es un sustanti- Esta dialéctica desaf ía directamente el monolito
vo modificado por un adjetivo geográfico; ni es «humanidad» significado por el término popu-
un sinónimo para las relaciones al interior de las lar «el antropoceno», una descripción que crea
naturalezas extra-humanas. En cambio, ecología un falso agregado de actividad humana cuyas
gira en torno al oikeios (después de Teofrasto) diversas, desiguales e históricamente desiguales
como la relación simultáneamente generativa geograf ías son reificadas, y cuyo campo gravita-
y destructiva de las especies y los ambientes. El cional unificante (la acumulación de capital) es
cambio metodológico decisivo es desde un car- invisibilizado.
tesianismo verde que privilegia las interacciones Tal invisibilización es un complemento natural
de las naturalezas humana y extra-humana hacia a la cosmovisión cartesiana que procede de la in-
una que pone la relación (el oikeios) en el cen- teracción entre dos monolitos, naturaleza/socie-
tro. El argumento es homólogo a (e intersecta) dad. La contribución histórica del cartesianismo
la comprensión de Marx de la ley del valor como verde fue iluminar lo que estaba anteriormente
trabajo abstracto. Es imposible, como Marx ar- invisible. El procedimiento de iluminación fue
gumenta, comprender la interacción histórica- crear binarios de conductores sociales y conse-
mente específica de los valores de cambio y va- cuencias ambientales, antes que dar cuenta de
lores de uso sin comprender las relaciones del las cambiantes configuraciones del oikeios. De
valor que dan auge a configuraciones específicas este modo el cartesianismo verde produjo his-
y patrones históricos de intercambiabilidad y torias ambientales de procesos sociales antes
utilidad. que, digamos, mirar al imperialismo o la in-
Por qué el valor de cambio y el valor de uso: dustrialización como historia ambiental, como
léase naturaleza humana y extra-humana. Las desordenados manojos de naturalezas humana
interacciones de esta última son mejor con- y extra-humana. Sin embargo, sería poco cari-
sideradas como los resultados de un proceso tativo y ahistórico considerar el procedimiento
histórico subyacente (valor-como-oikeios), no anterior (la historia ambiental de) deficiente en
su punto de partida. A través del oikeios po- un sentido abstracto; sus maravillosas contra-
dríamos construir ricas totalidades de muchas dicciones sugirieron el cambio paradigmático
determinaciones —tales como las civilizacio- que estamos viendo hoy en día (historia ambien-
72
CRISIS: ¿ECOLÓGICA O ECOLÓGICO-MUNDIAL?
tal como). Este cambio no es de pequeña conse- configuración específica del oikeios (como valor)
cuencia. Porque la visión de que la financiariza- que ha gobernado los amplios contornos moder-
ción tiene consecuencias ambientales implica un nos de riqueza, poder, y especies/ambientes.
conjunto diferente de respuestas intelectuales y Si tomamos las «charlas de los límites» como
políticas desde el punto de vista de que la finan- proposición metodológica (sobre relaciones)
ciarización es una forma de organizar la natura- antes que como un reclamo empírico (sobre
leza. Pero ¿es la «naturaleza» mejor considerada sustancias), podemos dar mejor sentido a la
como una dimensión entre muchas? No estoy turbulencia global de hoy en día. Los hechos
tan seguro. La perspectiva de un cartesianismo geológicos del cénit del petróleo, por ejemplo,
débil aún predomina hoy en día, identificando se han convertido en hechos históricos a través
la naturaleza como uno de los muchos dominios de un marco histórico en que las particularida-
relacionales importantes. Sin embargo, la ecolo- des geológicas y geográficas influencian nuevas
gía-mundo sugiere una alternativa: la naturaleza condiciones de, y constricciones sobre, la acu-
no es uno de los muchos dominios de la expe- mulación de capital. La geología se vuelve una
riencia humana, sino la matriz histórica dentro cuestión de determinación, no determinismo. El
de la cual las contradicciones de la modernidad problema analítico no es si más petróleo puede
se desenvuelven. ser extraído en una abstracta curva de la ofer-
Los límites del cartesianismo verde entran en ta, sino si más petróleo puede ser extraído con
un foco agudo cuando consideramos los térmi- menos y menos trabajo. El petróleo se vuelve
nos pareados, «límites naturales» y «crisis eco- cénit del petróleo solo en condiciones ecológi-
lógica». Para su duradero crédito, los verdes son co-mundiales específicas.
mejor conocidos por hacer sonar la alarma, a Los límites del capitalismo incluyen las reali-
inicios de los 70, sobre los inminentes «límites dades biof ísicas y biosféricas pero no son redu-
del crecimiento». La tesis es lo suficientemente cibles a ellas. Tales realidades están más comple-
simple: el crecimiento económico moderno crea tamente elaboradas una vez situadas dentro del
escaseces relativas en la naturaleza. Los límites peculiar proyecto civilizacional del capitalismo,
impuestos son aquellos de la naturaleza externa en sí mismo situado en el tejido de la vida. Des-
primero, y de las contradicciones sociales se- de el siglo XVI, el ascenso del capitalismo estaba
gundo. Ahora, la primera cosa que se necesita fundamentado en una estrategia que hizo épo-
decir es que no hay tal cosa como la naturaleza ca, que puso en movimiento pequeñas cantida-
externa, al menos no en la manera en que la frase des de capital y poder militar para apropiarse
es comúnmente entendida. Ni hay contradiccio- de vastos océanos de los «regalos libres» de la
nes sociales. Hay límites, y hay contradicciones. naturaleza. La fecunda observación de Marx de
Pero éstas no son sociales ni ambientales, preci- que la fertilidad del suelo podría «actuar como
samente porque no hay tal cosa como conflicto un incremento del capital fijo» —aumentando
y contradicción entre los humanos que no sea la productividad del trabajo— es relevante más
simultáneamente una relación dentro de la tota- allá de la temprana historia del capitalismo. Se
lidad de la naturaleza. mantiene para la larga historia del cercamiento
Las civilizaciones crean límites que derivan de y agotamiento de las vetas de carbón, campos
las fuentes originarias de su dinamismo. El ge- de petróleo, acuíferos, y campesinados a lo largo
nio del capitalismo fue movilizar la naturaleza del espacio y el tiempo del capitalismo histórico.
extra-humana para incrementar la productivi- Desde esta perspectiva, el problema principal
dad del trabajo humano. Esto fue evidente desde no es el «cénit de todo» sino el cénit de apro-
el largo siglo XVI, cuando el capitalismo efectuó piación. El problema del capital hoy día no es el
una revolución en la escala, alcance y velocidad agotamiento en lo abstracto, sino las contracti-
de la transformacion del paisaje sin precedentes vas oportunidades para apropiarse baratamente
en la historia humana. Esta revolución se basaba de la naturaleza (con menos y menos trabajo).
en la frontera como un modo de aumentar la pro- Este enfoque relacional a los límites ci-
ductividad del trabajo, que se convirtió en la prin- vilizacionales dirige nuestra atención a aquellos
cipal métrica de la riqueza de la civilización. Los momentos cuando las relaciones estratégicas
límites que toman lugar hoy día son aquellos de la que gobiernan una civilización llegan a un pun-
73
Laberinto nº 47 / 2016
to muerto. Una de dos cosas suceden cuando las les, no absolutos y externos. El agotamiento del
civilizaciones llegan a un punto muerto tal. Tí- suelo inscrito en esta crisis civilizacional fue una
picamente, reestructuraciones importantes no contradicción fundamental —porque la produc-
obstante cuantitativas ocurren. Más raramen- tividad del trabajo era decisiva a la extracción de
te, el viejo sistema no puede reestructurarse, y plusvalor— pero solo un irritante menor al orden
emergen nuevos modos de producir poder, ri- capitalista que vino a continuación, precisamente
queza y naturaleza. porque la tierra se convirtió en un activo fungible
El punto muerto del régimen de acumulación y a disposición. ¿Tierra agotada? Muévanse a la
financiarizado del neoliberalismo es uno de tales frontera. Este fue el lema estampado en el escudo
puntos muertos. Tales momentos son, al menos, de armas del capitalismo temprano.
momentos cruciales en la vida del capitalismo. El punto esencial es elemental, aunque rara-
Esos son crisis ecológico-mundiales. mente profundizado: los «límites del crecimien-
Desde finales de la Edad Media hemos visto dos to» son históricamente específicos. La visión con-
formas de crisis ecológico-mundiales, epocales y vencional es pensar la crisis ecológica en términos
de desarrollo. Estas son crisis de formas civiliza- de flujos disminuidos de sustancias: insuficiente
cionales de organizar la naturaleza, incluyendo alimento, insuficiente energía del petróleo. Pero
los humanos. Entonces, no son los suelos y las podría ser más productivo pensar la crisis como
especies, los bosques y los combustibles, los que un proceso a través del cual formas fundamen-
hacen las crisis ecológico-mundiales, sino las re- talmente nuevas de ordenar las relaciones entre
laciones de poder, producción y reproducción humanos y el resto de la naturaleza toman lugar.
que se mueven a través de los bosques y combus- Efectivamente hay llamativos paralelismos entre
tibles, suelos y especies (y por supuesto, mucho nuestra situación hoy y una amplia Europa feudal
más allá de estos). No hay una crisis «ecológica» en 1300: el régimen agrícola, después de destaca-
junto a las otras crisis, puesto que el mosaico de bles ganancias de productividad, se estancó; una
relaciones constitutivas (poder, capital, ciencia, proporción creciente de población vivió en ciu-
etc.) en sí mismas son complejos manojos de na- dades; redes comerciales expansivas conectaron
turalezas humana y extra-humana. centros económicos a larga distancia, y flujos epi-
La primera de las dos formas de crisis ecoló- demiológicos entre ellas; el cambio climático (la
gico-mundial puede verse en el largo siglo XIV, «pequeña glaciación») destacó un orden eco-de-
durante la crisis del feudalismo. Esta fue, resultó mográfico ya sobre-extendido; y la extracción de
ser, una crisis epocal. Lejos de ser una crisis bio- recursos vitales, especialmente en plata y cobre,
física o atmosférica estrechamente concebida — enfrentó nuevos desafíos geo-técnicos.
aunque tales puntos de inflexión claramente es- La segunda forma de crisis ecológico-mundial
taban en juego— la crisis relevante fue la de las es de desarrollo. Estas crisis marcan las transi-
relaciones organizativas básicas del feudalismo. ciones desde una fase del capitalismo a la otra.
