Está en la página 1de 5

OPINIÓN: El Contrato Social en la teoría política moderna.

Introducción.

El presente trabajo aborda un breve resumen de las principales ideas contenidas en


los textos de la teoría política moderna cuya lectura y comprensión es obligatoria en el
proceso de formación como estudiantes de Ciencia Política y como referentes al momento
de abordar el análisis de la historia y de la realidad contemporánea.
La lectura comprensiva de los texto de Hobbes, Locke, Rousseau y Marx nos ofrece
un panorama de las principales ideas que dieron origen y sustentan la teoría política surgida
en Europa del siglo XVII, y que además que nos permite comprender muchas de las
expresiones del Estado moderno y contemporáneo de hoy en el contextos mas cercanos y
recientes de nuestro país.
En la segunda paste analizo el tema de los falsos positivos en el marco de una
situación generalizada de violación de los DDHH en Colombia lo cual representa, a mi
entender, una ruptura, o al menos fallas serias, en la validación del metafórico contrato
social que en nuestro caso es representado por la Constitución Política de 1991.

Síntesis de los aspectos principales de la lectura elegida.

En los escritos de Hobbes y Locke se encuentra reflejada la polémica desatada en


las confrontaciones de la Inglaterra del siglo XVII entre los partidarios del absolutismo
monárquico que defendían el derecho divino de los reyes a quienes los súbditos debían
obediencia pasiva, de un lado, y por el otro, los seguidores de la monarquía parlamentaria
basada en principios del estado liberal que proponía “la independencia, la autonomía y el
fortalecimiento moderado del parlamento con atribución de la facultad legislativa”
(GUERRERO, 1990). En esta disputa con capítulos revolucionarios en 1648 y 1688, los
bandos en disputa y la teoría política del momento buscaban dar respuesta a interrogantes
cruciales sobre el origen, la constitución y el ejercicio del poder; la mejor forma de
gobernar; los roles correspondientes al pueblo y a los gobernantes para recuperar o
mantener la paz superar el estado de guerra.
Hobbes, partidario del absolutismo monárquico, parte de que en el ‘estado de
naturaleza’ todos “los hombres son más iguales que desiguales” (Hobbes, 1992) y que
debido a esta condición de igualdad todos tienen la misma capacidad de proporcionarse a sí
mismos alimento y demás medios para garantizarse seguridad o conservación, lo cual lleva
a que en situación de escases los hombres se enfrentarán los unos a los otros por los frutos
de la naturaleza. El hombre se volverá enemigo del hombre y tratara de subyugar a otros
hombres para asegurarse de obtener los medios de supervivencia. En ese estado de
naturaleza que describe Hobbes, existe una permanente desconfianza que obliga a los
hombres a dominar a tantos hombres como le sea posible por medio de la fuerza o por
medio de la astucia, como forma de evitar las amenazas de otros hombres. Para Hobbes, en
este estado de naturaleza, la competencia, la desconfianza y la gloria son las tres causas
principales de discordia que impulsan a los hombres a atacarse mutuamente para lograr un
beneficio, seguridad o reconocimiento en un estado de guerra permanente; ‘una guerra tal
que es la de todos contra todos’ en que siempre habrá miedo y peligro de morir; cualquier
cosa que un hombre haga contra otro hombre es legítimo ya que no existe justicia ni leyes,
todo vale, las propiedades se limitan a lo que cada individuo este en capacidad de recolectar
y guardar, “existe continuo temor peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es
solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve”. (HOBBES) y es de este estado, del deseo de
paz que surge la necesidad de consensuar y pactar normas para procurarse una vida mas
agradable. El estado de naturaleza es, según Hobbes, una condición intrínseca de la
humanidad, que se pone de manifiesto siempre que el gobierno o el ordenamiento
establecidos mediante el pacto social son violados o destruidos.
Locke por su parte plantea, al igual que Hobbes, que todos los hombres son iguales
y que tal igualdad es producto de su condición natural. Todos los hombres son seres de la
misma especie ‘nacidas para disfrutar en conjunto las mismas ventajas naturales y para
hacer uso de las mismas facultades’ y por tanto en este estado de naturaleza no existe
ningún tipo de subordinación, avasallamiento o sujeción de unos hombres a otros. Define
las características de ese estado de naturaleza como un estado de igualdad en el cual todos
tienen el mismo poder, la misma libertad y la misma capacidad de disfrute de los bienes
que ofrece la naturaleza. En palabras de Locke, es un “estado de perfecta libertad para que
cada uno ordene sus acciones y disponga de posesiones y personas como juzgue oportuno,
dentro de los límites de la ley natural sin pedir permiso a nadie ni depender de la voluntad
de ningún otro hombre” (LOCKE, )
A diferencia de Hobbes para quien el estado de naturaleza es un estado de guerra y
la voluntad de paz deviene del miedo, Locke concibe que en el estado de naturaleza la
