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LITURGIA: VISIÓN GENERAL

pone patente la legítima libertad de cada LITURGIA: VISIÓN GENERAL


uno” (CONV, 48).
1. Aspectos biográficos. 2. Algunas realiza-
ciones. 3. Relieves teológicos.
Voces relacionadas: Libertad; Mentalidad laical;
Secularidad. A través de la liturgia, Dios realiza la
salvación mediante un lenguaje humano en
Bibliografía: Ernst Burkhart - Javier López, el que se revela y hace sentir la fuerza de
Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de su amor. La Iglesia, al celebrar los divinos
San Josemaría, Estudio de teología espiritual, misterios, se une a su Esposo, recibe su
II, Rialp, 2011, (particularmente el capítulo 5°,
Espíritu, es recreada, colmada de gracia
“La libertad de los hijos de Dios”, pp. 161-244);
y enviada a la misión. San Josemaría fue
Jean-Luc Chabot, “Responsabilità di fronte al
mondo e libertà”, en Manuel Belda - José Es- consciente de este potencial santificador
cudero - José Luis Illanes - Paul O’ Callaghan del misterio del culto cristiano. Desde los
(a cura di), Santità e mondo. Atti del Convegno comienzos, su actividad sacerdotal llevó la
teologico di studio sugli insegnamenti del beato impronta de su amor a la liturgia como cier-
Josemaría Escrivá, 12-14 ottobre 1993, Città del to movimiento espontáneo de su espíritu.
Vaticano, Libreria Editrice Vaticana, 1994, pp.
197-217; Id., “Liberté et politique dans les écrits
du Bienheureux Josémaria Escrivá”, en GVQ, III, 1. Aspectos biográficos
pp. 143-167; Id., La doctrina social de la Iglesia, En el curso 1920-1921 –su primer año
Madrid, Rialp, 1991; François-Xavier Guerra, de seminario en Zaragoza–, Josemaría Es-
“Josemaría Escrivá, le chrétien et la cité”, en crivá de Balaguer cursó la asignatura de
GVQ, II, pp. 69-91; José Luis Illanes, “Fe cris- Sagrada Liturgia, impartida por don José
tiana y libertad personal en la actuación social
María Bregante (cfr. Herrando, 2002, p.
y política”, Romana. Boletín de la Prelatura de la
Santa Cruz y Opus Dei, 31 (2000), pp. 300-326;
114), con el libro de texto Tesoro del sacer-
Andrea Mardegan, Una libertad para ser vivida, dote o Repertorio de las principales cosas
San Sebastián de los Reyes (Madrid), Cobel que ha de saber y practicar el sacerdote.
Ediciones, 2010; José Miguel Pero-Sanz - Jean Se trataba de una obra escrita por José
Marie Aubert - Tomás Gutiérrez Calzada, Acción Mach en la segunda mitad el siglo XIX y
Social del cristiano. El Beato Josemaría Escrivá y publicada en Barcelona en forma de dos
la Doctrina Social de la Iglesia, Madrid, Palabra, gruesos volúmenes, corregidos y aumen-
1996; Maria Adelaide Raschini, Santi nel mondo. tados más tarde por Juan Bautista Ferre-
Studi su gli scritti del beato Josemaría Escrivá,
res con decretos recientes de las Congre-
Milano, Ares, 1992; Martin Rhonheimer, “Verdad
gaciones romanas. Josemaría obtuvo la
y política en una sociedad cristiana. Josemaría
Escrivá y el amor a la libertad”, en Transforma- calificación de Meritissimus.
ción del mundo. La actualidad del Opus Dei, Ma- Sus estudios en el Seminario se reali-
drid, Rialp, 2006, pp. 123-164; Ángel Rodríguez zaron durante una época en la que el de-
Luño, “La formación de la conciencia en materia sarrollo moderno de la referencia teológica
social y política según las enseñanzas de san
de la liturgia todavía no se había produci-
Josemaría Escrivá”, Romana. Boletín de la Pre-
do. Los estudios en los seminarios ponían
latura de la Santa Cruz y Opus Dei, 24 (1997),
pp. 162-181. el acento en las rúbricas y en la piedad con
que se celebraban, más que en la dimen-
Jean-Luc CHABOT sión teológica. La documentación que se
conserva sobre san Josemaría manifiesta,
no obstante, que ya en los años treinta su
sentido de la liturgia se revela portador de
una particular riqueza proveniente tanto del
carisma fundacional recibido y de su vida

