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I.P.A.

– Especialidad Filosofía – 2º año

TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN FILOSÓFICA

pautas para
leer y escribir
filosofía
CIP-CEIPA – Ficha 13
Centro de Impresiones y Publicaciones del Ceipa - IPA

Prof. Carolina Pallas / Mayo 2003


índice
/pag.
Índice y Bibliografía /2
I- Introducción: /3 IV- El desarrollo de la tesis: /20
1- Principales Escritos 11- ¿Para quién se escribe?
Académicos en la investigación filosófica. 11.1 La estructura lógica
2- ¿Qué es un ensayo filosófico?. 11.2 Definiendo términos
3- La elección del tema. 11.3 Demostrando el dominio del material
11.4 Defendiendo su posición
II- La búsqueda y elaboración del Material: 11.5 Criticando un argumento
/8 11.6 Considerando posibles objeciones
4- Fuentes. 11.7 Estrategias argumentativas
4.1 Fichas bibliográficas ¿Cómo construir argumentos?
4.2 El uso de Internet 11.8 Excluyendo lo que no es pertinente
5- Reportes de Lectura.
V- La presentación formal: /25
5.1 Sistema de fichas
5.2 Resumen 12- Formato
5.3 Cuadro sinóptico 13- Citas y notas
5.4 Esquema 14- Bibliografía
5.5 Cuestionario 15- Índice
6- Cómo evitar el plagio 16- Gramática y estilo
7- Lectura de Textos filosóficos.
Cualidades de un buen ensayo /32
17-
III- Elaborar una tesis: /16 Repasemos los pasos ....
18- /33
8- Adoptando una posición ¿Cómo se evalúa un ensayo filosófico?
19-
9- Armando la estructura /34
VII- ANEXO:
IV- Empezar a escribir: /18 Abreviaturas Más Comunes. /35
10- Las subdivisiones
10.1 Elegir el título VIII- A Modo de Reflexión Final
10.2 Introducción ¿Qué puede enseñar el ensayo a
10.3 Desarrollo o cuerpo nuestra filosofía? Carlos Pereda. Revista
10.4 Conclusión Fractal Nº 18, México, julio-setiembre
10.5 Apéndice 2000./36
10.6 El primer borrador

El presente material fue armado en base a las siguientes fuentes:


ECO, UMBERTO: Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura. Gedisa, Barcelona, 1989.
BOTTA, MIRTA: Tesis, Monografías e informes. Nuevas normas y técnicas de investigación y redacción. Biblos, Bs. As, 2002.
IZUZQUIZA, IGNACIO: Guía para el Estudio de la Filosofía. Referencias y Métodos. Anthropos, Barcelona, 1989.
WESTON, ANTHONY: Las claves de la argumentación. Ariel, España, 1998.
En Internet:
 Guidelines on Writing a Philosophy Paper by James Pryor, Harvard Univesity, 23/08/2001.
http://www.people.fas.harvard.edu/~jpryor/general/writing.html (10 dic. 2001)
 On Writing Philosophy Papers by James Harold, Univesity of Minnesota, 15/01/2001.
http://www.tc.umn.edu/~harol006/paper.html#what (10 dic. 2001)
 The Columbia Guide to Online Style, by Janice R. Walker and Todd Taylor, Columbia University, 20/03/2000.
http://www.columbia.edu/cu/cup/cgos/idx_basic.html (10 dic. 2001)
 Tips on writing a philosophy paper, by Douglas W. Portmore: California University Northridge, 11 /06/2001.
http://www.csun.edu/~dp56722/tips.htm (10 dic. 2001)
 Research in Philosophy: A Guide for Students, by Michael S. Russo, Molloy College, 2001.
http://www.molloy.edu/academic/philosophy/sophia/research_in_philosophy.htm (10 dic. 2001)

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I- INTRODUCCIÓN
En estos papeles, que no intentan más que ser una guía para estudiantes de profesorado de
filosofía, no se pretende presentar un modelo completo, sino y particularmente una de las formas
de escritura filosófica: el ensayo. Creemos que la descripción de cómo se escribe un ensayo
filosófico le darán las pautas para cualquier otro tipo de trabajo.

Escribir un trabajo de filosofía permite desarrollar y practicar ciertas habilidades


indispensables para profesores de filosofía: (1) la habilidad de comprender,
reconstruir, y analizar argumentos filosóficos; (2) la habilidad de evaluar tales
argumentos críticamente; (3) la habilidad de defender persuasivamente sus propias
posiciones; y (4) la habilidad de articular sus pensamientos de una manera clara,
concisa, y bien organizada.

1- Principales Escritos Académicos en la Investigación


Filosófica.

Algunas formas típicas de escritura filosófica son:

 Monografía: es un estudio concentrado y restringido, con cierto grado de profundización de un


tema, un problema o un autor. Su objetivo es la profundización antes que el despliegue problemático
o temático.
Respecto al tema de la monografía conviene: sentir interés por él, que sea sencillo y que no esté
ligado con otro tema que se confunda o se complique; que esté claramente delimitado: que lo
entendamos con precisión conociendo sus límites; que sea pequeño en extensión –dejar los temas
más amplios para una tesis o trabajos de investigación de mayor envergadura-; y no es
indispensable u n tema absolutamente original. Cualquier tema claro y pequeño sirve para aprender,
si constituye un aporte al esclarecimiento de algún aspecto del objeto de estudio seleccionado.
Pasos a seguir: inicialmente se debe elegir el tema, adquirir la información básica y la elaboración de
un plan de trabajo. A lo largo del trabajo es necesario recolectar datos, ordenar e interpretar los
materiales, y en la redacción final se debe realizar una formulación coherente de argumentos y
precisa distribución de la exposición.

 Tesis: es un trabajo original, de una mayor extensión o importancia que la monografía. Resulta
muy dificultosa la elaboración de la tesis –que puede servir como título de grado y posgrado- si
alguien no se ha entrenado en la realización de monografías, pues son demasiadas cosas que hay
que aprender de golpe. Deben tener entre 120 y 400 páginas. Lo que la distingue de la monografía
es, cuantitativamente la extensión y cualitativamente la originalidad, que es una exigencia de este
tipo de trabajo.
La metodología es prácticamente la misma, sin embargo no debe convertirse una monografía ya
hecha, mediante una inflación verbal. Es necesario solicitar la asesoría, tutoría de la tesis a un
profesor experimentado en la materia.

 El comentario de texto: en realidad es una monografía que se encuentra dirigida por el texto a
comentar. Es la reflexión escrita sobre un determinado texto filosófico y que puede suponer, entre
otras, tres actitudes intelectuales previas: a) un «enfrentamiento» con el autor del texto o con un
problema o un determinado argumento o con una escuela de pensamiento; b) a veces ofrece la
posibilidad de exponer nuestro propio pensamiento, considerando el texto como un motivo para el
análisis completado con un riguroso discurso de tipo persona; c) un comentario de texto puede
estructurarse como comentario «filológico» o «filosófico»; una distinción que implica claras
diferencias de metodología y de alcance en el análisis del texto y su estructura lingüística u
conceptual.
Presentamos, a modo de sugerencia, algunos elementos que componen la elaboración de un
comentario de texto, como enumeración de tareas que pueden tener variaciones:
1- Lectura pausada y detenida del texto, que puede requerir repetición de acuerdo a la dificultad del

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texto y nuestra familiaridad conceptual con el mismo.
2- División y estructuración del texto en sus partes esenciales, precisando las diferentes partes de la
argumentación, siguiendo la secuencia conceptual del texto.
3- Decisión acerca del tipo de comentario de texto que va a redactarse, si es filológico, o del autor, o
de las soluciones al problema que trata o bien una combinación de estas. Es conveniente explicitar al
lector que tipo de comentario se va a realizar, y mantener una unidad a lo largo del trabajo.
4- Reconstrucción de la situación conceptual, de la significación general que puede tener el texto
para ser leído y analizado en la actualidad. Estando al inicio del comentario, constituye una
introducción a él, como rasgos formales del texto, situación y contexto del autor, etc.
5- Descripción precisa de la estructura conceptual del texto. Implica el análisis detenido de lo
realizado en el punto 2, la secuencia de conceptos, los problemas, etc.
6- Análisis detenido y organizado de la estructura de los problemas que aparecen en el texto y su
formulación. Para ello puede resultar conveniente incluir el análisis de los problemas presentado por
el autor, de la relación de los problemas con otros temas u otros problemas abordados por el autor
en otros textos, o con otros autores, o con otros problemas semejantes en diferentes áreas del
conocimiento. Este análisis supone manejar una cierta cantidad de información sobre el autor del
texto, sobre el problema y las relaciones que en torno al mismo pueden establecerse.
7- Análisis de los términos fundamentales y que tienen relevancia teórica para la comprensión del
texto.
8- Investigación bibliográfica sobre el texto y la argumentación presentada en el mismo.
9- Comentario crítico personal. Es la valoración personal y fundamentada del texto analizado o e
una parte del mismo.

 El Artículo especializado: tienen, en general, un carácter de difusión de un tema, problema, o


autor, más que de profundización de estos, aunque esto dependerá del tipo de revista de que se
trate –si es especializada o no.
En filosofía, las diferentes formas que puede tomar un artículo presuponen la finalidad que se
pretende conseguir con el mismo. Enumerando, sin intención dc agotarlos, los diferentes objetivos
que puede perseguir un artículo filosófico, podríamos distinguir los siguientes: anticipo de una obra o
publicación amplia; resumen de 1a estructura general de una obra que se está escribiendo;
comunicación dcl estado de una investigación determinada que se está llevando a cabo; comentario
monográfico acerca de algún aspecto de la obra o pensamiento de un autor importante, discusión
argumentada en , torno a un tema de actualidad filosófica (o una personal contribución a la discusión
del mismo); elementos provisionales que pueden ser el embrión de una obra más amplia; pequeño
estudio recapitulativo de la información bibliográfica y de la discusión técnica en torno a un tema,
autor o corriente de pensamiento determinados. Junto a todos estos objetivos, es necesario tener en
cuenta que un artículo debe presentar los datos de información más reciente en torno al tema
elegido: la actualidad y la brevedad son rasgos esenciales de todo artículo, aunque ellas sean
características de peculiar comprensión en la investigación filosófica.
Todos estos diferentes tipos de artículo exigen su propia metodología de elaboración, que tiene una
base común en la redacción de una monografía (con una estructura más recortada) y en la intención
u objetivo fundamental que estructura el desarrollo del artículo. Teniendo esto en cuenta, podemos
indicar algunos elementos de utilidad metodológica a la hora de escribir un artículo:
1. Seleccionar el terna del artículo adecuadamente. La selección del tema es especialmente
importante, dada la limitación de espacio que caracteriza un artículo. Es conveniente que el tema
elegido tenga actualidad; pero si se elige un tema ya clásico, puede informar acerca de cuestiones o
trabajos ya olvidados cuya importancia se considere interesante actualizar.
2. Elegir la forma del artículo y ser consecuente con ella a lo largo de la redacción. Siempre introduce
algunas diferencias el hecho de que el artículo sea una discusión, un argumento, un estudio de
conjunto, etc.
3. Un artículo suele presentar la forma de una monografía académica, aunque de forma abreviada.
Por ello, es necesario mantener las convenciones académicas de notas a pie de página y, en el caso
de que se considere necesario, bibliografía adicional.
4. Es conveniente que la estructura del artículo sea especialmente clara y concisa. Ello supone
elaborar un esquema de redacción previo, que sea riguroso. La concisión es uno de los rasgos
fundamentales de todo artículo, es convencionalmente aceptada, y debe mantenerse siempre. Ello
exige un importante esfuerzo de síntesis y, esquematización. Utilizar subrayados v otros medios para
resaltar los momentos fundamentales del artículo puede ayudar a la consecución de este objetivo.
5. Unido a los rasgos de estructura y concisión de todo artículo, es importante que éste se estructure
en torno a tres partes netamente diferenciadas desde el punto de vista formal: 1) una
«introducción», en la que se expone claramente el propósito del artículo con una indicación de su
contenido; 2) el desarrollo de la cuestión central que constituye el cuerpo dcl artículo, debidamente

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estructurada en secciones y parágrafos (cuando sea necesario); 3) conclusiones alcanzadas en el
artículo (que siempre deben encontrarse fundamentadas) y, en su caso, orientaciones para un
estudio futuro. Como puede advertirse, se trata de una estructura resumida de una monografía
académica; ya hemos advertido que en el valor de ese resumen reside la importancia del artículo.
6. Es importante que se acompañe al artículo de un bravísimo resumen o abstract del contenido del
mismo. Éste debe ser un resumen analítico de su contenido, que puede figurar en la introducción o,
lo que es más frecuente, se incluye al principio del artículo, claramente separado del mismo. Es ésta
una convención necesaria, internacionalmente exigida, que siempre resulta de gran ayuda para el
lector. El resumen debe ser siempre redactado por el autor del artículo. Si el artículo se envía para
su publicación (o si se presenta como comunicación en un congreso), es importante que se redacte
en castellano y en otro de los grandes idiomas occidentales (inglés, francés, alemán, italiano). Con
ello podrán tener una referencia del artículo investigadores que no lean castellano. Asimismo, suele
ser conveniente añadir a este resumen tres o cuatro palabras-clave que puedan identificar el
contenido de nuestro artículo de modo elemental. La exigencia del resumen y de las palabras-clave
es ya habitual en la presentación de un artículo a una revista internacional (o de una comunicación a
un congreso); es práctica exigida en otras especialidades, y se ha convertido en convención
requerida también en filosofa. Por otro lado, el resumen y las palabras-clave figurarán en
publicaciones especializadas dedicadas a analizar novedades bibliográfícas, y es importante que
éstas sean lo más exactas posible. Son, pues, datos que no deben omitirse nunca.
7. Dada la limitación de espacio que condiciona la redacción de un artículo y su limitación a un
tiempo determinado, es importante que en e1 mismo figure la fecha de redacción del mismo. Este
dato puede ser necesario para situar la información contenida en el artículo y es incluida en muchas
de las revistas especializadas, ya que suele transcurrir cierto período de tiempo entre la redacción
del artículo y su publicación).

 La Reseña Bibliográfica: también suele llamarse recensión y su diferencia estriba en la


amplitud, siendo la primera una breve noticia sobre los rasgos formales y analíticos de la obra.
Existen dos tipos fundamentales de recensión: 1) de tipo objetivo, limitada a situar la obra y su
autor, con una indicación del contenido de la misma, es como un “resumen analítico”, no incluye
valoración crítica. 2) recensión crítica: además de dar noticia de los rasgos esenciales de la obra, se
centra en una evaluación crítica del mismo.
Aunque pueden existir muchas formas diferentes de elaboración de una recensión, suele ser habitual
que ésta incluya los elementos que describimos a continuación. Todos ellos componen el proceso de
redacción de una recensión y constituyen una guía para su elaboración:
1. Lectura detenida de la obra que debe analizarse. Es importante que esta lectura se realice de un
modo activo, a la par que se obtiene la información que pensemos pueda utilizarse, como los datos
necesarios sobre el autor, su obra y el significado de ambos. Todo ello constituirá la base del trabajo,
y debe hacerse con cuidado y rigor.
2. Referencia bibliográfica completa de la obra analizada. Algunas veces, puede ser interesante -si se
trata de una obra reciente- indicar el precio de la misma.
3. Información sobre el autor de la obra. En esta parte de la recensión debe incluirse una noticia
breve acerca del autor, sus intereses, su formación, sus proyectos de investigación, otras obras
publicadas por el mismo y la relación que la obra que estamos analizando guarda con aquéllas,
etcétera. Se trata de presentar con coherencia al autor del ensayo a un público lector que no tiene
por qué conocerle con detalle.
4. Resumen objetivo y analítico del contenido de la obra, en el que deben incluirse: los rasgos
generales del libro y fines que el autor se propone con él (ordinariamente confesados en el prólogo o
introducción del mismo), la tesis fundamental de la obra (con los elementos adicionales que se crean
necesarios para su comprensión completa), una presentación general por capítulos del contenido del
libro (para ello suele seguirse el mismo orden expresado en cl índice analítico de la obra). Puede ser
conveniente, en esta fase, la introducción de breves citas textuales, que ilustren, con las mismas
palabras del autor algunos elementos fundamentales de la obra analizada.
5. Valoración crítica de 1a estructura. y contenido de la obra reseñada. Esta valoración puede
realizarse de muchas maneras, y siempre exige una fundamentación rigurosa y la explicitación
adecuada de los motivos de crítica (sea ésta positiva o negativa). Asimismo, conviene siempre
apoyarse en fragmentos de la obra o hacer referencia a determinados pasajes, de modo que
aparezca claramente que el autor de la recensión ha leído la obra analizada con detenimiento.
6. Observaciones puntuales acerca de algunos detalles de la obra, como pueden ser: manejo y
utilización de las fuentes y documentación por parte del autor, rasgos de la bibliografía utilizada,
datos materiales de edición e impresión, etc. Estas observaciones deberán incluirse únicamente en el
caso de que sean necesarias; esto es, de que puedan constituir orientaciones claras para el futuro
lector del ensayo.

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7. Conclusión orientativa acerca del valor y utilidad del trabajo reseñado, del lugar que puede
ocupar entre otras obras semejantes y del interés que puede merecer para el lector- y sus
necesidades específicas. Esta conclusión tiene un aspecto diferente al de la valoración crítica que
indicamos en el anterior punto, debe ser mucho más precisa y constituye el verdadero final de toda
recensión coherente.
Recordamos que en la redacción de una recensión deben seguirse las convenciones habituales
respecto al modo de citar y de una clara exposición de las intenciones del analista. En cualquier caso,
conviene siempre tener presente que el destinatario de una recensión es el futuro lector de la obra
analizada, y los esfuerzos que se hagan para orientarle son siempre el objetivo fundamental de este
tipo de trabajo.

 Comunicaciones a Congresos y Abstract: es un breve resumen de un trabajo, donde se debe


describir brevemente los objetivos, el contenido y las conclusiones de un trabajo presentado a un
congreso o de un artículo.

 Ensayo Libre: implica el examen de una argumentación filosófica, con sus problemas bien
delimitados aunque no necesariamente desarrollados hasta su solución. Hace intervenir el
comentario crítico de quien lo realiza y pone en juego las habilidades de lectura y escritura filosóficas
(lectura de comprensión, análisis, relatar y redactar, formular problemas, dar sentido y valor a los
mismos).

2- ¿Qué Es Un Ensayo Filosófico?

Uno de los trabajos académicos que con frecuencia se solicitan a los estudiantes es el ensayo.
Podemos describirlo como el comentario libre en torno a un fenómeno, un tema o un libro. La
libertad del enfoque del autor para escribir es grande, pero está obligado a mantenerse dentro
de los límites del rigor intelectual.

Los ensayos deben satisfacer las siguientes condiciones: variedad y libertad temática; poner a
prueba las ideas del ensayista; su propósito no es dar pensamientos hechos, sino hacer pensar;
es original; demuestra la madurez del ensayista (su experiencia intelectual); es subjetivo porque
representa una actitud del escritor, es una toma de conciencia individual.

