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El Retablo Ayacuchano
El Retablo Ayacuchano
Organizada por el
Instituto de Estudios Peruanos
en el
Museo Nacional de Antropología y Arqueología
Lima, 10 de noviembre - 10 de diciembre de 1992.
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Los retablos de Edilberto Jiménez expresan esa apertura. Toda-
vía se recuerda la polémica provocada cuando otorgaron a don
Joaquín López Antay un premio nacional de cultura en la
década de 1970. ¿"Cómo un artesano que repetía antiguos
modelos podía acceder al premio? Con Jiménez la polémica ter-
mina. Cada retablo es una obra de arte singular, que rompe con
las convenciones del género. Creación enraizada en tradiciones
trasmitidas de generación en generación, pero que recoge al
mismo tiempo el torbellino del cambio.
A Jiménez podría definírsele con las mismas palabras con que
se definió Arguedas en el discurso que pronunció al aceptar el
premio Inca Garcilaso: "individuo quechua moderno”. ¡La cua-
dratura del círculo!, dirán quienes no admiten la posibilidad de
una modernidad endógena. Pero observen sus retablos y verán en
ellos la herencia quechua recreada y, al mismo tiempo, una
individualidad de ribetes vallejianos, una voluntad de incorpo-
rar en las tradiciones “su espíritu y su sangre” de manera casi
literal, un arte que se afirma en las condiciones más adversas;
que surge, sorprendentemente, en la región más atormentada por
más de una década de guerra.
Queda para los historiadores futuros entender cómo en medio
de tanta destrucción, o quizás por eso mismo, el arte ―música,
tejidos, retablos― siguió floreciendo tercamente en el Ayacucho
de estos años.
El Instituto de Estudios Peruanos se siente orgulloso de presen-
tar esta exposición en el año del V Centenario, apostando por la
reafirmación de una identidad nacional capaz de asomarse
vigorosa al S.XXI, en un país que no se ha dejado abatir por
una guerra cruel y ha sabido transformar el dolor en fuerza
creativa.
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Retablo "Nacimiento" de J. López Antay. Huamanga 1950.
Col. Museo de la Cultura Pernana.
INTRODUCCION
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Complicados procesos de aculturación luego de la conquista
hacen que estas Cajas de Imaginero de uso doméstico y
ambulatorio durante la Colonia, se transformen en el siglo XIX en
la zona de Huamanga en los llamados Cajones San marcos,
objetos de uso ritual y propiciatorio en las ceremonias pastoriles
de la herranza o marcación del ganado.
El redescubrimiento e influencia de coleccionistas limeños y
pintores indigenistas, orienta la temática tradicional de los
sanmarcos hacia escenas costumbristas de la región apareciendo
los actuales retablos.
Esta muestra pretende ilustrar la probable secuencia de estas
transformaciones, así como presentar la creación de artistas
contemporáneos tributarios y recreadores de esta tradición; en
especial del artista huamanguino Edilberto Jiménez, en cuya
importante obra el contexto de la violencia política manifiesta una
presencia sorprendente.
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ANTECEDENTES EUROPEOS Y
ESPAÑOLES DEL RETABLO
7
Frontal de Benavent de la Conca. S. XIII.
Museo de Arte de Cataluña.
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Martorell y Berruguete en el siglo XV. comercio en Europa. Estos trabajos
Un siglo después la fórmula gótica se aparecen claramente como ramas ca-
difunde y en el siglo XVII el retablo da vez más próximas de la genea-
monumental es casi un panel único logía del retablo ayacuchano.
vertical que en la península tiene En el mismo nivel se encuentran
entre sus mejores maestros a Zurba- los altares de viaje de influencia ro-
rán y Murillo. En el siglo XVIII los mánica que llevaban consigo los pe-
grandes retablos barrocos articulan regrinos que acudían a la tumba del
enteramente pintura, escultura y ar- Apostol Santiago de Compostela. Las
quitectura sobre todo en Venecia y rutas de la peregrinación, que alcan-
Europa Central. zan su máximo apogeo en los siglos
Los polípticos y en especial los XI y XII, presentan a cada paso igle-
retablos de madera del arte flamenco sias, ermitas, hospitales de pere-
son uno de los aspectos más origi- grinos y monasterios; plagados de
nales del desarrollo de la escultura en muestras de arte religioso de diversos
los Países Bajos (Siglo XV-XVI). estilos.
Talleres de Bruselas, Lovaina y Am- Es en las Capillas de Santeros de
beres producen verdaderas obras de la España del XVI, donde confluirán
arte que son objeto de un importante variados elementos de las tradiciones
9
Retablo de la Pasión. Arte Flamenco. S. XVI.
Museo de Artes Decorativas de París.
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DE LA CAPILLA DE SANTERO
AL CAJON SANMARCOS
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décadas de la evangelización pin-
tura, escultura, arquitectura y artes
menores provenientes de España.
Hay una gran variedad de proceden-
cias regionales y estilos en este abas-
tecimiento: Capillas de Santero del
románico epigonal procedentes de
Cataluña; imágenes y pinturas ma-
nieristas madrileñas; y relicarios y
porta paces góticos de origen muy
heterogéneo.
El destino inicial son las iglesias,
conventos y capillas de las ciudades,
pueblos, residencias de encomende-
ros y doctrinas que se fundaban y
establecían.
Cuando la demanda hace necesa- Capilla "Adoración de los Pastores".
ria la producción americana en ta- Alto relieve en piedra de Huamanga.
lleres bajo tutelaje religioso, los mo-- Fines S. XIX. Ayacucho.
delos europeos son reproducidos
casi fielmente; situación que se pro- rales andinas y a la diversidad esta-
longó hasta mediados del siglo XVII. mentaria de la sociedad colonial (Ma-
Luego este arte religioso fue adap- cera, 1982). Esto no significó un
tándose a las concepciones cultu- abandono total de la influencia euro-
Santiago y
escena de la
vida pastoril.
