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Canciones Guatemalctecas
Canciones Guatemalctecas
ordenados
Érase una vez un niño que cambió de Los últimos
casa y al llegar a su nueva habitación
vió que estaba llena de juguetes,
cuentos, libros, lápices... todos
dinosaurios
perfectamente ordenados. Ese día En el cráter de un antiguo volcán,
jugó todo lo que quiso, pero se situado en lo alto del único monte de
acostó sin haberlos recogido. una región perdida en las selvas
Misteriosamente, a la mañana tropicales, habitaba el último grupo
siguiente todos los juguetes de grandes dinosaurios feroces.
aparecieron ordenados y en sus sitios Durante miles y miles de años,
correspondientes. Estaba seguro de sobrevivieron a los cambios de la
que nadie había entrado en su tierra y ahora, liderados por el gran
habitación, aunque el niño no le dio Ferocitaurus, planeaban salir de su
importancia. Y ocurrió lo mismo ese escondite para volver a dominarla.
día y al otro, pero al cuarto día, Ferocitaurus era un temible
cuando se disponía a coger el primer tiranosaurus rex que había decidido
juguete, éste saltó de su alcance y que llevaban demasiado tiempo
dijo "¡No quiero jugar contigo!". El aislados, así que durante algunos
niño creía estar alucinado, pero años se unieron para trabajar y
pasó lo mismo con cada juguete que derribar las paredes del gran cráter.
intentó tocar, hasta que finalmente Y cuando lo consiguieron, todos
uno de los juguetes, un viejo osito de prepararon cuidadosamente sus
peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende garras y sus dientes para volver a
que no queramos jugar contigo? atermorizar al mundo.
Siempre nos dejas muy lejos de Al abandonar su escondite de
nuestro sitio especial, que es donde miles de años, todo les resultaba
estamos más cómodos y más a nuevo, muy disitinto a lo que se
gustito ¿sabes lo difícil que es para habían acostumbrado en el cráter,
los libros subir a las estanterías, o pero siguieron con paso firme
para los lápices saltar al bote? ¡Y no durante días. Por fin, desde lo alto
tienes ni idea de lo incómodo y frío de unas montañas vieron un
que es el suelo! No jugaremos pequeño pueblo, con sus casas y
contigo hasta que prometas dejarnos sus habitantes, que parecían
en nuestras casitas antes de dormir" pequeños puntitos. Sin haber visto
El niño recordó lo a gustito que se antes a ningún humano, se lanzaron
estaba en su camita, y lo incómodo feroces montaña abajo, dispuestos
que había estado una vez que se a arrasar con lo que se
quedó dormido en una silla. encontraran...
Entonces se dio cuenta de lo mal que Pero según se acercaron al
había tratado a sus amigos los pueblecito, las casas se fueron
juguetes, así que les pidió perdón y haciendo más y más grandes, y más
desde aquel día siempre acostó a sus y más.... y cuando las
alcanzaron, resultó que eran
muchísimo más grandes que los
propios dinosaurios, y un niño que
pasaba por allí dijo: "¡papá, papá, he
encontrado unos dinosaurios en
miniatura! ¿puedo quedármelos?".
Así las cosas, el temible
Ferocitaurus y sus amigos
terminaron siendo las mascotas de
los niños del pueblo, y al comprobar
que millones de años de evolución en
el cráter habían convertido a su
especie en dinosaurios enanos,
aprendieron que nada dura para
siempre, y que siempre hay estar
dispuesto a adaptarse. Y eso sí,
todos demostraron ser unas
excelentes y divertidas mascotas.
Un papá muy
duro
Ramón era el tipo duro del colegio
porque su papá era un tipo duro. Si
alguien se atrevía a desobedecerle,
se llevaba una buena.
Hasta que llegó Víctor. Nadie diría
que Víctor o su padre tuvieran pinta
de duros: eran delgaduchos y sin
músculo. Pero eso dijo Víctor cuando
Ramón fue a asustarle.
- Hola niño nuevo. Que sepas que
aquí quien manda soy yo, que soy
el tipo más duro.
- Puede que seas tú quien
manda, pero aquí el tipo más duro
soy yo.
Así fue como Víctor se ganó su
primera paliza. La segunda llegó el
día que Ramón quería robarle el
bocadillo a una niña.