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Psicobiología de la homosexualidad

masculina: hallazgos recientes*


Psychobiology of Male Homosexuality: Recent Findings
Recibido: diciembre 14 de 2007 Revisado: febrero 27 de 2008 Aceptado: enero 14 de 2009

Iván Annicchiarico** Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

Resumen
En esta revisión se examinan reportes empíricos y teóricos que indagan sobre
las causas de la homosexualidad masculina. Con base en ellos se establece
que la homosexualidad masculina difiere de la femenina en algunos aspectos.
Adicionalmente, se muestra evidencia suficiente para considerar la homo-
sexualidad masculina como una condición biológica: existen diferencias
cerebrales entre hombres gais y hombres heterosexuales, factores genéti-
cos y prenatales asociados con la homosexualidad, diferencias cognitivas y
comportamentales, modelos animales para estudiar la homosexualidad; por
último, no se ha encontrado evidencia de factores psicosociales asociados
con la condición de homosexualidad en los hombres.
Palabras clave autor
Homosexualidad masculina, factores genéticos, androgenización prenatal, rasgos
conductuales, Psicobiología, cognición.
Palabras clave descriptores
Homosexualidad masculina – genética, virilismo, conducta sexual – psicología.

Abstract
In this paper, empirical and theoretical reports which question the causes of
male homosexuality are examined. According to these reports, male homo-
sexuality differs from female homosexuality in some respects. Additionally,
evidence favouring the consideration of male homosexuality as a biological
condition is shown: there are brain differences between gay men and he-
terosexual men, there are genetic and perinatal factors associated to male
homosexuality, there are cognitive and behavioral differences between gay
and heterosexual men, there are animal models for studying homosexuali-
ty; finally, there are negative findings concerning the psychosocial factors
associated to male homosexuality.
Key words author
*
Artículo de revisión Male Homosexuality, Genetic Factors, Perinatal Androgenization, Behavioral Traits,
**
Departamento de Psicología, Ciudad Universitaria, Psychobiology, Cognition
Bogotá. Correo electrónico: idannicchiarici@unal. Key words plus
edu.co Homosexuality, Male – Genetics, Virilism, Sexual Behavior – Psychology.

Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 No. 2 PP. 429-446 may-ago 2009 ISSN 1657-9267 429
I ván A nnicchiarico

Durante todo el siglo XX, la conducta sexual hu- rica y El Caribe (Bautista et al., 2004; Cáceres,
mana ha generado interés científico y actualmente 2002), una insatisfacción con la imagen corporal
dicho interés se ha incrementado; Zucker (2002) (Kaminski, Chapman, Haynes & Own, 2005), y
lo describe como un “renacimiento” de la inves- un mayor predominio de consumo de tabaco por
tigación de las conductas sexuales. Dentro de tal lo menos en los Estados Unidos (Hershberger &
renacimiento, se incluyen también las investiga- Bogaert, 2005; Ryan, Wortley, Easton, Pederson &
ciones sobre la orientación sexual. Por ejemplo, Greenwood, 2001).
en la revista Journal of Sex Research, los artículos Todos estos problemas de salud pública asocia-
publicados sobre el tema de la homosexualidad, dos con la condición de homosexualidad son gene-
entre los años 1980 y 2003, representan aproxi- rados por una diversidad de factores. Por ejemplo,
madamente un 6%; mientras que temas como en el caso del VIH/SIDA, una alta prevalencia
terapias sexuales, parafilias y eyaculación precoz, se podría producir por los riesgos que conlleva el
representan menos del 3% (Zubeidat, Desvarieux, uso no consistente de preservativos en algunas
Salamanca & Sierra, 2004). Las bases biológicas de personas gais (Benson & Hergenroeder, 2005;
la orientación sexual se han indicado mediante una Elford, Bolding, Maguire & Sherr, 2001; Mercer
amplia investigación humana y animal integrada et al., 2004).
(Zucker, Ellis, Bailey & Blanchard, 2002). Esto no quiere decir que tener VIH/SIDA, o el
Existen varias razones que sustentan la inclina- consumo de sustancia psicoactivas u otros, sean
ción por estudiar la orientación sexual humana. Por productos del ser gay. Es más probable y plausible
un lado, el interés de comprender los mecanismos que sean producto de la discriminación. Evidencia
por los cuales los seres humanos deseamos y ama- de ello, es que otros grupos usualmente discrimi-
mos a otras personas; por otro lado, es interesante nados (personas negras, por ejemplo) también
entender por qué exhibimos determinadas varia- presentan mayor riesgo de contraer VIH/SIDA
ciones con respecto de la personas que deseamos (Fenton et al., 2005); de la misma manera Hat-
sexualmente; por último, existen problemas socia- zenbuehler, Nolen-Hoeksema & Erickson (2008),
les, tales como la homofobia y el riesgo a contraer efectivamente, reportan que la discriminación es
enfermedades por parte de grupos con orientación un factor predictor para el consumo de sustancias
sexual minoritaria, que hace necesario un mejor psicoactivas. En el caso de los latinoamericanos
estudio del deseo sexual humano, con el fin de gais, éstos pueden experimentar una mayor dis-
implementar políticas para reducir la discrimi- criminación; por ejemplo, condiciones de abuso
nación social o la exposición a enfermedades. Es sexual en la niñez, el cual se considera un factor
importante mencionar que una de las grandes pan- de riesgo para contraer VIH /SIDA en el futuro,
demias de las últimas décadas es la del VIH/SIDA, afecta más a los latinoamericanos gais en compa-
y un adecuado manejo de ésta exige una mejor ración con otros grupos humanos en los Estados
comprensión de la sexualidad humana (Dowsett, Unidos (Grant Arreola, Neilands, Pollack, Paul
2003), que debe incluir un entendimiento de la & Catania, 2005). Adicionalmente, cuando se
orientación sexual (Youngman, 2004). diseñan programas específicos de prevención para
La homosexualidad masculina ha sido objeto personas gais, con el fin de reducir conductas de
de una serie de debates acerca de su aceptación y de riesgo para contraer VIH/SIDA, éstos suelen ser
los riesgos que ésta conlleva. Genera una serie de más efectivos en comparación con programas de
desajustes sociales no producidos por la condición educación sexual convencional (Benson & Herg-
de homosexualidad, sino por las circunstancias de enroeder, 2005).
discriminación por las cuales atraviesan los gais. Las condiciones de estrés a las cuales son some-
Dentro de tales desajustes, se pueden mencionar tidas las personas gais también podrían inducir a
la alta prevalencia e incidencia de VIH/SIDA una mayor prevalencia de consumo de sustancias
dentro de este grupo en Colombia, Latinoamé- psicoactivas. De acuerdo con este punto de vista,

