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UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA

FACULTAD DE HUMANIDADES

DEPARTAMENTO DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA

PEDAGOGÍA EN HISTORIA Y GEOGRAFÍA

AL RESCATE DEL PATRIMONIO INMATERIAL:

El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso

(Valparaíso, 2014)

Seminario de título para optar al título de Profesor de Pedagogía en Historia


y Geografía con el grado de Licenciatura en Historia y Educación.

Sebastián Alejandro Cofré Córdova

Camila Millaray Lazo Ibarra

Nicole Del Carmen Manzo Serrano

Camila Andrea Ruz Lorca

Profesor Guía: Mg. Gilberto Harris Bucher.

Valparaíso, Chile.

2014
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

DEDICATORIAS

A mi madre y a mi padre por madrugar,

Y a mi hermano por llegar.

Sebastián Cofré Córdova

A mi padre, por estar,

A mi hermana, por seguir.

Camila Lazo Ibarra

A mis padres, por su amor incondicional y esfuerzo diario.

Nicole Manzo Serrano

A mi familia y amigos, por su apoyo incondicional

Camila Ruz Lorca

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Manzo, C. Ruz.

AGRADECIMIENTOS

Debo agradecer a los que dedicaron su tiempo en escuchar y leer sin


preguntar el qué ni el para qué. A mis padres por enseñarme el significado del
trabajo, a mis tías por enseñarme el significado de la familia, y a Ninoska por
enseñarme el significado del futuro. A los profesores por plasmar el gusto por la
educación y la historia, y a mis primeros alumnos por querer compartir, mis primeros
días.

Sebastián Cofré Córdova

Agradezco a mi padre por enseñarme el universo infinito de conocimiento


que no está contenido en los libros y a mi hermana por mostrarme el verdadero
significado de la frase “fight off your demons”.

Agradezco también a mis tíos Nano y Olga, a mis padrinos Male y Mauro, a
mis abuelos Marta y Miguel, y a mi tía Roxana por enseñarme el real significado de
la familia. Igualmente doy gracias a todos aquellos profesores de colegio y
universidad que se entregaron íntegros a la labor de educar, pero también a los
alumnos que en cada práctica me entregaron algo de sí para descifrar la vida.

Por último, agradezco a quienes durante este largo y enriquecedor proceso


llegaron para quedarse. A las amistades verdaderas y los buenos deseos, a todos
ellos, mis sentidos agradecimientos al fin de este camino que inicia uno nuevo.

Camila Lazo Ibarra

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Agradezco a mis padres por darme la vida y la posibilidad de educarme. En


especial a mi madre por estar conmigo y apoyarme en cada una de las decisiones
que he tomado, por demostrarme cuanto me ama cada día aun estando lejos de
casa. Agradezco a mi padre por enseñarme que es posible superarse cada día, por
ser incondicional y perdonarme mis momentos de inmadurez. Agradezco a mi
hermano por estar ahí y por adentrarme en el camino de la paciencia.

Además, agradezco de forma muy especial a mi madrina y tía por ser ella,
por quererme y ayudarme cuando estuvo a mi lado y por seguir haciéndolo en
espíritu. Por enseñarme que no sólo hay que estar ahí cuando te necesitan, sino
constantemente, y por haber marcado mi corazón por siempre con las últimas
palabras que me dirigió.

También agradezco a Sergio y a Javier por sus infinitas risas, por ser mi
familia en esta ciudad y por contenerme, ayudarme y soportarme cada uno de los
días que compartimos juntos. Asimismo agradezco a mis amigos y compañeros de
tesis, Camui, Camila y Sebastián, por vivir conmigo este último proceso de nuestra
carrera.

Finalmente agradezco a la vida, a las decisiones que una vez tomé y que me
trajeron hasta aquí, al amor, a la amistad y a Valparaíso por acogerme cuando era
una tímida, insegura y nerviosa joven que venía desde un lugar lejano cargada de
sueños y expectativas.

Nicole Manzo Serrano

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Agradezco a mis profesores formadores de la temprana etapa escolar, que


me inspiraron a tomar el camino de la pedagogía, me enseñaron la vocación a diario
en el aula y la noble tarea de ser profesor. A mi familia, a mis padres quienes me
dieron la vida y que sustentan mis decisiones completamente. A aquellos amigos
que conocí en esta travesía universitaria, gracias por las risas, buenos momentos,
el apoyo y cuidado mutuo, para mi han sido el soporte principal durante estos años,
Andrés, Italo, Camila, Nicole, Natalia, Sebastián, Rafael, gracias por todo. A los
profesores que conocí y que me formaron como docente, que me brindaron
consejos, las conversaciones formales e informales, y que me permitieron crecer
como persona y como profesional, Antonio Rodríguez Canessa, Jorge Galleguillos
Jorquera y Juan Galea Alarcón.

A mi abuelita, a quien le prometí que me vería siendo una profesional.


Gracias por ese amor absoluto.

A mi mejor amiga, Giannina, que desde años hemos estado en las buenas,
en los tiempos difíciles y en todas. Por ser mi mayor confidente y mi contenedora,
siempre dándome fuerzas, gracias.

A mi cuñado Francisco, quien en momentos donde yo no creía en mí, él sí lo


hizo.

Y por último, a mis dos hermanas mayores, Valeska y Bernanda. La primera


por escucharme, por su preocupación y sabios consejos, por ser la hermana
superhéroe que cualquier persona quisiera tener. A la segunda, por estar en cada
instancia, por sus palabras sabias, por ser la persona que más admiro, por creer en
mí cuando yo pierdo la seguridad, porque gracias a ella yo pude comprender cuál
es el significado de amar lo que se hace. Lo que te apasiona, te hace libre.

Camila Ruz Lorca

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ÍNDICE

RESUMEN………………………………………………………………………………..11

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………...12

CAPÍTULO I: ANTECEDENTES DEL ESTUDIO……………………………………15

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA…………………………………….15

1.2 JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA……………………………………….16

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN……………………………………17

1.4 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN………………………………………18

CAPÍTULO II: MARCO METODOLÓGICO…………………………………………...19

2.1 METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA……………..19

2.1.1 FENOMENOLOGÍA……………………………………………….20

2.2 DISEÑO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA………………………......21

2.2.1 DISEÑO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA…………………21

2.3 TIPO DE ESTUDIO: ALCANCES DE LA INVESTIGACIÓN…………....23

2.4 HISTORIA ORAL E HISTORIA ORAL TEMÁTICA……………………....25

2.5 INSTRUMENTOS…………………………………………………………....26

2.5.1 ENTREVISTA SEMI-ESTRUCTURADA………………………..28

2.5.2 MODELOS DE ENTRE ENTREVISTAS SEMI-


ESTRUCTURADA Y OBJETIVOS ESPECÍFICOS A
CONSIDERAR A PARTIR DE LOS INSTRUMENTOS………………29

2.5.2.1 ENTREVISTA A EXPERTOS EN PATRIMONIO…....29

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2.5.2.2 ENTREVISTA A TRABAJADORES DEL MERCADO


EL CARDONAL…………………………………………………..30

2.5.2.3 ENTREVISTA A CLIENTES DEL MERCADO EL


CARDONAL……………………………………………………....32

2.5.3 LOS SUJETOS DE ESTUDIO…………………………………....32

2.6 ÁREA DE INVESTIGACIÓN Y JUSTIFICACIÓN…………………………34

CAPÍTULO III: MARCO TEÓRICO…………………………………………………….36

3.1 ¿QUÉ ES UN PARADIGMA?.................................................................36

3.1.1 PARADIGMA FENOMENOLÓGICO…………………………….37

3.2 HISTORIA SOCIAL, HISTORIA ORAL E HISTORIA DE VIDA………...39

3.3 GEOGRAFÍA SOCIAL……………………………………………………....44

3.4 GEOGRAFÍA CULTURAL…………………………………………………..49

3.5 VALOR………………………………………………………………………..53

3.5.1 ANÁLISIS DEL CONCEPTO DE VALOR: LOS CAMINOS DE


LA AXIOLOGÍA…………………………………………………………...53

3.5.2 EL SUBJETIVISMO AXIOLÓGICO………………………………59

3.5.3 VALOR CULTURAL……………………………………………….61

3.5.4 VALOR PATRIMONIAL…………………………………………...63

3.5.5 PUESTA EN VALOR………………………………………………65

CAPÍTULO IV: MARCO CONCEPTUAL……………………………………………...67

4.1 CULTURA…………………………………………………………………….67

4.2 ESPACIO……………………………………………………………………..69

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4.3 LUGAR………………………………………………………………………..71

4.4 IDENTIDAD Y COTIDIANEIDAD…………………………………………..74

4.5 PATRIMONIO………………………………………………………………..76

4.5.1 PATRIMONIO CULTURAL……………………………………….85

4.5.1.1 PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL…………….…89

4.5.1.1.1 PATRIMONIO CULTURAL INMUEBLE….…90

4.5.1.1.1.1 MONUMENTOS O SITIOS


HISTÓRICOS…………………………………….94

4.5.1.1.1.2 ZONAS TÍPICAS O


PINTORESCAS………………………………….97

4.5.1.1.1.3 MONUMENTOS PÚBLICOS…….102

4.5.1.2 PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL…………...103

4.5.1.2.1 LENGUAJE…………………………………..105

4.5.1.2.2 COSTUMBRES……………………………...107

4.5.1.2.3 LEYENDAS, MITOS Y RELIGIÓN………....108

4.5.1.2.4 MÚSICA………………………………………111

4.5.1.2.5 TESOROS HUMANOS VIVOS…………….112

4.5.2 VALOR PATRIMONIAL………………………………………….113

CAPÍTULO V: MARCO HISTÓRICO…………………………………………………121

5.1 IDEA HISTÓRICA DE VALPARAÍSO…………………………………….121

5.2 BREVE HISTORIA DEL BARRIO EL ALMENDRAL…………………...133

5.3 HISTORIA DEL MERCADO CARDONAL……………………………….136

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5.3.1 SOCIEDAD UNIÓN DE COMERCIANTES…………………...146

CAPÍTULO VI: ANÁLISIS DE LAS ENTREVISTAS……………………………….149

6.1 ANÁLISIS DE ENTREVISTAS A EXPERTOS EN PATRIMONIO……149

6.1.1 OBJETIVO 1: DILUCIDAR SI LOS EXPERTOS EN


PATRIMONIO CONSIDERAN QUE EXISTEN OTRAS ÁREAS,
LUGARES O INMUEBLES DE LA CIUDAD, AL MARGEN DE
LAS OFICIALMENTE RECONOCIDAS POR LA UNESCO Y
POR EL ESTADO DE CHILE, SUSCEPTIBLES DE UNA
PUESTA EN VALOR OFICIAL………………………………………...149

6.1.2 OBJETIVO 2: CONOCER LA PERCEPCIÓN QUE TIENEN


LOS EXPERTOS DEL PATRIMONIO SOBRE UNA POSIBLE
PUESTA EN VALOR DEL MERCADO EL CARDONAL…………...155

6.2 ANÁLISIS DE ENTREVISTAS A TRABAJADORES DEL MERCADO EL


CARDONAL……………………………………………………………………..176

6.2.1 OBJETIVO 1: IDENTIFICAR LA DIMENSIÓN INMATERIAL


DEL MERCADO EL CARDONAL……………………………………..176

6.2.2 OBJETIVO 2: CONOCER LA VALORACIÓN QUE OTORGAN


LOS TRABAJADORES AL MERCADO EL CARDONAL…………...185

6.2.3 OBJETIVO 3: CONOCER LA PERCEPCIÓN DE LOS


TRABAJADORES DEL MERCADO EL CARDONAL ACERCA SU
POSIBLE RECONOCIMIENTO OFICIAL……………………….190

6.3 ANÁLISIS DE ENTREVISTAS A CLIENTES DEL MERCADO EL


CARDONAL…………………………………………………………………..…198

6.3.1 OBJETIVO 1: CONOCER LA VALORACIÓN QUE HACEN LOS


CLIENTES AL MERCADO EL CARDONAL…………………………198

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6.3.2 OBJETIVO 2: CONOCER LA PERCEPCIÓN DE LOS


CLIENTES DEL MERCADO EL CARDONAL ACERCA DE SU
POSIBLE RECONOCIMIENTO OFICIAL………………………........206

CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES……………………………..210

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………...…221

ANEXOS I ……………………………………………………………………………....236

ANEXOS II ……………………………………………………………………….CD-ROM

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AL RESCATE DEL PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL:

El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso

RESUMEN

El siguiente trabajo tiene como propósito fundamentar la condición patrimonial


inmaterial del Mercado El Cardonal. Se estudiará esta dimensión a través de los
análisis de fuentes orales obtenidas a partir de la entrevista a expertos en
patrimonio, trabajadores y clientes del Mercado El Cardonal, para luego enfocarnos
en el estudio de su valor social, cultural e histórico como aspectos fundamentales
para su posible en valor.

Palabras claves: Mercado El Cardonal — Patrimonio — Patrimonio inmaterial —


Valor.

ABSTRACT

The purpose of this work is to support the immaterial patrimonial status of El


Cardonal Market. This dimension will be studied through the analysis of oral sources
obtained from interviews with experts on patrimony, workers, and customers from El
Cardonal Market to then focus on the study of its social, cultural, and historical value
as fundamental aspects for its possible official immaterial patrimony designation.

KEY WORDS: El Cardonal Market — Patrimony — Immaterial Patrimony — Value.

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INTRODUCCIÓN

“La ciudad es la memoria histórica del pasado. El patrimonio cultural es el


que recoge lo que ella ha sido en el pasado y cómo lo ha proyectado hacia el
presente. La riqueza de ese patrimonio se manifiesta en la arquitectura urbana, la
poesía, la música, lo vernáculo y los bienes materiales que el hombre ha
producido. El ser de una sociedad se manifiesta en la forma en que cautela su
pasado, traducido en el conjunto de las reservas patrimoniales. Ellas determinan la
identidad cultural de una nación, estado o región”1.

Sergio Flores Farías.

Lo anterior, expresado por el profesor Sergio Flores, nos invita a pensar la


ciudad Valparaíso como la construcción recíproca entre el hombre y su medio. Este
puerto alberga de manera excepcional la memoria histórica del pasado expresada
de múltiples formas, a través del permanente diálogo entre lo material y lo inmaterial,
entre lo tangible y lo intangible, que no sólo se manifiesta en sus centenarias
construcciones, sino que también en las relaciones que allí convergen. Tal es el
caso del Mercado El Cardonal, ubicado en la antigua zona El Almendral, área
urbana que en sus inicios fue de carácter periférico y que sólo a partir de 1820, se
integró al trazado urbano de la ciudad. En sus inicios se estableció como un
mercado de abasto público, rodeado de corrales, ganados, bodegas y ranchos que
no tardaron en convertirse, por ejemplo, en la Calle del Peligro, lugar que por su
cercanía al estero de Las Zorras (actual calle 12 de febrero) y a las constantes
inundaciones y anegamientos de sus terrenos producto de la entrada del mar, se
tornaba sumamente peligroso. Aun así, este establecimiento se convertía en el hito
que comunicaba directamente la playa con el cerro. Deliberadamente se diseñó el
trazado de este sector para que su promisoria actividad abarcara unas cuantas

1Jara, Mauricio; Macilla, Pablo (comp.), Sergio Flores Farías: Estudios sobre historiografía, historia
universal e historia regional, 1985-2011, Puntángeles, Universidad de Playa Ancha, 2011, p. 94.

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cuadras circundantes. Esto conllevaría a que posteriormente cada calle adquiriera


su identificación con alguna actividad comercial específica2.

Aunque los orígenes del surgimiento del Mercado El Cardonal como edificio
son difusos, podemos situar su edificación durante la segunda mitad del siglo XIX,
cuya actual versión es posterior al terremoto de 19063, situación que deja de
manifiesto la trascendencia de la memoria colectiva sobre dicho lugar de la ciudad,
en el que se desarrolla una fuerte actividad comercial hasta nuestros días.

La búsqueda de un reconocimiento a su condición patrimonial inmaterial tiene


relación con su permanencia física a través de los años, pero por sobre todo, con el
inigualable valor de las expresiones culturales inmateriales que acoge, ya que, a
pesar de los embates de la naturaleza traducidos en terremotos y en el desgaste
mismo de la edificación del Mercado El Cardonal, éste ha logrado subsistir de la
mano de los deseos del porteño por mantenerlo vivo, cuestión que se ve cristalizada
en las relaciones comerciales de las que es protagonista el ciudadano de Valparaíso
en su diario vivir, donde el intercambio comercial, la antigua idea de “mercar”, va
gestando su identidad cultural.

De este modo, este trabajo está orientado a fundamentar la condición


patrimonial inmaterial del Mercado El Cardonal para su posible puesta en valor,
rescatando su importancia histórica, social y cultural que pervive y que trasciende
la historia de Valparaíso.

Desde el punto de vista de la estructura del trabajo, este se divide en siete


capítulos, la presentación de conclusiones y consideraciones finales, más la
bibliografía y anexos.

2 Álvarez, Luis; Navarro, Verónica, Análisis geo-histórico del espacio urbano del barrio el Almendral,
Valparaíso (entre Av. Argentina y Av. Francia, hacia 1835-1842) en revista geográfica de Valparaíso,
N° 22- 23, pp. 97-121, Valparaíso, 1991- 1992.
3 Castro Rossel, José Alberto, Mercado del Cardonal, Seminario de título para optar al grado de

Arquitecto, Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Universidad de Valparaíso, Chile,


1991, p. 27.

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El capítulo I, se denomina Antecedentes de la Investigación y en él se


abordan el planteamiento del problema, la justificación del mismo y se expone el
Objetivo General y los Objetivos Específicos que darán curso a la investigación.

Mediante el capítulo II, el Marco Metodológico, se dan a conocer las


elecciones metodológicas que nos conducirán al desarrollo y consecución de
nuestros objetivos, así pues, enunciamos el diseño de investigación escogido, el
tipo de estudio y los alcances de nuestra investigación, la relevancia de la historia
oral e historia oral temática para la misma, así como también, los instrumentos que
emplearemos y el área de investigación y justificación, que abarca el presente
estudio.

El capítulo III, el Marco Teórico, expone los fundamentos teóricos de nuestra


investigación, y en este sentido, se aborda la importancia del paradigma
fenomenológico, de la historia social, historia oral e historia de vida, así como
también relevancia que presentan la Geografía Social, Geografía Cultural y las
nociones de Valor, para el desarrollo de la misma.

A través del capítulo IV, denominado Marco conceptual, se expone la


terminología que permite guiar nuestra tesis y sustentar cada concepto en el
desarrollo de la presente investigación. Dentro de éstos, se encuentran los
conceptos de Cultura, Espacio, Lugar, Identidad, Cotidianeidad y Patrimonio.

El capítulo V, el Marco Histórico, se inclina por abordar introductoriamente


una idea histórica de Valparaíso y una breve historia del barrio El Almendral, para
concluir con la presentación de una historia del Mercado El Cardonal.

Finalmente, por medio del capítulo VI, se realiza el análisis de las entrevistas
aplicadas, examinando la información recopilada a través de los instrumentos
aplicados a tres grupos de personas: expertos en patrimonio, trabajadores y clientes
del Mercado El Cardonal.

Finalmente, se presentan las conclusiones de la presente investigación, en


consideración del objetivo general y los objetivos específicos planteados en ella.

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CAPÍTULO I: ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

1.1 Planteamiento del problema

A la fecha, el Mercado El Cardonal, ubicado entre las calles Yungay,


Uruguay, Avenida Brasil y Rawson en el Barrio El Almendral, forma parte de la Zona
de Conservación Histórica de dicho barrio, poseyendo una ficha técnica que lo
nomina como Inmueble de Conservación Histórica, significando esto, que dentro de
una Planificación Territorial, se realzan las características arquitectónicas,
urbanísticas, históricas y culturales de un inmueble que no cuenta con declaratoria
de Monumento Nacional dentro de la categoría de Monumento Histórico.

La ficha técnica del Mercado El Cardonal4 data de julio del año 2005,
consignando que el inmueble no podrá ser demolido o refaccionado sin previa
autorización de la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo correspondiente ni
sin consideración de los valores consignados en ella. Sin embargo, dicha tipificación
no considera un cuidado real directo para con las expresiones culturales
inmateriales5 que allí subyacen. En este sentido, surge nuestra preocupación por el
cuidado de ellas, inquietud que exponemos a lo largo de esta investigación iniciada
en abril y culminada en diciembre del año 2014, en Valparaíso.

En este panorama, problematizamos la investigación en relación a las


siguientes interrogantes: ¿Qué características culturales posee el Mercado El
Cardonal que lo realzan como patrimonio inmaterial de Valparaíso? ¿Cuál es la
percepción de los ciudadanos de Valparaíso respecto del valor patrimonial
inmaterial de este inmueble? ¿De qué forma es posible articular una puesta en valor
del Mercado El Cardonal?.

4 Véase Anexo 1.
5 “El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende
también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a
nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales,
actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas
vinculadas a la artesanía tradicional” Extraído el 20 de noviembre de 2014 desde:
http://www.unesco.org/culture/ich/index.php?lg=es&pg=00002

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1.2 Justificación del problema

Los tiempos actuales llevan al hombre a vivir a una velocidad aumentada,


con una dinámica diseñada por el goce de la tecnología y con cada vez más bajos
niveles de percepción de su entorno próximo. Las expresiones que nos muestra la
ciudad son fruto de generaciones y generaciones, allí evidenciamos los cambios
más recientes, pero también podemos percibir aquello que permanece. Cuando
hablamos de lo que permanece, nos referimos al Patrimonio, ese legado que nos
han dejado nuestros antepasados como reflejo notable de su quehacer, de su
Cultura. Ante esta situación es que nos hemos propuesto la tarea de destacarlo,
ponerlo de relieve para que todos lo vean, para que se recuerde y sea valorado por
la comunidad en su conjunto.

Así pues, existen ciudades que destacan por su belleza y majestuosa


arquitectura. Otras son más pintorescas, de ellas, podemos rescatar las relaciones
humanas y las expresiones culturales que proyectan, su música, sus sabores, sus
colores.

Existe una ciudad, que se emplaza entre una pared accidentada de rocas y
el océano que la golpea incesante. Que se construyó con un desorden armonioso
de casas colgadas de los cerros sobre un trazado irregular y que, con el periódico
avance de la población mar adentro, logró abrirse camino. Este, es un lugar con
infinitas escaleras, donde pesados carros de acero se desplazaron otrora
moribundos sobre adoquines centenarios. Nos referimos a Valparaíso, reconocida
como Patrimonio Mundial de la UNESCO el 2 de julio de 2003.

En este panorama y al existir un trazado oficial del Patrimonio de la


Humanidad de Valparaíso señalado por la UNESCO, han quedado al margen una
serie de otros lugares, zonas, edificios o calles que por su importancia también
manifiestan la historia y peculiaridad de la ciudad, ya sea por su singularidad
arquitectónica o por ser fuente de diversas relaciones humanas. Dentro de este
sector, el Estado y la Municipalidad a través de la Ley de Monumentos Nacionales
y/o la Ley General de Urbanismo y Construcciones, han fijado su atención en

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determinadas edificaciones, zonas, inmuebles, etc., entre los que se encuentra el


Mercado El Cardonal, el cual pese a ser un Inmueble de Conservación Histórica
(ICH), no posee una protección y valorización de la actividad cultural de carácter
patrimonial con que cuenta. En este sentido, se vislumbra la principal preocupación
que mueve nuestra investigación.

El diagnóstico que a simple vista se genera del estado de conservación y


cuidado del patrimonio de nuestra ciudad, deja en evidencia el descuido mayoritario
de éste, sin embargo, dicho descuido -a estas alturas mediático- no se limita
solamente a las zonas protegidas por la UNESCO, sino que también sobre el resto
de la ciudad que cuenta con otros tipos de reconocimiento patrimonial. Fue dentro
este sector que fijamos nuestro interés en segunda instancia, siempre con la idea
del rescate y valorización patrimonial de algún sitio, zona o inmueble que, siendo o
no reconocido oficialmente, presentara algún descuido desde el punto de vista de
su contenido cultural intangible. Así fue como indagamos en ella centrando nuestra
atención en un lugar que representa un valor indiscutible dentro de la ciudad, aquel
corazón que mueve la vida comercial del barrio El Almendral, cuya centenaria
infraestructura es objeto de estudio y dignataria de la fotografía obligada del turista,
pero que sobretodo, corresponde a un edificio que alberga las más originales
relaciones laborales, comerciales y sociales que simultáneamente alimentan y
reflejan la identidad del habitante de Valparaíso. El Mercado El Cardonal, encierra
la memoria del porteño, del barrio y de la ciudad.

Para ello nos hemos planteado los objetivos que se detallan a continuación.

1.3 Objetivos de la investigación

● Objetivo general:
✓ Fundamentar la condición patrimonial inmaterial del Mercado El
Cardonal de Valparaíso para su posible puesta en valor.
● Objetivos específicos:
✓ Identificar las características culturales inmateriales que presenta el
Mercado El Cardonal de Valparaíso.

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✓ Determinar las características patrimoniales inmateriales que presenta


el Mercado El Cardonal de Valparaíso.
✓ Conocer la percepción de los expertos en patrimonio, trabajadores y
clientes del Mercado El Cardonal acerca de su posible reconocimiento
patrimonial inmaterial oficial.
✓ Analizar la precepción de los expertos en patrimonio acerca de una
posible puesta en valor del Mercado El Cardonal.

1.4 Preguntas de investigación

Para llevar a cabo este estudio, ha sido necesario plantearse las siguientes
preguntas de investigación:

 ¿Qué características culturales posee el Mercado El Cardonal que lo realzan


como patrimonio inmaterial de Valparaíso?
 ¿Cuál es la percepción de los ciudadanos de Valparaíso respecto al valor
patrimonial inmaterial de este inmueble?
 ¿De qué forma es posible articular una puesta en valor del Mercado El
Cardonal?

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CAPÍTULO II: MARCO METODOLÓGICO

El siguiente capítulo tiene como propósito exponer la metodología utilizada a


lo largo de la presente investigación, siendo ésta de tipo cualitativa y descriptiva-
exploratoria, abordada a partir de un diseño etnográfico-fenomenológico, cuyo
objetivo es fundamentar procedimentalmente la condición patrimonial inmaterial del
Mercado El Cardonal para proyectar su posible puesta en valor.

2.1 Metodología de la investigación cualitativa

En primera instancia, la metodología de investigación cualitativa va a


diferenciarse de la cuantitativa en el modo en que estudia al objeto y porque
principalmente es una metodología que se utiliza en las ciencias sociales,
abocándose a describir la realidad de las personas, haciendo hincapié en el
comportamiento del hombre y los fenómenos que lo envuelven. La investigación
cualitativa, “tiene significados diferentes en cada momento. Una primera definición
aportada por Denzin y Lincoln destaca que es multimetódica en el enfoque, implica
un enfoque interpretativo, naturalista hacia su objeto de estudio. Esto significa que
los investigadores cualitativos estudian la realidad en su contexto natural, tal y como
sucede, intentando sacar sentido de, o interpretar, los fenómenos de acuerdo con
los significados que tienen para las personas implicadas”6.

Es por esto que para nuestra investigación es de vital importancia tal


metodología, ya que estudiaremos tanto la realidad de las personas que se
relacionan cotidianamente con el Mercado El Cardonal, así como a quienes poseen
conocimientos avanzados acerca de él y la temática patrimonial, por medio de la
aplicación de entrevistas, las cuales serán analizadas bajo ciertos objetivos y
criterios, en las que la información recabada nos permitirá proyectar una puesta en
valor del patrimonio inmaterial que envuelve el Mercado El Cardonal.

6Rodríguez Gómez, Gregorio, et., al, Metodología de la investigación cualitativa, Archidona, España,
1999, p. 32.

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En la línea que adoptaremos es importante tratar cómo las personas que


habitan, viven y protagonizan el devenir del Mercado El Cardonal se relacionan con
su entorno cotidiano, las historias que hay detrás de cada uno de ellos y cómo
valoran el espacio que le es propio. Es por esto que no serviremos de este método
investigativo, pues “la investigación cualitativa implica la utilización y recogida de
una gran variedad de materiales – entrevista, experiencia personal, historias de
vida, observaciones, textos históricos, imágenes, sonidos – que describen la rutina
y las situaciones problemáticas y los significados en la vida de las personas” 7. Por
lo tanto, quien investigue va a considerar una perspectiva completa, holística del
individuo, grupo de personas y los espacios en que se desarrollan.

2.1.1 Fenomenología

Debemos comenzar señalando que la fenomenología se aboca “a la simple


descripción de los fenómenos en sí mismos, entendiendo por éstos no los sucesos
físicos, sino los hechos significantes (…) para Husserl la fenomenología es un
método de análisis de la vida consciente (…) otros, como Heiddeger o Merle-au-
Ponty, desarrollaron una fenomenología existencial entendida como análisis de la
experiencia humana en su concreción vital”8.

Para Edmund Husserl, por cuya forma de darle uso a este paradigma nos
hemos inclinado, la fenomenología corresponde a “una ciencia, un nexo de
disciplinas científicas. Pero, a un tiempo, y ante todo, ‘fenomenología’ designa un
método y una actitud intelectual: la actitud intelectual específicamente filosófica; el
método específicamente filosófico”9. Siguiendo su planteamiento, la persona está
como cosa perteneciente al mundo y vive sus propias experiencias, ambas están
insertas, de modo quizás indeterminado, en una realidad a la que pertenecen, por

7Ibíd.
8Giner, S, et., al, Diccionario de sociología, p. 1.
9Husserl, Edmund. La idea de la fenomenología, p. 6.

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decirlo de otro modo, como “yo tengo este fenómeno10; es el mío”11, por lo que, la
experiencia que propiamente vive una persona, le pertenece como tal. La
fenomenología busca esclarecer el conocimiento de algo, su esencia pura,
profundizar en cada posibilidad de que ocurran las experiencias, como actos de la
conciencia, manifestaciones, conocimientos como fenómenos que ocurren.

Para Husserl, en resumidas cuentas, este camino o método permite acceder


a la región de la conciencia, a su dimensión propiamente tal. Lo que envuelve a las
personas y su conciencia es totalmente desconocido. Por este motivo, nos servimos
de tal metodología para poder indagar en las profundidades de la conciencia de las
personas, en sus memorias tanto individuales como colectivas para fundamentar la
condición patrimonial inmaterial de un inmueble, desde el sentido de identidad que
posean y el de pertenencia al lugar.

La fenomenología, nos permitirá entonces, conocer el significado que las


personas que viven, habitan y se relacionan con el Mercado El Cardonal le otorgan
a las experiencias que protagonizan en su interior.

2.2 Diseño de la investigación

El diseño de investigación permite al investigador planificar o forjar un plan


para ir dando respuesta a las preguntas que se vaya realizando a medida que
avance el estudio y de esta manera, permitiéndole justificar la hipótesis, o, en
nuestro caso, las preguntas de investigación.

2.2.1 Diseño de investigación cualitativa

Primeramente, para entender lo que indicamos con el diseño, podemos


señalar que éste “se refiere a un abordaje general que se utiliza en el proceso de

10De acuerdo al Diccionario del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, indica que
“Husserl llama fenómeno a distintas ‘cosas’. En primer lugar, es un acto de conciencia en el cual
‘aparece’ algo (en el más amplio sentido de este término), un acto de conciencia que tiene algo como
su objeto, en el cual algo ‘se representa’, ‘se exhibe’ (…) por otra parte, fenómeno significa el parecer,
lo que aparece. Extraído el 20 de julio de 2014 desde:
http://www.filosoficas.unam.mx/~zirion/BDDIC.pdf
11Ibídem, p. 20.

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Manzo, C. Ruz.

investigación, es más flexible y abierto, y el curso de las acciones se rige por el


campo (los participantes y la evolución de los acontecimientos), de este modo, el
diseño se va a ajustando a las condiciones del escenario o ambiente” 12. Sin
embargo, teniendo en cuenta que existen distintos tipos de diseños cualitativos, que
tienen características que se pueden complementar, nosotros nos ceñiremos al
diseño etnográfico y fenomenológico, ya que es necesario señalar que respecto a
los diseños de investigación “no existe una clara separación (…) ya que la mayoría
de los estudios toma elementos de más de uno de éstos, es decir, se yuxtaponen”13.

El diseño etnográfico como propósito busca “describir y analizar ideas,


creencias, significados, conocimientos y prácticas de grupos, culturas y
comunidades. Incluso pueden ser muy amplios y abarcar la historia, la geografía,
los subsistemas socioeconómico, educativo, político y cultural de un sistema social
(rituales, símbolos, funciones sociales, parentesco, migraciones, redes, entre
otros)14. En nuestra investigación, analizaremos a sujetos de un sitio determinado,
siendo este sitio el Mercado El Cardonal, tomando en cuenta el contexto, el lenguaje
usado a diario por sus trabajadores, los valores, conocimientos y creencias que
éstos posean y sobre todo, las interacciones sociales que se producen allí, ya que
nuestro estudio tiene como fin promover una posible puesta en valor del patrimonio
cultural inmaterial que se forma en el Mercado.

Por otro lado, el diseño fenomenológico está enfocado en “las experiencias


individuales subjetivas de los participantes”15, apuntan a las experiencias vividas por
los sujetos de determinado estudio, personas, grupos, comunidades respecto a los
fenómenos que los rodean. Algunas de las características de la fenomenología
como diseño son:

 “Se pretende describir y entender los fenómenos desde el punto de vista


de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente.

12 Salgado Lévano, Ana Cecilia, Investigación cualitativa: diseños, evaluación del rigor metodológico
y retos, en Revista Liberabit, pp. 71-78, Lima, Perú, 2007, p. 72.
13 Ibíd.
14Ibíd.
15 Ibídem, p.3.

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 Se basa en el análisis de discursos y temas específicos, así como en la


búsqueda de sus posibles significados.
 El investigador confía en la intuición y en la imaginación para lograr
aprehender la experiencia de los participantes.
 El investigador contextualiza las experiencias en términos de su
temporalidad (tiempo en que sucedieron), espacio (lugar en que
ocurrieron), y el contexto relacional (los lazos que se generaron durante
las experiencias).
 Las entrevistas, grupos de enfoque, recolección de documentos y
materiales e historias de vida se dirigen a encontrar temas sobre
experiencias cotidianas y excepcionales”16.

Las características de los dos tipos de diseños expuestos reflejan


complementariamente parte de lo que es nuestra investigación. El diseño
etnográfico da cuenta de una interdisciplinariedad que permite que nos movamos
en distintas áreas, la Historia, Geografía, inclusive, la Antropología; darle énfasis a
los valores culturales, tradiciones y costumbres, mientras que el diseño
fenomenológico, de manera holística, responde a la interrogante del significado de
alguna experiencia vivida por determinadas personas, grupos y/o comunidades.

2.3 Tipo de estudio: alcances de la investigación.

Al momento de embarcarnos en nuestra investigación, es necesario adoptar


ciertas estrategias que fijen algunos lineamientos sobre el tratamiento del tema. En
este sentido, existen ciertos alcances a los que se proyectan los tipos de estudio.
Para definir los alcances de nuestra investigación es preciso en primer lugar
reconocer dos cosas: el estado actual de conocimiento sobre el tema, y la
perspectiva que nosotros imprimimos a dicho trabajo.

Los estudios exploratorios son definidos cuando el problema de investigación


está poco estudiado o cuando se quiere familiarizar con aquello. Es por esto que el
estado actual de conocimiento sobre el tema nos hace adoptar el camino de un

16Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

estudio de carácter Exploratorio, esto porque se presentan “guías no investigadas


e ideas vagamente relacionadas con el problema de estudio”17, es decir, respecto a
la relación valor y patrimonio, y específicamente a la idea de puesta en valor del
patrimonio inmaterial que se produce en el Mercado. Es según lo anterior, que
nuestro trabajo justifica el carácter Exploratorio, ya que, si bien, el tratamiento al
tema del Patrimonio es abordado en diferentes oportunidades, tanto nuestro objeto
de estudio, el Mercado El Cardonal, como nuestro objetivo capital, una
fundamentación patrimonial inmaterial para su posible puesta en valor, no han sido
trabajadas, lo que constituye una nueva perspectiva de tratamiento, aspecto que
también se inscribe como Descriptivo.

Por definición, “los estudios descriptivos conciernen y son diseñados para


describir la distribución de variables, sin considerar hipótesis causales o de otro
tipo”18. De ellos se derivan frecuentemente eventuales hipótesis de trabajo
susceptible de ser verificadas en una fase posterior.

Por otra parte, nuestro trabajo tiene como principio especificar características
del patrimonio inmaterial que se encuentran expresadas en el Mercado El Cardonal,
al mismo tiempo que buscamos “recoger información conjunta sobre los conceptos
o las variables a los que se refieren”19, lo que se reconoce justamente como un
estudio de tipo Descriptivo. Este tipo de estudio nos parece útil, pues nos permite
mostrar con precisión las diferentes aristas de nuestro objeto de estudio, es decir,
abordar amplias dimensiones que encierra el concepto de Patrimonio y
especialmente integrar las características de Valor. Asimismo, los conceptos en
tratamiento han sido considerados con independencia para un mejor entendimiento,
manteniendo amplio conocimiento del área que nos permita responder con claridad
a nuestras preguntas de investigación.

17 Hernández Sampieri, Roberto, et al. Metodología de la investigación, México, 2010, p. 79.


18 Ibíd., p. 85.
19 Ibíd., p. 80.

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2.4 Historia Oral e Historia Oral Temática

El estudio de la cotidianeidad, en su singularidad y excepcionalidad, de


quienes viven, habitan y protagonizan la dinámica que se desarrolla al interior y en
los lindes del Mercado El Cardonal, será llevado a cabo por medio de una
aproximación cualitativa a dicha cotidianeidad a partir de los testimonios de la
escena no-tradicional, el que será mediado por la utilización de Historia Oral. Más,
no nos ceñiremos a la Historia Oral sólo por falta de fuentes oficiales que nos
permitan el estudio de nuestro objeto investigativo, ni porque queramos escribir una
historia reivindicativa de lo “no-contado”, esa “historia desde abajo”, sino que más
bien haremos uso de ella entendiéndola como un método que nos permite
complementar la bibliografía existente en torno al Mercado El Cardonal a partir de
la construcción de fuentes desde la oralidad, tratando de profundizar en la búsqueda
de los testimonios de quienes han vivenciado personalmente y hasta
generacionalmente la historia de este lugar, enriqueciendo de manera excepcional
su estudio. De esta forma, echaremos mano a estos testimonios a través de un
procedimiento directo, es decir, una investigación directa, acompañada de una
recopilación amplia y sistemática en el campo de ubicación de las fuentes vivas a
las que se recurrirá20.

Es por esto que buscaremos asidero dentro de las opciones que nos ofrece
la Historia Oral, a través de la construcción de fuentes por medio de lo que se
conoce como Historia Oral Temática.

Este rango de cobertura, el de la Historia Oral Temática, se dedicará al


estudio del Mercado El Cardonal y su valor patrimonial inmaterial a partir de los
testimonios que se recolectan por medio de la vía directa e intensiva a partir de la
realización de una entrevista semi-estructurada, en el contexto de la actividad
comercial que se desarrolla en el Mercado El Cardonal de Valparaíso. Ésta, estará
dirigida a los trabajadores que allí se han dedicado generacionalmente al oficio del
comercio, a los clientes que con frecuencia concurren o han concurrido a

20
Galindo Cáceres, Jesús, Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Addison
Wesley Longman, Pearson Education, México, 1998, p. 14.

25 | P á g i n a
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abastecerse, así como también a los académicos y expertos que tienen una
vinculación, desde el punto de vista docto, con este sitio inmueble, pretendiendo
recolectar testimonios personales, tradiciones orales, y experiencias individuales y
colectivas.

La utilización de esta técnica, la Historia Oral Temática, estará orientada a


recoger el ámbito subjetivo en la experiencia socio-histórica de los protagonistas de
la cotidianeidad que buscamos captar, y que se desarrolla en torno al agitado y
dinámico centro de intercambio comercial emplazado en el barrio El Almendral de
Valparaíso. Es por ello, que la recolección y análisis de los testimonios de quienes
integran y protagonizan el diario vivir de este lugar, nos introducen al conocimiento
de la experiencia personal y colectiva de la cotidianeidad de este enclave comercial,
inserto en el corazón de una de las zonas comerciales más potentes de Valparaíso,
y en este sentido, resultan fundamentales para lograr, por una parte, la
reconstrucción de la cotidianeidad que buscamos representar y exponer en esta
investigación y, por otra, identificar el valor patrimonial inmaterial que a éste se le
otorga.

El binomio subjetividad-objetividad que pudiera surgir a partir de la utilización


de la técnica de la Historia Oral Temática, inscrita en el método de la Historia Oral,
será atenuado por medio de la complementación de estos testimonios con la
información disponible en las otras fuentes historiográficas oficiales que se han
hallado y que aquí emplearemos21.

2.5 Instrumentos

Para recabar la información necesaria que requiere nuestra investigación,


utilizaremos como instrumento la entrevista cualitativa, la que es entendida por las
ciencias sociales como “un intercambio oral entre dos o más personas con el
propósito de alcanzar una mayor comprensión del objeto de estudio, desde la

21 Rodríguez García, A.M.; Luque Pérez, R.M.; Navas Sánchez, A.M. Usos y beneficios de la historia
oral. Reidocrea, Volumen 3, Ed. Universidad de Granada, 2014. p.195. Disponible en
http://hdl.handle.net/10481/32326 .

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perspectiva de la/s persona/s entrevistada/s”22. Otra definición de ésta, es la que


nos entrega Jacqueline Dussaillant, quien nos señala que la entrevista cualitativa
“es un método que sirve para recabar información, y que adopta la forma de una
conversación entre al menos dos personas, un entrevistador y un entrevistado” 23.
También nos encontramos con Ileana Vargas, quien afirma que la entrevista es “una
conversación, es el arte de realizar preguntas y escuchar respuestas”24, agregando
que “la entrevista cualitativa permite la recopilación de información detallada en vista
de que la persona que informa comparte oralmente con el investigador aquello
concerniente a un tema específico o evento acaecido en su vida”25.

Vargas indica que para Luca y Berríos las características que distinguen a la
entrevista cualitativa son:

I. “La entrevista cualitativa es una extensión de una conversación normal


con la diferencia que uno escucha para entender el sentido de lo que
el entrevistador dice.
II. Los entrevistadores cualitativos están inmersos en la comprensión, en
el conocimiento y en la percepción del entrevistado más que en
categorizar a personas o eventos en función de teorías académicas.
III. Tanto el contenido de la entrevista como el flujo y la selección de los
temas cambia de acuerdo con lo que el entrevistado conoce y
siente”26.

En relación a las ventajas de este instrumento nos encontramos con que


“permite obtener datos e información de primera fuente, datos que en ciertas
ocasiones no es posible obtener de otro modo, e incluso datos que se ajustan

22 Meneses Julio, Rodríguez David, El cuestionario y la entrevista, Barcelona, España, p. 34.


23Dussaillant, Jacqueline, Consejos al investigador. Guía práctica para hacer una tesis. Santiago,
Chile, 2006, p. 48.
24 Vargas Jiménez, IIeana, La entrevista en la investigación cualitativa: nuevas tendencias y restos,

en Revista Calidad en la Educación Superior, volumen 3, N° 1, Costa Rica, 2012, pp. 119-139, p.
121
25 Ibídem., p. 123.
26Ibíd. citando a Lucca, N. Berríos, R, Investigación cualitativa, fundamentos, diseños y estrategias.

Colombia, 2003.

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Manzo, C. Ruz.

exactamente a nuestros requerimientos”27, asimismo, “permite captar los elementos


periféricos de las respuestas verbales, que le confieren un sentido amplio:
reacciones, gestos, etc. (...)”28, y “permite reconstruir hechos pasados a los cuales
no sería posible acceder de otra manera”29.

En cuanto a las desventajas que ésta presentaría, se considera como


problemática la posibilidad que “la calidad de las respuestas esté sujeta a factores
externos y no a la capacidad real del entrevistado para responder” 30. A esto se
sumaría que “la entrevista opera según la lógica omnicomprensiva del investigador,
quien asume que puede traducir el discurso del entrevistado y obtener la
información o el sentido deseado, y la realidad que capta está mediatizada
subjetivamente por el discurso del sujeto entrevistado”31.

El tipo de entrevista que utilizaremos en nuestra investigación es la entrevista


semi-estructurada, la cual será descrita en el siguiente apartado.

2.5.1 Entrevista semi-estructurada

En este tipo de entrevista el investigador realiza, previamente, un trabajo de


planificación de la misma, elaborando un guion que determine aquella información
temática que quiere obtener. Es decir, confecciona una batería de preguntas que le
sirvan para guiar la entrevista así como también cumplir con los objetivos
propuestos para la investigación. Ahora bien, a diferencia de una entrevista
estructurada, las preguntas que se realizan son abiertas, es decir, “se permite al
entrevistado la realización de matices en sus respuestas que doten a las mismas de
un valor añadido en torno a la información que den. Durante el transcurso de la
misma se relacionarán temas y se irá construyendo un conocimiento generalista y
comprensivo de la realidad del entrevistado”32. Dentro de las recomendaciones que

27Dussaillant, Jacqueline, Consejos al investigador. Guía práctica para hacer una tesis. Santiago,
Chile, 2006, p. 48.
28 Pérez, Fidel, La entrevista como técnica de investigación social. Fundamentos teóricos, técnicos

y metodológicos, Caracas, Venezuela, 2009, p. 9.


29 Ibíd.
30Dussaillant, Jacqueline, op. cit., p. 48.
31 Pérez, Fidel, op. cit., p. 104.
32 Ibíd.

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indican los expertos, nos encontramos con que el investigador debe mantener un
alto grado de atención en las respuestas del entrevistado para poder interrelacionar
los temas y establecer dichas conexiones.

2.5.2 Modelos de entrevistas semi-estructurada y objetivos específicos


a considerar a partir de los instrumentos

2.5.2.1 Expertos en patrimonio

Datos del entrevistado

Nombre:

Cargo:

OBJETIVO PREGUNTA

1. Dilucidar si los expertos a. ¿Qué otros lugares de la ciudad de Valparaíso


consideran que existen podrían obtener una valoración patrimonial además de
otras áreas, lugares o los reconocidos por el Estado de Chile y la UNESCO?
inmuebles de la ciudad, al
margen de las oficialmente
reconocidas por la
UNESCO y por el Estado
de Chile, susceptibles de
una puesta en valor oficial.

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2. Conocer la percepción b. ¿Cree que el Mercado El Cardonal posee un valor


que tienen los expertos del cultural para la comunidad de Valparaíso que amerite
Patrimonio sobre una un reconocimiento patrimonial por parte del Estado?
posible puesta en valor del ¿Por qué?
Mercado El Cardonal.

c. ¿Qué beneficios le reportaría a la realidad del


Mercado El Cardonal lograr un reconocimiento del
Estado a su patrimonio inmaterial?

d. Frente a la tendencia de crecimiento urbano y


surgimiento de nuevas edificaciones comerciales que
en las últimas décadas se han desarrollado en el barrio
el Almendral ¿Qué dificultades se proyectan para esta
área?

e. ¿De qué forma es posible efectuar una puesta en


valor para el Mercado El Cardonal?

2.5.2.2 Entrevista a trabajadores del Mercado El Cardonal

Datos del entrevistado

-Nombre:

- Ocupación:

- Años de permanencia:

OBJETIVO PREGUNTA

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1. Identificar la a. Como trabajador, ¿tienen alguna festividad


dimensión inmaterial del o fecha importante que celebren?
patrimonio del Mercado El ¿Cuáles?
Cardonal. b. ¿Qué costumbres poseen ustedes como
comunidad que habita el Mercado El
Cardonal?
c. Cada oficio tiene un lenguaje propio ¿Qué
palabra o expresión identifica usted como
propia?
d. ¿Conoce usted algo destacable de la
historia del Mercado El Cardonal? ¿Qué?
e. ¿Cuál es el significado del nombre del
Mercado El Cardonal?
2. Conocer la valoración f. ¿Cree usted que el Mercado es parte
que otorgan los importante de la historia de la ciudad de
trabajadores al Mercado El Valparaíso? ¿Por qué?
Cardonal. g. ¿Qué valor o significado tiene para usted el
Mercado El Cardonal?
h. ¿Qué importancia cree que tiene el
Mercado El Cardonal dentro de la ciudad
de Valparaíso?
3. Conocer la percepción i. ¿Considera usted que el Mercado el
de los trabajadores del Cardonal es merecedor de ser valorado por
Mercado El Cardonal su patrimonio inmaterial por parte del
acerca su posible Estado o la Alcaldía? ¿Por qué?
reconocimiento patrimonial j. ¿Cree usted que un reconocimiento al
oficial. patrimonio inmaterial del Mercado El
Cardonal por parte del Estado o de la
alcaldía, traería beneficios al Mercado y a
su comunidad? ¿Por qué?

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2.5.2.3 Entrevista a clientes del Mercado El Cardonal

- Fecha:

1. Conocer la valoración a. ¿Considera usted que el Mercado refleja


que hacen los clientes al la identidad de los ciudadanos de
Mercado El Cardonal. Valparaíso? ¿Por qué?

b. ¿Qué valor o significado tiene para usted


el Mercado El Cardonal?

c. ¿Qué importancia cree que tiene el


Mercado El Cardonal dentro de la ciudad
de Valparaíso?

2. Conocer la percepción
d. ¿Considera usted que el Mercado el
de los clientes del
Cardonal merece ser valorado por su
Mercado El Cardonal
patrimonio inmaterial por parte del Estado o la
acerca de su posible
Alcaldía? ¿Por qué?
reconocimiento
patrimonial oficial.

2.5.3 Los sujetos de estudio

Como se mencionó anteriormente, nuestra investigación es de tipo


cualitativo, por lo tanto, no hablaremos de una muestra al momento de referirnos a
nuestros entrevistados, más bien serán considerados como sujetos de estudio,
puesto que la noción de muestra corresponde a un tipo de investigación cuantitativa.

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Siguiendo a Patricia Iturra, nuestros sujetos de estudio son una muestra


estructural y no estadística, dado que “se impone la profundidad sobre la extensión
y la muestra se reduce en su amplitud numérica, y se explicitan los criterios
conceptuales para su escogencia, según su relevancia para los objetivos de la
investigación”33. Éstos, fueron elegidos por sus particulares conocimientos,
experiencias y opiniones relacionadas con nuestro estudio. Cabe destacar que los
sujetos de estudio en cada instrumento serán distintos, motivo por el cual se
confeccionaron tres modelos de entrevistas destinadas a tres grupos de personas
con distinto tipo de conocimiento y relación respecto al Mercado El Cardonal.

En el caso de la entrevista semi-estructurada para los expertos en


Patrimonio, los sujetos de estudio serán 10 personas que se desempeñen en alguna
área relacionada con el patrimonio y que conozcan las condiciones actuales del
Mercado.

Respecto la entrevista semi-estructurada para los trabajadores, los sujetos


de estudio serán 20 personas que se desempeñen como trabajadores dentro del
Mercado, ya sea como pilastreros, guardias, garzones, cocineros u otra labor, y que
además tengan una permanencia en el lugar igual o mayor a 5 años, considerando
que a nuestro criterio una persona que se mantiene durante ese tiempo o más, tiene
posibilidades de conocer de la historia del lugar, su idiosincrasia y, por lo tanto,
puede generar una opinión de acuerdo a los conocimientos acumulados durante
dicho periodo.

Finalmente, la entrevista semi-estructurada para los clientes, tendrá como


sujeto de estudio un total de 20 personas que sean compradores habituales del
Mercado El Cardonal.

33 Patricia Iturra citando a Marinez M. Miguel en La investigación Cualitativa, Síntesis Conceptual


Revista IIPSI, Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Vol. 9, N°
1, Lima, Perú.

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2.6 Área de investigación y justificación

El área de investigación histórica que hemos escogido, se inserta dentro del


Barrio el Almendral, cuya definición estuvo desde un principio dada por diferentes
accidentes naturales, en primer lugar, el “Estero de Jaime o de las Piedrecillas por
el oeste (actual Avenida Argentina), por el norte el borde Playa (entre calle Yungay
y Av. Brasil actuales), por el sur el anfiteatro de cerros que encierra el sector
denominado de La Rinconada (actual Av. Hontaneda)”34. Esta zona se fue
conformando dentro la ciudad “de acuerdo al patrón de crecimiento que ha tenido
Valparaíso en sentido este-oeste y, de acuerdo al principio de Avance-Detención-
Avance, sobre los interfluvios adyacentes”35 y, a pesar de que en la actualidad se
halla incluido dentro de la trama urbana de la ciudad de Valparaíso, en un principio
“su ubicación histórica fue periférica, y sólo a partir de 1820 comenzó a formar parte
de la ciudad, integrándose urbanísticamente. Los documentos analizados
comprueban que a partir de esta fecha se produjo un crecimiento urbano en el área
del Almendral, lo que se manifestó a través de la apertura de calles, de espacios
ganados al mar y a los esteros”36.

Dentro de esta área, nos abocaremos al estudio del espacio que ocupa
actualmente el legendario Mercado El Cardonal de Valparaíso, paño que se ubica
entre las calles Yungay, Uruguay, Avenida Brasil y Rawson, cuya última
reconstrucción se inicia en 1912, decimos última ya que este inmueble y neurálgico
punto de abastecimiento de frutas y verduras de la ciudad, ha sido objeto de
construcciones y reconstrucciones, inclusive siendo reubicado dentro del mismo
Barrio el Almendral, con motivo de diferente eventos (como el devastador terremoto
de 1906) desde sus inicios, que datan de 1876, momento de la primera construcción
del inmueble.

34 Álvarez, Luis; Navarro, Verónica. Análisis geo-histórico del espacio urbano del Barrio Almendral,
Valparaíso (entre Av. Argentina y Av. Francia, hacia 1835-1842), Revista Geográfica de Valparaíso,
N° 22-23, Valparaíso, 1991-1992, p. 98.
35 Ibídem., p. 100.
36 Ídem.

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En este sentido, su elección dice relación con la evidente importancia


histórica que detenta esta antigua feria de abastos y, actual mercado de comercio
mayorista y al menudeo, en su primer piso, de frutas y verduras, y en su segundo
nivel, de comidas típicas y platillos confeccionados en restoranes y cocinerías
populares. Así pues, se constituye como uno de los principales protagonistas de
este histórico sector comercial de la ciudad, que a un siglo de su última
reconstrucción, aún perviven en la zona y, a la vez, como testigo del crecimiento
urbano de la ciudad y como objeto de resistencia y conservación frente a la
modernización del Barrio el Almendral y la irrupción de nuevos entes comerciales
(bajo las lógicas del comercio formal) que han surgido en el sector durante el
transcurso de las últimas décadas37.

37 Véase Anexo 2.

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CAPÍTULO III: MARCO TEÓRICO

En este capítulo se darán a conocer los lineamientos teóricos que sustentan


nuestro trabajo de investigación. Para ello nos apoyamos en las posibilidades de
análisis que nos reporta el paradigma fenomenológico y acudimos al amplio enfoque
que nos entrega la historia social, en concordancia con la historia oral y la historia
oral temática, sin descuidar el uso de la geografía social y la geografía cultural como
pilares teóricos para el desarrollo de nuestra investigación.

3.1 ¿Qué es un paradigma?

Para determinar el sustento teórico de una investigación es necesario


explicar con anterioridad la noción de paradigma, y para ello mencionaremos al
principal exponente del concepto, así como algunas características de su obra y la
importancia que reviste la misma para el presente estudio.

El origen del término ‘paradigma’ “viene del griego paradeigma que significa
‘ejemplo’ o ‘modelo’. La noción de paradigma es de origen antiguo en la historia del
pensamiento filosófico, ya había sido usado por Platón en el sentido de ‘modelo’ y
por Aristóteles como sinónimo de ‘ejemplo’” 38. Durante el siglo XX, quien tomará
este término nuevamente será el historiador estadounidense Thomas Kuhn,
reflexionando sobre las diferencias existentes entre científicos naturales y científicos
sociales y el papel de la investigación científica. Kuhn va a llamar “paradigmas” a
las “realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”39.

Por otra parte, tomando en cuenta la perspectiva planteada por Alfredo


González Morales a través de un compendio de los postulados de Kuhn, tenemos
que la noción de paradigma es “aquella que da una imagen básica del objeto de una
ciencia, define lo que debe estudiarse, las preguntas que es necesario responder,

38 Gallastegui, Joaquín, Las ciencias sociales. Explicar o comprender, Valparaíso, Chile, 2012, p. 80,
citando a Corbetta.
39 Kuhn, Thomas, La estructura de las revoluciones científicas, México, 1971, p. 12.