Ca. 1800. Cusco.
Col. R. Apeste-
guía.
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pea, ya que modas y técnicas se si- de la túnica que esté ajustado al cue-
guieron incorporando con cierto re- llo (que para los chinos es deshones-
traso, combinándolas como dice tidad enseñar algo del pecho)... y por
Statsny (1981) con "cierta sabiduría quanto desprecian en este reino el ir
espontánea" . descalzo, no es bien que vean al que
Un exámen atento de las fuentes les predicamos como criador y señor
revelará que lo que se dio en una de todo que va descalzo, y así nos
sociedad como la China, de gran parece que será acertado hazer que
nivel de desarrollo autónomo, pudo su ropaje le cubra los pies" (citado
darse en una sociedad equiparable por Caro Baroja, 1985).
como la Inca. El 20 de marzo de Macera (1982) refiere cómo en el
1697, el franciscano Buenaventura terreno propio de los retablos portá-
Ibáñez, veterano de las misiones en tiles, las técnicas y los materiales se
China, solicitaba a su provincial en adecúan rápidamente a las posibili-
Manila el envío de una imagen de dades de los estamentos del Perú
Cristo para su iglesia, la que debía ser virreynal. Encontramos entonces
hecha con los criterios propios de los retablos criollos de metales preciosos
chinos: "...un Salvador hermoso, de y maderas finas, así como otros de
estatura perfecta y grave, ...el cuello madera, maguey, arcilla, yeso y
pastas; destinados a una clientela
campesina y poblana pobre. Hay una
gran variedad en las representa-
ciones y en los modelos. La presen-
cia preferencial de determinados
personajes del santoral católico está
mediada por las especificidades re-
gionales del culto prehispánico; y los
modelos repiten o modifican los ori-
ginales ibéricos.
La evolución posterior de los mo-
delos europeos iniciales parece deri-
varse del periodo de estancamiento
que atraviesa el virreinato en el siglo
XVIII. La composición sectorial de
Pintura campesina. la economía peruana, basada casi
Santos Evangelistas y escena pastoril. exclusivamente en la extracción y
S. XIX. Cusco. Col. E. Luza. exportación de metales y en el mo-
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Devotas de cofradías pidiendo limosna con sus demandas.
L. Angrand. 1834. Lima.
nopolio comercial, era muy estrecha pendencia política del país; desde el
y provocó la fragilidad de toda la momento en que la población rural se
estructura económica (Bonilla; Spal- libera, aunque sea parcialmente, de la
ding, 1972). La rebelión de Túpac carga de los impuestos coloniales,
Amaru en 1780 reveló a su vez la hasta que empiezan a consolidarse los
fragilidad política del virreinato. El latifundios a fines del siglo XIX. Los
panorama de la sociedad colonial de sanmarcos de piedra de Huamanga, la
esos años, nos muestra élites criollas pintura campesina cuzqueña y las lla-
no muy dispuestas a distraer recursos madas Vírgenes Chucuiteñas, corres-
en la compra de obras de arte o arte- ponden a este período.
sanías lujosas. Si nos remitimos a la posible
Artistas y artesanos que proveían secuencia del retablo ayacuchano,
a estos estamentos y que también se debemos coincidir con Arguedas,
hallaban en situación difícil, se ven quien en 1958 destacó temprana-
en la necesidad de orientar su mente las diversas causas que convir-
producción hacia el sector campesino. tieron a Huamanga en una de las
De una parte la calidad de las técnicas ciudades principales de la Colonia.
y materiales viene a menos, y de la Su ubicación dentro del gran eje
otra, el campesinado indígena impone comercial Lima-Huancavelica-Cusco-
paulatinamente su universo cultural. Potosí-La Plata, reportó a los comer-
Hay cierto acuerdo entre los espe- ciantes de la región cuantiosos bene-
cialistas, cuando afirman que la eclo- ficios. Los viñedos, el trigo y los
sión de la producción artesanal del frutales se aclimataron rápidamente y
siglo XIX tiene que ver con la inde- junto a los "productos de la tierra" y
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de los obrajes, fueron objeto de una una "Escuela de Huamanga", que no
circulación intensa. La explotación alcanzó la importancia de la del
del azogue huancavelicano permitió, Cusco.
al menos inicialmente, la acumula- Desde mediados del siglo XVIII,
ción de capital por parte de la aristo- la riqueza de este entorno cambia
cracia huamanguina vinculada a su sustantivamente. Husson (1992)
comercialización (Urrutia, 1983). refiere como "Al estancamiento de
Ello explica la riqueza de las igle- las minas, el desmoronamiento de las
sias y las residencias y el auge de las manufacturas, el desaliento del co-
llamadas artes mayores y de las arte- mercio, hay que añadir la caída de la
sanías (pinturas, esculturas de alabas- artesanía". La gran cantidad de arte-
tro, trabajos en mate y cuernos de sanos que se habían establecido en
vacuno con aplicaciones de plata) Huamanga en virtud del exitoso
que debían adornar estos ambientes. desarrollo de la región en los siglos
Pío Max Medina, uno de los XVI y XVII decae notablemente. Po-
escasos historiadores que ha inda- cos años después de la independen-
gado sobre el arte ayacuchano, llega cia, Maldonado (1976) registra en el
a proponer incluso la existencia de gremio de escultores y pintores de
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la ciudad, sólo 8 maestros y 6 apren- Es posible que algunos arrieros
dices. llevaran estas pinturas campesinas
La estratégica ubicación de Hua- para que fueran reproducidas en los
manga en la ruta Lima-Potosí, pierde talleres huamanguinos, primero en
importancia a partir de 1750, cuando piedra de Huamanga; y después por
se inicia la decadencia de la explota- el costo y laboriosidad del trabajo en
ción argentífera. La ruta comercial se piedra, en pasta (Stastny, 1981).
