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Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani (eds.

)
Celebrar el décimo aniversario de la colección Sentidos del Libro de la editorial Tren en
Movimiento es para nosotras un modo de responder a la invitación que acompaña su
declaración de intenciones: discutir y reflexionar sobre los múltiples usos de la palabra
Leer, escribir, editar
escrita, el universo del libro, las prácticas y los actores que lo hacen posible, desde una
perspectiva atenta a sus implicancias político-culturales.
Catálogo comentado de la colección
Los temas y problemas que Sentidos del Libro invita a discutir y reflexionar son aque- Sentidos del Libro
llos que convocan mes a mes a los integrantes del Grupo de Estudio sobre Historia de
la Edición, la Lectura y la Traducción, colectivo conformado en 2018 con un objetivo
claro: crear un espacio plural, no jerárquico e interdisciplinario de lectura y discusión
de la bibliografía sobre la historia del libro, las prácticas y los actores asociados con su
producción, circulación y consumo en Argentina y América Latina. Inscripto en la Red de
Estudios Editoriales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Ai-
res, nuestro grupo de estudio reúne investigadores, estudiantes y docentes de carreras
de grado y posgrado de edición, filosofía, historia, letras, sociología y traducción literaria,
y profesionales de la edición y de la traducción.
Este catálogo comentado es resultado de esos encuentros mensuales: lo impulsa la
voluntad de convertir en escritura y en objeto editorial nuestra práctica de lectura grupal
pero también el deseo de establecer un diálogo con quienes comparten nuestros inte-
reses. Su propósito es contribuir a la revisión y actualización de la historiografía sobre el
libro, la edición, la traducción y la lectura en la Argentina mediante un ejercicio colectivo
de análisis de una colección especializada surgida en un momento de expansión de nuestro Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani
campo de estudio.
Que este producto conjunto tenga una impronta celebratoria no implica que perdamos
(editoras)

Leer, escribir, editar


de vista la intención crítica que nos anima. Reflexionar sobre Sentidos del Libro significa,
ante todo, reflexionar sobre los modos del quehacer cultural y sobre el valor de poner en
diálogo voces diversas: la potencia de la colección no solo radica en la puesta en abismo,
en el gesto especular de tematizar e historizar las prácticas y los actores que configuran su
propio mundo, sino en hacer de ese gesto un acto consecuente con las implicancias polí-
tico-culturales del proyecto editorial de Tren en Movimiento, cuyo catálogo apuesta a dar Grupo de Estudio sobre
visibilidad a zonas relegadas de la cultura argentina, desde el fanzine contracultural hasta Historia de la Edición,
las legislaciones de protección animal pasando por la voz de niñas exiliadas. la Lectura y la Traducción
Así, con ese mismo espíritu de integrar voces diversas en torno al común interés por
el mundo de la edición, nos propusimos convocar lectores, autores y colaboradores de
Sentidos del Libro para pensar juntos el décimo aniversario del inicio de la colección.
Gestado colectivamente durante los meses de aislamiento pandémico, este catálogo
comentado es una invitación a repensar el quehacer editorial como una forma potencial
de cultura comunitaria, de alegría. Eso celebramos.

Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani

Grupo de Estudio sobre


Historia de la Edición,
la Lectura y la Traducción
SENTIDOS DEL LIBRO
Leer, escribir, editar
Catálogo comentado de la colección
Sentidos del Libro

Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani


(editoras)

Grupo de Estudio sobre Historia de la Edición,


la Lectura y la Traducción

SENTIDOS DEL LIBRO


Leer, escribir, editar : catálogo comentado de la colección Sentidos del Libro /
Paula Auer... [et al.] ; editado por Alejandrina Falcón ; Alejandra Giuliani.
- 1a ed. - Temperley : Tren en Movimiento, 2020.
92 p. ; 24 x 17 cm.
ISBN 978-987-3789-76-2
1. Bibliografías. 2. Referencias Bibliográficas. 3. Catálogos. I. Falcón, Alejandrina, ed.
II. Giuliani, Alejandra, ed.
CDD 011

© De los textos: sus respectivos autoras y autores, 2020

Las imágenes aquí reproducidas pertenecen al archivo de la editorial Tren en Movimiento,


excepto en páginas 27 y 79, pertenecientes a la Fototeca de la Biblioteca Nacional Argentina

Fotografía de portada: Caro Lagos C.

© Tren en Movimiento, 2020


www.trenenmovimiento.com.ar
trenenmovimiento@gmail.com

Edición al cuidado de Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani

Impreso en América Latina


Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Índice

Presentación, Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani...........................................................................................................5


Títulos de la colección (2010-2020)................................................................................................................................................8
Una colección, Ana Eugenia Vázquez............................................................................................................................................9

ESCRIBIR, CORREGIR, EDITAR....................................................................................................................................................10


Primera estación, Silvia Urich............................................................................................................................................................11
Una apuesta por la memoria, Carlos Abraham......................................................................................................................... 14
La indispensable tarea de enriquecer el debate sobre la propiedad intelectual, Beatriz Busaniche............... 19
Recorrido hacia la colección, Pablo Carrera.............................................................................................................................22
Una experiencia de escucha, discusión y respeto, Néstor Denza....................................................................................23
Trabajos compartidos, Alejandra Giuliani...................................................................................................................................25
Para lectores que disfrutan del ensayo, Pablo Turnes......................................................................................................... 28
Sentidos del deber, sentidos del libro, Lucas Petersen......................................................................................................30
Un largo camino de la tesis al libro, Daniela Szpilbarg......................................................................................................... 33
Sentidos de lo impreso: América Latina en sus revistas, Horacio Tarcus.................................................................... 36
Corregir, reescribir: tareas de un colaborador, Matías Raia.............................................................................................. 39
Entrevista con el editor, por Julieta Benedetto y Susana de Luque............................................................................... 41

LEER Y COMPARTIR........................................................................................................................................................................ 46
Escuchen, lectorcitos: un punto de encuentro y un feliz hallazgo, Paula Auer............................................................47
Entre zonas de vacancia y terrenos de disputas: una colección en movimiento, Daniel Badenes.................... 48
Una contribución esencial a la historia de la lectura, Marcela Coria.............................................................................50
Para pensar el espacio del libro y el acceso a la cultura, Bruno De Angelis.................................................................51
Autonimia, José Luis de Diego........................................................................................................................................................53
Sentidos del Libro en mi biblioteca, Leandro de Sagastizábal..........................................................................................55
La colección sobre libros de Tren en Movimiento, Fabio Espósito.................................................................................57
Dos veces Temperley o la centralidad de los márgenes, Alejandrina Falcón............................................................. 58
El sentido gráfico de la colección en la trama del saber editorial, Martín Gonzalo Gómez.................................60
Las traducciones en disputa, Rosario González Sola, Paula Gürtler y Eugenia Pérez Alzueta........................... 63
El sentido de ser lector: Sentidos del Libro y las escenas de lectura, Diana Paola Guzmán............................... 66
Textos y contextos: a diez años de Sentidos del Libro, Francisco Jara Bernales..................................................... 68
El mundo editorial y sus lecturas, Guillermo Korn................................................................................................................. 70
Apreciación sobre tres títulos de Sentidos del Libro, Hernán Maltz...............................................................................71
Una fuente de inspiración para mis trabajos, Paula Andrea Marín Colorado.............................................................72
Ampliar la mirada hacia nuevas referencias y referentes, Viviana Martinovich.........................................................74
Nuevos recorridos, Natalia Méndez.............................................................................................................................................76
En el décimo aniversario del lanzamiento de la colección Sentidos del Libro, Alejandro E. Parada.................78
Sentidos del Libro en el cruce entre política, espacio cultural y mundo editorial, Darío Pulfer........................80
Una colección y una pequeña editorial para la historia de empresas en Argentina, Viviana Román................ 82
Sentidos del Libro: una cuña necesaria, Eduardo L. Rubí................................................................................................... 84
Un espacio de encuentro e intercambio, Ezequiel Saferstein.......................................................................................... 86
Entre la edición y la emoción: diez años de Sentidos del Libro, Beatriz C. Valinoti................................................ 88
Los libros existen para desembocar en otros libros, Santiago Venturini.....................................................................90

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4≈
Presentación

Catálogo comentado de la colección Sentidos del Libro


en su décimo aniversario

Celebrar el décimo aniversario de la colección Sentidos del Libro


de la editorial Tren en Movimiento es para nosotras un modo de
responder a la invitación que acompaña su declaración de inten-
ciones: discutir y reflexionar sobre los múltiples usos de la pala-
bra escrita, el universo del libro, las prácticas y los actores que
lo hacen posible, desde una perspectiva atenta a sus implicancias
político-culturales.
Los temas y problemas que Sentidos del Libro invita a discutir
y reflexionar son aquellos que convocan mes a mes a los integran-
tes del Grupo de Estudio sobre Historia de la Edición, la Lectura
y la Traducción, colectivo conformado en 2018 con un objetivo
claro: crear un espacio plural, no jerárquico e interdisciplinario de
lectura y discusión de la bibliografía sobre la historia del libro, las
prácticas y los actores asociados con su producción, circulación
y consumo en Argentina y América Latina. Inscripto en la Red
de Estudios Editoriales de la Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad de Buenos Aires, nuestro grupo de estudio reúne
investigadores, estudiantes y docentes de carreras de grado y pos-
grado de edición, filosofía, historia, letras, sociología y traducción
literaria, y profesionales de la edición y de la traducción.
Este catálogo comentado es resultado de esos encuentros
mensuales: lo impulsa la voluntad de convertir en escritura y en
objeto editorial nuestra práctica de lectura grupal pero también el
deseo de establecer un diálogo con quienes comparten nuestros
intereses. Su propósito es contribuir a la revisión y actualización
de la historiografía sobre el libro, la edición, la traducción y la lec-
tura en la Argentina mediante un ejercicio colectivo de análisis de
una colección especializada surgida en un momento de expansión
de nuestro campo de estudio.
Que este producto conjunto tenga una impronta celebrato-
ria no implica que perdamos de vista la intención crítica que nos
anima. Reflexionar sobre Sentidos del Libro significa, ante todo,
reflexionar sobre los modos del quehacer cultural y sobre el valor
de poner en diálogo voces diversas: la potencia de la colección
no solo radica en la puesta en abismo, en el gesto especular de
tematizar e historizar las prácticas y los actores que configuran su
propio mundo, sino en hacer de ese gesto un acto consecuente con

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las implicancias político-culturales del proyecto editorial de Tren
en Movimiento, cuyo catálogo apuesta a dar visibilidad a zonas
relegadas de la cultura argentina, desde el fanzine contracultural
hasta las legislaciones de protección animal pasando por la voz de
niñas exiliadas.
Así, con ese mismo espíritu de integrar voces diversas en tor-
no al común interés por el mundo de la edición, nos propusimos
convocar lectores, autores y colaboradores de Sentidos del Libro
para pensar juntos el décimo aniversario del inicio de la colección.
A los lectores los invitamos a responder, desde sus singula-
res perspectivas, una serie de preguntas destinadas a comprender
cómo percibían Sentidos del Libro, qué lugar le daban en el uni-
verso de colecciones análogas y cómo creían ellos que intervenía
en el espacio de los estudios sobre el libro, la edición, la traducción
y la lectura. Quisimos explorar la instancia de recepción indagan-
do en los usos dados a los libros de la colección, comprender los
modos en que se articulaban con prácticas concretas: ¿los lectores
escribían sobre los libros de la colección, volcaban sus lecturas en
investigaciones, artículos, reseñas? ¿Los daban a leer a estudiantes
o colegas? ¿Podían rastrearse ya en programas de cursos o aun en
archivos institucionales? En síntesis, procuramos conocer el desti-
no de sus libros y las formas en que interactuaron con la actividad
profesional y el trabajo intelectual de sus lectores.
A los autores de la colección les pedimos que relataran cómo
había llegado su trabajo a Sentidos del Libro y que ponderaran la
colocación de ese trabajo en el conjunto de títulos que integran
la serie; les pedimos, asimismo, que describieran su experiencia
sobre el proceso de edición explicitando el tipo de lector que tu-
vieron en mente durante el pasaje del original al libro y que se de-
tuvieran en uno de los ejes de interés de nuestro grupo de estudio:
los trabajos de la edición, tan a menudo invisibilizados pese a ser
aquellos en que más claramente puede observarse la colaboración
entre autores, editores, traductores y responsables de las instan-
cias de corrección, editing, diseño o difusión.
A los colaboradores de la colección los invitamos a describir la
naturaleza del trabajo realizado con los autores y el editor. Tam-
bién convocamos al editor de la colección. Su voz aparece articu-
lada en una entrevista colectiva a cargo de dos integrantes del gru-
po de estudio. Los demás integrantes también aportamos nuestras
respuestas como lectores o como autoras de la colección. El tra-
bajo conjunto incluyó además las tareas de edición, corrección,
diseño, selección de imágenes y difusión. Agradecemos a todos los
autores, colaboradores y lectores que contribuyeron sumando sus
voces al diálogo.

6≈
Gestado colectivamente durante los meses de aislamiento
pandémico, este catálogo comentado es una invitación a repensar
el quehacer editorial como una forma potencial de cultura comu-
nitaria, de alegría. Eso celebramos.

Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani


Buenos Aires, agosto 2020

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Títulos de la colección (2010-2020)
Escuchen, lectorcitos
La Biblioteca Infantil General Perón
Silvia Urich

La editorial Tor
Medio siglo de libros populares
Carlos Abraham

Las revistas argentinas de ciencia ficción


Carlos Abraham

Arte y cultura en circulación


Introducción al derecho de autor y las licencias libres
Ártica (ed.)

Propiedad intelectual y derechos humanos


Hacia un sistema de derechos de autor que promueva
los derechos culturales
Beatriz Busaniche

Prensa para la revolución


Comunicación política y de masas en el PRT-ERP y Montoneros
Pablo Carrera y Néstor Denza

La editorial Acme
El sabor de la aventura
Carlos Abraham

Editores y política
Entre el mercado latinoamericano de libros y el primer
peronismo (1938-1955)
Alejandra Giuliani

El exilio de las formas


Alack Sinner, de Muñoz y Sampayo
Pablo Turnes

Santiago Rueda
Edición, vanguardia e intuición
Lucas Petersen

Cartografía argentina de la edición mundializada


Modos de hacer y pensar el libro en el siglo XXI
Daniela Szpilbarg

Las revistas culturales latinoamericanas


Giro material, tramas intelectuales y redes revisteriles
Horacio Tarcus

8≈
Una colección

Editar una colección implica publicar un conjunto de títulos heterogéneos,


reunidos bajo un título, una presentación material y un proyecto común. Se
trata, ante todo, de concebir una serie que sea homogénea, variada y repre-
sentativa; de establecer un criterio común de selección que resitúa autores,
géneros, disciplinas y tradiciones. Desde esta perspectiva, la colección Sen-
tidos del Libro puede definirse como una colección sobre libros, es decir,
como una decisión editorial que se propone producir un saber meta sobre
el mismo objeto que el editor ofrece a sus lectores e indagar la multiplicidad
de funciones, apropiaciones, formas de circulación y afectos ligados al libro,
designación también plural para lo que es, a la vez, un objeto, un soporte,
un valor cultural, un capital y una problemática teórica. Sobre el fondo de
un catálogo que recupera las manifestaciones de fenómenos como el rock,
las luchas por la memoria, las disputas de género, la contracultura y el punk,
el perfil de la colección Sentidos del Libro se recorta con nitidez, pero no
sin diálogos. Ella reúne trabajos que indagan en la Argentina de los últimos
cien años las diversas problemáticas que atravesaron al mercado, al editor,
a la edición popular y los públicos lectores. De este modo, historizan un
estado actual del campo, interpelado por aquellos proyectos editoriales del
pasado que, con diversas estrategias, se propusieron democratizar la cultura.
Sentidos del Libro ofrece perspectivas y archivos a partir de los cuales en-
tender la edición contemporánea, a la vez que ilumina la centralidad de la
práctica editorial para la constitución de la cultura nacional. En la selección
y difusión de ciertos conocimientos, un catálogo prioriza períodos, autores,
perspectivas y objetos, a partir de los que esboza un proyecto de sociedad.
Asimismo, organizar una colección implica establecer redes, lazos con
autores, prologuistas, traductores, críticos e investigadores. Sentidos del Li-
bro es, en este aspecto, un testimonio del estado actual de los estudios sobre
el libro, la lectura y la edición, que han tomado impulso en los últimos años.
Podemos esperar que, con el desarrollo de futuras investigaciones, sin duda
alentadas por esta colección, Sentidos del Libro incorpore a los saberes que
promueve nuevas problemáticas, algunas de ellas ya inscriptas en el catálo-
go general de Tren en Movimiento: la edición a escala latinoamericana, las
prácticas editoriales premodernas, el cruce de las ciencias sociales con otros
enfoques provenientes de los estudios de género, pero también de la historia
del arte, la literatura, la traducción, el periodismo o la bibliotecología.

Ana Eugenia Vázquez


Universidad de Buenos Aires-CONICET

≈9
Escribir, corregir, editar

10≈
Primera estación

Cursaba la carrera de Edición —carrera particular en la que coin-


ciden estudiantes de trayectorias, intereses y edades diversas— y
las conversaciones recurrentes entre compañeros giraban en tor-
no a la necesidad de desarrollar —desde la academia y desde la
práctica— un espacio para reflexionar e investigar sobre el cam-
po editorial que considerábamos bastante invisibilizado. Como si
los actores vinculados con el libro fueran solo los autores, cuando
hay todo un proceso (artístico, económico, político, social) en la
realización de lo impreso. Y ese espacio de exploración implicaba
también la expectativa de materializar una producción a través de
libros, algo que en definitiva era inherente a la carrera.
De modo que en 2010 me sumé al proyecto que se venía ges-
tando y que tenía como referentes a Alejandro Schmied y a Tomás
Manoukian, en el marco de un proyecto mayor que era la editorial
Tren en Movimiento. Una editorial punk, como me dijo Alejan-
dro una tarde en un bar.
Creo que mi texto Escuchen, lectorcitos, originalmente una mo-
nografía producida en un seminario de literatura infantil orienta-
do a estudiantes de Letras y de Edición, sirvió como empujón para
el vagón del tren que sería Sentidos del Libro.
En este caso, me desligué de las tareas de corrección, edi-
ción y diseño que estuvieron a cargo de Tomás y de Alejandro,
y acepté las sugerencias que me formularon, entre ellas borrarle
las marcas de su origen monográfico, precisar algunos puntos y
no sé si mucho más. Creo que propuse agregar un glosario. Una
gran idea de Alejandro fue la de incluir en el diseño de tapa la
obra Eva Perón y la mamá de Juanito en su último paseo, del artista
plástico Daniel Santoro a quien le pedimos una autorización que
concedió de inmediato.
Pero uno de los pasos más importantes para convertir ese texto
en libro fue la propuesta de prologarlo que Tomás le hizo a Ale-
jandra Giuliani, docente de la carrera de Edición. Alejandra no
solo tuvo la generosidad de aceptar (la propuesta de unos casi des-
conocidos) sino que además hizo una importante lectura del texto
que influyó en la redacción final. Con su prólogo contextualizó mi
trabajo y ayudó a fijar un rumbo para los siguientes.
De modo que a medida que el proyecto avanzaba íbamos su-
mando a nuevos actores, subiendo nuevos pasajeros al tren. O,
como expresó mejor el editor Arturo Peña Lillo, “en los rincones
más lejanos del país he dado con amigos: aun sin habernos visto
nunca sabíamos de nuestra existencia por el mensajes de los libros”.

