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EL DIARIO DE HEINRICH WITT.

ENTREVISTA A ULRICH MÜCKE


28/07/2017 RESERVA CRÍTICA DEJA UN COMENTARIO

The Diary of Heinrich Witt (Boston y Leiden: Brill, 2016) fue una de las publicaciones más
importantes del 2016. La siguiente entrevista con el editor de este diario, el historiador
alemán Ulrich Mücke, tiene por objeto conocer más sobre este proyecto editorial y su
importancia para comprender la historia peruana.*
¿Quién fue Heinrich Witt?
Heinrich Witt (1799-1892) fue un comerciante de la ciudad de Altona, que hoy forma parte
de la ciudad de Hamburgo, pero que en aquella época pertenecía a un territorio súbdito al
rey de Dinamarca, por eso Witt fue súbdito del rey de Dinamarca y solamente en los años
de 1870 iba a serlo del imperio alemán. Heinrich Witt llegó al Perú en el año de 1824, antes
de la batalla de Ayacucho, como empleado de la casa comercial inglesa Antony Gibbs con
la cual trabajó hasta el año de 1842. Primero trabajó en Arequipa como contador de esa
casa comercial en 1830 y después en 1833 fue trasladado a la sucursal de Lima, que tenía
más importancia, también como contador y finalmente como contador principal. En 1831 se
casó con María Sierra, una señora dos veces viuda de la ciudad de Arequipa y ya entonces
decidió que se iba a quedar en el Perú. Vivió en el Perú hasta el año de 1892.

Después de haber salido de la casa Gibbs en 1842, Witt se estableció como comerciante
independiente en Lima, primero importando mercadería europea pero poco a poco fue
cambiando el perfil de sus actividades comerciales y empezó a prestar dinero —obteniendo
mayores ganancias— y finalmente fue accionista de los primeros bancos que se
establecieron en el Perú en la década de 1860. Por esos años consiguió también la
consignación de guano para Alemania y esos negocios financieros le aportaron ganancias
enormes de modo que ya en los años de 1860 era una persona que formaba parte de la
pequeña élite de la capital peruana

¿Heinrich Witt vendría a ser parte de la gran burguesía peruana como Manuel Pardo
o tenía una situación social menor?
Si se compara el patrimonio de Heinrich Witt con el de Manuel Pardo, este último tenía un
patrimonio mucho mayor, y eso se debió entre otras razones a que por parte de su esposa
(Mariana Barreda y Osma) Manuel Pardo heredó un gran patrimonio, mientras que el padre
de Heinrich Witt había quebrado durante las guerras napoleónicas y su esposa María Sierra
tampoco venía de una familia tan acomodada como la esposa de Pardo. Aunque no tenía
tanto dinero, jugaba más o menos en esa liga. Conocía bien a Manuel Pardo y formaba
parte de esa élite, de la vida social de la capital de modo que, aunque no pertenecía a las 30
familias más acomodadas de Lima a lo mejor pertenecía a las 100 familias más acomodadas
con un buen patrimonio.
Heinrich Witt y
su esposa María Sierra
¿Tuvo él o su familia algún interés de entrar en la política local?
Él mismo nunca entró directamente en la política local. Él fue cónsul de Dinamarca desde
1841 hasta los años 1860 y por ello no podía formar parte oficialmente de la política local.
Sin embargo, hay varios indicios de que él, sin que se mencione su nombre, estaba
participando de alguna manera en los círculos liberales bajo Ramón Castilla y también con
Manuel Pardo. Quien tenía perfil más político era su esposa a través de familiares suyos
que eran los Sierra Velarde. La familia Velarde si tenía una actuación política mucho más
destacada y pública que Heinrich Witt.

¿Por qué a Witt le intereso escribir un diario?


