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ENSAYO EL ROL DEL PSICOLOGO SOCIAL COMUNITARIO

El rol del psicólogo comunitario se centra en actividades de campo con la comunidad, en

interactuar con las personas para ayudarlas a ser proactivas y autónomas, un trabajo en el

que se propende por mejorar la calidad de vida y el bienestar de las mismas. Para que

mediante esta ayuda los sujetos puedan asumir un rol más activo y autónomo en la

transformación de su realidad social. Groso modo se trata de intervenir como de prevenir

con un empoderamiento y promoción en la que participa el sujeto.

Se aborda el rol del psicólogo comunitario y los campos en los interviene como apoyo e

instrumento en las comunidades, con el fin de promover las buenas acciones y, propender el

cambio tanto en la manera de pensar como de actuar de las mismas, para su propio

beneficio y el de los demás.

Ahora bien, son muchos los campos en los que el psicólogo comunitario puede intervenir

socialmente y para este caso nos vamos a enfocar en el apoyo social a la parte educativa

como ente motivador de un grupo social de estudiantes que inician su formación

profesional en la UNAD.

En el ejercicio de su actividad profesional, el psicólogo social realizará funciones de: 1-

Atención directa: Ya sea individualmente o en grupo, se intervendrá con la población

objetivo en la evaluación, orientación y resolución de sus necesidades. Individualmente:

Valoración de capacidades, orientación individual, aprendizaje de competencias, etc.

Grupalmente: Intervención basada en grupos de autoayuda, escuelas de padres, programas

de prevención y sensibilización.
El rol del psicólogo comunitario es una actividad profesional nueva de la rama de la

psicología de la intervención social, surge para dar cumplimiento o ayuda a una necesidad

de los diversos contextos sociales, contando como marco teórico con los estudios

científicos adelantados en la psicología social, la antropología, la sociología y otras ramas

de interés social comunitario, así pues, la psicología comunitaria aparece por primera vez

en la década de los setenta, fue una gran movilización social teniendo como ganancia los

cambios a políticas oficiales de diferentes gobiernos.

Así pues, el objetivo principal del psicólogo comunitario desde mi percepción es trabajar

con grupos para mejorar o reconstruir sus habilidades sociales, ayuda mutua, trabajo en

equipo, y por sobre todo la participación ciudadana que no solo es un derecho sino un deber

como participantes en este número que es la vida social, además de la responsabilidad que

se tiene para con las nuevas generaciones ya que como dice el conocido adagio popular la

“la palabra enseña, pero el ejemplo arrastra”, asi que si los jóvenes ven a una generación

comprometida con el restablecimiento o cambio social es posible que el rol del psicólogo

comunitario empiece a ver germinar las semillas que planta en cada intervención que

realiza con la comunidad.

FUENTE: https://www.psicologia-online.com/los-modelos-teoricos-en-psicologia-

comunitaria-1503.html
MANEJO DE LAS EMOCIONES EN ESTUDIANTES DE PRIMER SEMESTRE.

En un análisis reciente del estado de la investigación educativa sobre las emociones, Pekrun

(2005) señala la escasa atención que han recibido las emociones en los procesos educativos

durante el siglo XX con dos notables excepciones: el estudio de la ansiedad relacionada con

la evaluación y el rendimiento (exámenes, tests, etc.) y el estudio de la relación entre

emoción y motivación relacionada con el éxito y fracaso académico (culpa, orgullo, etc.).

En su análisis, Pekrun reconoce el escaso conocimiento del que disponemos aún sobre la

ocurrencia, frecuencia y fenomenología de las emociones en diferentes entornos de

aprendizaje y, muy especialmente, en el aprendizaje online. El estudio científico de las

emociones desde una perspectiva educativa ha estado marcado por la miopía de la ciencia

del siglo XX a tratar las emociones como objeto de estudio. Las concepciones racionalistas

y empiristas dominantes en la ciencia moderna han derivado en una invisibilidad social y

científica de las emociones y, como consecuencia en una invisibilidad de metodologías

científicas y de modelos pedagógicos aplicados. En la última década, la irrupción de nuevas

concepciones científicas abre el camino para la investigación científico-educativa en este

campo. Teorías sociales como el feminismo y el postmodernismo han supuesto referentes

teóricos novedosos, que incorporan nuevas concepciones respecto a la persona y al acto

educativo con importantes derivaciones científicas en educación. Estas teorías han venido a

sustentar una concepción de la persona como ser histórico, construido socialmente en

interacción con los contextos sociales, lo que ha abierto la puerta al estudio e incorporación

de las emociones en los procesos educativos. La relación emocional con nuevas

herramientas y contenidos de aprendizaje supone una línea de estudio, especialmente


interesante en relación con el e-learning y la teleformación (Ekflides, 2006; Etchevers,

2005; Aires et al., 2006; Rebollo et. al, 2008). El estudio de las resistencias, actitudes y

emociones en relación con el uso de las tecnologías como recurso de aprendizaje se muestra

particularmente necesario para reducir los índices de abandono y fracaso que presentan los

modelos de e-learning. Especialmente ahora que, cada vez más, la calidad de la educación

se evalúa y mide a través de una gama de indicadores entre los cuales se contempla la tasa

de abandono prematuro de los estudios. En una revisión de estudios, Cabrera et al. (2006)

sintetizan algunos factores asociados al abandono prematuro de estudios: baja autoestima,

incapacidad para de- morar recompensas o superar obstáculos, escasa integración

académica y social. Otras investigaciones y estudios recientes sobre fracaso escolar desde

una perspectiva internacional sondean en las lógicas de inclusión y exclusión que

caracteriza la cultura escolar y entre otros factores asociados señalan cuestiones

relacionadas con la cultura de género y la regulación de las emociones. (Marchesi y

Hernández, 2003; Rebollo, Hornillo y García, 2006).

https://www.redalyc.org/pdf/916/91614102.pdf

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