razón es la ley natural y el factor que determina que ningún hombre agreda a sus
semejantes; la razón lleva a que ningún hombre libre atente contra la vida, ni contra la
libertad, ni contra la propiedad de otros hombres libres e iguales a él. En ese estado de
naturaleza ningún hombre tiene derecho a destruir al prójimo, si no por lo contrario, cada
hombre está obligado a proteger y respetar a toda la humanidad, de la misma manera como
debe protegerse y resguardarse a sí mismo, teniendo a su disposición los medios idóneos
para propiciar la paz y la equidad; también para de castigar a los transgresores de esa ley
(LOCKE)
Una diferencia fundamental entre los dos autores consiste en la concepción que cada
uno de ellos tiene sobre lo que uno y otro llaman ‘el hombre en el estado de naturaleza’:
mientras para Hobbes el hombre es un lobo para el hombre, para Locke el hombre es
intrínsecamente bueno y orientado a practicar la ley natural hasta que es corrompido por sus
propias pasiones o por las acciones de otros hombres. Esta diferencia no es óbice para que
ambos filósofos coincidan en la necesidad de un poder externo y superior con la autoridad
de limitar la libertad de los individuos para eliminar el “estado de guerra” y aclimatar la
paz. Es en este sentido que se entiende la metáfora el contrato social como un acuerdo o
pacto entre los integrantes de una sociedad que da origen a la sociedad política o sociedad
civil y que a su vez se constituye en uno de los fundamentos de la teoría política moderna.
Se perfilan así los modelos de Estado originados en este contrato: en uno, los
hombres deben ceder totalmente sus derechos y libertades ante el Estado, el cual tendría de
manera exclusiva, el monopolio en el uso de la fuerza, la potestad de aplicar las leyes y
castigar a los infractores para evitar que vivamos en un estado de guerra permanente de
todos contra todos. (HOBBES); en otro, “el estado debe intervenir de forma delimitada en
los conflictos para defender los derechos a la vida, la libertad y la propiedad” (LOCKE).
Una tercera noción de contrato social y de Estado surgido de este es el que propone
Rousseau. Para él, los ciudadanos solo están obligados a ceder la libertad individual a un
estado que realmente resulta y representa efectivamente la voluntad general entendida
como voluntad del pueblo. Este pensador considera que el hombre por naturaleza es bueno,
recto, exento de perversidad, amante del orden y de la justicia y “nace libre, pero en todos
lados está encadenado” y que se vuelve bueno o malo por accidente dependiendo de las
condiciones y circunstancia en las cuales le toca vivir. En estas circunstancias, mediante el
acto metafórico del contrato social los hombres ganan la libertad civil, el derecho a la
propiedad privada y la condición de ciudadano otorgándole legitimidad a la instauración el
poder político.
En otro de sus textos, Rousseau sostiene que si unos pocos privilegiados, convencen
al pueblo de someterse a su poder, engañándolo con artificios sobre los peligros de la
desunión o la violencia, para legitimar o establecer un Estado basado en la desigualdad y el
dominio de los ricos, entonces se “formaliza la sociedad civil corrupta” expresión de
arbitrariedad y por tanto ilegitima. (ROUSSEAU, 1754 Pag. 46)
En la lectura de Karl Marx, hay que tener en cuenta que este pensador vivió entre
1818 y 1883 y su texto ‘Salario, Precio y Ganancia’ es la transcripción sus conferencias de
1865 ante un congreso internacional de trabajadores y publicado por su hija en 1898. Es
decir, su vida y obra transcurre en un contexto histórico bastante diferente al que vivieron e
interpretaron Hobbes, Locke y Rousseau.
En Salario, precio y ganancia Marx rebate las teorías John Weston, quien defendía
la idea de que el aumento de los salarios no mejoraba la situación de los obreros, que la
lucha sindical por alza de salarios genera efectos perjudiciales y por lo tanto se oponía tanto
a la lucha obrera por mejoras salariales como a los mismos sindicatos. Desarrolla su propia
teoría basada en investigaciones sobre la plusvalía, la tendencia decreciente de la tasa de
ganancia, el valor trabajo, el carácter de la fuerza de trabajo como mercancía y sustenta
como las relaciones entre capital y trabajo en el sistema capitalista están basadas y
perpetúan la desigualdad de clase y por tanto en la explotación del trabajo asalariado en
beneficio de los capitalistas. Marx explica la teoría del valor del trabajo según la cual
el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo socialmente
necesario para su producción y no por el beneficio que le encuentre el consumidor. (MARX
1865). Además expone el concepto de plusvalía como la ganancia que produce el
trabajador, y que se queda el capitalista, al trabajar más del tiempo necesario para
reproducir su fuerza de trabajo. Para Marx, es aconsejable la lucha de los trabajadores por
aumentos salariales pero explica que tal aumento se justifica si la suma de tales aumentos
solo se refleja en una disminución de la ganancia del capitalista.

