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1. Quién fue Simón Bolívar?

El apellido Bolívar es originario de la Provincia de Vizcaya, específicamente a un pueblito llamado


Bolívar que en lengua vasca significa “la ribera del molino”. Allí el nombre de los Bolívar dejó
huella en Marquina, en Zamudio, en Sodupe y en San Andrés de Bolívar, donde está ligado a la
geografía e historia de la región.

El primero de los Bolívar en arribar a Venezuela fue Simón de Bolívar el cual, junto con su hijo,
llegó a Caracas, treinta años después de la fundación de la ciudad, hacia 1589 y por tener el mismo
nombre se les distinguió como Simón de Bolívar el Viejo y Simón de Bolívar el Mozo.

Bolívar el Viejo se destacó como Contador Real, por privilegio especial del rey Felipe II, quien en el
título de nombramiento le reitera su amplia confianza como velador de la Real Hacienda, cargo
que ejerció tanto él como su hijo, en Margarita y Caracas.

Fue además Procurador General de las ciudades de Caracas, Coro, Trujillo, Barquisimeto, Carora, El
Tocuyo y Maracaibo ante la Corte española entre 1590 y 1593, para informar al rey Felipe sobre el
estado de la provincia y pedirle ciertas mejoras, exenciones de impuestos y privilegios que
facilitaran el desarrollo de la misma.

Simón Bolívar "El Mozo" quien nació en Santo Domingo fue por otro lado comendero (o
encomendero) de indios por los lados de San Mateo, el cual termina sus días como cura de almas
después de enviudar. Un hijo de este último, Antonio de Bolívar Rojas tatarabuelo (tercer abuelo)
fue alcalde y Corregidor de Justicia mayor en los Valles de Aragua. Un bisabuelo Luis de Bolívar y
Rebolledo, constructor de fuertes en La Guaira y emparentado con los fundadores de
Barquisimeto (Villegas y Ladrón de Guevara) quien ya contaba con una apreciable fortuna. De esa
estirpe nace el abuelo Juan de Bolívar y Villegas fundador de Villa de Cura (por cierto, este último
tenía pretensiones de ser "Vizconde de Cocorote" pero murió antes de ser impuesto del título).
Don Juan fue dos veces alcalde de Caracas y Procurador General; también en dos oportunidades
fue Gobernador de Venezuela, de su esposa, Doña Petronila Ponte, son las minas de Aroa. Ya
pues, el padre de Simón Bolívar, Don Juan Vicente Bolívar y Ponte no tenía ninguna preocupación
de índole económica, como no fuese la de dar buen uso de su fortuna.

En cuanto a la familia Palacios, éstos eran oriundos de la zona de Miranda de Ebro, actual
provincia de Burgos, en España. El primero de los Palacios en llegar a Venezuela fue José Palacios
de Aguirre y Ariztía-Sojo y Ortiz de Zárate, natural de Miranda de Ebro en 1647, que falleció en
Caracas en 1703. El resto de los descendientes se unieron en matrimonio con otras familias
aristócratas y alcanzaron los puestos de alcalde, regidor, procurador, etc. Dos generaciones
después de José Palacios nacerían María de la Concepción Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y
Blanco, hija de Feliciano Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Gil de Arriata y de Francisca Blanco de
Herrera, descendiente de algunas familias canarias establecidas en Venezuela.

Descendiente de una familia de origen vasco que se hallaba establecida en Venezuela desde fines
del siglo XVI, y ocupaba en la Provincia una destacada posición económica y social nacería Simón
José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios Ponte-Andrade y Blanco en Caracas el 24
de julio de 1783. Sus padres fueron el coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y la señora antes
mencionada, María de la Concepción Palacios y Blanco. Al nacer Simón, su madre se vio en la
necesidad, por quebrantos de salud, de buscarle nodriza. Recurrió primero a su amiga Inés
Mancebo de Miyares, quien recién había dado a luz, y pudo compartir su leche materna con
"Simoncito", y luego hizo llamar a Hipólita, una esclava de la hacienda El Ingenio, en San Mateo,
propiedad de la familia, una negra de treinta años, que estaba próxima a dar a luz.

Tenía tres hermanos mayores que él, María Antonia, Juana y Juan Vicente, y hubo otra niña, María
del Carmen, que murió al nacer. Era nieto de Feliciano Palacios y Gil Aratia y Blanco Infante
Herrera por parte de su madre y de Juan de Bolívar Martínez Villegas y Petronila de Ponte y Marín
por parte de su padre.