Por sugerencia de su madre, Witt desde niño escribía un diario, y después como adulto
seguía escribiendo, a veces lo dejaba, pero siempre anotaba algo o coleccionaba borradores
de cartas. Entonces a los 60 años él tenía una gran cantidad de diarios, notas, etcétera, de su
vida y decide legar a sus descendientes un diario donde se relata su vida y la historia de los
lugares donde había vivido. Cuando toma esta decisión se da cuenta que sus diarios y notas
no tenían la calidad ni la homogeneidad para dejarlos a sus descendientes y por eso lo
reescribe todo para dejar un diario más homogéneo. En 1859 él empieza a escribir todo el
diario de nuevo y paralelamente sigue escribiendo diarios provisionales y notas que
posteriormente iban a servir para la redacción del diario final, entonces su idea era dejar a
sus descendientes un relato de su vida y un relato de la historia de Altona y del Perú. Lo
que pasa es que no muere, él empezó ese proyecto con 60 años y murió a los 93 años
entonces ese diario se hizo más extenso, tenía 13 tomos y probablemente más de 11,000
páginas. El fin de la escritura del diario desde el año 1859 seguía siendo el mismo, dejar un
relato de su vida, y como a partir de 1854 vivía en el Perú la historia peruana ganaba cada
vez más importancia, porque con cada año, el Perú ocupaba más espacio en el diario.

¿Era una práctica común escribir diarios en el siglo XIX o es el caso de Witt algo muy
particular, pensando en Europa, pero también en América Latina y especialmente en
el Perú?
En la Alemania protestante era muy común que la gente escribiera diarios, que las mamás
pidieran a sus hijos que redactaran un diario; claro, solamente en las clases burguesas, es
decir un estrato social que a lo mejor comprendía del diez al veinte por ciento de la
población, pero dentro de esos estratos sociales era común escribir diarios. Entonces el
simple hecho de que Witt escribiera diario no era nada excepcional por lo menos dentro de
su grupo social en Altona. En el Perú también se escribían diarios, pero era mucho menos
común. Un buen número de diarios las escribían aquí familias extranjeras que habían
migrado al Perú, inglesas, alemanas, etcétera, pero dentro de la clase alta peruana no se
solía escribir diario con tanta frecuencia como en otras partes del mundo. Lo especial de
Witt, donde él se escapa de la regla, es que escribió el diario por muchas décadas, es muy
poco común que una persona por 80 años escriba un diario y menos común una persona que
a los 60 años decida dejar su diario en una forma que permite legarlo a sus descendientes,
reelaborándolo todo; es decir, la larga vida de Witt y sus deseos de dejarlo a sus
descendientes son algo muy especial y por eso ese diario se escapa de la regla.
Primera página del diario
¿Cómo surge la idea de publicar este diario y cómo fue el proceso de edición?
Por muchas décadas la familia dueña del diario, no quiso que alguien lo leyera porque
contiene comentarios muy duros tanto con la familia como con amigos de la clase alta de
Lima. Solo cuando el diario llega a las manos de Kika Garland de Montero, ella decide que
había que consultar sobre su valor histórico y así primero Jorge Basadre y después Pablo
Macera ven el diario y destacan su importancia para la historia peruana del siglo XIX.
Macera es el primero que en el año de 1987[1] saca una pequeña edición del cinco por
ciento del texto del diario en traducción española. Más adelante surge un proyecto de una
publicación completa del diario, también en traducción española, pero solo se publican dos
tomos en el año 1992 que reúnen a lo mejor un diez por ciento del diario.[2]Por eso la
existencia del diario era bien conocido cuando en 2005 hay otro intento de hacer una
publicación completa. La idea esta vez era de hacer una publicación del texto tal cual como
lo tenemos hoy, es decir una edición que respeta todo lo que ha escrito Witt, que no corrija
la ortografía de Witt, si no se puede leer una palabra o cierta parte del texto, se respeta
también. Es decir, una edición académica que pueda ser utilizada por la historiografía
peruanista. Entonces a partir del 2005 estábamos trabajando en eso con un equipo sobre
todo de la universidad de Hamburgo, donde estoy desde el 2007, y demoramos 10 años en
la edición del diario. Primero porque es mucho texto —la edición ahora tiene más de 7000
páginas en 10 tomos— y segundo porque hicimos un índice que tiene todos los nombres de
personas y lugares que en el diario se mencionan y en total son más de 15,000 nombres y
todo eso demoró, como acabo de decir, 10 años y recién ahora ha salido el diario con la
editorial Brill establecida en los Países Bajos.
Edición de 1992 del diario de
Witt.
¿Cómo se contactó con la familia Garland y consiguió que accedieran a esta
publicación?
Bueno ahí hay que agradecer a Cristóbal Aljovin que en 2005 me propuso ponerme en
contacto con los dueños del diario, con Clemente Palma Garland. Yo sabía de la existencia
del diario, pero no sabía quién era el propietario, entonces junto con Cristóbal Aljovin y
Clemente Palma elaboramos un proyecto de edición de ese diario y desde aquel entonces,
tanto Clemente Palma como Cristóbal Aljovin, han acompañado ese proyecto y siempre he
consultado con ellos cuando había una duda acerca del camino a tomar.

