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QUIVY, R.; CAMPENHOUDT, L.

(2005)
Manual de investigación en ciencias sociales.
México: LIMUSA, Noriega editores

(Fragmentos cap. 1: Objetivos y procedimiento, “El


procedimiento”)

2. EL PROCEDIMIENTO
2. 1 LOS PROBLEMAS DEL MÉTODO (El caos
original ... o tres maneras de comenzar mal)

Al principio de una investigación o de un trabajo, el argumento es


casi siempre el mismo. En forma vaga, se sabe que se quiere
estudiar tal o cual problema, por ejemplo: el progreso de su propia
región el funcionamiento de una empresa, la introducción de nuevas
tecnologías en la escuela, la inmigración o las actividades de una
asociación que se frecuente; pero no se ve claro cómo abordar el
tema. Se desea que el trabajo sea útil y aporte propuestas concretas,
pero se tiene la impresión de que uno se pierde, incluso antes de
comenzar realmente. Esto es a grosso modo como empiezan la
mayor parte de los trabajos de los estudiantes, y también a veces
los de los mismos investigadores, en las áreas que pertenecen a lo
que se suele llamar las "ciencias sociales".

Este caos original no debe ser inquietante, sino todo lo contrario.


Es señal de un espíritu que no se alimenta de simplismos y certitudes
ya hechas. El problema es salir de esto inmediatamente y con
ventaja.

Para lograrlo es necesario ver antes que nada, lo que no se debe


hacer... pero que se practica con frecuencia: "la huida adelantada".
La huida se presenta de varias maneras, entre las que se citan las
más usuales: la voracidad libresca o estadística, el callejón sin
salida de las hipótesis y el énfasis que obnubila. Si se revisa lo que
no se debe hacer, es porque se ha visto que muchos estudiantes e
investigadores principiantes toman el camino equivocado desde el
principio. Dedique algunos minutos de lectura a estas primeras
páginas, tal vez se ahorre varias semanas o incluso meses de trabajo
abrumador y, en gran parte, inútil.
a. La voracidad libresca o estadística

Como su nombre lo indica, la voracidad libresca o estadística


consiste en "atiborrarse la cabeza" con una gran cantidad de libros,
artículos o datos en cifras, con la esperanza de encontrar, en un
párrafo o en una gráfica, la luz que permita precisar el objetivo y el
tema de trabajo que se desea realizar de manera correcta y
satisfactoria.
Esta actitud produce invariablemente el desaliento, pues la
abundancia
de información mal integrada termina por enredar las ideas.

Entonces es necesario recomenzar, aprender a reflexionar más que


a devorar, a leer con dedicación pocos textos cuidadosamente
elegidos y a interpretar con juicio algunos datos estadísticos
especialmente
significativos. La huida adelantada no sólo resulta inútil
sino también nociva. Muchos estudiantes abandonan sus proyectos
de trabajo de fin de estudios o de tesis por haberlos empezado de
esta manera.

Es mucho más positivo ver las cosas de otra manera y considerar que,
bien entendida, la ley del menor esfuerzo es una regla esencial de la
labor de investigación. Consiste en vigilar que se tome siempre el
camino más corto y sencillo para obtener el mejor resultado. Lo
anterior significa que no se debe empezar un trabajo importante sin
reflexionar antes acerca de lo que se busca saber y la manera de
hacerlo.

Se recomienda paciencia a aquellos que pretendan dicho objetivo.


Sólo tendrán que despejar su mente y desenredar la madeja de cifras
o palabras que la asfixian y obstaculizan su funcionamiento ordenado
y creativo. Se requiere desechar la información mal asimilada, sin
método, y preocuparse, antes que nada, del procedimiento.

b. El callejón sin salida de las hipótesis

Esta es otra manera común de la "huida adelantada ...". Los jugadores


de bridge saben muy bien lo que significa un callejón sin salida.
En lugar de jugar su as al principio y asegurar de este modo la baza,
el tercer jugador intenta hacer el punto con su dama, en espera de
que el cuarto no retenga a su rey. Si la maniobra resulta, el jugador
gana la baza y conserva su as. Una apuesta parecida no se justifica
tratándose de la investigación, donde es menester asegurar cada
paso y realizar cuidadosamente las primeras etapas, antes de pensar
en las siguientes.

El callejón sin salida de las hipótesis consiste en precipitarse en la


recolección de datos antes de formular hipótesis de investigación,
más tarde se volverá a este punto, ya preocuparse de la elección y
aplicación de técnicas de investigación, antes de saber con exacti tud
lo que se busca y para qué van a servir dichas técnicas.