≈11
Pocos meses después, a comienzos de 2011, en el marco de una
entrevista sobre otro libro, conocí a Carlos Abraham. Fue en un
bar (porque gran parte de los encuentros importantes se realizaba
en bares) y Carlos me comentó acerca de su investigación sobre
Tor, una editorial que tal vez por sus características de empresa
orientada a lo comercial, más que a lo cultural, no había recibido
demasiada atención desde la academia. Pero, para nosotros, el de
Carlos era un trabajo imprescindible que, sin dudas, debía inte-
grar la colección.
Habíamos pensado que los lectores de Sentidos del Libro po-
dían tener un perfil común relacionado con el mundo de las letras,
la edición, la bibliotecología, pero también un perfil diferenciado
según la temática de cada título: más vinculado a la política, o al
diseño, a la historia o a cierto género literario… Y para que los
posibles lectores supieran de la existencia de los libros una opción
era, con todas las complejidades que implica, acceder a los me-
dios de comunicación. Decidimos difundir el libro de Abraham
profesionalmente y la tarea de prensa estuvo a cargo de Amelia
Lafferriere. También fue Amelia quien nos vinculó con Horacio
González, entonces director de la Biblioteca Nacional, a quien le
solicitamos que prologara La editorial Tor. Pensamos en él para esa
tarea porque además de su relieve como intelectual sensibilizado
con lo popular, conocía el oficio de editar. Para nosotros fue una
gran satisfacción que accediera a sumarse al proyecto que, con el
segundo título, empezaba a convertirse en la colección Sentidos
del Libro.
Silvia Urich
Editorial Museo Archivo Raggio

12≈
Escuchen, lectorcitos nos ofrece la oportunidad de caminar
por la senda de los libros del primer peronismo. En una época
en que la producción editorial se expandía, este trabajo inter-
preta que la Biblioteca Infantil General Perón (BIGP) fue una
empresa cultural originada en el Estado peronista; y que uno
de sus objetivos era contribuir con el proyecto socio-político
que se estaba desplegando. Se trata entonces de una inves-
tigación que debe girar alrededor de las relaciones entre edi-
ción y política. Nos permite contextualizar la BIGP en tanto
instancia y parte de un proceso cultural y político más abarca-
dor: el de un gobierno que confrontó con sectores tradiciona-
les poderosos en la construcción de símbolos colectivos, que
trabajó por la hegemonía desde un abanico de espacios cultu-
rales, entre ellos, el de los libros.
Alejandra Giuliani Escuchen, lectorcitos
La Biblioteca Infantil
General Perón

Silvia Urich

96 pp., 12x18
ISBN: 978-987-25550-3-0
1ra edición, 2010

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Una apuesta por la memoria

Conocí la editorial Tren en Movimiento en el ya lejano año 2011,


cuando me reuní con Silvia Urich en un café de Buenos Aires para
dialogar sobre su obra, ya que en esa época yo trabajaba en una
historia de la literatura argentina de terror (la cual quedó aplazada
por otros proyectos: si Cthulhu es propicio, verá la luz en un fu-
turo no muy lejano). Me comentó que ella, Alejandro Schmied y
otros amigos habían iniciado una colección llamada Sentidos del
Libro, dedicada a ensayos sobre el mundo de la edición. Recordé
entonces que había investigado largamente sobre la editorial Tor,
tanto a través de la compilación de índices de sus numerosas co-
lecciones como de entrevistas a sus responsables. Y surgió, en el
decurso de la charla, la propuesta de volcar esas investigaciones
en un libro.
Mi primer aporte a la colección fue, por lo tanto, La editorial
Tor: medio siglo de libros populares (2012). Se trató del rescate de
una empresa olvidada por la historiografía: ni en los libros sobre
el mundo cultural argentino ni en Internet se hablaba de ella con
un mínimo de detalle. Lo cual era una laguna imperdonable ya
que fue nuestra editorial más prolífica, con más de 10 000 títu-
los publicados, a los que se deben agregar unos 2000 números de
revistas. Como dije en el libro, hacer un panorama de la edición
argentina sin incluir a Tor era como hacer un tratado sobre las
revistas argentinas omitiendo a Caras y Caretas.
El lectorado que tuve en mente fue tanto el ámbito académico
como el de los coleccionistas, además (por supuesto) del público
que, más allá de rótulos, está interesado en la historia de nuestra
literatura. Por ello traté de combinar un abordaje riguroso y ex-
haustivo del tema con un estilo claro y ameno. En otras palabras:
mi objetivo fue un texto que tuviera la precisión de una monogra-
fía o de una tesis, pero que a la vez resultase grato a quien recorría
sus páginas, incitándolo a la relectura.
Hubo, luego de su redacción, un dinámico trabajo de inter-
cambio de ideas con Silvia y Alejandro, a fin de que se ajustase a
las líneas de la colección. Por ejemplo, el añadido de un glosario al
final del libro a fin de clarificar ciertos términos (como digest, pulp,
paperback y rústica) a los lectores no especializados, la especifica-
ción concreta de las dimensiones de las publicaciones de Tor (en
centímetros de alto y de ancho), y detalles de la metodología de las
referencias en las notas a pie de página.
Ese primer trabajo tuvo mucha difusión. Aparecieron reseñas
entusiastas en periódicos y hubo una presentación con mucho

14≈
público en la Biblioteca Nacional (Horacio González,
su director en aquel entonces, escribió el prólogo). No
olvidaré una presentación universitaria realizada ante
los alumnos de la carrera de Edición, donde luego de
improvisar un panorama de Tor respondí las preguntas
de los oyentes y Silvia realizó una excelente exposición
en powerpoint sobre las tapas de las diversas colecciones
de la empresa. La tirada se agotó y, cuatro años des-
pués, hubo una reedición ampliada, que no solo tenía
un formato mayor y numerosos agregados en el texto,
sino que contaba con un dossier en papel ilustración
y a color con una amplia selección de las fascinantes
tapas dibujadas por Luis Macaya, Ricardo Palau, Mo-
rales Gorleri y otros artistas, lo que no solo rescataba
la historia de la editorial sino también la obra de esos
ilustradores injustamente olvidados (tanto por la desa-
tención crítica como por el hecho de que, a causa del
paso del tiempo y de la falta de cuidado por parte de los
lectores, perduran muy pocos ejemplares de los libros
en que figuraron sus creaciones).
Al año siguiente, presenté a Alejandro otro proyec-
to de rescate de nuestra historia literaria. Se trató de
Las revistas argentinas de ciencia ficción (2013). La ciencia
ficción es un tema que siempre me apasionó, ya que formó parte
de mis lecturas desde la infancia. Y no solo de mis lecturas: por
aquellos años solía ver el ciclo Sábados de Super Acción, cuyas
emisiones incluían tres o cuatro películas, y siempre estaba a la
expectativa de que alguna de ellas fuera de ciencia ficción. Es un
género que no ha sido estudiado con el detalle que merece en
nuestras historias literarias, y por ello consideré que era necesario
un estudio serio y minucioso. Como el ámbito hemerográfico ha
sido esencial en la ciencia ficción, me decidí por un panorama de
las revistas argentinas consagradas a ella. Tuve el placer de que
Alfredo Julio Grassi, director de Centuria (1946) y de Pistas del Es-
pacio (1957-1958), fuera el autor del prólogo. Como en el caso del
libro anterior, hay una versión ampliada en ciernes, que contará
también con un dossier a color con imágenes de las tapas. Tengo
esperanzas de que aparezca una vez que haya concluido la presen-
te epidemia, que ha dañado tanto los proyectos editoriales.
Hubo también un proceso de intercambio de ideas con los edi-
tores, luego de presentado el texto, aunque fue menos prolongado
que el ocurrido con el libro anterior debido a que ya conocía las
pautas de la colección. Hubo propuestas que acepté, como la de
insertar el índice de relatos de la revista Hombres del Futuro den-

≈15
tro del capítulo correspondiente y no como una sección aparte, y
otras que no, como la de reducir el capítulo dedicado a la nonata
Fantasía y Ciencia Ficción a una nota al pie, debido a su importancia
histórica y a la abundancia de datos sobre la misma, que contri-
buían a iluminar los procesos contemporáneos de creación de una
revista. El diálogo entre autor y editor, como han enseñado las
memorias de Isaac Asimov relativas a su vínculo con John Camp-
bell Jr, es esencial en la cristalización de un libro.
Varios lectores del volumen sobre la editorial Tor me señala-
ron que era necesario redactar una historia de similar envergadu-
ra sobre otra clásica editorial argentina: Acme. Creo que no hace
falta presentarla, ya que los entrañables libros de tapas amarillas
de la colección Robin Hood son parte de la memoria colectiva
de todos los argentinos, y de buena parte de los latinoamerica-
nos. Fue así que publiqué La editorial Acme: el sabor de la aventura
(2017). Se trata de una de las obras cuya escritura me dio más
placer. Fue como dialogar con amigos de toda la vida, ya que los
libros de colecciones como Robin Hood, Centauro, Rastros y Pis-
tas han estado junto a mí desde que tengo uso de razón. En un
paso adelante con respecto a los anteriores volúmenes, contó con
un apéndice dedicado a los índices de las principales colecciones
de la empresa, lo que resulta un instrumento útil tanto para el
académico como para el coleccionista.
Un punto que Silvia, Alejandro y yo consideramos relevante
para Sentidos del Libro fue el mantenimiento de una línea en la
elección de las imágenes de las tapas. El volumen sobre Tor pre-
sentaba a un pistolero apuntando al frente, como si estuviera listo
a disparar al lector. Por lo tanto, Las revistas argentinas de ciencia
ficción empleó una imagen tomada de la revista Más Allá, donde
un extraterrestre apuntaba con su cámara, como si se preparase
a tomar una foto al observador, y La editorial Acme: el sabor de la
aventura presentó un espadachín dando una estocada también al
frente, hacia un imaginario enemigo. Es decir, las tres coinciden
en el contacto directo e impactante con el observador. En la rup-
tura de la tercera pared, como se dice en el cine.
La colección ha tenido cambios en su formato. En un princi-
pio era de bolsillo, apropiado para ensayos breves. Con el paso del
tiempo se optó por uno mayor, debido a factores como la escritura
de ensayos más extensos, las solicitudes del público en aras de una
lectura más cómoda y, sobre todo, la incorporación de dossiers con
imágenes de las tapas, cuya eficacia visual hubiera sido disminuida
por el formato previo. Ello redundó en una colección de tamaño
manejable y, al mismo tiempo, con el suficiente espacio de página
para contener sin desmedro el material visual.

16≈
¿Cuáles son los proyectos futuros? Además de la mencionada
reedición ampliada de Las revistas argentinas de ciencia ficción, tengo
en mente un libro provisionalmente titulado Editoriales populares
argentinas, que abordará la historia de cinco empresas de la era de
oro de la edición local: Calomino, Difusión, Anaconda, Muchnik
y Malinca. Considero que será un paso importante en el rescate y
puesta en valor del enorme pasado editorial de nuestro país.
Para finalizar, y si se me permite un juego de palabras, debo decir
que Sentidos del Libro es una colección que está haciendo historia.
No solo por realizar una labor de investigación, sino también por-
que está dejando su huella. Sus diversos autores, entre los que tengo
el honor de haber sido incluido, han hecho un aporte trascendente a
un sector de los estudios literarios que había sido tradicionalmente
dejado de lado: las editoriales. La ensayística siempre había aborda-
do la literatura desde el punto de vista del autor, a lo que se sumó,
a partir del desarrollo de la Estética de la Recepción, la considera-
ción del rol del lector (pienso, por ejemplo, en los trabajos de Roger
Chartier). Sin embargo, quedaba desatendido un rol crucial, el del
editor, nexo entre el autor y el lector. Sentidos del Libro es un in-
menso aporte en la larga tarea de subsanar esa laguna crítica.

Carlos Abraham

La investigación de Carlos Abraham sobre la editorial Tor


nos depara una sorpresa estimable y duradera. Conocida
por miles de lectores, y aun perdurando en el recuerdo de
los lectores de cierta generación ya madura, no había donde
poner a esta pantagruélica empresa editorial, en términos
estrictamente críticos, en el cuadro de la historia cultural
argentina. Gran maquinaria succionadora que tiene un lado
legal y un lado apócrifo la editorial tenía todos sus tentácu-
los absorbentes dirigidos hacia los grandes géneros que ya
constituían las categorías que precintaban al público lector:
las aventuras de la selva, el policial clásico, la filosofía uni-
versal, la historieta, los libros malditos. Se completa, repenti-
namente, como si en manos del lector cayera un cromo que
La editorial Tor
parecía inhallable pero que estaba a la vista, para colmar el Medio siglo de libros populares
panorama complejo de una cultura emanada de una imagi-
nería que colocaba mitos arcaicos y modernos en rotativas
industriales, ya que no extinguida, continuada hoy a tra- Carlos Abraham
vés de procesos, métodos y designaciones muy diferentes.
256 pp., 14x22
Horacio González ISBN: 978-987-2765-41-5
1ra edición, 2012
2da edición, 2016

≈17
Las revistas argentinas de ciencia ficción no solamente llega
para llenar un imperdonable vacío en la historia del género
dentro de la historia de la cultura nacional, sino que crea per-
files nuevos para la investigación de una noble actividad voca-
cional, que para muchos de nosotros constituye mucho más
que un brillante anticipo y se transforma en una cálida espe-
ranza de recuerdos y posibilidades.
Así, sea bienvenida la presente obra, que desbroza el
camino para la gestión de una vigorosa escuela de investiga-
ción medulosa y bien fundamentada, muy necesaria para el
conocimiento de nuestra personalidad cultural como pueblo
y nuestra proyección hacia el futuro. Y le auguramos el mere-
cido éxito editorial al excelente escritor, destacado poeta y
cabal investigador que ha osado emprender semejante tarea
Las revistas argentinas de ciclópea como es rescatar nuestras raíces intelectuales y sal-
ciencia ficción varlas de la desaparición y el olvido.
Alfredo Julio Grassi
Carlos Abraham

Acme fue una de las principales empresas editoriales argen-


288 pp., 18x12
tinas del siglo XX, con una ingente producción en campos tan
ISBN: 978-987-27654-7-7
1ra edición, 2013 diversos como la ciencia, la divulgación científica, la literatura
policial, la narrativa de aventuras, la ciencia ficción, el western,
la novela rosa, la literatura infantil y la historieta.
Su creación más recordada es la entrañable colección
Robin Hood. ¿Quién no leyó en su niñez esos bellos libros de
tapas amarillas, cargados con aventuras, amores y misterios?
¿Quién no deseó llenar los anaqueles de su primera biblioteca
con todos los volúmenes que aparecían en los extensos lista-
dos de las contratapas? Sin lugar a dudas, ha sido la colección
juvenil más importante que se haya publicado en nuestro país,
y perdura en la memoria de innumerables lectores.
Este libro, luego de una historia de la literatura popular
argentina, realiza un completo recorrido por la trayectoria de
la editorial Acme, analizando sus numerosas colecciones de
libros y revistas, incluyendo entrevistas a sus responsables y
agregando un valioso complemento consistente en un dossier
La editorial Acme con imágenes a color de las vistosas tapas que tan célebres
El sabor de la aventura volvieron a sus libros.

Carlos Abraham

256 pp., 14x22


ISBN: 978-987-3789-27-4
1ra edición, 2017

18≈
La indispensable tarea
de enriquecer el debate
sobre la propiedad intelectual

Amar los libros, respetar a los autores, dialogar con ellos y cuestio-
nar el sistema vigente de propiedad intelectual no significa ningu-
na contradicción, más bien todo lo contrario. Sentidos del Libro
asumió el desafío de volcar en sus páginas trabajos disidentes y
muchas veces marginados del debate sobre la edición y la circula-
ción de libros. Sentidos del Libro se animó a reconciliar aquello
que jamás debería considerarse enfrentado: el acceso y la partici-
pación en la cultura con los derechos y el respeto por el trabajo de
autores y autoras.  
Integrar el trabajo sobre Derechos Humanos y Propiedad Inte-
lectual a esta colección supone dar cuenta de una serie de compro-
misos con la creación y difusión de la cultura y no tener miedo a
repensar los modelos hegemónicos que se presentan como los úni-
cos posibles en la producción, distribución y circulación de obras.  
Como nuestra publicación indica claramente, los derechos de
acceso y participación en la cultura y los derechos de autores e
inventores no deberían ser materias irreconciliables, no deberían
estar sujetos a los intereses estrictos del mercado. El tendido de
puentes que hace Sentidos del Libro es indispensable para que en
un futuro no muy lejano nuestro país y, por qué no, nuestra región
puedan dar una discusión seria, profunda y rigurosa sobre las for-
mas de apropiación privada de la cultura reflejadas en los modelos
actuales de la propiedad intelectual. 
Los derechos de autor no son un salario, compartir un libro
no es robar, escanear una publicación y distribuirla a quienes no
pueden comprarla es un acto de justicia, no solo para quien juega
el rol de lector, sino especialmente para sus propios autores.  No.
No hay contradicción ni robo en compartir cultura.  
Sentidos del Libro nos ayuda a deconstruir algunas de las fór-
mulas maniqueas con las cuales se ha pretendido poner en veredas
diferentes a lectores y autores, a estudiantes y editores. No es blan-
co y negro el debate sobre el acceso a la cultura y el derecho de
autor. La libre circulación de una obra no implica un ataque a los
autores ni mucho menos. Así como el reconocimiento de los dere-
chos morales y materiales que le corresponden como trabajadores
de la cultura no son derechos absolutos, son derechos que es me-
nester identificar y explorar formas alternativas de ejercerlos. 

≈19
El derecho de autor no es un derecho absoluto y la construc-
ción que se pretende muchas veces imponer sobre la necesidad de
un sistema estricto de restricción de copias y acceso como única
estrategia válida para lograr una vida digna es una indigna fanta-
sía.  El debate maniqueo nos trajo hasta aquí. A posiciones enfren-
tadas, a miradas dogmáticas, a la imposibilidad de pensar juntos
un sistema más justo de equilibrio de derechos. 
Lo peor que le puede pasar a un autor no es que lo fotocopien,
lo escaneen o lo suban a Internet. Lo peor que le puede pasar a un
autor es el olvido.  
En eso, Sentidos del Libro contribuye a repensar la edición,
la aventura de leer, escribir, editar y compartir. ¡Gracias Tren en
Movimiento!  
 
Beatriz Busaniche 
Universidad de Buenos Aires

El origen de los capítulos de este libro son las clases del curso
online “Arte y cultura en circulación: introducción al derecho
de autor y las licencias libres” organizado en conjunto por Árti-
ca, Creative Commons Argentina, Fundación Vía Libre y Libre-
Bus Cono Sur, entre setiembre y octubre de 2012. El #curso-
librebus fue un curso online masivo y abierto que tuvo lugar
simultáneamente en el sitio web de Ártica, en Twitter, en los
blogs de los docentes y alumnos, por e-mail, en conferencias
vía streaming y también sobre ruedas, ya que fue un proyecto
paralelo al recorrido del LibreBus Cono Sur 2012.
Después de unos meses y ya en casa, con el curso termina-
do, nos decidimos a compilar las clases en forma de libro, con la
expectativa de que cualquier persona, haya participado o no del
Arte y cultura en circulación curso, tenga una referencia para entender la dinámica actual de
Introducción al derecho de
los derechos de autor en relación al arte y la cultura “en circula-
autor y las licencias libres
ción”: la que se copia, pega y comparte a través de la red.

B. Busaniche, M. Fossatti,
J. Gemetto, E. Heidel, L. Pagola

102 pp., 12x18


ISBN: 978-987-27654-9-1
1ra edición, 2013

20≈
¿Cómo compatibilizar el derecho de autor con el derecho de
acceso y participación a la cultura que promueven y protegen
diversos instrumentos de derechos humanos? La autora argen-
tina Beatriz Busaniche aborda esta cuestión a través de un
estudio pormenorizado de los principales pactos de Derechos
Humanos y tratados internacionales de propiedad intelectual.
Adopta una perspectiva histórica para mostrar las discusiones,
sumamente vigentes, que tuvieron lugar durante las negocia-
ciones para incluir los derechos culturales en los instrumentos
de derechos humanos. Analiza las tensiones entre el marco
normativo de derechos humanos y los tratados comerciales.
Brinda claves y propuestas para la construcción de una ley de
derechos autorales que promueva el ejercicio de los derechos
culturales. Propiedad intelectual
y derechos humanos
Hacia un sistema de derechos
de autor que promueva los
derechos culturales

Beatriz Busaniche

112 pp., 14x22


ISBN: 978-987-3789-20-5
1ra edición, 2016

≈21
Recorrido hacia la colección

Nuestro libro llega a la colección de la mano de Alejandro Schmied,


al que conocimos por recomendación de Graciela Daleo, quien fue
nuestra correctora. Cuando comenzamos las conversaciones con
Alejandro fue él quien nos comentó de la existencia de la colección
y la posibilidad de incluirlo en ella. Al poco tiempo nos pusimos en
contacto con la colección (fundamentalmente por internet) y nos
pareció pertinente la inclusión de nuestro libro en ella. Hoy tengo
varios libros de la colección y he regalado otros tantos.
Los títulos de la colección son bastante diversos, aunque man-
tienen una identidad. Visto en retrospectiva, nuestro libro hizo un
muy buen recorrido y parte del mismo seguramente tiene que ver
con la pertenencia a esa colección, la que no conocíamos antes de
nuestro primer contacto con Alejandro.
Nuestro primer encuentro con él fue en el bar La Academia en
la calle Callao, esa tarde le comentamos la temática del libro y lue-
go le enviamos por mail el archivo. A partir de ahí comenzaron una
serie de reuniones y llamados para ir definiendo aspectos centrales
de la edición; nosotros estábamos muy interesados en que el libro
contara con muchas imágenes y eso fue algo que debió ser analizado
y comentado muchas veces, por motivos de calidad de las imágenes y
otras cuestiones en las que siempre fuimos muy bien asesorados. Tu-
vimos de ahí en más varios encuentros y entregas parciales del diseño
del libro, al ser un libro de dos autores el ida y vuelta se hacía algo
lento ya que algunas sugerencias o modificaciones propuestas había
que acordarlas con mi compañero de escritura. Lo que más puedo
rescatar es que Alejandro hizo del contenido de una investigación,
que demandó cuatro años, un libro, y en eso hay mucho mérito.
En relación a los/las lectores/as que tuvimos en mente, fue
algo que ya habíamos pensado mientras realizábamos la investi-
gación y escribíamos el texto: nuestra intención siempre fue que
el libro pudiera ser leído y captara la atención de aquellos/as que
tuvieran un interés sobre el tema, pero no necesariamente desde
el lugar de especialista, es decir que el libro pudiera ser leído por
un público lo más amplio posible, aunque entendíamos que era
una investigación sobre una temática muy específica. No sé si lo
logramos, porque los libros una vez editados tienen una vida pro-
pia, pero nos quedamos muy conformes con el contenido y con el
“objeto libro” que hicimos entre todos.
Pablo Carrera
Profesor de Historia (I.S.F.D. N°41) - Licenciado en Historia
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

22≈
Una experiencia de escucha,
discusión y respeto

Llegamos a Tren en Movimiento por recomendación de un co-


nocido de Pablo que tiene un trabajo relacionado con la venta
de libros. Nosotros estábamos buscando editor y nos pareció una
propuesta interesante apenas pudimos observar los catálogos por
internet. En mi caso, no conocía la editorial y tampoco había leído
un libro publicado por la misma.
Con respecto al contacto con el editor, tuvimos un par de lla-
mados telefónicos y luego le llevamos el material (allí pudimos
observar la colección en profundidad y además apreciar la calidad
de los libros editados, tanto desde lo temático, como en el trata-
miento del libro como objeto). Nos pareció muy seria la forma de
presentar el trabajo.
En otro encuentro, y ya con el material leído por el editor, tu-
vimos una charla sobre el sentido del libro (discusiones políticas
mediante) que llegó a buen puerto, a mi entender, en el sentido de
sentirnos respetados por la esencia de lo que queríamos contar, en
tanto libro histórico, y a su vez, hacernos las sugerencias y críticas
convenientes desde su punto de vista. Hubo varios aportes que con-
sideramos muy importantes a la hora de terminar de escribir el libro.
Una de las cosas que más rescato es la sensación de ser escu-
chados y respetados. También, la charla con el editor nos permitió
vislumbrar, a mi entender, la importancia de pensar hacia quién iba
dirigido el libro. Si bien siempre tuvimos en claro que el objetivo
era una escritura sencilla y lo más clara posible para que pudiera
ser accesible a lectores no tan experimentados con la temática, las
conversaciones con el editor y su orientación nos sirvieron para or-
denar mejor algunas cuestiones del desarrollo del libro. Por otra
parte, nosotros llegamos a Tren en Movimiento con el libro ya casi
terminado y recuerdo que una de las cosas en la que coincidimos
con Pablo al evaluar esas primeras charlas era que, para otra opor-
tunidad de escritura, debíamos trabajar con un editor desde un co-
mienzo porque nos convencimos que esos aportes resultan suma-
mente enriquecedores para el proyecto en cuestión. En definitiva,
una experiencia provechosa que además tuvo un buen final, porque
la calidad de la edición se correspondió con las expectativas.