La Violación de los Derechos Humanos, Ilegitimidad y la Ruptura del Contrato Social


y en el Estado colombiano.
El Estado colombiano es débil e ineficaz e incumple sus obligaciones de
materialización del fin supremo y función esencial de asegurar y proteger la vida a todas las
personas residentes en el territorio nacional. Este mandato constitucional establecido en el
preámbulo y en el Título 1 que prescribe los principios fundamentales y más
específicamente en el artículo segundo de la Carta es concordante con el artículo 3 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos; con la Convención Internacional para la
protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas; la Convención contra la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, los Convenios de
Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales sobre Derecho Internacional Humanitario
aplicables en caso de conflicto armado no internacional, y el Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional, de los cuales Colombia es signataria y están ratificados e incorporados
como bloque de constitucionalidad a nuestro ordenamiento jurídico.
Esta afirmación tiene sustento al contrastar lo afirmado con similares afirmaciones
sostenidas de manera continua en el Informe anual de la Oficina del Alto comisionado de
Naciones para los Derechos Humanos en Colombia que ha observado “la persistencia de
altos niveles de violencia que generaron graves violaciones a los derechos humanos. De
particular preocupación fueron las agresiones a las personas defensoras de derechos
humanos y a los pueblos indígenas, y el incremento en los casos de presuntas privaciones
arbitrarias de la vida, así como graves violaciones a los derechos humanos cometidas
contra niñas y niños en el contexto de la violencia y el conflicto armado”, esta entidad ha
reiterado “la necesidad de atender las causas estructurales que generan violencia,
especialmente en las zonas rurales, y que están relacionadas con la falta de acceso a los
derechos humanos” (ACNUDH 2021). En el mismo sentido se ha pronunciado la Agencia
de defensora de Derechos Humanos estadounidense Human Rights Watch en su informe
sobre Abusos cometidos por miembros de la fuerza pública al afirmar que “Entre 2002 y
2008, miembros de brigadas del Ejército en toda Colombia ejecutaron de forma habitual a
civiles, en lo que ahora se conoce como “falsos positivos”. Soldados y oficiales,
presionados por sus superiores para que demostraran resultados “positivos” e
incrementaran el número de bajas en el combate a las guerrillas, se llevaban por la fuerza
a víctimas o las citaban en parajes remotos con promesas falsas —como ofertas de empleo
—, para luego dispararles y matarlas, colocar armas junto a los cuerpos e informar que se
trataba de combatientes enemigos muertos en enfrentamientos” (HRW, 2021).
En Colombia diversas organizaciones defensoras de Derechos Humanos han
sostenido que solo en el período comprendido entre 2018, fecha de firma del acuerdo de
Paz con la mayor y más antigua Guerrilla, las FARC-EP, hasta la fecha se han registrado 90
masacres las cuales el gobierno actual ha intentado desvirtuar con el eufemismo de
asesinatos colectivos. También han mostrado múltiples informes la continuidad,
sistematicidad y el aumento del asesinato de personas caracterizadas por ser líderes
sociales, ambientales, comunales, reclamantes de tierra y sindicalistas en una danza de
sangre que, en los últimos dos años, ya ha cobrado la vida de 350 líderes y 90
excombatientes de las FARC en proceso de reincorporación luego de haber hecho dejación
de armas.

