Está en la página 1de 23

Nivel Cero 10

Santander, 2002
Pág. 89-111

DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA


DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

Enrique GUTIÉRREZ CUENCA*


Grupo de Prehistoria
Universidad de Cantabria

1. INTRODUCCIÓN obtenidas, explicitando el método empleado, ya sea


radiocarbono convencional (14C), radiocarbono por
El objetivo fundamental de este trabajo es acelerador (14C AMS) o termoluminiscencia (TL),
compilar de las dataciones absolutas correspondientes con indicación del año de procesado de la muestra, y
a contextos arqueológicos de época histórica en Can- la información referente al tipo de muestra y su loca-
tabria publicadas hasta la actualidad y analizar el lización estratigráfica o espacial, además de la biblio-
papel de la cronología absoluta en la construcción del grafía existente sobre cada yacimiento.
discurso histórico que a partir de la investigación El trabajo se complementa con dos tablas en
arqueológica sobre estos momentos se ha desarrolla- las que se recogen todas las dataciones absolutas y su
do en la región. equivalencia en cronología calibrada en el caso de las
Consideramos esta labor necesaria por va- dataciones radiocarbónicas y en años de calendario
rias razones. Por un lado, buena parte de las datacio- en el caso de las realizadas por termoluminiscencia
nes se encuentran dispersas por publicaciones de (Fig. 1 y 2). Convenimos con Castro Martínez y Micó
diferente naturaleza, no siempre fáciles de localizar Pérez (1995: 255) en la “necesidad de calibrar todas
para el investigador. Por otro, la publicación de las las dataciones convencionales como única forma de
dataciones es con frecuencia bastante deficiente, obtener una escala cronométrica acorde con nuestro
siendo escasos los casos en los que se recogen los calendario y, por tanto, útil para establecer compara-
datos mínimos deseables: la referencia de laboratorio, ciones en tiempo real”.
el tipo de muestra y la datación BP con su desviación El correcto uso de las dataciones absolutas
típica 1 sigma (σ), en el caso de las dataciones radio- permitirá sustanciales avances en la investigación en
carbónicas y el año de realización de la datación, algunos campos, como es el de la Arqueología Me-
además de los datos citados, en el caso de las data- dieval. La variaciones en los conjuntos funerarios, la
ciones por termoluminiscencia. Las más de las veces afinación cronológica de las tipologías cerámicas o la
se opta por emplear la datación como una fecha sin frecuentación de las cuevas durante la Edad Media,
calibrar y sin tener en cuenta la desviación típica, que probablemente se pueda poner en relación con el
obviando por supuesto los otros datos o, incluso, se controvertido mundo del “Arte Esquemático-
opta por hacer referencia únicamente al siglo en el Abstracto” serán temas sobre los que tendremos
que se inserta esa fecha. En algunos casos las referen- oportunidad de reflexionar en estas paginas.
cias eran tan difusas -en la práctica se podría conside-
rar que algunas de estas dataciones estaban “inédi- 2. RELACIÓN DE YACIMIENTOS
tas”- que ha sido necesario recurrir directamente a CON DATACIONES ABSOLUTAS
los laboratorios responsables de las dataciones para
concretar algunos detalles. Disponemos en la actualidad de un total de
Tomamos como punto de partida de la Ar- 64 dataciones absolutas obtenidas a partir de mues-
queología de época histórica en Cantabria el momen- tras recogidas en intervenciones realizadas en 34
to la conquista romana, completada en el último yacimientos arqueológicos. A continuación se recoge
tercio del siglo I a.C. y consolidada en los años cer- la relación de yacimientos ordenada cronológicamen-
canos al cambio de era. Se recogen, por tanto, aque- te con una breve descripción de los resultados que
llas dataciones correspondientes a las edades Antigua, han ofrecido las intervenciones arqueológicas des-
Media y Moderna de la región, excluyéndose las arrolladas en estos lugares.
escasas dataciones disponibles obtenidas a partir de Las dataciones corresponden fundamental-
muestras protohistóricas. mente a contextos de época medieval, fundamental-
En un primer apartado recogemos la infor- mente necrópolis, recintos fortificados, y evidencias
mación disponible sobre los diferentes yacimientos en procedentes de cuevas. Se han publicado también
los que se han obtenido dataciones absolutas, con algunas dataciones obtenidas a partir de muestras
una breve descripción de las evidencias arqueológicas procedentes de yacimientos de época romana y época
documentadas en cada uno de ellos, las dataciones moderna, pero son casos menos frecuentes.

* Becario FPU-MECD
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

2.1. Campamento de Cildá - GrN-14163: 1850±25 BP (14C). Carbón,


interior de agujero de poste, nivel III.
Recinto defensivo situado en la cima del
monte Cildá, en la Sierra del Escudo (Corvera de Bibliografía: Illarregui, 2002.
Toranzo-Arenas de Iguña). Las fotografías aéreas
permiten delimitar un recinto central rectangular 2.3. Termas y necrópolis de San Juan de Ma-
englobado en otro mayor y otra estructura adosada liaño
en el sur con un aparato defensivo compuesto por
terraplén y doble foso en el lado oeste y terraplén y Conjunto de estructuras romanas y medie-
foso simple en el norte y este. Una de las puertas del vales situado en Maliaño Alto (Camargo). Las exca-
recinto sur presenta la disposición en claviculae carac- vaciones realizadas en el yacimiento arqueológico
terística de los campamentos romanos instalados han permitido documentar dos conjuntos de estruc-
frente al enemigo. En el interior de la estructura turas, uno de época romana y otro de época medie-
campamental se han localizado dos vías empedradas, val. El conjunto de época romana se compone de una
una que lo cruza en dirección norte-sur, posiblemen- instalación termal y de parte de una domus. La insta-
te la via praetoria, y otra en sentido este-oeste, la via lación termal, que se ha excavado en una superficie
principalis. Las excavaciones realizadas hasta la actua- de unos 200 m2, presenta al menos tres fases de cons-
lidad, centradas en las estructuras defensivas y en las trucción: una primera fase en la que se construyen las
vías, no han proporcionado demasiados materiales. estancias básicas, apodyterium, frigidarium, tepidarium y
Han aparecido algunas tachuelas de sandalia de caldarium, con su correspondiente hypocaustum y prae-
legionario y diferentes objetos metálicos muy afecta- furnium, una segunda fase en la que se añaden algunas
dos por la corrosión motivada por un suelo excesi- estancias, como un nuevo apodyterium y una gran
vamente ácido. En el interior del recinto se aprecian natatio, y una última reforma que reestructura la cons-
diversas estructuras tumuliformes, una de las cuales trucción, anula alguna estancia termal y parece que
ha sido objeto de excavación. La estructura, de difícil produce un cambio en la funcionalidad del edificio.
interpretación funcional, estaba construida con blo- El periodo de uso de estas instalaciones se desarrolla
ques de arenisca de mediano tamaño dispuestos sobre entre los siglos I y IV d.C. Al noroeste del edificio
una base artificial de arcilla apisonada en la que termal se ha excavado el atrio de una domus cuya
aparecían algunos restos de carbón vegetal. construcción se podría poner en relación con la pri-
Se ha obtenido una datación radiocarbónica corres- mera reforma de las termas. Los materiales de época
pondiente a época histórica: romana recuperados, además de abundantes elemen-
tos de construcción de tipo latericio, son escasos y
- AA-29658: 1950±50 BP (14C AMS). Car- poco característicos: algunos fragmentos de terra sigi-
bón, base de la estructura tumuliforme del área 2. llata hispanica, cerámica común, vidrios y tres mone-
das del S.III d.C. En época medieval se asienta sobre
Bibliografía: Peralta Labrador, 1999a, el edificio romano una iglesia románica con advoca-
1999b y 2000. ción a San Juan y, en torno a ella, una necrópolis. La
necrópolis medieval tiene una fase antigua con tum-
2.2. Calle Belén, 22 bas de lajas orientadas oeste-este y una posterior de
fosas simples con idéntica orientación. En época
Yacimiento situado en el casco urbano de la moderna se sigue enterrando en fosa simple, sin nin-
villa de Castro Urdiales (Castro Urdiales). La excava- guna preocupación por la orientación de las tumbas.
ción de urgencia realizada afectó a 16 m2 de un solar Además de las estructuras funerarias aparecen tanto
de 2000 m2. Se documentó una estratigrafía de 6 en la zona cementerial como en su entorno inmedia-
niveles de los que son el III y el IV los más destaca- to numerosos fragmentos de cerámica medieval.
bles por presentar restos de ocupación en época ro- Las dataciones absolutas obtenidas, tanto
mana. En el nivel III aparecían restos de construc- para el momento romano como para el medieval,
ciones y abundante cerámica de tipo terra sigillata son:
hispánica, además de cerámica común romana, cla-
vos de hierro y una fusayola de piedra. En el nivel IV - MAD-2099: 1912±170 BP (TL 1999).
únicamente se documentaron materiales rodados, Fragmento de tegula mammata procedente de una de
destacando algunos fragmentos de terra sigillata gálica. las pilae del hypocaustum.
Los restos romanos aparecidos en este solar, como los - MAD-2098: 1854±177 BP (TL 1999).
demás aparecidos en Castro Urdiales, se ponen en Fragmento de tegula.
relación con la localización en ese lugar de la colonia - AA-29657: 1835±45 BP (14C AMS). Frag-
Flaviobriga. mento de carbón procedente de una viga de la domus.
Se ha obtenido una datación radiocarbóni- - AA-29653: 850±65 BP (14C AMS). Huesos
ca: humanos, tumba 57 de lajas.
- AA-29655: 795±50 BP (14C AMS). Huesos
humanos, tumba 88 de lajas.
90
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

- AA-29654: 710±50 BP (14C AMS). Huesos anormalmente baja representación de individuos


humanos, tumba 72 de lajas. infantiles y juveniles. Además de los materiales pro-
- Beta-98970: 350±50 BP (14C AMS). Hue- cedentes del interior de las tumbas se ha publicado
sos humanos, tumba 49 de fosa. un interesante lote de materiales cerámicos proceden-
tes del nivel de las tumbas de lajas y sarcófagos. El
Bibliografía: Muñoz Fernández, Morlote lote está compuesto por vasijas lisas, estriadas y pin-
Expósito y Montes Barquín, 2000; San Miguel Lla- tadas, con las formas habituales en la cerámica alto-
mosas et alii, 2000; San Miguel Llamosas et alii (en medieval.
prensa). Se han obtenido cuatro dataciones radio-
carbónicas en la necrópolis medieval:
2.4. Necrópolis de Santa María de Hito
- CSIC-838: 1430±40 (14C). Huesos huma-
Necrópolis medieval situada en Santa María nos, individuo 292 con la sigla E5-2-83.
de Hito (Valderredible). La excavación realizada en - CSIC-840: 1360±40 (14C). Huesos huma-
esta necrópolis permitió documentar más de 400 nos, individuo 45 con la sigla E3-E4-2-82.
inhumaciones, destacando la variedad en los tipos de - CSIC-837: 1320±50 (14C). Huesos huma-
enterramientos. La necrópolis se asienta sobre una nos, individuo 72 del sector II,
villa romana de la que se han excavado varias depen- tumba de lajas del atrio.
dencias: un gran triclinium cuadrangular, dos habita- - CSIC-839: 980±40 (14C). Huesos huma-
ciones calefactadas mediante un sistema de hypocaus- nos, individuo 4 con la sigla Z5-7-83.
tum, varias estancias más modestas, un gran corredor
y una estructura que ha sido interpretada como un Bibliografía: Galera y Garralda, 1992; Gale-
horreum. Los niveles romanos han proporcionado ra et alii, 1994; Gimeno García-Lomas, 1978, 1986 y
fragmentos de terra sigillata hispánica tardía, fragmen- 1999; Gutiérrez Cuenca y Hierro Gárate, en prensa.
tos de dolia, restos de un acetre, agujas, fíbulas, etc,
además de abundante material latericio y algunas 2.5. Necrópolis de El Conventón
monedas de cobre que permiten fechar el uso de la
villa en los siglos III-IV. En la necrópolis existen Necrópolis medieval emplazada en Rebolle-
enterramientos en fosa simple con ataúd de madera, do (Valdeolea). Se asienta sobre un edificio de época
en fosa con murete, en tumba de lajas y en sarcófago romana y en torno a una iglesia, actualmente arrui-
de piedra, con cabecera antropomorfa o sin cabecera. nada, de fábrica prerrománica que tuvo advocación a
Los sarcófagos están tallados en piedras blandas, San Andrés. El edificio romano, posiblemente una
fundamentalmente arenisca de procedencia local y, instalación termal, conserva el alzado de buena parte
en algunos casos, caliza blanca y toba quizá proce- de sus muros en su parte oeste, donde destaca la
dente de la cercana Lora burgalesa. La variedad de rotonda y una dependencia absidiada contigua. Se
los tipos de tumbas responda tanto a una evolución conserva parte de una piscina rectangular y una
cronológica como a una variabilidad sincrónica, al atarjea de desagüe hecha con ímbrices. Los materia-
menos en algunos momentos de uso. Los materiales les arqueológicos recuperados son escasos, fundamen-
aparecidos en la necrópolis, pese a no ser muy abun- talmente fragmentos de terra sigillata hispanica y cerá-
dantes, son muy significativos ya que, por lo general, mica común. Se encontró también un miliario in-
las necrópolis medievales excavadas en Cantabria se completo del emperador Decio. La ocupación de este
caracterizan por la casi total ausencia de ajuares. edificio se ha establecido entre los siglos I y III d.C.
Destacan, por su número, los anillos, la mayoría son En la necrópolis se han diferenciado dos fases, aten-
de bronce o cobre, variando las formas: con chatón diendo tanto a criterios estratigráficos, tipológicos, de
central, filiformes, con engarce, etc., y las decoracio- orientación y de organización espacial, como a las
nes, geométricas en la mayoría de los casos. Existen dataciones absolutas: una fase altomedieval “antigua”
algunos ejemplares de plata, algunos con decoración y otra “avanzada”. La fase antigua se caracteriza por
incisa de aves en el chatón, y uno con una inscrip- la presencia de tumbas de fosa simple o con murete y
ción. Finalmente, existe un ejemplar de oro, de tipo forma ovoide o de tendencia antropomorfa, en algu-
signatario, con un sello en el chatón. También pro- nos casos, cubiertas con losas de piedra. Estas tumbas
cede de la necrópolis un broche de hueso con deco- no presentan una orientación homogénea y su rasgo
ración vegetal y animalística relacionado habitual- más característico es que su disposición se adapta a la
mente con manifestaciones artísticas mozárabes. El disposición de las estructuras romanas. Es probable
estudio antropológico de la necrópolis revela la pre- que con esta primera fase de necrópolis estén relacio-
sencia de al menos 426 individuos, de los que sólo se nados dos anillos de bronce, uno de ellos con decora-
pudo determinar el sexo en 278 casos: 148 varones y ción incisa, hallados en las excavaciones y un hebijón
130 mujeres. Se trata de una población bastante de base escutiforme hallado durante la reciente inter-
homogénea, de robustez acentuada y una estatura vención de restauración. La fase posterior de la ne-
media mayor a la de otras poblaciones contemporá- crópolis está en relación con la iglesia prerrománica.
neas estudiadas. El único elemento significativo es la Esta iglesia es un edificio de planta y cabecera rec-
91
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

tangular, con muros de mampuesto de dos paños. En 2.7. Necrópolis de San Pedro del Mar
torno a ella se dispone la necrópolis de tumbas de
lajas y sarcófagos, con orientación oeste-este. Se han Yacimiento ubicado en el barrio de Monte
determinado algunas agrupaciones familiares en la (Santander). Junto a la batería de época moderna de
organización de la necrópolis. Algunas de las tumbas San Pedro del Mar se han recuperado los restos de
tenían estelas epígrafas y anepígrafas en la cabecera. un individuo inhumados en una tumba de lajas con
Se han obtenido las siguientes dataciones la orientación característica oeste-este. El estudio
absolutas: antropológico ha determinado que se trata de una
varón, joven y de mediana estatura. Los elementos de
- GrN-13770: 1365±30 (14C). Huesos paleopatología más destacados son caries e hipoplasia
humanos, tumba 2 de fosa con murete. en dentadura y lesiones en la columna vertebral. No
- GrN-13776: 1230±40 (14C). Huesos se conocen en las inmediaciones restos materiales de
humanos, tumba 12 en sarcófago1. ningún edificio de culto de época medieval, pero la
- GrN-15629: 1175±20 (14C). Huesos propia toponimia y las referencias orales a la apari-
humanos, tumba de lajas. ción de otras tumbas hacen presumirla existencia en
- GrN-15630: 1200±20 (14C). Huesos ese lugar de una necrópolis medieval.
humanos, tumba de lajas. La datación radiocarbónica obtenida es la
siguiente:
Bibliografía: García Guinea, 1985; Van den
Eynde e Illarregui Gómez, 1986, Van den Eynde y - UGRA-592: 1150±60 BP (14C). Huesos
García Guinea, 1991; García Guinea, 2000; Van den humanos.
Eynde Ceruti, 1999 y 2002.
Bibliografía: Bohigas Roldán, Etxeberria
2.6. Necrópolis de Tresileja Gabilondo y Herraste Erlogorri, 2002.

