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ENSAYO SOBRE LA CONTAMINACIÓN EN SUELOS

Kelly Buelvas lozano


El suelo es un cuerpo natural, tridimensional y dinámico que, a modo de epidermis, cubre la
superficie de la tierra (Jiménez-Ballesta, 2017). Comprende de un sistema abierto en sí
mismo bastante complejo que comprende de variadas funciones. Es uno de los recursos
naturales más importantes dado que realiza multitud de funciones, lo que lo hace clave para
el sostén de la vida. De manera general los suelos (tengan remanentes de contaminación o
no), contiene una variada gama de compuestos presentes de forma natural (metales, no
metales, iones inorgánicos y sales como fosfatos, carbonatos, sulfatos y nitratos, además
de otros compuestos orgánicos como lípidos ácidos grasos, hidrocarburos etc.). Este
conjunto de compuestos se genera fundamentalmente a través de una serie de procesos
derivados de las actividades microbianas, y de la descomposición de organismos (Picariello
et al., 2020) Cuando las cantidades en el suelo de estos componentes se exceden en cierta
proporción alarmante, hablamos de una contaminación (Chaney et al., 2007 & Bohn, 1993)
A nivel mundial, los problemas de contaminación tanto en suelos como en agua y aire se
deben principalmente a acciones antropogénicas; entre las que cabe destacar la extracción
de recursos naturales: como la minería, procesos industriales, agricultura, entro otras. Estas
causan no solo una degradación sino un desequilibrio a nivel ambiental en muchos
territorios (Velásquez-Arias; 2017 & Calafat, 2006) De ahí surge el creciente interés de las
últimas décadas de conocer los tipos y fuentes de contaminación de suelos así como los
procesos y posibles soluciones que puedan adoptar para prevenir, mitigar, o remediar estos
procesos de contaminación (Díaz-Martínez et al., 2013).
Una de esas acciones antropogénicas a resaltar es la explotación de hidrocarburos,
conocidos como sustancias naturales originadas a partir de algas acuáticas establecidas
durante millones de años, gracias a la materia orgánica formada en la superficie de la tierra,
proceso iniciado con la fotosíntesis, la cual hace parte del ciclo del carbono; y a través del
tiempo geológico este aporte ha producido grandes cantidades de materia fósil (Yavari et
al., 2015). Los hidrocarburos son combustibles fósiles ampliamente utilizados alrededor del
mundo como generadores fundamentales de diversas formas de energía, ellos están en la
naturaleza gracias a la acumulación de biomasa durante millones de años. Sin embargo, es
posible que en su extracción se genere contaminación en agua y suelos debido a constantes
derrames accidentales, los cuales son muy comunes en países productores (Agrawa et al .,
2015). El sector de hidrocarburos se ha expandido de manera importante en los últimos
años, convirtiéndose en pieza clave del crecimiento de la economía mundial, el consumo de
energía, la exploración, las reservas y la producción han aumentado de manera considerable
y este es actualmente considerado como motor del crecimiento económico en varios países
del mundo (Castro et al.,2014). Debido al crecimiento que han tenido los hidrocarburos, la
contaminación por estos ha sido de igual forma, significativa (Alloway, 2013). Los
hidrocarburos impiden el intercambio gaseoso con la atmosfera, iniciando una serie de
procesos físico-químicos simultáneos, como evaporación y penetración, que dependiendo
del tipo de hidrocarburo, temperatura, humedad, textura del suelo y cantidad vertida pueden
ser procesos más o menos lentos lo que ocasiona una mayor toxicidad (Benavides et al.,
2006); generando de esta manera graves consecuencias ambientales tanto en la flora como
en la fauna. Cabe resaltar que una de las maneras de restauración de este contaminante es la
fito-rremediacion, como método natural para la recuperación parcial del suelo (Ager et al.,
2010)
Otra de las fuentes de contaminación en suelos proviene de la extracción de metales
pesados, como resultado de los procesos de minería (Puga Soraya et al, 2006). Los suelos
que quedan tras una explotación minera contienen todo tipo de materiales residuales,
escombros estériles, entre otros, lo que representa graves problemas para el desarrollo de la
cubierta vegetal, siendo sus características más notables las siguientes: clase textural
desequilibrada, propiedades químicas anómalas, disminución o desequilibrio en el
contenido de nutrientes fundamentales, ruptura de los ciclos biogeoquímicos, baja
profundidad efectiva, dificultad de enraizamiento, baja capacidad de cambio, baja retención
de agua y presencia de compuestos tóxicos (García & Dorronsoro, 2002).
Las características del suelo juegan un papel importante en reducir o aumentar la toxicidad
de los metales en el suelo. Se establece que la distribución de los metales pesados en los
perfiles del suelo, así como su disponibilidad está controlada por parámetros como
propiedades intrínsecas del metal y características de los suelos. Los metales tienden a
acumularse en la superficie del suelo quedando accesibles al consumo de las raíces de los
cultivos (Baird, 1999). Las plantas cultivadas en suelos contaminados absorben en general
más oligoelementos y la concentración de éstos en los tejidos vegetales está a menudo
directamente relacionada con su abundancia en los suelos, y especialmente en la solución
húmeda (Kabata-Pendias & Pendías, 2001). Incluso se mencionan que excesivas
concentraciones de metales en el suelo podrían impactar la calidad de los alimentos, la
seguridad de la producción de cultivos y la salud del medio ambiente, ya que estos se
