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Debat: La iniciativa d'obrir una secció de Debat a la revista Estrat Crític sorgeix de la

consideració col•lectiva que el replantejament ha de ser una constant en tota disciplina


científica. Així doncs, i perseguint aquest objectiu, hem cedit aquesta primera secció a di-
verses propostes que es presenten com una crítica a l'Androcentrisme, encara avui present,
en l'Arqueologia.
Esperem que us agradi i que us convidi a repensar les vostres lectures i projectes i que faci
evident, una vegada més, que la lluita contra el Patriarcat ha de seguir vigent dins i fora
de l'Acadèmia.

Género y Arqueología: un esquema de la


cuestión
Marta Cintas Peña
Universidad de Sevilla
Martacintasp@gmail.com

RESUMEN
En las últimas décadas se ha asistido al nacimiento y desarrollo de las llamadas Arqueología Feminista,
de Género y Queer, así como a la aparición de trabajos de investigación en esta línea. Se intenta ofrecer
aquí una síntesis de las mismas, especialmente de las dos primeras, en lo relativo a sus críticas y pro-
puestas metodológicas, así como a su posible aplicación en el ámbito concreto de la Prehistoria.

Palabras clave:
Arqueología, género, Prehistoria, desigualdad.

RESUM
Durant les últimes dècades s’ha assistit al naixement i desenvolupament de les anomenades Arqueología
Feminista, de Gènere i Queer, així com a l’aparició de treballs d’investigació en aquesta línia. S’intenta
oferir aquí una síntesi d’aquestes, especialment de les dues primeres, en allò relatiu a les seves crítiques i
propostes metodològiques, així com a la seva possible aplicació en l’àmbit concret de la Prehistòria..

Paraules Clau:
Arqueologia, gènere, Prehistòria, desigualtat.

El presente trabajo tiene como objeto tripartita que comprendería sus ini-
ofrecer una visión sobre las Arqueo- cios y planteamientos metodológicos,
logías Feminista y de Género, ten- en primer lugar, su posible contribu-
dencias surgidas en las décadas de los ción en el campo específico de la Pre-
80 y 90 que alcanzan su máxima re- historia reciente de Europa, en
presentación en la actualidad. Para segundo, y su aplicación directa con
ello se ha optado por una estructura ejemplos concretos, por último. Se
Rebut: 13 març 2011; Acceptat: 21 octubre 2011
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pretende así proporcionar una pers- persigue.


pectiva general y a la vez pragmática, Para la Arqueología Feminista es ne-
de las posibilidades que a la investi- cesario reconfigurar la forma en que
gación aporta tal enfoque. La inten- se hace Arqueología, en primer lugar,
ción última no es otra que la de y aplicar el nuevo enfoque posterior-
estimular y fomentar un debate am- mente, para así obtener una visión
plio, serio y, sobretodo, necesario e histórica más objetiva. Existe una
inaplazable por más tiempo, en torno total convicción en la premisa: la
a esta cuestión. La visión de conjunto ciencia se hace por alguien, por algo y
que se ofrece busca, en definitiva, para algo. Paralelamente a la ya fa-
sentar las bases para una discusión mosa cita de Beauvoir: un punto de
que, sin embargo – y no podría ser de vista feminista no se tiene, se cons-
otro modo -, debe profundizar en las truye (Harding, 1987)2 ; será ésta
mismas para su desarrollo. quien plantee cuestiones de forma si-
milar al marxismo: ¿la desigualdad
Arqueología Feminista, Arqueolo- por sexo ha existido siempre o es un
gía de Género y Arqueología Queer. producto histórico?, que podría en-
El movimiento feminista desarrollado cuadrarse perfectamente en la más
especialmente en Estados Unidos y amplia de: ¿la desigualdad social y la
Europa en el siglo XX irá, paulatina- explotación son inherentes a la huma-
mente, integrándose en todos los ám- nidad o resultado de transformaciones
bitos de la esfera académica. Algunos históricas?
de los primeros textos que abordarían
el problema serían: Women in Prehis- En cuanto a la Arqueología de Gé-
tory, 1989, de M. Ehrenberg, o la obra nero3 , es considerada por la Feminista
Engendering Archaeology, de Gero como una reducción de ésta. Su inte-
and Conkey, 1991 (Whitehouse, rés radicaría en ofrecer información
2007). Fruto de ello será la aparición, específicamente sobre la mujer (y
paralelamente a los movimientos pos- también sobre el hombre), sin la ne-
modernos, de la llamada Arqueología cesidad de que el planteamiento ini-
Feminista en los años 80, primero en cial sea distinto. Ello se debe a la
Estados Unidos y Escandinavia, pos- consideración de que todo aquello
teriormente en España o Italia. Será a que no se nombra se vuelve invisible,
raíz de ella y del Postprocesualismo por lo que es necesario hacer un es-
de donde surjan la Arqueología de fuerzo por rescatar a todas las mujeres
Género1 y la tendencia queer (Cruz, del limbo informativo en el que se han
2009). Las diferencias entre las tres visto inmersas a lo largo de la Histo-
estriban en los objetivos que cada una ria (Masvidal, 2007). Del mismo