restringe entonces al eje Huamanga- Macera (1982) sostiene una pro-
Cusco, trayecto que hacia fines del puesta diferente señalando que la
siglo XVIII se hacía en ocho jornadas influencia va más bien del san-
(Urrutia, 1983). marcos hacia la pintura campesina
Aparte del tráfico comercial, por cusqueña del siglo XIX.
esta ruta, se producen los intercam- Circuitos de ferias recorridas por
bios culturales; por aquí circularán los arrieros en el siglo XIX, como el
en el siglo XIX las Vírgenes Chucui- que enlazó pueblos de Ayacucho y
teñas a las que se atribuye origen Apurímac (Urrutia, 1983) tuvieron sin
huamanguino; y por aquí llegará duda un papel importante en la con-
tambien a Ayacucho la iconografía figuración y difusión del sanmarcos.
peculiar del Cajón Sanmarcos. Su uso original como "huaca" en
Inspirada en los epígonos del arte la región del Cusco y su composición
virreynal cusqueño y manifestada en concordante con la cosmología
la pintura campesina cusqueña del andina, encuentra acogida en esta
siglo XIX, esta temática habría sido región, donde se difundirá como
compuesta en los talleres coloniales objeto ritual principalmente desti-
de la capital Inca a fines del siglo nado al uso de los grupos campe-
XVIII, adaptándose después a un sinos pastoriles (Stastny, 1981).
mercado rural cada vez más gravi-
tante. Iván Rivas Plata C.
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CAJON SANMARCOS
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Sanmarcos. Madera y piedra de Huamanga. Maestro Vega.
Década 1920. Huamanga. Col. J. Davis.
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diluida, fijada con cola procedente siempre aparecen en la misma ubica-
del hervido de cueros de vaca o ción, ni necesariamente se representa
llama, que otorga lustre, marcándose a todos; el lugar preferencial en el
los detalles con trazos en color ne- piso superior, “mundo de arriba” o
gro. También se conoce el empleo de Hanaq Pacha, se reserva al santo
tintes naturales como la cochinilla. patrón relacionado con el ganado de
Actualmente se ha sustituido la papa propiedad de la familia. Macera
por engrudo de harina de trigo. (1981) menciona la ubicación prefe-
La disposición de las figurillas al rente de San Juan Bautista para la
interior del cajón se repite con algu- parte central, en segundo término al
nas variantes, en un formato horizon- apóstol Santiago y luego al Cristo
tal, según la preferencia y estilo del Crucificado.
imaginero o de acuerdo a la contrata Continuando con el patrón tradi-
efectuada con el cliente. En una en- cional descrito por Joaquín López
trevista concedida por Joaquín López Antay, en el nivel inferior, relacio-
Antay a José María Arguedas (1958), nado con “este mundo” o Kay Pa-
se describe el patrón tradicional para cha, se representa al hacendado,
la distribución interior del sanmar- sentado tras una mesa, que manda
cas, compuesto por dos niveles. En el castigar al ladrón de ovejas, y a la
superior, que alude al mundo celes- esposa del abigeo que suplica pie-
tial, claramente destacado por sus dad; esta escena es denominada “Pa-
mayores proporciones con respecto sión” por López Antay: “porque está
al segundo nivel, se representan imá- sufriendo, pues”. El resto del cuadro
genes de los santos patrones asocia- se completa con una escena de cam-
dos a los animales: Santa Inés, patro- po denominada “Reunión”, con la
na de las cabras; San Marcos, del ga- representación de varios personajes:
nado vacuno; San Juan Bautista, pa- tumbador de toro, cantante de hara-
trón de las ovejas; San Lucas, del wi, tocador de tinya, amasadora de
león; San Antonio, de las mulas y de quesillo, tocador de corneta, hila-
los viajeros; también se suele repre- dora, ordeñadora; también animales
sentar al Patrón Santiago, asociado al domésticos y silvestres como vizca-
rayo, que protege al conjunto del ga- cha, toro, llama y ovejas.
nado, aunque el imaginero Jesús Ur- En su evolución esta caja de ima-
bano también lo asocia a las llamas. ginero o capillita de santero fue
Aparecen además un conjunto de objeto de un lento proceso de trans-
animales domésticos y silvestres; la formación en el que, condicionados
figura del cóndor simboliza la pre- por las necesidades de los usuarios,
sencia del wamani o espíritu de la se fueron integrando o descartando
montaña. Los Santos Patrones no elementos formales y de contenido,
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Sanmarcos. Madera y pasta. Celso Baldeón.
Década 1930. Huamanga. Col. E. Luza.
.
enfatizándose preferencias por deter- con una posible dirección comunica-
minados colores, características en el tiva de Huamanga a Cusco, aunque
formato e iconografía particulares a cada arte se haya desarrollado de
cada zona, hasta tomar la forma defi- manera independiente. Stastny por su
nitiva del sanmarcos, hacia fines del parte, sostiene que la influencia va
siglo XVIII (Mendizábal, 1963-1964). más bien de Cusco a Ayacucho
En este proceso se acentuaron carac- (1981).
terísticas correspondientes a las Al sanmarcos se le venera du-
demandas específicas de una pobla- rante todo el año, ubicándolo en un
ción indígena y mestiza asociada a la lugar especialmente designado den-
actividad ganadera. tro de la casa, una vez que concluyen
Macera (1982) ha señalado la las ceremonias y. rituales del campo.
relación existente entre los sanmarcos Se transmite de padres a hijos y es
y la pintura campesina cuzqueña de considerado un símbolo de protec-
fines del siglo XIX, específicamente ción de la familia y sus bienes, espe-
con la referida al tema “trabajos del cíficamente relacionado con la ri-
campo”. queza ganadera y su reproducción.
