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Bogotá D.C.

, 12 de marzo de 2020

Doctor
MIGUEL CEBALLOS
Alto Comisionado para la Paz
Secretaria Técnica
Comisión Nacional de Garantías de Seguridad

Asunto: Observaciones al documento borrador enviado por el Gobierno


nacional denominado “Lineamientos y plan de acción de la política pública
y criminal en materia de desmantelamiento que establece el artículo 1 del
Decreto-Ley 154 de 2017”,

Estimado doctor Ceballos:

FRANKLIN CASTAÑEDA VILLACOB, GUSTAVO GALLÓN GIRALDO, ROSA EMILIA SALAMANCA,


LINDA CABRERA, CAMILO GONZÁLEZ Y JAIME CAYCEDO, en nuestra calidad de personas
delegadas de las plataformas de derechos humanos, expertas e invitadas permanentes de las
plataformas de mujeres, que hacemos parte de la Comisión Nacional de Garantías de
Seguridad (CNGS), nos permitimos enviar nuestras consideraciones acerca del documento
borrador denominado “Lineamientos y plan de acción de la política pública y criminal en materia
de desmantelamiento que establece el artículo 1 del Decreto-Ley 154 de 2017” allegado por la
Secretaria Técnica de la CNGS ejercida por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz como
cumplimiento de la parte resolutiva del auto AI-015/2021 del trámite de Medidas Cautelares en
relación con comparecientes forzosos ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Con el anterior objetivo, dividiremos nuestra comunicación en tres apartados, a saber: en


primer lugar, trataremos brevemente lo referido a lo referido al proceso de construcción en la
CNGS de los lineamientos de política pública y el plan de acción; en segundo lugar,
desarrollaremos nuestras observaciones respecto al documento allegado y finalmente;
plantearemos algunas conclusiones acerca del funcionamiento de la Comisión en la actualidad
y el futuro próximo.

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1. Proceso de construcción en la CNGS de los lineamientos de política pública y el plan de
acción

Frente al documento enviado, consideramos necesario resaltar y recordar el objetivo y las


funciones de la CNGS en los términos establecidos por el Acuerdo Final de Paz, el Decreto Ley
154 de 2017 y la sentencia C-224 de 2017. De acuerdo a estas normativas, la Comisión Nacional
de Garantías de Seguridad es la instancia encargada del diseño y seguimiento de la política
pública y criminal para el desmantelamiento de las organizaciones y conductas criminales
incluyendo las denominadas sucesoras del paramilitarismo. Según estas disposiciones, la CNGS
tiene como objeto (i) el diseño, (ii) el seguimiento y (iii) la garantía de ejecución de dicha
política pública para lograr en últimas el desmantelamiento integral de las organizaciones
armadas y conductas que atentan contra personas defensoras de derechos humanos,
movimientos sociales o movimientos políticos y las personas que participen en la
implementación de los Acuerdos de Paz.

De acuerdo a la Corte Constitucional en sentencia C- 224 de 2017, que estudió la


constitucionalidad de la CNGS, la función de esta instancia es central para la implementación
del AFP por cuanto su efectividad y cumplimiento dependen directamente de la existencia
de garantías de seguridad tanto para las personas que participaron en las hostilidades y que
decidieron reintegrarse a la vida civil, como de aquellas que asumen la defensa de los derechos
humanos en el contexto del posconflicto.

Aún más allá, la Corte estimó que el éxito del posconflicto se relaciona en buena parte con la
creación de instancias encargadas del diseño e implementación, de forma coordinada, para
este caso, de una política pública y criminal en contra de estas organizaciones que ponen en
riesgo la ejecución de lo acordado. Esto a través de una estrategia entendida como “una
política pública estatal, de largo aliento”1 para articular los esfuerzos estatales frente a los
distintos ámbitos de acción y promoción de estas organizaciones develando la existencia de
los patrones de macro-criminalidad, relacionamientos con la institucionalidad y la
identificación de sus fuentes de financiación, entre otros.