Un ensayo es esencialmente una muestra de argumentos. Consiste en la defensa


argumentada de una afirmación o tesis. No puede consistir en informar sus opiniones o de otros,
deben defenderse, ofrecer razones sobre ellas.

El ensayo suele partir de una tesis que incluye juicios valorativos sobre el tema tratado. Un buen
ensayo revela siempre una tesis personal, una originalidad creadora y también es aquel que
en cualquier momento puede recuperar su andamiaje de citas y notas que constituye el aparato
crítico de la monografía.

A veces le piden al estudiante que exponga sus propios argumentos; otras se le pide que
presente argumentos de otros.
Hay dos tipos básicos de ensayos de filosofía: crítico y constructivo.

El ensayo crítico: es en el que analizamos los argumentos de otros. Se espera que aclaremos
las ideas y afirmaciones de filósofos; y que expliquemos cómo se justifican. Exigen una lectura
muy cuidadosa del autor y debemos explicar el significado de todos los términos especializados
que él usa. Debemos dejar claras las premisas y la conclusión de sus argumentos, después se
puede realizar una crítica a sus argumentos (poniendo en duda la verdad de algunas de sus
premisas o cuestionando que la conclusión se sigue de las premisas). Luego intentaremos dar
una contestación en nombre del autor. ¿Es esa contestación adecuada? ¿Por qué sí o por qué
no?

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El ensayo constructivo: en general es más difícil de escribir que el trabajo crítico, implica más
originalidad. Debemos exponer nuestros propios argumentos
sobre un tema. Esto significa, en primer lugar, que tengamos
una tesis a defender, debiendo explicar por qué se debe aceptar
dicha tesis; cómo su conclusión se deriva de esas premisas.
Finalmente, consideraremos posibles objeciones y dudas sobre
nuestro propio argumento.

Hay otros tipos de trabajos, como los comparativos que son del
estilo del trabajo crítico pero involucran argumentos de dos
autores a confrontar; y trabajos crítico-constructivos.

Antes de comenzar es importante tomarse el tiempo para planear el


proyecto cuidadosamente. Es conveniente delinear una cronología
de los pasos a seguir en la elaboración del trabajo para cumplir con
los tiempos que nos exigen. Toma en cuenta todos los puntos que
siguen como guía de preparación del plan.

Magritte, La condición humana (1935)

2- La Elección Del Tema


Si no se nos ha asignado un tema específico o una lista de la cual escoger, deberemos hacerlo
nosotros. Generalmente, el tema se relacionará con el área del curso para el que se escribirá el
trabajo. Si no nos surge ningún tema, examinemos los temas generales que se discutieron en
clase. ¿Hay algún problema que despertó tu interés?

Antes de establecer cualquier tema, debemos hacernos dos preguntas fundamentales:

 ¿Es este tema lo bastante interesante para comprometernos a realizar una


investigación y escribir sobre él?
Si el tema no nos interesa lo más seguro que nos aburra y el resultado sea de pobre
calidad.

 ¿Hay bastantes recursos disponibles que nos permitan hacer una


investigación adecuada sobre el tema escogido?
Si el tema es demasiado esotérico o marginal no se podrán defender las ideas de forma
rigurosa para satisfacer al lector.
Una buena regla a seguir es que un tema es adecuado para investigar si podemos
encontrar una fuente (libros, artículos, etc.) para cada página que nos han pedido que
escribamos.

Tengamos presente que la palabra tema proviene del término griego “topos” el que puede
traducirse literalmente como "un lugar para trabajar". Si el tema escogido es demasiado amplio,

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no nos hemos dado un lugar adecuado para trabajar. Durante el proceso de investigación, el
objetivo debe ser transformar el tema en algo específico para poder hacer una investigación real.

¿ Es necesario conocer idiomas extranjeros ?

 Es preciso escoger un tema que no implique el conocimiento de lenguas que no conocemos y que no
estamos dispuestos a aprender, aunque en la mayoría de los casos surge la necesidad de leer un
libro escrito en otro idioma. Nos puede pasar que el último libro o artículo sobre el tema aún no se
ha traducido al español, puede transcurrir mucho tiempo para ello, o quizás nunca se traduzca.

 Cuando se hace un trabajo sobre un autor extranjero es necesario saber leer en su lengua original.
En primer lugar, porque estos autores no siempre tienen todas sus obras traducidas. En segundo
lugar, la mayor parte de la bibliografía estará escrita en su lengua original; y por último, las
traducciones no siempre hacen justicia al pensamiento de un autor.

Antes de establecer el tema hay que echar una ojeada a la bibliografía existente para estar seguros de que
no hay dificultades lingüísticas notables.

Cuatro reglas obvias para la elección del tema:

1- Que el tema corresponda con los intereses del doctorando (que esté relacionado con el tipo de
exámenes rendidos, sus lecturas, su mundo político, cultural y religiosos);
2- Que las fuentes a que se recurra sean asequibles, es decir, al alcance físico del doctorando;
3- Que las fuentes a las que se recurra sean manejables, es decir al alcance cultural del
doctorando;
4- Que el cuadro metodológico esté al alcance de la experiencia del doctorando.
Umberto Eco - Cómo se hace una tesis. -

II - BÚSQUEDA Y ELABORACIÓN DEL MATERIAL


Una vez elegido el tema se procede a la búsqueda sistemática del material bibliográfico, ya que
no es posible el tratamiento del tema sin tener en cuenta las conclusiones a las que ya se
han llegado, en definitiva saber el estado de la cuestión. Es indispensable, para cualquier
tipo de trabajo, conocer la bibliografía previa. El proceso de acopio, de selección y de
preparación de estos materiales, suponen la gran parte del esfuerzo y el éxito del resultado
final depende de él; y es decisivo para el momento de pensar la tesis y de escribir el
ensayo.

4- Las Fuentes

¿Dónde localizar los instrumentos de investigación?

Se acude como primer paso a una biblioteca para elaborar


una bibliografía sobre aquello cuya existencia no se conoce.
(a las bibliotecas (públicas y privadas) y librerías).

Se pueden consultar repertorios bibliográficos, son inventarios,


recopilación de obras. Consiste en el registro de la bibliografía
existente sobre una disciplina o materia en particular. Y
pueden ser por autor, tema, título, materia o palabra clave.

Hoy, gracias a los medios de comunicación, Internet y a los


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avances en el ámbito de la informática, podemos buscar, localizar y disponer de cuanto libro,
revista, periódico o video exista, y sobre el asunto que sea. Las Universidades, los centros de
investigación, las bibliotecas y los archivos del mundo están interconectadas de tal manera, que
la adquisición de materiales ya no representa (o no debe representar) ningún obstáculo para
nadie.
Por ello le dedicaremos especial atención al uso de Internet en el presente trabajo.

La cantidad y pertinencia de las fuentes.

Sobre la cantidad de fuentes adecuadas, existe una regla muy común: por cada página que nos
pidan que escribamos se debe tener una fuente.
Ejemplo: un trabajo cuya extensión deba ser 10-12 paginas, se deben encontrar 10-12 fuentes
legítimas. Posibles fuentes: · 1-2 biografías (si es aplicable) · 5 libros (incluso las fuentes
primarias, si es aplicable) · 4 artículos de revistas · 1-2 artículos de Internet pertinentes · 1
disertación (si hay disponible)

Si se está escribiendo sobre historia de la filosofía o filosofía de las ideas, no es imprescindible


que las fuentes sean las más actuales disponibles. De hecho, algunos libros sobre la verdad para
Aquino o sobre la metafísica de Descartes que se escribieron hace 100 años pueden muy bien
ser más pertinentes que los trabajos actuales. Por otro lado, si escribimos sobre un tema de
Ética Aplicadas (Ética Sociales y Médicas, en particular), es vital que nos limitemos a los libros y
artículos que se han publicado dentro de esta década.

La organización de las fuentes COHEN, Gerald A.

¿Por qué no el socialismo? en Razones


Mientras vamos buscando los materiales de nuestra para el Socialismo, Gargarella, R. & Ovejero F.
investigación, es importante fichar los datos del (Comp.), Barcelona, Ed. Paidós, 2001.
material y su ubicación, no sólo para
volver a él fácilmente si nos es necesario,
sino también para el momento de Quintela. Mabel
elaboración escrita del trabajo –citas y
"Pensamiento Complejo: aproximación a la obra de Edgar
bibliografía-. Morin”. Revista Adesculturizar, Montevideo, Ades- Montevideo,
Año I - Nº1, abril 2001.
4.1 fichas bibliográficas
Bibl. Fenapes
Mont.
Las fichas bibliográficas deben
contener:
RAWLS, John
- APELLIDO, NOMBRE (del autor o autores)
Si hay un compilador o editor se pone éste, si son más de 3 autores se
Teoría de la Justicia. México,
pone los tres primeros seguido de et al. (“y otros” del latín et alii)
D.F. F.C.E, 1997, 3ª. Ed.

- TITULO DEL LIBRO o ARTÍCULO (entre comillas o subrayado o


cursiva) B. F. H y C. E.
Mont.
- IMPRESIÓN:
* Lugar: ciudad, país ( si no figura se pone s.p/i: sin pie de
imprenta)
SINGER, Peter Ed.
* Editorial o imprenta
* Año de publicación (si no figura se pone s.f. :sin fecha)
* Número de edición (si figura, si es la primera se omite el dato) “Compendio de Ética”. Madrid, Ed.
Alianza, 2000.
* Número de tomo o volumen
* Número de serie o colección (si es un libro que integra una serie o
colección)
ACERO, J., BUSTOS.E. & QUESADA, D.
- BIBLIOTECA en la cual se consultó el libro, y también la
colocación si corresponde. Si es propio no se coloca nada. Introducción a la filosofía del
9
lenguaje, Madrid, España: Ed. Cátedra, 1982.

Bibl. Luis Palacio


Mont.
# Podemos colocar también el tema por el cual se ficha el libro

Si es material de Internet:
- APELLIDO, NOMBRE (del autor o autores)
Tooley, Michael.
- TITULO del TRABAJO (entre comillas o subrayado o
cursiva) "Writing a Good Ethics Essay" ,
- FECHA o ÚLTIMA REVISIÓN si la tiene University of Colorado.
- ORGANIZACIÓN o ADMINISTRADOR DEL SITIO o
http://spot.colorado.edu/~tooley/WritingEssa
EDITOR ys.html (11 nov. 2001)
- HTTP:// URL
- FECHA de acceso (entre paréntesis)

4.2 el uso de Internet


Walker J.R. y Taylor. T. Aunque ésta es ciertamente una fuente legítima
de la investigación, debe usarse cautamente. Los
The Columbia Guide to Online Style, artículos publicados en Internet, no tienen que pasar por
20/03/2000, Columbia University.
un proceso editorial, y por consiguiente pueden ser de
http://www.columbia.edu/cu/cup/cgos/idx_ba calidad dudosa. Recuerda que cualquier tonto o loco
sic.html (10 dic. 2001) puede conseguir publicar un artículo en Internet, y por
consiguiente mucho de lo que se va a encontrar será
basura. También debe señalarse que los académicos respetados y los investigadores legítimos,
cada vez más están empezando a usar Internet para diseminar sus ideas. La mayor tarea será
localizar, colar y seleccionar la información útil. Para ello lo mejor es usar buscadores
especializados en el tema.
Antes de consignar nuestros viejos libros a las llamas, sin embargo, tengamos en cuenta unas
pocas palabras de precaución: no todo texto significativo está disponible en versión electrónica.
Aunque muchos valiosos proyectos están expandiendo de un modo más completo el número de
textos on-line, el proceso de conversión de medio impreso a e-textos fiables consume tiempo y
labor intensiva. Pasará un largo tiempo antes de que los recursos de internet puedan comenzar a
rivalizar con la posesión de una incluso pequeña biblioteca para investigar.
A causa de las restricciones de Copyright, los textos electrónicos disponibles en internet
raramente incluyen las mejores ediciones críticas o las más recientes traducciones de la obra de
los mayores filósofos (para ellas debemos confiar todavía en las mas costosas ediciones impresas
o en CD-ROM).
Cuando utilice e-textos en la preparación de una asignación escrita, deberá referirse a la versión
impresa más definitiva antes que citar directamente.
No todo de la lectura disponible en e-textos es de la más alta calidad; es común detectar errores,
y a veces desprolijidades.
Lo más difícil es la selección del material, especialmente en Internet. A continuación
presentamos sitios de búsqueda filosófica y general que pueden ser muy útiles:

 The American Philosophical Association:  The Paideia Project on-line:


http://www.apa.udel.edu/apa/index.html http://www.bu.edu/wcp/index.html
 Noesis: Philosophical Research on-line:  The Internet Enciclopedia Of Philosophy:
http://noesis.evansville.edu/bin/index.cgi http://www.utm.edu/research/iep/
 Stanford Encyclopedia of Philosophy:  Philosophy in Cyberspace: http://www-
http://plato.stanford.edu/ personal.monash.edu.au/~dey/phil/
 Hippias: http://hippias.evansville.edu/  On-line information about journals in philosophy and
related

10
disciplines:http://homepages.ed.ac.uk/pmilne/links_html/ Publicaciones Recientes:
http://www.rau.edu.uy/universidad/
journals.html
 El catalejo: canal de filosofía.
Filósofos. Org: http://www.elcatalejo.com/filosofia.html
http://www.filosofos.org/directorio/filo_extranj.ht Diccionario de la Real Academia Española:

m http://www.rae.es/

Selección de textos de filosofía en castellano: Google: http://www.google.com/

http://www.filosofia.net/materiales/rec/textoses. Brueghel, The "Little" Tower of Babel (c. 1563)


htm
Webs filosóficas: http://www.cibernous.com/
 Universidad de la República del Uruguay: Bases
Bibliográficas. Bibliotecas. Catálogo Colectivo.

5- Reportes de Lectura
Es de suponer que para entonces ya contamos con una bibliografía mínima que debió conseguirse
antes de la elaboración del proyecto. Esta bibliografía deberá ir ampliándose conforme se avanza, de
tal forma que, al final, se hayan logrado reunir (y leer, por supuesto) los materiales más
importantes y esenciales relacionados con el tema. Debemos tener una pila de libros y un montón
de artículos que tendremos que empezar a leer a fondo.

¿Por dónde se empieza?

La respuesta es que se debe empezar con la literatura más general y de manera sistemática a lo
más específico. Desde las enciclopedias, biografías, estudios generales a los textos específicos.
Luego que se tiene una idea general del tema se puede pasar al pensamiento particular del tema,
problema o autor. Las fuentes primarias en filosofía se entienden mejor después de haber leído los
aspectos generales, y releer las fuentes secundarias podría ayudar a aclarar las cosas. Debemos
evitar la tentación de escribir sobre lo que no entendemos, porque esto se dejará ver en la
redacción.

La lectura paciente y minuciosa de los materiales

El verdadero problema no radica, pues, en la búsqueda o el acopio de materiales, sino en la


pertinencia del mismo. Suelen ser tantos los libros relacionados con el tema, con el autor o con el
período elegido, que uno puede pasarse la vida leyendo esto, aquello y lo de más allá. Pero no todo
lo que se consulta sirve para hacer una investigación. Por ello, hay que fijarse una meta, un tiempo
límite, y ser muy selectivos con lo que se lee. Hay que acudir a los libros que realmente nos
ayuden a alcanzar nuestro objetivo. Vale, por supuesto, "divagar", "curiosear", "salir de dudas", es
decir, consultar cuanto material sea necesario para afianzar el terreno e ir construyendo poco a poco
el andamiaje de la tesis. Pero el tiempo corre más rápido de lo que se cree y, en ocasiones, seguir la
"cadena de los libros" (me refiero a la famosa idea de que un libro conduce a otro y éste a otro más
y este último a otro, y así hasta el infinito) sólo confunde o extravía.
Tanto para buscar (y encontrar) como para leer, hay que tener una guía, una suerte de hilo de
Ariadna que nos permita entrar y salir a salvo del laberinto. Ese hilo invisible es la noción de
pertinencia y responde a la siguiente pregunta: la lectura de este o de aquel libro, ¿realmente
sirve o es necesaria para la investigación? De esta respuesta, dependerá, pues, el interés
y el tiempo que se invierta en revisar los materiales que se hayan conseguido.

Tomando nota

Al realizar las lecturas, es sumamente importante tener un sistema inteligente de anotación y


registro de las ideas y de los problemas que surgen de las lecturas. La manera tradicional es el
sistema de fichas de cartulina, pero también estas se pueden realizar en la computadora.

11
No hay un procedimiento válido para todos, cada uno tiene su forma personal de trabajar y
debe encontrar y establecer su propio procedimiento. Los reportes de lectura que nos permiten
procesar y elaborar la información a utilizar en nuestra investigación, son un informe de las ideas
contenidas en el texto, respetando el orden de exposición de las mismas y su concatenación o
secuencialidad. Su objetivo es registrar el avance de la lectura, así como las ideas centrales y los
argumentos expuestos en el texto.

Estos reportes de lectura tienen un alto valor, no sólo para quien las confeccionó –podrían ampliarse
en el fututo- sino para otras personas que traten el mismo tema, por lo que pueden prestarse a
otros.

A continuación describiremos los reportes de lectura más comunes:

ESQUEMA SISTEMA DE CUESTIONARIO CUADRO


RESUMEN
FICHAS SINÓPTICO

5.1 fichas

En cuanto al "ficheo", antes de analizar los tipos, cabe hacer algunas observaciones generales, pero
no por ello inútiles. Como sabemos (y lo sabemos porque en casi cualquier libro dedicado a
"Metodologías de estudio" o a "Técnicas de investigación" se dice reiteradamente), existen varios
tipos de fichas, unas más provechosas que otras, según los gustos y las necesidades de cada cual.
Pero, más allá de su clasificación, lo esencial del "ficheo" es que nos de seguridad.

¿Por qué? Porque anotamos lo que desconocíamos; porque registramos aquello que podíamos
olvidar; porque -al escribir en tarjetas- privilegiamos, resumimos, comentamos lo leído; porque las
fichas agilizan el manejo de datos y nos permiten registrar y profundizar en las nociones y en el
pensamiento de los autores que, de otra manera, quedarían perdidos en la multitud de libros leídos;
porque transcribir una frase valiosa en una ficha nos permite tenerla "presente"; porque fichar es,
en sí, una actividad activa (valga la expresión) que implica análisis, síntesis, reflexión, discusión. Y
todo ello nos permite salir de la pasividad de la lectura.

Hay quienes prefieren leer y, días más tarde, anotar lo leído; también hay quienes leen y fichan a la
vez. El orden es lo de menos. Lo esencial es ir elaborando en las fichas el entramado de todas
aquellas voces (incluida la propia) que, más adelante, ayudarán a componer el texto o versión
definitiva de la tesis. Por eso no es recomendable que prolonguemos demasiado la lectura o que nos
limitemos a copiar párrafos y más párrafos en las tarjetas. Si lo hacemos, el párrafo o el fragmento
transcrito debe ser significativo e importante, de lo contrario, sólo perderemos el tiempo,
acumularemos materiales innecesarios y nos llenaremos de frases vacías que no serán de ningún
provecho para nadie. Fichar no es, pues, acumular citas, frases o comentarios de otros, sin
propósito o guía alguna.

