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CURSO: Hidrogeología
2020
I. INTRODUCCIÓN
El suelo desde el punto de vista agrícola, constituye la principal reserva de
agua para el crecimiento de las plantas y es el almacenamiento regulador del
ciclo hidrológico a nivel de cultivo.
Del total de agua dulce que hay en la tierra, casi el 80 % está en forma de
hielo. Bajo forma líquida, bajo de un 1 % se considera superficial, y de ella, en
los suelos, habría entre un 20 y un 40 % utilizable para las plantas. Es por ello
que el agua del suelo es tan importante para los ecosistemas terrestres.
El agua puede existir en todas sus fases dentro del suelo. El agua líquida
puede aparecer como agua higroscópica, capilar o gravitacional.
La higroscópica y la capilar, están sostenidas por fuerzas moleculares en
delgadas películas alrededor de las partículas del suelo. Cuanto más seco es
el suelo y menores los intersticios entre las partículas, más fuertes son las
fuerzas que sostienen esta agua.
El agua del suelo está sometida a dos tipos de fuerzas de acciones opuestas.
Por un lado, las fuerzas de succión retienen el agua en los poros mientras que
la fuerza de la gravedad tiende a desplazarla a capas cada vez más profundas.
De esta manera si predominan las fuerzas de succión el agua queda retenida
mientras que si la fuerza de la gravedad es más intensa el agua se mueve
hacia abajo.
Una vez que el agua ha llegado al suelo sólo puede salir de éste de tres
formas: Por transpiración a través de las hojas de la planta, por evaporación
directa del suelo a la atmósfera Y por percolación profunda
II. OBJETIVOS
2.1 OBJETIVO GENERAL
Conocer la importancia del agua en el suelo.
3.2 SUELO
Se denomina suelo a la parte superficial de la corteza terrestre, biológicamente
activa, que proviene de la desintegración o alteración física y química de las
rocas y de los residuos de las actividades de seres vivos que se asientan sobre
él. Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular,
algunos de estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua,
meteorización, y deposición de material orgánico.
De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en la
formación del suelo son las siguientes:
Instalación de los seres vivos (microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre
ese sustrato inorgánico: Esta es la fase más significativa, ya que, con sus
procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los minerales,
iniciada por mecanismos inorgánicos.
Además, los restos vegetales y animales a través de la fermentación y la
putrefacción enriquecen ese sustrato.
Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales:
Inicialmente, se da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas,
realizada, fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes
geológicos externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que
es fundamental en este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura
en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y una
composición química y biológica definida. Las características locales de los
sistemas implicados —litología y relieve, clima y biota— y sus interacciones
dan lugar a los diferentes tipos de suelo.
Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas,
determinan la formación de un manto de alteración o eluvión que cuando, por la
acción de los mecanismos de transporte de laderas, es desplazado de su
posición de origen, se denomina coluvión.
Sobre los materiales del coluvión puede desarrollarse lo que comúnmente se
conoce como suelo; el suelo es el resultado de la dinámica física, química y
biológica de los materiales alterados del coluvión, originándose en su seno una
diferenciación vertical en niveles horizontales u horizontes. En estos procesos,
los de carácter biológico y bioquímico llegan a adquirir una gran importancia, ya
sea por la descomposición de los productos vegetales y su metabolismo, por
los microorganismos y los animales zapadores.
El conjunto de disciplinas que se abocan al estudio del suelo se engloban en el
conjunto denominado Ciencias del suelo, aunque entre ellas predomina
la edafología e incluso se usa el adjetivo edáfico para todo lo relativo al suelo.
El estudio del suelo implica el análisis de su mineralogía, su física, su química y
su biología.
3.5.1 Saturación
Todos los poros del suelo están llenos de agua. Esta no es una condición ideal
para las plantas, debido a que las raíces requieren aire.
3.5.2 Capacidad de campo
El contenido de humedad del suelo después de que se ha detenido el drenaje.
Los poros grandes, que no pueden retener el agua contra la gravedad, están
llenos de aire. Por definición, es el contenido de agua retenido en el suelo a
-0.33 bar.
Esto se considera la condición de humedad ideal para las plantas porque el
agua en esta condición está fácilmente disponible.
Sin embargo, en ciertos suelos, mantener la capacidad del suelo en el campo
puede resultar en deficiencia de oxígeno al sistema radicular o en el desarrollo
de enfermedades del tallo y las raíces.
3.5.3 Punto de marchitez permanente
El contenido de humedad del suelo en el que las plantas no pueden absorber el
agua. En este contenido de humedad, el agua está retenida fuertemente en los
poros del suelo y no está disponible para las plantas. Por definición, este es el
contenido de agua del suelo a una tensión de -15 bar.
http://edafologia.fcien.edu.uy/archivos/Agua%20en%20el%20suelo.pdf
https://cropaia.com/es/blog/el-agua-del-suelo/
http://www.fagro.edu.uy/hidrologia/paisajismo/AGUA%20EN%20EL
%20SUELO.pdf
https://www.traxco.es/blog/tecnologia-del-riego/retencion-de-agua-del-
suelo
https://www.kodesagricola.es/elaguaenelsueloevaporaciondirecta/