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CONSENSO REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza


Consensus Statement on Chagas-Mazza Disease

SOCIEDAD ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA


CONSEJO DE ENFERMEDAD DE CHAGAS “DR. SALVADOR MAZZA”

Capítulo I. Prólogo

Capítulo II. Comisiones de Trabajo - Integrantes

Capítulo III. Introducción

Capítulo IV. Chagas agudo

Capítulo V. Fisiopatología

Capítulo VI. Chagas crónico sin patología demostrable

Capítulo VII. Arritmias en la enfermedad de Chagas

Capítulo VIII. Miocardiopatía dilatada chagásica - Insuficiencia cardíaca

Capítulo IX. Lecturas sugeridas

Capítulo I. Prólogo
El desafío de realizar una revisión y actualización de diológica, en la búsqueda de nuevos tratamientos que
un Consenso tan destacado como el realizado en el año por distintas razones se encuentra más alejada de los
2002 por importantes expertos con el fin de introducir grandes ensayos clínicos y la medicina de la evidencia.
nuevas herramientas diagnósticas y terapéuticas, así Agradecemos al Área de Consensos y Normatiza-
como cambios de paradigmas, no ha sido una tarea ciones de la SAC por la oportunidad de esta actua-
fácil, pero se ha contado con un destacado y numeroso lización con el objetivo de dar a la enfermedad de
equipo de médicos de la Sociedad Argentina de Cardio- Chagas-Mazza la relevancia e importancia no sólo en
logía (SAC), integrantes de Consejos y Distritos que Latinoamérica, de donde es originaria, sino la adqui-
han participado activa y entusiastamente en esta tarea. rida en Europa, los Estados Unidos de Norteamérica,
El gran desarrollo y subsiguiente impacto de las Japón y Australia por las continuas migraciones que
nuevas tecnologías sobre los conocimientos médicos en han obligado a la Organización Mundial de la Salud
las últimas décadas hizo variar la mirada sobre ciertas (OMS) a intervenir activamente para su control de-
enfermedades como la de Chagas-Mazza en su reper- finitivo.
cusión más comprometida, como es la cardiológica. Esta enfermedad relacionada con la pobreza con-
El Área de Normatizaciones y Consensos de la SAC tinúa hoy en día provocando incapacidades de todo
sugiere la revisión y actualización de los Consensos y tipo, muerte súbita y un costo elevado para la salud
Guías a la luz de los nuevos conocimientos y posibili- pública. Los enfermos chagásicos tienen voz pero no
dades diagnósticas por lo menos cada 5 años. son escuchados; es nuestra obligación como profesio-
Dr Jorge E Mitelman nales de la salud ser sus voceros ante las autoridades.
Coordinador general Consensos como el presente colaborarían para influir
en el establecimiento de políticas de estado, que can-
celen la deuda con los sectores más débiles de nuestra
Objetivo
sociedad. La tasa de pobreza del 23,3% a nivel nacional
Esta actualización no intenta reemplazar el criterio y la carencia de viviendas en el ámbito rural con falta
médico frente a cada paciente en forma individual y su de cloacas, agua corriente y deficitaria prestación de
circunstancia socioeconómica, sino ser una guía para salud y educación denuncian la necesidad de múltiples
el progreso en la descripción de sus etapas evolutivas, respuestas, por lo que resulta imprescindible articular
el diagnóstico precoz y agudizado de su expresión car- planes que reviertan estas realidades.
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Metodología Dr. Jorge Pickenhayn


Dra. Gabriela Razzite
Se empleó la Clasificación de los Indicadores para
Dra. Adelina Riarte
Procedimientos Diagnósticos y Terapéuticos y tipos
Dr. Francisco Sosa
de evidencia utilizados en anteriores Consensos de
Dr. Alejandro Darío Deviggianomtsac
la SAC, Clasificación habitual de la ACC/AHA y la
ESC.
Chagas crónico sin patología demostrable
Coordinadora: Dra. Luisa Giménezmtsac
Clases de Recomendaciones
Secretario: Dr. Edgardo Schapachnik
Clase I: evidencia y/o acuerdo general de que un
determinado procedimiento diagnóstico/tratamien- Integrantes:
to es beneficioso, útil y efectivo. Dr. Luciano Acuña
Clase II: evidencia conflictiva y/o divergencia de Dra. Regina Álbarez
opinión acerca de la utilidad/eficacia del método/ Dr. Sergio Augermtsac
procedimiento/tratamiento. Dr. César Berenstein
Clase IIa: el peso de la evidencia/opinión está a Dra. Graciela Adriana Ávila
favor de la utilidad/eficacia. Dr. Marcelo Benassimtsac
Clase IIb: la utilidad/eficacia está menos estable- Dr. Jorge Franchella
cida por la evidencia/opinión. Dr. Alberto Lifschitz
Clase III: evidencia o acuerdo general de que el Dr. Guillermo Marconcini
tratamiento método/procedimiento no es útil/efec- Dr. Federico Núñez Burgos
tivo y en algunos casos puede ser perjudicial. Dr. Javier Núñez Burgos
Dr. Marcos P. Tomasella
Dr. Jorge Sánchez Hernández
Niveles de Evidencia
Dra. Dorita Serra
Nivel de evidencia A: evidencia sólida, provenien- Dr. Alejandro Díaz
te de estudios clínicos aleatorizados o de cohortes Dr. Néstor I. Singh
con diseño adecuado para alcanzar conclusiones Dra. Mónica Galli
estadísticamente correctas y biológicamente signi- Dra. Liliana Bonelli
ficativas.
Nivel de evidencia B: datos procedentes de un Chagas crónico con patología demostrada
único ensayo clínico aleatorizado o de grandes es- Arritmias
tudios no aleatorizados.
Nivel de evidencia C: consenso de opinión de Coordinador: Dr. Ricardo Pescemtsac
expertos. Secretaria: Dra. Elina Valero de Pescemtsac

Con el objetivo de sintetizar este documento, se Integrantes:


han tratado con mayor profundidad aquellos temas Dr. Marcelo Elizarimtsac
en los cuales la información científica de los últimos Dr. Alberto Ginigermtsac
años justifica actualizaciones. Remitimos para todos los Dr. Jorge González Zuelgaraymtsac
otros aspectos de tratamiento general, farmacológico y Dr. Enrique Retykmtsac
de excepción, al Consenso de Enfermedad de Chagas. Dra. Cristina Tentori
Consejo de Enfermedad de Chagas “Dr. Salvador Ma- Dr. Carlos Goldberg
zza” Rev Argent Cardiol 2002;70(Supl 1):1-87.
Miocardiopatía dilatada chagásica
e insuficiencia cardíaca
Capítulo II. Comisiones de Trabajo - Integrantes
Coordinador:
Coordinador General: Dr. Horacio Romero Villanueva
Dr. Jorge E. Mitelmanmtsac
Secretario:
Chagas agudo Dr. José Luis Barisanimtsac

Coordinadora: Dra. Amalia Descalzomtsac Integrantes:


Dr. Luis Ahualli
Secretario: Dr. Felipe Niero
Dr. Jorge Traininimtsac
Integrantes: Dr. Miguel Ángel De Rosa
Dr. Jorge Yanovsky Dr. Gabriel Dionisio
Dr. Rubén Carrizo Páez Dra. Mónica Gilli
Dr. Mario Carrizo Páez Dr. Guillermo López Soutric
Dr. Héctor Freilij Dra. Karina Palacios
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Dra. Marta Ruggiero transfundir. Dentro de esta iniciativa se desarrollaron