La seguridad y la confianza que nos da "fichar" no se consigue gratuitamente, cabe pensar si esa
frase, ese dato o ese comentario "vale la pena", es decir, si lo que se transcribe o se copia es
importante para la investigación.

Por otra parte, las distintas formas que los estudiosos de la materia recomiendan para anotar en las
fichas (sean estas fichas de "comentario", de "paráfrasis", de "desarrollo de una idea", etc.) no son
determinantes para obtener un buen resultado. Hay quienes se preocupan demasiado por descubrir
el modo "correcto" de "clasificar" sus anotaciones; otros, se entretienen marcando sus fichas con
colores, o bien, subrayan sobre lo subrayado y escriben una y otra vez los párrafos que han sacado
12
de los libros. Cada cual tiene sus manías, sus preferencias, su peculiar manera de "fichar". Lo
importante es no extraviarse en la cantidad de fichas anotadas, en los colores o en la extensión de
los párrafos seleccionados. El "ficheo" es una de las herramientas más valiosas que el investigador
posee para conseguir la disciplina, la madurez, la soltura y la seguridad que todo trabajo de tesis
exige.

Por lo general la disciplina filosófica hace uso de dos tipos de fichas: bibliográficas y temáticas. A
su vez las fichas temáticas más usuales son las directas y las indirectas. Presentamos ejemplos de
cada una de ellas, no obstante, el estudiante consultando la bibliografía señalada, posiblemente
encuentre otros modelos de ficha que le resultarán más convenientes.

Foucault Michel, El orden del discurso (si no se hace ficha bibliográfica se deben colocar todos los datos de edición).

Tema: "orden del discurso"

"...en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuída por un cierto número de
procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su
pesada y temible materialidad."(pág.11)

Comentario: Foucault señala que aquello que es dicho en una sociedad se produce mediante procedimientos que señalan los
límites de lo que puede ser dicho.

Ficha
bibliográfica. Exhibe los datos bibliográficos pertinentes para la localización rápida del texto.
Foucault Michel, El orden del discurso (si no se hace ficha bibliográfica se deben colocar todos los datos de edición).

Tema: "orden del discurso"

Problema: Foucault sostiene que todo lo que puede ser enunciado en una sociedad particular posee una cierta clausura
histórica en función de procedimientos que seleccionan, redistribuyen y gobiernan lo que puede ser dicho y su relación con
los individuos que lo enuncian. ¿No habría propiamente hablando "libertad" enunciativa?

Fueron presentadas cuando analizamos las fuentes de la investigación y su organización (sección


3.1).

Fichas temáticas. Las que pueden ser directas o indirectas, a saber:

* Fichas Directas: cuando la ficha exhibe una cita (o más de una) directamente extraída del texto:

* Ficha indirecta: se utiliza cuando se intenta problematizar un texto. Ejemplo:

13
* Sistema de fichas: cuando combinamos según nuestras necesidades los diferentes tipos de
fichas para abordar un tema.

Foucault Michel, El orden del discurso (si no se hace ficha bibliográfica se deben colocar todos los datos de edición).

Tema: "orden del discurso"

"...en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuída por un cierto número de
procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su
pesada y temible materialidad."(pág.11)

Comentario: Foucault señala que aquello que es dicho en una sociedad se produce mediante procedimientos que señalan los
límites de lo que puede ser dicho.

Problema: ¿está ordenado todo lo que puede ser dicho en una sociedad o puede pensarse en un discurso que escape al control
Debe colocarse institucional?
el tema o sub
tema en la esquina superior izquierda de la tarjeta, la fuente de su
información debe imprimirse en el derecho junto con las páginas específicas de las que se ha
tomado sus apuntes. Si planeamos usar una serie de tarjetas para tomar apuntes del mismo tópico
y de la misma fuente tenemos que asegurarnos de numerar las tarjetas secuencialmente.

5.2 resumen

Es una exposición sumaria, el compendio de ideas, la reducción de un texto a su estructura de


cuestiones más relevantes.
Procedimiento:
- Lectura exploratoria del capítulo o fragmento.
- Lectura pormenorizada hasta su total comprensión y subrayado de las ideas más importantes,
identificando la idea principal y las secundarias o complementarias.
- Comprobación de que lo subrayado tiene unidad y sentido.
- A partir de lo subrayado, se escriben las ideas significativas, y a partir de éstas se elabora una
síntesis propia, procurando congruencia y claridad en el contenido y en la exposición argumentada.

5.3 cuadro sinóptico

Es una estructura que contiene la serie de los elementos más importantes, articulados entre sí para
la comprensión general del tema. Su objetivo es proporcionar, en forma gráfica, un vistazo general
al tema.
Procedimiento: Subdivisión de la idea general en ideas más concretas, las cuales presentan una
dependencia o secuencialidad.

5.4 esquema

Es una representación gráfica de las relaciones entre dos o más conceptos. Su objetivo es expresar
lo más central de un argumento de forma tal que se capten sus implicaciones de un sólo vistazo.
Procedimiento: Jerarquización de las ideas importantes y su orden de derivación.

14
5.5 cuestionario

Es un listado de preguntas que nos permiten comprender el argumento del texto y su modalidad de
argumentación. Su objetivo es tanto ayudarnos a leer las complicaciones propias de un texto como
ejemplificar la manera general de preguntarse sobre los textos.

6- Cómo Evitar el Plagio

Muchos veces no somos conscientes que


mezclando las frases de un autor con las El plagio es el acto de usar las ideas de otra persona
nuestras estamos cometiendo plagio. La o expresiones en su escritura sin reconocer la
manera mejor de evitar esta tendencia fuente ... es dar la impresión que usted ha escrito o
peligrosa es reescribir completamente las ha pensado algo que usted ha pedido prestado de
ideas del autor con nuestras propias palabras hecho de alguien más.... Otras formas de plagio
durante el proceso de anotación y reporte de incluyen repetir la frase sin el reconocimiento
apropiado, parafraseando el argumento de otra
lectura. Cuando se piense necesario la
persona como propio, y presentando la línea de
anotación del texto original, se escribe entre
pensamiento de otro como si fuera propio.
comillas.
( Ver Citas. Sección 13 )

7- Lectura de textos filosóficos


He aquí unas pocas sugerencias:
.Considere el contexto.
Los escritos filosóficos, como la literatura de todo género, surgen de una situación histórica
concreta.
Al aproximarse a cada texto, debe mantener in mente quien lo escribió, cuando y donde fue
publicado, para qué audiencia fue originariamente proyectado, qué propósitos se supone que
lograría, y cómo fue recibido por las comunidades filosóficas y generales desde su aparición.
.Tómese su tiempo.
Una lectura cuidadosa no puede ser apresurada. Debe concederse el suficiente tiempo para una
lectura diaria sosegada del material asignado.
Los estilos individuales de aprendizaje ciertamente difieren.
Algunos “funcionan” mejor leyendo el mismo texto varias veces con atención progresivamente
mas detallada; otros prefieren trabajar a través del texto en forma a la vez paciente y diligente.
En cualquier caso, anímese a “descender lentamente” y comprometerse en el texto a un nivel
personal.
.Descubra pasajes cruciales.
Aunque los filósofos no dan vueltas en vano deliberadamente con excesiva palabrería
(¡realmente no!) la mayoría de los textos filosóficos varía en densidad de pagina a pagina. No es
siempre obvio qué tema es el principal. Los filósofos a veces se deslizan superficialmente en los
puntos mismos sobre los cuales el argumento entero depende.
Pero con la práctica, semana tras semana estará logrando, ser capaz de resaltar rápidamente las
partes más importantes de cada asignación.
.Identifique las tesis centrales.
Cada texto filosófico esta proyectado para convencernos de la verdad de sus proposiciones
particulares. Aunque estas tesis centrales son a veces afirmadas clara y explícitamente, los

15
autores eligen ocasionalmente presentarlas de un modo más sutil en el contexto de la línea de
razonamiento que han establecido.
Recuerde que la tesis puede ser positiva o negativa, la aceptación o el rechazo de una posición
filosófica.
.Localice los argumentos de apoyo.
Los filósofos no afirman meramente opiniones, también intentan establecer su verdad.
Los métodos empleados para apoyar tesis filosóficas pueden diferir ampliamente, pero la
mayoría de ellos será expresado en alguna de las formas de argumentación lógica.
Es decir, el filósofo (explicita o implícitamente) ofrecerá premisas que son claramente
verdaderas y luego alegará que la sólida inferencia de estas premisas lleva inexorablemente a la
conclusión deseada.
.Evalué los argumentos.
Los argumentos no son todos de igual fuerza; estamos obligados a aceptar la conclusión sólo si
ella es apoyada por la inferencia correcta de premisas verdaderas. (véase capítulo sobre
Estrategias argumentativas, Pág. 23)
Así, hay dos diferentes modos de cuestionar la legitimidad de un argumento particular:
1. Preguntar si las premisas son verdaderas (recuerde que una o más de las premisas del
argumento pueden ser suposiciones no seguras).
2. Preguntar si la inferencia de las premisas a la conclusión es sólida (aquí será útil pensar en
aplicar el mismo modelo de razonamiento a casos más familiares).
Si todo esto falla, puede cuestionar directamente la verdad de la conclusión proponiendo un
contraejemplo que parezca contradecirlo de un modo obvio.
.Busque conexiones.
Dado que estos textos se dan dentro de una tradición, están a menudo directamente
relacionados unos con otros.
Dentro de su lectura de un filósofo particular, note el modo en el cual el tema en una parte del
texto se relaciona con otra.
Considere los modos en los cuales cada filósofo incorpora, se apropia, rechaza, o replica al
trabajo de aquellos que lo han precedido.
Finalmente, haga todo el esfuerzo posible por relacionar este texto filosófico a lo que ya sabe de
cursos en otras disciplinas y a sus propias experiencias vitales.

 Para mayor información sobre este tema ver: “Perspectivas para la interpretación crítica de
textos filosóficos”, en Materiales Para La Construcción De Cursos De Filosofía: ¿Qué es
filosofía? De M. BERTTOLINI, M. LANGÓN & M. QUINTELA. pp. 95-107: Bs. As., A-Z, 1997.

 Puede ser útil tomar en cuenta las pautas para escribir comentarios de textos que aparece en
la Introducción. (pp. 3-4)

III - ELABORAR UNA TESIS


La afirmación de la tesis no es igual al tema. Un tema es el área en la que se hará la investigación;
la tesis es la perspectiva particular (posición, punto de vista) que se va a asumir.
Cuando establecimos el tema, había un problema o un aspecto que nos interesó de alguna manera.
La tesis es nuestra respuesta particular a ese problema, nuestro “giro” o “mirada” sobre él.

Ejemplo: Pretendamos que se ha decidido hacer un trabajo sobre la eutanasia. Después de alguna deliberación,
elegimos que el área de investigación es la eutanasia activa voluntaria, la tesis debe clara y decididamente
especificar nuestra posición en este tema. Una declaración de la tesis aceptable para un trabajo así podría ser:
(1) La eutanasia activa es inmoral porque se viola el juramento médico y el deber de los pacientes de
conservar su propia vida.
(2) La eutanasia activa es moralmente aceptable porque se basa en el consentimiento voluntario del paciente.
(3) La eutanasia activa es moralmente aceptable sólo bajo las condiciones específicas siguientes:...

16
La tesis debe ser concisa (1-2 frases), y firme (toma una posición). El desarrollo de una tesis firme
y segura es vital para la creación de un trabajo interesante.

Para determinar cual es nuestra posición se deben haber analizado y evaluado cuidadosamente
todos los argumentos.

8- Adoptando Una Posición


Es necesario en nuestros trabajos adoptar una posición, y la evaluación del ensayo no se realiza en
función de ésta, sino sobre la fuerza de los argumentos presentados. El tomar una posición que
podamos defender hace a la tarea más interesante y aumentará las posibilidades de que se escriba
un trabajo de calidad.

Es indispensable definir la tesis claramente antes de empezar a escribir, porque nos guiará a lo
largo de todo el proceso de escritura. Todo lo que se escribe debe contribuir de algún modo a la
defensa de nuestra tesis. Si no sabemos lo que estamos defendiendo, no sabremos qué escribir.

La tesis no debe ser muy abarcadora. Presentemos un ejemplo: nos piden que escribamos sobre
el problema mente-cuerpo. Es importante comprender que no es posible tratar totalmente un
problema filosófico importante acerca de un tema amplio en un solo trabajo. Así que necesitaremos
elegir una tesis más manejable, no se puede ser demasiado ambicioso. Podremos, por ejemplo
rechazar la posición dualista por uno de sus aspectos.

Debemos asegurarnos que la tesis no sea trivial. Por ejemplo: es moralmente incorrecto que una
mujer embarazada de 9 meses se realice un aborto para poder viajar en avión porque son sus
vacaciones. Nadie discreparía sobre esta, lo que no quiere decir que por ello se deban tomar tesis
extremistas o provocadoras por el simple hecho de serlo.
Siguiendo con este ejemplo, no se necesita escoger entre: el aborto siempre es inmoral o siempre
es permisible moralmente; se podría defender que el aborto es permisible en caso de violación; pero
no por ello defenderá el aborto para todos los casos; o podrá rechazar el argumento de un autor
contra el aborto, y realizar un trabajo original.

Ilustraciones de tesis:
Sostendré que, aun cuando el feto es una persona con derecho a la vida, el aborto es moralmente
permisible porque el feto no tiene ningún derecho a usar el cuerpo de la mujer si es el caso de una
violación, por lo menos, sin su consentimiento tácito, y esto está claramente ausente cuando la
mujer está embarazada como resultado de una violación.

Podemos presentar la tesis comenzando con: Discutiré.., Analizaré...., Defenderé.... , Sostendré....

9- Armando la Estructura

Una vez determinada la tesis, la recopilación de material y de las notas se deberá realizar una
estructura del trabajo que nos ayudará a determinar la dirección del escrito. No tiene por qué
ser más de unas pocas líneas, y debe indicar las subdivisiones mayores del trabajo.

Ejemplos: Sigamos suponiendo que el tema del trabajo es la eutanasia activa:


I. Introducción: donde se aclaran los términos, se presentan las definiciones y se declara la tesis de
trabajo.
II. Argumentos en Contra de la Eutanasia Activa.
III. Por qué debemos rechazar esos argumentos.
IV. Argumentos a Favor de la Eutanasia Activa.
a- argumento A
b- argumento B
c- argumento C
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V. Posibles objeciones a los argumentos presentados y su respuesta.
a- objeción a A
b- objeción a B
c- objeción a C
d- Respuesta a las objeciones de a, b, y c.
VI. Conclusiones: evaluar el trabajo, presentar problemas no resueltos, etc.

Esta estructura irá variando al ir profundizando nuestra investigación.

Nos pueden ayudar las siguientes preguntas-guías:

¿ En qué orden se deben presentar los términos y posiciones que se está discutiendo?
¿Cuándo se deben presentar la posición y argumento contrario?
¿En que orden debo presentar las críticas?
¿He discutido los puntos previos a lo que estoy explicando ahora?
¿He definido los términos que estoy usando?

La Estructura En Funcionamiento. Reestructurando...

Al estar en marcha el trabajo, puede ser necesario revisar la estructura, introducir nuevas ideas, e
incluso, cambiar su orden. Esto no sólo es aceptable, sino que es lo más común. La estructura es
sólo una guía y si esta no nos resulta eficaz se puede sustituir por otra.

A medida que se avanza en el trabajo la estructura se va ampliando, detallando cada punto y sus
posibles subdivisiones. Considerando que la primera presentación debe ser breve para proporcionar
alguna dirección a la investigación, cuando se pone en funcionamiento el proceso debe detallarse y
precisarse un poco más. Cada punto que se va a desarrollar debe estar incluido en la estructura.

Muchos creen equivocadamente que el primer proyecto será adecuado como producto terminado. Un
trabajo bien escrito normalmente tiene que pasar por varias revisiones antes de que sea
conveniente presentarlo. Después de escrito un primer proyecto debemos releerlo con un ojo
crítico. Las secciones pueden tener que ser reescritas con información adicional; o el material no
pertinente o tangencial puede tener que ser eliminado o puede relegarse a las notas a pie de página.
También podemos tener que agregar frases de transición o párrafos para mostrar las conexiones
entre las ideas. Los párrafos enteros pueden tener que ser barajados donde ellos encajen mejor. Si
la escritura parece confundirte, aparecerá indudablemente más confusa al lector

IV - EMPEZANDO A ESCRIBIR

10 - Las Subdivisiones
Ahora estamos listos para empezar a escribir, lo que se presenta como un proceso relativamente
fácil porque ya se hizo el trabajo preliminar. Debemos tener en cuenta que todo escrito tiene
partes fundamentales que son como guías para el lector. Además del índice y la bibliografía las
partes centrales son:

10.1 el título

Como la declaración de la tesis, el título representa una oportunidad de decirles a los lectores la
contribución que estamos haciendo al tema. También es una oportunidad de atraerlo antes de que él
empiece a leer. Un título fascinante hace que se quiera leer nuestro trabajo. Un título aburrido

18
puede convertirse en uno interesante si nos tomamos el tiempo para intentar ser creativos.
Ejemplo: Aburrido: "La eutanasia voluntaria activa"
Interesante: “La defensa de la vida Vs. el derecho a morir”
Interesante: “¿Proteger la vida o prolongar la agonía?”

10.2 la introducción

Cuando se escribe la introducción, debemos tener presente que es una forma de incitar a la lectura
del trabajo. Podría ser útil recordar que el término introducción proviene del latín "exordio",
literalmente es: "empezando un tejido". La introducción debe cautivar al lector, intentemos
encontrar una manera interesante de declarar la tesis para que se quiera seguir leyendo. Su función
es también, orientar al lector exponiendo brevemente el problema que se trata, los antecedenmtes
de la cuestión, los límites de lo que nos proponemos, alcances y objetivos.
Debemos evitar comentarios introductorios superfluos y retóricos. La introducción es como una guía
para el lector, debe hacerle más fácil la lectura, el seguir y entender lo escrito. Debe definir
cualquier terminología importante, y debe incluir una declaración explícita de lo que estamos
defendiendo (es decir, la tesis). También, la introducción debe exponer la estructura, explicando el
orden en el que se defenderá y cómo todos esos puntos juntos apoyan la tesis.

Una bue na i n t r o d u c c i ó n debe : ( 1 ) s e r conc i s a , ( 2 ) con t e n e r una de c l a r a c i ó n c l a r a de l a


te s i s , (3 ) i n t r o du c i r , muy suc i n t am e n t e , e l t ema y cu a l q u i e r t e rm i n o l o g í a c l a v e , (4 )
i nd i c a r , muy br e v emen t e , l a l ín e a pr i n c i p a l de l a ar g umen t a c i ó n y ( 5 ) e l mapa de l a
es t r u c t u r a g l ob a l de l t r a b a j o .

10.3 el cuerpo o desarrollo

Es lo esencial del trabajo y suele dividirse en partes y / o capítulos. El cuerpo del trabajo debe
incluir: (1) una exposición de las visiones, conceptos, y argumentos a ser discutidos, (2) los propios
argumentos en apoyo de nuestra tesis y postulados, y (3) una consideración de objeciones junto con
las contestaciones.