La similitud de la temática plan- Su función sería, entonces, similar a
teada, la composición y la organiza- la de las illas de tradición prehispá-
ción del espacio, evidencian un nivel nica, objetos mágicos de diversa ín-
de contacto entre ambos productos, dole, preferentemente de piedra, aso-
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ciados a la idea de fertilidad y protec- además de Chucuito, que represen-
ción. Dice Mendizábal (1963-1964) tan una única imagen de la Virgen,
del sanmarcos: “En las ceremonias San Antonio o San José.
de la marca y de la herranza del Entre los siglos XVIII y XIX en-
ganado, su función es la de las contramos en circulación una gran
wak’as prehispánicas, y su presencia cantidad de objetos destinados al
se limita únicamente a las áreas en culto religioso provenientes en
que, para las mismas ceremonias, no buena medida de la producción di-
se emplean las antiguas wak’as de- versificada de estos talleres huaman-
nominadas illas o conopas”. La re- guinos, y exportados principalmente
presentación de los protectores de a las grandes ferias regionales y
las especies autóctonas junto a los mercados de Lima, de donde se dis-
santos protectores de las especies tribuían hacia otras provincias de la
europeas, escribe Francisco Stastny, costa. Hemos encontrado en los ma-
habría tenido la función de hacer
teriales de trabajo de J. Urrutia sobre
posible la integración del ganado fo-
los Cuadernos de la Real Aduana de
ráneo al cosmos indígena, constitu-
la Administración de Huamanga, en-
yendo el sanmarcos la expresión
tre los años 1774 y 1824, un conside-
más compleja y completa que se co-
rable movimiento de comercializa-
noce de la ideología sincrética del
campesinado peruano. ción de piezas de imaginería reli-
giosa: figuritas de piedra blanca y de
Area de difusión pasta, baulitos pintados, Nacimien-
Las caravanas de arrieros que tos y Misterios, Santos Cristos de
recorrían las redes de caminos colo- yeso o pasta y dorados, estatuas de
niales, jugaron un importante papel piedra, figuritas de piedra en cajo-
en la difusión de elementos cultu- nes, figuritas de badana, con destino
rales hacia otras regiones. Pequeñas a las ferias y mercados de Lima, Pis-
cajas con la figura de San Antonio co, lea, Huaura, Pativilca, Yauyos,
fueron transportadas por los via- Jauja, Tarma, Palpa, Cusco, Tinta,
jantes como elementos mágicos pro- Chincheros, Acobamba, Ayaviri, Pu-
tectores durante sus largos reco- no y hasta Córdoba del Tucumán. Se
rridos. Su área de difusión, de Huan- abastecía de esta manera no sola-
cavelica hacia el sur, coincide con las mente las demandas de una clien-
rutas seguidas por estos viajeros tela rural, sino también a una po-
(Mendizábal, 1963-64). blación urbana en sus requerimien-
Se conocen ejemplares prove- tos para el culto religioso y la devo-
nientes de Huancavelica, Apurímac, ción familiar.
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Sanmarcos. Madera y pasta. Dec. 1920.
Huamanga. Col. J. Davis.
.
Talleres cializadas. Las herramientas de tra-
bajo como batanes y moldes podían
El conjunto de las actividades re- ser heredadas familiarmente, algunas
lacionadas con la confección de los eran confeccionadas por los mismos
cajones se realizaban en un determi- santeros como pinceles, estacas de
nado espacio o habitación, general- madera, y otras finalmente eran
mente al interior de la vivienda, adquiridas en el mercado: cuchillas,
donde se guardaban las herramientas implementos de carpintería, etc.
y se almacenaban los materiales Aunque la confección de los cajones
destinados a su producción. La com- de madera se resolvía en el mismo
posición de los talleres era básica- taller, posteriormente se encarga a
mente familiar, aunque en algunos maestros carpinteros debido al incre-
casos se contrataban operarios para mento en la demanda.
las tareas menores debido al celo A partir del taller de Doña
profesional existente por la compe- Manuela Momediano, abuela de Joa-
tencia o copiado en el uso de los quín López Antay, el historiador Pa-
moldes. blo Macera presenta la filiación y
El aprendizaje del arte de la ima- conexiones de los talleres ayacu-
ginería se transmitía de padres a hi- chanos y de sus integrantes.
jos; los niños se iniciaban en las En las primeras décadas de este
tareas más sencillas de apoyo, hasta siglo tenemos a los maestros Isaac y
que según fuera su destreza e incli- Celso Baldeón, Joaquín López Antay,
nación eran promovidos por el jefe Daniel Castro, Gregoria Jiménez y su
del taller a realizar labores más espe- esposo el señor Núñez; de quienes
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presentamos algunos trabajos en esta bajos de compostura y refacción de
muestra. imágenes y cajones antiguos o da-
La producción diversificada de ñados.
los talleres atendía a las demandas A partir de la década de 1960 se
de la variada clientela, organizán- crean escuelas de artesanía para
dose de acuerdo a un calendario enseñar las artes tradicionales hua-
más o menos establecido. Los manguinas: cerámica, textilería, hoja-
cajones sanmarcos se preparaban latería, talabartería, talla en piedra e
con motivo de la fiesta de la imaginería. Unas con apoyo estatal,
herranza en el mes de agosto; las otra producto de la destacada inicia-
pasta wawas, muñecas de maguey y tiva del maestro imaginero Jesús
pasta, y los caballitos de badana, Urbano Rojas, contaron con una
para “Todos los Santos”; las más- plana de destacados artesanos como
caras representando rostros de per- profesores. Entre los imagineros te-
sonas y de animales para las fiestas nemos al propio Jesús Urbano y a su
de Navidad y Carnavales. También hermano Julio, a Florentino Jimé-
se producían imágenes religiosas en nez y a Mardonio López, hijo de Joa-
madera y yeso, cruces de casa para quín López Antay, quienes fomen-
devoción familiar, baúles de madera taron el conocimiento de las artesa-
forrados en hojalata o en cuero, pin- nías tradicionales y el aprendizaje
tados con motivos florales, y tra- del oficio entre los jóvenes.