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Manzo, C. Ruz.

o sea, los problemas que deben estudiarse y qué reglas han de seguirse para
interpretar las respuestas que se obtienen (…)”40. En este punto podemos señalar
que el paradigma permite vislumbrar la imagen de lo que estudiaremos, para así
definirlo, establecer interrogantes en torno a él, plantear problemas y luego
resolverlos, entendiendo que la noción de paradigma “significa una cosmovisión del
mundo compartida por una comunidad científica; un modelo para situarse ante la
realidad, interpretarla y darle solución a los problemas que en ella se presentan” 41.

Sin embargo, los paradigmas a pesar de ser modelos para plantear


problemas y soluciones aprobados por la generalidad de la comunidad científica, en
ocasiones no han logrado dar respuestas a todos los hechos investigados, al
respecto, Joaquín Gallastegui nos advierte que “lo que se investiga está
determinado por un paradigma. Pero resulta que éste resulta insuficiente; nuevos
hechos, resultados contradictorios de la teoría, etc., llevan a percibir una anomalía
como tal anomalía. Los científicos de la comunidad, empiezan a ver insuficiencias
dependientes del paradigma que antes no eran percibidas o desechadas. Se
produce entonces una crisis que sólo terminará con la aparición de un nuevo
candidato a paradigma, cuyo desarrollo supondrá un nuevo período de ciencia
normal”42. Es por ello que existen tres paradigmas generales utilizados en las
ciencias sociales: el paradigma positivista, el paradigma comprensivo-interpretativo
y el paradigma crítico. En nuestro caso, y para efectos del presente estudio, hemos
resuelto acudir al sustento teórico que nos aporta el paradigma fenomenológico,
que contempla matices de lo que se trata nuestra investigación.

3.1.1 Paradigma fenomenológico

Dentro de los antecedentes históricos de la construcción del paradigma


fenomenológico, se encuentra la fenomenología, el interaccionismo simbólico-

40 González Morales, Alfredo, Los paradigmas de investigación en las ciencias sociales, Revista
ISLAS N° 45, pp. 125-135, Cuba, 2003, p. 125.
41 Ibíd.
42Gallastegui, Joaquín, op. cit., p. 81.

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interpretativo, la etnografía y la antropología, entre otros43. Así también, podemos


señalar que, dentro de las diferentes corrientes filosóficas que han contribuido a su
desarrollo en los inicios del siglo XX, “en primer lugar, fue la escuela alemana con
Dilthey, Husserl, Baden la impulsora de estos presupuestos [.] También autores
como Mead, Berger, Lukman y Blumer. (…) Posteriormente en Inglaterra a partir de
los años 70 alcanza un reconocimiento por medio de la obra de McDonald (1983);
Stenhouse (1987); Walker (1989); Elliot (1990); etc.”44. No obstante, “las raíces de
la fenomenología hay que situarlas en la escuela de pensamiento filosófico creada
por Husserl (1859-1938) en los primeros años del siglo XX. Según Husserl, la tarea
de la filosofía fenomenológica es constituir la filosofía como una ciencia rigurosa, de
acuerdo con el modelo de las ciencias físico-naturales de siglo XIX, pero
diferenciándose ésta de su carácter puramente contemplativo”45. Y aunque la
fenomenología, fue abordada en primera instancia por Lambert, será Husserl quien
le dará un enfoque filosófico. Para él, la fenomenología es “el estudio vivencial de
la realidad, estudiando el fenómeno a objeto de comprenderlo, descubriendo su
esencia, su naturaleza, tal y como es experimentado”46.

Como ya se ha enunciado, hemos privilegiado para efectos de nuestra


investigación, el planteamiento filosófico de la fenomenología como estudio
vivencial de la realidad que realiza Husserl. Lo anterior, considera que el enfoque
fenomenológico se inserta dentro de la tradición simbólica-interpretativa y surge
como alternativa al paradigma empírico-analítico, ya que la investigación
cuantitativa atiende de manera óptima problemáticas que se encuentran fuera de la
comprensión de la realidad interna, idealista y humana47, a las que justamente se
aboca el paradigma fenomenológico, inscrito dentro de la investigación cualitativa

43Ricoy Lorenzo, Carmen, Contribución sobre los paradigmas de investigación, en revista Educación
Revista del Centro de Educación, vol. 31, n° 1, 2006, p. 16, disponible en
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=117117257002
44Capítulo I, Investigación Acción, p. 38. Internet, extraído el 26 de agosto de 2014 desde:

http://dme.unab.cl/didd/wp-content/plugins/downloads-manager/upload/Investigacion_Accion.pdf
45Rodríguez Gómez, Gregorio, et., al, Metodología de la investigación cualitativa, p. 40.
46Ibídem, p. 10.
47Capítulo I, Investigación Acción, p. 38. Internet, extraído el 26 de agosto de 2014 desde:

http://dme.unab.cl/didd/wp-content/plugins/downloads-manager/upload/Investigacion_Accion.pdf

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que aquí enunciamos, cuyos principales pilares de indagación –podemos


simplificar- son la descripción, interpretación y la construcción de sentido.

3.2 Historia Social, Historia Oral e Historia de Vida

Para alcanzar el objetivo central que nos hemos propuesto en el presente


estudio, resulta pertinente acudir al amplio enfoque teórico que nos ofrece la Historia
Social. Al respecto, se hace preciso realizar un preámbulo donde nos detengamos
brevemente en la explicación de las dos visiones que se generan en torno a la
Historia Social, y en este sentido, advertir por cual nos inclinamos.

La primera, sostiene que la Historia Social abarca el estudio de todas las


dimensiones de la sociedad, y por ende, el tratamiento de la historia en su totalidad.
Los fundadores de la Escuela de los Anales bogan en esta dirección, es así como
Lucien Febvre, por una parte, y George Duby, por otra, exponen que la Historia
Social no corresponde a una rama específica de la historia como disciplina, ya que
su objeto de estudio es el hombre en sociedad, y por lo tanto, toda la actividad y la
historia que éste protagoniza. En palabras de Sergio Grez, esta visión se
fundamenta en que “la historia es, por definición, absolutamente social y, por lo
tanto, no correspondería hablar de una rama específica de la historiografía
denominada ‘historia social’”48, de modo que –expresado de forma sintética-, “no
hay historia social ni económica. Hay historia sin más, en su unidad”49.

Esta primera visión acerca de la Historia Social, se contrapone a una


segunda visión, sostenida por historiadores como Jean Bouvier y Albert Soboul,
quienes expresan que la Historia Social corresponde a una rama de estudio
específica de la historiografía que le atañe un campo especial de la generalidad de
la historia. En este campo, encontraríamos a su objeto de estudio expresado a
través de “las estructuras, clases y grupos sociales, las categorías socio-

48Grez, Sergio, Ciclo de Charlas preparatorias para la 1° Jornada de Historia Social: Debates en
torno a la historia social, una aproximación desde los historiadores, p. 4.
49Febvre, Lucien, Combates por la historia, p. 39 y 40, citado en, Grez, Sergio, Ciclo de Charlas

preparatorias para la 1° Jornada de Historia Social: Debates en torno a la historia social, una
aproximación desde los historiadores, p. 4.

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profesionales, las mentalidades, las ideologías o las representaciones mentales de


los grupos humanos. También entrarían en sus dominios el estudio de los grupos
familiares, los problemas de género, etcétera”50. Por lo tanto, la relevancia que
adquiere este enfoque en nuestra realización investigativa, dice relación
fundamentalmente con la vigencia y pertinencia que la Historia Social nos ofrece.
Ésta, se muestra ventajosa ya que se detiene no solo en el estudio de “lo singular o
excepcional, sino que también en lo masivo, lo repetitivo, lo cotidiano y lo serial, es
decir, en aquello que generan y producen todas las personas, y no solamente
algunas figuras sobresalientes, como eran las que ponía en escena la historia
tradicional”51, que es justamente lo que pretendemos estudiar en esta oportunidad:
la cotidianeidad que protagonizan aquellos que viven y habitan el Mercado
Cardonal.

La aproximación cualitativa a la cotidianeidad que pretendemos abordar, en


su singularidad y excepcionalidad, será mediada por la Historia Oral.

Cuando nos aproximamos a la teoría de la Historia Oral, nos encontramos en


la mayoría de los casos con una posición escéptica adoptada por una parte de los
historiadores de las sociedades industriales modernas y aquellas con altos índices
de alfabetismo52, frente al surgimiento de la Historia Oral, su utilización y al valor
que se le asigna en general a las fuentes orales. Más, si acudimos a la breve
observación preliminar que nos presenta Ronald Fraser al respecto, podremos
comprender cómo es que su utilización se hace necesaria para nuestra
investigación, así pues, “durante 2.000 años, desde Heródoto hasta Michelet, la
historiografía no sólo utilizaba fuentes orales, si no que las apreciaba tanto –incluso
a veces más– como los documentos. Los que habían presenciado acontecimientos
históricos eran documentos vivientes, fuentes primarias. Que todo cambió con la
revolución rankeana es de sobra conocido. En los últimos 30 años, a pesar de
resistencias académicas muy fuertes, la fuente oral ha ido poco a poco recobrando

50 Ibídem, p. 5.
51 Ibídem, p. 7.
52 Burke, Peter (ed.), Formas de hacer historia, Editorial Alianza Universidad, Madrid, España, 1996,

p. 144.

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algo de su credibilidad, gracias a nuevas metodologías y a intereses históricos


nuevos”53, cambio de intereses que dice relación con la necesidad de estudiar la
historia reciente de los pueblos al alero de nuevos paradigmas que les dan cabida,
como lo es, por ejemplo, la tratada fenomenología.

Ahora bien, si indagamos en el origen estricto de la Historia Oral, podemos


señalar, a partir de lo expuesto por Eugenia Meyer y Alicia Olivera 54, que el principio
formal de la historia oral se relaciona con la figura de Alian Nevins como profesor
de la Universidad de Columbia, quien en el contexto de una investigación sobre
Groover Clevelan, reflexionó acerca de la relevancia de rescatar los testimonios y
vivencias personales de quienes rodeaban a su figura de estudio. Esto, sumado a
los buenos resultados que de allí obtuvo, a la constatación de la pérdida de la
correspondencia escrita y la irrupción de los medios hablados para comunicarse,
terminaron por convencerlo de organizar la “Oral History Research”. De allí en
adelante, se puede observar, un creciente interés por este método.

No obstante lo anterior, la principal crítica que se le realiza a esta historia, se


relaciona con dos ideas fundamentales. La primera, expresa los criterios
convencionales de ver y hacer historiografía. En ellos los historiadores “se muestran
pesimistas ante la posibilidad de una historia válida para aquellas sociedades que
no posean documentación escrita, ya que se considera implícitamente que la
debilidad de las fuentes orales es un fenómeno universal e irreparable. En un
extremo, Arthur Marwick en The Nature of History admite que: <<la historia basada
exclusivamente en fuentes no documentadas, como por ejemplo, la historia de una
comunidad africana, puede ser más rudimentaria, menos satisfactoria que aquella
obtenida a partir de documentos, pero, de todas formas, es historia>>. En el otro,
hasta que no haya documentación, no existe la historia como tal” 55, para respaldar
la más optimista se puede añadir que “una de las consecuencias de vivir en una

53Fraser, Ronald, Historia Oral, Historial Social, Historia social, N° 17 (Autumn, 1993), disponible en
http://www.jstor.org/stable/40340350
54 Meyer, Eugenia y Olivera de Bonifil, Alicia. Historia Mexicana. Ed. El colegio de México, Vol. 21,
n° 2. Octubre- Diciembre, 1971, pp. 372-387. Disponible en http://www.jstor.org/stable/25134913
55 Burke, Peter, op. cit., p. 145.

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cultura dominada por la palabra escrita es el proceso de cauterización contra la


palabra hablada, a través de su menosprecio”56.

La segunda de estas ideas que mueve a la crítica historiográfica de la Historia


Oral, es la subjetividad que subyace al testimonio oral y la posibilidad de que el
historiador pueda quedar atrapado en la pequeña escala que nos ofrece este tipo
de testimonio, este miedo plantea que “nos limitaríamos a encontrarnos un embrollo
de informaciones sin ninguna utilidad práctica”57. Respecto de esta subjetividad,
Fraser sugiere -cuestionándose- que “la fuente oral no es sólo una representación
sino una autorrepresentación. ¿Qué quiere decir esto? ¿Que la gente miente? No.
Lo que quiere decir son dos cosas: Primero, y por razones que pueden discutirse
pero que creo que tienen que ver con el yo, cada individuo busca representarse
como un ser coherente precisamente porque no ha podido serlo. No ha podido serlo
porque los resultados de sus acciones en el pasado no podían saberse hasta el
momento en que el futuro se hiciera presente, e incluso pasado (…) Por otra parte,
y tal vez más importante, la autorrepresentación suele presentarse explícita o
implícitamente por estereotipos o mitos (…) En la narración sirven de una doble
finalidad: de darse a sí mismo una coherencia en el tiempo y de comunicar ésta en
términos de representaciones colectivas y hacerlas así accesibles al interlocutor”58.

Gwyn Prins, resume estas críticas y nos propone poner foco en una faceta
importantísima y de especial utilidad teórica-investigativa en torno a la Historia Oral,
la que se refiere a la posibilidad de retratar y analizar la continuidad de los procesos
sociales: “pienso que la crítica general, a partir de premisas metodológicas sobre la
precisión, consiste en que la información oral no puede explicar el cambio, y el
cambio es el objetivo principal de estudio de los historiadores. Pero no resulta
completamente cierto. Y en algunos casos, especialmente en sociedades ágrafas o
en estado intermedio, la continuidad es un fenómeno mucho más interesante, y más
difícil de explicar, que el cambio”59. En este sentido, añade, “la historia oral, con su

56Ibídem, p. 150.
57Ibídem, p. 152.
58 Fraser, Ronald, op. cit., p. 133.
59 Ibídem., p. 152.

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riqueza de detalles, su humanidad, su emoción frecuente, y siempre con su


escepticismo sobre el quehacer histórico, se encuentra mejor preparada para estos
componentes vitales de la tarea del historiador: la tradición y el recuerdo, el pasado
y el presente. Sin acceso a estos recursos, los historiadores en las modernas
sociedades industriales de alfabetización masiva, es decir, la mayoría de los
historiadores profesionales, languidecerán encerrados en su propia cultura, como
amantes abandonados, de pie bajo la parpadeante luz de un faro, en una oscura
calle barrida por el viento”60.

Es por esto que buscaremos asidero dentro de las vertientes que nos ofrece
la Historia Oral, acudiendo a la Historia Oral Temática, para hacernos de las fuentes
que sustentarán, tanto teórica como metodológicamente, nuestra investigación.

La Historia de Oral Temática, como nos adelanta Jesús Galindo, se


caracteriza por ser temática y de rango amplio, es decir, atiende problemáticas que
puedan ser detectables a nivel de comunidad, de barrio, de sector urbano, por
ejemplo, en donde subyazcan fenómenos heterogéneos, acudiendo a diversos
niveles socioculturales, como pueden ser grupos familiares o categorías
profesionales, por ejemplo. Su rango es extensivo más que intensivo (aunque no
deja de serlo) y emplea una vía directa e intensiva en el momento que acude a las
fuentes vivas de la memoria61. La memoria, nos señala el mismo autor, “recoge y
sedimenta lo que ha parecido más relevante conservar y transmitir. Los testimonios
no sólo narran hechos que sucedieron, también nos aportan maneras de ver y
pensar las cosas, valores, inquietudes, anhelos; en fin, una gama de creencias y
pensamientos que acompañaron sus experiencias pasadas”62, es por esto que
acudimos a su rescate, pues “es un elemento esencial de lo que ahora se
acostumbra denominar como identidad, individual o colectiva, social o cultural
(…)”63.

60 Ibídem., p. 176.
61 Galindo Cáceres, Jesús, Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación. Addison
Wesley Longman, Pearson Education, México, 1998, p. 18.
62 Ibídem., p. 24.
63 Ibid.

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El tratamiento de esta memoria, cabe aclarar, será desde su entendimiento


como Memoria Colectiva - según la propone Maurice Halbwachs -, ya que aborda
el estudio de una identidad comunitaria. Estos ideales y recuerdos entramados en
el pasado común y expresado en la identidad comunitaria, son subjetivos por
excelencia y son independientes de su registro material, escrito o monumental por
ejemplo64. A juicio de José Carlos Sebe, “la Memoria Colectiva, aunque no se
confunde con la Historia Oral, es la que más se le acerca de acuerdo a los
planteamientos de Jan Vansina: en ambos casos, las raíces míticas de las
explicaciones del mundo serían la base para el conocimiento de las realidades de
los grupos. Sin embargo, como se verá, también hay diferencias significativas”65. De
este modo, desde la perspectiva teórica de la oralidad, debemos tener en cuenta a
lo largo de este estudio en el que se bosqueja el retrato del cotidiano identitario
esbozado en la dinámica del Mercado El Cardonal -tal como Galindo destaca de
Nora- “la memoria es la vida. Siempre reside en grupos de personas que viven y,
por tanto, se halla en permanente evolución. Está sometida a la dialéctica del
recuerdo y el olvido, ignorante de sus deformaciones sucesivas, abierta a todo tipo
de uso y manipulación. A veces permanece latente durante largos periodos, para
luego revivir súbitamente. La historia es la siempre incompleta y problemática
reconstrucción de lo que ya no está. La memoria pertenece siempre a nuestra época
y constituye un lazo vívido con el presente eterno; la historia es una representación
del pasado”66.

3.3 Geografía Social

Para referirnos a teoría de la Geografía Social comenzaremos afirmando que


ésta “puede ser considerada una rama reciente dentro de la disciplina geográfica,
pues el interés explícito por los fenómenos sociales se desarrolló fundamentalmente

64 Ibíd.
65 Sebe BomMeihy, José Carlos, “Definiendo la historia oral”, en Revista de la Dirección de Estudios
Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, N° 30, México D.F, abril-septiembre,
1993, p. 10.
66 Galindo Cáceres, Jesús, op. cit., p. 31, citando a Nora, Pierre en Les hieux de la memoire, La

Republique, vol. I, París, p. XIX.

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con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial”67. No obstante, “el término no es


nuevo, puesto que ya era utilizado en el siglo XIX con un significado equivalente al
de la Geografía Humana o Geografía Política”68.

Pero, ante esta equivalencia nos encontramos que “la mayor parte de los
geógrafos preocupados por los aspectos sociales prefieren considerar a la
Geografía Social como una rama dentro de la Geografía Humana. En este sentido
se considera que la Geografía Social es la que se ocupa de la sociedad en sí misma,
de las relaciones sociales, y no del resultado de la actividad social (…)” 69. A la
definición anterior podemos sumar aquella que nos entrega Rafael Puyol, quien nos
dice que es “el estudio de las formas espaciales de grupos y sus relaciones
funcionales dentro de su medio social. Busca explicar la estructura interna y las
relaciones externas de las actividades sociales asociadas espacialmente, tanto del
punto de vista estático como dinámico”70.

En relación a los antecedentes de la Geografía Social, podemos encontrarlos


en fechas bastantes tempranas. El término fue utilizado en Francia por lo menos
desde 1884, siendo usado dos décadas más tarde en varias ocasiones por Brunhes,
Demolins y otros integrantes de la escuela de sociología de Le Play, quienes
intentaron descubrir los lazos que existen entre la familia, el trabajo y el lugar 71. Los
primeros estudios que se realizaron bajo el nombre de la Geografía Social
estuvieron marcados por el determinismo de Ratzel para luego pasar a un
posibilismo marcado por Vidal de la Blache, por lo que podemos afirmar que “la
mayoría de los primeros estudios fueron de un carácter más regional, su esencia
consistía más en aspectos descriptivos que en los conocimientos analíticos o

67Aldrey Vázquez, José, Nacimiento, Evolución y desarrollo actual de la Geografía Social, Braga,
Portugal, 2009, p. 6. Citando a Johnston et al, 1987.
68Ibídem p. 6. Citando a Claval, 1987 en Geografía Humana y Económica Contemporánea, Akal,

Madrid.
69Ibídem p. 7. Citando a Capel, 1987 en Geografía Humana y Ciencias Sociales. Una perspectiva

histórica, Montesinos, Barcelona.


70Gallastegui Vega, Joaquín; Galea Alarcón, Juan, Términos para la enseñanza de una geografía

social, humanista y crítica, Valparaíso, Chile, 2006, p. 87.


71Aldrey Vázquez, José, op. cit., p. 7. Citando a Capel, 1987 en Geografía Humana y Ciencias

Sociales. Una perspectiva histórica, Montesinos, Barcelona.

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teóricos que ofrecían”72. Esta forma de estudio fue muy común y recurrente hasta
final de los años 1930, y en su gran mayoría se desarrollaban en Francia.

Según José Vásquez, “a pesar de todos estos precedentes no fue hasta los
años 1940 cuando la expresión Geografía Social comenzó a tomar carta de
naturaleza, siendo entonces cuando se configuró una nueva tendencia social dentro
de la Geografía, tanto en los ámbitos anglosajones como franceses o alemanes.
Estas nuevas propuestas plantean el análisis de los componentes sociales del
espacio, apenas considerado antes”73. Las consecuencias de la Segunda Guerra
Mundial abrieron nuevos campos relacionados con lo social, en Francia durante
1957 se superó uno de los mayores tabús de esta rama, el acercamiento a la
Sociología, a lo cual se suma que durante esta década la Geografía Social se
identificó con la Geografía de la Población. Hacia 1960 nos encontramos con que
se empezaron a impulsar estudios que permitieran encontrar las pautas sociales,
además se debe señalar que ésta se empezó a identificar con la Geografía Urbana,
pero poco a poco se fue abandonando y ya para la década de los setenta los
razonamientos fenomenológicos se fueron abriendo paso dentro de la Geografía,
“el espacio se convierte para el geógrafo social en un atributo de la conducta
humana, algo que se crea por lo que la gente hace o piensa. La aproximación al
planteamiento fenomenológico permitió una unión en el espacio de lo objetivo y lo
subjetivo. La visión objetiva refleja las formaciones, estructuras y organizaciones
sociales, condicionales por factores ecológicos y culturales; mientras que la
subjetiva refleja el punto de vista de ciertos grupos sociales”74.

No hay que dejar de lado que paralelamente a esta evolución, en Alemania


se estaba gestando una Geografía Social distinta, pues presentaba un carácter
existencialista y funcionalista. Ellos consideraban “la totalidad del espacio en

72 Ibídem p. 7. Citando a Buttimer, 1968 en Social Geography, in D. Sills, (ed.), International


Encyclopedia of Social Science, 6.
73 Ibídem p. 7. Citando a Capel, 1987 en Geografía Humana y Ciencias Sociales. Una perspectiva

histórica, Montesinos, Barcelona.


74Aldrey Vázquez, José, op. cit., p. 9.

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relación a las principales funciones que desarrollaban los grupos humanos y que
son las que generan las estructuras espaciales”75.

En los años setenta apareció una corriente más radical, la Geografía Radical
marxista, que cuestionaba la naturaleza del sistema capitalista, tildándola de
responsable de los desajustes y la injusticia territorial. Esta postura fue abandonada
a medida que iban pasando los años ‘80 y empezó a convivir con postulados
humanistas y posmodernistas englobados en la Geografía Radical, los que han
logrado imponerse hasta nuestros días, en que “parten estos enfoques de la
corriente conductista y de la percepción, vinculándose con las vivencias
individuales, la conciencia de grupos sociales, los lugares y los valores atribuidos a
los mismos por las comunidades y los individuos. Presentan a los individuos
socialmente menos privilegiados como sujetos con concepciones del mundo y del
espacio igual de válidas que las de los grupos dominantes. Resaltan la importancia
de los significados y de la experiencia vivida en el mundo geográfico. Entroncan así
con conceptos fenomenológicos, humanistas y posmodernistas. Los estudios se
centran en el análisis textual de las concepciones históricas del mundo, en
valoraciones literarias del paisaje, en expediciones geográficas en las que se utiliza
la observación participante del geógrafo, en el empleo de grupos de discusión, de
encuestas y entrevistas, etc., conjugando en la mayor parte de las ocasiones estas
técnicas cualitativas con otras cuantitativas de corte más clásico”76.

Ahora, para establecer cuál es el objeto de estudio de la Geografía Social se


puede decir que “como toda disciplina geográfica el espacio es sin duda parte de su
objeto de estudio, salvo que para la disciplina en cuestión es el espacio en tanto
producción social, es decir, creado y recreado por las sociedades que contiene, a
partir de sus interrelaciones como grupo social y sus relaciones de producción, de
este modo, la sociedad y sus relaciones que dan forma al espacio se convierte en
el objeto prioritario de la Geografía Social, cuyo objeto son las formas de
organización espacial resultantes del ejercicio de las funciones propias de los

75 Ibíd.
76Aldrey Vázquez, José, op. cit., p. 11. Citando a García, 1998; Panelli, 2004.

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grupos humanos y de la sociedad en general”77. Respaldando los dichos anteriores,


Roben Herin nos señala que “las dimensiones espaciales de los hechos sociales y
las características sociales de los hechos espaciales, constituyen su objeto de
estudio específico. En resumen, la Geografía Social tiene como objetivo estudiar la
dialéctica de las relaciones espacios-sociedades”78 o como señala Juan Romero,
“el objeto de la geografía son los fenómenos o procesos sociales considerados en
su formulación en la esfera material, social y mental, como espacio. El espacio es
el instrumento intelectual que la Geografía elabora como concepto, como
herramienta formal, para explicar esos fenómenos o procesos sociales, para
ordenar la masa de informaciones que la experiencia práctica nos proporciona en
este ámbito, en el que interviene la producción material, las relaciones sociales, el
uso de la Naturaleza, la organización de la sociedad, las mentalidades y actividades
individuales”79.

En palabras más simples podemos afirmar que “el interés primordial de la


Geografía Social radica en los grupos sociales o las sociedades en su actividad
espacial, con sus tipos de comportamientos, y a los fenómenos, relacionales y
procesos que parten de ellos y que de una manera u otra conforman y forman el
espacio, pero estos hechos espaciales no están únicamente basados en factores
determinantes como por ejemplo los factores económicos, sino que se componen
de una serie de combinaciones entre factores que producen de este modo
interrelaciones entre lo económico, lo afectivo, lo cultural, lo jurídico, lo geográfico,
entre otros”80.

En la Geografía Social el espacio toma otro carácter, aquí no se habla de un


espacio geográfico, éste se transforma a lo que conoceremos como un espacio

77Iturra Mira, Patricia, “El Patrimonio a la Deriva: Aproximación a la Percepción de los habitantes del
Entorno de la Plaza Echaurren, a partir de la Declaratoria de Patrimonio de la Humanidad del Área
Histórica de Valparaíso, 2003-2012” en Tesis de grado para optar al título de Profesor de Historia y
Geografía, Facultad de Humanidades, Departamento de Historia, Universidad de Playa Ancha,
Valparaíso, Chile, 2006, p. 34.
78Herin, Robert, “Las dimensiones personales en la geografía Social, en Geografía y Humanismo,

García Aurora, Colección Prácticas de geografía Humana, Barcelona. 1992, p. 58


79Iturra Mira, Patricia, op. cit., p. 34.
80Iturra Mira, Patricia, op. cit., p. 35. Citando a Juan Romero en “Geografía Humana”, Colección Ariel

Geografía, 2007.

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geográfico-social, lo cual implica la idea de que el espacio es un producto social. De


acuerdo a lo señalado por Romero “el espacio como producto social es un objeto
complejo y polifacético: es lo que materialmente la sociedad crea y recrea, con una
entidad física definida; es una representación social y es un proyecto, en el que
operan individuos, grupos sociales, instituciones, relaciones sociales, con sus
propias representaciones y proyectos. El espacio se nos ofrece, además, a través
de un discurso socialmente construido, que mediatiza al tiempo que vehicula
nuestra representación y nuestras prácticas sociales (…) es un producto social
porque sólo existe a través de la existencia y reproducción de la sociedad. Este
espacio tiene una doble dimensión: es a la vez material y representación mental,
objeto físico y objeto mental. Es lo que se denomina espacio geográfico”81. Es decir,
se afirma que el espacio geográfico es en sí mismo un espacio social, ya que se va
construyendo a partir de las acciones que la sociedad lleva a cabo sobre él, “lo que
hace la Geografía Social es explicar la relación entre la sociedad y naturaleza, o
sociedad y espacio en que se desarrolla, y según sean las necesidades, los
conocimientos, la tecnología y la capacidad económica que posea una sociedad en
cada momento histórico, se apropiará de la naturaleza y organizará su territorio de
diferentes maneras. Por ello, a lo largo de la Historia la humanidad reconstruye
permanentemente el espacio geográfico”82.

Entendiendo qué es la Geografía Social y cuál es su objetivo, llegamos a la


conclusión que esta disciplina, en la medida que considera el espacio como un
producto de la sociedad que lo habita y le otorga valores, símbolos y sentimientos,
actuará como unos de los pilares teóricos que sostendrá la investigación en curso.

3.4 Geografía Cultural

Para comenzar a hablar de Geografía Cultural, es preciso reconocer dos


componentes previos, la Cultura y la Geografía Humana, esto porque precisamente
a la Geografía Humana se le “introduce” la Cultura. En este sentido, fue Friedrich

81 Ibídem, p. 36
82 Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

Ratzel quien motivó un nuevo análisis del estudio geográfico, “consagrando al


hombre como fenómeno digno de investigación”83.

Aún más, “en Ratzel se originaron las primeras grandes controversias de la


geografía en materia geopolítica y en el análisis de las interacciones hombre-
naturaleza”84. Es por eso, y asumiendo tal aporte, que “la geografía de finales del
XIX e inicios del XX asume el paisaje no sólo como resultado de la relación entre
individuo y medio, sino también como instrumento para analizar el espacio, y
comprender las distintas regiones”85.

Para Paul Claval, la Geografía Cultural, ha ido variando, abarcando cada vez
más aristas, en este sentido, manifiesta que ha llegado a un estudio de las
percepciones, señalando que ésta “estudia por lo tanto los elementos, fenómenos y
procesos que se producen en el espacio geográfico, provocados por los grupos
humanos que lo habitan, cada uno con su propia idiosincrasia”86. Es decir, ya no se
limita a la simple relación hombre-espacio, sino que además involucra fenómenos
allí manifestados, provocados por el hombre según sus propias necesidades y su
propia cosmovisión, por lo tanto, la nueva dimensión de la Geografía Cultural, en
cuanto a su estudio, estaría dada por “un estudio profundo de la configuración
territorial; alcanzando la subjetividad del espacio”87, demostrando por consiguiente
que ningún lugar es igual a otro.

Siguiendo lo anteriormente señalado, es que podemos identificar que las


ideas que se mantienen de la Geografía Cultural “no definen un objeto de estudio
en sí, sino que constituyen un verdadero abordaje de los diversos elementos y
procesos espaciales”88, es decir, hablamos de un objeto de estudio dinámico y
cambiante. En otras palabras, la Geografía Cultural requiere de otras disciplinas

83 H. F. Rucinque y J. Durango-Vertel, El centenario de Ratzel, Bogotá, Colombia, 2004, p. 47.


84 Ibíd.
85 Moraga López, Geannina, Geografía cultural e identidad territorial: caso de la comunidad de

Cabuya, distrito de Cóbano, Puntarenas, Universidad Nacional de Costa Rica, Costa Rica, 2009, p.
18.
86 Ibídem., p. 19.
87 Ibíd., p. 19.
88 Ibídem., p. 19.

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Manzo, C. Ruz.

para comprender los fenómenos y “todos esos procesos sociales que


espacialmente se emplazan en el territorio, y qué de manera positiva o negativa
afectan los recursos si no se logra un uso adecuado de ellos”89.

Esta nueva forma de abordar el estudio geográfico, nos lleva a entender el


territorio más allá de su esfera física, integrando componentes más complejos. De
esta forma, el interés ahora es por lo inmaterial conjugado en un espacio físico,
integrando experiencias vividas producto de la interacción social, o como lo señala
Geannina Moraga, a propósito del aporte de Claval, “la percepción que los grupos
o individuos desarrollan acerca de los espacios o territorios que habitan, así como
su sentido de pertenencia y empoderamiento; el territorio visto más allá de una
dimensión física, contiene las experiencias vividas y percibidas, integrando recursos
y relaciones sociales con interpretaciones subjetivas”90.

Es allí precisamente que enfatizamos en la visión histórica que proyectamos


del Mercado El Cardonal, así como del área donde está emplazado, asumiendo
siempre que este lugar ha configurado la identidad no sólo de las personas que allí
confluyen a diario, sino que de la ciudad entera. Así también, nos es imprescindible
la utilización de la Historia Oral e Historia Oral Temática como piezas clave para el
entendimiento de los procesos sociales que espacialmente allí se emplazan, a fin
de ir articulando un conocimiento científico que nos lleve a entender el sentido de
pertenencia que promueven las personas que allí conviven sobre ese espacio, como
también la identidad que el propio espacio proyecta hacia el común social.

A pesar de aquello, la literatura que aborda la Geografía Cultural, nos entrega


señales sobre la dirección en la que se construye la identidad, argumentando que
es el territorio el que proyecta tal sentido a la realidad subjetiva de las personas.
Asimismo, lo manifiesta Moraga, señalando que los elementos del paisaje (el mar,
un bosque, ríos o islas) van a permitir “estudiar particularidades personales o

89 Ibídem., p. 15.
90 Ibídem., p. 24.

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colectivas en función del territorio como escenario de su cotidianeidad”91, lo que


conlleva perfectamente un enfoque subjetivo, más que objetivo.

De la misma forma lo menciona Paul Claval, quien le atribuye al paisaje una


impronta y matriz de cultura, según afirma “porque las formas que lo estructuran
contribuyen a transmitir usos y significados entre generaciones, y porque cada
grupo social contribuye a modificar el espacio que utiliza al tiempo que graba las
marcas de su actividad y los símbolos de su identidad”92. De esta forma, la identidad
territorial como unidad de análisis se torna imprescindible en este nuevo enfoque
del estudio geográfico.

Hasta el momento, solo nos hemos dedicado a relacionar la psicología del


sujeto, su contenido subjetivo en relación al territorio, pero no hemos definido la
disposición del territorio para proyectar ciertos valores que configuren tal
subjetividad. En este sentido, la propia definición de “territorio” encierra un cúmulo
de conceptos que nos pueden guiar a un mejor entendimiento de esta idea.

De la misma obra de Moraga, podemos desprender una definición que ella


obtuvo de Horacio Bozzanno sobre territorio: “(…) el Territorio o Espacio Geográfico
es un lugar donde se desarrollan procesos naturales y donde se despliegan
procesos sociales, cuya combinación lo torna más complejo que cualquier visión
analítica profunda de sus componentes (...) no es solo la suma y la combinación de
formas espaciales y procesos sociales, es en sentido amplio y en tanto escenario
de articulaciones complejas entre sociedad y naturaleza”93.

Ya advirtiendo el sentido que alcanza el territorio en la dimensión subjetiva


de las comunidades, es que podemos analizar un nuevo concepto, el de
“territorialidad”. Joaquín Gallastegui señala que desde la biología y también la
etiología se define como “los sentimientos propios de los animales, incluido el

91 Ibídem., p. 25.
92Claval, Paul, El enfoque cultural y las concepciones geográficas del espacio, Boletín de la AGE N°
34, 2002, p. 33.
93 Moraga López, Geannina, op. cit., p. 26. Obtenida deBozzanno, Horacio, Territorios reales,

territorios pensados, territorios posibles. Aportes para una Teoría Territorial del Ambiente, 2000.

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hombre, de identidad, pertenencia, seguridad y defensa colectivos”94, añadiendo


que “la territorialidad es un concepto estrictamente geográfico y social (…) es una
forma de comportamiento espacial, un acto de intencionalidad, una estrategia con
tendencia a efectuar, influir o controlar a la gente y a los recursos de un territorio”95.
La idea de territorio contenida en la obra de Gallastegui, nos aporta además la
siguiente idea, que no viene sino a ratificar nuestra argumentación y a dar a conocer
el objeto de estudio de la Geografía Cultural: “El territorio es siempre un espacio
habitado, vivido, por lo tanto histórico y cultural”96.

Finalmente, y asumiendo ambas dimensiones podemos señalar que la


identidad territorial es un concepto contenido en la Geografía Cultural, y que
responde a una construcción subjetiva de los sujetos “en la conjugación entre el
medio físico, la continuidad histórica y la continuidad social; pues el territorio
también se puede percibir en términos de temporalidad y es en esta línea de tiempo
en donde se construye la identidad territorial”97.

3.5 Valor

3.5.1 Análisis del concepto de valor: los caminos de la axiología

Para efectos teóricos de la presente investigación, consideramos necesario


realizar un análisis profundo de este término, tanto desde un punto de vista filosófico
como axiológico, señalando además las ramificaciones que presenta y reparando
en las que resultan de especial interés para nuestro trabajo.

Poner en tratamiento este concepto requiere previamente examinar la rama


de la filosofía que estudia los valores, es decir, la axiología, la cual puede ser
entendida como el estudio filosófico de los valores, desde un ámbito ético y moral,
siendo definida como la “parte de la filosofía que se encarga de estudiar la
naturaleza y criterio de los valores así como de los juicios de valor, podría decirse

94Gallastegui,Joaquín, Las ciencias sociales. Explicar o comprender, Valparaíso, Chile, 2012, p. 302.
95Gallastegui,Joaquín, Las ciencias sociales. Explicar o comprender, Valparaíso, Chile, 2012, p. 302,
Citando a Gallastegui, Joaquín, Geografía e identidad territorial.
96Ibídem, p, 303.
97 Claval, Paul, op. cit., p. 36.

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que su foco de estudio se concentra en la sociedad y sus valores”98. Entendiendo


esto, la filosofía de los valores comienza a desarrollarse en el siglo XIX, como una
filosofía de los valores que pone en armonía lo hecho por el hombre y la naturaleza.
Podemos adjudicarle al doctor Robert Hartman el desarrollo de este pensamiento
alrededor de 1930 y 1973, quien definió la axiología como “el sistema formal para
identificar y medir los valores, en donde es la estructura de los valores de una
persona la que le brinda su personalidad, sus percepciones y sus decisiones”99, no
obstante es preciso señalar los orígenes de la axiología para su mayor comprensión.

Para ir paso a paso en el tratamiento de la axiología hay que señalar en


primer lugar, a Alexius von Meinong como el primero que “enunció, en forma
sistemática, la interpretación subjetivista de los valores en su obra titulada
Investigaciones psicológico-éticas para una teoría del valor. No fue él, sin embargo,
el iniciador de la axiología, como han sostenido erróneamente algunos autores de
habla española”100. Quienes empezarán a interesarse por los valores serán los
economistas, aspecto que no será abordado pues queda restringido al área de
tratamiento cuyo contenido no se relaciona directamente con nuestra investigación.

Siguiendo con los principales intelectuales que pusieron en estudio el tema


del valor, hay que señalar al filósofo alemán H. Lotze, quien hacia el siglo XIX ya
estaba adelantándose en esta temática. Lotze “concibió la idea de los valores como
algo libre de realidad. Tal concepción le permitió circunscribir una zona a cubierto
de cualquier invasión naturalista e introducir de ese modo, la distinción entre el ser
y el valer con su famosa afirmación, tan repetida como discutible, de que los valores
no son sino que valen”101. Más adelante, otros pensadores influenciados por Lotze
trazaron la labor de separar de las ciencias naturales el concepto de valor, puesto
que el positivismo naturalista “era ajeno al valor y, por consiguiente, los métodos de
las ciencias naturales no serían aplicables a una realidad donde el valor asumía

98 Orozco, Hernán Darío, “Axiología, ética y valores”, en Revista Avances en Enfermería, pp. 76-81,
Universidad Nacional de Colombia, Colombia, 2005, p. 76.
99 Ibídem, p. 77.
100Frondizi, Risieri, ¿Qué son los valores? Introducción a la axiología, México, 1958, p. 35.
101 Ibídem, p. 36.

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importancia de primer orden”102. Esto sería obra de la Escuela de Baden, en la que


figuraba W. Windelband y H. Rickert.

Resulta pertinente también nombrar al famoso filósofo Friedrich Nietzsche,


quien convierte el asunto de los valores en un tema interesante a considerar.
Nietzsche proclamará la necesidad de la transmutación de los valores, “que
permitirá el surgimiento de una nueva cultura humana, en sustitución de la
civilización que él llama cristiana. Interpreta el sentido dinámico de la historia como
una continua creación y aniquilamiento de valores. Tales valores, creados por el
hombre, se estabilizan en una tabla que adquiere vigencia pasajera, pues más tarde
será suplantada por otra”103. A pesar de lo que expresa Nietzsche en lo paradójico,
no plantea una doctrina de lo axiológico, pero si pone en jaque el asunto de los
valores y su relación con el hombre.

Siguiendo con este acercamiento a los orígenes de la axiología, ahora


nombraremos a Francisco Brentano, quien “echa las bases de la axiología en sus
investigaciones sobre la intencionalidad de la conciencia (…) permitirá pasar del
examen de la vivencia al objeto al cual esa vivencia se refiere”104. Siguiendo con
esta misma idea, Brentano tuvo un discípulo, Meinong, quien “dio la primera
respuesta subjetivista al problema de la naturaleza del valor (…) Meinong busca en
el dominio de la psicología la clave al problema de los valores, y cree que éstos
deben arraigar en la vida emotiva”105, no obstante, él señalará como idea principal
sobre la noción de valor algo importante y relacionado además con la idea
subjetivista detrás de todo. Meinong señala que “una cosa tiene valor cuando nos
agrada y en la medida en que nos agrada”106, aspecto que fue profundamente
criticado por su discípulo, Christian Von Ehrenfels, ya que su maestro sostenía que
la valoración parte como un hecho psíquico, pues pertenece al campo de la
emotividad, ya que “en toda valoración está implícito un juicio que afirma o niega la

102 Ibíd.
103 Ibídem, p. 37.
104 Ibíd.
105 Ibídem, p. 38.
106 Ibíd.

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existencia de un objeto; basado en tal juicio, se produce entre nosotros un estado


de placer o de dolor. El valor es, en verdad, un estado subjetivo, de orden
sentimental pero se mantiene una referencia al objeto a través del juicio
existencial”107. Ehrenfels encontrará entonces un defecto en la teoría planteada por
Meinong, señalando que “si una cosa es valiosa cuando es capaz de producir en
nosotros un sentimiento de agrado, serán valiosas tan sólo las cosas existentes”108,
dejando totalmente de lado las cosas intangibles, impalpables, puesto que también
se valora lo que no existe: la justicia, la moral, el respecto al otro, etc., y es por esta
razón que el discípulo de Meinong discrepará de su maestro y sólo valorará las
cosas que se desean o apetecen. Meinong además va a distinguir un valor actual y
un valor potencial, “el primero es el que tiene el objeto presente que provoca mi
agrado, y el segundo es el que posee ese mismo objeto cuando está ausente. El
valor de un objeto consiste en la capacidad para determinar el sentimiento del
sujeto, no sólo por la existencia del objeto, sino también por su no existencia”109.

En este sentido, nos trasladaremos del campo austriaco de la axiología, al


campo norteamericano contemporáneo, nombrando a sus representantes más
célebres en torno a la noción de valor desde la axiología. En primer lugar, podemos
mencionar a Ralph Barton Perry, quien se interesa por cuestiones meramente éticas
desde una posición subjetivista110; por otro lado, Nicolai Hartmann en su obra ‘Ethik’
“sostiene la teoría extrema del objetivismo axiológico”111, Perry no toma el sendero
de las teorías objetivistas y buscará “el origen y fundamento del valor en el sujeto
que valora”112, se centrará así en lo que provoca en la persona el objeto valioso y
no en sus cualidades. En segundo lugar, podemos mencionar también a Rudolf
Carnap, filósofo nacido en Alemania quien tendrá influencia en universidades de
Europa y Norteamérica, como representante del empirismo lógico113. Para Carnap,

107 Ibídem, p. 39.


108 Ibídem, p. 40.
109 Ibídem, p. 41.
110 El subjetivismo axiológico parte de la idea de que es el sujeto quien le otorga valor a las cosas.
111 Ibídem, p. 46.
112 Ibídem, p. 47.
113 Entenderemos el empirismo lógico o positivismo lógico como el deseo de poner a la filosofía en

la senda segura de la ciencia. La teoría de Carnap construye sus cimientos en el Círculo de Viena.

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“los juicios de valor son formas disfrazadas de normas o imperativos”114. En último


lugar, es posible mencionar a Alfred Ayer, quien profundizará en los juicios de valor
y específicamente los juicios éticos o estéticos, señalándonos que estos “no son ni
verdaderos ni falsos porque no afirman nada, sino que expresan los sentimientos
de quien enuncia el juicio”115, para él, quien emite un juicio de valor expresa un
determinado sentimiento, no lo afirma, siendo por este motivo la necesidad de
aclarar que expresar un sentimiento no es algo verdadero ni falso, simplemente lo
es.

Del mismo modo, contemplamos dentro de este análisis a un intelectual


notorio en la filosofía contemporánea, Bertrand Russell. Él expondrá su teoría de
valores en su obra “Religión y ciencia”, en la que sostiene que “las cuestiones
referentes a los valores están fuera del dominio de la ciencia, no porque
pertenezcan a la filosofía, sino porque están enteramente fuera del dominio del
conocimiento. Cuando decimos que algo tiene valor, no afirmamos un hecho
independiente de nuestros personales sentimientos, sino que estamos dando
expresión a nuestras propias emociones”116.

Por su parte y en torno a la temática de los valores, Max Scheler, pone en


práctica su ética desde la ética kantiana, señalando que “la ética de Kant es la que
representa hasta el día de hoy lo más perfecto que poseemos” 117. En cuanto a los
valores, Scheler los comparará con los colores, indicando que “se trata de
cualidades que existen independientemente de los respectivos depositarios” 118, a lo
que se agrega que “la presencia del valor confiere el carácter de bien al objeto
valioso”119. En este ámbito, Scheler emprende la magna tarea de discernir que los
valores son independientes de los bienes y de los contenidos de éstos. Para Scheler

Extraído el 26 de agosto de 2014 desde:


http://www.hechohistorico.com.ar/archivos/introduccion_filosofia_2012/unidad2-empirismologico.pdf
114Frondizi, Risieri, op. cit., p. 58.
115 Ibídem, p. 59.
116 Ibídem, p. 66.
117 Scheler, Max, Ética. Nuevo ensayo de fundamentación de un personalismo ético, Madrid, 1941,

p. 10.
118Frondizi, Risieri, op. cit., p. 81.
119 Ibíd.

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los bienes son cosas valiosas, mientras que los valores para él poseen cualidades
independientes, siendo “la independencia de los valores frente a sus respectivos
depositarios uno de los supuestos de la axiología scheleriana”120. Scheler además,
negará la doctrina que afirma la relatividad histórica de los valores, el cual “pretende
abstraer, según Scheler, los valores de los bienes históricos, considerándolos
productos de la historia y sometidos, por tanto, a sus vicisitudes”121.

En cuanto a la captación de los valores, según Scheler, “los valores se nos


revelan en el percibir sentimental, en el preferir, amar, odiar”122, siendo entonces los
valores algo inaccesible a la razón; radican en lo emocional. Scheler distinguirá dos
estados de emocionalidad para la captación de los valores: el sentimiento emocional
y el estado sentimental sensible, siendo el último “a la pura vivencia del estado,
mientras que el primero tiene que ver con su captación”123. Los valores serán
captados por medio de vivencias emocionales. Finalmente podemos agregar a lo
expuesto por Scheler sobre los valores, que para el autor los valores mantienen una
relación jerárquica, ya que “la jerarquía, para él, reside en la esencia misma de los
valores y se aplica aun a aquellos valores que no conocemos”124.

A modo de compendio, hay una imbricación fuerte entre la percepción de la


persona con el objeto o cosa en la que se plasme el valor, y con esto hay que
responder la pregunta: ¿qué son los valores?

A partir de la compleja resolución a esta interrogante pretendemos trazar una


idea general para construir una definición de valor acorde a este trabajo. En este
sentido, expresaremos que los valores, entonces, “no existen por sí mismos, al
menos en este mundo: necesitan de un depositario en quien descansar. Se nos
aparecen, por lo tanto, como meras cualidades de esos depositarios: belleza de un
cuadro, elegancia de un vestido, utilidad de una herramienta. Si observamos el
cuadro, el vestido o la herramienta veremos, sin embargo, que la cualidad valorativa

120 Ibídem, p. 85.


121 Ibídem, p. 87.
122 Ibídem, p. 91.
123 Ibíd.
124 Ibídem, p. 94

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es distinta de las otras cualidades”125. Tales cualidades en un objeto específico van


a ser valoradas según la percepción y el sentido de pertenencia que genere una
persona con ellos, dándole una categoría de valer, puesto que ya son y poseen
diversas cualidades. En cuanto a las cualidades, “los valores son entes parasitarios
– que no pueden vivir sin apoyarse en objetos reales – y de frágil existencia”126.
Valor, de la acción de valorar, es una cualidad de un objeto e inclusive, una persona,
puede ser una valoración positiva como negativa, pero siempre se le atribuye a un
sujeto u objeto.

3.5.2 El subjetivismo axiológico

Dado que la valorización pasa por la percepción y preferencia del hombre es


importante señalar que el sujeto es quien le da valor a las cosas u objetos, por lo
que, “las cosas por tanto no son valiosas en sí mismas; es el ser humano quien crea
el valor con su valoración”127. Además, desde esta postura subjetivista, todo valor
“depende de la aceptación de un grupo social mayoritario”128, no obstante la
complejidad que se genera al expresar una valoración desde un grupo social puede
gestar fragmentación en las opiniones que lleguen a emitirse respecto a algo. El
valor entonces “está en el sujeto que valora. Así, las cosas adquieren valor por el
interés que suscita y éste está determinado por lo que nos agrada”129.

Otros aspectos de la teoría del subjetivismo axiológico, se observan en la


Escuela Neokantiana, que interpretará la naturaleza subjetiva de los valores. Desde
ésta, “se va a considerar el valor ante todo como una idea. Para los partidarios de
esta teoría, las ideas tienen un papel más importante que los estados de placer o
de dolor en la conducta. No se puede valorar un acto, un objeto, si no se posee la
idea que se refiere a ello”130. Ahora bien, cabe señalar que opuesto al subjetivismo,

125 Ibídem, p. 11.


126 Ibídem, p. 12.
127 Seijo, Cristina, “Los valores desde las principales teorías axiológicas: Cualidades apriorísticas e

independientes de las cosas y los actos humanos”, en Revista Economía XXXIV, N° 28, (julio-
diciembre, 2009), pp. 145-160, Universidad de los Andes, Venezuela, 2009, p. 147.
128 Ibídem, p. 148.
129 Ibíd.
130 Ibíd.

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se encuentra el objetivismo axiológico que considera el valor “desligado de la


experiencia individual”131, dentro de este planteamiento, encontramos a un defensor
del objetivismo axiológico, J. Manuel Méndez, quien planteará lo siguiente: “los
valores son cualidades apriorísticas e independientes de las cosas y los actos
humanos. Por tanto, no varían. Los valores son absolutos, al no estar condicionados
por ningún hecho independiente de su naturaleza histórica, social, biológica o
puramente individual. El conocimiento de las personas de los valores es relativo, no
los valores en sí”132.

Ahora bien, siguiendo con la teoría desarrollada en torno al concepto de


valor, podemos señalar que los valores poseen características fundamentales, las
cuales son: polaridad133, gradación134 e infinitud135. También es posible otorgarles
una clasificación, en la que diversos autores plantean su propia visión respecto a su
categorización. En este sentido, podemos mencionar que la categorización más
general de los valores realizada por J. Muñoz, que corresponde a los “valores útiles,
vitales, espirituales y religiosos”136. Ahora bien, para efectos de nuestra
investigación nos centraremos en el tratamiento del Valor Cultural para llegar al del
Valor Patrimonial.

Antes de adentrarnos en la noción de Valor Cultural, se hace necesario


entender la significación del Valor Social, en el sentido que este “abarca las
relaciones de interacción del individuo en sociedad y afectan las relaciones

131 Ibídem, p. 149.


132 Ibídem, p. 150, citando a J. Manuel Méndez en “¿Cómo educar en valores” Madrid, España, 2001
133 El valor tendrá un aspecto positivo y otro negativo, valores y sus antivalores, etc., en Seijo Cristina

“Los valores desde las principales teorías axiológicas: Cualidades apriorísticas e independientes de
las cosas y los actos humanos” Venezuela, 2009, p. 151.
134 Indica que posee intensidad o fuerza dicho valor o antivalor en Seijo Cristina “Los valores desde

las principales teorías axiológicas: Cualidades apriorísticas e independientes de las cosas y los actos
humanos” Venezuela, 2009, p. 151.
135 Aspecto de perennidad, finalidades que nunca llegan a obtenerse del todo, en Seijo Cristina “Los

valores desde las principales teorías axiológicas: Cualidades apriorísticas e independientes de las
cosas y los actos humanos” Venezuela, 2009, p. 151.
136 Ibídem, p. 153.

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personales, institucionales y políticas. Son deseados por los beneficios que


reportan: fiesta, política, leyes, diálogo”137.

3.5.3 Valor Cultural

A partir de una concepción filosófica y teórica en torno a la noción de valor,


se desprende de éste el ámbito cultural. Ya sabemos que el valor social contempla
las relaciones e interacciones del individuo con sus pares, en las que primarán sus
intereses en conjunto respecto a los deseos que compartan; el valor cultural reflejará
aquellas cualidades específicas depositadas en las creaciones del hombre. Cultura
es un término multifacético de tratar, puede ser entendido como las tradiciones o
costumbres de determinado pueblo, creencias, ritos que determinan alguna
comunidad o agrupación, en las que se deposita un producto original y propio,
dotándole una acepción antropológica al concepto. Si bien, ya vimos anteriormente
que el valor era una cualidad que debía estar depositada en algo para que así el
sujeto, si lo vemos desde la teoría subjetivista axiológica, pueda apreciar el objeto
de tal manera que desde su canal emotivo pueda otorgarle un sentido valioso a
éste. El Valor Cultural sería, por lo tanto, aquellas cualidades consignadas en todo
lo que sea referente a la cultura: tradiciones, costumbres, bailes, manifestaciones o
expresiones artísticas, creaciones comunitarias, creencias, etc.

Respecto del Valor Cultural, desde su aspecto teórico es posible señalar que
“existen varias teorías sobre la estructura de los valores culturales que se usan para
entender las similitudes y diferencias en las sociedades contemporáneas. Las
teorías transculturales de Hofstede, Schwartz, Triandis e Inglehart representan en
la actualidad las formulaciones contrastadas sobre las dimensiones culturales de
valores”138. Todas estas teorías poseen ciertas diferenciaciones entre sí, por lo que
es necesario ir describiendo en qué consisten cada una de ellas.

137Ibídem, p. 157.
138Ros, María, Los valores culturales y el desarrollo socioeconómico: una comparación entre teorías
culturales, Trabajo presentado en la Mesa de Psicología Social, Sesión 3: “La dimensión sociocultural
en psicología social: una nueva convergencia hacia la perspectiva sociológica” coordinada por María
Ros, en el marco del VII Congreso de Sociología, Salamanca, 20 al 22 de septiembre, 2001, en
Revista Reis, N° 99, pp. 9-33, Madrid, España, 2002, p.10.

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La teoría de Hofstede va a considerar cuatro dimensiones culturales para


entender variaciones culturales, señalando que éstas son suficientes para su
explicación. Las dimensiones son: “individualismo, distancia de poder, masculinidad
y evitación de la incertidumbre”139. Schwartz dictaminará la existencia de seis tipos
de valores culturales: “Jerarquía, Igualitarismo, Conservación, Autonomía, Armonía
y Competencia”140. Triandis por otro lado, argumentará que “la dimensión de
individualismo y colectivismo debe combinarse con la igualdad o desigualdad en las
relaciones sociales dando lugar a cuatro tipos de valores culturales, individualismo
horizontal e individualismo vertical, y colectivismo horizontal y colectivismo vertical,
que se estructuran en dos dimensiones bipolares”141. Mientras que Inglehart tomará
en consideración que “el cambio cultural se explica sobre la base de la dimensión
de Materialismo-Postmaterialismo y la dimensión de Modernización-
Postmodernización”142.