Necrópolis medieval situada en Cos (Maz- 2.8. Necrópolis de Santa Olalla


cuerras). La excavación de urgencia realizada en una
extensión de 100 m2 ha permitido exhumar 32 tum- Necrópolis medieval situada en Celada Mar-
bas. Todas las tumbas eran de lajas, algunas con lantes (Enmedio). Se establece en torno a un edificio
almohadilla, y todas con orientación oeste-este. El de carácter religioso, hoy arruinado. Durante la in-
deterioro del material osteológico permitió determi- tervención arqueológica se identificaron veinte sepul-
nar en el estudio antropológico un número mínimo turas, diecinueve tumbas de lajas y un sarcófago. La
de 9 individuos, todos adultos excepto uno infantil y excavación de urgencia realizada afectó a siete tum-
únicamente se ha podido determinar el sexo, mascu- bas, todas de lajas con planta trapezoidal y sin ningún
lino, de uno de los individuos. No hay evidencias de elemento de ajuar. El sarcófago apareció desplazado
reutilización ni de enterramientos múltiples. Durante de su ubicación original y no contenía restos huma-
la excavación se recogieron algunos fragmentos de nos. El estudio antropológico determino la presencia
cerámica pintada. de al menos 15 individuos, todos adultos, excepto
Disponemos de una datación radiocarbóni- uno indeterminado. Sólo se pudo determinar el sexo
ca: de 5 individuos, 3 masculinos y 2 femeninos. No se
ha constatado ningún caso de reutilización, pero sí un
- GrN-19188: 1205±30 BP (14C). Huesos enterramiento doble. El estudio paleopatológico
humanos. constató un caso de espina bífida y una fractura de
húmero con supervivencia. El cementerio altomedie-
Bibliografía: Babini et alii, 1994; Rasines del val estaba sellado por un nivel que contenía materia-
Río, 1995; Bohigas Roldán, 2002b. les cerámicos de los siglos XIII y XIV.
Se ha obtenido una datación absoluta por
radiocarbono:

- GrN-15634: 1135±20 BP (14C). Huesos


humanos, tumba 7 de lajas.
1 En una publicación reciente (Van den Eynde, 2002) esta datación

se atribuye a la tumba BC del sector 1.86, una tumba de lajas. Sin Bibliografía: Peñil Mínguez et alii, 1992;
embargo, la muestra enviada al laboratorio del CIO de Groningen Campillo y Fernández, 1994; Rasines del Río, 1994;
se dice que procede de la tumba 12 del plano publicado en Sautuola Pérez Sánchez, 1996; Iglesias Gil y Pérez Sánchez,
IV (García Guinea, 1985: 217) correspondiente a las campañas de
1981 y 1982, un sarcófago que aún hoy se puede observar en su
2002.
emplazamiento original en el yacimiento, y es esta referencia la
que tomamos por más fiable. A tenor de lo que se puede deducir
de ese plano es probable que ese sarcófago esté en relación con los
momentos más antiguos de la necrópolis, que hunden sus raíces en
la Tardoantigüedad.
92
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

2.9. Necrópolis de San Julián de Liendo rante la excavación se recuperaron algunos fragmen-
tos de cerámica de la comúnmente denominada “de
Necrópolis medieval emplazada en el barrio repoblación”. Además, se localizó un muro que posi-
de Villanueva (Liendo). Está establecida en torno a blemente se corresponda con el del antiguo monaste-
una ermita tardorrománica. La excavación de urgen- rio localizado en este lugar por la documentación
cia realizada afectó únicamente a una sepultura. Se escrita. Guardado en el interior de la ermita se con-
trataba de una tumba de lajas que contenía un único serva un excepcional sarcófago decorado con motivos
esqueleto y presentaba orientación oeste-este. El que se han puesto en relación con el prerrománico
estudio antropológico determinó que se trataba de un asturiano.
individuo adulto masculino. Se obtuvo una datación absoluta:
Se realizó una datación absoluta:
- UGRA-270: 1190±80 BP (14C). Carbón.
- GrN-16956: 1060±45 BP (14C). Huesos
humanos, costillas. Bibliografía: Ealo de Sá, 1984; Van Den
Eynde y Fernández Ibáñez, 1986; González Gómez y
Bibliografía: Bohigas Roldán, 1992; Rasines Sánchez Sánchez, 1991.
del Río, 1992; Bohigas Roldán, 2002a.
2.12. Necrópolis y castillo de San Vicente de
2.10. Necrópolis de San Pedro de Castro Ur- Argüeso
diales
Conjunto de estructuras medievales situadas
Necrópolis medieval ubicada en la villa de en Argüeso (Hermandad de Campoo de Suso). La
Castro Urdiales (Castro Urdiales). Los restos de este fortaleza bajomedieval está compuesta por dos torres
cementerio de época medieval se localizan en el cerro y un cuerpo intermedio unidos por una muralla que
de Santa María, en el entorno de la ermita de San cierra el patio de armas. La excavación de urgencia
Pedro. Esta ermita, actualmente en ruina, conserva realizada afectó únicamente a una parte del relleno
restos de una fábrica original románica sobre la que de la torre sur, verificándose una estratigrafía com-
se realizaron reformas ya en estilo gótico. El lugar ha puesta por cinco niveles en los que el material de
sido objeto de diferentes intervenciones arqueológicas relleno se alternaba con acumulaciones de cenizas.
con carácter de urgencia. La excavación que se llevo Entre los materiales recogidos abundan las tejas, los
a cabo en la zona del ábside afectó a tres tumbas en fragmentos de cerámica y los huesos de fauna. La
ataúd de madera y un osario. Además de los restos cerámica muestra formas globular, abundando las
humanos se recogieron algunas monedas y fragmen- jarras con asas sobre las que aparece decoración
tos de cerámica medieval. En intervenciones poste- incisa a base de estrías y ocasionalmente pintada. Se
riores desarrolladas en la ermita y su entorno se han recogieron también restos de dos molinos circulares.
localizado nuevas tumbas probablemente medievales, El hallazgo más interesante por su valor de indicador
así como laudas de sarcófago y dos estelas discoideas. cronológico es una moneda de Alfonso XI. En el
A estos hallazgos hay que añadir la presencia de centro del patio de armas se excavó una tumba de
cerámica de época romana, medieval y moderna, lajas, sin orejeras y con orientación oeste-este. El
objetos metálicos y numerario de distintos momentos. informe antropológico determina que se trata de un
Se ha obtenido una datación absoluta por individuo adulto, varón y que como rasgo patológico
radiocarbono: destacado presentaba una lesión craneal. Esta tumba
formaría parte de una necrópolis en torno a una
- GrN-14162: 770±25 BP (14C). Huesos ermita mencionada en la documentación escrita que
humanos procedentes de una inhumación en ataúd, tenía advocación a San Vicente Mártir, de la que se
zona del ábside. han localizado algunos restos constructivos
Se han obtenido cuatro dataciones absolutas
Bibliografía: Bohigas Roldán et alii, 1990; por radiocarbono:
Bohigas Roldán, Molinero Arroyabe y Brígido Ga-
biola, 1992; Rasines del Río, 2002. - GrN-16712: 1090±30 BP (14C). Huesos
humanos, tumba de lajas.
2.11. Necrópolis de San Fructuoso de Lamiña - GrN-16713: 660±30 BP (14C).
- GrN-16713: 350±70 BP (14C).
Necrópolis medieval localizada en Lamiña - GrN-16882: 350±60 BP (14C).
(Cabuérniga). Está emplazada en torno a una ermita
del S.XVIII que en algunos lugares se superpone a Bibliografía: Vega de la Torre y Vega de la
las tumbas. Mediante una excavación de urgencia se Torre, 1993; Lamalfa Díaz, 2002; Pumarejo Gómez,
exhumaron 9 tumbas, todas de lajas. Una de las lajas Martínez Barreda y Pérez Soroa, 2002.
de cubierta presentaba una perforación artificial que
se ha interpretado como un orificio de libación. Du-
93
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

elementos metálicos como clavos y puntas de dardo


de cabeza piramidal, objetos de adorno, tanto apli-
2.13. Castillo de Camargo ques para muebles como objetos de adorno personal,
fichas de juegos y dados y varias monedas del siglo
Recinto defensivo emplazado en Escobedo XIV. El final violento que se propone para el edificio
(Camargo). Tiene una extensión total de unos 750- se ha puesto en relación con la llamada “Guerra de
800 m2, de la que se ha han sacado a la luz durante los Dos Pedros”, a partir de 1357.
las excavaciones únicamente la torra meridional y la Se ha obtenido una datación radiocarbóni-
muralla occidental. La torre es de planta rectangular, ca:
disponía de una cimentación escalonada construida
con sillares cúbicos de caliza ligados con mortero y - UGRA-184: 860±130 (14C). Madera car-
sus muros eran de sillares de arenisca. De la muralla bonizada, viga de la estructura constructiva.
únicamente se conocen los cimientos, compuestos por
grandes bloques de caliza sin ligazón de mortero en Bibliografía: Bohigas Roldán et alii, 1986;
dos paramentos, interno y externo, quedando el García Alonso, Bohigas Roldán y Sarabia Rogina,
interior relleno con material pétreo de forma y tama- 1989; García Alonso, 1999; Bohigas Roldán, García
ño irregular, y parte del alzado de mampostería. Se Alonso y Sarabia Rogina, 2000.
han documentado además dos estructuras siderúrgi-
cas con evidencias de combustión. La estratigrafía del 2.15. Cueva de El Pendo
yacimiento presenta dos niveles. Entre los materiales
muebles recuperados destaca la cerámica típicamente Cavidad situada en Escobedo de Camargo
altomedieval, tanto con decoración estriada e incisa (Camargo). Consta de una amplia boca que da acce-
como con decoración pintada, con un predominio en so a dos amplias salas en pendiente. Ha sido obejto
las formas de las ollas globulares con asa. Se han de numerosas intervenciones arqueológicas desde su
recuperado algunas piezas metálicas significativas: descubrimiento en 1878, durantre las que se han
puntas de flecha y dardo, remaches, eslabones, pasa- documentado ocupaciones en época prehistórica al
dores de hebilla, etc. de hierro y apliques decorativos menos desde el Paleolítico Medio hasta la Edad del
de bronce. Además se han recogido restos alimenti- Bronce, con una importante colección de arte mueble
cios correspondientes a moluscos bivalvos, animales magdaleniense. Destaca, además, el importante con-
domésticos y peces. junto de pinturas paleolíticas recientemente descu-
Se han obtenido dos dataciones absolutas bierto. En el sector conocido como “Santuario de la
por radiocarbono: Edad Bronce”, que se encuentra entre las dos salas de
la cavidad, se han documentado una treintena de
- UGRA-182: 1190±110 BP (14C). Carbón. depósitos intencionales de materiales correspondien-
tes en su mayoría a la Edad del Bronce, así como a
- UGRA-180: 1030±110 BP (14C). Carbón. momentos posteriores. Estos depósitos están com-
puestos por restos de una veintena de vasijas de ce-
Bibliografía: Bohigas Roldán y Sarabia Ro- rámica, restos de fauna y otros elementos singulares
gina, 1989; Bohigas Roldán et alli, 1989; Bohigas como un puñal de cobre, una vasija de madera y un
Roldán, 2000 y 2001. trozo de cuerda de esparto. El grueso del conjunto
correspondiente a la Prehistoria Reciente ha sido
2.14. El Torrejón de las Henestrosas interpretado como un depósito ritual de tipo votivo
realizado en el Bronce Pleno.
Fortaleza medieval situada en Las Henestro- Se ha obtenido una datación absoluta por
sas (Valdeolea). El conjunto está formado por una termoluminiscencia correspondiente a época históri-
casa noble de planta rectangular adosada a una torre ca:
cuadrada, dispuestos ambos edificios sobre una plata-
forma de unos 1400 m2, delimitada por un foso de 8 - MAD-551: 1635±116 (TL 1995). Frag-
m. de anchura y 3 m. de profundidad. Este perímetro mento de cerámica, borde recto con labio plano,
defensivo se completa con un vallado exterior. Se ha procedente del cuadro E9 de la zona 8/96.
documentado un único nivel de ocupación formado
por los pavimentos y estructuras constructivas, ade- Bibliografía: Montes Barquín, 2000; Morlote
más de las estructuras defensivas. La estratigrafía es Expósito y Muñoz Fernández, 2001.
muy simple y refleja el final violento del uso de la
edificación: un nivel de maderas carbonizadas, un 2.16. Cueva de La Garma A
nivel de tejas y un nivel de escombros abandonado
tras el reaprovechamiento de buena parte de los Cueva localizada en el complejo kárstico de
materiales de construcción. Los materiales recupera- La Garma, en Omoño (Ribamontán al Monte). Esta
dos durante las excavaciones desarrolladas son de cavidad, único acceso practicable en la actualidad al
diferentes tipos: cerámica locales y de importación, sistema kárstico de La Garma, posee una excepcional
94
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

