Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DE LA OSCURIDAD
Mauro Croche
CAPÍTULO UNO
A medida que corres, sientes que pierdes energía, que todas las
heridas infligidas por los hombres de Jeremía finalmente te afectan de
manera negativa.
A Star se la ve cada vez peor, quizás muera en tus brazos.
Recuerdas todas las cosas que has vivido en los últimos tiempos, la
aparición de Star, los tipos que ella mató en tu departamento, su
carácter ambiguo e imprevisto, el asesinato del vagabundo, el
encuentro con Vanessa y sus tres hijos vampiros, la pelea con el grupo
de Jeremía… ¡y todo eso en apenas tres días!
Cuando estás por llegar a un claro, Star te detiene:
-¡Ve a la izquierda!
Le haces caso y pronto te internas en un sendero viejo poblado de
helechos y rocas. Lejos, se escuchan disparos y ladridos de perros:
seguramente son los hombres de Jeremía que han recomenzado la
búsqueda.
-Detente -dice la niña-. Ya hemos llegado.
Miras a tu alrededor confundido.
-Pero, ¡aquí no hay nada!
-Mira a tu derecha, detrás de esas enredaderas.
Apartas la maleza de un manotazo: detrás te encuentras con una verja
oxidada que chirría al empujarla. El lugar es selvático y apenas se
puede avanzar. Hay serpientes y ratas que se apartan de tu paso.
Llegas por fin a una construcción abandonada y perdida debajo de
toneladas de hojas y madreselvas.
-¿Qué es esto?
-Es mi hogar -dice Star.
-Pero, esto… ¡esto es un mausoleo!
-Lo sé -dice Star con tristeza-. Vivo aquí desde hace algún tiempo.
Debes ingresar… Adentro te esperará una sorpresa. No creo que te
guste demasiado…
-Aguarda, ¿y por qué debería entrar? -le preguntas.
-Para salvarme.
-¿Y por qué debería salvarte?
-¡Pues porque yo te he salvado antes!
-Es cierto, me salvaste de Vanessa… pero todo ocurrió porque me
obligaste a salir de mi refugio. ¡Por tu culpa tuve que matar a un
vagabundo! Y luego todo se fue al diablo. ¡Yo estaba muy bien antes de
conocerte!
-¿Estás seguro?
-¡Segurísimo!
-Pues entonces, déjame aquí. Yo podré ingresar al lugar sola. Pero
jamás conocerás la verdad.
-¿Qué verdad, Star? ¿De qué demonios estás hablando?
-Te doy a elegir: puedes regresar ahora mismo a tu antiguo refugio y
vivir la vida que llevabas antes. O me acompañas y ya no habrá vuelta
atrás.
-¿Y qué gano si te acompaño?
-No ganas nada. Incluso puedes morir…
-Maldición, está bien. Pero será la última vez que te haga caso.
CAPÍTULO DIECISIETE
Han quedado sólo cuatro hombres incluido Jeremía. Todos los demás
están muertos. El mausoleo parece un cuadro del apocalipsis. Piernas,
torsos, brazos y cabezas se desperdigan por todo el pasillo. La sangre
es resbaladiza y los hombres restantes se mueven con cuidado para no
caer.
-¿Qué demonios era esa cosa? -grita uno de ellos.
-Era un vampiro… o alguna especie más avanzada -dice Jeremía
limpiando su guadaña. Mira a Star y luego a ti-. Y venía a defender a
estos dos. Lástima que no pudo jajaja.
Se agacha y te toma de la cabeza.
-Quiero que mires esto. Quiero que veas cómo le corto la cabeza a tu
hija. Y en cuanto a ti… no te mataré tan rápido. Me debes la muerte de
mi hermano. Te haré sufrir. Desearás estar muerto y… ¡Ay!
Jeremía lanza un grito de dolor: es Bizcocho, que acaba de morderle
otra vez una de sus piernas.
-¡No, Bizcocho! -le gritas-. ¡Vete de aquí, corre!