Este fue el irreversible derrumbe de la específica Una de tales crisis de desarrollo sucedió des-
dinámica señor-campesino que reprodujo el po- pués de 1763 y no sería resuelta hasta después
der feudal. La civilización feudal vivió y murió so- de 1815. La temprana revolución industrial
bre la extracción política de plusvalor (la relación también marcó el fin de la revolución agrícola
señor-campesino), aunque reconocía derechos que hizo posible la industrialización inglesa en
consuetudinarios del campesinado a la tierra. El primer lugar —en gran parte al inundar el país
orden agrario resultante no proporcionaba ni la con alimento barato y trabajo barato. El estan-
coerción ni el incentivo necesario para sostener el camiento agrícola no estaba confinado a Ingla-
aumento de la productividad, mucho menos para terra, y cayó la productividad, la desigualdad se
revertir el estancamiento agrícola en el largo pla- amplió y los precios de los alimentos subieron a
zo. Aunque se hable normalmente de agotamien- través de la ecología-mundo atlántica en esa épo-
to del suelo como si fuese un asunto de propieda- ca. El aumento de los precios de los alimentos
des biofísicas, estas propiedades solo se volvieron amenazó el ascenso del capitalismo industrial,
importantes a través de la relación señor-campe- como observó Ricardo en aquel entonces. En
sino, el centro gravitacional del feudalismo. Los Inglaterra, los precios de los alimentos subieron
límites del feudalismo eran históricos y relaciona- cuatro veces más rápido que el índice industrial
74
CRISIS: ¿ECOLÓGICA O ECOLÓGICO-MUNDIAL?
de precios al final de siglo XVIII, un momento viético en el mercado mundial, permitiendo que
clave de crisis ecológica de desarrollo. El dispa- los metales y petróleo baratos reduzcan los costos
rado precio del pan en Francia contribuyó a los de producción después de 1989; la apropiación
problemas acumulados del país y a los eventos del campesinado chino como un vasto excedente
de 1789 (¿sombras de la primavera árabe?). La de trabajo; la privatización de empresas estatales
productividad del suelo podría haber sido incre- y cuasi-estatales y de los servicios públicos. Estos
mentada, pero solo a través de la intensificación regalos libres no volverán. La Gran Frontera está
del trabajo, y esto hubiese consumido el trabajo ahora cerrada. Cerrada, o muy cerca de estarlo.
necesitado por la industria y el imperio. La solu- Lo que descubrió el capital fue una masa de cuer-
ción en última instancia fue encontrada en dos pos humanos cuyo consumo podría ser radical-
grandes fronteras, rindiendo dos grandes fuen- mente suprimido, más dramáticamente aunque
tes de ganancias inesperadas. La primera fronte- quizá no siempre más significativamente en el
ra fue vertical, moviéndose adentro de la Tierra Sur Global. Si las tecnologías que promueven la
para extraer carbón. La segunda fue horizontal, productividad no estuviesen generalizadas, la era
moviéndose a través de la Tierra para producir fue caracterizada por la destacable expansión de
trigo, especialmente en Norteamérica. Cuando tecnologías coercivas y disciplinarias necesarias
otra «gran depresión» llegó en 1870, la era de rá- para sostener un régimen mundial de «subconsu-
pida industrialización fue posible sobre la base mo forzado» (Araghi), una que encontró millones
de alimento barato, entregado por el trabajo con hambre o que sufren de deficiencia nutricio-
co-operativo de ambas fronteras, con hambruna nal inclusive antes que los precios de los alimen-
masiva en el Sur de Asia y China y genocidio en tos se disparasen en 2007.
Norteamérica como contrapunto civilizacional. Al ubicar las transformaciones socio-ecológicas
¿Es el despliegue de la Gran Recesión del siglo de hoy en día dentro de los modernos patrones a
XXI la última en una historia más larga de crisis largo plazo y a gran escala de recurrencia y evolu-
de desarrollos que ha trascendido el capital, o es ción, comenzamos a iluminar las contradicciones
un punto de inflexión epocal? Vale la pena recor- distintivas en juego en la presente crisis. ¿Estamos
dar la distintividad de la era dorada menos que en medio de un punto de inflexión en el capitalis-
brillante del neoliberalismo. En contraste con las mo histórico, no solo una crisis de desarrollo, sino
eras doradas del poder mundial estadounidense en una crisis epocal? Si el carácter destructivo de
y británico de mediados del siglo XX y mediados las crisis de la modernidad ha sido ampliamen-
del siglo XIX, la era 1938-2008 no se construyó te registrado —el «qué» y el «por qué» del capi-
sobre una revolución industrial en la productivi- talismo en la naturaleza— ha habido muy poca
dad del trabajo. ¡Muy al contrario! Las factorías consideración de cómo los humanos han hecho la
de robots del futuro, ampliamente anticipadas modernidad por medio de transformaciones radi-
en los 70, nunca se materializaron. El futuro se cales sucesivas de toda la naturaleza, incluyendo
convirtió en un mundo de talleres, excedente de los humanos. Cómo el capitalismo ha funcionado
humanidad, doctrinas del shock, no de fábricas a través antes que sobre la naturaleza hace toda
automatizadas. El plusvalor fue realizado a través la diferencia. Hemos llegado a un momento pa-
de apropiaciones sin precedentes (crecientemen- radigmático, uno que permite una manera de ver
te financiarizadas en el tiempo), apoyadas por el la naturaleza y la crisis como irreductiblemente
despliegue sin precedentes de poder coercivo y históricas. En este modo, el capitalismo como
disciplinario a escala mundial. Los dos momentos ecología-mundo nos permite una comprensión
de la frontera y la acumulación coerciva-intensiva de las naturalezas históricamente específicas de la
estaban estrechamente vinculados. El capitalismo modernidad como tejidos de liberación y limita-
neoliberal en sí mismo sostenido por la apropia- ción. El punto apenas puede ser sobreenfatizado
ción de los regalos libres restantes para la toma: si nos tomamos seriamente la idea de que todas
las fronteras petroleras del Mar del Norte, Alaska, las crisis civilizacionales emergen históricamente,
África occidental y el Golfo de México; la cresta de las relaciones de los humanos con el resto de
de la agricultura de la Revolución Verde en el Sur la naturaleza. Y en igual medida, también todos
de Asia, apropiando y agotando el suelo fértil y el los proyectos para la liberación de la humanidad
agua barata; la integración del antiguo bloque so- y todos nuestros vecinos sobre el planeta Tierra.
75
FEUDALISMO, CAPITALISMO, SOCIALISMO, O
TEORÍA Y POLÍTICA
DE LAS TRANSICIONES
ECO-HISTÓRICAS*
Jason Moore
Esta descripción eco-histórica sugiere que la interior de Europa. Las fronteras comerciales
31
división del trabajo que surgió durante la tran- que avanzaban, del azúcar y la plata, señalando
sición del feudalismo al capitalismo, estaba en- «la rosada alborada… de la producción capita-
tretejida por las relaciones de producción, tanto lista» (Marx, 1967, I: 703), alteraron la sociedad
como por las relaciones de intercambio –com- tanto en Europa como en el Nuevo Mundo. Tal
prendiendo ellas juntas lo que Marx llama un vez lo más signiicativo fue la nueva relación
«todo orgánico» (1973: 100). Nos hemos concen- entre ciudad y campo, vinculada de modos
trado en las dramáticas transformaciones socio- complejos con los nuevos sistemas de produc-
ecológicas efectuadas por la conquista de las ción de mercancías en los Mundos, tanto Viejo
Américas por Europa, no simplemente porque como Nuevo. Para mencionar solo algunos
fueran dramáticas, sino igualmente porque estas ejemplos, podríamos haber considerado cómo
transformaciones fueron momentos centrales las relaciones ciudad-campo más geográica-
de la acumulación «originaria» de capital. «Las mente expansivas –y ecológicamente proble-
Américas no fueron incorporadas a una econo- máticas– desplazaron las relaciones ciudad-tie-
mía-mundo capitalista ya existente» (Quijano & rras interiores de la era feudal. El Ámsterdam
Wallerstein, 1992: 549). Su conquista más bien del siglo XVI, por ejemplo, dependía del grano
fue decisiva en la canalización del resultado de báltico para una cuarta parte de sus necesidades
la crisis feudal hacia el capitalismo.1 (Elliot, 1968: 48). Un resultado fue el extendido
La subordinación de las Américas a la ley del agotamiento de los suelos en las regiones ex-
valor no debería ser vista, no obstante, como portadoras de grano de Europa del este en el
exógena a los desarrollos que tuvieron lugar al siglo siguiente (Wallerstein, 1980: 132-33). Y la
* El texto que se presenta aquí es un extracto de la traducción realizada por Daniel Piedra Herrera del
artículo «Nature and the Transition from Feudalism to Capitalism» publicado en Review, XXVI, 2, 2003, 97.
El artículo publicado en los números 37 y 38 de Laberinto surgieron a raíz de pedirle al autor una introducción
para la selección escogida de la traducción anteriormente mencionada.
1. De aquí la importancia del Nuevo Mundo en relación con el Océano Índico: «Lo que transformó decisi-
vamente la forma del sistema mundial ‘moderno’ no fue tanto la toma portuguesa del ‘Viejo Mundo’ sino la
incorporación española del ‘Nuevo Mundo’» (Abu -Lughod, 1989: 363).
laberinto nº 40 / 2013
madera que luía desde los bosques bálticos –sin raron inmediatamente después de la Muerte
la cual el auge de las grandes lotas mercantes Negra, pero sufrieron una dieta deterioradora
Holandesa e Inglesa era inconcebible y que en- después de la reavivación económica del siglo
contraron el camino hacia distantes puertos en XV. Para tomar prestada una frase de Lynn
Portugal y en Castilla– era extraída a un alto White, esta dieta rica en cereal era una forma
costo. Para el siglo XVII, la «temeraria explo- de «aminohambruna» (1962: 75)2. Los salarios
tación» de los bosques de Polonia «produjo un reales cayeron y los señores de la tierra se des-
desierto en el bosque» (Szcygielski, 1967: 94 plazaron de la agricultura cerealera a los pasti-
citado en Wallerstein, 1980: 133, n. 16; también zales. La cría de animales fue cada vez más mo-
Richards, 1990: 168). Las dunas de arena inva- nopolizada por los grandes terratenientes y los
dieron las costas de la Pomerania, donde una precios de los cereales se movían hacia arriba.
vez prosperaron los bosques (Braudel, 1981: Unos granos cada vez más caros desplazaron a
365; 1961: 256). la aún más costosa carne en la dieta europea.