secuencia estratigráfica que lleva desde el Paleolítico


Antiguo a los inicios de la Edad del Bronce, con evi-
dencias de visitas posteriores, concretamente en épo- 2.18. Cueva de La Cuevona
ca medieval. La secuencia paleolítica ha proporcio-
nado una abundante colección tanto en los niveles Cueva localizada en el complejo kárstico del
más antiguos como en los niveles magdalenienses y Peñajorao, en Revilla de Camargo (Camargo). La
solutrenses, con ricas industrias líticas y óseas y algu- cavidad tiene una amplia boca, pero una corriente de
nas muestras de arte mueble. Sobre estas ocupaciones agua dificulta el acceso a las galerías interiores, que es
paleolíticas se asienta un nivel mesolítico y uno pro- donde se localiza en yacimiento. Las evidencias ar-
bablemente neolítico. La última fase de uso durante queológicas localizadas son de dos tipos: manifesta-
la Prehistoria está representada por contextos sepul- ciones rupestres de tipo esquemático y un yacimiento
crales del Calcolítico y la primera Edad del Bronce. intacto de tipo “depósito”. Las representaciones pa-
Especialmente relevante es la presencia de una fosa rietales consisten en grabados de surco ancho que
funeraria calcolítica, dado que se conocen en el Can- representan motivos abstractos y medio centenar de
tábrico pocas estructuras de este tipo. De momentos “marcas negras” en paneles de reducido tamaño. El
más recientes se conoce una cuenta gallonada, de un depósito consiste en abundantes carbones vegetales
tipo característicamente visigodo, y cerámicas medie- asociados a fragmentos de tres ollas de perfil en S de
vales de varios tipos: vasija globular pintada, vaso de aspecto tosco.
boca cuadrada, vaso de boca lobulada y fragmentos Se ha obtenido una datación absoluta por
lisos y decorados con estriado. Estos materiales, pro- termoluminiscencia:
ducto de visitas ocasionales, están en relación con
actividades diversas documentadas en las galerías - MAD-665: 1031±92 BP (TL 1999). Frag-
Intermedia e Inferior del sistema. mento de cerámica, olla de perfil en S recogida en
Disponemos de tres dataciones absolutas superficie.
para los materiales recientes:
Bibliografía: Morlote et alii, 1996; Muñoz Fernández
- MAD-558: 1043±92 BP (TL 1995). Frag- y Morlote Expósito, 2000.
mento de cerámica con estriado irregular, nivel su-
perficial. 2.19. Sima del Portillo del Arenal
- MAD-559: 1023±92 BP (TL 1995). Frag-
mento de cerámica pintado con motivo geométrico, Cavidad situada en el karst del Peñajorao,
vasija globular, nivel superficial. en Puente Arce (Piélagos). La intervención arqueoló-
- MAD-649: 855±64 BP (TL 1995). Frag- gica desarrollada en la cavidad ha permitido deter-
mento de cerámica, vaso de boca cuadrada, proce- minar dos grandes zonas con yacimiento arqueológi-
dente del nivel superficial. co: una sala sepulcral al pie de la sima de acceso y
varios depósitos dispersos por el resto de la cueva. En
Bibliografía: Muñoz Fernández, Serna Gan- la sala sepulcral hay restos de al menos 16 individuos
cedo y Gómez Arozamena, 1993; Arias Cabal et alii, de distintas cronologías prehistóricas, y materiales
1999, 2000a y 2000b; Bohigas Roldán, 2002c. correspondientes al Neolítico, Calcolítico, el Bronce
Antiguo y a momentos tardo-antiguos y altomedieva-
2.17. Cueva de El Valladar les. Los materiales asociados al conjunto sepulcral
eran vasijas de cerámica de gran tamaño, punzones
Cueva localizada en el complejo kárstico de de hueso, varias piezas líticas y restos de fauna. Ade-
La Garma, en Omoño (Ribamontán al Monte). Es más, por toda la cueva se reparten depósitos de obje-
una cavidad con acceso angosto, a través de un es- tos tardo-antiguos y altomedievales: una ollita deco-
carpe y una gatera que dan acceso a la galería princi- rada con ondas, una placa de cinturón liriforme y
pal en la que se ubica el yacimiento arqueológico. No una lengüeta de extremo de cinturón, ambas típica-
parece responder a un uso funerario, únicamente se mente visigodas, varios cuchillos de hierro, puntas de
ha documentado un depósito de cerámica prehistóri- hierro con enmangue tubular, una sierra y una pala o
ca en el nivel superficial. También se han recogido barrena, varias vasijas de perfil en S, etc., así como
algunos fragmentos de cerámica medieval. algunas acumulaciones de carbones. Las paredes de
Se ha obtenido una datación absoluta: la cavidad tienen numerosas “marcas negras”, tanto
representaciones aisladas como motivos formando
- MAD-557: 1026±101 BP (TL 1995). paneles.
Fragmento de cerámica, recogida en superficie. Se han obtenido tres dataciones correspon-
dientes a momentos históricos, dos por radiocarbono
Bibliografía: Arias Cabal et alii, 1999, 2000a y una por termoluminiscencia:
y 2000b.

95
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

- AA-20045: 1195±56 BP (14C AMS). Car- corresponderían a frecuentaciones de época medie-


bón, “marca negra” de la pared de la cavidad, figura val. Estos niveles antrópicos presentan abundantes
12B. restos de fauna y macrorrestos vegetales carboniza-
- AA-29549: 1230±40 BP (14C). Carbón dos, así como zonas rubefactadas. Una de estas áreas
procedente de una acumulación. rubefactadas ha sido identificada como un posible
- MAD-670: 1578±125 BP (TL 1999). Olla hogar. Los materiales cerámicos recuperados durante
de cerámica decorada con ondas y dientes de lobo, la excavación, correspondientes en su totalidad al
incisión bruñida. nivel 2, pertenecen en su mayoría a recipientes cofec-
cionados a torno, de tipo olla o jarra con asa. Algu-
Bibliografía: Morlote et alii, 1996; Valle nos de los fragmentos tienen decoración pintada en
Gómez et alii, 1998; Muñoz Fernández y Morlote tonos vinosos. Además, en las paredes de la galería
Expósito, 2000. lateral de la cavidad existen varios paneles con "mar-
cas negras".
2.20. Cueva del Calero II Se han obtenido dos dataciones radiocarbó-
nicas y una por termoluminiscencia de época históri-
Cueva localizada en el complejo kárstico del ca:
Peñajorao, en Barcenilla (Piélagos). Las cavidad con-
tiene evidencias de ocupación desde época paleolítica - Beta-140117: 1060±40 BP (14C AMS).
hasta la Alta Edad Media, tanto restos arqueológicos Carbón, restos de quema del nivel 4.
como representaciones rupestres. Las manifestaciones - Beta-140118: 770±40 BP (14C AMS). Car-
rupestres corresponden a dos fases bien diferenciadas: bón, “marca negra” cruciforme, pared del fondo de
un conjunto de arte Paleolítico con predomino de la cavidad.
pinturas rojas, algunas pinturas negras y grabados, y - MAD-2141: 884±79 BP (TL 2000). Frag-
abundantes evidencias de “marcas negras” repartidas mento de cerámica, olla/jarra con asa, nivel 2.
por toda la cavidad. El yacimiento arqueológico
contiene materiales del Paleolítico Inferior, el Paleolí- Bibliografía: Marcos Martínez y Rasines del
tico Superior, el Neolítico, la Edad del Bronce, la Río, 2002; Marcos Martínez, Rasines del Río y Gar-
Edad del Hierro y la Alta Edad Media. Los materia- cía Alonso, 2002.
les medievales son especialmente abundantes: varias
ollas de cerámica lisas y decoradas con incisiones o 2.22. Cueva de Cofresnedo
pintura, concentraciones de carbones en lugares
aparentes y restos incompletos de dos individuos Cavidad situada en la depresión cerrada de
infantiles colocados en una oquedad. Matienzo (Ruesga). Se trata de una cueva fósil con
Se han obtenido un total de cuatro datacio- boca y vestíbulo amplios y una sola galería de reco-
nes correspondientes a época histórica: rrido corto. Los hallazgos arqueológicos se distribu-
yen por toda la cavidad, tanto por el vestíbulo como
- MAD-672: 1129±90 BP (TL 1999). Frag- por las zonas oscuras de la galería. Se han efectuado
mento de cerámica, olla estriada recogida en superfi- diversas recogidas de materiales hallados en superfi-
cie al fondo del vestíbulo.. cie que han permitido reunir una importante colec-
- AA-29652: 1265±60 BP (14C AMS). Car- ción compuesta por huesos humanos, fragmentos de
bón, procede de una concentración sobre estalagmita cerámica y materiales metálicos. Los restos humanos
de la Gran Sala. corresponden a un mínimo de 4 individuos, dos adul-
- AA-29651: 760±55 BP (14C AMS). Huesos tos y dos juveniles. A partir del estudio de los mate-
humanos, individuo infantil, restos depositados en la riales cerámicos se han podido distinguir casi una
oquedad de una columna estalagmítica. veintena de vasos correspondientes a cuatro clases,
- AA-20047: 1227±93 BP (14C AMS). Car- tres de ellas atribuibles a la Edad del Hierro. Entre
bón, “marca negra” de la pared de la cavidad. los objetos metálicos destacan un puñal y un regatón
de lanza en hierro y algunos objetos de cobre. Para el
Bibliografía: Morlote et alii, 1996; Muñoz conjunto de materiales que se pueden encuadrar en
Fernández y Morlote Expósito, 2000. la Edad del Hierro se ha propuesto una interpreta-
ción de uso funerario. Se ha documentado un impor-
2.21. Cueva de las Injanas tante conjunto de “marcas negras” repartido por
toda la extensión de la cavidad.
Cavidad situada en Lamadrid (Valdáliga). Se ha obtenido una datación absoluta:
Tiene dos bocas que dan acceso a una galería que
desciende en fuerte pendiente hasta el lugar en el que - GrA-17640: 1740±80 BP (14C AMS). Car-
se ubica el depósito arqueológico. La excavación bón, “marca negra” de la pared derecha de la cueva,
arqueológica de urgencia realizada en el yacimiento pintura 15.
ha permitido documentar una amplia estratigrafía
con al menos dos niveles de formación antrópica que
96
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

Bibliografía: Peñil, Muñoz y Smith, 1981; mismos paneles que las representaciones inequívo-
Smith, 1985; Smith, 1998; Ruiz Cobo, 1999; Ruiz camente prehistóricas.
Cobo y Smith, 2001. Se ha obtenido una datación absoluta co-
rrespondiente a época histórica:
2.23. Cueva de Coburruyo
- GifA-98203: 750±60 BP (14C AMS). Car-
Cueva localizada en el valle cerrado de La bón, “marca negra” no figurativa en la pared de la
Vega, en Matienzo (Ruesga). Se trata de un gran cueva, trazos cortos en la pared derecha del sector II.
abrigo que da acceso a dos galerías. En el vestíbulo,
bajo grandes bloques de derrumbe, se aprecia la Bibliografía: Moure Romanillo y González
presencia de restos materiales correspondientes a un Sainz, 2000; González Sainz y San Miguel Llamosas,
yacimiento de cronología paleolítica. En el interior de 2001.
la cavidad no hay material arqueológico, únicamente
se han localizado varios paneles de “marcas negras”. 2.26. Cueva Negra
Se ha obtenido una datación absoluta:
Cavidad situada en el desfiladero del río Ca-
- Beta-122561: 990±40 BP (14C AMS). Car- rranza (Ramales de la Vistoria). Es un sumidero fósil
bón, “marca negra” de la pared de la cavidad, pintu- de acceso en rampa de fuerte inclinación cuya boca
ra 11A. relativamente amplia da acceso a la galería principal
de la cavidad, en la que se ubican las representacio-
Bibliografía: Smith, 1998; Smith y Ruiz nes parietales conocidas. En la superficie de la cavi-
Cobo, 1999. dad no se han localizado elementos que permitan
confirmar la existencia de depósito arqueológico. Las
2.24. Cueva Roja representaciones parietales se limitan a unas marcas
rectilíneas dispersas, pintadas en negro con carbón
Cueva localizada en el valle cerrado de La vegetal.
Vega, en Matienzo (Ruesga). La boca de la cavidad, Se ha obtenido una datación absoluta co-
de reducidas dimensiones permite el acceso a una rrespondiente a época histórica:
galería de desarrollo lineal que comunica con una
amplia sala. Las evidencias arqueológicas se limitan a - GifA-98167: 170±60 BP (14C AMS). Car-
concentraciones de cenizas y restos óseos y a varios bón, “marca negra”, trazos rectos cruzados sobre la
paneles con “marcas negras” localizados en la sala gatera que da acceso a las salas profundas.
final.
Se ha obtenido una datación absoluta: Bibliografía: San Miguel Llamosas et alii,
1986-1988; Moure Romanillo y González Sainz,
- Beta-122562: 870±50 BP (14C AMS). Car- 2000; González Sainz y San Miguel Llamosas, 2001.
bón, “marca negra” de la pared de la cavidad, pintu-
ra 5. 2.27. Galería Inferior de La Garma

Bibliografía: Smith, 1998; Smith y Ruiz Cavidad cegada localizada en el complejo


Cobo, 1999. kárstico de La Garma, en Omoño (Ribamontán al
Monte). Se trata de una gran galería en el interior del
2.25. Cueva del Arco A sistema cuya entrada original quedó bloqueada en el
Paleolítico Superior y a la que se accede desde la
Cavidad situada en el desfiladero del río cueva de La Garma A a través de la Galería Inter-
Carranza (Ramales de la Vistoria). Forma parte de media. Contiene un yacimiento magdaleniense de
un conjunto de cavidades con ocupaciones prehistó- gran extensión conservado en superficie en el que se
ricas y conjuntos de arte rupestre paleolítico conoci- identifican diferentes estructuras funcionales: caba-
das como cuevas del Arco. El amplio abrigo de la ñas, hoyos, acumulaciones de materias primas, tanto
boca da paso a corredor que se bifurca en dos galerí- en el vestíbulo como en otras salas interiores. Las
as por las que se distribuyen las representaciones paredes están decoradas con un amplio conjunto de
parietales. El vestíbulo conserva restos de una estrati- arte rupestre paleolítico, con pinturas y grabados de
grafía poco representativa, con evidencias de ocupa- diferentes momentos del Paleolítico Superior. Exis-
ciones paleolíticas y postpaleolíticas. En el interior de ten, además, numerosas huellas de tránsito por el
la cavidad hay un conjunto de arte paleolítico com- interior del sistema. El conjunto se completa con
puesto por representaciones de animales y signos en restos de al menos 4 individuos depositados en dife-
tintas rojas y algunos grabados figurativos. A este rentes lugares de la galería en momentos altomedie-
repertorio se añaden algunas "marcas negras" aisla- vales y restos de hogueras y teas de cronología simi-
das o formando grupos que en ocasiones ocupan los lar. En relación con los esqueletos se han localizado

97
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

algunos objetos metálicos, entre ellos una placa de cas recogido en la cavidad se habría depositado en
cinturón de probable filiación visigoda. varios momentos a partir del Bronce Antiguo.
Se han obtenido las siguientes dataciones Se han obtenido dos dataciones radiocarbó-
absolutas: nicas:

- AA-20042: 1281±57 BP (14C AMS). Car- - Beta-88447: 1950±60 BP (14C). Carbón


bón, probablemente de una tea, recogido en superfi- procedente de la Cubeta 3, de la capa inmediatamen-
cie. te inferior al nivel arcilloso de superficie.
- AA-20041: 1220±44 BP (14C AMS). Car- - Beta-77484: 850±70 BP (14C). Fragmento
bón, probablemente de una tea, recogido en superfi- de madera carbonizada, posible tea, recogido en
cie. superficie.
- OxA-7241: 1115±40 BP (14C AMS). Hue-
so humano, individuo depositado en una sala de la Bibiliografía: Ruiz Cobo y Smith, 1995 y
zona V. 1997.