Retablo “Pelea
de Gallos”.
Madera y
pasta. J. López
Antay. Década
1940. Hua-
manga. Col.
Museo de Arte e
Historia
UNMSM.
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Del cajón Sanmarcos nistas, intelectuales y posteriormente
al Retablo turistas. Importantes ejemplares han
sido preservados gracias al esfuerzo
A partir de las primeras décadas personal y aprecio por nuestro arte
de este siglo, el desarrollo de nuevas popular demostrado por coleccio-
redes de comercio en un contexto nistas como Elvira Luza y las her-
socio-cultural cambiante, la construc- manas Celia y Alicia Bustamante.
ción de nuevas carreteras y a través Aunque se mantiene indepen-
de éstas, el ingreso de productos dientemente la producción de los
industriales y de nuevas maneras de viejos sanmarcos para la clientela
mirar el mundo, determinan el decai- tradicional, se incorpora paulatina-
miento de ciertas prácticas mágico- mente una nueva temática relacio-
religiosas y su correspondencia con nada con motivos costumbristas y re-
los objetos de la parafernalia ritual ligiosos: corridas de toros, fiestas,
tradicional. Los primeros rasgos de la peleas de gallos, danzas tradiciona-
modernidad hacen su aparición. El les, escenas rurales, vírgenes y san-
sistema de arrieraje es reemplazado tos, procesiones de Semana Santa,
progresivamente por la construcción etc., designándose con el nombre ge-
de carreteras, lo cual debilita las re- nérico de “Retablos”; la caja de
des tradicionales que conectaban el madera mantiene su misma decora-
sistema de producción e intercambio ción floral polícroma. El cambio de
con los ganaderos y pastores, princi- clientela determina su cambio de
pales consumidores de los sanmarcos tema y éste un cambio de función;
(Arguedas, 1958). desaparece su sentido ritual y má-
En la década de 1940, la produc- gico, en tanto el nuevo Retablo es
ción de sanmarcos languidecía. Sin apreciado por su valor estético, orna-
embargo, se inicia por entonces el mental, aunque es evidente su carác-
contacto de los imagineros huaman- ter de documento etnográfico, comu-
guinos con pintores e intelectuales nicador de tradiciones y de costum-
limeños de la corriente indigenista bres.
que visitan Ayacucho. José Sabogal, Este cambio de función aparente-
Julia Codesido, Enrique Camino, mente no perturbó a los imagineros,
Teresa Carvallo y especialmente Ali- quienes continuaron produciendo
cia Bustamante, influyen especial- “por encargo” temas recogidos de su
mente en esa producción. Aparecen tradición y vinculados a su vivencia
nuevos temas acordes con la de- cotidiana. Joaquín López Antay, a la
manda de un nuevo mercado, consti- vanguardia del cambio, fue el “escúl-
tuído principalmente por coleccio- tor” que supo interpretar con intui-
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Maestro
Jesús Urbano
en su taller.
Chaclacayo.
ción e inteligencia los gustos de su “arte popular” y los del llamado “arte
nueva clientela. Esta adecuación del culto”.
tradicional cajón al nuevo retablo Simultáneamente el interés en
promovió y revitalizó una produc- objetos de tipo “ethno” por parte de
ción que se hallaba en peligro de países desarrollados propicia el cre-
desaparecer. cimiento de las exportaciones arte-
sanales. Algunos imagineros insta-
Producción y mercado lan sus talleres en Lima, acercán-
dose de esta manera a la posibilidad
A partir de la década de 1960 se de mejores condiciones de comer-
observa un incremento en la cialización. Otros continúan produ-
demanda de productos artesanales ciendo en Huamanga, mantenién-
debida principalmente a la presencia dose vinculados al mercado de Li-
de un mercado turístico en el país. La ma. Destacan los trabajos de los
comercialización se realiza a través imagineros Jesús y Julio Urbano,
de tiendas especializadas en las ciu- Ignacio y Mardonio López Quispe,
dades principales y de circuitos Felícitas Núñez, Florentino Jiménez
turístico-comerciales que se extien- Toma y sus hijos Nicario, Odón,
den hasta ferias de provincia. Claudio y Edilberto, Heraclio Núñez,
De otro lado, el desarrollo de una Jesús Palomino, Angel Castro, Pom-
política nacionalista por parte del peyo Huamán, Teodoro Chuchón,
gobierno militar genera una corriente Augusto Poma Rojas, Juan de Dios
de interés en la propia cultura, fo- Mujica, Teodoro Atme, entre otros;
mentándose la adquisición de pro- cada cual imponiendo un estilo pro-
ductos artesanales. En este contexto, pio y de creatividad personal en su
el Instituto Nacional de Cultura otor- obra.
ga en 1975 el Premio Nacional de Invitaciones al extranjero, exposi-
Arte a Joaquín López Antay, susci- ciones y premios, representan para
tándose una polémica en los medios algunos destacados artesanos el re-
artísticos entre los defensores del conocimiento a su arte, presente en
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Retablo “Procesión de Semana Santa”. Jesús Palomino.
