Está en la página 1de 25

CUERPO, CONSUMO Y CULTURAS JUVENILES

Ponencia que pasa a conclusión de tesis

ADRIANA DEL ROCÍO HERNÁNDEZ YASNÓ1

Abstract

Este ensayo trata sobre las culturas juveniles en Colombia y la


investigación realizada sobre los jóvenes de Popayán desde el 2008. La
investigación busca la inclusión de la diferencia cultural de los jóvenes de
una ciudad intermedia como Popayán, para entender las representaciones
y los imaginarios del joven y sus prácticas cotidianas en relación a sus
consumos y construcción de subjetividades.
Abstract

This essay is focused on young people cultures in Colombia and it is made


about young people of Popayan since 2008. This research is meant to
include the cultural differences of young people in a strategically important
city like Popayan. All these aspects are practical to understand the
representations and way to think of young people and their daily routines
related to the general consume of things and their own developing.

Palabras claves
Joven, culturas juveniles, consumo juvenil, comunicación y consumo.

Keywords
Young, Young people cultures, consume, communication and consume.

E TNOG RAFÍ A DES DE LA CO RP O REI DAD:

La corporeidad se expresa en los jóvenes de Popayán a través de


estructuras simbólicas tanto individuales como de grupos y de clanes,
encontramos en el dominio de unos cuerpos adscritos y escritos por sus propios
deseos y representaciones que son recreadas, no propiamente creadas por los
jóvenes, son productos de los consumos comerciales y culturales a los que tienen
acceso. El patrón común es la vida de grupo, la comunidad de gusto, ésta es la
posibilidad que tienen de salir del aburrimiento cotidiano en una ciudad con poca
oferta de recreación y de educación, especialmente superior. La brecha social
hace que los estratos bajos, accedan a educación técnica, tecnológica o informal
en un gran porcentaje. Los jóvenes de estratos dos y tres luchan por ingresar a la
Universidad del Cauca, pero muy pocos lo logran, dado que los requisitos de
entrada se han vuelto complejos.

1
Estudios de doctorado en antropologías contemporáneas. Universidad del Cauca Investigadora en la
línea de Comunicación y consumos juveniles. Directora del PROGRAMA COMUNICACIÓN
SOCIAL –PERIODISMO.FUP-UNIMINUTO-Popayán. ariadnayco@yahoo.com

1
Unos cuerpos jóvenes inscritos desde una escritura polifacética, no sólo
verbal, se expresan en tonos, ritmos honduras, sacrificios, amores deleites, e
identidades, éstas últimas no tan estables, sino más bien fluidas, como lo arroja el
trabajo con los colaboradores. Incluso algunos quieren salir de adscripciones
cerradas, como los que se construyen en las preguntas de las entrevistas, o de
las historias de vida. Es necesario aclarar esta dificultad en el levantamiento de
información, por ejemplo, cuanto jóvenes asociados a ciertos consumos del
rastafarismo declaran e invalidan el concepto de cultura y de culturas juveniles, a
quienes se les interrogó por la pertenencia a alguna de ellas, afirmando que ellos
no se consideran una cultura juvenil, ni una subcultura en Popayán, que tal vez
usan ciertos modos de la corporeidad rasta, objetos, consumos tanto
alucinógenos, como musicales, pero que no se sienten agrupados en un colectivo
que les permita hacer luchas simbólicas, como lo pueden ser los pocos punkeros
de Popayán, quienes cada año realizan el plantón contra las corridas de toros o
los emos, que se representan como un clan urbano naciente, aunque parezca
contradictorio, un clan sin genealogías, ni líneas de sangre, sino un clan
conformado por los consumos de emos a nivel global residentes en la red.

La antropología nos exige un rigor que examina el borde visible y también


el área de influencia de las prácticas y de las corporeidades jóvenes en el mundo.
Es aquí donde cierto camino fenomenológicos remite a un proceso más
epistemológico que ontológico en la etnografía, desde la historia de vida y las
entrevistas se produce un conocimiento nuevo desde las prácticas cotidianas de
los colaboradores. No se trata de elaboraciones mistificadas por la academia, sino
sencillos modos de encuentro y conversación donde el investigador, no es el único
que aprende, sino que en algunos momentos es el colaborador quien se determina
como un gran conocedor de una parcela de conocimiento, que es su propia vida o
la vida de un grupo. Entonces, vale la pena preguntarnos por el cambio que
realiza la antropología a través de la etnografía en la producción de conocimiento
desde las estructuras de la pre-comprensión a la comprensión, la interpretación y
la explicación parte de todo un círculo, sin duda hermenéutico.
El trabajo etnográfico implica el reconocimiento de la voz del “otro” o de “lo
otro” o de los “otros” y es la confirmación del proceso investigativo, cumpliendo
rigurosamente con el círculo hermenéutico: del mundo de la vida a la reflexión
trascendental para el antropólogo y el etnógrafo. Pero esa aproximación no es de
ningún modo tan homogénea, cuando los mismos colaboradores en los
encuentros ya previamente han desconstruido categorías y conceptos como la
cultura, lo juvenil, lo joven, el cuerpo, en el caso de los colaboradores asociados a
ciertos consumos dentro de la comunidad rastafarai y los metaleros filósofos
Por el contrario, en la observación, el campo de la experiencia no es
homogéneo, sino que es el campo anómico de un cuerpo, como una máquina de
producción de nuevos sentidos y nuevas sensibilidades, fragmentaciones de un
cuerpo que ha normalizado o más bien, se ha acoplado al mundo hacia
búsquedas de muchos jóvenes en los consumos de alcohol, alucinógenos o

2
incluso en subproductos químicos que hasta ahora están probando, sin el menor
escrúpulo. Incluyendo como lo afirman los estudios otras drogas para la
experimentación corporal como las siquiátricas tipo rivotril, mezcla de alcohol o
guarapo con acetaminofen. El coctel de alucinógenos con drogas genéricas, un
guarapo eléctrico o frutiño con alcohol antiséptico, o el último con leche y un
sinnúmero de mezclas para pasar la vida, mamando gallo o dándose contra
paredes o con los policías como los punkeros de Alcohol etílico. O cantando y
patiando piedras con el parche.
Con estos cocteles tienen contacto los estudiantes de programas de
ciencias humanas de Universidades públicas, la moda del chocoloco, chocolate
con marihuana en forma de monedas, muy popular y de menos visibilidad, que
también se observa en otras carreras, como enfermería y medicina
primordialmente, donde se consumen frecuentemente anfetaminas (ésta es una
tradición muy antigua en Popayán) y drogas de alta densidad como el mismo
Valium entre otras y con las cuales se trafica característicamente, en el término
acuñado últimamente por los periodistas en Colombia: el microtráfico de
estupefacientes, una red nacional presente en la mayoría de instituciones tanto
oficiales, como privadas de escuelas, colegios y universidades de Colombia.
Naturalmente, la experimentación corporal sobrepuja y se desentiende de la
ley en Colombia y todavía no ha llegado a ser investigada por las autoridades en
su modo operandi y sus efectosi. El narcotráfico tiene nuevas formas de rotar los
productos, buscando ampliar el número de sus consumidores, sin ningún tipo de
impedimento.
Pero existen avasallamientos donde el cuerpo es llevado al límite en las
mezclas más intensas con música, acompañando y repitiendo las prácticas y las
representaciones de los ídolos, modelos que en Popayán son asumidos de la de la
cultura literaria universal como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Andrés
Caicedo y Rafael Chaparro Madiedo, considerados en muchos casos autores
malditos, ídolos rebeldes o rebeldes con o sin causa, sin olvidar otros novelistas
colombianos, del beat norteamericano, modelos literarios al lado de superestrellas
musicales de todos los tiempos, especialmente rockeros como aquellos de
Woodstock 1968 entre los rockeros clásicos y los metaleros setenteros que aún
aman estas época pasadas y toda la infinita gama de música que determina los
consumos y las filiaciones identitarias a las distintas culturas juveniles, clanes o
encuentros al azar de los jóvenes de Popayán, grupos alrededor de una poma de
guarapo.