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Ford y Jasinski (2006) reportan que altos grados modo, son productos derivados de la orientación
de depresión y estrés pueden predecir un mayor homosexual. Así, el propósito de este artículo es
consumo de sustancias ilícitas. Con respecto de la exponer los factores biológicos y toda la investi-
insatisfacción corporal, ésta se ha explicado por la gación relacionada con las causas biológicas de la
preocupación de los medios de comunicación por homosexualidad.
el cuerpo masculino ideal. Las personas gais, como En esta revisión teórica se abordará a fondo la
consecuencia de los círculos que frecuentan, están evidencia que soporta las causas biológicas de la
sometidas a una mayor comparación social con homosexualidad masculina. Dado que el objetivo
otros hombres (Kaminski et al., 2005). es exponer los factores biológicos, sólo se mencio-
Ser gay también está asociado con algunos narán algunos aspectos psicosociales estudiados,
factores de protección. Por ejemplo, King y Noelle para explicar el origen de la homosexualidad mas-
(2005) reportan que los jóvenes gais desarrollan un culina. Adicionalmente, la homosexualidad feme-
mayor conjunto de habilidades interpersonales y nina será abordada sólo de forma tangencial.
de madurez, debido a las transiciones difíciles que
conlleva la aceptación de serlo. Consistente con Bases biológicas de la homosexualidad
esto, Wester, Pionke y Vogel (2005) reportan que masculina
los hombres gais presentan menores conflictos de
roles cuando establecen una relación romántica. El estudio científico de la homosexualidad mascu-
Adicionalmente, en interacción con personas lina comenzó hace más de 50 años (Hooker, 1957).
heterosexuales, las personas gais intentan trans- En aquel entonces, estudiar este tema era bastante
mitir una imagen positiva acerca de su condición complicado, debido a que la homosexualidad era
(Miller & Malloy, 2003), lo cual sugiere estrategias un delito. Estudios realizados con extrema confi-
de afrontamiento ante una comunicación que dencialidad en esa época, sugirieron que los gais
usualmente genera un grado mayor de estrés. Por eran personas bien ajustadas a la sociedad (Hooker,
último, las personas gais parecen desarrollar habi- 1957, 1993).
lidades especiales a la hora de asumir la paternidad A lo largo de varias décadas se pensó que di-
(véase discusión, Armesto, 2002), lo cual se refleja cha condición era producto de factores sociales
en la ausencia de efectos negativos sobre niños que (véase, por ejemplo, Giraldo, 1971); sin embargo,
son adoptados por parejas gais (Leung, Erich & evidencia recogida desde hace varias décadas y par-
Kanenberg, 2005). ticularmente durante los últimos diez años, hacen
En síntesis, la homosexualidad masculina está suponer que la homosexualidad es una condición
asociada a determinados problemas de salud públi- biológica. Las siguientes razones son fundamento
ca. Es probable que esto sea debido a la condición de dicha idea:
de ser un grupo minoritario sometido a discrimi-
nación, más que a ser producto de la condición 1. La homosexualidad parece tener un componen-
inherente de ser gay. Los gais, por otra parte, por las te genético.
difíciles transiciones por las que deben atravesar en 2. Algunos rasgos morfológicos y conductuales
una sociedad heterosexista, desarrollan una serie son diferentes entre personas gais y hetero-
de habilidades que les permiten un mejor funcio- sexuales.
namiento en dicha sociedad. 3. Existen estructuras cerebrales que difieren en-
Los anteriores factores asociados a la homose- tre hombres gais y heterosexuales,
xualidad son mencionados, porque se relacionan 4. Por lo menos otra especie parece presentar pre-
de una u otra manera con el estilo de vida gay; ferencias sexuales homosexuales.
sin embargo, no explican por qué se desarrolla 5. La homosexualidad no parece presentar un
una orientación sexual particular. Dicho de otro mayor costo evolutivo.

