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una razón instrumentalizada que se compagina con intereses del poder instalado y
que frena posibilidades de crítica y de transformación social. De allí la necesidad de
una crítica autoconsciente y el interés por promover un pensamiento abierto a
posibilidades de cambio y emancipación que enfrente la dependencia de la realidad
a hechos y leyes universales impulsadas por la racionalidad científica tecnológica:
“la escuela de Frankfurt no solo rompió con las formas de racionalidad que unían
ciencia y tecnología en una nueva forma de dominación, sino que también rechazó
todas las formas de racionalidad que subordinan la conciencia y acción humanas a
los imperativos de leyes universales.” (Giroux, 2011, pág. 27) En esa línea, la
perspectiva crítica enfrentó la mirada unidimensional de la cultura, ajena a procesos
políticos y económicos y que excluía procesos históricos y sociales, al igual que los
sujetos inmersos en ellos. Con ello, daba significados diferentes a la cultura.
Hay en ello una mirada colonialista del pensamiento y una gran indiferencia
por las demandas de la realidad histórica, reflejadas en el rechazo de formas de
conocimiento alternativo y en la instalación de alternativas y procesos de
construcción de conocimiento subordinadas al orden dominante. Es una perspectiva
a espaldas de la realidad misma que anquilosa posibilidades de comprensión y de
construcción de conocimiento ancladas en la realidad socio-histórica y en los sujetos
inmersos en ella. Tal perspectiva lo que ha buscado precisamente es instalar una
única forma de pensamiento que en término de Alfredo Ghiso (1997) refiere ideas,
argumentos, conceptos, valores, y justificaciones que reflejan los intereses de
fuerzas económicas y políticas hegemónicas asociadas a grandes centros de poder
y a organismos multilaterales. Desde esa hegemonía, se silencia la realidad, los
sujetos, su dimensión social:
Así, el lugar del sujeto cobra cada vez más fuerza en la perspectiva crítica de
la investigación: “Frente a una metodología que cierra las puertas a los sujetos, sus
subjetividades y sobre todo a sus interpretaciones y valoraciones frente al
conocimiento, la perspectiva crítica abre las puertas a los sujetos que hacen parte
de los procesos a estudiar, entran sus historias, sus temores, sus interpretaciones”
(González, Aguilera y Torres, (2013, pág. 62). Se abre la puerta a un abordaje de la
realidad desde los sujetos mismos; se supera el afán de que la razón de ser de la
investigación es solo dar cuenta de lo investigado, cuando esta debe traspasar a los
sujetos y a la transformación de sí y/o de sus realidades.
Esta mirada crítica, propia para las ciencias sociales en general, tiene un gran
sentido y valor para el campo de la investigación educativa y por ende para
nuestra propuesta. Los aportes a este campo desde Carr y Kemmis son
importantes. Desde su mirada, el proceso investigativo depende, más que de
orientaciones metodológicas o técnicas específicas predeterminadas con precisión y
rigor, de la conformación de comunidades dialógicas, comunidades de diálogo y
construcción que ahondan en el sentido de sus prácticas y a partir de allí significan o
resignifican apuestas teóricas: refiriéndose a Carr, Méndez y Méndez (2007, pág.
5
25) señalan al respecto que “contra toda propuesta fundacionalista, sostiene que la
búsqueda teórica siempre es práctica y contextual, situada y delimitada por las
prácticas educativas e inseparable de los marcos normativos que rigen esas
prácticas”. La construcción de conocimiento educativo no viene de la teoría,
proviene de las prácticas mismas.
Abordar así el enfoque crítico lleva también a tener claridad de que el trabajo
es con hombres y mujeres concretas; es con realidades no dadas, sino dándose; es
con dimensiones subjetivas supeditadas a condiciones históricas de los sujetos,
más que a determinaciones de los sistemas de poder instaurados en muchas
lógicas modernas. El pensamiento crítico por tanto no tiene tipologías, tiene más
bien miradas y perspectivas que nos lanzan por otros caminos en torno a la
producción de saber.
REFERENCIAS