Otro elemento clave es cómo los jóvenes rechazan ser estudiados, como
dirán los emos, no queremos ser ratones de laboratorio, los conceptos que aún
son bases en la antropología, la cultura, la subjetividad, los consumos, las
identidades ellos mismos las critican, no quieren ser catalogados, incluso no
quieren aparecer, ser visibilizados es peligroso por el grado de satanización e
intolerancia hacia ellos, esencialmente los punks y los emos y los artesas (se
levantó información pero no se incluyó sólo se referencian por superar la edad

3
límite de 26 años que marca la diferencia entre joven y adulto-joven) Esta es una
de las primeras dificultades que se presentan en el trabajo de campo en general,
cuando en el diálogo con estos jóvenes se evidencia una ruptura con los
discursos y prácticas de la academia, como la misma investigación antropológica,
especialmente, como se dijo, con los jóvenes con consumos culturales como el
rastafarismo o los punks entrevistados, cerrados al contacto con los
entrevistadoresii, en negación de la academia.
Por ello el trabajo en terreno no es tan liso, al decir de Gilles Deleuze,
refiere una superficie llena de pliegues, superficie estriada, llena de obstáculos,
que la antropología debe pensar, especialmente, cuando la vida humana, y aún
más la de los jóvenes, no corre con igual velocidad que la producción teórica, esa
es una condición con la que debemos aprender a acercarnos al trabajo de terreno,
sin imponer el aparato teórico a esos nuevos cuerpos, sus subjetividades y
visiones, por ejemplo: ¿Cómo estudiar desde una antropología centrada, el efecto
de una práctica corporal como el consumo de estupefacientes, dentro de una
espiritualidad tan fuertemente alimentada por la música en el rastafarismo o en
algunos artesas en su bohemia extrema y tal vez desahuciada?
Así se ha buscado hacer un nicho no tan bien resguardado en una
antropología del cuerpo, deslindándose uno mismo como investigador, para
entender las nuevas sensibilidades y los nuevos cuerpos. La situación en la que
se enuncia o anuncia un cuerpo que se duele de una manera profunda, no tan
superficial como la mayoría lo quiere entender, despreciando el mundo cotidiano
con una visión de mundo trágica, en un neo-romanticismo no del suicido, sino del
autoinjury sobre la piel; como se estropean las pieles, para sacar la rabia interna,
la incomprensión propia, la de los padres, de la escuela sobre los jóvenes emos.
Los jóvenes rompen su único espacio vital seguro: el cuerpo.
Este es un hecho, pero ¿Cuáles son las causas y consecuencias de esta
forma de expresarse en el auto-mutilamiento?, ¿si es una moda?, pero cuando
ésto se convierte en una forma cotidiana de transformar el cuerpo hacia su
fragmentación, en la práctica de la cultura Emo en Popayán y por supuesto, en la
comunidad Emo mundial. Las huellas no son sólo históricas, atraviesan el cuerpo,
la huella no es sólo memoria, sino adscripción del cuerpo a las nuevas corrientes
vitales o mortales de una miserable vida cotidiana que reflejan en sensibilidades,
que están superando la barrera del dolor humano. Hiriéndose se preparan para
ser heridos.
Volviendo al cuerpo, es un campo de escritura que expresa un lenguaje, el
cuerpo es un rastro. Los jóvenes escriben en su cuerpo con un sinnúmero de
formas y a su vez se inscriben con ellas, en las redes sociales, borrando las
fronteras entre lo privado y lo público, incluyendo, las jóvenes en la prostitución
prepago. Aquí la constitución del lenguaje, tanto de la voz, como de cualquier
expresión tanto lingüística, como no lingüística, o el uso de objetos como
extensión del cuerpo y la piel, involucran ese afán de dejar rastro a cada
momento, sobre el cuerpo, el piercing, el tatuaje, los grafitis en las paredes de
Popayán con avisos revolucionarios y el comentario en facebook.

4
Así mismo un concierto es una escritura de cuerpos que se mueven al son
de la música y de las letras. A través de la música se hace latente y entra por los
poros las nuevas series ideológicas, las reescrituras rebeldes. Los conciertos
involucran a todos los rebeldes como el mismo Rocksistencia del cual se ha
cortado alguna tela en esta tesis, o el último Festival Kontracultural de la alegre
rebeldía.

La lucha de los jóvenes está más allá de una concepción logocéntrica del
lenguaje, quizás en el reciclaje simbólico universal de las heterodoxias, la
ideología se reescribe en músicas. Los modos de expresión occidentales se
fracturan. El punk, hace su parte, el metal hace la otra, el hardcore acaba por
hacer vivir a toda, al decir del antropólogo José Serrano. En la música se escriben
los nuevos cuerpos, se revisitan ideologías y compromisos con Colombia y con
ideologías tanto de derecha como de izquierda.
¿Es escritura reinventar las ideologías a través de la música? Si, es una
estrategia para vincular nuevamente a jóvenes a las heterodoxias, sus nuevos
canales de expresión y comunicación? por qué se repiten estas formas tan
antiguas tanto en el contenido ideológico de las músicas, o en las cortadas en el
autoflagelamiento en las nuevas sensibilidades emo? Ellos tienen un lema, sacar
el dolor psíquico a través del dolor físico. Ellos responden como actores del propio
deseo, fuera de la organización normatizada de los cuerpos, en la idea de un
cuerpo como el propio territorio.

De otro lado, la investigación muestra en estos albores, cómo el método no


es ajeno al objeto. El método debe surgir de la relación con los colaboradores, es
decir, ellos obligan a crear un nuevo camino metodológico, más allá de aquel
pensado a la luz de las experiencias teórica-metodológicas del investigador, en los
propios seminarios de investigación de un doctorado, porque va a los orígenes del
conocimiento de tipo intencional y la génesis de mi cuerpo o de otros cuerpos
está en cómo se nos manifiesta éste en la vida cotidiana.

También cada joven se inquiere a sí mismo y a los otros en el mundo, para


comprenderse en la existencia, para romperla y luego interrogarse a través de la
música y también interrogar a otros, aunque deba volver al mito o al rito en lo
urbano como sucede con la vivencia del metal y otras culturas juveniles, o en los
mismos festivales. Los cuerpos jóvenes urbanos, tanto en sus espacios íntimos,
como en los espacios públicos (conciertos, encuentros con el parche) desean
5
reescribirse para intervenir en el mundo. Por lo tanto, si hay una crítica histórica en
la música como escritura.

De otro lado, la naturaleza del trabajo de campo y el etnográfico sobre el


cuerpo, involucró verlo como un campo problema, el análisis transdisciplinario fue
estético, semiótico, discursivo y pragmático con base en la materia prima del
trabajo en terreno; las matrices de análisis y las historias de vida. La escritura
etnográfica, en un contexto histórico, enfrenta al investigador a la dura tarea de
buscar los encuentros insospechados, para trabajar con los múltiples sentidos de
ser jóven, tanto en la observación participante, en el diálogo con colaboradores,
asistencia a eventos y en el proceso mismo de escritura, principalmente de la voz
del otro y el trabajo con las historias de vida.

En cuanto a la observación participante ésta ha sido en la investigación,


una experiencia clave, especialmente cuando se rompe la mirada automatizada
que se tiene sobre el mundo cotidiano de los otros “jóvenes”, por ejemplo, ellos en
sus espacios vitales como los conciertos o el vagabundeo nocturno por algunas
zonas claves de Popayán como “ El eléctrico” iii, “la zona rosa”, el parque
“Carantanta” y los bares como “Imago mundi”, “Decibeles” (en 2010 ya no existen)
o los encuentros en el “Sótano” del Barrio “La Esmeralda” donde se realizaron
“toques” de varios géneros del metal entre otros, están viviendo lo que llama
Mario Margulis, una ciudad nocturna. También existen otros lugares donde los
jóvenes urbanos han reterritorializado el espacio, se han adueñado de él, a pesar
de las múltiples luchas con los vecinos de los distintos sectores y con la policía,
como La fuente del Morro o el Pueblito payanés.

Los encuentros de estos cuerpos jóvenes son transgresores porque


convierten el espacio común y corriente en un espacio vital, un espacio de
encuentro para charlar, compartir experiencias, consumir alcohol y especialmente
marihuana, entre otros alucinógenos. Prácticas que son propias de cuerpos que
no se instalan en el “orden” del mundo del trabajo, del estudio o las tradiciones,
sino que buscan “encuentros” para el ocio. Pero no todos andan por las calles,
especialmente, los jueves y los viernes. Otros están en bares, en cine, pegados en
la red, chateando. En múltiples actividades simultaneas al tiempo de ocio. Pueden
estar en los lugares señalados, desde las cinco de la tarde hasta altas horas de la
madrugada, charlando, yendo y viniendo entre distintos lugares, especialmente los
jóvenes de “El eléctrico”, que observé durante el año 2007 al 2009.

En varias conversaciones en encuentros de universitarios en estos


espacios, los temas comunes que se tratan son el sexo, las drogas y qué se
quiere ser en el futuro. Especialmente entre las mujeres universitarias son
fundamentales los cuestionamientos sobre la vida sexual propia, en cuanto a la
construcción del deseo, de la pareja, la planificación familiar (la vida sexual de
ellas es muy activa), el problema de la falta de autonomía, que no pueden tener
totalmente al ser estudiantes que dependen económicamente de sus padres, por

6
lo cual deben que guardar un comportamiento adecuado hasta donde pueden y
quieren.