Haciendo referencia a grandes rasgos sobre las teorías de valores culturales


de estos intelectuales, es importante señalar a Schwartz con su teoría de los valores
humanos, definiéndolos como “metas deseables y transituacionales que varían en
importancia, que sirven como principios en la vida de una persona o de otra entidad
social (…) los valores sirven a los intereses de alguna entidad social, pueden
motivar a la acción, funcionan como criterios para juzgar y justificar dicha acción y
se adquieren tanto a través de la socialización en los valores del grupo dominante
como a través de la experiencia personal de aprendizaje”143, continuando con el
mismo autor, y en conjunto con Smith, señalarán que “los valores individuales y los
culturales están relacionados conceptualmente y que aquellos últimos expresan
ideas abstractas, socialmente compartidas de lo correcto y deseable en una
sociedad o un grupo. Así, las instituciones expresan estas prioridades en valores en
sus objetivos y formas de actuación”144. Los valores culturales tendrán un arraigo

139 Ibíd.
140 Ibíd.
141 Ibíd.
142 Ibíd.
143 Zubieta, Elena, Valores humanos y conducta social, Buenos Aires, Argentina, 2012, CONICET,

p.3.
144 Ibídem, p.7.

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Manzo, C. Ruz.

en cuanto a los intereses que comparten mutuamente las personas en una


sociedad, justificando sus elecciones acorde a sus comportamientos en sociedad,
ya que “los valores culturales dan cuenta de la herencia en términos de promedios
de prioridades valorativas que se observan en una sociedad”145.

3.5.4 Valor Patrimonial

A pesar de que no hay una teoría para el Valor Social y que las teorías
existentes sobre Valor Cultural se enmarcan dentro de un contexto próximo a
nuestra existencia, a partir de lo expuesto anteriormente es posible elaborar una
idea de lo que es el Valor Patrimonial.

El Valor Patrimonial permitirá que el valor que está depositado en un objeto


o ente cobre mucha relevancia en beneficio a la sociedad a la que pertenece dicho
objeto y a los intereses de una ciudad o lugar en el que se encuentra. Nominar un
objeto, inmueble, tradición, costumbre y/o expresión cultural, demuestra que posee
una cualidad valiosa y de suma importancia para su designio. Ya que en este
aspecto, el valor patrimonial está supeditado a intereses arquitectónicos, históricos,
sociales e inclusive económicos que justificarán el resguardo, siendo la protección
de éstos, la forma en que se deposite el valor. De manifiesto, se expresará una
jerarquía al valorar en el área patrimonial de determinado elemento, puesto que hay
que indicar qué se valorará y por qué las características y cualidades que tiene lo
elevan a tal categoría.

Por otro lado, es fundamental señalar que “el tema de la valoración


patrimonial es un proceso de tipo social y también un proceso histórico, debido a
que se desarrolla a lo largo del tiempo. El término comienza a ser usado en la
modernidad, con el concepto histórico-artístico; se consolida en el siglo XIX cuando
surge el Monumento Nacional, considerado como la máxima expresión del
patrimonio de un bien”146, en este sentido, cuando los valores se hacen reales, “se

145Ibídem, p.6.
146Torres, Henry, Espacio Patrimonial y cultural Casa Mac Iver. Rehabilitación cultural y puesta en
valor del patrimonio arquitectónico de Constitución, memoria proyecto para optar al título de

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Manzo, C. Ruz.

realizan en objetos culturales, tales objetos portadores de valores estarán


sometidos a los cambios de la cultura, de las culturas, de la sociedad, de las
sociedades, del tiempo, en una palabra: de la historia”147.

En este sentido, la construcción del valor patrimonial va a gestarse desde el


sentimiento de consideración con el espacio en el que se habita y se le otorga un
sentido, o se “habita”, ya que nos evoca sentido el entorno en el que se desarrollan
las actividades humanas. Arraigado al sentimiento de identidad con el espacio, el
concepto de patrimonio va a adquirir un significado distinto, por lo que, “patrimonio
es todo aquel aspecto del entorno que ayude al habitante a identificarse con su
propia comunidad, en el doble y profundo sentido de continuidad de una cultura
común y de construcción de esa cultura. Esto último, por considerar que el valor
patrimonial no reside sólo en el pasado, sino que estamos continuamente
construyendo el patrimonio del futuro”148, en otras palabras, tiene valor patrimonial
aquello que los integrantes de una comunidad y la comunidad en su conjunto
considere valioso simbólica o emocionalmente dentro de su cultura y desee
preservar, es por ello que se hace imposible pensar en algo de Valor Patrimonial sin
la participación de las personas y la comunidad en el otorgamiento de dicho valor,
puesto que indudablemente, el patrimonio es validado, reconocido y apreciado por
las personas.

Haciendo una aproximación desde el patrimonio a lo que es el valor


patrimonial, el primero contempla una visión de identidad cultural respecto a una
comunidad o región en la que haya un sentido de pertenencia, puesto que “los
elementos culturales, ya sean materiales, de organización de conocimiento,

Arquitecto, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Escuela de Arquitectura, Universidad de Chile,


Santiago, 2012, p.20.
147 De Gueventter, Elida, Historia para el futuro. Jóvenes en los últimos veinticinco años, Argentina,

1997, p. 98.
148 Potenzoni, Adriana; Giudici, Fernando; Quiroga, Horacio; Mattar, Andrés, La construcción del

valor patrimonial desde la apropiación del espíritu del lugar, ICOMOS, XVI Asamblea General y
Simposio Científico Internacional. Québec, Canadá, 29 de septiembre al 4 de octubre de 2008,
citando a Marina Waisman, p. 3.

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Manzo, C. Ruz.

simbólicos o emocionales están presentes, son activos y dinámicos, pues definen


formas de vida que dan identidad a una sociedad o comunidad”149.

3.5.5 Puesta en valor

Al abordar de esta noción, es necesario que indiquemos el documento oficial


de la UNESCO, Normas de Quito, Carta de Quito de 1967, o bien, Informe Final de
la reunión sobre Conservación y Utilización de Monumentos y Lugares de Interés
Histórico y Artístico, pues mediante éste se señala la idea de puesta en valor y nos
ayuda a entender cómo este concepto está siendo usado con vigor en la actualidad
debido a la necesidad de realzar ciertos monumentos para reforzar el patrimonio de
una nación.

En este entendido, poner en valor un bien histórico o artístico “equivale a


habitarlo en las condiciones objetivas y ambientales que, sin desvirtuar su
naturaleza, resalten sus características y permitan su óptimo aprovechamiento. La
puesta en valor debe entenderse que se realiza en función de un fin trascendente
que en el caso de Iberoamérica sería contribuir al desarrollo económico de la
región”150. En otras palabras, se trata de añadir a un potencial económico un valor,
o “poner en productividad una riqueza inexplotada mediante un proceso de
revalorización que lejos de mermar su significación puramente histórica o artística,
la acrecienta, pasándola del dominio exclusivo de minorías eruditas al conocimiento
y disfrute de sus mayorías populares”151.

No tenemos conocimiento de que exista una teoría de la puesta en valor, ya


que es una idea que debe construirse a partir de la teoría del valor, no obstante, la
puesta en valor se define como “la acción de habilitar un objeto o lugar patrimonial

149 Ibíd., citando a Bonfil Batalla, El Etnodesarrollo: sus premisas jurídicas, políticas y de
organización, México, 1982
150 Carta de Quito, ICOMOS, 1967, p. 4.
151 Ibíd.

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para su apreciación por el público sin dejar de lado las acciones de interpretación y
conservación, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la memoria colectiva”152.

La puesta en valor puede tener intereses económicos, sociales,


arquitectónicos o artísticos, históricos y culturales. Para efectos de nuestra
investigación, perseguimos un ámbito histórico y cultural, en donde se pueda
efectuar una puesta en valor del patrimonio cultural inmaterial del Mercado, las
prácticas y tradiciones que se depositan en éste, efectuadas por las personas que
lo componen y le dan vida a ese inmueble de gran trayectoria histórica de la ciudad
de Valparaíso.

En este sentido, no está de más enfatizar que posee un Valor Patrimonial y


es susceptible de una puesta en valor aquello que la comunidad considere con
características patrimoniales.

El patrimonio va a intervenir en el desarrollo de un determinado lugar o


territorio, ya sea por el valor cultural, social, histórico, como el valor económico que
pueda darse a través de la puesta en valor. La identidad cultural e inclusive
educativa que se va a profesar por medio de la importancia patrimonial que se le
otorguen a determinados inmuebles o actividades intangibles. En nuestra
investigación buscamos dar realce a aquello intangible, lo inmaterial, a aquellas
expresiones que dejan su huella en la memoria colectiva de quienes participan de
su creación, rescatando la identidad y cómo este patrimonio constituye una
comunidad.

152 Aguirre Evangelista, Soledad, Identificación y puesta en valor de la obra visual de Guillermo
Ulriksen, tesis para optar al grado de Licenciada en Arte con mención en Historia y Teoría del Arte,
Facultad de Artes, Departamento de Historia y Teoría de las Artes, Universidad de Chile, Santiago,
2011, p. 96.

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Manzo, C. Ruz.

CAPÍTULO IV: MARCO CONCEPTUAL

En este capítulo se dan a conocer los conceptos y términos que son


necesarios para entender adecuadamente nuestra investigación y que serán, junto
al Marco Teórico, la base del desarrollo del presente trabajo de investigación.
Comenzaremos abordando el concepto de Cultura, abarcando sus diferentes
acepciones y su relación indisociable con la Identidad de los pueblos, luego,
expondremos los conceptos de Espacio y Lugar por su fundamental relación con
nuestro objeto de estudio, para finalmente abordar en profundidad el concepto
Patrimonio y sus diferentes facetas, dada la articulación de carácter principal que
presenta en nuestro trabajo.

4.1 Cultura

Existen pocos conceptos en las ciencias sociales que proyecten tantas


acepciones y complejidades para definirla. En este sentido, desde la antropología
es que se argumentan los más precisos postulados, aunque cada disciplina
mantiene sólidos argumentos.

Muchas veces se entiende la cultura como un cúmulo de conocimientos y


aptitudes adquiridas, ya sea a través de su experiencia como por medio de su

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formación académica, hallando personas más cultas que otras, según posean estas
características en mayor o en menor medida, son los “cultos”, e “incultos”153.

A pesar de ello, para Marvin Harris, el concepto alude también “a las


tradiciones de pensamiento y conducta aprendidas y socialmente adquiridas”154.
Según estas indicaciones, la cultura adquiere una dimensión mental, que guía
nuestras ideas y origina la conducta, es decir, la cultura rige las pautas de actuación
de los pueblos. Así también, una cita de Edward Burnett Tylor, contenida en la
misma obra de Harris nos señala que “la cultura […] en su sentido etnográfico amplio
es ese todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral,
derecho, costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el
hombre en tanto que miembro de la sociedad. La condición de la cultura en las
diversas sociedades de la humanidad, en la medida en que puede ser investigada
según principios generales, constituye un tema apto para el estudio de las leyes del
pensamiento y la acción humana”155, según lo anterior, la cultura apela a una
dimensión mental, de cómo los sujetos se sitúan en el mundo, articulando sus
conductas y determinando la relación con otros sujetos. Así también, el concepto se
entiende como un “producto original surgido de la relación fundamental entre el
hombre y la naturaleza, entre la agrupación de individuos y el entorno natural,
sistema básico de relación, de convivencia, de organización y de colaboración”156.

La acepción antropológica nos conduce a interpretar la cultura como “un


conjunto de respuestas colectivas a las necesidades vitales”157, definición que
responde a los lineamientos entregados por Joaquín Gallastegui en relación a la
agrupación de individuos insertos en un medio natural determinado. Al mismo
tiempo, se puede complementar con la idea de Clifford Geertz sobre cultura, quien
la explica desde una esfera más abstracta citando a Max Weber, en su idea de

153Stavenhagen, Rodolfo, La cultura popular y la creación intelectual, México, 1984, p. 21.


154Harris, Marvin, Introducción a la antropología general, Barcelona, España, 2004, p. 141.
155TylorBurnett, Edward, Cultura Primitiva en Harris, Marvin, Introducción a la antropología general,

p. 142.
156Gallastegui, Joaquín, Las ciencias sociales. Explicar o comprender, Valparaíso, Chile, 2012, p

271.
157Stavenhagen, Rodolfo, La cultura popular y la creación intelectual, México, 1984, p. 41.

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“telaraña de significados”, es por esto que Geertz tomando el principio de Weber,


indica que “el hombre es un animal inserto en telarañas de significación que él
mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la
cultura ha de ser, por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino
una ciencia interpretativa en busca de significaciones, lo que busco es la explicación
interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie”158.

De esta forma, el autor le confiere una dimensión simbólica al concepto, es


decir, el mundo de las representaciones sociales materializadas en todas las formas
de expresión que encuentra el ser humano, prácticas sociales, usos, costumbres,
lenguaje, música, mitos, religión, arte, al mismo tiempo que construye preceptos o
códigos socialmente aceptados y compartidos como regla imperativa, creando
procesos de comunicación, compartiendo ideas sobre el mundo y sentimientos
identitarios o interpretando al resto de los pueblos, confiriéndole un valor y
reconocimiento.

4.2 Espacio

Definir el concepto de espacio es una tarea compleja, puesto que “tenemos


una visión del espacio que es operacionalmente viable, dado que todos lo
entendemos y lo usamos cotidianamente, o sea, operamos en él sin necesidad de
preguntarnos qué es, sólo vivimos, y es por ello que es un concepto difícil de definir
con precisión”159. Además, debemos señalar que las disciplinas que se han referido
a él y lo han definido son variadas; entre estas encontramos, a la filosofía, la
psicología, la matemática, la antropología, la física y la geografía. En cuanto a esta
última, sabemos que “se ha visto sometida al cuestionamiento de su objeto de
estudio y de los métodos que emplea para ello, sucediéndose una serie de
revoluciones conceptuales, paralelas y complementarias, y como ciencia, la
disciplina se ha visto sometida a cambios profundos en su perspectiva ontológica y

158Geertz, Clifford, La interpretación de las culturas, Barcelona, España, 2003, p. 20.


159
Gallastegui Vega, Joaquín; Galea Alarcón, Juan. Espacio para una geografía social, humanista y
crítica Valparaíso, Chile, 2009, p. 39.

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epistemológica”160. Por lo tanto, no está demás afirmar que existen tantas


definiciones de espacio como disciplinas en el campo de la ciencia.

En la búsqueda de una definición acorde con nuestros objetivos,


entenderemos espacio como aquella “área por la que se dispersan las cosas físicas
y humanas”161. A esta definición debemos afirmar que, como se dejó entrever en el
párrafo anterior, este concepto tiene muchos apellidos, por lo que se reconocen
diversas acepciones epistemológicas del término, en este sentido, se puede afirmar
que existe el espacio vivido, espacio conocido, espacio percibido, espacio difuso,
espacio personal, espacio físico, espacio visual, espacio de evaluación, espacio
social, espacio infralocal, espacio geográfico y dentro de este mismo el espacio
objetivo y el espacio subjetivo. Sin embargo, para efectos de la presente
investigación, emplearemos la noción del espacio subjetivo, dado que ésta resulta
más pertinente en relación con el tema central de este estudio.

Para entender el espacio subjetivo, debemos definir a grandes rasgos el


espacio objetivo, también conocido como absoluto. Éste, se define como “el ámbito
en donde tienen lugar las actividades humanas y tiene propiedad de ser físicamente
observable y es el que ha dominado la Geografía hasta bien entrado el siglo XX”162.
Además Gallastegui y Galea nos indican que según José Ortega y Gasset, por este
concepto, se entiende el “espacio visto como contenedor o soporte de las acciones
humanas a modo de un gran tablero o retablo y que corresponde a la concepción
geométrica o matemática elaborada por los griegos, en espacial por Euclides. Es un
espacio neutro, isomorfo, infinito y uniforme; es un espacio continente o contenedor
y entendido como superficie objetiva; entendido como extensión en la que se sitúan
y ubican, tanto fenómenos físicos como los sociales (…)”163. En palabras más
sencillas y haciendo una analogía simple, el espacio objetivo corresponde al marco

160 Ibídem, p. 42, citando a Graves.


161 Gallastegui Vega, Joaquín; Galea Alarcón, Juan. Términos para la enseñanza de una geografía
social, humanista y crítica. Valparaíso, Chile, 2006, p.
162 Ibídem, p. 68.
163 Ibídem, p. 69.

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que sostiene una pintura, puesto que este armazón está fuera de lo que quiere
expresar el artista y solo cumple la función de contener la creación.

En relación al espacio subjetivo, podemos decir que es entendido como


“aquel que se capta a través de la subjetivación, valoración y selectividad de los
individuos, en el cual aparecen ciertos aspectos o elementos que interesan en un
momento dado. Es el espacio absoluto, pero visto desde una perspectiva perceptiva
o cognitiva, entendiendo la primera como el conjunto de estímulos recibidos de
forma consciente o inconsciente por un individuo (siendo parte de la cognición) y la
segunda como la suma de subconjuntos de sensaciones, percepciones, recuerdos,
razonamientos, soluciones de un problema, juicios y evaluaciones, incluyendo
diferentes procesos por los cuales la información visual, lingüística, semántica y
comportamental es seleccionada, codificada, elaborada, almacenada y utilizada.
Desde este punto de vista se ha comprobado que el hombre decide su
comportamiento espacial no en función del espacio objetivo, sino de la imagen
mental que se tiene de él”164. Al estudiar este concepto nos encontramos que dentro
de éste aparece uno nuevo, el cual se conoce como el espacio geográfico vivido,
Gallastegui y Galea nos indican que Josep Boira afirma que éste corresponde a “la
concepción del espacio desde una perspectiva interior, la cual se describe,
principalmente, a través de la prisma de la experiencia personal de la gente,
coloreada por sus esperanzas y miedos y distorsionada por prejuicios y
predilecciones. Es el espacio relativo pero con un enfoque antropocéntrico ligado a
los conceptos de espacio simbólico, afectivo y vivido y gracias a los significados que
los seres humanos le otorgamos”165.

Para estos mismos autores, Ortega y Gasset, al momento de referirse al


espacio, lo hace como un “producto social u objeto social, el cual, nos dice que se
presenta no sólo como trascendente a la simple geometría y al entendimiento más
allá del concepto de espacio geométrico o matemático, al espacio contenedor, visto
como simple continente o como sustrato natural, sino que el espacio se perfila

164 Ibíd.
165 Ibídem, p. 70, citando a Boira, Josep…

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también como parte del ser social. Así nos dice que el espacio social es el espacio
subjetivo, ya que en el campo sociológico, tradición de varios decenios, se había
detectado el espacio, desde otros supuestos, resaltando su pertenencia al mundo
de los símbolos, de las representaciones simbólicas y al ámbito de las vivencias
personales”166, es decir, el espacio subjetivo corresponde a aquel que el hombre
vive diariamente de acuerdo a su percepción, es decir, los individuos lo configuran
en relación a sus experiencias y conocimientos y no a partir de medidas o números
abstractos y ajenos a la realidad que ellos logran percibir.

4.3 Lugar

El concepto de lugar se entenderá, de acuerdo a las palabras de Gallastegui


y Galea, como un “sitio, área o espacio concreto con características propias que
permiten diferenciarlo de los demás”167. Asimismo, agregan que “su rasgo distintivo
deriva de la valoración y significado que le conceden las personas, por lo cual éste
puede existir a muy diversas escalas, que van desde una esquina o un monumento
hasta una región o un espacio muy amplio, pasando por cualquier tipo de entidad
habitada (aldea, pueblo o ciudad)”168. En otras palabras, la valoración es el rasgo
principal que distingue al concepto de lugar de otros términos geográficos en la jerga
de esta disciplina.

Las definiciones de lugar son variadas y su número es bastante elevado, por


lo que debemos considerar algunas otras. El Grupo Aduar, por ejemplo, nos indica
que por Lugar se entiende un “sitio, área o espacio concreto con unas
características propias que permiten diferenciarlo de los demás poseyendo una
localización precisa, presentado una forma, estructura y utilización particulares. Su
rasgo distintivo está dado por la valoración y significado que le conceden las
personas”169. Por otra parte, Gallastegui y Galea señalan que “Jean-Robert Pitte
define el lugar como un espacio vivido y percibido por el hombre, es aquel apropiado

166 Ibídem, p. 71.


167Gallastegui Vega, Joaquín; Galea Alarcón, Juan. Reflexiones sobre el concepto de barrio,
Valparaíso, Chile, 2003, p, 19.
168 Ibíd.
169 Ibídem, p, 20, citando al Grupo Aduar...

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para su cuerpo, para sus sentidos. El barrio, la plaza y calle son espacios hechos
para recorrerlo, para caminar y que dan contenido a lo cotidiano y su significativo a
través del tiempo”170. Así también, afirman que para Hagget “lugar significa una
posición particular sobre la superficie terrestre, pero en contraste con la localización,
ya que no se utiliza en un sentido abstracto sino que se confina a una localización
identificable sobre la que cargamos valores”171. Para Horacio Capel “lugar es el
′mundo vivido′ o de existencia real y de experiencia vivida, es un mundo lleno de
intenciones, de valores y de significados, en contraposición del espacio abstracto,
objetivo y neutro”172. Mientras que para Yi Fu Tuan, el Lugar representa “un centro
de significación individual y foco de vinculación emocional para el hombre” 173. Las
definiciones presentadas, tal como se dijo en líneas anteriores, concuerdan en que
la valoración es el elemento que convierte un espacio en un lugar, siendo el hombre
el responsable de dar esa valoración.

En cuanto a los elementos que componen este concepto, J. Gallastegui y J.


Galea indican que J. A. Agnew identifica tres elementos fundamentales:

1. “El espacio local como un marco en que se realizan las relaciones sociales.
A lo que podemos agregar, que es un espacio pequeño, de uso cotidiano; en
otras palabras, es el espacio de la comunidad, como lo es la ciudad o el barrio
(…).
2. La localización, o sea, el área geográfica que abarca el marco para una
interacción social, fundamentalmente directa.
3. El sentido de lugar, o sea, la construcción del sentimiento local. El lugar y en
concreto, el sentimiento de lugar son conceptos claves utilizados por la
Geografía Humanista para distinguir su enfoque del de los geógrafos
positivistas. A lo que podemos agregar que también el concepto se identifica
éste, también se define como el espacio vivido, aquel horizonte cotidiano que
tiene sentido de identidad y pertenencia para el individuo. Para que un lugar

170 Ibídem, p, 22, citando a Pitte, Jean-Robert…


171 Ibídem, p, 20, citando a Hagget…
172 Gallastegui Vega, Joaquín; Galea Alarcón, Juan, op. cit. p. 248, citando a Capel, Horacio…
173 Ibídem, p, 250, citando a Yi Fu Tuan…

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sea tal, debe transformarse en algo, no sólo significativo para las personas,
sino en algo sentido y que va más allá del razonamiento”174.

Marc Augé afirma que existe el lugar antropológico, indicando que “son tres los
rasgos que identifican a los lugares: identificatorios, relacionales e históricos. Son
espacios donde se puede leer algo sobre las identidades individuales y colectivas,
las relaciones entre las gentes y la historia a la que pertenece. Además son
′territorios retóricos′, es decir, espacios dentro de los cuales la gente utiliza el mismo
lenguaje, lo cual permite entenderse como medias palabras, con la complicidad del
silencio o los sobreentendidos (…)”175. De este modo, se entenderá al lugar como
un espacio que recibió una valoración por parte de las personas que lo frecuentan,
ya que es generador de un sentimiento de cercanía, identificación y pertenencia,
puesto que refleja parte de su vida e historia.

4.4 Identidad y Cotidianeidad

Desde un primer momento debemos caracterizar la identidad como una


interiorización de la cultura. En este sentido, Gilberto Giménez, investigador en
ciencias sociales de la UNAM, señala que “la primera función de la identidad es
marcar fronteras entre un nosotros y los ‘otros’”176, a lo que añade, “no se ve de qué
otra manera podríamos diferenciarnos de los demás si no es a través de una
constelación de rasgos culturales distintivos. Por eso suelo repetir siempre que la
identidad no es más que el lado subjetivo (o, mejor, intersubjetivo) de la cultura, la
cultura interiorizada en forma específica, distintiva y contrastiva por los actores
sociales en relación con otros actores”177. En este sentido, el autor argumenta que
la función de la identidad es integrar repertorios culturales diferenciadores, en
función de los “otros”, y definidores, de la propia unidad y en función de “nosotros”.
Es decir, y en palabras del mismo autor, la cultura “representa el conjunto de los
rasgos compartidos dentro de un grupo y presumiblemente no compartidos (o no

174 Ibídem. p, 248, citando a Agnew, J. A.


175 Ibídem. p, 262, citando a Augé.
176 Giménez, Gilberto, La cultura como identidad, la identidad como cultura, Guadalajara, México,

2005, p. 1.
177 Ibídem, p. 1.

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enteramente compartidos) fuera del mismo. De aquí su papel de operadora de


diferenciación”178.

Según lo anteriormente enunciado, la identidad individual puede ser “definida


como un proceso subjetivo y frecuentemente auto-reflexivo por el que los sujetos
individuales definen sus diferencias con respecto a otros sujetos mediante la auto-
asignación de un repertorio de atributos culturales generalmente valorizados y
relativamente estables en el tiempo”179, argumentos que no dejan de reforzar las
ideas precedentes, sino que además nos entrega nuevos elementos para traer a
análisis.

Gilberto Giménez nos habla de “auto-asignación” de atributos, es decir,


adquirir una conducta para actuar dentro de la sociedad, todo en cuanto sea
inherente al ser humano, formando al mismo tiempo un cotidiano que se mezcla con
el resto de las interpretaciones del mundo que hagan los demás cotidianos. Para
ser más precisos, estos atributos adquiridos (auto-asignados) nos conducen a vivir
nuestro cotidiano e interpretarlo con independencia de la colectividad que
desempeña un rol común. Es desde la misma caracterización que se desprende la
idea de identidades individuales, las cuales se conjugan con la identidad colectiva
creando un todo sistémico.

Con todo lo consignado hasta ahora, al referirnos al cotidiano y cómo éste


construye una identidad, tenemos presente que los seres humanos se irán
relacionando en “conjuntos de interacciones subjetivas sujeto-sujeto, sujeto-objeto,
donde la subjetividad adquiere un significado propio y se transforma en una realidad
independiente a través de la acción”180, constituyendo por consiguiente al hombre
como un actor social y constructor de su realidad.

178 Ibídem, p. 5.
179 Ibídem, p. 9.
180 Berger y Luckman, Reflexiones sobre la cotidianidad y la ciudad, en revista ARQ Nº 48, p. 6-7 en

Osorio, Francisco, Textura Urbana cotidiana como Estructura de la Identidad de la Lugaridad,


Santiago, Chile, 2006.

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No es sino, a partir de la idea anteriormente recogida, que vamos a entender


que la cotidianeidad no se manifiesta en todos los espacios, sino en algunos muy
específicos donde la memoria colectiva les otorga una significación especial, no por
ser un espacio físico, sino por la carga emotiva que evoca sus vivencias y
acontecimientos más significativos como sujeto histórico, como delimitador de su
identidad y fuente de su cultura.

Son espacios incomparables con la “ciudad formal”, que nacen de la


espontaneidad y emergen como críticos ante el resto de la ciudad. Según Francisco
Osorio, allí también nacen “‘Economías Informales’, las cuales se manifiestan
comúnmente en los lugares (…) como por ejemplo lo que pasa en patronato o en el
persa Biobío, donde se ve este choque de estructuras a la luz del día”181. Y continua
señalando los tipos de interacciones que se dan en este contexto, que nutren la
identidad colectiva y de apropiación, argumentando que “estas relaciones subjetivas
se transforman en realidad tangible, es decir física y palpable por medio de una
acción concreta ideada por el sujeto, en la cual la conducta social pasa a ser un
motor de partida de una intervención espacial en los lugares de la cotidianidad”182.
Por ejemplo, en el Mercado Cardonal, la conducta transforma el espacio,
convirtiendo las veredas en superficies de exposición de productos, lo que conlleva
a que el sujeto intervenga los espacios físicos, cambiándole el significado a los
elementos que allí convergen.

4.5 Patrimonio

El Patrimonio es un concepto ocupado por las Ciencias Sociales y que ha


sido motivo de investigación para varios autores, entre los que encontramos a
Fusco, Fontal y Llull, los que, con afán de rescatar aquel legado que los
antepasados han dejado a la humanidad, han contribuido a crear las bases para la

181 Osorio, Francisco, Textura Urbana cotidiana como Estructura de la Identidad de la Lugaridad,
Santiago, Chile, 2006, p. 77.
182 Ibídem, p. 78.

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conservación183 preservación184 y mantenimiento185 de aquellas expresiones que


dan cuenta de la grandeza y esplendor de todas las huellas que ha ido dejando el
hombre con el pasar de los siglos, así como también las manifestaciones de la
fuerza de la naturaleza y su creatividad infinita plasmada en las maravillas naturales
que encontramos en los cinco continentes. Teniendo en cuenta esto, cabe
preguntarnos, ¿qué importancia tiene la preservación del Patrimonio?, ¿Qué
relación existe entre el Patrimonio y el legado de nuestros antepasados?

En la actualidad y desde 1972 la Organización de las Naciones Unidas para


la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, se ha encargado de trabajar con los
países y dar a conocer a la humanidad que “en los últimos siglos gran parte de
nuestro patrimonio se ha perdido irremediablemente. Hemos sido testigos –y
seguimos siéndolo– de la destrucción y el deterioro de tesoros de inestimable valor,
producto de desastres naturales, guerras, extrema pobreza, industrialización y
contaminación. Otras causas de esta prolongada y persistente tragedia son la
ignorancia, la indiferencia, la falta de cuidado y de aprecio”186.

De igual modo, Martín Fusco realiza una aproximación a la relación que se


establece entre el Patrimonio y el legado que nuestros antepasados nos han dejado,
expresando que “si el patrimonio es un conjunto de bienes que definen la identidad
de los pueblos, su pérdida conduce irremediablemente a una anulación de la
conciencia colectiva, a la ignorancia de los orígenes, a la incapacidad de
comprender el presente, a la imposibilidad de prever un destino común. Paralelo al

183 De acuerdo con la Carta de Burra de 1981 significa todo el proceso de tutela de un lugar con el
fin de mantener su valor cultural. Incluye el mantenimiento y, dependiendo de las circunstancias,
puede incluir preservación, restauración, reconstrucción y adaptación, y por lo común será una
combinación de más de una de estas
actividadeshttp://www.international.icomos.org/charters/burra1999_spa.pdf
184 De acuerdo con la Carta de Burra de 1981 significa el cuidado continuo del tejido histórico, del

contenido y del entorno de un lugar, y se diferencia de la reparación. La reparación incluye la


restauración o la reconstrucción, y se le tratará de acuerdo a ello
http://www.international.icomos.org/charters/burra1999_spa.pdf
185 De acuerdo con la Carta de Burra de 1981 significa mantener el tejido histórico de un lugar en su

estado actual y el retardar su deterioro


http://www.international.icomos.org/charters/burra1999_spa.pdf
186 UNESCO, Patrimonio Mundial en manos de jóvenes. P. 3. Extraído el 20 de junio de 2014 desde

http://whc.unesco.org/uploads/activities/documents/activity-54-17.pdf

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crecimiento exponencial que ha experimentado este proceso de destrucción en los


últimos tiempos, se ha conformado también en la conciencia de los grupos sociales
la certeza de que el patrimonio cultural a semejanza del natural tiene carácter de un
bien no renovable. De la misma manera que una especie animal o vegetal
extinguida no puede reemplazarse por otra, cualquier objeto material heredado es
único, y su destrucción comporta un vacío irremplazable”187.

Al igual que la UNESCO, Fusco también deja entrever que la pérdida del
Patrimonio es un mal que afecta a la humanidad por completo, pues, la
desaparición de una pieza que forma parte del gran rompecabezas que conocemos
como humanidad, impediría clarificar y entender nuestros orígenes, privando
además, a las generaciones venideras el conocer y comprender a sus ancestros,
llevando a que configuraren su existencia a partir de preceptos inciertos, los que
quizás, de una u otra forma, conducirían a que su cultura no logre heredar la
totalidad de aquellos elementos basales que las hacen únicas.

En cuanto a la relación que existe entre Patrimonio y el legado de los


antepasados podemos decir que “cuando su ciclo vital llega a su fin, todas aquellas
construcciones que le dieron un sentido a la vida -la religión, los mitos, el lenguaje,
las tradiciones- y que la hicieron materialmente posible –la vivienda, las armas, los
utensilios, la tierra- se convierten en la herencia que deja a sus sucesores, en el
legado que transmite a los semejantes que le continuarán en el tiempo. Situados en
el presente, los objetos físicos que heredamos de nuestros antecesores, que
traspasaron nuestros ancestros, nos habla de ellos al erigirse como las
realizaciones materiales de su pensamiento. El pasado se hace vivo en el presente
a través de los artefactos, y de esa manera la cultura de una generación ‘continúa’
en la siguiente. Este ′fluir′ a través del tiempo, de continuar a la vez idéntica y distinta
a sí misma, es casi una condición inherente a la cultura”188. Por lo tanto, se evidencia
una relación estrecha entre el Patrimonio y el legado que los antepasados dejan a

187Fusco, Martin, op. cit., p. 34.


188Fusco, Martin. La noción de patrimonio: evolución de un concepto. Desde la Antigüedad hasta
nuestros días, Buenos Aires, Argentina, 2012, p. 29.

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sus herederos, en donde el presente de las culturas que hoy subsisten en el planeta,
se vive gracias a aquella herencia, tanto material como inmaterial, que se ha
transformado en su Patrimonio. Es una constante transmisión de generación en
generación que permite la existencia y preservación de aquellas características que
las hacen únicas e irrepetibles en el mundo.

A lo recientemente señalado se puede agregar que “el patrimonio heredado


viaja a través del tiempo portando un mensaje y se convierte así en una advertencia,
en un llamado de atención, en un recordatorio para cada generación acerca del
origen y el desarrollo de la cultura a la que pertenece; y en una cantera de datos
que relacionados convenientemente permiten, al menos en parte, comprender la
realidad actual y proyectar el porvenir”189. Esta afirmación aclara tanto la importancia
de la preservación del Patrimonio, así como esclarece la relación entre Patrimonio
y el legado, puesto que evidencia la trascendencia que tiene la permanencia del
Patrimonio dentro del constante cambio al cual se ven enfrentadas las culturas en
la actualidad. La importancia del cuidado y la valoración de aquellas
manifestaciones de los ancestros son relevantes para continuar con características
que se convierten en esas distinciones que hacen de la humanidad un conjunto
pluricultural con raíces que datan de los albores de la existencia humana.

Ahora bien, si nos adentramos en la búsqueda de una definición del concepto


de Patrimonio, es necesario partir señalando que éste proviene del latín
patrimonioum, el cual tiene como significado aquello que proviene de los
predecesores. La Real Academia Española define también el concepto como “la
hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes”190. Ambas significaciones
hacen referencia a una herencia proveniente de las generaciones anteriores, sin
embargo, si investigamos con mayor rigurosidad, concluiremos que el significado
de Patrimonio es aún más amplio.

189 Ibídem, p. 32.


190 Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, p. 1703.

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La mayor complejidad del concepto radica en las múltiples acepciones que


encuentra cada disciplina al momento de su tratamiento, puesto que cada una de
ellas tiene diferentes objetos de estudio. Así es como el complejo entramado que
constituye la evolución de las nociones de Patrimonio se evidencia por medio del
devenir histórico en su totalidad. En palabras de Fusco, “el concepto de ′patrimonio′,
o sea, el significado que tiene el término y lo que es capaz de denotar o designar,
tiene al menos dos características fundamentales ligadas entre sí. En primer
término, corresponde a que es un concepto amplio y complejo, y en su conformación
confluyen una serie de nociones o ideas que provienen de diferentes campos de la
cultura y que engloba bajo su denominación diversas formas según las culturas y
las regiones que lo definen. De esto se desprende una segunda cualidad que es
común a todas las creaciones humanas: su historicidad. De esta forma pareciera
ser un concepto capaz de cambiar con el correr del tiempo y las generaciones
modificando sutilmente su significado”191. Por lo tanto, se afirma que no ha existido
una sola definición que haga alusión al concepto de Patrimonio, pues dada su
complejidad cuenta con varias acepciones. Por ejemplo, Josué Llull nos señala que
“Fontal ha analizado las distintas acepciones de patrimonio: como propiedad en
herencia, como selección histórica, como sedimento de la parcela cultural y como
conformador de la identidad social, a las que podríamos añadir también su papel
como modelo de referencia”192.

Ahora bien, si buscamos una definición que se acerque más a los alcances
de la investigación presentada, Martin Fusco afirma que Horacio Gnemmi en su
obra “Puntos de vista sobre la conservación del patrimonio arquitectónico y urbano”
indica que Patrimonio “en sentido figurado significa bien o herencia. En el caso de
patrimonio construido se hace referencia a todo tipo de bienes cuyo conjunto define
la identidad de los pueblos”193.

191 Fusco, Martin, op. cit., p. 44.


192 Llull, Josué. Evolución del concepto y de la significación social del patrimonio cultural, p. 179.
Extraído el 19 de junio de 2014 desde
www.revistas.ucm.es/index.php/aris/article/download/aris0505110177a/5813
193 Fusco, Martin, op. cit., p. 32.

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Otra definición, alude a que Patrimonio se entienda como un “conjunto de


objetos reales e ideales heredados de los antepasados”194, o bien afirmar que
corresponde a “obras arquitectónicas y espacios urbanos cuya forma constitutiva es
expresión de conocimientos adquiridos, arraigados y trasmitidos, los que en forma
individual o en conjunto, revelan características culturales, ambientales,
antropológicas o sociales que expresan y fomentan la cultura. Forma parte de la
riqueza colectiva de la ciudad, región o nación, y está integrado por obras que
proceden del pasado como del presente, con valor en sí mismas y cuya apreciación
e importancia no depende de limitaciones derivadas de su propiedad, uso,
antigüedad o valor económico, sino que se han convertido en patrimoniales por la
acción cultural y social que cumplen”195.

Así también, para 1972, la UNESCO declaraba que por Patrimonio de un


pueblo se entiende “el conjunto de monumentos, obras arquitectónicas, de escultura
o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico,
inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, los
conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad
e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de
vista de la historia, del arte o de la ciencia, los lugares: obras del hombre u obras
conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares
arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista
histórico, estético, etnológico o antropológico”196.

Si hacemos una breve revisión de aquellos documentos oficiales que nos


aportan aclaraciones en la construcción del concepto de patrimonio al que
echaremos mano en la presente investigación, tenemos que el Documento de Nara,
surgido a partir de una Asamblea del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios

194 Ibídem, p. 382


195MINVU, “Propuesta para la definición de Patrimonio para la subcomisión de Patrimonio”. Extraído
el 02 de junio de 2014 desde http://politicaurbana.minvu.cl/wp-content/uploads/2013/06/Propuesta-
para-la-definici%C3%B3n-de-Patrimonio-Divisi%C3%B3n-de-Desarrollo-Urbano_Pilar-
Gim%C3%A9nez.pdf
196 Ibídem, p. 3.

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(ICOMOS), celebrada durante 1994, declara en su punto N° 7 que “todas las


culturas y sociedades tienen sus raíces en particulares formas y modos de
expresión tangible e intangibles, las que constituyen su patrimonio”197. En tanto, en
la carta de Cracovia, emitida en el año 2000, encontramos otra definición de
Patrimonio, en la que se señala que éste corresponde al “conjunto de las obras del
hombre en las cuales una comunidad reconoce sus valores específicos y
particulares y con los cuales se identifica. La identificación y la especificación del
patrimonio es por tanto un proceso relacionado con la elección de valores”198.

De este modo, queda de manifiesto que el concepto de Patrimonio es


complejo y su significado es amplio y variado de acuerdo a la ciencia que lo estudie.
Además, cabe señalar que la noción de Patrimonio se ha visto modificada desde los
albores de la existencia del hombre, siendo adecuada por él en cada época de
nuestra historia, pues como cualquier otra creación humana, adquiere, una
dimensión histórica, es decir, “la historicidad de una idea, o sea de su cualidad
ineludible de estar sujeta al devenir del tiempo, implica inevitablemente la constante
sucesión de cambios, transformaciones y superposiciones en su significado”199. Por
lo que las transformaciones que ha sufrido el concepto Patrimonio se han visto
sujetas al contexto en que se sitúa, siendo éste reflejo del tiempo histórico en el que
se configuró. Dicho esto, “se puede afirmar que la noción de patrimonio como
′herencia de pasado′ ha existido siempre. No es una idea actual o contemporánea
y ni siquiera su nacimiento corresponde a los inicios de la edad moderna, sino que
ha estado presente ya en el pensamiento de las culturas fundantes de lo que
conocemos como civilización occidental –al menos de los antiguos romanos-, e
incluso en algunas más antiguas”200. Es decir, todas las culturas, pueblos y
sociedades de todos los tiempos, han sido conscientes de que no emergían en el
mundo en medio de la nada, sino que, por el contrario “su propia existencia se
insertaba en la trama de una cultura particular que las generaciones precedentes

197
Conferencia de Nara sobre autenticidad, (s.f.), p. 1. Extraído el 17 de junio de 2014 desde
http://www.icomoscr.org/doc/teoria/DOC.1994.nara.documento.sobre.autenticidad.pdf
198 MINVU, op. cit., p. 2.
199 Ibídem, p.381.
200 Ibídem, p, 382.

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les habían legado y con la que inevitablemente debía relacionarse para transitar su
correspondiente tiempo o lapso histórico”201.

Teniendo en cuenta que el Patrimonio se configura, de acuerdo al apartado


anterior, como un “conjunto de objetos reales e ideas heredables de los
antepasados”202, se considera que los distintos grupos sociales y momentos
culturales han ido quitando y agregando elementos a la configuración del concepto,
hasta definir uno propio de su tiempo, que probablemente ha estado condicionado
y caracterizado bajo la visión de ese momento. De este modo, “en cada momento
histórico, los distintos grupos sociales, al determinar que dentro de esta ‘herencia’
enorme conformada por objetos reales e ideales existen un conjunto de objetos
materiales que por alguna cuestión revisten una importancia particular, se
constituyen en un corpus de bienes de interés común, y merecen un tratamiento;
han construido su propia noción de patrimonio. En realidad lo que cada sociedad ha
hecho sobre la noción de patrimonio es, de cierta manera, definir sus límites,
precisar sus bordes, individualizar que tipos de objetos se incluyen dentro de su
categoría y cuales quedan excluidos”203.

Dicho esto, se hace pertinente para efectos de esta investigación analizar la


evolución que ha tenido el significado de este concepto desde principios del siglo
XX hasta nuestros días.

En los inicios del siglo XX, evidenciaremos que, dada la rapidez con la que
fueron sucediendo los cambios, la capacidad de adaptación de las sociedades fue
superada, a lo que si se suma las catastróficas consecuencias que trajo la Primera
Guerra Mundial, la Revolución Rusa y el colapso de la economía en la década de
los Treinta, se obtiene como resultado el surgimiento de grupos que buscaban
regenerar la confianza en el mañana a través del pasado, ya sea tanto para
retraerse y refugiarse como para sustentar sus ideologías y estrategias políticas de
dominación. En este contexto, “la ciencia histórica giró hacia la sociología y acudió

201Ibíd.
202 Ibíd.
203 Ibíd.

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a ciencias ligadas a lo humano, y en cierto sentido asumió un cariz cuantitativo


propio del aporte de otras disciplinas”204. No obstante, cabe señalar que en el campo
del arte existió un rechazo generalizado hacia el pasado.

Existiendo una división de sentimientos hacia el cómo abordar el presente


durante esta época, el concepto de Patrimonio sufrió ciertos cambios durante el
paso de las décadas de este nuevo siglo. Así fue como “durante la primera parte del
siglo XX, la noción de patrimonio se identificó de una manera aún más estrecha y
decidida con la de documento. Pero a diferencia del periodo anterior signado por el
historicismo (y salvando la utilización ideológica que los totalitarismo de extrema
derecha hicieron de la historia y su legado), a comienzos de Novecientos los objetos
del pasado se liberaron paulatinamente del contenido simbólico que promovía la
idealización del pasado de inspiración romántica, para adecuarse a la noción de
estricta fuente de información que, por su complejidad y su singularidad, debían ser
tratados como métodos y técnicas sustentados en la ciencia moderna, que alteraran
lo menos posible su estructura material evitando falsificaciones para no dañar su
potencial informativo. Potencial que pretendía ser descifrado en el presente, o
confiado a generaciones futuras que provistas de nuevas herramientas podrían
extraer de ellos nuevos conocimientos”205.

Para las décadas posteriores a los años sesenta, se observa una mayor
complejidad en la noción de Patrimonio, la que lleva a que “(…) resulte difícil y
riesgoso intentar una síntesis del concepto en la actualidad (o al menos de sus
características más relevantes), pero podríamos concluir que en nuestro tiempo se
ha revestido de un carácter eminentemente instrumental”206.

Desde esta misma perspectiva e intentando dar mayor precisión al concepto,


podemos decir que “la consideración actual de los objetos del pasado –que
evidentemente reúne todas las nociones a las que se asoció en el pasado
superpuesta ahora en lo que se ha dado en llamar valor cultural- pasa

204 Ibídem, p. 329.


205 Ibídem, p. 332
206 Ibídem, p. 376

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fundamentalmente por su utilidad, por la posibilidad de ′servir para algo′, de provocar


un beneficio más allá de la mera evocación o el aporte documental. Y en ese sentido
son dos los grandes campos donde el patrimonio demuestra su utilidad: como
herramienta para consolidar identidades y testimoniar la diversidad cultural dentro
de un mundo progresivamente globalizado –demanda esta que se le realiza desde
los Documentos emitidos desde latino América en las últimas décadas- se recubre
de un valor social; y como fuente y generador de riquezas se reviste de un valor
económico. El posible conflicto entre ambos roles es una cuestión a resolver”207.

En definitiva, para la época, la noción de Patrimonio se encuentra definida a


través de la clara relación entre su rol evocador del pasado y su necesidad de
interpretar el ayer. Lo que se intenta resolver hoy, como principal interrogante, es el
para qué sirve, situación que a nuestro juicio, se encuentra claramente revestida del
pensamiento pragmático de las últimas décadas.

Por todo lo ya expuesto queda por señalar que entenderemos al Patrimonio,


para efectos de esta investigación, como un “conjunto de bienes heredados que se
viven en el presente y que deben ser protegidos y conservados, para ser
transmitidos a las futuras generaciones”208, y si citamos a la UNESCO
entenderemos que “el Patrimonio Mundial está integrado por bienes o sitios que
poseen un valor universal excepcional, es decir, que tiene una importancia cultural
o natural extraordinaria, que trascienden fronteras y tiene un significado especial
dentro de la historia de la humanidad”209. Por lo tanto, “la conservación del
patrimonio considerado de extraordinario valor universal, tanto el patrimonio cultural
como natural, un patrimonio tanto inamovible como movible, la conservación de
patrimonio irremplazable y la conservación del Patrimonio Mundial, depende de
iniciativas colectivas de acción internacional”210.

207Ibídem. p, 376
208 UNESCO, op. cit., p. 42.
209 Ibíd.
210 Fusco, Martin, op. cit. p. 50.

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4.5.1 Patrimonio Cultural

Cuando hablamos de Patrimonio Cultural, hacemos referencia a un concepto


que ha sufrido cambios en el tiempo, reconsideraciones que nos han hecho
entenderlo de diferente forma, por lo que su redefinición constituye una posibilidad
constante en el devenir. Si lo quisiéramos expresar de otra forma, diríamos que “el
concepto de patrimonio cultural es subjetivo y dinámico, no depende de los objetos
o bienes sino de los valores que la sociedad en general les atribuyen en cada
momento de la historia y que determinan qué bienes son los que hay que proteger
y conservar para la posteridad”211.

Ahora bien, la precisión del concepto de Patrimonio Cultural en esta


oportunidad, proviene fundamentalmente de la revisión de diferentes documentos
de carácter oficial, legislativos y otros de carácter literario que traemos a análisis de
forma complementaria.

El origen de la preocupación por el cuidado de Patrimonio Cultural se puede


situar tras el fin de la Segunda Guerra Mundial212, en ese momento, es posible
observar cómo “el hombre tomó conciencia de los valores del patrimonio cultural
vinculado al concepto de identidad”213, esta situación se habría generado, como
consecuencia de la devastación propia que resulta de una guerra con estas
características. En este quebranto, el ser humano no lograba hallar su lugar, su
reflejo en la sociedad. Fue debido a la necesidad imperiosa de recuperar su razón
de ser que “los pueblos iniciaron paulatinamente la búsqueda de sus raíces, de su
identidad, de su esencia individual y colectiva”214.

Esta nueva actitud de los hombres en sociedad, dedicada a la búsqueda de


su identidad, tanto personal como comunitaria, se fue transformando cada vez más

211 Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Qué es el patrimonio cultural, Internet,
www.juntadendalucía.es , junio 2014.
212 Instituto Nacional de Cultura del Perú, Documentos Fundamentales para el Patrimonio Cultural.

Textos internacionales para su recuperación, repatriación, conservación, protección y difusión, Lima,


Perú, 2007.
213 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit.,p. 11.
214 Ibíd.

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en una actitud de los países a nivel internacional, surgiendo de este modo, el “inicio
de una política de rescate del pasado, de revaloración de los restos históricos,
artísticos y culturales, de definiciones conceptuales y de búsqueda de la identidad
como un punto de referencia que le permita a los hombres identificarse con un lugar
o una parte de la historia”215. Así fue como se abrió paso un proceso de
enriquecimiento progresivo del concepto de Patrimonio Cultural, relacionado
íntimamente con la construcción de un marco normativo internacional dictado por
un conjunto de organizaciones del mismo carácter, en diferentes instancias de
discusión y reflexión216.

La Carta de Atenas (1931), el Convenio de la Haya (1945) y la Comisión


Franceschini (década de 1960), convienen en el reconocimiento de la concepción
cultural del Patrimonio Cultural a través de la agregación de un conjunto de
categorías susceptibles de constituir testificación del desarrollo de la cultura de un
pueblo; quedando así superada durante el siglo XX, la visión restringida del
Patrimonio Cultural que hacía referencia exclusiva a las antigüedades clásicas y a
la visión monumental y artística del patrimonio del siglo XIX. Esta evolución fue
posible, principalmente, gracias a la incorporación del concepto de Valor Cultural a
la noción patrimonial, puesto que abrió paso a la incorporación de las categorías
patrimoniales de lo tecnológico, industrial y minero, geológico y paleontológico, y lo
étnico y científico, las que contribuyeron a engrosar su semántica, reconociendo
aspectos fundamentales de esta renovada forma de ver el patrimonio, “porque más
allá de apreciar los materiales añejos como si de un mero coleccionismo curioso se
tratara, se prioriza la idea de contextualización, de comprensión del Patrimonio en
conjunto, de su valor ante todo como conocimiento de la existencia material,
organización social, cosmovisión, y representación del mundo que fundan la
identidad de un grupo social y lo diferencian de los demás”217.

215 Ibíd.
216 Ibíd.
217 García, Angélica, op. cit., p. 5.

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En esta línea, si quisiéramos descomponer el concepto de Patrimonio


Cultural, es posible afirmar que éste se encuentra “compuesto por dos partes, la
primera el patrimonio y la segunda la cultura, ambas se refieren a algo heredado,
un legado, algo que se aprende o se obtiene del pasado de generaciones anteriores;
sin embargo la cultura y el patrimonio se complementan en el aspecto de que la
cultura se preocupa de cómo se obtiene dicha herencia, mientras que el patrimonio
se enfoca a lo que esa herencia es, ya sea tangible o intangible”218.

La Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Mundial,


Cultural y Natural de 1972, viene a reforzar esta noción señalándonos que “el
patrimonio cultural es el conjunto de bienes muebles e inmuebles, materiales e
inmateriales, de propiedad de particulares o de instituciones u organismos públicos
o semipúblicos que tengan valor excepcional desde el punto de vista de la historia,
del arte, de la ciencia y de la cultura y por lo tanto sean dignos de ser considerados
y conservados para la nación”219, significando, por lo tanto, “un avance conceptual
significativo en cuanto al concepto de patrimonio cultural, junto a los valores
históricos y artísticos tradicionales se incorporan otros valores como el científico o
el natural y en algún caso el etnológico o antropológico”220. Sin perjuicio de lo
anterior, cabe señalar que será solo en 1989, con la redacción del documento de la
Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular, que se
terminará por sentenciar la singular relevancia de las creaciones identitarias como
construcciones de las comunidades221.

Sin duda, todo esto contribuye a consolidar, “una visión amplia y plural del
patrimonio cultural que valora todas aquellas entidades materiales e inmateriales
significativas y testimoniales de las distintas culturas sin establecer límites
temporales ni artísticos, considerando así las entidades de carácter tradicional,

218 García, Diana; Rivas, Nitzé-Ha, Usos turísticos del patrimonio industrial ferroviario de la ciudad
de Puebla, Tesis Licenciatura. Administración de Hoteles y Restaurantes. Departamento de turismo,
Escuela de Negocios y Economía, Universidad de las Américas Puebla. Mayo, 2007, p. 19, citando
a Kroeber, 1968.
219 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 61.
220 Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, op. cit.
221 Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, op. cit.

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industrial, inmaterial, contemporáneo, subacuático o los paisajes culturales como


garantes de un importante valor patrimonial”222. Así, el Patrimonio Cultural se
encuentra “formado por los bienes culturales que la historia le ha legado a una
nación y por aquellos que en el presente se crean y a los que la sociedad les otorga
una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética. Es la herencia
recibida de los antepasados, y que viene a ser el testimonio de su existencia, de su
visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser, y es también el
legado que se deja a las generaciones futuras”223, por ende, “no se limita a
monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o
expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros
descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales,
rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el
universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional”224.

Esta idea moderna implica que el Patrimonio Cultural no viene dada desde
siempre, ni acotada únicamente a la producción palpable del hombre, sino que, muy
por el contrario y, como hemos dicho, nace como una construcción social con origen
en la interacción que acaece entre las personas que participan de una sociedad,
este patrimonio vivo es por ello, “un artificio de su creación y, por tanto, reversible y
dinámico”225, representando de esta forma “la reunión de las manifestaciones de
creatividad humana que diferencian a los humanos y que significan un vínculo en
cada individuo”226. De este modo, “el Patrimonio es creación- invención y
construcción social”227.

222 Ídem.
223 Barraza, José (comp.), Manual de Patrimonio Cultural y Natural. Arica y Parinacota, p. 14.
224 UNESCO. Qué es el Patrimonio cultural Inmaterial, p. 3.
225 García, Angélica, op. cit., p. 2.
226 García, Diana; Rivas, Nitzé-Ha, Usos turísticos del patrimonio industrial ferroviario de la ciudad

de Puebla, Tesis Licenciatura. Administración de Hoteles y Restaurantes. Departamento de turismo,


Escuela de Negocios y Economía, Universidad de las Américas Puebla. Mayo, 200, p. 21.
227 García, Angélica, op. cit., p. 3.

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

Para efectos del presente trabajo de investigación, entenderemos que el


Patrimonio Cultural, encuentra manifestación a través de dos formas: la material y
la inmaterial.

4.5.1.1 Patrimonio Cultural Material

Por Patrimonio Cultural Material, se entiende “la expresión de las culturas a


través de grandes realizaciones materiales”228, es decir, todo aquella construcción
sensible que testifique el acontecer cultural de un grupo social. Dentro de esta
materialización se encuentran “los objetos como edificios, monumentos, objetos de
arte, de producción y de uso cotidiano”229. A su vez, esta forma de expresión del
patrimonio es posible subdividirla en dos clasificaciones: el Patrimonio Mueble y el
Patrimonio Inmueble.

4.5.1.1.1 Patrimonio Cultural Inmueble

Dentro de los múltiples conceptos que componen la noción de patrimonio, es


imposible no abordar qué entendemos por Patrimonio Cultural Inmueble. Primero
se presenta la necesidad de diferenciarlo un poco de la concepción que se
encuentra en el Código Civil, - en el Libro Segundo: De los bienes y de su dominio,
posesión, uso y goce, art. 568 – señalando que inmuebles o fincas o bienes raíces
son las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro230, como las tierras y
minas, y las que adhieren permanentemente a ellas, como los edificios y los árboles.
En este punto podemos señalar que un bien inmueble es una obra que por su propia

228 Barraza, José (comp.), op. cit., p. 15.


229 García, Diana; Rivas, Nitzé-Ha, Usos turísticos del patrimonio industrial ferroviario de la ciudad
de Puebla, Tesis Licenciatura. Administración de Hoteles y Restaurantes. Departamento de turismo,
Escuela de Negocios y Economía, Universidad de las Américas Puebla. Mayo, 2007, p. 24.
230 Código Civil. Edición oficial, especial para estudiantes, p. 75.