Podríamos haber observado que la urbani- Como resultado las crisis de subsistencia y las
zación del campo en esta era conllevaba no solo graves epidemias que tendían a acompañarlas,
la divergencia entre la ciudad y el campo, sino persistieron durante todo el «largo» siglo XVI.
también el desarrollo disparejo de la sociedad La mortalidad en las rápidamente crecientes
rural. Es decir, no solamente se oponía a la ciudades de Europa era alta hasta en los años
ciudad contra el campo en un antagonismo promedio, en los «catastróicos» y en los demás
dialéctico, sino que el campo era opuesto a sí tiempos (Helleiner, 1967: 83). La hambruna
32 mismo. Cada vez más la sociedad rural era un
ensamblaje de regímenes de monocultivo –el
«era tan insistentemente recurrente durante
siglos, que llegó a incorporarse al régimen
grano y la madera en Europa del este, la cría biológico del hombre y a incorporarse a su
de ovejas en Castilla e Inglaterra, el azúcar vida cotidiana» (Braudel, 1981: 73-74). Así fue
en las Américas y así sucesivamente. En estos que la transición al capitalismo se posibilitó
momentos tempranos de la especialización por un régimen biológico que ponía un pesado
regional se encuentran los orígenes de la radical fardo (mal)nutricional sobre los vientres de los
simpliicación de la tierra que hizo el capitalis- productores directos.
mo, lo que hoy día se extiende hasta los propios Así, una brecha metabólica –que se iba
fundamentos genéticos de la vida. siempre ampliando– entre la ciudad y el campo
Finalmente también podríamos haber notado y crucialmente entre el campo y el mismo
que no eran solo los esclavos los que sufrían el campo, desde los principios mismos del sistema
uso que hacía el capitalismo de «el cuerpo como capitalista mundial. (Los lotes comerciales de
una estrategia de acumulación» (Harvey 2000). alimentos y los monocultivos de granos de hoy
Los campesinos y obreros de Europa prospe- día, tienen un linaje bien largo). Esta brecha me-
2. Desde 1400 hasta 1750 Europa fue una gran consumidora de pan y era, en más de la mitad, vegetariana…
Solamente esta dieta «retrógrada» le permitió a Europa soportar la carga de una población continuamente
creciente… De lo que la gente generalmente está menos consciente es de que esta situación bosquejada en
1750 –grandes raciones de pan y un poco de carne– era en sí el resultado de un deterioro y no es así cuando
retrocedemos en el tiempo hasta la Edad Media (Braudel & Spooner, 1967: 413-14; ver también Teuteberg,
1975: 64-65).
En verdad, los salarios reales descendientes en esta era dejaron un «gran grupo de consumidores… sin
dinero con que comprar carne». Además, aún si «los salarios en dinero… seguían el precio del grano a una
gran distancia… los asalariados estaban a merced de cualquier ascenso súbito en los precios, debido a fracasos
en cosechas o en demoras en los embarques» (Slicher van Bath, 1963: 205, 199). Finalmente, parece que la
nueva relación ciudad-campo del capitalismo estaba inscrita, aunque de modo disparejo, en los cuerpos de
los propios productores directos: el consumo per cápita de carne entre los habitantes de la ciudad aumentó
modestamente en el siglo XVI, pero declinó abruptamente para los campesinos, cuyo consumo de carne era
justamente un séptimo del de los pobres urbanos (Blanchad, 1986: 454-55, 460).
Feudalismo, capitalismo, socialismo, o teoría y política de las transiciones
eco-históricas
tabólica entre la ciudad y el campo interrum- planteaba un problema laboral, que solo podía
pió el lujo de nutrientes del campo hacia la ser resuelto mediante el trabajo forzado. La
ciudad, donde los desechos no eran reciclados solución a este problema laboral se encontró,
sino usualmente echados, por ejemplo a los ríos. por supuesto, en la trata de esclavos africanos.
Así, el capitalismo tendía a amasar la contami- La gran ventaja del esclavismo moderno sobre
nación en y alrededor de las ciudades y a agotar la servidumbre y sus antecedentes pre-moder-
los recursos en el campo (Foster & Magdof, nos era su movilidad geográica; aún más que el
1998). Finalmente, la explotación capitalista trabajo asalariado, el esclavismo le permitía al
directa del medio ambiente, como en el caso de capital y a los plantadores mudarse según lo de-
la plata y el azúcar, creó nuevas redes secunda- mandaran la ecología y la economía (Tomich,
rias de actividad productiva. La plata y el azúcar 2001). Esto no era poca cosa en las sociedades
dieron vida a los cultivos comerciales en la agri- de fronteras inquietas del Nuevo Mundo.
cultura cerealera, la silvicultura y la ganadería Donde más dramáticas eran las contradiccio-
(entre otros) –todos ellos destructivos en grados nes socio-ecológicas del capitalismo temprano
variados. La plata y el azúcar no eran las únicas era en el Nuevo Mundo. Como consecuencia, la
fronteras mercantiles del capitalismo temprano. demanda del sistema por suministros frescos de
Pero eran las más importantes. tierra y trabajo era más grande en las Américas,
Hemos enfocado los desarrollos en las que aportaban un terreno hospitalario que sa-
Américas más bien que en Europa en este tisiciera esa demanda porque: 1) había vastos
bosquejo, porque parece dudoso que el capita- espacios de tierra para el que la quisiera, debido
lismo hubiera podido surgir solamente sobre
la base de las ventajas socio-culturales y eco-
a la débil resistencia indígena; y 2) había amplios
suministros de trabajo, debido al éxito de la trata 33
lógicas de Europa, que no eran grandes. Las de esclavos africanos. En suma, las Américas
Américas asumen tal importancia especial para no solo eran económicamente centrales para la
la cuestión de la transición por varias razones. consolidación del capitalismo en el «largo» siglo
Primero, las Américas ofrecían oro y plata. La XVI; también eran ecológicamente centrales.
Europa medieval estaba desesperadamente, cró- En otras palabras, las Américas eran económi-
nicamente escasa de lingotes –como lo estaría camente centrales en el grado en que el medio
hasta ines del siglo XIX. Como hemos visto, ambiente natural favorecía la rápida acumu-
la entrada de plata americana aportó un ilo lación de capital. El intercambio ecológico
especial contra el hambre, particularmente en desigual entre las periferias americanas y los
aquellas ciudades que jugaron un rol crucial en centros europeos –y entre la ciudad y el campo
la acumulación originaria de capital. Segundo, en múltiples escalas– signiicaba no solo que el
los climas tropicales del Nuevo Mundo eran medio ambiente americano era dejado sin apro-
favorables a una diversidad de cultivos comer- vechar y que necesitaba una mayor ampliación
ciales, muchos de ellos importados de Afro- de la división del trabajo. Cada nueva etapa de
Eurasia en un ejemplo clásico de «imperialis- esta ampliación capitalista mundial involucraba
mo ecológico» (Crosby, 1986). Tercero, por más una agricultura capitalista más intensiva, una
animada que fuera, la resistencia de las socieda- nueva y más grave ruptura en el reciclaje de nu-
des indígenas a la invasión europea era en gran trientes de los ecosistemas locales –en Europa
parte inefectiva, eliminando así en la mayoría no menos que en las Américas.
de los casos la amenaza de revueltas campesi- El lujo de productos agrícolas america-
nas serias, que resultaron tan problemáticas a nos –sobre todo, del azúcar– signiicaba que
los estratos dominantes de Europa en los siglos la división del trabajo ciudad-campo dentro
XIV y XV. Cuarto, si bien el gran diezmo de la de los estados centrales podría profundizarse
población del Nuevo Mundo mediante la en- más allá de la capacidad de ninguna economía
fermedad –en sí una crisis ecológica probable- «nacional» individual. Robert Brenner puede
mente sin precedente en la historia de la civi- tener razón en que la transformación social de
lización humana– socavó las posibilidades de la agricultura inglesa –que hizo posible la pro-
resistencia efectiva al imperialismo, también ductividad aumentada– también hizo posible el
laberinto nº 40 / 2013
surgimiento de un vasto ejército de reserva de problema mayor en un planeta con límites geo-
trabajo, que podía ser puesto a trabajar en los gráicos bien deinidos. Mientras existió tierra
molinos satánicos (1977). Pero hay mucho más y trabajo fresco más allá de donde alcanzaba el
que esto. Los beneicios que resultaban tanto capital (pero dentro del alcance del capital), las
directamente de los comercios íntimamente contradicciones socio-ecológicas del sistema
vinculados de esclavos y azúcar, como indirec- pudieron atenuarse. Con las posibilidades de
tamente mediante los costos reducidos para re- colonización externa que encerraba el siglo XX,
producir a la clase trabajadora inglesa, o las ac- el capital había sido forzado a seguir estrate-
tividades rentables de transporte por barco y la gias de colonización «interna», entre las cuales
construcción naviera, contribuyeron a un fondo podríamos incluir el crecimiento explosivo de
de acumulación que hizo posible la ulterior las plantas y animales genéticamente modi-
expansión e intensiicación de la división ca- icados, desde 1940; la perforación a cada vez
pitalista mundial del trabajo. La esclavitud mayor profundidad y en ubicaciones cada vez
africana, por ejemplo, representaba no solo una más distantes en busca de petróleo y de agua;
transferencia económica de una arena externa y quizás lo más ominoso, la conversión de los
a la economía-mundo capitalista, sino también cuerpos humanos –especialmente los pertene-
(¿igualmente?) una transferencia ecológica. Este cientes a mujeres, personas de color, trabajado-
era el «cálculo ecológico» del esclavismo. Los res y campesinos– en vertederos de desechos
plantadores «compraban esclavos ‘cultivados’ en tóxicos para toda una gama de sustancias carci-
África, con alimentos africanos, le aplicaban su nogénicas y por demás letales.
34 trabajo a la producción de carbohidratos para la
exportación a Europa y desplegaban poca pre-
Estos desarrollos son nuevos y no lo son al
mismo tiempo y esto es precisamente lo que han
ocupación por su sobrevivencia una vez que perdido de vista muchos en los movimientos
pasaba el tiempo en que ellos realizaran trabajo medioambientales del mundo. Estos movimien-
útil» (Hugill, 1993: 61). El desarrollo «nacional» tos se han enfocado en los factores próximos
al interior de Europa se alimentaba con los de la degradación medioambiental contempo-
frutos de la ecología política del esclavismo. ránea –las políticas gubernamentales, las cor-
Todo esto permitía y en realidad forzaba a poraciones multinacionales, las organizacio-
una ampliación de la brecha entre el centro y la nes y los acuerdos comerciales internacionales,
periferia y entre el campo y la ciudad, así como etc.– sin situar estos factores sistémicamente y
dentro del propio campo. En igual medida, la mucho menos históricamente. Y sin embargo,
capacidad de los ecosistemas locales para re- si el medioambientalismo de izquierda tiene
producirse dentro de la división capitalista del que encontrar un camino entre el reformis-
trabajo, era radicalmente –y todavía más, pro- mo ecológico y el ultra-izquierdismo, a mí me
gresivamente– socavada. Por tanto, la explota- parece que una ubicación sistémica e histórico-
ción por el capital del medio ambiente natural mundial de la relación del capitalismo con la na-
–es decir, la explotación de la naturaleza (extra- turaleza pudiera ser muy fructífera.
humana) mediante la explotación de la fuerza Hay dos cuestiones que parecen es-
de trabajo– es una de las contradicciones más pecialmente pertinentes. Primera, ¿cómo
importantes, quizás la más importante que conocemos una crisis ecológica cuando la
necesita la continuada expansión geográica de vemos? Y segunda, ¿quiénes son los agentes de
la economía-mundo capitalista. la sostenibilidad medioambiental?
«Crisis» es uno de esos términos de los que
Movimientos Antisistémicos, Historia se abusa y fácilmente degenera en una cortina
Medioambiental y la Crisis de la polémica. Asumamos por el momento que la
Biosfera crisis relevante es una crisis del capitalismo.