Néstor Denza
Docente en escuelas secundarias de Florencio Varela
Miembro de la Lista Marrón del Suteba en la misma ciudad

≈23
La historia de la prensa está indisolublemente ligada a la batalla
por la construcción de sentido. Lo que las sociedades humanas
elaboran en el mundo material tiene su correlato en diversas
interpretaciones, atadas a los múltiples puntos de vista que sur-
gen de los distintos intereses de los sectores en disputa. Toda
apuesta comunicativa es en sí misma una forma de intentar alte-
rar el estado de las cosas tal cual están en un momento dado.
El contar la realidad supone la formidable tarea de reinventar-
la, de transcribirla. Para hacerlo hay que idear una estrategia,
un recorrido en el que se pueda pensar cómo irrumpirá en el
lector/enunciatario aquello que desde la enunciación se inten-
ta sostener. Ese acto mismo es ya una intromisión de nuestra
voz entre la realidad y aquel que quiere comprenderla. Hay una
Prensa para la revolución sutil violencia simbólica que puede ser expresada de diversas
Comunicación política
maneras, con distintos recursos y con muy disímiles objetivos.
y de masas en el PRT-ERP
y Montoneros Entendiendo el peso de lo simbólico y concibiendo a la prensa
como una manera de construir significados (en tanto herramien-
ta de lucha), encaramos esta investigación que nos lleva hacia
Pablo Carrera las diferentes experiencias de prensa escrita que desarrollaron
y Néstor Denza
las organizaciones político-militares: Partido Revolucionario de
los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo y Monto-
320 pp., 14x22 neros. Nos proponemos abordar las diferentes maneras de ver
ISBN: 978-987-3789-21-2 la realidad y la forma de contarla en un período en el que las
1ra edición, 2016 posibilidades revolucionarias imponían la obligación de plantear
una lucha en varios frentes, y el ámbito de las ideas y las repre-
sentaciones fue también un escenario de esa lucha.

24≈
Trabajos compartidos

Editores y política es el resultado de trabajos compartidos para la


transformación de mi tesis doctoral en libro. Como la investi-
gación resultaba de un cruce de tradiciones historiográficas —la
del primer peronismo, la de las corporaciones empresariales y la
del mercado editorial— buscaba alojarla en una serie que ayuda-
ra a leerla en clave de historia política de la edición. Uno de los
lugares ideales era Sentidos del Libro, conocía el proyecto desde
su inicio, Alex Schmied y Silvia Urich me habían hecho parte y
además, había leído y dado a leer sus títulos.
A la vez, trabajando en la formación de editores en la carrera
de Edición y tratando con ellos desde hacía muchos años, tenía en
claro que quería atravesar una experiencia placentera en el proce-
so de edición y en el circuito posterior del libro. Para ello, sin duda
una condición era que el editor se entusiasmara, como lo hizo
Alex, que deseara que mi trabajo formara parte de su catálogo,
que no lo postergara para más adelante, que asumiera un liderazgo
activo guiándome para lograr un original acorde a su colección.
Otra condición —dado que, como sabemos, la inscripción de un
libro en un catálogo es una decisión política de la editorial— era
que el editor aceptara un estudio histórico cuya perspectiva no era
condenatoria del peronismo. Alex se diferenció de algunos de sus
colegas y omitió todo juicio en ese sentido.
Editores y política es uno de los episodios en una relación de
años. Compartíamos ya clases, seminarios y encuentros académi-
cos, pero no había un compromiso mutuo previo para editar la
tesis. Luego de la defensa pregunté al editor si le interesaba y me
pidió leerla. Después tuvimos varias charlas informales, una que
recuerdo especialmente, en el patio de la Universidad de Córdo-
ba. Cuando leyó el texto completo y tuvo su plan de edición en
mente, nos reunimos formalmente con papeles en mano en un
aula de la Facultad de Filosofía y Letras.
Me comunicó lo que me costaba encarar, que se iniciaba un
arduo trabajo de decisiones de reescritura de meses, y de dese-
char secciones que habían costado tanto escribir, que comunica-
ban aspectos importantes de la tesis. En este punto tuve el me-
jor editor posible: transmitió saber, seguridad, templanza. De
cinco capítulos a diez estudios en ferviente escritura de tres me-
ses, sacando buena parte de la sección historiográfica y las citas
que estaban para ser evaluadas por un jurado. Alex me había di-
cho: “Ahora quien evalúe tu escrito serán todos los otros lecto-
res”. En suma, que debía cambiar el lector implícito y tener en

≈25
cuenta que también cambiarían las finalidades
de lectura.
Pero no era solo acortar, el editor indicó
“una reescritura que favorezca lecturas más
ágiles, más nombres de protagonistas, quiero a
Gonzalo Losada, a Guillermo Kraft, a Antonio
Zamora hechos carne en tu libro… quiero algu-
na nota de color, algún episodio que enganche”.
Y allí fuimos, con segundas, terceras y cuartas, y
con confianza, sintiendo que me estaba ayudan-
do a disfrutar de una nueva escritura sin ser una
escritora. Hubo otras divisiones del trabajo que
fueron tácitas: todo lo que tuviera en común con
los otros títulos de la colección (paratextos, tipo-
grafía, diseño…) eran, desde luego, problema de
Alex (aunque con la tapa me dio a elegir entre
dos posibilidades). Llegar al título del libro fue la
única etapa algo trabada, de mucha ida y vuelta. Además, él insistía
con buscar un prologuista y yo tardaba en decírselo, pero ya lo te-
nía: allí no podía faltar la escritura del editor, su lectura del pasado
de un empresariado que se había sentido exitoso en sus negocios y
arrojado en sus negociaciones con el Estado peronista.
Luego llegaba la feria grande y aún estábamos en la previa a la
imprenta, Alex apuró una primera tanda de ejemplares en impre-
sión digital. Después, al fin a la calle, la presentación colectiva por
invitación de un espacio querido, la feria del Museo Evita; al año
siguiente un brindis en la feria grande y después charlas compar-
tidas con lectores en el stand de la editorial en la FED. Y aún, por
suerte, la seguimos.
Alejandra Giuliani
Universidad de Buenos Aires
Universidad Pedagógica Nacional

26≈
Este es un trabajo sobre el mundo de la edición de libros en
Buenos Aires, entre mediados de la década de 1930 y la de
1950, cuando la ciudad se constituyó en centro del mercado
librero latinoamericano. Estudia ese espacio desde una pers-
pectiva que privilegia las estrategias, las acciones y el discurso
colectivo de los editores, analiza las relaciones políticas que
estos sostuvieron al conformar la primera asociación empre-
sarial por ellos liderada, la Cámara Argentina del Libro (CAL).
Trata de reconstruir las relaciones entre las dirigencias de esa
cámara y diversos organismos estatales que actuaban sobre
el mundo de la economía y de la cultura en general, y de la
edición en particular. Los vínculos precisos que se desarro-
llan, nos transportan a un tiempo en que las características del
mercado del libro eran absolutamente únicas. Es el momento Editores y política
de máxima expresión del libro argentino como industria y de Entre el mercado
latinoamericano de libros
emergencia del fenómeno político que va a condicionar la vida y el primer peronismo
de las siguientes décadas: edad de oro del libro argentino y (1938-1955)
peronismo.

Alejandra Giuliani

288 pp., 14x22


ISBN: 978-987-3789-36-6
1ra edición, 2018

≈27
Para lectores que disfrutan
del ensayo

El contacto con Alex Schmied se hizo a través de Nicolás Mogui-


levsky y Ezequiel García, miembros de Un Faulduo. Yo conocía
sobre todo la colección de gráfica de Tren en Movimiento, y sabía
que editaba otras cosas pero no las conocía en profundidad. La
idea de publicar mi tesis de maestría venía desde hacía varios años
(la había defendido en 2011) pero la editorial universitaria a la
que le propuse no mostró interés y la dejé postergada para otro
momento. No fue hasta 2017 que me puse en contacto con Alex y
él mostró interés para incluirla en la colección Sentidos del Libro.
A mí me pareció bien, dado que la idea de esa colección está más
ligada al ensayo y a la investigación que a la narrativa.
El proceso de reescritura del texto duró alrededor de un año.
Consistió en readaptar el texto (que estaba organizado según cánones
académicos dado que era una tesis) a algo más ensayístico y abrevia-
do. También hubo que elegir un número más limitado de imágenes y
conseguir el permiso de reproducción por parte de los autores (José
Muñoz y Carlos Sampayo) quienes se portaron muy bien y nos per-
mitieron hacerlo. También fue muy generosa Catalina Mejía, la edi-
tora de Salamandra, que publicó en 2016 el tomo integral de Alack
Sinner, quien nos pasó varias imágenes en buena calidad para que las
pudiéramos reproducir. A la entrevista que yo le había hecho a Car-
los Sampayo para mi tesis se sumó una nueva a José Muñoz que fue
exclusiva para el libro. El proceso fue bastante fluido y Alex siempre
fue muy generoso y paciente. La comercialización es un asunto que
maneja él, pero sé que anda feriando y lidiando con las librerías. La
presentación se hizo en el auditorio David Viñas del Museo del Libro
y de la Lengua, anexa a la Biblioteca Nacional.
Sin dudas había un target de un lector relativamente más aca-
démico, aunque la idea es ampliarlo a lectores generales que dis-
fruten del ensayo y de los estudios sobre una obra relativamente
desconocida en Argentina como Alack Sinner. El hecho de tener
disponible una compilación integral de la obra publicada dos años
antes del libro fue una gran ventaja, dado que la idea es dar a
conocer la obra y que los lectores puedan acceder a ella. También
contribuir a un campo de estudios en el cual vengo trabajando
desde hace varios años ya.
Pablo Turnes
Instituto de Investigaciones Gino Germani-
Universidad de Buenos Aires

28≈
Si existiera un modo de exiliarse de las formas de la palabra y
de la imagen caeríamos en el vacío. Entre/tenidos (para reto-
mar la luminosa alocución planteada por José Muñoz) por el
mundo de las ideas y de las cosas, persistimos en el lenguaje
y en el sentido para justificar la existencia. Este libro es la his-
toria de una historieta que agita el drama de lo neutro del len-
guaje historietístico. Si lo real no es representable, la literatura
dibujada rechaza el sometimiento. En esa puja imposible entre
discursos se cuela una obra excepcional que pone en jaque las
viejas querellas en torno a la relación entre literatura y dibujo
pero también entre instituciones y circuitos de legitimación.
Quizá una historieta excepcional como Alack Sinner existe no
tanto para hallar las respuestas sino para descubrirlas. La lec-
tura de Turnes sobre esta obra ilumina el detalle de las nuevas El exilio de las formas
convenciones artísticas, la composición plástica de las nuevas Alack Sinner,
de Muñoz y Sampayo
escrituras, la transformación de los espacios de circulación, las
formas de reconocimiento del género, los cambiantes modos
de re-contar y reinventar aquello que, aparentemente, ya esta- Pablo Turnes
ba dicho o enunciado. El mundo no necesita de la historieta
para sobrevivir y sin embargo la historieta, como objeto de
176 pp., 14x22
amor, seguirá siendo útil para hacer deseable su mentira. Es ISBN: 978-987-3789-25-0
por todo esto que el libro de Pablo Turnes, llega a nosotros (al 1ra edición, 2016
fin), amantes de un lenguaje asediado por su imposibilidad, y
se vuelve de ahora en más, sencillamente imprescindible.
Laura Vazquez

≈29
Sentidos del deber,
sentidos del libro

No soy un especialista en la historia del libro y la edición. Mi


llegada a ese campo de estudio fue una especie de combinación
de sentido del deber (?), casualidad y estímulo. Venía de publi-
car la biografía de Salas Subirat, el primer traductor del Ulises de
Joyce al castellano y, por lo tanto, había tenido necesariamente
que dar algunos pasos en la reconstrucción —hasta entonces no
hecha— de la historia de su editor, Santiago Rueda, y la editorial
que llevaba su nombre. Por lo tanto, alentado también por algu-
nos conocidos, sentía que era una oportunidad que era importante
aprovechar, que no debía abandonar ese camino empezado a tran-
sitar, que tenía que hacerlo (acá juega eso que al borde del ridículo
califiqué como “sentido del deber”).
Pero, por el otro, algunas cuestiones
me disuadían. Primero, que los géneros
que me interesan son sobre todo la bio-
grafía y el ensayo literario, y temía que la
investigación sobre una empresa no me
pudiera dar los elementos anecdóticos y
literarios que necesitaba para darle ese
tratamiento al material. Segundo, que co-
nocía la consolidación y vitalidad que tie-
ne hoy este campo de estudio e intuía que
tarde o temprano esta editorial iba a ser
abordada —es decir, al final, que no había
tanto deber de por medio…—, intuición
que era cierta. Tercero, que ya estaba tra-
bajando en otro proyecto y dudaba si pro-
fundizar en este, que sería una suerte de
spin off de mi investigación anterior.
Finalmente, la aparición de la posibi-
lidad de una beca de la Biblioteca Nacio-
nal resultó el empujón que necesitaba para desempatar y encarar
la investigación en el sentido del libro que quería escribir (es decir,
un ensayo biográfico) si me ocupaba de Rueda.
Fue entonces que empecé a mirar más atentamente a Sentidos
del Libro. Ya conocía la colección (medio de pasada, debo decir)
porque Salas Subirat, el protagonista de mi anterior biografía, ha-
bía publicado algo en Tor y sobre ella había escrito Carlos Abra-
ham. Y también me había cruzado con Alejandro Schmied en un

30≈
mail de la siempre entusiasta Ana Ojeda, que nos proponía que ar-
memos juntos (con él y con algunos más) una reedición facsimilar
de la revista La campana de palo, proyecto sobre el que finalmente
no avanzamos.
Pero, al meterme a investigar a Rueda más sistemáticamente,
el catálogo de la colección se me impuso ya como una necesidad.
El trabajo de Alejandra Giuliani sobre la CAL resultó fundamen-
tal por haber estado Rueda involucrado en varias de sus activida-
des. Algunos datos del detallado libro de Abraham sobre ACME
(de la que fue socio mi “objeto de estudio”) también iluminaron
zonas importantísimas de la narrativa que estaba construyendo.
Por eso, a la hora de publicarlo, desde el principio Tren en
Movimiento fue una opción prioritaria. Estaba claro que Sentidos
del Libro había adquirido un lugar central en el campo de estu-
dios en el que el libro pretendía inscribirse y que “mi” Santiago
Rueda ofrecía claramente una línea de continuidad, en particular
con los dos trabajos mencionados.
Supongo que esa afinidad casi natural —y a que Schmied
conocía (al menos de referencia) mi trabajo anterior— hizo las
cosas fáciles en cuanto a las decisiones de presentarlo y de acep-
tarlo. Ambos sabíamos que mi texto tenía un público con el que
su colección ya había conectado, pero, por otro lado, que el modo
biográfico podía ampliar hacia lectores y lectoras menos especia-
lizadas/os, que pudieran acercarse por la historia en sí, algo que
también se verifica en otros títulos de Sentidos del Libro.
Yo venía de editar con una trasnacional y el cambio fue toda
una experiencia. Por un lado, la cercanía, la familiaridad y hu-
manidad de todo. Por el otro, la necesidad —y convicción— de
involucrarme mucho más en el proceso, no solo en cuanto a estar
más cerca del texto y de algunas decisiones de diagramación, sino,
sobre todo, en asumir un rol activo en la prensa y difusión del
trabajo. El proceso, en ese sentido, fue para mí verdaderamente
transformador.
Otro párrafo merecería el haberlo conocido a Alejandro, pero
eso quedará para el futuro, cuando alguien que lo tenga como “ob-
jeto de estudio” se acerque a preguntar.

Lucas Petersen
Universidad Nacional de las Artes

≈31
¿Cómo diablos a un oscuro vendedor de seguros se le ocurrió
traducir una de las obras capitales del modernismo literario
europeo? ¿Cómo diablos a un editor como Rueda se le ocurrió
publicar esa traducción? Podemos conjeturar que el primer
libro de Petersen [El traductor del Ulises Salas Subirat: la des-
conocida historia del argentino que tradujo la obra maestra de
Joyce] procuraba responder el primero de estos interrogantes.
Pero quedaba por responder el segundo, y para eso había que
explorar quién había sido en verdad Santiago Rueda.
No voy a adelantar ni menos evaluar los contenidos del
libro. Solo decir que acaso su mayor logro resulte la combina-
ción de una mirada curiosa, periodística, con la capacidad ana-
lítica de quien conoce —o se ha preocupado por conocer— el
amplio territorio de la cultura que nos constituye. Quiero decir
Santiago Rueda que una cosa es saber cuándo y dónde inició sus actividades la
Edición, vanguardia e editorial y otra, muy distinta, es explicar qué significaba para el
intuición campo literario argentino que un sello tradujera, desde 1940,
casi toda la obra del escritor bávaro Jakob Wassermann, y que
Lucas Petersen
de esa obra participaran al menos nueve traductores. Cuando
un investigador comienza una tarea de esta envergadura, es
comprensible que se multipliquen las dudas y los temores. Así
176 pp., 14x22 los manifiesta Lucas Petersen en su “Introducción”: “Temía no
ISBN: 978-987-3789-55-7 poder darle la espesura vital ni el abordaje poco culposo entre
1ra edición, 2019
historiografía y ensayo literario que creía que una historia así
podía necesitar”. Esa “espesura” y ese “abordaje” son, en efec-
to, las virtudes sobresalientes que este libro exhibe, y que los
lectores sabrán disfrutar.
José Luis de Diego

32≈
Un largo camino de la tesis al libro

No debe haber ningún proyecto de la colección Sentidos del Li-


bro que haya tomado tanto tiempo desde el momento de decidir
su publicación hasta su efectiva impresión y presentación. Fue
un 29 de diciembre de 2015, a punto de salir de viaje, la primera
vez que le escribí a Alejandro Schmied para ver la posibilidad de
incluir mi tesis sobre el campo editorial contemporáneo en Ar-
gentina en la colección Sentidos del Libro. Recuerdo que esa pri-
mera comunicación fue vía mensaje de Facebook en un impulso
de contacto para ver qué me respondía. Había transcurrido un
año entero desde la finalización y la defensa de mi tesis, y me
parecía que era un buen momento para repensarla a la luz de su
transformación en libro. Conocía bien la editorial Tren en Movi-
miento así como la colección Sentidos del Libro, porque al for-
mar parte del campo de los estudios sobre la edición, era parte de
un espectro pequeño de editoriales (EUDEBA, Fondo de Cultu-
ra Económica y luego Ampersand) que tenían colecciones vincu-
ladas a la temática y de las que yo estaba pendiente. Sin embargo,
por la escala de la editorial, por el contacto directo que tenía con
el editor, y por su inclinación al análisis de procesos contempo-
ráneos y alternativos de la cultura, me pareció que era entre to-
das las opciones, la más adecuada para mi entonces “deseo de
libro” y para un proceso editorial que requeriría mucho tiempo
y trabajo. Por suerte la respuesta de Alejandro fue positiva y de
mucho entusiasmo, y esa impronta de estímulo continuó en los
años siguientes, en donde el trabajo de la reescritura, la edición
y la corrección se vio interrumpida en distintos momentos por
viajes, una estancia en el extranjero y la llegada de mi hija Sara.
Hasta el momento de mi primer contacto con la editorial,
había leído el libro de Carlos Abraham sobre la editorial Tor y
un libro de Beatriz Busaniche, sumado a que en el transcurso del
periodo de preparación y reescritura del libro aparecieron los
libros centrales de Alejandra Giuliani y de Lucas Petersen que
también pude leer y disfrutar. Desde el comienzo, y por mi obje-
to de estudio ultracontemporáneo, me parecía que esa colección
era la que más activamente estaba tomando “la posta” en cuanto
a la publicación de libros de investigación sobre el mundo del li-
bro en la actualidad, y centrado además en los estudios editoriales
desde la perspectiva argentina, latinoamericana, desde un pun-
to de vista que problematizaba y relacionaba constantemente la
producción editorial con lo político-social, mirada que me pare-
cía apropiada para mi objeto de estudio y su análisis sociológico.

