Está en la página 1de 4

Ensayo: Subsidencia en Ciudad de México

Presentado por: Daniel Alejandro López Sánchez


Mayo 6 del 2020
Presentado a: Jesús Manrique

Un ingeniero civil debe aprender, manejar y comprender una gran cantidad de información de
distintos campos a lo largo de su formación práctica y teórica. Los conocimientos requeridos van
desde la aplicación de la física en el análisis estructural hasta los componentes de los materiales
utilizados en las obras. Otro campo de gran importancia es la geología, mediante la cual estudia el
origen y composición del planeta Tierra. Este campo permite comprender los fenómenos que
existen en el constante cambio de nuestro entorno, y cómo el ser humano se adapta a este
mismo. Uno de los fenómenos que un ingeniero debe tener presente a la hora de planificar la
distribución y construcción en el espacio es la subsidencia. Según Schlumberger (2020), “hace
referencia al hundimiento paulatino de la corteza terrestre, continental o submarina y puede
generar zonas en las que los sedimentos se acumulan y finalmente forman cuencas
sedimentarias”. Las posibles causas que dan lugar a la subsidencia son la disolución de materiales
profundos, la construcción de obras subterráneas o de galerías mineras, la erosión del terreno en
profundidad, el flujo lateral del suelo, la compactación de los materiales que constituyen el
terreno o la actividad tectónica, entre otras. (Tomás, R. (20009). Subsidencia del Terreno). Por
estas razones, es un aspecto crítico que debe ser apropiadamente estudiado en la zona
establecida para realizar una obra, de lo contrario, podría generar contratiempos en la
construcción o en el futuro puede llegar a ser un riesgo que deteriore y dañe la estructura.

Existen distintas formas para clasificar la subsidencia. Prokopovich (1979) destaco dos tipos:
Endógena, correspondiente a movimientos de la superficie terrestre asociados a procesos
geológicos internos, tales como pliegues, fallas, vulcanismo, etc. El segundo tipo es “ exógena” que
son procesos de deformación superficial relacionados con la compactación natural o antrópica de
los suelos. Otra forma de clasificar estos fenómenos lo introduce Scott (1979) afirmando que es
posible clasificarlos a partir de las causas que lo generan. Algunos son: Actividades extractivas de
mineral en galerías subterráneas, construcción de túneles, extracción de fluidos subterráneos,
descenso de nivel freático, disolución natural del terreno, procesos morfo-tectónicos y procesos
de consolidación de suelos blandos u orgánicos. Los orígenes de estos de tipos de subsidencia se
dan principalmente por factores humanos o de la naturaleza. La explotación en busca de diversos
materiales implica la acción por parte de la sociedad, modificando el terreno original mediante
excavaciones, explosiones controladas, entre otros métodos de extracción que generan
movimientos de tierra y eventualmente el hundimiento del terreno por las estructuras empleadas
e instaladas. También están los factores naturales que afectan la composición y estabilidad del
suelo. Los terremotos, la erosión subterránea por el flujo de aguas subterráneas, los componentes
químicos presentes en los minerales y los procesos de asentamiento naturales son los principales
causantes de que el suelo presente fallas geológicas que desencadenan subsidencias a lo largo de
las zonas de estudio que presenten estos aspectos.

Ahora, este ensayo se enfocará en el análisis teórico de la subsidencia en un caso de la vida real:
Ciudad de México. La capital mexicana cuenta con 8´918,653 de habitantes según el censo
demográfico de 2016, abarca una superficie de 1,495 km 2 aproximadamente y se encuentra a 2250
m.s.n.m. en promedio. Hay que entender el contexto histórico que rodea este caso en particular,
Ensayo: Subsidencia en Ciudad de México
Presentado por: Daniel Alejandro López Sánchez
Mayo 6 del 2020
Presentado a: Jesús Manrique

ya que este es determinante para entender el problema actual que atraviesa la región. La
civilización azteca fue la población natal que habitó el territorio mexicano, mediante la
construcción de islotes o “chinampas” artificiales para ganar terreno firme en medio de la cuenca
de México donde decidieron asentarse. Con el pasar de los años y a medida que crecían, los
aztecas ocupaban más terrenos para cultivos y edificaciones religiosas y de vivienda, aumentando
la presión ejercida sobre el suelo artificial construido para poder usar el terreno. A la llegada de los
españoles, estos trajeron consigo los conocimientos de construcción europea, con otros
materiales y estructuras más pesadas. Las inundaciones eran constantes, por lo que decidieron
abrir la cuenca con “tajos” o desagües que realizaron en Huehuetoca y Nochistongo con la
intención de drenar totalmente el lago. Una vez esto se convirtió en una realidad, quedaba el
hecho de que el terreno sobre el cual se encontraban construyendo y viviendo era arcilloso con un
gran porcentaje de absorción de agua, y al largo plazo, generaría problemas. Con el paulatino
asentamiento natural, parecía que el problema no sería de mayor importancia, pero ante el
crecimiento poblacional del pueblo mexicano y los avances tecnológicos en ingeniería y desarrollo
urbano, la población demandaba agua potable para subsistir de manera adecuada. Esto generó
que se tuviera que intensificar la extracción de agua potable, y las principales fuentes hídricas para
poder satisfacer la alta demanda fueron los acuíferos subterráneos de la cuenca. Ante esto, de
nuevo se empezó a agudizar el problema de la subsidencia del terreno, ya que al ser niveles
arcillosos de alta absorción y deformabilidad, ahora estaban sometidas a esfuerzos y acciones
externas por parte del hombre, acción que claramente desestabilizó el ligero equilibrio natural que
existía. Adicionalmente, esta necesidad de agua potable y el crecimiento demográfico en la región
también exigió una mejora en el sistema de alcantarillado de la Ciudad de México, de manera que
pudiera suministrar agua a todos los hogares mexicanos y al mismo tiempo pudiera manejar las
aguas residuales de manera óptima e higiénica. Esto significaría una mayor presencia subterránea
con la instalación de las redes de alcantarillado a lo largo de la superficie de la capital, y fue otro
golpe que recibiría el suelo sobre el que crecía día a día la metrópoli latinoamericana.

