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DR. DAVID J. HUANCA P.

Neurólogo Pediatra – Magister en Psicología Infantil – Doctor en Medicina

COMO MODIFICAR LA CONDUCTA DE SU HIJO


1.- Para crear una conducta adecuada es importante dar el ejemplo.
Si usted grita cuando se enoja, lo menos que puede esperar es que su
hijo siga ese ejemplo; si sólo lo atiende cuando está llorando, le
enseñará a llorar más a menudo; si quiere que no sea agresivo, no le
pegue (vea autocontrol); si quiere que su hijo lea, entonces que él
vea que usted disfruta de la lectura. Recuerde: Los niños hacen lo
que ven y repiten lo que escuchan decir a los demás. Los padres son
maestros. Lo quiera usted o no, enseñará a sus hijos a través de su
interacción con ellos. Especialmente con niños pequeños, lo que
usted hace es mucho más importante que lo que dice.

2.- Para detener o extinguir una conducta inadecuada no le preste


atención (las rabietas o berrinches sólo las hace su hijo cuando
tiene público que lo vea). Es importante que todos los adultos que
viven en la casa se pongan de acuerdo sobre las reglas de crianza, y
no ceder (por eso, deben pensar bien lo que van a decir, premio o
castigo tendrán que cumplir). Si luego de 15 minutos de una rabieta
usted se “compadece”, y le da a su hijo lo que quiere, entonces lo
que le habrá enseñado es a ser “persistente”, su hijo habrá
aprendido que es cuestión de llorar o gritar para conseguir lo que
quiere, y el comportamiento inaceptable se presentará con más
frecuencia.
Para conductas que impliquen daño hacia objetos (rayar paredes,
tirar cosas, saltar sobre los muebles, etc.) o daño hacia las
personas o a los animales (golpear, patear, arañar, morder, escupir,
jalar el cabello, etc.) aplique la técnica del “Tiempo fuera”. Si
va aplicar castigo físico, piénselo bien. La disciplina positiva
aumenta la felicidad, la seguridad y la autoestima de su hijo, y
evita la ansiedad, la ira, el resentimiento y la humillación que
acompañan al castigo físico vea: “Disciplina: Castigo físico”).

3.- Para mantener una conducta buena o inadecuada, sólo refuércela.


Si atiende a su hijo cada vez que hace una rabieta o berrinche
entonces le estará enseñando que esa es la forma de conseguir lo que
desea. Sin embargo, nuestro objetivo siempre debe ser el enseñar a
nuestros hijos conductas socialmente aceptables (para saber si una
conducta es buena o no, siempre pregúntese a sí mismo: Si un niño
de la edad y sexo de su hijo, por ejemplo salta sobre sus muebles,
Ud. se enojaría?. Si la respuesta es sí, entonces no permita que su
hijo salte sobre los muebles porque lo que hace en casa lo hará
fuera de ella). Es muy importante reforzar positivamente las
conductas adecuadas de sus hijos, al inicio cada 10 a l5 minutos,
luego cada 30 a 60 minutos, y finalmente reforzarla cuando menos
lo espere.

Guías generales para el refuerzo positivo del comportamiento


deseado: La mayoría de los padres no proporcionan suficiente
refuerzo positivo, especialmente elogios. No cuente con el buen
comportamiento de su hijo como un hecho. Cuando nota que su hijo se
comporta como usted quiere, alábelo (elogie el comportamiento, no

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elogie a la persona). Describa el hecho en pocas palabras,


diciéndole algo como “Me gusta la forma en que....”, o
“Aprecio....”. Al decir esto, acérquese a su hijo, mírelo, sonría
y sea afectuoso. La recompensa favorita de todos los niños es la
atención que le brindan sus padres.
Hay dos clases de refuerzos positivos: Sociales y materiales. Los
refuerzos positivos sociales, tales como los elogios, alabanzas,
abrazos, besos, caricias, etc. deben ser utilizados cuando su hijo
se comporta en una forma deseada. Algunos ejemplos son: Compartir
los juguetes, tener buenos modales, llevar a cabo las tareas, jugar
con otros en buena armonía, tratar amablemente al bebé, acariciar
suavemente al perro o gato, ser tolerante en el trato con los demás,
limpiar el cuarto o leer un libro. Su hijo también debe ser
elogiado por tratar de hacer las cosas, como por ejemplo tratar de
usar la bacinica durante el aprendizaje de la higiene personal o
intentar algo difícil, como armar un rompecabezas. Los elogios harán
que su hijo quiera portarse bien más a menudo. Trate de
“sorprender” a su hijo cuando se está portando bien, y haga
comentarios al respecto tres o más veces por cada vez que tenga que
disciplinarlo o criticarlo (vea: “Tiempo especial”). Descubra que
cosas son las que más le agradan a su hijo, y podrá usted manejarlo
a su antojo por el resto de su vida.
Los refuerzos positivos materiales generalmente son dulces o dinero.
Utilice los refuerzos materiales como incentivos para aumentar la
frecuencia de la conducta responsable. Estos refuerzos pueden ser
útiles para vencer la resistencia cuando los niños se obstinan en su
comportamiento conflictivo (por ejemplo, mojarse o ensuciarse los
pantalones). Los refuerzos materiales sólo deben ser utilizados
para un problema de comportamiento por vez y cuando el elogio no
haya dado buenos resultados por sí solo. Los refuerzos materiales
deben ser eliminados gradualmente y reemplazados cuanto antes con
refuerzos naturales (sociales). Deberán reforzar los buenos
comportamientos de sus hijos mientras ellos vivan en casa.
* Llame a nuestro consultorio durante el horario normal si:
- El mal comportamiento de su hijo es peligroso.
- Los casos de mal comportamiento son demasiado numerosos.
- Su hijo también tiene problemas de conducta en la escuela.
- Ustedes no pueden ponerse de acuerdo sobre la disciplina.
- Su hijo no parece tener muchas buenas cualidades.
- Ustedes no pueden abandonar el castigo físico.
- Su hijo parece estar triste y deprimido.
- El mal comportamiento de su hijo no mejora después de un mes de
adoptar este enfoque.

RECUERDE: No se sorprenda si, una vez que usted haya empezado a


disciplinarlo en forma firme y regular -por un breve período- su
hijo se porta mal con mayor frecuencia. Los niños que están fuera de
control al principio tratan de poner a prueba la determinación de
los padres antes de aceptar el nuevo sistema. Este período de
prueba generalmente dura de 4 a 7 días.

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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DISCIPLINA: TÉCNICA DEL TIEMPO FUERA

I. Definición
El "tiempo fuera" o "suspensión temporal" es una forma de
disciplina que se utiliza para interrumpir el comportamiento
inaceptable, aislando al niño en una silla o una habitación
durante un período determinado. La suspensión temporal
tiene la ventaja de proporcionar un período durante el cual
tanto el hijo como el padre pueden calmarse. También le
proporciona al niño la oportunidad de pensar sobre su mal
comportamiento y de sentirse un poco culpable al respecto. Si
el niño tiene menos de 2 años de edad, la suspensión temporal
sirve principalmente para establecer quién manda.