≈33
Si bien ingenuamente pensé que el proceso de
edición de un libro era algo simple, el tiempo que
transcurrió entre mi primera reunión con Alejan-
dro para discutir y mirar el libro y posibilidades de
índice, fue de casi cuatro años: cuatro largos años
en los cuales definimos, al principio que el libro
tendría cuatro partes, pero donde las decisiones
editoriales acerca de qué hacer con los extensos
pasajes teóricos y metodológicos, así como con
la posibilidad de incorporar un “Epílogo desde el
presente” fueron parte de discusiones, idas y vuel-
tas y sugerencias de Alejandro para que, si bien el
texto estuviera situado en su periodo de análisis,
tendiera puentes analíticos con el presente.
En cuanto a la relación con otros libros de la co-
lección, considero que como Sentidos del Libro se
centra en los procesos editoriales con un fuerte én-
fasis en su consideración como objetos de relaciones
sociales, lo político-cultural es una primera marca
que recorre y atraviesa los distintos libros. Sumado a
eso, en la colección coexisten de modo complementario algunas de
las mejores investigaciones realizadas referidas al campo editorial
desde la mirada historiográfica, como el caso de la investigación de
Giuliani, con textos que analizan casos y catálogos editoriales de
manera profunda, sistemática y detallada, como los libros de Peter-
sen y Abraham.
En cuanto al proceso concreto de trabajo con el editor, diría
que llevó su tiempo pensar qué tipo de libro queríamos hacer,
partiendo de la base de que había surgido de un trabajo de in-
vestigación como una tesis doctoral. En ese sentido, tuvimos en
mente que el libro recuperara aportes teóricos para un público
posiblemente interesado e inmerso parcialmente en la temática,
pero definiendo colocar los aspectos metodológicos de manera
anexa, al final del trabajo, para no detener la lectura del libro,
pero que este enfoque estuviera disponible para aquellos investi-
gadores e investigadoras que recurrían al trabajo y querían cono-
cer cuáles habían sido las decisiones metodológicas y el trabajo
con variables e indicadores.
El trabajo de edición comenzó con algunas reuniones y con-
versaciones con Schmied, en las cuales delineamos las “partes” del
libro, y luego un intenso trabajo de reescritura, que en una pri-
mera instancia fue corregido por un colaborador de la editorial.
En cuanto a la última parte del proceso, definimos la imagen de
portada y el título, previo barajar listas infinitas de opciones. En

34≈
todo momento, destaco el interés, acompañamiento e involucra-
miento de Alejandro como editor, su disposición y su estímulo
para la conclusión de este proyecto.
Daniela Szpilbarg
CIS-CONICET/IDES

El libro presenta diversos procesos ocurridos en el campo edi-


torial argentino desde fines de la década del 90 y se interroga
por los fenómenos de concentración de empresas y las con-
secuencias que los mismos provocaron en las dinámicas del
sector. Se trata de un tema que presenta una actualidad insos-
layable en términos de la relación entre el Estado y el mercado
del libro y que propone un nuevo desafío para nuestros días.
Vaya paradoja, que los estudios sobre el libro y la edición
(no apenas en Argentina) se hayan consolidado como espe-
cialidad académica tan recientemente. Signo vacante, huidizo,
latente, su escudriño por un centenar de investigadores dina-
mizó un espacio que colaboró en la renovación de las cien-
cias sociales y humanas en la Argentina de la última década.
Una perspectiva totalizante, relacional, procesual, estructural. Cartografía argentina de la
Todo ello lo expresa la intención de Szpilbarg de construir “un edición mundializada
estado del campo editorial” argentino entre finales de los años Modos de hacer y pensar el
1990 y el presente. Por ello indaga funciones del libro y la edi- libro en el siglo XXI
ción; formas de producción, circulación y apropiación; escalas
múltiples entre lo local y lo global. Los editores y editoriales Daniela Szpilbarg
tratadas residen en Buenos Aires, pero su dinámica es anclada
en un mercado de escala nacional que solo se comprende por
relaciones de interdependencia con entramados transnaciona- 320 pp., 14x22
les y como variación de procesos internacionales. El lector no ISBN: 978-987-3789-65-6
1ra edición, 2020
tendrá cómo no valorar el enorme esfuerzo de Daniela Szpil-
barg para la construcción de la masa de datos que subyace a
este libro y que, hilvanados de modo coherente y sistemático,
logran algo del efecto de las obras que se tornan referencia
Gustavo Sorá

≈35
Sentidos de lo impreso:
América Latina en sus revistas

Descubrí la colección Sentidos del Libro y a la editorial misma a


partir del hallazgo de La editorial Tor de Carlos Abraham en la Li-
brería De la Mancha hace siete u ocho años. La seguí a lo largo de
los años porque fue tocando tres fibras que tienen que ver con mis
afinidades de lectura (el comic), mi trabajo intelectual (la historia
del libro y la edición) y mi vocación de intervención pública (el
acceso social a los bienes culturales). He citado varios títulos de la
colección en mis trabajos y los he recomendado a becarios y amigos.
El campo emergente de investigación sobre el libro y la edición
está hegemonizado, al menos en la Argentina, por los estudios lite-
rarios. El problema no es solamente que las editoras “políticas” es-
tán fuera del canon, sino que las dimensiones político-intelectuales
de las editoras “literarias” quedan mitigadas. La distinción misma
es problemática: bien podría sostenerse que Sur fue una editora in-
tensamente política y Lautaro un sello que le dio a la literatura un
peso equivalente al que le otorgó al ensayo político. El interés de
Sentidos del Libro, con sus focos puestos en los géneros “meno-
res”, en la cultura popular, la cultura política y la cultura de masas,
está justamente en su voluntad de desplegar una línea diríamos más
“plebeya”, a contrapelo de las perspectivas más circunscriptas al ca-
non literario y sus editores consagrados. Recorriendo un espectro
que va, para decirlo brevemente, de los sistemas literarios a las artes
gráficas, la colección viene promoviendo aquellas perspectivas que
abordan los proyectos y las prácticas editoriales atendiendo a la di-
mensión político-intelectual de la cultura impresa, que vinculan el
despliegue de los catálogos no solamente al campo literario sino
también al universo mundano de las corporaciones empresariales,
las políticas estatales de promoción industrial, las cadenas de dis-
tribución y las estrategias de venta, llegando incluso a descender al
inframundo material de las imprentas, con su rancio olor a tinta y
sus rítmicos traqueteos.
Conocí personalmente a Alex Schmied a mediados de 2019 en
el congreso de investigaciones sobre el anarquismo de Montevideo.
Cuando a fines del año pasado fue madurando en el espacio del Ce-
DInCI el proyecto de una serie de libros sobre revistas latinoameri-
canas que bautizamos América Latina en sus revistas, pensé —por las
razones que expuse más arriba— que bien podía encuadrarse den-
tro de Sentidos del Libro. Cuando le hice llegar a Alex la propuesta
del perfil de la serie y un listado de los primeros títulos, acababa

36≈
de comenzar la cuarentena, de modo que
todos los intercambios fueron por email
y por zoom. A pesar de eso, el diálogo fue
fluido.
Acordamos abrir la serie con un li-
bro de mi autoría, Las revistas culturales
latinoamericanas. El editor me devolvió
el original con toda una serie de marcas,
preguntas, sugerencias, observaciones,
que me sirvieron para devolvérselo en-
riquecido. Normalmente mis editores
han resistido mi obstinación en ofrecer al
lector una bibliografía sistemática y exhaustiva al final de la obra,
de modo que la primera versión que le envié se limitaba a las ci-
tas bibliográficas a pie de página. Pero me encontré con un editor
atípico que me pidió expresamente que repusiera la bibliografía…
También encontré una gran sintonía con el editor en la producción
gráfica del libro cuando buscamos en simultáneo imágenes que nos
pudieran servir para tapa e interiores. Creo que el relevamiento nos
dejó un buen banco de imágenes para usar en los próximos libros
de la serie.
Pensamos en sucesivas capas concéntricas de lectores potencia-
les. En el centro, los estudiosos de los universos impresos, un campo
acotado pero en crecimiento que comprende investigadores, do-
centes y estudiantes de grado y posgrado que provienen de diversas
disciplinas: la historia intelectual, la historia del arte, la sociología de
la cultura, los estudios literarios, la bibliotecología… Dentro de este
núcleo duro hay una franja de editores alternativos de libros y revis-
tas que, a diferencia de los ceos de los grandes conglomerados edi-
toriales, están interesados en lecturas que contribuyan a la reflexión
sobre su propio quehacer. Por fuera de ese núcleo central, es posible
identificar un anillo compuesto por un lectorado universitario más
amplio y menos especializado, que puede sentirse interpelado por
uno u otro título de la serie (críticos culturales, comunicadores, pe-
riodistas, historiadores, sociólogos, politólogos, etc.). En torno de
este último anillo orbita un público lector no necesariamente uni-
versitario para el cual las revistas culturales y/o políticas les han pro-
porcionado vías de acceso a la cultura letrada. Por último, una serie
formada por autores de diversos países del continente y cuyo objeto
excede la problemática argentina mejora las chances de conquistar
ciertas franjas del mercado latinoamericano.

Horacio Tarcus
CeDInCI-UNSAM-CONICET

≈37
Serie América Latina en sus revistas (en colaboración con el
Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de
Izquierdas)
América Latina es un continente de revistas. Su prensa
fue en el siglo XIX una pieza clave en la construcción de esas
comunidades imaginarias que fueron sus Estados nacionales.
De aquella prensa nacieron primero las revistas del romanti-
cismo, más adelante las del movimiento modernista y luego los
magazines populares. En el siglo XX conquistaron la escena las
revistas vanguardistas y a su turno llegaron las izquierdistas, las
universitarias, las feministas, las antifascistas, las antiimperialis-
tas, las literarias... configurando todo un universo revisteril que
venía a proponer y a responder a las demandas de un público
lector creciente y diversificado.
De lo “culto” a lo “popular”, de la literatura y las bellas
Las revistas culturales artes a la política, de los cenáculos masculinos a la irrupción de
latinoamericanas las mujeres en la esfera pública, del mundo adulto a la emer-
Giro material, tramas intelec- gencia de la juventud, de la cultura letrada a la cultura de la
tuales y redes revisteriles
imagen y del papel impreso a la pantalla, nuestras revistas han
recorrido un siglo y medio de vida intensa. América Latina en
Horacio Tarcus sus revistas quiere recoger los estudios que desde las más
diversas perspectivas están dando cuenta de esta dimensión
fascinante del mundo de lo impreso.
160 pp., 22x15
ISBN: 978-987-3789-74-8
1ra edición, 2020 ***

En este primer libro de la serie, Horacio Tarcus reconstruye


el proceso por el cual las revistas culturales latinoamericanas
dejaron de ser meros reservorios de donde exhumar los textos
juveniles o marginales de los grandes escritores, para pasar a
ser reconocidas y revalorizadas como actores colectivos que
jugaron un rol relevante en la construcción de las tramas cul-
turales latinoamericanas. Inscripta en el “giro material” que ha
tomado en los últimas décadas la historia intelectual, la pre-
sente obra invita al lector a recorrer los procesos que impul-
saron el estudio de las revistas desde la dimensión textual a
la material, de la producción a la recepción, de lo individual a
lo colectivo, de lo “alto” a lo “bajo”, de la cultura letrada a la
cultura plebeya, de lo nacional a lo continental y lo internacio-
nal, de lo sustancial a lo relacional y de lo autoral a lo reticular.
Al mismo tiempo, ofrece un repertorio de estrategias y herra-
mientas conceptuales a todos los interesados en descifrar los
códigos del universo revisteril.

38≈
Corregir, reescribir:
tareas de un colaborador

Mi primer acercamiento a la colección Sentidos del Libro fue a


partir del libro de Carlos Abraham, La editorial Tor. Medio siglo de
libros populares. Habíamos formado con algunos compañeros y
compañeras un Proyecto de Reconocimiento Institucional (PRI)
en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA para enmarcar un
poco nuestras inquietudes alrededor de la propiedad literaria y el
copyleft, guiados por nuestra gran amiga Evelin Heidel (Scann).
Como estudiantes, habíamos participado de proyectos sensa-
cionales como el Forofyl y la Bibliofyl, una biblioteca virtual
de apuntes para las carreras de la facultad, impulsada, armada
y gestionada por nosotros mismos. Como grupo en particular,
nos interesaba estudiar la historia de la propiedad literaria en la
Argentina e intentábamos reconstruir las discusiones originarias,
los fallos judiciales por plagio que alentaron la legislación, los
reclamos de escritores que se asomaban a la profesionalización y
se autopercibían como trabajadores. Por supuesto descubrimos
el vasto mundo cultural de editoriales, revistas y libros que da-
ban marco a esos orígenes legales-literarios. Supongo que por
eso me puse a buscar libros que contaran historias de editoriales
y, en paralelo, descubrí el trabajo archivístico y bibliográfico de
Carlos Abraham.
El libro La editorial Tor me fascinó: el trabajo de reconstruc-
ción realizado por Abraham, los datos, las anécdotas… A las sema-
nas estaba leyendo Las revistas argentinas de ciencia ficción, también
de Abraham, y descubriendo la colección Sentidos del Libro. Me
sorprendió gratamente saber de la existencia de estos libros y otros
de la colección: el vasto universo de los proyectos editoriales, de
editores y editoras, de las publicaciones periódicas en nuestro país
precisaba que alguien tomara el guante y comenzara a organizar
un posible abordaje heterogéneo y sostenido.
Un tiempo más tarde, por las vueltas de la vida cultural, termi-
né realizando un primer trabajo en colaboración con Alejandro S.,
editor de Tren en Movimiento, para el libro colectivo Voto electró-
nico. Una solución en busca de problemas. La compilación fue realiza-
da por Beatriz Busaniche, de Fundación Vía Libre, y a mí me tocó
editar los textos, trabajar las presentaciones de los autores, revisar
la recopilación.
Esas idas y vueltas con Alex me hicieron conocer, a través de
charlas y correos, los criterios y las preguntas que guiaban a la edi-

≈39
torial y a la colección Sentidos del Libro. Justamente,
creo que una de las propuestas más valiosas de esta co-
lección es cubrir ese bache en la historia cultural nacio-
nal relativo al libro como obra colectiva, como nudo de
tensión, como objeto polivalente. Reconstruir la existen-
cia de un proyecto editorial, anotar la vida y obra de un
editor, poner nuevamente sobre la mesa discusiones en
torno a la edición, publicación y circulación del libro son
algunos objetivos que van armando esta colección que
cumple diez años. Hasta me animo a soñar en voz alta, en
el marco de un trabajo colectivo e interdisciplinario, con
un mapa de las editoriales que poblaron las librerías en
el siglo XX, década por década, proyecto por proyecto,
catálogo por catálogo.
Por mi parte, participé en la colección a través del
libro Cartografía argentina de la edición mundializada de
Daniela Szpilbarg. Es una obra importante para pensar
el lugar de las llamadas editoriales independientes desde
fines de la década del 90 hasta nuestros días. El trabajo
que me tocó en suerte fue editar el original junto con
Alejandro, en diálogo con la autora. Hubo varias idas y
vueltas, y una lectura profunda para que el trabajo de te-
sis de Szpilbarg se volviera libro para todos y todas. Creo
que ese es uno de los desafíos de algunos de los libros de la colección
que nacen como textos para el público académico y deben volverse
textos para un público interesado en la historia editorial y cultural
pero no necesariamente académico. Es lógico: una colección como
Sentidos del Libro, por su originalidad, de algún modo necesitó
y necesita crear un tipo de lector. Existieron pocos proyectos que
buscaran nuclear desde un catálogo este tipo de acercamientos al li-
bro como objeto cultural, me refiero a que no muchas editoriales se
animaron a emprender una serie de obras para abordar desde múl-
tiples perspectivas cómo los libros se arman, se discuten, se piensan
en el marco de proyectos colectivos, discusiones de época, historias
de vida.
Salud, pues, por los diez años de Sentidos del Libro y ¡larga vida
a la investigación y a la pasión por el mundo editorial libresco!

Matías Raia
Docente y editor
Universidad de Buenos Aires
Universidad Nacional de General Sarmiento

40≈
Entrevista con el editor:
la multiplicidad de sentidos del libro

Entrevista realizada por Julieta Benedetto y Susana de Luque a Ale-


jandro Schmied, editor fundador de Tren en Movimiento, editorial
independiente ubicada en Temperley, Buenos Aires, Argentina.
Tren en Movimiento tiene casi cien títulos publicados en los
últimos diez años, en diferentes series y colecciones; algunas de
ellas son Gráfica en Movimiento —libros de historietas y narrati-
va dibujada—, Memoria, Narrativa y Sentidos del Libro. En esta
ocasión el foco se centra en la colección Sentidos del Libro, doce
títulos publicados (y media docena en camino) que abordan desde
diferentes perspectivas el campo de los estudios editoriales.
E: Contanos los inicios de la editorial Tren en Movimien-
to, el proyecto que llevás adelante.
A: La editorial es un proyecto personal que llevo adelante des-
de 2010, y está vinculado en su origen a mi interés por los fanzines,
el gusto por la lectura y la cercanía con los libros desde mi infancia
y adolescencia. Mi paso por la carrera de Edición —entre 2006 y
2010— en la UBA, enriqueció mis inquietudes, potenció mi curio-
sidad por el arte editorial, y me permitió conocer una gama bas-
tante grande de aspectos relacionados: números, administración,
producción, diseño, taller y todo el proceso de trabajo de edición
con textos e imágenes.
El sello surgió un poco de casualidad. No fue pensado o proyec-
tado, no tuvo un plan editorial previo destinado a un determinado
segmento de mercado. El primer libro que editamos, Punk rock, anar-
quía y tinta china, es un compilado de la obra gráfica de Max Vadala
y la publicación es fruto de una amistad de años. Así empecé a editar.
Ese mismo año Tomás Manoukián —compañero, graduado de
la carrera, con quien compartíamos espacio de militancia univer-
sitaria y proyectos laborales—, se sumó a Tren como coeditor y
propuso publicar narrativa, presentándome a la autora Candelaria
Sáenz Valiente —quien se sumó a su vez como directora del sello
Acuático con el que publicamos cuatro títulos—. Finalmente, el
encuentro e incorporación al proyecto de Silvia Urich —compa-
ñera también de la carrera—, dio forma a los primeros títulos de
la colección Sentidos del libro, llevada adelante en un principio
por Silvia, Tomás y yo.
Aunque admiro la capacidad de planificar —y este aspecto con
el tiempo fue ocupando un lugar importante en el trabajo— Tren en
Movimiento se fue haciendo y se va haciendo en base a encuentros.

≈41
En el cruce entre mis intereses y expectativas y los intereses y ex-
pectativas de otres, todo eso se pone en juego en el acto de editar.
E: ¿Qué lugar ocupa en el sello la colección Sentidos del
Libro?
A: Siempre me interesó buscar material sobre el libro y la edi-
ción, bibliografía que estaba creciendo en volumen en ese momento,
pero al mismo tiempo de manera muy dispersa. Aunque ya existía la
colección de FCE y también el trabajo de Ana Mosqueda y María
Marta García Negroni como Editoras del Calderón con su revista y
sus primeros libros, la producción teórica de reflexión sobre prácticas
y análisis historiográficos en la carrera de Edición era muy poquita
en aquella época —las tesinas presentadas entre mediados de los años
90 y 2010 fueron cerca de 20, las cuales se publicaron a partir del
trabajo de la profesora Ana Broitman en la editorial de FILO—.
Silvia Urich había escrito Escuchen, lectorcitos para un semi-
nario de la carrera. Allí hace un estudio que contempla todas las
aristas presentes en un trabajo que toma al libro como objeto
de estudio —desde considerar el trabajo autoral, pasando por la
puesta en libro y la intermediación editorial, hasta la recepción—
e incorpora bibliografía clásica de la carrera. Fue el puntapié ideal
para comenzar una colección referida al campo de estudios sobre
el libro y que se vinculara con la producción académica.
E: Y ahí desarrollaron la colección…
A: Comenzamos a editar juntes. A través de Silvia llegamos a
Carlos Abraham —quien la entrevistó por su trabajo de literatura
juvenil que incorpora elementos del género fantástico, uno de los
mayores intereses de Carlos—, y así se produjo el segundo título,
el libro sobre la editorial Tor, que inaugura una serie de trabajos
del autor sobre editoriales del siglo XX llamadas “populares”—
generalmente obviadas en los estudios editoriales por estar poco
vinculadas quizá a los cánones que guiaron las primeras revisiones
historiográficas del campo—. Ahí hay otro aporte interesante.
Después editamos Las revistas argentinas de ciencia ficción, tam-
bién de Carlos Abraham, y Arte y cultura en circulación, un compila-
do de textos introductorios sobre propiedad intelectual y licencias
libres del colectivo Ártica de Uruguay, que ellos ya habían publi-
cado en formato digital.
En cuanto a los siguientes títulos, algunos me llegaron por au-
tores y autoras interesados en formar parte de la colección y otros
los hice cuadrar yo dentro de la serie, como es el caso del libro
Prensa para la revolución. Y en 2018 con la publicación del libro
Editores y Política de Alejandra Giuliani —que es un hito a partir
del cual la colección tiene un lugar más referenciado dentro de los
estudios sobre edición—, los proyectos se diversificaron.

42≈
E: Con respecto a la materialidad de los libros, ¿por qué
el formato de la colección se transformó con el tiempo?
A: Los primeros libros tuvieron un formato que pensamos
utilizando la lógica del apunte; desde el diseño de tapa —donde
la tipografía para el nombre del autor es más grande que la del
título—, al tamaño casi de bolsillo, con un costo unitario súper
bajo que permitió también un bajo PVP; imprimimos en offset,
conseguimos buenos costos gestionando todo el proceso y los
ofrecimos igual o más baratos que los cuadernillos de apuntes
fotocopiados.
Luego costos y precios fueron aumentando, ya ningún libro
era barato y entonces no tuvo mucho sentido mantener la fór-
mula. Comenzamos a editar y reeditar los títulos en un formato
más grande, lo que también le da más importancia a la colección
simbólicamente. A su vez, ese/a primer/a lector/a implícito/a
—estudiante de la carrera— no era el público definitivo y se fue-
ron encontrando otros cauces. Y así, en 2015, hubo una especie de
relanzamiento de la colección.
E: ¿Cuáles son las líneas rectoras de esta colección?
A: La colección propone una intervención dentro del campo
de estudios de la edición, orientada a materiales un poco relegados
o que están en los márgenes de la academia —como los estudios
sobre historietas— para que entren en el paraguas de los estudios
de cultura impresa y la edición.

