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J.C. MORENO CABRERA, FUNDAMENTOS DE SINTAXIS GENERAL, MADRID, EDITORIAL ‘SINTESIS, 1987, 143 pp. Ambicioso es el proyecto que J.C. Moreno Cabrera pretende aleanzar con esta obra: establecer cual es la finalidad de las lenguas. A pesar de su diversi- dad éstas obedecen a unas necesidades y estrategias universales. Son estos ‘mecanismos los que el autor pretende describir. Francisco Marcos Marin anuncia en el prélogo que el libro «nos permite ver con claridad cémo, tal vez por primera vez, estamos ante un modelo lin- Biistico que es realmente tab» (p.10). Efectivamente, como sigue diciendo ‘mas adelante, la obra coniuga la tipologia y teoria de los universales con el analisis del mayor mimero posible de estructuras en el mayor niimero abar- cable de lenguas particulares, ‘Los cinco primeros capitulos estudian las funciones que intentan cubrit las necesidades cognoscitivo-comunicativas que se registran en todas las len- guas. De este modo, la funcidn de la determinacién y de la deixis responden ala exigencia de guiar @ nuestro interlocutor para que éste sepa de quién es- tamos hablando. La fiuncién de la adscripcidn cubte el requisito de atribuir propiedades a los referentes denotados mediante nuestras palabras, La funcién de fa participacién especitica cémo participan las entidades en lag acciones, hechos y estados. Por iltimo, la ficion de la pertinencia per- mite coneciar nuestro diseurso con un contexto anterior aportando, a la vez, ‘nuevos datos a ese contexto. El capitulo sexto trata la cuestién de las técnicas linglisicas. El séptimo introduce aspectos tedricos que sitian las propuestas de Is obra en el marco de la lingdistiea general contempordnea. La conclusién, ura seleccién de tex- tos y la bibliografia cierran esta obra que, segiin palabras del propio autor, pretende ser «un libro vivo, de trabajon. En el primer capitule Moreno Cabrera examina la fcc de fa determi= hnacién. Segin 61, dicha funcién «consiste en la concrécién de las referencias de las palabras que se usan para denotar entidades» (p.15). Los distintos procedimientos que nos permiten conseguirlo dan lugar a va- rias subfunciones: subjuncidn de la univocidad si la entidad esté univocamen- te determinada por el contexto; subfuncidn de deixis si se conecta la entidad denotada con las circunstancias del acto de comunicacién; subjincién de ‘cualificacién que se obtiene cuando utilizando un adjetivo 0 sintagma equi- 2st RESESAS valente otorgamos una propiedad a la entidad a la que,queremos referirmos y subfuncidn de cuantifcacién si se establece el mtimero exacto 0 cantidad rela- tiva de las entidades que son relevantes. Todas estas técnicas obedecen al mismo deseo de concretar el acto de refe- rencia, Para que la comunicacién sea eficaz las entidades de que se habla en el discurso han de estar claramente identificadas. De esta exigencia surge la Jfuncién de la determinacién. Esta fancién ayuda a encontrar los referentes individuales de las expresiones. La siguiente funcién analizada es la adscripcidn «que consiste en predicar algo de entidades ya determinadas en el discurso» (p.33). Al igual que en el caso anterior se distinguen varias subfunciones: subuncién de la localizacién si la entidad es localizada espacial y temporalmente; subfuncién de la pose- sidn que se produce cuando las entidades son caracterizadas por su relacién con otra entidad; subfincién de la existencia si determinada entidad existe en algin sitio sin especificar dénde y subfiuncidn de la atribuctén si se caracteri- za una entidad atribuyéndole una determinada propiedad. En el capitulo tercaro se examina la funcién de la participacién que es la ‘que determina «la participacidn en la accién o el estado de los elementos que se ven envueltos en ella 0 en él» (p.47). Dentro de esta furcién, Ia subfuncién esencial es la de la transitvidad. ‘Moreno Cabrera, siguiendo lineas muy semejantes a las ya establecidas por la Gramitica Relacional y la escuels tipolégica de Leningrado, afirma que esta funcién dispone los participantes en una accién segin distintas