Ahora bien, el arte de las conversaciones en estos espacios abiertos implica


reconocer las tácticas para poder vivir, en el amplio sector observado. Estas
tácticas los ubican en lugares donde necesariamente pueden estar sin ser
inspeccionados por el mundo adulto, ésto es clave aunque y es relativo, porque se
rompe cuando llega “la policía”, que en los últimos meses ha presentado
enfrentamientos y violencia contra jóvenes por ejemplo en el pueblito payanés.
(mayo-2010)

En las mujeres jóvenes que visitan los “Sitios de encuentro” el control desde
el mundo familiar se hace a través del celular, especialmente para las jóvenes que
se autodenominan “niñas de casa”. Con respecto a los hombres jóvenes se tiene
como éstos consumen en mayor cantidad drogas en el espacio social abierto, con
sus compañeros, en “El morro”, en su fuente, alrededor del pueblito payanés, al
interior de las aulas de las Universidades en las horas del medio día o en la
noche, en las esquinas de las cuadras de barrios populares donde realicé la última
parte del trabajo de campo, en Barrios Alfonso López, Los comuneros, Sindical,
Gran Victoria desde noviembre del año 2009 hasta la fecha, donde se evidencia
consumo de marihuana exteriormente y en la ollas propiamente de bazuco, lo más
barato para clases bajas y altas. En cuanto al comercio en estos barrios,
principalmente en las llamadas ollas se consigue lo que el consumidor desde,
desde bazuco hasta pepas con visitantes de todas los estratos.

En una conversación con YARE una estudiante universitaria, ella comenta


que esto es muy común desde hace varios años atrás en Popayán, en donde
estudia desde el 2003 y en Cali donde tiene su residencia, narra como el consumo
de alucinógenos en Cali a partir de los años anteriores a los ochenta, era un
consumo individualizado del “drogo” en las esquinas de los barrios, debidamente
estigmatizado por su propia familia y la comunidad como lo relata la misma joven,
al recordar la vida de drogadicto de su propio padre, quien fue echado de su casa
y quien consumía marihuana, cocaína y bazuco. También el testimonio anterior lo
relaciona con el consumo de alucinógenos en Cali en los sesenta en la novela
“Que viva la música” de Andrés Caicedo, éste consumo era estigmatizado, por ello
se realizaba en soledad o en compañía, en un círculo íntimo, al interior de
espacios cerrados, no en espacios abiertos, como sucede actualmente, al aire
libre, caminando por las calles de Popayán, Cali y Bogotá.

Ese consumo individual se transforma después de los noventas en un


consumo social en la calle, como se observa en los lugares citados. En Cali en los
parques, en lugares como ”San Antonio”, en los prados de la Universidad del Valle
(alto consumo de marihuana y otras sustancias) y otros prados de otras
universidades, en el antiguo triangulo Squibb, donde se encuentran y comparten
los parches actualmente según me comentaba Karen, una estudiante de
antropología, quien conoció Cali gracias a la novela de Andrés Caicedo: ¡Qué viva
la música! Igualmente, en Bogotá, existen estos consumos sociales de

7
alucinógenos en lugares de culto, tanto de jóvenes, como de jóvenes adultos, iv en
el “El chorro de Quevedo”, en el centro de Bogotá en el Barrio “La Candelaria”, en
“el jardín de Freud” prados de la Universidad Nacional de Colombia, los parques
de la ciudad capital, como “El parque nacional”, “El parque de los enamorados” y
las canchas de los barrios sin distinción de estrato.

Con respecto a este consumo el mismo Jacques Derrida afirma en una


entrevista con Autrement en el texto “Retóricas de la droga: droga y toxicomanía”
son conceptos normativos, evaluaciones o prescripciones institucionales, hay que
reducir este artificio. Regresemos a la verdadera libertad natural. El derecho
natural impone dejar a cada cual la libertad de disponer de su deseo, de su alma y
de su cuerpo, como de la cosa apodada “droga”. Quitemos entonces ésta ley que
la historia de las convenciones y de las normas éticas ha inscrito tan
profundamente en el concepto de droga. Levantemos esta coerción o esta
represión, regresemos a la naturaleza. (Derrida, 1990: 52).

Continuando con la perspectiva de Derrida, él parte desde el problema del


consumo, sin tener en cuenta el otro problema, el de la producción y de las
grandes redes turbocapitalistas del narcotráfico y ahora del microtráfico nacional,
se trata de un problema no individual, sino un problema de salud pública, que no
se ha tenido en cuenta para la creación de políticas y de formación ciudadana,
prevención y tratamiento de la drogadicción, el alcoholismo dos fenómenos claves
en la vida de los jóvenes de Popayán.

La pregunta es ¿por qué cada vez más, el joven necesita de medios


auxiliares para vivir y gozar la vida, por qué los abusos de alcohol y de las drogas?
¿Se ha perdido el sentido de la vida en los jóvenes? ¿Se asiste a una
transvaloración total acerca del cuerpo? De lo anterior, se deduce cómo Popayán
ocupa el primer lugar en las estadísticas desde hace varios años en el consumo
de alucinógenos. Existe el microtráfico en las aulas, cooptación de estudiantes,
niños, mujeres en el consumo y en de las redes del narcotráfico que es en
Popayán una industria rentable, al lado de redes de prostitución. Popayán en la
última estadística del D.A.N.E tendrá el primer lugar en desempleo de Colombia v.

Ahora bien, estos cuerpos jóvenes se construyen intersubjetivamente con


los cuerpos de los próximos: amigos, novias, novios, compañeros del parche que
aparecieron de un momento a otro y con los cuales se compartió la vida a veces
de niños y otras de adolescentes, tanto en el colegio como en la universidad.

Estas relaciones entre cuerpos implican como lo afirma Yare, quien ha


observado, en un colegio de jornada nocturna, cómo éstos colegiales imitan a los
jóvenes universitarios, tanto en los consumos culturales, como comerciales:
diversos tipos de drogas, diversos estilos musicales desde el reggaetón, el reggae,
el ska, el metal, la salsa pesada hasta el rock en español y clásico, como en las
prácticas corporales del vagabundeo nocturno, la asistencia a eventos, toques
underground, donde ellos viven e imitan los mismos consumos que otros jóvenes,
incluso hay colegiales y colegialas que han vivido más que los mismos adultos,

8
por ejemplo, en cuanto a la vida sexual en relaciones furtivas que evidencian
experiencias de la vida sexual muy activa.

Al iniciar a tan temprana edad la vida sexual, hay jóvenes madres solteras,
ellas abundan en barrios de estratos uno y dos con uno o dos hijos, inician a muy
temprana edad las relaciones sexuales, o las uniones maritales de hecho, con
consentimiento de los padres de uno de los miembros de la pareja vi, incluso
abuelos deben dedicarse al cuidado de los nietos, con el fin de que los padres o
madres trabajen o estudien, como vendedoras de almacén, como empleadas de
servicio, meseras de cafeterías, restaurantes con un pago al destajo, para algunas
mujeres, por el día que trabajan. Generalmente son más de ocho horas diarias de
trabajo, se hacen turnos; en los casos de sitios de renombre, con alta afluencia de
público (pago del día 20.000 pesos o menos, en proporción al turno y para
mujeres de edad avanzada, es mucho menos el pago), o todo el día en los sitios
menos exclusivos, las jóvenes madres de familia recurren a jardines de Bienestar
del I.C.B.F en hogares donde sólo los cuidan, pero no les dan educación, a ello
recurren las madres de familia, y son también escasos y pocos los cupos, pero
existenvii. En este momento hay una crisis económica sufrida por las madres
comunitarias, los niños y los padres por disminución de presupuestos.

De otro lado, como conclusión de todo este proceso quiero mostrar la


importancia de lo estético en la representación corporal y los consumos asociados.
Se observa como los cuerpos se construyen a través de las más importantes
imágenes de marca (incluso hay marcas chiviadas, para aparentar, visajear en el
caso de los jóvenes asociados al reggaetón) dentro de la propia cultura juvenil,
incluso, cuando logran configurar una banda en cualquier género musical
desarrollan un gusto y un conocimiento muy profundos de la música,
especialmente si la interpretan, saben cómo suena una banda, con un intérprete a
lo Jimmy Page o al estilo de cualquier banda famosa con sus respectivos músicos
de culto.

El cuerpo joven es entonces resituado a través de las vestiduras, la moda


los accesorios, el color, el baile, en el caso de la cultura metalera empleará una
concepción de lo bello que para el mundo adulto no tendrán nada que ver con lo
que se debe considerar de esta forma. Incluso, esta estética de los jóvenes siendo
transgresora apelará a lo feo como lo bello. En las culturas blackmetal y
deathmetal, en el hardcore, en el emo, existe una profunda inversión de los
símbolos occidentales a través de ruinas de los metarrelatos se construyen las
nuevas identificaciones de marca, siempre presentes en el vestuario de los
jóvenes, camisetas, botones, jeans.