Bibliografía: Arias Cabal et alii, 1999, 2000a 2.30. Cueva del Mirón
y 2000b.
Cavidad emplazada en Ramales de la Victo-
2.28. Galería Intermedia de La Garma ria (Ramales de la Victoria). Es una cueva de boca
amplia que contiene una importante secuencia estra-
Cavidad cegada localizada en el complejo tigráfica. Se han realizado excavaciones en la entrada
kárstico de La Garma, en Omoño (Ribamontán al de la cueva o “zona de la cabaña”, en el fondo del
Monte). Zona interior del sistema que no tiene en la vestíbulo o “zona del corral” y en la galería interior.
actualidad entrada natural en la ladera del monte y La excavación en la zona de la cabaña ha permitido
probablemente se corresponda con el mismo nivel de localizar una secuencia estratigráfica con ocupaciones
circulación de La Garma B. Se accede por la cueva de diferentes momentos: unos niveles con hogares
de La Garma A. En superficie se observan numerosas superpuestos de época calcolítica, con cerámica,
oseras que, en algunas zonas, alteran un estrato con restos de fauna e industrias líticas, una serie de niveles
industrias dispersas del Paleolítico Antiguo y restos de neolíticos con algún hogar y abundantes restos de
otros carnívoros pleistocénicos. Además se ha docu- fauna e industrias y otros niveles menos ricos de mo-
mentado un conjunto de pinturas paleolíticas, y car- mentos azilienses y magdalenienses. La zona del
bones y restos de hogueras de cronología altomedie- corral presentaba importantes zonas removidas,
val. arrancando la secuencia intacta conservada desde
Se ha obtenido una datación absoluta en momentos finales del Paleolítico Superior, pudiéndo-
este yacimiento: se destacar de esta zona la aparición de un bloque
con grabados paleolíticos. En el interior de la cavidad
- OxA-6890: 1210±40 BP (14C AMS). Car- se localizó, tras la limpieza de una antigua zanja, un
bón procedente de una hoguera de iluminación, nivel con abundantes restos de carbones y restos
junto a la sima que da acceso a la Galería Inferior, fauna sin elementos industriales asociados, de crono-
recogido en superficie. logía medieval. A partir del fondo de la zanja se llega
de nuevo a niveles probablemente paleolíticos.
Bibliografía: Arias Cabal et alii, 1999, 2000a Se ha obtenido la siguiente datación corres-
y 2000b. pondiente a época histórica:

2.29. Cueva de las Grajas - GX-22129: 900±80 (14C). Carbón proce-


dente del tramo 8Q-9Q del cuadro IV, galería inter-
Cueva ubicada en el karst de Matienzo ior de la cueva.
(Ruesga). La cavidad tiene una boca amplia en forma
de arco que da acceso a un vestíbulo en pronunciada Bibliografía: González Morales y Straus,
pendiente que lo inutiliza como lugar de habitación. 1996, 1999 y 2000.
El yacimiento, compuesto por concentraciones de
material arqueológico correspondiente a varios mo- 2.31. Ferrería de Caranceja
mentos, se ubica en el sector sur de la cavidad, sobre
un suelo de coladas estalagmíticas. Se han documen- Yacimiento situado en Caranceja (Cabezón
tado la menos tres momentos de uso o visita en la de la Sal). En el transcurso de una intervención de
cueva: un depósito de huesos de animales domésticos urgencia se pudieron documentar mediante prospec-
de inicios de la Edad del Bronce, posiblemente aso- ción los restos de un edificio que probablemente se
ciado a cerámicas, una fogata datada en torno al corresponda con una ferrería de tipo “forja seca”.
cambio de era y restos de una antorcha medieval, Cercanas a este edificio y en relación con él se han
quizá de una visita ocasional. El conjunto de cerámi- localizado al menos 21 estructuras de combustión en
98
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

forma de hoyo, producto de las labores de obtención Se ha obtenido la siguiente datación me-
de carbón vegetal para alimentar la ferrería, además diante termoluminiscencia:
de acumulaciones de escorias de hierro muy porosas.
Han aparecido también algunos fragmentos de ce- - MAD-2727: 236±24 (TL 2002). Arcilla
rámica medieval. rubefactada, fragmento de la parrilla del horno.
Se ha obtenido la siguiente datación radio-
carbónica: Bibliografía: Mantecón Callejo y Marcos
Martínez, 2002.
- Beta-85200: 840±70 (14C AMS). Carbón
procedente del hoyo 2. 3. EL PAPEL DE LA CRONOLOGÍA ABSO-
LUTA EN LA INTERPRETACIÓN HISTÓRI-
Bibliografía: Muñoz Fernández et alii, 2002. CA

2.32. Astillero de Colindres La cronología absoluta, especialmente la


radiocarbónica, puede desempeñar un papel funda-
Yacimiento de época moderna situado en la mental en la interpretación de algunas cuestiones
villa de Colindres (Colindres). Las prospecciones relacionadas con la época medieval, no sólo en el
geofísicas y las excavaciones llevadas a cabo en el ámbito regional o peninsular, sino en todo el ámbito
paraje de La Quinta permitieron determinar el em- europeo (vid. Colardelle et alii, 1999; Faure-
plazamiento del astillero de Colindres, que tuvo su Boucharlat, 2001). El desarrollo de la Arqueología
principal actividad durante el siglo XVII, según cons- Medieval en la región cuenta con una joven pero
ta en la documentación escrita. Se documentó la intensa trayectoria, sobre todo en los últimos veinte
existencia de diferentes estructuras: un dique, un años, pero son aún numerosas las preguntas sin res-
suelo de cantos y un antiguo camino. Los materiales puesta y las interpretaciones arriesgadas que se po-
arqueológicos recuperados durante la excavación drían ajustar con un correcto manejo de la cronolo-
fueron fundamentalmente tejas y diferentes objetos gía absoluta. No queremos decir con esto que la cro-
de hierro relacionados con actividades de construc- nología absoluta ofrezca soluciones incontestables y
ción naval, así como algunos fragmentos de cerámi- definitivas, pero si ayuda en gran medida a clarificar
ca. el panorama.
Las dataciones obtenidas por termoluminis- No conviene olvidar, no obstante, que tan
cencia sobre diferentes muestras son: importante es realizar tantas dataciones como sea
posible como entender correctamente qué es lo que
- MAD-335d: 418±47 BP (TL 1995). Teja se está datando y cómo puede y debe manejarse la
del tipo D. datación en la interpretación histórica. Y aunque esta
- MAD-335c: 413±38 BP (TL 1995). Teja es una premisa de sentido común, con frecuencia se
del tipo C. ha obviado.
- MAD-335a: 367±32 BP (TL 1995). Teja En ocasiones las dataciones se han utilizado
del tipo A. incorrectamente para validar hipótesis fundamenta-
- MAD-335b: 352±51 BP (TL 1995). Teja das en las fuentes escritas o en constructor históricos
del tipo B. muy asentados, o ajustadas de manera que coincidan
con las fechas de hechos históricos recogidos por esas
Bibliografía: Cisneros Cunchillos, Palacio fuentes como se puede observar en el caso de la ne-
Ramos y Castanedo Galán, 1997; Cisneros Cunchi- crópolis de El Conventón de Rebolledo (García Gui-
llos y Palacio Ramos, 2000. nea y Van Den Eynde Ceruti, 1991). Las interpreta-
ciones hitóricas se apoyan, además, en dataciones no
2.33. Horno Tejero II del Barrio de la Virgen calibradas, lo que pone en tela de juicio su validez.
Son pocas las ocasiones en que se recurre a la cali-
Yacimiento ubicado en el Barrio de la Vir- bración de las dataciones y cuando se hace no parece
gen (Udías). La estructura, exhumada durante una necesario modificar las interpretaciones, a pesar de
excavación de urgencia, consistía en un horno alfare- que en algunos casos sería necesario. Ejemplo de este
ro excavado en el suelo con la parrilla derrumbada al proceder poco recomendable sería la hipótesis pro-
interior. Conservaba el pilar de sustentación de la puesta para el Castillo de Camargo, que se pone en
parrilla y parte del tiro o boteja, orientado éste para relación con el proceso reorganizador del cantábrico
aprovecharlos vientos norte-noroeste dominantes en llevado a cabo por Alfonso I de Asturias a partir de la
la zona. Los materiales que colmataban la cámara fecha sin calibrar (Bohigas Roldán y Sarabia Rogina,
inferior eran fragmentos de la parrilla, fragmentos de 1989), manteniéndose esta interpretación una década
teja en diferentes estadios de coción y algunos frag- después a pesar de presentar ya la datación calibrada
mentos de cerámica poco significativa. El horno (Bohigas Roldán, 2000): la calibración ofrece como
estuvo dedicado, casi con seguridad, a la producción fechas cal AD más probables momentos posteriores
de teja curva. casi en un siglo a los que sostienen la interpretación
99
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

histórica propuesta. Como señala Arias Cabal (1995), Las dataciones radiocarbónicas y termolu-
no existe en la actualidad motivo alguno para no mínicas obtenidas en la terma de San Juan de Malia-
recurrir a la calibración de las dataciones radiocar- ño permiten fechar a la perfección la primera fase de
bónicas y, recordando las palabras de Castro Martí- uso de las instalaciones en los siglos I cal AD y II cal
nez y Micó Pérez (1995) recogidas en la introducción, AD, lo que concuerda con la adscripción cronológica
sólo las dataciones calibradas permiten hablar de una que permiten establecer otros elementos, como la
cronología en tiempo real equiparable con los calen- terra sigillata.
darios históricos en los que se basan otras fuentes. El empleo de dataciones absolutas en el ám-
bito de la Arqueología de época romana permite, por
3.1. La cronología absoluta en el tanto, un primer acercamiento cronológico en aque-
estudio de la Cantabria romana llos casos en los que otros elementos clásicos de data-
ción son escasos o poco diagnósticos, al tiempo que
Para la Edad Antigua -equiparable en nues- puedne ayudar a resolver -especialmente la aplica-
tra región con la época romana- la confianza en ción de la termoluminiscencia- cuestiones relaciona-
métodos de datación ensayados con éxito desde hace das con la evolución de las estructuras constructivas
décadas, a partir de tipologías cerámicas o de la cro- que pueden plantear dificultades de estudio a partir
nología que ofrecen los elementos numismáticos, de simples correlaciones estratigráficas.
hace que la cronología absoluta se haya utilizado
mucho menos. 3.2. Cronología y evolución
Es reseñable el hecho de que solamente dis- de las necrópolis medievales
ponemos de una datación absoluta procedente de los
principales yacimientos romanos de Cantabria, el de El estudio de la cronología y la evolución de
Castro Urdiales -localidad tradicionalmente identifi- las necrópolis medievales es quizá uno de los sujetos
cada con Flaviobriga- y ninguna del de Retortillo - de investigación en los que la datación absoluta pue-
tradicionalmente identificada con Iuliobriga-, a pesar de desempeñar un papel más importante. En ausen-
de que se trata de lugares donde se ha desarrollado cia de elementos de mobiliario acompañando a los
una intensa actividad arqueológica desde hace déca- cadáveres, la práctica habitual ha sido recurrir a la
das (vid. Iglesias y Ruiz, 1995; Iglesias Gil y Pérez tipología de los contenedores sepulcrales para esta-
Sánchez, 1999). Quizá la seguridad de su atribución blecer la seriación cronológica, pero las variaciones
a la época romana, sin necesidad de una mayor pre- en la arquitectura de las tumbas no son siempre un
cisión cronológica, o la abundancia de otros elemen- indicador fiable.
tos como la cerámica de tipo terra sigillata, excelente Vamos a esbozar aquí las posibilidades de la
herramienta de datación2, o de numerario, han moti- cronología absoluta en tres cuestiones ligadas a la
vado esta renuncia al empleo de la cronología absolu- arqueología funeraria medieval: la presencia de ne-
ta. crópolis hispanovisigodas en el sur de la región, la
Ha sido en otros lugares como en campa- cronología de las tumbas de lajas y la cronología de
mento romano de Cildá o las termas de San Juan de los sarcófagos.
Maliaño, cuya atribución a época romana ha sido A pesar de la aparición en Cantabria de un
puesta en tela de juicio por algunos investigadores -en contingente modesto pero suficientemente significati-
la mayor parte de los casos, al margen de los canales vo de materiales arqueológicos de época visigoda (vid.
habituales del debate científico-, donde sí se ha recu- Pérez Rodríguez y Cos Seco, 1985, por ejemplo), la
rrido de forma más o menos exitosa al empleo de la reconstrucción histórica sobre este periodo ha estado
datación radiocarbónica como una herramienta más sujeta siempre al dictado de la documentación escrita
de la praxis arqueológica. y de la auctoritas historiográfica, con lo que el impacto
En el caso del campamento romano de Cil- de las invasiones bárbaras sobre la región queda
dá, como ya se ha puesto de manifiesto en otra oca- reducido a la mínima expresión. Sin embargo, la
sión (Gutiérrez Cuenca y Hierro Gárate, 2001), las reinterpretación de algunas necrópolis del sur de la
dataciones radiocarbónicas pueden ofrecer un marco región puede permitir introducir modificaciones
cronológico, pero no una fecha concreta, un marco sustanciales en el discurso histórico. Las necrópolis de
que se antoja demasiado vago para valorar la crono- Santa María de Hito y de El Conventón de Rebolle-
logía de unos acontecimientos que tuvieron lugar en do, excavadas a principios de la década de 1980
un lapso corto de tiempo. La datación de estos esta- tienen una fase inicial datada por radiocarbono en el
blecimientos romanos de campaña sólo puede con- siglo VII cal AD en la que se perciben numerosas
cretarse mediante la cronología que ofrece el mone- similitudes con las necrópolis del mundo rural hispa-
tario. no-visigodo. Los elementos de caracterización, sobre
los que no nos detendremos en extenso aquí a la
2 Hay que tener en cuenta, no obstante, recientes investigaciones espera de desarrollarlos en un trabajo posterior (Gu-
que ponen en tela de juicio la fiabilidad de las cronologías maneja- tiérrez Cuenca y Hierro Gárate, en prensa), son fun-
das hasta el momento para la Terra Sigillata Hispanica y abogan damentalmente:
por una profunda revisión de las propuestas clásicas de seriación
(vid. Buxeda i Garrrigos y Tuset i Bertran, 1995).
100
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