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

naturaleza, no puede trasladarse de un lugar a otro, ya sea por su supeditación al


terreno, su tamaño o porque está ligada imprescindiblemente al entorno del sitio.

Para la RAE, un inmueble corresponde a las “tierras, edificios, caminos,


construcciones y minas, junto con los adornos o artefactos incorporados, así como
los derechos a los cuales atribuye la ley esta consideración”231; así también, lo
define como un “edificio para habitar”232. Por su parte, el Instituto Andaluz de
Patrimonio Histórico nos señala que, en el Seminario sobre Patrimonio Cultural
celebrado en Santiago de Chile durante 1998, se considera que el “patrimonio
inmueble está constituido por los lugares, sitios, edificaciones, obras de ingeniería,
centros industriales, conjuntos arquitectónicos, y monumentos de interés o valor
relevante desde el punto de vista arquitectónico, arqueológico, etnológico, histórico,
artístico, o científico, reconocidos y registrados como tales”233.

A partir de lo anterior, es posible establecer una similitud entre las


definiciones en torno al inmueble, ya que todas ellas nos señalan que corresponde
a un edificio o más, y que posee un valor indispensable para la sociedad, puesto
que se encuentra ligado al entorno al que pertenece o no puede transportarse.

Para adentrarnos a profundidad en la temática, según DIBAM, podemos


entender Patrimonio Cultural como “el conjunto de bienes tangibles e intangibles
que forman parte de sus prácticas sociales y a los que se les atribuyen valores a
ser transmitidos, y luego resignificados, de una época a otra, o de una generación
a las siguientes”234.

En uno de estos aspectos es menester detenerse y revisar ciertos


documentos fundamentales propiciados por la UNESCO, sobre todo cuando se

231 Definición de Inmueble. Extraído el 20 de junio de 2014 desde:


http://lema.rae.es/drae/?val=INMUEBLE
232 Ídem.
233 Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico. Consejería de Cultura, Qué es el Patrimonio Cultural,

p. 1.
234DIBAM. Dirección Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos. Definición de Patrimonio Cultural,

Extraída el 1 de Agosto de 2014 desde:


http://www.dibam.cl/Vistas_Publicas/publicContenido/contenidoPublicDetalle.aspx?folio=4338

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

hace mención a los edificios, los cuales se refieren a toda edificación compuesta de
por uno o más recintos cualquiera sea su destino, definido en la Ordenanza General
de Urbanismo y Construcciones y desde ese punto se aborda el concepto de
inmueble que queremos profundizar.

Según la Convención de la Haya235 - para la protección de los bienes


culturales en Caso de Conflicto Armado – del 14 de mayo de 1954 tanto bienes
muebles como los bienes inmuebles poseen una gran importancia para el
patrimonio cultural de los pueblos. Entre ellos, monumentos de arquitectura, de arte
o de historia, campos arqueológicos, las obras de arte y los libros de interés
histórico, artístico o arqueológico, así como las colecciones científicas y colecciones
importantes de libros, de archivos o de reproducciones de los bienes antes
definidos. Por otro lado, en la Recomendación sobre la Conservación de los Bienes
Culturales que la Ejecución de Obras Públicas o Privadas236 puedan poner en
peligro – celebrada en París, en 1968 – define a los inmuebles, dentro de la
expresión “bienes culturales” como los sitios arqueológicos, históricos o científicos,
los edificios y otras construcciones de valor histórico, científico, artístico o
arquitectónico, religiosos o seculares, incluso los conjuntos de edificios
tradicionales, los barrios históricos de zonas urbanas y rurales urbanizadas, y los
vestigios de culturas pretéritas que tengan valor etnológico. Incluso dentro de este
mismo documento se señala la necesaria protección de los barrios históricos de las
zonas urbanas o rurales urbanizadas, conjuntos tradicionales, y otros bienes
culturales inmuebles que pudiesen correr peligro como consecuencia de obras
públicas y privadas y como así el establecimiento de un plan para proteger,
conservar, revalorizar y rehabilitar los conjuntos históricos y artísticos, fijando qué
inmuebles habrá que conservar y su estado asimismo, de conservación.

La UNESCO demuestra una preocupación que no es menor frente a la


creación cultural en manos del hombre a lo largo del tiempo. La protección del

235 Instituto Nacional de Cultura del Perú, Documentos Fundamentales Para el Patrimonio Cultural.
Textos internacionales para su recuperación, repatriación, conservación, protección y difusión, Lima,
Perú, 2007, p. 19.
236 Ibídem, p. 343.

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Manzo, C. Ruz.

patrimonio inmueble forma parte importante para la transmisión de una memoria a


las generaciones venideras.

En uno de los aspectos que hay que hacer notoria mención es al valor
arquitectónico de los edificios, por lo que siguiendo el Acta de sesión ordinaria del
Consejo de Monumentos Nacionales del 14 de julio del 2010, señala que “los
inmuebles presentan una rica arquitectura y se distinguen por su materialidad”237.

Volviendo al concepto de inmueble, hay que tener presente otra de sus


ramificaciones, tal es, la noción de inmueble existente, definido en el Plan Regulador
de Valparaíso como “inmueble que se desea intervenir y que cuenta con recepción
definitiva al momento de ser declarado Inmueble de Conservación Histórica o
encontrarse en Zona de Conservación Histórica al momento de haberse declarado
como tal”238. Posiblemente, no hay ciudad que no posea un inmueble que requiera
de intervención ya sea por su estado o por diversos problemas que se generen en
su entorno.

Así también, el Decreto 47 del Ministerio de Vivienda y Urbanismo que fija su


nuevo texto de la Ordenanza General de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones – última versión del 08 de abril de 2014 – define inmueble de
conservación histórica “al individualizado como tal en un instrumento de
planificación territorial dada sus características arquitectónicas, históricas de valor
cultural que no cuenta con declaratoria de Monumento Nacional”239.

Por otro lado, la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones –


modificado el 25.01.03 – define como Zona de conservación histórica al “área o
sector identificado como tal en un instrumento de Planificación territorial,

237 Acta Sesión Ordinaria del Consejo de Monumentos Nacionales. Ministerio de Educación. Consejo
de Monumentos Nacionales. 14 de julio, 2010, p. 9.
238 Modificación al Plan Regulador de Valparaíso, Inmuebles y Zonas de Conservación Histórica,

Cerros del Anfiteatro, Plan Borde Mar y Acantilados. Definición de Inmueble existente, Valparaíso,
Chile, 2004, p. 3.
239 Ministerio De Vivienda Y Urbanismo. Decreto 47 (modificado el 8 Abril de 2014, Decreto 33)

Extraído el 3 de julio de 2014 desde http://www.leychile.cl/N?i=8201&f=2014-04-08&p=

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conformado por uno o más conjuntos de inmuebles de valor urbanístico o cultural


cuya asociación genera condiciones que se quieren preservar”240.

Teniendo en cuenta la mención reiterada de lo que es planificación territorial


y la vinculación directa con la Zona de Conservación Histórica, es importante
plantear una definición y en qué consiste la planificación territorial.

De acuerdo a Ortúzar Larraín la “planificación es una ciencia que busca el


conocimiento sobre los aspectos económicos, sociales y territoriales de la
sociedad…establece las bases para la acción las que se materializan en programas
específicos y en el caso de la territorial, en proyectos urbanos o arquitectónicos
nuevos”241.

Otra definición de planificación territorial la aporta el Plan Regional de


Ordenamiento Territorial de abril del 2011, refiriéndose a su objetivo final el cual es
“proponer las acciones tendientes a establecer un reequilibrio de un espacio dado y
la relación con sus recursos”242.

Desde otro punto de vista, se señala a la noción de planificación territorial


como “la acción por tanto, de carácter técnico-político, en donde los actores
públicos, específicamente el Estado, son en gran parte responsables”243. Mientras
que ordenamiento territorial corresponde a “la articulación disciplinaria orientada a
establecer el cuerpo conceptual, los parámetros y criterio que permitan
compatibilizar y hacer sustentable el desarrollo de las actividades humanas, y de
éstas con el medio natural. Por lo tanto es una acción con una alta cuota de
responsabilidad de la comunidad científica”244.

4.5.1.1.1.1 Monumentos o sitios históricos

240 Decreto Supremo N°47 DE 1992, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.


241 Ortúzar Larraín, Santiago. Introducción a la Planificación Territorial, Santiago, Chile, 2012, p. 8.
242 Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo. Plan regional de ordenamiento territorial:

Contenido y Procedimientos. Abril, 2011. República de Chile, p. 16.


243 Bustos Arancibia, Nelson. El ordenamiento y planificación territorial en Chile en Revista de

Geografía Norte Grande, Nº 25, Chile, 1998, pp. 49-53, p.50.


244 Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

Continuando con la semántica de Patrimonio Cultural Material, tenemos a la


noción de monumentos, que según la Convención sobre la Protección del
Patrimonio Mundial Cultural y Natural – celebrada en París en 1972 – corresponden
a las “obras arquitectónicas de escultura o de pintura monumentales, elementos o
estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de
elementos, que tengan un valor excepcional desde el punto de vista de la historia,
del arte o de la ciencia”245, en esta línea, en la ya mencionada Carta de Cracovia,
se destaca la importancia de los monumentos “como una entidad identificada por
su valor y que forma un soporte de la memoria. En él, la memoria reconoce aspectos
relevantes que guardan relación con actos y pensamientos humanos asociados al
curso de la historia y todavía accesibles a nosotros”246.

En la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y


Natural celebrada en Paris en 1972, se destaca la necesidad de tomar una nueva
actitud respecto al valor cultural del patrimonio, la identidad y las raíces que poseen
las personas ya sea desde su individualidad como de su colectividad. La cultura es
algo vivo que se mantiene perenne en el tiempo sólo si se fomenta el respeto a las
creaciones de nuestros antepasados. La preocupación frente a distintas amenazas
se hace presente y no se puede permitir que los vestigios del hombre desaparezcan
pues se generaría un inminente empobrecimiento cultural. La UNESCO velará por
el patrimonio universal dotándolo de la protección que merecen estos bienes.

Conforme al Manual de Patrimonio Cultural y Natural de Arica y Parinacota247


los monumentos nacionales se entenderán como aquellos “bienes patrimoniales
que reciben protección oficial en el marco de la ley N° 17.288. Los hay de tipo
mueble e inmueble y de tipo cultural y natural”.

Volviendo al concepto de monumento, nos encontramos con la idea de


Monumento Nacional o Sitios Históricos definida en la Ley N° 17.288 como “edificio,

245 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 61.


246 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 225.
247 Compilado por José Barraza Llerena, Manual de Patrimonio Cultural y Natural. Arica y Parinacota,

p. 29.

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Manzo, C. Ruz.

conjunto o área declarada como tal”248. No obstante, los monumentos, edificaciones


y todo tipo de obra arquitectónica cobran una importancia única para la construcción
de la historia de una nación, puesto que representan la creatividad misma de sus
habitantes, los cambios en el tiempo, incluso ante los embates de la naturaleza
pueden presentar una preocupación como también una urgente necesidad de
protegerlos.

Lo anterior se condice con la Carta de Atenas, surgida de la Conferencia


Internacional de Atenas celebrada en Grecia durante 1931249, la cual respalda la
idea de que debe conservarse el Patrimonio artístico y arqueológico de la
humanidad y que este tema es de suma importancia para los Estados defensores
de la civilización, que instituciones y grupos calificados manifiesten su interés por
salvaguardar las obras maestras en las que la civilización ha hallado su máxima
expresión, pero éstas se ven constantemente amenazadas por diversos conflictos
internacionales. Además de la Carta de Atenas, la Carta de Venecia de
1964250señala que “las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en la
vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que
cada día toma conciencia de la unidad de los valores humanos, los considera como
un patrimonio común…”251. Dentro de este mismo documento de gran valor para el
patrimonio, hay que abordar la noción de monumento histórico, la cual “comprende
la creación arquitectónica aislada como el conjunto urbano o rural que da testimonio
de una civilización particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento
histórico. Se refiere no sólo a las grandes creaciones, sino también a las obras
modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural” 252. De este
modo, la Carta de Venecia, enfatizará en que “el monumento es inseparable de la
historia de que es testigo y del lugar en el que está ubicado”253.

248 Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales y Normas Relacionadas. República de Chile.


Ministerio de Educación, p. 58.
249 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 133
250 Instituto Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 137.
251 Ibíd.
252 Ibíd.
253 Ibídem, p. 138.

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Manzo, C. Ruz.

No obstante, cabe agregar que Aguirre Arias hace una distinción entre las
distintas categorías de monumentos, define de este modo al Monumento Histórico
como los “bienes muebles e inmuebles de valor histórico y/o artístico. Pueden ser
lugares, ruinas, construcciones u objetos; Monumentos arqueológicos
‘corresponden a las piezas, o los lugares, ruinas o yacimientos de vestigios de
ocupación humana, que existe en un contexto arqueológico, es decir, que no están
siendo utilizados por una sociedad viva o en funcionamiento’; Monumentos
Paleontológicos como ‘vestigios de seres orgánicos que se encuentran en estado
fósil, es decir, petrificado, lo cual incluye las huellas petrificadas dejadas por estos
seres vivos’. Tanto un monumento arqueológico como uno paleontológico son
propiedad del Estado. Finalmente, los Monumentos Públicos son definidos como
‘bienes conmemorativos que están en el espacio público. Pueden ser estatuas,
fuentes, placas, inscripciones, etc., que tienen por finalidad perpetuar la memoria
de personajes, instituciones, hechos, fenómenos o épocas’”254.

La importancia de los monumentos como obra del hombre y su creatividad


se materializan en construcciones que se vuelven valiosas para sus ciudadanos,
marcan un antes y un después, y un viaje al pasado y una muestra al futuro que
podrá apreciar cualquier tipo de edificación con un pasado histórico, cultural y
arquitectónico. Por la misma razón, es de vital importancia conservar y proteger los
bienes patrimoniales de una nación para la construcción de una identidad propia y
para que las demás generaciones estén siempre relacionadas a lo que fue el pasado
de su país, para esto es debido que el Estado parte y la comunidad contribuyan a
la protección de los monumentos nacionales.

4.5.1.1.1.2 Zonas típicas o pintorescas

Una noción derivada del Patrimonio Cultural y enlazada con la idea de


Monumento Histórico es el concepto de Zona Típica o Pintoresca.

254Aguirre, Arias Beatriz. “Del concepto de bien histórico-artístico al de patrimonio cultural. Parte II.
EL patrimonio urbano y arquitectónico en Chile” en Revista electrónica DU&P IVNº12 Centro de
Estudios Arquitectónicos, urbanísticos y del paisaje. Universidad Central de Chile, Santiago, Chile,
2007, pp. 2-16, p. 9.

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Primero hay que tener en cuenta el concepto de Zona, abordado en la


Ordenanza de Urbanismo y Construcción, que la define como “porción de territorio
regulado por un Instrumento de Planificación Territorial con iguales condiciones de
uso de suelo o de edificación”255.

De esta forma podemos decir que una Zona Típica o Pintoresca puede ser
definida en el Manual de Patrimonio Cultural y Natural de Arica y Parinacota como
“conjuntos de inmuebles urbanos o rurales de valor urbanístico, paisajístico y
ambiental. Muchas corresponden al entorno de un Monumento Histórico. Pueden
ser grupos de construcciones, parques, lugares agrestes, etc.”256.

El Consejo de Monumentos Nacionales las define como “agrupaciones de


bienes inmuebles urbanos o rurales, que constituyen una unidad de asentamiento
representativo de la evolución de la comunidad humana, y que destacan por su
unidad estilística, su materialidad o técnicas constructivas…corresponden al
entorno de un Monumento Histórico”257.

Sumando a la definición anterior aportada por el Consejo de Monumentos


Nacionales, define de manera más amplia a las Zonas Típicas o Pintorescas,
siendo éstas “agrupaciones de bienes inmuebles urbanos o rurales, que forman una
unidad de asentamiento representativo de la evolución de una comunidad humana
y que destacan por su unidad estilística, su materialidad o técnicas constructivas
que tienen interés artístico, arquitectónico, urbanístico y social, constituyendo áreas
vinculadas a las edificaciones y el paisaje que las enmarca, destaca y relaciona,
conformando una unidad paisajística con características ambientales propias que
definen y otorgan identidad, referencia historia y urbana en una localidad, poblado
o ciudad” 258.

255 Ministerio de Vivienda y Urbanismo, op. cit., p. 12


256 Manual de Patrimonio cultural y natural, op. cit., p. 31.
257 Consejo de Monumentos Nacionales. Definición de Zona Típica. Para más información. Extraído

el 20 de junio de 2014 desde: http://www.monumentos.cl/consejo/606/w3-propertyvalue-36971.html


258 Cuadernos del Consejo de Monumentos Nacionales: Normas sobre Zonas Típicas o Pintorescas,

2001, p. 5.

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Manzo, C. Ruz.

Podemos entender entonces la Zona Típica o Pintoresca como una


agrupación de bienes inmuebles – tanto urbanos como rurales – que poseen un
valor único y trascendental para la historia de los pueblos, teniendo un estilo propio
que de cierta forma, otorgará la identidad de quienes habitan un lugar determinado.

De los Cuadernos del Consejo de Monumentos Nacionales, se puede


rescatar la importancia de las Zonas Típicas o Pintorescas del país y su relación
con el Patrimonio, ya que “representa un valor irremplazable e irrepetible para
nuestra realidad cultural, por lo que se hace imprescindible normar y regular sus
intervenciones”259.

Según Ladrón de Guevara, Toro, Valdivia y Prieto, la primera declaración de


una Zona Típica fue en 1971, a poco tiempo de la entrada en vigencia la Ley 17.288
y la zona declarada corresponde a La Tirana. Nuestro país actualmente cuenta con
un total de 116 Zonas Típicas260.

Hay cinco categorías en las que se puede clasificar una Zona Típica siendo
éstas: centro histórico, pueblo tradicional, entorno o monumento histórico, área y
conjunto, estas denominaciones manifiestan los distintos rasgos de un área en la
que se diferencian sus grados de homogeneidad o heterogeneidad, dimensión
espacial, morfológica, arquitectónica y sus rasgos históricos – culturales261.

Algunos ejemplos de estas “clasificaciones según los Cuadernos del Consejo de


Monumentos Nacionales (CMN) respecto a las Normas sobre Zonas Típicas o
Pintorescas:

1. Centro histórico (Centro histórico de Los Andes, Centro histórico de


Antofagasta, Plaza Muñoz Gamero, etc.)

259 Ibíd.
260 Ladrón de Guevara; González Bernardita, Toro, Balbontin, Darío, Chávez Valdivia, Carolina,
Prieto Véliz, Rafael. “Zonas típicas y pintorescas en Chile: propuesta de una herramienta para su
delimitación espacial” en Revista Conserva Nº 17, Santiago, Chile, 2013, pp. 25-42, p. 27.
261 Ladrón de Guevara; González, Bernardita, op. cit., p. 26.

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2. Pueblo tradicional (Pueblo de Parinacota, pueblo de Alhué, Estancia de San


Gregorio, Caleta Tortel, etc.)
3. Entorno de Monumento Histórico (Los Dominicos, Entorno Casa Hollstein,
Sector Estación de Ferrocarriles de Copiapó, etc.)
4. Área (Cerros Alegre y Concepción)
5. Conjunto (Población Los Castaños, Calle Keller, Calle Dieciocho, etc.)”262.

Tomando en cuenta múltiples conceptos en torno a las Normas sobre las


Zonas Típicas o Pintorescas, se plantean diversas definiciones que hay que tener
en cuenta. En nuestro trabajo nos referiremos a las que hacen eco a nuestra
intención de situar en una puesta en valor a un inmueble de Valparaíso.

Del documento de las Normas sobre Zonas Típicas o Pintorescas, en el Título


I, artículo 1° “Para los efectos de estas normas se entenderá por:

a) Intervención: proceso que implica la ejecución de obras de construcción,


conservación, reciclaje o ampliación de las edificaciones existentes y su
entorno.
b) Conservación: el conjunto de procesos necesarios para la mantención de la
importancia arquitectónica, arqueológica, histórica, artística, científica,
paisajística, biológica y social del patrimonio cultural o natural. Este proceso
implica acciones de preservación y restauración, que serán definidos a
posterioridad.
c) Preservación: el proceso de mantener el estado original de un inmueble, sitio
o ambiente, ya sea protegiéndolo anticipadamente del daño o peligro, o
retardando su deterioro con el mínimo de intervención.
d) Restauración: el proceso de devolver a un inmueble, sitio o ambiente a su
estado original o alguna etapa previa de su existencia, mediante la
consolidación, la exclusión de los elementos no pertenecientes a su identidad

262 Consejo de Monumentos Nacionales. Definición de Zona Típica o Pintoresca. Extraído el 20 de


junio de 2014, desde http://www.monumentos.cl/consejo/606/w3-propertyvalue-36971.html

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o la incorporación de nuevos materiales o elementos, siempre y cuando no


la alteren.
e) Entorno: conjunto de elementos o rasgos de carácter físico o cultural y
paisajístico, que están aledaños a un edificio o conjunto patrimonial cuya
existencia es importante para mantener la relevancia cultural o natural de
éstos”263.

En la Circular Ord. N° 0768 de noviembre de 2010, señala que “las Zonas


Típicas o Pintorescas según la Ley N° 17.288 deberán ser reconocidas por un
instrumento de planificación territorial para graficar su ubicación y en una
Ordenanza Local se establecerán las normas urbanísticas aplicables a las
ampliaciones, reparaciones, alteraciones u obras menores que se realicen en las
edificaciones existentes”264.

Además, dentro de la acepción de la Zona Típica o Pintoresca, se haya


enmarcada dentro de otra noción, la cual tiene estrecha relación con la ya
mencionada puesto que engloba al conjunto de Zonas Típicas o Pintorescas; nos
referimos al Área Histórica de Valparaíso.

Según el Instructivo de Intervención265 “la particularidad del área patrimonial


de Valparaíso, ha congregado a través del tiempo el interés nacional e internacional
por su protección, lo cual se ve reflejado en los distintos niveles de protección oficial
que se le han asignado en el tiempo”266. Siguiendo el mismo documento, el Área
Histórica de Valparaíso contempla las siguientes Zonas Típicas:

1) “Zona Típica Cerros Alegre y Concepción


2) Zona Típica Plaza Aníbal Pinto
3) Zona Típica Calle Prat – Esmeralda y pasaje Ross

263 Cuadernos del Consejo de Monumentos Nacionales. Segunda Serie, N° 37. Normas sobre Zonas
Típicas o Pintorescas. República de Chile, p. 6-7.
264 Circular Ord. N° 0768, DDU 240, 4 de noviembre, 2010, MINISTERIO DE VIVIENDA Y

URBANISMO, p. 2.
265 Instructivo de Intervención Zona Típica o Pintoresca “Área Histórica de Valparaíso”. Gobierno de

Chile. Ministerio de Educación. Consejo de Monumentos Nacionales, p. 1.


266 Ibíd.

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4) Zona Típica Plaza Sotomayor y Plaza Justicia


5) Zona Típica Cerro Cordillera – Plaza Eleuterio Ramírez
6) Zona Típica Plaza Echaurren y calle Serrano
7) Zona Típica Iglesia La Matriz – Cerro Santo Domingo
8) Zona Típica Quebrada Márquez”267.

En cuanto a la aprobación de este Instructivo de Intervención, señalan que


las zonas anteriormente enumeradas conforman una zona patrimonial con
destacados valores urbanísticos, espaciales, ambientales, arquitectónicos e
históricos de trascendencia local y nacional. El Área Histórica indicada
anteriormente forma parte del trazado original del Puerto de Valparaíso y zonas de
influencia, que data de los primeros asentamientos del siglo XVI hasta su
afianzamiento a inicios del siglo XIX. Además, los conjuntos poseen inmuebles
patrimoniales con influencias de diferentes épocas y el área incluye una gran
cantidad de Zonas Típicas o Pintorescas e inmuebles con declaratoria de
Monumento Histórico, mientras que en las consideraciones para la aprobación del
documento, señala que “en los Cerros Alegre, Concepción, Cordillera y Santo
Domingo hay inmuebles de valor patrimonial rehabilitados y reciclados, que en esos
sectores se han generado actividades de interés histórico que potencian el valor del
área”268y “que todas las variables urbanas y arquitectónicas, del Área Histórica que
se desarrolla entre la Plaza Aníbal Pinto y la Plaza Echaurren presentan un sistema
urbano con características propias pero correctamente articuladas entre sí”269. Entre
muchos otros aspectos propuestos, se busca la aprobación del Instructivo de
Intervención en esas áreas, el cual ha sido elaborado de acuerdo al documento
denominado “Normas sobre Zonas Típicas o Pintorescas” y complementa el artículo
30°de la Ley 17.288 sobre Monumentos Nacionales270.

4.5.1.1.1.3 Monumentos públicos

267 Ibídem, p. 2
268 Ibídem, p. 4.
269 Ibídem, p. 6.
270 Ibídem, p. 10.

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De acuerdo a la Ley de Monumentos Nacionales vigente, “son Monumentos


Públicos y quedan bajo la tuición del Consejo de Monumentos Nacionales, las
estatuas, columnas, fuentes, pirámides, placas, coronas, inscripciones y, en
general, todos los objetos que estuvieren colocados o se colocaren para perpetuar
memoria en campos, calles, plazas y paseos o lugares públicos”271.

Otra definición sobre Monumentos Públicos es aquella que nos entrega el


Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, el cual dice que éstos “son objetos
que han sido ubicados en el espacio público (campos, calles, plazas y/o paseos)
con el fin de conmemorar acontecimientos, individuos o grupo de personas que han
incidido de alguna manera en la Cultura e Historia nacional”272.

Analizando ambas definiciones, nos encontramos que existe una


concordancia entre ambos, pues se entenderá que esta categoría hace alusión a
aquellos objetos que son ubicados en un lugar público con el objetivo de mostrar y
recordar a la población, tanto extranjera como chilena, algún acontecimiento que
sea digno de ello.

4.5.1.2 Patrimonio Cultural Inmaterial

La noción de Patrimonio Cultural Inmaterial ha sido, como hemos visto, más


recientemente añadida, por lo que cuenta con aquellos elementos que trascienden
la expresión material de la cultura, así pues, “comprende tradiciones orales, artes
del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas
relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la
artesanía”273, que, en palabras de la Convención para la Salvaguardia del
Patrimonio Cultural Inmaterial, UNESCO, aprobada en París durante el año 2003,
se expresan a través de “los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y
técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que

271 Ley N° 17.288, Ley de Monumentos Nacionales, Artículo 17. (s.f.). Extraído el 20 de junio de 2014
desde http://www.uta.cl/masma/patri_edu/PDF/LeyMonumentos.PDF
272 Consejo de Monumentos Nacionales de Chile. Extraído el 19 de junio de 2014 desde

http://www.monumentos.cl/consejo/606/w3-channel.html
273 UNESCO. Qué es el Patrimonio cultural Inmaterial, p. 8.

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Manzo, C. Ruz.

les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural”274.
Siguiendo este documento, podemos identificar algunas de las principales
características que posee el Patrimonio Cultural Inmaterial, en donde se define
como:

“- Tradicional, contemporáneo y viviente a un mismo tiempo: el patrimonio


cultural inmaterial no solo incluye tradiciones heredadas del pasado, sino también
usos rurales y urbanos contemporáneos característicos de diversos grupos
culturales.

- Integrador: podemos compartir expresiones del patrimonio cultural


inmaterial que son parecidas a las de otro. Tanto si son de la aldea vecina como si
provienen de una ciudad de las antípodas o han sido adoptadas por pueblos que
han emigrado a otra región, todas forman parte del patrimonio cultural inmaterial: se
han transmitido de generación en generación, han evolucionado en respuesta a su
entorno y contribuyen a infundirnos un sentimiento de identidad y continuidad,
creando un vínculo entre el pasado y el futuro a través del presente. El patrimonio
cultural inmaterial no se presta a preguntas sobre la pertenencia de un determinad
uso a una cultural, sino que contribuye a la cohesión social fomentando un
sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse
miembros de una o varias comunidades y de la sociedad en general.

- Representativo: el patrimonio cultural inmaterial no se valora simplemente


como un bien cultural, a título comparativo, por su exclusividad o valor excepcional.
Florece en las comunidades y depende de aquellos cuyos conocimientos de las
tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad, de
generación en generación, o a otras comunidades.

- Basado en la comunidad: el patrimonio cultural inmaterial sólo puede serlo


si es reconocido como tal por las comunidades, grupos o individuos que o crean,

274 Hernández, Lucía, “¿Qué es el patrimonio cultural inmaterial?” en Boletín del Centro de
Investigación y Documentación del instituto Cervantes, Nº 4, España, 2011, p. 3.

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Manzo, C. Ruz.

mantienen y transmiten. Sin este reconocimiento, nadie puede decidir por ellos que
una expresión o un uso determinado forma parte de su patrimonio”275.

Ahora bien, si quisiéramos establecer un paralelo entre las categorías


Material e Inmaterial del Patrimonio Cultural, es posible señalar que mientras su veta
Inmaterial es dinámica debido a su constante y estrecha relación con el desarrollo
de las comunidades; el Patrimonio Cultural Material, sin perjuicio a que pueda ser
modificado, tiende a ser más estático y obtiene de la sociedad menos velocidad de
cambio. Sin embargo, y a pesar de sus diferencias, se logra identificar el
establecimiento de una relación recíproca entre estas dos formas de expresión del
Patrimonio Cultural, a través de la cual se complementan mutuamente de modo que
“es imposible entender el patrimonio tangible sin la presencia de la tradiciones,
costumbres, lenguas, música, bailes, juegos, artes culinarias, vestidos y toda clase
de aspectos materiales relacionados con lo cultural”276.

Para finalizar, es posible señalar en consideración de la latente posibilidad


de transformación de la amplia noción de Patrimonio Cultural, que la reciente
Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial celebrada el
2003, apunta a solucionar esta problemática invitándonos a pensar el Patrimonio
cultural Inmaterial como un “crisol de la diversidad cultural y garante del desarrollo
sostenible”277.

4.5.1.2.1 Lenguaje

Existen vivencias, recuerdos, imaginario y memoria, cada porción constituye


nuestra dimensión inmaterial. Aquella dimensión es plasmada en el lienzo de la vida
mediante nuestro lenguaje, nuestra música, la comida o la pintura. Y es tal vez, en

275 Convención de la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, p. 5.


276 García, Diana; Rivas, Nitzé-Ha, Usos turísticos del patrimonio industrial ferroviario de la ciudad
de Puebla, Tesis Licenciatura. Administración de Hoteles y Restaurantes. Departamento de turismo,
Escuela de Negocios y Economía, Universidad de las Américas Puebla. Mayo, 2007, p. 27.
277 Convención de la Salvaguardia…, op. cit. p. 1.

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la inmaterialidad más cotidiana, donde aparece el lenguaje que nos comunica, el


verso, el dialecto, el acento, la palabra viva.

Para analizar la lengua, debemos necesariamente atender a la diversidad


lingüística, visibilizar ese contenido según la trascendencia que imprima a la
comunidad. En este sentido, se han empezado a realizar estudios sobre usos
lingüísticos de los inmigrantes o proyectos de visibilización de la diversidad
lingüística, incluso la necesidad de sustitución de una lengua por otra en aras de la
cohesión social de las colectividades. Asimismo, es necesario argumentar en torno
a su conservación, favoreciendo la originalidad y no incurrir en la sustitución
lingüística.

Si bien, se desconoce el número total de lenguas en el planeta, David Crystal


señala que “hasta la segunda mitad del siglo XX hay pocos estudios cuantitativos,
y anteriormente los cálculos de que disponíamos se basaban en buena parte en
estimaciones de aproximación, la mayor parte de las cuales arrojaban cifras
extremadamente bajas. En una conferencia en 1874, William Dwight Whitney
sugirió, aventurando un número a voleo, que había 1.000 lenguas. Un divulgador
lingüístico, Frederick Bodmer, propuso que eran 1.500; otro, Mario Pei, se inclinaba
por la cifra de 2.796. La mayoría de los lingüistas de principios del siglo XX evitaron
dar ninguna cifra al respecto. Una de las excepciones fue Joshua Whatmough, quien
en sus escritos de 1956 sostenía que eran 3.000”278.

Obviamente las cifras siempre se verán condicionadas por los criterios que
se establezcan para definirla como lengua, separando los dialectos o jergas.

Ahora bien, abordaremos el eje más significativo de la lengua, la


comunicación. Para Nelly Decarolis, “la lengua, patrimonio intangible por
excelencia, es el principal y más complejo sistema de comunicación, capaz de
expresar en su totalidad la actitud de una comunidad hacia su cultura. Es la facultad
que permite al hombre comunicarse con los demás, no sólo a través de sonidos

278Crystal, David “La muerte de las lenguas”, Madrid, España, 2001, p. 15.

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articulados a los que otorga significado, sino también por medio de signos gráficos
que transcriben los sonidos de la lengua hablada”279. Es decir, se constituye como
el medio sin el cual no puede nacer ni desarrollarse el saber en torno a las cosas.
El simbolismo del lenguaje abre nuevas etapas de la vida psíquico-espiritual de los
seres humanos, dando paso a una vida con significados.

Por su parte, Alfredo Ramírez, investigador de la Dirección de Lingüística del


Instituto Nacional de Antropología e Historia de México menciona que “la
comunicación diaria es el vehículo a través del cual se expresan las ideas más
complicadas y los sentimiento más puros y complejos”280. Y profundiza aún más,
cuando converge con la cultura y la originalidad de los pueblos “por medio de las
lenguas se construye la cultura y, por la cultura, el hombre trasciende. Lo que es
más, cada cultura se expresa en una lengua y, a través de ella, la realidad aparece
de modo diferente y particular”281. La realidad es una, pero cada pueblo la acepta
de forma distinta según su cosmovisión, y allí tenemos la lengua.

Resumiendo en todo, señalamos que el lenguaje sería la forma de


materializar nuestra psiquis, asumir dimensiones inmateriales para relacionarnos
con otros. Es por eso que se hace necesaria la conservación de la pluralidad, a fin
de fortalecer a naturaleza humana. Así podemos apreciar la actual situación
multilingüe en Chile, donde “según las cifras del último censo de vivienda y
población, en 2012 (INE 2013) 1.842.607 personas (el 11.08% de la población total
de Chile) declararon pertenecer a algún pueblo indígena originario, correspondiendo
a la etnia mapuche el 84% (1.407.141 personas), seguida por la aymara, con un
6,25% (104.536 personas). En el tercer lugar de la distribución se encuentran los
identificados con la etnia diaguita con un 2,53% (42.298 personas), mientras el
restante 7,22% está compuesto por la población identificada con las etnias quechua

279Decarolis, Nelly, “El valor del patrimonio: entre lo tangible e intangible”, p. 2. Extraído
dehttp://www.ilam.org/ILAMDOC/sobi/Decarolis_Patrimonio%20tangible%20e%20intangible-Pat.pdf
280 Ramírez, Alfredo, “El patrimonio lingüístico: entre la tradición escrita, la representación

iconográfica y la oralidad. Estado del desarrollo económico y social de los pueblos indígenas de
Guerrero”. Extraído de
http://132.247.1.12/Edespig/diagnostico_y_perspectivas/RECUADROS/CAPITULO%203/3%20El%
20patrimonio%20linguistico.pdf
281Ibídem, p, 1.

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(con 12.736 personas), colla (con 12.591 personas), rapa nui (7.748 personas),
likanantai o atacameño (5.564 personas), kaweskar (con 1.665 personas) y yagán
o yámana (con 1.176 personas)”282.

A pesar de la valoración cuantitativa de estos pueblos originarios que,


representan la diversidad lingüística presente en el país, nuestra legislación y más
aún, la misma Constitución Política de la República no los consolida bajo ninguna
norma, recayendo solamente en organismo que funcionan como de cooperación,
pero escasamente de integración.

4.5.1.2.2 Costumbres

El enlace entre el pasado y el presente se materializa en las costumbres. Se


plasma la necesidad de mantener vivo el imaginario de otro tiempo y asumimos su
rescate como proyecto de vida.

Para la Real Academia Española, las costumbres se entienden como el


“hábito, modo habitual de obrar o proceder establecido por tradición o por la
repetición de los mismos actos y que puede llegar a adquirir fuerza de precepto”283.
En este sentido, reconocemos el carácter permanente y recurrente que manifiestan
las costumbres y, en segundo lugar la “fuerza de precepto” que alcanza, es decir,
un mandato u orden que se hace superior y se proyecta a sus súbditos, al pueblo.

Al analizar el concepto, nos damos cuenta que hace referencia a lo habitual,


a la recurrencia con la que ocurren determinados fenómenos que caracterizan a las
sociedades. Debemos advertir que este cotidiano que va creando el actor social es
expresión propia de la vida en común, de la resolución de problemas o de la lucha
entre clases y que no representan necesariamente a ningún sector social en
particular, sino que se constituyen como producto del conjunto de ellos. Es por esto
que, como menciona Nazareno Bravo, deberá verse en conceptos como cultura o
tradición algo más que repeticiones automáticas de las imposiciones de las clases

282 Lagos, Cristián, Revitalización lingüística del mapudungún en entornos urbanos y no urbanos en
Chile: el impacto del programa de educación intercultural bilingüe (PEIB), Chile, 2013, p. 69.
283 Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, p. 675.

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dominantes, o por el contrario, que expresiones puras e incontaminadas propias del


pueblo y por consiguiente, beneficiosas para ella284.

La trasmisión de conocimiento y elementos socioculturales de generación en


generación explica perfectamente el concepto tradición, también contenida en la
definición misma de costumbre. Allí nuevamente manifiesta una permanencia
temporal y espiritual, aferrada a la memoria colectiva. Es decir, son los pueblos los
que construyen elementos, usos, formas o cualidades que lo hacen distintivo de
otro.

4.5.1.2.3 Leyendas, mitos y religión

Cuando la ciencia no tenía espacio en la mentalidad del hombre, este usaba


el mito para explicar y tratar de entender la realidad. Se movía en misteriosas y
complejas formas mentales ajustándolas a su antojo como modelador de su sino.
En este sentido, “la principal función del mito es revelar modelos de ritos
relacionados con actividades humanas significativas: la alimentación, el matrimonio,
el trabajo, la educación, el arte, la sabiduría”285.Aunque en primera instancia,
debíamos reconocer la relación mito y magia para dar cuenta de los actos de la
naturaleza como “el entrelazamiento entre mito y magia fue la primera escuela por
donde tuvo que pasar el hombre para lograr confianza en sus propias fuerzas y
sentirse capaz de controlar las de la naturaleza”286.

Los mitos, señala Julio López, “tienen un carácter universal y son una
realidad social, además de una creación mental de la imaginación humana, que se
presentan como ejemplares, fundacionales y primigenios”287. Y al mismo tiempo,
cumple funciones sociales convirtiéndolo extremadamente eficaz “como una
percepción propia del hombre como especie es una creación mental que bebe del

284 Bravo, Nazareno, Costumbre y tradición: la cultura popular entre la rebeldía y el conservadurismo
en Revista Realidad, Nº 105, El Salvador, 2005, p. 501.
285Decarolis, Nelly, El valor del patrimonio: entre lo tangible e intangible, p. 4. Extraído de

http://www.ilam.org/ILAMDOC/sobi/Decarolis_Patrimonio%20tangible%20e%20intangible-Pat.pdf
286Ibid.
287 López, Julio, El carácter histórico-cultural del mito: aproximaciones teóricas en Revista de Historia,

España, 2013, p. 77.

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lenguaje simbólico, un ejercicio de memoria y de imaginación de un pasado remoto,


atemporal, primordial, prístino y paradigmático”288.

El mito entonces se constituye como un rasgo de la cultura, porque forma


parte de la memoria común de los pueblos y son relevantes en todas las vivencias
en las que estos incurran. De esta forma, para López, “[…] el mito se universaliza y
se convierte en una forma de pensar y en un elemento cultural esencial y corriente
a las civilizaciones humanas porque transmite costumbres ancestrales,
reglamentaciones no escritas y todo el bagaje cultural y sapiencial inherente a las
agrupaciones sociales”289.

Hoy en día se mantiene una idea del mito que complemente la racionalidad
del hombre y en ningún caso se anteponga a ella creando una yuxtaposición. Lo
esencial del mito es que se constituya como una realidad que nos enseñe el pasado,
pero que también nos ayude a articular el futuro, como una forma para percibir lo
eterno. En este sentido, es evidente que hablando del mito, debemos reconocer un
apartado a la memoria como forma de conocimiento por excelencia. Comprender el
origen de las cosas nos sitúa como modeladores de nuestra realidad, cambiando la
pregunta del origen por la pregunta sobre nuestro destino. De allí que no se puede
desconocer el sentido de trascendencia que tiene el mito en la relación hombre-
naturaleza.

Por otra parte, la tradición oral, literatura oral o simple trasmisión de


conocimiento y conservación de la memoria se complementa con las leyendas.
Eugenia Villa, antropóloga colombiana señala que “se puede decir que el pueblo ha
llenado su existencia colectiva de relatos sobre sucesos locales y regionales, que
sucedieron hace muchos años o recientemente, que han ido marcando sus
comportamientos y costumbres, su modo de enfrentarse a la vida y al más allá”290.
Asimismo sostiene que la leyenda nace de “la necesidad de una expresión

288Ibídem, p. 78.
289Ibíd., p. 81.
290Villa, Eugenia, La literatura oral: mito y leyenda en IADAP, Quito, Ecuador, 1989, p. 41.

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existencial del hombre”291 que llevó “a constituirse estos en una explicación del
mundo, del cosmos, de la vida, de los códigos sociales y morales, a la vez que son
instrumentos efectivos de control social de los grupos humanos”292.

Por lo tanto, ya reconocemos la leyenda como una necesidad por parte de la


comunidad, una necesidad de identidad u originalidad a partir de comportamientos
colectivos. Así también, nace para dar explicación de la realidad y como rector moral
y de orientación normativa de los comportamientos comunes.

Además Eugenia Villa señala que, tanto el mito como la leyenda en cuanto a
productos de las sociedades, pertenecen a las sociedades iletradas, “aquellas cuya
única forma de expresión y comunicación es el lenguaje verbal y para las que la
única forma de preservación y de expresión de todo lo que implica su sistema
cultural, su historia […], las relaciones sociales entre los miembros del grupo, sus
modos y códigos de comportamiento, lo mismo que sus explicaciones religiones
acerca del origen del mundo, y del hombre: se hace a través de la trasmisión oral
del conocimiento cultural a las nuevas generaciones”293.

En cuanto a la religión, para Nelly Decarolis, ésta se articula como un


“expresión simbólica de nuestros supremos ideales morales y espirituales, ha
cumplido desde un principio una función teórica y otra práctica”294. Se esgrime al
mismo tiempo como un medio de entrar en relación con los poderes sobrenaturales,
así también con monasterios y catedrales de incomparable belleza o incalculable
valor, hasta el punto que una parte muy sustancial de los monumentos y objetos
culturales litúrgicos y profanos que se encuentran en el mundo, está conformada
por lugares de culto y obras de arte de la misma procedencia.

4.5.1.2.4 Música

291 Ibídem, p. 38.


292 Ibíd.
293 Ibíd.
294Decarolis, Nelly, El valor del patrimonio: entre lo tangible e intangible, p. 4. Extraído de

http://www.ilam.org/ILAMDOC/sobi/Decarolis_Patrimonio%20tangible%20e%20intangible-Pat.pdf

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El imaginario295 se expresa en los colores, las formas o los sonidos. Nuestra


mente crea, nuestras manos ejecutan, de allí nacen una realidad inmaterial
heredada por milenios y asumida para la eternidad. Las comunidades parecieran ir
al rescate de esta realidad inmaterial cuando una tras otra interpretan las piezas de
su imaginario, como queriendo no desprenderse de un pasado mejor y casi sin
trazar un nuevo amanecer. Por momento pareciera que la música detiene el tiempo,
y todo al ritmo suyo es un recuerdo.

Sobre todo lo anteriormente indicado, estamos asumiendo que el patrimonio


inmaterial también se constituye en usos o prácticas, hábitos permanente que
enlazan los tiempos y materializan la imaginación. Con todo, señalamos que la
realidad inmaterial que proyectan las comunidades se transforma en fenómenos
sociales, elementos construidos por estos con pertenencia de estos.

Cuando hablamos de música, necesariamente debemos abordarlo como un


arte y ésta al mismo tiempo, no se puede desvincular de cultura. El arte es una
práctica humana, como cualquier otra que éste ejecuta en su diario vivir que define
al hombre como tal, lo singulariza y le imprime originalidad. Pero también se
requiere una interpretación de la música como forma de comunicación, lo que
precisa Gilbert Ghase como “la totalidad de las creaciones sistemáticamente
organizadas y socialmente empleadas; no tan solo aspectos cuidadosamente
seleccionados de ese total”296.

Como medio de trasmisión de ideas, la música, especialmente la folclórica,


adquiere un papel denunciador, tanto de las preocupaciones de los pueblos como
su identidad y comportamiento, por lo que se articulan como folcloristas o etnólogos
musicales.

295Cornelius Castoriadis vincula los imaginarios sociales con la producción de significaciones


colectivas, y señala que se puede entender como la configuración de significaciones históricas que
permite que los sujetos pertenecientes a una sociedad identifiquen su propio mundo, del mundo de
los otros, otorgándole una capacidad de alteridad, que los distingue y les permite autorreferenciarse.
296 Chase, Gilbert, Fundamentos de la cultura musical en Latino-América en Revista Musical, Chile,

2011, p. 15.

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4.5.1.2.5 Tesoros Humanos Vivos

El patrimonio también consiste en salvaguardar la identidad cultural. La


singularidad inmaterial es objeto de presiones que se vuelcan hacia la
homogeneización, por lo tanto es imprescindible, rescatar todas aquellas
expresiones inmateriales que hagan único un grupo humano.

En este sentido, las miradas están puestas, en primera instancia, en pueblos


originarios que demuestran una religión, ritos o arte singular que merece ser
preservada a través de sus sucesores. Lo mismo ocurre con aquellos trabajos u
oficios centenarios que ha resistido al tiempo y la modernización, por lo que sus
practicantes son muy escasos y, desde este punto de vista, susceptibles de “ser
rescatado”.

Los Tesoros Humanos Vivos se definen como “individuos que poseen en


sumo grado los conocimientos y técnicas necesarias para interpretar o recrear
determinados elementos del patrimonio cultural inmaterial”297. Usos, expresiones,
conocimientos, técnicas, valores, forman un cúmulo de significados que hacen único
un grupo social de otro.

Al respecto, la UNESCO señala que “el patrimonio cultural inmaterial infunde


a las comunidades, grupos e individuos un sentimiento de identidad y de
continuidad, mientras que su salvaguardia es garantía de creatividad”298. Lo que
manifiesta su preocupación por las expresiones inmateriales que proyectan un
sentimiento de identidad y continuidad.

¿De qué forma la UNESCO propicia los espacios de conservación? Lo hace


a través de los principios emanados de la Convención para la Salvaguardia del
Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003. En este sentido, un primer elemento
consiste en “asegurar su identificación confeccionando y actualizando regularmente

297 Extraído el 1 de diciembre de 2014 desde http://www.unesco.org/culture/ich/doc/src/00031-


ES.pdf
298 Ibíd.

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uno o varios inventarios nacionales”299. Pero el rescate que hace esta institución no
solamente se limita a un reconocimiento, también aspira a que los manifestantes de
dichas expresiones culturales prosigan con el desarrollo de sus conocimientos o
técnicas y las trasmitan a las generaciones más jóvenes.

Este patrimonio se transmite de generación en generación, principalmente de


manera oral. Es recreado constantemente en respuesta a los cambios en el entorno
social y cultural. Infunde a los individuos, a los grupos y a las comunidades un
sentimiento de identidad y continuidad, y constituye una garantía de desarrollo
sostenible que tanta preocupación ha manifestado en el último tiempo.

4.5.2 Valor Patrimonial

Desde la existencia del hombre los cambios han estado presentes en sus
modos de vida. El progreso material, la evolución, las nuevas tecnologías nos
insertan en un mundo o una era global, donde las comunicaciones priman, las
distancias se acortan y lo viejo se convierte en lo olvidado. En esta órbita de
dinámicas entra la concepción del valor, las cuales ya han sido tratadas mediante
el Marco Teórico, pero que sin embargo, vale la pena definir y acotar para favorecer
la comprensión del presente estudio.

Al desarrollar el concepto de Patrimonio Cultural se desprende de éste la


noción de valor, término que según la Real Academia Española posee distintas
definiciones, dentro de las cuales la que más se acerca a nuestra investigación lo
entiende como la “cualidad que poseen algunas realidades, consideradas bienes,
por lo cual son estimables”300. El concepto abarca materias de índole económica,
social, cultural, histórica, arquitectónica, no obstante, debemos acotar su contenido
a la valoración patrimonial, que en sí, incluye algunos de las áreas mencionadas
anteriormente. Según Fusco, “la definición de valor se apoya en el principio de no
indiferencia del mundo, o sea en la determinación de que no hay cosa alguna ante

299Ibíd.
300Real Academia Española, Diccionario de la lengua española. Internet. Definición. Extraído el 13
de julio de 2014 desde: http://lema.rae.es/drae/?val=rae

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la cual no adoptemos una posición de preferencia o elección ya sea positiva o


negativa”301. Es decir, “los valores son, en tanto, lo que podríamos designar
vulgarmente como ‘cualidades puras’ de las cosas”302. La capacidad de no ser
indiferentes es lo que nos permite otorgar valor a cierto tipo de cosas.

Siguiendo al mismo autor, se presentan tres categorías muy útiles para la


selección futura y asignación de valor a un inmueble o manifestación cultural. Las
categorías de valores señaladas son:

“a) Valor de uso: se refiere a la capacidad de ciertos objetos patrimoniales de


satisfacer determinadas necesidades concretas de la sociedad que lo posee, o de
convertirse en un instrumento que sirve para elaborar respuestas a interrogantes o
desafíos que surgen de determinados estamentos sociales. A partir de esta
diferencia se diferencia un valor de uso tangible de un valor de uso intangible. El
valor de uso tangible tiene que ver con la posibilidad de utilizar los bienes de una
forma concreta y sacar de ellos un provecho (incluso económico). Las posibilidades
de uso concreto convierten al objeto en algo útil desde el punto de vista material. El
valor de uso intangible se relaciona con la posibilidad del bien de suministrar
información que puede ser utilizada para ampliar y profundizar el conocimiento que
tenemos acerca de diferentes aspectos del mundo que nos rodea. Los bienes se
transforman en objetos de investigación de diferentes ciencias según los métodos
particulares de cada una de ellas, cuyo resultado permite incrementar el
conocimiento histórico e histórico-geográfico, el conocimiento antropológico, el
conocimiento técnico y el conocimiento general de las culturas pasadas y de las de
hoy.

b) Valor formal: se refiere a la reacción positiva que promueven en nuestros sentidos


determinados objetos patrimoniales, ligados a la experiencia estética y a la emoción
que despiertan en nuestro espíritu. También tiene que ver con otras cualidades de
ciertos bienes menos ligadas a la belleza y más relacionadas con el carácter único,

301 Fusco, Martin, op. cit., p. 36.


302 Ibídem, p. 37.

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la rareza, el exotismo, el refinamiento de los materiales, las destrezas particulares


puestas en práctica en su factura, etc.

c) Valor simbólico: un símbolo es un objeto (también puede ser un fenómeno o una


acción) material que natural o convencionalmente designa, indica, evoca o
representa a otro. En nuestro caso los objetos históricos designan, evocan,
representan en el presente a un personaje, un suceso, una gesta o una cultura del
pasado; adquieren valor simbólico porque al convertirse en una presencia que
reemplaza a algo o a alguien que ya no está y que de hecho se representa de otra
forma. Las ideas y los pensamientos de quienes los construyeron y usaron cobran
forma material en los objetos y a través de ellos viajan hasta hoy hablándonos de
nuestros antecesores y de su cultura. Participan, al haber sido creados por
sociedades pasadas y haber durado hasta hoy, de dos tiempos históricos,
relacionándolos. A través de los artefactos heredados las sociedades actuales
establecen un enlace real y directo con su pasado, evitando intermediaciones, y
esto es lo que les otorga un valor incalculable”303.

Por ejemplo, un documento distinto en relación a otra clasificación o


categorías para los valores, señala que “una importante lista de valores pueden
organizarse en anillos temáticos: valores sociales, económicos, culturales, o
tecnológicos, todos ellos inscritos en un marco más amplio de la dinámica ambiental
local que los hace sustentables”304.

En cuanto a los valores patrimoniales, el documento “Patrimonio Cultural. Un


enfoque diverso y comprometido” de la UNESCO acerca del Patrimonio Cultural,
nos clarifica la importancia del valor en esta materia: “Los valores patrimoniales,
como parte de un complejo mayor de sistemas de valores sociales, son conceptos
éticos, socialmente cambiante, aceptados y deseados como ideales de un
determinado contexto social e histórico. Tienen sentido de permanencia y
trascendencia, al tiempo que dan sentido y validez a las políticas y acciones que

303Ibídem, p. 40-41.
304 Caraballo Perichi, Ciro. Patrimonio Cultural. Un enfoque diverso y comprometido, México, 2012,
p. 38.

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buscan difundirlos y preservarlos. Los valores no existen fuera de las relaciones


sociales establecidas, ni son necesariamente comunes a todas ellas. El valor es un
concepto que por un lado expresa las necesidades cambiantes del hombre, y por
otro fija la significación positiva de los fenómenos naturales y sociales para la
existencia y desarrollo de esa comunidad”305.

El valor respecto a un inmueble, edificio, o una obra arquitectónica permite


que ese bien o lugar posea una apreciación con un significado detrás, puede ser
simbólico si es emblemático y con una historia particular al lugar al que pertenece,
artístico, por el nivel arquitectónico en que está desarrollada la obra, y cultural e
histórico por cada uno de sus peculiaridades en la sociedad en el que está inserto.
Sin embargo, para que el valor sea oficializado, el Estado debe proteger, conservar
y mantener el inmueble para que sea apreciado por otras generaciones y tanto su
historia como arquitectura fascinen a los ciudadanos.

Volviendo a poner como ejemplo el documento propiciado por la UNESCO,


podemos agregar que “paralelamente al proceso de apertura de asignación de
valores a un bien patrimonial, se ha venido produciendo la proliferación de nuevas
categorías patrimoniales, tanto materiales como inmateriales. Se reconocen valores
de la arquitectura vernácula y no sólo de los grandes monumentos, se amplían los
límites de protección de los monumentos urbanos a escala de paisajes urbanos, se
valora la arquitectura industrial, la arquitectura racionalista de la modernidad, así
como los paisajes culturales. Igual acontece con las manifestaciones culturales, las
cuales abandonan el espacio museístico, donde se había encasillado a la etnología,
vista como folklore, para mostrarse como patrimonio cultural colectivo, vivo y
dinámico. Se reconoce ya no sólo el valor de los otros idiomas nacionales, más allá
del sacrosanto idioma oficial, sino también las lenguas autóctonas, dialectos y
modismos locales”306. Es por esto que, podemos afirmar, que el valor de carácter
patrimonial no solamente es tomando en cuenta a nivel arquitectónico y material,
sino que lo inmaterial, posee una importancia tan primordial como los grandes

305 Ibídem, p. 26.


306 Ibídem, p. 29.

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monumentos, obras de los hombres. Las manifestaciones culturales que el mismo


hombre es capaz de gestar en ciertos estadios de la vida le brindan un valor cultural
e histórico a cada generación que tiene la posibilidad de aprender de ellas.

Entendiendo lo anterior, como una instancia de traspaso de cultura a cada


generación, es conveniente tener en cuenta también lo siguiente, “es necesario
asumir la diversidad de valores sociales asignados a un bien patrimonial, como un
criterio contemporáneo que da espacio a la multiplicidad de actores relacionados
con la herencia común. El acceso a los procesos de valoración de los bienes
culturales es al mismo tiempo un derecho fundamental de toda sociedad” 307. Es
importante para cada sociedad que el traspaso de los elementos que componen sus
manifestaciones culturales pueda alcanzar a otras generaciones venideras y que
aquella transmisión no se pierda en el proceso.

