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¿De qué se encarga la serología?

La serología es el análisis de los sueros. El suero, por su parte, es la porción de la linfa


o de la sangre que, tras la coagulación, sigue conservando su estado líquido. Lo habitual es
que la idea de serología se vincule al suero sanguíneo.

A través de la serología, se puede estudiar la sangre para determinar


qué anticuerpos hay presentes. El llamado examen serológico, de este modo, permite saber
cómo el organismo reacciona ante una infección o ante la presencia de patógenos en el flujo
sanguíneo.

Para realizar este tipo de exámenes, la serología puede analizar el suero o incluso la
totalidad de la sangre. En el caso de que se emplee el suero, lo que se hace es someter la
sangre que se coaguló previamente a un proceso de centrifugado que permite la eliminación
de las células de la reacción.

¿Qué son los antígenos?


Antígeno, Es una sustancia que induce la formación de anticuerpos, debido a que el
sistema inmune la reconoce como una amenaza. Esta sustancia puede ser extraña (no nativa)
proveniente del ambiente (como químicos) o formada dentro del cuerpo (como toxinas virales
o bacterianas). Se pueden clasificar en:
Los xenoantígenos: Son característicos de una especie determinada y por lo tanto resultan
extraños para los individuos de las demás especies. Ejemplo: La albúmina humana es un
antígeno para el conejo.

 Los aloantígenos: Se encuentran presentes en algunos individuos de una determinada


especie y resultan extraños para los individuos de esta misma especie que no los
posean. Ejemplo: Los antígenos pertenecientes al sistema del grupo sanguineo ABO.

 Los autoantígenos: Son componentes del propio organismo, que en determinadas


condiciones pueden desencadenar una respuesta inmune.

¿Qué son anticuerpos?


Los anticuerpos son unas proteínas que forman parte del sistema inmune y circulan
por la sangre. Cuando reconocen sustancias extrañas para el organismo, como los virus y las
bacterias o sus toxinas, las neutralizan. Una vez el cuerpo se ha expuesto a una sustancia
foránea concreta, también llamada antígeno, los anticuerpos producidos para atacarlo
persisten en la sangre, ofreciendo protección en el caso que, en un futuro, volvamos a
contactar con el mismo antígeno.

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