Según el mismo Alto Tribunal de lo constitucional, las 16 funciones que se enmarcan en el


artículo 3 del Decreto Ley 154 de 2017 configuran a la CNGS como un órgano con las siguientes
características:

● Gestor de una política pública criminal sectorizada;


● Evaluador de los resultados de la puesta en marcha de la misma;
● Asesor en: (i) el diseño de estrategias de priorización para combatir eficazmente unas

1 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-224 de 2017. Magistrado Ponente: ALBERTO ROJAS RÍOS.

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modalidades criminales; y (ii) la creación de planes de acción, los cuales deben ser
aprobados por el Gobierno nacional, destinados a someter a la justicia a determinadas
organizaciones delictivas;
● Articulador entre autoridades nacionales y territoriales en punto a la implementación
de estrategias destinadas a combatir fenómenos criminales que atenten contra
personas relacionadas con la implementación del Acuerdo Final.

En ese sentido, el trabajo de la Comisión debe dar como resultado, en primer lugar, la
creación, impulso y seguimiento de una política pública y criminal en materia de
desmantelamiento de las organizaciones armadas y conductas, incluyendo las sucesoras del
paramilitarismo y sus redes de apoyo, la cual no se circunscribe únicamente al ámbito de la
persecución penal y el sometimiento de las organizaciones, sino que, siguiendo los objetivos
propuestos en el punto 2.1.2 y 3.4. del Acuerdo Final de Paz debe estructurar todas las
medidas necesarias basadas en “una concepción de la seguridad que tiene como centro la
persona, se basa en los principios de soberanía, no intervención y libre determinación de los
pueblos, y que permite articular las medidas de seguridad con las medidas de desarrollo y
bienestar individuales y colectivas”2.

Pese a tan importante y complejo objetivo, debe anotarse que la CNGS presenta un balance
de trabajo insuficiente que evidencia que no ha alcanzado hasta ahora la finalidad que la sido
asignada normativamente. Esto no solo por la falta de convocatoria a sus sesiones en la
periodicidad dispuesta en el Decreto Ley 154 de 2017, sino también porque su agenda no ha
incluido la deliberación sobre los aspectos necesarios para la definición de esa política pública
de desmantelamiento (como lo son el diagnóstico sobre el problema, la identificación de las
localidades y territorios donde es más agudo, la identificación de actores y cómplices de los
atentados contra la vida, las carencias sociales, económicas e institucionales de las
comunidades víctimas, que requieren ser atendidas a través de una presencia activa del Estado
social de derecho, etc.) y por la falta de participación idónea -por decisión del Gobierno, el
funcionamiento de las denominadas “reuniones técnicas” se ha circunscrito a encuentros que
solo cuentan con la participación exclusiva de asesores y funcionarios sin poder de decisión-
por parte de las entidades estatales, aspectos que han obstaculizado el funcionamiento eficaz
de la instancia y la toma de decisiones en su interior, así como la adopción de planes de trabajo.
Tal es la insuficiencia de la CNGS, que ya a cuatro años de creada -la Comisión fue instalada el
23 de febrero de 2017- aún no se ha adoptado siquiera un reglamento de funcionamiento
interno y no se cuenta con un plan de trabajo interno de la misma.

2 ACUERDO FINAL DE PAZ. Sistema Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política. Punto 2.1.2.

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No obstante, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (OACP) ha insistido en demostrar
aparentes resultados otorgando unilateralmente el carácter de sesiones a estas reuniones
técnicas y las territoriales en contravía del Acuerdo Final de Paz y el Decreto Ley 154 de 2017,
con el objetivo de evidenciar mayores cantidades de sesiones (62), pese a que en el actual
Gobierno nacional sólo se hayan dado seis (6) sesiones en los términos estrictos de la
normativa que rige la CNGS.

Desde su instalación, la participación de la sociedad civil ha sido constante y se ha dirigido a


generar insumos concretos para el trabajo de la CNGS. Esta actitud facilitó que en una primera
etapa (hasta agosto de 2018) se avanzara en crear insumos tales como: i) la elaboración de
un diagnóstico de la situación de agresiones a personas defensoras de derechos humanos; ii)
se inició a construir y concertar una metodología de seguimiento a la política pública de
desmantelamiento objeto de su trabajo; iii) un diagnóstico y recomendaciones en materia
normativa, y iv) la construcción de propuestas para afectar significativamente la financiación
legal e ilegal de los grupos armados. . Pese a ello, el Gobierno nacional actual no los reconoció
y sin valoración colectiva alguna, decidió no discutirlos ni integrarlos en los documentos
hasta el momento elaborados.

