Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ción n o em ática del m ism o, "e x acta m en te tal com o está m enta
d o ” , p a ia decirlo en térm inos de p rin cip io ; m ediante la exp li-
citació n y la form ulació n en conceptos obtenem os un con ju n to
cerrado d é | ' ‘ frrecUcaäqs” V orm ales o m ateriales, m aterialm ente
deteim in ad o s o bien "in d e te rm in a d o s” (m entados com o "v a
cíos” ),1 y esto sj^*ed jcad o s dejexm ín an ¡con (su , tsiqjiifjcrqcjAv^wo-
dificada el “ con ten icio” d e r n ú cleo o b je iivo del ,jTÓema| de q ue
le "había ' " " ........ '
" o b je t o *’ o la " x D E T E R M IN A B L E EN E L
SENTIDO N O E M Á T IC O ”
íio r f o l o g ia I a p o f a n t i c a
1 Cf ^70 p. »dg
puede darse e identificarse intersubjetivamente una cosa como la
misma realidad objetiva. Hay que advertir siempre que todas
nuestras consideraciones, también, pues, las presentes, deben
entenderse en el sentido de las reducciones fenomenológicas y
con universalidad eidética.
Por~otra~parte, corresponden a cada caso, y en conclusión al
mundo entero de las cosas con su espacio único y su tiempo
único, las multiplicidades de procesos noéticos posibles, de las
posibles vivencias referentes a ellas de los individuos singulares
y los individuos colectivos, vivencias que, en cuanto paralelas a
las multiplicidades noemáticas anteriormente consideradas, tie
nen en su esencia misma lajpropi_edad de^id^exiLse^con el sentido
Y proporción a este mundo de CQs,as..^£ja*<^LajSJ>uo5JJa s J.ia ^ ;
rnosT pues, con las corrppondientes^multiplia dades de datos
IiyleUcos acompañ_ados1fcde_ las respeaivas^“ apercepcione$'\ capc-
teres de actos téticos, etc., que en la <unida d^de surcpmbinación
constituyen iusto_lo_Q>ueJUamamosíco i^ ic^ iaZcmpTxio^cle^estas
cosas. A la unidad^deja cosaqiace frente^una infinita multipli-
ciclad íSgalae vivencias n^ én^s1^ ^ nido esencial total-
mente^aetermmado y abarcable a pesar de la infinitud, unánimes
todas en ser concieñciai de |" 1o~mismo*'. Esta unanimidad se da
ert la esfera misma de la conciencia. (en_\ivencias que a su vez
entran en el grupo que hemos deslindado aquí.
Pues~la restricción a la conciencia empírica ha tenido sólo
la intención de un ejemplo, lo mismo que la restricción a las “ co
sas” del “ mundo” . Todo está esencialmente diseñado, ‘por mucho
que ensanchemos el marco y cualquiera que sea el grado de uni
versalidad o particularidad en que nos movamos — hasta descen
der a las concreciones ínfimas. Por rigurosas que sean las leyes
que rigen'la estructura esencial y trascendental de la esfera de
las vivencias, xxojoaenps fijamente está determinada toda, posible
forma esencial de_ ella en la doble direcciót^e"1te^<^sis_ y rel
nóema, como está determinada por la esencia del espacio toda
11 gura susceptible de ser dibujaäa en él — según leyes absoluta
mente válidas. Lo que aquí se llama eh ambos casos_j^sibilidad
(existencia eidética) es, pues, una posibilidad absolutamente
necesaria, un miembro absolutamente fijo| del cuerpo absoluta
mente fijo de un sistema eidético. El conocimiento científico
de ¿ste es iaumeta"estcTe™ía formuIación "v' la 3 omi2ia™cíSn^teó^
rica de cl en un sistema de conceptos v leyes surgentes de la
p ur¿L_jn,tu1Cion_es,e,ncial^ Todas las fundamentales distinciones
que hace la ontología formal y la teoría de las categorías aneja
a ella — la doctrina de la división de las regiones del ser y de sus
categorías, así como de la constitución de las ontologías materia
les adaptadas a ellas— son, como comprenderemos hasta el detalle
al seguir avanzando, un capítulo principal de las investigaciones
fenomenológicas. A ellas corresponden necesariamente relacio
nes noético-noémáticas esenciales, que no pueden menos de pres
tarse a ser descritas sistemáticamente o determinadas en punto
a sus posibilidades y necesidades.
Si consideramos más exactamente lo que quieren decir, o no
pueden menos de querer decir, las_relaciones_esenciales entre el^
objeto y la conciencia_caracterizada$.jenJo.,acabado^de^exponer,
se nosJaace^ensifclejun a_ambjgü_edad, y al fijarnos en ésta, ^nota
mos que nos hallamos^ante^inM^an^¿ecodo__de_nuestrjasii in- 1
vestigaciones. Coordinamos a un objeto multiplicidades de
“ proposiciones” o de vivencias de cierto contenido noemático,
haciéndolo así de tal suerte que mediante éste resultan posibles
a priori síntesis deTidentificación* por virtud de las cuales puede
y tiene que estar allí el objeto como el mismo; La x pertrechada
con diverso “contenidode determinaciones” en los diversos..acíos.
o„nóemas de actos es necesariamente consciente como Ja misma.