1978. Huamanga. Col. Museo de Arte popular – Inst. Riva Agüero. PUC.
26
SANTEROS, “MISSAS” Y HERRANZA
EN EL CAMPO AYACUCHANO
27
son naturales de Huancavelica, San a Santos Achalma y Ambrosio Martí-
Miguel, Chuschi, Pampa Cangalla, nez en Pampa Cangalla; familia Tan-
Tambo, Vilcas Huamán, Mayoq, ta en Huahuapuquio; Cliserio Mitma
Huahuapuquio, Santiago de Ticllas, y Paulino Huamán en Cangalla; fami-
etc. La movilidad social a través de lia Jiménez en Alcamenca; Braulio
las inmigraciones del campo a la ciu- Núñez y Alcoser en Chuschi; familia
dad, ha hecho que este contingente Cisneros en Huancaraylla; Teodoro
humano haya llegado a ubicarse en la Melgar Jiménez en Circamarca; Anto-
periferia y en un piso social cuyas nio Quincho en Porta Cruz-Lucana-
características saltantes son el ser marca. Creo que los nombres y ape-
monolingües, bilingües, faltos de ins- llidos nombrados servirán para fu-
trucción, mano de obra no calificada, turas investigaciones.
versados en cultura y arte nativos, Al visitar a don Ambrosio Martí-
marginados y empobrecidos”. nez en el pasado mes de setiembre,
Mi familiaridad con el arte y mi supimos la muerte de don Santos
vivencia participativa en fiestas del Achalma, quien había fallecido el
agua y de la herranza, primero en mi año pasado en la ciudad de Lima. El
tierra natal, luego en pueblos de las nos manifestó que don Santos Achal-
provincias de Cangallo, Víctor ma había aprendido de un tal Bermú-
Fajardo y Huamanga, me permiten dez; don Ambrosio mencionó tam-
distinguir los sanmarcos uno del bién haber trabajado junto a don
otro, y al indagar por los artesanos, Santos. Al observar sus retablos lle-
ahora los llego a mencionar con mu- gamos a notar la mayor presencia de
cho respeto y admiración. Me refiero los colores rojo y rosado. No lo-
Sanmarcos.
Madera y pasta.
Mariano Jiménez.
1950. Carampa,
Ayacucho.
28
gramos ver los sanmarcos y don cahuari, nos manifiesta haber cono-
Ambrosio dice: “Caramba, no tengo, cido al señor Cisneros, ya finado, que
pues debería tener, lo que pasa es se dedicaba a hacer sanmarcos, cru-
que siempre los vendo y sólo los ces e imaginerías.
hago cuando me lo piden los gana- Los comuneros son los que cono-
deros o los que necesitan para hacer cen, pues en sus memorias viven los
su herranza. Mi cuñado fue carpin- que trabajaron los sanmarcos y son
tero muy fácil trabajaba las cajas del los que recuerdan cuando se les pre-
retablo”. gunta ¿de quién lo has comprado esa
Al indagar por Cliserio Mitma, el missa o sanmarcos? En la zona de
profesor Jesús Prado de la Escuela Carampa, anexo de Alcamenca, exis-
Regional de Bellas Artes de Ayacu- ten sanmarcos muy diferentes y se-
cho, natural de Cangallo y sobrino rían de un tal señor Jiménez y de un
del padre Donato Prado Baurente, señor Núñez que ya fallecieron. Los
con quien recorrió muchos pueblos, sanmarcos en esta zona tienen sus
dice: “Yo conocí a don Cliserio Mit- figuras hechas en niñu-rumi o pie-
ma, él ya era de edad y vivía cerca de dra de Huamanga. La cantera de esta
mi casa en Cangallo, él falleció en
piedra de Huamanga se encuentra al
1978. Hacía sus “missas”, santos, san-
frente de esta comunidad en la zona
tas, imágenes, altares de iglesias,
de Chacolla, de donde se proveían
como don Florentino en Alcamenca,
los artesanos de Huamanga, solo que
pues su trabajo era otro”.
recientemente se trae de Alcamenca.
Florentino Jiménez de Alcamen-
El primer lugar se ubica en la margen
ca, confiesa a Edilberto Huertas
izquierda del río Pampas y pertenece
(1987): “Yo comencé hacer cajitas de
a la provincia de Cangallo; el se-
sanmarcos a la edad de trece años.
Pero más antes también hacía, toda- gundo, en la margen derecha del río
vía sin cajita, como mi hijito también y pertenece a la provincia de Víctor
a veces jugaba, así siempre hacía. Y Fajardo.
a la edad de trece años ya comencé Creo que no debemos dejar de
colocar a la cajita. Y así lo hacía, para conocer los circuitos de venta de los
terminar todavía sus contratas de mi productos destinados a satisfacer la
papá. Cuando murió ya venían, ya religiosidad campesina. Refiriéndose
eso tenía que terminarlo sea como a la zona de movimiento del artista
sea. Mi mamá me obligaba ya, en- Florentino Jiménez, Vergara (1987)
tonces terminaba sea como sea, pero señala: “Si bien el centro de opera-
no todavía tan perfecto”. ciones fundamental de la vida de este
Para el caso de Huancaraylla, el artista popular se ubica en la comuni-
profesor y periodista, Fidel Oré Huill- dad de Alcamenca, éste transita por
29
un espacio mayor que incorpora los artista va a preguntar: “¿Para qué
pueblos vecinos como Sarhua, Huan- cosa quieres, para tu vaquita, cabrita
casancos, Choquehuarcaya, Huam- o ovejitas?”. Si dice para ovejas, el
bo, Llusita y otros, así como salidas artista colocará siempre al patrón San
esporádicas a Ica, para vender su Juan en la caja de la “Missa”, y así
fuerza de trabajo en un ambiente ocurre con los demás santos que son
cualitativamente nuevo y diferente, y patrones del ganado vacuno, ovino y
posteriormente a Ayacucho y Lima”. caprino. Así se llega a denominar lo
Pero también usaban el sistema que es “vaca-missa”, “cabra-missa”,
de trueque. En agosto de 1985, mien- etc.