Pero ya es tarde: Jeremía agarra al perrito del lomo y lo levanta
arrancándole un gañido de dolor.
-Maldita rata peluda -dice Jeremía-. Esto será lo último que hayas
hecho.
Pone al perro sobre el suelo y le pisa la pata para que no pueda
escapar. El perrito gime y trata de liberarse pero no puede. Se escucha
un crujido: es su pata que acaba de fracturarse. Bizcocho aúlla de
dolor.
-Maldito, ¡deja a ese perro en paz! -le gritas.
Jeremía sonríe.
-Todo lo que amas, me encargaré de destruirlo.
Arroja un golpe de guadaña a la cabeza del perro.
Pero algo ocurre: algo se interpone entre su mano y el perro. Jeremía
lanza una exclamación y retrocede, asustado.
Es Star.
Ha vuelto de la muerte, y luce extremadamente enfadada. Incluso a ti
te aterroriza verla así.
Sus ojos despiden destellos del color de las llamas. Su piel se ve rojiza
e inflamada. Su boca se abre dejando escapar un rugido que estremece
el edificio entero.
Te das cuenta que es mucho más que una niña con poderes
extraordinarios, mucho más que un vampiro: es algo que tiene la
capacidad de destruir todo a su paso.
Los hombres de Jeremía alzan sus armas para dispararle y la niña se
abalanza sobre ellos con una velocidad increíble. En menos de cinco
segundos ha matado a los tres restantes, y ahora se regresa para
acabar con Jeremía.
-No -dice el hombre-. No es justo esto. Yo soy un cazador de vampiros,
yo hago un bien a la humanidad.
-No debiste haber hecho daño a mi perro- dice la niña.
-Te propongo algo -ahora Jeremía parece envejecido, encogido frente a
aquella minúscula presencia-. Puedo ser tu esclavo. Conseguirte
comida. Conozco mucha gente… ¿qué es lo que te gusta comer?
¿Niños? ¿Adultos? ¿Hombres, mujeres? Tengo todo a mi alcance. Tú ni
siquiera tendrías que mover un dedo…
-No debiste… haber hecho… daño… a mi perro…
-¡Cuidado Star! -le adviertes.
La guadaña de Jeremía, que había fingido la derrota, cae sobre el cuello
de la niña y lo desgarra.
Star retrocede y de un solo movimiento le saca la guadaña. Su sangre
que es tan roja como el rubí le corre cuerpo abajo, pero la niña ni
siquiera parece notarlo.
Extiende una garra y le arranca la cabeza a Jeremía, cuyo cuerpo
decapitado cae sobre el suelo.
-Oh, Star… -le dices-. Siento lo que ha pasado. He hecho lo que he
podido…
La niña, que se ha agachado para acariciar al perro herido, se da vuelta
y te mira con ojos llameantes de odio.
-¿Quién eres tú?
-Soy… yo soy… tu papá, Star. ¿Acaso no me recuerdas?
La niña vuela hacia ti y te agarra del cuello.
-Yo solo sé que eres un hombre. Y todos los hombres merecen morir,
porque son despreciables.
-¡No! -intentas liberarte de su apretón pero es imposible, la niña tiene
una fuerza extremadamente poderosa-. ¡Recuerda a tu madre!
¡Julianna! ¡Yo soy su esposo! ¡Ambos somos tus padres!
-No recuerdo nada -dice la niña. Sus ojos se agrandan, parecen reflejar
el universo entero y tú te sientes aterrado frente a aquella inmensidad-
. Solo sé que tengo hambre. Y odio. Me han hecho mucho daño. Voy a
matarte…
-Escucha, tú misma me has contado todo. Has dicho que viviste con tu
mamá los últimos dos años, que fueron atacados por vampiros, que
luego fuiste a buscarme a mi refugio. ¡Debes recordar algo!
-¿Cómo te llamas?
Le dices tu nombre.
-Ese nombre no significa nada para mí. Estoy cansada de que la gente
me mienta -dice Star y aprieta tu cuello hasta que comienzas a ver
puntos negros.
