Está en la página 1de 3

BY  

LA ES CO LA RIDA D H OY  P OS TED ON O CT 7, 2018

La Teoría y sus corolarios en la


enseñanza ¿La Teoría se aprende?
 

Rita Segato Conferencia “Pedagogías y contra pedagogías de la crueldad.


Facultad de Filosofía y Letras UBA.

En este texto exponemos la parte de la Conferencia en  dónde la autora se


refiere a su enfoque acerca de la teoría y sus corolarios en la enseñanza. ¿La
teoría se aprende?

Rita Segato

Una temática que me gustaría abordar en principio es la referente a la Teoría.  Podría


afirmar con seguridad que no se puede actuar en la práctica sin tener un pie en la teoría.

He podido observar, durante muchos años como profesora, sobre todo en los posgrados
en que los actué, que los alumnos que estaban en la gestión, en el activismo en sus
diversas formas o en las ONG ,  en algún momento necesitaban volver a pensar , ya que
la mera acción sin el anclaje en el pensamiento generaba un accionar que  les producía
la sensación de  dar vueltas en círculos.  La imagen que al final obtuve de los alumnos
que llegaban a mis clases es que experimentaban  cierto hartazgo de este accionar en
círculos, en especial los adultos,   que se producía por esta falta de “pensar”.

¿ Porqué?  Y esto es muy importante, por la necesidad de “nombrar” y de autorizarnos a


nombrar a nosotros mismos. Y que aquí viene el problema con la teoría, que es el hecho
de considerar que la teoría se aprende,  el cuál apunta al error tan grande que
cometemos siempre los profesores en nuestras universidades, y que fue lo que me llevó
a salirme  de este camino,. Cuando uno dice aprender teoría, es un subtexto que implica
aprender lo “ ya pensado” y cuando decimos “lo ya pensado” aludimos a lo que ha sido
pensado en otro lugar.

Entonces, eso es lo que llamamos teoría.  Y es un equívoco, ya que lo importante es


“dialogar” con lo “ya pensado”.  Primero  con lo ya pensado entre nosotros y después
con lo ya pensado en otro lugar.

A  la Universidad se viene para  volverse autor, autorizarse a nombrar,  crear nombres,
realizar una invención de nombres  y asi lograr nombrar aquello que no está
debidamente nombrado. A esto podemos denominar hacer teoría, que además tiene que
estar al alcance de todos. El profesor debe “ autorizar” a los alumnos, abrirles la puerta
para ser autores. Naturalmente que existe un rigor, no es el campo de la opinión, de la
doxa,  cuando colocamos un nombre tenemos que argumentar, darle entidad. Pero
existe otra particularidad, cuando creamos un nombre o una categoría lo lanzamos, lo
ponemos dentro de una botella y lo enviamos al mundo. Si el nombre cala, es decir, si el
nombre nombra algo que está en la experiencia de los otros, como lo consideran los
filósofos pragmatistas americanos, o en la sociedad o en algún grupo dentro de la
sociedad, inmediatamente ese nombre es acogido, es tomado y el utilizado, se instala,
aunque uno no haga absolutamente nada,  porque  la “verdad” es una negociación entre
interlocutores, siempre es necesario “el otro” para que exista una   verdad, no existen
verdades solipsistas, entonces el otro es indispensable, ya que es quien  valida lo que
decimos.

El intelectual hace es precisamente esto, genera una gran oferta de nombres, se esmera
por observar bien dentro de su campo lo que existe, que ocurre. Lo que no podrá
observar es el poder. Y esto es necesario destacarlo, ningún poder es observable.  En
estos pactos del poder, la negrura desconoce cómo pacta la blancura, las mujeres no
sabemos cómo pactan los hombres y de allí en adelante.

El poder puede si ser inferido por sus epifenómenos que son el reflejo de cómo actúa, en
qué lugar está, en qué consiste, que persigue, cuáles son sus intereses.  Asi, por una
cantidad de eventos dispersos que conectamos como lo hace un detective cuando arma
un rompecabezas, podemos llegar a deducir hacia dónde se dirige el poder.

Por eso la importancia de pensar, sin pensar nuestro trabajo se vuelve burocrático,
repetitivo, pongo como ejemplo el feminismo dónde su producen algunas expresiones
que se instalan y que son muy potentes como: a “nosotros nos matan por ser mujeres”
o “ crímenes de odio”, que si bien en su momento fueron grandes descubrimientos, hoy
pasan como a ser meros clichés que  repetimos sin examinarlos. Como todo está en
movimiento y se producen nuevas invenciones, siempre tenemos que volver rever las
fórmulas con que las que hablamos y  analizamos el mundo.

Entonces este es un movimiento teórico, que acompaña el viento de la historia, como


decía Anibal Quijano, a quien debo en gran medida este proceso de autorización que me
he dado,  debido al impacto que tuvo su figura desde la perspectiva teórica y su forma
de ver el mundo.

La Teoria , no es un campo muerto, un campo de fichaje, ni un campo de aprendizaje y


de repetición sino un campo de creación permanente al alcance de todos que consiste
en la posibilidad de  nombrar la realidad,  y al decir esto me refiero a producir conceptos
y categorías “teoricas”. Y esto es mucho más accesible a lo que normalmente ocurre
con los docentes ya que muchos se limitan solamente a enseñar,  el docente es un
reyezuelo en su pequeño reino, desde el cuál  puede derivar su pequeño gozo obsesivo
sobre la gente que se tiene que sentar en su clase obligatoriamente.

 Y aquí cabe resaltar las consecuencias de la agenda evaluadora que comienza a


aplicarse en 1998,  ya que este hecho hace de que se instale el productivismo y la
cuantificación, en dónde  la cantidad anula a la calidad de lo que escribimos, el
productivismo entonces pasa a producir  profesores ,docentes, posgraduados e
investigadores, que aprenden a fraudar, es decir a escribir siete artículos que dicen
exactamente lo mismo con sinónimos. Pero la consecuencia más importante del
productivismo es que ha conseguido que dejemos de conversar y de generar
pensamiento en conversación.

Cuando quieran discutir la agenda evaluadora y deseen contestarla, tengan en cuenta a


un autor, Benedict Anderson, sin el cual es imposible escribir cualquier texto sobre la
Nación, quien desee  escribir sobre la Nación no podrá hacerlo sin citar su texto
“Comunidades Imaginarias”.

Tenemos una guerra que todavía no está librada  contra la Agenda Evaluadora Global,
que nos ha impuesto versiones que hemos acatado sin ningún cuestionamiento.

También podría gustarte