Por otra parte, en cuanto a la valoración se puede señalar que “si bien se
concibe como un proceso participativo, termina siendo validada y aplicada
generalmente a nivel de las estructuras operativas del Estado, dadas las
atribuciones que generalmente tienen por ley sobre la conservación y uso de los
bienes patrimoniales. Esta dinámica establece los valores prioritarios del bien, y por
lo tanto los criterios y condiciones de uso. Incluye los procesos de legislar, de la
declaración oficial y legal de los bienes patrimoniales, así como la construcción de
discursos oficiales que aglutinan los valores de los criterios y metodologías de
conservación preventiva, restauración y puesta en valor”308. En lo que respecta a la
valoración oficial, es menester que participación estatal asuma un rol protector y
conservador del bien, como así la inclusión de los ciudadanos a participar en torno
al inmueble que ha sido elegido para una puesta en valor.

La importancia que poseen los inmuebles está supeditada a la valoración en


distintas áreas, tanto social, cultural, histórica, arqueológica, científica que posea
para la comunidad a la que sea perteneciente. Anteriormente mencionamos la Carta
de Venecia, en el marco del II Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos en

307 Ibídem, p. 32.


308 Ibídem, p. 36.

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Monumentos Históricos-CIAM, efectuada en 1964. En este documento se inicia con


una frase vital para ir abordando la noción de valor: “Cargadas de un mensaje
espiritual de pasado, las obras monumentales de los pueblos continúan siendo en
la vida presente el testimonio vivo de sus tradiciones seculares. La humanidad, que
cada día toma conciencia de los valores humanos, los considera como un
patrimonio común, y de cara a las generaciones futuras, se reconoce solidariamente
responsable de su salvaguarda. Debe transmitirlos en toda la riqueza de su
autenticidad”309. El valor adquirido de un inmueble ante una comunidad como local
e internacional va a obtener relevancia en el tiempo, según como se transmita a
cada generación la significación que alcance el inmueble en el tiempo, será dotado
de un reconocimiento oficial por las instituciones, pero anteriormente, será
reconocido por los ciudadanos, habitantes, cercanos a la obra.

En cuanto al Valor Patrimonial como concepto, podemos decir que adquiere


nuevos matices para su comprensión. Los valores patrimoniales “como parte de un
complejo mayor de sistemas de valores sociales, son conceptos éticos, socialmente
cambiantes, aceptados y deseados como ideales de un determinado contexto social
e histórico. Tienen sentido de permanencia y trascendencia, al tiempo que dan
sentido y validez a las políticas y acciones que buscan difundirlos y preservarlos”310.
Mucho de lo que se entiende de esta cita, es que los aspectos cambiantes en el
tiempo van a ser determinados por el paso de los años. También es necesario
recalcar que “el valor es un concepto que por un lado expresa las necesidades
cambiantes del hombre, y por otro, fija la significación positiva de los fenómenos
naturales y sociales para la existencia y desarrollo de esa comunidad”311. El
desarrollo de la comunidad va a expresar en cómo el hombre y su capacidad de
creación reflejarán tanto manifestaciones materiales como inmateriales.

Por otro lado, hay que tener en consideración que “los valores no pueden
considerarse homogéneos ni permanentes ni ‘socialmente’ objetivos. Esos valores
abstractos son reflejados y trasladados a bienes y manifestaciones culturales que

309Instituto
Nacional de Cultura del Perú, op. cit., p. 137.
310 Caraballo Perichi, Ciro, op. cit., p. 26.
311 Ibíd.

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sirven de referente a las aspiraciones y discursos identitarios colectivos. Es así que


el objeto o la manifestación estará cargada de múltiples valores, que hacen de él un
símbolo de identidad multi-discursivo”312.

En cuanto a “trascender”, se señala que “algunos valores tienen como


característica la trascendencia, es decir, sobrepasan los valores materiales del
plano de lo concreto y se posicionan en un nivel superior de sentido de vida
colectiva. Todo valor supone la existencia de una persona, un grupo social, un
objeto, o una manifestación cultural que lo representa y en el cual socialmente se le
reconoce. A estos elementos objetivos los llamaremos atributos. Los valores no son
tangibles, son ideas, pero se expresan a través de las imágenes de los atributos
que los representan y los hacen ‘socialmente visibles’”313.

De cierto modo, actualmente está presente un choque entre sectores en la


valoración de los inmuebles de la ciudad, unos que luchan por preservarlos y otros
sectores con distintos intereses que no valoran de igual manera un inmueble o una
manifestación cultural intangible, por lo que “los valores patrimoniales no
necesariamente son reconocidos de igual manera por todos los miembros de la
comunidad. Distintos grupos sociales y culturales pueden reconocer en un mismo
atributo diversos valores, incluso contradictorios entre sí. He allí su grado de
subjetividad. Forman parte de esas valoraciones referentes colectivas relacionadas
con la religión, la educación, o la conciencia individual y dependen de los
mecanismos que cada sociedad tiene para su transmisión: la familia, la escuela o
los medios de comunicación”314.

Mucho de lo anterior se refleja en cómo los individuos o grupos sociales


reconocen y valoran un inmueble o una manifestación cultural intangible, de distinta
forma, la apreciación tiene mucho de subjetiva como objetiva, la identidad, la
pertenencia con un lugar es totalmente cambiante y vivida de distinta forma por los
individuos y entidades colectivas, por lo que, “los valores patrimoniales están

312 Ibídem., p. 27.


313 Ibíd.
314 Ibíd.

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directamente relacionados, en primer lugar, con componentes básicos de la


identidad colectiva. Estos valores dan cohesión al cuerpo social y sirven de respaldo
para su sentido de pertenencia. Dichos valores se reflejan en atributos culturales,
bienes materiales (naturales y culturales), así como inmateriales, tales como el
idioma y los modismos locales, la comida, el vestuario, la toponimia, entre otros. Los
atributos pasan a representar los propios valores, los cuales son asignados
objetivamente a los mismos”315. Actualmente podemos ver que los intereses de
determinados grupos mayores – económicamente hablando – no toman en cuenta
las opiniones de sectores de menos integrantes. Un claro ejemplo es lo que ocurre
con el Dakar en Chile, donde el daño al patrimonio arqueológico es un hecho grave
que atenta con nuestra cultura cada vez que se celebra ese evento deportivo.

En cuanto a la memoria colectiva, esta “está constituida por una compleja


sumatoria de las memorias individuales (…) la memoria individual no siempre está
preparada para incorporar como propia las experiencias ajenas”316. Es por eso que
está siempre en pugna lo que la población, que forma parte de un entorno con
inmuebles y manifestaciones culturales y valora lo que los extranjeros pueden llegar
a admirarse de lo que ven en el lugar nuevo al que llegan y lo que los transeúntes
casuales sepan, estimen y respeten de las distintas obras que nacieron de la
creatividad del hombre son cosas totalmente distintas entre sí.

CAPÍTULO V: MARCO HISTÓRICO

A través de este capítulo se tratará, en diferentes escalas, la historia que


envuelve y atraviesa el Mercado El Cardonal. Para ello haremos un breve
preámbulo a través del tratamiento de la idea histórica del Valparaíso, luego, nos
detendremos para presentar una historia del Barrio El Almendral, finalizando en el
tratamiento de la historia del Mercado El Cardonal.

315 Ibídem., p. 28.


316 Ibídem., p. 229

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5.1 Idea histórica de Valparaíso

Las costas de la zona central de lo que hoy es Chile, fueron alguna vez
ocupadas por los Changos, pueblo canoero arcaico que se dedicaba a la
recolección de mariscos con la ayuda de embarcaciones hechas de cuero de lobo
marino inflado y anudado con fibras vegetales y armazón de ramas.

De entre las tupidas quebradas que iban a terminar al mar o, como lo


llamaban los changos, Valle del Quintil, los indígenas lograron percibir la figura del
hombre blanco que al filo del machete se introducía en la historia nacional. Era ese
hombre Juan de Saavedra, capitán de la expedición de Diego de Almagro quien,
marchando a pie firme de Aconcagua, venía a tomar posesión de tan reciente
hallazgo.

Sobre el nombre y la fundación se mantienen hasta hoy diversas lecturas e


interpretaciones. Pero sí, el consenso lo recoge Juan D. Ugarte Yavar que al
respecto menciona que “Saavedra había nacido en el pueblo de Valparaíso, lugarejo
situado en Castilla la Nueva (España), a siete leguas de la ciudad de Cuenca. Como
su pueblo natal era compuesto de un pequeño caserío, serpenteado por arroyos y
muy fértil, encontró que el valle descubierto tenía mucha semejanza con el suyo y
como recibió autorización de Almagro para ponerle un nombre a su gusto, no
encontró otro mejor que darle que el de Valparaíso”317. Aquello se ratifica en 1795
cuando fue declarada como “la muy noble y leal ciudad de ´Nuestra Señora de las
Mercedes de Puerto Claro de Valparaíso´”318, aunque siempre, la idea de
Valparaíso, según disposiciones legales de 1544 era hacerlo “puerto para el trato
de aquélla tierra y ciudad de Santiago”319. Pero a fin de cuentas, Luis Ortega
sentencia que “más allá de las cuestiones formales que nos indican que fue
oficialmente declarado ciudad a fines del siglo XVIII, Valparaíso, el gran puerto del

317 Ugarte Yavar, Juan D. Recopilación histórica, comercial y social de Valparaíso 1536-1910, 1910.
p. 88.
318Ibídem. p. 79.
319Monografía histórica N° 1: Valparaíso 1536-1986, Instituto de historia de la Universidad Católica

de Valparaíso, 1987. p. 13.

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Pacífico Sur, es un producto de las siete décadas que cubren el período 1820-
1880”320.

Valparaíso “fue una aldea triste y melancólica donde la vida transcurría con
mortificante monotonía”321. De hecho, “el Gobernador Jaraquemada, que lo visitó
en 1611, lo halló ´yermo, con una sola iglesia pajiza, sin persona que le mirase´”322.
Mucho más tarde, el viajero “Frezier lo describía con ´un centenar de casas, mal
dispuestas y de diferentes niveles´, y con bodegas de trigo, un fuerte en forma de
anfiteatro, una parroquia y dos conventos, uno de agustinos y otro de
franciscanos”323. Tanta idea señalada, se materializa en los grabados del período
colonial al momento en que múltiples viajeros ya en este período se hacían cita en
el incipiente puerto.

Así con todo, voz autorizada es la de Benjamín Vicuña Mackenna, quien


decía de Valparaíso que “como pueblo, no era sino una aldea de míseros
pescadores, al paso que, como puerto de mar, apenas albergaba un grupo de
galpones de madera en que los monopolistas de Lima acopiaban cada verano la
escasa mies de la indolencia colonial”324. Y más todavía, cuando otro autor la
caracteriza como “un pueblo de frailes y cañones”325.

Durante aquel primigenio período, Valparaíso percibía el arraigo de algún


puñado de comerciantes, otras estancias de bodegaje, algunas plantaciones que se
proyectaban con mayor extensión en lo que hoy es el Almendral. Asimismo,
espacialmente la ciudad crecía gracias a las mercedes de tierras a las primeras
autoridades de Valparaíso, a los que se le hicieron concesiones para su
asentamiento, pero muy pronto esa extensión tendría un nuevo matiz. Señala Juan
de Dios Ugarte que “las otras concesiones hechas en los terrenos hoy llamado el
Almendral, fueron una merced de tierra a Bartolomé Flores en la quebrada de las

320Ortega, Luis, Valparaíso: comercio exterior y crecimiento urbano entre 1800 y 1880 en Valparaíso
1536-1986, Instituto de historia de la Universidad Católica de Valparaíso 1987. p. 101.
321Monografía histórica, op. cit. p. 7.
322Ibíd. p. 7.
323Ibíd. p. 7.
324 Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de Valparaíso, Tomo I, Universidad de Chile, 1936. p. 13.
325Monografía histórica, op. cit. p. 7.

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Zorras y en un terreno denominado Rodeo de Lillo á Ginés de Lillo en las


inmediaciones del que es hoy Barón”326.

El Almendral comenzó a poblarse lentamente, y no en una extensión mayor


a dos cuadras, puesto que el mar alcanzaba repentinamente aquellas
construcciones. O más preciso aún, Valparaíso en su comienzo se constituía como
pequeño poblado que “abarcaba desde las Quebradas Juan Gómez (actual
Carampangue), San Francisco (costado e la Iglesia de La Matriz) y la quebrada San
Agustín (actual Tomás Ramos). La ciudad propiamente tal era un estrecho e
interrumpido plan, ya que la costa llegaba casi a pie de cerro, actualmente las calles
Prat, Serrano y Bustamante”327.

Será en los primeros años de la República cuando Valparaíso vaya


alcanzando la fisonomía que actualmente nos presenta. La vorágine de un Chile
naciente, va a incidir directamente en el comercio, lo que permitirá el vínculo con
naves de distintas partes del mundo, todas ellas dedicadas al comercio, que para la
época significaba la venta de cordobanes, sebo, jarcias y el acarreo y venta de
esclavos, o también a las actividades de caza de ballenas o lobos marinos. Así lo
demuestra Juan D. Ugarte en su recopilación histórica de Valparaíso: “En 1800
aparecieron en Valparaíso los primeros buques de la reciente marina mercante de
los Estados Unidos de Norte América, que se dedicaban a la pesca de lobos y a la
caza de ballenas: estos buques siguieron viniendo periódicamente”328.

De hecho, un hito importante en materia económica lo constituye el decreto


de libre comercio dictado en 1811, que dispone la libertad de los puertos nacionales
de comerciar con naves extranjeras, además de prohibir el comercio y tránsito de
esclavos negros en el territorio nacional. Dice al respecto Luis Ortega que “entre
1811 y 1813 se produjo un importante incremento en el comercio legal que se
manifestó en un aumento de los ingresos por concepto de entradas generadas por

326 Juan D. Ugarte Yavar, op. cit. p. 96.


327 La Orga Ramírez, Américo, Notas históricas de Valparaíso 1536- 1800, 2005. p. 11 citando a
Informe de la postulación de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad emitido por la Ilustre
Municipalidad de Valparaíso, 2002, p. 29.
328 Juan D. Ugarte Yavar, op. cit. p. 110.

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la aduana de 12.752 pesos a 101.892”329. Esta ley de comercio tendrá una


contrapartida, pues va a estimular la inmigración extranjera, elemento crucial en la
configuración social de Valparaíso en los años posteriores. Es por consiguiente, un
hito importante que va a cambiar la situación de Valparaíso, puesto que “se inaugura
la ruta del Cabo de Hornos y la alta demanda de trigo en el Perú”330. Por lo tanto, y
andando en el tiempo “Valparaíso se convertía en el primer puerto de recalada en
el Pacífico”331.

El impulso comercial va a requerir mayor y mejor infraestructura. Muy pronto,


se le irá quitando terreno al mar y se irán organizando cuadras y calles. A la vista
de viajeros o comerciantes, y más aún, la visión que mantenía Benjamín Vicuña
Mackenna quien argumentaba que la única calle “medianamente diseñada era la
cortísima de la Planchada, donde a la sombra de lo cañones de esta batería se
había establecido el comercio al menudeo. También la actual calle de la Aduana,
aunque retorcida y llena de sinuosidades i de puentes comenzaba a tener alguna
animación y se la conocía ya con el nombre de la calle del comercio”332.

Por otra parte, andando el tiempo, “la orientación central de las funciones
urbanas estuvo enfocada a las posibilidades de expansión portuaria, la
concentración de un fuerte comercio mayorista de importación y exportación y,
posteriormente, la organización de un importante sector financiera. Todo ello
significó naturalmente que la ciudad y su crecimiento girara principalmente en torno
a una actividad eje y a un sector de primera significación en la estructura social,
económica y política existente: el comercio y los comerciantes”333.

Desde allí en adelante, “nacionales y extranjeros, los miembros del sector


mercantil jugaron un rol principal en la urbanización y en la construcción de las más
necesarias e importantes obras de infraestructura de la ciudad”334.Es por eso, que

329Ortega, Luis, op. cit. p. 102. Citando a Barros Arana, Diego, Historia general de Chile, Vol. XV,
Santiago 1884- 1902, pp. 196- 197.
330 La Orga Ramírez, Américo, op. cit. p. 27.
331Ibídem p. 12.
332 Vicuña Mackenna, Benjamín, Historia de Valparaíso, Tomo II, Imprenta El Mercurio, 1871. p. 345.
333Monografía histórica. op. cit., p. 58.
334Monografía histórica. op. cit. p. 58.

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se hace necesario argumentar en torno al componente alóctono que, podría ser


sintetizado como “extraordinario en el pequeño comercio, la importación y la
exportación, la creación de talleres e industrias, la introducción de nuevas técnicas,
la prestación de servicios artesanales y profesionales y el manejo de las grandes
casas comerciales y bancarias”335 que, atraídos y motivados por el intercambio
comercial o por la explotación del salitre en el norte, o el arribo de franceses como
“técnicos agrícolas”336, y también “los italianos arriban para organizar las
instituciones culturales-artísticas…pero sobre todo controlaban junto a los
españoles el pequeño comercio, mientras la venta ambulante estaba bajo el control
de los árabes”337, van a manifestar una iniciativa modernizadora que imprimirá un
sello especial a la ciudad.

La rápida estabilidad política conseguida por el país le aseguró de inmediato


una ventaja respecto al resto de los países hispanoamericanos que aún se
encontraban en la búsqueda de una organización interna. Así se manifiesta en el
período de 1820 a 1850, en que Valparaíso se va convirtiendo en el puerto más
importante de la costa occidental. De esa forma, “todos los comerciantes de Bolivia
y las costas septentrionales del Río de La Plata y particularmente del litoral del Perú,
quedaban en consecuencia, sujetos a una especie de despotismo ejercido por el
comercio de Valparaíso, en cuyo mercado estaban obligados a surtirse”338.

Una imagen cotidiana del período la recoge el profesor Sergio Flores a través
de las palabras de Rushenberg, quien caracteriza a Valparaíso por “una
muchedumbre llena de animación, de gente pasando en direcciones contrarias: el
aguador que atraviesa por entre recuas de mulas y carretas; los comerciantes que

335 Harris, Gilberto, Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810-1915. Todo revisitado, todo recargado,
Valparaíso, 2012, p. 181, citando a Villalobos, Sergio, Sugerencias para un enfoque del siglo XIX,
Santiago, 1984, p. 27.
336 Harris, Gilberto, Emigrantes e inmigrantes en Chile, 1810-1915. Todo revisitado, todo recargado,

Valparaíso, 2012, p. 182, citando a Stabili, María Rosaria, Las políticas inmigrantes de los gobiernos
chilenos desde la segunda mitad del siglo pasado hasta la década de 1920, Buenos Aires, 1986, p.
183.
337 Ibíd. p. 183.
338Lorenzo, Santiago, Vida, costumbres y espíritu empresarial de los porteños: Valparaíso en el siglo

XIX, Universidad Católica de Valparaíso, 2000, p. 16, citando a Vicuña Mackenna, Benjamín, Diego
Portales, en Obras Completas de B. Vicuña Mackenna, Santiago, 1937, VI, p. 301

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discuten el precio y calidad de las mercadería; sus dependientes que a toda prisa
van y vuelven de la Aduana; el guaso de sombrero, poncho, botas y espuelas,
damas en traje de calle con quitasol, seguidas por sus chinitas araucanas, el dulcero
pregonando sus dulces, el mercachifle con grandes cantidades de cintas y
fruslerías, marineros montados en caballos flacos y despreocupados. Imaginaos
todo este y tendréis que buena idea de lo que es Valparaíso cerca del
desembarcadero en día de trabajo el medio día”339. En este cuadro, es posible
distinguir la figura de la aristocrática mujer, del huaso y los marineros que confluyen
por las embarradas calles de la ciudad.

Lentamente, la ciudad impondrá un sello que se irá proyectando a todos los


ámbitos del quehacer porteño, la pujanza comercial e industrial, las migraciones
masivas de las que es objeto marcarán el cosmopolitismo que iremos observando
en la vida social de la ciudad, y aún cuando los procesos migratorios no siempre
traen puramente consecuencias positivas, podemos agregar que “a pesar de los
problemas descritos, con el transcurso del tiempo, la asimilación de los extranjeros
a la sociedad se produce casi naturalmente, incluso en el caso de los miembros de
la colonia británica, que tendían a aislarse del resto de la población”340.

La sociedad cosmopolita constituida en Valparaíso será especialmente


distinta a la del resto del país e incluso más, si se compara con la apoltronada
sociedad santiaguina. Al respecto, los medios de comunicación escritos se
dedicaron a promover el nuevo aire que corría por el puerto. El Mercurio de
Valparaíso señala que en Valparaíso residen “las tres cuartas partes de los
extranjeros y las siete octavas partes, por lo menos, de los europeos diseminados
en todo el territorio de la República”341. Y continúa: “para algunos, era Europa
concentrada en una ciudad. Cada viajero, independientemente de su nacionalidad,
creía descubrir en Valparaíso parte de su patria o, por lo menos, encontraba algo

339 Jara Fernández, Mauricio; Mancilla González, Pablo, Editores, Sergio Flores: Estudios sobre
historiografía, historia universal e historia regional, 1985- 2011, Puntángeles, 2012. p. 114
340Lorenzo, Santiago, Vida, costumbres y espíritu empresarial de los porteños: Valparaíso en el siglo

XIX, Universidad Católica de Valparaíso, 2000, p. 37.


341Ibídem, p. 39, citando a El Mercurio, 18 de Noviembre de 1833.

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que le resultaba familiar”342. El francés C. De Cordemoy nos reafirma la idea del


marcado acento inglés que toma la ciudad, no sólo en las construcción y en las
formas de mercadeo, sino también por las formas de vida que allí se desarrollan,
“en las calles se encuentra a damas cuyos rubios cabellos no dejan duda respecto
de su origen, los chiquillos, pequeños suplementero como los de Londres, le ofrecen
el Chilean Times”343.

Otro autor, tiempo más tarde argumenta en torno a las costumbres que se
adquieren por tal influjo extranjero, “los porteños se ainglesan rápidamente. Los
jóvenes al salir al salir de sus ocupaciones montan, juegan polo o salen de caza.
Las mujeres se liberan… las niñas se transforman en misses, también montan,
saltan obstáculos y juegan tenis…el anglochilenos que aquí se encuentra es el
producto de una feliz mezcla de dos razas o de dos mentalidades muy distintas. Del
inglés posee el sentido práctico, la iniciativa, el gusto por el deporte, la libertad
individual y el confort; del chileno conservó la cálida afabilidad, la alegría
despreocupada y el desprecio por el peligro”344. También la influencia británica
despertó entre los porteños el gusto por las carreras de caballos y la formación de
clubes sociales donde hacían gala de sus más refinadas costumbres en la que
destaca la idea de tomar el té, leer periódicos y revistas o jugar billar. Y hay más, “a
la influencia inglesa se debe también la introducción de otros deportes tan
exclusivos como puede ser el polo, tenis o el golf, así como también el popular
football”345.

Así, desde que aumentó el comercio, “fueron precisamente compañías


privadas las primeras en intentar la provisión de servicios públicos como agua
potable, luz artificial y gas y, lógicamente las primeras experiencias en la dotación
de ellos se localizaron en los barrios donde se habían radicado los principales
vecinos chilenos y extranjeros del sector socialmente más significativo”346.

342Ibídem, p. 40.
343Ibídem, p. 42, citando a De Cordemoy, C, Au Chili, París, 1899, p. 23-24.
344 Lorenzo, Santiago, op. cit. p. 46.
345Ibídem, p. 51.
346Monografía histórica, op. cit. p. 59.

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La ciudad, producto de las presiones modernizadores vivirá una temprana


industrialización, pero al mismo tiempo, significará entrar en su “etapa dorada”347.
Fue en este período en que la ciudad fue alcanzando un mayor desarrollo de sus
zonas comerciales y del puerto e “inició la práctica de comenzar a ganar terreno por
el lado del mar”348, lo que serían los cimientos sobre los que se “empezó a construir
días tras días, piso tras piso”349. La ciudad percibe una transformación con
construcciones de inspiración europea, “las viviendas se elevan a los dos pisos y se
construyen con ladrillo”350, se crean plazas y jardines y se enladrillan avenidas. Los
tintes de ciudad moderna alcanzaron puntos culmines cuando se inaugura en 1863
el ferrocarril urbano, y otros como “la construcción del centro cívico en 1869 (actual
plaza la Victoria), el mercado del Cardonal (en el Almendral), el mercado del Puerto
y el matadero municipal en el sector de Portales”351.

Resulta un buen indicador de ese crecimiento el volumen de la población: “en


1854 llegó a 56.390 habitantes; de éstos 3.675, 2.922 hombres y 753 mujeres, eran
extranjeros”352, lo que deja en evidencia la importante cuantitativa que manifestaron
los inmigrantes, y hay más, “ya en 1849 la comunidad de comerciantes extranjeros
controlaba el 70 por ciento del comercio al por mayor –los británicos controlaban el
23.3 por ciento- y el 32.3 por ciento de los establecimientos de comercio al
detalle”353.

Dado lo expuesto, resulta del todo concluyente señalar que “Valparaíso era
una ciudad formada por una sociedad cosmopolita que centraba su quehacer
principalmente en el comercio, considerada como el gran agente de la educación,
de la población y del bienestar. No es de extrañar que la sociedad de ese entonces
haya llegado tempranamente al convencimiento de que Santiago, a pesar de sus
universidades, su colegios, sus seminarios y sus aulas, siguiera manteniendo una

347Ibídem. p. 109.
348Ibídem. p. 110.
349Ibíd.
350Monografía histórica. op. cit. p. 21.
351 Rubio Soto, Graciela, Testimonios para una memoria social, Valparaíso; 1870-1917, Valparaíso,
2007. p. 49
352 Monografía histórica, op. cit. p. 110.
353Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

masa informe e ignorante, mientras que en Valparaíso el jornalero vestía a la


europea, tenía casa arreglada y organizada la familia, sabía leer y escribir y educaba
a sus hijos como él no había sido educado”354.

A pesar de tanta pujanza, el puerto también cobija un gran contraste que,


casi como la noche y el día, ha dejado su marca en la historia. Los fenómenos de
carácter económico suelen traer en la mayoría de los casos, hondas
transformaciones a la vida de los pueblos. Desde los orígenes de la ciudad y de
forma paralela a toda brillante manifestación comercial que desde su puerto se
proyectaba al mundo, se desarrollaba en los cerros, rincones y callejones una
especie de submundo que habitaba al margen de la ley y en la sombra de los grupos
dirigentes que no veían solución a ello. El infausto de ancianos, mujeres y niños se
vivió como una problemática generalizada que encontró su nombre como “cuestión
social”.

Graciela Rubio menciona que “hacia 1907, Valparaíso era la ciudad más
densamente poblada del país, con 55.6 habitantes por Km2, siendo seguida por
Santiago con solo 35 habitantes por Km2.”355, argumentado que los mayores
crecimientos se experimentaron hacia el sector del Almendral y la parte alta de los
cerros. En tal contexto, nacen una serie de preocupaciones que no siempre fueron
atendidas, y que con el tiempo se han consolidado y marcado la identidad de la
ciudad. Por ejemplo, encontramos el problema de la seguridad ciudadana que
evidenció la incapacidad institucional para resistirla, o los actos de inmoralidad que,
como resume la misma autora son “desórdenes derivados del funcionamiento de
las chinganas, asesinatos y, en la amenaza permanente que representaban los
desmanes masivos provenientes desde las pobladas que podían terminar en
desgraciados sucesos relacionados con saqueos al comercio al por menos
establecido”356. Y más aún, la prostitución y la ingesta de alcohol agudizaron el
temor social.

354 Lorenzo, Santiago, op. cit. p. 74.


355 Rubio Soto, Graciela, op. cit. p. 50.
356Ibídem. p. 52.

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Otro problema, evidente en ciernes significó la higiene y salud que vivió, en


palabras de Graciela Rubio Soto, una transformación desde “la moral caritativa a la
responsabilidad pública”357, pero aun así, ese camino no fue fácil. La mayor
preocupación en materia de salud se debió a la ocupación de las quebradas y de la
parte alta de los cerros. La temprana modernización que mencionábamos
anteriormente, sumado a la migración campo-ciudad, generó una demanda
habitacional que conllevó a la proliferación de los conventillos “como respuesta de
los sectores populares, a la falta de terrenos para levantar sus viviendas y al
progresivo mayor valor del suelo”358. Para 1881, “se contabilizó 253 conventillos en
total, siendo los barrios de mayor concentración los del Barón y la Av. Las Delicias,
sectores que se habían poblado masivamente en el transcurso del siglo XX y que
albergaron a los inmigrantes”359.

Pero no sólo la vivienda y las condiciones de ella eran preocupación principal,


sino que el tratamiento de la higiene también consistía en mantener a raya
epidemias de viruela o cólera. En este sentido, ante el avance de las epidemias “los
médicos se negaban a atender a los más desposeídos, realizando según las
palabras de la propia autoridad ‘inhumanos procedimientos’ al abandonar a los
contagiados de la clase pobre, la más numerosa de la sociedad”360.

Durante los primeros años del siglo XX, en la ciudad ya predomina un uso
utilitario del espacio: “Los grandes predios coloniales urbanos del plan y de los
cerros, entran en un proceso de fragmentación progresiva para la creciente
valorización de los terrenos. Bodegas, edificios, casas comerciales y viviendas
multiformes se desparraman por el sinuoso espacio de la ciudad”361. La
infraestructura urbana ha vivido importantes transformaciones a partir de su
condición comercial, pero es también con la fuerza de la naturaleza se ha visto
alterada. Incendios, temporales, inundaciones y sobre todo terremotos han suscrito

357Ibídem p. 57.
358 Urbina, Ximena, Los conventillos de Valparaíso, 1880-1920: Percepción de barrios y viviendas
marginales, 2002 en Revista Urbanismo N° 5, Universidad de Chile, p. 8.
359 Rubio Soto, Graciela, op. cit. p. 75.
360Ibídem. p. 58.
361Mendez, Luz Maria. op. cit. p. 22.

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cita en el puerto. Situada en un país sísmico, la ciudad desde siglos pasados ha


mantenido una tradición nefasta que la sacude periódicamente. Así, “el 8 de Julio
de 1730 cuando el Puerto y el Almendral empezaban su vida próspera fueron
sorprendidos sus habitantes con tres fuertes sacudones de tierra que derribaron la
mayoría de las casas, viniendo en seguida una salida de mar” 362 y también “el 25
de Mayo de 1751 un tercer fenómeno seismico que asoló las costas de Chile volvió
de nuevo a dejar a Valparaíso en ruinas”363.

Al mismo tiempo que la ciudad se preparaba para celebrar el Centenario de


la República, toda antigua imagen del puerto se borrará para siempre. El 16 de
Agosto de 1906 a “las 7.55 P. M. del día citado, la ciudad fue sorprendida primero
por un leve sacudimiento de tierra precedido de un sordo ruido subterráneo, el que
fue aumentando en fuerza y vigor durante 45 segundos. En seguida y tras breve
espacio de 15 segundos se repitió aquel en aumento progresivo por cerca de 90
segundos hasta llegar a una violencia espantosa que impedía mantenerse en pie a
la gente. Este fue el primer gran remezón siguiendo después otro que duró cerca
de 60 segundos. Pero a las 8.06 minutos P. M. se renovó el fenómeno y duró cerca
de 2 minutos, tomando las proporciones de un verdadero terremoto”364.

El sector más golpeado tras el terremoto fue el Almendral. Desde hacía un


tiempo, allí se congregaban los más importantes edificios públicos y hermosas
edificaciones privadas. Todas, terminaron en el suelo. La misma noche, el fuego se
apoderó del miedo e iluminó el desastre. El cuerpo de bomberos trabajaba
impotente ante la magnitud del acto, las fuerza armadas trabajaron en la seguridad
y coordinación de emergencia, al punto que, entre la calamidad, un héroe emergió:
“en esos momentos de tribulación general, hubo un hombre de acero, que contuvo
y puso araya los desmanes de la chusma: ese hombre fue el Capitán de Navío don
Luis Gómez Carreño quien, tomando sobre si la responsabilidad del orden público,

362 Juan D. Ugarte Yavar, op. cit. p. 104.


363 Juan D. Ugarte Yavar, op cit. p. 104.
364Ibídem p. 126.

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Manzo, C. Ruz.

la mantuvo enérgicamente durante algunos días hasta que la situación anormal


porque atravesaba hubo de regularizarse”365.

Las características urbanísticas de la ciudad estaban dadas para agudizar el


infausto. Los perjudicados fueron los de siempre, en las quebradas y los cerros no
quedó nada, el plan de la ciudad quedó en el suelo. La ciudad se había llenado de
pobres, los que buscaron todas las alternativas posibles para salvar su situación.

El siglo XX trajo a Valparaíso su época de decadencia. Ya el terremoto de


1906 había destruido toda la infraestructura que por años se había levantado con el
esfuerzo de generaciones. Pronto, Santiago se consolidó como centro de
actividades políticas, comerciales e industriales que conllevó el traslado de las
mayores marcas y el establecimiento en la capital. Otro relevante hecho que influyó
en tal efecto negativo sobre la ciudad, fue la apertura del Canal de Panamá en 1914,
situación que transformaría toda la red comercial internacional llevando a que el
Puerto de Valparaíso sufriera una baja en el comercio de intercambio.

5.2 Breve historia del Barrio El Almendral

La ciudad de Valparaíso geográficamente se encuentra emplazada en una


planicie costera que, en sus orígenes, correspondía a una playa de arena, pero
sobre la que posteriormente se implementó un relleno artificial con el fin de dar
cabida a la mayor parte de la actividad central de la ciudad. Simultáneamente a
esto, Valparaíso desarrolla su vida sobre un sinnúmero de cerros que, de frente al
mar, conforman el singular anfiteatro que caracteriza a la ciudad366.

Valparaíso, se encuentra conformado por la sincronía y convivencia de


diferentes barrios en su interior. Estos barrios estuvieron determinados desde su

365Ibídem p. 127.
366Sánchez, Alfredo; Bosque, Joaquín; Jiménez, Cecilia, Valparaíso: su geografía, su historia y si
identidad como Patrimonio de la Humanidad, Revista Estudios Geográficos, Vol. LXX, 266, pp. 269-
293, enero-junio de 2009, p. 271.

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génesis por diferentes factores, pero sin duda, las condiciones geográficas y la
actividad primordial que se desarrolla en cada uno de ellos resultaron
fundamentales para su delimitación. Tal es el caso del Barrio El Almendral, el cual
si bien debe su nombre a la gran cantidad y abundancia de almendros que
antiguamente yacían en la zona, va a adquirir su funcionalidad y dinamismo a partir
de la actividad comercial y de las condiciones geográficas que lo envuelven.

La definición del Barrio el Almendral, estuvo desde un principio dada por


diferentes accidentes naturales, en primer lugar, el “Estero de Jaime o de las
Piedrecillas por el oeste (actual Avenida Argentina), por el norte el borde Playa
(entre calle Yungay y Av. Brasil actuales), por el sur el anfiteatro de cerros que
encierra el sector denominado de La Rinconada (actual Av. Hontaneda)”367. En este
contexto, si nos remontamos a la historia de su conformación, encontraremos que
“hacia 1776 El Almendral era una villa agrícola urbana que estaba desmembrada
del Valparaíso de la época, por el peñón del actual cerro Concepción, el cual sólo
se salvaba trepándolo en un trabajoso y peligroso viaje a lomo de mula” 368, motivo
por el cual este sector, “empieza a tener una independencia con el puerto debido a
ser el punto de abastecimiento más próximo a él, lo que facilitaba el
aprovisionamiento tanto de la ciudad como de los barcos, los que anteriormente
debían obtenerlo de lugares lejanos”369. Esta situación se buscó sortear a través de
la construcción de un terraplén en las faldas del cerro Concepción, el cual pretendía
unir el sector Puerto con el Barrio El Almendral de forma más expedita, sin embargo,
lo concreto es que este sitio resultó ser una vía transitable sólo en condiciones de
marea baja370.

Será durante los inicios de la década del veinte y tras el terremoto de 1822,
que se da inicio a una serie de trabajos que sellen una conexión perentoria del sector

367Álvarez, Luis; Navarro, Verónica. Análisis geo-histórico del espacio urbano del Barrio Almendral,
Valparaíso (entre Av. Argentina y Av. Francia, hacia 1835-1842). p. 98.
368 Castro Rossel, José Alberto, Mercado del Cardonal, Seminario de título para optar al grado

arquitecto, Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Universidad de Valparaíso, Chile,


1991, p. 21.
369Ibíd.
370Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

del Puerto con la afamada “despensa natural de la ciudad y del puerto”371 conocida
como Barrio El Almendral.

De este modo, es posible afirmar de la conformación de este barrio, que “su


ubicación histórica fue periférica, y sólo a partir de 1820 comenzó a formar parte de
la ciudad, integrándose urbanísticamente”372.Y aunque, “en 1826 continuaba siendo
un sector de quintas con algunos caseríos aislados”373, tenemos registro, como nos
aporta el “Análisis geo-histórico del espacio urbano del Barrio Almendral,
Valparaíso”, realizado por Álvarez y Navarro, “los documentos analizados
comprueban que a partir de esta fecha se produjo un crecimiento urbano en el área
del Almendral, lo que se manifestó a través de la apertura de calles, de espacios
ganados al mar y a los esteros”374, incluyéndose a la trama urbana de la ciudad “de
acuerdo al patrón de crecimiento que ha tenido Valparaíso en sentido este-oeste y,
de acuerdo al principio de Avance-Detención-Avance, sobre los interfluvios
adyacentes”375. Este populoso aumento del Barrio El Almendral estuvo claramente
relacionado con la unión al sector puerto anteriormente presentada, lo que
repercutiría también en el dinamismo que esta área hubo de tener posteriormente.
Así, comenzó a despedir su antiguo carácter agrícola y - en menor medida-
ganadero, para pasar a configurarse como un sector eminentemente comercial.
Esta transformación estuvo condicionada en primera instancia por el surgimiento y
establecimiento en el año 1876 de la Recova del Cardonal como lugar de
aprovisionamiento de productos agrícolas y ganaderos, la cual “a poco andar de los
años se transformó en la primera en importancia de la ciudad, por el volumen y
utilidades de venta que sobrepasan el 50% de las utilidades municipales que
aportaban todas las recovas de Valparaíso hacia 1870 según actas municipales”376,
situación por la cual se decide elevar la petición de construcción de un edificio para

371Ibídem., p. 22.
372 Álvarez, Luis; Navarro, Verónica, op. cit., p. 98.
373 Castro Rossel, op. cit., p. 22.
374 Álvarez, Luis; Navarro, Verónica, op. cit., p. 98.
375Ibídem., p. 100.
376Castro Rossel, op. cit., p. 24.

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la Recova, el que se concretará durante 1885 de manos de Alexander Livingstone,


pero no en el mismo lugar que el actual Mercado El Cardonal.

Para complementar, se puede señalar que Ugarte Yavar nos relata en su


recopilación histórica de la ciudad, que dentro del Valparaíso de la época, “este es
el barrio más populoso y que tiene mayor área en Valparaíso, pues ocupa la mitad
de la ciudad en el plan, extendiéndose desde la Plaza Victoria hasta la Alameda de
las Delicias. En él se encontraban establecidas las sucursales de los Bancos del
Puerto, todo el comercio al por menor, Maestranzas y estaciones principales de los
Ferrocarriles del Estado y Eléctrico, Liceos, Seminario, Escuelas Públicas, Oficinas
Municipales, Asilos, Hospitales, Teatro, etc., pero debido al terremoto de 1906
quedó este barrio convertido en un montón de escombros” 377. Sismo devastador
que terminó también con el funcionamiento de la Recova, y obligando “al Supremo
Gobierno con fecha de 6 de Diciembre de 1906 á dictar una ley, ordenando la
reconstrucción de ese barrio, y por medio de una expropiación total, transformarlo y
convertirlo en una población cómoda, higiénica y bien delineada, que reuniera todos
los adelantos modernos y que estuviera á cubierto de futuras catástrofes”378, entre
estos nuevos edificios entonces, se encontraría el Mercado El Cardonal.

5.3 Historia del Mercado El Cardonal

Como se señaló en los apartados anteriores, Valparaíso durante el siglo XIX


vivió una época de esplendor, la que se vio reflejada en el aumento de la población
que migraba al puerto, lo cual tuvo como consecuencia que aquellos lugares que
antes estaban destinados al cultivo agrícola fueran perdiendo gradualmente tal
carácter, claro ejemplo de esta situación es el Sector del Almendral. De acuerdo a
Graciela Rubio y sus datos compilados en archivos de la Intendencia, “hacia 1880,
el sector tenía una importante cantidad de conventillos. En la Avenida Las Delicias
existían 27, en tanto en la Calle Merced (hoy Uruguay), existían 20”379.

377Ugarte Yavar, Juan, Recopilación histórica, comercial y social de Valparaíso, p. 27.


378Ugarte Yavar, Juan, Recopilación histórica, comercial y social de Valparaíso, p. 27.
379 Gaete, Cristóbal, Mercado El Cardonal, Valparaíso, Chile, 2009, p. 98.

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Las razones por las cuales se decidió llevar a cabo la construcción de un


Mercado en la zona del Almendral “estaban ligadas a la geografía de Valparaíso. El
camino que unía la ciudad con el puerto no era siempre transitable, entonces se
hacía evidente en qué lugar debía estar el centro de acopio. En las actas
municipales del 26 de noviembre de 1843 datan especificaciones de planos para el
edificio del Mercado Cardonal. En abril del año siguiente, existe acuerdo en pagar
el valor de dos planos hechos levantar por el Cabildo. Y para el 17 de mayo de 1854
es registrado por las mismas actas el convenio celebrado entre el Cabildo y José
Ramón Silva, en el que se acredita como rematante del Mercado Cardonal”380.

En cuanto a la fecha de su primera construcción nos encontramos con una


disyuntiva, no obstante hay que señalar que hacia 1876 estaba instalada la Recova
del Cardonal, como ya fue señalado. Volviendo al tópico de la fecha de la primera
edificación, existen documentos que indican distintas fechas de inauguración. De
acuerdo a Cristóbal Gaete, aquellos documentos que podían responder la
interrogante fueron extraviados en el mismo Mercado, llevando a que hoy existan
distintas versiones. Es así como nos encontramos con que José Castro Rossel
afirma que la primera construcción data de 1885, llevada a cabo por Alexander
Livingstone, la cual fue derribada por el terremoto de 1906, pero tal construcción no
estaba emplazada en la manzana actual, sino en la cuadra adyacente al oriente, “al
no existir una fuente de primera mano, se observa contradicción o concordancia con
otros datos Municipales a la vista, como el movimiento de funcionarios del Cardonal
durante 1869 y 1870, así como unos años antes del fallecimiento del recaudador.
En esas actas ya se menciona el Mercado como tal, dejando atrás términos que
llamarían a la duda o que eran habituales durante la primera mitad del siglo XIX,
referencias del tipo “corral del Cardonal”381.

Siguiendo esta misma línea de datos que hacen dudar sobre la primera
construcción del Mercado, Gaete señala la existencia de “otros datos que si generan
duda son la revisión Municipal de los planos hechos por Juan Livingston, hecha el

380Ibíd.
381Ibídem, p. 99.

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28 de agosto de 1872, en que se discute sobre ′un nuevo edificio para la Recova
del Cardonal′ (Acta de las Sesiones Municipales desde el 7 de agosto de 1872 al 23
de diciembre de 174, 1903) planteando ya como una segunda versión a llevarse a
cabo en la manzana contigua al anterior. En el informe de esos planos se proyecta
una construcción de dos pisos, en busca de mayor rentabilidad para las arcas
municipales. A la vez, el 15 de mayo de 1877 se autoriza al Intendente para abrir
una cuenta corriente para terminar el edificio del Mercado del cardonal. El 28 de
julio de aquel año era comunicado el resultado de las licitaciones para las
posesiones ′esteriores′ de dicho Mercado”382.

Siendo la fecha de su primera construcción un enigma difícil de resolver,


sabemos que su funcionamiento fue todo un éxito y las ventas y flujo de personas
no se hicieron esperar, convirtiéndose rápidamente en un gran centro de acopio en
la Zona del Almendral. De acuerdo a Cristóbal Gaete, ya para 1870 existían distintos
reglamentos para normar las “Plazas y Mercados de Abastos”, “el que data del 26
de diciembre de 1870 se establece que el Mercado debía funcionar desde que
amaneciera hasta que cayera el sol”383, esto se suma a que se deja estipulado que
son los propios comerciantes los encargados de mantener el aseo del espacio.
Sobre lo mismo, “la Ordenanza para la Plaza de Abastos de Valparaíso, del 2 de
Abril de 1873, estipula que está permitida la venta de todo artículo fresco para el
consumo de la población en el Mercado, y eran considerados trescientos metros
como área de protección de los rubros desarrollados allí. Los puestos se remataban
anualmente. Se pagaba por la entrada de bestias de carga, carretón y carreta,
haciéndose efectiva en el momento de la entrada”384. De acuerdo a los dichos de
Gaete, para 1898 se dictaron decretos que vinieron a complementar aquellos de los
años 1870 y 1873, “fue corregida la hora de entrada y cierre para los Mercados,
quedando de tal forma: 5 AM, hasta 5 PM de abril a septiembre, y del 1 de octubre
hasta el 31 de marzo, de 4 AM hasta las 6 PM. Posteriormente, el horario de invierno

382 Ibídem, p. 100.


383Ibídem, p. 101.
384Ibíd.

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daba inicio a las 4.30 de la mañana. Un decreto de la Alcaldía del 15 de diciembre


de 1899 restringió la venta minorista al segundo piso”385.

Para octubre de 1901 nos encontramos con una nueva publicación que hace
mención a los cargadores del Mercado El Cardonal en donde se estipula que “para
ingresar a cargar al Mercado había que cancelar una inscripción y debía contarse
con un fiador que funcionaba como aval de un posible mal comportamiento.
Formaban cuadrillas, y debían vigilar a los demás a riesgo de ser castigados” 386.

El Mercado Cardonal dejó atrás el siglo XIX y comenzó el siglo XX de forma


avasalladora, puesto que para 1904, de acuerdo a una revisión realizada por
Cristóbal Gaete de la “Memoria Administrativa del territorio Municipal de Valparaíso,
1904: Tomo I, Mercado El Cardonal del Primer Alcalde” se puede ver que el Mercado
El Cardonal había tomado una preponderancia sobre los otros, llevando incluso a
que para el mismo año el Mercado del Cóndor cerrara sus puertas387.

Situándonos a una fecha previa del terremoto en Valparaíso, en la Revista


Sucesos, el 13 de enero de 1905 se hace referencia al “buen tiempo y que en el
Mercado en esta época se encuentra la mayor diversidad de frutos, se señala que
el mercado es la llave de la importación de cereales en Valparaíso, acudiendo gran
cantidad de compradores debido a la favorable ubicación en el Almendral”388. No
obstante los acontecimientos cambiaron hacia 1906. La misma revista proclama un
panorama desolador, “el terremoto de cuatro minutos y medio que azotó Valparaíso
el 16 de agosto de 1906 ha destruido por completo la ciudad compuesta de sus 200
mil habitantes, quedando un montón de ruinas, edificios derrumbados, arrasando a
un radio de 280 km de distancia, completándose esta tragedia con un incendio que
terminó por dejar abajo la ciudad”389, ante el derrumbe material y moral que
acontecía en el puerto, otros exclamaban: “Valparaíso, la ciudad fabril, el puerto
industrial, la metrópoli del comercio, quedó en cortos diez minutos convertida

385Ibíd.
386Ibídem, p. 102.
387Ibíd.
388 Revista Sucesos, Valparaíso, Chile, 13 de enero de 1905, edición N° 126, p. 33.
389 Revista Sucesos, Valparaíso, Chile, 01 de septiembre de 1906, N° 208, p. 13.

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primero en un hacinamiento de escombros, en seguida en un mar de fuego y por


último en un vasto cementerio cubierto de cenizas (…)” 390. Los números siguientes
a éste y durante el resto del sacudido 1906, revisten noticias sobre el terremoto y el
intenso trabajo de reconstrucción del puerto, y de la vida de sus ciudadanos.

Retomando el desastre provocado por el terremoto nos encontramos con


Rodríguez y Guajardo, quienes relatan este terremoto de la siguiente manera: “el
suelo subía y bajaba con terrible rapidez, giraba en seguida en círculo, batía de un
lado á otro y volvía nuevamente al movimiento vertical y otra vez al circular y al
horizontal y se sucedían los sacudimientos en todas las direcciones como si una
mano furiosa y de un vigor infinito se empeñara rabiosamente en descuajar la tierra
y en destruir y aniquilar todo vestigio humano”391. Respecto de las edificaciones
apuntan que “bajo el furor de aquellos espantosos sacudimientos, todos los
edificios, así los más débiles y mezquinos, como los más sólidos y poderosos,
aleteaban en el espacio con un ruido atronador, subiendo y bajando sobre la ola
que el terremoto suscitaba en el sueño y á la cual sucedían otras y otras como en
un mar agitado por la tempestad. Reclinaban los revestimientos de zinc de los
edificios, crujían las murallas al abrirse en enormes grietas, las agujas de las torres
describían en el aire amplios arcos de círculos, derrumbábanse muros y techos que
caían con horrendo estrépito sobre sus propias bases, sobre las casas vecinas
(…)”392. Para infortunio de los comerciantes del Almendral entre aquellos edificios
se encontraba el Mercado El Cardonal.

La reconstrucción del Mercado fue un largo camino, ya que transcurrieron


ocho años desde aquella tarde infernal, para que éste abriera nuevamente sus
puertas al público en julio de 1914. Sin embargo, tal situación se vio antecedida por
una apertura del Mercado cuando éste estaba aún en ruinas, convirtiéndose la faena
de los pilastreros, cargadores y fleteros en una arriesgada tarea, a esto se suma las

390 Ibídem, p.19.


391Rozas, Rodrigues, Alfredo; Gajardo Cruzat Carlos, La catástrofe del 16 de Agosto de 1906 en la
República de Chile, Santiago, Chile, 1906, p. 42.
392Ibídem, p. 43.

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desmejoradas condiciones de higiene y plagas que acomplejaban aún más la


situación.

El registro gráfico expone cómo quedó el edificio después del sismo: no


había rastro de lo que alguna vez fue393. Debido a esto, la necesidad de restablecer
el enclave comercial del Almendral era una preocupación constante para las
autoridades. Como se señaló anteriormente pasaron años para que el Mercado
volviera a estar en pie nuevamente, sin embargo, no era algo que quedaría sin
tratarse, así fue como “el Presidente de la República Ramón Barros Luco visitó
Valparaíso, principalmente las calles comprendidas entre las Av. Errázuriz y Brasil,
desde la estación Bellavista hasta Av. Francia. Se pretende dar uniformidad a las
calles proyectadas en el Barrio El Almendral, hay una reunión de autoridades para
planificar en torno a lo propuesto por el ingeniero Urquieta (…)”394 395.

José Castro Rossell nos indica que “el origen de las gestiones para realizar
el Mercado actual se halla en el descontento acumulado en la comunidad a partir
del terremoto de 1906, por el desarrollo deficiente del mercado, lo cual se debió a
tres factores:

1. El enorme deterioro que le produjo el terremoto.


2. El atraso tecnológico del primer mercado, que recrudeció después del
terremoto.
3. La falta de espacio para albergar pilastras, bodegas y canchas de
descarga”396.

De acuerdo a la revisión del Informe del Abogado Don Alejandro Flores, de


fecha 2 de Mayo de 1929, “en 1911, la I. Municipalidad de Valparaíso, pidió
propuestas públicas para la construcción del edificio del Mercado del Cardonal, y

393 Véase anexo 3.


394 Revista Zigzag, tomo IV, vol. XXV, 10 de octubre de 1912, edición N° 400, Santiago, Chile, 1912,
p. 20.
395 Véase Anexo 2.
396 Castro Rossel, José Alberto, Mercado del Cardonal, Seminario de título para optar al grado de

Arquitecto, Escuela de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Universidad de Valparaíso, Chile,


1991, p. 36.

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fueron aceptadas las que presentaron los señores Eduardo Germain y Wenceslao
Sierra, en representación de la firma ′Berlin Const. Co. De los Estados Unidos de N.
A.′. En tal virtud, se celebró el contrato que consta de la escritura de 2 de Mayo de
1911, otorgada ante el Notario de Valparaíso, don Julio Rivera Blin”397, en este
contrato se estipuló, en resumen, lo siguiente:

“Art. 1.o- Los contratistas se comprometen a construir conforme a las bases


y condiciones acordadas por la Municipalidad, y en el terreno municipal que
ocupaba el Antiguo Mercado del Cardonal, un edificio de hierro y concreto por valor
de 700 mil pesos, sujetándose a la distribución hecha en los planos aprobados por
la corporación.
Art. 2.o- Los contratistas tomarán a su cargo la explotación y administración
del nuevo Mercado por todo el tiempo que dure el contrato, sujetándose a la
Ordenanza de Abastos en cuanto al cobro de los derechos o precios de
arrendamiento.
Art. 3.0- Dentro de dos meses contados desde la fecha de la escritura, los
contratistas presentarán los planos de los frentes de la Avenida del Brasil y calle de
Yungay, para su aprobación por la Alcaldía.
Art. 4.o- También presentarán, antes de iniciar los trabajos, un presupuesto
detallado de la construcción, el que servirá de base para fijar los precios de las obras
que se ejecuten fuera de contrato.
Art. 5.o- Deberán terminar el edificio en el plazo de 12 meses, a contar desde
la fecha de aprobación de los planos.
Art. 7.o-Para los efectos legales esta construcción o establecimiento se
considerará como Mercado Municipal de Valparaíso.
Art. 10.-Los contratistas entregarán a la Municipalidad, como participación de
las entradas del Mercado, a contar desde la terminación del edificio, y por trimestres
anticipados, diez mil pesos durante los diez años siguientes, y veinte mil pesos, en
los diez años restantes.

397 Informe del Abogado Don Alejandro Flores, de fecha 2 de Mayo de 1929, p. 30.

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Art. 11.- Vencidos los diez años a contar desde la terminación del edificio, la
Municipalidad podrá hacerlo suyo pagando en 75 por ciento del valor que se le ha
fijado. Si no hiciera uso, entonces de esta facultad, podrá hacerlo a la expiración de
los 10 años siguientes, pagando el 40 por ciento del valor fijado al edificio. Si se
dejara transcurrir también este plazo, el edificio pasará a ser propiedad municipal,
sin ningún gravamen para el Municipio, a los treinta años después de la terminación
del Mercado.
Art. 25- La Municipalidad se compromete a solicitar del Congreso una ley
especial que autorice para llevar a efecto este contrato”398.

En síntesis, Cristóbal Gaete nos explica esta etapa inicial de construcción,


afirmando que en esta primera escritura “se establece que se contemplan catorce
meses para la construcción del edificio. Dos meses para el levantamiento de planos
según indicaciones del señor Jaquier y doce meses para la edificación en sí misma.
En ese momento se establecía el valor del Mercado en setecientos mil pesos. La
misma municipalidad da claves en el contrato para su posterior realización,
solicitando sencillez en las fachadas, envigados de fierro. La Berlín Co. Agrega que
sea absolutamente incombustible, exige que no coexistan con otros mercados en
por lo menos 8 cuadras a la redonda”399.

Sin embargo para el 24 de Octubre de 1914, se celebró un nuevo acuerdo en


el cual “se redujo a escritura pública ante el Notario del Julio Rivera Blin, un convenio
celebrado entre el Primer Alcalde y la BerlinConstruction, con fecha 28 de Agosto
de ese año, y aprobado por la Municipalidad en sesión de 11 de Septiembre y 13
de Octubre siguiente”400. Esta modificación se debió básicamente a una alteración
en los planos y el edificio, quedando este con mucho mayor desarrollo, por lo que
la Municipalidad podía adquirir un Mercado más completo y de mayor valor. Por este
motivo, en el convenio anunciado se estableció lo siguiente:

398 Informe del Abogado Don Alejandro Flores, de fecha 2 de Mayo de 1929, p. 32.
399Gaete, Cristóbal, op. cit., p. 107.
400Informe del Abogado Don Alejandro Flores, de fecha 2 de Mayo de 1929, p. 32.

