Está en la página 1de 13

Los instrumentos financieros y su tratamiento en los

estados financieros
Sobre los instrumentos financieros se podrán decir que se
dividen en instrumentos de deuda por ejemplo los bonos e
instrumentos de patrimonio por ejemplo las acciones
comunes y adicionalmente los derivados que tienen
características muy especiales.
En el mundo las dos principales entidades que dan
directrices sobre el tratamiento de los instrumentos
financieros en los estados financieros son el Financial
Accounting Standards Board (FASB) y International
Accounting Standards Board (IASB), si bien este artículo se
centrará en las directrices del IASB también se dará una
breve descripción de lo que establece el FASB.
No se tratará en este artículo sobre activos financieros
(instrumentos de patrimonio) donde exista una relación de
matriz – subsidiaria es decir donde existe control por parte
del inversor o cuando exista control conjunto o influencia
significativa.
El Financial Accounting Standards Board
Las directrices del FASB a partir del año 2009 se encuentra
en los Accounting Standars Codification (ASC) el cual se
encuentra clasificado por temas.
Según el FASB las inversiones se dividen en 1) Inversiones
en títulos de deuda (Tema 320), 2) Inversiones en títulos de
renta variables (Tema 321), 3) Inversiones: Método de
participación y negocios conjuntos (Tema 323), 4)
Inversiones – Otros (Tema 325).
Los puntos 3 y 4 están fuera del alcance de este articulo por
lo cual solo se hablará de los temas 320 y 321.
Las inversiones en títulos de deuda se clasifican en:
Valores para negociación
Valores disponibles para la venta
Títulos mantenidos hasta su vencimiento
Los valores para negociación se adquieren con la intención
de venderlos en un corto tiempo, sin embargo, en el
momento de la adquisición una entidad no excluirá un valor
de esta clasificación si es que planea mantenerlo por un
tiempo más largo. La clasificación de un valor como
negociable no debe excluirse simplemente porque la
entidad no pretenda venderlo a corto plazo.