Por el contrario, entre las pelolais y Chocolais en sus blogs respectivos,


flaits, anime, magna visuals, prepagos, son importantes las repeticiones,
imitaciones y alienantes símbolos del consumo mundial, principalmente
somagramas: dispositivos legitimados del consumo medial mundial, como Hello
Kitty, Barbie, Britney Spears, Cristina Aguilera, Hanna Montana (especialmente
para niños, púberes y adolescentes) Shakira, y las estrellas de turno que son

9
imitadas acríticamente y entre otra cosas, es idolatrada por los jóvenes y adultos
gayviii. Quienes a su vez, especialmente Shakira y Lady Gaga (junio-2010-febrero
de 2011) se muestran en cada uno de sus videos y producciones como símbolos
sexuales, como ídolos para la juventud usando unas retóricas multiculturales para
vender, usan los símbolos de las culturas, para simular eso que en los ochentas,
ya era una estrategia multicultural y de la publicidad y el consumo en la imagen
creada por Michael Jackson y Shakira, usando símbolos de la secta hanunaqui o
vestida como la diosa Kali. Lady Gaga en una presentación blasfemando símbolos
occidentales cristianos en www.youtube.com (Junio-2010) y en febrero de 2011
yendo a los premios de la música norteamericana, dentro de un huevo gigante o
con un traje fabricado con carne, transgresiones, que la hacen adorable ante sus
fanáticos.

La fase crítica del consumismo juvenil que aliena, está en cómo los ídolos
transgresores son tan chabacanos, como vacíos. Entonces se piensa que con las
producciones de esta industria del entretenimiento mundial, estamos asistiendo a
un proceso de laicización o tal vez estamos acudiendo a reterritorializaciones
sobre símbolos occidentales, en un reciclaje simbólico universal: una vuelta sobre
el pasado para fundir risa en él, un pasado para carnavalizarlo, especialmente los
símbolos religiosos; o un pasado para vender fábulas viejas, que aún sostienen
tanto el consumo oriental como el occidental.

Por ejemplo, el anime japonés vende a través del dibujo animado y el dibujo
impreso, un occidente mal interpretado por el oriente japonés o chino; Japón y su
industria manga y anime vende fantasías occidentales, realizadas por orientales
en interpretaciones interesantes algunas, pero otras intencionalmente mal
comprendidas como el caso de la serie japonesa Inferno Dante´s, un juego
basado en la Divina Comedia de Dante Aliguieri, con una historia de amor sacada
de un folletín de quinta. Mal interpretando el contexto medieval y la misma
relación idealizada de Dante por Beatriz.

De otro lado, encuentro en los jóvenes de Popayán, un ámbito de estudio


antropológico desde una antropología del cuerpo y del consumo, bastante
complejo, porque el trabajo de etnográfico, permite observar de manera
asombrada la diversidad de lo que podríamos llamar lo joven en su expresión
cultural, en sus marcas sobre el cuerpo y en sus prácticas cotidianas, tan difíciles
de captar desde la simple observación y sí en la vivencia en sus propios
escenarios. El uso de los deseos-placeres, con el cual empezamos, relacionados
con el consumo de alcohol y la droga, son prácticas cotidianas muy arraigadas en
Popayán en todas las clases sociales y dependen, de la velocidad y ambiente de
la música que escuchan, también de la ideología, que estas músicas transmiten,
cuestión que no es nueva, porque el antropólogo José Fernando Serrano, lo ha
reseñado en sus investigaciones entre ellas Viviendo a toda (2003).

Siguiendo con un orden ideas complementario, las tendencias juveniles


anteriores, se oponen a otros grupos y comunidades como los ministerios

10
musicales católicos, de amplio espectro e influencias, que hacen contradiscursos y
contra prácticas del humanismo cristiano; en franca oposición a las vías
dionisiacas del cuerpo, las vías sagradas del Amor Divino, las técnicas de oración
individual y comunitaria, la alabanza y adoración a Dios, la vida consagrada y la
ida de fé, esperanza y caridad, es una forma de vivir la vida, para ir al cielo.

No estamos de acuerdo con ver de una manera negativa las prácticas de


los jóvenes en la crítica ideologizada de Reguillo, quien valora negativamente la
adscripción de jóvenes a las tradiciones, especialmente las religiosas, cuando
afirma: En términos generales, esto ha ocultado al análisis la fuerte reproducción
de algunos "valores" de la cultura tradicional, como el machismo o incluso la
aceptación pasiva de una realidad opresora que se vive, a través de una
religiosidad popular profundamente arraigada en algunos colectivos juveniles. Un
contra-ejemplo de ésto, es el excelente trabajo de Alonso Salazar (I990) que en
Colombia ha venido desmitificando los mundos populares de los jóvenes, al
mostrar la complicidad acrítica de muchos de estos jóvenes con una cultura
opresora y opresiva.

Esta lectura de Reguillo partiendo de Salazar, es acrítica, parte de la


percepción del investigador que se ha quedado en la inferencia y en su propia
valoración superficial de la complejidad y múltiples canales y flujos de las
relaciones espirituales y éticas que implican abandonar las representaciones del
mundo social hacia los caminos espirituales de los jóvenes, quienes construyen
sus representaciones, expresiones y prácticas hacia vías religiosas y/o místicas,
que implican un cambio total del mundo de valores y antivalores.

La pertenencia a la religión no es acrítica; para los jóvenes es asumir un


peligro, ser para Dios, en Dios con Dios, implica un cambio de vida rotundo, una
conversión a una Ley de amor, muy poco comprendida por los científicos sociales,
pero que es una adscripción identitaria en la que se juegan los cuerpos, las almas
y los espíritus según lo afirman los colaboradores adscritos a grupos juveniles
religiosos.

El machismo no puede ubicarse solamente en la relación con lo religioso,


es una práctica cultural extendida y no siempre está relacionada con las matrices
religiosas judeo-cristianas, hay machismo por doquier, por ejemplo entre los
mismos jóvenes metaleros totalmente anticristianos, en sus subgéneros del black
y el deathmetal, donde la mujer es un objeto para ser devastado, entonces,
endilgar el machismo a las tradiciones religiosas, no puede borrar de un tajo, la
construcción de subjetividad de los jóvenes en relación con las tradiciones
religiosas y sus valores, las verdades eternas, que empiezan a conocer los
jóvenes asociados a comunidades religiosas, a ministerios musicales, sus
experiencias, la comunión espiritual con Dios y los prójimos (que significa como
los próximos se basan en la dignidad humana de todas criatura, incluso hombres,

11
mujeres y población LGTB, ver todos las encíclicas papales desde Juan XXIII
hasta Juan Pablo II). El investigador descontextualizado de la producción de
sentido en una entrevista con un joven católico, cristiano o judío, no podría dar
cuenta de las relaciones intrínsecas a experiencias relacionadas con epifanías
sagradas.

La pérdida del sentido de la vida

Uno de los problemas fundamentales en las historias de vida de algunos de


los jóvenes es la pérdida del sentido de la vida, como sucede con quienes no
están asociados a grupos religiosos y los punks con una mirada negativa acerca
del mundo, que para ellos está representado en un oscuro panorama de
destrucción y desolación y gran desigualdad social; ellos no creen en nada y por
ello no tienen un anclaje en la vida, de allí que la anarquía sea la forma que
generalmente los lleva al suicidio después de una loca y furiosa vida, como en el
caso de Guffy, uno de nuestros colaboradores, quien en el transcurso de la
investigación se suicidó por problemas familiares.

El lugar de la enunciación implica un cuerpo que se representa como una


basura social, como resultado de pertenecer a un mundo lumpen, como no hay
sentido de la vida, puedes patear y hacerte patear escribir letras trágicas en tus
canciones y hacer una poesía corporal, un grito al mundo, una crítica al statu quo,
para revelarte, a veces parecen oprimidos por la rabia social acumulada en sí
mismos. A Diego le duelen las injusticias, le duelen como expropiaron la casa de
su abuela, el fuero interno grita en las letras del punk, estrechamente ligadas con
un deseo de expresión de esa rabia que acumulan estos jóvenes; ellos al sentirse
basura dirán que todo se vaya a la mierda, no aceptan discurso mesiánicos, se
siente más lúcidos que todos, cantan desde la podredumbre y hacen explícita su
contradicción con la sociedad, a través de los consumos de alcohol, drogas y sexo
indiscriminado y la escritura poética.

Los jóvenes metaleros tampoco tienen un sentido de la vida, y del cuerpo,


muestran un gran encerramiento en las emociones, sienten desesperación, una
entrega a fuerzas reactivas con las cuales se identifican, dolor, desespero,
incomprensión, desatino, soledad. Deseo de un goce que encuentran en el alcohol
y las drogas, como lo es también para esa conciencia terrible que odia el mundo, y
la propia vida en los clanes Emos, que rinden culto a la muerte, y que ven como
un mundo dentro de este mundo, es más interesante que el mundo real donde se
asfixian, ellos se sienten productos de un mundo destruido, al cual vinieron sin
querer.
Por ello hacen rituales en los cuáles se relacionan con espíritus, que ellos
llaman fantasmas, pactan con ellos, buscan una relación con estos mundos
oscuros, también como un modo de transgresión contra el mundo familiar, social,

12
de la escuela del colegio y el cristianismo. Entonces el clan necesita actos
anárquicos, rituales iniciáticos de pacto con los espíritus, pactos con la muerte
porque saben que en la ideología Emo, no pueden tener más de veinticinco años,
la meta aquí para el clan emo radical de Popayán, es el suicidio a esa edad. Estas
prácticas las aprenden en la relación del consumo en los blogs en Internet de
Emos o metaleros mayores. El sentido de la vida no importa, importa el sentido de
la muerte, florecer en la muerte, siguiendo al rockero Jim Morrison, muere joven y
serás un cadáver hermoso.

