La Materia
El siglo de la ciencia
No cabe duda: la trepidante carrera científica
y tecnológica del siglo que ahora está por terminar
ha transformado la sociedad. Pero también ha
cambiado la propia forma de investigar.
D e pequeño me parecía una cosa
notable que mi abuelo hubiese nacido
en el siglo XIX, y ahora que trato de
resumir mi visión sobre esta etapa
que estamos terminando recurro a la
ayuda de su recuerdo, de la memoria
de detalles en sus relatos, para tra-
tar de entender y sentir de verdad lo
que mide un siglo. Un dia me contó
que en cierta ocasión había ido a ca-
ballo para llevar algo desde su pueblo
natal a un sitio cercano. Casi no ha-
bía coches de motor. Aunque nos
cueste hoy imaginarlo, el caballo era
el principal medio de locomoción a
comienzos de siglo.
Ese abuelo fue quien en 1946
consiguió en el Colegio Médico unas
dosis de la recién llegada penicilina
—que únicamente tenían allí, en refri-
geradores— para curarme, a los po-
cos meses de haber nacido, una otitis
con una inyección cada tres horas.
Los antibióticos representaban para él
uno de los ejemplos del progreso en
el siglo de la modernidad. Otros in-
ventos que valoraba mucho eran la
electricidad, sobre todo los focos que
habían desplazado a los candiles, y la
radio, porque gracias a él se sentía
6 Revista Propedéutico de Ciencias Naturales
Por Ramón Núñez
enterado de lo que sucedía en el
mundo. Él no pudo llegar a ver por
televisión a Armstrong sobre la Luna,
ni conoció las computadoras, ni oyó
hablar de los trasplantes y ni siquiera
se imaginó que los discos de vinilo
que empezó a regalarme dejarían de
existir. Creo que le hubiera gustado
seguir viendo el progreso. En el resto
del siglo he de bastarme yo solo como
testigo.
Mis padres se casaron el día en
que hizo explosión en Los Álamos
(Nuevo México) la primera bomba
atómica de la historia. Entonces no
se supo, pero luego conocimos todos
que aquél fue uno de los hechos
más importantes del siglo. Es impre-
sionante pensar en la cantidad
de cosas que puede cambiar una
guerra, y es interesante ver cómo
la ciencia y la tecnología pueden
cambiar su curso.
La práctica total de los inventos
de la segunda mitad de siglo, desde
la televisión a la computadora, pa-
sando por los plásticos, los satélites
o Internet, están condicionados o
determinados por la Segunda Guerra
Mundial y la posterior Guerra Fría.
Los conflictos bélicos, en sí, también
han cambiado mucho durante el siglo,
pero no han desaparecido. Me temo
que nunca lo harán, porque eso no
depende del progreso de la ciencia.
Me enseñaron a escribir antes de
que existiera el boligrafo, y recuerdo
que cuando éste llegó, no sólo tenía la
ventaja de que con él no caían borro-
nes, sino que se podía utilizar como
cerbatana. Ahora puedo escribir en
una computadora portátil y enviar el
texto por correo electrónico o volcarlo
en papel con una impresora láser.
Con la misma computadora podré
luego hacer cosas completamente
distintas, como ver la película
Amadeus en DVD. Es bueno que el
instrumento para escribir pueda se-
guir siendo un juguete.
Pensando en aquel bolígrafo, repaso
la llegada de los plásticos, y vuelvo a
reparar en cómo han cambiado nuestro
entorno inmediato, de igual forma que
se han ido transformando nuestros
hogares con la llegada del teléfono, la
lavadora, el televisor, el refri y demás
electrodomésticos. Además, en los últi-
mos años pudimos ser testigos de
cómo se modifica el mundo a nuestro
alrededor con las nuevas formas y usos
de la energia, los satélites, los nuevos
materiales o la ingeniería genética.
Durante una vida de nuestro tiempo
suceden muchas cosas. Hasta diría
que ahora las revoluciones y las eras
suceden cada vez con mayor frecuen-
cia y en los últimos años he oído hablar
de la revolución de las comunicacio-
nes, la era del espacio, de la energía,
de la informática o de la genética.
Para bien o para mal, ningún otro
periodo de la historia cambió tanto por
el avance de la ciencia. Mientras que
hoy durante la vida de una persona
En la Revolución
Industrial, la máquina
de vapor fomentó
el estudio de la
termodinámica.
Hoy ocurre al revés:
de los conocimientos
científicos surgen
las aplicaciones
tecnológicas.
tienen lugar varias revoluciones, los
primeros tiempos de la humanidad se
podían agrupar por milenios caracte-
