Está en la página 1de 4

AARON 

Y HUR SOSTENIAN SUS MANOS


 TEXTO: “Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de
él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así
hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.”  (Éxodo 17:12)

INTRODUCCION

                Ilustración, “Un joven muchacho estaba a punto de graduarse de preparatoria, hacia muchos meses
que admiraba un hermoso auto deportivo en una agencia de autos, sabiendo que su padre podría
comprárselo le dijo que ese auto era todo lo que quería. Conforme se acercaba el día de graduación, el joven
esperaba por ver alguna señal de que su padre hubiese comprado el auto. Finalmente, en la mañana del día
de graduación, su padre lo llamó para que fuera a su privado. Le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un
hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo.

Curioso y de algún modo decepcionado, el joven abrió la caja y lo que encontró fue una hermosa Biblia de
cubiertas de piel y con su nombre escrito con letras de oro. Enojado le grito a su padre diciendo: “con todo el
dinero que tienes, y lo único que me das es esta Biblia”.

Pasaron muchos años y el joven se convirtió en un exitoso hombre de negocios. Tenía una hermosa casa y
una bonita familia, pero cuando supo que su padre que ya era anciano estaba muy enfermo, pensó en
visitarlo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes que pudiera partir para verlo, recibió un
telegrama donde decía que su padre había muerto, y le había heredado todas sus posesiones, por lo cual
necesitaba urgentemente ir a la casa de su padre para arreglar todos los tramites de inmediato.

Cuando llego a la casa de su padre, una tristeza y arrepentimiento llenó su corazón. Empezó a ver todos los
documentos importantes que su padre tenia y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le había
dado. Con lágrimas, la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre cuidadosamente había subrayado un
verso en Mateo 7:11 “Y si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, cuanto más
nuestro Padre Celestial dará a sus hijos aquello que le pidan” 

Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenían una tarjeta de la agencia de
autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha del día de
su graduación y las palabras: TOTALMENTE PAGADO.

¿Cuántas veces hemos rechazado y perdido las bendiciones de Dios porque no vienen envueltas en paquetes
hermosos como nosotros esperamos? ¿Cómo se manifiesta una bendición de Dios? ¿Podemos
humanamente hacer lo que Dios nos pide hacer? ¿Son nuestras fuerzas suficientes para llevar adelante la
obra de Cristo? ¿Dónde radica nuestra fortaleza? ¿Trabajar solos o trabajar en equipo?

                       

ISRAEL PREVALECIA

                Leamos el relato de Deuteronomio 25: 17-19, en ella se nos dice: “Acuérdate de lo que hizo Amalec
contigo en el camino, cuando salías de Egipto; (17) de cómo te salió al encuentro en el camino, y te desbarató
la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no tuvo
ningún temor de Dios. (18) Por tanto, cuando Jehová tu Dios te dé descanso de todos tus enemigos
alrededor, en la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad para que la poseas, borrarás la memoria de
Amalec de debajo del cielo; no lo olvides” (19)

                La batalla comenzó con un ataque a traición de los Amalecitas en contra de los hijos de Dios. Su
ataque se centraba en los israelitas que se ubicaban en la parte final de la larga columna hebrea, eran “todos
los débiles” que se iban relegando cansados y trabajados.

                Leamos en Éxodo 17:8-13, lo siguiente: “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.(8) 
Y dijo Moisés a Josué:  Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre
del collado, y la vara de Dios en mi mano.(9) E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y
Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.(10) Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano,
Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.(11) Y las manos de Moisés se
cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur
sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el
sol (12) Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada(13)”

¿Quiénes eran los Amalecitas?

1. Desde un período muy remoto, los amalecitas se separaron de las otras tribus de Edom y formaron
un pueblo independiente, cuya sede estuvo en el Neguev, en la proximidad de Cades (cap. 14: 7;
Núm. 13: 29; 14: 43, 45). 
2. Los amalecitas fueron tribus del desierto que vagaban en las regiones al sur de palestina.
3. Fueron derrotados varias veces por Saúl (1 Sam. 14: 48; 15: 2-9) y por David (1 Sam. 27: 8; 30: 1-20;
2 Sam. 8: 12) y finalmente exterminados por Ezequías (1 Crón. 4: 42, 43).

               

El acto de levantar las manos de Moisés

1. El levantar las manos generalmente ha sido considerado por los antiguos eruditos judíos como la
señal o actitud de oración.
2. A lo largo de los tiempos bíblicos la costumbre de levantar las manos en oración fue observada por
los piadosos y fervientes adoradores.
3. Leamos 1 Timoteo 2:8, dice: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos
santas, sin ira ni contienda”
4. Elena de White escribió: “El estaba entregado a una ferviente oración a Dios en procura de ayuda y
victoria”(PP 305).

                Ha surgido la pregunta: ¿Por qué Moisés no continuó orando aun cuando tenía las manos
cansadas? Quizá cuando Moisés dejaba caer las manos debido a la fatiga, también descansaba de la
concentración mental necesaria para orar.

                Para impresionar en Israel la importancia de la oración intercesora, Dios permitió que se alternaran
el éxito y el fracaso de acuerdo con la oración.

                Al mismo tiempo Dios quería que su pueblo aprendiera que su éxito debía ser buscado en la
cooperación con sus jefes escogidos.

                Moisés extendió sus manos hacia el cielo, con la vara de Dios en su mano derecha, para suplicar la
ayuda de Dios.  Entonces Israel prevaleció y rechazó a sus enemigos. 
                Cuando Moisés bajaba las manos, era evidente que Israel pronto perdía todo lo que había ganado,
y comenzaba a ser vencido por sus enemigos.  Moisés nuevamente levantaba las manos hacia el cielo, e
Israel prevalecía, y el enemigo era rechazado.