Cada párrafo del cuerpo debe presentar sólo una sola idea o juego de ideas relacionadas, y debe
llevar al lector un paso más cerca de aceptar la tesis y la fuerza de sus argumentos, por ello se
debe estar atento también, a la organización global de los párrafos del cuerpo.

10.4 la conclusión

El propósito básico de la conclusión es reiterar la tesis y resumir nuestro argumento, pero no debe
ser simplemente una copia de la introducción, se debe hacer un esfuerzo final para convencer al
lector que se ha establecido la tesis y se han ofrecido argumentos poderosos en su apoyo. La
conclusión también puede ser el lugar para discutir las implicaciones y/o limitaciones de nuestro
argumento. Por ejemplo, se podría explicar las implicaciones prácticas y/o teóricas del argumento.
O presentar algunas preguntas o algunos de los problemas que el trabajo deja sin resolver –
pendientes para futuros trabajos-.

10. 5 apéndices o anexos

Él apéndice es la sección que sigue a continuación inmediata de las conclusiones y contiene material
complementario o ilustrativo.
Cuando una nota crece en dimensión e importancia y no cabe en la secuencia porque se pierde
unidad o agilidad que entorpecería la lectura, puede ser convertida en apéndice si es importante
para la comprensión del texto. Figurarán en apéndices también cuadros, figuras, diagramas,
documentos, datos estadísticos, que por diversas razones no pudieron ser insertados en el cuerpo

19
del trabajo. Si bien no son indispensables, hay trabajos que lo exigen, aunque su números siempre
debe ser discreto y también su volumen aunque se trate de un sólo documento.

 Lo más conveniente es escribir la introducción y la conclusión al final.

10.6 el primer borrador

Ante la redacción del primer borrador se produce frecuentemente un fenómeno: nos sentimos
impotentes para empezar a redactar. La causa de este fracaso es creerse que en la primer redacción
se obtiene la perfección de una forma definitiva intocable.
Cualquier trabajo, hasta el más sencillo, nace con una forma imperfecta y requiere varias revisiones,
muchos retoques, antes de darlo por concluido. Lo importante es empezar a redactar, aunque sea
sin demasiada autocrítica, poniendo especial cuidado en el orden lógico, dejando la perfección de
estilo para una segunda etapa.
En la primer redacción deben resignarnos a emplear provisionalmente algunas expresiones, con las
cuales no estamos satisfechos. El objetivo es construir una primera base de redacción que luego
será modificada y sacarnos el fantasma de renunciar a escribir.

V - EL DESARROLLO DE LA TESIS
 Antes de escribir el ensayo recordemos que debemos investigar los diversos aspectos de la
cuestión, para poder formular los argumentos y la conclusión.

 Las partes a desarrollar en un ensayo pueden ser las siguientes: explicación del problema,
formulación de una propuesta o afirmación, desarrollo de los argumentos de un modo
completo, examen de las objeciones y de las alternativas.

11- ¿ Para Quién Se Escribe?


Debemos imaginarnos que estamos escribiendo, no para el profesor, sino para quien no sabe casi
nada sobre filosofía, aunque es inteligente. Pretendamos, por ejemplo, que estamos escribiendo
para un compañero que no ha tomado el curso. Así debemos explicar todos los términos técnicos, y
usar ejemplos dondequiera que esto ayude a ilustrar los puntos, presentar los argumentos con
claridad y precisión, los contra argumentos, etc.
Por supuesto, que realmente estamos escribiendo para el profesor - es quién va a leerlo y
evaluarlo. Nos podríamos preguntar: ¿Por qué que explicar términos y argumentos que el profesor
ya sabe? La respuesta es que el trabajo debe demostrar dominio del material pertinente, y puede
hacerse esto mejor mostrando que podemos explicar lo que se ha aprendido incluso a alguien que
no sabe nada sobre filosofía.
Un buen desarrollo de nuestra tesis necesita que se escriba pensando que no lo hacemos para el
profesor, y para ello debemos tener en cuenta: la estructura lógica del ensayo, la definición de
términos, defender y criticar posiciones, presentación y defensa de posibles objeciones, con el
máximo rigor y claridad.

Escher, Manos Dibujando (1948)

11.1 la estructura lógica


20
Un buen bueno ensayo tendrá una estructura lógica, clara y manifiesta. Se necesita organizar los
puntos y argumentos de una forma lógica y al mismo tiempo esa organización ha de ser evidente,
no debe implicar un trabajo extra para el lector.

La estructura de los párrafos en el ensayo.

Cada párrafo debe tener su lugar adecuado en el argumento global de su trabajo. No hay una
estructura preestablecida para todo tipo de temática, que garantice un resultado exitoso.
La clave es tener la estructura antes de sentarse a escribir. Hay dos cosas obvias:
(1) asegurarse de explicar la visión o argumento, clara y caritativamente, antes de criticarlo y
(2) explicar términos importantes, conceptos, y ejemplos antes de emplearlos.

No sólo, entonces, debemos empezar con una buena introducción, además durante el desarrollo del
trabajo debemos guiar a nuestro lector, hacer las conexiones entre las ideas de forma evidente:
diciendo lo que se ha hecho hasta el momento y lo que se va a hacer luego. Para ello podemos usar
lo que se llama palabras de transición o frases huellas:

· Empezaré por... · Antes de demostrar que X está equivocado en su argumento, quiero primero...
· A estas alturas, nosotros necesitamos considerar la objeción siguiente... · En esta sección, consideraré...
· En la próxima sección, quiero... · Habiendo defendido la visión que...
· Deseo considerar ahora la visión rival ... · Aunque he mostrado..., todavía necesito demostrar...
· He sostenido que..., pero alguien podría objetar... · Defenderé ahora...
· Hemos visto cómo X dice que P, ahora dos argumentos de no-P....
· Mi primer argumento es... Mi segundo argumento es...
· X podría responder a mis argumentos de varias maneras. Por ejemplo, él podría decir que...
· Sin embargo, esta contestación falla, porque...
· Otra manera que X podrían responder a mis argumentos es exigir que...
· Esta contestación también falla, porque... · La objeción más fuerte a Q es...
· Defenderé Q. Hay tres razones para aceptar Q. Primero... Segundo... Tercero...
· Sin embargo, esta objeción no tiene éxito, por las razones siguientes...

Estas frases, que funcionan como avisos, nos permiten identificar y seguir la estructura del trabajo.
También podría ser necesario usar secciones/ capítulos (y posiblemente subdivisiones), usando
títulos informativos para ayudar y guiar al lector. Esto también puede ayudar a la armazón previa de
nuestras argumentaciones.

Cada párrafo debe tener un punto principal. No puede tener dos o tres ideas centrales. Para ello
puede ser útil preguntarse: ¿Cuál es el punto principal de éste párrafo? ¿Estoy diciendo demasiado?
¿Será este punto principal obvio para el lector?
Hemos de explicitar qué estamos presentando, si es nuestra posición, la de otros, una objeción, etc.
EL lector no debe dudar nunca de los presentado en cada párrafo.

Los párrafos deben fluir fácilmente de uno al próximo. Hay varios maneras de lograr esto:
(1) repitiendo palabras importantes y frases. Es importante ser consistente al referirse a conceptos
y teorías. Esta consistencia y repetición ayudarán a unir los párrafos.

(2) usando pronombres para referirse a lo que se mencionó antes en el párrafo. Diciendo "Esto es
verdad porque...", obliga al lector a pensar a que se refiere "esto". El pronombre, hace que el lector
resuma, rápidamente y subconscientemente, lo que se dijo previamente (lo que esto es) antes de
seguir adelante. Por supuesto, siempre debe estar absolutamente claro a lo que el pronombre se
refiere. Si "esto" es ambiguo, podría confundirlo, al referirse a cualquiera de las cosas que se
mencionó en la frase anterior.

(3) creando estructuras paralelas. Las estructuras paralelas son creadas construyendo dos o más
frases que tienen la misma estructura gramatical o usan las mismas partes del discurso. Ayudan al

21
lector a ver que el párrafo está dando varias ilustraciones de la misma idea general.

(4) usando palabras o frases de transición para ayudar al lector a seguir la estructura lógica del
párrafo.

Palabras de transición dentro de un párrafo.

· Para mostrar acumulaciones de ideas: etc, y, también, además de, para uno, en el primer caso, primero, segundo,
tercero, finalmente
· Para ofrecer apoyo: porque, desde que, para, dado
· Para concluir: así que, así, sigue de acuerdo con, por consiguiente, de, por consiguiente, que, como resultado, por
esta razón, de esto, parecería entonces
· Para ilustrar: por ejemplo, ejemplificando, para ilustrar, un caso puntual es
· Para especificar: a saber, específicamente, eso es
· Para intensificar: es más, además, principalmente, sobre todo, después de todo, lo que es más, más
pretenciosamente
· Para dar énfasis a: ciertamente, de hecho, por supuesto
· Para comparar: igualmente, semejantemente, por el mismo razonamiento
· Para contrastar: todavía, pero, más bien, todavía, aunque, mientras, no obstante, es indiferente, a pesar de, aun
así, sin embargo, considerando que, en contraste, en una mano ... en la otra mano...
· Para reenfocar: en todo caso, de todos modos, en una palabra, para abreviar, resumir, volver
· Para indicar suposición: asumamos, supongamos, pretendamos
· Para conceder un punto: por supuesto, indudablemente, no puede negarse, reconociendo que

11.2 definiendo términos

Evita definiciones del diccionario para términos filosóficos. Los diccionarios no son útiles para definir
los significados filosóficos ya que el uso filosófico de una palabra raramente coincide con el uso
ordinario. Los términos filosóficos tienen a menudo significados muy especializados, por lo que es
importante definirlos, así como a otros términos importantes.

Una palabra debe definirse si:


1-es un término técnico que no es probable que una persona no
especializada sepa el significado;

2-es una palabra ordinaria cuyo significado no está suficientemente claro o


es preciso, o;

3-es una palabra ordinaria que va a ser usada para significar alguna otra
cosa que lo que ordinariamente significa.

11.3 demostrando el dominio del material

Un trabajo de filosofía bueno demostrará dominio de las visiones filosóficas pertinentes, conceptos,
y argumentos. Para demostrar dominio, debemos hacer más que “devolver” lo que se ha
memorizado de las conferencias y lecturas. “Arrojar” no demuestra haber entendido ni dominar el
tema. La diferencia está en que no se puede entender ningún material sin poder llevar esa
comprensión a otros. Tener dominio es tener la habilidad de enseñarle y explicarle a otros, y usar
las propias palabras, descripciones, y ejemplos, tal que incluso alguien sin conocimiento anterior del
material podría entender. Una vez que se ha dominado un tema, debemos poder ir más allá de lo
que se ha leído sobre eso, y presentar críticas propias.

22
11.4 defendiendo su posición

Un trabajo filosófico no es simplemente declarar nuestras posiciones, debemos presentar


argumentos a favor de ellos. También intentar defendernos contra las críticas potenciales. Es decir,
intentar anticiparse a qué objeciones podrían levantarse, y entonces, se demuestra que se es
consciente de estas posibles objeciones y que podemos responder a ellas. (ver al final de esta
sección: Weston: Las claves de la argumentación)

11.5 criticando un argumento

No trate al filósofo o a la visión filosófica que usted está discutiendo como tonto. Si así lo fuera no
estaríamos discutiéndolos. No tomamos el argumento más débil de la posición contraria a la
nuestra, sino el más fuerte para demostrar sus fallas, porque sólo así convencemos a otros que la
posición contraria es indefendible.

Se debe tener presente que nunca es el caso que el único problema que se encuentra en un
argumento es que la conclusión es falsa. Si la conclusión es falsa, entonces a) una o más de sus
premisas son falsas o (b) su razonamiento es defectuoso de tal manera que la conclusión no se
sigue de las premisas.
Así, si se discrepa con la conclusión de un argumento, se debe encontrar o la falla lógico deductiva
o la falla en una de sus premisas, y se necesita ser explícito sobre qué es y por qué.

11. 6 considerando objeciones potenciales

Después de ofrecer razones para que se acepte la tesis, necesitamos considerar objeciones
potenciales. Estas objeciones tienen dos variedades, la primera clase de objeción se dirige contra
las razones que damos para la tesis, mientras la segunda clase se dirige contra la propia tesis; y
se deben considerar ambas. Los dos tipos son:

1- Objeción al argumento, tanto a su razonamiento como a sus asunciones.


Para tratar con la primera clase de objeción, se necesitará ofrecer sub argumentos (es decir,
argumentos que defienden ciertos pasos o asunciones que se hicieron en el argumento principal).
Pero primero se necesitará preguntar cuál de mis asunciones y cuáles de los pasos en mi
argumento alguien podría objetar. Debemos presentar argumentos opuestos contra tales
objeciones. Finalmente, los pasos argumentativos y asunciones presentadas deben ser aceptables a
para el antagonista. Esta parte del ensayo es esencial. Si no consideramos y refutamos tales
objeciones, entonces no se habrá presentado de forma satisfactoria la tesis.

2- Objeción a la tesis.
El otro tipo de objeción se dirige contra la tesis. Nos debemos hacer las preguntas siguientes: ¿Tiene
mi conclusión alguna implicación polémica? ¿Puedo pensar en cualquier contra-ejemplo a mi
conclusión? Y sobre todo NO DEBEMOS IGNORAR los ARGUMENTOS del ANTAGONISTA. Si
hacemos una defensa de una posición que uno de los filósofos que nosotros hemos discutido ha
defendido la contraria, debemos dirigirnos a ese argumento. Esto significa que si la tesis es P y
uno de los filósofos que nosotros hemos discutido ha defendido no-P, debemos mostrar donde el
argumento de ese filósofo se equivoca en defender no-P. Si no hacemos esto, tendremos un
trabajo de pobre calidad. Por supuesto, si no se piensa que se puede refutar el argumento
adecuadamente, entonces necesitamos cambiar la tesis a algo que podamos defender.

11.7 estrategias argumentativas

Las dos estrategias argumentativas más comunes son:


 Reducción al Absurdo: Esta estrategia muestra que un argumento implica alguna
incoherencia, un absurdo, un disparate. Presentemos un ejemplo: Consideremos que alguien
23
defiende que el sufrimiento humano es más importante (moralmente hablando) que el
sufrimiento animal ya que los humanos tienen un tipo y grado de inteligencia que le falta al
resto de los animales. Aquí, se podría defender que nosotros debemos rechazar semejante
posición porque implica que el sufrimiento de los infantes muy pequeños (también le falta el
tipo y grado de inteligencia de los adultos humanos) es menos importante que el sufrimiento
del adulto normal humano, esto parece evidentemente absurdo.
 Presentando un Contra-ejemplo: Esta estrategia implica dar un ejemplo que demuestra
que una proposición general es falsa. Ejemplo:
Consideremos que algunas personas mantienen que sólo tenemos el deber de ayudar a esas
personas con las cuales tenemos una "relación especial y particular". Por ejemplo, tengo el
deber de ayudar a mi familia debido a la naturaleza de las relaciones familiares. Y también
afirman que tengo el deber de colaborar con mi patrón debido a la naturaleza de la relación
de empleador / empleado. Sin embargo, los que defienden esta posición negarían que yo
tenga el deber de ayudar al patrón de mi amigo ya que no mantengo una relación especial
con ese patrón; no es mi patrón. Una manera de defenderse contra esta perspectiva es
presentar un contra-ejemplo. Un ejemplo famoso que viene de la literatura filosófica, se
llama "El estanque poco profundo". Imagine que mientras camina un día soleado, vemos a un
niño pequeño que se ahoga en un estanque poco profundo. Para salvar al niño, sólo
necesitamos entrar al estanque poco profundo y agarrar al niño. Ahora, la mayoría de
nosotros se inclina en juzgar que se tiene el deber de salvar al niño. Nosotros nos inclinamos
a pensar incluso que estaríamos tremendamente equivocados si simplemente nos alejamos y
permitimos que el niño se ahogue. Pero no se mantiene ninguna relación especial con el niño,
porque el niño es un extraño que incluso pertenece a una sociedad y cultura diferente. El
“estanque poco profundo”, entonces, constituye un contra-ejemplo a la posición de que sólo
tenemos el deber de ayudar a aquellos que están en alguna relación especial con nosotros.

24
¿Cómo construir argumentos?
Anthony Weston en su libro “Las claves de la argumentación” nos ofrece algunas reglas
para componer argumentos cortos, que son la esencia de los ensayos, sin perder de vista su
redacción con un lenguaje literario fluido, pero sin caer en la retórica.

Un buen ensayo debe estar lógicamente construido, por lo que propone las siguientes
reglas:

 Distinga entre premisas y conclusiones. Premisas son las razones para afirmar algo; la
conclusión es la afirmación.
 Presente sus ideas en un orden natural. Usualmente los argumentos cortos se presentan
en dos párrafos. Puede poner primero la conclusión y luego sus razones o bien las
razones y en seguida la conclusión.
 Parta de premisas fiables. Para ello investigue en fuentes bien informadas.
 Use un lenguaje concreto, específico, definitivo. Escriba concretamente, evite los
términos generales, vagos y abstractos.
 Evite un lenguaje emotivo. Las personas definen una posición con razones serias y
sinceras, no caricaturizando a su oponente.
 Use términos consistentes. Use un solo conjunto de términos para cada idea, sobre todo
si su argumento depende de las conexiones entre las premisas.
 Use un único significado para cada término. Evite la ambigüedad, de lo contrario su
afirmación no será clara.
 Procure poner más de un ejemplo. Si deseamos generalizar nuestra conclusión es mejor
argumentar con todos o casi todos los ejemplos.
 Los ejemplos que usa ¿son representativos? Busque ejemplos que representen el
conjunto del universo acerca del cual hace la generalización.
 ¿La información de trasfondo es crucial? Necesitamos una información de trasfondo para
poder argumentar con ejemplos, sobre todo cuando éstos incluyen datos estadísticos.
 ¿Hay contraejemplos? En ocasiones se puede argumentar mediante los contraejemplos.
Si este fuera el caso revise bien su generalización pues podría llegar a una conclusión
excesiva. También puede argüir que el contraejemplo está de acuerdo con la
generalización. Trate de pensar en contraejemplos cuando evalúe los argumentos de
otra persona.
 Por último, no afirme más de lo que ha probado y recuerde que un buen ensayo es claro
y preciso.

11.8 excluyendo lo no pertinente

La regla con respecto a lo que es pertinente es como sigue.


A menos que proporcione una base necesaria o apoyo a la tesis no es pertinente. ¡Y si no es
pertinente, no pertenece a nuestro trabajo! Aun cuando algún punto es interesante y pertenece al
tema general, todavía no pertenece al trabajo a menos que sea parte de la defensa de la tesis.