En razón de ello, la sociedad civil el 12 de agosto de 2019 presentó una propuesta de


lineamientos de política pública en la que plasmó de manera concreta ejes y líneas de acción
de desarrollo del trabajo de la CNGS, sin embargo, los mismos no fueron nunca discutidos al
interior de la CNGS, ni en sus reuniones técnicas y solo se avanzó en este fin con ocasión del
Auto AI-008 de 2020 proferido por la JEP en el marco de las medidas cautelares de protección
para personas excombatientes que obligó a la CNGS y en particular a su secretaría técnica en
cabeza del Alto Comisionado para la Paz a abrir un espacio de discusión respecto a la
formulación de los lineamientos de la política pública, luego que el Gobierno nacional
compartiera en agosto de 2020 su propuesta, la cual, en conjunto con la presentad por la
sociedad civil se empezaría a discutir efectivamente a partir del 11 de septiembre. Es necesario
notar que, aun con el carácter de orden judicial y que fue notificada en julio de 2020, las
discusiones se reanudaron realmente en septiembre 11 del mismo año (2 meses después) y
ahora sí, con el objetivo de cumplir la orden contenida en el precitado auto que solicitaba el
envío “en un término de 60 días, remita los Lineamientos y el Plan de Acción de la Política pública
y criminal en materia de desmantelamiento de las organizaciones o conductas criminales”.

Frente a lo anterior, nuevamente la sociedad civil presente en la CNGS formuló por escrito un
documento de críticas y de recomendaciones en relación con la propuesta gubernamental y
adicionalmente presentó un documento que daba desarrollo a propuesta de lineamientos de
política pública presentada el 12 de agosto de 2019. Al respecto, es necesario notar que, si bien
se desarrollaron reuniones de la Subcomisión Técnica de la CNGS, en esta sólo se dieron

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avances y se llegó a consensos menores debido a la falta de presencia de las personas con
capacidad de tomar decisiones, la carencia de propuestas desde varias entidades estatales y
la intención desde las mismas de que la CNGS adoptase sin una valoración o evaluación alguna
las políticas ya establecidas previamente por el Gobierno y las avalara como propias a pesar de
las críticas realizadas por integrantes de la sociedad civil y delegados del Ministerio Publico a
los resultados obtenidos.

Pese a ello, la OACP envío a la JEP un documento de lineamientos y de plan de acción que no
reflejada lo producido hasta ese momento por la CNGS y que era por demás insuficiente e
incumplía la orden establecida en el auto, como lo expresó la Jurisdicción en el reciente auto
AI-015 de 2021:

“No se han expedido los Lineamientos y el Plan de Acción de la Política Pública y Criminal en
la Comisión Nacional de Garantías, pese a que debieron concluirse en el año 2018 y que esta
Sección ya los solicitó hace 5 meses, por lo que no existe un instrumento integral de
articulación frente al esclarecimiento de los hechos y el desmantelamiento de las bandas
criminales”

De igual forma, la secretaría técnica, pese a tener claro que su respuesta había sido insuficiente
y que era necesario continuar con la deliberación y formulación de la política pública, decidió
ralentizar nuevamente las convocatorias a reuniones técnicas y bajó aún más el perfil de su
representación en las mismas, por lo que entre finales de octubre y de 2020 cuando se le
contestó a la JEP y febrero de 2021, no fueron mayores los avances en la discusión de los
lineamientos y el plan de trabajo. En efecto, solo hasta este nuevo llamado de la Jurisdicción
Especial para la Paz en el que se ordena, por segunda vez, al Alto Comisionado para la Paz la
remisión de los lineamientos de política pública “en el término improrrogable de 15 días”; el
Gobierno nacional reacciona y presenta un documento propuesta de lineamientos de política
pública que si bien incluye algunos temas no integrados en propuestas anteriores, ignora la
mayor parte de los insumos de la sociedad civil y en particular de lo discutido y consensuado
hasta el momento en las reuniones de la Subcomisión Técnica, como se expondrá adelante.