Un ejemplo de este tipo de valores sería un bono con


vencimiento a cinco años que se tiene la intención de
venderlo en el plazo de tres meses después de su
adquisición.
Las inversiones en valores disponible para la venta son
instrumentos de deuda que no están clasificadas como
valores para negociación o como mantenidos hasta su
vencimiento.
Un ejemplo de valores disponible para la venta sería un
bono con vencimiento a cinco años que se tiene la intención
de venderlo en el plazo de tres años después de su
adquisición, es decir faltando dos años para su vencimiento.
las inversiones mantenidas hasta su vencimiento son
instrumentos de deuda que la entidad declara que tiene la
intención positiva y la capacidad de mantener estos valores
hasta su vencimiento.
Un ejemplo de inversiones mantenidas hasta su
vencimiento sería un bono con vencimiento a cinco años
que se tiene la intención de mantenerlo hasta su
vencimiento, es decir no venderlo y redimirlo al quinto año
que es su vencimiento.
Los valores para negociación se medirán posteriormente a
valores razonables. Las ganancias y pérdidas por tenencia
no realizadas se incluirá en el resultado del ejercicio.
Las inversiones en instrumento de deuda clasificadas como
valores disponibles para la venta se medirán
posteriormente a valor razonable en el estado de situación
financiera. Las ganancias y pérdidas por tenencia no
realizadas se incluirá en otros resultados integrales hasta
que se realicen, excepto cuando dicho instrumento se
designe como contabilidad de cobertura a valor razonable
en cuyo caso el cambio del valor razonable se imputará a
resultado del ejercicio durante el periodo de cobertura.
Las inversiones en instrumento de deuda clasificadas como
mantenidas hasta su vencimiento se medirán
posteriormente al costo amortizado en el estado de
situación financiera. Si este instrumento estuviera en
moneda extranjera la diferencia de cambio como regla
general se reconocerá en el resultado del ejercicio.
El tema 321 que trata sobre la inversión en instrumentos de
renta variable o dicho de otra forma inversión en
instrumentos de patrimonio, el FASB indica que dichas
inversiones se medirán posteriormente a valor razonable en
el estado de situación financiera. La ganancia o pérdida por
tenencia no realizada se imputará a resultado del ejercicio,
salvo que sean unos instrumentos de patrimonio con
valores razonables no fáciles de determinar.
“Para las inversiones en acciones sin valores razonables
fácilmente determinables. A menos que la inversión
califique para la alternativa de medición descrita a
continuación, las entidades deben reportar las acciones sin
valores razonables fácilmente determinables a valor
razonable de acuerdo con la ASC 820 e informar todos los
cambios subsecuentes en el valor razonable en la utilidad
neta. Este enfoque requiere una valoración cuantitativa
cada año. En ocasiones, una valoración cuantitativa puede
requerir que la entidad contrate a un experto.
Reconociendo el tiempo y el costo involucrados en la
valoración de cada inversión de capital para cada período
de presentación de informes, el FASB proporciona una
alternativa práctica: una alternativa de medición.
Alternativas de medida. Las entidades tienen dos
alternativas de medición disponibles para las inversiones de
capital sin un valor razonable fácilmente determinable:
La alternativa ASC 820 (expediente practico)
La alternativa práctica ASC 321.” (Flood, 2017, p269-270).
La alternativa ASC 820 se refiere al expediente practico que
solo es aplicable para ciertas inversiones y la alternativa ASC
321 se refiere a medir dichas inversiones a costo menos
deterioro, más o menos los cambios observables en el
precio que califiquen.
El expediente practico se refiere a que el valor de la acción
se determina dividiendo el activo neto entre el número de
acciones. Para el caso de los pasivos financieros estos se
clasifican en pasivos que se llevan al costo amortizado y
pasivos que se llevan a valor razonable. El International
Accounting Standards Board ,A diferencia del FASB el IASB
no hace distinción para efectos de la clasificación de los
activos financieros entre instrumentos de deuda e
instrumentos de patrimonio si no que toma criterios
generales aplicable a los dos tipos de instrumentos.
Los dos criterios centrales para la clasificación de los activos
financieros[1] son 1) el modelo de negocio que sigue la
entidad y 2) las características de los flujos de efectivo
contractuales que generan los activos financieros.
Sobre el modelo de negocio se distinguen tres tipos de
modelos que son 1) cuyo objetivo es mantener los activos
financieros para obtener los flujos de efectivos
contractuales, 2) cuyo objetivo no es mantener los activos
financieros si no que el objetivo está más orientado al valor
razonable que pudieran obtener dichos activos financieros
con el fin de venderlos, y 3) cuyo objetivo se logra
obteniendo flujos de efectivo contractuales y vendiendo
activos financieros, es decir que tiene un modelo dual que
es una combinación de los dos modelos anteriores.
Es necesario comentar que el concepto de flujos de efectivo
contractuales está más orientado a instrumentos de deuda
pues los instrumentos de patrimonio no tienen flujos
contractuales pues los dividendos se pagan solo cuando la
junta general de accionistas los acuerda, por lo cual no se
podría decir que están contractualmente establecido dichos
dividendos.
En referencia a las características de los flujos de efectivo
contractuales existen dos tipos de flujos 1) cuyas
condiciones contractuales del activo financiero dan lugar,
en fechas específica a flujos de efectivo que son únicamente
pagos del principal e intereses sobre el importe del principal
pendiente, a este tipo de flujos los denomino flujos simples,
2) flujos complejos cuya condiciones contractuales
introducen otros elementos como la exposición a los riesgos
o volatilidad en los flujos de efectivo contractuales que no
está relacionada con un acuerdo básico de un préstamo, tal
como la exposición a cambios en los precios de
instrumentos de patrimonio o de materias primas cotizadas,
estos elementos no dan lugar a flujos de efectivo
contractuales que son solo pagos del principal e intereses
sobre el importe principal pendiente. Un ejemplo de este