VI - LA PRESENTACIÓN FORMAL
Muchos creen que la forma de presentación del trabajo es secundaria: “da lo
mismo como se entregue si lo que escribo está bien”. Pero una buena
presentación demuestra el respeto hacia el lector y el rigor en la
investigación (por ejemplo, no presentar las fuentes es como demostrar que

25
no se ha leído o se está plagiando). Ojo: una buena presentación no garantiza la calidad del escrito.
Por lo que hay que tener en cuenta ambas cosas: contenido y forma del ensayo. La presentación
formal puede convertir el trabajo en agradable y de fácil lectura, por lo cual es indispensable
adoptar criterios coherentes y mantenerlos a lo largo de todo el trabajo. No existe un único modelo
de presentación formal, se pueden elegir diferentes estilos, pero siempre debe hacer legible y
atractivo al texto.

Dalí; Galatea de las Esferas (1952)

Todo trabajo de investigación tiene determinada estructura, es decir una manera de disponer los
elementos que lo componen. Las partes que se subdividen no son fijas, pero como vimos, las más
usuales son: portada, índice general – y / o de tablas y figuras- , introducción, cuerpo, conclusiones,
apéndices y bibliografía.

12- Formato
Aunque los trabajos tienen a menudo requisitos diferentes, hay criterios que debemos tener en
cuenta antes de empezar a escribir:

(1) Se debe usar un procesador de texto. No se puede entregar un trabajo escrito a mano.

(2) El papel debe ser blanco y de buena calidad. El papel de fotocopiadora es relativamente
barato y es el que se usa normalmente. El tamaño de papel más común es Carta o A4.

(3) Fuente y tamaño de letra legible. El más común es Times New Roman, 12.

(4) Los párrafos deben estar en doble espacio o interlineado 1,5 [excepto en bloques de citas
donde el espacio sencillo es aceptable].

(5) Los márgenes anchos y simétricos: 2,5 cm.

(6) El texto entero debe tener justificación de ambos lados. La defensa de la vida
vs.
(7) Los números de la página deben estar incluidos en todas las el derecho a morir
paginas menos en la tapa (primer página).
Juan López.
(8) Deben ponerse grapas en la esquina superior izquierda. Prof.. Luis Pérez.
Ética
Marzo 2002
(9) La tapa debe incluir: PORTADA O CARÁTULA.
I.P.A.
 Centro de la página y destacado: Título del trabajo. Montevideo.
 Abajo a la derecha: (i) su nombre, (ii) el nombre de su profesor, (iii)
el nombre del curso, y (iv) la fecha que se entrega el trabajo.
 Abajo al Centro: Institución.

(10) El trabajo debe contener un índice si hay muchas subdivisiones, capítulos, etc; si no los tiene
no es necesario.

(11) Todas las citas deben ser registradas adecuadamente y la bibliografía detallada.

(12) La gramática, sintaxis, ortografía y la puntuación cuentan. Así que esté seguro de corregir
su trabajo.

(13) Siempre hacer una copia impresa para usted – le puede pasar algo a la copia de su profesor
y a la unidad de disco duro de su computadora-.

(14) No olvide revisar, antes de entregar su trabajo, que se usan los mismos criterios de fuentes,
tamaños, subrayados, etc.
26
13- Citas y Notas
Al escribir es necesario citar de donde se obtiene la información, si no se hace, puedes
comprometerte en un acto de plagio. El plagio es un robo intelectual, y es el pecado principal del
mundo académico. Evitemos este hábito desfavorable dando crédito a todas las ideas que se piden
de prestado a nuestras fuentes. (Ver sección 5: Cómo evitar el plagio).
No son confiables las citas como medio de fabricación de los puntos o ideas. Más bien se deben
hacer explicaciones con las propias palabras. La habilidad de explicar nuestra posición demuestra
al lector que tenemos una comprensión clara.
Sólo se usan citas para apoyar una interpretación particular de un texto. Así que no citemos a
menos que se piense discutir el pasaje citado y explicar cómo apoya nuestra interpretación del
texto. Quizás la única otra excepción es cuando se quiere citar la definición precisa de una palabra,
cuando es dada por uno de los filósofos que estamos discutiendo.

Tipos y modelos de citas

Las citas y las notas


 Se pueden colocar: al pie de página(la más usual) o al final del capítulo o al final del
trabajo.
 Siempre deben estar numeradas.

Cada CITA debe remitir claramente al nombre del autor y la fuente. La referencia debe ser
puntual, exacta y verificable.
 Cuando la cita no supera las dos o tres líneas puede insertarse dentro del párrafo
entre comillas. Pero cuando la cita es más larga es preferible ponerla a un espacio y con un
margen menor. Si el trabajo se está haciendo a doble espacio, la cita puede ir a uno con sangría
y sin comillas.
 Las citas deben ser fieles, esto significa que se deben transcribir las palabras tal
como son; no se debe eliminar parte del texto sin señalarlo con tres puntos suspensivos entre
paréntesis (...), cuando deseamos aclarar algo dentro de una cita debemos hacerlo entre
paréntesis o corchetes.

Las citas son la ubicación de datos o textos extraídos de la bibliografía. Informan la procedencia del
dato. Hay dos tipos:

1.1. Resumiendo. Consisten en resumir las ideas de un autor con nuestras propias palabras
–“parafraear”. Ejemplo:
Si bien Austin no fue influenciado por Wittgenstein, ambos se enmarcan dentro de un movimiento muy basto que es
denominando “filosofía del lenguaje ordinario”, para el cual los problemas filosóficos deben tratarse con un lenguaje claro y
simple evitando una jerga incomprensible o especializada, y estos se caracterizan como pseudoproblemas ya que se
originan por los abusos cometidos en detrimento del lenguaje natural al pretender usarlo fuera de contexto. Redefinen la
tarea filosófica como la elucidación de los problemas comunes, ordinarios y no técnicos, porque es justamente el lenguaje
natural el que recoge las principales distinciones que vale la pena hacer, por lo menos en los aspectos prácticos de la vida
humana. Entonces no es sólo necesario dominar las diferencias y riquezas de matices de este lenguaje, sino que es el punto
de partida obligatorio, aunque no garantice la disolución de problemas filosóficos. Pero de este amplio movimiento
diferencian dos líneas: el Wittgenstein de los últimos años y otra línea, que tienen sus raíces y desarrollo en Oxford a partir
de la obra de Austin, quien se distingue especialmente por cuál es la tarea de la filosofía y cuál es su punto de partida. 1

1.2 Citando directamente. Se debe escribir el texto citado entre comillas.


a) Citación selectiva:

1
Carrió y Rabossi (1971) pp. 9 –13.
27
Grice en su estudio de las implicaturas conversacionales plantea la distinción entre lo que se dice y lo que se sugiere - o se
quiere decir-. Para Grice comunicar algo equivale a querer decir algo. Pero nos dice más, ya que también implica el
reconocimiento de que era eso lo que se pretendía decir. Para que exista una emisión significativa, entonces, “no debe
haber sido solamente `proferido´ con la intención de inducir una cierta creencia, sino también que el que profiere debe haber
tenido la intención de que una `audiencia’ reconozca la intención detrás de la proferencia”. 2 Coloca, entonces, las
intenciones del hablante en el estudio del significado, ya que lo que anima a una comunicación es causarme ciertas
respuestas por medio del reconocimiento de mi intención.

b) Citación en bloque:
Sin embargo, como planteábamos en la introducción, sobre la cantidad de usos del lenguaje y su posibilidad de
sistematizarlos, Austin afirma:
“... necesitamos más de un entramado en el que discutir estos usos del lenguaje; y también creo que no
deberíamos desesperarnos tan fácilmente y hablar, como tiende a hacer la gente, de los infinitos usos del
lenguaje. Los filósofos hacen esto cuando han enumerado tantos como, digamos, diecisiete; pero incluso si
hubiese unos diez mil usos del lenguaje, seguro que podríamos enumerarlos todos con tiempo”. 3

Primera Regla: no se cita a menos que sea necesario.


Segunda regla: siempre se cita cuando sea necesario.
Hay dos modelos de citas:

 Humanístico: apellido del autor y título ( Guidelines on MLA (Modern Language


Association) documentation style. http://www.mla.org/www_mla_org/style/style_index.asp?
mode=section )
Ejemplo:
Kymlicka, W. Filosofía política contemporánea, p. 35. o Kymlicka, W. “Filosofía política contemporánea”,
p. 35.

 Científico: apellido del autor y fecha del libro (APA Style: http
://www.apastylle.org/elecref. html)
Ejemplo:
KYMLICKA. (1995). p. 35. o Kymlicka. (1995). P. 35.

 Siempre debemos poner la página o páginas del libro que hacemos referencia.

 Si se ubica al final del trabajo la lista del material utilizado (bibliografía) no es necesario
agregar, al nombre del autor y título o fecha; los datos de edición porque ya aparecen en el
índice bibliográfico.

 Si no se presenta en el trabajo la bibliografía final debemos poner todos los datos. Ejemplo:

KYMLICKA, Will, Filosofía política contemporánea, Barcelona, Ed. Ariel, 1995. pp. 35-36.
Michael Tooley, "Writing a Good Ethics Essay" en University of Colorado:
http://spot.colorado.edu/~tooley/WritingEssays.html. (11 de nov. 2001).

 Si el mismo libro se cita en la nota siguiente se pone ibid o ibidem (significa “lo mismo”), si no
se trata de la misma página, cambiarle la numeración.

 Si el mismo libro se vuelve a citar, pero entre otra u otras citas intermedias, se pone el apellido
del autor y se agrega o.cit / op. cit (obra citada).

 Si es una cita de Internet, se pone el apellido y nombre del autor y el título del trabajo. No se
coloca el número de página ya que esto varía según la impresión. Ejemplo:
Michael Tooley, "Writing a Good Ethics Essay".

 Si estamos citando una cita que a su vez es cita de otro libro, debemos especificarlo. [“Citado en: autor,
libro, pag.”]
2
Grice (2001) p. 4
3
Austin (1999) p. 416.
28
Hay dos tipos de notas

1- Notas marginales. Para dar información que podría ser útil al lector pero que es tangencial al
tema que se está discutiendo en el trabajo. Ejemplo: Estamos presentando un argumento a favor de la
eutanasia (el problema moral) que es utilizado en otro tipo de discusión (políticas sociales) y podríamos poner la
siguiente nota 4

5
2- Para darle fuentes adicionales de referencia al lector. Ejemplo de este tipo de nota

14- Bibliografía
La bibliografía se coloca al final del trabajo y es el registro de todas las fuentes y materiales
consultados en nuestra investigación, sean citados o no. De ninguna manera debe citarse en la
bibliografía un libro no consultado.
Se presenta en orden alfabético según el apellido del autor, luego el nombre y los demás datos
según las normas de fichas bibliográficas.
A veces es preciso realizar una clasificación dentro de ella, aunque el orden alfabético debe
mantenerse en cada sección. Por ejemplo: bibliografía general y específica, o fuentes directas y
críticas, o libros y manuscritos, publicaciones periódicas, material de internet, actas; etc.

Como en las citas existen dos estilos: el científico y el humanístico. Los datos son los mismos que
se colocan en las fichas bibliográficas. (Ver sección 4.1)

Humanístico: Apellido del autor,


Nombre del autor.
“Título del Libro”,
Editorial, Ciudad,
año de edición.
ES PREFERIBLE QUE
Científico: Apellido del autor, SOBRE INFORMACIÓN
Primer letra del Nombre. DE LAS FUENTES A
(año de ed.) QUE FALTE.
Título.
Ciudad, País: Editorial.

(Si es artículo agregar su procedencia, si es pertinente volumen,


o si es compilador, nº de edición, etc).

Veamos ejemplos:
ESTILO HUMANÍSTICO:

Farrell, Martín Diego. “Eutanasia”, en Cuestiones Morales, Osvaldo Guariglia (ed.), Ed. Trotta, Madrid, 1996.
Van Oenen, Gijs. “El derecho y sus descontentos: Reconstruyendo a Ronald Dworkin”, Revista Relaciones, Nº 179, pp. 24-
27, Montevideo, abril 1999.
Harris, John. “Superman y la Mujer Maravillosa”, Ed Tecnos, Madrid, 1998.
Kuhse, Helga. “La eutanasia”, en Compendio de Ética, Peter Singer (ed). Ed. Alianza, Madrid, 2000.

4
Un argumento relacionado con el beneficio de la mayoría, es si con el costo que le implica al Estado el tratamiento de un paciente en estas
circunstancias, no se pudiese beneficiar a más personas ¿debemos siempre prolongar la vida por cualquier medio y a cualquier costo? La
discusión moral, que ya presentamos, está en si el recurso técnico mejora la vida o quiebra la dignidad de la vida. Pero esta argumentación
suele confundirse con una discusión sobre la política social, ¿están los recursos del Estado bien usados si son en beneficio de sólo una
persona que de todas formas se morirá o su vida no es digna de ser vivida? ¿Se debe hacer siempre todo lo posible, aunque sea por unas
horas, días o semanas? o ¿una vida humana vale menos que el interés colectivo?

5
Para más información sobre este tema, véase G. Pereira. (2001) pp. 77-79; Amartya Sen (1999) pp.96-99.
29
Kuhse, Helga. “The sancity-of-life doctrine in medicine. A critique”, Ed. Oxford University Press, Oxford, 1987.
Singer, Peter. “Ética Práctica”, Ed. Cambridge University Press, Gran Bretaña, 1995.

* En este estilo de bibliografía final las citas deben contener apellido del autor y título del libro –por ejemplo:
Kuhse, Helga. La eutanasia. pp. 412-413. –

ESTILO CIENTÍFICO:

ACERO, J., BUSTOS.E. & QUESADA, D. (1982). Introducción a la filosofía del lenguaje. Madrid, España: Ed. Cátedra.
AUSTIN, J. (1975a). Otras mentes. En: “Ensayos Filosóficos”. Madrid, España: Ed. Biblioteca de la Revista de Occidente.
AUSTIN , J. (1975b). Un alegato en pro de excusas. En: “Ensayos Filosóficos”, Madrid, España: Ed. Biblioteca de la Revista de
Occidente.
AUSTIN , J. (1971). Cómo hacer cosas con palabras. Bs. As, Argentina: Ed. Paidós.
AUSTIN , J. (1999). Emisiones Realizativas. En L.M.Valdés Villanueva “La búsqueda de significado”, Madrid, España: Ed.
Tecnos.
CARRIÓ, G. & RABOSSI,E. (1971). La filosofía de John L. Austin. En Austin: “Cómo hacer cosas con palabras”; Bs. As,
Argentina: Ed. Paidós.
GRICE P. (2001). Significado. Versión española de E. Caorsi. Montevideo, Uruguay.
SEARLE, J. (1999a). ¿Qué es un acto de habla? En L.M.Valdés Villanueva “La búsqueda de significado”, Madrid, España: Ed.
Tecnos.
SEARLE, J. (1999b). Una taxonomía de los actos ilocucionarios. En L.M.Valdés Villanueva “La búsqueda de significado”,
Madrid, España: Ed. Tecnos.
STAINTON, R.(1996). Philosophical Perspectives on Language. Ed. Broadview Press, Canada: Ontario.
* En este estilo de bibliografía final las citas deben contener apellido del autor y año del libro –por ejemplo:
Searle (1999a). pp. 432- 433. –

Si es material de Internet.

Los datos se ordenan de la siguiente forma:

- APELLIDO, NOMBRE (del autor o autores)


- TITULO del TRABAJO (entre comillas o subrayado o cursiva)
- FECHA o Última revisión si la tiene
- ORGANIZACIÓN O ADMINISTRADOR DEL SITIO o EDITOR
- HTTP:// URL
- FECHA de acceso (entre paréntesis).

Si se desconoce el autor se comienza con el título.

Ejemplos:

 Código de Ética Médica SMU - Aprobado el 27 de abril de 1995. SMU: http://www.smu.org.uy/elsmu/ (20 dic.
2001)
 Euthanasia, Internet Encyclopedia of Philosophy, 2001. Editor PH D. James Fieser:
http://www.utm.edu/research/iep/ (20 dic. 2001)
 Normas sobre conducta médica y derechos del paciente. Decreto del Poder Ejecutivo. Montevideo, 9 de junio de
1992. http://www.smu.org.uy/publicaciones/libros/laetica/ncmdydp.htm#decreto (20 dic. 2001)
 Rodríguez Almada, Hugo; Curbelo, María del Carmen; De Pena, Mario & Panizza, Rodolfo. Eutanasia y Ley
Penal en Uruguay, mayo de 2000. SMU, Comisión de Legislación Sanitaria y Derecho Médico del SMU:
http://www.smu.org.uy/dm/revistaDM/eut-uy.htm (20 dic. 2001)
 Young, Robert. Voluntary Euthanasia, Stanford Encyclopedia of Philosophy, December 2000. Stanford
University: http://plato.stanford.edu/ (20 dic. 2001)

15- Índice
Si bien los índices no son imprescindibles sirven tanto al lector como a uno mismo, ya que permiten
localizar rápidamente un tema dado.
Deben figurar todos los capítulos y sub capítulos del texto con la misma numeración y las mismas
páginas. (Parece un consejo obvio pero controla esto antes de entregar el trabajo). En la misma
línea a la derecha de donde aparecen los títulos o subtítulos, se verá en número de página donde
empieza. Debe ser confeccionado una vez mecanografiado el trabajo.
30
Se pueden utilizar números arábigos, romanos, letras del alfabeto, etc. Lo esencial no es el formato
del número sino que el criterio sea uno sólo y claro.
Ilustramos con índices de dos libros:

Amartya Sen: Desarrollo y Libertad. John Rawls: Teoría de la Justicia


(sólo presentamos una de las tres partes del libro)

16- Gramática y Estilo


Escribiendo Claramente

 ¿Cómo debe expresarse el autor? ¿qué persona gramatical conviene elegir? La cuestión es si se
debe personalizar el trabajo ¿ se escribirá “yo” o “nosotros”? ¿la primer persona singular o el
plural mayestático? Parece más conveniente usar el lenguaje impersonal: en vez de decir “yo
pienso que ...” o “nosotros pensamos que...”; sino: “se podría decir que...”.

 Evitar escribir períodos largos. Utilizar oraciones cortas, con el mínimo de subordinadas.

 Evitemos usar palabras elegantes y una prosa pretenciosa. Hay quienes piensan que ser
filosófico es ser complejo. Realmente es lo opuesto, la simplicidad y claridad son los ideales en
filosofía. Emplear vocabulario preciso y no palabras rebuscadas o “difíciles”.

 Debemos escoger las palabras muy cuidadosamente. Ayuda preguntarse: ¿Lo que he escrito
expresa los pensamientos que quiero presentar? No hay que dejar nada incierto y simplemente
asumir que el lector podrá deducir lo que queremos decir.

 La mejor manera de asegurarnos que escribimos claramente es seguir una prosa simple y
directa. No intentar hacer la escritura "viva", por ejemplo, no usar metáforas; simplemente decir
lo que se tiene que decir. Usar un lenguaje referencial – “El periodismo ha tenido un papel
preponderante en los recientes sucesos ...” - y no un leguaje figurado – “El cuarto poder ha
tenido un papel....”-. El primero llama a las cosas por su nombre con términos bien definidos y de
un sólo sentido.

 No utilicen signos de admiración –propios del lenguaje expresivo- para indicar que se está
diciendo algo importante. La importancia de un pasaje debe surgir del contenido del mismo.
Tampoco destacar palabras o frases con mayúsculas, lo conveniente es con cursiva o subrayado.

