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Apostol Santiago
Apostol Santiago
Oración inicial
Señor Jesús, Amigo fiel, gracias por este nuevo día que me concedes. Gracias también
por este momento de encuentro en el que me das la ocasión de alimentarme de tu
palabra de vida. Hoy, que recordamos a Santiago, uno de tus 12 apóstoles, te pido que
me ayudes a vivir el camino de la humildad y del servicio con generosidad.
Acto penitencial
Padre Bueno, te pido perdón por todas las veces en que me he alejado de Ti. Sé que tu
amor es siempre más grande que la dureza de mi corazón. Confío en que me amas y en
que me perdonas, y tengo puesta mi esperanza en que siempre estás conmigo.
Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “El que quiera ser grande, que se haga
servidor” (San Mateo 20,20-28)
“¿Qué quieres?”, le preguntó Jesús. Ella le dijo: “Manda que mis dos hijos se sienten en tu
Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. “No saben lo que piden”, respondió
Jesús. “¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?”. “Podemos”, le respondieron. “Está bien,
les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi
izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha
destinado mi Padre”. Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan
sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder
así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que
quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para
ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.
(Lee este breve texto que te ayudará a profundizar el sentido del Evangelio).
Hoy la Iglesia celebra la fiesta del Apóstol Santiago. El Evangelio de hoy narra la escena
en la que la madre de Santiago y Juan le pide a Jesús que sus hijos estén junto a Él, en
los primeros puestos. El Señor les da una lección, que es también una lección para todo
cristiano: el que quiera ser el primero que se haga servidor de todos. Es el camino del
servicio humilde lo que verdaderamente nos hace grandes.
Del apóstol Santiago —como dice el Papa Benedicto XVI— «podemos aprender muchas
cosas: la prontitud para acoger la llamada del Señor incluso cuando nos pide que dejemos
la “barca” de nuestras seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos
que él nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar
testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de la vida. Así,
Santiago el Mayor se nos presenta como ejemplo elocuente de adhesión generosa a
Cristo. Él, que al inicio había pedido, a través de su madre, sentarse con su hermano
junto al Maestro en su reino, fue precisamente el primero en beber el cáliz de la pasión,
en compartir con los Apóstoles el martirio».
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
Consagración a María
¡Gran Apóstol Santiago, familiar cercano de nuestro Señor y aún más cercano a Él por
lazos espirituales! Al ser llamado por Él entre los primeros discípulos y ser favorecido con
Su especial intimidad, tu respondiste con gran generosidad, dejándolo todo para seguirle
a la primera llamada.
También tuviste el privilegio de ser el primero de los Apóstoles en morir por Él, sellando tu
predicación con tu sangre.
Atronador en el entusiasmo en la tierra desde el cielo, te has mostrado defensor de Su
Iglesia una y otra vez, apareciendo en el campo de batalla de los Cristianos para derrotar
y dispersar a los enemigos de la Cruz, y llevar a los descorazonados Creyentes a la
Victoria.
Fuerza de los Cristianos, refugio seguro de aquellos que te suplican con confianza, oh,
protégenos ahora en los peligros que nos rodean.
Que por tu intercesión, nuestro Señor nos conceda Su Santo Amor, filial temor, justicia,
paz y la victoria sobre nuestros adversarios, tanto visibles como invisibles, y sobre todo,
que un día nos conceda la felicidad de verlo y tenerlo con nosotros en el cielo, en tu
compañía y la de los ángeles y santos para siempre.
Amén!
Te ruego que alientes mi empeño para que no caiga en la flaqueza que dan las
labores inseguras, ni en el dolor que provoca la ausencia de energía. Bendice Señor
mi existencia con la fuerza del guerrero, mas no luches tú por mí.
Dame tan solo un estandarte que yo convertiré en idea, otórgame únicamente una
luz, que yo sabré convertir en faro de mis actos, dame pues, la fuerza que yo, con tu
energía, multiplicare en ejércitos de voluntades”.