Los malos comportamientos que mejor responden al método de la


suspensión temporal son las conductas agresivas,
perjudiciales o destructivas que no pueden ser pasadas por
alto. La suspensión temporal es mucho más eficaz que las
nalgadas, las amenazas o los gritos. A medida que el niño
crece, el uso de las suspensiones temporales puede ser
reemplazado con el de las consecuencias lógicas:

Las consecuencias lógicas son las que usted le impone a


su hijo como resultado de su mal comportamiento. Estas
consecuencias deben estar relacionadas lógicamente con el
mal comportamiento, haciendo al niño responsable de sus
problemas y decisiones. Muchas consecuencias lógicas son
simplemente la privación temporal de alguna posesión o de
algún privilegio. Algunos ejemplos son: quitarle los
juguetes o lápices de color si el niño los usa
incorrectamente, no reemplazar un juguete perdido, no
reparar un juguete roto, enviar a su hijo a la escuela
vestido parcialmente si no quiere vestirse solo, hacerle
limpiar la leche que derramó o el piso que ensució con
barro, hacerle lavar la ropa interior que ensució y
apagar la televisión si los niños se están peleando a
causa de ella. Además, su hijo puede perder
temporalmente sus privilegios de ver televisión, usar el
teléfono, ir de compras, andar en bicicleta y usar el
automóvil si abusa de ellos. En la escuela, el maestro
proporcionará consecuencias lógicas apropiadas si su hijo
no completa sus tareas escolares.
No castigue a sus hijos privándolos de cosas básicas
indispensables, tales como una comida; de actividades
organizadas con grupos tales como un equipo deportivo o
una tropa de niños exploradores; o de algún evento que su
hijo ha estado esperando por mucho tiempo, como por
ejemplo, ir al circo. (vea “disciplina principios básicos
y técnicas disciplinarias”)

II. Selección del lugar para la suspensión temporal


A. Corralitos o cunas: Los corralitos para niños y las cunas
constituyen lugares convenientes para la suspensión
temporal de lactantes mayorcitos. Un corralito cerca de

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uno de los padres es preferible al aislamiento en otro


cuarto, porque la mayoría de los lactantes tienen miedo
si no están en la misma habitación que uno de los padres.

B. Sillas o rincones: A un niño de mayor edad se le puede


decir que se siente en una silla. La silla puede ser
colocada en un rincón, mirando hacia la pared. Algunos
padres prefieren hacerle parar mirando hacia el rincón.

C. Cuartos abiertos: Muchos padres prefieren un cuarto para


la suspensión temporal, porque está más aislado que la
silla. El cuarto más conveniente y más seguro para la
suspensión temporal es la habitación del niño. Hasta los
3 años de edad, a casi todos los niños les produce temor
estar en un cuarto con la puerta cerrada. Otra manera
de confinar a su hijo en un cuarto sin aislarlo por
completo es usar una reja, un mueble pesado o un pedazo
de madera terciada que bloquee la parte inferior de la
abertura de la puerta.

D. Cuartos cerrados: Algunos niños salen de la habitación


tan pronto como se les pone allí. Si Ud. no puede poner
una barrera, entonces deberá cerrar la puerta. Usted
puede mantener la puerta cerrada durante los 3 a 5 minu-
tos requeridos para el período de suspensión temporal.
Si no quiere estar atajando la puerta, puede colocar un
cerrojo que le permita cerrarla temporalmente. Asegúrese
de no olvidar que su hijo está en la habitación. La
suspensión temporal no debe durar más de unos minutos.

III. Cómo aplicar la suspensión temporal?


A. Establezca la duración de la suspensión temporal. La
suspensión temporal debe tener la duración suficiente
para que su hijo piense en su mal comportamiento y
aprenda cuál es el comportamiento aceptable. Una buena
regla empírica es 1 minuto por cada año de la edad del
niño, con un máximo de 5 minutos. Puede usarse un
contador de tiempo de cocina para marcar el número de
minutos de la suspensión. Si su hijo deja la suspensión
temporal antes de tiempo ("se escapa"), se le debe hacer
volver a la suspensión temporal, y deben volverse a
contar los minutos desde el comienzo. Para los 6 años de
edad, la mayoría de los niños pueden ser enviados a su
cuarto con la instrucción de que permanezcan allí hasta
que estén dispuestos a portarse bien.

B. Cómo poner a su hijo en suspensión temporal?


Si su hijo se porta mal, explíquele brevemente la regla
que ha desobedecido y envíelo a la suspensión temporal en
una silla o en su cuarto. Si su hijo no lo hace de
inmediato, acompáñelo o llévelo hasta allí. Es posible
que el niño llore, proteste o tenga una rabieta mientras
va al lugar de la suspensión temporal. No lo reprenda ni
le dé nalgadas mientras lo lleva.

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C. Cómo mantener a su hijo en suspensión temporal?


Una vez que los niños entienden el concepto de la suspen-
sión temporal, casi siempre se quedarán en la silla,
rincón o cuarto hasta que transcurra el tiempo requerido.
Sin embargo, usted deberá vigilar a su hijo. Si se levan-
ta de la silla, hágalo sentar otra vez, suavemente pero
con rapidez, sin darle nalgadas, y vuelva a marcar en el
cronómetro los minutos de la suspensión desde el comienzo
Si su hijo sale del cuarto, llévelo de vuelta al mismo y
vuelva a marcar los minutos en el cronómetro. Amenace
con cerrar la puerta si vuelve a salir. Si su hijo es un
niño obstinado de 2 ó 3 años de edad y Ud. recién empieza
a adoptar las suspensiones temporales, inicialmente
podría tener que sujetarlo en la silla con una mano sobre
su hombro durante los 2 minutos completos. No se
desanime; esto le enseñará a su hijo que usted tiene
intención de cumplir lo que dice.

Si su hijo grita o llora durante la suspensión temporal,


no le haga caso. Lo importante es que permanezca en
suspensión temporal durante cierto tiempo. Su hijo no
podrá entender la necesidad de estar en silencio durante
la suspensión temporal hasta que tenga por lo menos 3
años, de modo que no espere esto de él antes de esa edad.

D. Cómo terminar la suspensión temporal?


Hágale entender claramente que es usted quien controla
cuando debe terminar la suspensión temporal. Cuando el
tiempo haya transcurrido, vaya a donde está su hijo y
dígale: "Se acabó la suspensión temporal. Ya puedes
levantarte (o salir)". Luego, trate al niño en la forma
normal. No repita la regla que su hijo desobedeció.
Trate de advertir cuando su hijo hace algo que le agrada
a usted y elógiele por ello cuanto antes (refuerzo
positivo).

E. Practique con su hijo la suspensión temporal. Si usted


no ha usado antes la suspensión temporal, explíquesela de
antemano a su hijo. Dígale que la suspensión temporal
reemplazará a las nalgadas, los gritos y otras formas
parecidas de disciplina. Háblele acerca de los malos
comportamientos que resultarán en suspensiones temporales
También explíquele cuál es el buen comportamiento que
usted preferiría ver. Luego, simule con su hijo que él
ha desobedecido una de las reglas. Llévelo a través del
proceso de la suspensión temporal de modo que entienda sus
instrucciones cuando lo envíe a suspensión temporal
en el futuro. Instruya también a la niñera acerca de
las suspensiones temporales.