31
 Evitar el uso de abreviaturas y cuando se usen siglas, desarrollar la primera vez la denominación
completa correspondiente y consignar entre paréntesis la sigla.

 Incluir el nombre de pila de cada autor o de un personaje histórico la primera vez que se cite. Las
veces siguientes usar sólo el apellido.

 También evitemos exagerar lo que se tiene que decir. La exageración es común en una
conversación cotidiana pero inaceptable en un trabajo de filosofía. Por ejemplo, en una
conversación alguien podría decir, "Todos los uruguayos rechazan la eutanasia". Por supuesto,
que no todos los uruguayos rechazan la eutanasia. Ten cuidado al usar palabras como "cada" y
"todos."

 Evitar las siguientes trampas de dicción:


a) Usar palabras de forma inapropiada:
Ejemplos:
- "El argumento de Rachels es falso". (Declaraciones, afirmaciones, etc. son verdaderas o falsas, pero no los
argumentos. Los argumentos son válidos o inválido)
- "De la declaración 'Todas las vidas humanas son valiosas' se infiere que la vida de humanos
permanentemente inconscientes es valiosa". (Inferir es deducir alguna conclusión de un juego de declaraciones
o hechos. En este ejemplo, "infiere" se reemplaza con la palabra "implica".)
- "El utilitarismo cree que el acto correcto es el que produce la mayor felicidad para el mayor número". (El
Utilitarismo es una postura, no una entidad consciente. Así el utilitarismo es incapaz del acto mental de creer.
En su lugar, se podría decir "Los Utilitaristas creen..." o "el Utilitarismo es filosofía según ...")

b) La vaguedad: cuando uno no expresa precisamente lo que significa el o ella.


Ejemplo: "El aborto no es la solución mejor a un embarazo no deseado". (¿Significa esto que aunque se piensa
que el aborto es moralmente permisible, se cree que sería preferible para las mujeres con embarazos no
deseados llevarlos a término y poner a sus niños no deseados en adopción? O, ¿simplemente se piensa que el
aborto está moralmente equivocado?)

c) La ambigüedad: cuando se usa una palabra que puede tener más de un significado pero no se
especifica cuál se esta aplicando.
Ejemplo: "Un feto es un ser humano inocente". (Exigir que un feto es humano, ¿Se está exigiendo meramente
que es un miembro de la especie homo sapiens? O, ¿se está exigiendo que es humano en el sentido
moralmente pertinente de ese término? ¿ En qué sentido nosotros pensamos que somos humanos? ¿ alguien
en un estado vegetativo irreversible lo es o no?)

 Cada vez que se presenta un nuevo punto se deberá crear un nuevo párrafo, el que será escrito con
varias frases: es imposible escribir una idea en una sola frase. También, hay que rearmar, si es
posible, párrafos que son demasiado largos; ellos pueden confundir al lector. Hay que intentar
empezar cada nuevo párrafo con una frase que lleve al tema.

 Releer lo escrito con un ojo que quite la verbosidad innecesaria. La escritura debe ser concisa. Verificar
cada frase excesiva y los errores gramaticales; reemplazar los verbos o adjetivos reiterados, etc.

 Los puntos y comas no son los únicos tipos de puntuación que se puede usar, se pueden incorporar
puntos y comas (;), colones (:), rayas (-) o paréntesis () en algunas ocasiones.
Antes de presentar el proyecto final, debemos leerlo por última vez.

17- Cualidades de un buen ensayo


La modestia particular en detalle que intentar hacer más y
Un ensayo filosófico debe ser modesto: tratar un punto terminar en una incertidumbre o enredo. Sin
concreto claramente. No se va a resolver el problema embargo, esto no significa que su trabajo
mente-cuerpo en catorce o incluso, en cuarenta necesariamente sea aburrido o inútil.
páginas. No se puede ser demasiado ambicioso. Es
preferible gastar más tiempo desarrollando un punto Sinceridad y originalidad
32
La sinceridad en la redacción se puede afirmar que La precisión está vinculada estrechamente con la
consiste, principalmente, en dos cosas. Primera, claridad y la sencillez. La precisión se deriva de
escribir conforme a nuestra propia manera y según que en cada momento se utilicen las palabras
nuestro estilo peculiar y no fingidamente, de forma justas y las expresiones que correspondan
artificiosa y aparentando maneras y estilos de otros. exactamente a la idea que se quiere expresar.
Segunda, que en ningún caso se pretenda con las Consecuencia de la precisión es la concisión es
palabras disfrazar la verdad ni engañar. decir, la ausencia de palabras superfluas de modo
La sinceridad se halla estrechamente relacionada con la que ni sobre ni falte término alguno.
originalidad. Lo que es sincero, lo que responde a
nuestra manera de ser intelectual, lo que hemos Rigor y sistematización
meditado y que por surgir de lo más íntimo de nosotros Ambas constituyen, sin duda, dos cualidades
es profundo, ha de ser también, por eso mismo, importantes a tener en cuenta en la redacción de
original. todo trabajo.
No somos nada de esto si no hacemos más que El rigor consiste en la propiedad y exactitud del
expresar ideas de otros sin convertirlas en algo propio, contenido en general del escrito. En este contenido
asimilándolas profundamente e integrándolas en se pueden distinguir tres dimensiones: extensión,
nuestro pensamiento. profundidad y seriedad.
Debemos demostrar además de que entendemos o La rigurosidad en la extensión depende de que se
dominamos el tema, que podemos pensar críticamente abarquen todos los aspectos y no se deje ninguno
sobre él, debemos mostrar un pensamiento en el aire, y asimismo, si, concientemente o
independiente. Esto no significa que debamos presentar inconscientemente, no se olvida ni desdeña el
una nueva teoría. estudio de ninguna corriente o posición y
confrontarlas con las propias.
El trabajo colectivo Se tendrá rigor en la profundidad si llegamos hasta
La forma más fecunda de probar nuestro propio el final, no quedándose nunca voluntariamente a
pensamiento es comunicarlo a los demás y ponerlo a medio camino.
discusión, es la herramienta más valiosas que tenemos. El rigor en la seriedad del contenido se deriva del
Exponer y exponernos ante los otros es la única forma cuidado en demostrar nuestra toma de posición y la
de lograr un trabajo de calidad. La profesión filosófica precisión en presentar los argumentos que
requiere una elevada socialización del conocimiento, justifican nuestras aportaciones y descubrimientos.
por lo que siempre debemos promover el diálogo Es noble poner de manifiesto las limitaciones de
académico, como condición de pertinencia, legitimidad nuestras investigaciones, las dudas aun no
y humanidad de nuestra tarea. El saber se produce y aclaradas y las cuestiones dejadas sin resolver. Y
conserva socialmente. Sólo en la discusión e por último, el rigor nos exige la exactitud de
intercambio con los otros hacemos filosofía. nuestros datos, las referencias y citas, que
garantizan la solidez de nuestra investigación.
Claridad, sencillez y precisión La redacción debe ser también sistemática, de
La finalidad esencial del escrito es la comunicación, modo que presente integrados en su totalidad todos
para ello es necesariamente imprescindible que el los aspectos del tema estudiado desarrollados en
discurso sea claro o perfectamente comprensible. Esto ellas.
nos exige, de antemano, la perfecta comprensión del
tema a exponer, que lo hayamos profundizado y se Viveza
domine. Si no lo hemos entendido bien, difícilmente sea Esta cualidad debe proporcionar, interés y aliciente
comprensible para los demás. al texto. Negativamente, pide evitar el estilo
En el orden expositivo, la claridad se deriva de su monótono, plano, amorfo, inerte y pesado.
corrección sintáctica, de utilizar en cada caso la palabra Positivamente, reclama que se ponga algo de
justa, de no emplear palabras vacías o inútiles, de dar colorido e incluso de un poco pasión en el escrito;
a los párrafos y capítulos el orden lógico adecuado. La que se sepa destacar la importancia de lo que se
claridad está ligada a la sencillez: debemos evitar escribe, su actualidad y vigencia y su utilidad y
palabras rebuscadas y artificiosas o términos técnicos aplicaciones; que se de un cierto relieve a las ideas
sin definirlos. expresadas mediante la comparación, la
contraposición y la antítesis.

18- Repasemos los pasos ...


Paso Uno (Escoger un tema): Escoge un tema que te interese. Escribir filosofía es un trabajo
duro, pero también puede ser interesante y gratificante cuando se escribe sobre un problema que
nos intriga. Escribe sobre un tema que tienes algo para decir. No escribas de lo que no tienes nada
que agregar a lo que ya se ha dicho en las conferencias y lecturas.

33
Paso Dos (Los Materiales): Se busca, se selecciona el material, y se hacen notas cuidadosas de
todos los argumentos presentados. Entonces revisa estos argumentos y apunta tus ideas sobre
ellos.

Paso Tres (Desarrollar una tesis): Esperanzadamente, después del paso dos, habrás
desarrollado tu propia posición sobre el problema. Si no, entonces considera a dos filósofos con
puntos de vista contrarios e intenta descubrir cuál tiene la posición más creíble y por qué. En el
proceso debes desarrollar tu propia posición en el problema. Esta será tu tesis. Ahora trabaja en
articularlo tan claramente y precisamente como puedas. Pero no tengas miedo de revisar tu tesis
mientras desarrollas el trabajo. A menudo con el tiempo, se encontrará que los primeros
pensamientos en la materia no son tan defendibles como parecían al principio. En este caso,
necesitarás cambiar la tesis a otra que puedas defender. Por supuesto, la tesis no tiene por que ser
una defensa por la positiva, se puede escoger defender una demanda negativa. Por ejemplo, la
tesis puede ser que el argumento de X's está equivocado. Esta es una tesis buena.

Paso Cuatro (Hacer un esquema o estructura): Antes de empezar a escribir se deben esbozar
todos los argumentos y exponer la estructura del trabajo. Haciéndolo ahorrarás tiempo. Si no se ha
pensado cuidadosamente y bastante de antemano se terminará escribiendo párrafos y quizás hasta
páginas enteras inútiles: o se presentan argumentos no correctos o incluso premisas indefendibles.
Es de esperar que se realicen retrocesos al escribir el trabajo. No debes tener miedo de volver a
empezar desde el principio si no estás desarrollando las ideas como te gustaría.

Paso Cinco (Tomar un descanso): A estas alturas, se debe tomar un descanso (en cualquier
momento, de unos días a una semana) para que cuando regreses al trabajo tengas una perspectiva
fresca de él. Éste es un paso importante. Te sorprenderá cómo esos argumentos que parecían
claros y buenos hace una semana ahora parecen inciertos y pobremente declarados.

Paso Seis (Revisar los argumentos con ojo crítico): Ahora revisa los argumentos pensados
hace una semana y míralos desde la perspectiva de alguien con el punto de vista contrario.
¿Aceptarían las premisas? ¿Aceptarían tu razonamiento? ¿Cómo responderían a tus argumentos?
¿Qué objeciones podrían presentar? A menudo será útil buscar a alguien con una mente escéptica;
puede ser un amigo, un padre, o el profesor. Pregúntales lo que ellos piensan de tus argumentos.
Intenta responder a las críticas potenciales que ellos proponen, y decide cómo incorporar sus
contestaciones en tu trabajo: se podría escoger dirigirse a estas objeciones cuando ellas aparecen o
se pueden considerar todas las objeciones potenciales al final.

Paso Siete (Escribir el trabajo): Escribe según la estructura o esquema previo. Se debe dejar la
introducción y conclusión para lo último, y juntas. Ellas deben reflejarse entre sí. La introducción
debe declarar la tesis y exponer la estructura del trabajo. La conclusión debe reiterar la tesis y
ensayar la línea principal del argumento.

Paso Ocho (Corregir el trabajo): Después de que terminas de escribirlo, nuevamente toma un
descanso de unos días. Entonces vuelve a tu trabajo y corrígelo. Enmienda cada frase que no se
presente clara y precisa. No tengas miedo de volver a escribir frases y reestructurar párrafos por
causa de la confusión y oscuridad. También verifica errores de gramática, dicción y formato.

19- ¿ Cómo se evalúa un ensayo filosófico?

Los siguientes criterios son una guía de evaluación:

1. El dominio:
¿Explica con claridad, con precisión, y caritativamente las visiones filosóficas pertinentes y
argumentos? ¿Tiene definidos y explicados todos los términos pertinentes? ¿Ilustra su o sus puntos
34
y son ejemplos originales? ¿Ha explicado las cosas de manera que sería inteligible a alguien sin
base en filosofía y ningún conocimiento de los materiales del curso?

2. Argumentación:
¿Hay una declaración de la tesis clara y bien construida? ¿Pertenece a un problema filosófico
importante? ¿Se ofrecen argumentos poderosos en defensa de la tesis? ¿Es el trabajo internamente
consistente y libre de errores lógicos?

3. La consideración de objeciones potenciales dirigidas contra los argumentos del autor:


¿ Se consideran adecuadamente las objeciones potenciales a el o los argumentos presentados?
¿Contesta adecuadamente a tales objeciones? ¿Evita constituir afirmaciones de las cuales hay
contraejemplos obvios? ¿Son las asunciones que el autor presenta, desde la posición contraria,
razonables y probablemente aceptables?

4. La consideración de objeciones potenciales dirigidas contra la tesis del autor:


¿Se dirige el autor a los argumentos de la posición contraria? ¿Hace explícito por qué piensa que esa
postura es falta de argumentos? ¿Si la posición del autor tiene algunas implicaciones potencialmente
polémicas, las presenta adecuadamente?

5. La organización:
¿Tiene el ensayo una estructura lógica? ¿Es esa estructura inteligible al lector? ¿Siguen los párrafos
una sucesión lógica y tienen transiciones adecuadas entre ellos? ¿Se organizan los párrafos
alrededor de las frases del tema? ¿Se unen las frases dentro de cada párrafo y se mezclan juntos
fácilmente? ¿Se unifican las frases dentro de cada párrafo, sin digresión indebida?

6. La claridad:
¿Es el trabajo claro y está bien escrito? ¿Es la prosa simple y directa? ¿Emplea el autor buena
dicción y evita ambigüedad y vaguedad?

7. La originalidad:
¿Muestra el trabajo originalidad? ¿Se hace más que una refundición del material que analizó?
¿Desarrolla una nueva línea de argumento o levanta una nueva objeción? ¿Se presentan algunos
puntos originales o, al menos, propone algunos ejemplos
imaginativos e ilustrativos? ¿Ha hecho el autor un
esfuerzo sincero para tratar un problema filosófico
difícil?

8. La escritura y el formato:
¿Es la escritura competente? ¿Está el trabajo libre de
errores gramaticales? ¿Se reconocen las fuentes
adecuadamente? ¿Reúne el trabajo todos los requisitos
acerca del estilo y formato?

Escher, Reptiles (1943)

VII - ANEXO: Abreviaturas más comunes.


Las abreviaturas más comunes en notas o textos son:

Anón. Anónimo
art. artículo (no de periódicos, sino de leyes y similares)

35
c. o ca. circa, cerca de
cap. capítulo; plural caps. (a veces c., pero en ocasiones c. es columna)
cf., cfr. confróntese, compárese
col. columna, plural cols.; también colección
cuad. cuadro
ed., edic. edición (primera, segunda: pero en bibliografías inglesas ed. es editor, el que está "al
cuidado de": plural eds.)
e.g. (en los textos ingleses) exempli gratia, por ejemplo
fig. Figura, plural figs.
fo. folio, también f., f ., fol.; plural ff.
ib., ibid. o ibidem, en el mismo lugar (es decir, en la misma obra y en la misma página; si es
la misma obra pero no la misma página, se pone op. cit. u ob.cit. seguido de la
página)
i.e. (en los textos ingleses) id est, esto es, es decir
loc. cit. loco citato, lugar citado
MS o Ms, manuscrito; plural MSS o Mss.
n. nota (por ejemplo: véase o cfr. n. 31
NB. Nota bene, nótese bien
NS Nueva serie
Nº Nro., número
op. cit. Opera citata u ob. cit., obra citada del mismo autor
p. página (se usa en singular y plural); en plural; también pág. (en singular); págs. o
pp. (en plural)
p. ej. por ejemplo.
párr. párrafo
seud. seudónimo; cuando la atribución a un autor es discutible, se pone seudo
s.a. sin año (también s.f., sin fecha; y s.d., sin data, cuando no figuran el año ni el lugar
de edición)
s.l. sin lugar de edición
s.n. sin nombre
sec. sección
sic así (así escrito por el autor a quien estoy citando; puede emplearse como cautela o
como subrayado irónico ante un descuido o una incorrección gramatical o conceptual
del autor)
sig. siguiente; plural sigs. o ss, (por ejemplo: 34 y ss.)
N. del A. Nota del autor
N. del E. Nota del editor
N. del T. Nota del traductor
t. tomo
tr. traducción; también trad. (puede ir seguido del nombre de la lengua o del traductor,
o de ambos)
v. ver, véase
v. verso, plural vv. (si se citan muchos versos es mejor no usarla)
vs. versus, en oposición a (por ejemplo: blanco vs. negro)
vol. volumen, plural vols. (vol. suele significar un volumen dado de una obra de varios
volúmenes -vol.7-, mientras que vols. se refiere al número de volúmenes de que
consta esta obra -4 vols.-).

36
VIII - A Modo de Reflexión Final
Rev i s t a Fr ac t a l - Número 18 - Méxi c o , 200 | j u l i o - s ep t i e mb r e | año V | vo l umen V.

¿Qué pued e en s e ñ a r l e e l en s a y o a nue s t r a


fi lo so fía?
Carlo s Per e d a (*)
(*) Ca r l o s Pe r e d a (F l o r i d a , Urug u a y ) na c i o n a l i z a d o en Méx i c o ,
e s pro f e s o r de F i l o s o f í a en e l In s t i t u t o de In v e s t i g a c i o n e s
Fi l o só f i c a s (Un i v e r s i d a d Autónoma de Méx i c o ) y Doc to r a d o
por la Univ e r s i d a d de Cons t a n z a (A l em a n i a ) . Ent r e su s
pub l i c a c i o n e s de s t a c a mo s Deba t e s ( 1 9 8 9 ) , Conv e r s a r es hu m a n o
(19 91 ) , Razón e inc e r t i d u m b r e ( 1 9 9 3 ) y Vértig o s Argu m e n t a l e s . Una
é t ic a de la disp u t a ( 1 9 9 4 ) , ad emá s de mul t i t u d de a r t í c u l o s en
rev i s t a s espe c i a l i z a d a s .

"Somos invisibles": esta melancólica comprobación hace referencia al "no lugar" que
ocupamos los filósofos en América Latina y, en general, en lengua castellana o portuguesa:
tendemos a sobrevivir como meros fantasmas que dan clases y escriben textos, algunos
quizá admirables, pero que casi nadie se interesa por ellos, entre otras razones, porque
casi nadie se demora en leerlos. Con estas palabras no persigo el inútil patetismo, ni
procuro para nada quejarme, ni lanzar un desafío. Simplemente compruebo un hecho, por
lo demás, conocido por todos.