≈43
La particularidad de Sentidos del Libro es que incluye
tanto textos académicos como ensayos de divulgación, lo
que produce un cruce de disciplinas aun cuando la temá-
tica sea específica. Porque los estudios sobre el libro, en
tanto objeto privilegiado para estudiar aspectos materia-
les de la cultura, interesan cada vez más y el público es
cada vez más amplio.
Existen dos líneas que fui identificando y que me intere-
só nutrir, una historiográfica, que piensa las tradiciones en el
mundo del libro y los modos de hacer —sobre todo los sub-
alternos—; y otra que implica la reflexión sobre las prácticas
editoriales contemporáneas. Me interesa sobre todo el cam-
po de la edición independiente o “interdependiente”, que me
gusta pensar en términos de microedición, es decir, edición
tal vez pequeña pero de implicancias sociales innegables, que
dan lugar o acompañan transformaciones colectivas.
Por ejemplo, existen muchos pequeños proyectos edito-
riales contemporáneos que están ligados íntimamente al de-
seo personal y a unas ganas de generar cierta voz que se puede
volver más o menos pública, trascender más o menos en un
determinado ámbito, territorio o espacio simbólico. Cuando
esos deseos se multiplican tienen la característica de un fenó-
meno social, transforman la manera de entender el oficio edi-
torial, y hasta dan forma a una determinada configuración de
la economía del libro, con sus intercambios y sus volúmenes.
E: Hablabas de la edición de esta colección como
un espacio de mediación ¿podrías ampliar esta idea?
¿Creés que ha ido variando en el tiempo el interés y
los lectores de estos libros?
A: Sí. Desde el 2012, a partir de las sucesivas ediciones
del Coloquio Argentino de Estudios sobre el Libro y la Edición,
más el desarrollo de otros espacios de intercambio y formación aca-
démica, se fue consolidando un campo de estudios multidisciplinar,
que recibe aportes desde diferentes lugares —estudios literarios,
antropología cultural, historia económica, sociología—.
Me interesa la mediación cultural que representa el trabajo edi-
torial, por las formas en que opera, por las características de los
agentes que emprenden esas mediaciones y las políticas que se dan.
Y ese rompecabezas de esos muchos intereses que confluyen en el
campo del libro puede estar representado en la colección. Eso da un
inmenso campo de acción, con títulos que interesan a distintos lec-
tores, unos pueden estar más interesados por ejemplo en la historia
intelectual, otros en la historia económica de las empresas. También
es un desafío pensar en esa recepción.

44≈
Al final la cole es un poco una expresión del estado del campo,
que se va ampliando y variando sus enfoques, y al que además
sumamos aportes a través de la colección.
E: ¿Cómo definís tu estilo editor?
A: Creo en la edición como una intervención, me interesa
el espacio sociabilizador que se produce en torno a los libros, la
posibilidad de desarrollar proyectos colaborativos, el libro como
experiencia. No creo tanto en la idea de “catálogo como obra del
editor/a”.
Me gusta la idea y el trabajo de coedición, pienso formas de ha-
cer que ponen el foco en las posibilidades materiales concretas —en
las ventajas que se producen por aunar recursos—, pero sobre todo
coedito para compartir un proyecto de publicación, su desarrollo
y su deriva, que puede poner en crisis esa idea original de catálogo
como acumulación de capital simbólico o cultural. Me parece una
idea hermosa poner por delante el compartir, el apoyo mutuo y
hasta el conflicto que implica llevar adelante un trabajo conjunto.
E: Contanos la forma de distribución y circulación de los
libros de Tren en Movimiento. Y cuáles son las perspectivas
en el futuro próximo, ante la situación pandémica que esta-
mos atravesando.
A: Yo distribuyo en librerías a través de un distribuidor inter-
mediario, y también atiendo determinados puntos por mi cuen-
ta. En estos meses de cuarentena se multiplicó la venta directa a
través de las redes sociales, aplicaciones o desde la web. Y eso un
poco ayuda, no a reemplazar, pero sí a activar un poco las ventas
y sustituir parcialmente los ingresos que teníamos por ventas di-
rectas —provenientes tanto de ferias, como de actividades, pre-
sentaciones, etc.—, y que representaban una porción importante
de las ventas totales.
La vida de las editoriales independientes pasa mucho por la
calle y este contexto ha limitado tanto que movilizó múltiples ex-
periencias que intentan replicar o simular esos encuentros.
Creo que esto pasará y volveremos a encontrarnos, pero sí
prestaremos más atención al contacto más estrecho con les lecto-
res, sobre todo de lugares donde no hay tantas librerías, ni tienen
fácil acceso a los materiales. Para dar respuesta a eso también ha-
brá que usar profundamente la imaginación y encontrar salidas
alternativas y colectivas para no caer necesariamente en las pla-
taformas monopólicas y ultra financiarizadas. Es un desafío gran-
de. Las formas asociativas siempre van a generar esas respuestas,
incluso pensando en los entornos digitales, que también implican
una cantidad de recursos que tenemos que poner en juego.

≈45
Leer y compartir

46≈
Escuchen, lectorcitos: un punto de
encuentro y un feliz hallazgo

Descubrí la Biblioteca Infantil General Perón leyendo Escuchen,


lectorcitos de Silvia Urich en el marco de nuestro grupo de lec-
tura sobre historia del libro, la edición y la traducción. El libro
de Silvia me interpeló fuertemente como traductora interesada
en la historia de la edición de libros. En particular porque en sus
páginas me reencontré con un escritor brasileño cuyas traduccio-
nes había estudiado años antes para completar mi formación en el
Traductorado de Portugués del Lenguas Vivas.
Mi investigación sobre el escritor Monteiro Lobato se centra-
ba en el recorrido de su obra y en sus primeros traductores en la
Argentina, tanto en su función con respecto a la traducción como
en sus roles de importadores literarios y mediadores culturales.
Durante el proceso de escritura de mi trabajo encontré que des-
pués de estudiar el Plan Quinquenal implantado por el general
Juan Domingo Perón, Lobato escribió el libro La Nueva Argenti-
na, publicado en 1947 por la Editorial Acteón bajo el seudónimo
Miguel P. García, su único libro escrito originalmente en castella-
no. Como señala Gustavo Sorá en Traducir el Brasil, allí elogió sin
reservas el Inmenso Plan Universal Permanente que a su juicio
terminaría con las guerras, la miseria, el hambre y la ignorancia.
En esta obra renovó, en palabras de Haydée Jofré Barroso, “la fe
en la nueva América que se está gestando en la Argentina”. Ade-
más, este libro serviría como texto de lectura y lo acercaría a la
institución escolar. Nunca se supo si el libro fue encargado por el
gobierno desde el inicio.
Cuando varios años después leí Escuchen, lectorcitos fue un feliz
hallazgo encontrar que Silvia Urich también reunió esta parte de
la historia del escritor brasileño, y fue muy sorprendente encon-
trar en las conclusiones de la autora la posibilidad de que La Nue-
va Argentina haya sido un disparador para la Biblioteca Infantil
General Perón. Casualmente, la BIGP se publica en 1948, el mis-
mo año en que Monteiro Lobato muere. Me pregunto si él habrá
llegado a enterarse de este resultado.
Paula Auer
IES Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”

≈47
Entre zonas de vacancia y terrenos
de disputas: una colección en
movimiento

Los años recorridos por Sentidos del Libro corresponden a la dé-


cada de consolidación de los estudios de la edición como campo
académico, un campo transdisciplinario que contribuyó a oxige-
nar la producción de las ciencias sociales y las humanidades. En
ese lapso, Tren en Movimiento gestó una colección atenta —sen-
sible— a lo que se discute, se investiga y se escribe sobre ese ob-
jeto escurridizo y multidimensional. Su contribución no pudo ser
ordenada ni imaginada de antemano; es en sí misma una colec-
ción en movimiento. Creo reconocer ese rasgo porque tampoco en
mi biblioteca entró de manera planificada. De hecho, pasó algún
tiempo hasta que reconocí que varios libros que tenía, leídos y
usados en distintos momentos, formaban una colección que hoy
podría nombrar como una de mis preferidas (quizás porque entre-
mezcla algunos libros que he leído por placer y otros que son in-
sumo de mi trabajo, y una mayoría que no podría clasificar porque
hicieron más placenteras mis tareas).
Haberla creado y sostenido desde una editorial independiente
es un mérito adicional a cada uno de los libros y que valoramos
porque, justamente, una de las claves de nuestro campo es sacar al
editor y sus prácticas de la invisibilidad a la que lo condena el sen-
tido común. Con excepción del catálogo especializado de Amper-
sand, en general quienes han generado colecciones de libros sobre
libros han sido editoriales públicas: Fondo de Cultura Económica
en México o la Editorial Universitaria de Buenos Aires (Eudeba)
en Argentina. No parece casual que varios libros de Tren en Mo-
vimiento enfoquen prácticas de edición militante, vanguardias y
experiencias autogestivas de la Argentina contemporánea.
Varios de esos títulos de Sentidos del Libro están presentes
en mis tareas de docencia e investigación. Los que aportan a una
todavía incipiente historia de la edición en la Argentina forman
parte de la bibliografía obligatoria o recomendada del seminario
de Estudios de la Edición que dicto en la Maestría en Ciencias
Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes
desde 2018 (con un antecedente previo de 2016). Sintético, des-
taco un par de aportes fundamentales. Uno fue el de ayudarnos
a repensar la relación entre libros/editores/lectores y peronismo
más allá de las certezas construidas en su tiempo por protagonistas

48≈
del mundo empresarial (y exportador) devenidos en estudiosos de
la edición. Con libros como Escuchen, lectorcitos de Silvia Urich y
Editores y política de Alejandra Giuliani comprendimos que en la
historiografía de la edición argentina no solo hay zonas de vacan-
cia sino también un gran terreno de disputas.
Otro aporte ha sido poner en relación los estudios sobre li-
bros y los estudios sobre revistas, visualizando en los agentes y en
las prácticas editoriales hilos en común que desmienten a aque-
llos que visualizan dos mundos distintos y desconectados entre
sí. (¿Habrá lamentado el creador, al llegar el cuarto título, que la
colección no se llamara Sentidos de la Edición? En cualquier caso,
agradezco que el nombre inicial de una serie en movimiento no
la limitara).
Finalmente, el título más reciente, la Cartografía argentina de
la edición mundializada de Daniela Szpilbarg, producto de una
investigación de casi diez años, con un gran trabajo de campo,
sistematización y reflexión, ha sido fundamental para interpretar
las transformaciones del sector editorial argentino desde fines de
los 90. No puedo dejar de pensarlo en diálogo con Estado de feria
permanente (Club Hem, 2019), el último libro del proyecto de in-
vestigación que dirijo en la Universidad Nacional de Quilmes. La
semana de distancia entre una y otra presentación, con la compli-
cidad de Ale Schmied en ambas, fue como un cuarto intermedio
de una misma conversación que ahora, pandemia mediante, sigue
por otros medios.
Daniel Badenes
Universidad Nacional de Quilmes

≈49
Una contribución esencial
a la historia de la lectura

La historia de la edición ha venido desarrollándose de forma gradual


e incremental desde mediados del decenio de 1980. Los avances in-
vestigativos en esta área y el aporte de perspectivas metodológicas
específicas han dado lugar a la profundización de la historia de la
lectura. Si bien se trata de un espacio que ha contado con referentes
teóricos consolidados, es posible pensarla aún como una instancia
de construcción de la disciplina. En esta línea, en nuestro país se ha
constituido un corpus de estudios proporcionados por especialistas
provenientes de diversos campos, pero que al mismo tiempo propo-
nen abordajes singulares. En este marco, se inserta la colección Sen-
tidos del Libro de la editorial Tren en Movimiento, que al cumplir
hoy su primera década, se erige como una contribución esencial en la
constitución y el robustecimiento de la investigación orientada a pen-
sar las políticas, las agencias y los actores involucrados en la historia
de la edición, así como la historia de la lectura, en Argentina.
En lo que refiere a mi aproximación particular con este repertorio
afortunadamente pude tomar contacto desde sus inicios, por lo que,
al ubicarme como receptora del recorrido incremental de su línea
editorial, he ido incorporando gradualmente sus aportes. Si bien en
este texto no profundizo en los abordajes, las perspectivas y los conte-
nidos de cada uno de sus títulos, considero que algunos en particular,
y todos ellos en conjunto, resultan fundamentales en la construcción
del campo de estudio sobre el libro, la edición y la lectura.
Desde mi experiencia personal, en vinculación con mi recorrido
investigativo, debo expresar mi complacencia por contar con obras
de este tipo que, por un lado, imbrican categorías que son consti-
tutivas de mi objeto de estudio: historia de la edición, historia de
la lectura, prácticas lectoras, políticas de lectura, historia social y
política de Argentina. Y, por otro, son brindadas a partir de recorri-
dos textuales lógicos, fundamentados asimismo en amplios corpus
documentales y bibliográficos. Para finalizar, remarco la celebra-
ción de este tipo de iniciativas que acuden a ampliar nuestros prin-
cipios de análisis, profundizar las perspectivas teóricas y empíricas
y posibilitan establecer líneas transversales de investigación que nos
interpelan desde nuestros diferentes ámbitos de estudio.

Marcela Coria
Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias
Sociales Universidad Nacional de La Plata-CONICET

50≈
Para pensar el espacio del libro
y el acceso a la cultura

Las ciencias sociales y las humanidades suelen utilizar conceptos


de otras ciencias para explicar metafóricamente ideas propias. El
mundo de las industrias culturales utiliza a menudo palabras como
“mutación” o “evolución” para explicar los cambios que la digitali-
zación y la convergencia han impuesto prácticamente a todas esas
industrias. Si bien esos conceptos son muy cómodos y poseen am-
plias facultades didácticas, también pueden llevar a las clásicas ter-
giversaciones o errores, inocentes o voluntarios, a los que histórica-
mente fue llevada, por ejemplo, la teoría y los conceptos de Charles
Darwin. Uno de los errores más comunes en este sentido es pensar
que la evolución es siempre “mejor” y que sobreviven los mejores y
más fuertes, y no los mejor adaptados, como decía Darwin.
Pero otro problema, quizás más importante, es la asociación
directa de la cultura con la naturaleza, de manera que debamos
aceptar que los cambios en la cultura son “naturales”, azarosos,
prácticamente indiscutibles y cualquier crítica en esa dirección
pueda ser vista como que atenta contra un progreso que también
es visto, en sí mismo, como una ganancia.
Existe un imperativo tecnológico que nos empuja en una sola
dirección inevitable, con una promesa de un mundo mejor que
hace que intentemos amoldar los libros a esa corriente imparable.
Muchas veces se logran híbridos interesantes y versiones multi-
media que satisfacen nuevas exigencias de lectura. Pero la historia
de la comunicación también nos enseñó que rara vez hay reem-
plazos absolutos, si no más bien, complementaciones. La com-
petencia por el tiempo libre y la amplísima oferta de contenidos
exige cambios y adaptaciones, pero no la extinción del libro como
lo conocemos.
A diferencia de la música, el cine y, dentro del mundo edito-
rial, los diarios y revistas en papel, el libro, como objeto cultural,
como producto final, es quizá el último refugio analógico que no
está obligado a transitar compulsivamente al mundo digital en su
totalidad.
En este contexto, la colección Sentidos del Libro, me permitió
reflexionar —para mis trabajos de maestría sobre las industrias
culturales, para los proyectos de investigación que integro, pero
también para el trabajo cotidiano como responsable de un área
de publicaciones universitaria y como director de una colección
editorial— sobre los retos que enfrenta el libro y la edición con

≈51
una mirada puesta en el pasado y otra en el presente pero sin
la presión imperativa del futuro. En lecturas de esta colec-
ción pude dimensionar con claridad la importancia cultural y
las implicancias políticas de proyectos editoriales de nuestro
país, y también incorporar herramientas y categorías para
pensar los retos actuales y futuros del espacio del libro, con
prudencia y distancia crítica.
Encuentro, a su vez, entre sus libros material funda-
mental para debatir y pensar con compañeros de trabajo y
de proyectos, ya que nos ofrece alternativas temáticas más
difíciles de encontrar en colecciones similares: me refiero
a trayectorias de editores y editoriales populares y miradas
amplias que, por ejemplo, ubican los problemas de acceso a
la cultura en general y al libro en particular, no solo a deci-
siones a tomar dentro del ámbito estricto de la cultura edi-
torial sino más bien en un sentido mucho más amplio, como
puede ser el de la distribución equitativa de la riqueza o el
cierre de la brecha digital.
Sin un espíritu nostálgico de viejas épocas, pero tampoco
condescendiente con un determinismo tecnológico, en esta
colección se puede acceder a materiales que permiten pensar
al libro y sus procesos y también a las transformaciones cau-
sadas por la transición de lo analógico a lo digital, que tiene
consecuencias en toda la cadena de valor del libro. Espero
sinceramente que Sentidos del Libro siga incorporando tí-
tulos a modo de vagones que permitan mantener ese Tren
en Movimiento.

Bruno De Angelis
Universidad Nacional de Quilmes

52≈
Autonimia

Autonimia llamó Roland Barthes a una forma de autorreferencia,


especular y estrábica: “peluquero que va a peinarse, limpiabotas
que se hace limpiar los zapatos, cocinera que se cocina una comi-
da, actor que va al teatro en su día libre, cineasta que ve películas,
escritor que lee libros”; a los que podríamos agregar: editor que
edita libros sobre edición. Esta saludable práctica de explicitar en
buenos libros los entresijos de la propia actividad la iniciaron, ya
hace años, la colección Libros sobre Libros del Fondo de Cultura
Económica; la editorial Trea, de Gijón; y Trama, el sello madri-
leño de Manuel Ortuño que publica la colección Tipos Móviles.
En nuestro país, en 2012 se puso en marcha la notable colección
Scripta Manent que continuó editando, y consolidó, Ediciones
Ampersand. Acaso con menor visibilidad, y por los mismos años,
una pequeña editorial de Temperley había dado a conocer Escu-
chen, lectorcitos (2011) de Silvia Urich, y un notable libro sobre edi-
torial Tor (2012), escrito por Carlos Abraham, un obsesivo inves-
tigador que suele leer aquello que nadie lee. El sello se llamaba, se
llama, Tren en Movimiento, la colección que se iniciaba con esos
títulos es Sentidos del Libro, y quien comanda el proyecto es Ale-
jandro Schmied, uno de los pocos editores —a él le gusta llamarse
“microeditor”— que practican, con singular lucidez, la autonimia.
Con cuatro títulos publicados, y después de un par de años de
sequía, la colección se relanzó desde 2016 y ya exhibe doce títulos
que van consolidando el catálogo. Quisiera detenerme en tres de
esos libros que, por distintas razones, conozco muy bien.
En 2018 se publicó la tesis doctoral de Alejandra Giuliani so-
bre el mercado de libros durante el primer peronismo. La minu-
ciosa reconstrucción de la historia de la Cámara Argentina del Li-
bro resulta el eje alrededor del cual pivotean las redes de editores
que despuntaban en América latina, la trabajosa constitución del
asociacionismo en el mundo del libro, las complejas y contradic-
torias relaciones entre la CAL y el Estado peronista, y el rol de
figuras significativas, como Gonzalo Losada, Guillermo Kraft y
Atilio García Mellid. De los que conozco, es el libro que mejor
reconstruye las relaciones económicas entre las empresas edito-
riales y el Estado en un período determinado. De 2019 es el libro
de Lucas Petersen sobre la labor de Santiago Rueda, un editor
atípico y notable. Intelectuales de la talla de Ricardo Piglia y Juan
José Saer habían advertido tempranamente sobre la necesidad de
reconstruir la trayectoria y el catálogo de Rueda, y Lucas se hizo
cargo de la ardua tarea. El resultado es riguroso y exhaustivo y

≈53
puso de manifiesto —en el detallado repertorio de títulos, autores,
traductores y prologuistas— el aserto de Patricia Willson: “En el
lapso de pocos años, Santiago Rueda da a conocer algunas de las
novelas capitales del siglo veinte”. Y en 2020, hace pocos meses,
salió otra de esas tesis que merecen largamente convertirse en li-
bro: Cartografía argentina de la edición mundializada, de la socióloga
Daniela Szpilbarg. Se trata de un análisis del campo editorial de
los últimos años a partir de las categorías que consagró la socio-
logía de la cultura y, en particular, la sociología de la edición. Uno
de sus mayores logros es la capacidad que demuestra en la ob-
jetivación de fenómenos tan cercanos en el tiempo, el modo en
que resuelve los desafíos propios de un trabajo in medias res. Del
proceso de concentración de empresas en oligopolios transnacio-
nales y de la emergencia de editoriales pequeñas y medianas se ha
hablado mucho; se necesitan libros como el de Daniela para salir
del peligroso espacio de la opinología y recuperar las certezas de la
investigación empírica.
Lo sabemos muy bien: para que un nuevo objeto de conoci-
miento y una emergente actividad académica se consoliden es ne-
cesaria una biblioteca. Son los buenos libros los que van colocan-
do y asentando los mojones de un saber. La colección Sentidos del
Libro, y el trabajo de Alejandro y su equipo, ya son una referencia
ineludible en esa tarea.