mueven a través de la cadena alimenticia vía consumo de plantas por animales y estos a su
vez por humanos (Gulson et al. 1996). Los metales acumulados en la superficie del suelo se
reducen lentamente mediante la lixiviación, el consumo por las plantas, la erosión y la
deflación (Colombo et al, 1998).
También se tiene que mencionar los plaguicidas entre esos los de mayor persistencia como
los organoclorados, Los plaguicidas organoclorados, son una clase de contaminantes
orgánicos persistentes (COP) que son altamente tóxicos, resistentes a la degradación y
demuestran una tendencia a la bioacumulación. Los COP fueron ampliamente utilizados en
la producción agrícola después de la Segunda Guerra Mundial debido a su bajo costo y alta
eficacia (Grung et al., 2015; Ozcan, 2016). Los efectos tóxicos pueden dañar a especies no
objetivo, incluidos los seres humanos (Genuis et al., 2016). Aproximadamente un millón de
personas sufren enfermedades crónicas o mueren por envenenamiento con plaguicidas cada
año (Jayaraj et al., 2016). Además, el uso excesivo o abusivo de estos, ha tenido un efecto
adverso sobre el medio ambiente y los ecosistemas. Para controlar la contaminación
ambiental causada por COP, el Convenio de Estocolmo sobre COP fue adoptado en 2001 y
entró en vigor en 2004 (Fiedler et al., 2019). Hasta la fecha, 184 Partes han ratificado el
Convenio. Nueve de los doce COP controlados en la primera fase del Convenio son COP:
aldrina, dieldrina, endrina, diclorodifenilmtricloroetano (DDT), hexaclorobenceno,
heptacloro, clordano, mirex y toxafeno (Rêgo et al., 2019; Sifatullah et al., 2017; Zeremski
et al., 2016). Estos plaguicidas entran por diferentes maneras a la vías tróficas, ya sea por
el riego de cultivos, las correntia cercanas a estos sitios, o incluso pueden presentarse en el
fruto cultivado, por lo que en la actualidad se buscan maneras no invasivas químicamente,
para restaurar estos suelos maltratados. La biorremediacion es una de las maneras de
recuperación de suelos que ha generado innumerables datos para comprobar su eficacia
(Ma et al., 2020).
Otra parte importante, es la contaminación por residuos en los suelos, usualmente son
vertederos donde se acumulan o eliminan residuos de tipo urbano industriales, en particular
es la lixiviación de los residuos. (Debela et al., 2020 & Gailey et al., 2020)
A partir de todas esta fuentes de contaminación para los suelos, también se han creado
entidades destinadas a mitigar esta proliferación de contaminantes, en Colombia y en el
mundo existe organizaciones como la OMS, la FAO, el FDA entre otras, la cuales buscan
mitigar el impacto y biomagnificacion de estos contaminantes no solo en suelos si no en
otras biotas (Agarwal et al., 2015).
Por tal motivo en la actualidad la contaminación de los suelos es uno de los temas de mayor
incidencia y atención, en el campo científico, sin embargo este no es el único ámbito donde
es importante, sino también en ámbitos sociales y económicos, por lo que la contaminación
en suelos es un conjunto de procesos que disminuyen la capacidad actual y potencial para
producir un bien o un servicio (Egendorf SP et al ., 2018) En este sentido se puede debatir
sobre todo lo que rodea antropogenicamente a los suelos, y el hecho de que existe la
búsqueda de mitigar lo más que se pueda estos contaminantes, tanto que lo enmarca toda
una caótica parte judicial, las cuales se ven reflejadas en las innumerable leyes y
penalizaciones a quien realice un acto que desfavorezca las óptimas condiciones de las
mismas (Alarcón; 2013).
Sin embargo a pesar de las múltiples regulaciones para mitigar estos efectos, el aumento de
la contaminación del suelo es una realidad contrastante a los que se esperaba desde hace
una década atrás, por que amenaza la inocuidad y la seguridad alimentaria (Baird; 1999).
“Cerca del 33 por ciento de todos los suelos están degradados, y su estado se está
deteriorando a un ritmo alarmante”, advirtió la Directora General Adjunta de la FAO,
María Helena Semedo, en la Ceremonia del Día Mundial del Suelo en el 2018, “El suelo
actúa como un filtro para los contaminantes. Pero cuando se supera su capacidad
amortiguadora, los contaminantes pueden llegar al medio ambiente y la cadena
alimentaria. Esto socava la seguridad alimentaria, al hacer que supongan un riesgo
consumir esos cultivos”.
“Las actividades humanas son la principal fuente de contaminación del suelo. Está en
nuestras manos adoptar prácticas para una gestión sostenible del suelo” (FAO, 2018)
señaló Semedo.
Esto nos quiere decir que se debe frenar no solo la excesiva producción de muchos
contaminantes, o frenar en algunas zonas la practicas industriales, si no que se debe
concientizar a la población en general que el suelo es una parte muy importante para
mantener la vida humana, esta concientización puede involucrar la reutilización, el
reciclaje e incluso la reducción parcial de muchas actividades industriales de tipo ilegal, o
en zonas de riesgo para diferentes biotas implicadas.
Actualmente, se está teniendo presente la aceleración del progreso tecnológico, por lo que
estos desechos de tipo electrónicos pueden considerarse una nueva amenaza de tipo
emergente para los suelos. Cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos
electrónicos, que se han convertido en uno de los problemas de contaminación de mayor
crecimiento del mundo que afectan a nuestros suelos, por lo que las recomendaciones
siempre van a ser las mismas y esperemos de manera confiada y teniendo una alta
sensibilidad a todo el tema de la contaminación, que la acumulación delos residuos en toda
escala se reduzcan significativamente.

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