Quiero interrogar un poco esa invisibilidad. Luego indagaré cómo puede ayudar la
experiencia de nuestro festejado ensayo para combatirla.

Por lo pronto, la invisibilidad de los filósofos cuyo vehículo es el castellano o el portugués es doble.
En primer lugar, hay una invisibilidad inmediata: somos invisibles ante nuestros colegas 6 e incluso ante los propios
estudiantes. En las tradiciones más influyentes de la filosofía, las que se expresan en lengua francesa y alemana y,
en los últimos años, sobre todo y abrumadoramente, en lengua inglesa, un libro de filosofía tienen como
destinatario el conjunto de estudiosos de la disciplina de la que muchas veces llegan hasta esperar con ansiedad esa
6
En los tomos publicados de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Trotta-Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, Madrid, a partir de 1990, ciertas características son dominantes. Comencemos por anotar la gran calidad e incluso
excelencia de la mayoría de los trabajos. Sin embargo, lamentablemente, muy pocas colaboraciones hacen referencia a otras de
la misma Enciclopedia y, salvo en el primer tomo, casi la totalidad de la bibliografía citada se encuentra en lenguas que no son
el castellano o el portugués; incluso sorprende cuando en alguna que otra ocasión se citan filósofos que han escrito en estas
lenguas. Es imposible siquiera imaginar que las dos últimas características pudiesen estar presentes en una Enciclopedia escrita
en inglés, francés o alemán. Cf. Guillermo Hurtado, "¿Tiene sentido una filosofía hispanoamericana?", en La Jornada
Semanal, 22 de diciembre de 1996. Por otra parte, cualquiera que asista a los muchos Congresos de Filosofía que
constantemente se realizan en los países de habla castellana o portuguesa o que consulte las numerosas revistas especializadas
de filosofía que se publican en estas lenguas, a cada paso reencontrará estas dos últimas características.
37
publicación. En América Latina y, en general, en castellano y portugués nos importan muy poco qué creen, qué
desean y qué argumentan quienes pertenecen a nuestras lenguas. Raramente se discute con seriedad un libro
publicado en ellas. Más raro todavía es que se considere necesario darlo a conocer, involucrar a los estudiantes en
su exploración y, mucho menos –¡qué escandalete provocaríamos!– se nos ocurriría programar un seminario en
torno a lo que piensan quienes se encuentran más cerca de nosotros. Escasamente citamos –aunque seamos sus
amigos– a aquellos autores nuestros que hemos leído y admiramos. De acuerdo, a veces se deja caer alguna que
otra colorida flor, por puro compromiso, pero en general nos rehusamos a cualquier crítica dura, minuciosa,
fecunda.7 ¿Para qué malhumorarnos con un colega, que tal vez sea en el futuro poderoso, si se puede proseguir
conviniendo en la cómoda paz de los sepulcros? Además, aunque parezca extraño, algunos prefieren este estado de
cosas. Al menos, si alguien de los alrededores argumenta en su contra se hacen los sordos, o se ofenden y hasta
planean, no como filósofos un deslumbrante contrargumento, sino como mafiosos, una puntual venganza. Como si
la crítica, sobre todo, la que es feroz e implacable, no constituyese la forma más lata del reconocimiento que se
merece un pensador. Así, entre nosotros, parecería que escribimos para adornar un curriculum y sostener una
presencia más o menos pública o, tal vez, para mitigar el aburrimiento de la tarde, y no buscando comprendernos
mejor y comprender mejor el mundo.

He declarado que esta invisibilidad es doble. ¿Por qué? En los últimos tiempos se ha puesto de moda la sugerente
frase "conversación de la humanidad": conversación entre las diferentes disciplinas, conversación entre las varias
culturas, conversación entre los muchos individuos de este desarreglado planeta. Tampoco en esas conversaciones
la filosofía latinoamericana, y en general, la filosofía en castellano y portugués juega, mediatamente, algún papel.
Pocas veces a un político, administrador, físico, químico, biólogo, lingüista, sociólogo, historiador, novelista,
poeta, pintor, músico... se le ocurre por aquí discutir con un pensador de estas lenguas, aunque vivan al lado de su
casa.8 En menos ocasiones todavía se toma en cuenta nuestra labor fuera de las fronteras del idioma, y cuando
extrañamente se lo hace, claro, se favorece lo que podríamos llamar la "filosofía con color local"9: Esa mezcla de
7
Tal vez no se ha reconocido suficientemente el papel ambiguo que ha jugado a partir de 1940 la constitución de una
disciplina académica como la llamada "Historia de las Ideas en América" o "Historia del pensamiento latinoamericano",
disciplina inspirada por las enseñanzas de José Gaos en México y de Francisco Romero en Buenos Aires. Califico de
"ambiguo" el papel de esta disciplina porque una tarea es historiar y explicar de manera contextual –teniendo en cuenta
factores sociales, políticos, económicos...– algunas ideas y otra muy distinta argumentar con ellas acerca de su comprensión,
de su verdad, de su relevancia. O expresada esta –o "externo" dirán algunos– de ciertos pensamientos con su valor filosófico –
o "interno"– (por supuesto, ni Gaos ni Romero cometieron esta confusión). Sobre la historia de las ideas en América Latina y
sus periodizaciones consúltese el clásico libro de Leopoldo Zea, El pensamiento latinoamericano, Barcelona, Ariel, 1976.
También hay una útil presentación en Arturo Ardao, "Historia y evolución de las ideas filosóficas en América latina" en La
filosofía en América. Trabajos presentados en el IX Congreso Interamericano de Filosofía, Caracas, 1979, Tomo I, pp. 61-69.
8
Por ejemplo, Valeriano Bozal (ed), Historia de las ideas estéticas y de las teoría artísticas contemporáneas, La balsa de la
Medusa, Visor, Madrid, 1996. Desgraciadamente es sintomático que de nuestra lengua excluya el pensamiento estético y
artístico formulado en las diversas entonaciones del idioma castellano (con la excepción de Ortega). Lezama Lima, Borges u
Octavio Paz –para evocar algunos conocidos nombres latinoamericanos– han reflexionado sobre el arte en forma más profunda
y decisiva que muchos de los autores anglosajones, franceses o alemanes incluidos (muchos, por cierto, de segunda y de
tercera categoría). Cf. Mi reseña de ese libro, en otros sentidos tan valioso, "Fecundos vasos comunicantes" en Revista de
Libros, Madrid, enero de 1997.
9
En muchas obras de referencia recientes escritas en inglés, por ejemplo, el Dictionary of Philosophy de Simon Blackburn la
filosofía en América Latina simplemente no existe: no se incluye ningún artículo acerca de América Latina. En la Routledge
Enciclopedia of Philosophy de 1998, que cuenta con 9 gruesos volúmenes contiene 2054 artículos la perspectiva que se tiene
sobre la filosofía en América Latina está presidida por tres criterios: en primer lugar parece no importar ninguna de las
individualidades que realmente importan en la filosofía de América Latina. De esta manera, no hay artículos que versen sobre
los filósofos latinoamericanos cuya aparición podría esperar al lector, por ejemplo, en lo que se refiere a México no existe
ninguna entrada para Antonio Caso o José Vasconcelos, ni para Leopoldo Zea o Luis Villoro (por supuesto, esta enciclopedia
está repleta de entradas acerca de filósofos anglosajones, alemanes y franceses, pero también sobre filósofos chinos, árabes,
rusos, italianos, polacos...); ni siquiera se estudia la obra de Mario Bunge o de Héctor Neri Castañeda, la mayoría de cuyos
escritos se encuentra en inglés. En segundo lugar, se practica lo que las feministas han llamado con razón la moral del "doble
estándar", y que aplicada a una cultura es, creo, una forma del racismo: mientras que los artículos serios importantes, largos de
la Enciclopedia están escritos por filósofos analíticos –dando a entender, así, que esa es la filosofía "seria", "importante"...–,
los artículos sobre América latina favorecen la más burda ideologización. En tercer lugar, independientemente de la
perspectiva que se haya elegido, las colaboraciones están llenas de errores de hecho y la selección de nombres es totalmente
caprichosa. Por ejemplo, en el artículo Fenomenología en América Latina en la parte dedicada a México se incluyen dos
38
autoindulgencia, declamaciones de principio y sociología y psicología impresionistas. (Se conoce: "el ser del
boliviano que está a punto de despertar y...", "el destino del Perú profundo que lucha por encontrarse a pesar de
turbias maniobras de ...", o tonterías por el estilo.) Por supuesto, a nadie se le ocurre entablar una argumentación
rigurosa con un "filósofo con color local". Sólo se le otorga algún premio... para acallar la mala conciencia
colonial, y a otra cosa.

En fin, ni hablamos con nuestros colegas actuales o futuros ni, mucho menos, nuestra voz tiene algún lugar en las
tan publicitadas –aunque selectísimas– conversaciones de la humanidad. Insisto: la invisibilidad de quienes
pensamos en castellano o portugués es tanto inmediata como mediatamente perfecta. ¿Por qué?

Hay muchas y muy variadas causas. Algunas son externas –de orden social, económico y político–, otras internas:
malos hábitos intelectuales. Y aunque, como en casi todos los casos, ambos tipos de causas poseen múltiples
interrelaciones, 10 sólo me referiré, y apresuradamente, a las causas internas: a tres graves vicios de la razón
arrogante, resultados de herencias coloniales. 11

Al primer vicio lo podemos llamar "fervor sucursalero". Una corriente de pensamiento deslumbra en la juventud y,
luego, se continua el resto de la vida repitiendo vanamente sus fórmulas. De ese modo, implícita y, a veces, hasta
de manera explícita se considera que las Casas Matrices del descubrir están en otra parte; así, sucumbiendo con
gozo al vértigo simplificador, reducimos la reflexión a administrar con diligencia el establecimiento de esa empresa
en nuestro poblado. Por ejemplo, si la empresa es de origen francés, en los cuarenta fuimos vitalistas y partidarios
de Bergson, en los cincuenta nos convertimos en apasionados existencialistas, devotos de Sarte y de la Rive
Gauche, en los sesenta practicamos la ciencia-ficción del estructuralismo, incluyendo el estructuralismos delirante
y marxista de Althusser, para convertirnos después de los setenta a la hermenéutica, al posmodernismo, a la
deconstrucción y sobre todo, al vértigo de lo sublime respecto del Otro: eso sí, del Otro con una inmensa
mayúscula para que, de ese modo, nos permita ignorar a la multitud de otras y de otros concretos que pululan en
nuestro entorno y se oponen a nuestros planes y hasta fieramente nos desafían.

El segundo vicio es el "afán de novedades". Se objetará: ¿qué tiene de malo ser curiosos? Sin duda, la curiosidad en
tanto un deseo de saber es el aliciente y hasta una primera etapa de todo proceso de conocimiento. La dificultad
comienza si el curioso se vuelve adicto y sin rumbo. Pues cuando la curiosidad se hace afán de novedades ya no
interesa saber algo para poder pensar por sí mismo acerca de ese algo, sino "estar al día", "encontrarse al corriente
de los sucesos pasajeros". Obsérvese que el concepto de querer saber y el concepto de querer estar al día hacen
referencia a dos actitudes opuestas: en el primer caso se trata de un aprender activo, hondo, explorador, en el
segundo, de una recepción pasiva, superficial, que meramente se informa de lo que sucede en otros paisajes. Por
otra parte, el concepto del saber se regula por criterios de validez como el de tener creencias verdaderas y
justificadas; el concepto de estar al día sólo admite patrones que remiten a sistemas de vigencia social.

Aparentemente, el afán de novedades y su actitud de estar al día surge como reacción al establecimiento y
predominio de cierta sucursal de alguna empresa internacional en bancarrota, sucursal en la cual solo se encuentran
ya ideas rancias y empolvadas. En realidad, el afán de novedades conforma el previsible complemento del fervor
nombres completamente desconocidos, incluso por los historiadores de las ideas en México: Carmen Hernández de Ragoña y
Arturo Rivas Sainz. ¿Qué pensaríamos de un artículo sobre Filosofía en los Estados Unidos en el siglo XX que suprimiese los
nombres de Peirce, Dewey, Quine y Davidson? Al respecto, cf. El trabajo de Guillermo Hurtado, "Artículos sobre la filosofía
en México y en América latina de la Routledge Enciclopedia of Philosophy", en Dianoia, 1999.
10
Es muy importante no perder de vista estas interrelaciones. Por otra parte, lo que entiendo por "causas internas", por una
patología de nuestros hábitos intelectuales, no son enfermedades exclusivamente filosóficas. En este sentido vale la pena
recordare la crítica que hace Carlos Thiebaut a las filosofías del malestar como la de la Escuela de Frankfurt: "La filosofía del
malestar como toda forma del narcisismo, confunde los objetos de los que trata consigo misma: se achaca a sí misma el
sentido, pero también la culpa, del mundo..., como si el desastre de ese mundo fuera debido a una enfermedad filosófica, la de
la razón instrumental" en La responsabilidad ante el futuro, Ediciones Episteme, Vol. 219/220, Madrid, 1999, p. 36.
11
En otras obras ya he aludido a estos vicios, sea en relación específica con la filosofía, en Debates, Fondo de Cultura
Económica, México, 1983, pp. 135 y ss., sea respecto de la cultura académica en general de América Latina, Crítica de la
razón arrogante, Taurus México, 1999: Sobre este mismo punto consúltese el extremadamente lúcido trabajo de Eduardo
Rabossi, "Filosofar”: Cuadernos de filosofía, núm. 40, abril de 1994, Buenos Aires Argentina.
39
sucursalero. Así, en muchos países de América Latina, claramente en Argentina y en México en el correr de los
cincuenta, una combinación de los gestos retóricos de Ortega y de las sucursales heideggerianas y, sobre todo,
sartreanas del desgarramiento y la autenticidad –que nos hacían angustiar, ay, literalmente, con cualquier Nada–
provocan como respuesta un doble afán de novedades. Los más brumosos y enredados se apuntan en la Escuela de
Frankfurt.. Los más sobrios se van poco a poco convirtiendo en filósofos analíticos; así, a fines de los cincuenta
comenzamos a aprender lógica moderna, nos abrazamos del neopositivismo de Carnap y/o del falsacionismo de
Popper, o luchamos con energía del bando de la ordinary language philosophy, entonces de moda en Oxford: Unos
años después a fines de los sesenta, nos informaron que Quine y, más tarde, Donald Davidson habían superado esas
militantes oposiciones que tanto nos dividían y nos pusimos "al día" volviéndonos disciplinadamente quineanos o
ejerciendo con pasión la davidsoniana radical interpretation. En eso estábamos al comienzo de los noventa cuando,
de pronto, nos tironearon tremebundas fuerzas opuestas: por un lado el neo-esencialismo de Kripke, por otro, las
ciencias cognitivas, por otro todavía, el neo-pragmatismo de Rorty y Brandom... Después de tantas volteretas, a
estas alturas, quien no tenga ansias de instalar de nuevo una tranquila y estable sucursal que tire la primera piedra.

En contra de esos dos vicios, en América Latina con insistencia se nos suele llamar a liberarnos: a dejar de mirar
tanto hacia afuera, a las brillosas Metrópolis del Pensamiento Imperial, para comenzar a apreciar un poco lo que
somos y lo que nos rodea. Hay que descolonizarse. Lástima que esta sensata invitación pronto degenere también en
un vicio: en esa arrogancia de las identidades colectivas que conforman los "entusiasmos nacionalistas", y su
consecuencia, una idea monstruosa, las "filosofías nacionales". Quien iba a pensar que por ahí de nuevo se nos iba
a colar la gastada retórica de la autenticidad, el "entrañavivismo" y los yos homogéneos, individuales o colectivos.
En América Latina conocemos demasiado bien los últimos efectos de estos carnavales, por ejemplo, formular
preguntas como: ¿para qué repensar a Aristóteles o a Frege si tenemos la salsa y los boleros que invitan a amar
eternamente y la canción folklórica que arrincona con eso de "la patria o la tumba"? Lo mejor es –se aconseja–
regresar a lo nuestro: al sentimentalismo o al terror, al llanto enternecido o a los fusiles, como si se pudiera y fuera
en verdad deseable vivir, en contra de cualquier Ilustración, ignorando la ciencia y golpeando a las mujeres.

He aquí, entonces, una trama fatal de hábitos intelectuales. La configuran estos tres vicios tan característicos de la
filosofía latinoamericana12 y, en alguna medida, aunque en muy diferentes versiones, de toda la filosofía en

12
Otra manera de formular estos vicios consistiría en agrupar los dos primeros –fervor sucursalero y afán de novedades– como
"vicios de los universalistas" y el tercero –entusiasmo nacionalista– como "vicio de los contextualistas, o particularistas, o
latinoamericanistas". Apenas consultamos cualquier estudio monográfico que verse sobre la filosofía de algún país de América
Latina encontramos, una y otra vez, la presencia de estas oposiciones. Por ejemplo, David Sobrevilla en La filosofía
contemporánea en el Perú, Carlos Matta (ed), Lima, 1996, indica como una de las características de la filosofía peruana de hoy
"la regionalista / latinoamericana / inca o andina", p.29. Sobrevilla describe los vicios del universalismo como "estar de
espaldas a la propia realidad y vuelto hacia la realidad foránea, de cultivar en este caso una filosofía que no tiene en cuenta la
propia realidad y la tradición de la filosofía latinoamericana", Ibíd., y como los "vicios de los particularistas" el proyecto de
"una filosofía regionalista que ignora las características universalistas de la filosofía y que se plantea como una continuación
de una presunta filosofía inca o andina y que está en total contraposición con el pensamiento occidental". Ibíd. Como ser verá
en la penúltima nota de este trabajo esta falsa oposición es vieja y persistente. Tal vez una de las ilustraciones más recientes–y
más comentadas– de la oposición puede encontrarse en la doble vertiente que adoptaron los discípulos mexicanos de José
Gaos. Por un lado, el maestro Gaos que estudia minuciosamente las Investigaciones lógicas de Husserl tiene como estudiantes
los introductores de la filosofía analítica en México: Alejandro Rossi, Fernando Salmeron y Luis Villoro. Por otro lado, del
maestro Gaos que enseña a Ortega y a su "yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo", proviene
Leopoldo Zea y su doble empresa: el proyecto de una historia de las ideas en América que comienza con su admirado El
Positivismo en México. Nacimiento, apogeo y decadencia, Fondo de Cultura Económica, México, 1968, y el programa de una
filosofía latinoamericana que incluye libros tan influyentes como América como conciencia, Cuadernos Americanos, México,
1953; Dialéctica de la conciencia americana, Alianza Editorial Mexicana, México, 1976; Filosofía y cultura latinoamericana,
Celarg, Caracas, 1976; Filosofía de la historia americana, Fonde de Cultura económica, México, 1978... Cuidado: con esta
observación no sugiero que el primer grupo de filósofos se haya desentendido de la situación social y política que los rodeaba,
ni que Zea alguna vez haya sido filosóficamente hablando, un particularista o un contextualista (Cf. Carlos Pereda, "Lo
universal en lo particular. Una conversación con Leopolodo Zea", en al revista Theoría, núm. 3, marzo de 1996.) Nada sería
más falso que estas conclusiones. Al respecto no es inútil recordar el intento de hacer justicia a ambos tipos de intereses en la
equilibrada obra de Francisco Miró Quesada, por ejemplo, Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano, Fondo de
Cultura Económica, México, 1974, y El problema de la filosofía latinoamericana, Fondo de Cultura Económica, México,
1976.
40
castellano y portugués: fervor sucursalero, afán de novedades, entusiasmos nacionalista. Si no me equivoco, la
presencia de estos tres vicios explica en parte nuestra invisibilidad y la justifica.
No obstante, para que el diagnóstico no se convierta en autocomplacencia, se trata de evaluar alguna terapia: por
ejemplo, la pregunta que nos ocupa: ¿cómo podría nuestro ensayo ayudar al combate de estos vicios tan propios de
la razón arrogante?