 Respecto al funcionamiento de la Comisión Técnica de Genero: el desconocimiento de


su avance y sus insumos, así como de los aportes de las plataformas de mujeres.

El borrador presentado por el Gobierno prevé varios elementos que enuncian el enfoque de
género lo cual es importante, pero esto desconoce los avances que tanto desde la comisión
de género como desde las plataformas de mujeres hemos tenido en la incorporación de este
enfoque en la formulación de las propuestas para la construcción de la política de
desmantelamiento. La inclusión de nuestro enfoque no se suple con la enunciación sino la
previsión de medidas o acciones concretas que lo desarrollen. En ese sentido, hemos

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expresado en múltiples ocasiones que las políticas existentes, que para el gobierno
constituyen los lineamientos de la política de desmantelamiento, por ejemplo, las políticas de
seguridad y defensa, de convivencia, no contienen medidas concretas de género. Luego, en
este escenario ¿cuál sería el real alcance de la mención genérica al enfoque de género si para
el gobierno lo existente suple la formulación de la política de desmantelamiento?

Justamente lo que se ha avanzado en la comisión de genero de la CNGS, es en la construcción


de herramientas especializadas como un diagnóstico de género en clave de desmantelamiento
para que permita identificar las medidas que sería necesario adoptar en la política que sobre
el tema se acoja en desarrollo del mandato de la CNGS. Adicionalmente, desde la sociedad civil
hemos incorporado en la propuesta actualizada de lineamientos que presentamos en
septiembre del año anterior, un conjunto de medidas específicas con enfoque de género para
la política.

Tales propuestas incluyen un componente de análisis de las violencias hacia las mujeres y niñas
en el conflicto, la identificación y caracterización de riesgos de género originados en el
accionar de los grupos armados, los mecanismos diferenciales de protección y acceso a la
justicia, las medidas para enfrentar las estructuras que sostienen las redes de esclavitud sexual
y prostitución forzada de mujeres y niñas en el conflicto, la visibilización y participación
efectiva de las mujeres en los escenarios de análisis, deliberación y decisión sobre los
mecanismos para contrarrestar el impacto de los grupos armados en los territorios, las
campañas contra la violencia sexual, las acciones para responder al impacto sobre el porte y
uso de armas, entre otras. Las políticas existentes carecen de medidas siquiera semejantes,
por lo cual, la renuencia del gobierno a formular la política niega la posibilidad de prever por
primera vez en el país, medidas de género en la política de desmantelamiento.

Por esto para nosotras es indispensable que se mantenga abierto el compromiso para
formular la política, en que incluya el diagnóstico de la Comisión de Género, así como las
diferentes medidas que hemos formulado en la propuesta de lineamientos de la sociedad civil
y las propuestas que como plataformas estamos trabajando para ese propósito. Además, se
requiere un compromiso del Gobierno para respetar las funciones a cargo de la CNGS y en esto
un reconocimiento especial a la labor que viene adelantándose desde la Comisión de Género.

2. Observaciones y comentarios a la propuesta de lineamientos de política pública y de plan


de acción

Como se indicó en el apartado anterior, la propuesta actualmente presentada no sólo


desconoce los múltiples insumos que la sociedad civil ha propuesta y las discusiones al interior
de la CNGS, sino que persiste en el desconocimiento del papel y objetivo de la CNGS y de sus
16 funciones. En efecto, y según se ha venido reiterando en este documento, el propósito de

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la Comisión es definir y supervisar una política pública de desmantelamiento de las
organizaciones criminales incluyendo las sucesoras del paramilitarismo; en ese sentido, su
accionar debe estar dirigido a crear y diseñar una política, no en avalar las políticas de
seguridad que ya existentes en lo que pareciese una plataforma o “macro-política” de políticas
que por demás llevan, en algunos casos, ya dos años de creación y ejecución sin mayor éxito,
como el llamado Plan de Acción Oportuna PAO, creado en noviembre de 2018 y que no ha
logrado hasta el momento reducir siquiera el número de agresiones y en particular de
homicidios de personas que ejercen liderazgo social.