Dr. Gastón Gómez Programas Nacionales para cumplir con las metas
Consejo Asesor
de la Iniciativa del Cono Sur (INCOSUR) y el apoyo
Dr. Horacio Faellamtsac
político de los diferentes gobiernos fue esencial para
Dr. Daniel José Piñeiromtsac
la provisión de fondos económicos destinados a la
Dr. Simón Salzbergmtsac
prevención y el control de la enfermedad de Chagas
Dr. Néstor Pérez Baliñomtsac
en los diferentes países. Así, en 1997, Uruguay fue
Dr. Osvaldo Masolimtsac
el primer país en realizar el corte de la transmisión
Dr. Álvaro Sosa Liprandimtsac
vectorial y transfusional en toda su área endémica. En
Dra. Liliana Grinfeldmtsac
1999, Chile fue el segundo país miembro que certificó
el corte de la transmisión vectorial.
Comité Redactor En el año 2000, Brasil certificó la interrupción en
Dr. Ricardo Pescemtsac 6 de los 13 estados de este país, y progresivamente
Dra. Elina Valero de Pescemtsac en diferentes estados hasta que, en el 2006, el estado
Dra. Luisa Giménezmtsac de Bahía fue el último en certificar la interrupción,
Dr. Marcos Tomasella por lo que Brasil fue declarado libre de transmisión
Dr. Luciano Acuña por el vector. Un hecho relevante para el vecino país,
Dr. Sergio Augermtsac que lo logró antes de que se cumplan 100 años de la
Área de Consensos y Normas de la SAC
descripción de la enfermedad por Carlos Chagas.
Dr. Eduardo Sampó (Director)mtsac
En el 2001, la Argentina interrumpe la transmisión
Dr. Gustavo Giuntamtsac
vectorial en cinco provincias endémicas: Jujuy, Río
Negro, La Pampa, Neuquén y Entre Ríos.
La INCOSUR produjo un descenso en la infesta-
Capítulo III. Introducción ción domiciliaria del vector en todos los países miem-
bros del Cono Sur.
Situación Vectorial de la Enfermedad de Chagas En los países del Cono Sur, el principal vector de
en la Argentina la enfermedad de Chagas es Triatoma infestans, que
La enfermedad de Chagas es una tripanosomiasis que tiene hábitos exclusivamente domiciliarios, ya que
en su forma crónica compromete a extensos sectores coloniza el interior y el peridomicilio de las viviendas
de la comunidad, que para su diagnóstico y tratamien- humanas. Los programas de control de la transmisión
to requieren un fácil acceso a los sistemas de salud. se han basado tradicionalmente en la fumigación de
Por su morbimortalidad y su impacto socioeconómico las viviendas con insecticidas de efecto residual y en
constituye una de las enfermedades con mayor carga la vigilancia continua de su reinfestación por los tria-
global en la región. tominos. La implementación de la vigilancia en forma
Según estimaciones recientes, la población de sostenida induce una reducción de la infección natural
América Latina expuesta al riesgo de infección por y también de otras formas de transmisión, como las
Trypanosoma cruzi supera los 108 millones, el número vías transfusional y congénita.
de pacientes infectados es mayor de 7 millones y los
nuevos casos agudos vectoriales por año se estimaron
Situación actual en la Argentina
en 41.200 personas.
En julio de 1991, en la Tercera Reunión de Minis- Hasta 1997, las acciones de control vectorial reali-
tros de Salud del Cono Sur, los seis Estados Miem- zadas en nuestro país mostraron una reducción del
bros –Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y 92% en la tasa de infestación domiciliaria en todas
Uruguay–, en el marco de la Iniciativa en Salud de las provincias endémicas. Esta reducción tuvo su
los Países del Cono Sur realizada en Brasilia (Brasil), necesaria correlación en la disminución de la infec-
se elaboró y aprobó la Resolución 04-3-CS del Control ción humana, que se evidenció en el descenso de la
de Enfermedades Zoonóticas, que creó una comisión infección por T. cruzi en jóvenes de 18 años del 5,8%
intergubernamental para la enfermedad de Chagas, en 1983 al 1% en 1996.
con el apoyo de la Organización Panamericana de A pesar de estos logros, la escasa prioridad política
la Salud (OPS). Su objetivo fue la elaboración de a nivel nacional y provincial en políticas de salud y
un Plan de Acción Subregional para la eliminación sus consecuencias, es decir, un presupuesto económico
de Triatoma infestans domiciliario, el vector más menor en las acciones de control vectorial de ataque
importante en el Cono Sur, y la interrupción de la y vigilancia sostenida, provocaron un incremento de
transmisión de T. cruzi por transfusión sanguínea. la endemicidad en la Argentina con su indicador más
Esta iniciativa intergubernamental, con el apoyo de preciso: el aumento en el número de casos agudos de
OPS/OMS, tuvo amplio impacto sanitario en cinco de origen vectorial.
los seis Estados Miembros del Cono Sur, en los que el El enorme desafío para el gran objetivo de eli-
accionar continuo redujo drásticamente la población minación del vector es el control de la transmisión
de T. infestans y mejoró la seguridad de la sangre a vectorial del Gran Chaco, ecosistema que involucra a
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Paraguay y Bolivia, pero cuya mayor extensión perte- La infección se produce por medio de las deyeccio-
nece a la Argentina. En esta zona hiperendémica para nes contaminantes de estos insectos que penetran por
la enfermedad de Chagas se demostró recientemente las excoriaciones de la piel producidas por el rascado
resistencia de Triatoma infestans a los piretroides. luego del escozor que causa la picadura de la vinchuca
(Figura 1).
Luego de ingresar al organismo a través de una
Capítulo IV. Chagas Agudo
puerta de entrada cutánea o mucosa, los tripanosomas
se diseminan por vía hemática o linfática y alcanzan
Vías de Transmisión
distintas vísceras. En los tejidos, el protozoo se repro-
1. Chagas vectorial duce por división binaria, multiplicándose y pasando
La infección es transmitida por insectos hemípteros he- por una forma no flagelada, llamada amastigota. En
matófagos de la subfamilia Triatominae, comúnmente cada localización se producen fenómenos complejos de
llamados vinchucas. destrucción, de reacción inflamatoria e inmunopatoló-
Existen alrededor de 130 especies de triatominos gicos que prolongan la enfermedad.
y en más de la mitad de ellas se ha demostrado la in- Sin embargo, esta forma tradicional de transmisión
fección por T. cruzi. Se considera que en la Argentina vectorial en áreas rurales se ha modificado debido a
existen 17 especies distribuidas en tres géneros: Psa- las migraciones internas y epidemiológicamente fue
molestes, Panstrongylus y Triatoma. reemplazada por la contaminación humana-humana en
Psamolestes: coreodes. áreas urbanas, en donde el pasaje tiene lugar a través
Panstrongylus: megistus, guentheri, geniculatus y de la sangre del infectado al sano, sin intervención de
rufotuberculatus. la vinchuca. Esto ha dado origen al llamado 4.º ciclo o
Triatoma: breyeri, delpontei, garciabesi, infestans, urbanización de la enfermedad de Chagas, caracteri-
limai, melanosoma, plantensis, eratyrusiformis, rubro- zado por el contagio por vías connatal, transfusional y
varia, patagónica, guasayana y sordida. de trasplante de órganos.
Estas especies difieren en importancia epidemio- La tripanosomiasis cruzi tiene distintas etapas:
lógica según su hábitat, densidad poblacional y distri- comienza con una fase aguda que se caracteriza por
bución geográfica. En nuestro país T. infestans es el un síndrome febril-infeccioso, le sigue una fase crónica,
único triatomino domiciliado y, por lo tanto, el único que puede no tener patología evidente o evolucionar
de importancia epidemiológica. Otras especies, como T. con lesiones manifiestas e irreversibles, sobre todo a
guasayana, T. sordida, T. eratyrusiformis y T. patagó- nivel cardíaco.
nica, si bien son especies silvestres y peridomiciliarias, Otra peculiaridad de esta entidad es el largo tiempo
frecuentemente invaden y en algunos casos colonizan que generalmente transcurre entre el período agudo y las
la vivienda; estas especies se han hallado infectadas alteraciones del período crónico, que se producen a 20,
por T. cruzi. 40 o más años después del comienzo de la enfermedad.
Las demás especies son silvestres y/o peridomicilia- La importancia sanitaria y demográfica de la enfer-
rias y no colonizan las viviendas, por lo que carecen de medad de Chagas estriba en que produce formas de en-
importancia en el ámbito de la salud pública. fermedad mortal tanto en la infancia como en la adultez.

Figura 1. Ciclo evolutivo de


Trypanosoma cruzi.
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Ante un supuesto caso de forma aguda vectorial de Tabla 1. Expresión clínica en la fase aguda
la enfermedad se aconseja, siguiendo normas naciona-
les, evaluar la siguiente información:
Síntomas inespecíficos Síntomas específicos
– Antecedentes epidemiológicos y ecológicos (cono-
(más frecuentes) (menos frecuentes,
cimiento del vector, características de la vivienda, 5% de los casos)
lugar de residencia, lugar de nacimiento/proceden-
cia, viajes a zonas endémicas, etc.). Síndrome febril prolongado Complejo oftalmoganglionar
– Presencia del síndrome febril prolongado, taquicar- Adenomegalia Chagoma de inoculación
dia, que no ceden con medicación convencional.
La presentación clínica puede ser sintomática, Hepatoesplenomegalia* Chagoma de inoculación
oligosintomática o asintomática (Tabla 1) y la infec- Anemia* Chagoma hematógeno
ción aguda puede tener distintas formas de comienzo
Anorexia* Lipochagoma
(Tabla 2).
Las expresiones clínicas graves de la fase aguda son Irritabilidad o somnolencia
miocarditis y meningoencefalitis.
Convulsiones
Los signos típicos de presentación representan
menos del 5% de los cuadros agudos de enfermedad Edema*
de Chagas. * De aparición más frecuente en lactantes y niños menores de 4 años.
En niños menores de 1 año con manifestación de
miocarditis, meningoencefalitis con líquido claro o ma-
nifestaciones convulsivas febriles o afebriles, sobre todo
en un área endémica, existe la obligación de confirmar Tabla 2. Clasificación de las formas de comienzo de la infección
o descartar la etiología chagásica por investigación del aguda
parásito en sangre y en líquido cefalorraquídeo.
Con puerta de entrada aparente:
2. Transplacentaria (congénita)
Complejo oftalmoganglionar
Clase I. Nivel de evidencia A Chagoma de inoculación
Para que se produzca una infección transplacentaria
debe existir parasitemia. T. cruzi produce una infección Sin puerta de entrada aparente:
persistente en el huésped, por lo cual el parásito puede Formas típicas:
hallarse en la sangre periférica tanto en la fase aguda
Chagoma hematógeno
como en la crónica. Este hecho biológico determina
que una mujer gestante pueda transmitir la infección Lipochagoma
en cualquiera de estos dos períodos. Por lo tanto, una
Formas atípicas: En este subgrupo se incluyen síntomas generales
mujer serológicamente positiva puede dar a luz niños
y cuadros sintomatológicos que son expresión de verdaderas
con infección congénita en un solo embarazo o en complicaciones y que en zonas endémicas por sí solos pueden
gestas sucesivas. llevar a que se sospeche la etiología chagásica:
T. cruzi alcanza al producto de la concepción por vía
sanguínea luego de su pasaje, por mecanismo activo, – Fiebre
a través de la placenta. En las células de Hofbauer, el – Anemia
tripomastigota se transforma en amastigota, que se
multiplica hasta ser liberado nuevamente como tri- – Edema
pomastigota. Estas formas atraviesan el trofoblasto y – Hepatoesplenomegalia
producen la infección del embrión o feto. La infección
– Taquicardia
puede ocurrir aun antes del 4.º mes de gestación cuan-
do el epitelio trofoblástico presenta mayor desarrollo. – Arritmias
La prevalencia de este tipo de transmisión sigue
– Cardiomegalia
siendo elevada en razón de que un gran número de
mujeres embarazadas que concurren a hospitales y – Insuficiencia cardíaca
clínicas, ya en trance de parto, ignoran su condición – Manifestaciones de meningoencefalitis
de chagásicas crónicas, y su seropositividad se advierte
recién en ese momento.
El cuadro clínico de los niños con enfermedad de
Chagas congénita puede clasificarse en asintomático y sintomatología importante y mortalidad elevada hasta
sintomático; a su vez, este último se divide en precoz y niños de término asintomáticos.
tardío, según los síntomas aparezcan antes o después de Los niños pueden presentar compromiso inespecífi-
los 30 días de vida. Las manifestaciones clínicas varían co del estado general, hipotonía muscular, fiebre y, fre-
ampliamente; comprende desde niños prematuros con cuentemente, hepatoesplenomegalia. En casos aislados
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se observan cuadros de insuficiencia cardíaca y, más Tabla 3. Chagas congénito


rara vez, de meningoencefalitis con crisis convulsivas.
Para el diagnóstico de la infección chagásica con- En los recién nacidos deben evaluarse las siguientes mani-
génita se debe efectuar la búsqueda del parásito por festaciones clínicas:
técnicas parasitológicas directas en todo recién nacido – Hepatomegalia
de una mujer chagásica. En los mayores de 6 meses
de edad se agregará el estudio serológico utilizando al – Esplenomegalia
menos dos técnicas. – Ictericia
La positividad serológica, luego de los 6 meses de
vida, como método diagnóstico de Chagas congénito – Prematurez
tiene valor fuera del área endémica, dado que dentro – Taquicardia persistente
de ella es imposible descartar la transmisión vectorial
Signos menos frecuentes:
aun cuando no exista una puerta de entrada aparente.
– Formas graves: sepsis, miocarditis, edema, adenopatía, fiebre,
En la Tabla 3 se señalan las manifestaciones clínicas
exantema, chagoma
para tener en cuenta en todo recién nacido con sospecha
de padecer Chagas congénito (Clase I). – Formas raras: megaesófago, megavejiga, calcificaciones
La secuencia a seguir en el diagnóstico y el tratamien- cerebrales, etc.
to del Chagas congénito a partir de la serología reactiva
de la madre se esquematizan en la Tabla 3 y la Figura 1.

