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2 El Moscóforo

• Actividad artística: Conjunto escultórico de bulto redondo


• Título:: El Moscóforo
• Localización: Museo de la Acróplis, Atenas
• Estilo: Arcaico
• Cronología: principios del siglo VI a. C.
Análisis técnico y formal: Nos encontramos ante un conjunto escultórico
de bulto redondo, pese a que prima, como en casi todas las esculturas arcaicas,
la visión frontal.
Un hombre porta sobre sus hombros un ternero. Hombre y animal formal
un bloque compacto.
La cabeza del animal se inclina hacia el espectador, sus patas
firmemente retenidas por los brazos del hombre, se cierran en V sobre el torso
del hombre. Llama la atención la visión naturalista y el exceso de detallismo
que reproduce la cabeza, morro, orejas, patas y cuarto trasero del animal en
donde se observan los tendones del animal. Detallismo que recuerda a los
tallados de animales realizados en el ámbito mesopotámico.
Sin embargo, frente al naturalismo en la representación del animal, el
hombre aparece sumariamente labrado, recordando y reproduciendo el
modelo de los “kuros”.
Su cabeza representa un modelo de kuros más avanzado en el que los
ojos han suavizado sus formas almendradas, no aparecen tan acentuados los
arcos superciliares, y los labios se curvan de forma más marcada, con una
clara sonrisa arcaica, de modo que los pómulos se hinchan y señalan; sus
cabellos, con rizos estilizados, al modo mesopotámico, adherido al casco
craneal, entre sus rizos no penetra el aire. El torso, extremidades aparecen
sumariamente señalados, casi levemente separados, independizado del bloque
pétreo original. Un leve velo cubre el cuerpo y acentúa la unidad del conjunto.
En sus extremidades las piernas se separan y una se adelanta sobre la otra
hacia el espectador, para así marcar la vida, el movimiento.

• Comentario:
De nuevo nos encontramos ante una representación de época arcaica
griega que recuerda al modelo del “kouros” en la representación de un joven
desnudo, talado con formas sucintas, geométricas en sus formas anatómicas.
Nos encontramos ante un conjunto escultórico de bulto redondo, pese a
que prima, como en casi todas las esculturas arcaicas, la visión fontal.
Un hombre porta sobre sus hombros un ternero. Hombre y animal formal
un bloque compacto.

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La cabeza del animal se inclina hacia el espectador, sus patas
firmemente retenidas por los brazos del hombre, se cierran en V sobre el torso
del hombre.
Llama la atención la visión naturalista y el exceso de detallismo que
reproduce la cabeza, patas y cuarto trasero del animal; detallismo que recuerda
a los tallados de animales realizados en el ámbito mesopotámico.
Este modelo de hombre portando un carnero se convertirá en un modelo
cuya iconografía será aprovechada por el arte Paleocristiano, realizándose una
transgresión cultual simbolizando en este nuevo contexto cultural en una
representación del “Buen Pastor”. Modelo de gran éxito en dicho período.

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