Referencias Bibliográficas

1. Hobbes (1992). El Leviatán (capítulos: 13, 14 y 18):


Altaya. https://drive.google.com/file/d/1Q4IWj9kbOI-
9uJa6LyBVcgjJda5yDtGc/view

2. Locke (1995). El segundo tratado del gobierno civil (capítulos: 1, 2, 5, 9, 10, 11 y


12):
Altaya. https://drive.google.com/file/d/1AS5bnrFDBllCs8WzGVueqimzRYPRe6h
A/view

3. Marx, K. (2010). Salario, precio y ganancia (capítulos del 6 al 14): Centro de


estudios socialistas Carlos
Marx. https://centromarx.org/images/stories/PDF/salario.pdf
4. Rousseau (1998). El contrato social (Libro I, capítulos: 1-7. Libro II, capítulos: 1, 2,
3, 4, 6, 7 y 11. Libro III, capítulos: 3 y 10):
Altaya. https://drive.google.com/file/d/11Lbq0veyuPLkvvteRtc_-
WZkUcXffZJq/view

5. Rousseau, J.J. (1754), Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad


entre los hombres Pag. 46 https://www.marxists.org/espanol/rousseau/disc.pdf

6. Zardoya Loureda, Rubén (1999) Historia universal y globalización capitalista.


¿Cómo se presenta y en qué consiste el problema? Encontrado en ‘Marx vive: siglo
y medio del manifiesto comunista. ¿superación, vigencia o reactualización?’
Segunda Parte - La fase actual del capitalismo (Pag. 167-178)
https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/53456

7. Caycedo Turriago, J., & Estrada Álvarez, J. (1999). Marx vive: siglo y medio del
manifiesto comunista. ¿superación, vigencia o reactualización? 

http://search.ebscohost.com.bibliotecavirtual.unad.edu.co/login.aspx?
direct=true&db=edsbas&AN=edsbas.13855688&lang=es&site=eds-
live&scope=site

8. Vichinkeski Teixeira, Anderson. (2014) Los orígenes filosóficos de la noción de


soberanía nacional en el contractualismo político de Thomas Hobbes, John Locke y
Jean-Jacques Rousseau, https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0718-68512014000200023

9. ONU, Declaración Universal de Derechos Humanos Adoptada y proclamada por la


Asamblea General en su resolución 217 Ar. 3 de 10 de diciembre de 1948.
https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/#:~:text=La
%20Declaraci%C3%B3n%20Universal%20de%20los,historia%20de%20los
%20derechos%20humanos.&text=La%20Declaraci%C3%B3n%20establece%2C
%20por%20primera,a%20m%C3%A1s%20de%20500%20idiomas.

10. Guerrero, Doris Emilia, Tratado sobre el gobierno civil de John Locke. ( 1990) pag.
13. Revista de la U. Javeriana Universitas Philosophica,
https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/vniphilosophica/article/view/11573

También podría gustarte