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modo ocurriría con las actividades de no siempre son apreciables en el re-


mantenimiento (Montón, 2005; Gon- gistro. No obstante, ha de partirse de
zález et al., 2005; Sánchez, 2007) que, la idea de que el registro no existe,
al haber sido puestas en relación con sino que es producto de la investiga-
mujeres, tampoco han recibido inte- ción arqueológica, por lo que en los
rés por parte de la investigación. Es tres casos habrán de buscarse las he-
esta Arqueología del Género la que ha rramientas que nos permitan estu-
ido haciéndose un hueco en la inves- diarlo (Vila et al., 2007)
tigación. No obstante, parece que, en
algunos casos, las denominaciones En los tres casos se cuestiona el ca-
Feminista y del Género se utilizan rácter legitimador de la Arqueología
aleatoriamente, no existiendo claras con respecto a nuestra sociedad, pa-
diferencias entre una y otra. triarcal, aplicando a la investigación
parámetros actuales que no necesaria-
En último lugar, la Arqueología Queer mente han de ser los mismos que los
critica de las anteriores el uso, a del grupo cultural al que se pretende
veces, de la equiparación comprender (Díaz-Andreu, 1994). Se
género/sexo, y la marginación de hace hincapié, también, y sobretodo
raza, etnia o clase social en el estudio, en un primer momento, años 80 y 90,
y afirma (de la misma forma que la en la propia visión androcéntrica de la
Teoría Queer de la que se nutre) que Academia y de las personas dedicadas
existe una gran variedad de identida- a la arqueología, mayoritariamente
des sociales. El estudio de sexualida- hombres, que imposibilita un cambio
des alternativas a la heterosexualidad en profundidad.
y su conocimiento a través de la cul-
tura material será también una preo- Arqueología Feminista/de Género4
cupación principal de esta tendencia, en lo relativo a la Prehistoria y, más
así como el cuestionamiento de con- concretamente, a la Prehistoria re-
ceptos como “familia” o “unidad fa- ciente europea.
miliar” y la facilidad con la que a Como consecuencia de la aparición
veces se equiparan “homosexualidad” de las tendencias previamente men-
y “pedofilia” (Dowson, 1998). Aun- cionadas y, al igual que en otras eta-
que sus planteamientos resulten igual- pas, el enfoque propuesto se aplicará
mente válidos en una esfera teórica, a la Prehistoria. Es en este ámbito
son mucho más difíciles de aplicar, donde su estudio resulta, quizás, más
puesto que las posibles evidencias, al complicado. Por una parte, la ausen-
tratarse de aspectos relacionados más cia de fuentes escritas hace necesario
con un plano simbólico que material, buscar indicios a partir exclusiva-

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mente de la cultura material; por otra, analizadas. Cabría diferenciar el tra-