Pero todo lo contrario, sucede con los grupos de contraste asociados a


cuerpos que se potencian en las artes, como el parkour y el capoeira, con un
sentido de la vida y de ciudadanía muy claro, los primeros ven la vida como una
constante búsqueda de superación de obstáculos físicos, sociales como mentales.
De otro lado, los jóvenes en el capoeira sienten la práctica corporal como una
preparación para su defensa personal, pero también como un espacio de
socialización de experiencias con la misma práctica, en un ámbito cultural de
tradición brasileña, con todo lo que constituye una espiritualidad africana, inmersa
tanto en los cantos, como en el manejo del cuerpo en la danza. La capoeira es un
arte marcial, más que un simple deporte. La vida en el capoeira tiene un sentido,
fluir en la música, preparar el cuerpo para la sobrevivencia como lo enseñó
Besouro, el padre de la capoeira.

El sentido de la vida, en muchas de las culturas juveniles, ya no importa,


para ellos es una discusión de otra época pasada de moda, son esencialmente
escépticos, otros ateos o agnósticos, pero de manera diferente sucede con
jóvenes católicos o cristianos, con quienes tuve oportunidad de hablar y la
diferencia radical con otros, como aquellos que circulan en consumos culturales
tan distintos como el mismo metal, con una religiosidad de corte inversa, en el
sentido de la creencia en los personajes obscuros de los ritos cristianos sobre los
cuáles ejercen una comedia que incluye blasfemia, ultrajes y sacrilegios a
símbolos sagrados y a los discursos en general, para los metaleros de Popayán el
robo de hostias de San Francisco fue una transgresión con la cual inauguran la
llegada del metal, sus ideologías a la ciudad más religiosa de Colombia en los
años noventas.

El elemento del sentido de la vida asociado a creencias religiosas es clave


en varias de las culturas juveniles con consumos culturales diversos, incluso entre
la cultura juvenil rastafarai, esto en cuanto al núcleo de la construcción de
identidades juveniles, no sólo en Colombia, sino en el mundo entero. En contraste,
esa religiosidad que canta el religamiento entre lo humano y lo sagrado al decir de
Mircea Eliade, llega a un grado cero en culturas juveniles de corte anarquista
como el punk y en otras como las que escuchan la emo-music, hardcore y
post hardcore, o en el mismo Ska. En el punk donde una esfera inmanente

13
material, derriba las seguridades propias de un statu quo, de un logocentrismo y
de unos metarrelatos occidentales y se enfrenta a las consecuencias de las
prácticas y discursos heterodoxos por ejemplo en el caso emo, oponen
religiosidad sagrada judeo cristiana a mundo de espiritista y magik de alto poder
como la satánica en cuanto al uso de pactos de sangre y el contacto con mundos
paralelos.

Los jóvenes de Popayán tienen un hastío del modo de vida de la ciudad, del
estancamiento y la pobreza en los cuáles algunos nacieron, los emos y metaleros
de clases bajas están inconformes, punkeros, los últimos se asocian a una
representación de humano como basura social del sistema represivo, por ello se
enfrentan en tropeles semanales con la policía, salen unos ilesos, otros
magullados pero no importa, odian la represión de los tombos, especialmente en
la administración municipal que toda diferencia la elimina, que mandó a los
jóvenes a las casas, quitándoles espacios de encuentro como Jueves de puente a
finales del 2009, un lugar de encuentro alrededor de las músicas contemporáneas.

Todo lo anterior muestra, un mundo al revés en cuanto a transgresión de


las tradiciones en Popayán. En una relación del clan con espíritus y miembros del
propio clan e instrumentos como la ouija que usan, como modo de comunicación
desde prácticas de vida rebelde al decir de ellos, un ejemplo es el manifiesto que
promulgan en su sitio web para invitar al Festival de la alegre rebeldía, jóvenes
asociados a corrientes anarquistas: “Hacemos el llamado a todos quienes con la
terca rebeldía de los de abajo persistimos en la re-existencia;  a consolidar y
construir espacios de encuentro donde la alegría sea el grito más contundente
del !ya basta¡,  la alegría de la músicas no escuchadas, la poesía  no escrita, el
teatro  no visto, las expresiones underground (-skate, skate-rolling, skateboarding,
bmx) no reconocidas,  las danzas urbanas no bailadas, los kolectivos gráficos
clandestinos,  los grafitteros perseguidos y a todos los otros excluidos a luchar
hasta  con la feroz muerte por la posibilidad de una vida digna.

P RO BL E M A S OT R O S

Un problema para trabajar las corporeidades jóvenes es que éstas se


exotizan en la mayoría de investigaciones, al ser referidas a las estéticas que
plantean la imagen y la expresión de los jóvenes, esta llamada de atención no
debe olvidarse, ni quedar a la deriva en los estudios que se realicen en el futuro
acerca de los jóvenes, porque resulta que éstos terminan por filtrar la comprensión
de la vida desde un determinismo esteticista, más que estético, y olvidan los
movimientos existentes entre jóvenes asociados fuertemente a la izquierdas y a
las tendencias anarquistas, que no han querido visibilizar, éstas no han sido
revisitadas. Existen una conciencia política transgresora que está teniendo su

14
caldo de cultivo en las universidades colombianas y que en Popayán se evidencia
de manera fuerte contra las formas tradicionales de hacer cultura, política y la vida
cotidiana.
Es decir, la polarización política del país, es real también en la práctica de
los cuerpos jóvenes, que no usan modos de la propaganda heterodoxa como el
meeting o la huelga sino que se expresan a través de festivales musicales con
objeto de hacer la propia comunicación y publicidad de estas corrientes de fuerte
crítica social ante el estado represivo colombiano y su políticas, que los afectan a
ellos y a sus familias y que también han cobrado muertos como Milton Troyano
hace unos años. Evento que conmemoran el 8 de junio de 2011, en el día del
estudiante caído.
Estas corporeidades recurren a los planos del sentido del arte musical,
graffitis, deportes de alto riesgo como el skate sus variedades o el BMX, el
parkour, para expresarse corporalmente. La ideología es resituada y comunicada
a través de las estéticas corporales como resistencia al statu quo, de allí que éste
sea uno de los objetivos por ejemplo, de las versiones de rocksistencia en
Popayán, como epicentro de lucha simbólica de las juventudes heterodoxas, y
también es imposible olvidar la crítica irónica que ofrece la cuentería en Popayán y
en el país. Esto implicará efectos que aún no se hacen explícitos sobre
imaginarios y prácticas nuevas que sobrevendrán en el suroccidente colombiano,
ciertas violencias simbólicas como resistencias, también tendrán sus
consecuencias, que por supuesto no son ahora evidentes.
Entonces el arte en sus distintas facetas, literario, musical, artístico,
corporal como en los casos de la capoeira y del parkour, skate ix tienen un
compromiso ideológico, unas nuevas formas de ciudadanía, y formas de habitar la
ciudad para sacarla del estancamiento cultural en el cual se perpetúa, en los
jóvenes se está gestando una nueva Popayán a través del arte, su producción y
resignificación de su papel trasformador, en especial, cuando es el sello
transgresor el que se presenta tanto en escrituras verbales, como en la misma
música que componen y producen muchas bandas de Popayán, lo estético no
está desligado de lo ideológico cultural, ésto no sólo en la perspectiva bajtiniana,
sino en la evidencia etnográfica, y en los discursos que sobre las propias prácticas
de los jóvenes se encuentran por ejemplo, en el texto la decadente uniformidad
del capital x en los autodenominados movimientos kontraculturales que organizan
rocksistencia, ellos afirman: “Con la constitución del pensamiento del ser humano
en simple caja de resonancia por las órdenes emanadas desde el mercado, a
través de los mass-media en múltiples formas de imágenes y sonidos, la cultura
de masas ha representado un alto grado de control nunca antes experimentado en
la historia de la sociedad; con estos dispositivos, la imposición de prototipos de
subjetividad consumista, deseos y falsas necesidades, se determina las formas de
ser, actuar y pensar de las personas según criterios impuestos por el mercado y
los intereses dominantes.

15
La lucha contracultural en los términos de estos jóvenes, parte de la
conciencia del consumo como una enfermedad del siglo, la imposición de las
corrientes capitalistas expresadas en la búsqueda loca del dinero, para poder
tener unas identidades en el consumo traiciona, debilita la vida, debilita al ser
humano porque lo esclaviza; el consumo desmedido de bienes, es lo que ellos
denuncian, como modo de autodestrucción de la vida y del planeta, éstas
corrientes muestran una concepción distinta de la vida, se trata de una ecología
política que vibra en la conciencia de saber que el futuro humano es vivir de la
propia destrucción del mundo, ya que el consumidor y su mente ha sido reseteada
por el consumismo, que ha causado, la crisis ambiental en cuanto a basuras en
el mundo.