Aquí usaremos el término «crisis ecológica» en
La preferencia del capitalismo histórico por un sentido bastante básico, para referirnos a los
remedios espaciales más que sociales a sus olas problemas ecológicos que han llegado al punto
recurrentes de crisis parecería presentar un de desestabilizar las relaciones establecidas de
Feudalismo, capitalismo, socialismo, o teoría y política de las transiciones
eco-históricas
producción y reproducción y por lo tanto han estamos hablando. La idea de crisis ecológica
desestabilizado la producción de valor excedente como crisis ecológica absoluta –«desastre
–una tal desestabilización requiere un gran ecológico planetario»– es quizás tan terroríi-
cambio en ambas. (Está por verse cuán grande). ca que ha obscurecido a otras formas de crisis.
Esto es lo que distingue la crisis ecológica de la Históricamente hemos visto lo que podrían
mera degradación. (Esta última suele constituir llamarse crisis ecológicas sistémicas –crisis
genuinas crisis humanas en el sentido en que dentro de un sistema histórico que se cruzaba
obligan a profundas transformaciones en las re- con otros problemas sociales para obligar a un
laciones de producción diarias para las personas desplazamiento fundamental en las estructuras
que trabajan y hasta para los capitalistas de acumulación de riquezas. Este fue el caso
pequeños y medianos). Por supuesto, una crisis con la transición del feudalismo al capitalis-
ecológica en este sentido queda en el plano de la mo. También hemos visto crisis eco-históricas
hipótesis. Pero me parece que el mero hecho de dentro de un sistema social. Estas forzaron
que una tal crisis está siendo ampliamente reco- desplazamientos grandes, aunque no funda-
nocida y debatida, hasta (¿especialmente?) en su mentales en su economía política. La historia
forma hipotética, lo que en sí es indicativo de la del capitalismo, por ejemplo, puede contarse
gravedad de la situación. en parte por la historia de las sucesivas reor-
El genio del capitalismo, como hemos visto, ganizaciones de la agricultura y la extracción,
ha estado en evitar los costos de la degradación yendo desde las revoluciones agrícolas de los
ecológica local y regional mediante la reubica- siglos XVII y XVIII a las revoluciones verdes
ción. El capitalismo es por naturaleza un sistema
global y globalizador. Las crisis ecológicas re-
del XX. Cada etapa del capitalismo correspon-
de a formas históricas especíicas de explota- 35
gionales, consecuentemente, no plantearon ción agro-ecológica, cada una de las cuales toma
obstáculos insuperables a la acumulación en forma a partir de las contradicciones ecológicas
escala mundial –en realidad tales crisis pueden de la era previa (Moore, 2000).
posibilitar positivamente la acumulación, como Que la economía global no pueda sostener
demuestra Mike Davis en su cuidadoso estudio su relación actual con el medio ambiente global
entre las luctuaciones de El Niño, la hambruna es ampliamente aceptado, fuera de la derecha
desastrosa y la acumulación primitiva a inales política. Lo que queda por verse es si la crisis
del siglo XIX (2001). Como hemos visto, las ecológica que se avecina es absoluta, sistémica,
crisis ecológicas locales pudieron ser superadas o eco-histórica. Las señales apuntan en todas
mediante la extensión global de las activida- direcciones. Sin una concepción de la crisis
des productivas. Solo después de la 2ª Guerra ecológica que identiique sus geografías his-
Mundial comenzó esto a cambiar. Por primera tóricas distintas, sin embargo, nos quedamos
vez, las contradicciones ecológicas del capita- con nociones vagas de la crisis que sirven a
lismo comenzaron a jugar en una escala que la derecha política y al centro, más que a la
correspondía a sus actividades económicas. Al izquierda política. Lo mejor que se puede decir
organizar «procesos económicos [que] comen- es que el resultado de la crisis ecológica con-
zaron a rivalizar con los ciclos ecológicos del temporánea –que yo creo que está enlazada
planeta», la economía-mundo capitalista abrió con la crisis del capitalismo como sistema
«como nunca antes la posibilidad de un desastre histórico– dependerá en un alto grado de cuál
ecológico a escala planetaria» (Foster, 1994: 108). conocimiento histórico-geográico captura la
La globalización del capitalismo y la globali- imaginación popular.3
zación de la crisis ecológica no están menos ínti- Una gran parte de cualquier «conocimiento
mamente vinculadas en el siglo XX que lo que lo histórico-geográico» potencialmente emanci-
estaban en el siglo XVI. La diferencia está en la pador tiene que ver no solo con la predicción y
escala de la crisis y esto hace un mundo de dife- retrodicción de la crisis ecológica, sino igual-
rencia para la clase de crisis ecológica de la que mente con los agentes de una sociedad ecológi-
camente sostenible. Aquí pienso que la noción ble. La ideología burguesa se ha anotado una de
de Marx de metabolismo [stof-wechsel] es es- sus mayores victorias al separar la degradación
pecialmente importante. Con demasiada fre- medioambiental de la explotación de clase –en
cuencia, pensar en términos de las categorías de verdad, esta es solo una de las manifestaciones
Marx signiica pensar solamente en términos particularmente importantes de un dualismo
de clase y capital. Si bien los problemas de la cartesiano mente-cuerpo, cuya historia inte-
crisis ecológica bajo el capitalismo pueden ser lectual data del «largo» siglo XVI. El medioam-
conceptualizados plenamente mediante las ca- bientalismo, según la sabiduría recibida, es un
tegorías de Marx, estos problemas no siempre movimiento «no-clasista» (O’Connor, 1998: 14).
pueden ser reducidos a capital y clase. La dialéc- Si bien hay un (muy pequeño) grano de verdad
tica de la naturaleza, la naturaleza y la sociedad en esta formulación, ella oscurece una realidad
y el metabolismo del propio proceso de trabajo, subyacente más signiicativa. Desde los años
aunque están dialécticamente enlazados con el de 1980, el surgimiento de las organizaciones
capital y la clase en la era moderna, son inexpli- medioambientales a escala mundial ha sido
cables solamente al interior de estos. impulsado en gran parte por la acción colectiva
Pueden, sin embargo, ser conceptualizados de los productores directos, especialmente en
en términos de metabolismo y la división del las regiones subdesarrolladas –por ejemplo, los
trabajo que conforma –y es conformada por–
campesinos de Asia del Sur o el movimiento de
los intercambios materiales con la naturale-
justicia medioambiental de los Estados Unidos.
za. En la época capitalista, la degradación del
La ubicación de la acción medioambiental ha
36 suelo ocurre por la relación histórico-mundial
(y globalmente expansionista) entre la ciudad y comenzado a desplazarse hacia los sitios de pro-
ducción (como la granja) y de reproducción (la
el campo; la degradación del trabajador ocurre
comunidad) y más allá de las luchas estrechas
por la relación histórico-mundial (y globalmen-
por preservar «lo silvestre»4. Las luchas por la
te expansionista) entre el capital y el trabajo. De
seguridad alimentaria y del agua han comenzado
esta manera, la geografía del sistema capitalis-
a hacer que la imaginación de la población se
ta mundial y la «geografía» del cuerpo humano
desplace del medio ambiente como algo «ahí
están vinculadas en modos que evidentemente
afuera» a una concepción del medio ambiente
tiene muchísimo que ver con la acumulación del
como «aquí adentro» –la carne insegura, la leche
capital y la (re)producción expandida de las re-
cargada de hormonas y los productos genética-
laciones de clase, pero no puede ser explicada
solamente en términos de esas relaciones. mente modiicados se han convertido en sitios
Mediante la concepción de Marx de metabolis- discutidos de transformación medioambiental.
mo, podríamos extender el alcance del materia- Los cánceres, las enfermedades autoinmunes y
lismo histórico al «problema mayor del ‘destino otros problemas de salud ahora cada vez más se
de la tierra’ y sus especies» (Foster, 2000: 254). vinculan y hasta conceptualizan como degrada-
Entonces, decir que la naturaleza tiene su ción medioambiental.
propia dialéctica y en diversos modos su propia Si bien la traducción precisa de estas preocu-
autonomía, no es sucumbir al determinismo paciones populares a preocupaciones de clase
medioambiental (que desplazaría a la lucha de es una cuestión abierta, la coyuntura presente
clases como la fuerza motriz de la historia) sino parece ser un momento propicio para reinstru-
más bien reforzar la idea de que las clases hacen mentar la crítica histórico-geográica del capi-
la historia, pero no en las condiciones eco-geo- talismo por la izquierda, para poner estas cues-
gráicas que ellas mismas escogen. tiones en el centro. Al privilegiar el proceso de
Pienso que aquí es donde podemos comenzar trabajo en la transformación ecológica, somos
a pensar seria y activamente acerca de los agentes capaces de identiicar a los trabajadores como
de una sociedad medioambientalmente sosteni- los agentes de una sociedad más sostenible.
4. Sobre el concepto de naturaleza como lo silvestre prístino, separada de la intervención humana, ver
Cronon (1966) y Williams (1980: 67-85).
Feudalismo, capitalismo, socialismo, o teoría y política de las transiciones
eco-históricas
Porque las contradicciones socio-ecológicas 959). Al ubicar los orígenes de la crisis medio-
de las relaciones de clase modernas prometen ambiental en el sistema capitalista, la izquierda
no solo la degradación, sino la liberación. «La mundial podría comenzar a hacer un planteo
libertad», plantea Marx, solo puede ser encon- fuerte de que el medio ambiente y las clases
trada cuando una nueva sociedad «de producto- son inseparables y que la liberación del suelo y
res asociados gobierne el metabolismo humano el trabajador están idénticamente ligados en el
con la naturaleza de un modo racional» (1981: mismo grado que su degradación.
Bibliografía
Jason W. Moore
El presente artículo surge a raíz de solicitarle al autor una introducción a la sección «Feudalis-
mo, capitalismo, socialismo, o teoría y política de las transiciones eco-históricas», de su artículo
traducido al español Nature and the transition from Feudalism to Capitalism.
Jason W. Moore es el coordinador del grupo de investigación sobre ecología-mundo del
Centro Fernand Braudel y Departamento de Sociología de la Universidad de Binghamton (Nueva
York). (www.facebook.com/pages/World-Ecology-Research-Network/174713375900335?fref=ts).
Jason escribe frecuentemente sobre la historia de la ecología-mundo capitalista, recursos
naturales y sobre la agricultura, también sobre la crisis del siglo XXI. Muchos de sus escritos se
pueden encontrar en su página web: www.jasonwmoore.com. También escribe regularmente en
su blog, https://jasonwmoore.wordpress.com/.