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“1.o- La Municipalidad nombra como perito tasador al director de Obras


Municipales, y la BerlinConstruction Co., a don Enrique Doll.
2.o- La participación municipal en las entradas del Mercado, se fija en 30,000
pesos anuales, a contar desde el 1.o de Junio de 1914.
3.o- La Municipalidad da por cumplido por parte de la BerlinConstruction, el
contrato sobre construcción del Mercado del Cardonal.
4.o- El presente convenio formará parte integrante del contrato de 2 de Mayo
de 1911, y se solicitará del Soberano Congreso su aprobación conjuntamente con
la del contrato”401.

Gaete nos explica que este nuevo contrato era muy distinto al anterior, puesto
que “se cambian elementos esenciales como la fecha de inicial de la concesión por
treinta años, partiendo de 1916. La cifra de compra es 1.480.927,75 oro de 18
peniques, el equivalente a 4.442.783,25 de moneda corriente, en una tasación
realizada por un perito de la Municipalidad y otro de la Compañía”402. Además hace
mención que esa valoración se debe a que se toman en cuenta “viteax en las
fachadas; cortinas metálicas; techumbre de fierro galvanizado; tragaluces; gradas
mármol; piletas, lavaderos y bebederos en el primer piso; piletas en el subterráneo;
piletas de lavado de verdulerías en el segundo piso; tubo colector de basura; horno
de cremación de basuras, pozos impermeables para desagües en el subterráneo,
medidores de gas y calefacción; medidores de gas chico; puestos de frutas
tropicales; jaulas para aves instaladas; ascensores eléctricos; ascensores
hidráulicos; planta frigorífica, baños con ventilador; cocinas con chimeneas, etc.”403.

Cabe destacar que el contrato de 1911 y el convenio de 1914 fueron


considerados como nulos. Dentro de las razones de esta nulidad nos encontramos
que en el art. 25 del contrato de 1911 y en el número 4.o del convenio de 1914, se
estipulaba que se conseguirá del Soberano Congreso una ley especial, que
aprobara ambas convenciones, pero tal ley no se concretó.

401Ibíd. p. 33.
402 Gaete, Cristóbal, op. cit., p. 108.
403Ibíd.

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El 30 de Enero de 1917, las partes redujeron a escritura pública ante el


notario, señor Rivera Blin un nuevo contrato “aprobado por la Municipalidad en
sesión de 23 del mes citado, en cuyo texto debían refundirse las dos escrituras de
1911 y 1914, y las modificaciones concedidas hasta la fecha”404. Pero tal contrato
fue, nuevamente considerado como irregular, confluyendo en una situación carente
de eficacia legal.

Luego de todo un proceso y años de búsqueda para regularizar la situación


la I. Municipalidad decidió celebrar los acuerdos de 10 y 29 de Noviembre de 1927,
y de 12 de Abril de 1928, ratificados por decretos supremos, en virtud de los cuales
se procedió a otorgar ante el Notario don Moisés Cruz Anguita, la escritura de
compraventa de 18 de octubre de 1928. En la cual se establece que los señores
Eduardo Germain y Wenceslao Sierra, en nombre y representando a The
BerlinConstruction Co., venden a la I. Municipalidad de Valparaíso el edificio del
Mercado Modelo del Cardonal a un valor que asciende a 3.232.000 pesos (tres
millones doscientos treinta y dos mil pesos).

Por último cabe destacar, que como se dijo al principio, el Mercado El


Cardonal se volvió a inaugurar en julio de 1914 y su diseño, de acuerdo a Gaete
“fue llevado a cabo por el Ingeniero Eduardo Feuereisen, nacido en 1880 en
Valparaíso, titulado en la Universidad de Chile, discípulo de Eiffel. La estructura
metálica es importada a través de la Vorverk Company, desde Alemania”405.

Los años posteriores a su fundación, el Mercado El Cardonal se fue


consolidando entre la población porteña, a tal punto que con el tiempo, se convirtió
en un concurrido centro de reunión que más allá de ser un centro comercial de
acopio y alimentos, era un lugar del compraventa al menudeo y de relaciones
comerciales informales. Junto con ello es preciso señalar algunos de los hitos de la
historia reciente del Mercado, sin ir más lejos y siguiendo a Gaete y las entrevistas
que realizó, “la Dictadura Militar y sus medidas reconfiguraron el Mercado. El cambio

404Informe del Abogado Don Alejandro Flores, de fecha 2 de Mayo de 1929, p. 35.
405 Gaete, Cristóbal, op. cit., p. 110.

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más evidente fue dado por el toque de queda, que cercenó el horario de
funcionamiento de las madrugadas. Se le daba un salvoconducto a los cargadores
y pilastreros para que llegaran a sus trabajos, pero ya no había compradores antes
de las seis de las mañana. Eso hizo que el radio de ciudades que se abastecían
dejara de ser tan amplio, porque era imposible atravesar las distancias que se
salvaban antes con el nuevo horario”406. Además, señala que se perdieron antiguos
hábitos, por ejemplo los comerciantes que venían a abastecerse solían ir a
desayunar algún tipo de caldo al segundo piso, conocido como plaza, pero con el
cambio de horario eso se terminó.

A fines de los años setenta se produjo un fenómeno que repercutió en el


Mercado, “las grandes industrias de Valparaíso comienzan a cerrar, generando gran
cesantía. Así se multiplican las personas que apuestan sus ahorros en colocar
negocios de frutas y verduras en el plan, perdiéndose el antiguo radio de protección
que tenía El Cardonal”407.

A continuación, nos referiremos a la sociedad de comerciantes conformada


en el Mercado El Cardonal, que principalmente, servía de apoyo mutuo entre los
trabajadores, con normas y derechos establecidos entre ellos para mantener la
buena convivencia dentro del lugar de trabajo.

5.3.1 Sociedad Unión de Comerciantes

Antes las diferentes dificultades que se le han manifestado al mercado como


inmueble y a los trabajadores en su rutina, es que ha sido necesario formar
sociedades, mancomuniones o gremios que se dediquen a la solución de ellas, para
tales efectos, todo espacio en el que se desarrolla el comercio debe poseer una
asociación o agrupación de comerciantes que velen por su lugar de trabajo, como
así también, por el bienestar de quienes trabajan en el Mercado y la regulación de
las normas de convivencia.

406 Ibídem p. 52.


407 Ibídem, p. 54.

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Debido a la dificultad de encontrar la fuente originaria, analizaremos la


Reforma de los Estatutos de la Sociedad Unión de Comerciantes del Mercado
Modelo El Cardonal, la cual fue efectuada el 28 de julio de 1919, no obstante, la
fundación de esta Sociedad se efectuó el 28 de julio de 1902 en Valparaíso.

El objetivo de esta sociedad, según el artículo 1 del Título I: Objeto y duración


de la Sociedad señala que “estos estatutos reformados tendrá por el objeto el
socorro y la protección mutua de sus asociados, cuyo número será ilimitado y su
duración indefinida”408. En cuanto a la edad que deben tener al ingresar a la Unión
de Comerciantes, “que el aspirante tenga al menos quince años de edad y no pase
de cuarenta y cinco y que goce de perfecta salud”409, incluso la jerarquía era algo
presente ya que debía emitir “una solicitud al Presidente de la Sociedad patrocinada
por dos socios activos en que haga constar su nombre y apellidos, su edad, estado
civil, su profesión u oficio, el lugar de nacimiento (…)”410. Para poder incorporarse a
la sociedad de comerciantes debía pagar la suma de “cincuenta pesos que le darán
derecho a bóveda, a diploma y a un ejemplar de estos Estatutos y además la suma
de diez pesos por cuota mortuoria anticipada”411.

Como toda sociedad, en la que los hombres se organizan frente a la


necesidad que genera un lugar de trabajo o que comparten comúnmente, deben
establecerse deberes y derechos entre los pares. Uno de los que más denota
solidaridad entres semejantes, consiste en el pago de una cuota mensual mientras
alguno de ellos se encuentra enfermo. Al respecto se indica que es derecho de los
socios “permanecer eximidos del pago de la cuota mensual mientras estén
enfermos hasta que el médico le dé de alta”412, también “ser asistido con médico y
botica en caso de enfermedad”413.

408Estatutos de la Sociedad Unión de Comerciantes, República de Chile, Valparaíso, 1919, p. 7.


409 Ibídem, p. 8.
410 Ibíd.
411 Ibíd.
412Ibídem, p. 9.
413 Ibíd.

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A pesar de todo, el socio también puede ser suspendido o perder la calidad


de tal dentro de la sociedad de comerciantes del Mercado, por ejemplo, “el mero
trascurso de los diez días siguientes al vencimiento de cada mes, sin el pago
mensual privará al socio del derecho de percibir auxilio social”414, es decir, la
morosidad costaba caro: se le privaría al socio de auxilio en caso de enfermedad,
problemas personales o familiares, entre otros.

En cuanto a la pérdida total de los derechos del afiliado, “el mero trascurso
de tres meses sin el pago de la cuota mensual hará que el socio pierda en absoluto
sus derechos de tal. Los socios que hayan pertenecido diez años a la Sociedad
tendrán un plazo de gracia de un mes más”415.

Respecto a la exclusión de un miembro, podrán ser excluidos quienes


“desprestigien a la Sociedad o practiquen en contra actos de hostilidad” 416, y en
cuanto a los actos delictivos, “los que fueran condenados por la Justicia por hurto o
estafa o por delito que mereciere pena de quinientos cuarenta y un día de reclusión
o mayor”417.

Otro de los aspectos fundamentales que posee la Sociedad de


Comerciantes, a la mantención Fondos Sociales, siendo su raíz en las cuotas
mensuales o fondos mortuorios. Estos fondos eran invertidos puntualmente en
algunos casos, como por ejemplo “en el socorro de socios enfermos y jubilados con
los auxilios y pensiones establecidas expresamente en estos Estatutos (…) en los
gastos de funerales y pago de la asignación mortuoria (…) 418.

Estos lineamientos que resaltan la necesidad de organizarse dentro del


Mercado demuestran los vínculos arraigados que han existido y perdurado hasta el
día de hoy entre los miembros y locatarios. Cuidarse unos a otros, ya sea en
enfermedad o en la ancianidad, deja claro que las relaciones que existen en este

414 Ibídem, p. 13.


415 Ibídem, p. 14.
416 Ibídem, p. 15.
417 Ibíd.
418 Ibídem, p. 23.

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inmueble no sólo son de trabajo, sino que se evidencia una preocupación por el
otro.

CAPÍTULO VI: ANÁLISIS DE ENTREVISTAS.

A continuación, se analiza un total de 50 entrevistas realizadas en Valparaíso


entre el 23 de octubre y el 20 de noviembre del año 2014, dirigidas a tres grupos
fundamentalmente: expertos en patrimonio, trabajadores y clientes del Mercado El
Cardonal. De ellas, 10 entrevistas fueron realizadas a especialistas en patrimonio,
20 a trabajadores de las diferentes áreas del Mercado El Cardonal y 20 a clientes
del mismo lugar, logrando recabar a través de éstas la información necesaria para
fundamentar la condición patrimonial inmaterial del Mercado El Cardonal y su
posible puesta en valor, en consideración, por supuesto, del Marco Teórico
enunciado para este estudio.

El análisis se planteó de forma separada para cada instrumento


confeccionado, y dentro de éste, se analizó cada una de las preguntas en función

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de los diferentes objetivos dispuestos y especificados para ellas en el Marco


Metodológico de esta investigación.

6.1 Análisis de entrevistas a expertos en patrimonio.

6.1.1 Objetivo 1: Dilucidar si los expertos consideran que existen otras


áreas, lugares o inmuebles de la ciudad, al margen de las oficialmente
reconocidas por la UNESCO y por el Estado de Chile, susceptibles de una
puesta en valor oficial

A la hora de argumentar en torno al objetivo enunciado, los expertos


coincidieron en afirmar que existen muchos otros lugares de la ciudad que son
susceptibles de una puesta en valor, en este sentido, Dámaris Collao, experta en
didáctica del patrimonio menciona que: “hay un montón de lugares y estructuras que
están perdidos en este mundanal ruido de Valparaíso y que pierden todo valor
porque no se les ha considerado importantes y no se ha visto la trascendencia
histórica que tienen y también obviamente el Mercado”, a lo cual agrega que puede
ser “todo el sector de av. Argentina, av. Pedro Montt, hay iglesias también, por
ejemplo hay una que está cerca del Parque Italia, creo que es de los capuchinos,
que tiene unos frisos, una estructura súper antigua y hermosa”419.

De forma paralela, el profesor Aldo Meneses, señala que existen también


otros lugares en esta condición: “yo te podría decir que calle Colón podría ser
patrimonio, sería importante reconocer también algunas iglesias en Valparaíso,
como por ejemplo ´La Doce Apóstoles´, también en el Cerro Florida hay una Iglesia
interesante de rescatar”420. Destaca sobre todo, avenida Argentina, por presentar
una singularidad arquitectónica al combinar varios estilos: “si tú miras la Avenida
Argentina por ejemplo, es súper ecléctica desde la perspectiva arquitectónica, es
casi de edificios Art-decó en algunas partes, hasta un Neoclásico francés”421.

419 Collao, Dámaris, Experta en Didáctica del Patrimonio, entrevista el 20 de noviembre de 2014 a
las 15:00 hrs., Facultad de Educación de PUCV.
420 Meneses, Aldo, Coordinador del Proyecto “Educación y Patrimonio” durante el año 2002,

entrevista el 15 de noviembre de 2014 a las 10:00 hrs., Facultad de Ciencias Exactas, UPLA.
421 Ibíd.

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Asimismo, Ana María Ojeda, encargada del Departamento Histórico


Patrimonial y del Archivo Histórico de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, afirma
que también “habría que incorporar el espacio público de las plazas, por ejemplo, la
Plaza O’Higgins, el Parque Italia”422, sosteniendo que estos son espacios públicos
en que la sociedad en su conjunto se desenvuelve y desarrolla. La misma
importancia le otorga Fernando Vergara, Conservador Histórico del Fondo Budge
de la Universidad Católica de Valparaíso, a los colegios, por contener varias
categorías de patrimonio a la vez, por ejemplo, Inmueble de Conservación Histórica
y Monumento Nacional, en este sentido señala que a su juicio: “quizás un par de
colegios que no son Monumentos Nacionales, imagino que son pocos, el Seminario
San Rafael por ejemplo, la Escuela Naval no sé si es Monumento Nacional, quizás
algunos establecimientos educacionales”423. En este sentido, Víctor Fuentes
sostiene que los espacios susceptibles de una puesta en valor “pueden ser aquellos
lugares que cuenten con características relevantes de la historia de Valparaíso”424,
indicando la idea que no solamente lo arquitectónicamente singular y antiguo son
patrimonio.

Con todo lo anteriormente señalado, los expertos concuerdan en que hay


muchos otros lugares en la ciudad que son susceptibles de un reconocimiento
patrimonial oficial. Sin embargo, detectaron un problema fundamental al señalarnos
que un reconocimiento patrimonial efectivo e integral para cualquiera de estos sitios,
no se limita a un simple título, sino que para su logro se deben conjugar voluntades
políticas y civiles, acompañadas de una educación en torno al patrimonio. Sobre
esto, Carlos Carroza, Director de la Biblioteca Municipal Santiago Severín, nos
señala que en este panorama “el reconocimiento patrimonial tiene que ir por otro
lado, tiene que ir más allá de la concepción legalista del Estado chileno y la sociedad
chilena, tiene que ir por una educación del porteño propiamente tal, una

422 Ojeda, Ana María, Encargada de Departamento Histórico Patrimonial y Archivo Histórico, Ilustre
Municipalidad de Valparaíso, entrevista el 19 de noviembre de 2014 a las 10:00 hrs., Oficina del
Archivo Histórico de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso.
423 Vergara, Fernando, Conservador Fondo Histórico Patrimonial, Fondo Budge, PUCV, entrevista el

17 de noviembre de 2014 a las 09:00 hrs., Casa Central PUCV.


424 Fuentes, Víctor, Gerente del barrio El Almendral, entrevista el 17 de noviembre de 2014 a las

09:00 hrs., Ilustre Municipalidad de Valparaíso.

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concientización”, a lo cual agrega que para ello “trataría de establecer elementos


educativos en torno a proteger esos patrimonios”425.

Por su parte, Fuentes complementa lo anterior afirmando que “no solo hay
falta de políticas del gobierno central, si no que en el Ministerio de Educación, donde
no se abordan estas temáticas”426. Mismo reparo realiza Ana María Ojeda, quien
aborda el tema de la educación patrimonial como un proceso de sensibilización
dirigido hacia la ciudadanía, distinguiendo que la principal dificultad radica en “que
la ciudadanía debe reconocer el espacio como ciudad de monumentos, lugares de
memoria para así tener esa conciencia de no rayar, no destruir a pesar de que pueda
haber en la ciudad cualquier evento masivo, no se toca”427, aspirando de este modo
a que la ciudadanía se haga parte del patrimonio, construya el patrimonio, así como
construye y vive su ciudad.

A esta idea se suman Meneses y Fuentes, quienes detectan una carencia de


políticas públicas que traigan un beneficio cierto al cuidado patrimonial. Para
Fuentes “hacen falta políticas públicas que beneficien realmente el patrimonio, más
allá de ser la mera placa”428, mientras que para Meneses “declarar otra cosa con las
políticas gubernamentales que hay con respecto a la preservación sería fatal,
porque el día de hoy declarar una casa patrimonial es matarla, es congelarla
derechamente”429.

Empero, a la opinión compartida por los expertos en torno a la existencia de


diferentes lugares de la ciudad susceptibles de una puesta en valor oficial, se
contrapone la idea que nos plantean expertos como Víctor Fuentes, Archibaldo
Peralta, Carlos Carroza y María José Larrondo, esta última, Coordinadora Regional
del Consejo de Monumentos Nacionales en la Quinta Región, quienes coinciden en
que no todo puede ser patrimonial por el solo hecho de ser antiguo, advirtiéndonos

425 Carroza, Carlos, Director de la Biblioteca Pública Santiago Severín de Valparaíso, entrevista el
14 de noviembre de 2014 a las 09:00 hrs., Biblioteca Pública Santiago Severín.
426 Fuentes, Víctor, op. cit.
427 Ojeda, Ana María op. cit.
428 Fuentes, Víctor, op. cit.
429 Meneses, Aldo, op. cit.

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que “no hay que caer en ese error, no porque un edificio tenga determinada cantidad
de años va a pasar a ser patrimonial automáticamente”430, en una frase, “lo valioso
no lo da la cantidad de años”431. Al respecto María José Larrondo comparte su
experiencia: “ha venido mucha gente a decirme ´quiero que me declare la casa de
mi abuelita porque es bonita, porque vivía mi abuelita´, entonces les respondo ´pero
dime alguna relación con la ciudad´, y me dicen, ´es que es la más antigua´.
Entonces, ¿vale la pena declararlo nacional? ¿O en realidad eso ya cabe en una
legislación y una normativa local?”432. Es justamente esta cita la que nos invita a
reflexionar sobre las escalas del patrimonio, local, nacional y universal, en relación
a las cuales la Coordinadora Regional del Consejo de Monumentos Nacionales nos
advierte de dos aspectos que debemos considerar en torno a la posible puesta en
valor de nuevos sitios patrimoniales: el primero se relaciona con la integridad que
presenta un monumento al momento de brindarle un valor patrimonial, con el fin de
preguntarnos cuál es nuestra capacidad de preservación sobre él. Mientras que el
segundo, responde a la falta de organización sistemática y relacional que posee en
la actualidad el patrimonio nacional, indicándonos que “si empezáramos a
relacionarlo a través de temáticas, por ejemplo ´el patrimonio industrial´, y
tuviéramos un listado de patrimonio industrial y además, cómo es que se relacionan,
ahí podríamos ya empezar a definir, tanto a nivel regional como a nivel país, qué
merece la pena ser declarado Monumento Nacional y qué otras cosas en realidad
caben dentro de una protección local que sería Inmuebles de Conservación
Histórica, Zonas de Conservación Históricas; porque es distinto el nivel nacional del
local”433.

Dentro del mismo análisis, resulta de particular interés detenernos en lo dicho


por Carlos Carroza en relación a una posible puesta en valor de nuevos sitios

430 Fuentes, Víctor, op. cit.


431 Peralta, Archibaldo, Asesor histórico de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso. Asesor cultural de
la Policía de Investigaciones de Chile. Región Valparaíso, entrevista el 14 de noviembre de 2014 a
las 11:00 hrs., Galería de Artes del Museo de Historia Natural de Valparaíso.
432 Larrondo, María José, Directora Regional del Consejo de Monumentos Nacionales, entrevista el

20 de noviembre de 2014 a las 10:30 hrs., Oficina Regional del Consejo de Monumentos Nacionales.
433Ibíd.

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patrimoniales en Valparaíso, advirtiéndonos que a causa de esta tendencia


Valparaíso se encuentra sobrerregulado lo que a su juicio ha repercutido en una
sobrevaloración del suelo, así pues, argumenta que la ciudad “tiene distintas capas
de normativas sobre distintos territorios que no precisamente coinciden entre sí. Hay
zonas de protección que están instaladas en el plan regulador de la Municipalidad
como Zonas de Conservación Histórica o Inmueble de Conservación Histórica. Esos
polígonos declarados y protegidos no necesariamente coinciden con los que están
declarados por el Consejo de Monumentos Nacionales, como Zona Típica o
Monumento Nacional y esto tampoco coincide con la zona declarada por la
UNESCO como patrimonio de la Humanidad, hay zonas en las que coinciden los
tres instrumentos y están súper reguladas”434, motivo por el cual “se genera una
sobrevalorización del suelo y aparece la especulación mobiliaria, se declara la
Aníbal Pinto como patrimonio inmaterial de la ciudad, inmediatamente el dueño de
la Librería Iven’s le sube el arriendo, que le obliga a salir de allí y en la que se
instalan cafeterías. La declaración le juega en contra continuamente a
Valparaíso”435.

Por otro lado, resulta pertinente destacar también lo dicho por Carolina Ibarra,
experta en Patrimonio e Historia Oral, quien introduce un nuevo elemento de análisis
al tema patrimonial de Valparaíso y a su relación con el Mercado El Cardonal,
señalando la existencia de dos categorías de patrimonio: un patrimonio de elite y
otro de carácter popular, así pues afirma que “en Chile casi no hay patrimonio
popular, el patrimonio popular es siempre inmaterial, y yo creo que ese es el caso
de ustedes con el Mercado El Cardonal. El patrimonio popular siempre se asocia a
lo inmaterial, más que a lo material, entonces el patrimonio material que nosotros
tenemos en Chile siempre está asociado a la élite, porque evidentemente las
construcciones de la élite están hechas con mejores materiales que han permitido
que sobrevivan al tiempo, a todos nuestros terremotos y nuestras catástrofes”436.

434 Carroza, Carlos, op. cit.


435 Carroza, Carlos, op. cit.
436 Ibarra, Carolina, op. cit.

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Según todo lo planteado, y en relación al primer objetivo dispuesto en el


instrumento aplicado, es posible establecer que la mayoría de los expertos aquí
citados convergen en la idea de que efectivamente existen múltiples lugares y
espacios en la ciudad de Valparaíso susceptibles de una puesta en valor. Sin
embargo, podemos percibir ciertas diferencias respecto el grado de responsabilidad
de quienes se hacen cargo y promueven el patrimonio dentro de la ciudad. Algunos,
reconocen mayor responsabilidad en la normativa legal vigente, como cuando
Carlos Carroza sostiene que Valparaíso está sobrerregulado, mientras que otros
prefieren resumir las responsabilidades en la carencia de una educación
patrimonial. Ahora bien, nos parece destacable reconocer la existencia de las dos
categorías de patrimonio que nos sugiere Carolina Ibarra, las que se relacionan con
la participación que tiene tanto la élite como los sectores populares en el desarrollo
de la ciudad, y por medio de las cuales, nos invita a reconocer al Mercado El
Cardonal como parte del patrimonio popular.

6.1.2 Objetivo 2: Conocer la percepción que tienen los expertos del


patrimonio sobre una posible puesta en valor del Mercado El Cardonal.

Al analizar las respuestas de los expertos sobre la existencia de un valor


cultural en el Mercado El Cardonal, nos encontramos con la opinión generalizada
de que efectivamente éste posee valores del tipo.

En este sentido, tenemos que para Aldo Meneses, desde el punto de vista
de la cultura, no existen reparos para valorar al Mercado El Cardonal pues “en los
mercados de las ciudades, como dice Duby, se junta y se llena el sentido de la
ciudad, los mercado son muy eclécticos, ahí tú conoces lo que come la gente, lo
que piensa la gente, lo que escucha la gente, sus temores, y sus pasiones”437.

Lo anterior se ve reflejado también en las palabras de Dámaris Collao, quien


menciona que el Mercado refleja el espíritu porteño, que es allí “donde se conjugan
un montón de elementos, principalmente el elemento cultural social, donde se

437 Meneses, Aldo, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

muestra realmente el porteño, la persona y personalidad del porteño, esta persona


vivaz, que se busca la vida, que vive el día a día, porque en el mercado eso es lo
que se evidencia, el que para la olla, el que trabaja por el día, el que tiene que
trabajar para sustentar la familia en el día, porque no es con sueldo, es una
economía doméstica, pura y dura, o sea, del día a día y eso es parte del porteño”438.

Más allá del trabajo, nos invita a pensar Meneses, la identidad del porteño
está contenida también en los intereses expresados dentro del Mercado, sus
paredes y sus pasillos serían testigo de esto, de modo que “tú vas viendo cómo en
los puestos un pilastrero es de Santiago Wanderers, otro del Colo-Colo, van
mostrando su ‘esencia de’”439.
Ahora bien, los expertos concuerdan que otro punto a favor del valor cultural
del Mercado se encuentra contenido en la tradición familiar, donde generaciones de
familias se han dedicado a las labores que implica este centro de abastecimiento, y
donde también una serie de otras tantas han concurrido en forma de compradores
a él. Así nos relata Ana María Ojeda señalando que “hay familias que han trabajado
toda su vida, tres, hasta cuatro generaciones que están, hay una tradición, lenguaje
e identidad (…) hay una dinámica entre la ciudad y este espacio”440. Sobre lo mismo,
Carolina Ibarra argumenta, que “si pensamos en los trabajos que ahí se realizan,
nos encontramos que son generacionales y que son trabajos que solamente se dan
en el Mercado, no están presentes en otros lugares”441.

De la misma forma, generaciones de clientes han acudido en busca de su


aprovisionamiento familiar al Mercado El Cardonal y con ello han logrado establecer
relaciones de clientela por largo tiempo, convirtiéndose de este modo en un lugar
de costumbre familiar. Así lo enuncia Carolina Ibarra señalándonos al respecto: “que
la gente vaya a comprar al mercado es una práctica súper validada en Valparaíso,
y automática, no se piensa, y esa automatización se debe pensar, hay que ver qué

438 Collao, Dámaris, op. cit.


439 Meneses, Aldo op. cit.
440 Ojeda, Ana María, op. cit.
441 Carolina Ibarra, op. cit.

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hay ahí, es decir, ahí hay costumbres, hay tradiciones, ahí, hay valores”442.
Respecto a lo mismo, Aldo Meneses afirma que esta costumbre familiar está
sostenida por lealtades, “hay caseros que de años le han vendido a la misma gente,
desde años, y el hijo va porque el papá lo llevó desde chico”443 y es por ello que la
familia que acude “establece lazos, y esos lazos van generando cultura a la larga,
porque cultura es todo lo que se hace el hombre, tanto material como inmaterial”444.
De igual modo, es posible rescatar lo dicho por Rafael Torres, quien señala que
quienes acuden a comprar al Mercado El Cardonal “tienen como lugar favorito el
Mercado porque está la fruta o verdura más fresca o por tradición, porque su familia
siempre ha ido a comprar ahí”445. Esta tradición, tiene que ver a juicio de Víctor
Fuentes, con que “el mismo hecho que te reconozcan, que recuerden a tu familia,
significa que son generaciones de familias que han trabajado, y que la clientela se
mantiene fiel al lugar, sigue yendo y comprando ahí”446.

Estas relaciones que se establecen entre la familia porteña y el Mercado El


Cardonal se pueden apreciar a través de las anécdotas que nos comparten algunos
de nuestros especialistas. Por ejemplo, Fuentes nos relata: “yo particularmente
tengo una historia especial con el Mercado El Cardonal, mi tío era cliente frecuente
del Mercado, iba todas las semanas, iba con mis primos, con mi tía, pasaba tardes
enteras ahí, y cuando él falleció, los pilastreros se acordaban de él, de mí supieron
que era el sobrino por el apellido, Máximo Silva –que fue concejal y pilastrero del
Cardonal- me preguntó una vez acá en la Municipalidad, y me dijo que lo recordaban
con cariño, porque cuando iba cargado con las bolsas, unos chiquillos que
ayudaban a la gente a cargar las compras, lo acompañaban hasta la casa, y él les
convidaba unos dulces, cuando los dulces no eran tan comunes”447.

442 Ibíd.
443 Meneses, Aldo, op. cit.
444 Ibíd.
445 Torres, Rafael, Director del Museo de Bellas Artes de Valparaíso, entrevista el 13 de noviembre

de 2014 a las 10:00 hrs., Museo de Bellas Artes de Valparaíso.


446 Fuentes, Víctor, op. cit.
447 Ibíd.

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Asimismo, Rafael Torres nos comparte su experiencia: “yo tuve una tía que
vivía en uno de los edificios cercanos al Mercado, y ella iba a comprar siempre ahí,
de hecho, cuando no iba, los pilastreros que ella frecuentaba la llamaban e iban a
dejarle lo que necesitaba. Sus hijos y sus nietos también iban a comprar al Mercado
y eso se destaca, es algo que no sucede en un supermercado, si no vas a comprar,
quizá a nadie la llama la atención”448.

Un tercer punto de clara concordancia destaca al Mercado El Cardonal como


un lugar de encuentro entre diferentes clases sociales, donde el interés de
abastecerse de productos hace converger al conjunto de realidades sociales que
van construyendo el mundo que se desarrolla en su interior. Al respecto Dámaris
Collao indica la evolución que ha experimentado este lugar en cuanto lugar de
convergencia, señalando que el Mercado El Cardonal “es un espacio de encuentro,
es un lugar de encuentro social, que ahora ya dejó de ser un encuentro de clase
baja, porque podríamos haberlo visto desde este punto de vista, por lo que de
alguna manera contiene esta gente de feria, feriantes, que gritan, que tienen sucio
y que entonces la gente de otra clase no se pasea por esos lugares, pero hoy en
día con esta idea de turismo ha tomado un valor de encuentro en donde las clases
no están tan estratificadas, no están tan claras, sino que se entremezclan, ese valor
es bastante potente”449. Esta idea se ve reflejada también en lo dicho por Rafael
Torres, quien señala que el Mercado El Cardonal “es un lugar de encuentro, un lugar
en donde confluyen todas las clases sociales, en donde te encuentras con todos los
tipos de porteños, desde las señoras más humildes hasta alguien que tiene su
profesión”450.

De este modo, nos encontramos con que el Mercado representa un lugar de


encuentro, aquel sitio donde confluyen las diferentes clases sociales en la ciudad,
donde se abastecen simultáneamente los de arriba y los de abajo, los de la costa e
incluso los del interior. Para Aldo Meneses, “ese encuentro, ese proceso de

448 Torres, Rafael, op. cit.


449 Collao, Dámaris, op. cit.
450 Torres, Rafael, op. cit.

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transculturación que se produce ahí, le da validez por sí solo a los mercados, y al


mercado que tu vayas, por muy moderno que sea, pasa lo mismo”451.

En síntesis, volviendo a tomar las palabras de Meneses, se entiende que El


Cardonal “es un centro cultural porque es un choque de culturas, porque un
camionero trajo, por ejemplo, papas de La Serena, pero también trajo información
de La Serena, entonces, en ese entendido de cosas, por supuesto que tiene una
validez patrimonial”452.

Un cuarto aspecto a abordar es la tradición económica que, a juicio de


algunos de los expertos consultados, posee el Mercado El Cardonal. En este
sentido, Carlos Carroza nos expone esta idea señalando que “sin duda que los
componentes culturales importantes tienen que ver con que es una de las formas
de desarrollo económico de Valparaíso que más se ha mantenido a lo largo del
tiempo. El mercado de abastos es un punto importante de la historia de Valparaíso,
la forma en que las personas se fueron desarrollando ahí, la ocupación de los cerros
por los mismos trabajadores, la relación que genera este mercado con las zonas
interiores en torno a quienes cosechan y traen la mercadería, genera un hito cultural
importante. Es casi un arcaísmo cultural, es un viaje al pasado lo que vemos en el
Cardonal”453. Por lo que para Ana María Ojeda sería “el único establecimiento que
va quedando de una forma de tradición de comercio de los productos agrícolas. No
hay otro”454.

Siguiendo con el análisis realizado en torno al valor cultural del Mercado El


Cardonal, Fernando Vergara sugiere “que la dimensión simbólica de la ciudad, el
sentido de pertenencia, lo propio de Valparaíso se encuentra contenido en ese
inmueble. El mercado. Quienes interactuamos en el mercado, o transitamos por ahí
le asignamos esos valores y sentidos. Creo que para los porteños, muchos que
interactúan ahí y tienen a sus familias, tengo mucha gente conocida que se

451 Meneses, Aldo, op. cit.


452 Ibíd.
453 Carroza, Carlos, op. cit.
454 Ojeda, Ana María, op. cit.

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constituye como sujeto en esta relación por décadas, ahí está el valor cultural.
Entendiendo lo cultural como una dimensión del ser que tiene que ver con la relación
que establezco yo con el objeto, edificio Mercado El Cardonal, tiene muchos valores,
sentido de pertenencia, toda esta dimensión simbólica, lo intangible, que no tiene
que ver con la estructura metálica ni con la división en dos niveles, y de hecho,
constituyen los valores culturales que asignamos a este edificio”455.

En contraposición a la variedad cultural que se puede rescatar del inmueble


en tratamiento, María José Larrondo sentencia con una dura crítica la realidad
cotidiana del Mercado El Cardonal, explicando: “que sí es destacable esta actividad
cultural que se desarrolla en el Mercado, pero yo siento que en estos momentos es
el punto sucio de la ciudad, porque al no estar bien administrado, cuando cierran es
un mugrerío, los pisos siempre están sucios. La misma gente del Almendral, el
Presidente de la Junta de Vecinos, me acuerdo que una vez dijo ‘qué me importa a
mí lo que digan ustedes del Mall Barón si yo para salir de mi casa tengo que
ponerme perros de la ropa en los pantalones para no quedar pasado a pescado, o
a verdura podrida’. Entonces ahí uno ve que hay una problemática de que es un
lugar que uno recorre, que es parte de la ciudad, que uno debiera recorrerlo
libremente, pero no está la libertad de recorrerlo. Sin embargo, ya es tradición ir a
comprar verduras ahí, todo el mundo sabe, y los que vivían en Valparaíso y los que
no son y que vienen, vienen a comprar verdura ahí”456.

En síntesis, el contraste que se puede establecer en torno al valor cultural


del Mercado El Cardonal destaca aspectos tanto positivos como negativos. Entre
los primeros, es posible resaltar la tradición comercial que el Mercado simboliza
dentro de la ciudad de Valparaíso y en el que se presenta como un enclave
comercial vigente desde el siglo XIX, cuyo carácter no ha abandonado a la fecha.
Mientras que dentro de los segundos, es posible señalar la serie de dificultades que
se viven a diario en el inmueble y sus alrededores, los que se traducen en
problemáticas que van desde la higiene del lugar, pasando por el ordenamiento

455 Vergara, Fernando, op. cit.


456 Larrondo, María José, op. cit.

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externo y la convivencia con los vendedores ambulantes, hasta la carencia de una


adecuada luminaria pública en los alrededores.

En relación al segundo cuestionamiento que realizamos a los expertos para


alcanzar el mismo objetivo, éste reveló un consenso en que otorgar un
reconocimiento oficial al patrimonio cultural inmaterial del Mercado El Cardonal no
le reportaría ningún beneficio real. En este sentido, Víctor Fuentes señala que “en
lo real, el reconocimiento, como te he comentado, queda en la placa, en el palmoteo
de espalda y eso sería todo”457, similar apreciación realiza Carolina Ibarra al
comentarnos que “más allá del reconocimiento de poner un letrero, que este lugar
es esto y esto otro, y dos tarritos de pintura para pintar y arreglar la fachada, yo no
creo que exista un beneficio real, concreto y tangible para un lugar que sea
patrimonio”458. A esta visión del reconocimiento patrimonial como un gesto
intrascendente, se suma lo dicho por Aldo Meneses, quien sentencia que este tipo
de reconocimiento no aporta absolutamente nada “porque la gente no entiende lo
que el Estado entrega, que es una placa y, si entrega plata en algunos casos, no se
ve reflejada en el Mercado; mira al Mercado Puerto, ¿dónde están los millones de
pesos que se inyectaron?459.Similar apreciación realiza Fernando Vergara al
manifestar que para el Mercado El Cardonal este tipo de declaración “no implica
nada, porque el Estado se ha olvidado de Valparaíso, la prueba está cuando uno
mira al lado”460, constatación que se evidencia también en lo expresado por la
Coordinadora Regional del Consejo de Monumentos Nacionales al señalar: “que el
municipio le ponga el título de Patrimonio Cultural Inmaterial es cosa de ver el Riquet
y la Librería Iven’s. ¿De qué les sirvió su declaratoria patrimonial? De nada. Uno se
va a transformar en sanguchería y el otro en farmacia”461.

Esta idea se ve reflejada en gran medida en el deseo que manifiesta la


experta Dámaris Collao para que se plasme un beneficio real y concreto en el

457 Fuentes, Víctor, op. cit.


458 Ibarra, Carolina op. cit.
459 Meneses, Aldo, op. cit.
460 Vergara, Fernando, op. cit.
461 Larrondo, María José op. cit.

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Mercado El Cardonal, en este sentido expresa que “uno quisiera que se le


reconociera y que este reconocimiento fuera de la mano con un aporte estatal para
mantener, cuidar”462, pero que sin embargo este “reconocimiento por sí sólo no está
de la mano de traer beneficios”463.

Frente a este panorama, Víctor Fuentes nos introduce a pensar una de los
principales problemas a los que se ve enfrentada la efectividad real de los
reconocimientos patrimoniales: la legislación y políticas públicas vigentes; en este
sentido Fuentes manifiesta que “lamentablemente carecemos de una legislación y
políticas de Estado que se traduzcan realmente en un cuidado para el
patrimonio”464. A esto se suman las opiniones de expertos como Carolina Ibarra,
Carlos Carroza, Archibaldo Peralta y María José Larrondo quienes señalan la
insuficiencia de un cuerpo legal y de políticas de Estado que se orienten al real
cuidado del patrimonio cultural nacional. En este sentido, Carolina Ibarra propone
que “para que esta situación cambie, deben cambiar las políticas públicas en función
de, primero las líneas que tenemos de patrimonio, esto de Monumentos Nacionales,
Monumentos Históricos, Lugares de Interés Histórico, hay un montón de cosas que
están un poco confusas, que no se entienden muy bien. Primero hay que arreglar
las tipificaciones y luego ver qué recursos le agregamos y cuál es el valor que nos
reporta a la comunidad. Recién ahí podríamos estar hablando de beneficios que
aportarían a estos espacios”465. A esta crítica es posible añadir lo dicho por el
Director de la Biblioteca Santiago Severín, quien declara que si el Mercado El
Cardonal es reconocido a través de la legislación vigente contenida en la Ley de
Monumentos Nacionales, “ciertamente que coartaría cualquier proceso de
modernización que el mismo edificio ha vivido a lo largo de los años, el Mercado
que conocemos ahora no es el mismo que hace diez años atrás y así. Se
coartaría”466.

462 Collao, Dámaris, op. cit.


463 Ibid.
464 Fuentes, Víctor op. cit.
465 Ibarra, Carolina, op. cit.
466 Carroza, Carlos, op. cit.

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Asimismo, Archibaldo Peralta enjuicia agudamente respecto a la Ley de


Monumentos señalando que debe ser reformulada ya que “esta ley se hizo en el
gobierno de Eduardo Frei Montalva y desde ese gobierno y hasta la fecha ha pasado
mucho tiempo. Hay que cambiarla, porque tiene vacíos, de repente tú vas a hacer
algo y como acá, debe haber una tipificación de un Monumento Nacional que presta
un servicio a la ciudad, y eso no está en la ley”467. Sin embargo, María José Larrondo
advierte que esta problemática tiene un origen anterior señalando que la legislación
“fue hecha en el ’70, pero partió en el ’25 la Ley de Monumentos, cuando existía
otra Constitución política, donde la Constitución valoraba el bien común. Cuando
cambia la Constitución, se valora la propiedad privada, por ende, nuestra ley queda
como obsoleta, porque nos dice que podemos expropiar, pero la legislación macro,
que es la Constitución actual, no te permite expropiar a precio fiscal” 468, añadiendo
que “entonces quedamos súper cojos, porque mientras no haya una política de
Estado real, en donde digamos que las declaratorias de patrimonio inmaterial van
asociadas a la vez a recursos, a la mantención, no sirve de nada”469.

No obstante, cabe destacar dos opiniones que difieren de lo anteriormente


planteado y hacen referencia a la posibilidad de que el Mercado El Cardonal se
beneficie al obtener un reconocimiento oficial por su patrimonio cultural inmaterial.
Así es como Ana María Ojeda plantea que se “lograría sensibilizar a la comunidad,
decir que están en un espacio histórico, que hay una tradición y yo creo que la
comunidad para que se organice y en pro de mejoras específicamente todo lo que
tiene que ver con salubridad, electricidad, iluminación, para postular a fondos que
tengan que ver con la fachada, la mejora del reloj y de todo eso”470. En esta misma
línea, Rafael Torres plantea que este reconocimiento implicaría la “preservación y
conservación de una actividad que ya no se hace acá en Valparaíso, el Mercado es
el único lugar en donde te vas a encontrar con personas que se levantan a las 4 de
la mañana todos los días, absolutamente todos los días del año para ir a trabajar”471.

467 Peralta, Archibaldo, op. cit.


468 Larrondo, María José, op. cit.
469Ibíd.
470 Ojeda, Ana María, op. cit.
471 Torres, Rafael, op. cit.

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Finalmente, otro eventual beneficio detectado es sugerido por Carolina Ibarra, quien
plantea que “quizás podría ir más gente a ir a ver al Mercado, podría ir más gente a
comprar, podría ir más gente a comer al segundo piso, podría ir más gente como
Zona Típica”472.

Ahora bien, como alternativa, Carlos Carroza nos presenta una opción al
reconocimiento patrimonial oficial de la Ley de Monumentos a través del
Programa de Patrimonio Inmaterial del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes
llamado Tesoros Humanos Vivos, señalando que “en términos del Tesoro Humano
Vivo, integraría y pasaría a formar parte de inventarios del patrimonio material del
Estado de Chile, por lo tanto estaría con una política de vigilancia y salvaguarda,
más allá de los 7 millones que se le pasa a las agrupaciones por tener
reconocimientos, serían documentadas, se harían publicaciones”473, en este mismo
aspecto de manera propositiva, Archibaldo Peralta indica que “hay otros caminos
que no han sabido aprovechar. Ellos mismos como ASOCOMERCAR, deben
gestionar un proyecto, obviamente deben estar asesorados”474.

A la carencia planteada por los expertos en torno a una legislación y a


políticas públicas orientadas al cuidado efectivo del patrimonio, se suma
nuevamente la detección de la ausencia de una educación patrimonial que ayude
en la valoración del patrimonio cultural inmaterial. En este sentido, Víctor Fuentes
señala que “falta educación al respecto, una preocupación por difundir y enseñar el
cuidado y fomento del patrimonio, hacer entender que el patrimonio es de todos y
que por ello debemos cuidarlo; pero eso no pasa como todos creen por la
Municipalidad, pasa por el Estado sobre todo”475, cuestión que para Aldo Meneses
se visualiza en la actitud de la comunidad respecto al patrimonio denunciando que
“no saco nada con hacerte un reconocimiento verbal, de discurso, de placa; porque
bueno, y a todo esto, a la media hora va a aparecer un pelotudo que le va a colocar

472 Ibarra, Carolina, op. cit.


473 Carroza, Carlos op. cit.
474 Peralta, Archibaldo op. cit.
475 Fuentes, Víctor, op. cit.

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un grafiti encima”476. Asimismo, Fernando Vergara continúa con el tópico de


educación patrimonial, indicando que desde su punto de vista “deberían hacer una
campaña de educar los valores patrimoniales más allá de su ficha técnica (...) la
comunidad no cuida lo que tiene porque no lo conoce, ahí radica uno de los
problemas”477.

En cuanto al tercer cuestionamiento que planteamos a los expertos y que


dice relación con aquellas dificultades que se pueden prever para el Mercado El
Cardonal frente a la tendencia de crecimiento urbano y el surgimiento de nuevas
edificaciones comerciales en sus alrededores, los entendidos en el tema, coinciden,
casi de forma unánime, en que no traería problemas al Mercado la construcción de
futuros edificios comerciales que puedan jugar el rol de competencia en la zona,
haciendo énfasis en la fidelidad del ciudadano de Valparaíso para con el Mercado.
En este sentido Dámaris Collao señala: “yo creo que en el Puerto es difícil que se
vean perjudicados estos sectores que culturalmente están en la piel del porteño, el
Mercado, los sitios como la Plaza Echaurren, en donde están estos negocios de
abarrotes, yo creo que a pesar que se han puesto de moda estos pseudo-edificios
Mall, no se han llevado el espíritu porteño, eso de vivir de los negocios, del negocio
local, del negocio de barrio. Yo creo que el Mercado Cardonal tiene esa figura en el
porteño, como el negocio del barrio, el negocio con el que me he criado y que quiero
mantener, entonces por el ámbito económico no veo dificultades”478, añadiendo que:
“al mercado mismo no le veo tanta dificultad, porque insisto que aunque tienen un
Jumbo al lado hay mucha gente que va al Mercado, si uno se para y hace un
recuento de la gente que va al mercado es bastante. Yo creo que los locatarios
también lo notan, no pierden clientela por tener un supermercado, y también tiene
un Historia, o sea la fruta que hay en el Mercado es mucho más rica que la que hay
en el supermercado, no hay comparación y claramente los precios son muy

476Meneses, Aldo, op. cit.


477Vergara, Fernando, op. cit.
478Collao, Dámaris, op. cit.

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distintos, entonces la gente que tiene un doctorado en economía doméstica va a ir


al Mercado”479.

Siguiendo con esta idea, Víctor Fuentes destaca la fidelidad del cliente
explicándola más allá de lo económico, más bien relaciona esa fidelidad con el trato
humano y la cercanía con la que el cliente se encuentra en el Mercado al momento
de ir a comprar; en este sentido afirma que: “no le provocaría ningún problema, el
avance de la modernización es inminente y el mercado tiene que sumarse a todo
este avance, pero claro, manteniendo su identidad, eso que le es tan propio, el trato
amable, el trato cercano. Porque por ejemplo, el Jumbo también vende frutas y
verduras, también tienen nueces, aceitunas y productos que se venden en el
Mercado, sin embargo, no le quita fuerza a la actividad del Cardonal, porque la gente
le gusta el contacto más humano, más cercano que se produce ahí y que los hace
volver”480. A estas palabras sumamos los dichos de Rafael Torres, quien mantiene
la idea de una fidelidad del porteño con el Mercado, afirmando que, a su juicio, “no
se vislumbran muchas dificultades, el Mercado ha logrado sobrevivir más de cien
años en el mismo lugar, y durante los últimos años se han ido construyendo
supermercados como el Jumbo, el Santa Isabel y otras tiendas que no han afectado
a la sobrevivencia del mismo. Yo creo que esa supervivencia se debe a que la gente
agradece la presencia del Mercado, y cómo lo agradece, yendo a comprar. Como
te mencioné en otra pregunta, la gente va a comprar al Mercado porque es un lugar
más cercano, una persona puede regatear, elegir en donde comprar lo que
busca”481.

Aldo Meneses se suma a los dichos de los otros expertos al momento de


afirmar que el Mercado no se ha visto mermado por la presencia de otros edificios
comerciales, pues, en su opinión, el cliente sigue frecuentando el Cardonal pues
“hay sentido de pertenencia y de fidelidad al Mercado, aunque sea más caro que la
feria de Avenida Argentina, la costumbre de ir y el entorno que rodea al Mercado lo

479Ibíd.
480Fuentes, Víctor, op. cit.
481 Torres, Rafael, op. cit.

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hacen permanecer, el ir a conversar, a compartir, a relacionarse gustan. Por ejemplo


yo voy a comprar tomates pero paso toda la mañana en el Mercado, porque me
convidaron un té, porque ‘oiga, pruebe la fruta’, ese juego que se va dando es
entretenido, eso es lo que le gusta a la gente. En cambio el supermercado es más
impersonal, ahí tú caminas libremente y vas a comprar una cosa y sales como con
diez. El Mercado no, el Mercado tiene otra gracia, es un lugar al que vas a comprar
pero también a conversar, a socializar, y eso al porteño le gusta, le encanta, no hay
que ser porteño para entender eso, porque el porteño no entiende la ciudad, pero le
gusta, la vive, le gusta ser gregario, dicen ‘esta cuadra es entera de nosotros’, de
una familia por ejemplo. Entonces esa visión de la vida en sociedad se refleja en el
Mercado Cardonal”482.

En cuanto a la posible construcción del Mall Barón y las consecuencias que


podría traer para el Mercado, Aldo Meneses indica que “si hablamos de proyectos
futuros como el Mall Barón por ejemplo, no creo que vaya a afectar directamente al
Cardonal, porque si miras proyectos concretados como la Torre Valparaíso en Av.
Argentina, no le han quitado fuerza al Mercado, es más, les ha beneficiado porque
ha aumentado la población en el sector, imagínate cuánta gente cabe en esa torre
de 20 pisos, porque todos ellos tienen que consumir en alguna parte frutas y
verduras. Es decir, desde la perspectiva del consumo no se ven afectados” 483. A
estas palabras se suma Ana María Ojeda al momento de asegurar que “el Mercado
tiene algo intrínseco que no va a cambiar y la gente lo va a seguir a pesar que
tengamos un mall o tengamos estas nuevas formas de comercio, no va a variar. No
creo que incida en la baja del comercio, porque se entiende que es un sector de
productos agrícolas, donde la mayoría de la población de todos los sectores va y
compra, ofertas insuperables”484. Finalmente y respaldando los dichos anteriores
María José Larrondo manifiesta que “en el caso del Mall Barón, al Mercado no le
afectaría, porque el Jumbo no creo que haya afectado en nada al Mercado. En el

482 Meneses, Aldo, op. cit.


483 Meneses, Aldo, op. cit.
484 Ojeda, Ana María, op. cit.

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Jumbo venden verduras, entonces uno puede decir, ‘pucha, si el Jumbo no afectó,
¿por qué va a afectar esta otra cosa”485.

Sin embargo, uno de los expertos consultados, Carlos Carroza, fue


categórico al afirmar que el proceso de crecimiento urbano y construcción de
edificaciones comerciales sí traería consecuencias negativas al Mercado como
inmueble pues, de acuerdo a su criterio, la especulación inmobiliaria aparecería en
este sector, tal cuestión la respalda al afirmar que “el terreno que ocupa el mercado
es un terreno que cualquier inmobiliaria quisiera, en ese sentido el reventón que
tiene todo ese sector sobre el tema inmobiliario está generando hoy día que las vías
estructurantes no dan abasto, las calles no dan abasto a tanto auto, y hay una
prohibición de ciertos camiones que abastecen el mercado que tienen que llegar a
cierta hora, el acceso sur del Puerto se está haciendo mayoritario de que no pasen
los camiones por acá, lo que circula es locomoción colectiva y particular y si ese
sector explota en términos demográficos, se vería afectado fuertemente, y lo más
probable es que Mercado sea un lugar no deseado en el barrio, más que como un
valor del barrio a pesar de que es el Mercado el que le da valor al barrio como vida
de barrio pero terminaría molestando y lo más probable es que empiecen los
incendios misteriosos, robos, se instalen drogadictos, etc.”486.

Al cuestionamiento planteado Carolina Ibarra toma una posición más


dubitativa, pues tomando en cuenta que el futuro es incierto y el comportamiento
humano muy difícil de predecir, indica no conocer “qué dificultades se proyectan
para esta área porque lo único que sabemos es lo del Mall y ese centro comercial
al lado del Congreso. Cuando se instaló el Jumbo yo dije: ¡El comercio va a morir!,
pero el comercio sigue ahí”487.

Por otra parte, Damaris Collao señala que, desde su perspectiva, si bien el
Mercado no se vería afectado por las nuevas construcciones, aquellas calles
circundantes al Mercado y edificaciones de antaño que han logrado sobrevivir al

485 Larrondo, María José, op. cit.


486 Carroza, Carlos, op. cit.
487 Ibarra, Carolina, op. cit.

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paso del tiempo sí serían afectadas por tal situación, señalando que “siempre en
todos los lugares en donde se han instalado malls, estos sectores aledaños a los
mall empiezan a vender y como la gente pierde privacidad porque transita más
gente, hay mayor ruido, mayores accidentes también, empieza a sentir que su
espacio en donde se siente cómodo, que es su espacio íntimo, su hogar se ve
invadido, se empieza a vender ese espacio. Entonces empieza a vender, entonces
el mayor problema está en que la gente empieza a vender y esas construcciones
que tanto queremos, que por lo menos a mí me gustan mucho, empiezan a venirse
abajo por la construcción de edificios, centros comerciales aún más grandes o
farmacias. Entonces yo creo que esa es una de las preocupaciones que puede
generar mayor dificultad al entorno”488.

De forma excepcional María José Larrondo indica que el Mercado más que
verse perjudicado, se vería beneficiado mediante la construcción del Mall Barón,
pues considera que el mayor flujo de gente por la zona y la constante necesidad de
comprar frutas y verduras, además de la posibilidad de encontrar un lugar seguro
para estacionar, jugarían a favor del aumento de las ventas del Mercado. Tal
situación la expresa al señalar: “pienso que hasta el mall puede traerle beneficios al
Mercado Cardonal porque la gente que nunca ha venido pase por el Mall, se dé
cuenta de que venden verduras baratas, bonitas y con un lugar para estacionarte”,
cuestión que se vería complementada con que “en el Almendral te estacionas como
si nada a la hora que quieras y tienes estacionamiento, te cargan las cosas, no
tienes que decir nada. Entonces yo creo que puede generar algo más positivo que
negativo, porque no hay competencia. Si el Mercado Cardonal yo siento que nunca
va a tener competencia”489.

Finalmente, se hace necesario poner de relieve que los expertos destacan


principalmente dos propuestas para el mejoramiento del Mercado: la mantención
del edificio y el establecimiento de un orden y limpieza para el entorno del inmueble.
En este sentido, Ana María Ojeda plantea que “el tema va por la mejora de

488 Collao, Dámaris, op. cit.


489Larrondo, María José, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

infraestructura y mejor servicio. Tiene que haber un sistema integral de higiene y


salubridad, no es sólo el edificio, sino hacer una sensibilización de ver qué valor
tiene, mostrar la historia, hay iniciativas. La gente de ahí se siente dueña del sector,
tienen una impronta de identidad, y yo creo que por ahí habría que trabajarlo, pero
ahí hay que intervenir con fondos estatales para las mejoras y es un proyecto
integrador no es solamente el edificio”490. En esta misma línea Aldo Meneses afirma
que “hay que modernizar el entorno del mercado, porque no se ha hecho hasta
ahora, lo que se ha ido modernizando es lo que venden los pilastreros adentro, que
va cambiando a medida que cambian los gustos de la gente, pero no existe una
política de cuidado con el lugar, con la fachada, con el inmueble. Por ejemplo, sería
interesante invertir en luminarias, en las veredas, en las calles, porque la gente de
la tercera edad sufre mucho”491.

