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Alumna: Candela González Materia: Taller Multimedia II

¿Cuál es el límite cuando se ama?


Luego del gran éxito El día que se perdió la cordura, Javier Castillo, junto a la editorial
Suma de letras, lanza una nueva novela negra que indaga sobre los límites del amor, al
que titula El día que se perdió el amor. A pesar de su precio (ARS $1.145), este libro de
425 páginas asegura no decepcionar al lector.

En esta nueva novela del autor, Javier Castillo, se entrelazaran tres historias con mucha
incertidumbre que lograran dejar al lector con ganas de saber más. Muchos lectores
caracterizan a la novela como “adictiva” ya que la lectura es llevadera, fácil de
interpretar y atrapante.

La historia comienza relatando la vida de una joven que se presenta un 14 de


diciembre, desnuda, en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas
amarillas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará
descubrir qué oculta la joven y cuál es su conexión con otro caso, el de una mujer que
aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito
en una de las notas. A medida que el inspector vaya avanzando en la investigación, a la
par del lector, se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de
cicatrizar que lo llevo en su momento a abandonar su puesto por mucho tiempo.

El crimen causa revuelo tras aparecer en los medios de comunicación. Luego de un


interrogatorio queda claro que la chica puede advertir sobre nuevas víctimas, y que
además conoce datos sobre el caso de Kately Goldman, que Bowring trata de
desentrañar desde hace años. Esta historia policial tiene como eje central una serie de
asesinatos ejecutados por una secta la cual cree que las mujeres que pertenecen a ella
deben morir para salvar a la humanidad.
Este libro fue lanzado un año después de la primera parte, “El día que se perdió la
cordura”. En cuanto a la historia es más de lo mismo que lo anterior en situaciones,
estructura, personajes, pero con una exposición más pesada, repetitiva, que continúa
dejando aspectos abiertos en una vinculación sin personalidad propia con el libro
anterior. Si no leíste el primer libro no es recomendable leer esta segunda parte ya que
el autor ata algunas incógnitas que quedaron sueltas en su obra anterior. Un claro
ejemplo es la historia del personaje “Carla”, la cual queda inconclusa en el primer libro
y en este se la empieza a conocer junto con su historia y todo lo que pasó durante el
libro anterior y no se contó.

Carla tiene un papel mucho más relevante esta vez. Se revelará qué pasó desde el
principio y como esa pequeña y sonriente niña que los lectores conocieron en El día
que se perdió la cordura ha evolucionado dentro de una organización macabra.  

La novela está escrita en tercera persona salvo los capítulos que se pueden encontrar
titulados como “Jacob”, los cuales están escritos en primera persona buscando que
lector se implique y sienta lo que el personaje quiere transmitir y por las situaciones
que pasa. Se podría definir a este personaje como el hilo conductor de la novela ya que
se relaciona con los otros personajes de manera directa, incluyendo a su pareja
Amanda a la que quiere proteger de los acontecimientos que vivió y los que está por
vivir.

Una característica propia del autor es utilizar la estrategia del thriller: capítulos cortos
con finales insospechados. Es así que aunque el libro sea, para algunos, un poco largo
se hace llevadero y despierta en el lector esas ganas de seguir leyendo.

La verosimilitud es uno de los puntos de este libro y el autor lo consigue con la historia
de Carla. La congregación en la que está recluida, contra su voluntad luego de un
accidente, donde una supuesta maestra, con privilegios mentales, dirige a todas las
personas como Carla que se encuentran allí. Sus fieles, quienes carecen de libre
albedrio, deben rendirle tributo y respetarla como la figura de un Dios. Esta trama
ocurre nueve años antes que la acción principal y está llena de sueños de Carla sobre
su pasado y su familia que no consigue descifrar.

Un tema que toca fuerte la novela, como su título indica, es el amor…pero el amor en
todas sus formas, desde el más sano hasta el más toxico. Este es uno de los grandes
temas de debate en la actualidad, las formas de amar. En El día que se perdió el amor
hay mucha violencia, sobre todo psicológica, también locura, en casi todo los
personajes. Estos comportamientos los podemos observar en Jacob con su relación
amorosa con Amanda, y en el personaje Steven sobre el amor que siente por sus hijas
a tal punto de ponerlas en peligro o dar la vida por ellas.
“A veces el amor te pone en el camino equivocado para que sepas cuánto duele”, esta
frase fue la de cabecera y elegida por los lectores, remarca lo que el autor quiere
reflejar con su obra.

Estos sentimientos extremos son los que se observan en la novela junto a tres historias
en paralelo que luego se entrelazan y llegan a un mismo final. Nuevamente el autor,
Javier Castillo, logra su cometido y supera las ventas de su primera edición.

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