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Proceso Radicado N° 42383 

del  02 Octubre de 2013: S.P.A.: LA LEY NO


ESTABLECE UN TÉRMINO PARA ACCEDER A LA LIBERTAD CUANDO
PRESENTADO EL ESCRITO DE ACUSACIÓN NO SE HA LLEVADO A CABO LA
RESPECTIVA AUDIENCIA (CRITERIOS DE PLAZO RAZONABLE, JUSTO Y
PROPORCIONAL APLICADOS POR LA CORTE CONSTITUCIONAL A NORMAS
DE LA LEY 600 DE 2000).

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE CASACIÓN


PENAL. Sentencia de Habeas Corpus del 2 de OCTUBRE DE
2013: Radicación No. 42383 en favor de los señores GERARDO
CHÁVEZ PORTOCARRERO y otra; siendo M.P.: Doctor FERNANDO
ALBERTO CASTRO CABALLERO. Proceso Radicado No. 42383

(…)
4. En esa medida, conforme lo señala el Magistrado del Tribunal de Pasto,
el artículo 317 de la Ley 906 de 2004 no prevé un término para acceder a la
libertad que corra entre la presentación del escrito de acusación y la formulación
de ésta.
En esa misma perspectiva, en esta Corporación se ha expresado:
“Es claro que la inconformidad del accionante es la supuesta
prolongación ilegal de la privación de la libertad por no adelantarse el
respectivo juicio oral dentro de los 120 días siguientes a la presentación
del escrito de acusación conforme lo prevé el numeral 5° del artículo
317 de la Ley 906 de 2004.

Lo primero que conviene precisar es que la norma aplicable al


presente evento es la modificación introducida al artículo en mención
por el artículo 61 de la Ley 1453 de 2011.

En dicha normatividad se indicó expresamente, que el término


para dar inicio a la audiencia de juzgamiento se contabilizará a partir de
la audiencia de formulación de acusación adelantada ante el juez de la
causa y no desde la presentación del escrito acusatorio por parte de la
Fiscalía como equivocadamente lo entiende el accionante.” 1

5. Así las cosas, no le asiste razón al apoderado de GERARDO CHÁVEZ


PORTOCARRERO y ZAMIRA VÁSQUEZ MUÑOZ, cuando da a entender que en este
caso se debe “aplicar por analogía” el numeral 5º del artículo 317 de la Ley 906 de
2004, donde se prevé que hay lugar a la libertad provisional si pasan 240 días
después de formulada la acusación sin haberse iniciado el juicio oral en procesos
de competencia de los jueces especializados; a los eventos en que corre tal
término (240 días) entre la presentación del escrito de acusación y la formulación
de ésta, pues el legislador no contempló un plazo entre estos dos últimos
momentos que dé lugar a la libertad provisional.

1
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, decisión del 2 de abril de 2009, radicación
No. 31577.
Sobre la ausencia de un término para acceder a la libertad provisional entre
dos determinadas actuaciones procesales, esta Corporación se pronunció en
pretérita oportunidad en los siguientes términos:

“…resulta claro y evidente que ninguno de los argumentos


presentados por el memorialista como sustento de la petición de
hábeas corpus son procedentes, en la medida en que la privación de la
libertad de… no es ilegal, toda vez que la misma obedece a una orden
emitida por un funcionario judicial competente, es decir, que sobre él
pesa medida de aseguramiento y en la actualidad ya culminó el debate
oral del juicio…

Ahora bien, es verdad que entre la última fecha en que se celebró


la audiencia pública y el día en que se interpuso la acción, ha
trascurrido un total de 20 meses y 10 días hábiles después de haberse
agotado la multicitada audiencia de juzgamiento; empero, por esa
particular razón no se puede predicar que el acusado se encuentra
ilegalmente detenido, en la medida en que el supuesto fáctico en
precedencia enunciado no constituye causal de libertad provisional y
que la misma fue desconocida de facto por los funcionarios judiciales
que conocieron del asunto.

Además, de acuerdo con los datos que obran en el


diligenciamiento, se sabe que el proceso que adelanta el Juez Penal
del Circuito Especializado de Medellín es complejo, al punto que no es
posible atribuir al mismo la mora judicial para dictar sentencia, tal como
se denuncia en la petición de hábeas corpus.

Es decir, la situación prevista por el accionante no revela el


desconocimiento del derecho a la libertad por ilegalidad en la
aprehensión o por indebida prolongación de ese derecho, «a pesar de
que puedan generar algún traumatismo en el desarrollo del proceso, la
acción constitucional de hábeas corpus no es el mecanismo destinado
a que se adopte los correctivos correspondientes y, en consecuencia,
resulta improcedente»2”3.

7. Es claro entonces, que contrario a lo afirmado por el abogado de


GERARDO CHÁVEZ PORTOCARRERO y ZAMIRA VÁSQUEZ MUÑOZ, no se está ante una
situación procesal que legalmente dé lugar a la concesión de la libertad provisional
y autorice a decidirse por el amparo constitucional de hábeas corpus, pues se
evidencia que no hay una prolongación ilícita de la libertad en relación con los
nombrados, pues la ley no prevé como causal de libertad el transcurso de un
determinado tiempo entre la presentación del escrito de acusación y la formulación
de ésta.