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6. Factores sociales y culturales no parecen deter- 2003a). Pillard y Weinrich (1986) encontraron que
minarla los hombres gais tenían más probabilidad de tener
otro hermano gay que los heterosexuales; por su
Antes de abordar esta evidencia, es necesario pre- parte, Bailey y Pillard (1991) encontraron tasas
cisar qué es la homosexualidad. Aunque existen más altas de concordancia para la homosexualidad
críticas al respecto de cómo en Occidente se define entre hermanos gemelos, comparados con tasas
la homosexualidad (véase, por ejemplo, Asthana & de concordancia entre hermanos adoptivos. Esto
Oostvogels, 2001), se tomará en cuenta el modelo indica que la homosexualidad corre en familia y se
de Diamond (2003) para definirla. De acuerdo encuentra mediada por factores hereditarios; sin
con Diamond, lo que es sexualmente orientado es embargo, no sugiere los mecanismos implicados.
la necesidad de buscar un determinado hombre o Para solucionar este problema, se han diseña-
mujer para comprometerse en actividades sexuales. do estudios para determinar marcadores molecu-
En este sentido un hombre gay es un hombre que lares asociados con la homosexualidad. Hamer,
prefiere satisfacer sus deseos sexuales mediante el Hu, Magnunson, Hu y Pattatucci (1993a, 1993b)
contacto o fantasía con otro hombre. encontraron que la fracción cromosomal Xq28
fue un marcador de la orientación sexual en una
Factores genéticos y homosexualidad población canadiense; sin embargo, Rice, Ander-
masculina son, Risch y Ebers (1999) no pudieron replicar los
mismos resultados. El estudio de Hamer y colabo-
Los hombres y las mujeres presentan diferencias radores (1993a) ha sido criticado por abordar la
en cuanto a su patrón cromosómico. Mientras las orientación sexual como un rasgo mendeliano sin
mujeres presentan como cromosomas sexuales los tener en cuenta el carácter complejo y polimórfico
xx, los hombres presentan el patrón de cromoso- que dicha condición podría tener. Recientemen-
mas sexuales xy. Adicionalmente, es importante te, en búsqueda de marcadores moleculares de la
considerar el rol de las hormonas para regular el sis- orientación sexual, Mustanski et al. (2005) tam-
tema de diferenciación sexual, porque variaciones poco encontraron asociaciones con la fracción
atípicas de éstas pueden llevar a condiciones como Xq28; sin embargo, encontraron marcadores en
la hiperplasia adrenal, defectos en las dinámicas el cromosoma 7 (la fracción 7q36), la región 8p12
de receptores de andrógenos y feminización de y la región 10q26.
los testículos, entre otros (para una revisión sobre Aunque los estudios señalan un componente
diferenciación sexual de los mamíferos machos, genético, no se tiene evidencia clara sobre marca-
véase Haqq & Donahoe, 1998). dores moleculares, genes regulatorios, o mecanis-
La diferenciación sexual de los hombres y las mos de señalización. Se reconoce que los patrones
mujeres, dentro de otros aspectos, se manifiesta de determinación sexual no se encuentran conser-
en un deseo sexual diferente. En los hombres el vados a la manera de otros patrones morfológicos
deseo sexual es más poderoso y rápido, puede ser (Wolfner, 2003), lo que dificulta la utilización de
anterior, concomitante o secundario a la activación un modelo animal para estudiar la determinación
por estimulación de los genitales, si se compara con sexual de los humanos y especialmente de la ge-
las mujeres (Graziottin, 2004). nética de la homosexualidad.
La orientación también parece tener un compo-
nente genético. En varios estudios se han encon- Factores prenatales y homosexualidad
trado estimados de heredabilidad de la condición masculina
homosexual, aunque los datos no apoyan la idea de
que la homosexualidad sea exclusivamente debida Aunque los estudios indican que los factores ge-
a factores genéticos (para una discusión, véase, néticos no son los únicos importantes a la hora de
Baron, 1993; Rahman, 2005; Rahman & Wilson, la determinación de la orientación sexual, esto no

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quiere decir que los factores socioculturales sean es un índice confiable de variaciones prenatales
los otros únicos factores que jueguen un papel en la de las hormonas sexuales son los siguientes re-
orientación sexual. Otros factores prenatales pue- portes empíricos: es diferente entre hombres y
den cumplir también este papel, específicamente mujeres, siendo menor en hombres (Brown, Finn,
aquéllos factores no genéticos, que se dan antes Cooke & Breedlove, 2002; Putz, Gaulin, Sporter
del nacimiento. Entre ellos, se pueden mencionar & McBurney, 2004); se mantiene estable después
un mayor nivel de testosterona y mecanismos de de la pubertad (Trivers, Manning & Jacobson,
inmunidad, en respuesta a determinadas variacio- 2006); correlaciona negativamente con la tasa de
nes ambientales. estradiol: testosterona fetal (Lutchmaya, Baron-
La homosexualidad parece determinada en Cohen, Raggatt, Knickmeyer & Manning, 2004),
gran parte por factores no genéticos que afectan sugiriendo que una proporción 2D:4D menor es un
el desarrollo del feto. Por un lado, existe evidencia indicativo de una mayor cantidad de testosterona
de mecanismos hormonales que podrían jugar un prenatal; es decir, la proporción 2D:4D es un índice
papel importante en la determinación de la ho- de la androgenización prenatal en humanos. Otras
mosexualidad; por otro lado, existe evidencia que medidas singulares de androgenización prenatal
indica la existencia de mecanismos inmunitarios son la lateralidad (Mustanski, Bailey & Kaspar,
que podrían afectar la orientación sexual; por últi- 2002), el tamaño de los genitales (véase discusión,
mo, algunos reportes empíricos sugieren diferentes Rahman & Wilson, 2003a) y el inicio de la puber-
“rutas” para llegar a la homosexualidad. tad (Bogaert, Friesen & Klentrou, 2002).
Las hormonas pueden afectar a un organismo Con respecto a estas medidas, se ha reportado
de varias formas. Los efectos organizacionales de que los hombres gais presentan una proporción
las hormonas se refieren a aquellos cambios produ- 2D:4D más bajo que el de los hombres hetero-
cidos por una variación hormonal muy temprano sexuales (Putz et. al., 2004; Rahman & Wilson,
en el desarrollo, dichos cambios son de carácter 2003b; Robinson & Manning, 2000). Dichos re-
permanente. Los efectos activacionales se refie- portes indican que las personas gais fueron some-
ren a los cambios producidos por las hormonas de tidas a un alto grado de androgenización prenatal;
forma transitoria en un organismo ya desarrollado sin embargo, los estudios aún no son concluyentes.
(después de la pubertad) (Nelson, 1996). Algunos estudios no han encontrado diferencias
No se han reportado efectos activacionales aso- significativas en la proporción 2D:4D entre hom-
ciados con la homosexualidad (véanse, ­Rahman & bres heterosexuales y hombres gais (véase discu-
Wilson, 2003a; Swaab, Chung, Kruijver, Hofman sión, Rahman, 2005); por lo menos un estudio
& Ishunina, 2001); es probable que la homosexua- encontró una mayor proporción 2D:4D en perso-
lidad sea causada, en gran parte, por los cambios nas gais (véase discusión, Manning & Robinson,
­organizacionales producidos por las hormonas 2003).
sexuales; dicho de otra manera, la cantidad de Manning y Robinson (2003) plantean que los
hormonas sexuales disponibles en el estado pre- resultados contradictorios son debidos a la enor-
natal podría afectar la orientación sexual de un me variabilidad de proporciones presentes en los
individuo. hombres de diferentes etnias y además plantean
Aunque es imposible evaluar experimental- que puede existir una proporción universal para los
mente la posibilidad de que la variación de hormo- hombres gais (0,96 y 0,97); es decir, proporciones
nas sexuales a nivel prenatal afecte la orientación más asociados a la condición de homosexualidad
sexual en los humanos, recién se han encontrado masculina. Una explicación alternativa de estos
medidas morfológicas asociadas a tales variaciones. resultados contradictorios es que no se han con-
Dentro de tales medidas tenemos la proporción trolado los efectos de otras variables, tales como
segundo dígito de la mano/cuarto dígito (propor- los roles sexuales o la identidad; por ejemplo, Putz
ción 2D:4D). Evidencia de que dicha proporción et al. (2004) y Anders van y Hampson (2005) no