Actualmente, el problema que atraviesa la Ciudad de México es considerable. Según Vázquez, N.


(2017), la subsidencia en la ciudad depende de la zona, pero las cifras generales son las siguientes:
entre 20 y 24 cm de hundimiento anualmente en la zona del aeropuerto, entre 5 y 7 cm en la zona
del Centro Histórico, y en la zona del Centro y Oriente, la cifra llega a los 40 cm anuales. En cuanto
al alcantarillado de la ciudad, es la Comisión Nacional del Agua (Conagua) quien registra que “el
porcentaje de aguas residuales colectadas en los sistemas formales de alcantarillado
municipales que reciben tratamiento, sin considerar el tratamiento de las descargas industriales,
alcanzaron para finales de 2012 un 47.5% de tratamiento, de un caudal de aguas residuales
estimado en 210m 3 /s.c “. La Ciudad de México tiene un largo historial de problemas de
estancamiento de aguas residuales desde el siglo XIX por las “contrapendientes” existentes en el
sistema de alcantarillado y saneamiento a nivel subterráneo. Fueron muchas las adaptaciones que
se realizaron, desde reemplazos y adiciones de tuberías hasta la construcción del “Gran Canal” y la
Ensayo: Subsidencia en Ciudad de México
Presentado por: Daniel Alejandro López Sánchez
Mayo 6 del 2020
Presentado a: Jesús Manrique

reciente implementación de pozos de absorción para poder reducir la tasa de estancamientos de


aguas residuales que pueden generar daños en la infraestructura de las tuberías subterráneas por
la acumulación de agua, desestabilidad en el suelo alrededor de estas aglomeraciones líquidas, y
riesgos de salubridad para la población. El gobierno mexicano ha intentado hacerle frente a esta
problemática mediante distintas medidas como la modernización del Sistema de Monitoreo de la
Subsidencia en el Valle de México, que permitirá recopilar, procesar, interpretar y difundir los
resultados de estos trabajos, tanto los históricos como los recientes. (Vázquez, N. 2017). También
han realizado grandes actualizaciones a la Norma Oficial Mexicana y también ha realizado
inversiones en el Programa Nacional Hídrico, buscando adaptar y capacitar a los operarios y
trabajadores del sistema de alcantarillado de la ciudad para poder realizar su trabajo de la mejor
manera, examinando las muestras de aguas y corroborar que cumplen con los estándares, que
sepan operar la maquinaria de manera óptima, minimizando los desperdicios y también
investigando nuevas formas de sanear el agua y de actualizar la red hídrica regional. Finalmente,
han implementado nuevas formas de cimentación como por ejemplo pilotes de control, de
manera que se elimina la emersión del edificio.

A manera de conclusión, se pueden realizar dos reflexiones principales: El estudio del terreno y los
fenómenos geológicos es vital para asegurar la durabilidad y sobretodo la seguridad a largo plazo
de la estructura y de la población. Aspectos como la subsidencia pueden ser críticos y deben ser
tomados en cuenta porque, aunque pueden ser procesos que generalmente toman muchos años
para registrar cambios en el entorno significativos, si se dejan desde un principio sin la adecuada
supervisión e intervención de control, llegará un momento en que las estructuras, desde vías de
transporte hasta grandes edificaciones, sufrirán las consecuencias de un mal manejo de control de
riesgos. En segundo lugar, los planes de desarrollo urbano y territorial deben ser más consientes a
la hora de decidir cómo organizar y ampliar las urbes. Esto se debe a que actualmente estamos
sometidos a una filosofía consumista sin control, extrayendo y explotando los recursos naturales a
un ritmo desenfrenado y ampliando las ciudades sin límites lógicos y amigables con el entorno.
Esta sobre explotación inevitablemente genera desequilibrios naturales, de manera que se
presentaran más fenómenos naturales y geológicos que pueden llegar a ser más agresivos e
inmediatos que la subsidencia estudiada en este caso. Por lo tanto, es necesario un cambio en la
mentalidad actual, y enfocarla a un sano desarrollo que sea sostenible y tenga en cuenta todos los
factores bióticos del entorno y la composición del terreno.
Ensayo: Subsidencia en Ciudad de México
Presentado por: Daniel Alejandro López Sánchez
Mayo 6 del 2020
Presentado a: Jesús Manrique

Bibliografía

Banco Interamericano de Desarrollo. (2013). Tratamiento de aguas residuales en México.


Recuperado de: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Tratamiento-de-
aguas-residuales-en-M%C3%A9xico.pdf

Sistema de aguas de la Ciudad de México. (s.f.). El gran reto del agua en la Ciudad de México.
Recuperado de: https://agua.org.mx/wp-content/uploads/2013/02/El-gran-reto-del-agua-en-la-
Ciudad-de-Mexico.pdf

Schlumberger. (2020). Subsidencia. Recuperado de:


https://www.glossary.oilfield.slb.com/es/Terms/s/subsidence.aspx

Tomás, R. (2009). Subsidencia del terreno. Recuperado de:


https://core.ac.uk/download/pdf/39078091.pdf

Vázquez, N. (2017). La CDMX se hunde 40 cms. al año y estas son las consecuencias. Recuperado
de: https://www.excelsior.com.mx/comunidad/2017/11/05/1199266

También podría gustarte