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contemplativa como de las incidencias de Era frecuente que, durante el tiempo


su ministerio sacerdotal. Que la liturgia era de recogimiento al que se entregaba des-
uno de los grandes centros de interés vital, pués de celebrar la Sagrada Eucaristía, san
que su anhelo era sumergirse en la oración Josemaría tomara unas rápidas notas en
de la Iglesia se aprecia en diversos textos su agenda para interiorizar y asimilar más
como, por ejemplo, cuando san Josemaría adelante aquellas luces que habían saltado,
se dirige a Dios, en el Adviento de 1931, como chispas, durante la celebración. Pa-
rogándole que le “enseñe a vivir la Litur- labras y expresiones del Misal y del Oficio
gia sagrada” (CECH, p. 671). Durante esos Romano producían una vigorosa resonan-
años, san Josemaría prepara la edición de cia en su corazón. Buena parte de su vida
Camino. Es un libro que no contiene una espiritual y de su predicación manaban de
reflexión sistemática sobre la liturgia, pero esta fuente. La nota que sigue, datada el
sí una experiencia cristiana de clara matriz día 26 de noviembre de 1931, es un ejem-
litúrgica. Las consideraciones cristológicas plo palmario: “Después de la Sta. Misa,
de Camino tienen siempre como base la hoy, en la acción de gracias y más tarde
contemporaneidad de los acontecimientos en la iglesia de los Capuchinos de Medina-
redentores de Cristo resucitado presente celi, el Señor me ha inundado de gracias.
en la Eucaristía. Se cumplió lo del Salmo «inebriabuntur ab
ubertate domus tuæ: et torrente voluptatis
En Camino encontramos, al menos,
tuæ potabis eos». Lleno de gozo con la
dos puntos significativos que son ocasión
Voluntad de Dios, siento que le he dicho
para esbozar aquí algunos rasgos de la ex-
con San Pedro: ecce reliqui omnia et se-
periencia litúrgica de su autor. El primero
cutus sum te. Y mi corazón se dio cuenta
es el número 86, redactado en la segunda
del «centuplum recipies»... Verdaderamen-
mitad del año 1938: “Tu oración debe ser
te, he vivido el Evangelio del día” (Apuntes
litúrgica. –Ojalá te aficiones a recitar los
íntimos, n. 415: AVP, I, p. 343).
salmos, y las oraciones del misal, en lugar
de oraciones privadas o particulares”. Esta Precisamente con relación a los Sal-
expresión, en cierto modo programática, mos, que la Iglesia no ha dejado de cantar
se encuadra en el marco de la neta afirma- en su trayectoria dos veces milenaria, san
ción de la dignidad de la oración litúrgica Josemaría escribe el Domingo de Ramos
en cuanto superación de la controversia del año 1932: “ya no anotaré ningún sal-
surgida en la segunda década del siglo pa- mo, porque habría de anotarlos todos, ya
sado entre vida espiritual y liturgia (Maurice que en todos no hay más que maravillas,
Festugière - Lambert Beauduin). “El cris- que el alma ve cuando Dios es servido”
tiano que se aísla en una piedad privada (ibidem, n. 681: CECH, p. 297). Esta nota
–escribe en otro momento san Josemaría–, atestigua el talante de su oración, su ru-
no participa como conviene de la corriente minatio del Salterio hasta convertirlo en
santificadora de la Iglesia” (CECH, p. 677). fuente de oración que se proyecta sobre la
Y en una nota de comienzo de los años vida. Nada extraño, pues, que sus homilías
treinta escribe: “Pocas devociones y cons- y escritos recojan abundantes comentarios
tantes – Mejor, frecuencia de sacramen- a la lex orandi, cuya vivacidad responde a
tos” (CECH, p. 704). Este apunte revela un la hondura bíblica y litúrgica de su expe-
criterio de fondo: en la espiritualidad del riencia celebrativa. En algunos pasajes, su
autor de Camino, la primacía no reside en estilo evoca la mistagogía de los Padres de
la “devoción”, sino en el “sacramento”. Di- la Iglesia.
cho de otro modo, la vida de oración fluye Otra anotación, de 1938, indica su an-
de la piedad objetiva de la Iglesia; es ella la helo de radicarse en el misterio del culto.
que fecunda las devociones. Durante los ejercicios espirituales que rea-