Con frecuencia se escucha decir al estudiante que va a hacer una


encuesta por cuestionario a una población dada, cuando ni siquiera
cuenta con una hipótesis de trabajo y, a decir verdad, no sabe
lo que busca. No es posible elegir una técnica de investigación
si no se tiene una idea de la naturaleza de los datos que van a
recolectarse. Esto significa que se ha de empezar por definir bien
el proyecto.

Esta forma de huida adelantada es común y la fomenta la creencia


de que el uso de técnicas de investigación reconocidas determina
el valor intelectual y el carácter científico de un trabajo. Pero,
¿para qué sirve usar correctamente técnicas probadas, si son para
un proyecto vago y mal definido? Otros piensan que basta con
acumular un máximo de información acerca del tema y someterla
a diversas técnicas de análisis estadístico para descubrir la respuesta
a las preguntas que se plantean. De este modo, el investigador
se hunde en una trampa cuyos resultados pueden llevarlo
al ridículo. Por ejemplo, en un trabajo de fin de estudios, un
estudiante trató de descubrir los argumentos más usados por un
consejo académico para evaluar la capacidad de los alumnos.
Grabó todas las pláticas de los profesores durante el consejo
académico de fin de año y, después de meterlo todo al archivo
de la computadora, lo sometió a un programa de análisis de
contenido muy complejo. Los resultados fueron inesperados.
Según ]a computadora, los términos más utilizados para juzgar a
los alumnos, fueron palabras corno: ¡"y", "de", "eh", "capaz",
"pero", etcétera!

c. El énfasis que obnubila

Esta tercera falla es frecuente en los investigadores principiantes


que se deslumbran e intimidan por su contacto reciente con la
universidad y de lo que ellos piensan que es la ciencia. Para
garantizar la credibilidad, consideran útil expresarse de manera
pomposa e ininteligible y, la mayoría de las veces, no pueden evitar
razonar de la misma manera.
En sus proyectos de investigación predominan dos características:
la ambición desmesurada y una total confusión. Puede tratarse de
la restructuración industrial de su región o del futuro de la enseñanza;
o nada menos que del destino del Tercer Mundo lo que se ventile
en sus poderosos cerebros.

Gastón Bachelard resume el proceso científico en pocas palabras:


"El hecho científico se conquista, se construye y se comprueba".
- conquista sobre los prejuicios,
- construye mediante 1a razón,
- comprueba con los hechos.

La declaración de sus propósitos se expresa en una jerga tan vacía


corno enfática que no sabe ocultar la ausencia de un proyecto de
investigación claro e interesante. La primera tarea de aquel que
asesore este tipo de trabajo será ayudar a su autor a poner los pies
sobre la tierra y a dar muestras de la mayor sencillez y claridad.
Para vencer sus reticencias eventuales, es necesario pedirle de
manera sistemática que defina todas las palabras que usa y explique
todas las frases que formula, de modo que de inmediato se dé cuenta
de que ni él mismo comprende su propio lenguaje.

Si piensa que estas palabras son para usted, la sola toma de conciencia
lo ubicará en el camino correcto; ya que una característica
esencial, y rara, de una buena investigación es la autenticidad. En
el aspecto que nos ocupa, más que en ningún otro, un buen trabajo
es una búsqueda sincera de la verdad., No se trata de la verdad
absoluta, establecida para siempre por los dogmas, sino de aquella
que se cuestiona todo e] tiempo y se profundiza sin cesar por el
deseo de comprender más adecuadamente la realidad en la que se
vive y a la cual se contribuye.

Si opina lo contrario, que nada de esto le compete, al menos hágase


el favor de explicar claramente las palabras y frases que haya
redactado en el marco de un trabajo que comienza. ¿Puede afirmar
honestamente que se comprende bien a sí mismo y que sus textos
carecen de expresiones confusas y de afirmaciones falsas y
presuntuosas?
Si es así, si la autenticidad y la mesura son parte de usted,
entonces es posible que un día su trabajo sirva para algo.

Después de examinar diversas formas de comenzar mal, se expondrá


cómo es posible proceder correctamente en un trabajo de
investigación y asegurarse un buen inicio. Con la ayuda de esquemas,
se retornan los principios fundamentales del método científico
y se presentan las etapas correspondientes a su aplicación.

2.2 LAS ETAPAS DEL PROCEDIMIENTO


Fundamentalmente, el problema del conocimiento científico se
plantea de la misma manera para los fenómenos sociales y los
naturales: en ambos casos, las hipótesis teóricas se deben confrontar
con los datos de la observación o la experimentación. Por lo tanto,
toda investigación debe responder a algunos principios estables e
idénticos, incluso si son muchos y diversos los caminos que
conduzcan
al conocimiento científico.

