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Versión: 001
NUESTRA SEÑORA DEL PALMAR Emisión: 2020-08-6
Actualización:
GUÍA DE APRENDIZAJE
El Padrenuestro es la oración cristiana más importante y la más perfecta porque la enseñó Jesús y
porque recoge el contenido esencial del Evangelio:
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal
Significado del Padrenuestro
Cuando rezamos el Padrenuestro y decimos:
•«Padre nuestro, que estás en el cielo»: estamos reconociendo que Dios es nuestro Padre y que es
lo más grande que existe.
•«Santificado sea tu nombre»: estamos alabando a Dios.
• «Venga a nosotros tu reino»: le pedimos amor, paz, justicia...
• «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo»: aceptamos cumplir la voluntad de Dios.
•«Danos hoy nuestro pan de cada día»: pedimos a Dios su ayuda para satisfacer nuestras
necesidades, que Él conoce.
• «Perdona nuestras ofensas»: nos arrepentimos de corazón.
• «Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden»: nos comprometemos ante Él a
perdonar a los demás.
• «No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal»: pedimos a Dios ayuda para no pecar.
Una pequeña oración
En un pequeño pueblo había una tienda de comestibles.
Su dueño tenía una balanza para pesar los alimentos.
Un día, entró en la tienda una mujer de aspecto fatigado y le pidió que le diera algunos alimentos
para poder dar de comer a su familia. La mujer le dijo que no tenía dinero pero que le podía pagar
con una oración.
El dueño sintió lástima de la mujer y le pidió que escribiera la oración. La mujer sacó de su bolsillo
una hojita de papel y le dijo:
—La escribí anoche mientras cuidaba a mi bebé enfermo.
—Vamos a poner la hojita en un platillo de la balanza y en el otro una barra de pan. Así veremos
cuántos alimentos te puedo dar —dijo el dueño
La balanza no se movió. El dueño puso en el platillo más alimentos pero la balanza seguía sin
moverse. Cuando ya no cabían más, le dio una cesta a la mujer para que los metiera todos en ella.
La mujer así lo hizo y le dio las gracias por su generosidad.
Cuando se marchó, el dueño examinó la balanza por si estaba estropeada, pero estaba en perfecto
estado.
Entonces, abrió la hojita de papel que le había entregado la mujer. En ella había escrita una sencilla
oración que decía:
«Por favor, Señor, danos hoy el pan de cada día».