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encontraron una asociación significativa entre la han encontrado asociaciones significativas entre la
proporción 2D:4D y la orientación sexual de las proporción 2D:4D de una mano y la orientación
mujeres; sin embargo, cuando se controlan los roles sexual (por ejemplo, Putz et al., 2004), es posible
o la identidad sexual, dichas asociaciones son signi- que esto sea debido a una inestabilidad del desa-
ficativas (Brown et al., 2002; Csathó et al., 2003). rrollo de los hombres gais.
Esto sugiere que los estudios deben controlar y En los estudios que han evaluado asimetría
separar la variables rol sexual e identidad sexual, fluctuante [AF] en personas gais se han encon-
de la variable orientación sexual. trado los siguientes resultados: Mustanski et al.
Otras medidas de androgenización prenatal (2002) encontraron que AF se asociaba con la
también han producido resultados contradictorios. orientación sexual en las mujeres, pero no en los
La lateralidad (zurdo versus diestro), por ejemplo, hombres; Rahman, Wilson y Abrahams (2004b) no
se asocia significativamente con la orientación encontraron asociaciones significativas entre AF y
sexual femenina, pero no con la orientación sexual orientación sexual; sin embargo, AF se asoció con
masculina, en el estudio de Mustanski et al. (2002); el deterioro de habilidades cognitivas en hombres,
sin embargo, Blanchard, Cantor, Bogaert, Breedlo- pero no en mujeres. Estos resultados indican que,
ve & Ellis. (2006) sí encuentran una asociación por lo menos, la orientación sexual en los hombres
significativa entre lateralidad y orientación sexual no es debida a una inestabilidad del desarrollo;
masculina. Algunos rasgos antropométricos que adicionalmente, indican que las mujeres son más
refieren una baja exposición a andrógenos, tales flexibles en su desarrollo, lo cual, parcialmente,
como la longitud de las piernas, de los brazos y el explicaría la dificultad de estudiar la orientación
peso corporal, predicen una orientación homo- sexual femenina.
sexual en los hombres (Martin & Nguyen, 2004). Aunque estos datos sugieren la no presencia
Inconsistentemente, otros rasgos y medidas que de inestabilidad del desarrollo en hombres gais,
señalan una alta androgenización prenatal, tales es posible que en algunos casos sí se presente tal
como el tamaño de los genitales o el inicio de la inestabilidad. Por ejemplo, la homosexualidad
pubertad, predicen también una orientación ho- masculina se asocia positivamente con el número
mosexual en los hombres: los gais tienden a tener de hermanos mayores que tenga un hombre gay; es
genitales más grandes que los hombres hetero- decir, a mayor número de hermanos mayores, ma-
sexuales (Bogaert & Hershberger, 1999) e inician yor probabilidad de una orientación homosexual
más temprano su pubertad (Bogaert, Friesen & (efecto fraternal del orden del nacimiento, Cantor,
Klentrou, 2002; véase discusión adicional, Rah- Blanchard, Paterson & Bogaert, 2002; Bogaert,
man & Wilson, 2003a). 2004). Dicha relación parece ser mediada por
Estas inconsistencias han generado una teoría una inmunidad ante el antígeno H-Y por parte de
alternativa acerca de las bases prenatales de la ho- la madre a medida que concibe más hijos varones
mosexualidad. De forma alternativa a una andro- (Blanchard, 2004). Los siguientes reportes apo-
genización prenatal se ha propuesto inestabilidad yan tal idea: la presencia de hermanas mayores no
del desarrollo asociada a la homosexualidad, que afecta la probabilidad de orientación homosexual,
se refiere a la inhabilidad de un organismo para dicha relación no se observa para el caso de las
formar un fenotipo ideal bajo ciertas circunstancias mujeres lesbianas, los niños heterosexuales con
(Mustanski et al., 2002). El plan de construcción hermanos mayores al nacer pesan menos que los
general de un organismo prevé además una sime- que tienen hermanas mayores, los gais con herma-
tría entre varios de los órganos y la morfología, nos varones mayores pesaron menos al nacer que
fluctuaciones en estos patrones son índices de los heterosexuales con hermanos varones mayores
inestabilidades en el desarrollo. Una simetría fluc- (véase discusión, Blanchard, 2004).
tuante resulta cuando el lado izquierdo y derecho Aunque tal posibilidad no ha sido evaluada,
de un organismo difieren. Como algunas veces se una alta inmunización de la mujer ante el antíge-