¿El diario de Witt de qué forma cambia nuestra forma de ver la historia
latinoamericana del siglo XIX?
El diario de Witt es importante porque es un testimonio que cubre muchas décadas de la
historia peruana del siglo XIX, desde los años de 1820 a los años 1890, y porque Witt
conoció muchas partes del Perú, vivió tanto en Arequipa como en Lima y viajaba mucho
por el Perú. Poca gente de la élite limeña viajaba en el Perú y pocas personas habían vivido
por tantos años en la sierra en Arequipa, como en la costa en Lima; es decir, en primer
lugar, Witt es una persona que conoce muy bien el Perú y eso es importante destacar. En
segundo lugar, el diario es importante porque nos da una visión desde dentro de la élite,
primero arequipeña y después limeña; no es un análisis histórico, sino el relato del día a día
que nos hace comprender la lógica cotidiana del actuar social y económico de las élites en
Arequipa y en Lima. Entonces si vamos por temas, uno importante en el diario es
obviamente la economía, porque buena parte del diario trata del quehacer económico del
comerciante, prestamista, banquero, consignatario Heinrich Witt y ahí, si seguimos su
relato día a día sobre décadas, comprendemos mucho mejor como funcionaron los
mecanismos económicos en el Perú si, en comparación, sólo nos fijamos en los documentos
de las empresas. Eso se refiere, por ejemplo, a cuestiones de corrupción, que Witt describe
muy detalladamente, no solamente la corrupción de otros, sino también como él mismo se
maneja en los círculos y cómo él mismo trata de conseguir favores. No existe un
documento que describa eso desde una perspectiva de adentro y el diario puede cambiar
algunas percepciones del pasado. Por ejemplo, en lo que se refiere al contrato Dreyfus,
donde siempre imaginamos la lucha entre una élite consignataria nacional frente a un
proyecto de pasar el negocio del guano a una empresa extranjera, con Witt nos enteramos
de que él no solo era consignatario de guano nacional, como peruano residente en Lima,
sino que cuando se hizo el contrato Dreyfus compró acciones de ese contrato. La casa
Dreyfus no tenía el dinero suficiente para hacer ese contrato y por eso vendía acciones para
los que querían participar, entonces Witt compró, pero no a su nombre, su hijo compró las
acciones con el dinero de Witt. Entonces ahí vemos que todo ese escándalo que se montó
era de cierta manera una figura política; porque detrás del quehacer económico, en el actuar
económico había otra realidad. Por lo que nos cuenta Witt, es muy probable que todos los
comerciantes y capitalistas grandes en Lima hicieran lo mismo que él, que, a través de
amigos, familiares, participaron en ambos bandos en el negocio del guano; y así hay un
sinnúmero de detalles que nos presenta una realidad histórica que hasta ahora no se ha
visto.

* La entrevista se realizó en Lima el 12 de noviembre de 2016. Las imágenes proceden de


la siguiente página: http://heinrich-witt.de/?lang=es   donde encontrarán mayor información
sobre Heinrich Witt y su diario.
[1] Heinrich Witt. Diario y observaciones sobre el Perú (1824-1890). Selección y prólogo
de Pablo Macera; selección y traducción de Kika Garland de Montero. Lima: COFIDE.
Oficina de Asuntos Culturales, 1987. 552 páginas.
[2] Heinrich Witt. Diario, 1824-1890: un testimonio personal sobre el Perú del siglo XIX. 2
volúmenes (1: 1824-1842.; 2: 1843-1847). Lima: Banco Mercantil, 1992.

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