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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POR QUÉ A VECES EL TIEMPO FUERA NO FUNCIONA

1. Asegúrese de no advertir a su hijo, ni una vez, que lo va a


enviar a la silla de tiempo fuera si no se comporta bien. Lo
único que le enseñan las advertencias es que puede portarse
mal cuando menos una vez o más, antes de ser castigado. Las
advertencias empeoran las cosas en vez de mejorarlas.
2. Todos los adultos que se encargan de disciplinar a su hijo en
casa deben emplear la silla de tiempo fuera. Deben ponerse de
acuerdo sobre las conductas por las que se aplicara el tiempo
fuera. Conviene que niñeras y parientes lean y comenten las
reglas del tiempo fuera. La congruencia es fundamental.
3. Para llevar al máximo la eficacia del tiempo fuera debe
procurarse que el resto del día, es decir el tiempo especial,
sea agradable para el niño. Recuerde hacerle ver al niño
cuando se ha portado bien (descúbralo portándose bien) en vez
de dar por sentada la buena conducta. La mayoría de niños
preferirían que los padres los pusieran en tiempo fuera en
vez de ignorarlos por completo.
4. Quizá en niño diga “no me molesta irme a la silla” o “me
gusta el tiempo fuera”. Que no le engañe este truco. Muchos
niños tratan de convencer a sus padres que el tiempo fuera es
divertido y por lo tanto no funciona. Con el tiempo usted se
dará cuenta que las conductas problema que se castigan con el
tiempo fuera disminuyen en frecuencia (no se pretende que el
tiempo fuera sea una experiencia lastimosa).
5. Cuando por primera vez se usa el tiempo fuera el niño tal vez
actúe como si esta experiencia fuera un juego, tal vez el
mismo vaya y se coloque en tiempo fuera o pida que lo manden
a la silla. En tal caso hay que conceder al niño lo que
quiere, es decir ponerlo en la silla y exigirle que se esté
callado por el tiempo requerido. Pronto aprenderá que no es
un juego. Puede suceder también que se ría cuando se le pone
en la silla o durante el tiempo fuera. Aunque esto les
exaspere, es importante que no le hagan caso mientras esté en
tiempo fuera.
6. Sentirá la necesidad de castigar a su hijo por hacer algo
inapropiado en la silla (como maldecir o escupir). Sin
embargo, es importante no hacerle caso cuando se porte mal en
tiempo fuera. Este enseñará a su hijo que estas estrategias
para llamar su atención no funcionan. Si el niño maldice
cuando está fuera de la silla, y esto le molesta a usted,
asegúrese de ponerlo en tiempo fuera.
7. El televisor, la radio o una vista agradable por la ventana
pueden hacer más tolerable el tiempo fuera y prolongar el
tiempo que debe permanecer en la silla, porque lo alientan a
hablar. Procure reducir al mínimo estas distracciones.
8. Debe emplearse el tiempo fuera lo mismo lo mismo para
problemas conductuales mayores que menores. Los padres
tienden a creer que el tiempo fuera no es suficiente castigo
para problemas de conducta mayores y en consecuencia ejercen
en forma incongruente la disciplina. La congruencia es lo más
importante para que el tiempo fuera funcione con problemas
mayores y menores.

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9. Asegúrese que el niño conoce las reglas cuya infracción


motiva el tiempo fuera. A menudo los padres establecerán una
nueva regla, por ejemplo, no tocar la radio nueva, sin
decírselo a los niños. Cuando rompen la regla no entenderán
por qué se les colocó en tiempo fuera, ya que no fueron
prevenidos.
10. Repase las pautas del tiempo fuera para verificar que usted
está siguiendo las recomendaciones. Si el niño se baja de la
silla con mucha frecuencia, dele una nalgada y regréselo a la
silla sin hablar.
11. Cuando su hijo este en tiempo fuera: No lo mire, no le hable,
no hable sobre él, no actúe con enojo. Es importante que
usted permanezca tranquilo. Siga las pautas indicadas.
12. Cuando su hijo estando en tiempo fuera, este hablando o
gritando, busque alguna cosa que hacer: Leer una revista, ver
el televisor, escuchar la radio, telefonear a un amigo.
Mantenga la calma, con el tiempo su hijo entenderá y las
conductas problema disminuirán en intensidad y frecuencia

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DISCIPLINA: CASTIGO FÍSICO

El papel del castigo físico en la disciplina es un tema de


mucha controversia. Hay varios buenos argumentos en favor de
no emplear castigos corporales en absoluto. Podemos educar a
los niños para que lleguen a ser adultos congeniales, respon-
sables y productivos, sin recurrir a los castigos físicos.
Todos los niños necesitan disciplina en cientos de ocasiones,
pero hay alternativas al castigo físico, como, por ejemplo,
enviar al niño a su cuarto. El castigo físico acarrea el
riesgo de desencadenar la ira reprimida que muchos adultos
llevan dentro de sí, aunque dicha ira no tenga ninguna
relación con el niño. Esta ira podría desahogarse en las
nalgadas y degenerar en maltrato del niño. Los padres que
recurren al castigo físico como último recurso para
"quebrantar la voluntad de su hijo" podrían encontrar que
han subestimado la determinación de su hijo. Además, el
castigo físico empeora el comportamiento agresivo porque le
enseña al niño a reaccionar con violencia cuando está enojado
Otras formas de disciplina como el "tiempo fuera", pueden ser
más constructivas, ya que dejan al niño con algún sentido de
culpa y contribuyen a la formación de la conciencia.

Si usted considera que debe, a veces, usar un castigo físico


con su hijo, siga estas guías generales para asegurarse de no
hacerle daño:

- Péguele solamente con la mano abierta. Es difícil juzgar


la fuerza con que le pega a su hijo si lo hace con un
objeto y no con su mano. Las varas y los cinturones
suelen lastimar.

- Péguele solamente en las nalgas, las piernas o las manos.


Golpear a un niño en la cara, además de ser peligroso, es
también degradante; de hecho, las bofetadas son
inapropiadas a cualquier edad.

- Una nalgada es suficiente para modificar el comportamiento


Pegarle a su hijo más de una vez puede dar desahogo a la
ira que usted siente, pero es improbable que le enseñe
algo más a su hijo.

- Las nalgadas son inapropiadas antes de que el niño haya


aprendido a caminar y deberían ser innecesarias después de
los 6 a 8 años de edad. Se pueden resolver casi todos los
desacuerdos con los niños de edad escolar utilizando la
negociación y la discusión.

- Debido al grave riesgo de causar coágulos sanguíneos en el


cerebro (hematomas subdurales), evite sacudir a un niño
pequeño.

- No utilice el castigo físico más de una vez al día.


Cuantos más golpes reciba su hijo, tanto menos efecto
tendrán.

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- Encuentre alternativas al castigo físico. Aislar a un


niño en un rincón o un cuarto para someterle a un
"tiempo fuera" es mucho más civilizado y eficaz.
Aprenda a utilizar tales formas de disciplina.

- Nunca pegue a su hijo cuando usted no está en pleno


control, cuando está con miedo o cuando ha estado
bebiendo. Algunos padres o madres, una vez que empiezan a
pegarle al hijo, no pueden parar. Son incapaces de
controlar su ira y necesitan ayuda ellos mismos, tal como
la que ofrecen los grupos de Padres Anónimos. Estos
padres y madres deben aprender a alejarse de sus hijos y a
no utilizar nunca los castigos físicos.

- No utilice castigos físicos para el mal comportamiento


agresivo, tal como morder, golpear o patear. En esas
circunstancias, el castigo físico le enseña a un niño que
está bien que una persona mayor golpee a una persona de
menor tamaño. A los niños agresivos se les debe enseñar
moderación y autocontrol. Estos niños responden mejor a
las suspensiones temporales (tiempo fuera), que les dan
oportunidad de pensar acerca del dolor que han causado.

- No permita que las niñeras, maestros u otras personas le


peguen a su hijo.