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liza en el palacio episcopal de Pamplona, bía terminado por convertir la celebración


Josemaría Escrivá conoce un libro que le litúrgica en una tarea casi exclusivamente
facilita el obispo de esa archidiócesis, don clerical, donde los fieles quedaban redu-
Marcelino Olaechea. Se trata de una obra cidos al papel de mudos espectadores.
anónima, escrita por un sacerdote francés Josemaría Escrivá de Balaguer promueve,
durante la Primera Guerra Mundial y pu- siempre dentro de las normas entonces vi-
blicada en París en 1935 con el título Ma gentes, la participación activa de los fieles
Messe. Mon bréviaire. Mon oraison. Acerca laicos en las celebraciones, cuando aún no
de este libro san Josemaría anota: “quie- era común e incluso en algún ambiente lla-
ro comprarlo más adelante. Es el libro que maba poderosamente la atención. Los jó-
yo buscaba, hace años, para embeberme venes universitarios de la Residencia DYA
en la liturgia de la Santa Misa. Hago esta conservaron en su memoria la huella que
afirmación, que espero no rectificar, cuan- dejaron las celebraciones eucarísticas en
do sólo he leído los preliminares” (Apuntes aquel primer Centro del Opus Dei erigido
íntimos, n. 681: CECH, p. 666). Y así, cons- en 1935: la recitación de algunas partes
ciente de que la liturgia es fuente destinada del propio de la Misa, los diálogos litúrgi-
a irrigar la vida en Cristo de los bautizados, cos, la preferencia de las casullas de estilo
san Josemaría preparaba otro libro dedica- semigótico… En torno a san Josemaría los
do a inculcar la piedad litúrgica en los fie- universitarios vivían en un clima de estu-
les: Devocionario litúrgico. Aunque su pu- dio, de vida sacramental y de compromiso
blicación fue anunciada en 1939, el libro no en obras de caridad, como realidades mu-
llegó a ver la luz (cfr. CECH, p. 78, nt. 67). tuamente implicadas en la atmósfera de la
Residencia. Todo un estilo de vida acorde
Un número de Camino, el 543, escri- con la profunda unidad de la experiencia
to también en 1938, dice: “Me viste cele- cristiana. Los sábados, tras la meditación
brar la Santa Misa sobre un altar desnudo predicada por san Josemaría y la bendi-
–mesa y ara– sin retablo. El Crucifijo, gran- ción con el Santísimo Sacramento, se ha-
de. Los candeleros recios, con hachones cía una colecta entre los estudiantes. Una
de cera, que se escalonan: más altos, junto parte del dinero recaudado se destinaba a
a la cruz. Frontal del color del día. Casulla comprar flores para adornar la imagen de
amplia. Severo de líneas, ancha la copa y la Virgen; otra parte se empleaba para visi-
rico el cáliz. Ausente la luz eléctrica, que no tar a personas pobres que malvivían en los
echamos en falta. –Y te costó trabajo salir suburbios de Madrid.
del oratorio: se estaba bien allí. ¿Ves cómo
Terminado el Concilio Vaticano II,
lleva a Dios, cómo acerca a Dios el rigor de
cuando la Iglesia abordó la reinstauración
la liturgia?”. El texto refleja la sensibilidad
de su liturgia conforme a los requerimien-
mistagógica del autor: los signos del mis-
tos expresados en la Const. Ap. Sacro-
terio de Cristo conducen a Él. Vivida con
sanctum Concilium, san Josemaría se es-
autenticidad, la celebración constituye la
forzó en aprender los principios y normas
mediación y, a la vez, la catequesis más
contenidas en los nuevos libros litúrgicos.
elocuente del misterio. El texto presenta,
Con la obediencia propia de los buenos
además, algunos acentos propios: la so- hijos de la Iglesia, aplicó todas las dispo-
briedad en el culto, la sencillez del oratorio; siciones sobre esta materia, y enseñó a
en una palabra, la simplicidad primitiva de hacerlo a los fieles del Opus Dei. La aplica-
la liturgia. ción de la reforma litúrgica estuvo acom-
A finales de los años treinta, es decir, pañada, como es tan sabido, por algunas
antes de la publicación de las Cart. Enc. desviaciones ajenas a lo auspiciado por
Mystici Corporis (1943) y Mediator Dei el Concilio y a las posteriores decisiones
(1947), una praxis secularmente en uso ha- pontificias. Tales abusos afligieron el co-