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no H-Y a medida que concibe más hijos varones, Si tal hipótesis es cierta, también debe reflejarse
podría conducir a una alta inestabilidad del desa- en los rasgos conductuales de hombres hetero-
rrollo asociada con la homosexualidad masculina; sexuales y gais. Dado que las hormonas sexuales
sin embargo, esto sólo explicaría algunos casos de no sólo están presentes en las áreas de regulación
homosexualidad, dado que el efecto fraternal del sexual, sino en otras que regulan otros aspectos
orden del nacimiento parece ser una “ruta distinta” de la conducta, es de esperar algunas diferencias
hacia la homosexualidad. De hecho, sólo en uno conductuales y cerebrales entre hombres hetero-
de cada cuatro hombres gais se observa este efecto sexuales y hombres gais.
(Bogaert, 2004). Adicionalmente, la proporción
2D:4D (altamente asociado con la orientación
sexual) no se asocia con el orden del nacimiento Rasgos conductuales asociados a la
(Robinson & Manning, 2000). Recientemente homosexualidad masculina
Blanchard et al.. (2006) reportaron que la homo-
sexualidad masculina se asocia con un mayor nú- A lo largo de todo el siglo XX, se encontraron dife-
mero de hermanos varones mayores, pero sólo para rencias cognitivas y conductuales entre ­hombres y
los hombres gais diestros. Tomados en conjunto, mujeres (Nelson, 1996). Estas diferencias parecen
estos reportes aluden a varias rutas para llegar a la ser debidas, en gran parte, a factores de organización
homosexualidad y dificultan la comprensión de los de las hormonas, por un lado, y a factores psicoso-
mecanismos que la producen. ciales, por otro. Si algunas ­diferencias conductuales
Si la inestabilidad del desarrollo y la hipótesis de son producto del efecto de las ­hormonas sexuales y
la alta androgenización prenatal no pueden expli- la homosexualidad masculina es determinada, en
car la aparición de homosexualidad, ¿qué hipótesis gran parte, por el efecto de las ­hormonas, cabe es-
alternativa se ajusta a los datos? Rahman y Wilson perar algunas diferencias ­cognitivas y conductuales
(2005) sugieren que el efecto de las ­hormonas sexua- entre hombres heterosexuales y hombres gais.
les sobre el organismo para producir una orientación Efectivamente, existen algunas diferencias
sexual determinada, podría ­depender de eventos ce- cognitivas entre hombres gais y hombres hetero-
lulares organizados temporal y espacialmen­te. Para sexuales que simulan las diferencias entre ­hombres
el caso de los gais, la cantidad de testosterona (T) y y mujeres. En tareas de rotación mental, los gais
de otras hormonas sexuales podría estar en grandes ­tienen una ejecución menos efectiva que la de los
concentraciones en unas estructuras y deficientes heterosexua­les, aunque tienen una mejor ­ejecución
en otras, lo cual explicaría la variabilidad de rasgos en tareas de fluidez verbal; los gais tienen una eje-
típicamente femeninos o típicamente masculinos. cución menos efectiva en tareas ­visomotoras y ta-
Adicionalmente, las rutas de degradación, síntesis reas espaciales. Asimismo, los hombres gais tienen
y metabolismo de estas hormonas podrían darse de rasgos típicamente masculinos, tales como la incli-
forma diferente en el orden temporal. nación por el sexo casual, el interés en estímulos
Soporte para esta hipótesis, son los diversos sexuales visuales y la preferencia por compañeros
estudios que se han realizado en distintos mode- sexuales más jóvenes (véase revisión, Rahman &
los animales. Por ejemplo, en la codorniz japonesa Wilson, 2003a).
macho, la aromatización de la T se asocia a algunos Recientemente, se encontró que en tareas es-
rasgos masculinos, mientras su reducción se asocia paciales y de navegación, las mujeres y los hombres
a la aparición de otros rasgos (Chiba & Hosokawa, gais usan más claves proximales para guiarse, que
2006). De hecho, la regulación de la conducta los hombres heterosexuales (Rahman, Andersson
sexual masculina requiere la participación de di- & Govier, 2005). En otro estudio, Rahman, Wilson
ferentes metabolitos de T que actúan en diferen- y Abrahams (2004a) reportan que la orientación
tes áreas cerebrales, para producir una activación sexual es un buen indicador de la ejecución en ta-
conductual particular (Ball & Balthazart, 2006). reas cognitivas. Específicamente, los hombres gais

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ejecutan mejor que las mujeres y que los hombres de imagenología lo suficientemente sofisticados.
heterosexuales, las tareas de fluidez verbal, asigna- Adicionalmente, la obtención de muestras se hacía
ción de categorías y sinónimos; y se desempeñan muy complicada, dado que la condición de homo-
igual que las mujeres, en tareas de localización de sexualidad era mantenida en secreto.
objetos (Hassan & Rahman, 2007; Rahman, Wil- A pesar de estas complicaciones, durante la
son & Abrahams, 2004a). década de los noventa, se reportó que el núcleo
En cuanto a preferencias ocupacionales, los supraquiasmático, el plano sagital de la comi-
hombres gais tienden a escoger las mismas ocupa- sura anterior y el istmo del cuerpo calloso eran
ciones que las escogidas por las mujeres; asimismo, más grandes en hombres gais; por el contrario, el
se inclinan hacia ocupaciones relacionadas con la tercer núcleo intersticial del hipotálamo anterior
escritura (Lippa, 2002), probablemente como con- (INAH-3) era más pequeño en hombres con esta
secuencia de una mayor fluidez verbal. En cuanto a condición (véase revisión, Rahman & Wilson,
actividades recreativas, los hombres heterosexuales 2003a). A pesar de que estos reportes aluden a di-
desarrollan más afición por los juegos de casino que ferencias anatómicas asociadas con la orientación
los hombres gais (Hershberger & Bogaert, 2005). sexual, no se controlaron variables de confusión
Recientemente, se han encontrado asocia- tales como la infección por VIH y algunos neu-
ciones significativas entre rasgos conductuales ropatógenos (la mayoría de dichos estudios eran
y la proporción 2D:4D (Lippa, 2006; Poulin, realizados en cerebros de personas que fallecieron
O’Connell & Freeman, 2004; Rahman, Korhonen por efecto de la infección por VIH). Sin embargo,
& Aslam, 2005; Romano, Leoni & Saino, 2006), dichos reportes abrieron el camino para seguir es-
lo cual señala un efecto organizacional de las hor- tudiando estructuras relacionadas con la expresión
monas sexuales sobre capacidades cognitivas; sin de la orientación sexual masculina.
embargo, otros estudios no han encontrado tal La conducta sexual y las preferencias sexuales
asociación (Coolican & Peters, 2003; Putz et al., masculinas son reguladas, en gran parte, por varias
2004; Anders van & Hampson, 2005). Esto sugiere regiones del hipotálamo (véanse revisiones, Swaab
que algunas diferencias cognitivas y conductuales et al., 2001; Ortega & Annicchiarico, 2005). Adi-
entre gais y heterosexuales pueden ser debidas a cionalmente, estas áreas hipotalámicas interactúan
factores biológicos; mientras que otras podrían ser con áreas dopaminérgicas como el sistema me-
el resultado de factores psicosociales, tales como el solímbico (Balfour, Yu & Coolen, 2004), el cual
aprendizaje y los patrones de crianza, entre otros. juega un rol muy importante en las motivaciones
De cualquier forma, si algunas diferencias cog- sexuales. Diferencias sexuales en el hipotálamo
nitivas y conductuales entre gais y heterosexuales sugieren que éste debe ser un sitio importante para
son debidas a factores biológicos, cabría esperar la regulación de la orientación sexual. Otra área
diferencias cerebrales relacionadas con la orien- preponderante para tener en cuenta, es el sistema
tación sexual. Efectivamente, dichas diferencias límbico en general, por considerarse un importante
sí se encuentran. regulador de la motivación sexual masculina (Fe-
rretti et al., 2005) y porque la amígdala se activa
diferencialmente ante la presencia de estímulos
Homosexualidad masculina y evidencias sexuales, dependiendo de la orientación sexual de
anatómicas los hombres participantes (Safron et al., 2007).
En cuanto a las áreas hipotalámicas, por un la-
Las evidencias anatómico-cerebrales de la homo- do, los investigadores han encontrado que el núcleo
sexualidad masculina sólo han sido reportadas en basal de la estría terminal está relacionado con la
los últimos quince años. La dificultad de encon- identidad sexual y no con la orientación sexual
trar relaciones entre la anatomía y la orientación (Swaab et al., 2001). Por otro lado, Byne et al.
sexual se ha debido a la inexistencia de métodos (2001), replicaron el estudio que sugería al INAH-3