3. Chagas transfusional

Clase I. Nivel de evidencia A


En Latinoamérica, la enfermedad de Chagas transfu-
sional constituye la tercera forma más importante de
transmisión de T. cruzi. Esta vía de ingreso de tripanoso-
mas proviene de transfusiones de sangre de dadores in-
fectados, asintomáticos y que ignoran su padecimiento.
Dada la gran migración de individuos de zonas rura-
les a los centros urbanos, éstos incorporan poblaciones
serológicamente positivas. Esto incrementa el riesgo de
transmisión de la infección por la vía transfusional con
los potenciales dadores y constituye la principal causa
de contagio en las grandes ciudades.
El período de incubación en el Chagas transfusional
varía entre 28 y 116 días (Tabla 4).
Chagas e inmunosupresión: la inmunodeficiencia
por diversos cuadros infecciosos como el SIDA producen
manifestaciones clínicas graves en diferentes órganos
que deben detectarse y tratarse precozmente (Clase I. * Las normas de diagnóstico nacionales sugieren la realización de un nuevo
Nivel evidencia A). estudio a los 12 meses de edad.
En los sometidos a trasplante se debería conocer
su reactividad para Trypanosoma cruzi, atento que Fig. 1. Algoritmo de diagnóstico y tratamiento del Chagas congénito.
las reactivaciones, así como las infecciones, tienen una

Tabla 4. Chagas transfusional agudo. Cuadro clínico y elementos diagnósticos. Clase I. Nivel de evidencia A

Signos mayores Signos menores Laboratorio Diagnóstico D. diferencial

Fiebre 37,5 a 38,5 ºC Edemas Anemia Métodos directos Citomegalovirus

Adenomegalias Hepatomegalia Linfomonocitosis Hemocultivo Toxoplasmosis

Esplenomegalia Exantemas fugaces Eosinofilia Xenodiagnóstico Sepsis

VSG normal o Serología Infectopatías


algo elevada Serología falsamente positiva

* Por la ley 22.990 (año 1983), en la Argentina se controla obligatoriamente la sangre de los donantes (HAI-ELISA). Ante un resultado positivo se descarta
la sangre y se comunica al donante la necesidad de control médico por serología positiva.
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respuesta favorable al tratamiento precoz (Clase I. Nivel


de evidencia A).
Últimamente han cobrado relevancia casos agudos
graves (con óbitos) adquiridos por vía oral relacionados
con la ingesta de jugos en Brasil (año 2005 en Santa
Catarina) y en Venezuela (año 2010 en Caracas).

DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO

Clase I. Nivel de evidencia A

Etapa aguda
El diagnóstico de certeza está dado por el hallazgo de
Trypanosoma cruzi, pero también se debe considerar
la realización de una serología para descartar o no
la existencia previa de un contacto con el parásito
(Figura 2).

Etapa crónica con y sin patología demostrable


En la etapa crónica, ya sea con o sin patología demos-
trable, el diagnóstico de laboratorio es muy importante.
Aquí se debe considerar la escasa o nula concentración
de parásitos circulantes y la presencia de anticuerpos
contra Trypanosoma cruzi en el suero del individuo
(Figura 3).

Capítulo V. Fisiopatología

CHAGAS CRÓNICO

Clasificación clínica de la enfermedad de


Chagas-Mazza

Véase la clasificación en la Tabla 5.

Consideraciones de la Patogenia
en la etapa crónica

Mecanismos postulados:
– Agresión parasitaria directa o a través de una neu-
raminidasa.
– Teoría microvascular.
– Teoría inmunológica.
– Teoría neurogénica.

Fig. 3. Algoritmos diagnósticos de laboratorio. Etapa crónica con


y sin patología. AP: Aglutinación con partículas de gelatina. HAI:
Hemaglutinación indirecta. ELISA: Enzimoinmunoensayo. IFI: Inmu-
Fig. 2. Algoritmo diagnóstico de laboratorio en la etapa aguda. nofluorescencia indirecta.
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 551

Tabla 5. Clasificación clínica de la enfermedad de Chagas-Mazza

Agudo Vectorial Congénito Transfusional Trasplantes/Vía Oral/


Accidentes De Laboratorio

Sin patología demostrable (ex indeterminado)


Cardiológica A. Arritmias
Crónico B. Insuficiencia Cardíaca
Digestiva Megavísceras
Con patología demostrable Disautonomía
Neurológica Acv
Alteraciones Snp

Los fenómenos resultantes del daño miocárdico autónomo. Al cabo de 5 años de seguimiento, los pa-
serían: a) alteraciones de la motilidad de carácter cientes carentes de manifestaciones de compromiso
segmentario y global, b) arritmias y trastornos de la orgánico en los cuales se detectó disfunción endotelial
conducción (por lesiones del sistema excitoconductor), presentaban una caída significativa de la fracción de
c) incompetencia de las válvulas (por regurgitación eyección en relación con aquellos otros en los que la
valvular), d) insuficiencia cardíaca. disfunción endotelial no era evidente.
También el grupo de Acquatella y Palacios mos-
tró en pacientes chagásicos con arterias coronarias
Alteraciones en la microcirculación, disfunción
angiográficamente normales que evolucionaban con
endotelial e isquemia en la etapa crónica sin
dolor precordial e incluso presentaban signos electro-
patología demostrable (ex período indeterminado)
cardiográficos de infarto de miocardio o presencia de
Ya desde las descripciones originales se mencionaba aneurismas ventriculares, una reacción paradójica a
el hallazgo de alteraciones en los pequeños vasos co- la inyección intracoronaria de acetilcolina, evidencia
ronarios en las necropsias de pacientes fallecidos por de disfunción endotelial en el territorio microvascular.
la enfermedad. Miguel Jörg describía una “capilaritis En el terreno molecular, el Instituto Fatala Chabén
universal”. llama la atención sobre el papel de las interleucinas
Entre los autores contemporáneos cabe mencionar 1 y 6 en el daño a las células del endotelio y pone de
en primer lugar la descripción de P. Cossio y su grupo manifiesto que estas citocinas intervienen en la pro-
del anticuerpo contra el endotelio, las estructuras gresión de la enfermedad por vía del daño endotelial.
vasculares y el intersticio muscular (EVI), tanto en Asimismo, se postula el papel de la endotelina 1 en
casos agudos como crónicos y también en estudios la vasoconstricción que acompaña a estos fenómenos.
experimentales; en algunos casos estudiados con Las alteraciones de la microvasculatura demuestran
biopsia y con el EVI reactivo se demostraron lesiones trombos oclusivos plaquetarios en vasos coronarios
compatibles con hipoxia celular. subepicárdicos e intramurales.
Tanowitz y colaboradores, hace ya más de 30 años,
destacaron la precocidad del hallazgo de alteraciones
Disautonomía
en la microcirculación tanto en modelos experimen-
tales como en cultivos de células endoteliales de Amorin y colaboradores, en estadios precoces de la
pacientes parasitados. También llamaron la atención enfermedad, utilizaron la ergometría y el tilt test para
sobre el espasmo y la trombosis en la microcirculación estudiar los efectos del sistema nervioso autónomo de
desde los más precoces estadios agudos. estos pacientes; afirman que sus resultados son acordes
Recientemente, Rossi señaló las alteraciones con los postulados de la desnervación neuronal y el
microvasculares como causa del desarrollo de la deterioro autonómico.
miocardiopatía chagásica en un proceso evolutivo Junquera Jr. llamó la atención por primera vez en
prolongado, relacionándolo con un deterioro en el la literatura referente a enfermedad de Chagas sobre
balance autonómico. la relación entre la disautonomía y la muerte súbita.
Marín-Neto y Simões analizaron el papel que Entre 1994 y 1997, Sterin-Borda y Borda y colabo-
desempeña la microcirculación en la evolución de la radores publicaron varios trabajos en los que pusieron
enfermedad de Chagas en su etapa crónica, con espe- de manifiesto el papel de los anticuerpos contra re-
cial énfasis en señalar la patología microvascular como ceptores ya sean betaadrenérgicos o muscarínicos. Se
principal determinante de las lesiones que caracteri- señala la relación entre esta detección y la presencia de
zan a los estadios más avanzados de la cardiopatía, en bradicardia y otras manifestaciones disautonómicas.
combinación con las alteraciones del sistema nervioso Ribeiro y colaboradores concluyeron que la disautono-
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mía parasimpática es un fenómeno precoz que precede como resultado de la infección crónica por T. cruzi.
a la disfunción ventricular. Iosa y colaboradores estu-
diaron las perturbaciones del sistema autonómico, a
Fisiopatología de las arritmias
las que definieron como cardioneuropatía.
La pérdida neuronal ocurre fundamentalmente La fisiopatología de la muerte súbita en la miocardio-
en la etapa aguda de la enfermedad. La disautonomía patía dilatada chagásica no difiere, en general, de las
parasimpática es un proceso precoz que puede estar miocardiopatías dilatadas de otro origen. En esta etapa
presente antes de que sea evidente la disfunción de la enfermedad tienen un papel importante la disminu-
ventricular sistólica y que se ha relacionado con la ción de la contractilidad del ventrículo izquierdo, la mala
presencia de arritmias malignas y muerte súbita. fracción de eyección y, en muchos casos, la presencia de
aneurisma de punta que genera arritmias ventriculares
malignas. Así también, la presencia de múltiples focos
Fisiopatología de la insuficiencia cardíaca
de fibrosis favorece la génesis de arritmias ventriculares
Una vez que se instala una sobrecarga hemodinámica por reentrada. Dentro de los factores moduladores, la
excesiva sobre los ventrículos, se pone en marcha una hiperactividad adrenérgica y las alteraciones iónicas
serie de mecanismos adaptativos, tanto hemodinámi- (de origen farmacológico) pueden precipitar la muerte
cos como neurohormonales, que tratan de mantener súbita. Por otra parte, la disfunción autonómica tiene
la función de bomba. De esta forma, la dilatación una acción importante en la génesis de muerte súbita, ya
ventricular, la hipertrofia de la pared ventricular y la que la inervación no uniforme del corazón del paciente
activación del sistema simpático, del sistema renina- chagásico puede dar por resultado una dispersión ma-
angiotensina-aldosterona, la hormona antidiurética y yor de la refractariedad ventricular. La disautonomía
el péptido natriurético auricular actúan como factores generaría bradicardias extremas y efectos sobre la
compensadores. conducción cardíaca, que muchas veces es responsable
La hipertrofia miocárdica se desarrolla como res- de la aparición de cuadros sincopales y muerte súbita.
puesta a una sobrecarga hemodinámica. El incremento La mayor activación del sistema de la coagulación
del estrés de la pared ventricular lleva a la inducción de a través de la correlación positiva entre los niveles de
protooncogenes específicos que sintetizan miofibrillas. fibrinopéptido A y el complejo trombina-antitrombina
A su vez, el incremento de sarcómeros lleva al engrosa- III junto con el aumento del volumen telediastólico del
miento de la pared, lo que reduce el estrés ventricular al ventrículo izquierdo favorecen la situación de hipercoa-
distribuirse el exceso de tensión entre el número mayor gulabilidad que condiciona la trombosis intramural y los
de sarcómeros. Además, en la hipertrofia patológica que eventos embólicos.
se asocia con la insuficiencia cardíaca no sólo aumentan La apoptosis de los miocitos puede contribuir a la
los sarcómeros, sino también los fibroblastos y la matriz pérdida celular acelerada en pacientes con cardiopatía
colágena intersticial, que contribuyen al aumento del avanzada; así, la activación del sistema angiotensina-
grosor de la pared. Este aumento del colágeno total y aldosterona, la hipertrofia y la dilatación también pue-
del cociente colágeno tipo I/III (el tipo I da mayor rigidez den ser estimuladas por genes específicos que provocan
al corazón) favorece la insuficiencia cardíaca diastólica. apoptosis prematura.
En la miocardiopatía dilatada chagásica tienen un
papel fundamental la fibrosis, la lesión microvascular y
la remodelación miocárdica. La primera sería la mayor Capítulo VI. Chagas crónico sin patología
demostrable
responsable de la pérdida progresiva de la capacidad
contráctil del corazón y la segunda, a través de la des-
DEFINICIÓN
organización de la red capilar por infiltración inflama-
toria y el daño capilar, sería un factor coadyuvante de El período crónico sin patología demostrable (ex
la miocitólisis focal con posterior fibrosis. período indeterminado) de la enfermedad de Cha-
El mayor hallazgo histopatológico en la forma dilata- gas se define como la etapa preclínica, subclínica o
da de la cardiopatía chagásica crónica es la presencia de inaparente en la que los pacientes tienen serología
una miocarditis difusa con intenso daño tisular y muy positiva para Chagas, carecen de síntomas clínicos, el
escasa presencia de formas de T. cruzi; esto se halló en examen físico cardiovascular y del aparato digestivo
todas las autopsias y en el 93% de las biopsias endomio- no demuestran signos patológicos manifiestos y los
cárdicas. Así, la hipótesis de la patogenia autoinmune estudios complementarios realizados (electrocardio-
parecería indicar que si bien la presencia de T. cruzi sería grama, telerradiografía de tórax, prueba de esfuerzo;
capaz de producir cierto grado de inflamación, ésta no Holter, ecocardiograma, etc.) son normales según lo
sería un estímulo suficiente para producir una miocar- establecido para cada práctica.
diopatía dilatada. La escasa presencia de parásitos en
la miocardiopatía dilatada chagásica llevó a los investi-
CONCEPTO DE ETAPA CRÓNICA SIN PATOLOGÍA
gadores a inferir que los linfocitos podían reconocer un
DEMOSTRABLE
componente específico del tejido miocárdico y generar
contra él una reacción de tipo inmunidad retardada 1. Antecedente epidemiológico.
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 553