José Luis de Diego


Universidad Nacional de La Plata

54≈
Sentidos del Libro en mi biblioteca

Si hay algo que invita a la lectura es un Tren en Movimiento, y


si viene moviéndose desde hace una década sin duda vale la pena
celebrarlo y felicitar por la iniciativa a quienes hicieron el esfuerzo
para que eso sea posible.
Los proyectos editoriales arraigan en el tiempo, solo se conso-
lidan como tales a largo plazo. Esa es una de las mayores dificulta-
des del mundo editorial. Por ello, conseguir ese objetivo muestra
dos cualidades indudables: que el proyecto fue bien concebido y
gestionado, y que los libros editados tienen un público de lectores
interesados.
Ese es exactamente mi caso: yo soy uno de esos lectores. En mi
biblioteca, que imagino parecida a cientos de otras, los libros tie-
nen un orden que tal vez solo yo pueda descifrar aunque algunas
señales orientan sobre mis prioridades de lectura. Casi la mitad
está destinada a libros sobre historia de los libros y la edición,
biografías de editores, historia de las bibliotecas y de las librerías,
experiencias en promoción de la lectura y también libros sobre los
procesos de edición, gestión de derechos autorales, o referidos a
temas de administración y economía editorial. En ella, solo dos
colecciones están ordenadas por editorial. La primera es Libros
sobre Libros, la colección del Fondo de Cultura Económica re-
lacionada con estos temas; la otra es Sentidos del Libro de Tren
en Movimiento, que cumple diez años. La razón es muy simple:
se trata de libros que utilizo con frecuencia y que valoro especial-
mente.
Son varias las razones por las que considero la contribución de
Sentidos del Libro muy significativa para el campo de los estudios
sobre el libro y la edición. En primer lugar, por su utilidad ya que
cada uno de esos libros es una suerte de modelo para el análisis del
sector editorial. Si Escuchen, lectorcitos. La Biblioteca Infantil General
Perón de Silvia Urich es modelo de cómo contextualizar y analizar
una colección específica de libros, La editorial Tor. Medio siglo de
libros populares de Carlos Abraham lo es para analizar una empresa
editorial. Si el de Alejandra Giuliani Editores y política. Entre el mer-
cado latinoamericano de libros y el primer peronismo (1938-1955) es
imprescindible para comprender la instancias asociativas del sec-
tor y cómo se vinculan a ella los editores, el de Daniela Szpilbarg
Cartografía argentina de la edición mundializada. Modos de hacer y
pensar el libro en el siglo XXI será de consulta obligada para quie-
nes quieran conocer cómo se ha conformado el sector editorial de
nuestro país en los últimos veinte años.

≈55
Una segunda razón para valorar la colección Sentidos del Li-
bro es la solvencia de sus autores. Al ser investigadores de primer
nivel, sus trabajos no solo cubren un vacío bibliográfico sino que
además orientan sobre cómo utilizar fuentes documentales, anali-
zar catálogos, revistas y libros de época, actas institucionales, ferias
de libros del pasado y del presente, o cómo generar fuentes orales
con entrevistas a los protagonistas de los proyectos investigados.
Transformar en libros los estudios y las investigaciones sobre
el sector es un aporte fundamental para su profesionalización, más
aún cuando están muy bien editados, requisito indispensable en
este tema. No tengo ninguna duda que estos son tan solo los pri-
meros diez años de la colección Sentidos del Libro.

Leandro de Sagastizábal
Historiador y editor

56≈
La colección sobre libros
de Tren en Movimiento

Sentidos del Libro, la colección sobre estudios del libro y la edi-


ción de la Editorial Tren en Movimiento cumple diez años. Desde
que se publicó Escuchen, lectorcitos. La Biblioteca Infantil General Pe-
rón de Silvia Urich en el año 2010, la colección no detuvo su cre-
cimiento tanto en títulos publicados y lectores como en tamaño,
pasando del formato de 18 x 12cm al de 22 x 14cm.
Si bien algunos de sus títulos tuvieron su origen en excelentes
tesis doctorales, no es una colección de tesis, y eso es saludable
porque se coloca en el arriesgado campo de la edición comercial,
donde solo se sobrevive con la savia cotidiana de los consumido-
res. Su desarrollo, de esta manera, revela el arduo trabajo de un
editor en el armado de un catálogo que apunta a la organización
de un campo de lectura a partir de materiales muy diversos: la cor-
poración de editores y su relación con el Estado, la concentración
editorial de los últimos años, las traducciones, la edición popular,
la prensa política, las revistas de ciencia ficción, la historieta, etc.
¿Qué aborda este catálogo? Muy sencillo: las diferentes formas
de producción y circulación de impresos en la Argentina durante
el siglo XX. ¿Cuál es su mayor mérito? Incorporar estudios sobre
algunas manifestaciones de la cultura de masas que habían perma-
necido al margen de la agenda de los estudios académicos sobre el
libro y la edición.
Mi entrada a la colección fue a través de La editorial Tor. Medio
siglo de libros populares de Carlos Abraham, el estudio más completo
y profundo sobre una editorial fundamental para entender no solo
el campo editorial de la primera mitad del siglo XX en Argentina,
sino también para reconstruir las prácticas de la lectura popular
en nuestro país. Junto con Scripta Manent de Ampersand, Sen-
tidos del Libro es un signo evidente de la vitalidad del campo de
estudios del libro y la edición en Argentina. Ambas se encargan de
transformar una agenda académica en una comunidad de lectores.

Fabio Espósito
Universidad Nacional de La Plata-CONICET

≈57
Dos veces Temperley o la
centralidad de los márgenes

El primer registro que guardo de Sentidos del Libro procede de


la lectura de un margen material: la página de legales del primer
libro de la colección que tuve en mis manos consignaba como lu-
gar de edición la localidad de Temperley. Recuerdo la curiosidad
que me generó incluir en cierta bibliografía una referencia que
rompía con el habitual listado de capitales bibliográficas: ¿quién
era —quise saber— ese editor de “libros sobre libros” cuya enun-
ciación se autorizaba sin pasar por un centro, sin sello universi-
tario ni oficinas en calles selectas de Buenos Aires, México DF,
Barcelona, París o Londres? Esa primera sugestión lectora pre-
cedió cualquier reflexión más o menos racional sobre el lugar de
Sentidos del Libro en un campo de estudios o aun en el universo
de colecciones análogas, pero no es ajena a la noción de geografía
de la edición, en la cual la colección se inscribía disruptivamente,
señalizando de entrada otros modos posibles de situarse en los
estudios locales sobre el libro, la edición y la lectura.
Desde ese otro lugar, Alex Schmied creó una colección que, a
mi juicio, no solo tiene el valor de diversificar los temas y proble-
mas de estudio sino el de ofrecerse como plataforma para autores
cuyos perfiles y trayectorias no coinciden con una representación
difundida según la cual el campo de los estudios de edición será
académico o no será: coleccionistas apasionados, editores y téc-
nicos en edición, periodistas, docentes, todos ellos constituyen la
plana de autores-investigadores cuyos libros ya no pueden elu-
dirse. ¿Quién de nosotros escribiría hoy sobre Tor, Acme, Santia-
go Rueda, sobre cámaras patronales, sobre edición en la década
del cuarenta, sobre colecciones infantiles durante el peronismo
o sobre prensa política, sin remitirse al catálogo de Sentidos del
Libro?
Temperley, con sus resonancias foráneas e innegable arraigo lo-
cal, también fue cifra de mi recorrido temático por los libros de la
colección. En sus estudios sobre editores y empresas, seguí la pista
de una historia que se esboza en filigrana: la de los traductores edi-
toriales, los adaptadores de clásicos, los correctores de traduccio-
nes, los seudotraductores, los expertos en plagios literarios, todos
actores cuyo rol central en la edición argentina, tan marcadamente
importadora, se desprende de la lectura de numerosos títulos de
Sentidos del Libro, que por supuesto incluí en mis escritos y en los
programas de la materia Historia de la traducción editorial de la

58≈
Carrera de Especialización en Traducción Li-
teraria, así como en otros cursos de posgrado
de la Facultad de Filosofía y Letras.
Los aportes de la colección a la historia de
la traducción y sus agentes son numerosos: el
libro sobre Tor, por ejemplo, nos enseña que
el desdén letrado por la práctica de rotación,
reutilización, amputación o plagio de traduc-
ciones ha velado la existencia de traductores
más o menos estables en la editorial —como
Natal Rufino o Pedro Labrousse—, posible
indicador de temprana profesionalización;
el libro sobre Acme recupera los nombres
del elenco de traductores de la colección
Robin Hood, fundamentales “autores” de la
literatura infanto-juvenil en traducción, que
tantas generaciones han consumido y aún
consumen: Manuel Barberá, Julio Vacarezza,
María Luisa Martínez Alinari, M.E. Antoni-
ni, Isidoro Gelstein, Alfredo Julio A. Grassi,
Juan José Llobet o Ariel Bignami. Los tra-
ductores de Santiago Rueda aparecen en su
multiplicidad, más allá y más acá de su estre-
lla innegable: Salas Subirat, primer traductor
del Ulises al castellano. También los estudios sobre la Cámara Ar-
gentina del Libro durante el peronismo nos revelan una cara poco
estudiada de la traducción en el llamado “auge editorial”: la re-
sistencia a regular contratos de traducción y reconocer la autoría
legal del traductor es paradójicamente contemporánea de la “edad
de oro” de las traducciones argentinas, aquella en la que el nom-
bre de algunos traductores se volvió visible en portadas o reseñas.
Podríamos consignar más ejemplos del aporte de esta colección a
mi área de investigación pero estos bastarán como muestra.
Sentidos del Libro es la colección dedicada al mundo editorial
que más nos enseña sobre las prácticas traductoras, sobre los agen-
tes de esas prácticas y sus condiciones materiales en la historia del
libro local. Por eso, confiamos a su editor el proyecto de traducir
un dossier sobre sociología de la traducción, originalmente edita-
do por Gisèle Sapiro y Johan Heilbron, que dejó su marca pionera
en los estudios de traducción en la Argentina.

Alejandrina Falcón
Universidad de Buenos Aires-CONICET

≈59
El sentido gráfico de la colección
en la trama del saber editorial

Un catálogo es una obra editorial que incluye y a la vez supera el


concepto tradicional de autoría. Sus capítulos (sus libros) no com-
portan un ejercicio propiamente de quirografía o de invención de
una narrativa en sentido literario. Es, antes bien, búsqueda, selec-
ción, jerarquización y diseño de fragmentos del discurso social,
resignificados y revalorizados en torno a una determinada política
editorial. Un proceso de mediación cultural situado histórica y
socialmente, que queda plasmado en la conformación de un catá-
logo. Desde esta perspectiva, reviste valor la necesidad de situar
a la colección Sentidos del Libro en su contexto de surgimiento,
en las diversas concepciones y los debates respecto de lo que es
la edición.
Es propio de un campo de saberes en formación, en cierto
momento de búsqueda de madurez, comenzar a historiarse. En
los estudios editoriales esa tarea deberá incluir, entre tantos otros
elementos, el momento del surgimiento de la colección Sentidos
del Libro como una época clave para nuestro campo. En la carrera
de Edición de la Universidad de Buenos Aires, que por entonces
cursaban el editor y la primera autora de la colección, abríamos
los primeros seminarios de investigación dedicados al desarrollo
específico de los estudios editoriales. No sin resistencias, desde
luego: una epistemología de la edición no era algo pensable des-
de el paradigma vigente (¿lo será hoy?). Al mismo tiempo que
buscábamos ampliar el debate y la reflexión con publicaciones y
eventos propios, pujábamos para que se aprobara el nuevo plan de
estudios que habíamos concebido en aquellos años, para transfor-
mar la carrera en una licenciatura. Más allá del impedimento para
concretarlo (deuda que sigue pendiente), es un dato clave en lo
institucional: significaba el reconocimiento de una ciencia social
imbuida por las humanidades (y viceversa), con el mismo estatus
formal que las carreras tradicionales, pero con una lógica propia
—y no adicionalmente— interdisciplinaria.
En efecto, la edición se nos presenta como un fenómeno so-
cial, cultural e histórico impensable por fuera de la trama que
constituyen las relaciones entre la economía, el diseño, el derecho,
la literatura, la historia, la traducción, la política, la comunicación,
el arte, la sociología... Es, podríamos aventurar, la emergencia de
un hecho singular que nos recuerda, por si hace falta, que nuestras
tipologías del saber son siempre intentos, incompletos y provi-

60≈
sorios, por captar los acontecimientos que nos constituyen como
comunidad.
El repertorio de Sentidos del Libro puede verse como una
huella singular de este recorrido. En su década de vida, se ha de-
sarrollado dando cuenta de la edición en relación con la cultura
popular (La editorial Tor), los derechos culturales (Propiedad intelec-
tual y derechos humanos), la política y la historia (Editores y política),
la prensa y la política (Prensa para la revolución), la literatura y la
traducción (Santiago Rueda), etcétera.
Una amplitud de saberes constituye, entonces, a la edición en
este catálogo: todo su recorrido parece marcado por esta perspec-
tiva, que a su vez invoca a la lectura desde la propia presentación
gráfica de sus obras. Esto lo podemos ver en el mismo umbral de
los libros, con las dos variables constantes que desde su econo-
mía alcanzan para dotar de una lógica gráfica: la referencia a la
colección (por forma, tono y ubicación del dato) y un diseño de
cubierta fluctuante siempre entre lo conceptual y lo expresivo, en
un equilibrio que, buscado o no, acaba conformando el imaginario
de cada libro.
Como en cada colección dedicada a la edición, hay entonces
un sentido gráfico que busca conectar la propuesta del catálogo
con la experiencia de lectura. Por ejemplo, un juego de módulos
visuales informativos en Scripta Manent (Ampersand), que remite
a los aportes particulares que hace cada obra a la construcción
singular de un catálogo; una impronta sistémica dominante en
Tipo (Eduvim), que la enmarca en su propósito de divulgación
desde una lógica educativa institucional; o una imagen corporativa
que apuntala la colección Libros sobre Libros (Fondo de Cultura
Económica) en su orientación a la lógica empresarial, con toda
la fuerza de un fondo editorial. En Sentidos del Libro (Tren en
Movimiento), el plural de su nombre, lo expresivo y conceptual de
sus umbrales, funcionan como indicios, entre otros, de las impli-
cancias políticas y culturales, del impacto de las transformaciones
sociales del universo editorial que invoca la iniciativa, y que reve-
lan la emergencia de un campo de saberes específico cada vez más
enriquecido por una creciente diversidad de aportes profesionales,
disciplinares e institucionales. En la línea de estos aportes se ins-
cribe precisamente esta conmemoración que impulsamos desde
el grupo de trabajo sobre el libro, la edición y la traducción en el
marco de la Red de Estudios Editoriales (Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires).
Entre todas las posibles y válidas formas de pensar la colec-
ción, Sentidos del Libro, como tantas otras acciones desarrolladas
en esta década, puede tomarse entonces como un documento de

≈61
la importancia insoslayable de la formación propiamente editorial
en el proceso de conformación del campo de los estudios editoria-
les. Y de la propia emergencia local y regional de este campo en
la trama de las nuevas ciencias sociales y las humanidades que nos
ayudarán a pensar y transformar la cultura en este siglo.

Martín Gonzalo Gómez


Universidad de Buenos Aires

62≈
Las traducciones en disputa

Nos aproximamos como lectoras a Editores y política de Alejandra


Giuliani en el contexto de nuestros estudios de posgrado en la Ca-
rrera de Especialización en Traducción Literaria de la Facultad de
Filosofía y Letras (UBA), una formación que no solo apunta a la
práctica traductora sino también al análisis del objeto traducción
desde la perspectiva crítica de los estudios de traducción, discipli-
na que aborda tanto problemas teóricos como la reconstrucción
histórica de la práctica y sus agentes, y las herramientas para un
análisis concreto de los textos traducidos. En este sentido, el libro
de Giuliani nos resultó sumamente rico pues condensa varios ejes
de interés para este campo.
Desde los estudios de traducción, que han ganado visibilidad
y terreno institucional en las últimas décadas, y en especial desde
la corriente sociológica y sociocrítica, se insiste en un punto que
se ha vuelto ya casi una piedra de toque: la traducción no puede
pensarse como una actividad en abstracto, fuera de coordenadas
sociohistóricas. En los análisis de traducciones y fenómenos vin-
culados no es posible abstraer normas o hipótesis sin localizar
el objeto de estudio, no como una mera descripción de contex-
to de fondo sino para lograr evidenciar la relación dinámica de
esas coordenadas con el objeto propiamente dicho. Este tipo de
análisis es precisamente el que Giuliani lleva a cabo de un modo
exhaustivo. Para poder caracterizar el campo editorial de una de-
terminada época, pone de relieve precisamente la heterogeneidad
y complejidad a partir de la descripción del entrecruzamiento de
los agentes implicados: editores, importadores, políticos, organis-
mos estatales y empresas privadas.
Todo campo disciplinar recibe con entusiasmo aquellos tra-
bajos que lo consolidan y que permiten a futuras investigaciones
tomar como referencia los abordajes teóricos y metodológicos
que proponen: el libro de Alejandra Giuliani es uno de estos tra-
bajos por su enfoque original respecto de un período densamente
estudiado de la edición argentina, la “edad de oro”, y porque es
una contribución significativa para una posible periodización his-
toriográfica de la traducción nacional desde la perspectiva de la
historia editorial. Alejandra aborda ese período para leerlo de un
modo inédito, en relación con el fenómeno político del peronis-
mo. Los estudios historiográficos coinciden en señalar dos facto-
res principales para caracterizar el auge de la producción librera:
el retiro momentáneo de la edición española desde comienzos de
la guerra civil, y la puesta en marcha de efectivas estrategias por

≈63
algunas editoriales de Buenos Aires que supieron hacerse un lu-
gar en el mercado de exportaciones. En este punto, el aporte de
Alejandra a la caracterización del período reside en el análisis de
la variable de intensificación de la circulación interna de bienes
culturales. Giuliani pone en relación esta ampliación del mercado
interno de libros, entre otras variables, con las políticas estatales
del peronismo, y ofrece a su vez un estudio de los acercamientos
y las tensiones en el vínculo entre Estado y editores a través de un
valioso análisis de documentos oficiales de los distintos actores,
desde las actas de la Cámara Argentina del Libro a los discursos
de políticos y proyectos de ley.
Al analizar las estrategias editoriales del período, Alejandra
señala la centralidad de la actividad traductora, y analiza el sur-
gimiento de nuevas prácticas
de traducción a la luz de las
investigaciones que aborda-
ron esa época desde los es-
tudios de traducción en Ar-
gentina. Si Patricia Willson
en La Constelación del Sur sos-
tiene que “el peronismo es el
marco en el que termina de
producirse la transición hacia
otra figura de traductor, que
ya no será el enunciador se-
gundo de un texto edificante,
ni el fantasma sin nombre de
ediciones non sanctas, como
en las primeras décadas del
siglo, sino el agente recono-
cible, mencionado en página
impar, de una traducción que entablará relaciones con la produc-
ción vernácula”, Alejandra por su parte agrega que el peronismo
no fue solo el marco, sino que quiso ser parte reguladora en esa
transición.
En este sentido, realiza un minucioso análisis de fuentes do-
cumentales y de la discusión sobre los derechos de traducción tal
como resurgió a partir de la convocatoria de la Comisión Nacio-
nal de Cultura, en 1946, para presentar propuestas de reforma a la
Ley de Propiedad Intelectual. En el capítulo 6, “Los editores en la
Comisión Nacional de la Cultura (1946-1947)”, se repone la puja
de intereses en relación con el artículo 23 de la Ley y cómo esta
ilumina los conflictos entre nuevas y viejas prácticas de la traduc-
ción editorial. Giuliani historiza la discusión política y gremial en

64≈
torno a las traducciones y a las prácticas de “piratería” y afirma
que la magnitud del conflicto es incomprensible si no se considera
el peso de las traducciones dentro de las estrategias de producción
editorial del período. Destaca también una importante propuesta
innovadora que surgió en ese contexto desde el peronismo y que
no prosperaría: un anteproyecto del “Estatuto del traductor”, bajo
el cual el traductor era comprendido como trabajador intelectual.
La reconstrucción del campo editorial funciona, de manera
general, como modelo del tipo de análisis necesario que se precisa
también a la hora de situar y comprender el lugar de una traduc-
ción efectivamente editada y que circula en un determinado so-
porte, en determinado público y determinada sociedad. A su vez,
de manera específica permite enmarcar la actividad traductora de
esos años como un factor crucial en los debates alrededor de la
Ley y reconsiderar el peso de los traductores editoriales en ese
momento. Al comprender estos factores “editoriales” es posible
ponerlos en relación con elementos de análisis específicos “de la
traducción” (decisiones de traducción, autoría y visibilidad de los
traductores, estrategias de importación literaria, etc.). Es decir, la
propia reconstrucción del campo editorial precisa de la inclusión
del factor de las traducciones, y el estudio de las traducciones edi-
toriales necesita de un análisis de este tipo, con datos que efecti-
vamente conforman la historia de esas traducciones (y traducto-
res). En este mutuo enriquecimiento está la clave del fructífero
entramado de disciplinas, que no es una mera declaración sino una
metodología de investigación.

Rosario González Sola, Paula Gürtler, Eugenia Pérez Alzueta


Carrera de Especialización en Traducción Literaria
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires

≈65
El sentido de ser lector: Sentidos
del Libro y las escenas de lectura

Michel Peroni ha definido la lectura como un ejercicio pleno de


autobiografía, un lector no es otra cosa que un sujeto abierto a en-
contrarse a sí mismo, mientras se pierde en las páginas que otros,
con nombres distintos, han escrito. Pero la lectura también es una
experiencia localizada que depende de los lugares, las disposicio-
nes y los cuerpos; por tal razón, no podemos hablar de una expe-
riencia lectora que esté lejos de lo que Daniel Fabre ha llamado
“escenas de lectura”.
Es por esto que quisiera narrar mis escenas de lectura con la
colección Sentidos del Libro, publicada por la editorial argentina
Tren en Movimiento. En mi biblioteca reposan cuatro títulos: Escu-
chen, lectorcitos. La Biblioteca Infantil del General Perón de Silvia Urich
(2004), Editores y política. Entre el mercado latinoamericano de libros y
el primer peronismo (1938-1955) de Alejandra Giuliani (2018), La
editorial ACME. El sabor de la aventura de Carlos Abraham (2017) y
Prensa para la revolución de Pablo Carrera y Néstor Denza (2016).
Mi encuentro con los libros ocurrió en diferentes geografías,
todas del sur. El primer libro que adquiría fue el de Urich. Estaba en
Santiago de Chile en un evento académico, había salido a caminar
por el centro, quería visitar a Allende y ver el Palacio de la Moneda
con mis propios ojos. Salí de allí con el corazón henchido recordan-
do las últimas palabras de Allende. Pasé por la Biblioteca Nacional
y me encontré con una carta de Violeta Parra. Al parecer mis pasos
estaban todos organizados en un mapa de afectos y luchas.
Regresé a la universidad y vi unas mesas dispuestas con libros,
allí estaba, pequeño y delgadito, con una ilustración que mostraba
a Evita y a una niña con un libro en la mano, detrás una escena
de guerra, ellas, impávidas. Cuando abrí el libro me encontré con
una suerte de bienvenida: “Sentidos del Libro invita a discutir y
reflexionar sobre los proyectos editoriales y la dimensión simbó-
lica del libro, el impacto de la cultura escrita y sus usos sociales y
políticos”.
De una manera u otra, sentí que alguien en el mundo había
respondido mis preguntas y mis intereses de trabajo, estaba en un
momento en el que había iniciado indagaciones sobre prensa para
niños y este libro me hizo pensar en el problema del lector, como
un problema político.
El libro de mi querida Alejandra Giuliani llegó a mis manos
en Buenos Aires y pude recibirlo de manos de la propia autora.