- Su ubicación, asociadas ambas necrópolis a Juan de Maliaño (San Miguel Llamosas et alii, en
estructuras arquitectónicas de época romana, una prensa) y en otros yacimientos como el de San Pedro
villa en el caso de Santa María de Hito y una instala- de Escobedo (Muñoz Fernández, Marcos Martínez y
ción termal en el caso de El Conventón. Serna Gancedo, 1997), aunque no ha podido ser
- El tipo de tumbas que aparece, fosas sim- corroborada en ninguno de los dos casos por data-
ples con ataúd de madera, especialmente abundantes ciones absolutas. Sí disponemos de una datación para
en Santa María de Hito, y tumbas de murete, com- una sepultura en fosa simple con ataúd correspon-
binado con el aprovechamiento ocasional de las es- diente a la segunda mitad del siglo XIII cal AD en
tructuras arquitectónicas y los materiales constructi- San Pedro de Castro Urdiales, pero la reducida exca-
vos de los edificios romanos precedentes para delimi- vación arqueológica realizada en este lugar no aporta
tar las inhumaciones, presente en ambas necrópolis. datos más allá de la cronología de un grupo de tum-
- La diversidad en la orientación de las bas muy reducido.
tumbas, que es más regular en Santa María de Hito, Las dataciones radiocarbónicas permiten
donde es frecuente la orientación oeste-este, y más asimismo establecer una continuidad en el espacio
dispar en El Conventón, donde las tumbas se adap- entre las necrópolis de tipo hispano-visigodo y los
tan en gran medida a la topografía del edificio que cementerios parroquiales altomedievales caracteriza-
reocupan. dos por el predominio de las tumbas de lajas. Tanto
- La presencia de ajuares en las tumbas de en el caso de Santa María de Hito como en el El
indudable filiación hispanovisigoda, un hebijón de Conventón se aprecia esta continuidad de uso de
base escutiforme y un anillo de bronce en El Conven- espacios funerarios a lo largo de los siglos VII y VIII
tón y diversos anillos en bronce y plata en Santa cal AD, que se prolongará hasta momentos el siglo
María de Hito. XI cal AD.
- La constatación inhumaciones habillées, al El aparente hiato, en lo que se refiere a
menos en el caso de Santa María de Hito, donde la dataciones radiocarbónicas, que se aprecia en los
aparición de tachuelas de calzado en algunas tumbas siglos XI y XII cal AD podría estar en relación con
permite proponer este hábito. factores de muestreo, dado que el número de data-
Las necrópolis de tumbas de lajas, conside- ciones no es excesivamente elevado, o con factores de
radas en alguna ocasión la “punta del iceberg” de la otro tipo que se nos escapan3.
arqueología medieval en Cantabria (Bohigas Roldán, Si la cronología de las tumbas de lajas ha
1982), son el tipo de yacimiento más abundante del estado habitualmente sujeta a tipologías evolucionis-
periodo alto y plenomedieval en la región. Los estu- tas de significación temporal, en el caso de los sarcó-
dios habituales sobre su dimensión temporal en el fagos sucede lo mismo. En lo que se refiere a Canta-
ámbito peninsular han estado basados en la evolu- bria hay suficientes elementos de juicio para valorar
ción morfológica de los contenedores y en la confec- en su justa medida la cronología de uso de este tipo
ción de tipologías con valor cronológico (Riu, 1977 y de contenedores, fundamentalmente en lo tocante al
1982; Casa Martínez, 1992). Afortunadamente, en el momento en que comienzan a aparecer en las necró-
caso de Cantabria estos esquemas clásicos no se han polis acompañando a las tumbas de lajas. En este
seguido con excesiva rigidez, primando el sentido sentido, las crono-tipologías clásicas, en vigencia aun
común sobre todo a la hora de situar el inicio del uso para muchos investigadores, sitúan el uso del sarcófa-
de este tipo de tumbas, en relación con tradiciones go en momentos avanzados de la Edad Media, a
anteriores. La temprana cronología y la filiación partir del siglo XII o XIII. Sin embargo, en Canta-
visigoda propuestas por García Guinea (1979) y asu- bria han sido algunos testimonios epigráficos, como
midas por buena parte de la investigación posterior la inscripción del sarcófago de Bárcena de Ebro que
han sido confirmadas por las dataciones radiocarbó- lo data en 882 (Bohigas Roldán, 1981-82), o la rela-
nicas. Así, se ha podido comprobar que entre los ción de las decoraciones de alguno de estos contene-
momentos finales del siglo VII cal AD y los inicios del dores, como el de San Fructuoso de Lamiña, con
siglo VIII cal AD este tipo de tumba ya está en uso en manifestaciones artísticas prerrománicas, los elemen-
la necrópolis de Santa María de Hito, y a lo largo del tos que han permitido suponer el uso de sarcófagos al
siglo VIII cal AD. aparece también en El Conventón menos desde el siglo IX.
y Tresileja.
En el extremo contrario, las dataciones de la
necrópolis de San Juan de Maliaño permiten precisar 3 Se producen precisamente en este momento acontecimientos
que el uso de estos contenedores se prolonga hasta en fundamentales como son la sustitución de la liturgia hispana por la
siglo XIII cal AD, momento en el que se abandona liturgia romana, así como la eclosión del fenómeno de las peregri-
su uso para retornar a la fosa simple y al empleo del naciones que dejará su huella más clara en la difusión de la arqui-
tectura románica. Es probable que los cambios en diferentes
ataúd de madera, elemento poco o nada habitual ámbitos del mundo religioso afecten de tal modo al ritual de la
durante el periodo en el que las tumbas de lajas son muerte que lleguen a ser perceptibles en el registro arqueológico.
la norma general. Esta progresiva sustitución de las Profundizar en el estudio de los cementerios correspondientes a los
tumbas de lajas por las fosas simples que se constata siglos XI y XII es, por tanto, fundamental para entender el desa-
rrollo de los comportamientos funerarios en los momentos previos
estratigráficamente en el propio yacimiento de San a la “turbulenta” Baja Edad Media.
101
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

Las dataciones radiocarbónicas realizadas a do para corroborar la atribución de los tipos cerámi-
partir de muestras procedentes de sarcófagos no han cos aparecidos en el yacimiento -ollas “tipo Castillo
sido muchas, pero si lo suficientemente significativas de Camargo”, fundamentalmente- a momentos al-
para corroborar esa hipótesis de adscripción cronoló- tomedievales.
gica temprana. En la necrópolis de El Conventón La aplicación de la termoluminiscencia a la
obtenido una datación a partir de una muestra reco- datación de cerámicas medievales de Cantabria se ha
gida en un sarcófago que permite situar su uso entre desarrollado fundamentalmente a partir de mediados
los siglos VIII y IX cal AD. Estas tempranas datacio- de la década de 1990, con la ventaja de que se trata
nes, unidas a otros datos sobre la continuidad de usos de una técnica de datación que ubica directamente la
funerarios entre la Tardoantigüedad y la Alta Edad producción de la propia cerámica y no el contexto
Media, permite pensar que aunque sea usado de como sucede con las dataciones radiocarbónicas
forma excepcional en uno y otro periodo, existe una anteriormente mencionadas. A ello se une la ventaja,
continuidad en la producción de este tipo de conte- en términos comparativos, de que todas las muestras
nedores que quizá pueda entroncarse con la propia han sido analizadas por el mismo laboratorio, con lo
tradición romana. que los resultados son perfectamente correlaciona-
La combinación de las dataciones absolutas bles. Una singularidad de la muestra disponible es el
con otras técnicas de datación auxiliares, la estilística hecho de que todos los ejemplares datados proceden
-a partir de criterios propios de la Historia del Arte- y de yacimientos en cueva y no de otro tipo de yaci-
la epigráfica en el caso de los sarcófagos, por ejemplo, mientos más característicos de la época -poblados,
pueden ayudar en gran medida a situar todas estas fortificaciones, necrópolis-, circunstancia que a los
evidencias arqueológicas en su contexto sin necesidad efectos de discutir la evolución cronológica de las
de recurrir a obsoletas apreciaciones crono- producciones cerámicas no tiene demasiada relevan-
tipológicas. En alguna ocasión se había ensayado ya cia.
esta combinación de datos para elaborar una síntesis El número de dataciones realizadas hasta el
sobre el tema (Bohigas Roldán, 1999a y 1999b), momento no es muy elevado, pero se pueden estable-
aunque la ampliación del número de observaciones y cer a partir de estos datos un primer acercamiento
la calibración de las dataciones hace que las nuevas crítico a las propuestas crono-tipológicas manejadas
aportaciones maticen esos primeros ensayos. en la actualidad. Las muestras datadas han sido to-
madas de vasijas bien caracterizadas por su forma y
3.3. Cronología y evolución de la cerámica decoración: formas globulares con decoración estria-
medieval da y pintada, cuellos de perfil en S y vasijas de boca
cuadrada o romboidal, lo cual resulta especialmente
El establecimiento de un esquema de orde- útil desde el punto de vista del establecimiento de
nación temporal para las producciones cerámicas comparaciones.
durante la Edad Media en Cantabria ha estado sujeto Todas las dataciones termolumínicas obte-
a limitaciones similares a las que se ponían de mani- nidas hasta el momento se disponen en un lapso de
fiesto en el estudio de la Arqueología Funeraria. La tiempo que abarca, aproximadamente, desde el siglo
única herramienta disponible era el establecimiento IX cal AD hasta el siglo XII cal AD. Al margen de la
de tipologías evolutivas con valor cronológico basa- discusión por su peculiar atribución cronológica y sus
das en observaciones estratigráficas puntuales o en significativas características formales dejamos el
asociaciones con otros materiales. Así, sirva como ejemplar de la sima del Portillo del Arenal datado en
ejemplo el establecimiento de la cronología de algu- torno al siglo IV.
nos tipos de cerámicas pleno y bajomedievales de la Es precisamente sobre el periodo alto y ple-
zona costera a partir de las excavaciones realizadas nomedieval en el que más se ha avanzado en el estu-
en San Román de Escalante (Peñil et alii, 1986). dio tipológico y en el que vamos a ver en qué medida
La necesidad de recurrir a las dataciones ab- ayudan las dataciones absolutas a corroborar o mati-
solutas para poder salir del callejón sin salida en el zar las propuestas tradicionales, definidas por Peñil
que se terminan de convertir este tipo de estrategias Mínguez y Bohigas Roldán (1981-82) hace dos déca-
de investigación ya ha sido señalada en los propios das. Los elementos cerámicos cuya cronología se
trabajos de síntesis crono-tipológica (vid. Bohigas puede precisar con la contribución de la cronología
Roldán et alii, 1989), pero no ha sido hasta momentos absoluta son los siguientes:
recientes cuando se han comenzado a emplear con - Las formas globulares con borde de perfil
resultados positivos. Los primeros ensayos de empleo en S y aspecto tosco, del “tipo Castillo de Camargo”,
de la cronología absoluta en la discusión sobre la han sido atribuidas desde hace tiempo a momentos
evolución tipológica de la cerámica medieval se han tempranos dentro de la Alta Edad Media, a partir del
limitado a dataciones indirectas, a través de los nive- siglo VIII (Peñil Mínguez, Bohigas Roldán y Gimeno
les en los que se recogían los materiales cerámicos. García-Lomas, 1986; Bohigas Roldán et alii, 1989),
Por ejemplo, la datación radiocarbónica obtenida en atribución que se confirma con las dataciones de la
el nivel antiguo del Castillo de Camargo, que lo en- cueva de Calero II en torno al siglo IX cal AD y la de
cuadra en torno a los siglos VIII-IX cal AD, ha servi- La Cuevona en torno al siglo X cal AD.
102
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

- Las decoraciones de estriado grosero sobre Gancedo (1985) proponen una cronología de la Se-
formas globulares son características de la fase llama- gunda Edad del Hierro para el “Arte Esquemático-
da tradicionalmente “de repoblación” y complemen- Abstracto”, atribución que se mantiene y se amplia a
tarias de los elementos anteriores (Peñil Mínguez, época romana en trabajos posteriores (Muñoz et alii,
Bohigas Roldán y Gimeno García-Lomas, 1986; 1996). En ocasiones, también se ponen en relación las
Bohigas Roldán et alii, 1989), ubicándose entre el manifestaciones parietales con materiales de época
siglo VIII y la primera mitad del siglo XI. El ejem- medieval (Gómez Arozamena, Rodríguez Muriedas y
plar ya mencionado datado en la cueva de Calero II Smith, 1989). La interpretación del fenómeno estaría
y otro fragmento de estas características de la cueva en relación con contextos sepulcrales, fundamental-
de La Garma A, datado en torno al siglo X cal AD, mente de la primera época, proponiéndose una moti-
permiten respaldar la cronología temprana de este vación artística de índole ritual en la ejecución de las
tipo de decoración, quizá heredero de momentos pinturas.
anteriores. Las críticas iniciales a esta propuesta crono-
- La cerámica pintada con motivos geomé- lógica -que suponía, al tiempo, una crítica a las pro-
tricos es poco habitual en los conjuntos altomedieva- puestas interpretativas- comenzaron a sostener sus
les tempranos, haciéndose más habitual a partir del argumentaciones en las primeras dataciones obteni-
siglo XI (Peñil Mínguez, Bohigas Roldán y Gimeno das sobre “marcas negras” parietales en ámbitos
García-Lomas, 1986; Bohigas Roldán et alii, 1989). ajenos a nuestra región como puedan ser el sistema
La vasija pintada de la cueva de La Garma A, datada pirenaico de Clastres (Díaz Casado, 1989 y 1993).
en torno al siglo X cal AD, pertenecería a la primeras Este planteamiento crítico descarta la motivación
producciones de este tipo. artística de las representaciones y su posible carácter
- La ubicación cronológica de las vasijas de funerario, quedando las pinturas como testimonios
boca cuadrada o romboidal ha sufrido ligeras varia- intencionales o no de gestos funcionales atribuibles a
ciones, oscilando entre la primera mitad del siglo una amplia cronología. El marco cronológico se
XIII (Peñil Mínguez, Bohigas Roldán y Gimeno amplia conforme se van obteniendo nuevas datacio-
García-Lomas, 1986) y finales del siglo XII (Bohigas nes a partir de muestras de diversas cuevas de la
Roldán et alii, 1989). Las excavaciones en San Ro- región que acercan en el tiempo el momento de rea-
mán de Escalante y en la Catedral de Santander lización de las pinturas (Díaz Casado, 1999), con lo
permitieron precisar el momento de producción de que rechaza categóricamente la atribución tradicio-
estas vasijas entre la última década del siglo XII y el nal a la Edad de Hierro.
primer tercio del siglo XIII (Peñil et alii, 1986). La Estas mismas dataciones que reafirman la
datación de la vasija de la cueva de La Garma A en propuesta del acercamiento crítico permiten realizar
torno al siglo XII cal AD no desentona con las pro- un ajuste en la cronología clásica del fenómeno vin-
puestas anteriores, tal y como pone de manifiesto culado al ámbito de lo ritual, que se amplía a la Alta
Bohigas Roldán (2002c). Edad Media a partir de los datos obtenidos en la
Como se puede observar, no existen diferen- cueva de Calero II y en la sima del Portillo del Arenal
cias apreciables en términos generales, con lo que (Valle Gómez et alii, 1998).
podemos decir que las dataciones absolutas pueden El grueso de las dataciones disponibles ac-
ayudar más a afinar los esquemas evolutivos vigentes tualmente definen un marco cronológico que se sitúa
que a proponer nuevos modelos alternativos. No entre la Alta y la Plena Edad Media. La datación más
obstante, insistimos en que el alcance del muestreo antigua, obtenida en la cueva del Calero II, corres-
realizado hasta el momento es limitado y habrá que pondería a los siglos VIII-IX cal AD y las más recien-
esperar a nuevos resultados para confirmar la validez te, obtenidas en la cueva de Las Injanas y en la cueva
estos planteamientos iniciales. del Arco A, al siglo XIII cal AD. La acumulación de
dataciones en este periodo puede ayudar a sostener la
3.4. El “Arte Esquemático-Abstracto” intencionalidad de las "marcas negras", si no como
y el uso de las cuevas en la Edad Media arte, al menos relacionadas con algún fenómeno que
motiva esa frecuentación de las cuevas en estos mo-
El denominado “Arte Esquemático- mentos, más aún si se ponen en relación con las data-
Abstracto” ha sido el protagonista de un intenso ciones correspondientes a otras evidencias de fre-
debate en las últimas décadas, tanto por las dificulta- cuentación y uso de las cuevas durante la época me-
des que plantea su interpretación como las que plan- dieval. Sólo dos dataciones correspondientes a “mar-
tea su cronología (vid. Ruiz Cobo, 1998). Aquí es este cas negras” rompen esta aparente homogeneidad
segundo aspecto, el de la cronología, el que nos inter- cronológica: la datación obtenida en la cueva de
esa especialmente. Cofresnedo, que se sitúa en torno a los siglos III-IV
Los estudios clásicos sobre este fenómeno cal AD, y la obtenida en Cueva Negra, que remite a
han recurrido a establecer un paralelismo cronológi- momentos muy cercanos en el tiempo, a partir del
co entre el mobiliario arqueológico susceptible de ser siglo XVIII cal AD. En el marco de las tendencias
asociado con las representaciones parietales y las actuales de interpretación del fenómeno, la datación
propias representaciones. Muñoz Fernández y Serna de Cofresnedo ayudaría a sostener la continuidad
103
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