tras visitaba la casa de don César Referimos un testimonio recogido
Jiménez, quien trabaja los sanmarcos por Huertas (1987): “Házmelo para
en Alcamenca, vino un comunero de caballo, para oveja, para vaquita”, y
Huambo y preguntó por el pintor, así entonces yo pensé: ya coloca eso,
luego entablaron un diálogo y en- coloqué San Antonio en delante, en
cargó que le trabaje una “oveja el principal, en el fondo, en su de-
missa”, que es el sanmarcos con San lante también coloqué su caballito,
Juan en la parte principal. Quedaron burritos así con su cría, todo. Enton-
en que el campesino le daría un car- ces me dice el que me contrató: “Pe-
nero por el sanmarcos. ro todos esos animalitos házmelo mi-
Es importante señalar el caso de la rando donde sale el sol. Cuando esos
palabra “Missa”, pues en los pueblos animalitos miran donde sale el sol es
que conozco, al igual que mi padre, para que aumente, para que desarro-
los lugareños o campesinos muy ca- lle cantidad de caballos. Entonces va
riñosamente lo conocen con el nom- salir ellos también, o van a ser como
bre de “Missa” y no como sanmar- el sol, va aumentar”, decía así. .. “No
cos. “Missa” sólo es el sanmarcos, lo pongas luna, pónmelo también so-
conocido como tal únicamente en la licito al fondo para que alumbre tam-
ciudad. Y muy fácil los campesinos bién”, me decía así. “No me pongas
pueden decir y distinguir los que son luna, porque luna es noche, es mala-
llamados “oveja-missa”, “vaca- güero, porque en noche de luna ca-
missa”, “cabra-missa”, etc. El campe- minan los ladrones”. ¿Quiénes son
sino al acudir al artista va a pedir una los ladrones?, “Hay zorros ladrones,
“oveja-missa” y dice: “quiero para todo, animales ladrones también. En-
mis ovejas, entonces quiero que me tonces esos favorecen la luna, favo-
lo pongas al patrón San Juan en la rece a los ladrones. Las estrellas tam-
parte principal, en el fondo del bién favorecen a los ladrones, por-
cajón”. Si no hay esa petición, el que es una seña. Porque cuando cae
30
Maestro
César Jiménez y
familia. 1985.
Alcamenca,
Ayacucho.
31
rotos, arvejas, quinua, achita o kiwi- en el ritual andino” (Gamarra, 1987).
cha, galletas, ñawin aqa, ñawin Concluida la construcción de la
trigo, semilas de coca, polvos prepa- capilla ya mencionada, se procede al
rados en base a harinas de maíz y “Missa mastay” o sea el tendido del
tierra denominada llampu, que se atado ceremonial que contiene los
utiliza con fines rituales. También se principales instrumentos y objetos
entregan los wayruros, chawa qori, que se usarán en la herranza: las
chawa qollqi, willkas, los cigarros, cintas con los distintivos del patrón
las flores del clavel o también su que se colocará en las orejas del
plantita y luego un cuchillo que se ganado; el waylla ichu, con el que se
utiliza con fines rituales. El “Missa arrea al ganado; la marca con las ini-
puesto” debe ser entregado al pa- ciales y año, y el cuchillo con el que
trón wamani al medio día, en caso se procederá a realizar cortes en las
contrario a la media noche. “En esta orejas de ovinos y vacunos; los llam-
jornada que toma de la mañana pus, polvo de la harina de maíz, pro-
hasta la noche, sólo el patrón puede tector en el momento de cortar las
pedir permiso a su deidad para reali- orejas, para que la sangre no llegue a
zar la marca y sólo a éste el wamani chorrear al suelo.
podrá concedérselo, los otros asis- Después de hacer el “Missa mas-
tentes y particularmente las mujeres, tay”, se procede a efectuar el marco
están prohibidas de acompañar al de apertura de coplas de los maes-
mayordomo, quizás esto último sea tros Choqes llamados así los corne-
una forma de monopolio patriarcal teros; luego continúa el “Missa ki-
Sanmarcos.
Madera y
pasta. Fam.
Jiménez.
Alcamenca,
Ayacucho.
32
Sanmarcos.
Madera y pasta.
Florentino
Jiménez. 1956.
Alcamenca,
Ayacucho
33
Representación
gráfica de
"La Capilla de la
Misión".
Dibujo E. Jimé-
nez. Alcamenca.
1. LA CAPILLA DE LA MISION
Para tener una idea clara presento presentan una cruz encima de un
un esquema de la disposición de una círculo de color rojo, también
mesa que en A1camenca es conocida hay rayas onduladas. Otra es de
como "La capilla de la Misión" bordes celestes con fondo
(Figura 1). Finalmente, describimos blanco, de rayas verdes y rojas
ligeramente las características de en forma vertical y una raya
"Missas" recogidas en A1camenca: horizontal.
a) Las dimensiones son medianas, c) Las figuras que representa en el
carecen de coronas. piso superior son los Santos Pa-
b) La decoración de las tapas al in- trones: San Antonio, San Juan,
terior es de color verde; luego San Marcos, Yaya Santiago, San-
34
ta Inés. Animalitos como: ovejas, Los campesinos en su mayoría consi-
vaquitas bostezando, paradas, deran al cóndor como el espíritu
durmiendo, toros, carneritos, pu- mayor del cerro; al cernícalo como el
ma, zorro, zorrino, llamas, ca- espíritu bueno del cerro que recorre
bras, perro. Aves como: cóndor, los caminos y da buena suerte; al
wallata, cernícalo, pato de lagu- picaflor, como al mensajero dulce de
na, picaflor, perdiz; también se los dioses con los hombres o vice-
ve al astro sol, luego hay hom- versa; y al sol y a la luna como el
brecitos y mujercitas hilando. padre todopoderoso y la madre.