CAPÍTULO VEINTICINCO
TÚ ERES STAR
TUS PADRES SON EMANUEL Y JULIANNA
ELLOS TE AMAN Y JAMÁS TE HARÁN DAÑO
SOLO DEBES CONFIAR EN ELLOS Y EL RESTO SALDRÁ BIEN
1
Los años pasan. Tú y Star se han convertido en grandes compinches,
grandes amigos. Viven libres, yendo de un lado a otro y cuidándose el
uno del otro. Tú le enseñas a Star cosas fundamentales de
matemáticas, historia, geografía, literatura y la niña termina convertida
en una chica con profundos intereses humanos. Ella, a su vez, te
enseña a disfrutar de las cosas simples, a relajarte y a vivir. Las cosas
en el mundo siguen igual de horribles, los vampiros y los humanos
desviados acechan, pero Star te enseña que no todo es malo y que vale
la pena arriesgarse para ver la luz del Sol.
De vez en cuando, claro, se topan con vampiros o pandillas que
quieren atacarlos, pero entre tú y Star forman un dúo imparable y no
hay nadie que pueda hacerles frente.
2
La niña crece rápido y tú aprendes a amarla más que a tu vida misma.
El día de su décimo cumpleaños, tú le regalas una muñeca que has
encontrado en una juguetería abandonada. La niña acepta la muñeca
con una sonrisa y te abraza.
-Gracias, papá. Es hermosa. Pero, sabes que ya casi no soy una niña,
¿verdad?
-Sí, lo sé -dices y una lágrima escapa por la comisura de tus ojos-. Pero
para un padre, su hija siempre será una niñita. Y no quiero que sigas
creciendo. Desearía haberte regalado un mundo mejor. Un mundo en
que pudieras tener amigas, fueras a la escuela y nada de esta pesadilla
estuviera pasando.
-No importa, yo estoy feliz de tenerte a mi lado. Es todo lo que quiero y
deseo.
3
Pasan más años y Star cumple trece.
Hay en el mundo una sensación de gris melancolía. Cada vez se ven
menos hombres y mujeres. Incluso muchas pandillas han
desaparecido. Todos o casi todos han sucumbido ante la pandemia
zombie. Los recuerdos de una vida anterior, más alegre y
multitudinaria, se hacen cada vez más lejanos hasta resultar borrosos.
Como contrapartida, los animales pululan por lo que alguna vez fueron
las grandes ciudades. Ciervos, pumas, conejos, osos, incluso tigres y
leones se cruzan por tu camino con mucha frecuencia.
-Papá, esto no terminará nunca, ¿verdad? ¿Qué pasa si terminamos
siendo los últimos dos seres humanos sobre la tierra?
-No lo sé, hija -le dices con sinceridad-. Tal vez sea lo mejor.
-¿Por qué dices eso?
-Los humanos… no nos comportamos muy bien en esta Tierra. La
hemos destrozado. Quizás los vampiros solo vinieron a limpiar el
planeta.
-¡No puedes decir eso! -se indigna Star-. ¿Eso quiere decir que
viviremos así por siempre? ¿Que pasaremos una vida oscura y triste
hasta que nos muramos?
La chica se aleja antes de que puedas darle una respuesta.
Esa misma noche, mientras estás a punto de dormir, ella se acerca y te
dice decidida:
-Debemos hacer algo. Debemos usar nuestros poderes para combatir a
los vampiros.
-Star, tú sabes que eso es imposible. Hay miles de millones de
vampiros. ¡No podremos con todos!
-Podemos organizar a los últimos humanos. Liderarlos y organizar un
último ataque. ¡No podemos seguir viviendo como si nada pasara!
-Star, eso es muy peligroso.
-¿Y qué? ¿Acaso eres un cobarde? ¿Acaso temes morir?
-No temo por mí, hija. Sino por ti. Si te pasa algo, entonces nunca me lo
perdonaré. De hecho ya no podría seguir viviendo.
-Prefiero eso a seguir viviendo así.