perspectivas a las que puede llamarse didtesis. De este modo tenemos didtesis transitivas y diatesis intransitivas, entendiendo estos conceptos como constituyentes de ‘una oposicién gradual y no discreta. La influencia de Tesniére es evidente al tratar el tema de las didtesis causativas, procedimiento mediante el cual el verbo aumenta en uno el niimero de sus actantes. El procedimiento més usual para lograrlo es el verbo hacer conjugado unido al verbo que se desea ‘causativizar: Alejandio hizo toser a Mariano. También analiza el autor las didtesis intransitivas en las cuales «no hay objeto directo sino un sujeto y uno ‘© varios complementes oblicuos» (p.54). La deéxis, funcién que relaciona los mensajes emitidos con la situacién co- ‘municativa en que tales mensajes se producen, es analizada en el cuarto capi- tulo. La detxis personal, la espacial y la temporal son los tes tipos esenciales de informacién deictica. Al igual que ocurre con ta funcin de la determinacién, la deixis es esen- cial para que el acto comunicativo sea verdadcramente eficaz. Ademiés, gra- cias a ella se obtiene una gran economia lingiifstica pues nos permite «deno- tar multitud de situaciones diferentes utilizando las mismas expresiones lin- icas» (p.76). El siguiente capitulo se dedica a la funcién de la pertinencia, funcién orientada 2 conseguir que el discurso sea pertinente conectindolo con algo anterior y aportando, a la vez, algo nuevo en relacién con tal conocimiento 252 esas ccomiin, Esos elementos se pueden lamar tema y rema o lo que es lo mismo tépico y comentario. ‘Algunas estructuras lingiifsticas que se utiizan para realizar esta funcién son: la negacién, la interrogacién y la puesta de relieve del tema o del rema. Una vez estudiadas las funciones linglisticas, en el capitulo sexto se exa- ‘minan los procedimientos mediante los que se realizan dichas funciones. Esas téenicas las podemos situar en dos polos: léxico o paradigmatico y sintéctico o sintagmético. A las situadas mas cerca del primer polo se les Ila- ‘ma técnicas verticales, a las mas cercanas al segundo polo técnicas horizonta- les. En el primer caso, se establecen oposiciones paradigmaticas entre ele- ‘mentos que se modifican de cierta manera. En el segundo caso, un elemento actia sobre otro en la cadena sintagmatica. Como ejemplo de las primeras podemos citar la suplencia léxica, la modificacién interna segmental y la a jacin, Entre las segundas se puede hablar de la adposicién y la adjuncién. Al lado de estas téenicas a las que podemos lamar formales, existen otras, a Jas que M. Cabrera denomina estructurales. Estas se basan en las relaciones sinticticas que contraen las diversas palabras que desempefian un papel en Ia oracién. Son, por ejemplo, la modificacién y la reccién. Deniro de la concepcién general en que se inspira este manual son esen- ciales ls ideas del capitulo séptimo dedicado a la tipologia lingiistica y a los tuniversales del lenguaje. Hoy dia la tipologias lingtisticas no pretenden sim- plemente establecer una serie de clasificaciones sino que se orientan desde un punto de vista generalizador, Desde esta perspectiva, en nuestro siglo se desa- rrollan dos tipos de investigacidn tipolégica: ripologia polidimensional y teo- ria de los tipos complejas. La primera se basa en los vniversales implicativos ‘que son clasificaciones tipolégicas de cardcler generalizador. La teoria de los tipos complejos describe tipos de lenguas caracterizados, por un haz de rasgos sintécticos y morfolégicos que configura un tipo lin tico, Para establecer universales lingsticos hay que partir de ciertos supuestos, teSricos. Es lo que hace H. Seiler y su escuela llamada UNITYP para descu- brir la cohesién que existe bajo Ia aparente diversidad de las lenguas. El capitulo octavo desarrolla a modo de conclusién los fuundamentos tipo- ‘6gicos de la sintaxis general. Moreno Cabrera enuncia para ello los dos pro- biemas bisicos de ia lingilistica general contempordnea: el problema de la ‘opacidad por el que «Las lenguas humanas no son totalmente explicitas res- ppecto de todas sus propiedades relevantes