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Liderazgo de la alta gerencia, en la gestión de la

seguridad y salud en el trabajo


 Ago 15 2019 
 Noticias
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El tema de seguridad y salud laboral cada vez cobra mayor importancia en el
ámbito empresarial, en especial, cuando promover prácticas saludables de
cuidado y autocuidado se ven reflejadas en las cifras de disminución de
accidentes de trabajo y en la productividad de las empresas. Pero, aún queda
mucho por hacer, sobre todo en el nivel de responsabilidad de las personas
que están involucradas en el tema y hacen parte activa del Sistema de
Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Potenciar el SG-SST, debe ir más allá del requisito normativo. Poner en marcha
su oportuno funcionamiento, depende en mucho, del tipo de gestión que las
empresas lideran en sus procesos gerenciales. Es desde el ejemplo y el
liderazgo, que la salud y seguridad de toda una organización se ve reflejada en
el compromiso que los trabajadores van adquiriendo desde sus puestos de
trabajo.

Las responsabilidades que deben otorgarse a jefes, directores y supervisores


dentro del SG-SST deben considerarse no como una medida a fuerza, sino
como parte de esa cultura organizacional que identifica a la empresa. Es aquí
donde entra la astucia de la organización para idear estrategias que
promuevan y promocionen las acciones que se encuentran contempladas en
sus políticas sobre la SST. Incluir esta política de la seguridad laboral como un
valor corporativo, es la catapulta que ayudará a garantizar el correcto
funcionamiento del sistema de seguridad, la conformación de ambientes de
trabajo seguros y saludables, y ese vínculo recíproco con los trabajadores, al
momento de poner en práctica las acciones de prevención y control de riesgos.

Pero, ganarse el compromiso de los trabajadores para que adopten a


conciencia las medidas preventivas ante posibles riesgos, es una tarea que
recae en las acciones adelantadas por las altas directivas de las empresas. No
sirve de nada promover hábitos saludables y de autocuidado, cuando sus
directivos no toman en serio la seguridad y salud de sus trabajadores y no
participan en las actividades que exige el SG-SST.
El compromiso entonces, debe ser un liderazgo activo, de ejemplo y
motivación por parte de las directivas. No basta con hacer lo legalmente
mínimo, sino también llevar a cabo prácticas que se reflejen desde la alta
dirección, así como ofrecer trabajos seguros, integrales y con posibilidades de
integrar la vida personal con la laboral.

Un liderazgo en prevención, es una buena estrategia para mitigar los


posibles riesgos en el trabajo, a la vez que promueve una cultura de la
seguridad basada en el autocuidado y la comunicación permanente entre
trabajadores y los puestos directivos. Recurrir al análisis de los riesgos y la
adopción de medidas preventivas acordes, influye de manera positiva en el
rendimiento de toda empresa.

Contagiar ese pensamiento de la seguridad a todas las áreas de la empresa,


jefes, coordinadores y todas aquellas personas que tienen personal a su cargo,
debe constituirse como un hábito espontáneo que resulte de la cultura
organizacional.

Entre algunas funciones que los líderes de la organización deben desarrollar


dentro del SG-SST, están:

Alta gerencia:
•Definir una política de la  seguridad y salud en el trabajo, registrándola en un
documento y garantizar su divulgación a todos los interesados.
• Asignar y comunicar las responsabilidades en el SG-SST, de todas las áreas de
la empresa, así como el de la alta gerencia.
• Rendir cuentas, como mínimo una vez al año, relacionada con el desempeño
de las personas encargadas del SG-SST.
• Asignar recursos financieros, técnicos y humanos para la implementación del
Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo.
• Garantizar el cumplimiento de los requisitos normativos en materia
de seguridad y salud en el trabajo.
• Diseñar y ejecutar un plan de trabajo anual en SST.
• Desarrollar mecanismos de comunicación eficaces que garanticen la
participación activa de todos los trabajadores ante el COPASST.
• Asignar personal responsable de la seguridad y salud en el trabajo.

Jefes, directores, supervisores, coordinadores:


• Participar activamente en la identificación de riesgos, valoración y evaluación.
• Participar en la construcción y ejecución de planes y programas que
promuevan la SST.
• Promover los hábitos de vida y trabajo saludables.
• Participar y fomentar la asistencia en programas de capacitación, inducción y
re-inducción.
• Garantizar un adecuado reporte, registro e investigación de los accidentes e
incidentes de trabajo.
• Reportar actos o condiciones inseguras en el trabajo.
• Informar sobre las necesidades de capacitación en seguridad y salud laboral
para su personal a cargo.
• En caso de accidente, garantizar la atención inmediata y el traslado al centro
médico.

La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), en su


guía Liderazgo en la gestión de la prevención en materia de seguridad y salud
en el trabajo, destaca 3 aspectos importantes en el liderazgo preventivo de los
directivos:

1. Liderazgo eficaz y sólido:  un liderazgo firme y el compromiso de los


directivos en la seguridad y salud, se constituirán como objetivos estratégicos
de la empresa.

2.  Participación de los trabajadores y compromiso constructivo por su


parte: una participación activa por parte de los trabajadores garantizará el
éxito de una cultura que promueva la seguridad y la salud, a través de una
comunicación permanente entre directivas y trabajadores, el suministro de
información, la formación continua y una colaboración reciproca para resolver
los problemas.

3. Evaluación y revisión continuas:  el seguimiento permanente y la


conformación de informes permitirán fortalecer la seguridad y salud en el
lugar de trabajo.

Son las directivas de las empresas las que deben procurar que el bienestar de
sus trabajadores sea un tema prioritario en sus objetivos. Implantar acciones
que promuevan una cultura de la prevención, se reflejarán en el desempeño
de sus trabajadores, en su cuidado integral, en menos accidentes laborales, en
la disminución del absentismo, en un crecimiento en la rentabilidad de la
organización, y entre otras ventajas, en el aumento del prestigio y reputación
de la organización ante sus clientes y otros actores que hacen parte de su
entorno.

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