* Un agradecimiento especial a Diana C. Gildea, Holly Jean Buck, Farshad Araghi, Henry Bernstein, Carole
Crumley, Phil McMichael, Mike Niblett, Roberto J. Ortiz, Dale Tomich, Richard Walker, y a mis alumnos en
las fronteras de las mercancías y el Grupo de Trabajo Mundial de Ecología de la Universidad de Binghamton.
laberinto nº 38 / 2013
facturas: conseguir algo a cambio de nada – o si necesarias - pero sin embargo parciales. La
no a cambio de nada, a a cambio de algo lo más necesidad de una síntesis más elevada ha sido
cercano posible a nada. largo tiempo reconocida teóricamente, una en
Marx una vez comentó que la acumulación la que la producción, circulación, intercambio,
de capital es la proletarización del trabajo (1977: y redistribución formen un «todo orgánico,»
764). A esto debemos añadir: la acumulación un «rica totalidad de muchas determinaciones»
de capital es la proletarización del trabajo, es la (Marx, 1973: 99-100; también Tomich, 1987,
apropiación de la naturaleza global. La infinita 1997). Además, para todo el importante y creo
acumulación de capital y la apropiación intermi- que muy útil trabajo sobre la transición hacia
nable de la Tierra son las dos caras de la misma el capitalismo desde el Debate Brenner (Aston
moneda. La una es impensable sin la otra. Esta and Philpin, 1985; ver, inter alia, Kriedte, 1983;
dialéctica está constituida por la tendencia Byres, 1996; DuPlessis, 1997; Mielants, 2007),
hacia la acumulación por apropiación –hacia no ha habido mucho progreso empírico hacia
aquella en la que las cuatro grandes factores de una síntesis más elevada. ¿Por qué este callejón
producción (trabajo, comida, energía y materias sin salida? Creo que hay mucho que hacer con
primas) son apropiadas con la mínima inversión la duradera hegemonía del binomio naturaleza/
de capital y poder territorial– y la tendencia sociedad. La mejor ruta para tal análisis, en mi
hacia la acumulación por capitalización, a opinión, es moverse más allá del materialismo
través de la cual estos «Cuatro Baratos» son cartesiano y hacia una perspectiva del capitalis-
puestos a trabajar por capital intensivo, innova- mo en la telaraña de la vida: capitalismo como
14 ciones para el incremento de la productividad.
(Moore, 2011a, 2011b, 2012). El saqueo de las
ecología-mundo.
formas de conformación del medio ambiente ni medio ambiente –desde la revolución científica
más ni menos importantes que la producción y su visión geométrica hasta los mercantilismos
de mercancías. La relativa importancia de un europeos occidentales, pasando por la Bourse
momento u otro es una cuestión empírica en tal de Ámsterdam– eran el contrapunto necesario
formulación abierta. a las «ejecuciones» de conformación del medio
Lo más eficiente para trascender la oposición ambiente, como las deforestaciones de gran
producción/intercambio es a través de un parte del Atlántico brasileño o la cuenca del
paradigma (ecología-mundo) que comprenda la Vistula en el siglo XVII. Separar «economía» de
producción de mercancías y el intercambio de «ecología» a la manera cartesiana se convierte en
mercancías como formas diferentes de confor- un acto de reproducción del orden simbólico del
mación del medio ambiente, unificadas (dialéc- pensamiento burgués, que rompió en pedazos lo
tica y desigualmente) a través de la acumulación que originalmente era Uno, como diría Hegel.
de capital a escala mundial. La lógica emergente No era simplemente un problema teórico o
de acumulación en el largo siglo XVI era a la vez filosófico, sino un problema práctico, el separar
una productora de nuevas formas de conforma- lo económico de lo ecológico. Mientras carto-
ción del medio ambiente –sobre todo la frontera grafiaba los desarrollos desiguales en la tran-
mercantil– y un producto de las contradicciones sición al capitalismo, me era imposible distin-
en múltiples planos de la civilización feudal y su guir las realidades empíricas coherentes de lo
crisis en el «largo» siglo XIV (Moore, 2002a, económico o lo ecológico. El binomio cartesia-
2003a,105-126, 2013b). no puso «el medio ambiente» (la naturaleza sin
humanos) en una caja y la «sociedad» (humanos
Se trata de una forma de enmarcar el
cambio histórico muy diferente del binomio sin naturaleza) en otra. Pero la realidad seguía 15
ecología/economía. Resultó un punto de partida arruinando el binomio. El desarrollo histórico
necesario, pero un destino menos que satisfac- real del capitalismo continuamente trastocó esas
torio. El binomio, según encontré en mis inves- categorías organizadas, Naturaleza y Sociedad.
tigaciones y esfuerzos para construir un marco Esto fue especialmente verdad en los procesos
analítico y dialéctico conveniente, comenzó histórico-mundiales centrales sobre los cuales
a oscurecer los elementos clave del capitalis- mi análisis se apoyaba –imperialismo, mercan-
mo como una civilización conformadora del tilización, acumulación de capital, los procesos
medio ambiente. Para hacer las cosas aún más de trabajo; los cuales desafiaron y desestabiliza-
confusas, el binomio fue fácilmente disfrazado ron el binomio. Siempre que mirase las trans-
en el lenguaje marxista de valor de uso y valor de formaciones espectaculares de paisajes en la
cambio, con las relaciones de valor ausentes (por temprana era moderna –como por ejemplo las
ejemplo, Foster, Clark, y York, 2010). Fue como deforestaciones o el monocultivo efectuadas por
si uno hubiese decidido estudiar la transforma- el cultivo de la caña de azúcar– no pude dejar de
ción de los procesos de trabajo en el taylorismo ver, en palabras de Schwartz, el surgimiento del
a principios del siglo XX sólo mirando las tareas capitalismo en su constitución
de simplificación en el proceso de producción, no sólo en la Corte de Lisboa o en las oficinas
y no en la totalidad de las relaciones implicadas de contabilidad de Ámsterdam y Londres
en la separación entre concepción y ejecución sino también en los bosques y cañaverales de
(por ejemplo Braverman, 1974; Moore, 2002b). América (1985: 72).
A principios de la conformación capitalista del Me di cuenta que la Bourse de Ámsterdam
medio ambiente, la alienación de la concep- fue en sí misma una «forma de organizar la na-
ción y ejecución no estaban «separadas» –los turaleza» –un hito en la historia precisamente
humanos no podía ser separados de la naturale- porque fue muy potentemente conformadora
za– sino que estaban unidas a través de los anta- de medio ambiente (Moore, 2011c; 2013b). La
gonismos alienantes de la ley del valor. Durante Bourse era distinta de las plantaciones de azúcar,
el auge del capitalismo, por proceso del trabajo las cubetas de amalgama de plata y mercurio, o
se leía conformación del medio ambiente. Por lo de los cultivos de centeno y trigo en el Vístula
tanto, las «concepciones» de conformación del –pero igual de esencial para la conformación
laberinto nº 38 / 2013
del medio ambiente global. (2003c, 2009, 2010a, 44). La noción de una coyuntura socio-física era
2010b, 2010c, 2010d, 2010e, 2011a, 2011b, 2011c, tan potente que no pude evitar estar constan-
2011d, 2012, 2013a, 2013b). temente yendo y viniendo entre la apariencia
Mientras mi enfoque empírico en «Natu- medioambiental y la apariencia social. Desde
raleza y la transición» se centraba firmemen- Marx, por supuesto, a veces somos animados a
te en las transformaciones de la modernidad mirar más allá de las apariencias, y quizá sobre
temprana que sacudieron la tierra, mi evolución todo, a desafiar dialécticamente la seducciones
metodológica me inclinaba hacia la perspectiva de lo que parecen ser «unidades básicas» in-
del capitalismo como ecología-mundo: una ci- divisibles (también Levins y Lewontin, 1985).
vilización diferenciada y unificada a través de la Por desgracia, muchos ecologistas marxistas
cual la acumulación de capital, la producción de continúan viendo la naturaleza como un objeto
la naturaleza, y la búsqueda del poder forman en lugar de una red de relaciones [ver Moore,
una totalidad histórico-mundial, una en la cual 2013a].) No había, en el auge del capitalismo (y
cada momento se inscribe en los otros (2003c, también en épocas subsecuentes), un conjunto
2009, 2010a, 2010b, 2010c, 2010d, 2010e, 2011a, de relaciones sociales –el desarrollo de los
2011b, 2011c, 2011d, 2012, 2013a, 2013b). estados nacionales y los imperios coloniales,
Pero es muy fácil hacer del binomio carte- la organización de los mercados transconti-
siano nuestro chivo expiatorio. Era necesario nentales de las materias primas y manufactu-
rellenar la olvidada parte empírica del binomio ras, la gradual y a veces rápida conversión de
sociedad/naturaleza antes de que pudiéramos los derechos consuetudinarios campesinos en
16 hablar de una nueva síntesis histórica. Como
sabemos, durante décadas, el marxismo y otros
propiedad burguesa– que fuesen independien-
tes (incluso «relativamente») de la conforma-
materialistas verdes expusieron una relación on- ción humana del medioambiente y de las condi-
tológica entre los humanos y el resto de la natu- ciones biosféricas como el clima. El movimiento
raleza (Bohm, 2003; Capra, 1982; Harvey, 1974; de la Tierra, la búsqueda de poder, la conforma-
Williams, 1980; Naess, 1973) –a la que llamo ción de mercados: todos estaban dialécticamen-
la perspectiva de la humanidad-en-la naturale- te interpretados en conjuntos especificables de
za. Esto se opone a la filosofía cartesiana de la las naturalezas humana y extra-humana.
humanidad y la naturaleza. Pero era imposible De esta manera, la utilidad del binomio
traducir la filosofía dialéctica de la humanidad- ecología/economía comenzó a erosionarse
en-la-naturaleza a un análisis histórico-mundial conforme continuaban mis investigaciones.
hasta que una historia medioambiental amplia- Comencé con la idea de que el capitalismo actúa
mente definida hubiese alcanzado una masa sobre la naturaleza, imponiendo su terrible
crítica. En otras palabras, el gran logro de las «huella» por todas partes sobre la naturale-
humanidades y las ciencias sociales medioam- za extra-humana. ¿Pero qué sentido tenía esto
bientales era acumular una masa de evidencias en los primeros movimientos en la larga tran-
históricas e interpretación que demostrase, sición hacia el capitalismo? El capitalismo –a
empíricamente, el momento «ecológico» del menudo tratado como una construcción teórica
binomio naturaleza/sociedad. en lugar de histórica en los estudios medioam-
La vasta historiografía y los largos debates bientales críticos– no se inventó en un labora-
sobre la transición del feudalismo al capitalismo, torio social independiente de la red de la vida.
ofrecieron vistazos frecuentes a los momentos Tampoco el capitalismo podría ser tratado
de la crisis feudal y el auge del capitalismo pero como formado completamente: ni en 1450 ó
nadie trató de localizar las relaciones de la 1492 ó 1557 ó 1648... ni incluso, diría, en 1848 ó
humanidad con el resto de la naturaleza como 1873 ó 1929; dialécticamente hablando, el capi-
el centro del análisis. La gran excepción fue talismo está siempre en un proceso de devenir.