lingilisticamenten (p.121) y el pro- bblema de la perspectividad, estrechamente ligado al anterior y que consiste en que «Lo que en una lengua es manifiesto puede estar encubierto en otra» (6.122), El supuesto tedrico sobre el que se desarrolia toda esta obra es que la uti zacién de las estructuras s6lo puede entenderse por medio de las funciones {que expresan. Las funciones estudiadas pueden caracterizarse a partir de dos, polos: el referencial y el contextual, En el primero se sitia el mecanismo por el que se designan entidades mediante expresiones lingtisticas. Aqui se sitian 253 esetas las funciones de la determinacién y la deixi la funcién de la pertinenci es0s dos poles. Al polo contextual corresponde . La participacién y la adscripei dan entre Este es, a grandes rasgos, el contenido de este libro al que Francisco Mar- ‘cos Marin calfica en el prélogo de «original, libre, complete» (p.10). No ten- go nada que abjetar, pero si voy a permitirme hacer algunas consideraciones Finales, Concsbida esta obra segiin palabras del propio autor como «un ma- nual universitario de sintaxis general que puede ser util para asignaturas tales ‘como Lingiistica General, Lengua Espafiola y afines» (p.13), me parece ex- cesiva la oroliiidad con que se incluyen datos referidos a las mis diversas len ‘guas, algunas de ellas muy alejadas de nuestro entomno cultural. Qué interés pueden tener para nuestros alumnos las constantes menciones que se hacen de lenguas como el yacalteco, el maasari, el tamil, el navajo, el swahil... etc. Pienso que la conclusin esencial ~la existencia de ciertas constantes bajo la aparente variedad de las lenguas- quedaria perfectamente demostrada sin esa ‘minuciosidad que muestra el autor. ‘Otro punto mas problematic que cl anterior es el que hace referencia al tratamiento del articulo en espaiiol. Moreno Cabrera habla de «articulo uni- ‘yoco» y «articulo no univoco» (p.16) recogiendo la tradicional distincién en- tre determinado (el) y no determinado (un). Incluye, por tanto, ambos ele- ‘mentos en le clase de articulo cuando para tos ultimos estudiosos del tema, tales como A. Alonso («Estilistica y gramatica del articulo en espaitol», Es- tudios lingilisticos, Madrid, Gredos, 1967, pp. 125-160), E. Alarcos («El ar- ticulo en esagiioln, Estudios de gramdtica funcional del espaitol, Madrid, Gredos, 1978, pp.166-177) y M. Iglesias Bango («El articulo en espanol: ‘aportaciones un viejo debate», Contextos, 1V / 7,1986, pp.103-146) la opo- n determinacién / indeterminacién ya no tiene sentido al dejar de consi- derara wt como articulo por razones que no es momento ni lugar de sefalar. Otro aspecto que me ha Hamado la atencién se refiere a la presentacién material del libro. Son abundantes las erratas que hemos registrado: «literal- nenten en ver de literalmente (p.20, 1.25), «tata» en lugar de trata (p.33, 14), se escribe especial» donde deberia decir espacial (p.33, 1.8), «pertienente» ppor pertinente (p.79, 1.27), waviow en vez de vacio (p.102, 1.23) y otras mu~ cchas. Lo asombroso es que ni siquiera se incluye una «Fe de erratas». ‘Sin embargo, nada de lo anterior disminuye la calidad de este trabajo don- de queda bien demostrado el alto grado de conocimientos que el autor tiene sobre la materia. Por otro lado, hay que destacar lo ya seflalado por F. Marcos Marin: la originalidad con que se ha enfocado el problema partiendo de las funciones. linglisticas y estudiando las formas en tanto que realizan ests funciones. Pero quizi lo mas meritorio sea la actitud con que se ha concebido y pre~ sentado Ia obra, En ese sentido se oftere al lector un «librode trabajo» abier- 254 abovas to a su colaboracién, No es esto frecuente en las publicaciones de nuestros dias donde todos parecen sentar principios definitives. Para fomentar esa pparticipacion nos parecen muy utiles los ejercicios incluidos en cada cay con los que se puede reflexionar sobre lo leido o suscitar nuevas evestiones. Por todo ello, la valoracién final de la obra es muy posi Mercedes Rueda Rueda Universidad de Leén

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