d) En la parte inferior se representa Hacia la década de 1970, las
la herranza; allí encontramos a "Missas" cobraron mayor importan-
los que están marcando a los to- cia y los santeros o pintores les dedi-
ros, haciendo queso, ordeñando caban su tiempo, especialmente en
leche; los abigeos amarrados en los meses en que no había la siembra
un palo; una jarra de chicha; una y la cosecha; atendiendo también los
señora cantando y la otra tocan- pedidos y recorriendo los pueblos
do el wankar (tinya ceremonial vecinos. Su arte de hacer las "Missas"
de la herranza); en un plato es- significa técnicas peculiares y el uso
tán los quesillos, un queso gran- de materias primas propias del lugar.
de, un cordero degollado, un Los colores de anilinas, del añil, de
mate que contiene sangre que los sapolines y de los dorados proce-
parece ser del cordero dego- den de la ciudad y llegaron a los
llado; un recipiente que contiene pueblos gracias a los arrieros, curas y
mazorca de maíz, papa, frutas y autoridades que las transportaban de
al fondo está el dueño del ga- Huamanga. El sistema de la comer-
nado y su esposa. cialización de "Missas", fue el true-
Es de importancia encontrar en el que con cereales o animales como
interior de las "Missas" al picaflor, carneros y chivos, así como con
cernícalo, cóndor y al sol; puesto que lanas y en menor porcentaje se
se trata de la presencia en forma je- recibía el pago en dinero.
rarquizada de los espíritus de los
dioses tutelares del mundo andino. Edilberto Jiménez Q.
35
EL RETABLO, NUEVAS FORMAS:
CAMBIO Y VITALIDAD
L
as creaciones de Edilberto Jimé- colecciones –Bustamante, Luza– y
nez ponen sobre el tapete la la Peña Pancho Fierro promueve el
discusión sobre el desarrollo histó- arte popular. Más tarde, la integra-
rico del arte popular, sus cambios y ción regional, las carreteras, los me-
sus nuevas propuestas. Hay quienes dios de transporte terrestre y aéreo,
creen todavía en las formas deteni- proporcionaron nuevas formas para
das en el tiempo, donde se han petri- la cerámica de Quinua; trajeron tam-
ficado las vivencias del hombre an- bién el uso de tintes indelebles para
dino. Desde las vitrinas del museo las mantas de San Pedro de Cajas.
estas obras son testigos mudos de En muchos casos la comercializa-
otras épocas, quizá arcaicas, donde ción perjudicó al producto, pero en
no se cuestionaba la realidad y don- otros, la incorporación de la temática
de el hombre andino aparecía fuera contemporánea y las nuevas técni-
de todo conflicto, bien lejos de la cas, han sido provechosas como tes-
capita). Fueron los indigenistas ―Sa- timonios de vida social, de inte-
bogal y sus amigos― los que presta- ligente adaptación y persistencia de
ron atención a estas formas popula- creencias y costumbres del mundo
res, los que sugirieron nombres y te- andino que, a pesar de todo, siguen
mas nuevos. Primer cambio notorio, vivas y palpitantes. La mirada atenta
el tradicional san markos se con- revela que, aunque las formas han
vierte en retablo; nacen las vírgenes cambiado a despecho de los puristas,
embarazadas y los santos de cuello en el fondo el mundo andino si-
largo; comienzan a formarse las gue vivo, con las huellas de las con-
“Ventura
Ccalamaki”.
E. Jiménez.
Huamanga.
37
“Cuernos y
Garras”,
E. Jiménez.
Huamanga.
38
cidos que le cuenta el tío y la abue- los pechos descubiertos, enfrentán-
la materna, quien le decía que po- dose al cañón de los realistas. Son
niéndose lágrimas de perro en los más de treintidos figuras en el inte-
ojos podía ver las almas de los rior de la caja sin divisiones, donde
muertos. El joven pastor aprende el llama la atención la prolija factura y
arte del retablo de su padre y de sus la variada gestualidad de los perso-
hermanos mayores, pero es más najes.
lento que ellos y se gana el mote de En "El sueño de la mujer huaman-
"ocioso". No es así, Edilberto tiene su guina" (1980) el frontis y las puertas
tiempo, y madura esas leyendas, las son negras y decoradas finamente
plasma en pasta y colores, primero con flores blancas. La escena es
siguiendo las formas tradicionales; surrealista: una mujer con sus hijos se
luego, saliéndose de lo acostum- refugia en el Apu, pero está sentada
brado, expone sus propias ideas y en un pellón de sangre. En la parte
éstas son escenas dolorosas vividas inferior la "visión" del hombre perse-
por su comunidad, siguiendo algu- guido y las secuencias del hombre
nas veces la letra de un huayno, o encarcelado y por fin en el despeña-
dando rienda suelta a su imaginación dero donde los perros comen su
febril ilustrando un poema de cadáver, son impresionantes.
Vallejo. El mundo andino está presente en
"Ventura Ccalamaqui", es un reta- el juego de las oposiciones entre toro
blo del año 1978, donde se repre- y cóndor, en un hermoso retablo titu-
senta a la heroína ayacuchana con lado "Fiestas del Ande" (1991). La
"Los Conde-
nados".
E. Jiménez.
Huamanga.
39
"Masa" (poema
C. Vallejo).
E. Jiménez.
Huamanga
40
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de San Marcos, Lima. nal Mayor de San Marcos, Lima.
43
RECONOCIMIENTOS
Coordinación general:
María Elena del Solar
Iván Rivas Plata
CONTENIDO
Pág.
Presentación 3
Carlos I. Degregori C.
Introducción 5
CAJON SANMARCOS 17
María Elena del Solar D.
Bibliografía 41
Reconocimientos 45