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Hey, hola amigo, ¿Como estas?

, Recibí tu carta con éxito, extrañaba escuchar tus


relatos, espero todo en casa este bien, he tenido la mente ocupada, tuve sueños extraños
últimamente, y no paro de tenerlos día a día… Estaba en una cuidad grande, grasasea y
solitaria, abundaba de ropa colgando en los techos pero sin alguien quien las vistiera, como
si hubiera gente en su momento pero de un instante fueron retirados de la cuidad y quedo su
vestimenta solitaria. Era diminuto y cargaba una bolsa en mi cabeza, lo sentía a flor de piel y
veía como ojos de águila en el cuerpo de un niño. Iba con una chica, se apreciaba como una
niña, al igual que yo, avanzamos por la cuidad aterrorizado por la a resiliencia de la misma.
Tras una larga caminata averiguamos que el lugar que pisábamos se hacia llamar “Cuidad
pálida”, y con mucha razón, la niebla la hacia ver pálida y aterradora. Entramos a un edificio,
parecido a un colegio, más aterrador y grande de lo que recordaba; al explorar los pasillos
encontramos chicos como nosotros, pensábamos que podían ser amigos pero nos atacaron,
eran de porcelana pero rudos como luchadores, me metieron a un casillero y a mi amiga la
secuestraron, no sabia su nombre pero todo el camino estuvo callada y aterrorizada, lo que
más podía hacer por ella era sacarla de ahí al igual que yo debía salir de ese lugar. Encontré
a la profesora de ese “colegio”; era alta, pero increíblemente alta, yo era una hormiga, y ella
era un elefante, a comparación, era increíblemente aterradora; iba vestida con falta, camisa
de botón blanca y sucia, además de tener una cara arrugada y ojos totalmente grises. Pase
desapercibido a la sala donde estaba una llave que me llevaría al elevador llegando a la
habitación donde esta mi compañera, pero no tan desapercibido; por accidente dejo caer un
libro y al impactar contra la superficie, esa diabólica profesora corrió de inmediato donde
estaba, logre esconderme en una caja pero visualice una escena de pesadilla; al llegar al
cuarto empezó a estirar su cuello como si de una serpiente se hablara, y exploraba cada
centímetro del cuarto; logre huir de ahí, al llegar a donde estaba mi amiga estaba atacada a
punto de caer de una altura considerablemente mortal, logre salvarla en el momento justo y
llena de odio hacia todos esos niños de porcelana a uno le partió la cabeza de un golpe.
Logramos salir de ahí por unos conducto de ventilación que estaban en el edificio pero de un
mal movimiento hice un fuerte sonido y fue una persecución frenética; la profesora con su
cuello largo empezó a perseguirnos por todo el camino hasta que logramos salir por suerte.

En una casa similar a la mía cuando era niño, encontramos un televisor, al verlo se me
erizo la piel y un potente dolor empezó a abundar mi cuerpo; el televisor de alguna forma me
llamaba, me acerque a el y lo toque con la mano, al hacerlo entre a un pasillo morado, largo
y al correr me sentía ralentizado; había una puerta al final, corrí hacia ella y al abrirla había
un hombre grande, delgado, de traje negro y sombrero negro, como un oficinista, en ese
momento mi compañera me jala sacándome de ese mundo pero era muy tarde, ese hombre
sale del televisor y nuevamente mi amiga es capturada primero pero yo logro escapar de
alguna forma. Al buscarla la encuentro engrandecida y distorsionada, como un animal
monstruoso, en sus brazos tenia una caja de música que no dejaba que nadie la tocara, con
valentía la logre destrozar y al hacerlo mi amiga vuelve a la normalidad. Nos encontramos al
hombre de sombrero frente a frente y sin escapatoria, y con un poder que sentía desde
dentro de mi empiezo a absorberlo con fuerza, lograndolo después de unos minutos; el
mundo empieza a caerse y a distorsionarse, mi reacción ahí fue correr y mi compañera igual.
Ella me adelanta por mucho y en de un salto que no logro llegar a mi destino ella me salva
con su mano a no caer al vació, pero… Me suelta antes de subirme, siendo traicionado por la
misma; me veía muerto en ese instante, pero logre sobrevivir. Estaba en un cuarto llevo de
ojos viéndome y solo había una silla en medio de todo; me siento, y como parpadeos pasa el
tiempo, empiezo a crecer, y con cada pestañeo, empiezo a parecer ese hombre de traje, a
quien había absorbido sin piedad, y al llegar al ultimo pestañeo, me vuelvo esa persona, pero
al entrar la luz, y ver mi rostro, esa persona que quería hacerme daño y al cual tanto miedo lo
tenia, era yo.

Soy mi propia pesadilla.

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