parece ser la Prehistoria el período en bajo científico de la divulgación del
el que comienzan las desigualdades conocimiento en educación primaria
de género. La abundancia y exclusi- y secundaria, universidades o exposi-
vidad de figurillas femeninas durante ciones y museos. Ello supondría no
el Paleolítico contrasta fuertemente sólo contemplar la posibilidad de he-
con la situación que se genera a fina- chos concretos como que ajuares de
les de la Edad del Bronce, donde las armas se encuentren en tumbas de
representaciones serán, fundamental- mujeres, hecho ampliamente docu-
mente, de hombres. mentado (Davis-Kimball, 1997;
Davis- Kimball y Yablonky, 1995;
Además, en el ámbito de estudio de la Davis-Kimball et al., 1995)5 , sino
Prehistoria se produce un enfrenta- también en sentido opuesto, es decir,
miento con una fuerte tradición que, que adornos y molinos de mano apa-
a pesar de no contar con evidencias rezcan en tumbas de individuos de
materiales, sitúa al hombre en clara sexo masculino, sin necesidad de bus-
preponderancia con respecto a la car por ello una explicación alterna-
mujer. No existe otra motivación para tiva (Díaz-Andreu, 2005) y, por
ello que el sesgo androcéntrico. Ante supuesto, no asignar el sexo en fun-
esta situación de partida, el femi- ción del ajuar, sino a la inversa, en
nismo, por una parte, y una buena pra- caso de duda, aceptar el propio des-
xis científica, por otra, nos llevarían a conocimiento. Igualmente cabría
plantear dos cuestiones fundamenta- decir en lo relativo a la aceptación de
les: ¿la visión que actualmente tene- opuestos tradicionales tales como
mos de la Prehistoria es la correcta?, hombres-activos-tareas esenciales y
y ¿en qué momento y por qué co- mujeres-pasivas-tareas auxiliares
mienzan las disimetrías sexuales entre (Díaz-Andreu, 2005) u otros más con-
hombres y mujeres? cretos del tipo cerámica a mano-pro-
ducción doméstica-trabajo femenino
En el primero de los casos, el Femi- y cerámica a torno o con valores tec-
nismo y la Arqueología del Género nológicos sociales añadidos-produc-
ponen énfasis en la necesidad de rea- ción industrial-trabajo masculino
lizar una crítica a presupuestos tradi- (Colomer, 2005). Con respecto a la
cionales basados en una visión difusión y en pro de una mayor obje-
androcéntrica propia del siglo XX, y tividad científica, es más que aconse-
no en evidencias materiales, así como jable el fin del uso de expresiones
cambiar la perspectiva de estudio a la tales como “el origen del hombre” o
hora de abordar situaciones aún no “los hombres prehistóricos” (Argeles,

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Piqué y Vila, 1991), así como la mo- ciones auxiliares; objetivo – creación
dificación de gran parte de las ilustra- de la vida humana (Sánchez, 2005).
ciones que pretenden informar También atendiendo al papel de la re-
visualmente. El bombardeo constante producción encontramos destacadas
de argumentos de género – y, por propuestas de análisis, que señalan la
tanto, construidos – en Prehistoria es importancia del control de la repro-
fácilmente apreciable para cualquier ducción y su relación con el dominio
persona que realice un análisis míni- sobre las mujeres, dando lugar a la
mamente crítico. desvalorización social de éstas (Ruiz
y Vila, 2001).
En cuanto al segundo interrogante,
para el estudio y obtención de una Otras opciones concretas serían la re-
conclusión válida que responda a ello alización de investigaciones óseas
se ofrecen diversas hipótesis de tra- para determinar los trabajos que pudo
bajo y propuestas metodológicas. haber realizado una persona en vida
Tanto para la Arqueología del Género (Jiménez et al., 2004); la diferencia-
como para la Feminista es imprescin- ción a partir de los espacios sociales
dible recuperar las actividades de (Castro et al., 2002); las influencias
mantenimiento (Montón, 2005; Gon- que tiene en los individuos la movili-
zález et al., 2005; Sánchez, 2007) y dad y la relación con el entorno (Her-
reconocer la importancia que para el nando, 2005); la variabilidad
desarrollo de un grupo social tienen, existente o no entre hombres y muje-
tal y como ya se mencionó anterior- res en lo relativo a la endogamia o
mente. En la misma línea, desde la vi- exogamia y patrones de residencia
sión marxista-feminista cobra fuerza (Escoriza y Sanahuja, 2005); o la apli-
la propuesta de integrar a la repro- cación de los planteamientos de la ar-
ducción en la configuración del análi- queología de la muerte (Izquierdo,
sis del sistema económico. Esto es, 2007). Sin duda la etnografía, la an-
pensar la reproducción biológica tropología y, más recientemente, la et-
como un proceso de trabajo, en el que noarqueología (Vila et al., 2007)
la terminología marxista se aplique a podrían ser de gran ayuda en el estu-
la “fabricación” de seres humanos del dio de la desigualdad por razón de
mismo modo que a la de productos, sexo, habiendo empezado a realizarse
resultando de ello las equivalencias: investigaciones con este fin en los úl-
fuerza de trabajo - capacidad y ener- timos años (Hernando, 2005).
gía de la mujer durante la gestación;
el objeto de trabajo - embrión/feto; Se ofrecen, en el siguiente y último
medio de trabajo – cuerpo y condi- apartado, tres ejemplos prácticos, y