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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CRIANDO HIJOS PARA QUE VIVAN FELICES

Para un óptimo desarrollo neuropsicológico es importante crear un


ambiente familiar que le permita a sus hijos adaptarse a las normas
de convivencia social y ser emocionalmente equilibrados. Para
lograrlo se debe proporcionar afecto (amor incondicional); seguridad
(estabilidad familiar) y la formación de hábitos socialmente
aceptables. Es deber de los padres el orientarlos y guiarlos,
estableciendo en forma clara los límites de lo que sus hijos pueden
y no deben hacer, y aplicar correctamente la disciplina que es el
arte de formar en sus hijos el carácter, enseñar el autocontrol y la
conducta moral. Para que esta sea efectiva Uds. como padres deben:

1. Proporcionar modelos ejemplares (los niños imitan lo que ven


y repiten lo que escuchan)
2. Discutir frecuentemente lo que esperan de la conducta de sus
hijos y ponerse de acuerdo en sistemas uniformes para
tratarlos (siempre ser congruentes, siempre pensar igual).
3. Limitar el número de reglas y hacerlas cumplir
consistentemente: la misma falta el mismo castigo. Los
castigos do deben depender de su estado emocional.
4. Discutir con su hijo en un momento de calma reglas y
conductas adecuadas.
5. Entender que su hijo necesita ensayar muchas veces para
aprender conductas adecuadas.
6. Felicitar y alabar a su hijo con frecuencia si su conducta es
correcta.
7. Establecer y conservar programas y hábitos (horarios para
comer, para dormir, etc.)
8. Dar a su hijo la posibilidad de elegir cuando sea adecuado.
9. Anticiparse a las situaciones conflictivas innecesarias y
evitarlas.
10. Emplear el castigo físico lo menos posible, pero cuando se
aplica debe ser en forma consistente.
11. Individualizar el castigo para ofensas particulares y dar
explicaciones sencillas de por qué se castiga. Siempre
califique el acto, no a su hijo, por ejem. “golpear es malo”.
12. Tomas en cuenta las necesidades individuales de Uds. como
pareja y no sólo las de su hijo.

Recuerde: La libertad irrestricta y la crianza a libre albedrío


es una amenaza tremenda para la integridad física y emocional de
su hijo. Sometiendo a prueba los límites establecidos por Uds.
aprenderán hasta que punto pueden manipular su ambiente y
obtendrán la tranquilidad necesaria al saber que otros velan por
ellos.

TIEMPO ESPECIAL

Por su natural dependencia los recién nacidos y los niños requieren


muchísimo contacto físico de parte de sus padres. “Tanto a los niños
como a los adultos el cariño les entra por la piel. Conforme crecen
y cambian las características de sus demandas los padres suelen
tocar a sus hijos cada vez menos.

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A los 4 años de edad, usualmente los niños ya saben usar el baño,


vestirse y desvestirse, alimentarse y bañarse por si solos. Por
tanto, si los padres no efectúan de manera consciente un esfuerzo
para conservar mucho contacto físico con su hijo, este lo recibirá
mucho menos que en edades anteriores. Hay varias cosas que pueden
hacer para compensar estos cambios naturales:

PROXIMIDAD FÍSICA: Durante las actividades aburridas o interesantes


coloque a su hijo cerca de Ud. donde sea fácil alcanzarlo. A la hora
de comer, en e auto, en el restaurante, cuando tengan visitas, en el
mercado mantenga a su hijo cerca de Ud. de tal manera que el
contacto físico requiera muy poco esfuerzo adicional de parte suya.

CONTACTO FÍSICO: El contacto físico breve y frecuente, durante uno a


dos segundos, significará para su hijo que Ud. lo quiere más que
cualquier cosa que esté haciendo en ese momento. Acostúmbrese a
tocar a su hijo (Acaricie la espalda, tóquele el cabello, etc.)
al menos 50 veces cada día durante uno o dos segundos, pero hágalo
cuando esté haciendo algo adecuado y no cuando este haciendo algo
que Ud. desaprueba. En niños pequeños el contacto físico usualmente
tiene un efecto tranquilizante mientras que los elogios, las
preguntas o los comentarios generalmente sólo sirven para
interrumpir lo que su hijo está haciendo en ese momento.

REPRIMENDAS VERBALES: Los niños no tienen las capacidades verbales


de los adultos. A menudo enviamos mensajes que son malinterpretados
por los niños. Así, las llamadas de atención, los regaños, las
súplicas y los gritos podrían ser interpretados como signos de que
sus padres no los quieren. Siempre tenga en mente la vieja expresión
“si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada”.

JUEGO INDEPENDIENTE: Los niños necesitan tiempo para sí mismos.


Tiempo para jugar, ponerse objetos en la boca, mirar o curiosear en
el espacio. Por lo general los niños no desarrollan estas
habilidades cuando sus padres están constantemente tratando de
entretenerlos. Recuerde que si su hijo se inquieta o hace berrinches
cuando está frustrado, nunca aprenderá a superar la frustración si
Ud. siempre está presente para ayudarlo. De a sus hijos suficiente
libertad para explorar el ambiente por sí mismos y así aprenderán
habilidades que les servirán por el resto de sus vidas.

JUEGO INDEPENDIENTE

A través del juego los niños aprenden muchas cosas de la vida. Para
un adecuado desarrollo socioemocional, necesitan adquirir una serie
de habilidades y dentro de ellas esta aprender a jugar a solas.
Aliente las actividades de juego independiente:

- Empiece con una actividad que le guste a su hijo. Juegue con él


todo el tiempo que sea posible las dos primeras veces.
- Provea muchos contactos físicos breves (caricias, palmadas)
mientras estén jugando.
- Elija una actividad de juego aislado. Se llama así a una actividad
que efectúa mejor una sola persona, como construir torres o armar
un rompecabezas.

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- Empiece a disculparse cada vez que vea que su hijo está muy
enfrascado en el juego. Al inicio, sólo 5 segundos, mientras va a
la mesa de la cocina y vuelve directamente a la actividad. Después
de dos días de hacerlo así, si nota que su hijo continúa jugando,
entonces alargue progresivamente el tiempo (8, 10, 20 segundos)
hasta comprobar que su hijo puede continuar jugando solo. El
objetivo es lograr en algún momento dejar a su hijo solo, sin
interrumpir su actividad. El secreto está en no apurarse.
- Con el tiempo, quizá en 2 o 3 meses gradualmente auséntese por
periodos más prolongados. Mientras esté con su hijo, no se olvide
de proporcionarle contactos físicos breves. De esta manera su hijo
no solo disfrutará del juego sino también de su cariño y afecto
mientras esté ocupado.
- Con tiempo y práctica, su hijo aprenderá a entretenerse solo sin
necesidad de ayuda. Cuanto más tiempo juegue solo más podrá
hacerlo por sí mismo, y mayor satisfacción obtendrá de sus
actividades diarias.

AUTOCONTROL

No hay nada más difícil de lograr que el control de uno mismo. Para
poder enseñarlo hay que dar el ejemplo. Primero usted tiene que
disciplinarse para aprovechar cualquier oportunidad y mostrar que
tiene autocontrol. Si su hijo corre hacia usted llorando porque se
cayo de su triciclo, trate de no decir nada. Es preferible abrazar a
su hijo sin decir una palabra, frótele la espalda, acarícielo, de
esta manera su hijo aprenderá que usted es su fuente de confort y
seguridad cada vez que él lo necesite. Pero también aprenderá que
usted no lo calmará, que sólo él será el único responsable de
tranquilizarse.

