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¿QUE SUCEDIÓ EL 22 DE OCTUBRE DE 1844?

Un día como hoy, un 22 de octubre de 1844 es una fecha muy importante entre el
Adventismo histórico, una fecha que marcaba la finalización de los 2300 días
(Daniel 8:14).

Los cálculos matemáticos eran exactos. Cristo debía de venir en esta fecha a
purificar la tierra, entre los Adventistas del segundo Advenimiento o Milleritas
creían que la tierra era el santuario, así como el ritual típico del santuario era
purificado una vez al año en el gran día de la expiación (Levítico 16), los Milleritas
creían que esto se cumpliría con la segunda venida, y al no venir Cristo el 22 de
octubre de 1844, los Milleritas experimentaron un amargo chasco entre burlas y
lágrimas.

Cristo NO vino en ese fecha, el remanente que quedó reexaminó las profecías
para ver donde había sido el error, descubrieron que la Biblia habla de un
santuario celestial (Hebreos 8:1-4), eso mismo los llevo después de la visión que
recibió Hiram Edson en un maizal, que en 1844 Cristo NO vino a la tierra, sino al
anciano de Días ha desempeñar su obra de Juicio (Daniel 7:9-10; 13-14), el juicio
anunciado por el mensaje del primer ángel (Apocalipsis 14:7), llegaron a la
conclusión que Cristo pasó del lugar santo al santísimo para comenzar el gran día
de la expiación revelado por el ritual típico del santuario (Hebreos 9:23).

“Un poco más tarde, mientras Edson, en compañía de un amigo, cruzaba un


maizal en dirección al domicilio de unos adventistas, le pareció que una mano le
tocaba el hombro. Alzó los ojos y vio, como en una visión, los cielos abiertos y a
Cristo en el santuario entrando en el lugar santísimo para comenzar su ministerio
de intercesión en favor de su pueblo, en vez de salir del santuario para purificar el
mundo por fuego, como ellos habían enseñado que iba a suceder. Un estudio
cuidadoso de la Biblia, que realizaron Hiram Edson, el médico F. B. Hahn y el
maestro O. R. L. Crozier, reveló que el santuario que debía ser purificado al fin de
los 2.300 años no era la tierra, sino el santuario celestial, y que esa purificación se
haría mientras Cristo intercediese por nosotros en el lugar santísimo. Esta obra o
ministerio de Cristo correspondía al mensaje referente a “la hora de su juicio” [de
Dios], proclamado por el primer ángel de [Apocalipsis 14:6, 7]. El Sr. Crozier
escribió las conclusiones del grupo, y las publicó, primero en hojas locales, y luego
en forma más amplia en un periódico adventista, el Day-Star, que se editaba en
Cincinnati, Ohío. Un número especial, del 7 de febrero de 1846, se dedicó entero a
este estudio del santuario.”– {PE XVII.4}
¿DONDE LA BIBLIA HABLABA DE ESTE CHASCO?

Así como los discípulos experimentaron un amargo chasco de esperar a un


Mesías Político, que libertaria a Israel de la servidumbre de Roma (Lucas 24:21),
también los Milleritas experimentaron un amargo chasco, este chasco estaba
profetizado en (Apocalipsis 10:8-11). La experiencia de Juan al comer el librito y
ser dulce en la boca y amargo en el vientre, refleja el amargo chasco de los
Milleritas, fue dulce en el sentido de proclamar la pronto venida de Cristo, pero fue
amargo cuando no vino. Ese mismo librito del que habla Apocalipsis 10:1-6, es el
mismo librito que sellado hasta el tiempo del fin (Daniel 12:4), y que fue desellado
en 1798 con un gran entusiasmo por conocer las profecías de Daniel y
Apocalipsis.

Así como los discípulos conocieron la verdad después de que Jesús les aclaró
sobre cuál era su misión, el Espíritu Santo los movió a predicar el triunfo glorioso
del Mesías (Hechos 2:46-47), así también los Milleritas deberían profetizar otra
vez sobre muchos pueblos, naciones y lenguas (Apocalipsis 10:11), estas son las
mismas palabras encontradas en el mensaje de los tres Ángeles (Apocalipsis
14:6-12). Vivimos en el tiempo del juicio y bajo la proclamación de estos mensajes.
Elena White dice:

“Los mensajes del primero y del segundo ángeles fueron dados en 1843 y 1844, y
ahora estamos bajo la proclamación del tercero, pero todos ellos deben todavía
proclamarse [...]. Debemos dar al mundo estos mensajes en forma de
publicaciones, en discursos, mostrando en la línea de la historia profética las
cosas que han ocurrido y las que vendrán”.—Counsels to Writers and Editors, 26-
27 (1896).