                Ese acto de Moisés, de levantar las manos hacia Dios, debía enseñar a Israel que mientras
pusieran su confianza en Dios y se aferraran a su fortaleza y exaltaran su trono, él pelearía por ellos y
subyugaría a sus enemigos.  Pero cuando dejaran de aferrarse de su fortaleza y confiaran en su propia
fuerza, serían incluso más débiles que sus enemigos que no conocían a Dios, y éstos prevalecerían sobre
ellos.

TRABAJO DE EQUIPO

Alguna definición de trabajo en equipo nos dice, según Katzenbach y K. Smith. “Número reducido de
personas con capacidades complementarias, comprometidas con un propósito, un objetivo de trabajo y un
planeamiento comunes y con responsabilidad mutua compartida”.  Fainstein Héctor, “Un equipo es un
conjunto de personas que realiza una tarea para alcanzar resultados”

Características del trabajo en equipo: 

1. Es una integración armónica de funciones y actividades  desarrolladas por diferentes personas.


2. Para su implementación requiere que las responsabilidades sean compartidas por sus miembros.
3. Necesita que las actividades desarrolladas se realicen en forma coordinada.
4. Necesita que los programas que se planifiquen en equipo apunten a un objetivo común. 
5. Aprender a trabajar de forma efectiva como equipo requiere su tiempo, dado que se han de adquirir
habilidades y capacidades especiales necesarias para el desempeño armónico de su labor.

Prevaleció el trabajo aunado.

Mientras Israel, bajo las órdenes de Josué, luchaba por su misma existencia abajo en el valle, los dos
compañeros de Moisés lo sostenían.

En esta experiencia hay una profunda lección espiritual para cada cristiano y para la iglesia en conjunto. De
ella aprendemos que la oración y la súplica son esenciales para la victoria sobre nuestros enemigos.

Mientras las manos están extendidas y el alma se esfuerza en oración, nuestros adversarios espirituales son
rechazados. Cuando se olvida la oración y se afloja nuestro aferramiento de Dios, ganan terreno los enemigos
espirituales con el resultado de que finalmente puede cortarse toda conexión con el cielo.

Comentario bíblico adventista, tomo 1, dice:  “La iglesia estará segura de la victoria sobre todos los poderes
del mal mientras sus dirigentes sean hombres de oración y mientras sus miembros cooperen con esos
dirigentes, sosteniéndolos con sus oraciones y vidas ejemplares”

                Ilustración (el siguiente relato es cuando existía todavía la esclavitud en América). Un Señor tenía
dos esclavos y había un torreón en su casa que necesitaba de una reparación urgente, pero era bastante
difícil llegar a él.

Únicamente era posible poniéndose en la punta de una tabla que saldría a través de una pequeña ventana
hacia el exterior y que alguna otra persona se pusiera de contrapeso en el otro extremo interior.
El amo cogió a sus dos esclavos y les llevó al torreón de la casa y mandó a uno de ellos ponerse dentro,
encima de la tabla y al otro salir hacia fuera para hacer la obra de reparación necesaria. Pero el segundo
esclavo se negó rotundamente a cumplir las órdenes del dueño y le dijo: “Aquel podría levantarse y yo me iría
abajo”

Al instante el amo se sentó en la tabla e inmediatamente el esclavo se puso en el lado opuesto a hacer su
trabajo hasta terminarlo finarlo. Al acabar el dueño le preguntó: ¿Por qué te has atrevido a hacerlo sin dudar
cuando yo estaba sentado en la tabla? Yo también hubiera podido levantarme.

¡Oh no, mi señor! contestó el esclavo. ¡Usted no lo hubiese hecho, porque usted pagó un precio muy alto por
mí!

El amo del esclavo había gastado mucho dinero, que solo sirve para pagar cosas terrenales y a pesar de eso,
el pobre esclavo sabía que por nada del mundo el amo se hubiera levantado, porque le hubiera costado muy
caro.

Jesús pagó un gran precio por nosotros, el precio de su sangre, que nos permite confiar en él. No nos
abandonará jamás pues dio su vida por rescatarnos. El nos sostiene en los peligros y en las grandes penas.”

CONCLUSION

Elena de White escribió: “Como los hebreos triunfaban cuando Moisés elevaba las manos al cielo e intercedía
por ellos, así también triunfará el Israel de Dios cuando mediante la fe se apoye en la fortaleza de su
poderoso Ayudador. No obstante, el poder divino ha de combinarse con el esfuerzo humano. Moisés no creyó
que Dios vencería a sus enemigos mientras Israel permaneciese inactivo. Mientras el gran jefe imploraba al
Señor, Josué y sus valientes soldados estaban haciendo cuanto podían para rechazar a los enemigos de
Israel y de Dios” (Patriarcas y Profetas, págs. 305, 306)

Los triunfos de la vida no se pueden lograr o no tienen continuidad si no dedicamos tiempo a levantar
nuestras manos a Dios.

LLAMADO

                ¿Están cansados sus brazos mi hermano? ¿Ya no tiene fuerzas? ¿Duele? Te invito a que aprendas
a depender de otros. Primero necesitas a Dios y segundo necesitas de los demás. Tal vez usted gusta hacer
las cosas solo, pero no cree que el trabajo de equipo será mejor que trabajar solo. Piénselo…

También podría gustarte