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Otro importante paso fue la sanción de una ley, en mayo de 1836, que dispuso la
organización de los Tribunales Mercantiles, cuyo objetivo era la atención exclusiva
de los asuntos de comercio, anteriormente bajo la jurisdicción de los juzgados
ordinarios.
Las expectativas ante la posibilidad de aumentar las exportaciones venezolanas se
detuvieron a mediados de 1836, a causa de los síntomas de una fuerte crisis originada
por los desequilibrios que estaban atravesando los mercados europeos y de los
Estados Unidos. Venezuela se vio notablemente afectada por la caída de la demanda
de café por parte de los Estados Unidos. Entre 1836-1837 y 1837-1838 se registró
una caída del 14% en las exportaciones y del 35% en las importaciones.
Las operaciones del banco incluían la emisión de billetes, la compra y venta de letras
de cambio para el extranjero, los descuentos de letras del Tesoro, la recepción de
depósitos y la concesión de préstamos al 12% anual, con plazos de hasta seis meses.
La mayor parte del capital que movilizaba la agencia estaba integrada por los fondos
destinados al pago de la deuda externa.
Una nueva crisis mundial estalló en 1842 y se extendió hasta el año siguiente,
provocando el descenso de los precios del café, además del añil, algodón y cueros
proceso que ocasionó una nueva oleada de quiebras tanto de comerciantes como de
hacendados, agravando aún más la situación que se venía registrando desde 1837.
Francisco Aranda redactó a fines de 1844 el proyecto del Instituto de Crédito
Territorial, cuyo objetivo principal consistía en la provisión de préstamos con plazos
de hasta 20 años e intereses del 6% anual, garantizados por medio de la hipoteca de
las propiedades urbanas o rurales de los beneficiarios. Después de largas discusiones,
el proyecto fue aprobado en 1845 por ambas cámaras del Congreso.
Entre tanto, se fueron exteriorizando las secuelas de una crisis económica mundial
que se extendió desde 1847 hasta 1848, a la que ya aludimos anteriormente,
ocasionando profundos trastornos en Venezuela, particularmente como consecuencia
de la quiebra de Reid, Irving & Co., agente fiscal de Venezuela en Londres. Los
desequilibrios económicos se unieron con los conflictos políticos que se agudizaron a
fines de 1847 y principios del año siguiente. Los sucesos del 24 de enero de 1848
permitieron a Monagas, con el apoyo del Partido Liberal, lograr el control del Poder
Legislativo.
Hasta los años cincuenta, la explotación minera había estado limitada a la extracción
de cobre en Aroa, minas que habían pertenecido a la familia Bolívar y fueron luego
compradas por una corporación británica. A finales de la década de los cuarenta
fueron descubiertas las minas de carbón de Naricual, adquiridas en 1850 por José
Gregorio Monagas. A esta década corresponde también el hallazgo de gran número
de minas de oro en la región del Yuruary, denominada en la época la “Nueva
California”. Los primeros contratos de concesión para la explotación del oro en
Guayana fueron firmados en 1854.
Como estos auxilios no fueron suficientes, el Poder Ejecutivo debió enfrentar serias
dificultades fiscales que se acrecentaron tras el estallido de la Guerra Federal, el 20 de
febrero de 1859.
Con la finalidad de solventar parte de las necesidades del Tesoro público, se optó en
ese mismo año por lanzar una emisión por un millón de pesos en billetes.
El 6 de julio de 1860 fue promulgada una nueva ley que derogó el código vigente
sobre juicios de Espera y Quita. El artículo primero precisaba que por concepto de
deudas no podría pedirse judicialmente es pera ni quita. A los efectos de agilizar los
juicios preexistentes se dispuso que ninguna prórroga excediera los cinco años, a
menos que por unanimidad de acreedores se aceptara conceder un plazo mayor . Con
la abolición del beneficio de espera concluyó el polémico asunto que había llevado al
país al borde de un bloqueo naval en el año 1849.
La Ley del 19 de junio de 1861 determinó que el interés legal, para los casos en que
no se hubiera especificado, sería de 6% anual. Sin embargo, no se hizo ninguna
referencia a la existencia de tasas máximas. En otras palabras, sin indicarlo
explícitamente había quedado restablecida la libertad para concertar los intereses. A
diferencia de la Ley del 10 de Abril de 1834, se estipulaba que los bienes hipotecados
no podían ser rematado s por menos de la mitad de su valor , tal como se había
pautado en la reforma de 1848.
Entre 1860 y 1861 fue eliminado el combatido beneficio de espera, se aprobó una
nueva ley sobre contratos por préstamos de dinero y la retroventa pasó a tener
carácter legal.
en 1861 el proyecto de fundación del Banco de Venezuela, tema que dio lugar a
fuertes debates. Uno de los argumentos contrarios a dicha entidad consistía en que el
crédito que se otorgaría al gobierno por 4.240.000 pesos, con las deducciones para
pago de intereses y amortización sobre los títulos de créditos contra el Estado, se
vería reducido a un valor aproximado de tres millones de pesos.
En marzo de 1864 se organizó la Sociedad del Empréstito por 500.000 pesos, fondos
que estaban destinados a la amortización de algunos vales de caja otorgados por la
aduana de La Guaira, y otros créditos que pesaban sobre la Tesorería nacional y por
suplementos efectuados al nuevo gobierno.
en 1864 se pusieron en marcha las gestiones para la creación del Banco de Londres y
Venezuela. Diversos empresarios británicos habían informado a sus corresponsales en
Venezuela que tenían la intención de fundar un banco, cuyas acciones serían suscritas
en su mayor parte en Inglaterra.