Está en la página 1de 2

Poderes de control del juez en la terminación anticipada del proceso por acuerdo y aceptación de

cargos. Darío Bazzani Montoya.

IV. RENUNCIABILIDAD A LOS DERECHOS

El mundo occidental ha entendido que la garantía de un juicio con debate público,


en su visión restringida, es decir, el derecho a ser vencido en juicio, es una
garantía renunciable. Con la adopción del modelo acusatorio en Colombia, dicho
presupuesto adquiere una relevancia mayor, toda vez que no existiendo
contradicción de intereses en un proceso que se tramita bajo el presupuesto de
una confesión, no se activan las garantías propias de un juicio acusatorio.

El derecho a ser vencido en un juicio oral, público y contradictorio es una de


aquellas garantías renunciables, lo que no implica la renuncia a que la sentencia
esté debidamente fundamentada en prueba de responsabilidad penal, conforme lo
establece el artículo 29 de la Constitución Política, según el cual se responde
penalmente por la acción u omisión en que haya incurrido el sujeto activo del
delito.

De lo anterior se desprende que el juez de conocimiento no puede limitarse a la


verificación de que el acto de suscripción de un acuerdo o la admisión unilateral de
responsabilidad son voluntarios, inteligentes y conscientes, en tanto renuncia al
derecho a ser vencido en juicio, sino que la función de juzgamiento va más allá.

No existiendo posibilidad de formarse un criterio en torno a la responsabilidad del


procesado como producto del contradictorio, el juez debe ser especialmente
riguroso en la constatación de los elementos que constituyen la responsabilidad
penal. No basta, en consecuencia, partir del supuesto de que habiendo una
renuncia al juicio, se dan por probados los elementos de la responsabilidad penal,
porque, se repite, la garantía de que la condena tenga como fundamento la prueba
de responsabilidad penal es irrenunciable.

(…)

C. La irretractabilidad

Según el artículo 293 inciso 2.º de la Ley 906 de 2004, a partir de la aceptación del
acuerdo por parte del juez de conocimiento no es posible la retractación por parte
de ninguno de los intervinientes. No obstante, nada dispone en relación con la
posibilidad de retractación entre el momento de suscripción del acuerdo y la
audiencia de aprobación de éste.

Consideramos que la respuesta para dicho vacío normativo debe diferenciar dos
hipótesis: La primera, cuando la retractación proviene del Fiscal, en cuyo caso
debe impedirse al acusador la posibilidad de retractarse una vez suscrito el
acuerdo, pues a partir de ese momento nace el derecho para el procesado de
obtener la sentencia atenuada, siempre que no exista violación de garantías
fundamentales y que el acuerdo no violente norma alguna del ordenamiento
jurídico. Si, en cambio, la retractación proviene del procesado, debe tenerse
como última oportunidad para ella la aprobación por parte del juez de
conocimiento, puesto que la experiencia indica que buena parte de los
procesados que acuden a estos mecanismos de terminación anticipada del
proceso lo hacen por falta de información, por no contar con pruebas que
permitan fundamentar su inocencia en el momento de suscribir el acuerdo o
de aceptar la responsabilidad, o por ausencia de una debida defensa técnica,
aspectos que sólo se pueden evidenciar al momento de aprobación o
improbación del acuerdo por parte del juez de conocimiento .

Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal; Acción de Revisión del 3 de julio de
2.008. M. P.: Doctor SIGIFREDO ESPINOSA PÉREZ; Proceso No. 29792; Aprobado
Acta No. 179.
La demandante invoca la causal consagrada en el numeral 3º del artículo 192 de la Ley 906 de
2004, esto es, bajo la consideración de que con posterioridad a la sentencia surgieron pruebas
nuevas no conocidas al tiempo de los debates que establecen la inocencia del condenado.

En orden a desarrollar su pretensión, bajo lo que titula “consideraciones”, sostiene que “de lo
observado en este proceso, lo único que realmente cierto (sic), es que se puede establecer la
existencia de una gran duda frente a la ocurrencia de los hechos constitutivos de acceso carnal
violento”, pues, agrega, solo se demostró que la menor ofendida fue víctima de lesiones personales y
actos sexuales abusivos.

Señala, a continuación, que si bien de las declaraciones de la madre de la menor, señora


Rosa Lilia Larrota Castiblanco, se extrae “que la misma le comento (sic) que el condenado le
había introducido los dedos en la vagina”, esta situación no fue posible acreditar con el examen de
medicina legal practicado a la niña, fuera de que al momento de rendir testimonio en el juicio, la
ofendida mencionó el acceso carnal “por la inducción que le hizo la funcionaria fiscal”. Esta
afirmación, sostiene, fue el fundamento para que su defendido fuera condenado por el delito de
acceso carnal violento y no por el de actos sexuales abusivos.

(…)

Así, frente a la causal tercera, tiene dicho la Sala que corresponde al actor
demostrar no sólo el surgimiento de los hechos nuevos o pruebas de similar naturaleza,
que apunten a acreditar la inocencia del condenado o su inimputabilidad, sino, lo más
importante, que el fallador no tuvo oportunidad de pronunciarse sobre ellos y que de
haber sido conocidos o haber ingresado oportunamente al expediente, la solución del
asunto hubiera sido sustancialmente distinta y opuesta a la adoptada.

En este caso, la demanda se edifica sobre la causal tercera de revisión, al


sobrevenir prueba nueva posterior a la sentencia de condena de primera instancia,
constituida, en esencia, por el testimonio de la madre de la víctima, señora Lilia Rosa Larrota
Castiblanco, retractándose de la acusación que desde el acto de denuncia hizo contra el
acusado JAIRO BARRETO ROMERO, de haber introducido los dedos en la vagina de su
hija menor, luego de que esta así se lo hiciera saber.

También podría gustarte