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P sicobiología de la homosexualidad masculina : hallazgos recientes

como un núcleo sexualmente ­dimórfico; sin em- cionar modelos aviares, de mamíferos, e incluso
bargo, contrario a lo esperado, no se ­encontraron otro tipo de especies. En términos generales, las
diferencias neuronales en INAH-3 debidas a la conductas sexuales de los mamíferos y las aves son
orientación sexual, aunque sí un volumen ligera- controladas principalmente por áreas diencefálicas
mente menor para el caso de los gais. Se necesitan y telencefálicas (Ball & Balthazart, 2004; Carlson,
más estudios en el área, para confirmar los resulta- 1996; Nelson, 1996). El hipotálamo ejerce la re-
dos y para controlar algunas variables de confusión. gulación de las conductas sexuales por medio de
Una forma de controlar tales variables es me- la secreción de factores estimuladores o inhibido-
diante estudios con drogas psiquiátricas. Por ejem- res de la producción de hormonas en la glándula
plo, Kinnunen, Moltz, Metz y Cooper (2004) hipófisis (por ejemplo, factores liberadores de go-
después de administrar fluoxetina, una droga in- nadotropinas, GNRH); estas últimas a su vez ac-
hibidora de la recaptación selectiva de ­serotonina, tivan la producción de hormonas en las glándulas
midieron los cambios metabólicos cerebrales con sexuales, hormonas que se encargan del desarrollo
una tomografía por emisión de positrones en hom- de los caracteres sexuales secundarios de un indi-
bres gais y hombres heterosexuales. Los gais ex- viduo. Tanto en algunas especies de aves como de
hibieron un metabolismo reducido de glucosa en mamíferos, el área preóptica (APO) parece ser un
el hipotálamo, incrementos significativos en la área necesaria para el despliegue de las conductas
corteza de asociación prefrontal y en porciones sexuales de los machos (Balthazart, Tlemçani &
de la corteza cingulada; por el contrario, los hete- Ball, 1996; Portillo, Basañes & Paredes, 2003;
rosexuales presentaron un incremento en el giro Rodríguez, Pellicer, Larson & Fernández, 2000).
hipocampal y parahipocampal, así como en el área Adicionalmente, la acción de T sobre las conductas
cingulada anterior lateral. Se señala que dichos sexuales parece ser mediada por la aromatización
efectos son debidos a variaciones en los sistemas de de T en APO (Ball & Balthazart, 2004; Gerardin
neurotransmisores dopaminérgico y serotonérgico. & Pereira, 2002).
Los reportes anteriores refuerzan la hipótesis de Los efectos de activación de las hormonas sobre
que el sistema mesolímbico y algunas áreas hipota- las conductas sexuales también se han investigado
lámicas, son afectados por los efectos organizacio- durante más de dos décadas. En las aves adultas, el
nales de las hormonas y factores genéticos que con- área preóptica medial (POM) parece ser un sitio
tribuyen a la psicobiología de la orientación sexual; de acción esteroide con funciones de activación
sin embargo, dada la imposibilidad de r­ealizar (Balthazart, Baillien, Charlier, Cornil & Ball, 2003;
estudios experimentales con seres humanos, es Balthazart et al., 1996; Ottinger, 2001; Ottinger et
necesaria la utilización de modelos animales que al., 2001; Panzica, Viglietti-Panzica & Balthazart,
permitan corroborar las hipótesis sobre las causas 1996). La activación de este núcleo por T se en-
biológicas de la orientación sexual. Recientemen- cuentra asociada con las conductas copulatorias
te se han explorado algunos modelos animales de en machos; además, POM está conectado con
las preferencias sexuales. Adicionalmente, otros varias áreas cerebrales, tales como el neoestriado,
modelos animales de la conducta sexual masculina el núcleo Taeniae, los núcleos septales, los núcleos
pueden permitirnos comprender estos fenómenos. paraventricular y ventromedial del hipotálamo y
núcleos relacionados con la visión, entre otros, así
como con el área tegmental ventral (Balthazart,
Modelos animales de la conducta Baillien & Ball, 2001).
sexual masculina y la orientación sexual Se ha acumulado una cantidad de evidencia
masculina sustancial, de carácter bioquímico y celular, que
demuestra que T debe ser metabolizada en POM,
Existen diversos modelos animales de la conducta para que los estrógenos que se produzcan, activen
sexual masculina. Dentro de éstos se pueden men- la conducta sexual en machos (Balthazart, Reid,