Immanuel Wallerstein, quien vio la crisis feudal Con este ejercicio entre manos, mis investiga-
como una «coyuntura socio-física», y que vio el ciones me dejaron considerar cómo el capitalis-
auge del capitalismo como el encendido de una mo se descubrió como una manera de organizar
reorganización de la «ecología mundial» (1974: la naturaleza... pero no, resultó, a la naturaleza
El auge de la economía-mundo capitalista (I)
como un conjunto de recursos, sino a la natu- una «base» ontológicamente separada sobre la
raleza como una matriz – la naturaleza como cual la «superestructura» de la llamada sociedad
relación del total de la red de la vida, y el ca- se desarrolla1. Porque las violentas abstraccio-
pitalismo como una red de relaciones internas nes de Naturaleza/Sociedad separan simbólica-
a la totalidad de la conformación de vida. Este mente lo que está alienado, aunque operativa-
cambio marca una transición desde una visión mente unificado en la historia del capitalismo:
de la naturaleza como fuente de recursos, a la la actividad vital de la especie humana en la red
naturaleza como matriz, desde el capitalismo y de la vida. El capitalismo, desde este punto de
naturaleza al capitalismo-en-la-naturaleza. vista, se desarrolló a través de –no «sobre»– la
Este cambió iluminó una realidad crucial naturaleza durante el largo siglo XVI.
insinuada por los post-estructuralistas y teorías Desde una perspectiva ecológico-mundial,
materialistas del cuerpo (por ejemplo Haraway, la violencia abstracta de la Naturaleza/Sociedad
1991; Havery, 1998) pero nunca adecuadamente es sustituida por una comprensión de la acumu-
fundamentada en el desarrollo del capitalismo: lación interminable de capital como el centro
ésta era el lugar de la naturaleza humana como gravitacional de la civilización capitalista. Decir
un terreno de las transformaciones biofísicas que la acumulación constituye un centro gravita-
del capitalismo, como cuerpos involucrados cional es a la vez una afirmación histórica de un
en producir mercancías «reales» y reproducir procedimiento medotológico. De un lado parece
la «falsa» mercancía, la fuerza de trabajo. Esto razonable, incluso sin controversia, observar que
implicó un cambió más, desde el capitalismo cada vez más espacio –desde los espacios íntimos
como zona de mercantilización, al capitalismo
como desarrollo de las contradicciones entre
de la vida diaria hasta los espacios nacionales de
biopoder de Foucault, pasando por los espacios 17
mercantilización y la totalidad de las condicio- globales del imperialismo y el flujo de capital–
nes de reproducción. El cuerpo humano, como ha estado bajo la influencia de la acumulación de
marco, se convierte en un lugar crucial de las capital. Esta influencia es a veces directa, como
contradicciones de la acumulación de capital a cuando las finanzas municipales se titularizan a
escala mundial. La gran observación de Marx través de la dependencia de los mercados interna-
de que «el suelo y el trabajador» son «simultá- cionales de bonos, y a veces indirecta, como en los
neamente socava[dos]» se aplica bien más allá grandes proyectos modernistas de los desarrollis-
de la era de la industria a gran escala (1977: mos estatales para hacer las naturalezas humana
638); es una observación que la explotación y extra-humana «legibles» como un conjunto de
del trabajo y de la apropiación de la naturaleza unidades intercambiables y medibles (Foucault,
extra-humana están entrelazadas en el camino 2003; Scott, 1998). La agencia de la acumulación
del sistema hacia una mercantilización sin fin. interminable es por lo tanto una, a través de la
De aquí se deduce que todas las relaciones entre cual las cualidades radicalmente cuantificadas y
los humanos son siempre –ya– relaciones a la conmensuradoras de la relación del valor –sobre
vez «de naturaleza» y «con el resto de la natu- la cual, más actualmente– viene a afectar más o
raleza». (Hay un sesgo cartesiano muy profundo menos toda la vida en los albores del siglo XXI.
en nuestro lenguaje conceptual, tanto así que La tendencia es ésta: mientas nada en la historia
hablamos de relaciones humanas con la natura- del capitalismo es reducible al proceso de acu-
leza como si la relación entre humanos no fuera, mulación, todo es impensable en su ausencia.
ya, relación de la naturaleza.) Para organizar un De otro lado, plantear la acumulación de capital
análisis histórico sobre esta perspectiva relacio- como nuestro punto de partida es privilegiar un
nal y holística se necesitaba superar la brecha proceso que se mueve desde la lógica del capital
epistémica mediante la cual la naturaleza se hacia la historia del capitalismo y desde allí va y
convierte en una abstracción violenta, un objeto, viene, en un proceso de teorización incorporada.2
1. Sobre brechas epistemológicas, vea Schneider y McMichael, 2010; Vetter, 2012; sobre la «violencia de la
abstracción» vea Sayer, 1987.
2. Asumo que éste es el enfoque de Marx, lo que se ilustra bien por Hopkins, 1982; McMichael, 1990; Tomich,
1990, 2004. Ver también Moore, 2010a, 2010b, 2010c, 2011a, 2011b.
laberinto nº 38 / 2013
de extracción de plata y de derivados foresta- del siglo XVII debió su decadencia en gran parte
les– pero también de regiones interiores, como a la invasión holandesa –por sí sola un modo
cuando la zona azucarera de Pernambuco cedió poderoso de transformación de la Naturaleza.
su primacía a Bahía en la década de 1630. (Como En segundo lugar, el debate de la frontera
siempre en los análisis históricos mundiales, de mercancías procura conectar el movimien-
estamos hablando de capas dentro de capas). to interno de acumulación de capital (capita-
En los primeros siglos del desarrollo capitalista, lización) en las metrópolis con el movimiento
estas zonas se localizaban en la amplia franja exterior de mercantilización en las zonas de
Atlántica. Las Américas y el norte de Europa frontera (apropiación). La frontera de mercan-
eran especialmente importantes (Moore, 2000a, cías ofrece una forma de ver los «modos de
2003a, 2003b, 2010a, 2010b). Otra zona funda- producción» y los «modos de extracción» –
mental –de apropiación sin mercantilización– según la útil nota de Bunker (1984)– como un
podía encontrarse en África, cuyos abasteci- proceso global histórico singular. Los «recursos
mientos humanos hicieron posibles las fronteras baratos» de los que se apropiaron los produc-
de plantación del Nuevo Mundo. tores de mercancías en las fronteras fueron en
El debate acerca de la frontera de mercan- forma de capital –monetario y de circulación
cías va, sin embargo, más allá de una descrip- especialmente–, que a su vez eran necesarias
ción sobre el movimiento geográfico. Su tesis para la reproducción expandida de la produc-
central plantea la frontera de mercancías como ción metropolitana. La plata americana y la ma-
un modelo histórico-geográfico de sobreapro- nufactura holandesa estaban fuertemente rela-
piación secuencial4, mediante el cual el capita-
lismo se adueña –y después agota rápidamen-
cionadas en el siglo XVII; el capital acumulado
mediante las plantaciones de caña de azúcar 19
te– fuentes regionales, de tal forma que termina de las Indias Occidentales fue crucial para la
forzando una expansión geográfica renovada. formación principal de la primera revolución
A lo largo de la pasada década, yo promoví industrial británica (Moore, 2010a, 2010b;
dos propuestas esenciales acerca de las fronteras Blackburn, 1997). Al mismo tiempo, los profun-
mercantiles en la ecología capitalista mundial. damente disminuidos –no se puede evitar decir
En primer lugar, que las fronteras de mercancías devastados– recursos naturales de los Andes
eran esos espacios donde la organización inicial (Moore, 2010a, 2010e) y de las Indias Occiden-
de la producción y el auge posterior estaban or- tales (Moore, 2000b) no fueron sino algunos de
ganizados de formas que necesitaban expansión los daños colaterales de la hegemonía mundial
geográfica renovada, que normalmente sucedía holandesa y británica.
en un ciclo de entre 50-75 años. Las contradiccio- Por consiguiente, la teoría de la frontera de
nes de la frontera de mercancías –y del modelo mercancías argumenta que la producción de
histórico-geográfico que promovía– estaban los bienes primarios se trasladó a zonas de la
fuertemente implicadas en la deforestación, el frontera –tales como los Andes, las Indias Oc-
agotamiento de suelos y otros procesos biofísi- cidentales o el litoral báltico– de una manera
cos. Sin embargo, debemos tener cuidado cuando que era especialmente contraria a la salud de
entendemos la frontera de mercancías como una los recursos humanos y extra-humanos. Las
teoría del cambio ecológicamente orientado en fronteras mercantiles de la era previa asentaron
un sentido cartesiano. Las contradicciones del las condiciones para fronteras mercantiles
capitalismo son siempre maneras de organizar nuevas (y extendidas) en la era siguiente. (Había
la naturaleza, y los momentos de cambio de la crecimiento de la demanda, pero sólo como
Tierra de estas contradicciones, no son condi- parte de la presión geográfica hacia fuera del
cionantes de ninguna manera. Así, la frontera sistema mercantil). Este antagonismo supuso
azucarera brasileña de Pernambuco a principios una gran contradicción – entre la acumulación
5. El talento de Brenner permite capturar la esencia de esta tendencia premoderna hacia la expansión
comercial-manufacturera, que fue siempre, básicamente, socavada por el peso de la tradición sobre la pro-
ducción agrícola: «Obviamente, el crecimiento industrial inglés (en el siglo XVII), sobre todo en los tejidos,
estuvo basado principalmente en exportaciones incentivadas por la demanda extranjera. Ya en la Edad Media
y al comienzo de la era moderna eran comunes esos estímulos basados en la exportación; pero previamen-
te ninguno había sido capaz de mantenerse por sí mismo. Parece que la poca flexibilidad de la producción
agrícola siempre ha establecido límites estrictos en el desarrollo de la producción industrial. La subida del
precio de los alimentos, o quizás un fallo total de la provisión de comida, que resulta del declive de la produc-
tividad agrícola, podría suprimir directamente la industria a través de la limitación en la proporción pobla-
cional que podía dedicarse a asuntos no agrícolas. Si no, se podrían socavar los mercados de los bienes indus-
triales incluso forzando la subida de salarios (el coste de vida) y luego los precios industriales, o disminuyendo
la proporción del sueldo de la población que estaba dispuesta para fines no-alimentarios. Estos mecanismos
demuestran, en particular, que la crisis general agrícola/demográfica del siglo XVII podría incluso significar,
para la mayor parte de Europa, una crisis industrial de larga duración» (1985a: 52).
El auge de la economía-mundo capitalista (I)
nuevas fuerzas de producción, como con el paso regional dio lugar a continuos movimientos de
del molino de azúcar de dos ruedas al de tres expansión geográfica. El veloz proceso de apro-
en el siglo XVII). Las primeras «fábricas en el piación en el interior de las sucesivas fronteras
campo» aparecieron en las áreas azucareras, mercantiles rápidamente derivó en condiciones
precisamente porque el aumento de la intensi- de sobreapropiación –los bosques para extraer
dad capitalista del cultivo de la caña de azúcar combustible y madera se trasladaron más lejos,
(que requiere procesamiento in situ) fue posible las tierras se agotaron, las hierbas y plagas pro-
en el modo de producción capitalista solamente liferaron– y esto debilitaría las condiciones para
debido a que las oportunidades para la acumu- el propio beneficio local. (Por consiguiente, los
lación por apropiación fueron muy numerosas nuevos complejos productivos regionales, donde
en comparación con los restantes competidores. había buena tierra, abundantes bosques y acceso
Por ejemplo Madeira, como zona de frontera, a mano de obra barata, pudieron llegar a ser
sustituyó la producción de azúcar chipriota en preferentes mundiales). Estas condiciones no
los mercados europeos a finales del siglo XV. fueron sólo biofísicas; prosperó cierta escasez
A lo largo de los tres siglos sucesivos, las áreas debido a la interrelación de la resistencia de la
azucareras se trasladaron inexorablemente: clase trabajadora, las transformaciones físicas,
desde Madeira hasta Santo Tomé en los años los flujos de capital y la fluctuación del mercado.