2. Serología positiva (hemaglutinación indirecta; de la dispersión del intervalo QT (Clase IIb. Nivel
inmunofluorescencia; ELISA). de evidencia C). Análisis de la turbulencia de la
3. Examen clínico cardiovascular normal. frecuencia cardíaca.
4. Exámenes complementarios: normales. – Ecocardiograma bidimensional (Clase I. Nivel de
– Electrocardiograma de 12 derivaciones. evidencia C).
– Telerradiografía de tórax. – Ecocardiograma-Doppler (Clase I. Nivel de eviden-
– Ergometría. cia C).
– Ecocardiograma bidimensional Doppler. – Exploración del sistema nervioso autónomo
– Holter de 24 horas. (Clase I. Nivel de evidencia C):
5. Aparato digestivo normal. – Maniobra postural activa.
6. Estudios complementarios: digestivos según criterio – Prueba de la hiperventilación.
médico. – Maniobra de Valsalva.
La simple presencia de serología reactiva debe – Tilt test.
considerarse como un factor de riesgo de desarrollo de – Anticuerpos antirreceptores muscarínicos.
miocardiopatía y aun de muerte súbita. Por lo tanto, – Exploración del endotelio (Clase I. Nivel de
todo paciente con serología positiva debe ser incorpo- evidencia C):
rado en prevención secundaria. La serología es una – Trombomodulina.
herramienta importante de diagnóstico y vigilancia – Eco-Doppler braquial:
epidemiológica. El hallazgo de alteraciones endoteliales – En centros de mayor complejidad, según cri-
o disautonómicas permitiría identificar a pacientes terio médico (Clase IIb. Nivel de evidencia C):
vulnerables o con riesgo de presentar miocardiopatía – Estudios con radiotrazadores: perfusión mio-
en un lapso variable en años que deberán ser incluidos cárdica SPECT gatillado con Tc 99 sestamibi
en prevención secundaria a pesar de no presentar ma- en reposo y esfuerzo, para evaluar en forma
nifestaciones clínicas objetivables con la metodología simultánea la perfusión y la función ventricu-
actual. Por ello, este Consenso, con la finalidad de lar.
retrasar o impedir la enfermedad, propone flujogramas – Resonancia magnética cardíaca con gadolinio
para la detección de alteraciones precoces. La detección para la evaluación de la presencia o no de
de estas alteraciones fisiopatológicas permitirá, en el miocarditis.
futuro, crear algoritmos no sólo de diagnóstico, sino – Péptido natriurético tipo B (BNP).
también de tratamiento. – Evaluación del sustrato anatómico-
A la estrategia de eliminación del vector debe agre- miocárdico
garse la educación de la población sobre la necesidad – Electrocardiograma de señal promediada (Clase IIb.
del control periódico. Nivel de Evidencia B).
Las nuevas tecnologías diagnósticas permiten – Estudio de la fibrosis (Clase IIb. Nivel de evidencia
detectar poblaciones críticas, que deberán originar C).
estrategias diferentes en salud pública, con médicos
entrenados en atención primaria, cardiología y pre- Estudios pertinentes en caso de patología cardíaca
vención, educando a la comunidad sobre la naturaleza de otro origen o comorbilidades:
de esta enfermedad. Conjuntamente, el Estado debe – Estudios invasivos (Clase III. Nivel de evidencia B).
establecer políticas de desarrollo económico e inclusión – Estudio electrofisiológico (Clase III. Nivel de evi-
social en forma sostenida. dencia B).
– Estudio hemodinámico y cinecoronariografía (Clase
III. Nivel de evidencia B).
METODOLOGÍA DE ESTUDIO
– Biopsia endomiocárdica (Clase III. Nivel de eviden-
– Serología para Chagas (Clase I. Nivel de evidencia cia B).
A). – Estudio del aparato digestivo: según criterio
– Estudios de laboratorio básicos: hemograma, glu- gastroenterológico.
cemia, urea, creatinina, colesterol, hepatograma y
orina.
TRATAMIENTO ETIOLÓGICO CON DROGAS PARASITICIDAS
– Electrocardiograma de 12 derivaciones (Clase I.
Nivel de evidencia A). Su utilidad está comprobada (negativización serológica)
– Telerradiografía de tórax (Clase I. Nivel de eviden- hasta los 14 años de vida (Clase I. Nivel de evidencia
cia A). B). Ante la falta de evidencia en edades mayores, la
– Prueba de esfuerzo graduada según protocolo in- indicación debe ser consensuada con el paciente infor-
cremental (Clase I. Nivel de evidencia C). Análisis mándole los resultados terapéuticos aún no totalmente
de alternancia onda T. confirmados y los efectos adversos (Clase IIb. Nivel de
– Electrocardiografía dinámica sistema Holter de 24 evidencia C).
horas. Análisis de la variabilidad de la frecuencia a) Nifurtimox 8 a 10 mg/kg./día durante 60 días.
cardíaca (Clase I. Nivel de evidencia C). Análisis b) Benznidazol 5 mg/kg/día durante 30 a 60 días.
554 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