rizados por una tecnología. No fue
hasta el siglo XIX, tras la aparición
de la máquina de vapor y con la
Revolución Industrial, cuando se
tuvo por primera vez la idea de que
el mundo estaba cambiando. Pero
resulta que cuanto más avanzan la
ciencia y la técnica, más rápidamente
tiene lugar el progreso, y ese ritmo se
ha ido incrementando a lo largo del
siglo XX. Hoy viven y trabajan más
cientificos que todos los que existie-
ron en siglos anteriores.
Es cierto que hubo personas que
contribuyeron de manera muy impor-
tante al desarrollo de la ciencia, pero
¿cuántos de los que vivieron en el
mundo en tiempos de Galileo o de
Newton podrían ser considerados
científicos? Aunque nos pueda parecer
extraño, a finales del XIX aún era
posible que los científicos de todo el
mundo se conociesen personalmente
La Materia 7
 unos a otros. Un siglo después la
situación ha cambiado radicalmente.
Por eso durante el siglo XX tuvieron lugar
más descubrimientos científicos que
en toda la historia de la humanidad.
A finales del siglo pasado,
Alphonse Daudet (1840-1897) escri-
bió que “la historia es la novela de los
reyes”, como ya un siglo antes había
dicho el historiador Edward Gibbon
(1737-1794) cuando afirmó que la his-
toria es “poco más que el registro de
los crímenes, insensateces y desgra-
cias de la humanidad”. Y es que hasta
La primera bomba
atómica explotó en Los entonces, la vida de la sociedad era con-
Álamos, Nuevo México secuencia directa de las actuaciones de
(EE. UU), en 1945. De los poderes militares y religiosos.
aquellas investigaciones
A partir del siglo XX, el estudio de la
surgió la energía
nuclear y sus aplica- historia será inconcebible sin tener en
ciones pacíficas. cuenta la ciencia y la técnica.
8 Revista Propedéutico de Ciencias Naturales
A todas las novedades mencionadas
en ciencia, tecnología y medicina se
añaden hoy muchos cambios en el
mundo de las ideas, por la incorpora-
ción, en el terreno científico, de nuevos
conceptos a velocidad frenética. Pen-
semos, por ejemplo, que a comienzos
de siglo ni siquiera se conocía el
núcleo de los átomos o el ADN, y que
ahora sabemos romper el núcleo, así
como diseñar moléculas de ADN con
genes a medida. Hasta el siglo XX,
la ciencia y la tecnología seguían
caminos relativamente independientes,
y muchos de los progresos e inven-
ciones tenían lugar al margen de la
ciencia, tras sucesivos intentos y
modificaciones. Incluso la misma
Revolución Industrial dependió más
de la mecanización de procesos tradi-
cionales, como el uso del agua y el
fuego, que del conjunto de conoci-
mientos científicos. De hecho, suele
decirse que la ciencia debe más a la
máquina de vapor (al haber dirigido
la atención hacia la termodinámica),
que ésta a la ciencia. Sin embargo,
en el siglo XIX comenzó a cambiar
esta tendencia, y la tecnología empe-
zó a avanzar más por aplicación de la
ciencia que por puro empirismo. Hoy
la mayor parte de la actividad científi-
ca nace con los ojos puestos en sus
aplicaciones tecnológicas.
Al tiempo que los límites entre
ciencia pura, ciencia aplicada y tec-
nología se han ido diluyendo, la crea-
ción científica y técnica ha perdido
gran parte de su carácter individual.
Algunos de los inventos nacidos a
principios de siglo venían todavía de
la mano de personas aisladas, a ve-
ces con escasa formación científica
pero emprendedores. Era la época de
los genios individuales, como Edison,
Ford, Marconi o el mismo Einstein.
La autoría de los inventos y descubri-
mientos ha tendido a hacerse
colectiva, entre otras razones, porque
hoy los medios necesarios para una
investigación no están al alcance de
un individuo, sino de universidades o
grandes empresas. En efecto, al ir
avanzando el siglo, la industria
comenzó también a demandar más y
más conocimiento científico, surgiendo
una forma de investigar relacionada
con las necesidades industriales.
En general, hoy la investigación es
promovida en tres frentes: en las uni-
versidades, con una inclinación hacia
la ciencia pura en las antiguas y
hacia la ciencia aplicada en las más
modernas; en los laboratorios de em-
Torre de la Rectoría,
presas privadas, y en instituciones Universidad Nacional
oficiales, tanto nacionales ( CONACYT ) Autónoma de México.
como internacionales ( CERN , ESA ...). México, D. F.