EL GRAN CHASCO!
En los Estados Unidos, miles de personas defendían el segundo advenimiento de
Jesús, identificado en Daniel 8:14 que afirma: ‘Hasta dos mil trescientas tardes y
mañanas; luego el santuario será purificado’ (Daniel 8:14). Ya que la tierra debe
ser el ‘santuario’ a ser ‘purificado’, eso va a acontecer por medio del fuego cuando
Jesús vuelva. Comenzando en 457 a.C., la profecía de los 2300 días/años de
Daniel 8:14 culminará alrededor de 1843-1844. Jesús vendrá otra vez cerca de
ese tiempo. Por lo tanto, ¡prepárese para encontrarlo! Su venida será un evento
literal y visible que precederá al milenio”. Esa era la esencia del mensaje millerita.
Después de varios estudios quedó la fecha del 22 de octubre de 1844 como el día
establecido para el cumplimiento de la profecía.
De acuerdo con la conclusión de los milleritas, aquel era el día en que la tierra
sería purificada por el retorno de Jesús. Así, decenas de millares aguardaron con
paciencia y fervor hasta la llegada del día identificado en la profecía. Entonces
ellos esperaron el día entero hasta la medianoche, pero Jesús no vino, dejándolos
profundamente decepcionados.....
El nacimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
El grupo de los decepcionados volvió a estudiar las escrituras con más intensidad
a fin de buscar comprender el evento profético. No demoró mucho para concluir
que aunque la fecha de 22 de octubre de 1844 fuera correcta, el evento estaba
errado. Esos creyentes entendieron que el santuario a ser purificado no estaba en
la tierra sino en el cielo. Jesús había entrado al lugar santísimo del santuario
celestial para dar inicio a su obra de juicio. Como Ellen G. White declaró más
tarde: “El asunto del santuario fue la clave que aclaró el misterio del chasco de
1844”
De esa manera el gran chasco del 22 de octubre de 1844 se convirtió en un
mensaje poderoso. Es verdad que Jesús no vino como los milleritas pensaban.
Pero, un pequeño grupo de creyentes decepcionados descubrió nueva luz bíblica:
la verdad de que Cristo entró en la fase final de su ministerio sumo-sacerdotal en
el santuario celestial, después del cual Él volverá finalmente para redimir a su
pueblo.
A partir de la comprensión de esta verdad se identifica el nacimiento de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, con su fe firmemente anclada en el pronto regreso de
Jesús y en todos sus principios registrados en su Palabra. Por lo tanto, el día 22
de octubre de 1844 es, de hecho, un marco de capital importancia para el
nacimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Al ser así, proféticamente hablando, el año 1844 no puede ser minimizado u
olvidado. El consejo de Ellen White es oportuno: “Al recapacitar en nuestra historia
pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta nuestra situación
actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que Dios ha hecho,
me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No tenemos
nada que temer por el futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor
nos ha conducido”

✅ EL #JUICIO INVESTIGADOR: INICIÓ EL 22 DE OCTUBRE DE 1844


👉 Hace 176 años, Cristo entró en el Lugar Santísimo del Santuario celestial para
cumplir la obra final de expiación preparatoria para su segunda venida.

La Palabra de Dios habla de un juicio antes de la segunda venida de Cristo, que


iniciará por la casa de Dios:

📖 "diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su ➡️


#juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes
de las aguas.
Apocalipsis 14:7

📖 "Porque es tiempo de que el ➡️juicio comience por la casa de Dios; y si primero


comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio
de Dios?" 1 Pedro 4:17
📖 "Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron
abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron ➡️juzgados
los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus #obras."
Apocalipsis 20:12
📖 "Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le
servían, y millones de millones asistían delante de él; el ➡️Juez se sentó, y los
#libros fueron abiertos.
Daniel 7:10

✍️"En 1844, nuestro gran Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo del
santuario celestial para comenzar la obra del ➡️juicio investigador. Han estado
siendo examinados delante de Dios los casos de los muertos justos. Cuando se
complete esa obra, se pronunciará juicio sobre los vivientes. ¡Cuán preciosos,
cuán importantes son estos solemnes momentos! Cada uno de nosotros tiene un
caso pendiente en el tribunal celestial. Individualmente hemos de ser juzgados de
acuerdo con lo que hicimos en el cuerpo.

En el servicio simbólico, cuando la obra de expiación era realizada por el sumo


sacerdote en el lugar santísimo del santuario terrenal, se demandaba que el
pueblo afligiera su alma delante de Dios y confesara sus pecados para que
pudieran ser expiados y borrados. ¿Se requerirá algo menos de nosotros en este
día real de expiación, cuando Cristo, en el santuario de lo alto, está intercediendo
a favor de su pueblo, y se ha de pronunciar en cada caso una decisión final e
irrevocable?" 1MS 145.2

✍️"Y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó
hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronle llegar delante de él. Y fuéle dado
señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su
señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino no se corromperá.”
Daniel 7:13, 14. La venida de Cristo descrita aquí no es su segunda venida a la
tierra. El viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la
gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. Es
esta venida, y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo
que había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844. Acompañado por
ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y
allí, en la presencia de Dios, da principio a los últimos actos de su ministerio en
beneficio del hombre, a saber, cumplir la obra del juicio y hacer expiación por
todos aquellos que resulten tener derecho a ella. CS54 533.3

En el rito típico, sólo aquellos que se habían presentado ante Dios arrepintiéndose
y confesando sus pecados, y cuyas iniquidades eran llevadas al santuario por
medio de la sangre del holocausto, tenían participación en el servicio del día de las
expiaciones. Así en el gran día de la expiación final y del juicio, los únicos casos
que se consideran son los de quienes hayan profesado ser hijos de Dios. El juicio
de los impíos es obra distinta y se verificará en fecha posterior. “Es tiempo de que
el juicio comience de la casa de Dios: y si primero comienza por nosotros, ¿qué
será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio?” 1 Pedro 4:17. CS54 534.1

Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de
los hombres, determinarán los fallos del juicio. El profeta Daniel dice: “El Juez se
sentó, y los libros se abrieron.” San Juan, describiendo la misma escena en el
Apocalipsis, agrega: “Y otro libro fué abierto, el cual es de la vida: y fueron
juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus
obras.” Apocalipsis 20:12. CS54 534.2

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