CONTROL Y SEGUIMIENTO
5. Presencia de derrame pericárdico.
Clase I. Nivel de evidencia C. – Ergometría (Clase I. Nivel de evidencia A).
Se analizan:
Sin alteración comprobada: 1. Existencia de trastornos de conducción intraesfuer-
Cada 12 meses: examen clínico cardiovascular, electro- zo o en el período de recuperación (auriculoventri-
cardiograma convencional, telerradiografía de tórax, culares y/o intraventriculares).
ergometría, estudio Holter de 24 horas y ecocardiogra- 2. Detección de arritmias auriculares y ventriculares.
ma en modo M y bidimensional. 3. Determinación de la capacidad funcional.
4. Evaluación del cronotropismo.
Es importante señalar: 5. Comportamiento de la presión arterial.
1. Todo paciente con serología positiva debe ingresar – ECG dinámico sistema Holter de 24 horas
a un plan de prevención secundaria. (Clase I. Nivel de evidencia A).
2. La ley 26.281 en su artículo 5.º prohíbe realizar – ECG de señal promediada (potenciales ventri-
reacciones serológicas para determinar la infección culares tardíos) (Clase IIb. Nivel de evidencia C).
chagásica a los aspirantes a cualquier tipo de empleo – Estudio electrofisiológico (Clase IIa. Nivel de
o actividad laboral. evidencia C).
3. Los pacientes crónicos sin patología demostrable Permite investigar:
pueden trabajar normalmente. 1. Función del nódulo sinusal.
4. Pueden realizar deportes normalmente de acuerdo 2. Conducción intraauricular.
con su capacidad funcional. 3. Conducción auriculoventricular e intraventricular.
5. No pueden donar sangre. 4. Arritmias y su mecanismo.
6. Los recién nacidos cuyas madres se encuentran – Exploración del sistema nervioso autónomo
en este período deben ser estudiados parasitológi- (Clase I. Nivel de evidencia C):
camente. La madre deberá ingresar a prevención – Maniobra postural activa.
secundaria. – Prueba de hiperventilación.
7. El período crónico sin patología demostrable es su- – Maniobra de Valsalva.
mamente prolongado. La enfermedad se manifiesta – Tilt test.
sólo en el 20/30% de los pacientes.
Si bien en el ámbito rural las condiciones culturales
y socioeconómicas no son ideales para el tratamiento de PERÍODO CRÓNICO CON TRASTORNOS
una enfermedad crónica de evolución a tan largo plazo, ELECTROCARDIOGRÁFICOS
será prudente que el médico rural derive al paciente Estudios comunes a todos los trastornos del ritmo
para la realización de controles periódicos a centros cardíaco
de mayor complejidad y garantizar así el acceso a un
diagnóstico precoz. La atención primaria no debe ser Clase I. Nivel de Evidencia A
necesariamente primitiva. 1. Interrogatorio. Con especial atención en la sinto-
matología, hora del día en que se produjeron los
Capítulo VII. Arritmias en la enfermedad de síntomas, posición (de pie, supina, etc.), situación
Chagas en que éstos ocurrieron (reposo, esfuerzo, relación
sexual, etc.), situaciones psicológicas, etc. Evalua-
En esta sección se tratan los trastornos electrocardio-
ción de la acción medicamentosa y posibles efectos
gráficos relacionados con la enfermedad de Chagas
adversos.
fuera del período agudo.
2. Examen semiológico completo. Frecuencia cardíaca.
Variación inspiratoria y espiratoria. Posición acos-
METODOLOGÍA DE ESTUDIO tado y de pie.
3. Laboratorio de rutina incluyendo hormonas tiroideas.
– Detectado un paciente con serología positiva se deberá
4. ECG convencional de 12 derivaciones. Maniobras
establecer cuál es el grado de enfermedad cardíaca.
bradicardizantes y taquicardizantes (compresión
El valor de la ecocardiografía y el Doppler en la
del seno carotídeo, maniobra de Valsalva, estrés
enfermedad de Chagas con arritmias (Clase I. Nivel
arritmogénico, ejercicio isométrico).
de evidencia A) radica en:
5. Registro electrocardiográfico continuo, sistema
1. Detección precoz de alteraciones de los diámetros
Holter. Variabilidad de la frecuencia cardíaca.
ventriculares y su posterior seguimiento en la etapa
6. Telerradiografía de tórax (frente y perfil).
subclínica de la enfermedad.
7. Ecocardiograma en modo M, bidimensional y
2. Determinación de la función sistólica y diastólica.
Doppler.
3. Establecer alteraciones de motilidad parietal con
zonas de hipocinesia, acinesia y/o discinesia.
4. Detección de aneurismas ventriculares y trombos Clase II
intracavitarios. 1. Estudios radioisotópicos (Nivel de evidencia B).
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 555

2. ECG de señal promediada (Nivel de evidencia C). pontánea o inducida por fármacos necesarios e
3. Sistemas de monitorización implantables. Ante insustituibles, con síncopes, presíncopes o mareos
síncope recurrente y/o con traumatismos, con causa y/o insuficiencia cardíaca relacionados con la bra-
no demostrada con los estudio previos (Nivel de dicardia (Nivel de evidencia A).
evidencia C). 2. Síndrome bradi-taqui sintomático (Nivel de eviden-
cia A).
Disfunción del nódulo sinusal (estudios específicos) 3. Bradi-taquiarritmia asintomática que requiere tra-
A los estudios generales se agregan: tamiento antiarrítmico agregado (Nivel de evidencia
B).
Clase I. Nivel de Evidencia A 4. Intolerancia a los esfuerzos claramente relacionada
1. Pruebas farmacológicas (atropina, isoproterenol). con incompetencia cronotrópica (Nivel de evidencia
2. Estudio electrofisiológico. Indicado cuando existe B).
discordancia entre síntomas y resultados de los 5. Síndrome bradi-taqui con arritmias auriculares
estudios previos. paroxísticas y alta respuesta ventricular no con-
trolables con tratamiento medicamentoso; se indica
Trastornos de conducción auriculoventricular e ablación del nódulo AV previo al implante de mar-
intraventricular capasos (Nivel de evidencia B).

Clase I. Nivel de evidencia A Clase II


1. Estudio electrofisiológico. Indicado cuando existe 1. Disfunción del nódulo sinusal asintomática con in-
discordancia entre síntomas y resultados de los competencia cronotrópica con frecuencia menor de
estudios previos. 40 latidos por minuto en vigilia (Nivel de evidencia
B).
Taquicardia ventricular 2. Bradiarritmia sinusal que desencadena o agrava
A los estudios generales se agregan: una insuficiencia cardíaca, angina de pecho o ta-
quiarritmia (Nivel de evidencia B).
Clase I. Nivel de Evidencia A
1. Estudios radioisotópicos. Clase III
2. Cinecoronariografía. 1. Disfunción del nódulo sinusal en pacientes asinto-
3. Estudio electrofisiológico con inducción de la arrit- máticos (Nivel de evidencia B).
mia si se plantea la duda con respecto a la arritmia 2. Disfunción del nódulo sinusal con síntomas inde-
padecida o se piensa en indicar ablación transcatéter. pendientes de la bradicardia (Nivel de evidencia B).

Clase IIb. Nivel de evidencia C Recomendaciones para la indicación del modo de


1. ECG de alta resolución, señal promediada, variabi- estimulación
lidad de la frecuencia cardíaca.
2. Biopsia endomiocárdica. Clase I
3. Resonancia magnética nuclear. 1. DDD/R si existe bloqueo AV avanzado (Nivel de
evidencia A).
Tratamiento 2. AAI/R con reversión automática a DDD/R si existe
Las arritmias y la insuficiencia cardíaca son dos aspec- bloqueo AV avanzado intermitente (Nivel de evi-
tos que gobiernan la evolución de los pacientes afec- dencia B).
tados con enfermedad de Chagas en la etapa crónica:
1. Indicación de implante de marcapasos definitivo en Clase IIb
pacientes con trastornos de conducción graves y/o 1. VVI/R en ancianos en ausencia de conducción ven-
enfermedad del nódulo sinusal. triculoauricular (Nivel de evidencia B).
2. Tratamiento farmacológico o no farmacológico de 2. AAI/R en presencia de conducción auriculoventricular
las arritmias ventriculares (TVS y/o TVNS). e intraventricular normales. (Nivel de evidencia A).
3. Tratamiento eléctrico de la insuficiencia cardíaca
(véase Insuficiencia cardíaca). Clase III
1. VVI/R, VDD/R en presencia de conducción retró-
DISFUNCIÓN DEL NÓDULO SINUSAL grada ventriculoauricular (Nivel de evidencia C).
2. AAI/R en presencia de bloqueo AV avanzado (Nivel
La indicación principal para esta entidad es el implante de Evidencia C).
de un marcapasos definitivo.
Recomendaciones para activar la respuesta en
Indicación de marcapasos frecuencia
Clase I De acuerdo con la cardiopatía, las enfermedades aso-
1. Disfunción del nódulo sinusal irreversible, es- ciadas y el estilo de vida.
556 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

Bloqueos Auriculoventriculares cesitan antiarrítmicos depresores del automatismo


(Nivel de evidencia B).
Ante la indicación de un marcapasos y para establecer
4. Bloqueo AV completo adquirido, irreversible, asinto-
la modalidad de estimulación, deben tenerse en cuenta
mático con frecuencia cardíaca inferior a 40 latidos
existencia de arritmias asociadas, la fracción de eyec-
por minuto durante períodos de vigilia, sin incremen-
ción del ventrículo izquierdo, la calidad de vida, la
to durante la actividad diaria (Nivel de evidencia A).
condición física del paciente y la necesidad de mantener
5. Bloqueo AV completo irreversible, asintomático con
la sincronía AV.
períodos documentados de asistolia mayores de 3
segundos en período de vigilia (Nivel de evidencia A).
Bloqueo AV de primer grado
6. Bloqueo AV completo irreversible, asintomático con
cardiomegalia progresiva (Nivel de evidencia B).
Clase I
7. Bloqueo AV completo irreversible, permanente o
1. Bloqueo AV de primer grado irreversible con mareos,
intermitente como consecuencia de una ablación
presíncope o síncope cuyo estudio electrofisiológico
del nódulo AV (Nivel de evidencia A).
muestra una localización intrahisiana o infrahisiana
y con agravamiento por estimulación auricular o
Clase III
prueba farmacológica (Nivel de evidencia B).
1. Bloqueo AV completo transitorio por acción me-
dicamentosa o química o cualquier otra causa
Bloqueo AV de segundo grado
reversible.
Clase I
1. Bloqueo AV de segundo grado sintomático per- Recomendaciones para la indicación del modo de
manente o intermitente, irreversible o provocado estimulación
por drogas necesarias o insustituibles indepen-
dientemente del tipo de localización con síntomas Clase I
definidos de bajo flujo cerebral o insuficiencia 1. DDD/R con disfunción del nódulo sinusal y aurícula
cardíaca a consecuencia de bradicardia (Nivel de estable (Nivel de evidencia A).
evidencia B). 2. DDD/R con conducción ventriculoauricular retró-
2. Bloqueo AV de segundo grado tipo Mobitz II sin- grada (Nivel de evidencia B).
tomático con QRS angosto (Nivel de evidencia B). 3. VVI/R con fibrilación auricular permanente (Nivel
3. Bloqueo AV de segundo grado irreversible, asinto- de evidencia B).
mático, asociado con arritmias ventriculares que
necesitan tratamiento con fármacos depresores de Clase II
la conducción (Nivel de evidencia B). 1. VDD con función sinusal normal (Nivel de eviden-
cia B).
Clase II
1. Bloqueo AV de segundo grado asintomático, perma- Clase III
nente o intermitente (Nivel de evidencia B). 1. AAI/R o VVI/R con conducción retrógrada ventri-
2. Bloqueo AV de segundo grado tipo Mobitz II con culoauricular (Nivel de evidencia B).
QRS angosto, asintomático, permanente o inter- 2. VDD con disfunción del nódulo sinusal (Nivel de
mitente (Nivel de evidencia B). evidencia B).