La naturaleza de la ciencia tam- En el siglo XVII, Galileo tuvo

bién ha evolucionado durante el siglo
XX. Ahora los científicos descartan la
posibilidad de alcanzar la verdad
absoluta y aceptan cierto grado de
incertidumbre como parte esencial
del estudio de la realidad. Además,
saben que la mayor parte del conoci-
miento científico es provisional y la
modificación de las ideas, más que un
inconveniente, pasa a ser la norma
de la ciencia. Pero, por otra parte,
también se observa que existen
teorías poderosas y consistentes
que tienden a sobrevivir, ganando
en precisión y aceptación. La cre-
ciente habilidad de los científicos
para hacer predicciones exactas
(por ejemplo, calcular las trayecto-
rias de satélites) evidencia que
estamos avanzando de verdad
en el conocimiento de cómo
funciona el mundo.
conflictos con la Iglesia por sus ideas
sobre el heliocentrismo y todavía a
mediados del XIX recibía fuertes
ataques la idea de evolución de las
especies de Darwin. Hasta hace poco
era posible considerar irrelevantes las
evidencias científicas desde perspec-
tivas teológicas, de manera que la fe
o las creencias personales podían
relegar lo demostrado con pruebas
objetivas. La esencia de la ciencia
contemporánea está en su objetividad
y en el carácter acumulativo de la
experiencia, pero los conflictos con la
Iglesia y la filosofía (saberes o creen-
cias más subjetivos) se eluden al con-
siderar que nos movemos en campos
distintos. Quizá no sea casualidad el
hecho de que los mismos que hasta
mediados del XIX se llamaron filóso-
fos naturales, desde entonces
comenzasen a llamarse científicos.

La Materia 9
Los inventos del siglo
Cualquier selección de los mejores inventos del
siglo es arbitraria. Quizás habría que comenzar
por definir lo que entendemos por inventos y razo-
nar si queremos o no incluir en esa categoría
cosas como la relatividad, la vitamina C, la escala
de pH o el núcleo atómico. Después de hacer una
encuesta entre 6 mil lectores para elegir “Los 20
inventos del siglo XX”, éstos son los resultados:

1. La penicilina 8. La radio 15. El refrigerador

2. Los trasplantes 9. El avión 16. La píldora anticonceptiva
3. Los focos 10. El chip de silicio 17. El cine
4. El automóvil 11. Los plásticos 18. Los satélites artificiales
5. Las computadoras 12. El láser 19. Internet
6. La aspirina 13. La insulina 20. La lavadora
7. La televisión 14. La ingeniería genética