Respecto al quinto y último cuestionamiento que hicimos a los expertos,


relacionado con el cómo lograr una puesta en valor del Mercado el Cardonal, ha
arrojado como resultado el que la mayoría de ellos concuerdan en la idea de una
carencia de educación patrimonial y de conciencia de la importancia del cuidado del
patrimonio por parte de los ciudadanos de Valparaíso. La aplicación de una
educación patrimonial desde la escuela y, por tanto, integrar la educación
patrimonial en el Currículum Nacional, son las ideas fuerza que se hacen explicitas
en las respuestas de los entendidos, siendo éstas consideradas como una primera
propuesta para la puesta en valor. Es así como nos encontramos con Dámaris
Collao, quien afirma: “yo creo que el principal motor o brazo articulador de cualquier
reconocimiento, puesta en valor para mantener o preservar es la educación.
Mientras no se vea, no se visualice desde el ámbito educativo el integrar el
patrimonio como parte del Currículum, que aunque lo vemos, porque hoy en día las
bases curriculares desde la enseñanza básica, y en la enseñanza media y que tiene
que ver con la ciudadanía y la identidad, el patrimonio sigue estando por debajo,
sigue siendo un elemento no prioritario, yo creo que para que los ciudadanos de

490 Ojeda, Ana María, op. cit.


491 Meneses, Aldo, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

cualquier sitio se sienta en identidad o que generen identidad o generen


competencias ciudadanas necesitan valorar su ciudad y ahí hay una triada que es
Escuela, ciudad y Patrimonio”492, a lo que agrega un ejemplo: “yo puedo dar un título
al Mercado, pero ese título no necesariamente trae consigo el reconocimiento, a la
conservación, a la preservación y al reconocimiento como ente singular, como ente
propio que me da identidad que genera sentido de pertenencia en el solo hecho de
decir que es un bien patrimonial, pero si se trabaja como un objeto de estudio, es
decir, que yo considero que patrimonio como tal, como objeto de estudio, análisis
por parte de estudiantes de distintos cursos, no estoy hablando de estudiantes de
enseñanza media, ojalá enseñanza básica y lo ponemos en valor, vemos la
importancia histórica que tiene, del año que está construido, como ha intervenido
en la ciudad, como se ha preservado, como ha cambiado, cambio y continuidad, se
mantiene, y nos genera este sentido que me permite mirar el pasado, pero en el
presente, yo creo que de alguna manera traería consigo el que se pudieran
mantener, preservar y de alguna manera beneficiar estos elementos arquitectónicos
así como el patrimonio inmaterial, que se están perdiendo por el hecho de no saber
de dónde provienen, cuánto tiempo tienen ahí, si los construyó alguien en especial,
por qué se construyeron en ese sitio específicamente y no en otro, para el caso del
mercado el saber por qué se construyó allí, tan lejos del puerto, tantos elementos
que no se contextualizan y por estarlo dejamos de verlo; son elementos que
considero que beneficiarían un montón para poner en valor a los sitios o lugares con
valor patrimonial que no están siendo reconocidos”493.

En esta misma línea Carolina Ibarra reflexiona que “si uno parte por la
educación patrimonial, de todas maneras van a haber valores en la comunidad que
permitan darle importancia a ciertos lugares, sino tenemos esa educación que es
parte de la Educación Ciudadana, es decir, cómo nosotros como habitantes de la
ciudad, nos paramos en la ciudad, miramos la ciudad y nos sabemos habitantes y
nos sabemos además parte de esa ciudad, como hacedores de la ciudad. O sea

492 Collao, Dámaris, op. cit.


493Ibíd.

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Manzo, C. Ruz.

más allá de ser el lugar que nosotros ocupamos como conjunciones administrativas
o de comercio, más allá de eso, es cómo nosotros nos entendemos en la ciudad y
entendemos que nosotros formamos esa ciudad todos los días con nuestro
quehacer”494.

Un tanto más propositivo, pero siguiendo la línea, Fernando Vergara nos


plantea tanto educar a los ciudadanos y estudiantes de Valparaíso como a aquellos
que vienen de afuera, pues nos afirma que: “hay que entregar a las bibliotecas y
colegios un folleto, revista y librito: educación patrimonial. A los de afuera, los que
interactúan y los que habitan el lugar. Se debe formar y educar audiencias. Todo
vale, una guía o unidad didáctica en colegios, material para profesores, un lienzo un
librito, todo vale”495.

En esta misma temática, Aldo Meneses considera que lo importante radica


en que los habitantes de la ciudad tomen conciencia del significado de patrimonio y
cuál es su importancia, lo cual se hace explícito al momento de decir que “tenemos
que concientizar a la gente en lo que se entiende por cultura, por patrimonio, el por
qué es importante cuidarlo, por qué es importante valorarlo, por qué no te lo puedes
llevar a la casa, y mientras eso no exista difícilmente se va a poder lograr. Y ahí
estamos yendo a cosas de fondo, porque el patrimonio en Valparaíso ha sido muy
mal abordado, pésimamente mal abordado, el patrimonio acá es una cuestión de
arquitectos, se dice “el arquitecto dibuja o desdibuja la ciudad”, pero no. Es la gente
la que hace, arma, estructura y desarrolla una ciudad, el arquitecto lo único que
hace es cumplir los deseos de quien lo manda a construir; y eso se tiene que ver
desde la perspectiva histórica, desde la perspectiva geográfica, desde la
perspectiva antropológica, incluso desde la perspectiva sociológica si quieres (…)
Entonces, cuando eso se entienda y nosotros podamos aplicar esto al ciudadano
porteño, al habitante porteño, la situación del patrimonio va a mejorar. Pero este es
un trabajo de años, es un trabajo lento, muy muy lento”496.

494Ibarra,Carolina, op. cit.


495 Vergara, Fernando, op. cit.
496 Meneses, Aldo, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

Por otro lado, pero no dejando de estar ligado a la educación patrimonial, nos
encontramos con una segunda propuesta. En este sentido Carlos Carroza, Rafael
Torres y Carolina Ibarra consideran que es menester que la misma gente del
Mercado tome conciencia de su labor y valore su oficio. De este modo el Director
de la Biblioteca Pública Santiago Severín nos indica que “primero debe haber un
consenso dentro de la comunidad del Mercado, tienen que tener una claridad y
sensibilidad de que este reconocimiento es estar netamente en un listado, pero eso
les permite a ellos tener un plus en el valor de lo que hacen y también un plus
turístico. Se les obligaría a las cocinerías mejorar sus procesos, a los locatarios a
mejorar la presentación de la fruta, a enchularse un poquito más, a embellecer y
estar acorde a esta nominación. El proceso es ese, que ellos mismos estén de
acuerdo y que tengan la claridad de lo que significa esta declaración”497.

Siendo aún más explícita y categórica Carolina Ibarra reflexiona: “¿cómo


nosotros ponemos en conversación toda esta línea de patrimonio que tenemos
desde el Estado con lo que nosotros estamos viendo en los lugares que vamos a
visitar? Entonces tenemos a los pilastreros, a las señoras de las cocinerías y toda
esta gente que en el fondo cumple un rol dentro del Mercado y que sin esas
personas nosotros no tendríamos el Mercado funcionando. Entonces la valoración
parte por ahí. La puesta en valor parte por hacer entender a esas personas que ellos
son parte de algo que no hace otra gente, ahí viene la parte de la educación. Tiene
que existir una valoración del oficio, de lo que la gente ha hecho y después del oficio,
la práctica”498. Redondeando esta idea, los dichos del Director del Museo de Bellas
Artes de Valparaíso nos ayudan a aclarar cualquier duda que podría surgir frente a
este planteamiento, pues nos afirma claramente que “si la gente del Mercado se
diera cuenta del importante rol cultural que cumplen en la ciudad valorarían mucho
más el lugar en el que se desempeñan”499.

497 Carroza, Carlos, op. cit.


498 Ibarra, Carolina, op. cit.
499 Torres, Rafael, op. cit.

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Desde otra perspectiva y como una tercera propuesta, se encuentra el lograr


un orden y limpieza tanto en el Mercado como en su entorno, cuestión que ayudaría
a mejorar la imagen del mismo, además de conservarlo. En este sentido María José
Larrondo es enfática al decir: “yo creo que la valorización del Mercado parte por una
intervención de ordenar, de potenciar la Avenida Brasil es un punto, hacer un buen
proyecto en la Avenida Brasil, cómo se conecta esa avenida con la ciudad. Se
potenciara a los universitarios que están a lo largo de la Avenida Brasil, que son
parte de la vida universitaria de Valparaíso. Si potenciáramos desde la Biblioteca
Severín, hasta la Católica de Valparaíso, el terreno abandonado de la Universidad
de Valparaíso, y generamos y potenciamos esta Avenida Brasil, con ese uso que
es universitario y que se complementa muy bien con el uso habitacional, porque al
final todos quienes estudian necesitan comer, todos los que arriendan
departamentos necesitan comprar verdura, frutas. Y el Cardonal es parte de eso, el
problema es que hay una hora cuando empieza a cerrar el Mercado, que es a las 5
de la tarde, ni siquiera es muy tarde, la cosa se pone fea. Y entonces uno empieza
a analizar el entorno mayor, y en ese entorno mayor, ya es una decisión de ciudad,
¿qué voy a hacer con todo el Almendral? Porque el Mercado, yo siento, que no es
un punto, tiene unas líneas de extensión súper grandes y en esas extensiones y
usos es cómo yo compatibilizo este barrio con el Mercado”500.

En esta misma línea Aldo Meneses indica que “se puede realizar una puesta
en valor del mercado, pero siempre y cuando las voluntades políticas no se coman
a la buena fe de querer salvaguardar un lugar. Pero por sobre todo al Mercado hay
que venderlo como un centro social, como un centro cultural y eso pasa porque
también es un centro gastronómico, y por ello hay que hacer un gran trabajo con la
higiene, los olores, la mugre. Es decir, potenciarlo pasa por cuestiones súper
prácticas: ordenarlo, mejorar las calles de afuera y limpiarlo. Pero para eso se
requieren ciertas voluntades políticas como te decía, porque siempre los políticos
quieren llevarse una mascadita. Arreglando esas cosas, el Mercado andaría bien,
de hecho si te fijas a nivel europeo o norteamericano, e incluso a nivel

500 Larrondo, María José op. cit.

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latinoamericano, los Mercados son centros turísticos, cosa que no pasa mucho con
el Mercado El Cardonal”501.

Una cuarta propuesta para poner en valor al Mercado el Cardonal germina


en la idea de hacer una alianza entre el sector público y el sector privado, es decir,
una alianza entre la administración del Mercado, ASOCOMERCAR, y gente de la
Municipalidad o encargados de patrimonio que conozcan el cómo hacer y postular
a proyectos que generen recursos y permitan difundir el Mercado y sus valores. En
este sentido, Archibaldo Peralta afirma que una buena idea sería “que se organicen.
Que se organice ASOCOMERCAR con ese fin y que pidan auxilio a gente
especializada, con alguien que domine el tema, ya sea con María José Larrondo, o
que me inviten y uno va con la ley en mano y les muestra a lo que pueden y no
ceñirse”502. Asimismo, Rafael Torres indica que “hacer una puesta en valor del
Mercado debe partir, a mi juicio desde la Municipalidad junto a ASOCOMERCAR
que es la encargada de la administración y funcionamiento del Mercado, ellos en
conjunto con otras personas que conozcan más del tema deberían desarrollar una
propuesta para que, tanto la comunidad de la ciudad como la misma gente del
Mercado, empiece a valorar más su trabajo y el gran quehacer que hacen”503.

Llevándonos a un plano más concreto, Víctor Fuentes indica que “la puesta
en valor del Mercado Cardonal es posible si se piensa como una alianza público-
privada, donde se reconozca al Mercado por sus características patrimoniales. Esto,
en lo práctico, pasa por tres puntos a mi juicio. El primero, por realizar un estudio
acabado y definido de su historia. Pero que no solo se quede en formato impreso,
sino que también se masifique su acceso a través de un formato digital. Segundo,
que se realice un trabajo sobre el Mercado con el apoyo técnico de arquitectos,
ingenieros civiles y eléctricos, para evitar el deterioro progresivo del inmueble. Y
tercero, que se realicen mejoras en el entorno, donde se debe contemplar la
remodelación del eje de calle Uruguay y la intervención de las cuadras en general,

501Meneses, Aldo op. cit.


502Peralta, Archibaldo, op. cit.
503Torres, Rafael, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

que lo circundan, por ejemplo en las veredas y luminarias, pero también de sacar a
todo el comercio ambulante que se desarrolla alrededor. Todo esto ayudaría y
potenciaría al Mercado para seguir manteniéndolo en el tiempo, pero nada de esto
es posible si no se piensa en trabajar con la gente que allí trabaja”504.

Una quinta y última propuesta es la que nos explica Ana María Ojeda quien
hace énfasis en la difusión del Mercado y en plasmar su historia y cultura en
publicaciones, pero no dejando de lado a sus trabajadores, sino más bien
integrándolos, haciéndolos participe de ese trabajo. En este sentido afirma que “la
investigación que ustedes están haciendo es un aporte. Cristóbal Gaete hizo la
historia oral del Mercado, él también hizo otro aporte. Yo creo que debería haber
más publicaciones, debería haber material gráfico sobre el sector, además de los
calendarios que ellos mismos regalan, debería haber fotos antiguas, se debería
hacer un trabajo gráfico que es importante. Se pueden generar varias instancias
que podrían abarcar un reportaje en la prensa, ir por el tema de las comunicaciones.
El problema es que en ese lugar son todos dueños de su espacio, entonces los
intereses personales pueden variar, hay que hacerlos que tengan un objetivo
común. Hay que hacer un trabajo de tipo sociológico al principio, que tiene que
mezclarse con lo histórico, con charlas, conferencias y material gráfico para llevar a
que ellos mismos sean protagonistas de sus propios proyectos, de cómo quisieran
ellos el mercado, las pilastras de qué color, qué aspiran ellos, preguntarles todo a
ellos, se debe partir de la comunidad que está inserta, entonces la sensibilización
parte con presentar imágenes, trayectoria histórica y hacer trabajos de grupo para
que se sientan parte. Porque si viene un proyecto externo, con muy buenos
arquitectos o trabajadores, sin incorporarlos, serían un fracaso. Incorporarlos desde
el primer momento”505.

En síntesis y tras el análisis que hemos presentado, podemos concluir una


interrelación de ideas en torno a la entrevista aplicada al conjunto de entendidos en
patrimonio. Lo primero a señalar, dice relación con la susceptibilidad de algunos

504 fuentes, Víctor, op. cit.


505Ojeda, Ana María, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

lugares de la ciudad para merecer una connotación patrimonial oficial, al respecto


los expertos coincidieron en señalar la existencia de diferentes lugares afines a
dicha nominación, al tiempo que destacaron la esfera inmaterial que proyectan cada
uno de ellos en su espacio. De la misma forma, los expertos nos entregaron su
percepción sobre la relación entre la antigüedad de un edificio y su valor patrimonial,
destacando de ello que la antigüedad de un inmueble no le otorga necesariamente
el carácter patrimonial, por lo que nos permitieron derribar ciertos mitos y conceptos
errados que se mantienen a la hora de definir patrimonio. Al mismo tiempo en el
análisis, constatamos la visión en conjunto que tenían los expertos a la hora de
hablar de la legislación vigente en la materia, allí destacaron faltan políticas públicas
que refuercen la educación patrimonial, así como también la necesidad de una
actualización de la legislación que implique beneficios reales a lugares que reciben
una nominación patrimonial oficial.

6.2 Entrevista a trabajadores del Mercado El Cardonal.

6.2.1 Objetivo 1: Identificar la dimensión inmaterial del Mercado El


Cardonal.

La realidad inmaterial de los trabajadores del Mercado es posible de resumir


en costumbres, ritos o celebraciones. Allí también podemos encontrar un lenguaje
singular en que el trato hacia el otro denota algo especial, la música y un sentido de
la vida y la muerte que le dan un carácter distinto al resto de la población. El valor
por el día a día, el apego al trabajo y la exaltación al esfuerzo diario se plasma en
cada una de las manifestaciones allí presentes.

Para entender la dimensión inmaterial que se visualiza en la labor del


trabajador del Mercado, podemos comenzar a relatar las festividades que celebran
y, aunque algunos trabajadores manifestaban la idea que allí se trabaja sin
descanso, se puede apreciar un grado de pertenencia a cada una de las tradiciones.
Nuestro primeros dos cuestionamientos versan sobre festividades y costumbres.

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Son las efemérides las que tienen mayor recepción dentro de la población
laboral del Mercado. En este sentido, la celebración del 18 de septiembre y Navidad
son las que se desprenden de inmediato en el análisis. Sobre el 18 de septiembre,
Eduardo Collarte expresa: “bueno aquí se celebran los dieciochos, la Pascua, el
Año nuevo, se hace una cena para los niños de los locatarios y también una para
los indigentes”506. Señalando de inmediato que de la celebración deriva la
costumbre de organizar una fiesta para los niños, cuyos padres son trabajadores
del lugar. Aurora Soto, dueña de un local de comida y una de las más antiguas
trabajadoras que encontramos, continúa: “acá solo celebramos la navidad, porque
le hacemos una fiesta a los niños”507, explicándonos que la forma de hacerlo es
cerrando las calles circundantes, donde se comparten juegos y música entre que se
entregan regalos y golosinas.

Con insistencia, algunos trabajadores nos manifiestan su idea que en el


Mercado las relaciones sociales y laborales son muy personalistas. Argumentando
que no hay espacio para compartir, sobre todo, por la fuerte competencia que se
vive entre ellos. Iván Jara, dueño de un negocio de frutos secos, sentencia: “aquí el
comerciante tiene una particularidad que es súper personalista, súper personalista.
Aquí no hay fiato, aquí te salvai solo. Hay mucha competencia”508. Otra persona de
rubro, también comparte esta noción cuando preguntamos sobre si existe alguna
fecha importante que celebren: “como comunidad no, porque este rubro es, por decir
algo así como sin tregua. No hay feriados, no hay nada, de lunes a domingo, los
365 días del año está abierto, si es que no hay terremoto o maremoto o algún evento
extraordinario”509.

506 Collarte, Eduardo, 10 años de permanencia, guardia, entrevista el 28 de octubre de 2014 a las
16:30 hrs., Mercado El Cardonal.
507 Soto Reyes, Aurora, 30 años de permanencia, cocinería, entrevista el 30 de octubre de 2014 a

las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.

508 Jara, Iván,6 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de octubre de 2014 a las 15:30 hrs.,
Mercado El Cardonal.
509 Castillo, Rodrigo, 20 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de octubre de 2014 a las

16:00 hrs., Mercado El Cardonal.

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El mismo diagnóstico lo repiten un par de trabajadores más, eso sí, no


explican que sea necesariamente la competencia la que impida celebrar: “nosotros
trabajamos todos los días de la semana, no cerramos para celebrar nada, es opción
de cada uno se abre o no, pero como comunidad en general no tenemos celebración
más que las típicas como el 18 de Septiembre, la Navidad y Año nuevo”510. Lo
mismo afirma Roxana Ampuero, vendedora de frutas y verduras, “aquí se trabaja
de lunes a lunes, todos los días, no hay descanso”511 y Alejandro Galea, también
vendedor, nos ilustra con su testimonio: “aquí se trabaja todos los días, se llega por
lo general a las cuatro de la mañana, se empieza a descargar y a comprar. No se
celebra ni la inauguración. Aquí nos dedicamos a trabajar y a trabajar nada más”512.

Con todo lo enunciado, es posible establecer que las festividades no son


ajenas a los trabajadores, quedando a voluntad de cada uno el celebrarlas o no. Así
también, podemos señalar que la periodicidad crea un hábito, en este caso, la
festividad, la fecha importante crea una costumbre, por lo que es difícil prever si
aquellos trabajadores recurren a una costumbre o una efeméride. Es por esto que
al preguntar por alguna costumbre, los trabajadores repiten casi las mismas ideas
anteriores. Empero, destacan otros ámbitos de celebración y reunión social.

Hace algún tiempo se ha impuesto la costumbre de celebrar “pasar agosto”,


aludiendo a la típica frase sobre haber “sobrevivido” al invierno, uno de los período
más difíciles para los adultos mayores, comúnmente asociado a enfermedades.
Aurora Soto nos relata: “a los abuelos se les hace una fiesta por pasar agosto, se
reúnen los mayores, de más de sesenta años y celebran con un almuerzo o una
once en la noche”513.

La Navidad trae consigo la caridad, y en el Mercado El Cardonal, se


organizan para dar una cena a las personas situación de calle. Es la contrapartida

510 Fuentes, Miguel, 30 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 06 de noviembre de 2014 a las
15:30 hrs., Mercado El Cardonal.
511 Ampuero, Roxana, 8 años de permanencia, pilastrera, entrevista el 23 de octubre de 2014 a las

15:00 hrs., Mercado El Cardonal.


512 Galea, Alejandro, 40 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de octubre de 2014 a las

16:30 hrs., Mercado El Cardonal.


513 Soto, Aurora, op. cit.

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a la repartición de regalos y la celebración familiar, allí se ayuda a los sin familia ni


techo y se iluminan miradas una vez al año: “hay otra costumbre también de hacer
una cena a los indigentes, para la navidad, en la noche, ellos vienen de todos lados
y acá se les da comida para ellos”514 señala Aurora Soto.

La festividad es un componente intrínseco del hombre, y guarda múltiples


dimensiones. El hombre acostumbra a celebrar la vida y la muerte, con ciertos
matices, se quiere perpetuar la presencia de algún ser cercano. En ese orden, los
cumpleaños tienen un espacio entre los trabajadores. Raúl Olivos, vendedor en
puesto de frutas, singulariza una situación en que acostumbran a “celebrar los
cumpleaños, nos revientan huevos, esa es la confianza que se crea en el
Mercado”515, dando cuenta de las relaciones humanas que se crean. Así también,
se describe otra situación que, a pesar de que se ha ido perdiendo, tiene un
reconocimiento dentro de este lugar. Para referirse al fallecimiento de algún
trabajador del Mercado, Aurora Soto cuenta que “cuando se muere alguien del
Mercado, se cierra la puerta principal y se pone algo negro, pero no se deja de
vender”516, de modo que se observa la combinación de dos esferas: la vorágine
comercial que agita los pasillos, y el respeto por el descanso eterno de uno de sus
integrantes. Otro vendedor afirma algo parecido: “otra cosa que se destaca es que
cuando fallece alguien de los que trabaja aquí, que sea muy ligada, se hace una
alusión, se informa a través de un mural. A veces la administración dona el
transporte para que vaya la gente, arrienda dos micros por ejemplo y las pone a
disposición de la gente y le avisa (...) Mira hablando de esto aquí falta como una
memoria en donde hubiera una foto con no sé, tal fulano se llamaba tanto, como un
obituario recordando a las personas antiguas que le han dado forma al Mercado”517.

Otra arista que podemos considerar a la hora de analizar la realidad


inmaterial de los trabajadores del Mercado son los ritos y cábalas, que dan cuenta

514 Ibíd.
515 Olivos, Raúl, 5 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 06 de noviembre de 2014 a las
15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
516 Soto, Aurora, op.cit.
517 Castillo, Rodrigo, op.cit.

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de la credulidad en algo extra terreno. Rodrigo Castillo, relata: “más que costumbres
hay cábalas, yo por ejemplo, me persigno antes de salir de mi casa, llegó aquí y la
primera venta la agradezco, cosas que quizá para la gente son insignificantes, pero
para uno es re-importante y en lo posible tener un buen convivir no más”518,
apreciamos allí que se conjuga lo religioso, se agradece “la buena racha” y no se
altera el orden de las cosas a fin de extenderla.

La comunicación es esencial en el negocio de las ventas, el buen trato, nos


comentan, forma parte del ser del trabajador del Mercado. La atención se
individualiza, al mismo tiempo que la idea misma de comercio vuelve a su origen,
allí las partes coinciden en la cosa y el precio, todo en el amparo de la buena
palabra. De esta forma, analizaremos nuestro tercer cuestionamiento que habla
precisamente del lenguaje.

Es común escuchar por los pasillos del Mercado vítores sobre los productos,
sobre los precios, sobre una broma o un comentario ameno. Es el Mercado el lugar
donde la mujer es reina, donde es una dama: “aquí tratamos por ejemplo: reina,
dama”519, o también “qué quiere caserita, qué anda buscando caserita”520. Allí el
trato es cercano, es informal pero cortés. Es espontáneo, no hay un libreto que dicte
qué decir, se ofrece según se estime y se sienta, “en el momento se dan las cosas
a veces depende de las tallas, es espontáneo”521 dice Raúl Olivos.

Lo que hemos planteado se da en la planta baja del Mercado, donde están


los puestos de verduras, quesos y otros. Pero la segunda planta está compuesta
por cocinerías, restoranes que atienden al público. Allí el trabajo es distinto, se
tienen otro ritmo, y el trato con la persona también. Acá los trabajadores tienen un
libreto que deben conocer, a fin de ofrecer toda la parrilla con la que dispone el local.
Acá, los garzones representan otra realidad desde el punto de vista del lenguaje.
Aurora Soto, del restorán “Las Tejas”, al consultarle sobre si tiene alguna expresión

518Ibíd.
519 Muñoz, Braulio, 5 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de octubre de 2014 a las 16:30
hrs., Mercado El Cardonal.
520 Jara, Iván, op.cit.
521 Olivos, Raúl, op.cit.

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particular en su rubro comenta: “no tenemos ninguna, solo atender de muy buena
manera a los clientes, con buenas palabras, los saludamos, se les ofrece el menú y
los atendemos bien”522. Marizta Espinoza, con más de treinta años de trabajo en el
Mercado, nos explica que no tienen una palabra específica que los identifique: “solo
el menú que recitamos como disco rayado”523.

Sobre la misma idea del lenguaje, rescatamos que cada oficio tienen uno
propio, aquí, los elementos de trabajo y las funciones que cada uno cumple también
responden a esas características. Tenemos “carretones”, pesados carros para
trasladar mercadería de un lugar a otro, que son hechos por viejo rodamientos y
unas cuantas tablas dispuestas en superficie plana. La pesa mantiene una
connotación antigua de llamarse “romana”. Las “pilastras” son los locales donde se
comercializa la mercadería, aunque sobre el origen del nombre no hay certezas ni
siquiera entre los trabajadores: “sobre el término pilastrero, no sé de dónde viene.
Pilastra lo vengo escuchando desde que llegué aquí, ¿pero de dónde viene? No
sabría que decirle”524. En el mismo ámbito, encontramos expresiones que
distinguen una u otra función. Están los “tiradores” que son los que cargan,
descargan y trasladan la mercadería desde los camiones a las pilastras. Al respecto,
Alejandro Galea nos comenta: “a los cargadores se les dice tiradores, ellos llegan
temprano y tienen su propia tarifa de acuerdo al bulto que muevan”525. Hay también
ciertas expresiones para referirse a otras situaciones, como por ejemplo, cuando un
carabinero concurre al Mercado para revisar, cerciorarse que todo ocurra en un
buen orden, los trabajadores comentan que “anda la pelá”. Juan Carlos Salinas, de
extensa trayectoria en el Mercado, responde a nuestra pregunta sobre si tiene
alguna expresión que lo caracterice: “hay montones, por ejemplo el más común es

522 Soto, Aurora, op.cit.


523Espinoza, Maritza, 30 años de permanencia, cocinería, entrevista el 30 de octubre de 2014 a las
17:00 hrs., Mercado El Cardonal.
524 Vergara, Miguel, 30 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 24 de octubre de 2014 a las

16:30 hrs., Mercado El Cardonal.


525 Galea, Alejandro, op. cit.

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Manzo, C. Ruz.

el de ‘la pelá’ que se le dice cuando anda los inspectores, los carabineros
controlando pesas, ‘ahí viene la pelá’, ‘cuidado que anda la pelá”526.

Finalmente, no podíamos dejar pasar una expresión que llama mucho la


atención, pues deja de manifiesto en sí la inmaterialidad que construyen los
trabajadores. La frase “después de Dios, el Mercado” es moneda corriente entre los
trabajadores más antiguos, y en ella se refleja la cosmovisión de aquella población.
Para ellos, la importancia que tiene el Mercado se encuentra en suma cercanía a la
de Dios y la religión, su buena racha se obtiene gracias a un trabajo permanente,
un esfuerzo materializado en el madrugar, en el cargar con sacos y cajas repletos,
en el tirar pesados carros, con frío o con lluvia. Se le asigna, por ende, una
importancia casi a la par con Dios. Así nos lo señalan: “hay uno que bien usado y
que se llama: ‘Después de Dios, el Mercado’, porque el Mercado a ti siempre te va
a dar para comer, para mantenerse, siempre te está dando. Hay gente que ha vivido
por décadas del Mercado, y yo te hablo de toda clase de gente, pasando por el
indigente, por el cargador, el locatario, por eso se usa mucho ese dicho. Siempre
está dando sustento”527. La misma idea comparte otra trabajadora, la señora
Roxana: “‘Después de Dios, el Mercado’ la usan personas que ya llevan años
trabajando acá y han logrado todo gracias al Mercado”528.

Una vez que nos hemos referido al lenguaje, los ritos y las costumbres,
debemos continuar con el plano histórico. La pregunta sobre si el trabajador conoce
algo destacable de la historia del Mercado nos introduce a un nuevo
cuestionamiento, a fin de comprender de qué forma el trabajador se constituye como
sujeto histórico de su propio espacio.

Cuando preguntamos si los trabajadores conocían algo destacable de la


historia del Mercado, las respuestas en su mayoría apelaron a la cantidad de años
que tenía este edificio más que aportarnos otros datos concretos, aun así, es posible

526 Salinas, Juan Carlos, 45 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 28 de octubre de 2014 a
las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
527 Castillo, Rodrigo, op. cit.
528 Ampuero, Roxana, op. cit.

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destacar que la mayoría aludía al tipo de construcción, destacando su estructura


metálica, armada como un mecano y que había sido obra de Gustave Eiffel: “yo creo
que lo destacable de este mercado es su antigüedad”529, o cuando nos dicen que
“está construida por el que construyó la Torre Eiffel”530; “tiene más de cien años y la
estructura, que lo hizo el mismo que hizo la Torre Eiffel”531.

Solo un par de testimonios nos permitieron conocer un poco más la historia


del Mercado, notas de primera fuente que distan de lo comúnmente conocido. José
Arredondo, comerciante de frutas y verduras nos testimonia: “lo que te puedo contar
es porqué el segundo piso dejó de funcionar como centro de ventas y se convirtió
en una zona de restaurantes. Con el tiempo se empezaron a perder las picás que
había de restoranes y empezaron a quedar solo verdulerías y empezó a morir el
segundo piso porque a la gente no le gustaba subir a comprar verduras para acá
arriba por el tema de la escala, entonces se fue tomando otra línea que es de la
cocinería”532, haciendo alusión a la segunda planta que alguna vez fue puesto de
ventas, pero luego se transformó en cocinerías y restoranes.

Sobre datos puntuales en la historia del Mercado, ayudó bastante el


testimonio de Juan Carlos Salinas, uno de los más antiguos comerciantes del lugar,
nos dice: “lo único que sé yo, es que el único que cerró todo fue Pinochet para el
Golpe de Estado, nunca más se ha cerrado el Mercado, llegaron los marinos y todos
para fuera. Para el toque de queda nos afectó, porque tuvimos que cambiar
horarios, llegábamos a las 6 de la mañana a trabajar, y antes llegábamos a las 3”533.

La historia del lugar también está representada en el nombre. “El Cardonal”


responde a las condiciones naturales del lugar antes del establecimiento del
Mercado. En nuestra investigación pudimos atestiguar el conocimiento que
mantienen los trabajadores sobre este punto que, aunque es muy mínimo, tiene una

529 Vergara, Miguel, op. cit.


530 Fuentes, Miguel, op. cit.
531 Espinoza, Maritza, op. cit.
532Arredondo, José, 20 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 24 de octubre de 2014 a las

15:00 hrs., Mercado El Cardonal.


533Carlos Salinas, Juan, op. cit.

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representación en sus palabras. El último cuestionamiento para analizar la


construcción inmaterial de los trabajadores tiene relación con el origen del nombre
del establecimiento.

A la pregunta de a qué viene el nombre El Cardonal, había mucha


divergencia. Muchos no lograron asociarlo con nada y otros tenían nociones
bastantes alejadas. Sin embargo, la mayoría respondió a que está asociado a una
planta silvestre que tiene espinas y crecía en los alrededores del Mercado. Así
encontramos diferentes nociones: “por los cardos que había acá. Todo este sector
estaba lleno de esas plantas, así que lo dejaron por eso el nombre”534, “Porque este
sector, en la antigüedad era una zona de mucho Cardo, el cardo es una espina, una
planta espinosa que por otros es conocido por las pencas que da”535 o “Por lo que
yo sé, aquí esto era un peladero y había harta arena y justo aquí se producía lo que
se conoce como cardo, una planta con espinas, y de ahí viene el nombre El
Cardonal”536.

En todo lo señalado, es posible observar la forma en que los trabajadores


construyen su realidad inmaterial y los elementos que ellos más rescatan en el
proceso. Hemos podido apreciar las festividades y costumbres dentro de su
identidad, así como también, reconocer la importancia de la lengua en este rubro.
Logramos al mismo tiempo comprender su concepción religiosa y su apego a la vida
de esfuerzo, su reconocimiento por el sacrificio diario, el trabajo honrado y la lealtad
del cliente.

6.2.2 Objetivo 2: Conocer la valoración que otorgan los trabajadores al


Mercado El Cardonal.

La importancia y valoración que le otorgan los trabajadores al Mercado El


Cardonal dentro de la historia de Valparaíso, descansa fundamentalmente sobre
dos pilares que guardan especial relación. El primero, pone foco en la antigüedad

534Soto, Aurora, op. cit.


535Castillo,Rodrigo, op. cit.
536Collarte, Eduardo, op. cit.

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del emplazamiento físico del edificio en la zona, mientras que el segundo hace
referencia a la tradición comercial que este ha proyectado a lo largo de su historia.
Así pues, la valoración a la cantidad de años que lleva funcionando el Mercado en
el mismo lugar, se relaciona con el rol tradicional de centro de abastecimientos que
le adjudican sus trabajadores. Este rol, nos comentan, ha implicado por más de un
siglo la concurrencia de diferentes clientes: familias, dueños de almacenes de
cerros, feriantes de la Avenida Argentina, numerosos restaurantes y, desde hace un
tiempo, turistas. Así nos relata Juan Alvarado, pilastrero que lleva trabajando más
de 40 años en el Mercado, para quien este lugar “antiguamente era el primer centro
comercial que había aquí en Valparaíso. De aquí se surtía la feria, pero no existía
la feria de Viña, no existía Belloto, no existía Calera. Aquí cuando llegaba
mercadería, llegaba todos los días en cantidades inmensas que venía de Con Con,
de Quillota”537. Similar apreciación realiza Raúl Olivos, quien define el rol del
Mercado señalando que “éste era como el supermercado de Valparaíso
antiguamente y lo sigue siendo”538, constituyéndose de este modo como un lugar
importante al cual históricamente han acudido diferentes tipos de clientes, cuestión
que, a juicio de Alejando Galea, se explica “porque aquí llega toda la Mercadería,
aquí toda la gente viene a proveerse por la antigüedad que tiene, es algo importante
el Mercado, es algo que ojalá nunca desaparezca”539. Esta característica es
observada también por Rodrigo Castillo, quien forma parte de la tercera generación
dentro de su familia que se ha desempeñado como pilastrero en el Cardonal, para
él, el Mercado “es como parte del paisaje, una ciudad sin Mercado sería raro.
Siempre llega gente en busca de lugares en donde comer, donde comprar algo, una
picada. Es característico del Puerto el tener un Mercado”540.

En relación a esta situación, Raúl Díaz, trabajador del Mercado desde hace
19 años, añade un interesante componente emocional a la historia del Mercado en
Valparaíso, señalando que el Mercado “es el lugar donde la gente viene a comprar

537Alvarado, Juan, 30 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de octubre de 2014 a las


15:30 hrs, Mercado El Cardonal.
538Olivos, Raúl, op. cit.
539 Galea, Alejandro, op. cit.
540 Castillo, Rodrigo, op. cit.

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las verduras pero también vienen a compartir”541. Esta rutina de compartir y


abastecerse, para Roxana Ampuero resulta trascendental dentro la historia de la
ciudad, pero también para su presente, sentenciando que en su opinión “si ahora el
Mercado muriera por ejemplo, para mí muere Valparaíso. Y yo pienso que para
mucha gente que viene a surtir su casa con sus verduras y sus frutas, también.
Porque quedaría la pura feria dos veces a la semana, y aquí la gente no es muy
partidaria de las frutas en los supermercados, porque dicen ‘está verde’, ‘está
desabrida’, o sea, aquí la gente llega, más que allá en la feria, llega sola. Hasta de
los negocios, en las mañanas aquí se atiende a los negocios de los cerros, aquí
nosotros abastecemos hartos negocios en las mañanas”542.

A esta relación que se establece entre la tradición comercial de


abastecimiento del Mercado y su antiquísimo emplazamiento en el sector, es posible
añadir un tercer elemento de análisis que los trabajadores del Mercado introducen
para determinar su importancia. Este tercer elemento, se ve manifestado en la
relevancia que los trabajadores le adjudican al Mercado en cuanto ha sido
históricamente una importante fuente laboral para los habitantes de la ciudad y de
sus alrededores. Así pues, Miguel Vergara, pilastrero desde hace 30 años, señala
“que es importante por el trabajo que da a las personas que dependen del Mercado,
pero no solamente los de aquí, porque hay muchas personas que gracias al
Mercado ganan viniendo de afuera, del Valle del Aconcagua, del sur, del norte,
Melipilla. El Mercado a nivel de empleo genera mucho, por lo grande que es, por
sus dimensiones y por la capacidad de trabajo que da, que es importante. Hay
proveedores de todos lados, viene gente de todos lados. Y eso desde que tengo
memoria ha sido así”543.

Finalmente, cabe señalar un último elemento de análisis que destaca al


Mercado El Cardonal como un hito de paso obligado y sitio de turismo en la ciudad.
En este sentido, Miguel Fuentes, advierte que “cuando llegan los barcos a lo primero

541Díaz,Raúl op. cit.


542Ampuero, Roxana op. cit.
543Vergara, Miguel, op. cit.

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que vienen es acá, vienen hartos turistas a conocer el Mercado, es un paseo


obligado. Empiezan a sacar fotos y lo primero que sacan es foto a los fierros” 544,
idea compartida también por Jeanette Emby, quien destaca la importancia histórica
del Mercado ligándolo a su valor patrimonial que ella visibiliza en su infraestructura
característica, señalando que es “a raíz de eso es como ganamos público también.
Por eso tú dices ‘ahí está el mercado’, es imposible no ubicarlo. Es como cuando
vas a Castro y vas llegando y está la Iglesia”545.

Al momento de consultarles a los trabajadores del Mercado El Cardonal por


la vinculación personal y valor que le otorgan a su lugar de trabajo, fue posible
observar una unanimidad en considerarlo como la fuente laboral que les otorga el
sustento para la vida. Sin embargo, quienes llevan más tiempo trabajado en él, son
más categóricos. Así nos comparte Miguel Fuentes quien señala que “el Mercado
es toda mi vida, llevo más de treinta años acá, es mi fuente de trabajo” 546. Sentir
parecido nos comparte José Arredondo al señalar que “el estar 20 años en un
mismo trabajo y lugar es significativo, te marca, yo soy del mercado”547.

Esta vinculación personal, emocional, llena de sentimientos, es relatada por


otros trabajadores como una larga relación en la que no sólo el Mercado se ha
constituido como su fuente laboral, sino que también como un lugar de encuentro y
crecimiento personal ligado a la existencia de una carga emocional en la vivencia
generacional de la labor, pero también al establecimiento de lazos íntimos, por
ejemplo, de amistad. En este sentido, Raúl Díaz nos relata: “aquí tuve mi infancia,
mi juventud, todo. Son los mejores momentos que yo tengo, he conocido personas
muy bonitas y con ellos vas haciendo lazos de amistades”548. Parecida vinculación
nos relatan Aurora Soto y Alejandro Galea, la primera, dueña del restaurante más
antiguo del segundo piso del Mercado, quien relata con orgullo: “con todo lo que ha
trabajado aquí les he dado educación a mis hijos. Tengo tres hijos y han estudiado

544Fuentes, Miguel, op. cit.


545Emby, Jeanette, 5 años de permanencia, cocinería, entrevista el 28 de octubre de 2014 a las 15:30
hrs., Mercado El Cardonal.
546 Fuentes, Miguel, op. cit.
547Arredondo, José, op. cit.
548 Díaz, Raúl, op. cit.

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en la universidad, dos salieron de la Universidad Católica y uno de Inacap. Eso si


los hacía trabajar acá, ellos trabajaban y estudiaban, yo les enseñé desde chicos
qué era el esfuerzo”549. Por su parte Alejandro Galea nos comparte su experiencia
señalando: “yo he trabajado toda la vida en esto y me ha dado para subsistir, más
de cuarenta años. Mis abuelos, mis padres, unos tíos, mi hermano y ahora yo hemos
trabajado aquí. La persona que trabaja aquí le nace trabajar en el Mercado, aquí
hay compadres que han sido profesionales, pero se han quedado aquí porque la
vida del comerciante es bonita, se sufre pero también tiene partes bonitas. La
persona que es comerciante nace para ser comerciante. Un comerciante no se
hace, se nace. Muchos son comerciantes, pero no todos tienen la pasta, hay
algunos que compran y se preguntan ‘¿venderé?’, yo les digo que no piensen así.
Yo les digo que lo primero que tiene que hacer es andar con la fe por delante, sino
tienes fe mejor quédate en la casa”550.

De este modo, es posible observar que la práctica del oficio del trabajador
del Mercado El Cardonal, se encuentra atravesada por una fuerte carga emocional
ligada, por una parte, al ejercicio de una labor familiar generacional, y por otra, a la
experiencia vital de los trabajadores que han conseguido un progreso familiar a
partir de él, pero con la que también se sienten identificados.

Entendido como el principal centro de abastecimientos de frutas y verduras


de la ciudad, así como también un lugar que ofrece una variada oferta de
restaurantes, el Mercado El Cardonal, es visto por sus trabajadores como una pieza
fundamental dentro del comercio local y de las comunas aledañas, por las positivas
características que posee.

La posibilidad permanente de acceso a él, las ventajas en cuanto a precio y


variedad de sus mercaderías respecto de la competencia, pero también el lazo que
se ha establecido con la clientela del Mercado, lo hacen especial, declaran quienes
laboran en él. Es así como Iván Jara, quien lleva cerca de 6 años trabajando en el

549Soto, Aurora, op. cit.


550Galea, Alejandro, op. cit.

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Mercado, nos señala que “para la ciudad, es un punto de compra, un punto donde
tú sabes que va a haber, nunca te vas a ir en blanco de aquí. Si no encontraste
lechuga en ninguna parte, ¿tú a dónde vas? al Mercado, y siempre va a haber. De
buena o mala forma, pero va a haber”551. Asimismo, lo considera Rodrigo Castillo
quien señala que “no podría decirse que el Mercado no ha sido importante para
Valparaíso porque es abastecedor de gran parte de la ciudad, la gente viene a
comprar aquí, y no solo de la ciudad, sino que también de otras ciudades, de los
interiores y alrededores. El Mercado es el reflejo del esfuerzo porteño. Yo diría que
aunque pasen los años y que al lado de nosotros hayan supermercados y un montón
de locales y la modernidad esté por todos lados, el Mercado es reflejo y sigue intacto
de cómo era y es realmente Valparaíso, así un poco desordenado y a su pinta”
advierte Castillo, invitándonos a entender algo de la identidad de los ciudadanos de
Valparaíso. Andrea Reyes por su parte, considera que la importancia del Mercado
también se relaciona con lo típico que representa, señalando que éste “dentro de la
ciudad tiene un gran valor porque lo llaman como una picada, el Mercado es típico.
La gente automáticamente cuando sale de viaje busca el Mercado y el lugar en
donde está”552. Esta característica de atractivo turístico es también mencionada por
otros de los trabajadores que se desempeñan en el Cardonal, así pues, Roxana
Ampuero nos comenta que “aquí pasan llegando ‘gringos’, sacan fotos, porque es
algo que les llama la atención, y para mí Valparaíso es lo único que tiene para llamar
la atención, porque todo lo que sigue allá en el centro y todo el asunto son el
comercio, las tiendas, las plazas y no salen de lo común, de lo que ya la gente
conoce”553.

Sin embargo, hay quienes destacan al Cardonal, al margen de su carácter


típico por su rol fundamental de abastecedor y de lugar de turismo, como un sitio
que representa una fuente de trabajo importante para la ciudad. Alejandro Galea,
antiguo trabajador del Mercado, señala que a su juicio “lo más importante es que

551Jara,Iván, op. cit.


552Reyes, Andrea, 15 años de permanencia, cocinería, entrevista el 28 de octubre de 2014 a las
16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
553Ampuero, Roxana, op. cit.

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como es tan antiguo genera una gran cantidad de trabajos, como se dice, es una
gran fuente de trabajo y además que se genera harto recurso”, idea compartida por
Miguel Vergara, quien expresa que el Mercado El Cardonal posee una gran
importancia “por la cantidad de gente que gracias al Mercado puede tener un
empleo, figúrate que aquí hay más de cien locales. Unas dos o tres personas por
local, hay como medio millón de personas que dependen del Mercado, trabajadores,
locatarios, los que trabajan afuera, proveedores. Todos se benefician” 554.

De tal forma, es posible descomponer que la importancia que los


trabajadores del Mercado El Cardonal dentro de la ciudad de Valparaíso le asignan
en la actualidad, se relaciona principalmente con su el fundamental rol de
abastecedor de frutas y verduras de la ciudad y las vecinas urbes, asignándole una
importancia como atractivo turístico, toda vez que también lo hace desde un punto
de vista práctico al reportar una gran cantidad de puestos de trabajo para los
habitantes de la ciudad.

6.2.3 Objetivo Conocer la percepción de los trabajadores del Mercado


El Cardonal acerca de su posible reconocimiento patrimonial oficial.

La puesta en valor del Mercado también pasa por la percepción de los


trabajadores, ellos llenan de carga emotiva este edificio y lo hacen parte de su
historia personal. De esta forma, nos es necesario conocer la percepción de los
trabajadores sobre un posible reconocimiento patrimonial oficial.

A la respuesta de si merece el Mercado El Cardonal un reconocimiento


patrimonial por su dimensión inmaterial, los trabajadores tuvieron distinta opinión.
Algunos se apresuraron a responder que el merecimiento era justo, como fue el
caso de Iván Jara que al respecto menciona: “creo que no es el merecimiento, es
justicia, esto no es como que te están haciendo un favor, esto es justicia”555. Misma

554Vergara, Miguel, op. cit.


555Jara, Iván, op. cit.

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opinión comparte el propietario del restorán El Rey quien argumenta: “lo merece por
justicia por todo lo que entrega el mercado”556.

Sobre los fundamentos de su opinión, se conjugan dos cosas, por un lado


señalan la antigüedad, cayendo en el común error de creer que todo lo antiguo es
patrimonio. Pero por otro lado tenemos otra variable: dicen los trabajadores que el
Mercado es merecedor de ese reconocimiento por lo que entrega a la ciudad. Dicha
entrega está determinada por varios elementos que exponemos a continuación.

El primero es el sentido de identidad: “siempre he pensado que nosotros


como pilastreros somos representantes de la gente de Valpo, somos sacrificados,
luchamos día a día, le hacemos frente a toda la cosas y problema que nos
surgen”557sentencia un vendedor, y continúa, “deberíamos ser reconocidos por
nuestro oficio, por ser locatarios y estar aquí por generaciones”558. De eta forma,
encontramos el segundo elemento, el tiempo.

Los trabajadores entienden que su entrega a la ciudad está determinada por


el número de generaciones que ahí han trabajado, por lo tanto, apelan al Mercado
como fuente de trabajo, pero también argumentan que el Mercado es fuente de la
identidad del porteño y origen de la figura del chileno: “lo merece por justicia por
todo lo que entrega el mercado, por lo que nosotros entregamos, por nuestro oficio,
porque aportamos a la ciudad con nuestro sacrificio y si nos reconocen por eso sería
bueno”559, “aquí está la esencia del chileno”560. Y hay más, “deberíamos ser
reconocidos por nuestro oficio, por ser locatarios y estar aquí por generaciones”561.
Finalmente, tenemos la opinión de Andrea Reyes, “nosotros somos como el reflejo
de toda la gente de Valpo, somos los mismos que viven en los cerros, el porteño
esforzado y que se las arregla día a día y que sale adelante siempre”562.

556“El Rey”, 12 años de permanencia, cocinería, entrevista el 24 de octubre de 2014 a las 15:30 hrs.,
Mercado El Cardonal.
557Salinas, Juan Carlos, op. cit.
558 Ibíd.
559 “El Rey”, op. cit.
560Jara,Iván, op. cit.
561 Salinas, Juan Carlos, op. cit.
562 Reyes, Andrea, op. cit.

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Como hemos podido entender entre las citas expuestas, un último elemento
que compone la entrega que hace el Mercado a la ciudad es el esfuerzo. La idea
del porteño esforzado es inspiración para generaciones y el sacrificio del que
hicimos referencia líneas más arriba lo demuestra. Sobre eso, José Arredondo nos
describe: “yo creo que deberíamos ser reconocidos todas las personas que
trabajamos aquí, por nuestro oficio, porque somos los pocos que quedan en la
ciudad, es poca la gente que se levanta a las 3 de la mañana para trabajar”563.

También, algunos trabajadores se han manifestado en función de los


beneficios que traería al Mercado un reconocimiento. Rodrigo Castillo, lo demuestra
de la siguiente forma: “el edificio debería tener más reconocimiento si estuviese más
conservado. Cosa que no se puede hacer mucho porque como locatarios estamos
desde ese lado, pero es la administración la que podría postular a algo para que se
conserve mejor”564. Para este trabajador, los beneficios significarían una
conservación material del inmueble, idea que también comparte Miguel Fuentes,
quien señala que el Mercado “necesita otras manos más, otros arreglos más, porque
así se vería más hermoso, más encachao”565, y Juan Carlos Salinas quien también
menciona: “aparte todo ese reconocimiento nos serviría para hacernos más
conocidos, llegaría más gente, más turistas, para el segundo piso sobretodo”566,
asignando que el beneficio sea mayor difusión del Mercado y su importancia para
la ciudad.

Con todo lo señalado hasta ahora, no podemos concluir nuestra idea sin
hacer mención a la situación en la que parecen estar inmersos los trabajadores del
lugar y el inmueble en sí. Nos comentan los trabajadores que existe cierto desapego
de la alcaldía hacia el Mercado, sostienen que no reciben ayuda de ésta, siendo
que ellos entregan muchos beneficios a la ciudad, por lo que exponemos las
siguientes notas: Para Miguel Vergara, el edificio no es merecedor de un
reconocimiento patrimonial, según cuenta, no sería acertado otorgar tal connotación

563Arredondo, José, op. cit.


564Castillo,Rodrigo, op. cit.
565 Fuentes, Miguel, op. cit.
566 Salinas, Juan Carlos, op. cit.

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porque “encuentro que es un edificio antiguo de más de cien años, pero que sea
patrimonial, no. Yo se lo otorgaría porque es merecedor, pero por el estudio que
hicieron en Valparaíso no le dieron esa categoría, ahí tú te ponís a pensar que hay
edificios que están muertos, puras fachadas y sí se las dieron”567. La sentencia se
fundamenta con lo expuesto por Rodrigo Castillo quien expresa: “aparte no hay un
Alcalde que se preocupe de nosotros. Acá se cree que el Mercado es sinónimo de
delincuencia, indigencia, perros vagos, pero yo siempre le he echado la culpa al
dueño de casa, o sea, el Alcalde”568, él describe los problemas sociales que derivan
del trabajo en el Mercado y van en desmedro de una valoración oficial de cualquier
tipo.

El segundo cuestionamiento planteado a los trabajadores del Mercado para


lograr este objetivo dice relación con los posibles beneficios que traería el
reconocimiento del Mercado por su Patrimonio Inmaterial. Ante esta pregunta las
respuestas no distaron mucho entre sí, pues la gran mayoría de los trabajadores
consideró que sí traería beneficios. Los beneficios que ellos señalan radican
principalmente en los económicos, pues consideran que un reconocimiento por
parte del Estado estaría ligado a un incentivo económico, incentivo económico que
ayudaría a solucionar aquellos problemas que aquejan el Mercado. Asimismo
aseguran que el reconocimiento implicaría la llegada de una mayor cantidad de
clientes y turistas, lo cual se traduciría en mayores ingresos tanto a los pilastreros
como a la gente de las cocinerías. Además un grupo reducido de locatarios hace
mención de un beneficio que se destaca sobre los económicos, pues hablan de un
rescate y preservación del oficio de locatarios, de pilastreros.

Ciñéndonos a los beneficios económicos generados por la entrega de dinero


al Mercado por parte del Estado y su uso en la solución de problemas, nos
encontramos con cuatro problemáticas en el Mercado que lo hacen un punto sucio
y peligroso de la ciudad: la falta de mantención del edificio, los vendedores
ambulantes, la delincuencia y el hedor que se genera por la poca prolijidad al

567 Fuentes, Miguel, op. cit.


568 Castillo, Rodrigo, op. cit.

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momento de hacer el aseo en el edificio y sus alrededores. Es así como Iván Jara
nos dice que acá, refiriéndose al Mercado, “tienes problemas básicos como
comercio ambulante, que es un problema neto de la alcaldía, no hace nada y sí, yo
creo que nos viene de cajón que nos den plata para solucionar estos problemas569.
También nos encontramos con Juan Alvarado quien afirma que el beneficio podría
repercutir “en el tema del aseo podría ser. Lo único que podría hacer el Estado o el
gobierno es preocuparse del aseo, sacar a esos ambulantes570. De la misma forma
Alejandro Galea señala creer que “lo mejor aquí, si le dan un reconocimiento, es
que hagan ascensores para el segundo piso para la gente de la tercera edad,
porque aquí viene mucha gente de otros lados del país, y es difícil para ellos subir
y claramente beneficiaria el tener más recursos para la mantención del edificio y a
reducir la delincuencia, porque últimamente ha aumentado, hasta salimos en el
diario y eso es porque aquí se genera harta plata571.

Siguiendo esta misma línea José Arredondo considera que traería como
beneficio el “mantener al mercado más limpio, con una mejor presentación y para
que todo sea mejor organizado”572. A estas palabras se suman los dichos de
Eduardo Collarte, el cual asegura que “también podría ayudar a mantener más
seguridad tanto adentro como afuera del Mercado, porque la delincuencia ha
aumentado harto, incluso hace como un mes atrás salimos en La Estrella” 573.
Además Rodrigo Castillo es muy claro al decir que “nunca está demás recibir la
ayuda de otros. Y si esa ayuda es económica y está destinada para mejorar la
estructura del Mercado, conservarlo y mantenerlo limpio, sin suciedad no sería
malo. El Mercado es visto como sinónimo de delincuencia, de peligro y de gente
indigente. Quizás el beneficio sería que con la ayuda del Estado o la alcaldía se
mejoraría la apariencia y atraería muchas más personas de las que ya llegan. Si
llegará una plata de afuera lo mejor sería ocuparla para la mantención,
reacondicionarlo y hacer un orden generalizado por el alrededor, sería

569 Jara, Iván, op. cit.


570 Alvarado, Juan, op. cit.
571 Galea, Alejandro, op. cit.
572 Arredondo, José, op. cit.
573Collarte, Eduardo, op. cit.

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espectacular”574. Siguiendo la misa idea, Roxana Ampuero indica que traería “hartos
más beneficios, porque la gente aquí se atemoriza de venir por la delincuencia y por
la hediondez de las calles que no son bien aseadas, que la Municipalidad no se
encarga de tener las calles bien limpias”575.

Por otra parte algunos trabajadores comparten la idea que el beneficio que
traería el reconocimiento oficial tendría relación con el aumento de los clientes del
Mercado, lo cual se traduciría directamente en que los ingresos de los trabajadores
se verían acrecentados. Al respecto, Braulio Muñoz señala que “si llegaría más
gente, más turistas, subirían lo que es la clientela y ganaríamos más plata” 576. A
tales dichos se suma Maritza Espinoza quien afirma que beneficiaria “a las
personas, porque llegaría más gente aquí. A nosotros nos vendría mejor, más
sueldo, más dinero”577. Asimismo Olivos indica que “subiría la clientela, y así sube
la plata para nosotros, las ganancias”578. También nos encontramos con José
Arredondo quien asegura que “como estaría más limpio y se le diría a los turísticas
que vinieran para acá, llegaría más gente y eso significa más trabajo para nosotros
lo que al final es plata y que nos ayudaría bastante”579. Esta misma idea la plasma
Juan Carlos Salinas al testificar que “nos serviría para hacernos más conocidos,
llegaría más gente, más turistas, y eso es más venta, o sea, más lucas”580. Y por
último Mauricio Tamblay asevera que “vendría más clientes para acá a consumir al
Mercado, porque se daría más a conocer, y eso tiene sus beneficios pos, nos trae
más ganancia y al final del día eso se agradece”581.

