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Filosofía para la buena vida desde una perspectiva Nietzscheana

Planteamiento del problema:

El amor fati y la idea del espíritu libre, son las ideas principales en las cuales se desarrollará
este proyecto de investigación, sin embargo, la finalidad de este es encontrar una base o
fundamento que nos permita, desde Nietzsche, llevar una vida de manera filosófica; una
filosofía para alcanzar un buen vivir, sin morir en el intento.

Se entiende que esto es problemático debido a que los seres humanos constantemente se
están atormentando, tanto por aquello que les depara el futuro, como por aquello que ya
ocurrió; es aquí en donde la idea del amor fati supliría está problemática. La idea de amar
aquello que traiga consigo el fluir de la vida sin desear que nada de lo ocurrido fuese
diferente. Sin embargo, el verdadero problema radica en ¿Qué impide que el ser humano
acepte la idea del amor fati o amor al destino en su vida?

Al embarcarnos en esta problemática comprendemos la posibilidad de que las emociones


influyan en el hecho de que el hombre no acepte el devenir de la vida y, constantemente,
desee cambiar lo que surge. Pese a que las emociones son un punto clave en este asunto, no
las trabajaremos, ya que, bien sabemos, Nietzsche no se interesaba plenamente por estas,
más bien se interesaba por los problemas morales del ser humano; lo que nos llevará a
considerar que, el hecho de que los hombres no acepten la idea del amor fati, es debido a
sus creencias limitantes y los juicios que emiten. La vida es un fluir de fuerzas, que no tiene
que acontecer desde el juicio del hombre, pues esta vida no es “buena o mala” y, mucho
menos, transcurre desde los juicios que el hombre emite sobre la misma.

Justificación:

Objetivo general:

Rastrear la importancia de la idea del amor fati para llegar a vivir una vida filosófica o una
filosofía del buen vivir, partiendo desde ciertos textos representativos que Nietzsche
escribió a lo largo de su vida.

Objetivos específicos
1. Realizar un breve estudio sobre lo que para Nietzsche representaba llevar una buena
vida. Incluyendo lo que para él representa la tragedia y la vida vista desde una
perspectiva Dionisiaca.
2. Analizar la idea del amor fati y como esta podría ayudar a los seres humanos a
llevar una vida más jovial, sin interesarse en cambiar ningún aspecto de la misma.
3. … Examinar y desbrozar el concepto de la buena vida en Nietzsche y sus
implicaciones.

Marco Conceptual

1. Una forma Nietzscheana de ver la vida

En el aforismo 324 “¡In media vita! (¡En medio de la vida!)”, Nietzsche, expresará la
forma en la que ve la vida. Para Nietzsche todo es un devenir (artístico, creativo y
eterno), un fluir de fuerzas. Nietzsche observa el mundo con una alegría trágica, ya que
el mundo no debería ser puesto en juicio como “bueno o malo”, simplemente se
desenvuelve, pues el mundo carece de consideración moral; aceptando y permitiendo el
fluir del mismo.

“¡No! ¡La vida no me ha defraudado! Antes bien, de año en año la encuentro más
verdadera, más deseable, más misteriosa -desde aquel día en que vino a mí el gran liberador,
aquel pensamiento de que la vida ha de ser un experimento de los que conocen-. ¡Y no una
obligación, no una fatalidad, no un engaño! –“(Nietzsche, 1990. 218).
Hay quienes creen que la vida para Nietzsche es una fatalidad, algo visto desde un
punto oscuro o pesimista, sin embargo, Nietzsche no se siente defraudado, pues para él
la vida no es una obligación o un engaño; por el contrario, es lo verdadero y misterioso.
Es posible, dice Nietzsche, que para algunos el conocimiento sea algo diferente, como
un lugar de reposo, un ocio o el entretenimiento. Mientras que para él mismo “La vida
es un medio de conocimiento”. Esta es la forma en la que Nietzsche logra vivir
“valiente y jovial”, pues puede reír jovialmente aquel que conoce también la victoria y
la guerra. Esta no es una forma de ver la vida de manera oscura y horrible, no es un
engaño o una farsa. Más bien, es la forma en la que la vida se muestra; como un
devenir, como un fluir de fuerzas.
Nietzsche no cae en la necesidad de dar juicios de valor sobre el devenir de la vida,
simplemente acepta todo aquello que el mismo devenir trae, sin querer cambiarlo, sin
ansiar que todo aquello fuese diferente; no es más que una aceptación de lo que vive o
experimenta.
Aceptar aquello que se vive, no implica tomar la vida con fatalismo, tampoco con un
positivismo arrollador, es más bien la forma de ver la vida desde un punto de vista
neutro, sin juzgar como algo bueno o malo aquello que deviene del fluir de la vida,
simplemente es aceptarlo tal cual es y ocurre.
2. El amor fati desde la perspectiva Nietzscheana.