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razón de san Josemaría, que sufrió gran- ticelli. En las paredes del oratorio se suce-
demente al comprobar las tentativas de den alegorías de la Virgen.
rebajar la trascendencia del sacrum y la Estos detalles, tomados en su con-
santidad de los sacramentos. Su pruden- junto, y otros que pondría por obra más
cia pastoral le llevó a tomar las medidas adelante con motivo de la construcción de
de su competencia para que la fiel aplica- oratorios en la sede central del Opus Dei
ción de los nuevos libros litúrgicos en los en Roma, responden a un modo de conce-
Centros del Opus Dei no se viese afectada bir las formas del culto cristiano en el que
por desviaciones ni incertidumbres. Unas prima la grave y noble elegancia, ajena a
palabras, que datan de aquellos años, sin- cuanto pueda parecer afectado o poco
tetizan su mente: “amaremos esta liturgia auténtico. Muy pronto, en 1934, ya dejó
nueva, como hemos amado la vieja” (cfr. constancia de su aprecio por la sencillez
Del Portillo, 1993, pp. 138-139). que caracterizaba la liturgia de los inicios
de la Iglesia: “(…) volvamos a la sencillez
2. Algunas realizaciones de los primeros cristianos: riqueza, cuanta
El amor a la liturgia llevó a san Jose- podáis, pero jamás a costa de la liturgia.
maría a cuidar el culto sacro, tanto por lo Arte serio, lleno de grave majestad. Nunca
floripondios, ni luz eléctrica. El retablo, retro
que se refiere a las vestiduras y objetos
tabulam: a su sitio, detrás del altar, como
litúrgicos, como a las iglesias y oratorios,
algo accidental. La Santa Cruz y el ara
en los que vale la pena detenerse. La cir-
–completamente aislada la mesa del altar–
cunstancia de la construcción de la sede
ocupen el lugar sobresaliente” (Instrucción,
central del Opus Dei en Roma por los años
9-I-1935, n. 254: AGP, serie A.3, 90-1-1).
cincuenta fue ocasión para que san Jose-
maría tuviera oportunidad de proyectar ex San Josemaría se traslada a la Urbe
novo algunos oratorios. En realidad, ya lo en el año 1946 y en esta coyuntura ro-
había hecho antes al construir el oratorio mana vuelve a expresar su sensibilidad
del Centro de la Obra situado en la calle litúrgica en lo concerniente a los oratorios
Diego de León, y también el de Molinovie- que albergaría aquella sede central, y que
jo, la primera casa de retiros que promo- a nosotros nos permite identificar su im-
vió, localizada en la provincia de Segovia. pronta, al menos en algunos de sus per-
El primero se construyó en 1941 y está li- files. Aunque siguió de cerca el proyecto
gado a momentos decisivos en la historia de todos los espacios celebrativos de la
del Opus Dei. Es un oratorio sobrio y no- sede central de la Obra, sugiriendo ideas
ble, decorado con motivos simbólicos de a los arquitectos, hay, sin embargo, cua-
la tradición litúrgica de la Iglesia. Su planta tro oratorios que destacan, a mi juicio, por
elíptica permite que los fieles ocupen su su volumen y representatividad: el oratorio
lugar en torno al altar (circumstantes). El de Santa María de la Paz, que es la actual
oratorio de Molinoviejo fue bendecido en iglesia prelaticia; el dedicado a los Santos
el año 1948. Durante gran parte del ve- Apóstoles; el oratorio de Pentecostés y el
rano de ese año, san Josemaría escogió de la Santísima Trinidad.
los objetos litúrgicos y destinó para él la Los trabajos de construcción del ora-
habitación más apropiada de la casa, torio de Santa María de la Paz se conclu-
consiguiendo un espacio que invita al re- yeron en el mes de diciembre de 1959 y fue
cogimiento. A pesar de los pocos medios dedicado por el cardenal Tardini, entonces
disponibles, procuró que tuviera la mayor Secretario de Estado, a comienzos del año
dignidad posible. El retablo está formado siguiente. Quien penetra en esa aula litúrgi-
por un fresco que representa la Anuncia- ca no tarda en percibir el clásico estilo ba-
ción y está inspirado en un cuadro de Bo- silical romano. De planta rectangular, con