En el mismo orden de ideas existe un ataque a esas formas locas del


consumo indiscriminado de bienes, y la codicia con que vienen y van las
multinacionales por el mundo agotando los recursos naturales. Implica que los
jóvenes hacen un pare a seguir ésta carrera de destrucción, de la cual son
conscientes, por supuesto que ésta es una nueva ciudadanía que emerge entre
los jóvenes, asociada al abandono de estas prácticas y por ello, en muchos
casos, esa ciudadanía la desplazan de la ciudad al mundo indígena y la ruralidad.

Se recurre aun un retorno a modos de vida donde existen espacios de


sacralidad, y respeto por la madre tierra, por ello van a compartir rituales
sagrados en las culturas indígenas ancestrales y sus prácticas; en donde se
sienten en un mundo otro, que retoman y del que salen energizados y con
esperanza, en el caso de las prácticas del consumo de “remedio” yagé y otras
plantas, especialmente el mambeo es común en jóvenes de la Universidad del
Cauca, por ejemplo afirman en su página:
http://festivalkontracultural.wordpress.com/kontrahistoria/. Acceso 2010, el
siguiente texto:

“Este discurso mass-mediático de poder entre la cultura humana, mediante


el establecimiento de pautas culturales, insertadas en la cultura de masas
domina las expresiones del arte, gestiona la abolición de la crítica a los
poderes dominantes y cierra el multiverso del ser humano.

En este marco discursivo, la performación de sujetos por parte del mercado


y del Estado, se da en función del individualismo, consumismo y el
conformismo generando incapacidad para responder a las tensiones
sociales existentes; tales como la exclusión y destrucción social, económica
y cultural, realidad que es vivida por los jóvenes citadinos de manera
particular.

La imposición del pensamiento único bajo la cultura dominante, también se


revela en las celebraciones institucionales venideras del Bicentenario. En

16
estas, bajo el discurso mass-mediático las diversas formas artísticas son
utilizadas para imponer la mentira social de la Independencia, en tanto
persisten y se profundizan los problemas sociales más álgidos de nuestra
realidad periférica y dominada. Más aún, ello es deplorable cuando las re-
existencias de nuestros pueblos por más de 517 años se invisibilizan
desconociendo su lugar en la verdadera construcción de sociedades y
personas, justas y libres.

Por lo anterior, el discurso mass-mediático de poder entre la cultura


humana, niega la formación de personas con sentido humano, es decir,
justos y libres, para superar desigualdades sociales dadas por el modo de
producción del capital. Es necesario repensar formas de vida, diversas a la
realidad impuesta por la cultura dominante, que generen acciones para ser
hombres y mujeres libres capaces de alterar, surgir y re-existir”.

Esta preocupación por la falsa representación que el mundo adulto tiene de


los jóvenes, esta especie de estatización social, es ilusoria, especialmente por el
malestar de los jóvenes que generan adscripciones transgresoras uniéndose a
clanes, grupos, bandas, y culturas juveniles. Esta negatividad sobre la imagen del
joven, es falsa y hay que denunciarla, como vimos en el aparte anterior donde se
representan, de manera contraria, como protagonistas de un necesario cambio
social en Popayán, cuestión que comparto con Susana Reguillo, en su texto
acerca de la “emergencia de culturas juveniles” (2006), romper estos imaginarios
acerca de los jóvenes es muy importante en las representaciones sociales, y en la
construcción de política de juventud en todos los órdenes, igualmente, estoy en
consenso con las ideas de Germán Muñoz y Marta Marín; los jóvenes se han
estetizado en algunas investigaciones, por lo tanto, se les ve como población de
paso o de transición, que no son niños, ni adultos, por lo tanto, importan poco y en
ello está el caldo de cultivo, para agudizar la problemática social de ellos en
Popayán, aliados a formas de hacer el deseo en los antivalores y en los consumos
indiscriminados de alcohol y drogas, en el caso de los consumidores del
reggaetón, viven alcoholizados, drogados, se alegran con alcohol y se despiertan
con perico o coca, Se gastan todo lo que sus padres les dan, -para estudiar-
incluso usan la costosa heroína, los padres creen que estudian, pero no, se ubican
con su parche en el centro comercial “Mundo center” y allí inician el plan del día y
el desenfreno nocturno, en el caso de jóvenes asociados al consumo del
reggaetón.

El problema es pensar que los jóvenes transitan de una edad a otra, por lo
tanto, uno no puede olvidarse de ellos, reducirlo a su propia apariencia física
cambiante o a este chico se metió a una tribu urbana y listo, esencializando sus
prácticas de vida, como se observa en algunos estudios de juventud, buscando
identidades fijas, donde por lo contrario, hay una gran transitoriedad y devenires
corporales nuevos; sin comprender sus tácticas para vivir o sobrevivir, ubicándolo
en alguna de las tantas culturas juveniles, por el corte, por la vestimenta o por la
música que escuchan. Sin tener en cuenta cómo el cambio es fundamental en la
vida de los jóvenes, van mutando de un territorio a otro, de una comunidad de

17
gusto a otra. Algunos van potenciándose desde sus cuerpos como herramientas
de experimentación en el parkour o en deportes de alto riesgoxi.

En lo anterior, se evidencian los territorios fluidos, un joven entra y sale de


una oferta cultural a otra, de un gusto a otro, se impone la novedad y la moda,
generalmente, ésto se observa en jóvenes de los colegios, quienes viven a la
vanguardia del gusto impuesto por los amigos en las redes sociales o por el
círculo de los compañeros del colegio o de las instituciones de educación superior
en la mayoría de los casos, pero existen jóvenes que agencian sus vidas, desde
lugares como el arte, la música, el parkour, la capoeira, el diseño gráfico, el graffiti,
las prácticas del skate (muy perseguidos en Popayán), nuevas tácticas prácticas
como discursivas y estéticas corporales y nuevas sensibilidades, capacidad de
agencia política de la ciudadanía, ante una ciudad colonial un territorio hibrido y
contradictorio, lleno de injusticia, pobreza social en una marco de plaza idealizada
por la historia oficial, el turismo y la aristocracia payanesa de los grandes
terratenientes desde la colonia, como contraposición a ello, se asiste a un retorno
a ciertos nichos de identidad en culturas ancestrales y, a conciencias ecológicas y
modos alternativos de vida, como el trabajo artesanal del que muchos de ellos
viven y estudian como modo alternativo de economía de autogestión, fuera de los
modos de empleo comunes, alienantes, explotadores.

Entonces los jóvenes no están estatizados, pasan de una cultura juvenil a


otra o pueden compartir gustos de una u otra cultura en Popayán, combinarse en
una mixtura de prácticas culturales, que he dado en llamar unas síncresis
nómadas. Pasan por distintas culturas, comparten la vida cotidiana con otros
jóvenes; ellos no son excluyentes de las demás filiaciones culturales. ésto se
evidencia aún más en los espacios de los conciertos al aire libre, o en los
conciertos que en realidad son pocos en Popayán. Quizás esa sea otra causa por
la cual compartan los otros escenarios, una cuestión por resaltar es que no hay
violencia contra la diferencia, en estos espacios ganados y en algunos casos
perdidos, como el evento Jueves de puente que la Alcaldía Municipal de Popayán
no permitió realizar. Éste evento lo organizaba el grupo “Cultura viva”.

http://elcaucasegundaepoca.blogspot.com/ acceso 17 de octubre/2010

18
Los cambios de adscripción son constantes, son un patrón en los jóvenes
payaneses Tal vez el joven puede abandonar la cultura juvenil a la que se
adscribió por un tiempo para migrar afanosamente a otra, porque ya no comparte
la misma comunidad de gusto o porque no es prestigiosa. Por ello, es importante
al hacer estudios de juventud, ver los tránsitos en las relaciones entre culturas y
no pontificar acerca de la pertenencia radical a ellas y verlas como tribus urbanas
radicales, que según he podido observar en la práctica etnográfica, es una
categoría demasiado deficiente, sectaria, anómala e incongruente debido al
constante nomadismo de las culturas juveniles, y es así como entonces, me
resisto a usar el términos de tribus urbanas de Maffessolli, aunque sí, el de
nomadismo, especialmente por la observación de los eventos y actividad de los
jóvenes de Popayán y de Bogotá en estos años. Adicionalmente, este concepto de
tribu urbana excluye a las mismas culturas juveniles y lleva a una concepción
errada, que el trabajo etnográfico desvirtúa totalmente, porque hace que éstos
jóvenes, sean considerados dentro de un ghetto, los esencializa como se dijo
arriba.