desde la Segunda Edad del Hierro, pasando por - En dos lugares se han obtenido dataciones
época romana, hasta la Alta Edad Media y la data- absolutas sobre restos humanos depositados intencio-
ción de Cueva Negra permitiría aportar una eviden- nalmente en el interior de cuevas durante la época
cia más a la amplitud del marco cronológico de unas medieval, en la Galería Inferior de La Garma se
manifestaciones carentes de un significado simbólico fechan en el siglo X cal AD y en la cueva de Calero
profundo. Más significativa nos resulta, como ya II en torno al siglo XIII cal AD, cuevas en las que
hemos señalado, la acumulación de dataciones en un aparecen también paneles con “marcas negras”.
periodo concreto, en este caso la época alto y pleno- - Se han obtenido cinco dataciones a partir
medieval, y su relación con otras evidencias materia- de restos superficiales de pequeñas hogueras y teas
les correspondientes al mismo periodo que se docu- recogidos en superficie en la cueva de Calero II, la
mentan en las cuevas. Unas y otras dataciones permi- sima del Portillo del Arenal y las galerías Intermedia
ten, de algún modo, recuperar la hipótesis del sentido e Inferior de La Garma que se ubican en un estrecho
simbólico de las “marcas negras” y su relación con el lapso cronológico entre el siglo VIII cal AD y los
mundo funerario rechazada por las formulaciones inicios del siglo IX cal AD. En estas estaciones tam-
críticas, aunque quizá el fenómeno exija una reubica- bién están presentes las “marcas negras” en las pare-
ción temporal a la espera de nuevas evidencias que des.
puedan confirmar o descartar definitivamente su - En algunos de estos casos se combina pre-
génesis en la Edad del Hierro. sencia las manifestaciones funerarias y los restos de
La presencia de materiales de época medie- carbones vinculados en ocasiones a la iluminación no
val en las cuevas de Cantabria es una cuestión que sólo con “marcas negras” datadas en momentos al-
plantea numerosos interrogantes a los investigadores, tomedievales, sino también con mobiliario que se
en ocasiones difíciles de resolver (vid. Hierro Gárate, puede encuadrar en este periodo, constituyendo
en prensa). Las interpretaciones oscilan entre lo pu- conjuntos cerrados -o casi cerrados- de funcionalidad
ramente funcional, como reflejo de la utilización poco clara y cronología más o menos precisa. Sería
ocasional por parte de gentes dedicadas a actividades este el caso de la Galería Inferior de La Garma o de
agropecuarias, como ponen de manifiesto algunos la sima del Portillo del Arenal.
investigadores (Peñil Mínguez y Bohigas Roldán, En términos generales, las dataciones abso-
1981-1982; Bohigas Roldán, 2002c), y lo cercano a lo lutas obtenidas hasta la actualidad sobre “marcas
ritual, en relación con el mundo funerario, que sugie- negras” parietales permiten fechar estas manifesta-
ren otros (Muñoz Fernández y Serna Gancedo, 1985; ciones en momentos altomedievales, datación coinci-
Marcos Martínez, Rasines del Río y García Alonso, dente con la de otras evidencias de frecuentación de
2002). La correcta ubicación cronológica de algunos las cuevas que parecen estar ligadas a la realización
elementos de este periodo, gracias a las dataciones de las pinturas. La acumulación de datos que se han
absolutas, permite no sólo contribuir a una más acer- ido generando en los últimos años sobre este contro-
tada interpretación sino también aportar nuevos vertido fenómeno puede ayudar en gran medida a
datos en la discusión sobre otras cuestiones, como desvelar muchos de los interrogantes que aún plan-
pueda ser la del “Arte Esquemático-Abstracto”. tea.
En lo que respecta a los materiales cerámi-
cos, las dataciones absolutas marcan un lapso crono- 4. CONCLUSIONES
lógico de frecuentación de las cuevas que comenzaría
en el siglo IX cal AD y llegaría al S.XII cal AD que El empleo de la cronología absoluta como
podría ser explicada desde esa perspectiva funcional una herramienta más de la praxis arqueológica referi-
mencionada con anterioridad. Algunos niveles de da a época histórica se ha generalizado en las últimas
ocupación en cueva como los de la cueva del Mirón, décadas. No tiene nada de sorprendente que en au-
datado en torno al siglo XII cal AD, o el de la cueva sencia de otros elementos de juicio para poder esta-
de Las Injanas, fechado en el siglo X cal AD, tam- blecer una sucesión en el tiempo de fenómenos, ma-
bién podrían encajar en esos patrones de uso ocasio- nifestaciones y producciones artísticas, culturales o
nal de las cuevas como refugio de poblaciones por tecnológicas se recurra cada vez más a la aplicación
diferentes causas que entran dentro de lo que hemos de unas técnicas cada vez más fiables.
denominado interpretación funcional. Son, sin em- El número de dataciones realizadas es ele-
bargo, otro tipo de evidencias, aquellas que se acer- vado en una región en la que siempre se ha manteni-
can al mundo simbólico, las que pueden ayudar más do que la investigación arqueológica de periodos
a retomar la consideración artística o pseudoartística ajenos al Paleolítico y a las cuevas interesa poco o
de las “marcas negras”, ya que en ocasiones se puede nada y ha estado institucionalmente marginada.
establecer una relación clara entre ambas manifesta- Puede que ello tenga que ver con la naturaleza de las
ciones con una vinculación clara a lugares se sepultu- intervenciones en las que se han obtenido las data-
ra. Sin entrar en valoraciones excesivamente comple- ciones que se recogen en este texto, fundamentalmen-
jas sobre el particular, queremos llamar aquí la aten- te para las necrópolis medievales: la arqueología “de
ción sobre algunos asuntos: urgencia” o “de gestión” ha tenido un papel funda-
mental en la consolidación de la arqueología de épo-
104
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

ca histórica, tanto en la década de 1980 desde el


actual Museo de Prehistoria y Arqueología de Can- Agradecimientos
tabria, como a partir de la década de 1990 desde la
empresa privada. Estas intervenciones “no progra- La información detallada sobre las datacio-
madas” han manejado la cronología absoluta en la nes de Santa María de Hito ha sido proporcionada
resolución de problemas concretos dentro de una por Fernán Alonso, del Instituto Rocasolano del
dinámica de trabajo que precisa resultados casi in- CSIC (Madrid), a quien queremos agradecer su cola-
mediatos. En el ámbito de la investigación “progra- boración y las atenciones prestadas. Idéntico agrade-
mada” las dataciones absolutas semejan convertirse cimiento debemos a Henny E. Deenen, del Centrum
en la herramienta para resolver lo irresoluble: son la voor Isotopen Onderzoek (Groningen, Holanda), que ha
frecuentación en época histórica de las cuevas y el atendido amablemente nuestras consultas relaciona-
llamado “Arte Esquemático-Abstracto” los proble- das con los datos de varias necrópolis medievales, que
mas para los que se buscan respuestas recurriendo a se habían obviado en las publicaciones respectivas.
estas técnicas y son estas técnicas las que proponen Los investigadores Ramón Bohigas Roldán, Javier
hipótesis en lugar de confirmarlas o refutarlas. De- Marcos Martínez y Peter Smith nos han proporcio-
ntro de esta resolución de los “misterios” de las cue- nado la información solicitada sobre diversos yaci-
vas se realizan todas las dataciones termolumínicas de mientos en los que han desarrollado intervenciones
cerámicas. arqueológicas. Ramón Montes Barquín y Emilio
Con demasiada frecuencia las dataciones Muñoz Fernández nos han cedido amablemente los
absolutas se convierten en una suerte de solución resultados de las dataciones realizadas en el yaci-
definitiva para situar en el tiempo evidencias arqueo- miento de San Juan de Maliaño, recogidas en un
lógicas que no encajan en las formulaciones historio- trabajo de inminente publicación en el que darán a
gráficas tradicionales sin que exista una conciencia conocer, junto con Carmen San Miguel Llamosas y
real del significado y de la utilidad de una datación José Manuel Morlote Expósito, los resultados de la
absoluta. Como sucede con otros aspectos de la in- investigación allí realizada.
vestigación arqueológica, es la acumulación de ob-
servaciones rigurosas y sistemáticas la que permite
avanzar en el conocimiento de los diferentes aspectos
que en forma de evidencias materiales podemos co-
nocer de las sociedades del pasado. En la actualidad
disponemos de un número importante de observa-
ciones, aunque muchas de ellas carecen de la riguro-
sidad deseable y, sobre todo, la gran mayoría estaban
deficientemente publicadas, con lo que se convertían
en datos completamente inútiles.
Es por ello que el empleo de las dataciones
absolutas debe abandonar el campo de lo anecdótico
en el que con demasiadas ocasiones termina cayendo
para ocupar el lugar que le corresponde en el proceso
de investigación. La acumulación de nuevas datacio-
nes absolutas, obtenidas mediante la técnica que sea,
de poco vale si estas dataciones no se realizan, se
utilizan, se interpretan y se publican de acuerdo a los
criterios propios de la investigación arqueológica
contemporánea (vid. Van Strydonck et alii, 1999;
Castro Martínez y Micó Pérez, 1995, por ejemplo).
Hemos intentado con este trabajo dar un
primer paso en la sistematización de la información
que no debe caer en vacío de cara al futuro. Hemos
tratado de trazar, también, una serie de propuestas
sobre las líneas de investigación en las que las data-
ciones absolutas pueden resultar de utilidad. Somos
conscientes de que los datos obtenidos con la aplica-
ción de estas técnicas son un elemento fundamental
en la elaboración de trabajos de síntesis actualizados
sobre muchas más cuestiones investigadas por la
Arqueología en época histórica de las que aquí se
plantean y es por esa línea por donde se debe comen-
zar a encaminar el trabajo de la disciplina para de-
mostrar su verdadera madurez.
105
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

BIBLIOGRAFÍA tabria 1987-1999. Arqueología de Gestión, Gobierno de


Cantabria, Santander, pp.13.
ARIAS CABAL, P. (1995): “La cronología absoluta del Neolí- BOHIGAS ROLDÁN, R. (2002c): “La cerámica medieval
tico y el Calcolítico en la Región Cantábrica. Estado de la Cueva de la Garma (Omoño, Ribamontán la
de la cuestión”, Cuadernos de Sección. Prehistoria- Monte, Cantabria)”, en BOHIGAS ROLDÁN, R.
Arqueología, 6, San Sebastián, pp.15-39. ed., Trabajos de Arqueología en Cantabria, V, Santander,
ARIAS CABAL, P.; GONZÁLEZ SAINZ, C.; MOURE pp.109-113.
ROMANILLO, A. y ONTAÑÓN PEREDO, R. BOHIGAS ROLDÁN, R.; ETXEBERRIA GABILON-
(1999): La Garma: Un descenso al pasado, Consejería de DO, F. y HERRASTI ERLOGORRI, L. (2002):
Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, San- “El inhumado altomedieval de la Batería de San
tander. Pedro del Mar (Bahía de la Maruca, Monte, San-
ARIAS CABAL, P.; GONZÁLEZ SAINZ, C.; MOURE tander)”, en BOHIGAS ROLDÁN, R. ed., Trabajos
ROMANILLO, A. y ONTAÑÓN PEREDO, R. de Arqueología en Cantabria, V, Santander, pp.267-278.
(2000a): “Estudio integral del Complejo Arqueoló- BOHIGAS ROLDÁN, R. y RUIZ GUTIÉRREZ, A.
gico de La Garma (Omoño, Ribamontán al Mon- (1989): “Las cerámicas visigodas de poblado en
te)”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1984-1999, Cantabria y Palencia”, Boletín de Arqueología Medieval,
Gobierno de Cantabria, Santander, pp.272-277. 3, Madrid, pp.31-51.
ARIAS CABAL, P.; GONZÁLEZ SÁINZ, C.; MOURE BOHIGAS ROLDÁN, R.; MOLINERO ARROYABE,
ROMANILLO, J.A. y ONTAÑÓN PEREDO, R. J.T. y BRÍGIDO GABIOLA, B. (1992): “Nuevos
(2000b): “La Zona Arqueológica de La Garma materiales arqueológicos del cerro de Sta. María
(Cantabria): investigación, conservación y uso so- (Castro Urdiales)”, en BOHIGAS ROLDÁN, R.
cial”, Trabajos de Prehistoria, 57-2, Madrid, pp.41-56. ed., Trabajos de Arqueología en Cantabria I, ACDPS,
BABINI, A.; FERRÉ, M.A.; HERNÁNDEZ, J.; MANRI- Santander, pp.133-139.
QUE, M.A. y RUIZ, E. (1994): Cos. Aproximación al BOHIGAS ROLDÁN, R.; ANDRIO GONZALO, J.;
proceso de construcción de una aldea cantábrica, Centro de PEÑIL MÍNGUEZ, J. y GARCÍA ALONSO, M.
Estudios Rurales, Cabezón de la Sal. (1989): “Las cerámicas medievales no esmaltadas en
BOHIGAS ROLDÁN, R. (1981-82): “Una inscripción las provincias de Cantabria, Palencia y Burgos”, en
funeraria altomedieval en Bárcena de Ebro (Canta- GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, J.A. Y BOHIGAS
bria)”, Altamira, XLIII, Santander, pp.347-349. ROLDÁN, R. eds., La cerámica medieval en el norte y
BOHIGAS ROLDÁN, R. (1982): Los restos arqueológicos noroeste de la Península Ibérica: aproximación a su estudio,
altomedievales en Cantabria, Universidad de Valladolid, Universidad de León, León, pp.113-153.
Valladolid. BOHIGAS ROLDÁN, R.; MOLINERO ARROYABE,
BOHIGAS ROLDÁN, R. (1992): “La necrópolis medieval J.T.; BRÍGIDO GABIOLA, B.; GONZÁLEZ GI-
de San Julián (Liendo). Excavación de urgencia de MENO, D.; HELGUERA CANO, R.; PANDO
1989”, en BOHIGAS ROLDÁN, R. ed., Trabajos de GIMENO, M.C. y PALACIO PÉREZ, C. (1990):
Arqueología en Cantabria I, ACDPS, Santander, pp.87- Los materiales arqueológicos del cerro de Santa María (Cas-
99. tro Urdiales, Cantabria), Santander-Castro Urdiales.
BOHIGAS ROLDÁN, R. (1999a): “La organización del BUXEDA I GARRIGÓS, J. y TUSET BERTRAN, F.
espacio a través de la Arqueología Medieval: veinte (1995): “Revisió crítica de les bases cronològiques
años de investigaciones”, I Encuentro de Historia de de la Terra Sigillata Hispanica”, Pyrenae, 26, Barce-
Cantabria, I, Gobierno de Cantabria-Universidad de lona, pp.171-188.
Cantabria, Santander, pp.401-441. CAMPILLO, D. y FERNÁNDEZ, F. (1994): “Estudio de
BOHIGAS ROLDÁN, R. (1999b): “La arqueología de la restos esqueléticos de época medieval exhumados
Alta Edad Media en Cantabria”, en IGLESIAS en el Conventón de Santa Olalla (Celada Marlan-
GIL, J.M. y MUÑIZ CASTRO, J.A. eds., Regio tes, Cantabria)”, en BOHIGAS ROLDÁN, R. ed.,
Cantabrorum, Caja Cantabria, Santander, pp.361- Trabajos de Arqueología en Cantabria, II, ACDPS, San-
371. tander, pp.111-113.
BOHIGAS ROLDÁN, R. (2000): “Excavación arqueológi- CASA MARTÍNEZ, C. de la (1995): “La muerte en la
ca del Castillo de Camargo. 1988-1989”, Actuaciones Edad Media peninsular”, en FÁBREGAS, R. PÉ-
Arqueológicas en Cantabria 1984-1999, Gobierno de REZ LOSADA, R. y FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, C.
Cantabria, Santander, pp.133-137. eds., Arqueoloxía da Morte na Península Ibérica desde as
BOHIGAS ROLDÁN, R. (2001): “Evidencias de actividad orixes ata o medievo, Concello de Xinzo de Limia,
siderúrgica altomedieval en Cantabria: los hornos Xinzo de Limia, pp. 307-315
del Castillo de Camargo (Cantabria)”, en PEÑA CASTRO MARTÍNEZ, P.V. y MICÓ PÉREZ, R. (1995):
FERNÁNDEZ, A. coord., Camargo. Historia y Patri- “El C14 y la resolución de problemas arqueológi-
monio, Ayuntamiento de Camargo, Muriedas, cos. La conveniencia de una reflexión”, Revista
pp.197-209. d’Arqueologia de Ponent, 5, Lérida, pp.252-260.
BOHIGAS ROLDÁN, R. (2002a): “Excavación arqueoló- CISNEROS CUNCHILLOS, M. y PALACIO RAMOS,
gica de urgencia de la necrópolis de San Julián R. (2000): “El astillero de Colindres: recuperación
(Liendo). 1989”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria arqueológica y documental de su actividad”, Actua-
1987-1999. Arqueología de Gestión, Gobierno de Can- ciones arqueológicas en Cantabria, 1984-1999, Gobierno
tabria, Santander, pp.11. de Cantabria, Santander, pp.213-219.
BOHIGAS ROLDÁN, R. (2002b): “Excavación arqueoló- CISNEROS CUNCHILLOS, M.; PALACIO RAMOS,
gica de urgencia de la necrópolis de Tresileja (Cos, R. y CASTANEDO GALÁN, J.M. (1997): El astille-
Mazcuerras). 1990”, Actuaciones Arqueológicas en Can- ro de Colindres (Cantabria) en la época de los Austrias meno-
res: arqueología y construcción naval, Universidad de
Cantabria-Ayuntamiento de Colindres, Santander.
106
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