Se denomina procedimiento al modo de aproximarse hacia una


meta. La exposición del procedimiento científico consiste en describir
los principios fundamentales que se aplican en cualquier
trabajo de investigación. Los métodos no son más que formas
específicas del procedimiento, caminos diversos concebidos para
adaptarse mejor a los fenómenos o áreas de estudio. Pero tal
adaptación no exime al investigador de permanecer fiel a los
principios fundamentales del procedimiento científico.

Al hacer hincapié en el procedimiento más que en los métodos


específicos, el tema tiene una tendencia general y se puede aplicar
a cualquier tipo de trabajo científico en las ciencias sociales. Pero,
¿cuáles son los principios fundamentales que toda investigación
debe respetar?

La misma idea estructura el conjunto de la obra Le metier de


sociologue, de P. Bordieu, J.c. Chamboredon y J.c. Passeron
(Mouton, Bordas, París, 1968). Ahí, los autores describen el
procedimiento
en tres actos cuyo orden debe respetarse. Es lo que ellos
llaman la jerarquía de los actos epistemológicos que son: la ruptura,
la estructuración y la comprobación (o experimentación).

El propósito de este manual es presentar los principios del


procedimiento
científico en las ciencias sociales en siete etapas que se
han de seguir. En cada una de ellas se describen las operaciones
que se tienen que realizar para pasar a la siguiente y así avanzar de
un acto a otro. Dicho de diferente manera, este manual se presenta
como una obra de teatro clásico, en tres actos y siete cuadros.
El esquema de la siguiente página muestra la correspondencia entre
las etapas y los actos del procedimiento. Por razones didácticas, los
actos y las etapas se presentan como operaciones separadas y en
orden secuencia!. En realidad, una investigación científica no es tan
mecánica y las flechas de retroacción se incluirán después para
simbolizar las interacciones que realmente existen entre las diferentes
fases de la investigación.

a. Los tres actos del procedimiento

Para comprender el modo como se articulan las etapas de una


investigación a los tres actos del procedimiento científico, es
necesario
decir, antes que nada, algunas palabras acerca de los principios
que encierran estos tres actos y de la lógica que los une.

-La ruptura

En las ciencias sociales, el caudal "teórico" incluye numerosas


trampas
ya que gran parte de las ideas se inspiran en apariencias inmediatas
o en ideas preconcebidas, que con frecuencia sólo son ilusiones y
prejuicios. Estructurar sobre tales premisas equivale a edificar sobre
la arena. De ahí la importancia de la ruptura que consiste
precisamente
en romper con los prejuicios y falsas pruebas que sólo dan la ilusión
de comprender cosas. Por consiguiente, la ruptura es el primer acto
constitutivo del procedimiento científico.

-La estructuración

Esta ruptura se efectúa sólo a partir de una representación teórica


previa que explique la lógica básica del fenómeno, supuesta por el
investigador. Gracias a dicha estructuración mental se prevé el
equipo que se ha de instalar, las operaciones a realizar y las
consecuencias que lógicamente se esperan al final de la observa
ción. Sin esta estructuraci6n te6rica, no habrá experimentación
válida. En las ciencias sociales no puede haber comprobación
fructífera sin la estructuración de un marco teórico de referencia.
No se aplica la prueba de los hechos a cualquier proposición. Las
proposiciones son el producto de un trabajo racional fundado en la
1ógica y en un bagaje conceptual válidamente constituido.
-La comprobación

Una proposición tiene derecho a una categoría científica en la


medida en que es susceptible de verificarse mediante hechos. El
acto de poner a prueba una proposición ante los hechos, se llama
comprobación o experimentación, y corresponde al tercer acto del
procedimiento.

b. Las siete etapas del procedimiento

Los tres actos del procedimiento científico no son independientes


unos de otros, sino todo lo contrario, se sostienen entre sí. Por
ejemplo, la ruptura no se realiza solamente al principio de la
investigación; ésta se cumple durante y para la estructuración. En
cambio ésta no puede eliminarse de las etapas iniciales, dedicadas
principalmente a la ruptura. Mientras que la comprobación, toma
su valor de la calidad de la estructuración.

Durante el avance concreto de una investigación, los tres actos del


procedimiento científico se realizan en el transcurso de una sucesión
de operaciones que se reagrupan en siete etapas. Por razones
didácticas, el esquema que se presenta a continuación las distingue
de manera precisa. Sin embargo, las flechas de retroacción indican
que las diferentes etapas mantienen, en realidad, una interacción
permanente. Esto se señalará en todo momento, ya que el interés
del presente manual es hacer hincapié en la secuencia de las
operaciones y la lógica que las une.

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