Reiteramos nuevamente que dichas políticas de seguridad adoptadas por el actual Gobierno
no equivalen a esa política pública de desmantelamiento. Tales políticas están descritas en la
parte inicial del documento borrador enviado por el Gobierno3, pero no han sido definidas por
la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, ni han tenido el propósito de desmantelar las
organizaciones y conductas criminales a las que se refiere el Decreto Ley 154, ni han sido
eficaces para prevenir ni para impedir la continuación del asesinato de personas líderes
sociales, defensoras de derechos humanos o activistas de paz.

Así, pese al papel central que el Acuerdo Final de Paz le otorgó a la CNGS, la propuesta de
lineamientos de política pública del Gobierno nacional la despoja de su deber de creación de
una política pública y la sujeta a la discusión limitada de las políticas ya existentes y a la
articulación con las y los representantes de las mismas, impulsando que la Comisión no funja
realmente como creadora de ninguna política pública, pues se transforma en una especie de
instancia en la que solo se discute lo que ya existe y se formulan algunas recomendaciones. La
propuesta presentada busca que la CNGS se vacíe de su objetivo y de sus funciones para
impulsar políticas ya creadas y en ejecución (y que no variarán aún en supuesta articulación
con la CNGS) buscando brindar legitimidad a través de la supuesta participación de la sociedad
civil y tratando de mostrar la implementación del Acuerdo que es realmente aparente.

El documento borrador, así, recorta y reduce indebidamente las funciones de la Comisión


Nacional de Garantías de Seguridad, en tanto su trabajo no se resume en “articular" políticas
definidas por el gobierno, pues debe cumplir con el lleno de sus funciones. Ejemplo de dicha
reducción, es que en el punto 8.3.1 se dice que la Comisión tendrá participación en la

3“En el Gobierno del Presidente Iván Duque Márquez se han diseñado e implementado las políticas de Defensa y Seguridad
para la Legalidad, el Emprendimiento y la Equidad; el Plan de Acción Oportuna (PAO); los Lineamientos de la Política de
Protección Integral y Garantías para líderes y lideresas, periodistas y defensores de derechos humanos; el Plan Nacional de
Política Criminal; la Política Marco de Convivencia y Seguridad Ciudadana; y Ruta futuro: política integral para enfrentar el
problema de las drogas. Este marco uniforme implica un esfuerzo integral, no circunscrito solamente a la intervención militar
o policial, que permita responder de manera adecuada a las distintas dimensiones del fenómeno y que, a la vez, respete y
armonice las competencias de las entidades públicas”. Ver el documento borrador elaborado por el Gobierno para ser enviado
a la JEP como “Lineamientos y plan de acción de la política pública y criminal en materia de desmantelamiento de
organizaciones y conductas criminales que establece el artículo 1º del decreto ley 154 de 2017”, en la Introducción, párrafo 5,
página anterior a la página 1.

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evaluación y seguimiento “de los resultados de los lineamientos de la política pública de
desmantelamiento”. Eso es contrario al Decreto Ley 154, que le asigna a la Comisión en su
artículo 1º el mandato de definir y supervisar la política pública de desmantelamiento (no
solamente sus lineamientos) y siendo esta una sola de sus 16 funciones.

Igualmente, el documento no responde al alcance de la orden judicial proferida. La JEP ha


pedido a la Secretaría Técnica de la CNGS que se le envíen los lineamientos y el plan de acción
para el desmantelamiento previsto en el Decreto 154 de 2017 según sus términos. Esto quiere
decir con la participación adecuada de la sociedad civil y con el concurso de las distintas
entidades que conforman la Comisión. Pese a ello, la OACP ha presentado un documento
borrador que no cumple con ninguna de esas características, pues si bien se incluyeron
elementos fruto de las reuniones técnicas llevadas de la CNGS cabo anteriormente, como la
idea de una seguridad multidimensional y la necesidad de actuación integral y social del
Estado, deja por fuera otras que fueron objeto de disertación al interior de la Comisión y que
resultan de vital importancia, como lo son los Decretos 660 de 2018 y 2124 de 2017 que crean
los programas de protección colectiva y el Sistema de Alertas Tempranas y Respuesta Rápida,
así como otros que derivan del Acuerdo Final de Paz y que curiosamente brillan por su
ausencia, a pesar que legalmente deberían ser tenidos en cuenta como mecanismos que
articulen su trabajo con el de la CNGS.