tipo de flujos son los bonos convertibles en acciones
comunes.
Existen tres grandes categorías de activos financieros que
son 1) activo financiero a valor razonable con cambios en el
resultado del ejercicio, 2) activos financieros a valor
razonable con cambios en el ORI[2], y 3) activo financiero a
costo amortizado.
Las dos primeras categorías son activos que se miden inicial
y posteriormente al valor razonable con la diferencia que en
la primera categoría los cambios del valor razonable
impactan en el resultado del ejercicio en cambio la otra
categoría los cambios del valor razonable impactan en el
ORI.
Los activos financieros a valor razonable con cambios en
resultados es la categoría general de los activos financieros,
esto quiere decir que un activo financiero como regla
general debería estar en esta categoría y que más bien las
otras categorías son la excepción a la regla general. En esta
categoría existe una subcategoría que se denomina los
designados donde la entidad en el reconocimiento inicial
hace la elección irrevocable de llevarlos a valor razonable
con cambios en resultados si al hacerlo así elimina o reduce
significativamente una incongruencia de medición o
reconocimiento algunas veces denominada asimetría
contable[3]
En la categoría de activos financieros a valor razonable con
cambios en el ORI existe dos subcategorías una referente a
instrumentos de deuda y la otra referente a instrumentos
de patrimonio. Sobre los instrumentos de deuda se indica
que están en esta subcategoría si se cumple dos condiciones
a) el activo financiero se mantiene dentro de un modelo de
negocio cuyo objetivo se logra obteniendo flujos de efectivo
contractuales y vendiendo activos financieros, es decir
corresponde al modelo de negocio dual descrito párrafos
arriba y b) las condiciones contractuales del activo
financiero dan lugar, en fechas especificadas, a flujos de
efectivo que son únicamente pagos del principal e intereses
sobre el importe del principal pendiente, es decir un flujo
simple. Si bien la NIIF 9 no expresa de manera explícita que
esta hablado de instrumentos de deuda con la segunda
condición queda más que claro que así es pues solo los
instrumentos de deuda pagan principal e intereses y los
instrumentos de patrimonio no. En esta subcategoría se
debe calcular la tasa de interés efectiva y con dicha tasa se
reconoce los intereses en el resultado del periodo.
La otra subcategoría dentro de la categoría de activos
financieros a valor razonable con cambios en el ORI se
refiere a instrumentos de patrimonio y para estar en esta
subcategoría realmente no se requiere cumplir condiciones
del modelo general, sino que la entidad en el
reconocimiento inicial, puede realizar una elección
irrevocable para presentar en el ORI los cambios posteriores
en el valor razonable de una inversión en un instrumento de
patrimonio que, estando dentro del alcance de la NIIF 9, no
sea mantenida para negociar y tampoco sea una
contraprestación contingente reconocida por una
adquirente en una combinación de negocios a la que se
aplica la NIIF 3. Si no existiera esta elección irrevocable el
instrumento de patrimonio estaría dentro de la regla
general de activos financieros es decir que estaría en la
categoría de a valor razonable con cambios en resultados.
La tercera categoría de activos financieros se refiere al costo
amortizado, para estar en esta categoría se requiere a) que
el modelo de negocio sea de mantenimiento del activo
financiero y b) que los flujos de efectivo contractuales sean
simples. En esta categoría se debe calcular la tasa de interés
efectiva y con dicha tasa se reconoce los intereses en el
resultado del periodo.
En seguida se hablará sobre las categorías de pasivos
financieros[4] que existen y cuya regla general es que los
pasivos financieros son llevados al costo amortizado.
En los pasivos financieros existen dos categorías de pasivos
y cuatro casos especiales de pasivos financieros, las dos
categorías de pasivos financieros que existen son 1) pasivos
financieros al costo amortizado y 2) pasivo financiero a valor
razonable.
En la categoría de costo amortizado van todos pasivos que
no están en la categoría de al valor razonable o en los
cuatro casos especiales de pasivos financieros, en esta
categoría se debe calcular la tasa de interés efectiva y con
dicha tasa se reconoce los intereses en el resultado del
periodo.
En la categoría de pasivos a valor razonable están los
pasivos negociables que incluye los derivados en los cuales
todo el cambio del valor razonable se imputa a resultado
del ejercicio, pero también están los pasivos designados al
valor razonables[5] de los cuales una parte del cambio del
valor razonable se imputa a resultado del ejercicio[6] y la
otra parte del cambio del valor razonable se imputa al ORI.
Los pasivos designados a valor razonable es una opción que
la entidad puede elegir de manera irrevocable en el
reconocimiento inicial del pasivo cuando: a) se elimine o
reduzca significativamente alguna incongruencia en la
medición o en el reconocimiento conocido como asimetría
contable, b) un grupo de pasivos financieros o de activos
financieros y pasivos financieros, se gestiona y su
rendimiento se evalúa según la base del valor razonable.
Los cuatro casos especiales de pasivos financieros son:
Los pasivos financieros que surjan por una transferencia de
activos financieros – implicación continuada.
Contratos de garantía financiera.
Compromisos de concesión de un préstamo a una tasa de
interés inferior a la de mercado.
Contraprestación contingente reconocida por una
adquirente en una combinación de negocios a la cual se
aplica la NIIF 3.
La medición inicial de los activos y pasivos financieros es al
valor razonable excepto para las cuentas por cobrar
comerciales que se medirán según lo establece la NIIF 15.
Los costos de transacción en los activos financieros se
suman y en los pasivos financieros se restan excepto en el
caso de activos o pasivos financieros llevados a valor
razonable con cambios en resultado del ejercicio en cuyos
casos dichos costos de transacción se imputan a gastos.

Finalmente, los derivados financieros que no son utilizados


en una contabilidad de cobertura[7] estarán en activos o
pasivos financieros a valor razonable con cambios en
resultados según corresponda.

También podría gustarte