Este proceso de ghettización en el discurso adulto sobre los jóvenes es muy


peligroso, en cuanto a la no tolerancia, con las propias organizaciones y entre las
mismas culturas juveniles, por lo tanto éstas últimas necesitan ser comprendidas
antropológicamente en su proceso de agrupamiento, no hacia un grupo que se
automargina, como puede suceder con ciertas subculturas juveniles, en términos
estrictos del concepto acuñado por la existencia de éstas últimas en Inglaterra en
los sesentas y setentas, sino hacia territorios flotantes, lugares de encuentro de
jóvenes, territorios de inclusión, tiempos fluidos, de la sala de Internet a la calle,
del ciberespacio a la rumba en una finca, en el caso de los toques de metal.
Podría haber más espacios, pero éstos son los posibles, ya que los eventos
culturales son pocos en Popayán. Pero la calle sería al decir de Rossana Reguillo:
…la calle en tanto escenario "natural", se ha pensado como "antagonista" en
relación con los espacios escolares o familiares y no es problematizada como el
espacio de extensión de los ámbitos institucionales en las prácticas juveniles. Así,
los jóvenes en la calle parecieran no tener vínculos con ningún tipo de
institucionalidad y ser ajenos a cualquier normatividad, además de ser
necesariamente contestatarios con respecto al discurso legitimado u oficial
(Reguillo, 2000: 16)

En este sentido, hago una referencia crítica a la gran confusión que existe
entre grupo, subcultura juvenil y moda. Desorden que encuentro en varios trabajos
que son un importante aporte, pero a los que les falta claridad en torno a estas
definiciones, como el trabajo de Diego Steve García que muestra de manera
general, la mutación de las culturas juveniles a nuevas formas con las cuáles el
autor de “Subcultura juvenil ¿moda o peligro?” (2009). En el texto se designa al
punk bogotano y a los jóvenes asociados al fenómeno Emo como subculturas,
nominación muy discutible, como se explica en adelante. Las subculturas son
producto de un contexto histórico, social y cultural, que no concuerda con las

19
formas de expresión juvenil en Colombia, incluso, por tratarse de un contexto
obrero de resistencia contra un sistema capitalista depredador. Al respecto
también va la crítica de Rossana Reguillo: “Por razones del propio enfoque, para
conceptualizar la agregación juvenil, se ha recurrido a categorías como
"identidades juveniles", "grupos de pares", "subculturas juveniles"; y las mas de
las veces, sobre todo durante la primera mitad de la década de los ochenta en el
case de México, se utilizó el término "banda" como "categoría" para nombrar el
modo particular de estar juntos de los jóvenes populares urbanos. Esta mirada
intragrupal, si bien ha aportado muy importantes elementos de comprensión, ha
resultado insuficiente para captar las vinculaciones entre lo local y lo global y para
pensar la interculturalidad”.xii

En Popayán se autodenominan Kontraculturas, los grupos de jóvenes en


resistencia cultural, especialmente Crew enemigo público y Subtreize en la línea
anarquista neo-latinoamericana, e incluso con una neo-izquierda, aliado al estado
de los discursos desde abajo o underground. No son subculturas sino grupos,
clanes, que son términos con los cuáles se auto-nominan y que al citarlos, para
cada uno de los casos estudiados en esta tesis, no nos dejan generalizar y menos
esencializar lugares del discurso, prácticas, y territorios subjetivos tan fluidos como
sucede, no solamente en Popayán y Bogotá, sino en ciudades cosmopolitas e
intermedias de Colombia según varias investigaciones.
A pesar de la suspicacia anterior, el trabajo de García (2009) es una
aproximación valiosa, porque identifica nuevas culturas juveniles en Bogotá, cuya
proliferación está íntimamente ligada, como él muy bien lo dice, con los consumos
creados por la superpotencia capitalista, la del Japón, (Japón después de EEUU
es el mayor consumidor de música del mundo el 35% del mercado mundial). Esta
difusión es un fenómeno de campo que produce agrupamientos juveniles e
identidades musicales, por la existencia de nuevos consumos musicales, creados
a través de imágenes de marca de bandas niponas que según el autor fueron
influidas en los setentas y ochentas, por la que fue superpotencia musical: la
americana.
De otro lado, en su investigación es remarcable la acumulación de nuevas
culturas juveniles que él no se decide a llamar grupos o subculturas juveniles. Por
lo tanto, su aproximación a los jóvenes es un referente nuevo y muy valioso en los
estudios sobre ellos. Ejemplo de estas nuevas culturas con influencia nipona son
el anime, el manga y las otaku, las oshares, los cos play o el hentai japonés
(pornografía en anime, que es muy antiguo, surge con el mismo auge del manga
japonés) entre otras. En adelante se comparan los grupos que se estudiaron en la
investigación de García y en la presente indagación. A continuación se presentan
las presente investigación y la de García en contraste.

T ABLA N O . 1

No. Culturas juveniles Clasificación de García Clasificación Hernández Popayán Bogotá

20
1 Metaleros No referencia Cultura adulta metalera/ Se referencia en el trabajo de Se referencia en el trabajo de campo.
Cultura juvenil metalera campo.
(existen hasta 67 subgéneros
del metal cada uno con su
propia ideología en la revisión
del estado del arte de la
cuestión)
2 Punketos o gamberros No referencia Cultura juvenil punkera Se referencia en el trabajo de cam Se referencia en el trabajo de campo.
po.
3 Skin Heads No referencia Cultura juvenil Skin head No se referencia en el trabajo de Presente en Bogotá más de setecientos,
campo. no se desarrolla en la investigación, no
hay grupo de contraste en Popayán.
4 Rastas No referencia Cultura juvenil rastafarai Se referencia como Se referencia como
Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global
5 Pelolais Nuevas subjetividad Cultura juvenil femenina en la Se refiere en la etnografía virtual Se refiere en la etnografía virtual
identificado por el autor red
6 Reguetoneros No referencia Cultura juvenil reggaetonero Se referencia como Se referencia como
Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

7.1 Pokemones Nuevas subjetividad Culturas juveniles de base Se referencia como Se referencia como
identificado por el autor oriental nipona Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

7.2 Los visuals Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


identificado por el autor Fenómeno de consumo global. Fenómeno de consumo global
Se refiere en la etnografía virtual

Otaku Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


7.3 identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

7.4 Los cos play Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como
identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

7.5 Oshare Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

7.6 Manga, Anime Industria cultural para Se referencia como Se referencia como
jóvenes y adultos Fenómeno de consumo global, Fenómeno de consumo global
especialmente desarrollada en la
Facultad de arte. Universidad del
Cauca. Diseño gráfico.

7.7 Hentai: pornografía en Subjetividad es Se referencia como Se referencia como


anime y manga identificado por el autor, Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global
nuevas en Colombia,
antiguas en el mundo
nipón desde la misma
aparición del manga.
8 Emo de emotional Nuevas subjetividad Cultura juvenil emo: prolifera Se referencia como Se referencia como
identificado por el autor esta ideología, en blogs de Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global
Emos mayores. Etc.
8.1 Emo fresita. Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como
identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

8.2 Emo punk Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

8.3 Emo dark Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

8.4 Emo gothic Nuevas subjetividad Se referencia como Se referencia como


identificado por el autor Fenómeno de consumo global Fenómeno de consumo global

9 Floggers: Niños de diez Nuevas subjetividad Cultura juvenil flogger Páginas de Internet, Blogs, Se ubican en los centros comerciales y
años en adelante identificado por el autor entrenan allí pasos y cabriolas. parques con grabadoras se encuentran en
Muchos de ellos dejaron esta parques también en Popayán conozco a
filiación, pasó la moda. Camilo.

10 Grupos swinngers Nuevas subjetividades lo No se tiene en cuenta en esta Existe un bar de este tipo en El fenómeno comienza a darse en
(parejas o grupos que practican todas las investigación a pesar de ser Popayán, El Closet. Bogotá, por el año 2004, en lugares de
comparten su edades un fenómeno importante en Chapinero y discotecas que se inauguran
compañero (a) términos antropológicos en esta modalidad de compartir parejas.
sexualmente. rebasa la delimitación previa
de la investigación.
11 Capoeira No referencia Nueva práctica deportiva para En entrenamiento con nativos de En entrenamiento con nativos de Minas-
niños y jóvenes en Popayán Minas- Brasil, trabajan estos Brasil ser propaga en Bogotá desde el
muchachos, danza y arte marcial año 2000 primeras academias, calle 7 con
es la capoeira. 43.

12 Parkour No referencia Nueva práctica de la En un grupo en Popayán, Dirige Grupo de Bogotá Fenómenos de grupo
corporeidad, para niños y David Palomino. Se hacen llamar nuevo en Popayán desde 29 de
jóvenes en Popayán. Sus comunidad Parkour Ville Blanche. noviembre de 2009
practicantes no la consideran En Popayán comienza la
un deporte. presencia desde 2009.
13 Pelolais y Chocolais Si referencia Si referencia Se refiere en la etnografía virtual Bogotá, muy extendido en Latinoamérica
especialmente en Chile y Argentina.
14 Tekhtonics No referencia Nueva subjetividad influencia Identificado en trabajo en campo No se realizó un trabajo al respecto,
sobre jóvenes en la red. virtual información por vía de terceros personas.