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un altar provisto de baldaquino, la sede del decorado de ángeles y de pequeñas lám-


prelado ocupa el fondo del ábside, que al- paras votivas, donde se encuentra un altar
berga también, a derecha e izquierda de la sobre el que descansa el tabernáculo en
sede, los asientos para los presbíteros. La cuya puerta se representa el Pantokrator.
nave contiene una sillería para el pueblo y, En el frontal de este altar, inspirado en al-
a lo largo de su parte superior, está orna- gunos altares románicos catalanes, están
mentada con los azulejos de un Vía Crucis esculpidas las figuras de los quince santos
completados con algunas escenas de la y santas que se mencionan en la segunda
vida de la Virgen María. La iglesia cuenta parte del Canon Romano. Se trata de san-
con una cripta en la que hay una capilla tos por quienes la liturgia romana ha con-
dedicada a la Dormición de la Virgen y otra servado una particular veneración.
de enterramientos; posteriormente, ya fa- El oratorio de Pentecostés, destina-
llecido san Josemaría, se situó también allí do al Consejo General de la Obra, data de
una capilla para el Santísimo. 1957. De planta rectangular y estilo barro-
Si el oratorio de Santa María de la Paz co, en su prestancia confluyen la sillería la-
responde al estilo basilical romano, el de- teral –al modo de los coros tradicionales–,
dicado a los Santos Apóstoles, en el año el mármol del pavimento y la luz que se
1958, es de estilo románico, el más abier- filtra a través de unas vidrieras que cubren
to a la rica simbólica cristiana. En su di- sus paredes laterales y el artesonado del
seño se incluyen motivos inspirados en la techo. Las dos vidrieras laterales represen-
Cámara Santa de la catedral de Oviedo y tan escenas de la vida de Cristo en cuanto
en el Pórtico de la Gloria de Santiago de Dios y las de enfrente en cuanto hombre. El
Compostela. En el presbiterio se encuen- altar destaca sobre el fondo de otra amplí-
tra el altar coram populo y, al fondo, y algo sima vidriera con la escena luminosa de la
más elevado, un altar con el Sagrario. Esta venida del Espíritu Santo. En este oratorio,
posición materializaba de algún modo lo y de manera especial en el sagrario, san
que ya en 1932 había escrito: “muy bien Josemaría puso un esmero especialísimo.
podría haber al fondo del presbiterio y bajo Sobre el dintel de la puerta de este taber-
un arcosolio, p.e., un altar con Sagrario, a náculo hizo inscribir estas palabras: con-
fin de tener allí al Señor reservado” (Apun- summati in unum (Jn 17, 23). De este modo
tes íntimos, n. 814: CECH, p. 691). quiso expresamente llamar la atención so-
Conforme al uso antiguo de la Tra- bre la importancia de la unidad: “que los
dición, bajo ese altar del oratorio de los corazones de todos nosotros, como antes
Santos Apóstoles se halla actualmente y ahora y luego, hasta siempre, sean un
una arqueta dorada que contiene reliquias mismo corazón. Para que se hagan verdad
de san Josemaría. En la parte alta de la las palabras de la Escritura: multitudinis
zona dedicada al presbiterio, están situa- autem credentium erat cor unum et anima
das unas esculturas o altorrelieves de los una” (AVP, III, p. 308).
Doce Apóstoles, acompañados por Nico- La tradición litúrgica conoce las “co-
demo y José de Arimatea, así como por lumbas” como lugares destinados a la re-
san Lucas y san Marcos, los dos evange- serva del Cuerpo eucarístico del Señor. Si
listas no apóstoles, ornamentación que el término “tabernáculo” remite a la tienda
visibiliza el aprecio de san Josemaría por del desierto donde residía la shekinà, el
aquellos que vivieron más de cerca las pa- término “columba” evoca al Espíritu San-
labras y los gestos salvíficos de Cristo. El to. El Resucitado está realmente presente
ámbito que acoge la reserva eucarística, en la Iglesia en su condición pneumática
marcadamente diferenciado del resto del (Pneuma) y señorial (Kyrios), como dice el
presbiterio, está constituido por un ábside Apóstol: “el Señor es Espíritu” (2 Co 3, 17).