66≈
Estaba justo encauzando mis preguntas al vínculo entre
impresos y vida política. El libro de Alejandra fue como
una luz al final del túnel. Lo mismo me ocurrió con ese
maravilloso prólogo que tiene Prensa para la revolución,
sin lugar a dudas, la invitación que hacen los autores de
revisar a Lenin me ayudó a comprender, de nuevo, el po-
der de la prensa en tiempos de tempestad. El libro sobre
la editorial ACME puso otros problemas sobre la mesa.
Cómo revisar un trabajo editorial popular, con lectores
muy bien perfilados.
En conclusión, las escenas de lectura que he cons-
truido con esta colección le han dado sentido a mi inves-
tigación y la idea de que ser lector exige un pacto narra-
tivo de completa complicidad.

Diana Paola Guzmán


Universidad Jorge Tadeo Lozano

≈67
Textos y contextos: a diez años de
Sentidos del Libro

En un primer momento la reflexión en torno al libro pareciera


estar ligada a la necesidad de estructurar un conocimiento parti-
cular sobre la historia de la literatura. Ante esto, la labor constante
de diversos especialistas en el mundo a lo largo de varias décadas,
nos permiten hoy en día llevar adelante dicha reflexión desde una
óptica mucho más compleja y, por lo tanto, más enriquecedora.
Como bien sugiere el historiador Robert Darnton, el punto de
partida para el análisis del libro es el estudio social y cultural de la
comunicación por medio de la imprenta.
En Argentina, más específicamente a partir del año 2006 con
la aparición de una obra dirigida por José Luis de Diego, los es-
tudios sobre el libro, la edición y los lectores han logrado con-
solidarse como un fructífero campo de estudio. Ya diferenciados
del movimiento pionero de la Histoire du livre impulsada por los
historiadores franceses a mediados de la década de 1950, el pano-
rama actual de este enfoque se entreteje como una heterogénea
red interdisciplinaria, ya sea desde la historia, la bibliotecología, la
sociología, la antropología, los estudios literarios y de traducción,
así como también desde el diseño gráfico y la tipografía.
Teniendo en cuenta los acontecimientos vividos, las determi-
naciones históricas, los individuos, las formaciones sociales o los
circuitos de comercialización y lectura, el editor Alejandro Schmied
(Tren en Movimiento), a través de la colección Sentidos del Libro,
ha logrado generar por medio de la construcción de redes, disposi-
tivos y circuitos de relaciones entre las diversas mesetas que hacen
al libro y a la edición, una clara invitación al lector: “Discutir y re-
flexionar sobre los múltiples usos de la palabra escrita. Abarcando
proyectos editoriales cargados de implicancias político-culturales,
se extiende hacia la amplia cultura del impreso y aquellas categorías
que nos permiten hoy pensar el universo del libro”.
El camino propuesto por la colección tiene la particularidad
de inscribirse en la reestructuración continua del mercado edito-
rial argentino. Ya sea desde mediados del siglo XX con la irrup-
ción del peronismo; hasta el ascenso de la mundialización bajo la
dirección del liberalismo económico en el siglo XXI; de la histo-
rieta a la prensa revolucionaria; la actualización o especialización
de los “lectorcitos”; así como también el rol particular que pue-
de generarse alrededor de la figura profesionalizada de un editor
como Santiago Rueda o una editorial paradigmática como Acme;

68≈
pensando además en la tensión que se genera entre el régimen
legal de la propiedad intelectual y los derechos humanos. Así, to-
dos los títulos que componen la colección —hasta el momento—,
nos permiten pensar el libro como un objeto de estudio material,
estudio que a la vez presta atención a su producción, circulación
y recepción, entendiendo este circuito como el resultado de un
proceso de colaboración sumamente complejo entre diversos ac-
tores, como bien señala Don McKenzie en su propuesta para una
sociología del texto.
Testigo de los extravíos, las búsquedas y las elecciones del
editor, pero también de sus compromisos, principios y convenios
políticos, el catálogo —y más específicamente esta colección—
pueden ser leídos como una parte íntima del editor. Como en el
cuento “El libro de arena” de Borges, en el que un lector especia-
lizado recibe de manos de un vendedor un misterioso y peculiar
objeto que puede ser pensado como “El libro de los libros”; es
ese objeto, escrito en caracteres extraños, voluminoso, infinito,
cuidadosamente encuadernado y diagramado de forma particu-
lar; al igual que esta colección, “de arena”, que presenta al lector
especializado o simplemente interesado en el tema un panorama
diverso de inquietudes abordadas desde una serie de posibilidades
o “sentidos”, una experiencia de lectura infinita, como la arena; ya
que como señala Borges en el cuento citado: “ni el libro ni la arena
tienen ni principio ni fin”.

Francisco Jara Bernales


Estudiante de la carrera de Edición
Universidad de Buenos Aires

≈69
El mundo editorial y sus lecturas

La colección se propone darle nuevos sentidos al libro. Su peso está


fuertemente centrado en investigaciones sobre la historia de algu-
nas colecciones y sellos editoriales. En tanto lectores, como sue-
le suceder, no pocas veces llegamos a conocer primero el análisis
antes que el objeto en sí que se aborda. En lo personal, pienso
el caso de Escuchen, lectorcitos, de Silvia Urich, donde la colección
de libros Biblioteca Infantil General Perón sobre la que la autora
trabaja llegó a mi conocimiento antes de leer el propio material,
digitalizado años más tarde por el Archivo Histórico de la Provin-
cia de Buenos Aires “Dr. Ricardo Levene” y el Instituto Nacional
de Investigaciones Históricas “Eva Perón”.
He citado algunos de los libros de la colección en mis trabajos.
Y he recurrido —más de una vez— a Editores y política, la exhausti-
va investigación publicada por Alejandra Giuliani, que compren-
de el periplo 1938-1955. La autora aborda allí una Buenos Aires
como centro del mercado del libro en América Latina. Se trata
de otro tiempo “en el que las características del mercado edito-
rial eran absolutamente únicas”. El trabajo indaga en las políticas
respecto al libro, en el activo rol del Estado, las distintas estrate-
gias de comercialización y venta, las asociaciones de editoriales
(la Cámara Argentina del Libro en primer término, la Sociedad
Argentina de Editores luego, y en paralelo), las ferias y la calle, los
liderazgos empresariales, algunos nombres de relieve y otros que
no, las traducciones, la edición nacional y el libro “pirata”. Es una
aguda, pormenorizada y atenta lectura.
Creo que entre los rasgos distintivos de Sentidos del Libro
está el lugar que en esta colección tienen los aspectos históricos,
la puesta en contexto, la omisión del lugar común y el fuerte peso
que cobran los materiales en sí mismos. El signo preponderante
está en la investigación y el trabajo sobre los materiales, en mu-
chos casos revisitados por vez primera.

Guillermo Korn
Universidad de Buenos Aires

70≈
Apreciación sobre tres títulos de
Sentidos del Libro

Soy sociólogo, condición que, ante todo, es un certificado de in-


capacidad. Desde hace un tiempo, me dedico a pensar el desarro-
llo de la literatura policial en la Argentina (fenómeno que, en mi
tosca comprensión, es más complejo de lo que parece). No diría
que soy “seguidor” o fan de la colección Sentidos del Libro de la
editorial Tren en Movimiento, pero, sin dudas, me gustan mucho
sus libros. Al menos me pronuncio sobre los que conozco, que son
tres: dos de Carlos Abraham y uno de Daniela Szpilbarg.
Leí los libros de Carlos Abraham (me refiero a La editorial
Tor: medio siglo de libros populares y La editorial Acme: el sabor de
la aventura) porque contenían información sustantiva sobre algu-
nas colecciones de literatura policial en nuestro país. Además de
cumplir con creces mis expectativas, los trabajos de Abraham me
mostraron algunos itinerarios posibles de los estudios sobre edi-
ción y editoriales en nuestro país (área de estudios que, si bien no
conozco de manera cabal, considero de relevancia para la sociolo-
gía de la literatura).
Leí el libro de Daniela Szpilbarg (Cartografía argentina de la
edición mundializada: modos de hacer y pensar el libro en el siglo XXI)
porque sabía de su existencia, porque se lo había comprado a la
autora y porque tenía interés en leer su trabajo con detalle (no
por “caridad sociológica”, eso nunca). Me sensibilizó sobre otras
posibilidades de los estudios sobre edición y me fascinó la canti-
dad de detalles que contiene sobre el complejo mundo editorial
del siglo XXI.
Si me dieran a elegir (no es que se trate de un pedido subli-
minal), creo que, en algún momento, me gustaría seguir con el
de Pablo Turnes sobre Alack Sinner (El exilio de las formas: Alack
Sinner, de Muñoz y Sampayo).
No conozco personalmente a los gestores de Sentidos del
Libro, aunque entiendo que un tal Alejandro Schmied es el de-
miurgo. Estimado Alejandro: siga haciendo lo que hace, por favor.
Eso quizá diría una persona respetuosa. Un sociólogo irreverente
preferiría una fórmula más distendida: seguí así, loco.

Hernán Maltz
Universidad de Buenos Aires

≈71
Una fuente de inspiración
para mis trabajos

Si bien Sentidos del Libro es una colección que se centra en pu-


blicar investigaciones de largo aliento sobre la edición y el libro
en Argentina (y este sería su rasgo diferenciador respecto a otras
colecciones sobre el tema existentes en América Latina), permite
que los lectores de otros países tengamos referentes de compa-
ración para los fenómenos que analizamos y, además, referentes
metodológicos para emprender nuestras propias investigaciones
(ojalá los libros de esta colección pudieran ser distribuidos en Co-
lombia).
Caracterizaré la contribución de Sentidos del Libro al campo
de estudios sobre el libro y la edición desde mi experiencia con
uno de sus títulos: La editorial Tor. Medio siglo de libros populares,
de Carlos Abraham ([2012] 2016). Descubrí este libro en uno de
mis viajes a Buenos Aires, pues en Colombia no se conseguía. La
publicación de Abraham ha sido de gran ayuda en mis investiga-
ciones sobre el campo editorial colombiano de la primera mitad
del siglo XX, pues en esta época la producción argentina era una
de las dominantes en el comercio de libros en el país. El libro de
Abraham, además, es un excelente ejemplo de investigación en

72≈
el área de los estudios editoriales, por el uso de diversas fuentes
y la forma de analizar las colecciones de la editorial Tor; por esta
razón, es un referente en mis clases de investigación en la Maes-
tría en Estudios Editoriales, en Colombia. A falta de bibliografía
sobre el mundo editorial colombiano de la primera mitad del
siglo XX —centro de mis investigaciones—, el libro de Abra-
ham me ayudó a comprender algunos fenómenos editoriales del
momento y las interrelaciones entre los mercados argentino y
colombiano.
Por otra parte, considero que el libro de Abraham se ubica
en los trabajos que abordan lo popular, tanto en edición como
en literatura; al no ser considerado como importante dentro de
muchos círculos académicos, lo popular se ha dejado de lado. La
investigación sobre Tor demuestra la relevancia de este tipo de
empresas para comprender procesos de formación de públicos y
de circuitos para el libro en toda América Latina.
Además del libro de Abraham, he tenido la oportunidad de
leer los de Alejandra Giuliani y Daniela Szpilbarg, en los cuales
he encontrado la misma alta calidad investigativa y una fuente
de inspiración para mis trabajos sobre el campo editorial colom-
biano.

Paula Andrea Marín Colorado


Maestría en Estudios Editoriales, Instituto Caro y Cuervo,
Colombia

≈73
Ampliar la mirada hacia nuevas
referencias y referentes

La colección Sentidos del Libro recupera la dimensión relacional


de la textualidad: las múltiples negociaciones por las que atraviesa
un texto desde que es escrito, se hace público y se pone en cir-
culación para encontrar un posible interlocutor. Se trata de un
campo de estudio en el que la historia, la sociología, la economía,
el derecho y la antropología, entre tantas otras disciplinas, se en-
trecruzan para abordar un objeto poco convencional como lo son
las prácticas sociales relacionadas tanto con la escritura, la traduc-
ción, la edición y la puesta en circulación, como con las múltiples
prácticas de lectura y de apropiación de ese objeto textual.
Sin embargo, la fragmentación disciplinaria suele conformar
cánones de lectura que limitan nuestra mirada sobre la compleji-
dad y la riqueza de los procesos sociales. Las ciencias, por ejemplo,
desde una perspectiva “internalista”, suelen interpretar su propia
producción textual como si fuesen manuscritos, desterrando del
análisis no solo la multiplicidad de procesos de intermediación
y de negociaciones por los que atraviesa un texto para arribar a
la existencia pública sino, sobre todo, las representaciones sim-
bólicas que la propia comunidad científica configura en torno a
esos procesos, y que son la arena de disputa política y social por la
hegemonía de significados y sentidos respecto de qué es la ciencia
y quién detenta el poder de definirlo.
Hay “una simplificación ilegítima del proceso por el que las
obras adquieren sentido”, dice Roger Chartier y recupera Silvia
Urich en Escuchen, lectorcitos, uno de los libros fundacionales de
esta colección. Restituir ese proceso implica romper esa segmen-
tación disciplinaria e incorporar la riqueza de perspectivas que
aportan estas nuevas lecturas.
Esto permitiría ampliar la mirada hacia las múltiples dimen-
siones de la producción, circulación y apropiación de textos, in-
corporando incluso nuevas perspectivas de derechos, que recon-
figuren la noción tradicional de propiedad intelectual restrictiva,
que limita el acceso a los bienes científicos y culturales, como
propone Beatriz Busaniche en Propiedad Intelectual y Derechos Hu-
manos, temática que ha interpelado en las últimas dos décadas al
campo editorial científico, al proponer repensar la “propiedad”
del conocimiento tal como fue pensada hasta el siglo XX. Dentro
de esa línea se inscriben las licencias Creative Commons que res-
tituyen a las y los autores el poder de “elegir qué derechos ceden y

74≈
bajo qué condiciones”, bajo formas de producción más abiertas y
colaborativas, como las analizadas por Beatriz Busaniche, Maria-
na Fossatti, Jorge Gemetto, Evelin Heidel, Lila Pagola en Arte y
cultura en circulación.
Romper los cánones disciplinarios y habilitar nuevas referen-
cias y referentes, como los que aporta esta colección, permitiría
que las distintas áreas del conocimiento, al analizar su propia pro-
ducción escrita, incorporen los procesos relacionales de produc-
ción científico-editoriales que insertan esos textos en un diálogo
más amplio, a través de dispositivos editoriales y canales de dis-
tribución específicos de las ciencias, por lo que traen consigo las
relaciones económicas, políticas y culturales que hicieron posible
tanto su realización como su circulación.

Viviana Martinovich
Instituto de Salud Colectiva-Universidad Nacional de Lanús

≈75
Nuevos recorridos

La historia de la industria editorial es, por mi formación profe-


sional y mi oficio, un eje fundamental para pensar la cultura en
general, las transformaciones sociales, la política, la educación
y la historia. La importancia de comprender la circulación y el
mercado de los libros es que allí se reflejan una serie de facto-
res que no siempre pueden verse en su totalidad desde otras mi-
radas históricas o, quizás, a mí me es más fácil comprenderlas
desde el terreno con el que comparto una base en el presente.
El enfoque que la colección Sentidos del Libro tiene para to-
mar temas de estudio la vuelve única entre los estudios del
mundo del libro en general, pues apunta a recortes especí-
ficos de la historia argentina de la edición, y a temas relega-
dos por los estudios más a grandes rasgos de períodos o géne-
ros. Y a la vez, en esta dirección, la colección ilumina aspectos
que hasta ahora tuvieron menos relevancia y que permiten
observar algunas cuestiones desde nuevos puntos de vista.
Parafraseo a Carlos Abraham, uno de los autores de la colec-
ción, hablando de una de sus investigaciones, pero que aplica a
varios de los títulos: cada uno de estos trabajos nos permite ver
lo que hay por debajo de la punta del iceberg. Me interesan es-
pecialmente sus recorridos minuciosos sobre editoriales que en
general fueron poco estudiadas por su bajo prestigio intelectual,
como Tor o Acme, y el trabajo sobre revistas de ciencia ficción
también, en los que nos encontramos con proyectos editoriales
que parten de ideas comerciales principalmente pero que con-
figuran por su alcance y masividad, las bibliotecas y la mane-
ra de leer de una buena parte de los lectores del siglo XX por
fuera de universidades y academias. De esta manera podemos
prestar atención desde nuevos puntos de vista a la circulación
de obras que, por ejemplo, fueron parte de la educación emo-
cional de varias generaciones, como la colección Robin Hood.
Es destacable, además, que cada título lleva también el traba-
jo de reponer información de publicaciones y catálogos, debi-
do a la falta de conservación de archivos y la escasez de inves-
tigaciones previas que puedan servir de base. Imagino así un
trabajo casi arqueológico de revisión de ficheros y bibliotecas,
previo o paralelo a la reflexión y análisis sobre lo que se va en-
contrando. Esto nos da una ventaja gigante para seguir inves-
tigando con el fin de profundizar más y relacionar estos temas
con la historia de la educación, de la vida cotidiana, de las in-
fancias, por ejemplo, y ampliar nuestro conocimiento sobre la

76≈
sociedad que se configura en Argentina a partir del siglo XX.
Conocer a fondo la historia de la industria cultural argentina
permite comprender algunas ideas que circulan todavía hoy, en-
tender procesos comerciales, culturales y sociales que nos con-
forman y atraviesan, y también es tener más herramientas para
poder analizar el presente complejo y cambiante que nos toca.

Natalia Méndez
Universidad de Buenos Aires

≈77
En el décimo aniversario del
lanzamiento de la colección
Sentidos del Libro

¿Qué es posible decir, como lector, de Tren en Movimiento y su


colección Sentidos del Libro? Si una década puede parecer mu-
cho tiempo también sus primeros diez años suelen saber a poco.
Pero la colección Sentidos del Libro nos brinda la posibilidad de
un juego de palabras, ¿quién sabe el último sentido creativo del
libro y sus cambiantes prácticas y representaciones? Y la palabra
“juego” trae a colación el concepto de fiesta: la celebración de la
edición y de la lectura en una iniciativa editorial con brío y mo-
vimiento constante. No es posible detenernos en el conjunto de
los títulos editados, pero sí podemos hablar del disfrute de poseer
en las manos algunos de sus ejemplares. Recuerdo, tan solo por
señalar dos ejemplos, la inefable “celebración impresa” que resulta
leer (en toda su pura y contundente materialidad) La editorial Tor
por Carlos Abraham o Escuchen, lectorcitos por Silvia Urich. Obras,
con otros títulos de su catálogo, que solemos citar en nuestros
artículos y mencionar en las clases de Historia del Libro y de las
Bibliotecas, en la Carrera de Bibliotecología y Ciencia de la Infor-
mación de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Así pues, esta
colección es un elogio y una defensa de la cultura impresa en sus
múltiples vertientes.
Esto que comentamos no es una novedad: su estética tipográ-
fica, su cuidado impreso y la calidad intelectual de sus contenidos.
Lo realmente significativo es que una editorial argentina acom-
pañe uno de los procesos más interesantes de la Nueva Historia
Cultural, en una de sus expresiones más significativas: la historia
de la edición. Además, al pasar revista a las obras publicadas, emer-
gen otros aspectos fascinantes de la modernidad polifacética del
libro: la historia de la cultura escrita y la historia de la lectura. Y
estas orientaciones no son, bajo ningún punto de vista, un fenó-
meno aislado, pues forman parte del rico entramado del mundo
de la edición en el cual participan diversas colecciones, tales como
Scripta Manent (Ampersand), Tipo (Eduvim) o Libros sobre Li-
bros (Fondo de Cultura Económica).
No obstante, en el momento de festejar su primer decenio,
quisiera rescatar algunas de las temáticas abordadas en sus edicio-
nes. Tópicos que, hasta la fecha, han sido parcialmente estudiados
y que Tren en Movimiento, por intermedio de esta serie, proyecta

78≈
a un primerísimo plano. Pensemos en los títulos que estudian la
propiedad intelectual y derechos humanos, la historieta, las revis-
tas argentinas de ciencia ficción o las editoriales que carecían de
ensayos (Tor y Acme), el escenario de los editores y la política, la
producción escrita de las organizaciones político-militares, entre
otros temas.
En este contexto, entonces, en el marco de recuperar las me-
morias sociales impresas, es donde la colección Sentidos del Libro
se ha ganado un lugar en nuestra memoria y en nuestro presente
pero, ante todo, en nuestra propia identidad lectora y editorial.