Un grupo más reducido, pero no menos importante de trabajadores, señala


como un tercer beneficio, la preservación y valoración de su oficio, así como su
aseguramiento de continuidad en la ciudad. El primero en señalar esta idea es

574 Castillo, Rodrigo, op. cit.


575 Ampuero, Roxana, op. cit.
576Muñoz, Braulio, op. cit.
577 Espinoza, Maritza, op. cit.
578 Olivos, Raúl, op. cit.
579 Arredondo, José, op. cit.
580 Salinas, Juan Carlos, op. cit.
581Tamblay, Mauricio,28 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 06 de noviembre de 2014 a

las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.

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Braulio Muñoz quien indica creer “que nos reconocerían a nosotros por nuestro
oficio y eso me imagino que se traduce en que no será fácil que un día nos lleguen
y nos saquen de aquí”582. A estas palabras sumamos los dichos de Raúl Díaz el
cual señala que "si nos reconocen por nuestro trabajo, por nuestro oficio, podríamos
tener segura nuestra pega, cosa que nunca se acabe. Como decirlo, nos
conservaríamos humanamente”583. De igual modo, Maritza Espinoza recalca que “si
nos reconocen como un oficio que ya se está acabando en la ciudad es obvio que
nos van a mantener el espacio seguro y nuestras familias no perderán su trabajo”584.

En esta misma línea Eduardo Collarte señala que “si reconocen a los
locatarios como un trabajo destacado o a la cultura de acá, sería bonito y ayudaría
a que sigamos en donde estamos, no nos saquen”585. Misma idea comparte Juan
Carlos Salinas quien cree que un reconocimiento a su patrimonio inmaterial
“ayudaría a que la gente reconozca nuestro trabajo, que nos valoren, porque nos
miran como gente sucia porque está cochino y hediendo, cosa que nosotros no
somos”586. Con otras palabras pero con la misma intención Mauricio Tamblay hace
énfasis al decir que “nos valorarían, eso le falta a la gente de Valpo, que reconozcan
nuestro trabajo, a veces nos miran como unos meros comerciantes, pero nosotros
somos más que eso, somos gente de esfuerzo y nuestra labor nadie más la hace” 587.
Por último nos encontramos con las palabras de Mario Quezada quien considera
que debido a la diversidad humana del Mercado y a su quehacer, un reconocimiento
por su patrimonio vendría a dar tranquilidad a los trabajadores pues su trabajo no
se vería mermado. Según él “los años, la gente, la diversidad de trabajo, hay de
todo: bueno, bonito, malo, es dinámico y si nos reconocen eso demás que trae

582 Muñoz, Braulio, op. cit.


583Díaz, Raúl,19 de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de octubre de 2014 a las 15:00 hrs.,
Mercado El Cardonal.
584 Espinoza, Maritza, op. cit.
585Collarte, Eduardo, op. cit.
586Salinas, Juan Carlos, op. cit.
587Tamblay, Mauricio, op. cit.

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beneficios a nosotros como vendedores porque hay más clientes y me imagino que
aseguramiento de estar aquí muchos años más, si es que Dios lo dispone”588.

La construcción de la dimensión inmaterial por parte de los trabajadores del


Mercado está determinada por una serie de elementos intrínsecamente
relacionados. Todos ellos han sido abordados por nosotros en forma de
cuestionamientos hacia ellos y los resultados ya han sido expuestos. En primera
instancia, buscamos una relación con sus festividades, tradiciones y costumbres y
pudimos apreciar una línea muy difusa a la hora de definirlas, puesto que no estaban
muy seguros si la celebración respondía a la fecha en sí o una costumbre, por lo
que ambas nociones se mezclaban y articulaban la festividad que nosotros
apreciamos.

Luego analizamos el lenguaje como construcción de identidad y el


conocimiento que poseían sobre la historia del lugar. Acá nos encontramos con que
poseían escasa información y que las personas no tenían la noción de sujeto
histórico de ese espacio. Aun así, se percibe un cambio a la hora de abordar el tema
de la valoración que hacían ellos del inmueble. Muchos argumentaron en torno a la
antigüedad, recayendo en la errada concepción de que lo antiguo es por si solo
patrimonial, o merecedor de un reconocimiento. Pero con un análisis más complejo,
pudimos establecer que la importancia que otorgan los trabajadores al Mercado está
contenida en la idea de que éste posee un rol tradicional centro de abastecimiento
de la ciudad, por lo tanto, fuente de trabajo de generaciones y origen de la identidad
del porteño.

Finalmente, cuando nos referimos a un posible reconocimiento oficial,


considerando los elementos inmateriales, las respuestas apuntaban en diferentes
sentidos. Algunos se apresuraban en responder que aquel reconocimiento más que
ser un merecimiento era justo, apelando a la idea anterior (rol tradicional de

588Quezada, Mario, 7 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 24 de octubre de 2014 a las


16:00 hrs., Mercado El Cardonal.

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abastecimiento a la ciudad, fuente laboral de generaciones y origen de la identidad


del porteño), pero también es pos de los beneficios de los que sería objeto.

6.3 Análisis de las entrevistas a clientes del Mercado El Cardonal.

6.3.1 Conocer la valoración que hacen los clientes al Mercado El


Cardonal.

Para darle sentido a la idea de patrimonio inmaterial, es necesario conocer


también las opiniones de los clientes del Mercado El Cardonal. El patrimonio es
validado a través de sus ciudadanos, y por medio de las entrevistas, logramos
obtener respuesta a algunas interrogantes; qué consideraciones tenían ellos sobre
el Mercado y si refleja la identidad de los ciudadanos de Valparaíso, el significado
que tenía el Mercado para ellos, la importancia del inmueble dentro de la ciudad y
por último, si el Mercado merece ser valorado por su patrimonio inmaterial.

El primer objetivo que trazamos es, que a través de las tres primeras
interrogantes planteadas, podamos conocer la valoración que hacen los clientes al
Mercado El Cardonal.

Las atenciones iníciales que podemos realizar son la necesidad de


abastecimiento que genera el Mercado y la formación de una identidad con la
práctica constante de ir a comprar a lo largo del tiempo. Según el Cliente 2, el
mercado sirve “para abastecer a las personas de lo que es la necesidad de comer,
como las frutas y las verduras y eso es algo que las personas necesitan para
subsistir a diario, que es la necesidad de alimentarse”589, añadimos a esto lo que
expresa el Cliente 8, señalando que “muchas personas llevan años comprando en
el Mercado y eso conforma un poco lo que es el quehacer de la persona. Qué días
va a comprar, que fruta escoge, a quien le compra. Eso es parte de lo que es uno”590.

A medida que se va transformando en una costumbre ir a comprar a


determinado lugar, la identidad se va conformando. En palabras del Cliente 3 “yo

589 Cliente 2, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
590 Cliente 8, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:15 hrs., Mercado El Cardonal.

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creo que si refleja la identidad porque en el Mercado imagina cuánta gente de los
cerros ha vivido y pertenecido a esta ciudad por largos años y que ha encontrado
en el Mercado una fuente de trabajo importante”591, también dentro de esta misma
opinión se destaca el sentido de pertenencia que se tiene con el Mercado dentro de
la ciudad de Valparaíso, expresando que sí hay una identidad marcada, ya que “es
gente que vive en los cerros, gente que es nacida y criada acá”592, podemos añadir
también lo que enuncia el Cliente 17 respecto a la identidad, enfatizando que el
Mercado se ve rodeado por una identidad “chora de puerto” expresando además
que “la forma en que te aborda la gente, te dicen ‘¿Qué quiere caserita? ¿Anda
buscando esto? Y uno le dice: ‘No’, pero igual termina comprando. Yo creo que sí,
en verdad refleja la identidad de los porteños”593.

Respecto al rol del trabajador en general, para el Cliente 18 sí refleja en parte


la identidad con la gente de la zona, porque “la gente que trabaja en el Mercado
representa mucho a la gente en general de Valparaíso, la amabilidad, las ganas de
ayudar, cuando están vendiendo eso del ‘regateo’ es muy particular, es muy del
puerto”594, aquí podemos destacar ese rasgo con el que se sienten identificadas las
personas con otras, un cierto modo de empatía con el otro.

Otro punto a destacar respecto a la conformación de una identidad reflejada


en los ciudadanos de Valparaíso, es el consenso que hubo entre varios clientes
respecto a que el Mercado es un punto de encuentro. El Cliente 18 indica el sitio
privilegiado en el que está emplazado el Mercado diciendo que “tiene una ubicación
súper central y es como un punto de encuentro para los ciudadanos”595. El Cliente
6 dice que “el Mercado al final es un punto de encuentro que tiene una larga historia
de ser conocido como un punto de encuentro en sí, o sea, acarrea mucha parte de
la cultura, de la sociedad misma chilena, como la de Valparaíso. Marca un poco la
estructura de la herencia de la ciudad y su orden”596. Otro cliente también señala

591 Cliente 3, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal
592 Cliente 4, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:40 hrs., Mercado El Cardonal
593 Cliente 17, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:55 hrs., Mercado El Cardonal
594 Cliente 18, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:10 hrs., Mercado El Cardonal
595 Cliente 18, op. cit.
596 Cliente 6, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 16:05 hrs., Mercado El Cardonal

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que el Mercado es un punto de encuentro ya que “es un lugar súper pintoresco,


donde hay mucha cantidad de gente, todos gritándose, todos alegres, entonces le
da un poco esa cosa que se da en Valparaíso, que es como súper distinto,
colorido”597. No obstante, dentro de este punto de encuentro, varios clientes
expresan que en el Mercado confluyen diferentes clases sociales. El cliente 19
señala que “Valparaíso es una de las pocas ciudades, a mi juicio, donde interactúan
en un mismo barrio personas con un status de vida alto y gente humilde o de clase
media”598, mientras que otro cliente, de manera más crítica expresa que en el
Mercado y en la ciudad de Valparaíso la identidad no se refleja, es desigual, porque
quienes compran en el Mercado y en el Jumbo son de status sociales diferentes
porque “la gente que invierte en el Mercado y compra por menos es la que tiene la
plata justa para comprar y no para endeudarse. Valparaíso es así y tiene mucho de
eso”599.

Sin embargo, no todo es positivo. También hay cosas que inquietan a los
ciudadanos de Valparaíso y que en la cotidianeidad se manifiestan constantemente.
Un cliente señaló que no refleja la identidad ya que “la inmundicia que hay afuera
no se condice con el lugar, porque vienen los extranjeros y al ver toda esta cochiná
aquí, no le dan ni ganas de venir a comprar aquí. Ese es el problema. No refleja a
Valparaíso”600, otro cliente que no es de la ciudad indica que la identidad se refleja
en el porteño por “el desorden, la basura”601. Una opinión más recelosa generaliza
la situación:“porque todos son cochinos como todos los de Valparaíso. Todos los
que viven en Valparaíso trabajan allí, la mayoría”602.

Continuando con el objetivo planteado fue necesario consultar a los clientes


acerca del valor o significado que tiene el Mercado para ellos. Las respuestas fueron

597 Cliente 7, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:05 hrs., Mercado El Cardonal.
598 Cliente 19, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:20 hrs., Mercado El Cardonal.
599 Cliente 10, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:40 hrs., Mercado El Cardonal.
600 Cliente 12, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:50 hrs., Mercado El Cardonal.
601 Cliente 11, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:45 hrs., Mercado El Cardonal.
602 Cliente 16, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:45 hrs., Mercado El Cardonal.

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diversas, pero según ciertos criterios destacados analizaremos las palabras de los
compradores.

En primer lugar, dos clientes señalan la importancia de la variedad de


mercancía que se encuentra en el Mercado, indicando que “hay de todo, o sea
puedo encontrar la mejor fruta, la mejor verdura e incluso hay frutos secos, todo tipo
de cosas, los quesos; y para uno, alimentarse sanamente es bien importante”603,
mientras que el otro señala que “tiene un significado para mi importante porque en
él encuentro todo lo que necesito”604. En cuanto al abastecimiento esto va
completamente relacionado. Según uno de los clientes entrevistados el Mercado
“significa un lugar en donde me abastezco, en donde puedo encontrar todo lo que
necesito en cuanto a fruta, verduras”605, incluso otro de los compradores añade que
“además de ser un lugar en donde la gente se abastece, significa para mí un lugar
de esfuerzo”606. Una opinión diferente, señala un tema importante a destacar
relacionado con la tradición que persiste en su familia que es comprar en el
Mercado, señala que “mi familia por largo tiempo ha venido a comprar acá porque
sus precios son muy baratos”607, y otro indica que a pesar de que el Mercado está
rodeado de multinacionales “esto sigue funcionando en la mayoría de los puestos.
Es una forma de resistencia, si aquí la gente común trabaja”608.

Cabe destacar que muchos se refieren a la importancia económica que


proyecta el Mercado en cuanto a los precios baratos. Uno de los clientes enuncia
que el Mercado “es tradicional, siempre uno viene a comprar las cosas más baratas
que en el supermercado. Ahí uno busca y encuentra más variedad de precios. Hay
más cercanía a la hora de comprar”609, mientras que un cliente proveniente de Viña
del Mar señala que “me gusta porque está todo, las verduras, todo fresco, más
barato”610, dejando entrever su preferencia al momento de comprar. Asimismo, otro

603 Cliente 2, op. cit.


604 Cliente 3, op. cit.
605 Cliente 4, op. cit.
606 Cliente 5, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:50 hrs., Mercado El Cardonal.
607 Cliente 13, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 16:05 hrs., Mercado El Cardonal.
608 Cliente 14, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 16:05 hrs., Mercado El Cardonal.
609 Cliente 12, op. cit.
610 Cliente 15, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal.

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de los clientes entrevistados realiza una apreciación más profunda recalcando que
el Mercado “tiene un valor humano, creo que presta un servicio bien ‘alternativo’ a
las grandes empresas (…) el trato directo con las personas, las ofertas, la
informalidad, la cercanía que te hace volver a comprar ahí, además de los precios
que son más baratos, claro”611.

De este modo, queda claro que el Mercado ofrece una gran variedad de
productos y de precios al alcance de todos los que tienen el dinero justo para
comprar lo necesario e incluso para quienes desean tener lo mejor en su despensa.

Por otra parte, otros clientes expresan opiniones sobre la representatividad


que proyecta el Mercado. Uno de los clientes dice que “de hecho muchas veces, a
comentario netamente personal, sólo voy a darme una vuelta, fotografiar los gatos
de las pilastras que salen al paso a buscar un poco de cariño, o aunque sea de
paso, cuando voy a tomar locomoción por el sector”612, mientras que otro expresa
de manera sensitiva que “para mí lo importante del Mercado es la representatividad
emocional que alberga, esa representatividad ya no se observa en las grandes
ciudades y sus centros comerciales o los supermercados, es un lugar más para la
familia, para ir un día domingo en la mañana, aprovechar los precios que son
buenos, hay algo también más personal, de interacción entre las personas, no
solamente sacar, elegir y pagar, hay un diálogo mayor”613.En este sentido, otro
cliente profundiza de manera romántica en torno a lo que el Mercado representa
para él, señalando que “en definitiva, el Mercado tiene un significado desde el punto
de vista de lo práctico, pero también tiene un significado potente desde el punto de
vista de lo poético. A ver, cuando te hablo de los personajes que allí circulan, que
ahí trabajan, que habitan de cierto modo el Mercado, crean alrededor del mercado
todo un mundo. Y claro, sin dejar de contar la infinidad de cocinerías que hay arriba,
que también son parte del folclor, o sea, el mozo, la cocinera, los platos mismos.
Entrar a una de esas picadas y encontrarse con una de esas mesas largas, rústicas,
que están vestidas con estos manteles de hule con un diseño de frutas tropicales

611 Cliente 17, op. cit.


612 Cliente 19, op. cit.
613 Cliente 18, op. cit.

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que no tienen nada que ver, pero que son parte de lo típico del lugar, es estar y
sentirse en el lugar. Los coloridos, la intervención de uno o dos elementos que son
auténticamente antiguos que conviven con cosas que son ‘made in China’, o sea,
en 9 metros cuadrados encuentras una infinidad de cosas que te hablan también de
la estética de las personas, es entretenido, es pintoresco, aporta al folklor, a la
identidad de la gente, esta cosa que no es uniforme. De Valparaíso yo rescato eso,
que no es una ciudad uniformada”614.

Una opinión diferente respecto al valor del Mercado, contrasta dos


sensaciones. Es así como uno de los clientes comparte con nosotros que “en
realidad para mí no tiene un valor muy importante en mi porque yo he venido a
comer un par de veces y me han traído (…) encuentro que si lo es para otras
personas del Puerto”615, en este sentido, alude a la importancia que los ciudadanos
le otorgan al Mercado. Otro de los clientes recalca lo mismo en otras palabras,
señalando que “en estos momentos, ningún valor personal. Compré un par de veces
ahí y fui a las cocinerías, pero en sí, es un edificio importante para Valparaíso”616,
mientras que otro cliente añade que el Mercado posee una importancia de carácter
“histórico, valores de tradición”617, en tanto que otro comprador resalta el valor
humanos del Mercado, señalando “que presta un servicio bien ‘alternativo’ a las
grandes empresas, yo creo que es muy bueno y que mucha gente lo prefiere por
eso”618.

Uno de los compradores hace un balance en la dinámica diaria que se genera


dentro del Mercado, el confluir de olores, colores y diversos matices que generan
un ambiente propio, característico e intrínseco del inmueble, señalando que el
Mercado tiene “un valor inmenso porque es el único lugar de la ciudad donde un
choque de olores arremete contra el visitante; verduras, frutas, conservas. Es cierto
que las condiciones higiénicas no son las más óptimas por el ir y venir de las

614 Cliente 20, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:25 hrs., Mercado El Cardonal.
615 Cliente 7, op. cit.
616 Cliente 8, op. cit.
617 Cliente 10, op. cit.
618 Cliente 17, op. cit.

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mercancías, pero la mística de entrar a sus pasillos y el derrame de colores en


conjunto con los olores, crean una atmósfera que va más allá de sólo ir a
comprar”619. En la misma tónica, otro de los clientes de El Cardonal añade de
manera más emotiva que es un “centro comercial de agro de la región. Ese es un
valor fundamental, porque con la infinidad de productos, la frescura, lo social que
se genera alrededor, toda la actividad solidaria que esta gente tiene, desde los
cargadores, los guardias, la gente que hace fletes, el viejo que vende comida, el
que pasa vendiendo café, la infinidad de personajes que hay aquí, que son como
sacados de novela de García-Márquez de repente”620.

Dentro del mismo objetivo, realizamos una pregunta a los clientes, referida la
importancia del Mercado dentro de la ciudad de Valparaíso. Uno de ellos enfatizó
sobre los cien años de antigüedad que posee el Mercado, mientras que otro destacó
que “por su antigüedad representa la identidad de la ciudad”621.

En cuanto a la importancia económica que posee el Mercado y que los


clientes resaltaron, cabe señalar que para ellos “es clave, es el supermercado de la
ciudad, o sea aquí la gente viene porque sabe que va a encontrar las mejores cosas
y es importante porque si no hubiese un Mercado acá, ya que el Mercado Puerto no
está funcionando, entonces muchos tendrían que comprar en el supermercado o
ferias más locales y ahí no van a encontrar los mismos productos que acá”622,del
mismo modo, otro consumidor resalta que, a pesar de la importancia que tiene el
Mercado, “no toda la gente valora y no se ha dado cuenta, porque una gran parte
de la ciudad va al Mercado a comprar frutas y verduras, pero la gente no sabe
valorar eso”623, pero que sin embargo, “la gente lo prefiere y sigue comprando
ahí”624.

619 Cliente 19, op. cit.


620 Cliente 20, op. cit.
621 Cliente 14, op. cit.
622 Cliente 2, op. cit.
623 Cliente 3, op. cit.
624 Ibíd.

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Otro consumidor entrevistado alude a la importancia del Mercado en términos


de fuente laboral, es decir, la cantidad de personas que están sujetas a una relación
de trabajo este lugar. Un cliente indica que “antes estaba el del Puerto, ahora este
es el único que queda, si esto se muere, cuántas familias se quedan sin pega. Es
un sustento de trabajo y aparte que se mantiene la identidad”625, mientras que otro
recalca algo similar diciendo que el Mercado “tiene una relevancia muy alta, porque
primero, es una fuente de trabajo para las personas de acá, después yo pienso que
es una alternativa de la gente de Valparaíso para ayudar al mismo Valparaíso” 626,
ante esto uno cliente analiza desde lo monetario la relevancia del Mercado al
señalar que “desde el punto de vista económico, es que ofrece la posibilidad de
productos a elección del consumidor, en cuanto a calidad, precio, cantidad, etc.,
además de ofrecer trabajo a personas que en su momento no tuvieron la posibilidad
de terminar sus estudios, si lo vemos fríamente el Mercado es una oportunidad única
para personas como los acomodadores de vehículos, los ayudantes que cargan las
bolsas a las personas de edad, los vendedores ambulantes, los cargadores” 627. Un
cliente responde la pregunta de manera integral en este aspecto señalando que “la
importancia a nivel de ciudad tiene que ver con que es un centro comercial
importante (…) además disputa en un lugar en donde no existen otras actividades
comerciales que no son formales”628.

Desde el punto de vista de la historia, es posible identificar que quienes


frecuentan al Cardonal, creen que “el Mercado es como un ‘quijote’, es parte de
estos edificios que se niegan a desaparecer, que a pesar de que hay todo un viento
en contra, permanecen”629, además que el Mercado en sí presenta una “importancia
simbólica, icónica, representa una cara muy clásica de ser de todo lo que hay en el
puerto”630.

625 Cliente 14, op. cit.


626 Cliente 17, op. cit.
627 Cliente 19, op. cit.
628 Cliente 20, op. cit.
629 Ibíd.
630 Cliente 6, op. cit.

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En un sentido patrimonial, la clientela del Cardonal, también le asigna un


importante rol, señalando, por ejemplo, que “dentro de la ciudad de Valparaíso para
mi es patrimonial, es el reflejo y en cierta forma la identidad (…) refleja la
idiosincrasia del porteño, además la arquitectura, que es importante mantenerla, no
cambiarla”631.

En síntesis, es posible afirmar que respecto de la importancia del Mercado


dentro de la ciudad y la valoración que le otorgan en sus vidas, lo clientes destacan
que es la necesidad de abastecimiento lo que le otorga una valoración destacable
al Mercado por parte de la ciudadanía, en ese sentido, admiten, que la recurrencia
crea hábitos, por lo que el valor inmaterial está determinado por la representatividad
emocional del lugar, como punto de encuentro y convergencia de las diferentes
clases sociales. Por otra parte, el valor inmaterial de El Cardonal está representado
por aspectos domésticos para ellos, por ejemplo, un lugar donde se comercializa
mercadería barata, fresca y de muy buena calidad. Finalmente, se refieren a que la
tradición familiar es parte del valor que le otorgan pues, de generaciones han ido al
Mercado a satisfacer su necesidad de abastecimiento, por lo que ven en él, un punto
de reunión social y familiar y que forma parte del folclor de la ciudad, tanto por su
música, sus colores como por los personajes que es posible encontrar allí.

6.3.2 Conocer la percepción de los clientes del Mercado El Cardonal


acerca de su posible reconocimiento patrimonial oficial.

Otro de los objetivos planteados en la investigación trata de conocer la


percepción de los clientes del Mercado El Cardonal acerca de su posible
reconocimiento patrimonial oficial.

Como ya hemos destacado anteriormente, los clientes resaltan mucho la


antigüedad que posee el Mercado. En palabras de uno de ellos, esto se explica
“porque tiene una antigüedad de cien años, una construcción de un edificio que está
de fachada bien mantenido, pero si uno lo ve por dentro es misterioso ya que tiene

631 Cliente 18, op. cit.

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elementos metálicos que son bien mantenidos, es muy misterioso y dinámico 632, a
lo que otro cliente añade que “ha sido útil en la ciudad todos los años”633.

Sobre lo que representa el Mercado en opinión de sus clientes, podemos


señalar en palabras de uno de sus compradores que la “cultura, la gente que lo
habita son el reflejo de la ciudad, esa mezcolanza de colores, sabores, historias de
vida. Para mí el Mercado es el fiel reflejo de lo que es Valparaíso”634, a lo que otro
cliente agrega que el Mercado es “icónico, representativo, funciona, contribuye un
poco”635. En cuanto al tema generacional, un cliente aporta lo siguiente sobre el
valor del Mercado “yo creo que absolutamente, en el fondo marca todo lo que se
quiere proteger como culturalmente que es como esta visión que cambia las cosas
en el fondo. Que después en otro momento ir traspasando eso por generaciones y
si no llegase a estar la parte física, el edificio es difícil hacerlo, porque si sigue ahí
va a seguir provocando las distintas sensaciones que logre en la gente”636.

Ahora bien, en cuanto reconocimiento al patrimonio cultural del Mercado,


podemos destacar opiniones enriquecedoras que difieren de un reconocimiento
patrimonial material, destacando lo inmaterial por sobre lo tangible. Uno de los
clientes señala respecto al Mercado que “patrimonial como edificio, no. Pero como
entidad, como funcionamiento sí, en el ámbito inmaterial de las personas que
trabajan acá, por la labor que hacen sí. Como edificio no tiene mucho valor que
digamos, la verdad es que está bastante deteriorado, no lo cuidan, no lo restauran,
entonces sería muy rara una valoración de eso. Lo que significa, lo que se proyecta
sería valorable”637. En esta opinión se difiere bastante de los clientes que destacan
la antigüedad material del Mercado. Otro cliente indica que “por la labor, el rol que
cumplen a diario y aunque no estén dentro del área UNESCO, creo que si debiese
ser parte, por lo menos que el Estado le destine fondos, igual que el mercado de

632Cliente 2, op. cit.


633Cliente 9, op. cit.
634Cliente 2, op. cit.
635 Cliente 6, op. cit.
636 Cliente 7, op. cit.
637 Cliente 14, op. cit.

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pescados de Caleta Portales que también debiera ser patrimonio” 638. Otra opinión
sobre patrimonio apunta a que “el patrimonio es lo que tiene un significado también
para el ciudadano que vive en la ciudad”639.

Un cliente del Mercado mezcla la importancia cultural con la necesidad de


preservar las manifestaciones y tradiciones del inmueble, además de la importancia
en las relaciones humanas que se generan, señala que “ahí uno ve que la gente es
solidaria. Y como te decía, aquí se genera toda expresión cultural y eso pasa porque
el Mercado está allí. Y un reconocimiento ayudaría a preservar todas estas
manifestaciones culturales que son tan importantes y que nos signan como únicos
y especiales, porque si no va a terminar imponiéndose un modelo de mercado en
todo el mundo por esta tontera de la globalización. Estos lugares precisamente, que
tienen estas características, estos colores, estas notas, estos matices que son
tantos, son las cosas que te hablan de un lugar específico, es decir, esto sucede en
un lugar específico, en tal lugar, en tal parte del mundo, estos personajes están allí,
tú los puedes visitar y compartir con ellos. Y cuando tu conservas estos lugares y
les das un estatus como el que me indicabas, lo que haces es preservar no
solamente el edificio ni la arquitectura ni la actividad comercial que allí hay sino que
todo el espectro cultural que se despliega en rededor del Mercado”640.

En este último orden de cosas debemos exponer algunas diferencias que


encontramos en nuestro análisis. Lo primero dice mención la antigüedad del
inmueble. Muchos de los clientes le otorgaron gran significancia para la ciudad por
su antigüedad, por la cantidad de años que ha permanecido al servicio de la
ciudadanía. Otros, tuvieron un aprecio que va más allá de los años y vieron una
valoración por su utilidad. Sin embargo, pudimos apreciar también que varias voces
se manifestaron en relación a la dimensión inmaterial de manera muy contundente,
en el sentido que no dan mayor valoración al inmueble como unidad física, sino que
valoran la trascendencia inmaterial del Mercado, valoran los trabajos que allí se
realizan y las relaciones humanas que convergen, asumiendo la postura que la

638 Cliente 17, op. cit.


639 Cliente 19, op. cit.
640 Cliente 20, op. cit.

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valoración inmaterial ayudaría a preservar todo el espectro cultural que éste


proyecta.

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Manzo, C. Ruz.

CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES

Luego de presentar el análisis del conjunto de entrevistas aplicadas a


expertos en patrimonio, trabajadores y clientes del Mercado El Cardonal, por medio
del cual se examinaron las percepciones acerca de la condición patrimonial
inmaterial y posible puesta en valor de éste, podemos señalar que el objetivo capital
de la presente investigación fue alcanzado. Lo anterior, se fundamenta en el logro
y desarrollo de cada uno de los objetivos específicos que a continuación
expondremos, en la resolución de las preguntas de investigación planteadas al
principio de este estudio, en las definiciones y conceptualizaciones realizadas por
la legislación chilena vigente y por las convenciones internacionales respecto al
Patrimonio Cultural Inmaterial y su salvaguarda; así como también en las
fundamentaciones metodológicas y teóricas que planteamos para su realización.

Respecto al primer objetivo específico, referido a identificar las


características culturales inmateriales que presenta el Mercado El Cardonal de
Valparaíso, es posible señalar que se identifican como rasgos culturales
inmateriales, en primer lugar, las costumbres que practican los trabajadores del
Mercado, las cuales se pueden subdividir en aquellas costumbres relacionadas con
su cotidiano, es decir, su rutina, y aquellas costumbres atañidas a la celebración de
festividades. Para las primeras, fue posible constatar que su rutina diaria inicia entre
las cuatro y cinco de la madrugada, con un horario de término relativo, pero que se
ubica dentro del rango de las seis y ocho de la tarde. Dentro de esta rutina hay que
destacar que los trabajadores del Mercado laboran los 365 días del año, cuestión
relacionada directamente con el apego que tienen con su oficio y la necesidad de
trabajar día a día para mantener en pie su pilastra, cocinería y por qué no decirlo,
su familia. En esa rutina y convivencia diaria entre los pilastreros resalta la idea de
un “buen convivir” entre ellos pues, como se dijo anteriormente, trabajar todos los
días del año implica el establecimiento de lazos entre los trabajadores. Así también,
se encuentra la idea de mantener cábalas para que el negocio marche bien.

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Para las segundas, es típico que todos los años en la época de Navidad se
realice una celebración para los indigentes, específicamente una cena gratuita para
todas aquellas personas que se encuentran en situación de calle. Además, por estas
fechas, se realiza igualmente una celebración para los hijos de los trabajadores de
El Cardonal. Otra festividad que también se ha hecho costumbre en el Mercado es
celebrar el 18 de septiembre en el sector de Avenida Brasil. También, se celebra el
paso de agosto de los trabajadores más ancianos, así como el año nuevo y los
cumpleaños de los trabajadores. Por último cabe señalar que, si bien no es una
festividad, es costumbre el cerrar uno de los accesos del edificio y ornamentarlo con
alguna decoración en señal de luto cuando algún trabajador del Mercado ha
fallecido.

En esta misma temática se considera como una segunda característica


cultural inmaterial el lenguaje usado en el Mercado, si bien es cierto, el lenguaje es
propio de toda persona perteneciente a un lugar de comercio, sus expresiones
destacan por la cercanía que logran con la clientela, así nos encontramos con el
uso del “casera/casero”, “mi reina”, “mi dama” al momento de referirse a su clientela.
En cuanto al nombre que le dan a sus utensilios y tareas, nos encontramos con “la
romana”, “los carretones”, así como “la pilastra”, “los tiradores” y “la merma”. En
cuanto a los códigos usados por ellos para referirse a situaciones extraordinarias o
de inspección, como es el caso de la supervisión que hacen los carabineros e
inspectores sobre el uso correcto de la pesa, los pilastreros hacen correr la voz entre
ellos advirtiendo tal situación con la expresión “anda la pelá”. A estas palabras y
expresiones es posible añadir un dicho que la mayoría de los trabajadores usa:
“después de Dios, el Mercado”, tal expresión refleja la valoración que tienen los
trabajadores por el Mercado.

Una tercera característica cultural inmaterial radica en la tradición


generacional que caracteriza a los oficios que se encuentran en el Mercado,
cuestión que se da en mayor medida en los pilastreros, pues la gran mayoría ha
heredado tal oficio de sus padres y abuelos. Además, también resalta la existencia
de cargadores, fleteros o tiradores, personas encargadas de descargar los

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camiones con la mercadería y trasladarla a cada una de las pilastras del Mercado.
En esta misma línea generacional se vislumbra un cuarto rasgo cultural inmaterial.
El Mercado El Cardonal ha permanecido cerca de 100 años en el lugar en el que
hoy lo encontramos, abasteciendo con frutas, verduras, animales en otra época, y
otros productos, a la ciudad de Valparaíso, así como a las comunas del interior. Esta
permanencia hace que entendamos el Mercado como un lugar de tradición
económica que ha sabido permanecer en el tiempo y que nos permite mirar el
pasado mediante esta actividad económica.

Una quinta característica cultural inmaterial es la Identidad de las personas


que conforman la comunidad del Mercado, aquella persona de espíritu esforzado,
que lucha día a día por mantenerse a flote en su labor y que considera su trabajo
como el sustento diario de su familia. Tal cuestión se ve reflejada cuando los
pilastreros y cocineros afirman trabajar todos los días del año, sin descanso, sin
importar que sea feriado o esté sucediendo un acontecimiento de gran relevancia,
ellos siguen llamando a sus clientes, pues saben que el sustento de su familia
depende de sus ventas.

Una sexta y última característica es la condición de lugar de encuentro que


juega el Mercado, tal condición es atribuida tanto por los clientes del Mercado como
por los expertos de la temática patrimonial. Ambos argumentan que en el Mercado
El Cardonal confluyen todas las clases sociales, cuestión que convierte este lugar
en un centro donde nos podemos encontrar con todos los tipos de personas que
son habitantes y hacedoras de la ciudad.

Respecto al segundo de los objetivos específicos, determinar las


características patrimoniales inmateriales que presenta el Mercado El Cardonal de
Valparaíso, podemos estipular: la primera característica determinada es que el
Mercado tiene un legado histórico de más de cien años, una antigüedad que no sólo
radica en un edificio que fue reconstruido luego del terremoto de 1906, sino que las
prácticas que se conciben en él persisten en nuestra actualidad. A raíz de ello,
podemos destacar la tradición comercial que existe en el Mercado, la cual ha
permanecido a lo largo de la historia, esa representación de la forma más básica y

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simple de lo que es la actividad comercial, la compra de productos traídos


directamente de zonas agrícolas para el abastecimiento de cada persona o familias
no se ha visto mermada por el avance global de las tiendas de grandes cadenas
comerciales dentro de la ciudad de Valparaíso. La cantidad de años que lleva El
Cardonal en la ciudad es una proyección de éste en su historia. Antes de que se
crearan ferias locales, o la venta de frutas y verduras en supermercados, el Mercado
se constituía como la mayor fuente de abastecimiento, aspecto que mantiene hasta
nuestros días.

La tradición comercial primitiva que radica en el Mercado no sólo es valiosa


por la cantidad de años que lleva en actividad, sino que gracias al traspaso
generacional familiar del oficio es que ha persistido el dinamismo económico en el
Mercado. Teniendo en cuenta el análisis a las entrevistas realizadas a los
trabajadores, ellos están plenamente de acuerdo en lo valioso que es su actividad,
no sólo por lo que hacen, sino que además, porque dota de trabajo a gran número
de personas. La existencia del Mercado permite sostener una tradición económica
en la ciudad que otorga trabajo a cientos de personas y en las que se destacan
antiguos oficios poco frecuentes. Sobre lo anterior, dichos oficios, únicos en el
Mercado y con denominaciones particulares, conviven con una realidad disímil en
la ciudad. El pilastrero, que atiende su pilastra, su espacio contenedor lleno de
historias que poseen un pasado generacional, no sólo va a montar sus productos,
si no que encarna una historia de familia. Los cargadores, por su parte, suministran
a las pilastras, haciendo uso de su fuerza manual para acarrear grandes cantidades
de mercadería. Los camioneros desde su labor, transportan las toneladas de frutas
y verduras desde su origen a El Cardonal. También los guardias y barrenderos
tienen lugar dentro del cardonal, encargándose de la mantención diaria del Mercado
tienen lugar allí, sin dejar de lado la existencia de los cocineros que el el segundo
piso dan vida los platos típicos y caseros de las cocinerías del Mercado.

Según lo planteado anteriormente, estos oficios que de cierto modo están


propensos a ser extintos, subsisten contra elementos que invaden la identidad de la
ciudad, pero que han sido capaces de perdurar y mantener una tradición histórica a

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lo largo de los años. Son oficios que pasan de generación en generación y están
arraigados en la identidad de esos núcleos.

Finalmente, dentro de los parámetros del objetivo, la identidad y el sentido


de pertenencia están profundamente arraigados en las personas que trabajan en el
Mercado. Ellos son portadores de la formación de un patrimonio inmaterial único, y
no sólo eso, sino que representan al porteño en cuanto a su trabajo, su esfuerzo y
la solidaridad que se percibe en el trato que efectúan a la comunidad, son las
muestras más humanas de personas esforzadas que día a día con su trabajo le dan
soporte de abastecimiento a gran parte de Valparaíso.

En cuanto al tercer objetivo específico el cual busca conocer la percepción


de los expertos, trabajadores y clientes del Mercado acerca de su posible
reconocimiento patrimonial inmaterial oficial, podemos decir que respecto del punto
de vista que nos entregaron los expertos, ellos argumentan que, cada uno de los
puntos ya tratados en el capítulo anterior son elementos que permiten la
susceptibilidad del inmueble para tal fin. Al respecto, podemos definir que varios
puntos fueron abordados también, con mayor o menor profundidad, por los
trabajadores y los clientes. Sin embargo, el primer pilar de nuestro análisis está
contenido en la tradición familiar. Pudimos apreciar que se otorga una importante
valoración a este apartado, ya que constituyen al Mercado como centro de
abastecimiento de la ciudad, por lo que la utilidad juega un rol muy importante para
definir tal connotación.

Más, continuando con el análisis de los cuestionamientos planteados para


resolver nuestros objetivos, debemos presentar la idea de los beneficios que
reportaría un reconocimiento patrimonial inmaterial oficial al Mercado. Para los
expertos, casi en unanimidad y siguiendo lo establecido por la legislación chilena
vigente, un reconocimiento patrimonial no traería beneficios concretos al inmueble.
La actual legislación es desde los años setenta, cuya idea se evidencia ya en 1925,
cuando existía otra constitución y otra inspiración para la legislación patrimonial.
Aun así, los expertos identificaron otras vías para obtener beneficios ciertos, estos

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serían fondos concursables de distintos organismos y sobre todo, precisaron, sería


óptimo tener una alianza entre el sector privado y el Estado.

Para los expertos es capital resolver el problema de la educación patrimonial,


promoviéndola, y en el mejor de los casos, integrándola al curriculum nacional,
pues, sostienen que no hay preocupación por difundir el patrimonio, por lo que la
valoración no sería posible si la ciudadanía no se hace cargo de su ciudad. Se debe
entender la ciudad como parte de la propia identidad, habitarla y formar parte de
ella.

Sobre el mismo punto, señalan que debe ser la propia gente del Mercado la
que tome conciencia de su labor y valore su oficio, hacer entender que ellos son
parte de una expresión cultural identitaria, que noten el importante rol cultural que
cumplen. El Mercado se debe constituir, desde adentro, como un centro social,
como un centro cultural.

Ya hemos podido establecer las conclusiones sobre un posible


reconocimiento patrimonial inmaterial oficial a través de la visión de los expertos,
allí estaban contenidas las ideas centrales que otorgarían tal connotación al
Mercado, como eran la tradición familiar y la tradición económica, que incluían en sí
mismo, las tradiciones, la cultura, el trabajo, y el aspecto generacional que parecen
trascender en el tiempo.

Ahora, es necesario realizar el mismo ejercicio con la visión de los


trabajadores quienes, nos entregaron un punto de vista más crítica y práctico sobre
este aspecto. Para algunos de ellos, es reconocimiento oficial no es un
merecimiento, sino justicia, es una deuda que tiene la ciudad y la alcaldía con el
Mercado.

Sobre el mismo punto, sostienen que ese merecimiento justo, está contenido
en la antigüedad del Mercado. Para ellos, el valor lo entrega los años y no aprecian
con mayor acuciosidad la dimensión inmaterial de la que son sujetos. Eso sí,
comparten con los expertos la idea de los elementos que entregan a la comunidad,

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allí describen la identidad, la idea del esfuerzo y las generaciones que se han
beneficiado, es decir, de su trascendencia generacional.

Sobre los beneficios que traería el reconocimiento patrimonial inmaterial,


hemos podido establecer que los trabajadores difieren de los expertos, pues para
ellos, si serían receptores de beneficios, eso sí, ni siquiera nombran el aspecto
inmaterial, sino que mantienen una concepción puramente tangible. De ahí que para
los trabajadores, los beneficios irían destinados a una conservación material de
lugar, mayor difusión de su actividad y de los productos que comercializan. En última
instancia, rescatan dentro de los beneficios económicos que traería tal situación, el
mayor flujo de clientes. Un punto destacable de los beneficios que ellos expusieron
es que, de haber un cambio material en el lugar, les aseguraría su permanencia, lo
que les reportaría tranquilidad en su trabajo.

La valoración que hacen los propios trabajadores de El Cardonal tiene que


ver con una visión que hacen las personas externas al lugar, es decir, ellos hacen
mención a que otros los valorarían por su trabajo, pero no se constituyen como
sujetos de cultura y no se valoran por el oficio que hacen.

Con todo lo mencionado, podemos establecer semejanzas entre ambas


visiones, los expertos sostienen la idea de trascendencia junto con los trabajadores,
pero otorgan matices a ese punto, unos dan mayor importancia a lo temporal,
mientras que otros dan un sentido real a la vida inmaterial que allí se da, por ejemplo
las costumbres, los oficios, el lenguaje.

Ahora nos compete establecer las conclusiones de la visión de los clientes


sobre un reconocimiento patrimonial inmaterial oficial. Acá también tenemos
concordancia a la visión de los trabajadores. Los clientes también resaltan la
antigüedad como un valor, pero confieren algunas otras consideraciones.

Según los clientes, el Mercado es el fiel reflejo de lo que es el resto de la


ciudad y pareciera que para ellos, para conocer la ciudad, bastaría con visitar el
Mercado El Cardonal. De la misma forma que apreciamos anteriormente, pudimos
establecer que el mayor valor que le otorgan es por el componente generacional, lo

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que deriva nuevamente a la idea de trascendencia. El Mercado permanece, articula


la identidad, refleja el esfuerzo diario del porteño apesadumbrado.

Finalmente, los clientes, hacen un ejercicio que los trabajadores no, pues los
advierten en el Mercado un componente inmaterial digno de ser reconocido, por
ejemplo, las relaciones laborales que se dan, el trato amable con los clientes, los
tipos de trabajos que se ejercen, entre otros. Sobre los beneficios, los clientes,
aseveran que ayudaría a preservar las manifestaciones culturales que son tan
importantes como únicas.

No podríamos terminar nuestra idea sin antes enfatizar en que los


trabajadores no poseen una concepción que valore su trabajo y su aporte a la
dimensión inmaterial de la que son objetos. Mientras que por otra parte, destacamos
la idea capital de estas conclusiones que es la noción de trascendencia que
proyecta este lugar, la que tendría mayor fuerza de recibir un reconocimiento
patrimonial oficial.

Sobre el objetivo específico propuesto con el fin de conocer la percepción de


los expertos sobre una posible puesta en valor del Mercado, hemos podido concluir
que ésta se podría alcanzar a través de la consideración de cuatro de sus aspectos
fundamentales: el valor social, el valor cultural y el valor histórico que posee, en
consideración directa que ese valor no estaría completo sin la existencia de una
educación patrimonial.

Sobre el primer eje, el valor social, debemos consignar que responde a una
tradición familiar, ya que, como pudimos apreciar, el Mercado se constituye como
un centro de abastecimiento de la ciudad. Acá, es posible distinguir el valor utilitario
que tiene el inmueble para la comunidad. Este elemento responde a la idea de que
el Mercado funciona gracias a lealtades, pues son generaciones y generaciones las
que han concurrido allí para abastecerse y trabajar. Como tradición familiar,
debemos destacar también que se articula como lugar de encuentro. Allí, más que
ir a comprar se va a socializar y en este devenir tiene lugar la convergencia de
diferentes clases sociales. El Mercado en tal condición, es origen de nueva forma

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de cultura, aquella que nace de la multiplicidad de formas que allí concurren. Acá,
llegan los del norte, del sur, del interior; allí también se juntan los ricos, los pobres
e incluso los sin techo.

Así también, el Mercado representa una tradición económica, pues como se


dijo, ha sido centro histórico de abastecimiento para Valparaíso. Mantiene aún el
Mercado una tradición de mercadeo casi extinta, pues este lugar es posible todavía
encontrar el regateo, el comercio informal, y las relaciones comerciales y laborales
afectuosas.

A la hora de analizar el segundo eje, el valor cultural, debemos tener en


cuenta una serie de elementos que lo conforman. Las tradiciones, las costumbres,
el verso, el trato amable, la música, los sonidos y los sabores se funden para
entregar un todo. La construcción del patrimonio es un proceso vivo, es una
construcción de identidad por el cual se establecen diferencias con los otros grupos
sociales.

En este sentido, la puesta en valor del Mercado El Cardonal se puede orientar


a partir de la identidad que proyecta, origen de un proceso cultural original que
representa cada una de sus manifestaciones.

Un tercer eje por medio del cual es posible realizar una puesta en valor del
Mercado, corresponde al valor histórico que posee. El Mercado El Cardonal es un
inmueble de más de cien años, de una singularidad arquitectónica que lo hace
especial. Situado en el corazón del barrio el Almendral, el Mercado ha trascendido
frente a los embates del tiempo y la naturaleza, por lo que su valor patrimonial
estaría perfectamente contenido en su dimensión histórico-temporal.

Por último, como ya señalamos, difícilmente se puede llevar a cabo una


puesta en valor si la comunidad en general no tiene clara la noción de patrimonio.
La educación patrimonial resulta capital a la hora de pensar una puesta en valor
íntegra, pues el ajuste mental se debe dar entre los sujetos que comparten un lugar
u otro, un inmueble u otro, es decir, la valoración se debe hacer desde adentro,
involucrando a los sujetos que construyen el espacio. En este sentido, la educación

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patrimonial no solamente debería estar orientada al plano institucional de los


colegios, sino que debe estar contenida también en propuestas para la comunidad
en general.

Para finalizar, y en base a todo lo anteriormente expuesto, se hace necesario


detenernos en la formulación de algunas consideraciones generales orientadas
como proposiciones que surgieron a lo largo de la realización del presente estudio
y en relación al tema central de investigación.

De este modo y en primer lugar, tenemos que, frente a la deficiencia que


presenta la legislación nacional vigente en torno a la salvaguarda del patrimonio
cultural en general; a la carencia de un cuerpo legal que contemple la protección
particular del patrimonio cultural inmaterial debido su prácticamente obsoleta
redacción original y que pese la existencia de herramientas jurídicas para la
salvaguarda del patrimonio cultural, no se contempla un uso práctico adecuado de
las mismas en términos de sus objetivos y extensión; así como también a la difícil
exigibilidad de los compromisos internacionales adquiridos dada la existencia de
una legislación nacional pre-configurada641, se genera la necesidad de contar a nivel
país con una regulación legislativa orientada al cuidado y protección efectivos del
patrimonio cultural tanto material como inmaterial, pero más especialmente el
segundo, cuyas disposiciones contemplen alcanzar dicho objetivo a partir de, por
una parte, la formulación de definiciones y tipificaciones patrimoniales acotadas y
vinculadas a las necesidades reales de la comunidad, y por otra, la inyección de
recursos fiscales para la formulación de distintas iniciativas y proyectos que
pretendan fomentar el patrimonio cultural material e inmaterial, en consideración
directa de la participación de la comunidad en ellos, teniendo como premisa que el
patrimonio es definido por y para la comunidad.

De esta última proposición arranca la segunda de nuestras consideraciones


generales, que se expresa en la necesidad de contar como país con una educación
patrimonial integrada al currículum nacional, cuya enseñanza sea capaz de

641Véase Anexo 4

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complementar la puesta en valor de cualquier categoría de patrimonio cultural,


inmaterial o material, pero que a la vez ayude en la inclusión de la comunidad al
proceso de definición de qué elementos culturales queremos mantener, cuidar,
proteger y legar a las generaciones chilenas venideras.

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113.

FUENTES ORALES

Expertos en patrimonio

1. Carroza, Carlos, Director de la Biblioteca Pública Santiago Severin de


Valparaíso, entrevista el 14 de noviembre de 2014 a las 09:00 hrs., Biblioteca
Pública Santiago Severin.
2. Collao, Dámaris, Experta en Didáctica del Patrimonio, entrevista el 20 de
noviembre de 2014 a las 15:00 hrs., Facultad de Educación de PUCV.
3. Fuentes, Víctor, Gerente del barrio El Almendral, entrevista el 17 de
noviembre de 2014 a las 09:00 hrs., Ilustre Municipalidad de Valparaíso.
4. Ibarra, Carolina Experta en Patrimonio e Historia Oral, entrevista el 13 de
noviembre de 2014 a las 12:00 hrs., Café “Puro Café”.
5. Larrondo, María José, Directora Regional del Consejo de Monumentos
Nacionales, entrevista el 20 de noviembre de 2014 a las 10:30 hrs., Oficina
Regional del Consejo de Monumentos Nacionales.
6. Meneses, Aldo, Coordinador del Proyecto “Educación y Patrimonio” durante
el año 2002, entrevista el 15 de noviembre de 2014 a las 10:00 hrs., Facultad
de Ciencias Exactas, UPLA.

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7. Ojeda, Ana María, Encargada de Departamento Histórico Patrimonial y


Archivo Histórico, Ilustre Municipalidad de Valparaíso, entrevista el 19 de
noviembre de 2014 a las 10:00 hrs., Oficina del Archivo Histórico de la Ilustre
Municipalidad de Valparaíso.
8. Peralta, Archibaldo, Asesor histórico de la Ilustre Municipalidad de
Valparaíso. Asesor cultural de la Policía de Investigaciones de Chile. Región
Valparaíso, entrevista el 14 de noviembre de 2014 a las 11:00 hrs., Galería
de Artes del Museo de Historia Natural de Valparaíso.
9. Torres, Rafael, Director del Museo de Bellas Artes de Valparaíso. entrevista
el 13 de noviembre de 2014 a las 10:00 hrs., Museo de Bellas Artes de
Valparaíso.
10. Vergara, Fernando Conservador Fondo Histórico Patrimonial, Fondo Budge,
PUCV, entrevista el 17 de noviembre de 2014 a las 09:00 hrs., Casa Central
PUCV.

Trabajadores del Mercado El Cardonal

1. Alvarado, Juan, 30 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de


octubre de 2014 a las 15:30 hrs, Mercado El Cardonal.
2. Ampuero, Roxana, 8 años de permanencia, pilastrera, entrevista el 23 de
octubre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
3. Arredondo, José, 20 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 24 de
octubre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
4. Castillo, Rodrigo, 20 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de
octubre de 2014 a las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
5. Collarte, Eduardo, 10 años de permanencia, guardia, entrevista el 28 de
octubre de 2014 a las 16:30 hrs., Mercado El Cardonal.
6. Díaz, Raúl, 19 de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de octubre de
2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
7. Emby, Jeanette, 5 años de permanencia, cocinería, entrevista el 28 de
octubre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal.

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

8. “El Rey”, 12 años de permanencia, cocinería,entrevista el 24 de octubre de


2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal
9. Espinoza, Maritza, 30 años de permanencia, cocinería, entrevista el 30 de
octubre de 2014 a las 17:00 hrs., Mercado El Cardonal.
10. Fuentes, Miguel, 30 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 06 de
noviembre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal.
11. Galea, Alejandro, 40 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 23 de
octubre de 2014 a las 16:30 hrs., Mercado El Cardonal.
12. Jara, Iván, 6 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de octubre de
2014 a las 15:30 hrs., Mercado El Cardonal.
13. Muñoz, Braulio, 5 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 30 de
octubre de 2014 a las 16:30 hrs., Mercado El Cardonal.
14. Olivos, Raúl, 5 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 06 de
noviembre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
15. Quezada, Mario, 7 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 24 de
octubre de 2014 a las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
16. Reyes, Andrea, 15 años de permanencia, cocinería, entrevista el 28 de
octubre de 2014 a las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
17. Soto Reyes, Aurora, 30 años de permanencia, cocinería,entrevista el 30 de
octubre de 2014 a las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
18. Salinas, Juan Carlos, 45 años de permanencia, pilastrero, entrevista el 28
de octubre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El Cardonal.
19. Tamblay, Mauricio, 28 años de permanencia, pilastrero,entrevista el 06 de
noviembre de 2014 a las 16:00 hrs., Mercado El Cardonal.
20. Vergara, Miguel, 30 años de permanencia, pilastrero,entrevista el 24 de
octubre de 2014 a las 16:30 hrs., Mercado El Cardonal.

Clientes del Mercado El Cardonal

21. Cliente 1, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:00 hrs., Mercado El


Cardonal.

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

22. Cliente 2, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:20 hrs., Mercado El


Cardonal.
23. Cliente 3, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado El
Cardonal.
24. Cliente 4, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:40 hrs., Mercado El
Cardonal.
25. Cliente 5, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 15:50 hrs., Mercado El
Cardonal.
26. Cliente 6, entrevistado el 29 de octubre de 2014 a las 16:05 hrs., Mercado El
Cardonal.
27. Cliente 7, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:05 hrs., Mercado
El Cardonal.
28. Cliente 8, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:15 hrs., Mercado
El Cardonal.
29. Cliente 9, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:30 hrs., Mercado
El Cardonal.
30. Cliente 10, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:40 hrs.,
Mercado El Cardonal.
31. Cliente 11, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:45 hrs.,
Mercado El Cardonal.
32. Cliente 12, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 15:50 hrs.,
Mercado El Cardonal.
33. Cliente 13, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 16:05 hrs.,
Mercado El Cardonal.
34. Cliente 14, entrevistado el 04 de noviembre de 2014 a las 16:05 hrs.,
Mercado El Cardonal.
35. Cliente 15, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:30 hrs.,
Mercado El Cardonal.
36. Cliente 16, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:45 hrs.,
Mercado El Cardonal.

235 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

37. Cliente 17, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 15:55 hrs.,


Mercado El Cardonal.
38. Cliente 18, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:10 hrs.,
Mercado El Cardonal.
39. Cliente 19, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:20 hrs.,
Mercado El Cardonal.
40. Cliente 20, entrevistado el 05 de noviembre de 2014 a las 16:25 hrs.,
Mercado El Cardonal.

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Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

ANEXOS I:

ANEXO 1: Ficha de evaluación Inmueble de Conservación Histórica

237 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

238 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

ANEXO 2:

A) Modificación Plan Regulador de Valparaíso. Declaración de Zonas


de Conservación Histórica. Propuesta Sector Almendral, Placeres y
Esperanza (16-03-2005). PLANO PRVPYE-02

239 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

B) Modificación Plan Regulador de Valparaíso. Declaración de Zonas de


Conservación Histórica. Propuesta Sector Almendral, Placeres y Esperanza
(16-03-2005). Plano PRV-01 Modificado.

240 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

C) Modificación Plan Regulador de Valparaíso. Declaración de Zonas de


Conservación Histórica. Propuesta Sector Almendral. (16-03-2005). Plano
PRVAL-B y V-02.

241 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

ANEXO 3: Fotografías del Mercado del Cardonal

A) Vista de uso de los departamentos del Mercado del Cardonal.

Fuente: Fotografía extraída de la Revista Sucesos de Valparaíso que data del 13


de enero de 1905, Ed.125, p.33.

242 | P á g i n a
Al rescate del patrimonio inmaterial: El caso del Mercado El Cardonal de Valparaíso. S. Cofré, C. Lazo, N.
Manzo, C. Ruz.

B) El Mercado El Cardonal tras el terremoto de 1906.

Fuente: Fotografía extraída de Memoria Chilena. Perteneciente a la


Colección de fotografías de la Biblioteca Nacional de Chile sobre el
Terremoto de 1906. ID MC: MC0063602.

C) Fotografía actual del Mercado El Cardonal.

Fuente: Sitio web oficial Enjoy Chile, cuyo link es http://www.enjoy-


chile.org/chile-pictures/master/chile/v_valparaiso/valparaiso_013.jpg

243 | P á g i n a

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