COLARDELLE, R.; DÉMIANS D’ARCHIMBAUD, G.; GONZÁLEZ GÓMEZ, C. y SÁNCHEZ SÁNCHEZ, P.


LEVEAU, P.; MANGIN, M. ; OBERLIN, C. ; (1991): “University of Granada Radiocarbon dates
THIRIOT, J. y ZADORA-RIO, E. (1999) : “Raport V”, Radiocarbon, 33, Tucson, pp.367-373.
du groupe de travail sur les périodes historiques. GONZÁLEZ MORALES, M.R. y STRAUS, L.G. (1997):
L’utilisation du 14C pour les périodes historiques”, en “La Prehistoria del Valle del Asón: Excavaciones en
EVIN, J.; OBERLIN, C.; DAUGAS, J.P. y SALLES, la Cueva del Mirón. La campaña de 1996”, II Con-
J.F. dirs., 14C et Archéologie. 3eme Congrés International, So- greso de Arqueología Peninsular, I. Paleolítico y Epipaleolíti-
ciété Préhistorique Francaise, Rennes, pp.449-451. co, Fundación Rei Alfonso Henriques, Zamora,
DÍAZ CASADO, Y. (1989): “El Arte Esquemático en pp.119-131.
Cantabria: un acercamiento crítico”, XX Congreso GONZÁLEZ MORALES, M.R. y STRAUS, L.G. (2000):
Nacional de Arqueología, Universidad de Zaragoza, Za- “La Cueva del Mirón (Ramales de la Victoria, Can-
ragoza, pp.163-169. tabria): excavaciones 1996-1999”, Trabajos de Prehis-
DÍAZ CASADO, Y. (1992): El Arte Rupestre Esquemático en toria, 57-1, Madrid, pp.121-133.
Cantabria: una revisión crítica, Universidad de Canta- GONZÁLEZ SAINZ, C y SAN MIGUEL LLAMOSAS,
bria, Santander. C. (2001): Las cuevas del desfiladero. Arte rupestre paleolíti-
DÍAZ CASADO, Y. (1999): “Del arte esquemático- co en el valle del río Carranza (Cantabria-Vizcaya), Go-
abstracto en la Edad del Hierro a las marcas negras: bierno de Cantabria-Universidad de Cantabria,
la reinterpretación del “fenómeno” a la vista de los Santander.
nuevos datos”, en IGLESIAS GIL, J.M. y MUÑIZ GUTIÉRREZ CUENCA, E. y HIERRO GÁRATE, J.A.
CASTRO, J.A. eds., Regio Cantabrorum, Caja Canta- (2001): “La Guerra Cantábrica: de ficción historio-
bria, Santander, pp.107-113. gráfica a realidad arqueológica”, Nivel Cero, 9, San-
EALO DE SÁ, M. (1984): “Hallazgos prerrománicos en tander, pp.71-96.
Cantabria. San Fructuoso de Lamiña”, Boletín del GUTIÉRREZ CUENCA, E. y HIERRO GÁRATE, J.A.
Museo e Instituto Camón Aznar, XVII, Zaragoza, (en prensa): “Nuevas perspectivas para la recons-
pp.119-125. trucción histórica del tránsito entre la Antigüedad y
FAURE-BOUCHARLAT, E. (2001): "Aut. Moyen Âge et la Alta Edad Media en Cantabria: la necrópolis de
datations archéologiques: une enquête á part en- Santa María de Hito”, II Encuentro de Historia de Can-
tière", en FAURE-BOUCHARLAT, E. dir., Vivre à tabria, Santander.
la campagne au Moyen Âge: l'habitat rural du Ve au XIIe s. HIERRO GÁRATE, J.A. (en prensa): “Arqueología de la
(Bresse, Lyonnais, Dauphiné) d'après les donnés archéologi- Tardoantigüedad en Cantabria: yacimientos y
ques, Association Lyonnaise pour la Promotion de hallazgos en cueva”, Nivel Cero, 10, Santander.
l'Archéologie en Rhône-Alpes, Lyon, pp.53-75. IGLESIAS GIL, J.M. y PÉREZ SÁNCHEZ, J.L. (1999):
GALERA, V. y GARRALDA, M.D. (1992): "La población “Dos décadas de arqueología en Iuliobriga (1980-
medieval de Santa María de Hito. Aspectos morfo- 1999)”, Sautuola, VI, Santander, pp.395-406.
lógicos y etnohistóricos", Revista Española de Antropolo- IGLESIAS GIL, J.M. y PÉREZ SÁNCHEZ, J.L. (2002):
gía Biológica, 13, Madrid, pp.69-87. “Hallazgos arqueológicos en Cantabria con motivo
GALERA, V.; GARRALDA, M.D.; MORENO, J.M. y de la construcción de la red de gasoductos. Años
VANDERMEERSCH, B. (1994): “La población 1987-1988”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria
cántabra de Santa María de Hito. Perspectivas pa- 1987-1999. Arqueología de Gestión, Gobierno de Can-
leodemográficas de la Edad Media en España”, Re- tabria, Santander, pp.5-9.
vista Española de Antropología Biológica, 15, Madrid, ILLARREGUI, E. (2002): “Excavaciones de urgencia en la
pp.73-90. calle Belén, nº 22 de Castro Urdiales (Cantabria).
GARCÍA GUINEA, M.A. (1985): “Las excavaciones de 1986”, Sautuola, VIII, Santander, pp.107-145.
1981-82”, Sautuola, IV, Santander, pp.207-229. LAMALFA DÍAZ, C. (2002): “Memoria de las excavacio-
GARCÍA GUINEA, M.A. (2000): “Excavaciones en el nes arqueológicas llevadas a cabo en el castillo de
yacimiento romano-medieval de Camesa- Argüeso (Cantabria). Campaña de 1989”, Sautuola,
Rebolledo”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria VIII, Santander, pp.397-410.
1984-1999, Gobierno de Cantabria, Santander, MANTECÓN CALLEJO, L. y MARCOS MARTÍNEZ,
pp.45-48. J. (2002): “Memoria de la excavación arqueológica
GARCÍA GUINEA, M.A. y VAN DEN EYNDE CERU- de urgencia del Horno Tejero II del Barrio de La
TI, E. (1991): “Excavaciones arqueológicas en el Virgen (Udías, Cantabria)”, en BOHIGAS ROL-
yacimiento romano-medieval de Camesa-Rebolledo DÁN, R. ed., Trabajos de Arqueología en Cantabria, V,
(Valdeolea, Cantabria)”, Codex Aquilarensis, 4, Agui- Santander, pp.233-244.
lar de Campoo, pp.9-28. MARCOS MARTÍNEZ, J. y RASINES DEL RÍO, P.
GIMENO GARCÍA-LOMAS, R. (1978): “Hallazgo de un (2002): “Seguimiento arqueológico de las obras de
broche altomedieval trabajado en hueso”, Boletín del construcción de la Autovía del Cantábrico, N-634,
Seminario de Arte y Arqueología, Valladolid, pp.430-434. de San Sebastián a Santiago de Compostela, Tra-
GIMENO GARCÍA-LOMAS, R. (1986): “El conjunto de mo Lamadrid-Unquera. Excavación arqueológica
cerámica medieval de Santa María de Hito”, Actas de la Cueva de las Injanas (Lamadrid, Valdáliga)”,
del I Congreso de Arqueología Medieval Española, V, Uni- Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1987-1999. Ar-
versidad de Zaragoza, Zaragoza, pp.385-401. queología de Gestión, Gobierno de Cantabria, Santan-
GIMENO GARCÍA-LOMAS, R. (1999): “La villa romana der, pp.331-335.
de Santa María de Hito”, en IGLESIAS GIL, J.M. MARCOS MARTÍNEZ, J.; RASINES DEL RÍO, P. y
y MUÑIZ CASTRO, J.A. eds., Regio Cantabrorum, GARCÍA ALONSO, M. (2002): “Incursión en una
Caja Cantabria, Santander, pp.235-239. cavidad durante el medievo: intervención arqueoló-
gica en de urgencia en la cavidad de la Cueva de las
Insanas, en Lamadrid (T.M. de Valdáliga)”, en
107
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

BOHIGAS ROLDÁN, R. ed., Trabajos de Arqueología tión, Gobierno de Cantabria, Santander, pp.123-
en Cantabria, V, Santander, pp.127-148. 139.
MONTES BARQUÍN, R. (2000): “Actuaciones arqueoló- PEÑIL, J.; MUÑOZ, P. y SMITH, P. (1981): “La cueva de
gicas en la cueva de El Pendo (Escobedo de Camar- Cofresnedo”, Memorias de la ACDPS 1980-1981, San-
go)”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria 1984-1999, tander, pp.47-51.
Gobierno de Cantabria, Santander, pp.253-258. PEÑIL, J.; FERNÁNDEZ, C.; OCEJO, A. y MÁRQUEZ,
MORLOTE EXPÓSITO, J.M. y MUÑOZ FERNÁN- M.J. (1986): “Presentación de materiales cerámicos
DEZ, E. (2001): “Los depósitos arqueológicos de la procedentes de algunos yacimientos medievales
Edad del Bronce (zona 8/96)”, en MONTES inéditos de Cantabria”, Actas del I Congreso de Arqueo-
BARQUÍN, R. y SANGUINO GONZÁLEZ, J. logía Medieval Española, V, Diputación General de
dirs., La cueva de El Pendo. Actuaciones Arqueológicas Aragón, Zaragoza, pp.363-383.
1994-2000, Ayuntamiento de Camargo-Gobierno PEÑIL MÍNGUEZ, J. y BOHIGAS ROLDÁN, R. (1981-
de Cantabria-Parlamento de Cantabria, Santander, 1982): “Las cerámicas comunes en Cantabria”, Al-
pp.245-265. tamira, XLIII, Santander, pp.17-23.
MORLOTE, J.M.; MUÑOZ, E.; SERNA, A. y VALLE, PEÑIL MÍNGUEZ, J.; BOHIGAS ROLDÁN, R. y GI-
A. (1996): “Las cuevas sepulcrales de la Edad del MENO GARCÍA-LOMAS, R. (1986): “La cerámi-
Hierro en Cantabria”, La Arqueología de los Cántabros. ca en la región cantábrica desde el inicio de la re-
Actas de la Primera Reunión sobre la Edad del Hierro en población hasta la aparición del vidriado”, Segundo
Cantabria, Fundación Marcelino Botín, Santander, Coloquio Internacional de cerámica medieval en el Mediterrá-
pp.195-279. neo Occidental, Ministerio de Cultura, Madrid,
MOURE ROMANILLO, A. y GONZÁLEZ SAINZ, C. pp.227-232.
(2000): “Cronología del Arte Paleolítico Cantábrico: PEÑIL MINGUEZ, J.; PÉREZ SÁNCHEZ, J.L.; MUÑIZ
últimas aportaciones y estado actual de la cuestión”, CASTRO, J.A. y BOHIGAS ROLDÁN, R. (1992):
3º Congresso de Arqueologia Peninsular, 2. Paleolítico da “Nuevos testimonios funerarios medievales en la
Península Ibérica, ADECAP, Oporto, pp.461-473. zona meridional de Cantabria: Celada Marlantes,
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E. y MORLOTE EXPÓSITO, Hormiguera, Suano y Villaescusa”, Actas del III Con-
J.M. (2000): “Documentación arqueológica de la greso de Arqueología Medieval Española, Universidad de
cueva del Calero II y la sima del Portillo del Arenal, Oviedo, Oviedo, pp.500-505.
en Piélagos”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria PERALTA LABRADOR, E. (1999a): “Los castros cánta-
1984-1999, Gobierno de Cantabria, Santander, bros y los campamentos romanos de Toranzo e
pp.262-266. Iguña. Prospecciones y sondeos (1996-1997)”, Las
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E. ; MORLOTE EXPÓSITO, Guerras Cántabras. Actas del I Simposio sobre Guerras Cán-
J.M. y MONTES BARQUÍN, R. (2000): “Las ter- tabras, ejército romano y resistencia indígena, Fundación
mas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Marcelino Botín, Santander, pp.203-276.
Cantabria)”, en FERNÁNDEZ OCHOA, C. y PERALTA LABRADOR, E. (1999b): “El asedio de la
GARCÍA ENTERO, V. eds., Termas romanas en el Espina del Gallego (Valles de Toranzo e Iguña,
Occidente el Imperio. II Coloquio Internacional de Arqueolo- Cantabria) y el problema de Aracelium”, Complutum
gía en Gijón, VTP, Gijón, pp.229-235. 10, Madrid, pp.195-212.
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E. y MORLOTE EXPÓSITO, PERALTA LABRADOR, E. (2000): “El asedio augústeo
J.M. (2000): “El contexto arqueológico de las mani- de la Espina del Gallego. Campañas arqueológicas
festaciones rupestres post-paleolíticas denominadas de 1997 a 1999”, Actuaciones arqueológicas en Cantabria,
“marcas negras” en Cantabria. Documentación ar- 1984-1999, Gobierno de Cantabria, Santander,
queológica y toma de muestras de las manifestacio- pp.363-367.
nes rupestres post-paleolíticas y de los depósitos ar- PÉREZ RODRÍGUEZ, F. y COS SECO M.A.(1985):
queológicos de la cueva de La Cuevona (Revilla de “Los restos visigodos del Castillete, Reinosa”, Sau-
Camargo)”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria tuola, IV, Santander, pp.311-327.
1984-1999, Gobierno de Cantabria, Santander, PÉREZ SÁNCHEZ, J.L. (1996): “Arqueología y Gas
pp.299. Natural en Campoo”, Cuadernos de Campoo, 3, Rein-
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E., SERNA GANCEDO, A. y osa, pp.15-18.
GÓMEZ AROZAMENA, J. (1993): “Los materiales PUMAREJO GÓMEZ, P.; MARTÍNEZ BARREDA, B. y
arqueológicos relacionables con las zonas de decora- PÉREZ SOROA, J.L. (2002): “Prospección eléctri-
ción en las cavidades con conjuntos parietales Esque- ca en el patio de armas del castillo de San Vicente
mático-abstractos en Cantabria”, Actas del VI Congreso de Argüeso (Hermandad de Campoo de Suso)”, Ac-
Español de Espeleología. La Coruña 1992, Federación Ga- tuaciones Arqueológicas en Cantabria 1987-1999. Arqueo-
lega de Espeleoloxía, La Coruña, pp 309-322. logía de Gestión, Gobierno de Cantabria, Santander,
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E.; MARCOS MARTÍNEZ, J. pp.147-151.
y SERNA GANCEDO, A. (1997): La excavación ar- RASINES DEL RÍO, P. (1992): “El esqueleto humano de
queológica de la necrópolis medieval de San Pedro de Escobe- San Julián (Liendo)”, en BOHIGAS ROLDÁN, R.
do (Camargo, Cantabria), Ayuntamiento de Camargo- ed., Trabajos de Arqueología en Cantabria I, ACDPS,
Asamblea Regional de Cantabria, Santander. Santander, pp.101-104.
MUÑOZ FERNÁNDEZ, E.; MONTES BARQUÍN, R.; RASINES DEL RÍO, P. (1994): “Estudio antropológico de
MORLOTE EXPÓSITO, J.M. y SAN MIGUEL la necrópolis medieval del Conventón de Santa
LLAMOSAS, C. (2002): “Actuaciones arqueológi- Olalla (Celada Marlantes, Cantabria)”, en BOHI-
cas de corrección de impacto sobre el patrimonio GAS ROLDÁN, R. ed., Trabajos de Arqueología en
arqueológico en el tramo Torrelavega-Cabezón de Cantabria, II, ACDPS, Santander, pp.105-110.
la Sal, de la Autovía del Cantábrico”, Actuaciones Ar- RASINES DEL RÍO, P. (1995): “Informe antropológico de
queológicas en Cantabria 1987-1999. Arqueología de Ges- la necrópolis medieval de Tresileja: Campaña de
108
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