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sus resultados, de investigaciones lle- Considerando, por tanto, a la etnogra-


vadas a cabo dentro de alguno de los fía como única garante viable de la
marcos mencionados previamente. defensa del binomio trabajo lítico-
hombre, se procede a refutar el argu-
Aplicación de las propuestas de Ar- mento. Previamente, y como crítica,
queología de Género/Feminista en señala que una gran parte de estos es-
la Prehistoria reciente europea. tudios etnográficos utilizados como
El primero de los trabajos a los que se sostén del enfoque androcéntrico han
aludirá es un estudio de síntesis, rea- sido realizados por hombres y eli-
lizado por Sánchez Romero (2005), giendo, en los grupos sociales estu-
acerca de la producción y uso de uti- diados, la visión masculina. Es decir,
llaje lítico. Además de las conclusio- hombres interrogan a hombres sobre
nes derivadas del mismo y que se la totalidad del grupo, y luego se pre-
expondrán a continuación, el trabajo sentan los resultados como generales
ejemplifica el modo en el que puede e indiscutibles (Sánchez, 2005). Sin
desarrollarse una investigación. embargo, existen abundantes ejem-
plos documentados de mujeres reali-
Si la industria lítica era una actividad zando trabajos de talla y uso de
únicamente realizada por hombres es instrumentos de piedra y/o de metal
la pregunta inicial a la que se pretende como prácticas de caza de tipo colec-
dar respuesta. Para ello, en colabora- tivo (Dahlberg, 1981); caza por muje-
ción con Díaz-Andreu se procede a la res en los grupos Agta
redacción y envío de una encuesta a (Estioko-Griffin y Griffin, 1981); del
un total de 20 personalidades distin- mismo modo en el caso de las muje-
guidas en este campo. De los cuestio- res de grupos aborígenes australianos
narios se extraerán una serie de causas y con respecto a los canguros, o en
en las que se apoya la invisibilidad de Nueva Guinea y las islas Andaman
la mujer en la producción y uso de (Bird, 1993; Gorman, 1995); mujeres
materiales líticos: estudios etnográfi- Chipewyan (Jarvenpa y Brumbach,
cos, pensamiento actual y tradición 1995); representación de mujeres con
historiográfica. De los tres ofrecidos armamento en Qin Shihuangdi, China
sólo se considerará el primero, enten- (Nelson, 1997); o en las culturas Sau-
diendo los otros dos como no conclu- ramatiana y Armantiana de la estepa
yentes atendiendo a su anacronismo, rusa (Davis-Kimbal, 1997); caza
por una parte, o a una validez otor- practicada por las mujeres Barsawa
gada por el tiempo, por otra, y no en en África (Kent, 1998); Mbuti en
base a su carácter científico u obje- Zaire, o poblaciones de Alaska (Wa-
tivo. dley, 1998)6 , entre otros. Todos ellos

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demuestran la falta de objetividad en tipo doméstico. Del mismo modo,


el uso de los ejemplos etnográficos. ellos realizarían trabajos que requirie-
En segundo lugar, se ofrece como ran mayor fuerza muscular que las
ejemplo de trabajo a partir de un en- mujeres.
foque de género el llevado a cabo por
Jiménez-Brobeil et al. (2004), consis- No obstante, si bien los datos no pue-
tente en el análisis de restos óseos en den verificar la existencia de des-
distintos poblados de la cultura de El igualdades de género o la posición
Argar, sureste de la península Ibérica. que mujeres y hombres ocuparon en
El objetivo es determinar las diferen- la sociedad argárica, no es aventurado
cias apreciables entre los sexos y dis- sugerir que sí habría una división se-
cernir, en la medida de lo posible, a xual del trabajo. En cualquier caso, la
partir de ello, las actividades que hu- aparición de mayor número, tanto de
bieron realizado en vida y si hay ar- investigaciones en esta línea como las
gumentos suficientes para establecer que parten de otros enfoques, permi-
una distinción en base al género. Los tiría establecer conclusiones de más
yacimientos examinados son: Caste- peso.
llón Alto, Fuente Amarga, Cerro de la
Encina, Cerro de la Virgen, Cuesta del En tercer lugar, se trata de examinar
Negro, Puerto Lope y Terrera del el uso que habrían tenido diferentes
Reloj, todos ellos en la provincia de espacios domésticos y, a partir de ello,
Granada. A través de la observación extraer la segregación social y de con-
de tres tipos de marcadores (artrosis, sumo que se habría producido en los
estrés músculo-esquelético y trauma- mismos. En este caso la investigación
tismos) determinarán que el esfuerzo fue desarrollada por Castro Martínez
físico llevado a cabo por los varones et al. (2001), en un edificio identifi-
sería mayor que el realizado por mu- cado como casa en el asentamiento de
jeres, estando los primeros más ex- Puig Morter de Son Ferragut, Ma-
puestos a sufrir traumatismos. Los llorca, datada entre los años 750 –
datos parecen también reflejar que los 500 ANE. Ello obedece a la premisa
individuos de sexo masculino, a partir de que las desigualdades quedan evi-
de las evidencias en cuádriceps, talón denciadas en función del acceso de las
de Aquiles y espolón, efectuaban lar- personas a los recursos, y a la com-
gas caminatas por terrenos pedrego- pensación que obtienen por el trabajo
sos, mientras que las mujeres no realizado.
presentan en la misma medida tales
rasgos, lo que podría interpretarse La unidad doméstica en cuestión, co-
como consecuencia de actividades de nocida como Edificio Alfa, presenta