II

Ante todo, evitemos cualquier vértigo simplificador que pretendiese reducir la escritura filosófica al ensayo. Esto
es, evitemos las suntuosas declaraciones del tipo: la tradición de la cual formamos parte, la de la Contrarreforma,
no es amiga de la ardua indagación racional ni hemos heredado el instrumento para afrontar los problemas más
centralmente técnicos de la filosofía. Por otra parte, en América Latina, rodeados como estamos de una miseria
intolerable es una desvergüenza querer "perder el tiempo" con las perplejidades tradicionales, por ejemplo,
detenerse a interrogar: ¿qué pruebas tenemos de la existencia del mundo exterior? O tal vez: ¿cómo se vinculan las
palabras con las cosas? O incluso: ¿hay derechos universales más allá de cualquier cultura particular? Acaso se sea
todavía más rotundo y se dictamine: como en tanto asuntos, nuestras temblorosas repúblicas también llegan tarde a
los grandes proyectos de la filosofía. Estos tiempos posmodernos son de altísima velocidad: de repasar en diagonal
el periódico o de recibir las múltiples noticias de la tele en la duermevela de la siesta. En el mejor de los casos, la
gente que importa puede todavía leer enérgicos ensayos de siete u ocho páginas en donde se declara que se está a
favor o en contra de la legalización del aborto o de las drogas o de la clonación o de lo que sea, pero eso de pensar,
quiero decir, de reflexionar por sí mismo durante trescientas apretadas páginas las detalladas razones a favor y en
contra de una premisa de este argumento y de sus posibles opciones... y de algunos argumentos que implica o se le
oponen a esa premisa, eso, es cosa de tiempos pasados, o de jóvenes mientras tanto: mientras se elige algo serio
que hacer con la vida.

Casi no resisto la tentación de ponerme a desarmar estas excusas manipuladoramente paternalistas: que quienes
hablamos castellano o portugués sólo somos patos para el ensayo popular –corto y ligero–; que para hacer gran
filosofía falta tradición y época y, en América Latina, además, o sobre todo, falta pan. Con premura respondo que,
por supuesto, la tradición y la época se hacen, haciéndolas y, en cuanto al pan..., recuerdo cuando se aconsejó elegir
entre el pan y la libertad: quienes con aparentes pies firmes en la tierra eligieron el pan, después de demasiada
sangre descubrieron que habían perdido la libertad... y el pan. De acuerdo: habría que detenerse mucho más en
estas escabrosas excusas para desaconsejar a quienes hablamos castellano o portugués que pensemos por nuestra
cuenta. Sin embargo, insisto: me interesan más atender las posibles terapias.

Pero antes, ay... otra dificultad. Es seguro que con alarma se dictamine que con las protestas anteriores hemos
abrazado la desbordante paradoja: no nos resignamos a ir sentaditos en un vagón de tercera declarándonos sólo
competentes para la filosofía light y, así, nos resistimos a sucumbir en el vértigo simplificador que reduce la
escritura filosófica al ensayo; no obstante, a la vez, valoramos en alto grado a nuestro ensayo y queremos aprender
mucho de él, pero, ¿cómo?

Por lo pronto, quizá no sea inútil el intento de caracterizar por lo menos a grandes rasgos qué entendemos por
"nuestro ensayo". Ante todo hago referencia al "ensayo latinoamericano": a ese vasto y complejo conjunto de
tradiciones, provenientes en general de la literatura y, algunas veces, del periodismo, que incluye tanto la militancia
moral, política y social, como la disquisición poética o antropológica. Invoco tres o cuatro nombres fulgurantes:
desde Martí o Rubén Darío hasta Borges, Lezama Lima, Paz o vargas Llosa. Pero no sólo. Sospecho que las
propiedades más caracterizadoras de este tipo de ensayos valen también para la inmensamente fecunda tradición
del ensayo español, una tradición, por cierto, más alimentada por la filosofía y que va, por ejemplo, desde muchos
escritos de Ortega hasta ciertas zonas de María Zambrano y, también, de Fernando Savater y, en menor medida, de
Eugenio Trías y Victoria Camps, Aunque también cobija, entre tantos y tantos otros textos, digamos, a algunos de
Clarín, de Sánchez Ferlosio, de Maruja Torres, de Javier Marías... Si embargo, ¿podemos encontrar en estas
complejas y cambiantes escrituras de poetas, novelistas y filósofos algunas propiedades comunes que nos permitan
hablar de una tradición del ensayo?

41
No sin muchas vacilaciones me arriesgo a proponer la siguiente lista de atributos:

a) Condición de frescura: todos nuestros buenos ensayos procuran enfocar el problema que discuten desde un
ángulo poco o nada frecuentado. Así, más que la continuidad con exploraciones del mismo problema en el pasado
se busca la ruptura, incluso la radiante sorpresa.
b) Condición de particularidad: cualquiera que sea el problema que se borde, una revolución política, un estado de
ánimo, un descubrimiento científico, una novela reciente o un paisaje, se buscará tomar como punto de partida para
la reflexión ejemplos específicos, bien delimitados.
c) Condición de publicidad: el discurso en ningún caso es especializado, no se dirige a una comunidad de expertos
en el asunto tratado. De ahí el esfuerzo por desplegar un estilo elegante, incisivo, que converse con el público.
d) Condición de interpelación: un yo busca influir en los deseos, las creencias y/o las acciones de otros yos. No se
busca informar sino convencer.

La pregunta, por supuesto, es: ¿cómo podemos aprender algo de estas condiciones de nuestro ensayo para combatir
los vicios de nuestra filosofía?

Atendamos, Vicios como el fervor sucursalero y el entusiasmo nacionalista no son para nada amistosos con la
condición de frescura: estos vicios piden fidelidad ciega, sea con la tendencia elegida del pensamiento, sea con los
"mitos fundacionales" que fabrica el nacionalismo objeto de ese entusiasmo. No obstante, tampoco el afán de
novedades cultiva esta condición en tanto conforma una actitud meramente receptiva: se busca "estar al día",
bobaliconamente se está abierto "a lo que venga" sin buscar hacer oír la propia voz. Por eso, los tres vicios
fomentan diferentes versiones de alguna escolástica. Consúltese al azar cualquier artículo o libro de filosofía
nuestro; es probable que encontremos correctas y hasta muy buenas presentaciones de filósofos, más del pasado
que del presente, pero no debates originales en torno al problema que ocupa a esos maestros. De esta manera, la
exposición más o menos escolar, más o menos crítica de ciertos autores o teorías no alimenta la discusión del
problema, sino que tiende a sustituirla. En este sentido hay que subrayar: la historia de la filosofía en verdad sólo es
fecunda cuando es historia argumentada de la filosofía, si se lleva a cabo a partir de las discusiones de hoy, no
cuando se convierte en mero pasatiempo de anticuarios.

Por otra parte, estas malas costumbres no son privativas de ningún asunto: recorre desde problemas metafísicos
como "¿qué es lo que hay?" hasta las dificultades políticas más puntuales. Por ejemplo, después de la caída del
paradigma marxista se han multiplicado las investigaciones acerca de la democracia. Lástima que esos estudios
suelan limitarse a comparar, por ejemplo, las opiniones de Rawls, Habermas y Dworkin al respecto, sin que al autor
se le pase por la cabeza a partir de esos argumentos para elaborar nuestros problemas con las tambaleantes
democracias latinoamericanas. De ahí que tal vez otra manera de formular la condición de frescura sea exigir: ¡a los
problemas, a los problemas mismos!

La segunda condición, de particularidad, invita a un trabajo meticuloso y concentrado en relación con el problema
específico que se explora y, así, estos contactos con un problema concreto alimentan directamente los discursos que
lo tematizan. En contra de esos procesos de continua alimentación, de diferente manera, los tres vicios anotados
cortan todo vínculo con cualquier problema concreto. Tal vez se ataque: ¿cómo explicar la condición de
particularidad si la filosofía es la reflexión más abstracta, más abarcadora? ¿Acaso no se dedica la filosofía, para
decirlo con Hegel, al trabajo del concepto? Cuidado: no confundamos la reflexión abstracta y el trabajo conceptual
con el gusto por la declamación y la enérgica yuxtaposición de vaguedades. Por ejemplo, en la filosofía
latinoamericana nos topamos con mucho hablar de la decadencia del proyecto ilustrado sin estudiar un sólo caso
concreto. Incluso cuando se reflexiona acerca de temas que se prestarían a discusiones demarcadas, precisas,
predomina el horror por lo sustantivo. Así, hay libros enteros sobre la filosofía de la ciencia en la que se discuten
las teorías de Popper, Kuhn, Feyerabend o el autor que esté de moda en ese momento pero respecto de los cuales, a
medida que avanzan las páginas, el lector comienza a tener la molesta sensación de que el autor del libro sabe muy
poco de las ciencias a que se refieren los maestros que expone y meramente hace discutir entre sí. Por eso, la
condición de particularidad también podría reformularse exigiendo: ¡ a los problemas, a los problemas mismos!

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¿Puede nuestra filosofía aprender algo de la condición de publicidad? En el ensayo esta condición –que a menudo
opera como una exigencia de estilo– tiene, entre otras, la función de prohibir cualquier lenguaje especializado. Esta
prohibición no puede trasladarse sin más a la escritura de textos filosóficos, pues la reconstrucción de muchos
problemas exige instrumentario especializado, por ejemplo, en ciertas áreas del saber se necesita del uso del
lenguaje lógico o del cálculo de probabilidades. No obstante, cualquiera sea la técnica que se emplee, se debe estar
alerta de que el lenguaje no dependa de ninguno de los vicios anotados. (Por ejemplo, a menudo se complican
inútilmente los análisis semánticos para introducir nombres mágicos, digamos, Kaplan o Kripke, por puro fervor
sucursalero o afán de novedades). Una vez más, entonces, también esta condición se puede reformular con la
invitación: ¡a los problemas, a los problemas mismos!

¿Qué sucede con nuestros tres vicios en relación con la cuarta condición: de interpelación? Estamos tan ocupados
con instalar una sucursal o con "estar al día" que a menudo olvidamos preguntarnos si estamos autorizados a
defender ciertos argumentos, y a qué nos comprometen esos argumentos. De ahí que con frecuencia eliminemos la
vocación irrenunciable de cualquier filosofar: que nuestros argumentos convenzan. El entusiasmo nacionalista
parecería hacer justicia a esta condición: sólo en apariencia. En realidad, también la traiciona: se está tan
obsesionado con la autenticidad, con la fidelidad a las raíces o a la liberación..., que somos incapaces de detenernos
a dar paso a paso los argumentos que justifican nuestras propuestas normativas. De esta manera, el interpelar se
vuelve omniabarcante y generalísimo y, por eso mismo, vacío: cascadas de rotundas palabras. Evoquemos de
nuevo la moda de habla del Otro con una enfática mayúscula. Entre nosotros, esa lamentable moda impide el
examen de la multitud de otros y otras que nos rodean, y de las condiciones específicas en que se encuentran.
¿Cuántos filósofos morales y políticos han discutido en América Latina, con rigor y conocimiento empírico, la
corrupción, el terror o la pobreza, en un continente en el que más de cincuenta por ciento de la población está
sumida en ella? Al respecto nada se gana con subir la voz, abrir retóricamente los brazos y rasgarse las vestiduras. 13
De nuevo parece inevitable reformular la condición de interpelar pidiendo: ¡a los problemas, a los problemas
mismos!

Regreso al comienzo: ¿he defendido que si nos dedicamos a elaborar, y después a solucionar o disolver con
hondura y rigor "los problemas mismos" o, mas bien, unos pocos de entre ellos, desaparecerá nuestra doble
invisibilidad? Respecto de esta pregunta urge reformular dos observaciones.

Debemos precavernos de no restringir de manera colonial lo que se entiende por "los problemas mismos". En
efecto, cuando hablo de "los problemas mismos" me refiero, en principio, a cualquiera de los problemas que se han
trabajado en esa memoria viva que es la historia argumentada de la filosofía, o que se discuten hoy, o que pueden
surgir en el curso de nuestras más diversas reflexiones o que, de pronto, nos entregan las realidades que nos
rodean... Así, me opongo a todo vértigo simplificador de la agenda filosófica en América latina o, en general, en
castellano o portugués, que intente reducir nuestras preocupaciones a problemas puramente políticos o puramente
lógicos o puramente metacientíficos o puramente estéticos... Pese a todo, también los habitantes de estas pobres
regiones somos personas. También en las orillas nos ocupan la verdad y la alegría, el saber y la amistad, la justicia
y la muerte.14
13
Entre los intentos de algo así como "naturalizar" la filosofía de la liberación y, de esta manera, reflexionar en base a los
aportes de las ciencias sociales, se encuentra, Enrique Dussel, Ética de la liberación. En la edad de la globalización y de la
exclusión, Trotta, Madrid, 1998.
14
Coincido con Alejandro Rossi cuando indica: "la filosofía es una disciplina 'desenfrenada', quiero decir que carece de límites
claros. De pronto es una reflexión sobre la ciencia y de pronto un análisis sobre el concepto de la amistad. A veces es la
intervención de una supuesta prueba sobre la existencia divina y a veces es el intento obsesivo por probar que la mesa de
enfrente en efecto está allí. La gloria de la filosofía es, precisamente, que no tiene tema, que se entromete en todo, en
"Lenguaje y filosofía en Ortega" en su libro Cartas credenciales, Joaquín Mortiz, México, 1998, pp. 199-200. Fuera de la
persistencia de ciertos hábitos coloniales, no entiendo bien por qué algunos latinoamericanos quieren prohibirnos al resto ese
sabio "desenfreno, el que nos entrometamos en todo". Por lo demás, este vértigo simplificador posee entre nosotros una larga
historia, uno de cuyos orígenes se encuentra en las propuestas de Juan Bautista Alberdi. En El Nacional de Montevideo, el 2 de
octubre de 1840, Alberdi publica sus famosísimas Ideas para presidir la confección del curso de filosofía contemporánea. El
texto original se publicó de nuevo en A. Ardao, Filosofía preuniversitaria en el Uruguay, Montevideo, Claudio García, 1945,
pp. 163-176. Como ilustración cito algunos párrafos de estas Ideas: "Tocaremos, pues, de paso la metafísica del individuo para
ocuparnos de la metafísica del pueblo" ... "Vamos a estudiar filosofía evidentemente: pero a fin de que este estudio, por lo
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En cuanto a la duda de si enfrentamos a los problemas mismos se acabará nuestra invisibilidad, una respuesta
cautelosa debe indicar: no necesariamente. Sin embargo, al menos eliminaremos algunas causas internas de esas
invisibilidades:15 vicios coloniales como el fervor sucursalero, el afán de novedades, el entusiasmo nacionalista.
Así, tal vez en los ratos libres, poco a poco se empiece a adquirir la costumbre de hojear los artículos y libros de
nuestros colegas de la lengua –la lengua es también una patria– y, con el tiempo, si los dioses son propicios, se
iniciarán durísimos e iluminadores debates entre nosotros. Porque si no comenzamos por oírnos, ¿quienes nos van a
oír?

común tan estéril, nos traiga alguna ventaja positiva... “Por eso vamos a estudiar la filosofía aplicada a los objetos de un interés
más inmediato para nosotros". Más adelante Alberdi introduce una propuesta que, en mi opinión, nos deshonra: "Si es posible
decirlo, la América practica lo que piensa la Europa", como si en estas tierras sólo se pudiese "aplicar" lo que otros piensan.
Uno de los pasajes más conocidos de las Ideas y que puede leerse como una breve formulación de sus tesis básicas –y de las
tesis básicas de mucho entusiasmo nacionalista– es la siguiente: "la filosofía americana debe ser esencialmente política y social
en su objeto, ardiente y profética en sus instintos, sintética y orgánica en su método, positiva y realista en sus procederes,
republicana en su espíritu y destinos". En este sentido, pueden considerarse como herederos de Alberdi a muchos exponentes
de la filosofía de la liberación latinoamericana. Pero también a cualquier filósofo que defienda que en América Latina sólo es
legítimo hacer filosofía práctica. Por ejemplo, a partir de la fenomenología y de la ética del discurso de J. Habermas, Guillermo
Hoyo, en su trabajo "Filosofía latinoamericana significa uso ético de la razón práctica", en Isegoría. Revista de Filosofía moral
y política, núm. 19, Madrid, diciembre de 1998 parece dar razones en favor de esta posición (aunque el trabajo argumente de
manera más matizada de lo que sugiere el alarmante título). Javier Sasso, en su libro La filosofía latinoamericana y las
construcciones de su historia, Monte Ávila, Caracas, 1998, después de comentar con mucha sutileza los textos y contextos del
pensamiento de Alberdi, lo opone al proyecto contemporáneo de Andrés Bello contenido en sus Memorias correspondientes a
los cursos de la instrucción pública a partir de 1849, en Temas educacionales I, La casa de Bellos, Caracas, 1982. Bello
propone la teoría de la argumentación como propedéutica a cualquier otro aprendizaje: "nada me parece más provechoso para
una joven inteligencia que hacerla recorrer, distinguir y apreciar los varios trámites que, en una discusión escrita o verbal, se
nos ponen delante como conducentes a una conclusión verdadera o que pretende serlo", Op. Cit p. 173. Este otro proyecto para
la filosofía latinoamericana encuentra en Carlos Vaz Ferreira y su Lógica viva un autor imprescindible, al respecto consúltense
sus Obras completas, Montevideo, 1963. Cuidado: no sé por qué hay que pensar que ambos proyectos son excluyentes. Por
ejemplo, Luis Villoro no contribuye menos la pensamiento latinoamericano cuando escribe su rigurosa teoría del conocimiento
contenida en Creer, saber, conocer, siglo XXI, México, 1982, que cuando publica sus pionero escritos sobre Los grandes
momentos del indigenismo en México, Colmex, México, 1950, E l proceso ideológico de la revolución de independencia,
Secretaría de Educación Pública, México, 1986 o sus recientes, brillantes trabajos sobre El poder y el valor. Fundamentos de
una ética política, Fondo de Cultura Económica, México, 1997 y sus intervenciones acerca del multiculturalismo en Estado
plural, pluralidad de culturas, Paidós, México, 1998.
15
Además, la pasaremos mejor. Seamos sinceros: como resultado de estos tres vicios, además de la invisibilidad, es inevitable
a veces la desesperación, y el resto del tiempo, el aburrimiento.
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