La idea de Amor fati que plantea Nietzsche, de la cual nos hablará en el aforismo 276
“Para el año nuevo”. El Amor fati, es aprender a ver bello todo lo necesario en las
cosas. Podría interpretarse como una forma de no emitir juicios contra algo necesario.
Nietzsche nos explicará que este pensamiento deseaba verlo como su fundamento,
como una garantía y la dulzura para el resto de su vida; este pensamiento es el Amor
fati.
“Amor fati ¡Que este sea mi amor de ahora en adelante! No quiero conducir ninguna
guerra contra lo feo. No quiero acusar, ni siquiera acusar al acusador. ¡Que el apartar mi
vista sea la única negación!” (Nietzsche. 1990. 191). Nietzsche tiene una forma casi
poética de explicarnos el Amor fati y podríamos entenderlo como la forma de amar de
aquel que no omite juicios contra lo feo, aquel que no acusa, ni siquiera a quien acusa o
emite juicios de algo determinado. “¡Que el apartar mi vista sea mi única negación!”,
Nietzsche deseaba solamente observar, sin emitir juicios o acusaciones contra algo que
se determina “feo”, pues para él debemos aprender a ver lo bello de todo lo necesario.
Entender que la vida es un devenir de fuerzas, no es necesario emitir juicios y
determinar que algo es “feo” o “bello”, pues a la vida no le interesa tener atributos
humanos.
“Y, para decirlo todo de una vez y completamente: ¡alguna vez quiero ser uno que dice
solamente sí!” (Nietzsche, 1990. 191). Nietzsche, nos dice esto expresando que la vida
es un fluir. El hecho de decir: “¡alguna vez quiero ser uno que dice solamente sí!”,
manifiesta una persona que desean simplemente ver la vida como un devenir de fuerzas,
como un fluir, sin dar juicios de estos, esto le permitirá reír jovialmente; incluso estando
al borde del abismo.
Amor fati es un amor al destino, a todo lo que acontece en el fluir o el devenir de la
vida. Es amar todo aquello que la vida traiga. Nietzsche nos habla sobre este deseo que
surge y crece en su corazón; el ver lo bello en todo lo necesario de la vida. Dándonos a
entender con esto que lo que busca o pretende es simplemente no juzgar como bueno o
malo todo aquello que trae el fluir de la vida, simplemente amar todo lo que venga de la
vida, aunque esta nos traiga consigo experiencias o emociones desagradables; es amar
lo que acontezca en nuestras vidas sin desear cambiarlo. La idea del amor fati de
Nietzsche es aceptar el devenir de la vida como un fluir y no querer que nada sea
distinto; ni en el pasado, ni en el futuro, ni en la eternidad.

3. El problema que acontece en el hombre ante la idea del amor fati

Es evidente que considerar la idea de amor fati en nuestras vidas es algo complejo, ya
que la mayoría del tiempo nuestras emociones se ven implicadas en la forma en la que
experimentamos la vida. Es natural que así sea, pues el hombre siente emociones, es
algo que no podemos simplemente negar. Pese a esto no he logrado encontrar en
Nietzsche un texto que nos hable sobre el manejo o cuidado de las emociones,
posiblemente porque esto es algo que a Nietzsche no le interesaba plenamente. Sin
embargo, en Ecce Homo, F. Nietzsche nos da una idea en la que un hombre que no es
precisamente decadente experimenta aquello que acontece como una forma de elegir lo
que le será mejor. Es un elegir y sacar ventaja de las contrariedades.
A él le gusta sólo lo que le resulta saludable; su agrado, su placer, cesan cuando se ha
rebasado la medida de lo saludable… saca ventaja de sus contrariedades; lo que no lo
mata lo hace más fuerte. Instintivamente forma su síntesis con todo lo que ve, oye, vive:
es un principio de selección, deja caer al suelo muchas cosas… él honra al elegir, al admitir,
al confiar. Reacciona con lentitud a toda especie de estímulos, con aquella lentitud que
una larga cautela y un orgullo querido le han inculcado, examina el estímulo que se acerca,
está lejos de salir a su encuentro. No cree ni en la «desgracia» ni en la «culpa», liquida los
asuntos pendientes consigo mismo, con los demás, sabe olvidar, es bastante fuerte para
que todo tenga que ocurrir de la mejor manera para él. (Nietzsche, 2017, 10)
Pese a lo dicho anteriormente, considero que el elegir y sacar ventaja de las
contrariedades nos puede servir ante el hecho de amar lo que devenga de la vida
misma, aceptar todo aquello sin la necesidad de emitir un juicio de valor ante la misma.
Puede que este sea el problema del hombre y en ello transcurra la problemática que se
plantea, en los juicios que los hombres emiten y sus creencias limitantes, las cuales no
les permiten llegar al espíritu libre.

