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Trabajo de Nutricion
Trabajo de Nutricion
CÓDIGO: 1072650639
GRUPO: 232019_1
Polifarmacia: Los ancianos son el grupo de edad que más fármacos consumen,
aproximadamente el 50% del total del gasto farmacéutico. Existen multitud de
fármacos que pueden influir tanto en la absorción, metabolismo y excreción de
nutrientes, como en la sensación de apetito. Es preciso hacer una historia
farmacológica completa que incluya todos los medicamentos recetados por el
médico y los que el anciano toma por su cuenta (analgésicos, laxantes,
ansiolíticos…). Cuantos más fármacos se consumen más posibilidades de
presentar problemas nutricionales. (Resumen de listado de fármacos que
interfieren en la nutrición)
Digoxina: nauseas, falta de apetito, pérdida de peso, potencia la pérdida de
magnesio.
Diuréticos: aumentan la pérdida de agua, sodio, potasio y magnesio.
Antiácidos: Disminuye la absorción intestinal de hierro, vitamina B1, vitamina B12.
Laxantes: reducen la absorción de agua y de los nutrientes en general.
Hierro: altera el tránsito intestinal produciendo tanto estreñimiento como diarrea.
Antidepresivos: los ISRS disminuyen el apetito, los Tricíclicos facilitan el
estreñimiento.
Colchicina: reduce la absorción de vitamina B12, lactosa y grasas.
Colestiramina: reduce la absorción de las vitaminas A, D, E, K y del Acido Fólico.
Anticonvulsivantes: déficit de Acido Fólico, altera la mineralización ósea.
Cefalosporinas: alteran el metabolismo proteico y de las vitaminas D y K.
Tetraciclinas: disminuyen la vitamina K y la absorción intestinal de calcio.
Alcohol: aumenta las necesidades de vitamina B, magnesio y zinc, reduce la masa
ósea.
Aislamiento social: Con los cambios que se han producido en los modelos
familiares en la segunda mitad del siglo XX cada vez son más los ancianos que
viven solos. Una de las primeras actividades que descuidan los ancianos que
viven solos o los que tienen un pobre soporte social, es la nutrición. Puede ser por
pérdida de motivación para comer o por desconocimiento para preparar
adecuadamente los alimentos. Un buen ejemplo es el "escorbuto del viudo",
descrito en Inglaterra en los años cuarenta en aquellos ancianos que habían
enviudado recientemente y por desconocimiento en la preparación de los
alimentos consumían únicamente alimentos enlatados, con una baja ingesta de
vitamina C. Además el comer en compañía es esencial para mejorar el estado de
ánimo.
Problemas económicos: Con frecuencia los ancianos tienen dificultades
económicas que les impiden comprar la comida necesaria. Cuando esto ocurre,
los primeros alimentos que se evitan son los más caros que suelen ser los que
aportan la mayor cantidad de proteínas, como las carnes y los pescados.
Incapacidad física: La incapacidad física puede ser a la vez causa y consecuencia
de desnutrición en los ancianos. Una persona incapacitada (por ejemplo un
anciano hemipléjico con pobre soporte social) puede desnutrirse por no poder
comprar la comida, por no poder cocinarla, por no poder llevársela a la boca, o por
no poder tragarla adecuadamente. De la misma manera, un anciano desnutrido irá
poco a poco perdiendo su capacidad funcional hasta llegar a ser totalmente
dependiente.
Problemas en la boca, alteración del gusto y olfato: Cualquier alteración en la
estructura anatómica o en las funciones fisiológicas de la cavidad oral, que afecten
a la masticación o a la deglución, puede hacer que el anciano no siga una dieta
adecuada. Las enfermedades dentales (caries, pérdida de piezas, ausencia de
prótesis dentales o mal ajuste), periodontales (periodontitis), gingivales (gingivitis),
de la lengua o cavidad oral (micosis, úlceras, cancer), de los labios (queilitis), de la
musculatura oral (atrofia, enfermedades neurológicas que producen alteración de
la deglución), de las glándulas salivares (boca seca), de la mandíbula y la
articulación temporomandibular (dolor, limitación de la apertura de la boca), etc.
pueden favorecer la aparición de desnutrición. Además se produce una pérdida de
papilas gustativas linguales con disminución de la capacidad gustativa y una
pérdida de la capacidad olfativa: apetece más lo dulce y lo salado.
Tabaquismo: El 20% de los varones mayores de 65 años son fumadores activos,
mientras que sólo un 1% de las ancianas fuman habitualmente, aunque esta
proporción está aumentando en los últimos años. El tabaco puede producir
desnutrición principalmente al disminuir el apetito, pero también al aumentar las
necesidades de determinados nutrientes, como por ejemplo la vitamina C, se ha
descrito como los fumadores tienen unas necesidades de esta vitamina hasta 60
veces mayores que los no fumadores.
Alcoholismo: La prevalencia del consumo de alcohol entre los ancianos se sitúa
alrededor del 45%. Los ancianos son más sensibles que los jóvenes al consumo
de alcohol porque lo metabolizan de forma más lenta, por el mayor uso de
medicaciones que pueden interactuar con el alcohol y por el mayor número de
enfermedades crónicas que pueden interaccionar con él. El abuso crónico del
alcohol puede producir deterioro cognitivo, hepatopatía, insuficiencia pancreática,
miocardiopatía y empeorar enfermedades frecuentes en los ancianos como la
hipertensión arterial y la diabetes.