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tres espacios diferenciados: un patio ción menor.


porticado y dos habitaciones interio-
res (estancias A y B). El porticado, a En última instancia, se plantea la hi-
su vez, comprendería el área del pótesis de que estos grupos se identi-
hogar, área entre tirantes, receptáculo fiquen con mujeres, caso de la zona
y pasillo, y sería en tal ámbito donde A, área del hogar, pasillo y receptá-
tenían lugar los trabajos de produc- culo; y hombres, estancia B y sector
ción de alimentos, incluyendo sacrifi- entre tirantes. La validez o no de la
cio, descuartizamiento y cocinado de misma tendrá que esperar a su corro-
animales, fabricación de harina y tor- boración a partir de nuevas investiga-
tas o procesado de lácteos, además de ciones en la misma línea.
actividades de mantenimiento, elabo-
ración de tejidos, manufacturación de Conclusiones
ornamentos, fabricación de cerámica, Continuando con la estructura tripar-
reparación de utillaje o almacena- tita del trabajo, y considerando haber
miento, compartiendo este último con ofrecido una visión general de las po-
la habitación A. En cuanto a la B, sólo sibilidades de la tendencia, tres son
se encontraron en ella restos de con- las conclusiones principales que pue-
sumo esporádico de alimentos. Por úl- den extraerse del mismo.
timo, la existencia de balas de honda
de piedra y una varilla de cobre, entre Se determinan, en primer lugar, y una
otros objetos singulares, en la zona vez expuestos los inicios de las Ar-
entre tirantes, hace pensar en la rela- queología Feminista y de Género, sus
ción de este espacio con prácticas po- objetivos, los distintos métodos de
lítico-ideológicas. trabajo propuestos y los resultados
que, en conclusión a lo anterior, pue-
Según los investigadores, parece exis- den ofrecer estudios en esta línea, y la
tir una conexión entre la estancia A, validez teórico-práctica del enfoque.
área del hogar, receptáculo y pasillo, Así mismo, se evidencian argumentos
por una parte, y estancia B y área suficientes como para proceder a la
entre tirantes, por otra. Una vez esta- reflexión y crítica de la historiografía
blecida esta relación se constatan dos tradicional en lo que a la perspectiva
grupos sociales diferenciados en base de género/feminista se refiere. Por úl-
a las actividades, uno de los cuales (el timo, sería deseable una mayor res-
de la estancia A y los tres ámbitos del ponsabilidad por parte de todas y cada
área porticada) asumiría un volumen una de las personas dedicadas a la Ar-
de trabajo mucho mayor que el otro, queología como materia de investiga-
recibiendo a cambio una compensa- ción y docencia, y no únicamente de

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aquellas (salvo excepciones) de sexo Bibliografia


femenino, en virtud de un conoci- ARGELES, T.; PIQUÉ HUERTA,
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herramientas que empleamos a la CORIZA MATEU, T.; SANA-
hora de obtener información. Sólo HUJA YLL, Mª E. (2002): “Trabajo
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2 En Cruz, 2009, p. 8 “Feminismo, teoría y práctica de una
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das.
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5 Todos ellos en Sanahuja Yll, 2007. nero y arqueología: una nueva sínte-
6 Todos ellos en Sánchez, 2005, pp.224-228. sis”, en Arqueología y Género pp.
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