en La Gaya ciencia encontramos un aforismo dedicado a la liberación del espíritu o


espíritu libre, en donde se habla de las creencias como aquello que impide y limita al
hombre en la búsqueda de la libertad.

Este puede hacer parte fundamental de la problemática ¿Puede realmente el hombre


aceptar la idea del amor fati en su vida? Pues desprenderse de creencias y juicios es
aquello que necesitamos para lograr comprender que la vida no es mala, injusta o
extremadamente bella y buena. Sabemos que nuestras emociones cumplen un papel
fundamental en el hecho de si aceptamos o no el devenir de la vida, sin embargo, no es
todo lo que acontece a ello, más bien para poder llegar al amor fati o aceptación del
devenir, tendríamos que estudiar la idea de liberarnos de las cadenas que ejercen
nuestras creencias y posiblemente de este modo podríamos aceptar el fluir de la vida y
encontrar belleza en lo necesario de la misma; pese a que este acarree consigo
emociones desagradables en su momento.

4. El espíritu libre para Nietzsche

En el aforismo 343 de La gaya ciencia, Nietzsche nos habla sobre sobre el más grande
y nuevo acontecimiento; este acontecimiento es precisamente: la muerte de Dios,
debemos de tener presente que en sí este punto no es lo que no interesa precisamente,
sino, la idea de que lo hace basándose en que las creencias han limitado al hombre
desde hace décadas. En este aforismo “Que es lo que trae consigo nuestra alegría”,
Nietzsche nos habla acerca del espíritu libre, el cual llega a los hombres al liberarse de
las creencias limitantes. Al liberarnos de las creencias podemos observar ese “mundo”
que dejamos atrás con recelo y duda, para lo cual Nietzsche nos dice:
“Por lo menos para los pocos cuyos ojos, cuyo recelo en los ojos es suficientemente fuerte
y sutil para este espectáculo, les parece que acaba de ponerse algún sol, que alguna vieja y
profunda confianza se ha trastocado en duda; a ellos tiene que parecerles diariamente
nuestro viejo mundo más vespertino, más desconfiado, más extraño, más ‹‹viejo››”
(Nietzsche. 1990. 234)
Nietzsche nos da a entender con sus citas que dudar es el primer paso para llegar a la
libertad, dudar, mirar con recelo o desconfianza aquellas cosas que pertenecen a un
antiguo mundo; quizás guiándonos a la idea de que para poder aceptar este espíritu libre
debemos liberarnos de las creencias que teníamos y ver estas como pertenecientes de un
mundo antiguo y viejo. Nuestras creencias se han fundamentado desde una base moral y
el rompimiento o desligue con dichas creencias le brindan a Nietzsche, no un
oscurecimiento del mundo, sino más bien, una reanimación llena de regocijo y
felicidad. Esta muerte de Dios representa la libertad del espíritu, liberarse de las
cadenas de las creencias. Nietzsche concluye diciendo: “Finalmente podrán zarpar de
nuevo nuestros barcos”, es decir, aquellos hombres de espíritu libre, aquellos hombres
que no se dejan dominar por las creencias, tienen ante sí el mar abierto, en donde
podrán dirigirse ante cualquier peligro, pertinente solo de aquellos que conocen el mar
y, es posible que jamás hubiese existido ‹‹un mar tan abierto››.