El empleo del tiempo fuera como medida disciplinaria es otra manera


de enseñar el autocontrol. Cada vez que su hijo esté en tiempo fuera
deberá contenerse se hablar, gritar, llorar, moverse, etc. Cada vez
que se le envíe a la silla de exclusión y se tranquilice estará
aprendiendo habilidades de auto tranquilización. Aunque puede hacer
solo una o dos oportunidades al día para hacer que el niño se
tranquilice por si mismo de manera natural, el empleo del tiempo
fuera puede crear muchas oportunidades para que se pongan en
practica dichas habilidades. Si le sigue recordando a su hijo que
debe estar tranquilo cuando se encuentra en tiempo fuera, nunca
tendrá la oportunidad de tranquilizarse sin ayuda de usted. Esto
significa que si está haciendo un berrinche o pataleta déjelo hasta
que se tranquilice por sí mismo. Consolar a un niño que esta
teniendo una pataleta sólo lo anima a hacerlo con más frecuencia.
Esta misma actitud deben adoptarla todos los adultos que viven en la
casa.

Recuerde: La disciplina positiva aumenta la felicidad, la seguridad


y la autoestima de su hijo y evita la ansiedad, la ira, el
resentimiento y la humillación que acompañan al castigo físico.

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DISCIPLINA: PRINCIPIOS BÁSICOS

I. Introducción: El primer objetivo de la disciplina es proteger


a su hijo del peligro. Otro objetivo muy importante es ense-
ñarle a distinguir entre el bien y el mal. La buena discipli-
na gradualmente convierte a un niño egoísta en un adulto ma-
duro que es considerado y respetuoso con los demás, seguro de
sí mismo sin ser hostil, y en pleno control de sus impulsos.
El establecimiento de límites razonables nos evita criar a un
niño "mimado". La palabra "disciplina" significa "enseñar".
No significa "castigar".

Para enseñarle a su hijo a respetar los derechos de los demás,


enséñele primero a respetar los derechos de los padres. Los
hijos necesitan padres que "estén en control". Inicie los con-
troles externos cuando su hijo tenga 4 meses de edad. Los
niños empiezan a desarrollar controles internos (autocontrol)
a los 3 ó 4 años de edad y siguen necesitando controles exter-
nos, en medida gradualmente decreciente, durante toda la ado-
lescencia.

Si su hijo tiene varios problemas de disciplina o está fuera


de control, empiece a leer la Sección II: " Cómo iniciar un
programa de disciplina". Si usted quiere aprender más acerca
de la disciplina normal, pase directamente a la Sección III:
Guías generales para el establecimiento de reglas.

II. Cómo iniciar un programa de disciplina:


A. Haga una lista de los problemas de conducta de su hijo.
¿Qué quiere cambiar?. Durante los próximos 3 ó 4 días ob-
serve y anote cuáles son las características inapropiadas
o molestas del comportamiento de su hijo.

B. Establezca prioridades para corregir los problemas de con-


ducta. En algunos casos el mal comportamiento requiere a-
tención inmediata; por ejemplo, un comportamiento que pue-
da causar daño a su hijo o a otros. Hay ciertos comporta-
mientos que son demasiado molestos o desagradables para
ser ignorados (tal como no querer acostarse). Otros tipos
de comportamiento fastidioso (tal como el negativismo, o
sea decir "no" siempre entre los 2 y 3 años de edad) son
normales y deben ser tolerados. Algunas familias con un
niño que está fuera de control tienen demasiadas reglas, y
es necesario que piensen cuáles problemas de conducta pue-
den ser tolerados.

C. Formule las reglas de la casa con respecto a los tipos más


importantes de mal comportamiento. Vea la Sección III:
Guías generales para el establecimiento de reglas.

D. Decida qué castigo usted impondrá para cada tipo de mal


comportamiento. Todo comportamiento, bueno y malo, es
afectado en gran parte (o dictado) por las consecuencias.

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Si la consecuencia es agradable (por ejemplo, una recom-


pensa o elogio) es más probable que el niño repita ese
comportamiento. Si la consecuencia es desagradable (un
castigo) es menos probable que el niño vuelva a hacer lo
mismo.

Los niños pequeños generalmente no responden a las repri-


mendas o recordatorios. Los actos son más eficaces que
las palabras. Los actos más eficaces son "no hacer caso"
del mal comportamiento, indicarle al niño un comportamien-
to más apropiado o darle una suspensión temporal ("Tiempo
Fuera" en una silla).

Para información adicional sobre las formas de castigo,


vea la Sección IV: Técnicas disciplinarias.

E. Suspenda temporalmente los castigos físicos. Casi todos


los niños que están fuera de control ya son demasiado
agresivos. El castigo físico les enseña que está bien ser
agresivo (por ejemplo, golpear o lastimar a otra persona)
para resolver los problemas.

F. Deje de gritar. Levantar la voz y gritar le enseñan a su


hijo a contestar de la misma manera; al hacerlo, usted
hace legítimas las competencias de gritos. Por sus gritos,
su hijo percibirá que usted no se siente en control de la
situación. A menudo, los gritos aumentan el desacuerdo y
lo convierten en una batalla declarada. A la larga, su
hijo responderá mejor a un tono de voz agradable y a las
palabras diplomáticas.

G. No lleve a su hijo a lugares públicos hasta que su compor-


tamiento en casa esté bajo control.
En general, los niños que se portan mal son más difíciles
de controlar en un centro comercial o un supermercado que
en casa. Cuando tenga que ir a estos lugares, deje a su
hijo con una niñera (babysitter) o con su esposo.

H. Tome descansos diarios en la supervisión de su hijo.


Pídale a su esposo que se encargue de la supervisión y
disciplina de su hijo por unas cuantas horas. Si esto es
imposible, contrate a una adolescente varias veces por
semana para que cuide a su hijo mientras usted sale. Haga
también una "cita", para salir una noche a la semana con
su esposo o alguna amiga.

I. Confirme y elogie el progreso de su hijo. Los niños res-


ponden mejor a la disciplina si ésta proviene de personas
que los aman y a quienes ellos desean complacer. Todos
los niños necesitan diariamente elogios, sonrisas y abra-
zos. Proporciónele a su hijo esta mayor atención cuando no
la está pidiendo, especialmente si se está portando bien.
Esfuércese especialmente para notar las ocasiones en que
su hijo se está portando bien. Si cada día su hijo recibe
más comentarios negativos y críticas que respuestas posi-

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tivas, Ud. tendrá que restablecer el equilibrio emocional


sano disminuyendo el número de reglas, criticando menos a
su hijo, y dándole más elogios y afecto. Muchos expertos
consideran que se necesitan varios contactos positivos
para contrarrestar un contacto negativo. (Para obtener
información adicional, vea: Modificación conductual: Guías
generales para el refuerzo positivo.)

J. Ayúdele a su hijo a tener una imagen positiva de sí mismo.


La imagen que su hijo tiene de sí mismo es más importante
que su grado de disciplina. No hable en presencia de su
hijo sobre sus problemas de disciplina y sobre lo preocu-
pada que usted está por ese motivo. Corríjalo con bondad.
A veces, empiece su corrección diciendo: "Lo siento, pero
no puedo dejar que tú.....". No designe a su hija o hijo
como una "niña mala" o un "niño malo". Después de que
termine el castigo, déle la bienvenida otra vez en el
círculo familiar, diciéndole que todo está perdonado.

III. Guías generales para el establecimiento de reglas

A. Inicie la disciplina aproximadamente a los 4 meses de edad


Los recién nacidos no necesitan ninguna disciplina. Sin
embargo a partir de los 4 meses, los padres pueden empezar
a aclarar sus propios derechos. Si el niño le dificulta
el cambio del pañal porque patalea y se mueve mucho, usted
puede decirle firmemente: "No, ayúdale a mamá a cambiarte
el pañal". Para los 8 meses de edad, los niños necesitan
reglas para su propia seguridad.