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La estima creciente de la Iglesia por el don misterios de Xto., tan viva y perfecta, que
precioso de la Eucaristía produjo, con el se renuevan y vuelven a efectuar misterio-
paso del tiempo, obras de arte que, en el samente en ella” (Ejercicios Espirituales,
caso de la columbas eucarísticas, se plas- Meditación «Nuestra Misa», Vergara 9-IX-
maron en realizaciones admirables por 1938: CECH, p. 676, nt. 5). Esta nota resul-
su riqueza y gusto exquisitos, homenajes ta altamente significativa en cuanto que se
de la fe al amor con que Cristo-Eucaristía halla en sintonía teológica con los desarro-
quiere a su Iglesia. Consciente de este pa- llos de la “doctrina de los misterios” (Mys-
trimonio espiritual, san Josemaría quiso terienlehre) que, acerca de la presencia
que, sobre el altar del oratorio donde ce- actual del misterio de Cristo en la liturgia,
lebra el Prelado del Opus Dei, hubiera una había propuesto Odo Casel (†1948). Esta
columba eucarística. Tras su delicada orfe- intuición, una de las más fructíferas ideas
brería late la fe y el amor de san Josemaría teológicas de nuestro siglo, fue el corazón
por el Santísimo Sacramento. de la doctrina litúrgica del Concilio Vatica-
El elenco de pormenores que se des- no II (cfr. Bouyer, 1964, p. 242 y conferen-
prenden de las descripciones precedentes, cia pronunciada por Joseph Ratzinger en
sin ser exhaustivo, testimonia, en su con- 1965, cit. en Rosas, 1996, p. 41).
junto, el aprecio de san Josemaría por la
a) La participación litúrgica. La partici-
venerable tradición del Rito Romano y su
pación activa de los fieles en las celebra-
deseo de situarse en continuidad con ella.
ciones litúrgicas de la Iglesia fue, como se
Su gusto por lo sobrio, sencillo y noble en
sabe, el eje en torno al cual giró la entera
el culto divino presenta conexiones con
reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
determinadas dimensiones del Movimien-
Actualmente, el Catecismo de la Iglesia
to litúrgico. La Misa dialogada, la centra-
Católica responde a la pregunta acerca
lidad del sagrario, la comunión dentro de
la Misa, la conciencia del significado pro- del sujeto de la celebración con estas pa-
fundo del altar cristiano, la verdad de los labras: “La Liturgia es «acción» del «Cris-
signos… son otros aspectos que muestran to total»” (CCE, n. 1136). San Josemaría
al sacerdote que siente hondamente la li- buscó y procuró siempre una participa-
turgia y mueve a una participación activa ción activa de todos los presentes en las
en ella. celebraciones litúrgicas. Una anotación de
gran fuerza expresiva, datada en 1938, re-
vela su sensibilidad: “¡Catedral de Burgos!
3. Relieves teológicos Mucho clero: el arzobispo, el cabildo de
Una vez expuestos algunos aspectos canónigos, los beneficiados, cantores, sir-
concretos de la vivencia litúrgica de san vientes y monagos... Magníficos ornamen-
Josemaría, parece oportuno reflexionar tos: sedas, oro, plata, piedras preciosas,
sobre ella a la luz del trasfondo teológico- encajes y terciopelos... Música, voces,
litúrgico que subyace en su predicación arte... Y... ¡sin pueblo! Cultos espléndidos,
y en sus escritos. Para eso detendremos sin pueblo. Catedral de Burgos” (Apuntes
nuestra atención sobre algunos textos, íntimos, n. 1590: CECH, p. 657). Otro tex-
conscientes de que la selección será ne- to, redactado también en 1938, discurre
cesariamente limitada. por la misma línea: “(Sevilla) visito la cate-
Mencionamos ante todo una frase dral (...). Es grandiosa. Lástima de coro en
contenida en los guiones que redactó para medio, y de presbiterio enjaulado, aunque
la predicación de unos ejercicios espiritua- la jaula de hierro dorado sea magnífica: no
les dirigidos a sacerdotes a finales de los dejarán participar del culto más que a los
años treinta. En ella se lee: “La Misa, sacri- privilegiados” (Carta 19-IV-1938: AGP, se-
ficio del N. T.: Representación de todos los rie A.3.4, 255-2, 380419-2).