Alejandro E. Parada
Universidad de Buenos Aires

≈79
Sentidos del Libro en el cruce
entre política, espacio cultural
y mundo editorial

De la colección Sentidos del Libro he trabajado particularmente


aquellos materiales referidos al período peronista clásico (1945-
1955). Al administrar un sitio de referencia bibliográfica orienta-
do al estudio del peronismo en sus distintas etapas, ni bien fueron
publicados los libros de Silvia Urich (Escuchen, lectorcitos) y el de
Alejandra Giuliani (Editores y política) fueron catalogados e inclui-
dos en los repositorios digitales del CEDINPE-UNSAM (www.
unsam.edu.ar).
Esas publicaciones me permitieron ponerme en contacto con
las autoras para ampliar las referencias en relación con sus pro-
ducciones, incluyendo consultas sobre temas concretos o inter-
cambios útiles y productivos para los trabajos de investigación
en curso sobre proyectos editoriales. En
particular he utilizado Escuchen, lectorcitos
como referencia para exponer la colección
de la Biblioteca Infantil General Perón. El
hecho de contar en el CEDINPE con ese
conjunto de libros permitió exponerlos de
manera más amplia y consignarlos en un
contexto específico.
Editores y política constituye un mate-
rial de consulta constante. El último uso
realizado, por dar un ejemplo, fue hecho
en una reconstrucción de la trayectoria de
Atilio García Mellid, quien se desempeñó
como director ejecutivo de la CAL hasta
mediados de los años cuarenta, entrando
en conflicto con la Cámara por su adhe-
sión al peronismo.
Interesa destacar unos rasgos de ori-
ginalidad de esta colección sobre libros,
de otras que existen en el espacio cultural
latinoamericano. Uno de sus propósitos
es ofrecer materiales que han estudiado o
profundizado proyectos editoriales en su
relación con el mundo de la política y la
cultura. Esa aproximación provee, además

80≈
de valiosa información al acercarse con detalle al objeto bajo aná-
lisis, una contextualización, una problematización y un planteo de
temas o cuestiones que conviene seguir estudiando.
No se trata de publicaciones orientadas a reponer simplemen-
te información, sino que buscan ponerla en otras coordenadas. En
el punto de cruce entre política, espacio cultural y mundo edito-
rial. De esa manera contribuyen a afirmar un ámbito de estudio
sobre la historia de la edición, los editores y las editoriales que
está en plena expansión en el país, como lo demuestran cierta pe-
riodicidad de encuentros académicos o espacios abiertos a estas
temáticas en congresos más globales de la disciplina histórica.

Darío Pulfer
CEDINPE-UNSAM

≈81
Una colección y una pequeña
editorial para la historia de
empresas en Argentina

Una colección editorial de libros sobre la historia de la edición,


editores, editoriales y normativa en torno a la propiedad intelec-
tual es siempre una buena noticia. Además, en este caso, ha per-
durado en el contexto de los vaivenes a los que nos tiene ya acos-
tumbrados la economía argentina y se ha seguido nutriendo de
títulos en estos “sentidos del libro”; y esto, sin duda, resulta muy
significativo. El objeto de estudio general de la colección es la
edición, pero puede serlo también la editorial en sí misma.
Desde la perspectiva histórica, y más particularmente desde la
historia de empresas, Tren en Movimiento adquiere una doble con-
dición: es objeto de estudio en tanto firma editorial y, a su vez, per-
mite a través de su colección Sentidos del Libro contar con material
sistematizado en torno a empresas editoriales, a editores/empresarios
editoriales, a su asociacionismo, a obras que revisan la propiedad in-
telectual y actualizan su significado teniendo en cuenta los derechos
humanos, los derechos culturales y el derecho a la educación. Todo
esto es de importancia mayúscula tanto para las investigaciones en
curso dentro del campo académico como para las venideras.
Esta colección incluye obras que constituyen un verdadero
aporte para entender la morfología del sector editorial de Argen-
tina en perspectiva histórica. Seguramente, muchas de ellas no
han tenido la pretensión de ser libros de historia y mucho menos,
libros de Historia de Empresas. No obstante, se constituyen en in-
sumos muy importantes, algunas de ellas son parte de la argamasa
en la construcción de una mirada crítica sobre la actividad edito-
rial/empresarial y colaboran a la hora de pensar históricamente
la producción de contenidos editoriales, el marco normativo en
cuanto a derechos culturales y su consumo.
Libros como La editorial Tor, Editores y política. Entre el mercado
latinoamericano de libros y el primer peronismo (1938-1955), Escuchen,
lectorcitos. La Biblioteca Infantil General Perón, La editorial ACME,
Propiedad Intelectual y Derechos Humanos, Arte y Cultura en Circula-
ción junto a todos los otros que integran la colección recorren en
su conjunto importantes aspectos de la historia de la producción
editorial en nuestro país en diálogo con la producción editorial
del mundo, especialmente del mundo occidental y de la edición
en idioma castellano.

82≈
Los aniversarios suelen ser puntos de inflexión para reflexionar
sobre el pasado y configurar el futuro; generalmente, las empresas y
sus colecciones no escapan a esta lógica. Por eso, es este el tiempo de
pensar en lo realizado, en la senda transitada; pero, al mismo tiempo,
en el camino por recorrer. En él un pedido especial: que lo realizado,
lo que haya quedado solo en un proyecto que pudo haber sido y no
fue, tanto en la colección Sentidos del Libro como en sus coleccio-
nes hermanas, además de toda actividad vinculada a la editorial, sea
resguardo en un archivo de empresa que permita reconstruir algún
día la historia de una firma llamada Tren en Movimiento.

Viviana Román
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Económicas
IIEP-BAIRES - CEEED

≈83
Sentidos del Libro:
una cuña necesaria

Sentidos del Libro, la colección de editorial Tren en Movimiento,


cumple diez años. Se podría haber dejado pasar la fecha de largo,
sin pena ni gloria. O tal vez, un simbólico brindis, como para cum-
plir con un ritual, a modo de celebración de una fecha redonda.
Sin embargo, desde la academia, el Grupo de Estudios sobre
Historia de la Edición, la Lectura y la Traducción de la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA decide realizar una apuesta, ori-
ginal en su forma, imprescindible en su contenido. Más que un
homenaje, un nuevo aporte al estudio de la edición argentina,
a través de la publicación del catálogo comentado de Sentidos
del Libro.
Para ciertas editoriales, la construcción de su catálogo supone,
de forma inconsciente o deliberada, la acumulación. Esto impli-
ca que el amontonamiento de títulos, de autores “eficaces”, con
gancho, garantiza la posibilidad cierta del éxito comercial. Alejan-
dro Schmied y su equipo han buscado (y consiguen) romper esa
lógica. Entendieron la importancia de pensar y llevar a cabo una
colección, de contornos definidos, un aporte original y sustantivo
dentro del panorama editorial vernáculo.
Pero, en paralelo, también están presentes en el mercado li-
bresco otros editores que han buscado enriquecer sus fondos con
obras referidas a la cultura impresa. Como muestra, se pueden
nombrar algunas editoriales de fuste, competidores y complemen-
tarios de la bonaerense, como Fondo de Cultura Económica o
Ampersand, aunque por supuesto, no son las únicas. Estas edi-
toriales ofrecen (dada su infraestructura y capacidad económica)
autores de renombre internacional, excelentes traducciones y
cuidadas ediciones. De allí que, por contraste, cobra una mayor
significación una colección como Sentidos del Libro, puesta en
circulación por una editorial pequeña, nacida en la periferia.
La propuesta de Tren en Movimiento tiene varios puntos altos.
En primer lugar, hay que señalar que toda la temática es nacional
y con autores argentinos, muchos de los cuales publican su primer
libro. La colección se posiciona en diversas facetas de nuestra cul-
tura impresa: propiedad intelectual, derechos de autor, historieta,
publicaciones periódicas, etc. Sin desmerecer estos aportes, vamos
a detenernos, un momento, en el campo de la edición.
Siguiendo con las fortalezas de la serie: el rescate de proyec-
tos editoriales que tuvieron un peso decisivo en la denominada

84≈
“época de oro” del libro argentino; en sendos libros de Carlos
Abraham, sobre las editoriales Tor y Acme. Y, también, en el libro
de Lucas Petersen sobre el editor Santiago Rueda.
Los libros de Silvia Urich y Alejandra Giuliani abordan la
compleja trama de las políticas culturales del peronismo, que el es-
tablishment cultural siempre intentó demonizar, a través de la falaz
dicotomía alpargatas vs. libros.
Por último, editado a finales de 2019, y tal como lo señala su
autora, el libro de Daniela Szpilbarg, intenta presentar un estado
del campo editorial argentino entre finales de los años 90 y la
actualidad.
En definitiva, libros sólidos en su estructura conceptual, com-
pletos en la información que brindan, con fuentes de información
y bibliografía de autoridad, abundante y variada, originales en sus
enfoques; vienen a llenar un vacío, para poder continuar y ampliar
la reflexión crítica sobre el multifacético universo de la edición y
el libro en la Argentina.

Eduardo L. Rubí
Editor de la Bibliografía de la Cultura Impresa Argentina

≈85
Un espacio de encuentro e
intercambio

Las colecciones nos hablan de espacios sobre el que editoriales,


editores y autores buscan intervenir, dejar marcas y posicionarse
en el debate cultural, mediante una serie de libros que entablan un
diálogo —hacia adentro y hacia afuera— que se nutre y enriquece
con cada lanzamiento. Para quienes nos interesamos e investiga-
mos el mundo del libro y la edición, las colecciones específicas so-
bre estos temas cumplen una función muy importante. Nos aporta
un marco de referencias, nos facilita materiales inéditos o traduc-
ciones que podemos utilizar como insumos para nuestros traba-
jos, sistematiza en libros una vasta producción intelectual y nos
concede el armado de un espacio de encuentro e intercambio con
colegas gracias a temas, autores y libros afines a nuestros intereses.
La colección Sentidos del Libro de Tren en Movimiento se ha
ganado un lugar de referencia en el mapa de colecciones edito-
riales sobre el mundo del libro, del que fue pionera Libros sobre
Libros del Fondo de Cultura Económica y del que también in-

86≈
tervienen editoriales universitarias como Eudeba (con La vida y
los Libros), Eduvim (con Tipo) y otras editoriales pequeñas como
Ampersand (con Scripta Manent). Algunas de estas colecciones
parecen estar orientadas más hacia la labor profesional y al trabajo
editorial, mientras que otras condensan trabajos históricos eru-
ditos sobre el espacio editorial, del libro, la escritura y la lectura.
Sentidos del Libro tiene particularidades que le dan una im-
pronta propia. Al menos hasta el momento, publicó trabajos de
autores nacionales sobre editoriales, editores y procesos en donde
interviene el amplio mundo editorial de la Argentina. Otra par-
ticularidad, la que me interesa destacar porque se vincula a mi
trabajo de investigación sobre editores de best-sellers políticos, es
que los libros de la colección apuntan a interrogantes y pregun-
tas amplias, que no se agotan en lo descriptivo de una trayectoria
personal o de una empresa cultural, algo que podría redundar en
una investigación cerrada en sí misma a un objeto particular. Por
el contrario, los libros de Sentidos del Libro toman al objeto im-
preso como lente para ilustrar procesos sociales más amplios que
atravesaron a nuestro país y del que el libro es una arista central
no desconectada de lo que acontecía en el mundo cultural e in-
telectual durante las diferentes coyunturas y regímenes políticos
del siglo XX. Los libros populares, escolares, la política cultural,
las políticas editoriales y la gestión corporativa del sector, las van-
guardias artísticas y políticas, las revistas culturales, intelectuales
y políticas, los exilios y las trayectorias editoriales a partir de los
procesos de transnacionalización del sector son los temas princi-
pales que podemos encontrar en esta colección.
Desde mi punto de vista, Sentidos del Libro aporta a conocer
los vínculos entre la cultura y la política y sus resonancias en nues-
tro país, con el soporte libro-revista-impreso y la labor editorial
como elementos disparadores. Así, una colección puede dinamizar
un campo de estudios y, a la vez, trascenderlo con preguntas que
alcancen e interesen a más lectores.

Ezequiel Saferstein
CeDInCI-UNSAM-CONICET

≈87
Entre la edición y la emoción:
diez años de Sentidos del Libro

Los aniversarios son motivo de celebraciones y pensar en los diez


años de la colección Sentidos del Libro no parece ser la excepción.
Pero, ¿y si aprovechamos la oportunidad para ir un poco más allá
y reflexionar en primera persona, sin perder de vista lo conceptual
y lo teórico, evocando la emoción que esta colección despierta
para atravesar la experiencia de la lectura y encontrarse con los otros?
Considerar el lugar de las emociones entre las cuestiones que dan
cuenta de cómo la experiencia forma la teoría, cómo la transfor-
ma y cuáles son sus contribuciones parece ser un paso interesante
para estudiar el mundo del libro y la edición.
Entonces, no voy a hablarles de los libros de esta colección que
están en mi biblioteca, ni mi fascinación por el sabor de la aventu-
ra con La editorial Acme, esos libros amarillos de los que me hubie-
ra gustado tener todos los tomos. Comenzaría a contar la historia
con un encuentro. En la Universidad de La Plata en el Primer
Coloquio Argentino de Estudios sobre el Libro y la Edición. Allá,
por noviembre de 2012, con un café en la mano y
en una charla con Alejandra Giuliani, comenzaría a
tomar forma la idea de hacer un seminario en Filo
(sí, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Uni-
versidad de Buenos Aires).
Eso terminó plasmado en la primera presen-
tación de Editores con historia: los avatares de la
edición en Argentina, en el segundo cuatrimestre de
2013. No interesa recordar esto solo por la impor-
tancia que tienen los encuentros académicos para
intercambiar ideas, generar debates o definir nuevos
proyectos. Tampoco porque entre la bibliografía del
programa se incluyeran los dos primeros libros de
la colección: Escuchen, lectorcitos de Silvia Urich y La
editorial Tor de Carlos Abraham. Sino porque entre
los participantes del curso se encontraba Alex (Ale-
jandro Schmied), un joven editor que cada semana
seguía los avatares de otros que, como él, sabían que
una editorial es algo real, que obligan a seleccionar
alguno de los buenos libros que se reciben y que,
más allá de la necesidad de vender, una colección necesita mante-
ner una línea cuyo criterio de selección es el de la calidad, indepen-
dientemente de las posibilidades de mercado.

88≈
Con su presencia, la propuesta del seminario superaba la idea
de que el análisis histórico permitiría conocer, evaluar, a la vez que
someter a la crítica, el trabajo y las experiencias de los editores.
Los Sentidos del Libro se complementaban con el análisis y la re-
flexión sobre el oficio de editar. Porque nos acompañaba el editor
que ponía al Tren en Movimiento, que intentaba buscar respues-
tas a cuestiones que desde la reflexión académica transformaran
las prácticas editoriales y, mirando otros libros, otros problemas
de la industria, intentaba entender y ejercer mejor su oficio mien-
tras continuaba haciendo crecer ese espacio donde, como bien lo
demuestra Editores y política de Alejandra Giuliani, nuestras inves-
tigaciones pueden terminar hechas libros.

Beatriz C. Valinoti
Universidad de Buenos Aires

≈89
Los libros existen para
desembocar en otros libros

Modifico la célebre frase que abre “El libro, instrumento espiri-


tual”, de Stéphane Mallarmé, para pensar esta colección de Tren
en Movimiento, una valiosa colección en la que los libros desem-
bocan en otros libros. A diferencia de otras colecciones de “libros
sobre libros”, los títulos de Sentidos del Libro aparecen como epi-
sodios de un conjunto orgánico —es lo que pasa con las buenas
colecciones: se leen casi como un mismo texto, con variaciones—,
movimientos de una operación mayor que los excede y, al mismo
tiempo, los aglutina: la reconstrucción de la historia de la edición
en Argentina. Estas investigaciones ponen en circulación un con-
junto de saberes sobre las transformaciones de las prácticas edito-
riales, el devenir de editoriales centrales en la tradición argentina
—con un énfasis en aquellas de alcance popular—, la trayectoria
de los agentes que crearon o intervinieron en esos sellos, el diseño
de las políticas del libro en nuestro país, entre otras cuestiones.
No soy especialista en los estudios sobre el libro y la edición,
pero me interesan sus contribuciones debido a que mi trabajo
como investigador se centra en la traducción. Si bien puede ser
pensada desde coordenadas teóricas bastante disímiles, la traduc-
ción es una práctica editorial y las traducciones —los libros tra-
ducidos— son objetos, productos modelados por operaciones o
estrategias de naturaleza editorial, por lo que creo que cualquier
reflexión sobre esta práctica debe considerar el horizonte de la
edición y sus mutaciones históricas. Sentidos del Libro promueve
este conocimiento, sus títulos son más que relevantes para mis
investigaciones, para mi trabajo como docente universitario, pero
también para mi curiosidad de lector, más allá de cualquier perte-
nencia institucional. Es el caso del reciente Cartografía argentina
de la edición mundializada, de Daniela Szpilbarg (2019), un libro
fundamental que reflexiona sobre las transformaciones de la edi-
ción argentina a lo largo de los últimos veinte años, a través de
cuestiones como los perfiles del editor “post 90” o la práctica de la
extraducción. A su vez, otros títulos de la colección me permitie-
ron acceder a datos concretos sobre los catálogos y la trayectoria
de editoriales que tuvieron un rol central en la configuración del
mundo editorial argentino. Pienso en los dos títulos de Carlos
Abraham: La editorial Tor. Medio siglo de libros populares (2016) y La
editorial Acme. El sabor de la aventura (2017), que sistematizaron
los catálogos de dos editoriales de alcance popular —diferentes

90≈
una de otra— que hicieron de la traducción una práctica clave de
sus proyectos económicos y culturales. Algo similar sucede con
Santiago Rueda. Edición, vanguardia e intuición (2019), de Lucas Pe-
tersen, un aporte significativo para la comprensión de la figura de
un editor y el trabajo de una editorial que publicó algunas traduc-
ciones casi “míticas” de la cultura literaria argentina, sobre las que
no circulaba demasiada información.
Si los libros desembocan en otros libros, los títulos de esta
colección de Tren en Movimiento construyen un conocimiento
crítico sobre ese soporte privilegiado de la cultura letrada, que es
también un conocimiento sobre el mundo en que los libros sur-
gen, circulan y actúan.

Santiago Venturini
IHUCSO Litoral, UNL-CONICET

≈91
Grupo de Estudio sobre Historia
de la Edición, la Lectura
y la Traducción

Alejandrina Falcón
Alejandra Giuliani
(coordinadoras)

Paula Auer
Julieta Benedetto
Susana de Luque
Martín Gonzalo Gómez
Rosario González Sola
Paula Gürtler
Francisco Jara Bernales
Viviana Martinovich
Eugenia Pérez Alzueta
Viviana Román
Alejandro Esteban Schmied
Silvia Urich
Ana Eugenia Vázquez
Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani (eds.)
Celebrar el décimo aniversario de la colección Sentidos del Libro de la editorial Tren en
Movimiento es para nosotras un modo de responder a la invitación que acompaña su
declaración de intenciones: discutir y reflexionar sobre los múltiples usos de la palabra
Leer, escribir, editar
escrita, el universo del libro, las prácticas y los actores que lo hacen posible, desde una
perspectiva atenta a sus implicancias político-culturales.
Catálogo comentado de la colección
Los temas y problemas que Sentidos del Libro invita a discutir y reflexionar son aque- Sentidos del Libro
llos que convocan mes a mes a los integrantes del Grupo de Estudio sobre Historia de
la Edición, la Lectura y la Traducción, colectivo conformado en 2018 con un objetivo
claro: crear un espacio plural, no jerárquico e interdisciplinario de lectura y discusión
de la bibliografía sobre la historia del libro, las prácticas y los actores asociados con su
producción, circulación y consumo en Argentina y América Latina. Inscripto en la Red de
Estudios Editoriales de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Ai-
res, nuestro grupo de estudio reúne investigadores, estudiantes y docentes de carreras
de grado y posgrado de edición, filosofía, historia, letras, sociología y traducción literaria,
y profesionales de la edición y de la traducción.
Este catálogo comentado es resultado de esos encuentros mensuales: lo impulsa la
voluntad de convertir en escritura y en objeto editorial nuestra práctica de lectura grupal
pero también el deseo de establecer un diálogo con quienes comparten nuestros inte-
reses. Su propósito es contribuir a la revisión y actualización de la historiografía sobre el
libro, la edición, la traducción y la lectura en la Argentina mediante un ejercicio colectivo
de análisis de una colección especializada surgida en un momento de expansión de nuestro Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani
campo de estudio.
Que este producto conjunto tenga una impronta celebratoria no implica que perdamos
(editoras)

Leer, escribir, editar


de vista la intención crítica que nos anima. Reflexionar sobre Sentidos del Libro significa,
ante todo, reflexionar sobre los modos del quehacer cultural y sobre el valor de poner en
diálogo voces diversas: la potencia de la colección no solo radica en la puesta en abismo,
en el gesto especular de tematizar e historizar las prácticas y los actores que configuran su
propio mundo, sino en hacer de ese gesto un acto consecuente con las implicancias polí-
tico-culturales del proyecto editorial de Tren en Movimiento, cuyo catálogo apuesta a dar Grupo de Estudio sobre
visibilidad a zonas relegadas de la cultura argentina, desde el fanzine contracultural hasta Historia de la Edición,
las legislaciones de protección animal pasando por la voz de niñas exiliadas. la Lectura y la Traducción
Así, con ese mismo espíritu de integrar voces diversas en torno al común interés por
el mundo de la edición, nos propusimos convocar lectores, autores y colaboradores de
Sentidos del Libro para pensar juntos el décimo aniversario del inicio de la colección.
Gestado colectivamente durante los meses de aislamiento pandémico, este catálogo
comentado es una invitación a repensar el quehacer editorial como una forma potencial
de cultura comunitaria, de alegría. Eso celebramos.

Alejandrina Falcón y Alejandra Giuliani

Grupo de Estudio sobre


Historia de la Edición,
la Lectura y la Traducción
SENTIDOS DEL LIBRO

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