Pero ?es^ realmenteJla-mismaf Y ¿es el obietomismo “ real” ? ¿No
podría ser irreal, a la vez que corriesen en la conciencia las múl
tiples proposiciones coherentes y hasta intuitivamente llenas
—proposiciones del'contenido esencial que se quiera^
No- no_s_interesan las facticidades de la conciencia y de sus
procesos,, pero sí los problemas* esenciales aguí ^J^teacToT ^La
conciencia, o^el sujeto^mismp,de la conciencia, J u zga sobre la rea-
¿idad, pregunta por Vlla, la ^(^jetura^ ía' poñe en^^SaTdeciSef
la duda y lleva a cabo "declaraciones racionales de legitimidad” .
¿No es necesario que se ponga en claro en el complejo esencial
de la conciencia trascendental, o sea, en forma fenomenológico-
pura, la esencia de esta legitimidad y correlativamente la esen
cia de la “ realidad” — referida a todas las especies de objetos, se
gún todas las categorías formales y regionales?
En nuestro hablar de la “ constitución” noético-noemática, de
objeavidacles, por^gjemplo, de cosas, había, pues, una ambigüe-
dad. Preferentemente pensamos con ella en.todo caso^obietos
^realesü, cosas del "mundo real’’ o por lo menos de
do real en general.- ¿Qué quiere decir, entonces, estej^real’Qapli-
cado a objetos que sólo se dan en la conciencia med ia n tee n tidos
y proposiciohes? ¿Qué quiere decir, aplicado a estas proposicio
nes mismas, a la forma esencial de estos nóemas o de las nóesis
paralelas? ¿Que quiere decir, aplicado a los modos especiales
de estar estructurados en su forma y contenido? ¿Cómo se espe
cifica esta estructura según las distintas regiones de objetos? La
cuestión es, pues, cómo describir noética o noemáticainente^jcon
rigor científico y
cia que hacen necesario M justo^en^su^ealidad^un^b iejto^TDuro^.y.
sinijoje (lo que en el sentido del lenguaje usual quiere decir
siempre un objeto real). Pero en un sentido amplio se “ constitu
ye” un objeto — “ sea real o no”— e n c iertos complejos de_cqcl-
ciencia que ostentan una unidadi evidente enJa , medida en que
levan esencfalinente en sí la conciencia de una x idéntica.
'^TSeTíecíior no concierne lo expuesto meramente a realidades
en su sentido plenario. Cuestiones de realidad entran en todos
los conocimientos en cuanto tales, también.ren,.nuestras jconoci-
mientos fenomenológicos refeientes a la posible constitución de
— ---»---nnr i ' '■~-iil[in)i'rTiT'*iiii,nnr"rrfiTr*il" 1 Ti iwk>'»i.1 »w
jftNn
objetos: todos tienen, en
>iiiCTq¡»aijyi>efecto,
niwwwwai «sus correlatos ji en “ objetos”
vtew men-q¡
tados como “ realmente existentes” . ¿Cuándo, se puede pregun-
tar en general, nla identidad noemáticamente “ mentada” de la x
es “ identidad real” en lugar de “ meramente” mentada, y qué
quiere decir, dondequiera que sea, este “ meramgnLe mentada” ?
A los problemas de la realidad y a los correlativos de la con-
ciencia racional que la hace patente en sí, necesitamos dedicar,
pues, nue\as meditaciohes.
C a p í iu l o II
FEN O M EN O LO G IA DE L A RAZÓN
§ 1 3 6 . L A PR IM ER A FO R M A F U N D A M EN T A L DE LA CONCIENCIA
R AC IO N A L: E L “ VER” QUE DA ORIGINARIAM ENTE
b§ 1 3 7 * EVIDENCIA EN g e n e r a l Y EVIDENCIA IN TE LE C T U A L.
EVIDENCIA "O R IG IN AR IA ” Y “ PURA” ASERTÓRICA Y APODÍCTIGA
i c f . § 104, p. 252.
eidéticamente incomprensible de suyo que la verdad sólo puede
darse actualmente en una conciencia de evidencia actual, y por
ende también la verdad de este ser comprensible de suyo mismo,
la de la equivalencia anteriormente señalada, etc. Si nos fal
ta la evidencia protodóxica, la de la certeza de la creencia,
puede ser evidente, decimos, para su contenido de sentido “S
es P” una modalidad dóxica, v, g. la conjetura “ S podría ser P*\
Esta evidencia modal es patentemente equivalente y está nece
sariamente enlazada a una evidencia protodóxica de distinto
sentido, a saber, a la evidencia o a la verdad: “ es conjeturable
(probable) que S sea P” ; y, por otra parte, también a la verdad0:
“ algo habla en favor de que S es P” ; y también “ algo habla
en favor de que S es P es verdad” , etc. Con todo esto se señalan
conexiones esenciales que han menester de que se investigue
fenomenológicamente su orígerT. ~
Pero la evidencia no es en modo alguno un mero rótulo para
semejantes procesos racionales en la esfera de la creencia (y
menos aún tan sólo en la del juicio predicativo), sino para todas
las esferas téticas y en especial también para las importantes
referencias racionales que corren entre ellas.
Esto concierne, pues, a los sumamente difíciles y amplios
grupos de problemas de la razón en la esfera de las tesis del
sentimiento y de la voluntad,1 así como a los entretejimientos
de las mismas con la razón “ teórica” , esto es, ^dóxica. La
" verdad doxológica” o " teórica” , o la correspondiente^evidencia,
tiene sus paralelos en la " verdad o evidencia axiológica y prác
tica” ; la expresión y el conocimiento de las "verdades" de esta
última clase tienen lugar en verdades doxológicas, a saber, en
las específicamente lógicas (apofánticas).2 No se necesita decir
que para tratar estos problemas han de ser fundamentales in
vestigaciones de la índole de las que hemos intentado atacar
más arriba, concernientes a las referencias esenciales que enlazan