21
15 Salseros No referencia Ámbito cultural de influencia Identificado en Barrio Alfonso Escuela de salsa de niños desde los siete
la música afro-antillana sobre López, estratos uno y dos. años y adolescentes
Popayán.
16 Grupos religiosos No referencia Se referencian tres Fenómeno de grupos juveniles No se refiere
ministerios musicales. católicos y cristianos
17 Prepagos No referencia Nueva formas de la Se referencia como Se referencia como
economía sexual, con alta Fenómeno de consumo global. Fenómeno de consumo global. Se refiere
presencia de adolescentes, a Se refiere en la etnografía virtual en la etnografía virtual
quienes llaman lolitas y
mujeres hasta los treinta y
ocho años.
18 Skate, skate-boarding, No referencia Práctica deportiva, implica Muy perseguida en Popayán, Hay pistas para prácticas del skate y sus
bmx nuevas subjetividades y incluso castigada con multas, los derivaciones, mucha más proliferación.
nuevos consumos anti- jóvenes lo examinan como una Allí está el fenómeno.
capitalistas. Se referencia práctica underground, no tienen el
solamente en aras de que ha escenario acorde para su práctica,
sido estudiada por María pocas mujeres en este deporte
Simmonds.
19 Movimientos No referencia Prácticas de los DJ quienes Se referencia en el trabajo de Se referencia en el trabajo de campo.
electrónico global están construyendo el campo campo.
influyendo lo local de influencia en el gusto de
jóvenes de Popayán

Ante este variado panorama viene a nuestra mente la reflexión de Rossana


Reguillo (2000), al afirmar que “no deja de resultar paradójico el deterioro en el
ámbito económico y laboral y una crisis generalizada en los territorios políticos y
jurídicos, mientras que se fortalecen los ámbitos de las industrias culturales para la
construcción y reconfiguración constantes del sujeto juvenil. El vestuario, la
música,… ciertos objetos emblemáticos constituyen hoy una de las más
importantes mediaciones para la construcción identitaria de los jóvenes, que se
ofertan no sólo como marcas visibles de ciertas adscripciones sino,
fundamentalmente, como lo llamado por los publicistas "un concepto". Un modo de
entender el mundo y un mundo para cada "estilo", en la tensión identificación-
diferenciación. Efecto simbólico y, no por ello, menos real, de identificarse con los
iguales y diferenciarse de los otros, especialmente del mundo adulto”. (Reguillo,
2000:13).

En este caso, el modo de transmisión cultural en el sentido de las


reflexiones de Margaret Mead sería el modo co-figurativo, los niños y jóvenes
aprenden de sus pares. No tanto de sus padres o abuelos como en el modo
postfigurativo. Grandes muestras de conocimiento musical están presentes en las
conversaciones de los jóvenes, especialmente aquellos que interpretan
instrumentos, saben tanto de la música, que identifican con gran entusiasmo los
diálogos que los mismos músicos realizan con los rockeros clásicos, allí estaba
Jimmy Page, en el toque de la banda tal.

Ahora bien, me viene una reflexión acerca de la dificultad de trabajar sin la


idea de un sujeto complejo, tan complejo, que encuentra uno, serias
contradicciones por ejemplo, con Fabián, quien baila punk, pero en su discurso es
completamente fascista tuvo un intento de suicidio en julio por ahorcamiento en
julio/2010. Se toma unos tres tragos y emerge su saludo idéntico al de la SS
alemanas (julio, 2009). Entonces ¿Será posible este nomadismo ideológico, será
posible que una visión dentro de una sociedad tan compleja y esquizoide produzca
este sutil organismo oximorónico? Sin lugar a dudas, sí. Y ello no sólo en cuanto
una corporeidad, a la cual se le interroga por su propio campo nómada de

22
creencias, sino en el paradero mismo de una sexualidad, que implicaría superar
esa idea occidental y sin decirnos mentiras de la guerra de los sexos, aquí hay
sexualidades complejas, sexualidades desterritorializadas de aquella estructura
molar del género, tal vez con la mezcla entre cuerpo y alucinógenos o alcohol o
todo junto, más asunciones queer, según las prácticas que estas multitudes
enuncian, simplemente ser el cuerpo o los cuerpos que uno libremente quiere
serxiii.
Y es esto entonces un problema para mandar al traste ese constructo tan
falaz como el de identidad de género, que aún sobrevive en el discurso de la
pedagogía, del gobierno escolar y de algunas investigaciones dentro de ciertos
estudios culturales latinoamericanos muy comunes y tan conocidos y pontificados,
cuando con ellos se construyen teorías del conflicto escolar y fuera de ellos
políticas educativas para niños y para la juventud; por ello en diálogo con Susana
Reguillo, quien observa la necesidad de trabajos desde una perspectiva
interdisciplinaria que buscan problematizar al sujeto juvenil en su complejidad.
Se tratará de historizar a los sujetos y prácticas juveniles a la luz de los
cambios culturales, rastreando orígenes, mutaciones y contextos político-sociales.
Además, se indaga en la configuración de las representaciones, de los sentidos
que los propios actores juveniles atribuyen a sus prácticas, lo que permite
trascender la mera descripción a través de las operaciones de construcción del
objeto de estudio y con la mediación de herramientas analíticas. (Reguillo, 2000:
22) Finalmente, creo en la máxima importancia de la historia de vida, como
modelo de recolección de información y como modo de historización, permite un
trabajo etnográfico valioso, la entrevista es importante, pero creo que más bien es
la conversación, en busca de la historia de vida del colaborador la que produce
encuentros insospechados.
BIBLIOGRAFÍA

DEBORD, Guy. (1967). La sociedad del espectáculo. Revista Observaciones


Filosóficas
KROPFF, Laura (2009) Apuntes conceptuales para una antropología de la edad.
Revista AVA de la Universidad de Argentina.
KROPFF, Laura (2004) “Mapurbe: jóvenes mapuche urbanos” En: KAIROS-Revista
de Temas Sociales, nº14, Universidad de San Luis. Recuperado el 2 de septiembre
de 2008, de http://www2.fices.unsl.edu.ar/~kairos/k14-05.htm
MEAD, Margareth. (1970) Cultura y compromiso. Goligorsky, Eduardo, (tr.)Editorial
Gedisa, S.A. 2. ed.(01/1980)
511
REGUILLO Cruz, Rossana (2000) Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del
desencanto. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma.
SATUÉii, Francisco Javier. (1996) Sex Pistols: El orgullo punk. Madrid: Ediciones
Cátedra, S.A., TUBAUiii, Daniel. Deep Purple. Gijón: Ediciones Júcar, 1986.

REVISTAS

PADAWER, Ana (2004) “Nuevos esencialismos para la antropología: las bandas y

23
tribus juveniles, o la vigencia del culturalismo” En: KAIROS-Revista de Temas
Sociales, nº14, Universidad de San Luis. Recuperado el 2 de septiembre de 2008 de
http://www.revistakairos.org/k14-13.htm
Texto y Contexto, "Coca y cocaína", Revista de la Universidad de los Andes,
septiembre-diciembre de 1986, No. 9, Bogotá, Colombia.

24
i
Informes en Caracol Noticias, Crónicas segunda semana de septiembre a segunda semana de octubre de 2010.
ii
En el caso de las estudiantes, quienes trataron de levantar las matrices de información No. 1 y No. 2 y No. 3 los jóvenes universitarios entrevistados pusieron gran
resistencia a las mismas, en el caso del levantamiento de información de Yury Meneses e Ingrid Ortega. (Marzo-Julio de 2010).
iii
Ver los mapas anexos, que funcionan como los lugares del recorrido de los jóvenes tanto diurno como nocturno.
iv
Sobrepasan los 26 años de edad (nuestro estudio incluye jóvenes de los 14 a los 26 años) pero mantienen consumos culturales y prácticas de jóvenes menores que
ellos, incluso tienen familia establecida, pero no dejan la pinta (ropa negra, cabello largo y gustos como por ejemplo, los metaleros).
v
Estadística del D.A.N.E 06 de febrero de 2012.
vi
Trabajo de campo, Barrio Los comuneros. Desde noviembre de 2009-2011. Comuna seis.
vii
Trabajo de campo Dos hogares del I.C.B.F calle 21 entre sexta y séptima (02-2011)
viii
Observación en bares gay en Bogotá, año 2004
ix
Se realizó un acercamiento con las matrices de la una a la cinco, pero al existir un estudio al respecto en la Universidad del Cauca Dpto de antropología sólo se
referencias y no se incluyen en el estudio de las culturas juveniles y agrupamientos.
x
http://festivalkontracultural.wordpress.com/kontrahistoria/
xi
En este trabajo no desarrollamos, sólo referimos como el skate y sus tipos, ya existe un trabajo al respecto en el Departamento de Antropología de la Universidad del
Cauca.
xii
La influencia de los libros de Dijk Hebdige, implica este tipo de generalización y contextualización fuera del marco situacional de lo joven en Colombia.
xiii
Refiero el capítulo acerca del género en páginas anteriores.

También podría gustarte