Clase III Bloqueo Intraventricular


1. Bloqueo AV de segundo grado tipo I asintomático
con aumento de la frecuencia cardíaca y mejoría de El bloqueo completo de rama derecha (BCRD) solo o
la conducción AV con el ejercicio físico y/o atropina asociado con hemibloqueo anterior izquierdo (HBAI)
intravenosa (Nivel de evidencia B). son los trastornos de conducción más comunes de
la cardiopatía chagásica, aunque de escaso valor
Bloqueo AV de tercer grado pronóstico. El bloqueo completo de rama izquierda
(BCRI) y el hemibloqueo posterior izquierdo (HBPI)
Clase I son poco frecuentes, pero su presencia se vincula con
1. Bloqueo AV completo sintomático, permanente o un pronóstico desfavorable.
intermitente e irreversible (Nivel de evidencia A).
2. Bloqueo AV completo asintomático, irreversible, de Implante de marcapasos definitivo
localización intrahisiana o infrahisiana y con ritmo
de escape intraventricular críticamente lento (Nivel Clase I
de evidencia A). 1. Bloqueo de rama bilateral alternante documentado
3. Bloqueo AV completo asintomático, irreversible con asintomático o con síncope, presíncope o mareos
QRS angosto, con arritmias ventriculares que ne- recurrentes (Nivel de evidencia C).
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 557

Clase IIa Prevención secundaria


1. Intervalo HV mayor de 70 mseg espontáneo o con Los sobrevivientes de un paro cardíaco por taquicar-
bloqueo intrahisiano o infrahisiano inducido por dia ventricular o fibrilación ventricular tienen un
estimulación auricular o prueba farmacológica alto grado de recurrencia dentro del año siguiente al
en pacientes con síncope, presíncope o mareos evento. Durante muchos años se emplearon distintos
recurrentes sin causa predeterminada (Nivel de tipos de drogas antiarrítmicas con el propósito de
evidencia C). prevenir un nuevo episodio. La amiodarona demostró
2. Paciente asintomático con intervalo HV mayor de ser, probablemente la única, especialmente útil en
100 mseg espontáneo (Nivel de evidencia C). pacientes con fracción de eyección mayor del 35-40%.
Sin embargo, la introducción del CDI se considera
Clase IIb hoy el avance más importante en el tratamiento de
1. Bloqueo de rama o bifascicular asociado o no con blo- la recurrencia de estos episodios.
queo AV de primer grado sin documentación de bloqueo
AV completo paroxístico (Nivel de evidencia C). Recomendaciones para el implante de un
cardiodesfibrilador en la prevención secundaria de
Recomendaciones para la indicación del modo de muerte súbita en pacientes con cardiopatía chagásica
estimulación
Clase I
Clase I 1. Paro cardíaco por TV/FV de causa no reversible
1. VVI/R con fibrilación auricular permanente (Nivel independientemente de la fracción de eyección y
de evidencia B). expectativa de vida de al menos 1 año (Nivel de
2. DDD/R con disfunción sinusal (Nivel de evidencia B). evidencia A).
3. DDD/R con conducción VA retrógrada (Nivel de 2. Se indica implante de un CDI en los pacientes que
evidencia B). presentaron TV espontánea con disfunción ventri-
cular (o discinesias parietales asociadas) indepen-
Clase II dientemente de la tolerancia hemodinámica (Nivel
1. DDD/R con función sinusal normal sin conducción de evidencia B).
ventriculoauricular (Nivel de evidencia C). 3. Sobrevivientes de un paro cardíaco por TV/FV de
2. VVI/R sin conducción ventriculoauricular retrógra- causa no reversible con fracción de eyección > 35%
da (Nivel de evidencia C). y expectativa de vida de al menos 1 año (Nivel de
3. VDD con aurícula estable y función sinusal normal evidencia B).
(Nivel de evidencia C).
Clase IIa
Clase III 1. Pacientes con TV sostenida espontánea de causa
1. AAI/R (Nivel de evidencia B). no reversible sin compromiso hemodinámico y con
2. VVI/R con conducción ventriculoauricular retró- función ventricular normal (fracción de eyección >
grada (Nivel de evidencia B). 35%) refractaria a otras terapéuticas y expectativa
3. VDD con aurícula inestable o disfunción sinusal de vida de por lo menos 1 año.
(Nivel de evidencia B). 2. Pacientes con síncope de causa indeterminada con
inducción de TV sostenida hemodinámicamente
inestable y expectativa de vida de por lo menos un
ARRITMIAS VENTRICULARES
año.
Prevención primaria
Recomendaciones para el implante de un Clase III
cardiodesfibrilador en la prevención primaria de 1. TV incesante.
muerte súbita en pacientes con cardiopatía chagásica

Clase I Taquicardia ventricular no sostenida (TVNS) (Nivel de


– Se indica el implante de un CDI en pacientes con evidencia C)
disfunción ventricular o discinesias parietales aso- Intervienen cuatro variables: función ventricular,
ciadas con síncope no aclarado con TV/FV inducible síncope no aclarado, TVNS e inducción en estudio
en el estudio electrofisiológico, con independencia de electrofisiológico (EEF):
la tolerancia hemodinámica (Nivel de evidencia B). – Síncope no aclarado + TVNS + inducción TV/FV
= CDI (Clase IIb).
Clase IIa – Síncope no aclarado + TVNS + mala función ven-
– El implante de un CDI es razonable en pacientes tricular < 35% = CDI (Clase IIb).
con síncope de causa no aclarada y con disfunción – TVNS + mala función ventricular = EEF positivo
o discinesia ventricular significativa (Nivel de evi- CDI (Clase IIb).
dencia C). – Negativo drogas antiarrítmicas (Clase IIb).
558 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

Las arritmias supraventriculares: rápidas este tema en particular se evaluará la metodología de


no constituyen una circunstancia especial en la estudio en pacientes chagásicos dilatados en presencia
enfermedad de Chagas. Tanto cuando se presentan de: a) insuficiencia cardíaca descompensada y b) insu-
como un síndrome braditaquicárdico o como fibri- ficiencia cardíaca crónica.
lación auricular, taquicardia auricular, taquicardia
supraventricular en el contexto de la miocardiopatía A. Insuficiencia cardíaca descompensada
no difieren ni tienen ninguna particularidad por
tratarse de Chagas. Su tratamiento, ya sea medi- Clase I
camentoso o invasivo, es el mismo que el señalado 1. Examen semiológico completo.
en el Consenso de Arritmias por el Consejo de 2. Electrocardiograma convencional de 12 derivacio-
Electrofisiología. nes.
3. Laboratorio de rutina completo.
4. Monitorización continua: electrocardiográfica,
Capítulo VIII. Miocardiopatía Dilatada Chagá- oximetría de pulso, tensión arterial no invasiva o
sica - Insuficiencia Cardíaca
invasiva y temperatura corporal.
5. Radiografía de tórax.
6. Ecocardiograma bidimensional y Doppler.
Epidemiología

Del total de pacientes infectados por T. cruzi, el 20% Clase II


a 30% evolucionan hacia la cardiopatía y un 10% 1. Evaluación de la función ventricular invasiva
hacia la forma dilatada. (Swan-Ganz) cuando no hay respuesta al tratamien-
to convencional.
Miocardiopatía Chagásica Dilatada
2. Registro electrocardiográfico continuo sistema
Holter de 24 horas.
La prevalencia según el estudio Remida es del 5,9%.
Características: 1) cardiopatía dilatada, 2) predomi- Clase III
na en hombres entre la cuarta y la sexta décadas, 3) 1. Ergometría.
muerte entre los 30 y los 50 años, 4) complicaciones: 2. Perfusión miocárdica en reposo y esfuerzo.
arritmias (taquiarritmias y bradiarritmias), insufi- 3. Cateterismo cardíaco: en pacientes con enfermedad
ciencia cardíaca biventricular (prevalencia según el terminal (cáncer, HIV, etc.) que impida una cirugía
estudio Hospital: 5,47%) y tromboembolia. cardiovascular mayor.

Clínica de la insuficiencia cardíaca en la


B. Insuficiencia cardíaca crónica
enfermedad de Chagas
Clase I
1. Examen clínico.
Véase la Tabla 6. 2. Electrocardiograma convencional de 12 derivacio-
nes.
Metodología de estudio
3. Telerradiografía de tórax (frente y perfil).
4. Laboratorio de rutina completo.
Los procedimientos diagnósticos en el paciente con 5. Ecocardiograma bidimensional y Doppler.
miocardiopatía chagásica crónica están dirigidos a: 1) 6. Registro electrocardiográfico continuo sistema
el diagnóstico de certeza de insuficiencia cardíaca, 2) Holter de 24 horas.
las causas desencadenantes o agravantes, 3) estudios 7. Estudios invasivos: cateterismo o estudio electrofi-
de alteración de la función ventricular, 4) evaluación de siológico (sólo serán Clase I en caso de antecedentes
alteraciones funcionales, 5) evaluación de la respuesta de muerte súbita y/o arritmias ventriculares gra-
terapéutica, 6) criterios evolutivos y pronósticos. En ves).

Tabla 6. Clínica de la miocar-


Aparatos y sistemas Sintomatología y signos
diopatía crónica chagásica
Cardiovascular Palpitaciones, angor atípico, síncope, edemas bimaleolares, reflujo
hepatoyugular, hipotensión
Respiratorio Palpitaciones, angor atípico, síncope, edemas bimaleolares, reflujo
hepatoyugular, hipotensión
Gastrointestinal Anorexia, náuseas, hepatomegalia congestiva con dolor en el
hipocondrio derecho y el epigastrio, pesadez posprandial, estreñimiento
Urinario Oliguria con nicturia
Cerebrales Confusión, cefaleas, alteración de la concentración, pérdida de memoria
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 559