40 del siglo XVI; de Santo Tomé a Pernambu- A través de la longue durée de comienzos
co, y de ahí a Bahía en las décadas de 1580 y del capitalismo moderno, en fronteras de mer-
1630 respectivamente; y finalmente, hasta las cancías tan diversas y alejadas como las zonas
islas caribeñas en la segunda mitad del siglo
XVII, comenzando por Barbados y terminando
pesqueras del Mar del Norte, la maderera de
Noruega, la azucarera brasileña, la extracción 21
en Cuba durante el largo siglo XIX. Cada uno de plata de Perú y los cereales de Polonia, una
de estos movimientos tendió a incrementar la sucesión de regímenes comerciales alcanza-
escala de producción y nuevas organizaciones ron la primacía estratégica en la acumulación
productivas aspiraron a expandir sus oportuni- mundial durante 50–70 años, produciendo su
dades de acumulación por apropiación. relativo declive con la misma velocidad. Luego,
Básicamente, la transformación basada en el las bonanzas regionales no terminaron por lo
valor de las fronteras productivas –desde Bahía general en un colapso absoluto o retroceso de
hasta el Báltico a principios de la era moderna la producción mercantil –como en el caso de
(Moore, 2010a, 2010b)– no sólo crearon los la larga crisis europea del siglo XIV. Más bien,
nuevos patrones de un cambio regional vertigino- las regiones productoras de azúcar, madera o
samente acelerado, a través de los cuales la rápida plata se convirtieron, a lo sumo, en fronteras
apropiación aseguraba prosperidad comercial, la mercantiles de segundo grado– Potosí sigue
quiebra después, sino también la presión rápida- produciendo plata hoy en día. De este modo,
mente generada y renovada para expandirse geo- la sucesivas expansiones de fronteras de apro-
gráficamente hacia nuevas fronteras de mínima piación de Amberes, y Ámsterdam –finalmen-
productividad y efectiva resistencia. te ampliadas desde Bahía al Báltico y la zona
En torno a esta estrategia de la frontera de especias de las islas del sureste de Asia– no
de mercancías, las primeras tentativas de pueden comprenderse solamente en términos
avance hacia el modelo de producción capita- de aumento de la demanda de materias primas
lista después de 1450 produjeron dos rupturas y grano (Moore, 2010b). El crecimiento del
mundiales históricas de gran importancia. mercado del mundo moderno no sólo conlleva
En primer lugar la riqueza biofísica –desde el aumento de la demanda, sino que también
los bosques, campos, minas y clases trabaja- implica un régimen ecológico mundial que
doras– sería extraída del modo más rápido socava las condiciones socio-ecológicas ne-
posible y orientada hacia una producción y acu- cesarias para satisfacer dicha demanda. Para
mulación centradas en lo urbano. En segundo mantenerse a la cabeza –mientras la capitaliza-
lugar, la aceleración de las contradicciones so- ción amenaza con abrumar la acumulación con
cio-ecológicas en los complejos de producción apropiación (Moore, 2011a)– el capital requiere
laberinto nº 38 / 2013
Cada gran era del desarrollo capitalista depende apropiación. Por consiguiente, la consecuencia
de la nueva aparición de estos cuatro productos en todo el sistema, del aumento de la intensidad
baratos, a los que yo llamo «los Cuatro Baratos» de capital –la tendencia de la tasa de beneficio
(Moore, 2012). a caer– podía compensarse a través de nuevos
De esta manera, la apropiación máxima modelos de acumulación por apropiación.
representa el momento histórico de máxima Mediante la radical aceleración de apropia-
reducción de la composición en valor sobre el ción –captada en cualquier manera de espacio
curso de un círculo de acumulación dado. Al cerrado, colonial y metropolitano, nuevo y
respecto, nos podemos beneficiar si retomamos antiguo– el capital podía mejorar la producti-
el punto de vista fundamental de Marx de que vidad laboral mientras reducía (o limitaba) la
la fertilidad del suelo podía «actuar como un tendencia creciente de la composición en valor
incremento del capital fijo» (1973: 748). Por productiva. (La composición técnica de pro-
supuesto, Marx comprendió que la fertilidad ducción –la maquinaria y las materias primas
de la tierra en la agricultura inglesa no era tan relacionadas con el trabajo– podía aumentar
natural (fija) como Ricardo pensaba; la fertili- sin debilitar el índice del beneficio). La observa-
dad del suelo podía aumentar mediante la apli- ción de Marx podría ser fácilmente aplicada a
cación de fertilizantes como capital circulante todas las maneras de «fertilidad» extra-huma-
(Marx, 1963: 162-163). Mas donde la fertilidad na –¡pero también humana!: la estrategia capi-
del suelo existió anterior al desarrollo de la talista de la frontera de mercancías ha preten-
agricultura capitalista, los beneficios inespe- dido apropiarse, en el largo plazo histórico, de
rados de la apropiación máxima podían hacer
historia. Las fronteras americanas de grano
las capacidades biológicas y de las distribucio-
nes geológicas de la Tierra en un esfuerzo por 23
del siglo XIX se apropiaron de «los nutrien- reducir composición en valor de la producción,
tes acumulados por la naturaleza a lo largo de y controlar así la tendencia hacia el descenso de
cientos de años», y cuando se combinaron con la tasa de beneficio.6
la granja de capital intensivo familiar, se revo- Cuando las oportunidades de acumulación
lucionó no sólo el capitalismo americano sino por apropiación se debilitan, podemos esperar
que también se enviaron torrentes de comida ver un profundo cambio de soluciones espacia-
barata a Europa (Friedmann, 2000: 492; Moore, les a temporales (Harvey, 1998), pasando de la
2002b). Igual que con el azúcar, aquí también apropiación del espacio a la colonización del
vemos la precoz combinación de la innovadora tiempo: precisamente la gran fuerza de la finan-
producción industrial con la acumulación por ciarización neoliberal.
6. Como ya he comentado antes (Moore, 2011a), considero la «ley más importante» de Marx –la tendencia
hacia la tasa decreciente del beneficio- como una propuesta histórica amplia sobre las dinámicas durante los
primeros años del capitalismo, y no directamente como un descripción empírica de las crisis de acumulación en
este u otro momento de la historia del capitalismo.
laberinto nº 38 / 2013
Bibliografía
Jason W. Moore
21
I. Los orígenes del capitalismo: el privilegiar una forma mercantilizada de la na-
valor como manera de organiza- turaleza humana (la productividad del trabajo)
como indicador de riqueza, y por lo tanto, tratar
ción de la Naturaleza al resto de la naturaleza como una vasta zona
Debemos recordar los 23 puntos de las de apropiación. Suelos, bosques, arroyos -¡por
transformaciones de la tierra y el trabajo con no hablar también de las sociedades campesinas
las que comenzábamos el artículo. Mi deseo, del Nuevo y Viejo Mundo!- pueden ser movili-
en lo que sigue, es desarrollar las relaciones y zados al servicio del los proyectos de desarro-
condiciones subyacentes al origen del capitalis- llo de la productividad del trabajo y asimismo
mo desde una perspectiva ecológico-mundial. aumentar la masa de plusvalías.
Podría comenzar por afirmar lo que puede ser Tal interpretación nos conduce directamen-
obvio después de leer nuestro listado: las trans- te al valor como una manera de organizar la na-
formaciones del movimiento de la Tierra co- turaleza. Esta cuestión ha sido tratada teórica-
rrespondientes al periodo 1450-1750 sobrepa- mente (Burket, 1999) – pero casi nunca puesta
saron la escala, la velocidad y la capacidad de a trabajar históricamente – en la ecología
las civilizaciones premodernas, frecuentemen- marxista. Aunque eliminada, aparentemente, de
te por un orden de magnitud. Lo que le tomó la cuestión del movimiento de la Tierra, la teoría
a las centurias de civilización feudal lograr en del valor de Marx ilumina la lógica subyacente
regiones particulares – como sería la Europa del la tendencia histórica del capitalismo hacia
del Este del Elba (Bartlett, 1993)- el orden ca- la simplificación radical de la tierra y el trabajo.
pitalista emergente lo cumplió en unas cuantas Esta tendencia de simplificación radical ha sido
décadas. ¿Cómo se explicaría este extraordina- identificada por los investigadores de historia
rio cambio ecológico-mundial? Volvamos a la ambiental (e.g. Worsters, 1990), pero mal reco-
sobresaliente observación de Marx, que la ferti- nocida como una consecuencia de la creación de
lidad del suelo puede actuar como un incremen- mercados en lugar de una expansión de la repro-
to en capital fijo. El genio del capitalismo fue a ducción de las relaciones de valor.
forma que la mercantilización fuera privilegia- mente porque «Europa» ella misma es fácilmen-
da, aunque sólo fuera levemente, sobre la terri- te cosificada. Comencé señalando el desarrollo
torialización. Desde ese punto en adelante – al interno de Europa como atado dialécticamente a
rededor de 1500 (más temprano para Portugal) los desarrollos externos y a la retroalimentación
– la expansión europea privilegió las relaciones proveniente de éstos. Tal aproximación podría
mercantiles. Las guerras no resolvieron la crisis unificar los grandes movimientos de expansión
subyacente del excedente agrario que comenzó colonial de ultramar con la transición al capi-
al final del siglo XIII, y las guerras se adaptaron talismo en la Europa occidental (e.g. Moore,
a las leyes de la competición económica en un 2010a, 2010b) - dos movimientos cubiertos
sentido moderno. Si nos preguntamos por qué la por historiografías particulares, pero rara vez
República Holandesa y no el Impero Español fue unificados en un marco analítico coherente.
la gran superpotencia del siglo XVII sólo nece- Podemos enfatizar dos dialécticas dentro de la
sitamos tener en cuenta la desindustrialización amplia unidad histórico-mundial de un capita-
de Castilla y la precoz industrialización de la lismo emergente. Había, en primer lugar, una
República, lo que Marx llamó «la nación modelo dialéctica interna en Europa a través de la cual
capitalista del siglo XVII» (1977: xxx). Con el entran en pugna capitalistas, estadistas, señores
tiempo España se agotó financieramente por feudales, y agrupaciones campesinas que se en-
las guerras; el modelo de nación capitalista no contraban en una especie de callejón sin salida a
(Moore, 2010b). Dada la correlación de fuerzas lo largo del siglo XIV. El statu quo anterior de la
de clase en Europa oriental y las capacidades era dorada del feudalismo no pudo ser restaura-
24 tecnológicas de la época, un nuevo régimen glo-
balizante de producción y reproducción emergió
do, pero tampoco eran las condiciones idóneas
para algo parecido a una rápida transformación
de la única estrategia que pudo establecer una capitalista (Moore, 2003a, 2003b, 2007, 2013,
nueva base para la acumulación del excedente Wallerstein, 1974). Lo que realmente desestabili-
de riqueza a gran escala: una estrategia basada zó la situación fue la persistencia y la intensifica-
en la expansión geográfica interminable de la ción de las dinámicas competitivas, sobre todo,
producción e intercambio de mercancías. entre y dentro de los estados, señores feudales y
La estrategia de la frontera mercantil, como capitalistas.Esta intensificación transformaría la
ya indiqué, no era sólo una estrategia de produc- convivencia entre el capitalismo y el feudalismo
ción sino también un régimen demográfico que en algo insostenible, a la vez que magnificaba las
distinguiría el capitalismo de todas las civiliza- contradicciones entre ambos dentro de Europa.