En ese entonces Venezuela era una Capitanía General del Reino de España, cuya población
respiraba el descontento por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española
dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de
mulatos y esclavos. Los criollos, a pesar de los privilegios que tenían, habían desarrollado un
sentimiento particular del «ser americano» que los invitaba a la rebeldía: "Estábamos (explicaría
Bolívar más tarde) abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la
ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores sino por
causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo
en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados ni
financistas, y casi ni aun comerciantes; todo en contravención directa de nuestras instituciones".

Ésta era, por lo demás, la clase a la cual pertenecían sus padres, Juan Vicente Bolívar y Ponte y
María de la Concepción Palacios y Blanco. El niño Simón era el menor de cuatro hermanos y muy
pronto se convertiría, junto a ellos, en heredero de una gran fortuna. Bolívar quedó huérfano a los
nueve años de edad, pasando al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de su tío Carlos
Palacios; ellos velarían por su educación, aunque también la negra Hipólita, su esclava y nodriza,
continuaría cuidando del muchacho.

Entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas discurrió la infancia y parte de la adolescencia del
joven Simón. Combinaba sus estudios en la escuela de primeras letras de la ciudad con visitas a la
hacienda de la familia. Más tarde, a los quince años de edad, los territorios aragüeños cobrarían
un mayor relieve en su vida cuando, por la mediación que realizó su tío Esteban (ministro del
Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino ante el rey Carlos IV), fue nombrado subteniente de
Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua.

Mientras esto sucedía, tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la
ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este último,
sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño, alojándolo
como interno en su casa por orden de la Real Audiencia, lo cual sería la génesis de una gran
amistad.
2. Infancia y adolescencia del Libertador: juegos, educación que recibió, maestros, relación e
influencia de Simón Rodríguez, amigos, ingreso a la academia militar, viajes, amores, matrimonio.

En la Caracas colonial cuya población no sobrepasaba unos treinta mil habitantes, Simoncito creció
como todos los niños de su rango social; mecido en los brazos de una esclava negra llamada
Hipólita. fue un niño común y corriente, que jugaba con los de su edad los juegos infantiles: el
palito mantequillero, el gárgaro malojo, la gallinita ciega, el escondite; y escuchaba las leyendas
del Tirano Aguirre, los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo, entre otros, de labios de su mamá o de la
negra Matea.

Pero a pesar de estos respiraderos la infancia de Simón fue muy dolorosa. su padre murió cuando
él tenía 3 años, y a sus 9 años murió su madre, que al parecer no le había expresado mucho afecto,
pasó a custodia de su abuelo materno Don Feliciano Palacios, pero este murió al año siguiente y su
tío Carlos Palacios es quien se hace cargo de él y sus hermanos. El ambiente familiar termina
desmoronándose con el casamiento de sus hermanas, este cambio de ambiente influye sobre
Simón, quien al poco tiempo huyó de la casa del tío y pretendió vivir en la casa de su hermana
María Antonia. Esta dio origen a un pleito judicial entre su tutor y el matrimonio Clemente Bolívar;
la pareja alegó todas las razones que le asistían a fin de que la Real Audiencia permitiera que el
joven viniera con ellos, pero la Audiencia falló en favor del tío Carlos Palacios y no le quedo de otra
al pequeño Simón que obedecer.

A raíz de este incidente, el joven Simón ha sido confiado a Simón Rodríguez quien dirigía en esa
época una escuela de primeras letras en Caracas. Pedagogo Liberal y excéntrico, de vasto
pensamiento universalista, supo sembrar en el alma de su alumno el germen de las ideas nuevas
"Usted formó mi corazón para la libertad, para la grandeza, para lo hermoso. Yo he seguido el
sendero que usted me señaló; escribió Bolívar a su maestro Rodríguez muchos años más tarde.

A sus 14 años Bolívar se une al ejército, ingresando con el rango de Cadete en el batallón de
milicias de Blancos de los Valles de Aragua, siendo ascendido a Sub teniente un año más tarde,
abandonando su niñez para posteriormente partir a Europa.

En su primer viaje a Europa Bolívar escribe una conocida carta al General Santander donde afirma
que su educación no fue descuidada ya que, su madre y toda su familia hicieron lo posible para
darle la mejor educación, agregando que Simón Rodríguez le enseño a leer y a escribir, Andrés
Bello le enseño el arte de la composición y la geografía y la matemática le fue enseñada por el
padre Andújar.

A los 16 años lo mandan a vivir a Madrid, donde recibió la mejor educación disponible, y se quedó
alojado en la casa del marqués de Ústariz. Estudia idiomas extranjeros y asiste a la Academia de
San Fernando, para mejorar su aprendizaje de matemática. Allí también tomó lecciones de
esgrima, danza y equitación.