Este espíritu libre al que hace referencia Nietzsche nos manifiesta una alegría, lejana al
rigor y la seriedad. Este espíritu libre, liberaría al hombre de las creencias y el dominio
que la metafísica impuso por medio de las religiones y la moral tradicional. Este
espíritu libre nos quita la máscara y nos permite observar, aquello que ha tenido
esclavizado al hombre durante años. Solamente cuando se rechaza la finalidad del
mundo, el mundo es libre.

Marco referencial

1. Una forma Nietzscheana de ver la vida.

En primera instancia comenzaremos a abordar de manera breve la forma en la que


Nietzsche observa o reflexiona acerca de su vida. Es pertinente en este caso asegurar
que Nietzsche no ve la vida como algo que lo ha decepcionado, más bien, asegura que
de año en año la vida le brinda algo de felicidad y alegría; esto lo abordaremos desde el
aforismo 324 “¡In media vita! (¡En medio de la vida!)” de La Gaya Ciencia. Desde
esta perspectiva hablaremos a groso modo de cómo para Nietzsche transcurre su propia
vida.

En este corto parágrafo Nietzsche hace una breve reflexión sobre la vida y lo que la
misma se ha mostrado como un fluir o un devenir de fuerzas. Aquí será necesario hablar
un poco sobre la tragedia, puesto que para Nietzsche la vida es netamente trágica, por
este motivo se creará un subcapítulo llamado “La vida trágica”.

1.1. La vida trágica.

Nietzsche ve en la tragedia el transcurrir de vida, ya que en ella se encuentran dos


fuerzas que no solamente son contrarias, sino que forman entre ellas una unidad
coherente; estas fuerzas surgen entre el dios Apolo y el dios Dionisio. En la tragedia,
Nietzsche encuentra el punto de partida para describir lo que significa en sí la vida, la
cual posee para él un valor fundamental; en la contrapuesta de estos dioses y el
surgimiento de la tragedia, Nietzsche descubre que la vida no solo es dolor, sufrimiento
y caos, sino también su contraparte: pasión, exaltación y creatividad.

Es por este motivo que, si pretendemos dar una mirada a lo que para Nietzsche
representa la vida, tendremos que hablar sobre la tragedia. Este capítulo lo llevaremos a
cabo desde la perspectiva del filósofo alemán, Eugen Fink, quien en su libro titulado La
filosofía de Nietzsche, nos hablará sobre un poco sobre la tragedia y lo que la misma
significa para Nietzsche. Sin embargo, desde este texto usaremos únicamente el primer
capítulo, titulado por Fink como “La metafísica de artista”. En este capítulo Fink hará
un breve recuento solo la tragedia vista desde el foco de Nietzsche y nos vinculará la
tragedia y la forma de ver la vida Nietzscheana con el sentido del arte que plantea
Nietzsche, ya que, para este, el fenómeno del arte queda situado en el centro: en él y
desde él se descifra y se comprende el mundo; La verdadera esencia del arte, Nietzsche,
la reduce a lo trágico.

1.2 El arte Dionisiaco.


Al hablar a groso modo de la tragedia y el arte nos encontramos con el hecho de que
Nietzsche describe el arte griego como un juego de contraposición, contrariedad y al
mismo tiempo de unidad. Ambas manifestaciones son necesarias e importantes, juntas
crean una unidad necesaria en el movimiento o fluir de la existencia.

Partiendo de esto, en este capítulo nos quedaremos con algo a lo que Nietzsche
llamará el arte desde el dios Dionisio; un “arte Dionisiaco”; el cual busca,
constantemente, convencernos del eterno placer de la existencia.

Este arte Dionisiaco partirá de la idea del gozo y disfrute de la existencia, una idea
que descansa en la embriaguez del juego y el fluir de la vida misma. Esto lo haremos
desde F. Nietzsche en El nacimiento de la tragedia. Desde el parágrafo diecisiete y el
Ensayo de autocrítica. Esto nos abrirá pasó a comprender un poco el devenir y el fluir
de la existencia desde una perspectiva placentera, que es precisamente a lo que
deseamos llegar; el reconocimiento del fluir de la vida y aceptar el mismo devenir con
placer, sin importar lo que traiga consigo.