B. Exprese cada mal comportamiento mediante una regla clara


y concreta. Su hijo puede no entender descripciones vagas
de mal comportamiento, tales como "hiperactivo", "irres-
ponsable" o "malicioso". Cuanto más pequeño sea el niño,
tanto más concreta debe ser la regla. Algunos ejemplos
de reglas claras son: "No empujes a tu hermano" y "No me
interrumpas cuando hablo por teléfono".

C. Exprese también el comportamiento que usted considera


aceptable, deseado, adaptable y apropiado. Su hijo debe
saber lo que usted espera de él. Algunos ejemplos son:
"Juega con tu hermano", "Mira algún libro mientras yo
estoy hablando por teléfono" o "Camina, no corras". Haga
que sus elogios del buen comportamiento sean específicos;
por ejemplo, "Gracias por estarte quieto".

D. No haga caso del mal comportamiento de poca importancia o


consecuencia. Cuantas más reglas tenga, tanto menos proba-
ble es que su hijo las obedezca. Por lo general, la crí-
tica constante no da buenos resultados. Comportamientos
tales como hacer oscilar las piernas, tener malos modales
en la mesa o tener la costumbre de contestar negativamente
no tienen importancia durante los primeros años.

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E. Adopte reglas que sean justas y que su hijo pueda respetar


Las reglas deben adaptarse a la edad de su hijo. Un niño
no debe ser castigado por torpeza cuando esté aprendiendo
a caminar, ni por mala pronunciación cuando esté apren-
diendo a hablar. Además, no debe castigarse a un niño por
el comportamiento que es parte del desarrollo emocional
normal, tal como chuparse el dedo, el temor de ser separa-
do de sus padres y los accidentes en el aprendizaje de la
higiene personal.

F. Concéntrese inicialmente en dos o tres reglas. Asigne


máxima prioridad a las cuestiones de seguridad, tales como
no salir a la calle corriendo y a evitar los daños a otras
personas. Luego, sigue en importancia el comportamiento
que podría causar daños materiales. Después vienen todos
los comportamientos molestos que a usted le exasperan.

G. Evite tratar de modificar con castigos un comportamiento


"imposible de corregir". El "comportamiento imposible de
corregir" es el comportamiento que generalmente no puede
ser controlado por el padre o madre si el hijo decide
continuarlo. Algunos ejemplos son orinarse, tirarse el
cabello, chuparse el dedo, hacer oscilar el cuerpo, mas-
turbarse, no comer lo suficiente, no irse a dormir y no
querer hacer las tareas escolares. El primer paso para
resolver este tipo de conflicto es retirarse del mismo y
dejar de castigar a su hijo por el mal comportamiento.
Luego, cuando su hijo se porta como usted quiere, propor-
ciónele refuerzo positivo, tal como un elogio. (Vea: Téc-
nicas de modicación conductual: "Guías generales para el
refuerzo positivo".)

H. Aplique las reglas en forma firme y regular. Una vez que


los padres se ponen de acuerdo sobre las reglas, puede
ser útil escribirlas y colocarlas en un lugar bien visi-
ble en la casa.

IV. Llame a nuestro consultorio durante el horario normal si:


- El mal comportamiento de su hijo es peligroso.
- Los casos de mal comportamiento son numerosos.
- Su hijo no parece tener muchas buenas cualidades.
- Ustedes no pueden ponerse de acuerdo sobre la disciplina.
- Su hijo también está teniendo problemas de conducta en la
escuela o su hijo parece estar deprimido.
- Ustedes no pueden abandonar el castigo físico.

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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TÉCNICAS DISCIPLINARIAS

A. Resumen de las técnicas que deben emplearse a diferentes


edades. (Las técnicas mencionadas aquí se describen más
ampliamente después de esta lista).

- Del nacimiento a los 4 meses: La disciplina no es


necesaria.

- De los 4 a los 8 meses: Leve desaprobación verbal.

- De los 8 a los 18 meses: Estructuración del ambiente


doméstico, distracción, pasar por alto, desaprobación
verbal y no verbal, dirección manual y "tiempo fuera"
en un corralito.

- De los 18 meses a los 3 años: Las técnicas anteriores


con "tiempo fuera" en una silla o en corral.

- De los 3 a los 5 años: Las técnicas anteriores con


"tiempo fuera" en una silla o en un cuarto, más las
Consecuencias naturales, restricción de los lugares
donde el niño puede portarse mal, y consecuencias
lógicas.

- De los 5 años a la adolescencia: Las técnicas ante-


riores más el retardo de un privilegio, mensajes de
"yo", negociación y conferencias familiares

- Adolescencia: No podemos disciplinar a los


adolescentes en la forma en que disciplinamos a los
niños pequeños (y viceversa). Cuando su hijo sea
adolescente, usted deberá abandonar los métodos de
dirección manual y suspensión temporal. Las técnicas
que mejor funcionan son las consecuencias lógicas, los
mensajes de "yo" y las conferencias familiares acerca
de las reglas de la casa.

B. Estructuración del ambiente doméstico


Usted puede modificar el ambiente que rodea a su hijo a
fin de eliminar objetos o situaciones que podrían causar
problemas. Algunos ejemplos son: poner fuera de su
alcance los objetos rompibles, cercar el patio, colocar
barreras protectoras, poner cerraduras en un escritorio
especial o cerrar con llave ciertas habitaciones.

C. Distracción de su hijo cuando se esté portando mal


Distraer de la tentación a un niño pequeño llamando su
atención hacia alguna otra cosa resulta especialmente
útil cuando el niño está en una casa ajena, en el
consultorio de un médico o en una tienda. En esos
lugares sería difícil emplear otras opciones
disciplinarias (tal como la suspensión temporal).
También conviene que le dé a su hijo algo para distraerlo

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y evitar que cause problemas si usted va a estar ocupada


en casa con invitados, hablando por teléfono o
alimentando a su bebé. La mayoría de los niños pueden
ser distraídos con juguetes o algún alimento. Para
capturar la atención de los niños en edad escolar pueden
necesitarse libros, juegos u otras actividades. La
distracción también se llama "desviación de la atención"
o "cambio de dirección".

D. Pasar por alto el mal comportamiento


No hacer caso ayuda a interrumpir el comportamiento
inaceptable pero inofensivo (tal como las rabietas, el
mal humor, los lloriqueos, los altercados y las
interrupciones). La forma apropiada de pasar por alto
este comportamiento es alejarse del niño, darle la
espalda, evitar el contacto visual e interrumpir
cualquier conversación con su hijo. No haga caso a las
protestas o excusas. Algunas veces tendrá que alejarse
del lugar donde su hijo se está portando mal. La técnica
de pasar por alto un comportamiento también recibe el
nombre de extinción.

E. Desaprobación verbal y no verbal


A menudo, todo lo que se requiere para interrumpir el mal
comportamiento de un niño pequeño es una leve
desaprobación. Acérquese a su hijo, establezca contacto
visual, adopte un aspecto decidido y serio, y déle una
orden breve y directa, tal como "No" o "¡Basta!" Ya que
está cerca del niño, usted puede hablar en un tono de
desaprobación, pero suave. Muéstrele al niño lo que
usted quiere que haga. Si quiere, puede subrayar que
está hablando en serio, sacudiendo su dedo o apuntando
con el mismo. El error más común que cometen los padres
cuando emplean esta técnica es sonreír o reír.