2
“Auto del 9 de julio de 2007. Radicado 27855.”
3
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, decisión del 2 de octubre de 2012,
radicación No. 40057.
8. Sobre vacíos legislativos como el presente, la Corte
Constitucional expresó:
“…resulta pertinente reconocer la procedencia de las causales de
libertad provisional, mediante las cuales se restringe en el tiempo la
duración de la detención preventiva (numerales 4 y 5 del artículo 415
del decreto 2700 de 1991, y numerales 4 y 5 del artículo 365 de la ley
600 de 2000), cuyos parámetros de aplicación se encuentran
estrictamente delimitados por ley… No obstante, las citadas
disposiciones encuentran un vacío legislativo consistente en que no
existe un límite temporal para obtener la libertad provisional en dos
eventos: el primero, en cuanto al término de detención que existe entre
la calificación del mérito de la instrucción y la ejecutoria de la resolución
de acusación, y el segundo, consistente en el tiempo de detención que
existe entre la celebración de la audiencia de juzgamiento y la
sentencia definitiva.

Ante el vacío legislativo que existe en cuanto a la procedencia de


la libertad provisional en los eventos citados, es preciso condicionar la
constitucionalidad de las disposiciones que consagran la figura del
cómputo de la detención, en el sentido de limitar, en las circunstancias
de vacío legal su término de duración a un plazo razonable, justo y
proporcional con el fin de evitar que la medida se convierta en un
anticipado cumplimiento de la pena.

Ahora bien, el término razonable, proporcional y justo, debe ser


valorado por las autoridades judiciales en cada caso, siguiendo los
siguientes parámetros: la efectividad de la duración (amoldar la
detención a sus objetivos), el tiempo actual de detención, su duración
en relación con la ofensa, los efectos de la conducta punible, los
efectos materiales y morales para con el sindicado, la conducta del
inculpado, las dificultades de la instrucción, la forma como se ha
tramitado, la conducta de las autoridades judiciales, entre otras 4.
Mediante esta consagración no taxativa, la Corte pretende garantizar la
presunción de inocencia y el derecho a la libertad personal ante el
vacío legal”.

8. En el caso particular, se observa que el Magistrado del Tribunal de Pasto


describió detalladamente un conjunto de circunstancias procesales, valga decir,
que en 10 oportunidades se fijó fecha para llevar a cabo la formulación de
acusación, la cual no se ha realizado por cuanto se elevaron solicitudes de
aplazamiento presentadas por la Fiscalía y los defensores; uno de estos fue
asesinado, su reemplazo requirió de tiempo para conocer el caso; se tramitó un
cambio de radicación, los apoderados de las víctimas también han pedido la
postergación de la diligencia; se produjo el cambio de Fiscal, se reubicó a los
procesados en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario del Inpec en Pasto
por seguridad; un defensor deprecó una nueva fecha para buscar un preacuerdo

4
“Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Caso Neumeister y caso Stogmuller.”
con el ente acusador y actualmente se intenta la celebración de la respectiva
audiencia a través de videoconferencia.
Adicionalmente, no puede dejarse de lado la complejidad del caso, en la
medida que involucra 7 homicidios y 76 lesionados. Además, a la gravedad que de
por sí envuelven tales conductas, debe sumarse la forma como se produjo tanto la
afectación a los bienes jurídicos de la vida y de la integridad personal, como a la
seguridad pública.
9. Lo anterior permite afirmar adicionalmente, que en modo alguno se
puede hablar, como lo hace el apoderado de GERARDO CHÁVEZ PORTOCARRERO y
ZAMIRA VÁSQUEZ MUÑOZ, de que en este caso se haya incurrido en dilaciones
injustificadas.
10. Al margen de lo analizado en precedencia con el propósito de
establecer que no se ha producido una prolongación ilícita de la privación de la
libertad de CHÁVEZ PORTOCARRERO y VÁSQUEZ MUÑOZ. Igualmente, es pertinente
mencionar que con lo dicho también se desvirtúa la supuesta vía de hecho que
pregona el apoderado de los citados, en tanto que como se ha aludido en esta
decisión, no tiene en cuenta el verdadero alcance del numeral 5º del artículo 317
de la Ley 906 de 2004, lo que a su vez obliga a señalar, que en razón de la
postura argumentativa sostenida por el abogado de los citados al formular la
acción de hábeas corpus, en realidad se evidencia que pretende utilizar ésta como
una tercera instancia en busca de que sean escuchas sus súplicas, conforme lo
vislumbró el Magistrado del Tribunal de Pasto, al expresar que “las derrotas
judiciales que ha tenido el litigante en las audiencias preliminares de solicitud de
libertad provisional, no lo facultan para acudir al hábeas corpus a fin de imponer
su particular interpretación en torno a la forma como debe contabilizarse el
término para la procedencia de la causa libertaria reseñada”.
11. En conclusión, el Despacho encuentra que no es procedente el amparo
constitucional invocado por el apoderado de GERARDO CHÁVEZ PORTOCARRERO y
ZAMIRA VÁSQUEZ MUÑOZ, puesto que estos se encuentran privados de la libertad
legalmente en razón de medida de aseguramiento de detención preventiva en
establecimiento carcelario proferida en su contra, sin que a la fecha se haya
vencido un específico término legal que dé lugar a su libertad provisional.

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