2. El amor fati desde una perspectiva Nietzscheana

En cuanto a este segundo capítulo comenzaremos a hablar de una de las ideas, qué a mi
parecer, son inspirantes en Nietzsche, debido a que habla sobre aceptar el destino tal
cual llegue, con sus placeres y dificultades. Amar aquello que ocurra o
experimentemos, sin el deseo de cambiarlo o desear que surja de otra manera. A esto
Nietzsche lo llamo “amor fati”; decirle sí al destino sin desear que algo de lo que ocurra
en nuestras vidas sea diferente.

Este punto lo trabajaremos desde el aforismo 276 “Para el año nuevo” de la Gaya
Ciencia. Allí Nietzsche nos hablará un poco sobre este camino o sobre este “su amor”,
decirle sí a todo aquello que traiga consigo el devenir.

Debido a que Nietzsche no hace un análisis tan profundo sobre esta idea, nos vimos
encaminados en la tarea de buscar este concepto en demás fragmentos, textos,
comentarios y/o aforismos, por lo tanto, haremos uso también de Cristian Neimeyer y
su Diccionario de Nietzsche, en donde en varios puntos trabajará o hará un análisis
breve sobre este concepto. También abordaremos el amor fati desde un pequeño
fragmento que aparece en el Ecce Homo, llamado “El caso Wagner”.

3. El problema que acontece en el hombre ante la idea del amor fati.

Ahora sabemos que ante Nietzsche la idea del sufrimiento es innecesaria y la misma nos
impide aceptar el devenir como un fluir de fuerzas, por este motivo, me veo en la tarea,
de poner en contraparte aquellas experiencias emocionales en las que los seres humanos
nos vemos involucrados al intentar aceptar el destino tal cual acontece.

Es evidente que los seres humanos llevan consigo una necesidad inminente de sentir
emociones, sin embargo, estas mismas emociones nos llevan, en muchos de los casos, a
olvidarnos de la idea del amor fati; nos llevan a querer cambiar lo que nos ha ocurrido.
Sin embargo, para Nietzsche las emociones no son un foco de importancia en sus
textos, por este motivo considero que debe de haber algo más de trasfondo; algo que
lleve al ser humano a desear cambiar su propio destino, algo que lo separa de la idea del
amor fati y de poder aceptarla en su propia vida.

3.1 El sufrimiento innecesario

Al abordar la idea del amor fati desde Nietzsche, evidentemente surgen varias dudas
sobre si el ser humano es capaz de aceptar la idea del amor fati, es decir, aceptar por
completo su destino y el devenir, implicando que la vida es un fluir de fuerzas tanto
placenteras como dolorosas. Las emociones y nuestros sentires, evidentemente, se
interponen en esta idea y en el hecho de que el ser humano la logre alcanzar, para hacer
de su vida una vida más amena. Por este motivo hablaremos de manera breve sobre el
“sufrimiento innecesario”, algo que Nietzsche planteará en el Ecce Homo, 2 por qué
soy tan inteligente, en donde hablará sobre lo que acarrea consigo la idea del amor fati y
elegir no sufrir por aquello que trae consigo el destino.

El sufrimiento es algo normal en la vida del hombre, sin embargo, para Nietzsche
no es más que innecesario y al no aceptarlo en su vida se considera inteligente. En este
pequeño parágrafo nos dará un pequeño abrebocas de su pensamiento en cuanto al
sufrimiento, aquella que para él no es necesario, pues su elección es el amor fati.

3.2 La culpa
Otro de los puntos que considero evitan que el ser humano logre aceptar el devenir sin
sentir deseos de cambiarlos es el sentimiento de culpa. Es evidente que en muchas
ocasiones los seres humanos nos dejamos atormentar por la culpa, de aquellas cosas
hicimos e incluso dejamos de hacer; este es uno de los motivos por los cuales,
constantemente, los seres humanos desean hacerle cambio a su destino, desean que las
cosas surjan de manera diferente o lo hubiesen sido. Para trabajar este punto lo haremos
basándonos en Juan Luis Vernal y su texto La crítica de metafísica en Nietzsche.
Apéndice, acerca de la interpretación de Martin Heidegger 213. En donde Vernal nos
hablará desde Heidegger y la perspectiva que este tiene sobre la culpa. En este punto se
hablará de la culpa como el olvido de la necesidad de justificar la vida, esta justificación
de la vida apoya sus bases en una existencia dominada por la moralidad, algo que,
según Vernal, Nietzsche desea superar u olvidar; ya que, en este nivel, la culpa es el
causante de la miseria humana.