F. Dirección manual (sacarlo o moverlo físicamente)


"Dirección manual" significa que usted lleva al niño de
un lugar a otro contra su voluntad. Algunas veces, los
niños deben ser llevados físicamente desde un lugar donde
están causando problemas hasta una silla, para una
suspensión temporal. Otras veces deben ser llevados a la
cama, al baño o al automóvil, si se niegan a hacerlo por
sí mismos. Lleve a su hijo de la mano o tomándolo del
antebrazo. Si se niega a ser conducido, levántelo en
peso tomándolo por detrás y llévelo.

G. Suspensión temporal o aislamiento social: “Tiempo fuera”.


La suspensión temporal es la técnica disciplinaria más
eficaz de que disponen los padres para disciplinar a los
lactantes y niños pequeños que se portan mal. Las
suspensiones temporales deben durar aproximadamente un
minuto por cada año de edad, y nunca deben durar más de 5
minutos.

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H. Consecuencias naturales
Al experimentar las consecuencias naturales de sus
propias acciones, debidas a las leyes naturales del mundo
físico, su hijo aprende a portarse bien. Por ejemplo:
llegar tarde a la cena significa que la comida estará
fría; no vestirse en forma apropiada de acuerdo al tiempo
que haya significa que su hijo tendrá frío o se mojará;
no ponerse los mitones para ir a jugar en la nieve
significa que tendrá las manos frías; correr sobre el
hielo puede causarle una caída; ponerse arena en la boca
produce un sabor desagradable; romper un juguete
significa que ya no será divertido jugar con él; y
acostarse tarde significa estar soñoliento por la mañana.
Aunque es muy útil que los niños aprendan de sus errores,
es importante que no se les permita hacer alguna cosa que
pueda lastimarlos a ellos o a otras personas, como por
ejemplo, jugar con fósforos o correr en la calle.

I. Restricción de los lugares donde el niño puede portarse


mal
Esta técnica es especialmente útil para los problemas de
la conducta que no pueden ser eliminados. Permitir un
mal comportamiento como meterse el dedo en la nariz y
masturbarse en su cuarto evita un conflicto innecesario.
Los juegos tumultuosos o bruscos pueden ser permitidos
sólo fuera de la casa. Durante el invierno, usted puede
permitir que su hijo ande en triciclo únicamente en el
sótano.

J. Consecuencias lógicas
Las consecuencias lógicas son las que usted le impone a
su hijo como resultado de su mal comportamiento. Estas
consecuencias deben estar relacionadas lógicamente con el
mal comportamiento, haciendo al niño responsable de sus
problemas y decisiones. Muchas consecuencias lógicas son
simplemente la privación temporal de alguna posesión o de
algún privilegio. Algunos ejemplos son: quitarle los
juguetes o lápices de color si el niño los usa
incorrectamente, no reemplazar un juguete perdido, no
reparar un juguete roto, enviar a su hijo a la escuela
vestido parcialmente si no quiere vestirse solo, hacerle
limpiar la leche que derramó o el piso que ensució con
barro, hacerle lavar la ropa interior que ensució y
apagar la televisión si los niños se están peleando a
causa de ella. Además, su hijo puede perder
temporalmente sus privilegios de ver televisión, usar el
teléfono, ir de compras, andar en bicicleta y usar el
automóvil si abusa de ellos. En la escuela, el maestro
proporcionará consecuencias lógicas apropiadas si su hijo
no completa sus tareas escolares.
No castigue a sus hijos privándolos de cosas básicas
indispensables, tales como una comida; de actividades
organizadas con grupos tales como un equipo deportivo o
una tropa de niños exploradores; o de algún evento que su
hijo ha estado esperando por mucho tiempo, como por
ejemplo, ir al circo.

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K. Retardo de un privilegio
Esta técnica consiste en pedirle a su hijo que termine
una actividad que le gusta menos antes de que pueda hacer
otra que le gusta más ("primero el trabajo y luego la
diversión"). Algunos ejemplos son: "Después de limpiar
tu cuarto, puedes salir a jugar"; "Cuando termines la
tarea, puedes ver la televisión"; y "Cuando hayas
probado toda la otra comida, puedes comer el postre".

L. Mensajes de "yo"
Cuando su hijo se porta mal, explíquele cómo se siente
usted. Dígale: "Estoy enojada" o "Me molesta cuando
haces tal y tal cosa". Es más probable que su hijo la
escuche y responda positivamente si usa este enfoque y no
si todo lo que le dice empieza con "tú". Los mensajes de
"tú" generalmente desencadenan una reacción defensiva.

M. Negociación y conferencias familiares


A medida que los niños crecen, necesitan más comunicación
y conversaciones con sus padres acerca de los problemas.
Uno de los padres puede iniciar tal conversación
diciendo: "Necesitamos cambiar estas cosas. ¿Por dónde
quieres empezar?" También es útil tener conversaciones
en las que participa toda la familia (conferencias
familiares).

V. Guías generales para aplicar los castigos

A. No sea ambivalente
Propóngase hacer lo que diga. Sea decidida y firme.

B. Corrija con amor


Hable a su hijo en la forma en que usted quiere que otras
personas le hablen a usted. Evite recurrir a los gritos
o emplear un tono de voz irrespetuoso. Por ejemplo,
dígale suavemente: "Lamento que hayas salido del patio.
Ahora debes quedarte en la casa".

C. Dele una advertencia o aviso recordatorio antes de


castigarlo
Si usted está segura de que su hijo comprende la regla,
esta advertencia es innecesaria y usted puede castigarlo
sin advertencia previa. Si su hijo no deja de hacer lo
que está haciendo, asegúrese de aplicar el castigo en
lugar de simplemente repetir las amenazas de hacerlo.
D. Castigue a su hijo si es claro que tiene intención
agresiva
Detenga a su hijo antes de que lastime a alguien o que
cause algún daño. Un ejemplo sería si usted ve que su
hijo levanta un juguete para golpear a un compañero de
juegos.

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E. Aplique el castigo inmediatamente


Los castigos diferidos son menos eficaces porque los
niños pequeños olvidan la razón por la que se les está
castigando. El castigo debe tener lugar muy pronto
después del mal comportamiento y debe ser aplicado por el
adulto que lo presenció. Una excepción para los niños
mayores de 4 ó 5 años es cuando se portan mal fuera de
casa, donde es difícil castigarlos. Puede poner marcas
en la mano de su hijo con un marcador o bolígrafo para
indicar el número de castigos que recibirá cuando lleguen
a casa. Los castigos pueden ser 5 minutos de suspensión
temporal ó 30 minutos descontados del tiempo para ver la
televisión, por cada marca.

F. Cuando castiga a su hijo, haga un comentario de una sola


frase acerca de la regla
Evite un discurso largo.

G. No haga caso de los argumentos de su hijo mientras lo


está corrigiendo
Esto es algo que los niños utilizan para retardar el
castigo. Especialmente cuando tienen menos de 3 años de
edad, los niños entienden principalmente las acciones, no
las palabras.

H. Haga que el castigo sea breve


Retire los juguetes de la circulación durante 1 ó 2 días
como máximo. Las suspensiones temporales no deben durar
más de 1 minuto por cada año de la edad del niño.

I. Haga que el castigo sea proporcionado al mal


comportamiento
Trate también de hacer que el castigo esté relacionado
con el mal comportamiento (vea la exposición de las
consecuencias lógicas en la Sección IV).