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La convicción de que la participación realidad carismática, el carácter sacra-


en la liturgia no es privilegio, sino exigencia mental que oculta y, a la vez, la revelación
inherente al ser mismo del misterio del cul- del Resucitado, que en el “hoy” celebrati-
to cristiano, le llevaba no sólo a proyectar vo es para su Iglesia el Logos vivificante
espacios celebrativos idóneos para este del Padre.
fin, como ya hemos señalado, sino también Proclamada en la celebración del mis-
a prescindir de cuanto distrajera a los fieles terio de Cristo, la Palabra de Dios alcan-
de su implicación en los textos y gestos za su destino originario y culminante. Ahí,
de la celebración: “La Santa Misa... Asis- escribe san Josemaría, oímos “la Palabra
ten los Ángeles... ¿Y los hombres? fuera de la Escritura, la Epístola y el Evangelio,
el libro de Misa, si no es un Misal litúrgi- luces del Paráclito, que habla con voces
co” (Ejercicios Espirituales, Meditación «La humanas para que nuestra inteligencia
Sagrada Eucaristía», Madrid, enero 1935: sepa y contemple, para que la voluntad se
CECH, pp. 657-658). “Libro de Misa” eran robustezca y la acción se cumpla” (ECP,
aquellos libros de espiritualidad, muy di- 89). Este “cumplirse de la acción” apunta
fundidos en la época, que eran meditados a la dimensión performativa de la Palabra
privadamente durante la celebración como celebrada: la liturgia realiza la actualización
alternativa piadosa a una participación ac- perfecta de los textos bíblicos, y lo que la
tiva. El “Misal litúrgico” alude, por el con- Palabra anuncia lo realiza el sacramento.
trario, a los llamados “misales de fieles”,
que permitían a los fieles seguir los ritos c) La proyección existencial de la li-
turgia. La liturgia, en cuanto estadio ac-
y dialogar las oraciones con el sacerdote.
tual del misterio, comporta la exigencia de
b) Palabra y sacramento. En el punto trascender el momento ritual para hacerse
86 de Camino se lee: “«No sólo de pan vida. Para el bautizado, existe una celebra-
vive el hombre, sino de toda palabra que ción sacramental del misterio de Cristo, y
procede de la boca de Dios», dijo el Señor. existe un culto espiritual, al que alude san
–¡Pan y palabra!: Hostia y oración. (…)”. Pablo en términos de logikè latreia (Rm 12,
Del paralelismo redaccional entre pan y 1). El sacrificio de nosotros mismos, jun-
palabra, de un lado, y hostia y oración, de tamente con Cristo, en el altar litúrgico, y
otro, se desprende la relación fundamental los sacrificios espirituales que ofrecemos
palabra-oración. En efecto, para el autor durante la jornada en el altar de nuestro
de Camino la aproximación a la Palabra corazón son oblaciones recíprocamente
de Dios se realiza en el clima de la ple- implicadas –la celebración eucarística re-
garia y, a su vez, la oración cristiana se mite a la vida diaria y ésta prolonga la cele-
nutre fundamentalmente de la Palabra de bración ya acontecida y prepara la siguien-
Dios. Esta afirmación dimana de su cap- te–, constituyen la sístole y la diástole de
tación teologal del Evangelio, el “libro que la sequela Christi. La circularidad entre los
nos conserva la voz de Jesús, y que es la dos momentos característicos de la liturgia
fuente donde nuestra oración bebe mejor cristiana –celebrativo y existencial– señala
el agua de la gracia, donde nuestra ansia la autenticidad de la vida en el Espíritu (cfr.
de verdad se sacia tan plenamente con la SaC, 70-71). Josemaría Escrivá, que tiene
luz del cielo prendida en las palabras del una honda captación de esta realidad, la
Maestro” (Plática pronunciada en Madrid, sintetiza en pocas palabras en una homilía
30-V-1937, en Crecer para adentro: AGP, de Viernes Santo: “todos, por el Bautismo,
Biblioteca, P12). Esta forma original de re- hemos sido constituidos sacerdotes de
ferirse al Evangelio, en la que se escuchan nuestra propia existencia” (ECP, 96).
resonancias joánicas, revela la vivacidad Aquí, el sustantivo “existencia” se
con que concibe la Palabra de Dios, su toma en su acepción semántica más glo-