En la casa de Ustariz no sólo aprende a pensar y a expresarse con profundidad, también conoce a
una noble dama que le roba el corazón, se llamaba María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza.
Tiene un enamoramiento tan repentino como ardiente. Simón quería casarse con ella enseguida.
El papá de ella se opone por razones de edad ¡los dos son demasiados jóvenes! Tuvo que esperar
dos años. Se veían con frecuencia porque Bolívar habla encontrado en ella la ternura y el cariño
que le faltaron desde la muerte de su Mamá. María Teresa Rodríguez del Toro, además era bella,
dulce y muy sentimental.

Por fin la boda se celebraba en Madrid el 24 de mayo de 1.802. Ella tiene 20 años, él tiene 19, los
novios pudieron exhibir como testigo del acto y primer declarante a un empingorotado "Sr. Don
Luis Quijada Quiñones y Moreno, Marqués del inicio Conde de Rebolledo. Bolívar no tuvo a su lado
ningún pariente inmediato, pues de sus dos tíos Esteban y Pedro ninguno estuvo presente en su
matrimonio. Llenos de amor e ilusiones la juvenil pareja regresa a Caracas. Los parientes reciben
con fiestas. La luminosidad y colorido del trópico deslumbran a María Teresa. Visitan también la
hacienda San Mateo. Allí precisamente contrae una enfermedad tropical. El 22 de enero casi a los
ocho meses de casada, muere entre asombro y consternación de la familia. La prematura viudez
fue un suceso decisivo en la vida de Bolívar, el mismo comprendió así:

- Miren ustedes lo que son las cosas; si no hubiera enviudado quizá mi vida hubiera sido otra; no
sería el General Bolívar, ni el Libertador, aunque convengo en que mi genio no era para ser Alcalde
de San Mateo.

3. Características físicas y psicológicas de Bolívar.

El Libertador, Simón Bolívar, tan solo medía 1,67 metros. Su silueta era delgada, de contextura
fuerte y andar rápido. Negros eran sus ojos de mirada triste y penetrante, al igual que su ondulado
y abundante cabello. Sus labios eran grandes y su nariz larga y recta. Frente amplia y con
profundos surcos, cejas negras y arqueadas, dientes blancos y uniformes, piel trigueña, manos y
pies finos, con los dedos bien cuidados, como correspondía a un mantuano poco acostumbrado al
trabajo físico.

Ya que el libertador se vio desprovisto de afecto y de alguna figura que le proporcionara


seguridad, desarrollo algún grado de independencia superante condición imprescindible de un
líder.

Tomando en cuenta la influencia que ejercían sus instructores y la rapidez en relación a las
normas y lo “socialmente aceptado” que le fue inculcado, por esto se desarrolla en Simón una
lujuria constante por implantar sus ideales en todo un país; es decir Simón Bolívar presentaba una
imperiosa necesidad de control y de modificar la realidad según sus creencias.

En el Libertador se observa la pirámide de necesidades de Maslow de una manera un poco


diferente, ya que desplazo necesidades de primer orden, como las fisiológicas o afectivas, dejando
de lado casos importantes como duelos no cerrados y depresión, para aspirar a necesidades de
orden más elevado como la actualización.

4. Juramento en el Monte Sacro.

En Paris (1804) el joven Bolívar, especie de dandy americano, se contagiaría poco a poco de las
ideas liberales y la literatura que habían inspirado la Revolución Francesa. Era un gran lector y un
interlocutor bastante interesado en la política de la actualidad. En esos tiempos conoció al
eminente naturalista alemán Alexander von Humboldt, expedicionario y gran conocedor del
territorio americano, quien le habló de la madurez de las colonias para la independencia. "Lo que
no veo (diría Humboldt) es el hombre que pueda realizarla".

Su antiguo preceptor, Simón Rodríguez, se hallaba por entonces en Viena; Bolívar, al enterarse,
corrió en su búsqueda. Posteriormente el maestro se trasladó a París, y en compañía de Fernando
Toro emprendieron un viaje cuyo destino final era Roma. Cruzaron los Alpes caminando hasta
Milán, donde se detuvieron el 26 de mayo de 1805 para presenciar la coronación como rey de
Italia de Napoleón, a quien Bolívar admiraría siempre. Después visitaron Venecia, Ferrara, Bolonia,
Florencia, Perusa y Roma. En esta última ciudad tuvo lugar el llamado Juramento del Monte Sacro:
en presencia de Simón Rodríguez y Fernando Toro, Simón Bolívar juró solemnemente dedicar su
vida y todas sus energías a la liberación de las colonias americanas.

«¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por
mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas
que nos oprimen por voluntad del poder español!»

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