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I ván A nnicchiarico

Absil, Foidart & Ball, 1995; Kellog & Lundin, estrona en sangre. Adicionalmente, estos animales
1999; Gerardin & Pereira, 2002), lo que ha sido no presentaban pulsos de hormona luteinizante
denominado como la hipótesis de la aromatización (LH) ante la administración de estradiol, sugirien-
(Mills, Crawford, Domjan & Faure, 1997). Aparte do que la capacidad para síntesis de estrógenos es
del control hormonal de las conductas sexuales va- relativamente baja (Roselli et al., 2002). Además,
rios sistemas de neurotransmisores se encuentran en hembras de esta misma especie, se reportó que
implicados en el control de la conducta sexual, la exposición a T de forma prenatal alteraba la
dentro de los que se pueden mencionar el sistema retroalimentación de las hormonas esteroides; en
de los opioides (Holloway, Cornil & Balthazart, estos casos, de la misma forma que en machos, la
2004) y el sistema dopaminérgico (Balthazart, administración de estrógenos no estimulaba la se-
Baillien & Ball, 2001). creción de LH (Robinson, Birch, Foster & Padma-
Con respecto de estos estudios animales, en- nabhan, 2002). Estos reportes son especialmente
contrar modelos de la orientación sexual masculi- significativos a la hora de explicar la orientación
na ha sido particularmente difícil debido a varias sexual en humanos. A partir de estos datos, es po-
razones. Por un lado, los paradigmas neuroendo- sible que niveles particulares de hormonas sexuales
crinológicos, tales como castraciones, adminis- afecten todo el sistema hipotalámico, el cual, con-
traciones farmacológicas y lesiones cerebrales, secuentemente, afecta la dinámica cerebral, tanto
generan conductas completas de inversión sexual; en las áreas que regulan la conducta sexual, como
es decir, los animales que no copulan con hembras, en otras que no lo hacen.
tampoco presentan patrones de monta, ni rasgos En otro modelo animal, el pinzón cebra, Ad-
típicamente masculinos. Como se ha comentado, kins-Regan (2002) discute los datos producidos en
la orientación sexual no se refiere a una inversión su laboratorio. Por una parte, ella menciona que
conductual femenina. tratamientos con estrógenos afectan la preferen-
Recientemente, dos modelos han mostrado ser cia sexual de las hembras; por otra parte, factores
de algún interés en el área. Por un lado, el carnero sociales, tales como la ausencia del ­padre y el aloja-
macho con preferencias orientadas hacia el macho, miento únicamente con hembras también masculi-
la cual no presenta patrones de inversión conduc- niza la preferencia sexual de las hembras. Es posible
tual femenina (Roselli, Resko & Stormshak, 2002). que en humanos, mientras la homosexuali­dad mas-
Por otro lado, los pinzones cebra han sido animales culina parece ser poco afectada por ­factores socia-
tradicionalmente utilizados para estudiar preferen- les, la homosexualidad femenina sea más flexible,
cias sexuales (Adkins-Regan, 2002). y, en consecuencia, regulada también por factores
Los carneros macho son un modelo reciente sociales (véase, por ejemplo, Diamond, 2003).
que promete ser un buen modelo animal de la Estos reportes en modelos animales y en hu-
orientación sexual. Dentro de sus ventajas como manos llevan a la pregunta de por qué existe va-
modelo, se pueden mencionar algunas caracte- riabilidad en la orientación sexual masculina. El
rísticas: la prevalencia de la orientación hacia los predominio constante a través de varias épocas
machos se presenta tanto en animales domésticos, históricas en los humanos (Bogaert, 2004) sugiere
como animales no domesticados en una proporción que ésta variabilidad no presenta un costo evolu-
del 6 al 10%; estos machos presentan un patrón de tivo mayor.
conducta copulatoria masculina y las preferencias
sexuales son estables a través de todo su ciclo vital
(Roselli et al., 2002; Roselli, Larkin, Schrunk & Evolución biológica de la
Stormshak, 2004). homosexualidad masculina
Un estudio interesante con esta especie, reve-
ló que los machos orientados hacia otros machos Debido a la existencia de factores genéticos y a de-
presentaban menor cantidad de T, estrógenos y terminados procesos de desarrollo asociados con la

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P sicobiología de la homosexualidad masculina : hallazgos recientes

homosexualidad, surge la pregunta de cómo y por la población, la disponibilidad de recursos, el costo