1990 (Cos, Mazcuerras, Cantabria)”, BOHIGAS STUIVER, M.; REIMER, P.J.; BARD, E.; BECK, J.W.;
ROLDÁN, R. ed., Trabajos de Arqueología en Canta- BURR, G.S.; HUGHEN, K.A., KROMER, B.
bria, III, ACDPS, Santander, pp.111-113. MCCORMAC, G.; VAN DER PLICHT, J. y
RASINES DEL RÍO, P. (2002): “Seguimiento arqueológi- SPURK, M. (1998): “INTCAL98 Radiocarbon Age
co en el entorno de la iglesia de San Pedro de Cas- Calibration, 24,000-0 cal BP”, Radiocarbon, 40, Tuc-
tro Urdiales”, Actuaciones Arqueológicas en Cantabria son, pp.1041-1083.
1987-1999. Arqueología de Gestión, Gobierno de Can- VALLE GOMEZ, M.A.; MORLOTE EXPÓSITO, J.M.;
tabria, Santander, pp.297-302. SERNA GANCEDO, A.; MUÑOZ FERNÁN-
RIU, M. (1977): “La Arqueología Medieval en España”, en DEZ, E. y SMITH, P. (1998): “La Cueva del Porti-
BROÜARD, M. de, Manual de Arqueología Medieval, llo del Arenal (Velo, Piélagos, Cantabria). El con-
Teide-Base, Barcelona, pp.345-459. texto arqueológico de las manifestaciones “esque-
RIU, M. (1982): “Alguns costums funerais de l’Etat Mitjana a mático abstractas””, En el final de la Prehistoria. Ocho
Catalunya”, en RIU, M. dir., Necròpolis i sepultures me- estudios sobre protohistoria de Cantabria, ACDPS, San-
dievals de Catalunya, Acta Mediaevalia-Anejo 1, Barce- tander, pp.33-79.
lona, pp.29-57. VAN DEN EYNDE CERUTI, E. (1999): “Excavaciones
RUIZ COBO, J. (1998): “Marcas negras/Arte Esquemático- arqueológicas en el yacimiento romano-medieval de
Abstracto: el planteamiento crítico”, En el final de la Camesa-Rebolledo (Valdeolea. Cantabria)”, en
Prehistoria. Ocho estudios sobre protohistoria de Cantabria, IGLESIAS GIL, J.M. y MUÑIZ CASTRO, J.A.
ACDPS, Santander, pp.203-214. eds., Regio Cantabrorum, Caja Cantabria, Santander,
RUIZ COBO, J. (1999): “La cueva de Cofresnedo (Matienzo, pp.225-233.
Cantabria): bases para su estudio”, en IGLESIAS VAN DEN EYNDE CERUTI, E. (2002): “Los niveles
GIL, J.M. y MUÑIZ CASTRO, J.A. eds., Regio medievales del yacimiento de Camesa-Rebolledo.
Cantabrorum, Caja Cantabria, Santander, pp.31-41. Apuntes sobre la más antigua ocupación medieval
RUIZ COBO, J. y SMITH, P. (1995): “La cueva de Las de Cantabria”, Sautuola, VIII, Santander, pp.261-
Grajas (Matienzo, Ruesga): Algunos aspectos sobre 296.
composición y genética de sus sedimentos”, Boletín VAN DEN EYNDE, E. y FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, C.
Cántabro de Espeleología, 11, Santander, pp.91-95. (1986): “Excavaciones en la Necrópolis Medieval de
RUIZ COBO, J. y SMITH, P. (1997): “El depósito cerá- San Fructuoso de la Miña, Cabuérniga (Canta-
mico de la Cueva de Las Grajas (Matienzo, Rues- bria)”, Revista de Arqueología, 59, Madrid, pp.58.
ga)”, Munibe, 49, San Sebastián, pp.65-76. VAN STRYDONCK, M.; NELSON, D.E.; CROMBE,
RUIZ COBO, J. y SMITH, P. (2001): The Archaeology of the C; RAMSEY, C.; SCOTT, E.M.; VAN DER
Matienzo Depression, North Spain, BAR International Se- PLITCH, J. y HEDGES, R. (1999): “Qu’est ce qu’il
ries 975, Oxford. y a dans une date 14C”, en EVIN, J.; OBERLIN,
SAN MIGUEL LLAMOSAS, C.; LASHERAS CORRU- C.; DAUGAS, J.P. y SALLES, J.F. dirs., 14C et Archéo-
CHAGA, J.A.; MUÑOZ FERNÁNDEZ, E.; logie. 3eme Congrés International, Société Préhistorique
MORLOTE EXPÓSITO, J.M. y MONTES Francaise, Rennes, pp.440-448.
BARQUÍN, R. (2000): “Actuaciones arqueológicas SAN MIGUEL LLAMOSAS, C. ; MUÑOZ FERNÁN-
en el cementerio de Maliaño. El yacimiento romano DEZ, E.; BERMEJO CASTRILLO, A.; SOMAVI-
y medieval de la Mies de San Juan (Maliaño)”, Ac- LLA, J.I.; GÓMEZ AROZAMENA, J.; QUEVE-
tuaciones arqueológicas en Cantabria, 1984-1999, Go- DO, J. y SMITH, P. (1986-1988): “La cueva de Sota-
bierno de Cantabria, Santander, pp.311-314. rriza-Covanegra”, Sautuola, V, Santander, pp.47-54.
SAN MIGUEL LLAMOSAS, C.; MUÑOZ FERNÁN- VEGA DE LA TORRE, F. y VEGA DE LA TORRE, J.J.
DEZ, E.; MORLOTE EXPÓSITO, J.M. y (1993): “Estudio de los restos humanos procedentes
MONTES BARQUÍN, R. (en prensa): “El yaci- del Castillo de Argüeso (Campóo de Suso, Canta-
miento romano-medieval de San juan de Maliaño bria)”, Actas del I Congreso Nacional de Paleopatología,
(Camargo)”, Arqueología de la bahía de Santander, San- Munibe Suplemento 8, San Sebastián, pp.119-123.
tander.
SMITH, P. (1985): “Restos de la Edad del Hierro en Matien-
zo (Santander)”, Altamira, 45, Santander, pp.45-66.
SMITH, P. (1998): “El Arte Esquemático-Abstracto de
Matienzo y sus alrededores”, En el final de la Prehisto-
ria. Ocho estudios sobre protohistoria de Cantabria,
ACDPS, Santander, pp.87-140.
SMITH, P. y RUIZ COBO, J. (1999): “Avance al inventa-
rio arqueológico de la depresión cerrada de Ma-
tienzo”, Sautuola, VI, Santander, pp.243-255.
STUIVER, M. y REIMER, P.J. (1993): “Extended 14C
data base and revised CALIB 3.0 14C Age Calibra-
tion Program”, Radiocarbon, 35, Tucson, 215-230.

109
ENRIQUE GUTIÉRREZ CUENCA

Cal AD Cal AD
Yacimiento Muestra Ref. Lab. Datación BP
Intervalo 2σ Intersecciones
Las Grajas carbón Beta-88447 1950±60 88 BC-219 34 36 61
Cildá carbón AA-29658 1950±50 47 BC-166 34 36 61
San Juan de Maliaño carbón AA-29657 1835±45 75-322 139 150 176 192 212
Calle Belén carbón GrN-14163 1850±25 82-239 133
Cofresnedo carbón GrN-17640 1740±80 84-527 260 281 291 297 322
Santa María de Hito h. humano CSIC-838 1430±40 543-665 640
San María de Hito h. humano CSIC-840 1360±40 619-766 662
El Conventón h. humano GrN-13770 1365±30 640-690 661
Santa María de Hito h. humano CSIC-837 1320±50 642-780 683
Galería Inferior carbón AA-20042 1281±57 653-889 693 699 715 750 763
Calero II carbón AA-29652 1265±60 656-894 721 743 770
Calero II carbón AA-20047 1227±93 644-1015 778
Castillo de Camargo carbón UGRA-182 1190±110 645-1029 784 787 833 836 877
San Fructuoso de Lamiña carbón UGRA-270 1190±80 663-1017 784 787 833 836 877
Portillo del Arenal carbón AA-29649 1230±40 684-893 778
El Conventón h. humano GrN-13776 1230±40 684-893 778
Galería Inferior carbón AA-20041 1220±44 685-943 779
Portillo del Arenal carbón AA-20045 1195±56 686-981 783 789 829 839 864
Galería Intermedia carbón OxA-6890 1210±40 689-956 781 793 802
Tresileja h. humano GrN-19188 1205±30 694-936 781 791 808
El Conventón h. humano GrN-15630 1200±20 775-892 782 790 815 842 859
San Pedro del Mar h. humano UGRA-592 1150±60 694-1017 892
El Conventón h.humano GrN-15629 1175±20 779-956 886
Santa Olalla de Celada h. humano GrN-15634 1135±20 883-980 895 924 939
Galería Inferior h. humano OxA-7241 1115±40 782-1016 901 918 960
San Vicente de Argüeso h. humano GrN-16712 1090±30 891-1018 979
San Julián de Liendo h. humano GrN-16956 1060±45 891-1030 991
Las Injanas carbón Beta-140117 1060±40 893-1026 991
Castillo de Camargo carbón UGRA-180 930±110 892-1287 1043 1091 1119 1140 1155
Coburroyo carbón Beta-122561 990±40 983-1159 1023
Santa María de Hito h. humano CSIC-839 980±40 988-1160 1025
Torrejón de las Henestrosas carbón UGRA-184 860±130 899-1393 1192 1199 1208
Mirón carbón GX-22129 900±80 989-1281 1160
Cueva Roja carbón Beta-122562 890±50 1022-1260 1161
Las Grajas carbón Beta-77484 850±70 1022-1288 1212
San Juan de Maliaño h. humano AA-29653 850±65 1024-1285 1212
Ferrería de Caranceja carbón Beta-85200 840±70 1024-1291 1216
San Juan de Maliaño h. humano AA-29655 795±50 1160-1293 1257
Calero II h. humano AA-29651 760±55 1164-1379 1276
Las Injanas carbón Beta-140118 770±40 1194-1295 1271
Arco A carbón GifA-98203 750±60 1164-1385 1278
San Pedro de Castro Urdiales h. humano GrN-14162 770±25 1219-1286 1271
San Juan de Maliaño h. humano AA-29654 710±50 1223-1391 1287
San Vicente de Argüeso carbón GrN-16714 660±30 1283-1394 1299 1375
San Vicente de Argüeso carbón GrN-16713 350±70 1428-1790 1516 1599 1616
San Vicente de Argüeso concha GrN-16882 350±60 1436-1659 1516 1599 1616
San Juan de Maliaño h. humano Beta-98970 350±50 1440-1652 1516 1599 1616
Cueva Negra carbón GifA-98167 170±60 1640-1953 1676 1764 1770 1775 1802 1939 1946
Curva de calibración: INTCAL 98 (Stuiver et alii, 1998)

Fig. 1. Tabla de dataciones radiocarbónicas.


110
DATACIONES ABSOLUTAS PARA LA ARQUEOLOGÍA DE ÉPOCA HISTÓRICA EN CANTABRIA

Años d.C.
Yacimiento Muestra Ref. Lab. Datación BP Media
Intervalo 2σ
San Juan de Maliaño tegula MAD-2099 1912±170 253 a.C.-427 87

San Juan de Maliaño tegula MAD-2098 1854±177 209 a.C.-499 145

El Pendo cerámica MAD-551 1635±116 246-478 362

Portillo del Arenal cerámica MAD-670 1578±125 171-671 421

Calero II cerámica MAD-672 1129±90 690-1050 870

La Garma A cerámica MAD-558 1043±92 770-1138 954

El Valladar cerámica MAD-557 1026±101 769-1173 971

La Cuevona cerámica MAD-665 1031±92 1152-784 968

La Garma A cerámica MAD-559 1023±92 790-1158 974

Las Injanas cerámica MAD-2141 884±79 1037-1195 1116

La Garma A cerámica MAD-649 855±64 1016-1272 1144

Astillero de Colindres teja Mad-335d 418±47 1483-1671 1577

Astillero de Colindres teja MAD-335c 413±38 1506-1658 1582

Astillero de Colindres teja MAD-335b 352±51 1541-1745 1643

Astillero de Colindres teja MAD-335a 367±32 1564-1692 1628

Horno II Barrio de la Virgen parrilla MAD-2727 236±24 1718-1814 1766

Fig. 2. Tabla de dataciones por termoluminiscencia.

111

También podría gustarte