En efecto, la CNGS debe funcionar articuladamente con cada una de las entidades estatales
que integran el SISEP (Decreto 895 de 2017) y los estrechamente relacionados con su objeto
en aras de establecer medidas integrales ante la complejidad del fenómeno de las
organizaciones armadas incluyendo las denominadas organizaciones sucesoras del
paramilitarismo, por lo cual debe ser igualmente parte integral de su funcionamiento la
vigilancia, articulación e impulso del Sistema y del punto 3.4. del Acuerdo Final de Paz.

Esto fue dicho por la Corte Constitucional en sentencia C- 224 de 2017 estableciendo que la
Comisión es un órgano que debe velar por la implementación de este punto del Acuerdo, de
forma que tiene que crear un plan de coordinación y articulación con cada uno de sus
componentes como parte de una política pública integral de desmantelamiento. Lo anterior
no encuentra eje, ni línea de acción concreta en el documento borrador más allá de las
relacionadas con la Unidad Especial de Investigación y el Cuerpo Élite de la Policía Nacional: de
manera que elementos como el Programa Integral de Seguridad para las Comunidades y las
Organizaciones en los Territorios (Decreto 660 de 2018) o la labor de articulación con el
Sistema de Alertas Tempranas es inexistente o débil. Igualmente, elementos como la
sustitución de cultivos de uso ilícito son adoptados desde la óptica de la persecución judicial,
sin observar su carácter estructural y social.

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De similar forma, integra como parte de sus políticas base dos de ellas que no habían sido
siquiera objeto de mención en las reuniones técnicas o en las sesiones de la CNGS: el Plan
Nacional de Política Criminal y la Ruta Futuro, añadiendo en consecuencia normativas no
debatidas al interior de la Comisión y obviando, por tanto, la participación de la sociedad civil
al respecto, así como reiterando otras políticas sin que hayan sido objeto de debate o
evaluación por parte de la CNGS y que no han demostrado hasta el momento la efectividad
esperada, lo que a su vez ha sido una problemática reiterada que se traduce en: (i) la falta de
participación efectiva de la sociedad civil, en tanto la mayoría de dichas políticas son
inconsultas y no cuentan con mecanismos de interlocución adecuados; (ii) una visión
estrictamente militarizada, (iii) la falta de reconocimiento de la normativa derivada del
Acuerdo Final de Paz; y (iv) su carácter difuso y creador de instancias con competencias
duplicadas.

Paralelamente, el Gobierno se manifiesta que el documento contiene un plan de acción, pero


no se evidencia realmente ninguno allí. Un plan de acción, que además debe ser posterior al
establecimiento efectivo de los lineamientos de la política pública, requiere hacer un
diagnóstico del problema, precisar quiénes son los actores que intervienen en el mismo, qué
responsabilidades y cambios deben tener las entidades estatales, cuáles son los territorios más
afectados, planes, pilotos, qué relaciones sociales se dan en torno a la criminalidad contra
defensores, líderes sociales y activistas de paz, entre otros elementos. Estas discusiones no se
han dado en la CNGS, y, por consiguiente, lo presentado no puede ser considerado un plan de
acción, pues no evidencia de qué forma se materializarían los ejes y las políticas. En ese
sentido, no puede suponerse que esto cumpla con la orden de la Jurisdicción Especial de Paz,
ni que se constituya como una política pública integral, ni mucho menos un plan de acción.

Asimismo, como se mencionó, si bien el documento borrador incorpora el lenguaje


relacionado con algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta para los lineamientos en
esta materia, tales como los enfoques de género, étnico y territorial, y la importancia de
considerar las condiciones sociales y económicas de las comunidades afectadas; ese lenguaje
no se desarrolla en profundidad e incluso se ignora cuando se concretan algunos aspectos,
como los objetivos estratégicos, reseñados en el punto 7 (véase la pág. 4). Por ejemplo, entre
esos objetivos estratégicos no se incluye el tratamiento de las condiciones económicas y
sociales de las comunidades.