qué se ha mantenido la homosexualidad masculi- de vida (McGraw, 2002).
na a lo largo del tiempo. Asimismo, los distintos Por ejemplo, en determinados ambientes, las
factores prenatales llevan al interrogante de por mujeres podrían haber preferido hombres con de-
qué determinados procesos de desarrollo están terminados rasgos, tales como la habilidad ­musical.
asociados a la homosexualidad masculina. Es posible que éste rasgo se asocie a la homosexuali­
En una revisión teórica, Rahman y Wilson dad, dado que también se asocia con una ­menor
(2003a) mencionan varias teorías evolutivas del proporción 2D:4D (Sluming & ­Manning, 2000).
mantenimiento de la homosexualidad en la po- Por otra parte, las hembras en algunas ­ocasiones po-
blación. Dentro de tales teorías se pueden citar las drían haber seleccionado hombres menos ­agresivos.
siguientes: la selección por parentesco, la selección En consonancia con esto, se ha ­reportado que los
parental, la teoría del polimorfismo balanceado, la hombres gais son ­menos ­agresivos y más empáticos
teoría de las mutaciones, la dominancia de rasgos, (Sergeant, ­Dickins, Davies & Griffiths, 2006).
la bisexualidad adaptativa y la teoría de la afiliación Por otro lado, la homosexualidad se pudo haber
entre individuos del mismo sexo. mantenido a través de mecanismos de desarrollo y
Aunque el propósito de esta revisión no es ex- ambientales. Griffith, Owens y Burke (1999), por
poner todas las teorías acerca de la evolución de ejemplo, reportan que factores no genéticos pue-
la homosexualidad, se intentará mostrar algunas den afectar la aparición de determinados rasgos
evidencias que indican que la homosexualidad ornamentales con determinada plasticidad feno-
masculina se ha mantenido gracias a mecanismos típica en gorriones. Esto plantea la posibilidad de
de desarrollo que la perpetúan, y probablemente que determinados arreglos ambientales se asocien
debido a la selección sexual. a la homosexualidad. Específicamente, factores
Un escenario posible para la evolución de la prenatales y psicosociales podrían tener alguna
homosexualidad es que ésta estuvo asociada a ras- incidencia en la homosexualidad.
gos altamente apreciados por las hembras. En este
sentido, recientemente se ha propuesto que facto-
res genéticos asociados con la homosexualidad po- Factores psicosociales y homosexualidad
drían aumentar el éxito reproductivo heterosexual; masculina
consistentemente Zietsch et al. (2008) señalan
que los hombres más femeninos y las mujeres más Aunque se ha sugerido la existencia de factores
masculinas, cuando son heterosexuales, tienden a psicosociales que expliquen la homosexualidad
tener mayor número de compañeros sexuales que masculina, la búsqueda de dichos factores ha resul-
aquellos heterosexuales que se comportan de la tado infructuosa en muchos estudios. Por ejemplo,
manera típica de acuerdo al rol sexual. la convivencia con un padre gay no predice una
A través de la historia, los gais han produci- futura condición de homosexualidad (Armesto,
do descendencia (Diamond, 2003). Las hembras 2002). La falta de un padre en la familia tampoco
humanas a través de la selección sexual, podrían se asocia de forma significativa a la condición de
haber mantenido una gran variabilidad entre los homosexualidad (Rahman & Wilson, 2003a).
machos acorde con las necesidades del ambiente. La aceptación de prácticas homosexuales en
Acorde con este punto de vista, los hombres pre- una comunidad tampoco predice una mayor pre-
sentan mucha variabilidad en una gran cantidad valencia de homosexualidad en la población. Por
de rasgos morfológicos, conductuales y cognitivos ejemplo, en algunas culturas se refuerzan prácticas
(Archer & Mehdikhani, 2003). Adicionalmente, de contactos entre niños y adolescentes del mismo
se ha reportado que las mujeres seleccionan a sexo; sin embargo, estos mismos jóvenes, al finalizar
hombres con determinados rasgos, dependiendo su adolescencia, forman matrimonios heterosexua-
de factores ambientales, tales como la densidad de les (Rahman & Wilson, 2003a). Adicionalmente,

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I ván A nnicchiarico

la preponderancia de la homosexualidad es similar anterior, dicha teoría aún debe ser sometida a veri-
en diferentes culturas, siendo aproximadamente ficación en cuanto a los distintos pasos planteados
de un 4 a 10% en todos los países en donde se han para la conformación de la orientación sexual.
recolectado datos de prevalencia de la homosexua-
lidad (Ardila, 1998).
De la misma forma, las psicoterapias que inten- Comentarios Finales
tan invertir la orientación sexual son altamente in-
efectivas (Shidlo & Schroeder, 2002). Las personas En esta revisión, se presentó evidencia de que
que asisten a este tipo de terapias informan efectos la homosexualidad masculina se diferencia de la
negativos, tales como depresión, aislamiento social femenina, en algunos aspectos. Adicionalmente,
e ideación suicida, entre otros. Métodos como la a través de la demostración, se intentó identificar
biorretroalimentación también se han reportado la homosexualidad masculina como una condi-
inefectivos, para modificar la orientación sexual; ción biológica. Vale resaltar que dicha caracteri-
en el mejor de los casos, permite la disminución zación es válida; sin embargo, ciertos problemas
parcial de algunas señales fisiológicas que indican metodológicos están presentes cada vez que se
deseo sexual (Canton-Dutari, 1983). quiere determinar como tal. Por un lado, en la
Estos informes sugieren la inexistencia de con- mayoría de los estudios revisados, una condición
diciones psicosociales asociadas a la homosexuali- para caracterizar a un grupo de individuos como
dad masculina; sin embargo, Bem (1996) planteó tales es la aceptación de ellos mismos como homo-
un mecanismo mediante el cual los procesos psi- sexuales; en segundo lugar, en algunos casos, las
cosociales tendrían un mayor peso en la determi- muestras seleccionadas no son lo suficientemente
nación de la orientación sexual. amplias como para considerarse representativas de
De acuerdo con el autor todos los factores bio- la población homosexual; por último, la inclusión
lógicos mencionados a lo largo de este artículo no intencional de sujetos de estudio también puede
determinan en sí mismos la orientación sexual de plantear problemas metodológicos.
un individuo sino su temperamento. A su vez, el Una caracterización más correcta de la homo-
temperamento, afecta las preferencias para realizar sexualidad masculina precisaría corregir los pro-
las actividades infantiles típicas o atípicas de acuer- blemas metodológicos antes mencionados. Si bien,
do con el sexo. Estas predilecciones llevan a que el mucho se ha avanzado en una ­caracterización psi-
niño vea a otros niños del sexo opuesto o del mismo cobiológica de la homosexualidad, falta aún mucho
sexo, diferentes y exóticos. Al llegar a la preado- camino por recorrer. Establecer un buen modelo
lescencia se produce cierta clase de ­activación no experimental que permita clarificar las relaciones
específica ante lo visto como exótico, de tal manera causa-efecto, sería de gran ayuda para este efecto.
que se convierte en algo erótico. De ahí el nombre
propuesto por Bem para su teoría: lo exótico se
vuelve erótico (EBE, exotic becomes erotic). Referencias
Dicha teoría tiene algún soporte empírico; por
ejemplo, el índice 2D:4D parece estar relaciona- Adkins-Regan, E. (2002). Development of sexual part-
do con el desorden de identidad de género por lo ner preference in the Zebra finch: A socially mo-
menos en mujeres (Wallien, Zucker, Steensman & nogamous, pair-bonding animal. Archives of Sexual
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