Debido al carácter social de la objetivación. También de esta mane-

ciencia, la comunicación científica es
imprescindible para su progreso y
para su democratización. En princi-
pio, el científico no tiene interés en
guardar personalmente sus descubri-
mientos y el medio en que normal-
mente éstos llegan a la sociedad es a
través de publicaciones. En ellas se
enterarán sus colegas y el conocimien-
to avanza así en su imprescindible
En los museos
interactivos, la ciencia
y la tecnología pueden
ser un divertimento
para todos.
ra la ciencia penetra en la sociedad y
en los posibles círculos de la tecno-
logía. Por ejemplo, Marconi tuvo
conocimiento a través de una revista
sobre las experiencias de Hertz, y
aquéllo le llevó a inventar la radio.
A comienzos de siglo, la ciencia se
comunicaba en revistas especializa-
das y mediante conferencias en
instituciones, aunque el espacio
dedicado en los periódicos era escaso.
Pero el papel de la divulgación y
educación científica ha comenzado a
pasar de las organizaciones científi-
cas y universidades a otros espacios
sociales más abiertos, como los
medios de comunicación dirigidos
al gran público y los museos
interactivos.
Hasta 1900, los avances de la
humanidad nunca supusieron una
amenaza para sí misma ni para el
entorno. A partir de entonces el pro-
greso tecnológico entró por primera
vez en conflicto con la naturaleza. Nos
preocupan problemas globales, como
la desertización y la contaminación de
tierras y océanos, y exigimos a la
ciencia soluciones al efecto invernadero
o a las lluvias ácidas. Tuvimos que

10 Revista Propedéutico de Ciencias Naturales

cambiar nuestra opinión sobre crea-
ciones que suponíamos beneficiosas,
como el DDT o las centrales nuclea-
res. Algunos alimentos se tratan con
procesos dudosos y se generan movi-
mientos contra aditivos insanos.
El siglo XX asiste al despertar de
la conciencia ecológica y nos damos
cuenta del impacto que tiene sobre
la naturaleza la propia explosión
demográfica, así como de la trascen-
dencia de algunos procesos propios
del desarrollo. Pero también recono-
cemos que la ciencia contribuyó al
progreso incrementando la esperan-
za de vida, reduciendo la mortalidad
infantil y ayudando a producir más
alimentos para una humanidad cuya
población en el siglo se ha multipli-
cado por cuatro y llega ya a los
6,000 millones. Las campañas de A través de la aplicación de tecnologías emergentes es posible el incremento
vacunación, la higiene, las mejoras del valor agrícola y la calidad de las cosechas.

en la alimentación, la medicina pre-

ventiva, la cirugía y los tratamientos
médicos nos ofrecen mayor longevi-
Cada vez más rápido
La siguiente tabla presenta los años transcurridos
dad y calidad de vida.
desde la aparición de un invento hasta que es utilizado
La mayor divulgación y la mejor
por la cuarta parte de la población. Los datos correspon-
educación científica sirven para evitar
den a los Estados Unidos y Europa. En México tendríamos
muchos prejuicios y desarrollar el es-
que aumentar unos pocos más, debido a nuestra posición
píritu crítico. Y es que la sociedad de
de país en el subdesarrollo.
hoy requiere ciudadanos conocedores
de las múltiples opciones técnicas
Fecha Invento Años para su uso masivo
ante los nuevos problemas, conscien-
1873 Electricidad 46
tes de la importancia que tienen la
investigación y la tecnologia en el 1876 Teléfono 35
desarrollo, y con la capacidad crítica 1886 Automóvil 55
para participar auténticamente en la 1906 Radio 22
toma de decisiones. Probablemente, 1926 Televisión 26
existen muchos motivos para sentir- 1953 Microondas 30
nos insatisfechos, pero lo que me pa-
1975 PC 16
rece más importante ahora, a finales
1983 Teléfono celular 13
de siglo, y por todo lo que la ciencia
significa para nuestro futuro, es que 1991 Internet 7
avancemos hacia una auténtica Este artículo fue publicado en la revista Muy Interesante, No. 28, 1998,
sociedad democrática. edición especial “Lo mejor del siglo”, Editorial Televisa.