Tampoco se da en el documento borrador un tratamiento coherente a dicho lenguaje, por


ejemplo, el punto 8.1.4 se habla de una “Intervención integral con carácter social” (pág. 6). Sin
embargo, los puntos en que se subdivide ese aspecto no tienen nada que ver con esa
intervención con carácter social (8.1.4.1.: articulación de autoridades locales con Gobierno
nacional; 8.1.4.2.: canales de denuncia; 8.1.4.3: tránsito a la legalidad de integrantes de GAO).

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El desconocimiento y tratamiento superficial de lo anterior es evidente igualmente en los
enfoques diferenciales, los cuales solo son mencionados, pero no desarrollados pese a los
importantes avances de la Comisión Técnica de Género que ha construido documentos de
diagnóstico y recomendaciones.

Finalmente, aunque se parte de una noción de desmantelamiento integral, este concepto no


encuentra asidero material en los puntos o ejes de acción pues se circunscribe nuevamente a
lo militar y a las redes económicas de carácter ilegal, dejando de lado la caracterización del
mismo como un fenómeno macro-criminal, disminuyendo así la importancia y las acciones
específicas en cuanto a los componentes generadores o determinadores que son poderes
económicos y políticos no armados pero que articulan varios tipos de grupos armados. En
consecuencia, no se concreta un enfoque preventivo desde las causas estructurales, ni se
desarrolla una la visión de seguridad humana, de transformación de condiciones
socioeconómicas.

En resumen, el documento compartido por la OACP no varía las políticas existentes, se limita
a ratificarlas y legitimarlas sin que hayan sido discutidas al interior de la CNGS, sin haber
evaluado su efectividad y en algunos casos sin siquiera mencionarlas en las discusiones que
hasta el momento se han tenido. El texto termina convertido en una especie de lineamientos,
que si bien se hacen con posterioridad a las políticas preexistentes emitidas por el Gobierno4,
curiosamente los presenta como un mecanismo de articulación de estas, pero que no modifica
o agrega elementos a su contenido, convirtiendo a los lineamientos de política pública en un
texto insulso destinado a no tener efectos prácticos. En efecto, nada se ha dicho hasta el
momento sobre su carácter vinculante.

En cuanto al Plan de Acción de la Política, cabe resaltar que en las reuniones celebradas por la
CNGS para dar cumplimiento a la orden judicial emitida por la JEP en el Auto 008 de 2020 de la
SAR, se presentaron cerca de 170 propuestas concretas de parte de la sociedad civil, las
entidades del Estado que conforman la CNGS y los órganos de la comunidad internacional que
la acompañan, se propusieron ejes para aterrizar los objetivos de la política, líneas de acción y
tiempos concretos para su desarrollo. Este trabajo resulta ignorado por la OACP en su
condición de Secretaria Técnica y por el conjunto del Gobierno al presentar un escrito que
ignora todos los avances hasta ahora obtenidos y definir unilateralmente que elementos
incorporar en los denominados lineamientos.

4Plan de Acción Oportuna (Decreto 2137 de 2018 expedida el 19 de noviembre de 2018), Política de Defensa y Seguridad (
expedida en enero de 2019) , Ruta Futuro (expedida en diciembre de 2018), Plan Nacional de Política Criminal (no se ha
expedido), Marco de seguridad y convivencia, lineamientos para el respeto y garantía a la labor de defensores de derechos
humanos (expedida el 10 de diciembre de 2019).

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De igual forma, debemos manifestar que la propuesta de lineamientos reduce el papel de la
CNGS en materia de seguimiento y evaluación, así como en articulación con otros
instrumentos creados por el Acuerdo de Paz, sustituyendo la labor de la CNGS por la de la
Secretaría Técnica, un aspecto que claramente debilita aún más a una Comisión que a pesar de
tener un rol central y de los llamado de la comunidad internacional y la justicia, no ha podido
desarrollar integralmente su labor por falta de voluntad estatal.