J. Después del castigo, exprese cariño y confianza


Déle otra vez la bienvenida a su hijo en el círculo
familiar y no haga comentarios acerca del mal
comportamiento previo ni exija una disculpa por el mismo.

K. Dirija el castigo contra el mal comportamiento, no contra


la persona
Evite los comentarios degradantes, tales como: "Tú nunca
haces nada bien".

L. No se sorprenda si, por un breve período, su hijo se


porta mal con mayor frecuencia una vez que usted haya
empezado a disciplinarlo en forma firme y regular
Los niños que están fuera de control al principio tratan
de poner a prueba la determinación de los padres antes de
aceptar el nuevo sistema. Este período de prueba
generalmente dura 2 ó 3 días.

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VI. Guías generales para el refuerzo positivo del comportamiento


deseado
La mayoría de los padres no proporcionan suficiente refuerzo
positivo, especialmente elogios. No cuente con el buen
comportamiento de su hijo como un hecho. Cuando nota que su
hijo se comporta como usted quiere, elógielo diciéndole algo
como "Me gusta la forma en que....", o "Aprecio..." Al decir
esto, acérquese a su hijo, mírelo, sonría y sea afectuosa.
La recompensa favorita de casi todos los niños es la atención
de los padres.

Hay dos clases de refuerzos positivos: sociales y materiales.


Los refuerzos positivos sociales, tales como el elogio, deben
ser utilizados cuando su hijo se comporta en una forma
deseada. Elogie el comportamiento, no elogie a la persona.
Algunos ejemplos son: compartir los juguetes, tener buenos
modales, llevar a cabo las tareas, jugar con otros en buena
armonía, tratar amablemente al bebé, acariciar suavemente al
perro o gato, ser tolerante en los tratos con los demás,
limpiar el cuarto o leer un libro. Su hijo también puede ser
elogiado por tratar de hacer las cosas, como, por ejemplo
tratar de usar la bacinica durante el aprendizaje de la
higiene personal o intentar algo difícil, como armar un
rompecabezas. Los elogios harán que su hijo quiera portarse
bien más a menudo. Trate de "sorprender" a su hijo cuando se
está portando bien, y haga comentarios al respecto tres o más
veces por cada vez que tenga que disciplinarlo o criticarlo.

Los refuerzos positivos materiales generalmente son dulces o


dinero. Utilice los refuerzos materiales como incentivos para
aumentar la frecuencia de la conducta responsable. Estos
refuerzos pueden ser útiles para vencer la resistencia cuando
los niños se obstinan en su comportamiento conflictivo (por
ejemplo, mojarse o ensuciarse los pantalones). Los refuerzos
materiales sólo deben ser utilizados para un problema de
comportamiento por vez, y cuando el elogio no haya dado
buenos resultados por sí solo. Los refuerzos materiales
deben ser eliminados gradualmente y reemplazados cuanto antes
con refuerzos naturales (sociales).

VII. Llame a nuestro consultorio durante el horario normal si:


- El mal comportamiento de su hijo es peligroso
- Los casos de mal comportamiento son demasiado numerosos
- Su hijo también está teniendo problemas de conducta en la
escuela
- Su hijo no parece tener muchas buenas cualidades
- Su hijo parece estar deprimido
- Los padres no pueden ponerse de acuerdo sobre la
disciplina
- Usted no puede abandonar el castigo físico (Nota: Llame
inmediatamente si teme poder lastimar a su hijo)
- El mal comportamiento no mejora después de 1 mes de
adoptar este enfoque

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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EL NIÑO NEGATIVO Y OBSTINADO

I. Definición
El negativismo es una fase normal por la cual pasan la
mayoría de los niños entre los 18 meses y los 3 años de edad.
Pero si no es bien manejado se puede prolongar por muchos
años. Durante este tiempo, los niños responden negativamente
a muchas peticiones, aunque éstas sean agradables. En general,
son obstinados más bien que cooperadores. Se deleitan en
rechazar una sugerencia, sin que importe si se trata de
vestirse o de desvestirse, tomar un baño o salir de la
bañera, acostarse o levantarse de la cama.

II. Cómo tratar a un niño negativo y obstinado.


Considere las siguientes guías generales que pueden
proporcionarle ayuda a usted y a su hijo durante esta fase.

A. No tome demasiado en serio esta fase normal.


Cuando su hijo dice "No", lo que quiere decir es "¿Tengo
que hacerlo?" o "¿Lo dices en serio?" Esta respuesta no
debe ser confundida con la falta de respeto. Esta fase
es importante para la autodeterminación y la identidad.
Trate de verla con sentido del humor, y la fase tal vez
dure sólo de 6 a 12 meses.

B. No castigue a su hijo por decir "No".


Castigue a su hijo por lo que haga, no por lo que diga.
Como usted no puede eliminar el "No", páselo por alto.

C. Dele a su hijo otras opciones.


Esta es la mejor manera de hacer que su hijo sienta que
tiene más libertad y control, y esto a su vez hará que él
esté más dispuesto cooperar. Algunos ejemplos de
opciones son dejar que su hijo elija entre una ducha o un
baño en la bañera; qué libro quiere leer; cuáles juguetes
se llevará a la bañera; qué fruta comerá como bocadillo;
qué ropa o zapatos se pondrá; qué cereal comerá en el
desayuno; qué juego va a jugar, si será dentro o fuera de
la casa, en el parque o en el patio; y así sucesivamente.
Para las tareas que no le agraden a su hijo, déjelo que
tenga voz en el asunto, preguntándole: "¿Quieres hacerlo
lentamente o rápido?" o "¿Quieres que lo haga yo, o lo
haces tú?" Cuanto más pronto su hijo llega a tener la
impresión de que es él quien toma las decisiones, tanto
más pronto terminará esta fase.

D. No le dé una opción a su hijo cuando no hay opción.


Las reglas de seguridad, tales como sentarse en el
asiento de seguridad en el automóvil, no están sujetas a
discusión, aunque usted puede explicar la razón por la
que debe observarse esa regla. Acostarse por la noche o
ir a la guardería o la escuela tampoco son cosas
negociables. No haga una pregunta cuando sólo haya una

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respuesta aceptable, pero guíe a su hijo de una manera tan


positiva como sea posible ("Hagamos esto"). Las órdenes
como "Haz esto o si no... (sufrirás las consecuencias)"
deben evitarse.

E. Proporcione tiempo de transición para el cambio de


actividades.
Si su hijo se está divirtiendo y debe cambiar a otra
actividad, probablemente necesite tiempo de transición.
Por ejemplo, si su hijo está jugando con sus camioncitos
cuando se acerca la hora de la cena, avísele 5 minutos
antes. Algunas veces, un contador de tiempo de cocina
resulta útil para que un niño acepte el cambio.

F. Elimine las reglas excesivas.


Cuantas más reglas tenga, tanto menos probable es que su
hijo esté conforme en observarlas. Elimine las
expectativas innecesarias y las discusiones acerca de si
se pondrá calcetines o comerá todo lo que tiene en su
plato. Ayude a que su hijo se sienta menos controlado
teniendo diariamente más interacciones positivas que
contactos negativos.

G. Evite responder a las peticiones de su hijo con un número


excesivo de negativas.
Sea un modelo de afabilidad para su hijo. Cuando su hijo
le pide algo y usted no está segura, diga "Sí" o por lo
menos cuente hasta 10 antes de decir "No". Si va a
conceder la petición, hágalo de inmediato, antes de que
su hijo empiece a lloriquear o suplicar.

Adaptado del Dr. B. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health"

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