Está en la página 1de 1

ARTICULO ANEXO IV

Atención Plena a los Estados Mentales.

Ser humano es experimentar diversos estados de ánimo. Un día nos sentimos


positivos y optimistas sobre nosotros y nuestra vida, mientras que al día siguiente todo se
nos hace una montaña. Unas veces tenemos ganas de fiesta y otras, de quedarnos en casa.
Los niveles de energía física fluctúan. Nuestra opinión sobre las cosas también puede
cambiar. Nuestros intereses varían. Y aun más claro: nuestras emociones y nuestros
sentimientos, las luces y las sombras de cada día, pueden parecer una montaña rusa. Las
investigaciones psicológicas han revelado que nuestro estado de ánimo influye incluso en
los colores que nos ponemos. Si nos sentimos muy cargados de energía (especialmente
cuando estamos enfadados) quizás elijamos el rojo. Y si nos sentimos en paz tal vez
escojamos el azul.

La atención plena nos permite ser más conscientes de estos cambios y de las cosas
que los provocan. A menudo, nos quejamos de no saber porque nos sentimos de tal manera,
y sin embargo hemos perdido la ocasión de descubrirlo. No nos hemos prestado atención a
nosotros ni a la situación en la que nos encontramos. ¿Y de que sirve este tipo de atención?
La respuesta es evidente. La clara preocupación de uno mismo conduce a la comprensión
de uno mismo, y esta comprensión nos permite gestionar nuestra vida mejor, y también
controlarnos a nosotros y nuestras reacciones.

La plena atención sobre nuestro estado de ánimo nos permite ser conscientes de las
tenciones psicológicas en el momento en que suceden. A menudo es entonces cuando mejor
podemos disipar dichas tensiones. Si nuestra única reacción ante ellas es ponernos más
nerviosos aun, por ejemplo ante los retos que nos presenta la vida diaria, seremos menos
capaces de afrontar dichos retos y con ello no le hacemos ningún bien a nuestra salud física
y psicológica. Además, si nuestro estado de ánimo nos lleva a actuar de forma inadecuada,
con frecuencia lo lamentaremos y acabaremos pidiendo disculpas a nuestros amigos por
nuestro comportamiento.

La atención plena es más que un estado de ánimo. Dedicar plena atención al mero
hecho de existir nos da a cada momento la oportunidad de comprobar lo que significa estar
vivo. Tal vez para algunos no tenga sentido dedicar una atención plena constante,
considerando que los hechos rutinarios de la jornada laboral tienen poca importancia en
comparación con las horas que pasamos haciendo lo que nos gusta. Pero cada momento, ya
sea en el trabajo o fuera de él, nos brinda de identificar como la vida se expresa a través de
nosotros. Una vez, un maestro de meditación me dijo que es más sencillo entender esta idea
en momentos difíciles, sea como fuere, CADA EXPERIENCIA QUE SURGE EN LA
VIDA ES UNA OPORTUNIDAD DE COMPROBARLO, Y NO HAY QUE
DESAPROVECHARLA.
Tomado del libro MEDITACION Semana a Semana: 52 ejercicios para conseguir la paz
interior y despertar la conciencia.
Autor: David Fontana.

También podría gustarte