Clase II Tratamiento de la cardiopatía chagásica


1. Ergometría: en pacientes en clase funcional I a III dilatada crónica
para evaluar respuesta terapéutica.
2. Prueba de la caminata de 6 minutos. El tratamiento de la insuficiencia cardíaca en la mio-
3. Perfusión miocárdica en reposo y esfuerzo. cardiopatía chagásica está dirigido a actuar sobre los
4. Ecocardiograma transesofágico. mecanismos neurohormonales que la perpetúan o
5. Consumo de oxígeno. agravan. Las terapéuticas se deben orientar a mejo-
6. Biopsia endomiocárdica: en pacientes en espera de rar los hábitos de vida, establecer una dieta adecuada
trasplante cardíaco. y la administración de medicamentos que cambian
la evolución natural de la enfermedad, como las
Clase III drogas inhibidoras de la enzima convertidora de la
1. Ergometría: en pacientes en clase funcional IV o angiotensina, los bloqueantes de los receptores de la
arritmias ventriculares graves en reposo. angiotensina, los bloqueadores de la aldosterona y los
2. Cateterismo cardíaco: en pacientes con enfermedad betabloqueantes. En casos apropiados, son útiles los
terminal asociada (cáncer, HIV) que impida una dispositivos electrofisiológicos (marcapasos, resincro-
cirugía cardiovascular mayor posterior. nizadores, cardiodesfibriladores) y otros tratamientos
3. Biopsia endomiocárdica: en pacientes que no se invasivos (Figura 4).
encuentran en plan de trasplante. La nueva clasificación del ACC/AHA para la
IC permite diferenciar estadios de riesgo para el desa-
C. Aneurisma ventricular de origen chagásico en rrollo de la enfermedad y estadios de IC propiamente
presencia de miocardiopatía dilatada dicha y establecer su correspondiente tratamiento.
Los estadios A y B de esta clasificación corresponden
Clase I a pacientes asintomáticos, en clase funcional (CF) I
1. Iguales estudios que en A o B. de la New York Heart Association (NYHA), mientras
2. Estudio electrofisiológico: previo a la aneurismec- que los estadios C y D corresponden a los pacientes
tomía para el mapeo de la arritmia ventricular. con síndrome de IC, en CF II a IV de la NYHA. Esta
clasificación también puede aplicarse a la enfermedad
Clase II de Chagas (véase Figura 4).
1. Iguales estudios que en A o B. Estadio A: pacientes con factores de riesgo
Clase III para el desarrollo de la enfermedad, pero sin daño
1. Ergometría: en presencia de arritmia ventricular miocárdico estructural, en los que estaría indicada
compleja o clase funcional IV. la prevención primaria. En este estadio podemos
2. Coronariografía: si se decidió no realizar aneuris- incluir a los pacientes seropositivos sin evidencias de
mectomía. cardiopatía y a aquellos con arritmias y trastornos de

Fig. 4. Estadios de desarrollo


de la insuficiencia cardíaca
y terapia recomendada en
la miocardiopatía chagásica.
Adaptada de ACC/AHA 2005
Guideline update for the diag-
nosis and management of
chronic heart failure in the
adult.
560 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

la conducción, pero sin afección miocárdica evidente B, C y D), a menos que existan contraindicaciones
en el ecocardiograma. o no sean tolerados (Clase I. Nivel de evidencia B).
Estadio B: pacientes que presentan daño miocár-
dico estructural, en quienes se deben tomar medidas Antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA II)
de prevención secundaria. El ecocardiograma resulta Su uso en la IC es más controversial. El Consenso de
de vital importancia para la evaluación de esta etapa. IC de la SAC sugiere indicar ARA II en las siguientes
La remodelación ventricular, las alteraciones regio- situaciones:
nales de la contracción, los aneurismas, la dilatación – Pacientes con Fey < 40%, asintomáticos o con IC
y la disfunción ventricular asintomáticas son compo- leve a grave (CF I-IV, estadios B, C y D) con intole-
nentes de la miocardiopatía chagásica en el estadio B. rancia a los IECA (Clase I. Nivel de evidencia B).
Estadio C: pacientes con daño cardíaco estructural – Pacientes con Fey < 40% e IC sintomática (estadios
que ya han desarrollado síntomas y signos de IC. En C y D) en tratamiento con dosis óptima de IECA y
este estadio se recomiendan las medidas generales para BB, a menos que estén tratados con AA (Clase IIb.
IC, los tratamientos farmacológicos y ocasionalmente Nivel de evidencia B).
dispositivos electrofisiológicos, tendientes a mejorar la
calidad de vida y disminuir la mortalidad. Betabloqueantes
Estadio D: pacientes en IC avanzada, con gran En la miocardiopatía chagásica, la presencia de bradi-
deterioro de la función ventricular y de la capacidad cardia y de alteraciones del sistema nervioso autónomo
funcional, refractarios al tratamiento óptimo disponi- obliga a tener precauciones con el empleo de los beta-
ble, con hospitalizaciones frecuentes y que requieren bloqueantes (BB).
estrategias de sostén especiales: inotrópicos intraveno- – Deben recibir BB los pacientes con Fey < 40% asin-
sos, asistencia circulatoria mecánica, terapia de resin- tomáticos o con IC leve a grave (CF I-IV, estadios B,
cronización cardíaca, trasplante cardíaco, alternativas C y D), a menos que existan contraindicaciones o no
quirúrgicas, terapia celular, etc. sean tolerados (Clase IIa. Nivel de evidencia B).
Con el objetivo de sintetizar este Consenso se – Se encuentran contraindicados en los pacientes
enuncian solamente los puntos particulares para la con broncoespasmo, bloqueo auriculoventricular
cardiopatía chagásica. de segundo o tercer grado, enfermedad del nódulo
sinusal y bradicardia sinusal sintomática (FC < 50
lat/min) (Clase III. Nivel de evidencia B).
MEDIDAS GENERALES

Las medidas generales, no farmacológicas, tienen tan- Antagonistas de la aldosterona (AA)


ta importancia como la terapia medicamentosa, y de su La espironolactona podría atenuar el proceso fibrótico,
cumplimiento dependerá en gran parte el pronóstico predominante en la miocardiopatía chagásica.
de la enfermedad y la calidad de vida del paciente. – Deben recibir espironolactona los pacientes con Fey
Lograr una adherencia adecuada al tratamiento es uno < 35% e IC avanzada (CF III-IV, estadio D), a menos
de los objetivos más importantes, sobre todo teniendo que existan contraindicaciones o no sean tolerada
en cuenta la condición socioeconómica baja común a (Clase I. Nivel de evidencia B).
los enfermos de Chagas, lo que dificulta el acceso a – Podrían beneficiarse con los AA los pacientes con
los controles y las medidas terapéuticas. IC moderada (CF II, estadio C) (Clase IIa. Nivel de
Se debe promover la educación del paciente, el cui- evidencia C).
dado del peso, la dieta hiposódica, la restricción hídrica
en pacientes con síntomas graves o con hiponatremia, el Hidralazina y dinitrato de isosorbide
cese del hábito de fumar, la moderación o la abstinencia Actualmente su indicación se restringe a:
de alcohol y la actividad física regular en los enfermos – Pacientes Fey < 40% o con IC sintomática (CF II-
estables. Pueden resultar de suma utilidad, cuando IV, estadios C y D) que no toleren la indicación de
están disponibles, los programa de manejo de IC. IECA ni ARA II (Clase IIa. Nivel de evidencia B).

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Digoxina
En el paciente chagásico, las alteraciones del automa-
La miocardiopatía chagásica cuenta con escasas tismo y de la conducción asociados con arritmias ventri-
evidencias de nivel A para su tratamiento. Por este culares malignas o potencialmente malignas restringen
motivo, las recomendaciones se basarán en evidencias su uso. La digoxina puede agravar la disautonomía y
provenientes de estudios de nivel B o en la opinión de los trastornos del ritmo y de la conducción.
expertos (nivel C). Se recomienda su uso en:
– Pacientes con fibrilación auricular (FA) con alta
Inhibidores de la enzima convertidora de la angioten- respuesta ventricular (Clase I. Nivel de evidencia C).
sina (IECA) – Pacientes con FA de moderada respuesta e IC mode-
– Deben recibir IECA los pacientes con Fey < 40% rada a grave (CF III-IV, estadio D) (Clase IIa. Nivel
asintomáticos o con IC leve a grave (CF I-IV, estadios de evidencia C).
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 561

– Pacientes con ritmo sinusal, Fey < 40% e IC mode- Tabla 7. Dosis de las drogas de uso común en la insuficiencia cardíaca
rada a grave (CF III-IV, estadio D), en tratamiento
con dosis óptima de IECA o ARA II, BB, AA (Clase Droga Dosis comienzo (mg) Dosis objetivo (mg)
IIb. Nivel de evidencia B). IECA
– En la enfermedad de Chagas no debe utilizarse en
Captopril 6,25 50-100
caso de FA de baja respuesta, bradicardia sinusal,
bloqueo trifascicular de rama, bloqueo sinoauri- Enalapril 2,5 10-20
cular o bloqueo AV de segundo o tercer grado, a Lisinopril 2,5-5 20-35
menos que el paciente porte un marcapasos con Ramipril 2,5 5
funcionamiento correcto (Clase III. Nivel de evi-
dencia B). Trandolapril 0,5 4
Perindopril 1,25 5-10
Diuréticos Betabloqueantes
– Deben indicarse diuréticos en pacientes con IC y
Bisoprolol 1,25 10
síntomas y signos de retención hidrosalina (CF II
a IV, estadios C y D) (Clase I. Nivel de evidencia B). Carvedilol 3,125 25-50
Metoprolol 12,5/25 200
Anticoagulantes orales y antiagregantes plaquetarios Nebivolol 1,25 10
Son indicaciones de anticoagulación oral en la miocar-
ARA II
diopatía chagásica:
– Fibrilación auricular (permanente, persistente o Losartán 25 100
paroxística) (Clase I. Nivel de evidencia A). Candesartán 4-8 32
– Antecedente de embolia sistémica (Clase I. Nivel Valsartán 40 160
de evidencia C).
– Evidencia por imágenes de trombo intracavitario AA
(Clase I. Nivel de evidencia C). Espironolactona 25 25-50
– Aneurisma apical sin evidencia de trombo (Clase Eplerenona 25 50
IIb. Nivel de evidencia C).
IECA: Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina II. ARA II:
– La aspirina y otros antiagregantes plaquetarios no Antagonistas de los receptores de angiotensina II. AA: Antagonistas de la
tienen indicación sistemática en la miocardiopatía aldosterona.
chagásica (Clase III. Nivel de evidencia C).