3.3 Los juicios

Por último, hablaremos sobre lo que son los juicios para Nietzsche, pues estos tienden a
hacer que perdamos el foco de la vida, los juicios para Nietzsche carecen de
importancia, para él no se deben emitir juicios de valor de ningún tipo, ya que para
Nietzsche la vida no transcurre con base a los juicios que los seres humanos realizan
sobre la vida. Los juicios nos llevan a considerar la vida partiendo de pensamientos
propios y morales, haciéndonos perder el foco de lo que la vida misma es; un devenir o
fluir de fuerzas.

Nietzsche, en su texto Más allá del bien y del mal, habla sobre los prejuicios de los
filósofos, esto podrá ayudarnos de base para desarrollar esta idea, en la que los juicios
nos alejan en sobremanera de una buena manera de vivir nuestra existencia. De este
primer capítulo del libro Más allá del bien y del mal, utilizaremos los parágrafos: 4, 5,
11, 20 y 23, en donde Nietzsche nos habla sobre los juicios y de qué manera este los ve.

También utilizaremos uno de los parágrafos de la Gaya ciencia, en donde Nietzsche


nos presenta el hecho de que la vida no transcurre por medio de los juicios lanzados por
los hombres y que tanto el devenir de la vida no se fundamenta en lo absoluto, en este
tipo de juicios. Este aforismo principal será el 109 llamado “¡Cuidémonos!”.
Esta idea de los juicios nace de la necesidad de moralidad en el hombre, este deseo
extremo de conocer la verdad, basándonos en juicios morales, los cuales no sirven de
más que para ahuyentar de nuestro foco o interés el amor por el devenir, encadenando
nuestra existencia y limitando nuestro espíritu con creencias absurdas, para lo que
Nietzsche dirá en la Gaya ciencia: “se ocasionan perjuicios, si con él se establece una
profunda y creciente desgracia que atrapa y ahoga como una enfermedad a los hombres
uno tras otro” (Nietzsche. 1990. 153).
3.4 Las creencias

Si bien comprendemos que los juicios son perjudiciales para la llevar una vida amena
con respecto al aceptar el devenir, las creencias ahora se incluyen en la lista, puesto que
tanto los juicios como las creencias limitan el espíritu del hombre y lo encadenan a
llevar una vida siendo esclavos de sí mismos. Por este motivo se hablará a groso modo
de las creencias y lo limitantes que son en la vida del ser humano. Esto lo llevaremos a
cabo desde la Gaya ciencia, en el aforismo 347 “Los creyentes y su necesidad de
creer”, en el cual Nietzsche nos hablará sobre por qué los hombres basan sus creencias
como una necesidad para fundamentar su vida. Las creencias se convierten en el
hombre como su espina dorsal, como la columna que les permite erguirse firmes ante la
vida, sin embargo, estas mismas creencias se encargan de hacerlos hombres limitados y
esclavos de ellas.

4. El espíritu libre para Nietzsche.

Desde esta perspectiva comprendemos que para Nietzsche son varios las cosas que
impiden que el hombre pueda llevar una buena vida, una vida libre, amando y
aceptando el fluir de la vida en sí mismo y con todo lo que acarreé. Por este motivo
considero necesario hablar a groso modo sobre el espíritu libre que plantea Nietzsche,
aquella obligación o necesidad que él encuentra en liberarse de todo aquello que nos ata
y no permite que vivamos por completo de lo que la vida acarrea, de lo que la vida en sí
misma es; un devenir, un fluir de fuerzas.

El espíritu libre del que nos hablará Nietzsche, lo trabajaremos a groso modo desde
la Gaya ciencia, en el aforismo 343 “Qué es lo que trae consigo la alegría”, en donde
nos hablará sobre la libertad, el espíritu libre; que nos ayudará a reír con júbilo ante la
vida. Será aquel desligarnos de creencias, culpas, juicios, para aceptar por fin el amor
fati, este deseo de aceptar el devenir y todo aquello que traiga consigo la vida. El
espíritu libre será quien nos ayude a lograr esta manera de vivir, más libre, más
verdadera y con mayor jubilo, sin temor o deseos de cambiar aquello que surja en el
camino.

Marco Contextual

Metodología:
Cronograma de actividades:
Bibliografía:

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