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LITURGIA DE LAS HORAS

bal. Abarca desde la actividad del cristiano LITURGIA DE LAS HORAS


en el ámbito íntimo de su familia, hasta sus
quehaceres profesionales y civiles, inclu- “Tu oración debe ser litúrgica. –Ojalá te
so los más sencillos y ordinarios. A este aficiones a recitar los salmos, y las oracio-
respecto resulta sugestiva la estrofa de nes del misal, en lugar de oraciones priva-
un himno tomado del Oficio divino de san das o particulares” (C, 86). Este texto, de
Josemaría Escrivá: “(haznos) sal que pre- carácter programático, responde a la per-
serve de la corrupción, luz que ilumine los sonal experiencia de san Josemaría Escrivá
corazones de los hombres, fermento vivo de Balaguer, nacida de la meditación asidua
que lleva el Pan vivo a todos los queha- de las fórmulas del Misal y de las oraciones
ceres” (himno Ipse magister del oficio de de la Liturgia de las horas. No es de extra-
lectura, cuarta estrofa sáfica: … Sal, quod ñar por eso que en los años treinta escri-
præservet a corruptione, lumen, humana biera: “ya no anotaré ningún salmo, porque
pectora collustrans, vivum fermentum, fe- habría de anotarlos todos, ya que en todos
rens Panem Vivum omni labori). Las últi- no hay más que maravillas, que el alma ve
mas palabras presentan un marcado acen- cuando Dios es servido” (Apuntes íntimos,
to teológico: cada uno de los bautizados n. 681, 3-IV-1932, Domingo de Ramos).
es constituido “fermento vivo que lleva el Este modo de rezar originado en la
Pan vivo a todos los quehaceres”. Y todo oración de la Iglesia se desarrollaba tan-
el himno procede glosando, con lenguaje to en la quietud de una iglesia u oratorio
lírico que canta la entraña sacerdotal de la como en el desempeño de sus tareas or-
vocación cristiana. Remite, en definitiva, al dinarias “en medio de la calle”. Así, en una
modo eucarístico, y, por tanto, litúrgico de carta escrita en 1934, comentando un via-
realizar la misión que san Josemaría pre- je en tren, y dirigida a los miembros de la
dicó incansablemente: “poner a Cristo en Obra, afirmaba: “esta mañana he rezado
la cumbre de todas las actividades de los el Breviario con más solemnidad que en el
hombres” (F, 685). coro de una Catedral: invité a cantar, con-
migo, las alabanzas del Señor a todos los
custodios que venían en mi departamento”
Voces relacionadas: Iglesia; Liturgia de las ho-
(AGP, serie A.3.4, 253-2, 340917-2). Este
ras; Liturgia y vida espiritual; Sacramentos: Ex-
posición de conjunto.
deseo de san Josemaría estaba muy vivo
en su alma, como demuestran sus pala-
bras, sin duda autobiográficas, del punto
Bibliografía: CECH4, passim; “Ecos de la pren-
747 de Forja: “Así deseaba dedicarse a la
sa”, Nuestro Tiempo, 162 (1967), p. 720; Louis
oración un sacerdote, mientras recitaba el
Bouyer, “«Le mystère du culte» de Dom Casel”,
La Maison Dieu, 80 (1964), pp. 241-243; Ramón
Oficio divino: «seguiré la norma de decir,
Herrando, Los años de seminario de San Jose- al comenzar: «quiero rezar como rezan los
maría en Zaragoza (1920-1925). El Seminario de santos», y luego invitaré a mi Ángel Custo-
San Francisco de Paula, Madrid, Rialp, 2002; dio a cantar, conmigo, las alabanzas al Se-
Álvaro del Portillo, Entrevista sobre el Funda- ñor». Prueba este camino para tu oración
dor del Opus Dei, Madrid, Rialp, 1993; Guiller- vocal, y para fomentar la presencia de Dios
mo Rosas, “El misterio de Cristo en el año de la en tu trabajo” (F, 747). Su oración del Ofi-
Iglesia. El año litúrgico en O. Casel”, Anales de cio divino, además de ser rezada con amor
la Facultad de Teología, 47, 2 (1996), pp. 7-194. de Dios y acompañada de otras voces, se
Félix María AROCENA extendía a los diversos momentos del día:
era alimento para su vida contemplativa,
en medio de los quehaceres cotidianos.
Estos textos, y otros paralelos, ponen
de manifiesto una característica muy ecle-

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