3. El futuro del trabajo de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad

Una de las consecuencias más tangibles del documento borrador es la desnaturalización de la


Comisión Nacional de Garantías de Seguridad reduciéndola y sujetándola a las políticas de
Gobierno sin que se produzcan reflexiones sobre su efectividad ante el aumento de las
agresiones a las personas defensoras de derechos humanos, líderes sociales, organizaciones y
personas que participan en la implementación del Acuerdo Final de Paz. Desde el principio, el
desconocimiento del Acuerdo y de su integralidad, así como de la verdadera comprensión del
fenómeno macro-criminal, es ocultado bajo la mención elementos ciertamente importantes,
como la seguridad humana y la necesidad de actuación social del Estado, sin que realmente
éstas menciones se reflejen en sus medidas y acciones concretas.

De persistirse en lo anterior es claro que el documento no tendrá efectividad ni concreción,


pues se seguirá ejecutando lo que ya existe y de la forma en la que ya se hace. En ese sentido
es necesario reconocer que los documentos aportados por el Gobierno nacional no son
producto de la discusión en el marco de la CNGS y tampoco son unos lineamientos de política
pública vinculante, además carecen de un plan de acción en estricto sentido y, por tanto, de
adoptarse como tal, posiblemente no tendrán efecto alguno en el efectivo desmantelamiento
de las organizaciones y conductas criminales de que trata el Decreto Ley 154 de 2017. Debemos
señalar que los lineamientos de política pública son la parte inicial de la formulación de la
misma y a partir de la cual ésta se desarrolla se genera su plan de acción. Sin embargo, el texto
propuesto parece concentrarse en mostrar a los lineamientos como equivalentes a la política
pública y al plan de acción, a pesar que ni una cosa u otra se desarrollen finalmente.

Las funciones de la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad no pueden continuar siendo


implementadas de manera aparente, su trabajo tampoco se circunscribe exclusivamente a su
primera función y por tanto hacemos una llamado a buscar alternativas que permitan la
emisión de una política pública que tenga efectos reales en el propósito común del
desmantelamiento efectivo de los grupos criminales y las conductas que atentan contra el
ejercicio de liderazgo social, así como para el desarrollo de sus otras 15 funciones.

Desde la sociedad civil estaremos siempre prestos a contribuir con tal objetivo y nos
encontramos en la plena disposición para abordar de inmediato la construcción de la política
pública y criminal integral para el desmantelamiento y su plan de acción, así como con las
acciones que vayan encaminadas al impulso y cumplimiento del Acuerdo Final de Paz.

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De igual manera, proponemos se defina una agenda para este año, que parta de la
convocatoria continua de la CNGS, y que de inmediato incluya los siguientes elementos:

1. Hacer seguimiento a la ruta acordada con la Peregrinación a Bogotá realizada por las
personas excombatientes de las FARC realizada en noviembre de 2020 y a la adopción
de las medidas cautelares proferidas por la JEP

2. Realizar una sesión de la CNGS indelegable y según los términos estrictos del Acuerdo
Final de Paz en el que se requiera y reciba información del Consejero Presidencial para
la Estabilización y la Consolidación Emilio Archila para la estructuración de
recomendaciones en cuanto a la política de drogas y paz territorial.

3. Requerir y socializar la información referida al Plan Nacional de política criminal y


deliberar sobre lo relativo al desmantelamiento de organizaciones y conductas.

4. Realizar un balance de las medidas dedicadas a la protección de las personas defensoras


de derechos humanos y el liderazgo social ante la persistencia de violencia armadas y
de sus nuevas caracterizaciones y estrategias.

5. Adoptar y ejecutar una agenda con las entidades territoriales de acuerdo a un ejercicio
de diagnóstico y priorización.

6. La realización de una sesión especial con el objetivo abordar las recomendaciones en


materia de iniciativas legislativas y de cambios normativos según se indica en las
funciones de la CNGS.

Cordialmente,

FRANKLIN CASTAÑEDA VILLACOB ROSA EMILIA SALAMANCA


Delegado Plataformas de DDHH Invitada Permanente Plataformas de Mujeres

GUSTAVO GALLÓN GIRALDO LINDA CABRERA CIFUENTES


Delegado Plataformas de DDHH Invitada Permanente Plataformas de Mujeres

CAMILO GONZÁLEZ POSSO JAIME CAYCEDO TURRIAGO


Experto de sociedad civil Experto de sociedad civil

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