ciones que lo precedieron. La expansión global (Esto era, entre otras cosas, la raíz principal de
permitió una salida de los ciclos premodernos de la «crisis general» del siglo XVII).
auges y caídas, donde la efervescencia comercial A continuación surgió una segunda dialéc
invariablemente dio lugar a crisis sistémicas tica, entre estas contradicciones internas y las
demográfico-ecológicas (Goldstone, 2002). externas, en las tierras (las fronteras de las mer-
Estas crisis sistémicas demográfico-ecológicas cancías) de las Américas. A falta de estados
no se materializaron en los siglos siguientes a poderosos o campesinado insurgente, las
1450, incluso cuando el cambio climático y los Américas proveyó un terreno fértil para precisa-
problemas económicos se combinaron en la mente una especie de rápida transformación ca-
«crisis general». En contraste con la larga crisis pitalista, que era imposible dentro de Europa –
del siglo XIV, no ocurrió ninguna crisis fun- con la excepción de la precoz revolución minera
damental de acumulaciones, y la mercantiliza- y metalúrgica del «primer» siglo XVI en Europa
ción, lejos de retroceder, se extendió aún más central. Pero aquí está el problema. La extensión
lejos. ¿Por qué era el capitalimos temprano tan de las relaciones mercantiles a las Américas,
diferente? En pocas palabras, por la frontera de nuestra «dialéctica externa», fue motivada en
las mercancías. parte por las contradicciones inmanentes en
Desde la óptica de la frontera de mercancía, la articulación inestable de las dinámicas se-
yo vi el auge del capitalismo como un proceso, ñoriales y capitalistas en el corazón de Europa.
a la vez, contenido y no en Europa – especial- Al mismo tiempo, la globalización de las rela-
El auge de la ecología-mundo capitalista (II)
ciones mercantiles hacia la costa oeste atlántica el truco, sino más bien la manera específica en
generó un conjunto distintivo de contradic- que fue recibido por, y reformó a, los paisajes
ciones «modernas», entre ellas las recurren- del mundo atlántico mediante la frontera de
tes crisis de sobreproducción y el agotamiento las mercancías. El capitalismo como un modo
de las naturalezas humana y extra-humana, es de acumulación de riqueza (según la visión de
decir, trabajo y tierra. Éstas (y no sólo éstas) Braudel) estaba ciertamente desarmado sin su
sirvieron un potente cocktail de antagonismos modo distintivo de producción de espacio y na-
capitalistas, reforzardas por, y al mismo tiempo turaleza. El momento externalizador es central
transformando, las contradicciones internas en si queremos entender por qué la expansión
Europa. Fue una mezcla inusual que necesitó de europea continuó, continuó, ¡y continuó!
oleadas recurrentes de expansiones geográficas. Estados, mercaderes, hacendados, ganaderos,
Como consecuencia, la expansión geográfica del agricultores y villanos granjeros, ingenieros
capitalismo temprano permanece desconectada civiles, jesuitas, propietarios de minas, ad-
de los momentos «internos» de la transición ca- ministradores coloniales, élites políticas
pitalista, tal que los esquemas coloniales de las indígenas y muchos otros – todos se quedaron
fronteras de mercancías del Nuevo Mundo y los atrapados cada vez más y de manera desigual
esquemas de la agro-manufactura de la trans- dentro de (y a la vez ayudaron a reproducir en
formación europea quedan mecánicamente escala ampliada) un sistema-mundo competi-
vinculados, en vez de dialécticamente unidos a tivo y despiadado que cada vez más definía la
través de los circuitos globalizadores del capital participación en el juego en términos de pro-
y del poder.
Este marco conceptual nos ayuda a explicar
ducción de mercancías, y acceso a riquezas y
poder que fluyó de él (Wallerstein, 1974; Wolf, 25
por qué la expansión europea encuentra su 1982; Moore, 2003a, 2003b).3
carácter epocal en la globalización de las rela- En el largo siglo XVI la acumulación de
ciones mercantiles. La tradición de la sociolo- capital ordenó la incesante apropiación de la
gía histórica, yendo de Marx y Weber a Tilly y tierra y trabajo extra-capitalista en la forma de
Wallerstein2, enfatiza las condiciones competi- mercancías – por lo normal, aunque no siempre,
tivas y conflictivas del bajo medioevo europeo fuera de Europa. No es menos importante que
– en y entre estados, capitales, y clases – como estas naturalezas apropiadas fueran puestas
centro del auge del capitalismo. a trabajar al servicio de la generalización de la
Yo añadiría un giro geográfico a la historia producción e intercambio de mercancías, au-
convencional. Las dinámicas competiti- mentando la productividad del trabajo. Pues el
vas internas de la Europa del bajo medioevo, genio del capitalismo en su auge no fue la mera
dinámicas esencialmente premodernas, mercantilización, sino el reclutamiento forzoso
motivaron la expansión de ultramar de manera de los sectores no-mercantiles en la generali-
tal que se constituyeron regímenes coloniales zación de las relaciones mercantiles. (Conside-
centrados en la producción de mercancías. Una remos por ejemplo los impuestos coloniales al
vez que estas dinámicas competitivas encon- trabajo y a los alimentos de las comunidades
traron una salida externa en la globalización indígenas). Un horizonte lleno de tierra que
de las relaciones mercantiles y éstas fueron tomar – es decir, relativamente libre de las
implantadas en los paisajes extra-europeos, economías y ecologías imperiales y morales
el impulso para explotar la tierra y el trabajo capaces de creciente resistencia efectiva (ésta es
se hizo incesante, un giro inusual en el curso la principal diferencia entre Afro-Eurasia y las
de la historia mundial. Entonces, no fue el Américas) – era necesario aunque no condición
impulso de comercialización solo el que hizo suficiente, para el nacimiento del capitalismo.
2. Respectivamente, Marx, 1977; Weber, 1961; Tilly, 1990; Wallerstein, 1974, 1992.
3. Por supuesto, lo que hemos estado llamando el momento externo del capitalismo emergente aparece
como un momento interno desde la perspectiva de la frontera.
laberinto nº 39 / 2013
tividad, ni mucho menos para revertir el estan- medida por inundar el país con comida barata
camiento agrícola a largo plazo. A pesar de que y con trabajo barato. El estancamiento agrícola
se suele hablar del agotamiento del suelo como no se confinó en Inglaterra, y la productividad
si fuera cuestión de propiedades biofísicas estas flaqueó, las desigualdades aumentaron, y los
propiedades sólo adquieren significado a través precios de la comida aumentaron a lo largo de
de la relación señor-siervo, el centro gravitacio- la ecología-mundo atlántica en ese momento.
nal del feudalismo. Los límites del feudalismo El aumento de los precios amenazó el auge del
eran históricos y relacionales, no absolutos y capitalismo industrial, como Ricardo observó
externos. El agotamiento del suelo inscrito en en ese momento. En Inglaterra, los precios de
esta crisis civilizacional fue una contradicción la comida se incrementaron cuatro veces más
fundamental – porque la productividad de la rápido que el índice de precios industriales
tierra era decisiva para la extracción de exce- de finales del siglo XVIII (O’brien, 1985: 776)
dentes – pero sólo una irritación menor para – un momento clave en la crisis ecológica de-
el orden capitalista que llegaría después, pre- sarrollista. El aumento desorbitado del precio
cisamente porque la tierra se convirtió en un del pan en Francia contribuyó a los problemas
activo fungible y desechable. ¿Se agota la tierra? ya existentes y a los eventos de 1789. (¿Atisbos
Nos movemos a la frontera. Éste fue el lema de la Primavera Árabe?). La productividad
mostrado en el escudo de armas del capitalis- de la tierra se pudo haber incrementado pero
mo temprano. sólo a través de la intensificación del trabajo, y
La cuestión esencial es elemental, y sin esto consumiría el trabajo que la industria y el
embargo, rara vez llegan al meollo: los «límites
al crecimiento» son históricamente concretos. La
imperio necesitaban (Pomeranz, 2000; Moore,
2010c). La solución se encontró finalmente en 27
postura convencional es pensar la crisis ecológica dos grandes fronteras, produciendo dos grandes
en términos de disminución del flujo de subs- fuentes de excedentes «caídos del cielo». La
tancias: insuficiente comida, insuficiente com- primera frontera era vertical, moviéndose hacia
bustible. Pero debe ser más productivo pensar la Tierra para extraer el carbón. La segunda era
la crisis como un proceso a través del cual están horizontal, moviéndose a lo largo de la Tierra
tomando forma maneras fundamentalmente para producir trigo, especialmente en Norte
nuevas de ordenar la relación entre los humanos América. Cuando otra «Gran Depresión» llegó
y el resto de la naturaleza. De hecho, hay un pa- en 1870, la industrialización rápida de la época
ralelismo sorprendente entre nuestra situación fue posible sobre la base de comida barata,
actual y una Europa amplia ampliamente feudal aportada por el trabajo cooperativo de ambas
en 1300: el régimen agrícola, una vez capaz de un fronteras, con hambrunas masivas en el sur de
notable aumento de la productividad, se estancó; Asia y China y genocidio en Norte América
un porcentaje creciente de población vivía en como contrapunto civilizacional.
ciudades; expansivas redes de comercio conecta- ¿Es la consiguiente Gran Recesión del siglo
ban centros económicos remotos, y flujos epide- XXI la última en una larga lista de crisis de-
miológicos entre ellos; un cambio climático (la sarrollistas que el capital ha transcendido, o
«Pequeña Edad del Hielo») tensó un ya sobreex- es un punto de inflexión epocal? Vale la pena
tendido orden agro-demográfico; una extracción recordar la singularidad de la no tan lustrosa
vital de recursos, especialmente plata y cobre, época dorada del liberalismo. En contraste
encaró nuevos cambios geo-técnicos. con las edades de oro americana y británica en
La segunda forma de crisis ecológico-mun- mitad del siglo XX y en mitad del XIX, la era
dial es desarrollista. Estas crisis marcan la tran- comprendida entre 1983 y 2008 no se construyó
sición de una fase del capitalismo a otra. Una sobre una revolución industrial de la producti-
crisis desarrollistas ocurrió después de 1763 y vidad del trabajo. ¡Justamente lo contrario! Las
no pudo ser resuelta hasta después de 1815. La fábricas robotizadas del futuro ampliamente
temprana Revolución industrial también marcó anticipadas en los 70 nunca llegaron a materia-
el fin de la revolución agrícola que hizo posible lizarse. El futuro se ha convertido en un mundo
la industrialización de Inglaterra – en gran de maquiladoras, superpoblación, doctrinas del
laberinto nº 39 / 2013
Bibliografía