La Materia 11
Cien años de descubrimientos

1901 1953
Encuentran el okapi , último por conocer de los Watson y Crick hallan la estructura de doble
grandes mamíferos terrestres. hélice en el ADN (ácido desoxirribonucleico).
1905 1953
Hallazgo de los fósiles del más emblemático de Edmund Hillary y Tenzing Norgay escalan
los dinosaurios: el Tyrannosaurus rex. el Everest.
1909 1954
Robert Peary y cinco compañeros de expedición J. Hin Tjio y A. Levan descubren que los seres
alcanzan el Polo Norte. humanos tenemos el material hereditario
1911 codificado en 46 cromosomas.
Roald Amundsen y cinco compañeros pisan el 1960
Polo Sur. Jacques Picard desciende en el océano
1913 Pacífico a 10 900 metros de profundidad.
Se descubre la existencia de la ozonosfera. 1961
1915 F. L. Horsfall descubre que el cáncer se debe
Localizada la primera estrella enana blanca: a cambios en el ADN de las células.
Sirius B. 1963
1922 M. Schmidt encuentra el primer cuasar
Lord Carnovon encuentra la tumba de (objeto cuasiestelar parecido a las estrellas).
Tutankhamón, faraón fallecido en el año 1352 a.C. 1964
1924 A. A. Penzias y E. W. Wilson detectan la
Se aísla el estreptococo causante de la escarlatina. radiación cósmica de fondo.
1925 1965
Raymond Dart descubre un fósil del primer Se descubren restos fósiles de células de
Australopithecus. hace 3 500 millones de años.
1928 1969
A. Szent-Gyorgyi descubre la vitamina C o ácido Los astronautas Armstrong y Aldrin pisan la Luna.
ascórbico. 1971
1930 Por primera vez se detecta, en la constelación
C. Tombaugh descubre el planeta Plutón. del Cisae , lo que podría ser un agujero negro.
1932 1974
J. Chadwick descubre el neutrón, componente Donald Johanson descubre a Lucy , fósil de la
del núcleo. especie A. afarensis, antecesora del ser humano.
1938 1987
Encuentran un celacanto vivo, pez que se creía Descubrimiento de un agujero en la capa de
extinto. ozono sobre la Antártida.
1940 1992
E. McMillan y P. Abelson descubren la existencia Tras años de investigación, se completa el
del elemento químico neptunio. estudio genético de dos cromosomas humanos.

12 Revista Propedéutico de Ciencias Naturales

Grandes meteduras de pata

“Este llamado teléfono tiene demasiadas

limitaciones como para ser considerado
un medio de comunicación”.
(En un memorándum de la compañía Western Union, 1876).

“Una máquina más pesada que el aire

nunca podrá volar”.
(William Thomson, Lord Kelvin, 1899).

“No me imagino su valor comercial, porque

¿quién pagaría por enviar un mensaje
que no recibe nadie en particular?”
(Socios de David Sarnoff, en respuesta a su demanda de que
invirtieran en la radio, 1920).

“La televisión puede ser factible desde

el punto de vista teórico y técnico, pero
comercial y económicamente es imposible”.
(Lee De Forest, inventor del triodo, 1926).

“¿Existe alguien que tenga interés en que

los actores hablen en las películas?”
(H. M. Warner, de la compañía Warner Brothers, 1927).

“No existe la menor indicación de que la

energía nuclear pueda llegar a existir. Eso
significaría que podemos romper el átomo
a voluntad”.
(Albert Einstein, 1932).

“Creo que existe un mercado mundial

para unas cinco computadoras”.
(Thomas J. Watson, director de IBM, 1946).

“640 Kbytes deberían ser suficientes para

cualquiera”.
(Bill Gates, 1981).

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