-Star, cuando crezcas podremos…
-¡No! ¡No quiero esperar, para ese entonces habrá sido demasiado
tarde!
4
Star no vuelve a hablarte desde ese momento. Se vuelve distante y fría
pero tú sabes que es por su bien.
Sin embargo, a la tercera noche, te despiertas con un presentimiento
terrible. Te levantas y vas hasta el dormitorio de Star: no hay nadie allí.
-¿Star?- la llamas con un nudo de voz.
Ves que muchas de sus cosas preferidas (la mochila, sus lentes de Sol,
un viejo libro de Mauro Croche) ya no están. Tampoco está Bizcocho.
Sales desesperado y la llamas. A tus gritos solo acuden unos vampiros,
pero tú los matas utilizando tus fuerzas sobrehumanas y sigues
camino. Star no está por ningún lado, ¡hay tantos sitios donde
esconderse!
5
La buscas durante los siguientes días, siempre llamándola a los gritos.
La ciudad en ruinas no te responde y temes lo peor.
Al quinto día de búsqueda, cuando ya crees que nada tiene sentido y
piensas en matarte, escuchas unos ladridos a lo lejos.
Corres hacia el lugar y te encuentras con Star sentada sobre el capó de
un viejo coche. A su lado Bizcocho corretea.
-Tenías razón, papá- dice Star llorando-. No sé qué hacer. Ni siquiera sé
por dónde empezar. Soy demasiado joven para hacerlo.
-No, tú tenías razón, perdona -dices mientras la abrazas-. No podemos
seguir así. Debemos hacer algo por esta oscuridad que se ha adueñado
del mundo.
La niña te mira asombrada.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Lo he estado pensando. Y mucho. Tú nunca serás feliz aquí. Y yo debo
hacer algo para mejorarlo. Aunque pierda la vida, no me importa: es
tiempo de movernos. Buscar a los mejores humanos que hayan
quedado vivos. Comenzar una nueva sociedad. Y organizarnos para
pelear con los vampiros. Tú y yo debemos liderar esa guerra. Y
entonces… tal vez encontremos alguna luz de esperanza.
-¿Lo dices en serio?
-Totalmente en serio.
-¿Y cuándo comenzaremos?
-Hoy -afirmas-. Hoy mismo.
La niña salta de alegría.
-¡Gracias! ¡Gracias, papi! -mira hacia los edificios que los rodean,
aquellos que seguramente alojan decenas de vampiros dormidos en
cada una de sus habitaciones-. ¡Prepárense, malditos! ¡Mi papá y yo los
haremos polvo!
6
Así que a partir de ese momento, tú y Star se mueven con otro objetivo.
Comienzan a reclutar humanos. Gente que aún no ha perdido la
esperanza y tiene ganas de luchar. Cuando ven tus aptitudes, y sobre
todo las de Star, se suman más y más personas. Por fin la gente tiene
un dejo de esperanza. Por fin alguien viene a mostrarles el camino.
Te has convertido ahora en un líder, un guerrero del cual muchos
esperan que puedas liberarlos de los vampiros. Junto a Star, formarán
una última resistencia, seguramente muchos mueran, quizás tú mismo
o Star lo hagan. Pero ya se terminaron los tiempos de ocultarse y vivir
con miedo. Ahora, por fin has entendido tu destino, y lucharás por una
vida mejor para tu hija.
7
Pasan más años, hasta que finalmente logras construir la sociedad y el
ejército que deseabas. Se preparan para la primera batalla. Son más de
doscientos hombres deseosos de obtener su libertad que se paran
frente a un edificio infestado de vampiros. Tú encabezas el ejército
junto con Star.
Te das vuelta para mirar a tu hija, ahora ya convertida en una hermosa
y decidida adolescente.
-Te quiero, hija. Pase lo que pase, recuerda que siempre te querré.
-Yo también, papi. Gracias por pasar todos estos años a mi lado.
Ambos se dan vuelta al mismo tiempo hacia el edificio y, lanzando un
fervoroso grito de guerra, se arrojan para pelear contra el enemigo.
www.maurocroche.com