Amiodarona
El estudio GESICA incluyó un 10% de pacientes chagá- antiparasitario en el paciente con IC debido a mio-
sicos y se demostró una disminución en la mortalidad cardiopatía chagásica crónica (Clase IIb. Nivel de
por progresión de insuficiencia cardíaca o muerte sú- evidencia B).
bita. Sin embargo, la superioridad de los BB desplazó Resumiendo, todos los pacientes con IC debida
su indicación. a miocardiopatía dilatada de origen chagásico en
– Sólo se justifica la indicación de amiodarona como cualquiera de sus estadios (B, C o D) deberían recibir
tratamiento de la IC en pacientes con contraindi- un IECA (o en su defecto un ARA II) y BB, siempre
cación o intolerancia a los BB (Clase IIb. Nivel de que sean bien tolerados y se descarten las contraindi-
evidencia B). La indicación habitual de la droga son caciones. En los pacientes sintomáticos o con signos
las arritmias. congestivos (estadios C y D) están indicadas las medidas
generales y los agentes diuréticos. En aquellos que se
encuentren con IC en CF III-IV (estadio D) se recomien-
Tratamiento antiparasitario
da, además, un AA. Los que presenten FA, antecedentes
La indicación de tratamiento etiológico tripanocida embólicos o un aneurisma apical con trombo deben ser
con benznidazol o nifurtimox en el paciente con enfer- anticoagulados. La digitalización cuidadosa está indi-
medad de Chagas crónica es motivo de discusión. Las cada en la FA cuando existe alta respuesta ventricular.
indicaciones consideradas son: En la Tabla 7 se detallan las dosis de las drogas de uso
– Miocarditis chagásica aguda sobre cardiopatía común en la insuficiencia cardíaca.
chagásica crónica, producto de una reinfección
endógena, en pacientes con trasplante, con sín-
REHABILITACIÓN CARDIOVASCULAR
drome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o
inmunodeprimidos por otra causa (Clase I. Nivel La rehabilitación cardiovascular tiene como objetivo
de evidencia C). principal mejorar la calidad de vida, la morbimorta-
– Receptor chagásico en trasplante de órganos como lidad, la modificación del sedentarismo, el aumento
profilaxis (Clase IIa. Nivel de evidencia C). de la capacidad funcional, combatir el estrés, dismi-
– Es controversial la indicación de tratamiento nuir la ansiedad, modificar los factores de riesgo y la
562 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

Fig 5. Algoritmo de rehabilita-


ción cardiovascular (RHCV) en
patología chagásica

reinserción laboral y social de los pacientes. Criterios Aunque en el paciente chagásico el bloqueo de rama
de inclusión: pacientes portadores de miocardiopatía izquierda es raro y existe un franco predominio de
chagásica en insuficiencia cardíaca clases I, II y III de la bloqueo completo de rama derecha con hemibloqueo
NYHA Se deben excluir los pacientes en clase funcional anterior, se han publicado casos con claro beneficio
IV de la NYHA, con arritmias complejas; antecedentes mediante la estimulación biventricular.
de adicciones a drogas y alcoholismo. Al igual que el bloqueo de rama izquierda, el de
Es importante tener en cuenta los requerimientos rama derecha se identificó últimamente como un pre-
de energía en la vida diaria y en las actividades labora- dictor independiente de mortalidad en pacientes con
les para poder indicar correctamente tareas acordes a insuficiencia cardíaca congestiva.
la discapacidad del paciente, así como tener en cuenta
la sobrecarga que provocan ciertos actos fisiológicos, Recomendaciones para el implante de un
como la actividad sexual, el exceso de comidas, etc. resincronizador cardíaco
(Figura 5). Los pacientes con deterioro de la función ventricular
izquierda e IC presentan, con una frecuencia varia-
ble, trastornos eléctricos de conducción y disincronía
INSUFICIENCIA CARDÍACA AVANZADA
en la contracción. Esta disincronía puede presentarse
De acuerdo con el Consenso de Insuficiencia Cardíaca entre ambos ventrículos (interventricular), entre los
desarrollado por el Consejo de Insuficiencia Cardíaca distintos segmentos del ventrículo izquierdo (intra-
de la Sociedad Argentina de Cardiología, se define y ventricular) o ser auriculoventricular. Su resultado
trata como “insuficiencia cardíaca avanzada” al cuadro será el empeoramiento de la función ventricular con
clínico caracterizado por la persistencia de síntomas en aumento de los volúmenes ventriculares y reflujo
clase funcional III-IV de la NYHA, a pesar del trata- mitral.
miento médico completo y optimizado (diuréticos, BB, Los ensayos iniciales, de tipo fisiopatológico, fueron
IECA/ARA II y AA) en un paciente con deterioro grave seguidos por estudios que incluyeron puntos finales de
de la función ventricular. valor clínico (mortalidad/reinternaciones).
Como resultado, se puede concluir que la terapia
de resincronización cardíaca (TRC) disminuye la
INSUFICIENCIA CARDÍACA. TRATAMIENTO ELÉCTRICO
mortalidad promedio en un 22% y las reinternaciones
La estimulación biventricular, es decir, la resincroniza- por falla cardíaca en un 37% en pacientes con dete-
ción, ha mostrado buenos resultados en casos aislados rioro grave de la función ventricular y CF avanzada.
cuando el paciente a tratar presenta insuficiencia La reducción de la mortalidad es aplicable tanto a
cardíaca refractaria a pesar del tratamiento farmaco- la muerte por progresión de la falla cardíaca como
lógico óptimo, en clase funcional III-IV con bloqueo a la muerte súbita. En pacientes con deterioro de la
completo de rama izquierda e incremento importante función ventricular, ritmo sinusal y QRS ancho pero
de la duración del QRS (≥ 150 mseg) y discinesia y di- con escaso compromiso de la capacidad funcional,
sincronía intraventricular e interventricular. Todos los dos estudios recientes, MADITCRT y REVERSE,
estudios en gran escala fueron realizados en pacientes demostraron que el dispositivo mejora la evolución
con miocardiopatía dilatada idiopática o isquémica. clínica sin impacto sobre la mortalidad.
Consenso de Enfermedad de Chagas-Mazza 563

Se estima que entre los pacientes con indicación latidos van a ser conducidos por el resincronizador
de TRC un 30% resultan no respondedores, es decir, (Nivel de evidencia B).
sin mejoría clínica. Esto puede deberse a una selec- – Pacientes que tienen indicación de marcapasos o que
ción incorrecta del paciente (ausencia de disincro- ya lo tienen implantado y necesitan un recambio
nía mecánica), necrosis en el sitio de implante del (probable upgrade) con Fey < 35%, pero sin eviden-
electrodo izquierdo, imposibilidad de acceder al sitio cias clínicas de IC. Debería analizarse el tiempo de
de mayor disincronía, ausencia de ritmo de marca- marcapaseo que requiere el paciente y, en caso de
pasos durante lapsos prolongados, etc. En pequeños que sea elevado, puede plantearse la posibilidad de
estudios, algunos parámetros ecocardiográficos de TRC (Nivel de evidencia C).
disincronía han demostrado utilidad para identificar
quiénes se beneficiarán con el implante, pero esto
TRASPLANTE CARDÍACO
aún no se ha podido confirmar en estudios multicén-
tricos de mayores dimensiones. El uso generalizado La miocardiopatía chagásica dejó de ser una contraindi-
de la ecocardiografía no está indicado para selección cación para el trasplante cardíaco (TC) ya que, aunque
de candidatos, aunque es de utilidad en algunos pa- presenta dificultades, puede realizarse exitosamente.
cientes que generan dudas.
Recomendaciones para trasplante cardíaco en
Indicaciones de terapia de resincronización cardíaca pacientes con miocardiopatía chagásica avanzada
Clase I Clase I
– Pacientes con IC crónica en CF III-IV (al menos – Pacientes en shock cardiogénico, dependientes de
6 meses de evolución) bajo tratamiento médico drogas parenterales, ARM y/o ACM (Nivel de evi-
máximo, con Fey < 35%, ritmo sinusal y ancho del dencia C).
QRS ≥150 mseg (Nivel de evidencia A). – Pacientes con IC avanzada y marcadores de eleva-
– Pacientes que tienen indicación de marcapasos o da mortalidad (> 30%) dentro del año, a pesar del
que ya lo tienen implantado y necesitan un recam- tratamiento médico óptimo y ajustado (Nivel de
bio (probable upgrade), que presentan IC crónica evidencia C).
en CF III-IV (al menos 6 meses de evolución) bajo – Pacientes en IC avanzada con consumo de O2 máxi-
tratamiento médico máximo posible, con Fey < 35% mo < 10 ml/kg/min (Nivel de evidencia C).
(Nivel de evidencia B). – Pacientes con IC y arritmia ventricular grave sin-
– Pacientes con indicación de TRC en los que además tomática refractaria al tratamiento antiarrítmico y
debería indicarse un CDI: a CDI (Nivel de evidencia C).
- En “prevención secundaria”: pacientes con indi-
cación de CDI (taquicardia ventricular sostenida Clase IIb
o muerte súbita) (Nivel de evidencia A). – Pacientes en IC con consumo de O2 máximo entre
- En “prevención primaria” debería considerarse 11 y 14 ml/kg/min: se propone realizar un puntaje
la indicación de TRC asociada con CDI en pa- de riesgo para ayudar a estratificar el pronóstico
cientes jóvenes, que no tengan comorbilidades (Nivel de evidencia C).
graves y con una expectativa de vida mayor de – Pacientes con indicación de TC y contraindicación
2 años, en especial con antecedente de episodios relativa (Nivel de evidencia C).
de taquicardia ventricular (Nivel de evidencia C).
Clase III
Clase IIa – Pacientes con IC bajo tratamiento médico incom-
– Pacientes con IC crónica en CF III-IV (al menos 6 pleto (Nivel de evidencia C).
meses de evolución) bajo tratamiento médico máxi- – Pacientes con contraindicaciones absolutas para TC
mo, con Fey < 35%, ritmo sinusal y ancho de QRS (Nivel de evidencia C).
entre 120-150 mseg. Se sugiere realizar evaluación
de parámetros de disincronía mecánica (Nivel de
ALTERNATIVAS QUIRÚRGICAS
evidencia B).
– Pacientes con IC crónica en CF I-II, con tratamiento La demanda de donantes para TC no logra satisfacer
médico máximo, con Fey < 30%, ritmo sinusal y la necesidad de órganos, por lo cual las cirugías alter-
ancho del QRS ≥ 150 mseg (Nivel de evidencia B). nativas tienen especial relevancia, no sólo porque no
requieren oferta de donantes, sino por los resultados
Clase IIb comparables a los del trasplante.
– Pacientes con IC crónica en CF III-IV (al menos Es alentador el panorama que ofrece la terapia
6 meses de evolución) bajo tratamiento médico celular con células madre, cuyos procedimientos se
máximo, con Fey < 35%, con fibrilación auricular encuentran en desarrollo clínico y sobre el que se es-
y ancho del QRS ≥ 150 mseg. Es necesario generar tán acumulando experiencias prometedoras tanto en
un bloqueo A-V farmacológico o por ablación del miocardiopatía isquémica como no isquémica, incluida
nódulo A-V para asegurarse de que la mayoría de los la chagásica.
564 REVISTA ARGENTINA DE CARDIOLOGÍA / VOL 79 Nº 6 / NOViembre-DICIEMbre 2011

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